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Universidad Nacional

“Pedro Ruiz Gallo”


Facultad de Agronomía

LA AGRICULTURA Y LA BIOTECNOLOGIA

CURSO : BOTANICA GENERAL

DOCENTE : ANA JUAREZ CHUNGA

ALUMNO : ROJAS BENAVIDES TITO ELVIS

LAMBAYEQUE, JULIO DEL 2019


INTRODUCCIÓN


Aunque la Biotecnología moderna está basada en el conocimiento científico, no


debemos olvidar que, mucho antes de que este se desarrollara como lo
entendemos hoy, hubo actividades empíricas con sentido plenamente
biotecnológico. El nacimiento y desarrollo de la agricultura puede considerarse
como la primera biotecnología: liberó al hombre de la necesidad continua de
cazar y de recolectar, facilitó el acceso a los alimentos propiciando el aumento
de la población mundial y cambió la vida de los habitantes del planeta que se
convirtieron en sedes sedentarios y diversificaron sus actividades. En el
Neolítico, a través de la manipulación de unos pocos genes con efectos
fenotípicos importantes, se domesticaron un gran número de cultivos
alimentarios, dando origen a la agricultura. Fueron necesarios dos millones de
años para convertir al hombre en Homo sapiens y solo unos pocos milenios,
gracias a la especialización y al desarrollo social fruto de la agricultura, para
poder empezar a comprender nuestro planeta.


La mejora vegetal reproduce los mecanismos evolutivos de generación de


variabilidad, complementando la selección natural por la realizada consciente o
inconscientemente por las personas, teniendo como fin la obtención de cultivares
más productivos, adaptados a distintas condiciones de cultivo y resistentes o
tolerantes a estreses bióticos y abióticos y que mejor satisfagan las necesidades
humanas. Alonso de Herrera publicó en 1513 la “Agricultura General”, primer
tratado moderno de esta disciplina que incorpora el saber romano y andalusí, en
el que muestra que muchos métodos de mejora actuales se desarrollaron en el
cambio de nuestra era. De hecho, muy pocos cultivos importantes, una
excepción muy significativa es la remolacha azucarera, tienen un origen reciente.

Y es precisamente la agricultura y en concreto el cultivo de plantas de una misma
especie, lo que hoy denominamos monocultivo, lo que ha conllevado el
desarrollo de plagas y enfermedades, ya que tanto insectos como agentes
patógenos (hongos, bacterias y virus) se abastecieron de estos para su propio
beneficio. Vale la pena mencionar también otros aspectos de la Biotecnología
antigua como son la propagación vegetativa y en especial el injerto, que se
desarrollaron hace miles de años, y que propiciaron el cultivo de plantas
genéticamente idénticas. Todo ello conllevó ventajas productivas, pero también
nuevos retos en lo que se refiere al control de plagas y enfermedades.


Hoy día los avances biotecnológicos se encuentran estrechamente ligados a la


generación de conocimiento como resultado de la investigación científica, la
investigación finalista, la experimentación, y la transferencia de tecnologías al
sector productivo. Por otra parte, la Biotecnología Vegetal ha permitido
evolucionar desde la estricta producción de alimentos a aspectos más amplios
que se contemplan en lo que hoy denominamos Bioeconomía.

El incremento de la producción al ritmo requerido supone varios problemas. Por
una parte, los recursos son limitados, principalmente en lo que se refiere a tierras
de cultivo y agua para riego. Según la Plataforma de Agricultura Sostenible el
55% de la tierra habitable y el 70% del agua dulce se utilizan para la agricultura.
Además, los pronósticos apuntan a que, debido al cambio climático, las sequías,
inundaciones y variaciones térmicas que provocan grandes pérdidas en la
agricultura serán cada vez más frecuentes y graves.

La biotecnología en la agricultura
La biotecnología vegetal es una extensión de la tradición de modificar las plantas,
con una diferencia muy importante: la biotecnología vegetal permite la
transferencia de una mayor variedad de información genética de una manera
más precisa y controlada.

Al contrario de la manera tradicional de modificar las plantas que incluía el cruce


incontrolado de cientos o miles de genes, la biotecnología vegetal permite la
transferencia selectiva de un gen o unos pocos genes deseables. Con su mayor
precisión, esta técnica permite que los mejoradores puedan desarrollar
variedades con caracteres específicos deseables y sin incorporar aquellos que
no lo son.

Muchos de estos caracteres desarrollados en las nuevas variedades defienden


a las plantas de insectos, enfermedades y malas hierbas que pueden devastar
el cultivo. Otros incorporan mejoras de calidad, tales como frutas y legumbres
más sabrosas; ventajas para su procesado (por ejemplo tomates con un
contenido mayor de sólidos); y aumento del valor nutritivo (semillas oleaginosas
que producen aceites con un contenido menor de grasas saturadas).

Estas mejoras en los cultivos pueden contribuir a producir una abundante y


saludable oferta de alimentos y proteger nuestro medio ambiente para las futuras
generaciones.
En la base de las nuevas biotecnologías desarrolladas están las técnicas de
aislamiento de células, tejidos y órganos de plantas y el crecimiento de estos
bajo condiciones controladas (in vitro). Existe un rango considerable de técnicas
disponibles que varían ampliamente en sofisticación y en el tiempo necesario
para producir resultados útiles.

El desarrollo más crucial para la biotecnología fue el descubrimiento de que una


secuencia de DNA (gen) insertado en una bacteria induce la producción de la
proteína adecuada. Esto amplió las posibilidades de la recombinación y la
transferencia de genes, con implicaciones a largo plazo para la agricultura a
través de la manipulación genética de microorganismos, plantas y animales.
En la producción y elaboración agrícolas, la biotecnología se usa para la
resolución de todo tipo de problemas, para incrementar el rendimiento del cultivo,
potenciar la resistencia a plagas, la lucha contra condiciones adversas, así como
el aumento del contenido de nutrientes de los alimentos.
Beneficios de la biotecnología en la agricultura
A continuación, se detallarán aquellos beneficios que aporta la biotecnología en
la actividad agrícola.

Mayor resistencia a la sequía


La sequía continúa siendo la gran amenaza para la productividad agrícola. El
cambio climático está continuamente amenazando con alargar las sequías e
incrementar sus efectos. Entre las ayudas, en este sentido, de los profesionales
de la agricultura, está la biotecnología.
Un ejemplo claro de ello es el maíz en África. Se dice que alrededor de 300
millones de personas dependen del maíz como principal fuente de alimento. Las
previsiones de sequía en el área africana son cada vez mayores. Para paliar
esto, hay un ilusionante proyecto para el 2017, que proyecta la plantación de
maíz biotecnológico.
Resistencia ante enfermedades
El efecto dañino de determinadas enfermedades, como son las causadas
por hongos, bacterias, nematodos y otros patógenos diferentes, puede
ocasionar efectos catastróficos en plantaciones enteras.
Mediante la aplicación de la biotecnología, la resistencia a estas enfermedades
se incrementa, y las pérdidas económicas disminuyen.
Resistencia a herbicidas.
La resistencia a herbicidas se basa en la transferencia de genes de resistencia
a partir de bacterias y algunas especies vegetales, como la petunia. Así se ha
conseguido que plantas como la soja sean resistentes al glifosato, a glufosinato
en la colza y bromoxinil en algodón.

Así con las variedades de soja, maíz, algodón o canola que las incorporan, el
control de malas hierbas se simplifica para el agricultor y mejoran la
compatibilidad medioambiental de su actividad, sustituyendo materias activas
residuales. Otro aspecto muy importante de estas variedades es que suponen
un incentivo para que los agricultores adopten técnicas de agricultura de
conservación, donde se sustituyen parcial o totalmente las labores de
preparación del suelo. Esta sustitución permite dejar sobre el suelo los rastrojos
del cultivo anterior, evitando la erosión, conservando mejor la humedad del suelo
y disminuyendo las emisiones de CO2 a la atmósfera. A largo plazo se consigue
mejorar la estructura del suelo y aumentar la fertilidad del mismo.
El ejemplo más destacado se ha observado en EEUU y Argentina, donde las
autorizaciones de variedades de soja, tolerantes a un herbicida no selectivo y de
baja peligrosidad, han tenido una rápida aceptación (14 millones de has en 1999)
que ha ido acompañada de un rápido crecimiento de la siembra directa y no
laboreo en este cultivo.

Mediante los cultivos biotecnológicos, el profesional del campo podrá escoger


aquellos herbicidas que considere adecuados y aplicarlos únicamente cuando
los necesite.
Además, se potencian los métodos de cultivo directos, sin labranza, que
fomentan la conservación de los suelos, reduciendo las emisiones de dióxido de
carbono.

Las plagas
La biotecnología está ayudando a la producción de cultivos que resisten el
temible ataque de determinados insectos. Entre los ejemplos más claros está el
maíz, cuyas variedades se han ido modificando para incorporar una proteína
insecticida que otorga a las plantas protección contra determinados gusanos.
La soja, el algodón, y algunas hortalizas como la berenjena son otras muestras
significativas.
Resistencia a plagas y enfermedades:

Gracias a la biotecnología ha sido posible obtener cultivos que se auto protegen


en base a la síntesis de proteínas u otras sustancias que tienen carácter
insecticida. Este tipo de protección aporta una serie de ventajas muy importantes
para el agricultor, consumidores y medio ambiente:
Reducción del consumo de insecticidas para el control de plagas.
Protección duradera y efectiva en las fases críticas del cultivo.
Ahorro de energía en los procesos de fabricación de insecticidas, así como
disminución del empleo de envases difícilmente degradables. En consecuencia,
hay estimaciones de que en EEUU gracias a esta tecnología hay un ahorro anual
de 1 millón de litros de insecticidas (National Center for Food and Agricultural
Policy), que además requerirían un importante consumo de recursos naturales
para su fabricación, distribución y aplicación
Se aumentan las poblaciones de insectos beneficiosos.
Se respetan las poblaciones de fauna terrestre.
Este tipo de resistencia se basa en la transferencia a plantas de genes
codificadores de las proteínas Bt de la bacteria Bacillus thuringiensis, presente
en casi todos los suelos del mundo, que confieren resistencia a insectos, en
particular contra lepidópteros, coleópteros y dípteros. Hay que señalar que las
proteínas Bt no son tóxicas para los otros organismos. La actividad insecticida
de esta bacteria se conoce desde hace más de treinta años. La Bt es una
exotoxina que produce la destrucción del tracto digestivo de casi todos los
insectos ensayados.

Este gen formador de una toxina bacteriana con una intensa actividad contra
insectos se ha incorporado a multitud de cultivos. Destacan variedades de
algodón resistentes al gusano de la cápsula, variedades de patata resistentes al
escarabajo y de maíz resistentes al taladro.
Los genes Bt son sin duda los más importantes pero se han descubierto otros en
otras especies, a veces con efectos muy limitados (en judías silvestres a un
gorgojo) y otras con un espectro más amplio de acción como los encontrados en
el caupí o en la judía contra el gorgojo común de la judía.

Los casos más avanzados de plantas resistentes a enfermedades son los de


resistencias a virus en tabaco, patata, tomate, pimiento, calabacín, soja, papaya,
alfalfa y albaricoquero. Existen ensayos avanzados en campo para el control del
virus del enrollado de la hoja de la patata, mosaicos de la soja, etc.
Resistencia a estrés abióticos.
Las bacterias Pseudomonas syringae y Erwinia herbicola, cuyos hábitats
naturales son las plantas, son en gran parte responsables de los daños de las
heladas y el frío en muchos vegetales, al facilitar la producción de cristales de
hielo con una proteína que actúa como núcleo de cristalización. La separación
del gen implicado permite obtener colonias de estas bacterias que, una vez
inoculadas en grandes cantidades en la planta, le confieren una mayor
resistencia a las bajas temperaturas.

En cualquier caso, la resistencia a condiciones adversas como frío, heladas,


salinidad, etc., es muy difícil de conseguir vía biotecnología, ya que la genética
de la resistencia suele ser poli genética, interviniendo múltiples factores.
Otras aplicaciones.
En el campo de la horticultura se han obtenido variedades coloreadas imposibles
de obtener por cruzamiento o hibridación, como el el caso de la rosa de color
azul a partir de un gen de petunia y que es el responsable de la síntesis de
delfinidinas (pigmento responsable del color azul). En clavel también se ha
conseguido insertar genes que colorean esta planta de color violeta.
También se ha conseguido mejorar la fijación de nitrógeno por parte de las
bacterias fijadoras que viven en simbiosis con las leguminosas. Otra línea de
trabajo es la transferencia a cereales de los genes de nitrificación de dichas
bacterias, aunque es enormemente compleja al estar implicados muchísimos
genes.
En colza y tabaco, se ha logrado obtener plantas androestériles gracias a la
introducción de un gen quimérico compuesto por dos partes: una que sólo se
expresa en el tejido de la antera que rodea los granos de polen y otra que codifica
la síntesis de una enzima que destruye el ARN en las células de dicho
tejido. Este procedimiento permitirá la obtención de híbridos comerciales con
mayor facilidad.
En la industria auxiliar a la agricultura destaca la producción de plásticos
biodegradables procedentes de plantas en las que se les ha introducido genes
codificadores del poli-b-hidroxibutirato, una sal derivada del butírico. Cuando
estos genes se expresan en plantas se sabe que de cada 100 gr de planta se
puede obtener 1 gr. de plástico biodegradable.
Producción de plantas transgénicas productoras de vacunas, como tétanos,
malaria en plantas de banana, lechuga, mango, etc.
Mecanismos que regulan la aprobación y seguridad de los cultivos
mejorados genéticamente.
La novedad de estos avances y las posibilidades que abren han hecho que las
administraciones de todo el mundo articulen sus legislaciones bajo el criterio de
precaución, que significa que cada una de estas mejoras debe ser evaluada
“caso por caso”, y como si se tratara de un nuevo medicamento se autorice o
rechace ante la más mínima duda sobre su seguridad. Así, las variedades
actualmente autorizadas lo han hecho de acuerdo con las pautas recomendadas
por comités de expertos como los de la FAO, Organización Mundial de la Salud
y otras instituciones de reconocido prestigio.

En el periodo de aprobación, se evalúan tanto las características que


corresponden a la mejora introducida (gen, proteína a la que da lugar, etc.) como
el cultivo mejorado en sí (comportamiento agronómico, impacto sobre especies
no objetivo, etc.) y tanto desde el punto de vista medioambiental, como en lo que
respecta a su seguridad de uso para alimentación humana o para fabricación de
piensos. Ninguna de estas evaluaciones es requerida para variedades que se
hayan mejorado por otras técnicas, incluyendo aquellas en las que las técnicas
son mucho más agresivas con el genoma de la planta e impredecibles en los
resultados.

Podemos estar por tanto seguros de que hay una legislación estricta que vela
para que ninguna de estas aplicaciones llegue a la fase comercial con posibles
daños medioambientales o sanitarios que no compensen su utilidad, y la prueba
fehaciente de que esto es así, es que tras cuatro años de comercialización, y
cuando se suman millones de has sembradas con estas variedades, no ha
habido ni un sólo incidente sanitario.
Mejor calidad nutricional
Incluso para determinados productos alimenticios, la biotecnología se está
utilizando para mejorar sus propiedades. En el caso de los aceites para la cocina,
se están consiguiendo productos cada vez más saludables. También en los
productos alimenticios para niños se están obteniendo avances.
Una nueva variedad de arroz, modificada con la biotecnología, se está
potenciando con beta-caroteno, un interesante compuesto que nuestro
organismo utiliza para para la producción de vitamina A. La carencia de vitamina
A causa millones de muertes en todo el mundo, y cientos de miles de casos de
ceguera irreversible.

Uso en ganadería
También en la ganadería se está obteniendo avances muy importantes con el
uso de la biotecnología.
Se está transformando los piensos y la alimentación del ganado para mejorar su
nutrición y reducir desechos, así como ayudar en el diagnóstico de
enfermedades y generar nuevas vacunas contra estas patologías.
BIBLIOGRAFÍA.
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