Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Figura 1
1. Antropometría
Los estudios de nadadores de élite han sido utilizados para identificar que
características físicas son comunes en los mejores nadadores mundiales
(Carter y Ackland, 1994). La premisa general es que la morfología del nadador
influye en los componentes de elevación y resistencia (“lift” y “drag”) y que, por
tanto, afecta al potencial para generar una propulsión optima y minimizar las
fuerzas de resistencia. El perfil típico de los nadadores de elite reúne las
siguientes características (Figura 2):
El nadador de hoy
Mariposistas y bracistas
(más robustos)
Crolistas y espaldistas Tórax más robusto
(más altos)
Indice braquial mayor
en velocistas
Figura 2
Extremidades más largas
Más alto
Indice crural
menor
en velocistas
Piés más grandes
Un concepto importante en natación es la relación entre la grasa corporal y la
resistencia al avance del cuerpo. La resistencia al avance del cuerpo se define
como la cantidad de resistencia que el cuerpo encuentra cuando se mueve en
el agua y está influenciada por el tamaño corporal, la velocidad del nadador y
otros factores mecánicos. Lo importante para lo entrenadores y nadadores es
el efecto del tamaño del cuerpo y la flotación sobre el rendimiento. Por encima
de un cierto nivel individual, un aumento en la grasa corporal será nocivo para
el rendimiento debido al aumento de la resistencia del cuerpo. Aunque el
aumento de la grasa corporal facilita la flotación, el aumento de la resistencia
del cuerpo compensa cualquier ventaja resultante de la flotación. Los otros dos
factores que influyen en esta relación son el género y la distancia de la prueba.
Las mujeres disponen de mayor grasa que los hombres, al igual que los
nadadores de distancias más cortas. Los niveles más elevados de grasa
corporal en los nadadores de ultra-distancia confieren algunas ventajas en la
flotación y en la termorregulación.
La suma total de los pliegues cutáneos (mm) puede ser valorada con el
siguiente criterio (Tablas 1 y 2). Existe un alto grado de variación individual,
incluso para nadadores de élite, y esto debería tenerse en cuenta cuando se
interpretan los resultados. Es recomendable la consulta a expertos para la
revisión de las prácticas de alimentación y desarrollar adecuadas estrategias
de control.
Tabla 1: Altura, peso y suma de pliegues en nadadores del equipo nacional australiano
entre 1988–1994
Mujeres Hombres
Altura (cm) 172.8 ± 4.0 187.0 ± 6.0
Peso (kg) 64.8 ± 6.1 81.8 ± 7.0
∑ Pliegues (mm) 63.3 ± 11.4 52.5 ± 9.7
† ‡
(8 zonas para hombres, 7 zonas para mujeres). Fuente: Pyne, D., Maw, G. y Goldsmith, W-
(2001). Protocols for the Physiological Assessment of Swimmers (Capitulo 28). En: Test
Methods Manual. Australian Sports Commission. Brisbane
†
8 zonas = triceps, subscapular, biceps, axila media, supraespinal, abdominal, muslo
‡
frontal, pantorrilla medial; 7 zonas = triceps, subscapular, biceps, supraespinal,
abdominal, muslo frontal, pantorrilla medial
‡
Tabla 2: Criterio para la valoración de la suma de los pliegues (7 zonas ) en
nadadores altamente entrenados. Fuente: Pyne, D., Maw, G. y Goldsmith, W- (2001).
Protocols for the Physiological Assessment of Swimmers (Capitulo 28). En: Test
Methods Manual. Australian Sports Commission. Brisbane
Existen algunas variaciones entre los estilos de nado que han sido citadas en la
literatura. Por ejemplo, los bracistas masculinos tienden a ser ligeramente más
“pesados” y con pies más grandes. Los crolistas y espaldistas tienden a ser
más altos y con las piernas más largas (relativas al tamaño corporal). Sin
embargo, las diferencias globales entre los nadadores de elite son usualmente
menores que las diferencias dentro nadadores de élite y no-élite.
El coste de energía de la propulsión con las piernas es de 2-4 veces mayor que
la de solo los brazos o el estilo completo (Karpovich y Millman, 1944; Holmer,
1974). Estos resultados confirman la creencia de los entrenadores de que el
batido de piernas es elevado en consumo de energía y debería reducirse en
distancias largas.
Estas curvas se utilizan para dos propósitos principales: (1) para prescribir
velocidades de entrenamiento (figura 3), y (2) para monitorizar los cambios
longitudinales que se producen en la condición aeróbica con el entrenamiento
(figura 4).
5. Resumen de resultados en concentraciones de lactato de 2,5 mM/L
V2,5 T2,5 FC2,5 Fc2,5 Nc2,5
Fecha IEE2,5 %Aer2,5 %Aen2,5
(m/s) (s) (p/m) (nº cic/min) (nºcic/25)
21-feb-2004 1,31 76,06 163 29,60 7,58 4,39 95% 5%
17-abr-2004 1,31 76,06 163 29,60 7,58 4,39 95% 5%
19-jun-2004 1,27 79,01 164 27,78 8,52 3,71 96% 4%
9-abr-2005 1,32 75,95 153 28,61 6,77 4,74 95% 5%
10-dic-2005 1,31 76,21 151 33,61 7,24 4,41 93% 7%
12,0
11,0
10,0
9,0
21-feb-04
8,0
17-abr-04
7,0
19-jun-04
6,0 09-abr-05
5,0 10-dic-05
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
78,11 75,945 73,635 72,44 72,36 71,715 70,31
Tiempo por 100m
Figura 4
Figura 5
3. Características cardiorrespiratorias
Uno de los efectos de la inmersión en el agua es el aumento de la presión en el
tórax, lo que exige ajustes respiratorios. La capacidad vital se reduce alrededor
del 10%, el volumen espiratorio de reserva desciende y el volumen inspiratorio
de reserva se utiliza (Reilly, 1993). La disminución en la capacidad vital es
debida al desplazamiento de la sangre en el tórax y, especialmente, a la
impedancia de los músculos respiratorios. La frecuencia de respiración se
sincroniza con la frecuencia de brazada y el ciclo respiratorio introduce una
fase inspiratoria forzada. Sin embargo, la mayoría de los nadadores muestran
una ventilación próxima a la normal más que hiperventilación.
Figura 6
4. Características de fuerza y potencia
La fuerza y la potencia son importantes para los rendimientos de natación. La
fuerza de tracción con el brazo flexionado ha sido tradicionalmente empleada
para medir la fuerza específica del nadador. Falkner (1968) ha registrado
valores de 136 Kg de fuerza en la tracción con el brazo en flexión de 90º en un
nadador de 76 Kg. Esto es casi el 40% mayor que los valores normales de una
persona sana en la misma edad, y el 33% si se corrigen las diferencias en peso
corporal.
Bloomfield y Singerseth (1965) encontraron que los nadadores de velocidad
eran alrededor de un 10% más fuertes que los nadadores de medio fondo en
un test de tracción de brazos, lo cual es necesario para las pruebas de
velocidad en que el porcentaje de fuerza máxima en cada brazada es alrededor
de cinco veces mayor que en la natación de fondo (Reilly, 1993).
1. Resultado actual
Velocidad Potencia R2 = 0,9909
Nado Carga (kg) Tiempo nado(W) Tiempo (s)
(m/s)
18,000
1 10,0 6,557 1,13 110,60
2 20,0 6,998 1,06 207,26 16,000
0,000
2. Resultados derivados 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Nado Carga (Kg) Tiempo (s) c-V c-Pn
1 10,00 6,29 1,18 115,34
2 20,00 6,96 1,06 208,28
3 30,00 7,71 0,96 282,07
4 40,00 8,54 0,87 339,55
5 50,00 9,46 0,78 383,21
6 60,00 10,48 0,71 415,18
7 70,00 11,61 0,64 437,32
8 80,00 12,86 0,58 451,25
9 90,00 14,24 0,52 458,34
10 100,00 15,77 0,47 459,79
Figura 7
Curva Carga - Tiempo
10-dic-05
Tiempo en 8,5 m(s) 17,00
15,00
13,00
11,00
9,00
7,00
5,00
0
0
0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
0
0,
10
20
30
40
50
60
70
80
90
10
Carga de resistencia de arrastre (kg)
1,25 10-dic-05
1,00
0,75
0,50
0,25
0,00
0
0
0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
0,
10
20
30
40
50
60
70
80
90
10
10-dic-05
Potencia de nado (W)
500,00
450,00
400,00
350,00
300,00
250,00
200,00
150,00
100,00
50,00
0
0
0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
0
0,
10
20
30
40
50
60
70
80
90
10
Figura 8
5. Referencias
Arija, A., Muñoz, V., Judez, J. L., Juárez, D., Díaz, G., González, J. M., Llop, F.
Y Navarro, F. (2005). Relationship of swimming power to sprint performance
in swimming strokes. Paper presented at 10th Annual Congress of
European College of Sport Science. Belgrado
Bloomfield, J. and P. Sigerseth (1965). Anatomical and physiological
differences between sprint and middle distance swimmers at the University
level. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness 5: 76-81.
Carter, L. and Ackland, T. Kinanthropometry in Aquatic Sports: A Study of
World Class Athletes HK Sport Science Monograph Series, Volume 5
Human Kinetic Publishers, 1994.
Counsilman BE and Counsilman JE (1993) Problems with the physiological
classification of endurance loads. American Swimmer Dec–Jan: 4–20.
Faulkner, J. A. (1968). Physiology of swimming and diving. Exercise
Physiology. H. B. Falls. New York, Academic Press: 415.
Holmer, I., A. Lundin, et al. (1974). Maximun oxygen uptake during swimming
and running by elite swimmers. Journal of Applied Physiology 36(6): 711-
714.
Holmer, I. (1979). The physiology of swimming man. Exercise and Sports
Science Review. R. S. Hutton and D. I. Miller. New York, Academic Press:
87-121.
Karpovich, P. V. and N. Millman (1994). Energy expenditure in swimming.
American Journal of Physiology 142: 140-144.
Lavoie, J. M. and R. R. Montpetit (1986). Applied physiology of swimming.
Sports Medicine 3: 165-189.
Mader, A., H. Liesen, et al. (1976). Zur beurteilung der sportartspezifischen
ausdauerleistungsfahigkeit im labor. Sportarz und Sportmedizin 4: 80-88.
Maw GJ, Savage BJ, Ellis LB, Creagh A and Petersen M (1995) Anaerobic
threshold determined from changes in blood pH. In: Abstracts, Australian
Conference of Science and Medicine in Sport, Hobart, 1995. Canberra:
Sports Medicine Australia.
Navarro, F. (1996). Relación de la concentración de lactato en sangre con los
parámetros cinemáticos en nadadores de alto rendimiento. Tesis doctoral.
Departamento de Ingeniería de Organización, Administración de Empresas
y Estadística. Madrid, Universidad Politécnica de Madrid.
Navarro, F. (1997). Relación de la concentración de lactato en sangre con los
parárnetros cinemáticos en nadadores de alto rendimiento. Serie ICD de
Investigación en Ciencias del Deporte. C.E.N.I.D. Madrid, Ministerio de
Educación y Cultura.
Navarro, F. (1998). La resistencia. Madrid, Gymnos.
Olbrecht, J. (2000). The Science of Winning. Lutton, Swimshop.
Pendergast, D. R., P. E. Di Prampero, et al. (1978). The influence of selected
biomechanical factors on the energy cost of swimming. Swimming Medicine
IV. B. Eriksson and B. Furberg. Baltimore, University Park Press: 367-378.
Prins J (1988) Setting a standard. Swimming Technique May–July: 13–16.
Pyne DB and Telford RD (1988) Classification of swimming training sessions by
blood lactate and heart rate responses. Excel 5(2):9–12.
Reilly, T. and K. Bayley (1988). The relation between short-erm power output
and sprint performance of young female swimmers. Journal of Human
Movement Studies 14: 19-29.
Reilly, T. (1993). Swimming. Physiology of Sports. T. Reilly, N. Secher, P. Snell
and C. Williams. London, E & F Spon: 234.
Roberts AD (1991) Physiological capacity for sports performance. In: Pyke FS
(ed.) Better Coaching: Advanced Coach’s Manual. Canberra: Australian
Coaching Council, pp 43–54.
Sawka, M. N., R. G. Knowlton, et al. (1979). Post-competition blood lactate
concentration inn Collegiate swimmers. European Journal of Applied
Physiology 41: 93-99.
Sharp, R. L., J. P. Troup, et al. (1982). Relationship between power and sprint
freestyle swimming. Medicine and Science in Sports and Exercise 14: 53-56.
Torma, Z. D. and G. Szèkely (1978). Parameters of acid-base equilibrium at
various swimmming intensities and distances. Swimming Medicine IV. B.
Eriksson and B. Furberg. Baltimore, University Park Press: 274-281.
Treffene RJ (1978) Swimming performance test: a method of training and
performance time selection. Australian Journal of Sports Medicine 10:2–5.
Treffene RJ (1979) Swimming performance test: a method of training and
performance time selection. Swimming Technique 15:120–124.
Troup JP (1984) Review, energy systems and training considerations. Journal
of Swimming Research 1:13–16.
Weltman A (1995) The Blood Lactate Response to Exercise. Champaign,
Illinois: Human Kinetics, pp 83–92.