Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Personajes
¡Vamos, no te avergüences... dale la mano también tú! Quedará así sellado vuestro
compromiso y pronto os casaréis.
CLARISA:
(Dando su mano a Silvio.)
Todos vosotros sois testigos de este compromiso entre mi hija Clarisa y el señor
Silvio, hijo dignísimo de nuestro doctor Lombardi.
BRIGHELLA:
( A Pantaleón.)
para vos.
SILVIO:
Puedo considerarme ciertamente afortunado. (Por Clarisa, intencionado.)Aunque no
sé si la señora Clarisa pensará lo mismo…
CLARISA:
¡No seáis injusto, querido Silvio! Sabéis perfectamente que os amo...Me habría casado
con aquel turinés para obedecer a mi señor padre, pero mi corazón os ha pertenecido siempre.
DOCTOR:
Es la purísima verdad. Cuando el Cielo ha decretado una cosa, la hacen hacer por
vías imprevistas. ( A Pantaleón.)
¿Sucedió en Turín?
PANTALEÓN:
En Turín.
BRIGHELLA:
¡Pobre hombre! ¡Lo siento infinitamente!
PANTALEÓN:
( A Brighella.)
¿Lo conocíais?
BRIGHELLA:
¡Claro que sí! Viví tres años en Turín y también conocí a su hermana. Una joven de
carácter, valerosa; vestía de hombre y andaba acaballo. Su hermano la quería
entrañablemente. ¡Quién hubiera podido pensarlo…!
PANTALEÓN:
¡Y... las desgracias están siempre prontas...! Pero no hablemos de cosas tristes.
(Transición.)
Tengo una cosa que deciros, apreciado Brighella. Sé que os agrada cocinar y quisiera que
nos preparaseis un par de platos a vuestro gusto.
BRIGHELLA:
¡Lo haré con el mayor placer! Estará mal decirlo, pero de mi posada todos salen
contentos. Y se dice que en ninguna parte se come como en mi casa. Os haré
probar algo especial.
PANTALEÓN:
¡Muy bien! Algo caldoso donde se pueda mojar el pan. (Se oye golpear.)
CLARISA:
Preferiría retirarme, padre.
PANTALEÓN:
¿Dónde?
CLARISA:
No sé... a mi alcoba.
PANTALEÓN:
No, señora; quedaos. (
Al Doctor, bajo.
)
Sabio y prudente.
TRUFALDINO:
(
Entra conducido por Esmeraldina.
)
Señores... os saludo a todos con humilde reverencia. ¡Oh, qué hermosa, que interesante reunión!
PANTALEÓN:
¿Quién eres, amigo? ¿Qué deseas?
TRUFALDINO:
(
A Pantaleón, indicando a Clarisa.
)
¿Y tú quien eres?
ESMERALDINA:
(
Por Clarisa.
)
Su criada, señor.
TRUFALDINO:
¡Hum...! Me alegro.
PANTALEÓN:
¡Vamos, déjate de ceremonias! ¿Qué quieres de mí? ¿Quién eres?¿Quién te manda?
TRUFALDINO:
Despacio, señor; despacio y a las buenas. Tres preguntas al mismo tiempo son demasiado
para un pobre hombre como yo.
PANTALEÓN:
(
Al Doctor, bajo.
)
Hablemos de matrimonio.
PANTALEÓN:
¿Y quién es ese forastero? ¿Cómo se llama?
TRUFALDINO:
(
Aparte.
)
¡Qué cargoso! (
A Pantaleón.
)
Mi patrón es el señor Federico Rasponi, turinés... quien os hace llegar sus saludos, quien ha
venido a propósito, quien está abajo, quien me manda como embajador,quien desearía pasar, quien me
espera con la respuesta. (
Todos hacen gestosde sorpresa.
)
Volvamos a lo nuestro.
PANTALEÓN:
¡Ven aquí y habla conmigo! ¿Qué demonios estás diciendo?
TRUFALDINO:
Y si queréis saber también quien soy yo, me llamo Trufaldino Batochio, de los valles de
Bérgamo.
PANTALEÓN:
¡No me interesa saber quién eres! Quisiera que volvieses a decirme quién es tu patrón. Temo
haber comprendido mal.
TRUFALDINO:
(
Aparte.
)
¡Me sorprendéis, señores! ¡No se trata de ese modo a la pobre gente! ¡No se engaña así a los
forasteros! ¡No es comportamiento de gentileshombres y haré que me rindáis debidas
cuentas!
PANTALEÓN:
(
A sus contertulios, bajo.
)
FIN