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LA SOCIEDAD CONYUGAL Y LA SOCIEDAD PATRIMONIAL EN COLOMBIA:

Un estudio sobre el haber relativo.

MARY LUCY ROMERO SEPÚLVEDA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

ÁREA CURRICULAR DE DERECHO

MAESTRÍA EN DERECHO,
PROFUNDIZACIÓN EN DERECHO DE FAMILIA

PROPUESTA DE TRABAJO FINAL DE MAESTRÍA

Bogotá D.C., 25 de mayo de 2018


LA SOCIEDAD CONYUGAL Y LA SOCIEDAD PATRIMONIAL EN COLOMBIA:
Un estudio sobre el haber relativo.

1. PROBLEMA Y ESTADO DEL ARTE

La Sociedad Conyugal

Desde el punto de vista normativo, el artículo 180 vigente del Código Civil Colombiano
señala que “Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre los cónyuges,
según las reglas del título 22, libro IV del Código Civil.
Los que se hayan casado en país extranjero y se domiciliaren en Colombia, se
presumirán separados de bienes, a menos que de conformidad a las leyes bajo cuyo imperio se
casaron se hallen sometidos a un régimen patrimonial diferente.”

El maestro Lafont Pianetta, establece unos presupuestos para que opere el régimen legal
de la sociedad conyugal: el matrimonio y la ausencia de capitulaciones matrimoniales. (Lafont
Pianetta, 2010, pág. 707)

Lo anterior concuerda con lo descrito en el artículo 1774 Ibídem: “A falta de pacto


escrito se entenderá, por el mero hecho del matrimonio, contraída la sociedad conyugal con
arreglo a las disposiciones de este título”.

Respecto a la Regulación de la Sociedad Conyugal

Encontramos que la sociedad conyugal está regulada en el artículo 1781 Ibídem, que
indica:
“El haber de la sociedad conyugal se compone:
1. De los salarios y emolumentos de todo género de empleos y oficios devengados
durante el matrimonio.
2. De todos los frutos, réditos, pensiones, intereses y lucros de cualquiera naturaleza
que provengan, sea de los bienes sociales, sea de los bienes propios de cada uno de los
cónyuges y que se devenguen durante el matrimonio.
3. Del dinero que cualquiera de los cónyuges aportare al matrimonio, o durante él
adquiriere, obligándose la sociedad a la restitución de igual suma.
4. De las cosas fungibles y especies muebles que cualquiera de los cónyuges aportare
al matrimonio, o durante el adquiere (sic); quedando obligada la Sociedad a restituir su valor
según el que tuvieron al tiempo del aporte o de la adquisición.
Pero podrán los cónyuges eximir de la comunión cualquiera parte de sus especies
muebles, designándolas en las capitulaciones, o en una lista firmada por ambos y por tres
testigos domiciliados en el territorio.
5. De todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el matrimonio
a título oneroso.
6. De los bienes raíces que la mujer aporta al matrimonio, apreciados para que la
sociedad le restituya su valor en dinero.
Se expresara así en las capitulaciones matrimoniales o en otro instrumento público
otorgado al tiempo del aporte, designándose el valor, y se procederá en lo demás como en el
contrato de venta de bienes raíces.
Si se estipula que el cuerpo cierto que la mujer aporta, puede restituirse en dinero a
elección de la misma mujer o del marido, se seguirán las reglas de las obligaciones
alternativas.”

La Sociedad Patrimonial

Consultando el autor Roberto Suarez Franco, encuentro que se refiere específicamente al


Concubinato1 como una modalidad de relaciones estables, sugiriendo vida en común con
apariencia matrimonial. (Suárez Franco, 1984, pág. 228)

Refiere el autor que en Roma el concubinato o unión libre guardaba alguna semejanza con el
matrimonio ya que presentaba una situación de estabilidad entre los concubinos en el campo de
sus relaciones sexuales e inclusive patrimoniales; precisando que el concubinato se diferenciaba
del matrimonio por la ausencia de celebración oficial o acto solemne, asignándole tres elementos2:
1) Comunidad de habitación y techo,
2) Existencia de relaciones sexuales, que deben revestir cierta estabilidad, y
3) Duración de ella por un espacio de tiempo más o menos prolongado

Finalmente, el autor perfecciona su reseña al Concubinato o Unión Libre formulándose la siguiente


pregunta:
“¿Qué partido debe tomar el legislador en presencia de ese estado de cosas: es decir, con relación
a las personas que viven como si estuvieran casados, sin someterse no obstante a ninguna de las
reglas del matrimonio?”

Respecto a esta pregunta formulada en este libro de 1984, me atrevo a insinuar que fue resuelta
por el legislador mediante la expedición de la Ley 54 de 1990, que posteriormente fue modificada
por la Ley 979 de 2005.

Entrando en materia, respecto a la Sociedad Patrimonial, considero indispensable definir el origen


de la Sociedad Patrimonial, tal como la consagra la Ley 54 de 1990 (por la cual se definen las
uniones maritales de hecho y régimen patrimonial entre compañeros permanentes), así:
Artículo 1. A partir de la vigencia de la presente Ley y para todos los efectos civiles, se denomina
Unión Marital de Hecho, la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen
una comunidad de vida permanente y singular. Igualmente, y para todos los efectos civiles, se
denominan compañero y compañera permanente, al hombre y la mujer que forman parte de la
unión marital de hecho.

Para el efecto, debemos entender, a la luz de la Sentencia C-683 de 2015 de la Corte Constitucional
que, en virtud del interés superior del menor, dentro de su ámbito de aplicación están comprendidas
también las parejas del mismo sexo que conforman una familia.

1 Suarez Franco, 1984, pág. 228


2
Suarez Franco, 1984, pág. 229
La sociedad patrimonial en Colombia la encontramos definida inicialmente en el artículo 2 de la
Ley 54 de 1990 que fue modificado la Ley 979 de 2005 (por medio de la cual se modifica
parcialmente la Ley 54 de 1990 y se establecen unos mecanismos ágiles para demostrar la unión
marital de hecho y sus efectos patrimoniales entre compañeros permanentes), el cual señala:
“Artículo 1o. El artículo 2 de la Ley 54 de 1990, quedará así:
Artículo 2o. Se presume sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a
declararla judicialmente en cualquiera de los siguientes casos:
a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años, entre un
hombre y una mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio;
b) Cuando exista una unión marital de hecho por un lapso no inferior a dos años e
impedimento legal para contraer matrimonio por parte de uno o de ambos compañeros
permanentes, siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido
disueltas antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho.
Los compañeros permanentes que se encuentren en alguno de los casos anteriores podrán
declarar la existencia de la sociedad patrimonial acudiendo a los siguientes medios:
1. Por mutuo consentimiento declarado mediante escritura pública ante Notario donde dé fe
de la existencia de dicha sociedad y acrediten la unión marital de hecho y los demás
presupuestos que se prevén en los literales a) y b) del presente artículo.
2. Por manifestación expresa mediante acta suscrita en un centro de conciliación legalmente
reconocido demostrando la existencia de los requisitos previstos en los literales a) y b) de
este artículo.

En relación a lo anterior, es importante anotar, que la sociedad patrimonial no quedó plateada


inicialmente de esta forma por el legislador; ya que, para mayor efectividad en la lectura, en el
párrafo anterior presenté el artículo vigente a la fecha, omitiendo los apartes que han sido
modificados o suprimidos como consecuencia de las sentencias de inexequibilidad proferidas por
la Corte Constitucional3.

Respecto a la formalización de su existencia, adicional a la modalidad (declararse judicialmente)


indicada en el artículo artículo 2 de la Ley 54 de 1990 para declarar la existencia de la sociedad

3
El Artículo 1 de la Ley 979 de 2005 ha sido objeto de estudio en varias oportunidades por parte de la Corte
Constitucional, resaltando a continuación, únicamente las Sentencias que le han efectuado modificaciones /
excluyendo palabras de su vigencia, como consecuencia de la inexequibilidad, que a continuación conservo
literalmente:
Artículo 1o. El artículo 2o. de la Ley 54 de 1990, quedará así:
Artículo 2o. Se presume sociedad patrimonial entre compañeros permanentes y hay lugar a declararla judicialmente
en cualquiera de los siguientes casos: a) Cuando exista unión marital de hecho durante un lapso no inferior a dos años,
entre un hombre y una mujer sin impedimento legal para contraer matrimonio; b) Cuando exista una unión marital de
hecho por un lapso no inferior a dos años e impedimento legal para contraer matrimonio por parte de uno o de ambos
compañeros permanentes, siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido disueltas y
liquidadas por lo menos un año antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho. (…)
- Aparte tachado 'y liquidadas' declarado inexequible por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-700-13, M.P.
Dr. Alberto Rojas Ríos.
- Aparte tachado 'por lo menos un año' declarado inexequible, por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-193-
16, M.P. Dr. Luis Ernesto Vargas Silva.
Fuente: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0979_2005.html
patrimonial aplican los mismos mecanismos4 que para la declaración de la existencia de la unión
marital de hecho, y son:
1. Mediante Escritura Pública ante Notario, cuando existe el mutuo consentimiento de los
compañeros permanentes.
2. Por Acta de Conciliación suscrita por los compañeros permanentes, en centro legalmente
constituido.
3. Por Sentencia Judicial, mediante los medios ordinarios de prueba consagrados en el
estatuto procesal (hoy Código General del Proceso), con conocimiento de los Jueces de
Familia; aplicando este mecanismo, bien sea en vida de ambos compañeros, o con
posterioridad al fallecimiento de alguno.

La Sociedad de Hecho en Colombia

La sociedad de hecho en Colombia la encontramos regulada, y no precisamente en la legislación


civil o de familia, por el contrario, está en el artículo 498 del Código de Comercio:
“La sociedad comercial será de hecho cuando no se constituya por escritura pública. Su existencia
podrá demostrarse por cualquiera de los medios probatorios reconocidos en la ley”

Previo a entrar en materia respecto a la Sociedad de Hecho, es importante diferenciarla de la


Sociedad Mercantil, a la luz del artículo 98 del Código de Comercio:
“Por el contrato de sociedad dos o más personas se obligan a hacer un aporte en dinero, en
trabajo o en otros bienes apreciables en dinero, con el fin de repartirse entre sí las utilidades
obtenidas en la empresa o actividad social.
La sociedad, una vez constituida legalmente, forma una persona jurídica distinta de los socios
individualmente considerados”

Sin embargo, pese a la realidad que indica que el llamado anteriormente “concubinato” coincide
con el desarrollo que constitucionalmente se le ha dado a la conformación de la familia por
vínculos naturales, como lo establece el artículo 42 de la Carta, resulta escasa la legislación que
regule la Sociedad Patrimonial en el ámbito de las relaciones de pareja o “familiar”; no obstante,
encontramos que la Corte Suprema de Justicia ha suplido ese vacío en renombradas sentencias,
tales como la Sentencia SC8225-2016 del 22 de junio de 2016, del Magistrado Ponente Luis
Armando Tolosa Villabona.5

Comparando las tres especies de sociedades de bienes que se pueden conformar en Colombia como
consecuencia de las relaciones de pareja con efectos patrimoniales, como son la sociedad conyugal,
la sociedad patrimonial y la sociedad de hecho; nos permite concluir en sus características, varias
diferencias, como por ejemplo la fecha de la constitución de cada una, o inicio de formación de
cada una, ya que la sociedad conyugal inicia en la fecha exacta de la celebración del matrimonio,
por su parte la sociedad patrimonial solo surge luego de los dos años de existencia de la unión
marital de hecho, y por su parte la sociedad de hecho inicia en la época en que la pareja, aparte de
las relaciones sexuales “empiezan a desarrollar actividades económicas con ánimo de formar un
patrimonio común”. (Bolaños, 2011, pág. 111)

4
El artículo 4 de la Ley 54 de 1990.
5
Corte Suprema de Justicia Sala Civil, Sentencia SC-82252016, 22 de junio de 2016. M.P. Luis Armando Tolosa
Villabona.
Otra diferencia, es la prescripción de las acciones para su declaración., ya que la sociedad conyugal
no adolece de prescripción para su declaración, ya que nace automáticamente después del
matrimonio, a menos que se hayan suscrito capitulaciones, por otra parte, la acción para declarar
la existencia de la sociedad patrimonial, prescribe en un año a partir de la disolución de la unión
marital de hecho por causa de separación física, de muerte de alguno o ambos compañeros, o
matrimonio con terceros; y finalmente la declaración de la existencia de la sociedad de hecho toma
el termino general de las prescripciones, esto es de die años para la prescripción extraordinaria.

Al respecto, considero importante traer a colación uno de los fallos proferidos por el
TRIBUNAL SUPERIOR DISTRITO JUDICIAL DE BUGA (VALLE). Sala Quinta de
Decisión Civil Familia, el 16 de agosto de 2016, Magistrada Ponente: Dra. Bárbara Liliana
Talero Ortiz 6:

“Y es que mal haría la Sala en dar aplicación al breve término


prescriptivo contemplado en el artículo 8º de la Ley 54 de 1990, cuando el mismo
no alude al matrimonio celebrado entre los mismos compañeros permanentes y
su finalidad ha sido desde su promulgación, garantizar la seguridad jurídica y
patrimonial de las futuras uniones o matrimonios que llegasen a conformar los
compañeros permanentes con terceras personas, en los eventos en que se rompe
de manera irreversible la relación de pareja (por separación definitiva,
matrimonio con terceros o muerte de uno los compañeros), y así evitar la
coexistencia de sociedades entre varias parejas. Evento por entero ajeno al caso
que nos ocupa pues el hecho que disolvió la sociedad patrimonial no comporta
la terminación de la comunidad de vida y de bienes, sino por el contrario su
consolidación formal a través del vínculo matrimonial.” (Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Buga (Valle), Sentencia No. 110, 2016)

Comparativo de la Sociedad Conyugal y la Sociedad Patrimonial

Un avance importante en este aspecto hizo la Corte Constitucional en la Sentencia C-278 de 2014,
Magistrado Sustanciador: Mauricio González Cuervo, al señalar brevemente las semejanzas y
diferencias entre la Sociedad Conyugal y la Sociedad Patrimonial:

Cuadro tomado se la Sentencia C-278 de 2014:

Bienes que no hacen Bienes que hacen Bienes que se


parte de la sociedad. parte de la sociedad y restituyen las partes
que se dividen en en el momento
partes iguales al disolverse la
disolverse la misma. sociedad.

6
TRIBUNAL SUPERIOR DISTRITO JUDICIAL DE BUGA (VALLE). Sala Quinta de Decisión Civil Familia. 16 de agosto de
2016. Magistrada Ponente: Dra. Bárbara Liliana Talero Ortiz. Fallo que resolvió la apelación de Sentencia No. 110-
2016. Demandante: Wilson Escobar Cortés, Demandados: Liliana Patricia Romero, Radicado: 76-834-31-10-002-
2014-00350-01.
Sociedad conyugal -Los bienes excluidos Bienes del haber Bienes del haber
en las capitulaciones. absoluto: art.1781 n. relativo: art. 1781 n.
-Inmuebles 1, 2 y 5 (salarios, 3, 4 y 6 (dinero y
adquiridos antes del réditos, lucros y bienes muebles que el
matrimonio a frutos de los bienes cónyuge aporta al
cualquier título. sociales o de cada matrimonio y bienes
cónyuge y todo lo que raíces que aporta la
se adquiera durante mujer-y el hombre-
la vigencia del expresado en
matrimonio). capitulaciones o
instrumento público).
Sociedad patrimonial -Bienes adquiridos -Los bienes producto
por donación, del trabajo, ayuda y
herencia o legado. socorro mutuos.
-Bienes adquiridos -Los réditos, rentas,
por cada compañero frutos o mayor valor
antes de iniciar la que produzcan los
unión marital de bienes propios de los
hecho. compañeros durante
la unión marital de
hecho.

Pese a que el Código Civil colombiano ha tenido varias modificaciones en los aspectos
relacionados con la “igualdad en las relaciones de pareja”, no ha sufrido modificación respecto
a los bienes que constituyen la sociedad conyugal, ya que en el artículo 1781 se estableció el
haber absoluto en los numerales 1, 2 y 5, y el haber relativo en los numerales 3, 4 y 6. En la
sentencia C-278 del 2014 de la Corte Constitucional, el accionante7 se hace referencia a que las
recompensas del haber relativo fueron inicialmente establecidas en un contexto en el que la
mujer se consideraba incapaz y en el que existía la necesidad de protegerla y de garantizarle su
patrimonio. La recompensa derivada del haber relativo, “fue una herramienta de conservación
del capital de la mujer a la hora de la liquidación de la sociedad conyugal que se tomó y
conservó de la acción re in verso que con la ley Julia estableció Justiniano en cuanto a la dote,
prerrogativa que era imprescindible antes de la Ley 28 de 1932”. (Sentencia C-0278, 2014)

La normatividad procesal vigente en materia de sociedad conyugal y sociedad


patrimonial.

Mientras transitaban los años posteriores a la decisión de la Corte Constitucional que


ordenó legislar los aspectos sustanciales de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, en
el país se veía la necesidad de reemplazar el Código de Procedimiento Civil que había sido
expedido en 1970, por lo cual en el Instituto Colombiano de Derecho Procesal continuaron con
la tarea iniciada desde el año 2003 que consistía en redactar un nuevo código de procedimiento,

7
Sentencia C-278 del 2014. Corte Constitucional, Expediente D-9903. Actor: Carlos Mario Ulloa Mateus y Mónica
Alejandra Rodríguez Ruiz. Demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 1781 (parcial) del Código Civil.
Magistrado Sustanciador: MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO.
con el propósito primordial de optimizar el servicio de justicia, y que posteriormente fue llevado
al Congreso de la Republica, y finalmente se convirtió en la Ley 1564 de 2012 por medio de la
cual se expidió el Código General del Proceso, que entró en vigencia completamente en el mes
de enero de 2016, en el cual se regulan los aspectos procesales en asuntos civiles, comerciales
y de familia; y que incorpora aspectos importantes que me permito recalcar a continuación, en
relación con los compañeros permanentes y la sociedad patrimonial.

Como ya se mencionó, el nuevo Código General del Proceso, incorpora en su artículo


1 el objeto de regular la actividad procesal en los asuntos “civiles, comerciales, de familia y
agrarios”, por lo tanto incumbe a esta investigación, por estar relacionada con los aspectos
patrimoniales de las relaciones de pareja; encontrando inicialmente que, en razón a la
naturaleza del asunto, en el artículo 17 asigna inicialmente competencia a los jueces civiles
municipales en única instancia para conocer los asuntos de familia en los municipios que no
haya juez de familia o promiscuo de familia. Seguidamente indica en el artículo 20 que la
competencia para conocer los asuntos de familia en primera instancia en los municipios donde
no exista juez promiscuo o de familia será de los jueces civiles del circuito.

Respecto a los municipios en los cuales contamos con jueces de familia, en el artículo
22 se establece que serán de conocimiento en primera instancia varios tipos de procesos, entre
los cuales, se encuentran los que nos ocupan en esta investigación, relacionados con las parejas
con uniones libres o de hecho y sus aspectos patrimoniales, como los que se describen en los
siguientes numerales:
“16. Del litigio sobre propiedad de bienes, cuando se discuta si estos son propios
del cónyuge o del compañero o compañera permanente o si pertenecen a la sociedad
conyugal o patrimonial.
17. De las controversias sobre la subrogación de bienes o las compensaciones
respecto del cónyuge o del compañero o compañera permanente y a cargo de la sociedad
conyugal o patrimonial o a favor de estas o a cargo de aquellos en caso de disolución y
liquidación de la sociedad conyugal o patrimonial.
18. De la reivindicación por el heredero sobre cosas hereditarias o por el
cónyuge o compañero permanente sobre bienes sociales.
19. De la rescisión de la partición por lesión o nulidad en las sucesiones por
causa de muerte y la liquidación de sociedades conyugales o patrimoniales entre
compañeros permanentes.
20. De los procesos sobre declaración de existencia de unión marital de hecho y
de la sociedad patrimonial entre compañeros permanentes, sin perjuicio de la
competencia atribuida a los notarios”.

Es en este artículo 22 donde nos encontramos con la grata sorpresa de que el Código
General del Proceso incluye expresamente la terminología de “unión marital de hecho” y
“sociedad patrimonial” así como el reconocimiento explícito de la intervención en varios
asuntos del “compañero o compañera permanente”, lo cual nos complace porque lo deja a la
altura de los pronunciamientos de la Corte Constitucional al respecto.

Es importante resaltar, que respecto a la competencia en razón a la cuantía, el artículo


23 establece el fuero de atracción, que básicamente consiste en asignarle al juez que conoce la
sucesión de mayor cuantía que se encuentra en trámite, la competencia para conocer las disputas
sobre “el régimen económico del matrimonio y la sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes”, así como también las relacionadas con litigios sobre “la propiedad de bienes,
cuando se disputa si estos son propios o de la sociedad conyugal, y las controversias sobre
subrogación de bienes o las compensaciones respecto de los cónyuges y a cargo de la sociedad
conyugal o a favor de esta o a cargo de aquellos en caso de disolución y liquidación de la
sociedad conyugal o sociedad patrimonial entre compañeros permanentes”, lo anterior permite
un desplazamiento de la competencia y conlleva un beneficio a las partes o a terceros
involucrados; lo cual debe ser tenido en cuenta en concordancia con lo establecido en el
numeral 12 del artículo 28, que nos habla de la competencia territorial, y en el tema que nos
ocupa, los procesos contenciosos se radicarán ante el juez del domicilio del demandado, a
menos que la residencia de este se encuentra fuera del país o se desconozca, circunstancia que
nos permitiría radicar la demanda ante el juez del domicilio del demandante. En relación a las
demandas de “declaración de existencia de unión marital de hecho, liquidación de sociedad
conyugal o patrimonial” el juez competente será el del “domicilio común anterior, mientras
el demandante lo conserve”.

Al respecto, es importante tener en cuenta que, cuando se trata de Sociedades de Hecho


con concubinato, por estar relacionadas con el derecho civil y/o comercial, el juez competente
para conocer del litigio será el juez civil del domicilio de la sociedad.

Seguidamente, encontramos que en el artículo 45 el código se establece que uno de los


impedimentos de los agentes del ministerio público surge cuando “su cónyuge o compañero
permanente” tengan interés en el proceso; de la misma manera en el artículo 48 relacionado
con los auxiliares de la justicia, encontramos impedimento para su designación cuando el
auxiliar resulta ser compañero o compañera permanente de una de las partes.

No podemos dejar de lado, que a la luz del artículo 85, para el debido acceso a la justicia
por parte de los miembros de la unión marital de hecho con o sin efectos patrimoniales, es
necesario acreditar la calidad de compañero permanente.

Como medio de defensa procesal, el Código General del Proceso establece en el artículo
95, que no se interrumpirá la prescripción ni la ocurrencia de la caducidad de la acción, cuando
prospere la excepción de “no haberse presentado prueba de la calidad de compañero
permanente” cuando a ello hubiere lugar. Asimismo, lo anterior lo encontramos regulado en el
artículo 100 que trata de las “excepciones previas”.

Igualmente, encontramos que en el artículo 141 que trata de las Causales de Recusación
frente al juez, una de ellas es que su “compañero permanente” tenga interés directo o indirecto
en el proceso; o haber conocido del proceso en instancia anterior su compañero permanente; o
ser el juez compañero permanente de alguna de las partes o de su representante o apoderado;
entre otras.

Posteriormente, en los artículos 159 y 160 que tratan de la interrupción del proceso,
encontramos que el juez deberá notificar al “cónyuge o compañero permanente”
inmediatamente tengo conocimiento del hecho que origina la interrupción.
Uno de los aspectos más importantes que introdujo el Código General del Proceso en
los asuntos de familia, fue la congruencia, ya que estableció en el artículo 281, parágrafo 1,
que “en los asuntos de familia, el juez podrá fallar ultrapetita y extrapetita, cuando sea
necesario para brindarle protección adecuada a la pareja, al niño, la niña o adolescente, a la
persona con discapacidad mental o de la tercera edad, y prevenir controversias futuras de la
misma índole”, ya que esta facultad no existía en el ordenamiento procesal civil anterior.

Estudiando más a fondo los aspectos patrimoniales, encontramos que respecto a las
medidas cautelares, el código establece en el artículo 480 que “el compañero permanente del
causante que acredite siquiera sumariamente el interés, podrá pedir el embargo y secuestro de
los bienes del causante, sean propios o sociales, y de los que formen parte del haber de la
sociedad conyugal o patrimonial que estén en cabeza del cónyuge o compañero permanente”.
Lo anterior, protege notablemente al compañero permanente sobreviviente o sus herederos,
frente a las acciones o vías de hecho que puedan iniciar los demás interesados en la liquidación
de la herencia del compañero permanente fallecido.

De la misma forma, el código asume una posición correcta, al establecer dentro del
trámite sucesoral, en el artículo 481, que también se podrá hacer entrega directa de bienes en el
momento de la terminación del secuestro al compañero permanente sobreviviente reconocido
en el proceso como tal, y continuando con el tema sucesoral, encontramos en el artículo 482
que, el compañero permanente también podrá presentar ante el juez la solicitud de Declaración
de Herencia Yacente y designación de administrador.

Tratando más especialmente el tramite sucesoral, a partir del artículo 487 del Código
General del Proceso, encontramos otra vez que se podrán liquidar dentro del mismo proceso de
sucesión las sociedades “patrimoniales” que por cualquier causa estén pendientes de
liquidación a la fecha de la muerte del causante, y las disueltas con ocasión de dicho
fallecimiento. Obviamente, con todo este posicionamiento que hemos encontrado para el
compañero permanente en el Código General del Proceso no podría faltar la inclusión que hace
el artículo 488 al establecer que el compañero permanente (con sociedad patrimonial
reconocida) podrá pedir la apertura del proceso de sucesión; y encierro en paréntesis esta parte,
ya que al parecer está limitándolo al compañero permanente “con” la sociedad patrimonial
reconocida, lo cual se supera con la lectura del artículo 489 que indica que con la demanda
deberán prestarse como anexos “…4. La prueba de la existencia del matrimonio, de la unión
marital o de la sociedad patrimonial reconocida si el demandante fuere el cónyuge o el
compañero permanente”.

Continuamos esta descripción con la orden impartida en el artículo 490 que ordena
“notificar a los herederos conocidos y al cónyuge o compañero permanente”; estableciendo
igualmente en el artículo 491 que el compañero permanente será reconocido si acredita prueba
de tal calidad.

Uno de los artículos más importantes que define los derechos de los compañeros
permanentes sobrevivientes en una sucesión es el 492, que establece el requerimiento que debe
realizarse al “cónyuge o compañero sobreviviente que no haya comparecido al proceso, para
que manifieste si opta por gananciales, porción conyugal o marital, según el caso”. Subrayado
por la suscrita. La anterior actuación se detalla en el artículo 495 que describe cómo opera y
como se entiende realizada la elección entre porción conyugal o marital y gananciales, de la
cual es beneficiario el compañero permanente.

Lo anterior, nos deja clara la protección a los derechos patrimoniales en las uniones
maritales de hecho y la igualdad ante la ley de la que actualmente están gozando las personas
que forman parte de estas uniones con efectos patrimoniales, denominados compañeros
permanentes, tal como lo indica el artículo 496 que establece que “Los bienes de la sociedad
conyugal o patrimonial serán administrados conjuntamente por el cónyuge sobreviviente,
compañero permanente y el albacea, o por aquel y los mencionados herederos, según el caso.
De la misma manera tenemos certeza de que el compañero permanente podrá intervenir
en las siguientes actuaciones:

 Intervenir activamente en la diligencia de inventarios y avalúos (art. 501), no solo


incluyendo activos, sino también pudiendo aceptar los pasivos concernientes a la sociedad
patrimonial. Al respecto, se debe tener en cuenta lo establecido en el artículo 4 de la Ley 28 de
1932 en lo que respecta al régimen patrimonial.

 Se establece igualmente que “En el activo de la sociedad conyugal se incluirán las


compensaciones debidas a la masa social por cualquiera de los cónyuges o compañeros
permanentes” y se hace referencia expresa a las llamadas “capitulaciones matrimoniales o
maritales”.

 Podrá solicitar exclusión de bienes (art. 505),


 Intervenir u oponerse respecto a la designación del partidor (art. 507),
 Impartirle instrucciones al partidor (art. 508),
 Igualmente se le podrán adjudicar hijuelas de deudas al compañero permanente (art.
508),
 Podrá objetar la partición (art. 509),
 Aceptar u objetar la partición realizada por el testador cuando ello implique también
la liquidación de la sociedad patrimonial (art. 517),
 Podrá formular la solicitud de partición adicional (art. 518),
Respecto a la Acumulación de Sucesiones establecida en el artículo 520, así como se
pueden acumular las sucesiones de ambos cónyuges, ocurre ahora con las sucesiones de los
compañeros permanentes, cuando se tiene prueba de la existencia de la sociedad patrimonial,
ya sea que hayan sido iniciadas en forma separada, o que el compañero permanente
sobreviviente haya fallecido con posterioridad al inicio de la primera sucesión, siempre que no
se haya aprobado la partición y adjudicación de bienes.

Sumado a todo lo anterior, encontramos en el artículo 523 del Código General del
Proceso, que hace referencia especial al proceso de liquidación de sociedades conyugales o
patrimoniales por causa distinta de la muerte de los cónyuges o compañeros permanentes, que
aplica cuando la sociedad patrimonial se disolvió a causa de sentencia judicial, o cuando se trate
de liquidación adicional, ya sea porque la inicial fue adelantada mediante tramite notarial o
judicial; establece el término de 10 días para correr traslado de la demanda; que en este proceso
liquidatario solo se podrá proponer las excepciones previas contempladas en los numerales 1,
4, 5, 6 y 8 del artículo 100 del C.G.P., e incorpora que también se podrán presentar como
excepciones previas: (1) la cosa juzgada, (2) que el matrimonio o unión marital de hecho no
estuvo sujeto al régimen de comunidad de bienes, (3) o que la sociedad conyugal o patrimonial
ya fue liquidada; ordenando el emplazamiento de los acreedores de la sociedad para que hagan
valer sus créditos en este proceso; y que procede la objeción al inventario de bienes. (Aramburo
Restrepo, 2017, pág. 200)

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que el C.G.P. en lo que respecta a la


regulación del trámite de insolvencia de la persona natural no comerciante regulado en los
artículos 531 y siguientes y reglamentado por el Decreto Nacional 2677 de 2012 8, y en los
procesos de negociación de deudas, también podrá intervenir el compañero permanente.

Por otra parte, respecto al procedimiento de solicitud, decreto, práctica, entre otros, de
las Medidas Cautelares encontramos que, tanto en el artículo 590 del C.G.P. que hace
referencia a las medidas cautelares en los procesos declarativos, como en el artículo 597 que
regula el levantamiento del embargo y secuestro, son aplicables a los procesos de Declaración,
Disolución y Liquidación de las Sociedades Patrimoniales; así como también en el artículo 597
encontramos expresamente lo relacionado con las “medidas cautelares en procesos de familia”
con sus respectivas reglas, y puede intervenir en ellas activamente el compañero permanente o
sus herederos.

Acto seguido, encontramos que en el artículo 617 del C.G.P. la regulación relacionada
con los tramites notariales, y en el numeral 5 del citado artículo establece que, sin perjuicio de
las competencias establecidas en el código, los notarios podrán conocer y tramitar “las
declaraciones de constitución, disolución y liquidación de la sociedad patrimonial de hecho, y
de la existencia y cesación de efectos civiles de la unión marital de hecho, entre compañeros
permanentes, de común acuerdo”

A propósito de los trámites notariales, es indispensable traer en este punto el Decreto


1664 de 20159, que establece lo relacionado con la declaración de la existencia y cesación de
efectos civiles de la unión marital de hecho entre compañeros permanentes; y la constitución,
disolución y liquidación de la sociedad patrimonial de hecho entre compañeros permanentes,
ambas de común acuerdo, por razón de su naturaleza no contenciosa; indicando las
formalidades para su solicitud ante notario, los anexos que debe contener la solicitud, los cuales
son similares a los requisitos de la solicitud del matrimonio civil ante notario, que incluye
igualmente la manifestación respecto a la existencia de hijos mejores de los solicitantes (para
efectos del inventario solemne de los bienes).

8
Decreto 2677 de 2012 del Nivel Nacional, por el cual se reglamentan algunas disposiciones del Código General del
Proceso sobre los Procedimientos de Insolvencia de la Persona Natural no Comerciante y se dictan otras
disposiciones, publicado en el Diario Oficial 48651 de 21 de diciembre de 2012.

9
Decreto 1664 de 2015 del Nivel Nacional, por el cual se adiciona y se derogan algunos artículos del Decreto 1069
de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Justicia y del Derecho y se reglamentan los artículos 487 parágrafo
y 617 de la Ley 1564 de 2012, publicado en el Diario Oficial 49610 de 20 de agosto de 2015.
En este punto, llama la atención la reglamentación relacionada con la “cesación de
efectos civiles de la unión marital de hecho entre compañeros permanentes”, ya que
anteriormente no se encontraba regulada expresamente la formalización de lo que podríamos
llamar la separación de los compañeros, ni se consideraba requisito necesario adelantar algún
trámite al respecto, y no por ello deja de ser importante esta norma, no solo en lo que respecta
a los aspectos personales de los ex compañeros, para brindarles mayor seguridad jurídica, sino
también por la importancia de salvaguardar los derechos fundamentales de los hijos menores
de edad fruto de estas uniones, ya que uno de los requisitos de la solicitud es que se acompañe
de un acuerdo que contenga “la forma en que contribuirán los padres (ex compañeros
permanentes) a la crianza, educación y establecimiento de los mismos, precisando la cuantía de
la obligación alimentaria, indicando lugar y forma de su cumplimiento y demás aspectos que se
estimen necesarios; custodia y cuidado personal de los menores; y régimen de visitas con la
periodicidad de las mismas”, y dicho acuerdo será sujeto a revisión y aprobación por parte del
Defensor de Familia, como ocurre con el trámite de divorcio o cesación de efectos civiles de
matrimonio religioso con hijos menores de edad o mayores incapaces. Igualmente se podrá
adjuntar el acuerdo que contenga las disposiciones sobre el cumplimiento de obligaciones
alimentarias entre los compañeros.

Respecto al trámite notarial de la “Declaración de constitución de Sociedad Patrimonial


de Hecho”, este ya había sido incluido “por mutuo consentimiento de los compañeros
permanentes elevado a Escritura Pública ante Notario” en la Ley 54 de 1990 (modificado por
la Ley 979 de 2005), y ahora regulado en el Código General del Proceso y reglamentado por el
Decreto 1664 de 2015; por lo tanto solo es importante aclarar que para lograr su declaración,
de mutuo acuerdo y mediante tramite notarial, los compañeros solo deben:
 Realizar la manifestación de la existencia de la unión marital de hecho por un lapso
no inferior a dos años,
 Realizar la manifestación sobre la existencia o no de impedimentos para contraer
matrimonio, y
 De existir impedimento (que significa: estar casados), los solicitantes deberán
allegar prueba que demuestre que la sociedad o sociedades conyugales anteriores ya han sido
disueltas antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho (aclarando que en razón
a las Sentencias C-700/1310 y C-193/1611 ya no es necesaria la liquidación de la sociedad
conyugal, ni tampoco que la disolución o liquidación haya sido por lo menos un año antes de
la fecha en que se inició la unión marital de hecho).

En razón a las enunciadas sentencias de la Corte Constitucional, se entiende que, tanto


el numeral segundo, literal b, de la Ley 54 de 1990, como el numeral 3 del artículo 2.2.6.15.2.5.6

10 CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-700 de 2013, Magistrado Ponente: Alberto Rojas Ríos,
resolvió “Declarar INEXEQUIBLE la expresión “y liquidadas” contenida en el literal b) del artículo 2° de la Ley 54 de
1990 modificado por el artículo 1° de la Ley 979 de 2005.”
11
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-193 de 2016, Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva,
resolvió “Declarar EXEQUIBLE las expresiones “siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores
hayan sido disueltas” y “antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho”, contenidas en el artículo 2°
literal b) de la Ley 54 de 1990, modificado por el artículo 1° de la ley 979 de 2005, por los cargos analizados en la
presente demanda, e INEXEQUIBLE la expresión “por lo menos un año” consagrada en el mismo literal, por las
razones expuestas en la parte motiva de esta providencia.”
del Decreto 1664 de 2015, deben leerse a la luz de la constitucionalidad estudiada, esto es, que
se podrá declara la Existencia de la Sociedad Patrimonial entre compañeros permanentes,
cuando uno o ambos compañeros permanentes tengan impedimento legal para contraer
matrimonio, “siempre y cuando la sociedad o sociedades conyugales anteriores hayan sido
disueltas antes de la fecha en que se inició la unión marital de hecho”, entendiendo que las
causales de disolución de la sociedad conyugal son las establecidas en el artículo 1820 del
código civil colombiano.

En el mismo Decreto 1664 de 2015, se establece que respecto al trámite de la Disolución


y Liquidación de la Sociedad Patrimonial de Hecho se aplicarán las normas sustanciales
contenidas en el Libro 4o., Título XXII, Capítulos I al VI del Código Civil, relativas a la
Sociedad Conyugal, al igual que como lo expresa el artículo 7 de la Ley 54 de 1990, y en
relación a los aspectos procesales, que anteriormente se tramitaban por el Código de
Procedimiento Civil de 1970, ahora serán por el C.G.P.

Otra novedad del Decreto 1664 de 2015 es que reglamenta la declaración de bienes de
la sociedad patrimonial de hecho no declarada, ni liquidada, que ingresan a la sociedad
conyugal. Al respecto, considero importante mencionar, que esta actuación no ocurría con
mucha frecuencia, y que no deja de ser importante, como medio de protección patrimonial para
los compañeros, dado que en muchos casos, es en los primeros años de convivencia que los
compañeros logran construir un patrimonio, el cual, puede quedar en cabeza de uno de ellos
únicamente. Es importante tener en cuenta que en caso de no haber realizado esta declaración
previa al matrimonio, los cónyuges (anteriores compañeros), pueden acudir a solicitar la
declaración de la existencia de la sociedad patrimonial, con el fin d que los bienes no incluidos
en la sociedad conyugal, pero adquiridos en vigencia de la unión marital de hecho, no sean
catalogados como bienes propios de los cónyuges.

Para lo anterior, debemos tener en cuenta que, en caso de no realizarse de mutuo acuerdo
y mediante trámite notarial, aplica lo establecido jurisprudencialmente respecto al término de
prescripción de la acción por vía judicial, ya que por ser una situación que no está expresamente
consagrada en la ley (lo expresamente regulado es el matrimonio con terceras personas),
debemos acudir al régimen general de la prescripción establecido en los artículos 2535 y 2536
del Código Civil (modificado por la Ley 791 de 2002), que consagra el término de diez años
para impetrar la acción ordinaria, contados a partir del momento en que la obligación se hizo
exigible; el cual sería, la disolución o terminación de la unión marital de hecho.

1.2. Pregunta – guía / concreción de problema objeto de investigación.

Por todo lo anterior, esta investigación, conlleva a formular la siguiente pregunta: ¿Por qué en la
composición de la sociedad conyugal se establece el haber relativo, y en la sociedad
patrimonial no?
2. HIPÓTESIS

En la normatividad colombiana no existe igualdad en el tratamiento legal y


jurisprudencial que se otorga a la composición del haber de la sociedad conyugal (haber
absoluto y haber relativo) que nace al suscribir el contrato matrimonial establecido en el código
civil colombiano, y la composición del haber de la sociedad patrimonial que se forma a partir
de la existencia de la unión marital de hecho por un periodo de convivencia no inferior a dos
años; ya que en la sociedad conyugal si existe el haber relativo12 (cuyos bienes dan lugar a
restituciones o compensaciones a favor del titular, equivalentes al valor que tenían dichos bienes
cuando empezó la sociedad conyugal) y en la sociedad patrimonial no. Siendo la familia la
institución a proteger con estas figuras jurídicas, no se entiende que sean desiguales.

Una de las razones por las cuales en la composición de la sociedad patrimonial no existe
el haber relativo, podría ser el contexto social en el que ambas figuras fueron reguladas, ya que
en el contexto en el cual se desarrolló la sociedad conyugal, la capacidad legal de las mujeres
estaba totalmente limitada y sometida a la voluntad del marido; mientras que el contexto, un
poco más moderno, en el que se da origen a la normatividad de la sociedad patrimonial, la mujer
puede ejercer plenamente sus facultades legales y de administración de bienes.

3. MARCO TEÓRICO

Descripción de los contextos socio-históricos y jurídicos en los cuales se


construyó la Sociedad Conyugal (1873-1887) y la Sociedad Patrimonial en Colombia
(1988-1990).

El Código Civil que aprobaron los diferentes estados federados con algunas
modificaciones para cada estado, fue el Código Chileno, que había elaborado Andrés Bello y
que por encargo a don Manuel Ancízar13, le fue solicitado al señor Bello, para adoptarlo en
nuestro territorio; con beneplácito fue recibido y de ahí que el primer estado en promulgarlo
fue el estado de Santander en 1858.
Algunas de las modificaciones que se le introdujeron para el estado de Santander en
relación con el matrimonio fueron:

“Las demandas sobre nulidad del matrimonio no se pueden intentar sino por los
contrayentes, sus padres, curadores, o por algún tercero interesado en ello”. “El matrimonio se
12
Haber Absoluto: “Por exclusión, los bienes que no sean propios, son sociales. Sin embargo, la doctrina y la
jurisprudencia han distinguido entre el haber absoluto y el haber relativo, y la consecuencia práctica de esta
distinción es que los últimos dan lugar a una compensación a favor del esposo que aportó los activos
correspondientes”. (Aramburo Restrepo, 2017, pág. 298)
13
“Manuel Ancízar fue un destacado intelectual del siglo XIX que promovió en Sudamérica la abolición de la
esclavitud, la educación pública y laica, la libertad de culto y la separación de la iglesia y el Estado. En Colombia
gestionó la expedición del Código Civil y revolucionó el periodismo y la literatura” Recuperado de
https://projusticiaydesarrollo.com/2017/12/27/manuel-ancizar-el-primer-rector-de-la-universidad-nacional-de-
colombia/#more-6964 (García Hernández, 2017).
disuelve por la muerte o por la voluntad de uno de los cónyuges”, “No podrá disolverse el
matrimonio: 1. Si el varón es menor de veinticinco años i la mujer menor de veintiuno; i 2.
Cuando no han transcurrido dos años después de celebrado el matrimonio”. “La mujer tendrá
derecho a la mitad de los bienes del marido cuando el matrimonio hubiere sido disuelto por
voluntad de este, sin causa legal. Si el matrimonio se hubiere disuelto por voluntad de la mujer,
con causa legal, tendrá también derecho a la mitad de los bienes del marido. Cuando la mujer
no reclame la mitad de los bienes del marido queda este en la obligación de pasarle alimentos
mientras no contraiga segundas nupcias”. “El marido no será obligado a dar la mitad de sus
bienes, ni a pasar alimentos a su consorte, cuando en el juicio sobre disolución del matrimonio
probare alguna de las causas siguientes: 1.ª El adulterio de la mujer; 2.ª La embriaguez habitual
de la mujer; 3.ª El absoluto abandono de los deberes de esposa o de madre”. “La mujer tiene
derecho a la mitad de los bienes del marido o a que este le pase alimentos, cuando compruebe
una de la causas siguientes: 1.ª El amancebamiento del marido; 2.ª La embriaguez habitual del
marido: 3.ª Las graves i frecuentes injurias o la sevicia”14. (Hinestrosa, 2006, pág. 10)

Para los demás estados federados de Colombia, el vínculo del matrimonio no se disuelve
si no por causa de muerte, según refiere el Doctor Hinestrosa.

Sin embargo, en el caso del estado de Panamá, si se evidencias varias modificaciones a


saber:

“El matrimonio válido se disuelve por la muerte de alguno de los cónyuges, o por
divorcio legalmente decidido”, divorcio definido como “la rescisión legal del contrato de
matrimonio”, por: “1.º Adulterio de la mujer, judicialmente declarada; 2.º Amancebamiento del
marido, judicialmente definido; 3.º El mutuo consentimiento de los cónyuges; 4.º El abandono
voluntario de uno de los cónyuges respecto del otro, por más de cuatro años, judicialmente
comprobado”. “El mutuo consentimiento de los cónyuges dejará de ser causa de divorcio en los
casos siguientes: 1.º Si el varón es menor de veinticinco años cumplidos, o la mujer menor de
veintiuno; 2.º Cuando no han transcurrido dos años después de celebrado el matrimonio; 3.º
Cuando han transcurrido veinte años después de celebrado el matrimonio; 4.º Si la mujer tiene
cuarenta años cumplidos; 5.º Cuando los padres de los cónyuges, o por falta de ellos un concejo
de familia hasta el 4.º grado de consanguinidad o 2.º de afinidad, no convienen en que el
divorcio se efectúe”. (Hinestrosa, 2006, pág. 12)

El código del estado de Bolívar, contemplaba dos causales de divorcio, relacionadas con
el adulterio o amancebamiento, el abandono por más de cuatro años; y de otra parte que hayan
transcurrido más de dos años del matrimonio y al decretarse el divorcio el hombre tuviese a la
fecha veinticinco años y la mujer veintiuno; comenta el Doctor Hinestrosa que el código de la
unión, coincidía con el de Cundinamarca a propósito de la exclusión del divorcio como causal
de disolución del matrimonio. (Hinestrosa, 2006, pág. 13)

Para 1886, los estados federados desaparecen después de múltiples guerras internas
entre los estados, dando origen a la República de Colombia como estado centralizado, se
promulga la Constitución y por supuesto a través de la Ley 57, se adopta el Código Civil,
elaborado por Andrés Bello; al año siguiente se promulga la Ley 153, el estado hasta ahora
14
HINESTROSA, F. (2006). El Código Civil de Bello en Colombia. Revista de Derecho Privado, (10), 5-27.
laico, inicia un proceso conservador y estas leyes van a eliminar el divorcio y el registro civil
exclusivo del Estado al aceptar como prueba principal de las partidas eclesiásticas católicas de
bautismos, matrimonios, legitimaciones y defunciones. (Hinestrosa, 2006, pág. 14)

En 1888 la Ley 35 liga al estado Colombiano con la iglesia católica, este fenómeno es
denominado también como Concordato (1887), eliminando así los matrimonios civiles y
generando efectos civiles a los bienes y personas que se encuentren en el régimen de la fe
católica como lo expresó el artículo 17 de la citada Ley. (Castillo Rugeles, 1999)

La Ley 8 de 1922, refiere que los bienes que ostente la mujer tales como sus objetos
personales, joyas e instrumentos de su profesión y los bienes determinados en capitulaciones
matrimoniales serán de su administración; sin embargo ninguno de los dos esposos podrá
disponer de tales bienes en caso de divorcio, hasta tanto el juez realizará la separación de bienes.
Juez que de pleno ordenaba las medidas preventivas de que trataba el artículo 201 del Código
Civil. Estas disposiciones fueron derogadas por el artículo 70 del Decreto 2820 de 1974 y 772
de 1975 que modificaron el articulado del Código Civil en el sentido de igualar la condición de
mujeres y varones, con especial acento en lo que hace a su posición dentro de la familia, poderes
de dirección del hogar, representación de los hijos menores y usufructo legal, por lo menos, eso
dice la norma.

De otra parte la Ley Concha (Ley 54 de 1924) vino a remediar el conflicto social que se
había suscitado entre la iglesia católica y el sistema civil; se permitió el matrimonio civil de
católicos que declararan expresamente haberse alejado de la Iglesia y de la religión católica.

Pero retomando el tema de los bienes y las liquidaciones de las sociedades conyugales,
tenemos que la Ley 67 de 1930, les devolvió a las mujeres la capacidad legal en los divorcios,
proclamando que “la mujer divorciada recobra su plena capacidad legal”. Cuando refiere a
iguales derechos, tenemos que necesariamente remitirnos al Código Civil, para entender que
derechos y obligaciones son los que en 1930 se reivindicaban, según la norma fue entre otros
otorgados a los pupilos, el artículo 1810 del Código Civil.

Con el Concordato con la Santa Sede de 1973 aprobado por la Ley 20 de 1974 el Estado
reconoció efectos civiles al matrimonio canónico, y radicó la competencia exclusiva de los
tribunales eclesiásticos y congregaciones de la sede apostólica para la declarar la nulidad o la
disolución del vínculo de los matrimonios canónicos.

Hasta este punto hemos realizado un recorrido político y normativo, para asentar las
bases del código civil y sustraer de este lo relacionado en algunos casos con el vínculo
matrimonial, pues es el que da origen a la sociedad conyugal y la correspondiente liquidación
en caso de disolución, lo que nos lleva a realizar el análisis de, Cuál era la posición que ocupaba
la mujer casada dentro de la sociedad de finales del siglo XIX y principios de siglo XX?

Para empezar debemos decir que durante 45 años, los conservadores estuvieron en el
poder político y mancomunado, con estos lo estaba la iglesia Católica, que promovía los
intereses del Concilio de Trento, entre otros los relacionados con el matrimonio.
Al llegar al poder la republica liberal, con el entonces presidente Enrique Olaya Herrera,
las cosas en la política tienen un giro radical, ya está superado lo del federalismo, ahora se
presenta un intervencionismo del estado en la vida económica y social, se brinda
proteccionismo a los productos internos y se reivindica a la clase obrera, todos estos factores y
más son los que van a incidir en la conquista del poder estatal, del partido liberal; en el campo
del matrimonio empiezan a cambiar, por lo menos en cuanto al reconocimiento de la capacidad
de la mujer casada para poder administrar sus bienes, para poder estudiar en la universidad, y
aunque este liberalismo es mucho más moderado que el de los inicios de la república, es
importante señalar los avances que se dieron en cuanto a reconocimientos de derechos de las
mujeres, pues previo a este gobierno las mujeres casadas perdían su capacidad de derecho y por
tanto sus bienes eran administrados por el esposo, como lo narra la profesora Gómez:

El esposo, entonces, tenía la autoridad absoluta de vender, por ejemplo, el carro de su


esposa sin el consentimiento de aquella. En otras palabras, con la adopción del Código Civil,
mediante la Ley 57 de 1887, se instituyó en Colombia un régimen patrimonial del matrimonio
único que permitía al hombre administrar libremente todos los bienes del matrimonio y tratar a
las mujeres casadas como si fueran niñas o interdictas, lo que implantó una distribución de
poderes desproporcionada dentro del matrimonio que, además, condenaba a la esposa a una
situación de desigualdad y opresión frente al marido. (Gómez Molina, 2014, pág. 43)

La situaciones de orden social, como el IV Congreso Internacional de Mujeres, que se


estaba realizando por el mismo tiempo en que se debatía, la que luego sería la Ley 28 de 1932,
sin duda alguna contribuyó a que se afianzara la fuerza de las mujeres y se demostrara con actos
muy elocuentes que si es posible lograr la igualdad real con los hombres y que de ninguna
manera se nos debe considerar incapaces relativas, una demostración de la fuerza de las mujeres
no la enseña la profesora Gómez, cuando indica que la señora Ofelia Uribe, presento como
ponencia en el congreso de mujeres un trabajo sobre:

Los derechos civiles de la mujer casada titulado “Contribución al estudio de la reforma


Olaya-Restrepo sobre el régimen de las capitulaciones matrimoniales” que fue publicado en su
totalidad por el diario El Tiempo (El Proyecto de capitulaciones matrimoniales en el congreso
femenino, 1931). En este indicaba su interés y profundo esfuerzo por que se reformara el Código
Civil en lo relacionado con las capitulaciones matrimoniales en tanto que solicitó se nombrara
(…). (Gómez Molina, 2014, pág. 59)

Por bienestar para las mujeres, la Ley 28 de 1932 rompió con todo ese esquema
patriarcal al proclamar en su artículo 5 la modificación al artículo 181 del Código Civil, dando
plena capacidad civil a la mujer casada para comparecer libremente en juicio, eliminando la
representación que antes debía tener, y dio lugar para la administración y disposición de sus
bienes artículos comparados:

Artículo 181- Ley 57 de 1887 Artículo subrogado por el artículo 5o.


de la Ley 28 de 1932.
Sin autorización escrita del marido no La mujer casada, mayor de
puede la mujer casada parecer en juicio, por edad, como tal, puede comparecer
sí, ni por procurador, sea demandado, o libremente en juicio, y para la
defendiéndose. administración y disposición de sus
bienes no necesita autorización
Pero no es necesaria la autorización marital ni licencia del juez, ni
del marido en causa criminal o de policía en tampoco el marido será su
que se proceda contra la mujer, ni en los representante legal.
litigios de la mujer contra el marido, o del
marido contra la mujer

El marido, sin embargo, será siempre


obligado a suministrar a la mujer los auxilios
que necesite para sus acciones o defensas
judiciales.

El concepto de incapaz en el código civil.

El artículo 1504 del código civil colombiano, en el inciso 3 de su texto original indicaba
“Son también incapaces los menores adultos, que no han obtenido habilitación de edad; los
disipadores que se hallan bajo interdicción de administrar lo suyo; las mujeres casadas, y las
personas jurídicas. Pero la incapacidad de estas cuatro clases de personas no es absoluta, y
sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos determinados
por las leyes”

Cuando las mujeres leemos el anterior artículo, sin duda nos estamos consultando a qué
hora y de qué manera fue la norma capaz de quitarnos la capacidad plena con el matrimonio y
disponernos a una incapacidad relativa, las explicaciones que hasta hoy hemos recibido no son
claras ni satisfacen plenamente el interés.

Sin embargo el Doctor Moisset. (2012), realiza un análisis de la interpretación que


debemos darle a las incapacidades relativas o absolutas, donde identifica que se gana o se
pierde al ser titular de una de estas, lo primero que nos informa es que no admiten interpretación
más allá de la ratio iuris, por lo tanto se encuentra ceñida a lo que explícitamente dice.

En relación al espacio territorial, dice que cada país las profiere como ley territorial, de
tal suerte que en el caso Colombiano, el tema relacionado con la incapacidad relativa de la
mujer, esta reglado así:
Artículo 1504 C.C Inciso 3°. Son también incapaces los menores adultos, que no han
obtenido habilitación de edad; los disipadores que se hallan bajo interdicción de administrar lo
suyo; las mujeres casadas, y las personas jurídicas. Pero la incapacidad de estas cuatro clases
de personas no es absoluta, y sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos
respectos determinados por las leyes.

Pero porque nos consideraban incapaces a las mujeres casadas en el código civil. Según
el doctor Moisset (2012), las dos incapacidades tiene fundamento de hecho y de derecho, las
de hecho son las que son absolutas, como las personas que sufren algún grado de discapacidad
cognitiva que afecta su voluntad; pero la incapacidades relativas de las mujeres casadas son de
derecho, porque su finalidad consiste en “Prevenir incorrecciones social o moralmente
indeseables; con el objeto de proteger los intereses de terceros distintos a los incapaces. Con
fundamento en el orden público, la moral y el afianzamiento de la familia” (De Espanés, 2012,
pág. 4)

Lo lamentable de todo esto es hallarse vulnerable con la norma y además, entender que
esta funcionaba en contra de a quienes debía proteger. Afortunadamente ahora podemos hablar
desde el campo de la historia he ir avanzando en el reconocimiento igualitario que se debe hacer
de otros derechos como en el campo de las liquidaciones de las sociedades conyugales y
patrimoniales.

Sin embargo debemos tener presente que el Código Civil se quedó atrás en relación con
la Constitución Nacional, que fue promulgada en 1991 y que al solo ser modificados algunos
apartados del mismo, en muchos artículos se siguió conservando la estructura dada por los
cánones de la época y que riñen con la realidad actual, como lo evidencia la doctora Clara Inés
Vargas Hernández. (Vargas Hernández, 2005)

Este Código en esencia data del siglo antepasado, y por supuesto contiene normas
propias para regular, en especial, aspectos relacionados con la familia, la mujer, los hijos y la
propiedad privada, propios de la cultura, las costumbres y las creencias de la época. Es así
como, por citar solo algunos ejemplos, consagraba el Código Civil una distinción entre los
derechos de los hombres y las mujeres, discriminando a ésta; se reguló la familia bajo el modelo
patriarcal, y por lo tanto se consideró que el puesto de la mujer estaba en el hogar; y fue así
como a la mujer se le dio un tratamiento de subordinación en relación con las necesidades y
expectativas del hombre, al punto de considerársele incapaz al contraer el matrimonio. (Vargas
Hernández, 2005)

De las Uniones Maritales de Hecho y la Sociedad Patrimonial

Anteriormente, toda relación de pareja que no constituía matrimonio, era conocida


popularmente con el nombre de concubinato. Al respecto, se afirma, por parte de la doctrina,
que

El concubinato ha existido desde tiempos bastante pretéritos. En los pueblos egipcio,


hebreo, griego, romano, así como en los pueblos asiáticos, en general (indio, chino, sumerio,
asirio, etc.), existió la unión libre”. (Escobar Velez, 1997)
El término concubina correspondía al de “piléges” en el pueblo hebreo, la cual poseía
una mayor libertad, su estatus social estaba por encima de cualquier criada o sierva y sólo podía
tener contacto sexual con su concubino. La concubina de aquella época podía ser entregada al
marido dependiendo de la aceptación de la mujer legítima (en caso de que este fuere casado) la
cual podía someterla a la esclavitud sin problema alguno. En el libro de los Jueces es nombrado
el famoso harén, sin embargo la situación o papel que desenvuelve la concubina aquí, no es
claro. Cabe resaltar que en aquella época era normal entre los reyes la poligamia: “Saúl tuvo
una mujer y una concubina; Salomón tuvo 80 ó 300 concubinas, etc.”. De hecho, en la
legislación del Antiguo Testamento es establecida la bigamia como un hecho legal, haciendo
una distinción entre la esposa y la concubina.

En Colombia, y de acuerdo con la historiadora Virginia Gutiérrez de Pineda, el


concubinato existió desde los tiempos de la Conquista y de la Colonia, atendiendo al nombre
de concubinato adulterino, el cual fue formado por el mestizaje, o la unión que se dio entre las
razas negra, hispánica e indígena.

En cuanto al aspecto legislativo se refiere, la primera ley colombiana que habló del
concubinato fue la proferida el 26 de mayo de 1873, la cual constituyó el Código Civil de la
Unión. El Art. 329 de esa Ley dijo que era concubina la mujer que viviera con un hombre
públicamente como si fueran casados, siempre que uno y otro estuvieren solteros o fueren
viudos. Dicho Código fue adoptado por la República, mediante la Ley 57 de 1887. Luego, la
Ley 153 de 1887, aludió al “concubinato adulterino y al incestuoso”, y la Ley 19 de 1890
(Código Penal) estableció como delitos “el amancebamiento del marido y el adulterio de la
mujer”.
El Art. 451 de dicho Código definió el amancebamiento como el hecho de que “dos
personas de diferente sexo, sin ser casadas, hicieran vida como tales, en una misma casa y de
manera pública y escandalosa”.

Posteriormente, por ley promulgada el 21 de febrero del 1936, se reconoce un buen trato
a los hijos que hayan sido producto de relaciones concubinarias; más tarde, la Ley 95 de 1936
desjudicializa penalmente el concubinato y no estableció como delito el amancebamiento.

La Ley 90 de 1946, se considera otro avance, pues se le otorga reconocimiento a la


concubina como beneficiaria de prestaciones e indemnizaciones en caso de que su concubino
muriese. Esta ley protege completamente el concubinato perfecto, o sea, aquel en el cual los
concubinos estuvieren solteros y pudieren contraer nupcias. El Decreto 2623 de 1950 exige el
debido reconocimiento de los hijos naturales y otorga el calificativo de compañera a la
concubina, todo esto con el único fin de que los hijos pudiesen heredar del padre o concubino.

Los Decretos 2663 y 3743 de 1950, columna vertebral del Código Sustantivo del
Trabajo, hacen cierto reconocimiento de los hijos naturales con el fin de que estos hereden
ciertas prestaciones pertinentes a su padre; en esta misma línea se orienta la Ley 12 de 1975,
que en su Art. 1º establece algunos derechos legales de la concubina, en materia laboral.

Finalmente hay que anotar que la Ley 29 de 1982 consagró la igualdad de derechos entre
hijos, y la Ley 54 de 1990 define para todos los efectos civiles, que la Unión Marital De Hecho,
es la formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen una vida permanente
y singular. Dentro de estos efectos, están, naturalmente, los de índole patrimonial, puesto que
el patrimonio es uno de los atributos de la personalidad, y está coligado, en mayor o menor
medida, con otro de estos atributos, cual es el estado civil.

La Ley 54 de 1990, además de reconocer el origen de la unión marital de hecho, tiene


como finalidad establecer los derechos y deberes patrimoniales de los compañeros permanentes,
para así llenar el vacío existente en una materia que interesa al bienestar de la familia y que no
puede quedar al margen de la protección del Estado, según la exposición de motivos de dicha
Ley.

Más recientemente, la Ley 979 de 2005 ha establecido una serie de presunciones de


existencia de la unión marital de hecho, y por ende, de la sociedad patrimonial de hecho, mas
sin embargo, para que dicha sociedad surta plenos efectos y su existencia sea oponible a
terceros, ésta debe ser declarada.

La unión marital de hecho genera entonces un vínculo jurídico entre los compañeros,
que implica la formación de un parentesco de afinidad con los consanguíneos del compañero;
del mismo modo, genera efectos personales entre los compañeros en forma similar a los que se
producen entre cónyuges por el matrimonio, tales como la obligación de fidelidad (176 C.C.),
la obligación de vivir juntos y tener relaciones sexuales (178, 113 C.C.), de ayudarse y
socorrerse mutuamente (113, 411 C.C.) Tiene efectos personales en relación con los hijos (177
y 288 C. C.) implica la dirección conjunta del hogar, el ejercicio de la patria potestad sobre los
hijos de familia, y el cuidado personal, la crianza y educación de los hijos comunes (253, 264
C. C.), y el derecho-deber de corrección (262 C. C.).

Régimen de separación de bienes

Cada compañero conserva su patrimonio propio, el que tenía al momento de formar la


unión marital, y a él irán los bienes que cada uno adquiera a cualquier título, y se administra
con total independencia del otro. Naturalmente, esto implica que no hay un título de socio en
ninguno de los compañeros, y por ende, un compañero permanente no tendrá participación
alguna en los bienes de los cuales el otro es titular. Esto es perfectamente viable puesto que la
separación de bienes puede tener, además de un origen legal, una fuente convencional (como
ocurre en este caso, si así se pactan las capitulaciones).

Elemento Patrimonial:

Este elemento hace referencia a los bienes y deudas sociales que se encuentran en cabeza
de cada uno de los compañeros. Su regulación la podemos encontrar en el Art. 3° y 7° de la ley
54 de 1990:

Artículo 3o. El patrimonio o capital producto del trabajo, ayuda y socorro mutuos
pertenece por partes iguales a ambos compañeros permanentes.
Parágrafo. No formarán parte del haber de la sociedad, los bienes adquiridos en
virtud de donación, herencia o legado, ni los que se hubieren adquirido antes de iniciar la
unión marital de hecho, pero sí lo serán los réditos, rentas, frutos o mayor valor que
produzcan estos bienes durante la unión marital de hecho.

La Corte Constitucional, en Sentencia C-014 de 1998, sostuvo que:

… a la sociedad patrimonial ingresará el mayor valor que produzcan los bienes


propios durante la unión material de hecho. Empero, la mera actualización del precio de
un bien, como resultado de la tasa de devaluación de la moneda, no constituye un producto
de la cosa, pues de esa valorización monetaria no se deduce que el poseedor del bien haya
acrecentado realmente su patrimonio. Para poder hablar de que un bien ha producido un
mayor valor es necesario que se pueda constatar un incremento material de la riqueza de
su propietario. Evidentemente, esa situación no se presenta en este caso. Por lo tanto, se
declarará la constitucionalidad de la norma acusada, si bien bajo el entendido de que la
valorización de los bienes propios de los convivientes, por causa de la corrección
monetaria, no ingresa a la sociedad patrimonial. (Corte constitucional, Sentencia C-014,
1998)

Por su parte, la Sentencia C-278 de 14, que declaró exequible el numeral 6 del artículo
1781 del Código Civil, que había sido demandado por considerar el accionante que la norma
“desconocía el artículo 13 y 42 de la Constitución al establecer una diferencia de trato entre
hombres y mujeres en relación con la posibilidad de aportar inmuebles al haber relativo de la
sociedad conyugal”, y la Corte Constitucional consideró que los cónyuges gozan hoy en día de
los mismos derechos y deberes no solo en el marco del matrimonio y de las relaciones
familiares, sino también en relación con la posibilidad de administrar en igualdad de
condiciones la sociedad conyugal pudiendo disponer libremente tanto de sus propios bienes
como de los bienes comunes “ en el entendido de que tal potestad se predica de cualquiera de
los contrayentes”, recordando que:

“En el sistema patriarcal en el que se originó el Código Civil y, antes de las


reformas que consagraron la igualdad entre los cónyuges en la administración de la
sociedad patrimonial, los bienes comprendidos en el numeral 6º del artículo 1781
del Código, representan la herencia de la antigua dote que, como en otras
legislaciones en Occidente, la mujer aportaba al momento de casarse. De acuerdo
con algunos tratadistas15, este tipo de bienes, usualmente inmuebles, además de
ser la contribución de la mujer a la economía familiar, tenían como finalidad evitar
que el hombre abandonara el matrimonio ya que en caso de disolución del vínculo,
tenía la obligación de restituir o recompensar los bienes aportados por su esposa,
como una especie de indemnización”

La Ley 28 de 1932 sobre Reformas Civiles (Régimen Patrimonial en el Matrimonio) en


el artículo 1 estableció: Durante el matrimonio cada uno de los cónyuges tiene la libre
15
Op. Cit. Medina Pabón.
administración y disposición tanto de los bienes que le pertenezcan al momento de contraerse
el matrimonio o que hubiere aportado a él, como de los demás que por cualquier causa hubiere
adquirido o adquiera; pero a la disolución del matrimonio o en cualquier otro evento en que
conforme al Código Civil deba liquidarse la sociedad conyugal, se considerará que los
cónyuges han tenido esta sociedad desde la celebración del matrimonio, y en consecuencia se
procederá a su liquidación. Subrayado por la suscrita
Con la entrada en vigencia de la referida ley sobre reformas civiles y régimen
patrimonial se dio un vuelco total en favor de los derechos de las mujeres permitiendo que estas
puedan continuar gozando, primero de su elección libre del matrimonio y segundo que aunque
casadas y con sociedad conyugal vigente no tengan que perder el liderazgo y administración de
sus bienes en general como se venía presentando antes de noviembre de 1932, donde se
presentaban situaciones que las dejaban en desventaja y vulnerabilidad beneficiando no solo a
la sociedad conyugal de la cual, se aclara, hacían parte si no que en el peor de las situaciones el
hombre podía disponer y dilapidar el patrimonio de la mujer que en este momento se había
convertido en un patrimonio conjunto de la sociedad conyugal y todo amparado en las leyes
retrogradas pero vigentes de la época.

En el mundo en general y en Colombia en particular, han existido varios regímenes


matrimoniales que de una u otra forma siempre dejaron en alguna desventaja a la mujer, sin
embargo se debe tener en cuenta que la cultura y las costumbres eran otras y en aquellos
momentos históricos la mujer no solo no podía gozar de la administración de sus bienes sino
que además no podía trabajar o tener acceso a un documento de identificación, ahora analizaré
algunos de estos regímenes para luego comparar los beneficios que trajo para la mujer
colombiana la Ley 28 de 1932. (Tafur González, 2018)

Quienes definen el régimen matrimonial como “el sistema jurídico que rige las
relaciones patrimoniales emergentes del matrimonio”, dentro de la clasificación de los
regímenes matrimoniales hecha por Bassi y Fossert se encuentran: a) Régimen de la Absorción
de la personalidad económica por el marido, en donde el patrimonio de la mujer como
universalidad era transferido al marido quien quedaba como único propietario, ante esta
situación, en el momento de una disolución del vínculo conyugal, la mujer solo podría llegar a
recibir algo en calidad de heredera y no como propietaria o cónyuge. (Monroy Cabra, 2017)

b) Régimen de separación de bienes: este sistema al parecer el más semejante al


incorporado por nuestra legislación colombiana, permite a cada cónyuge conservar y
administrar sus bienes gozando de sus rentas e igualmente respondiendo por sus deudas. Este
tipo de régimen se implementó en varios países en el mundo al finalizar el primer cuarto de
siglo XX, en países como Estados Unidos de Norteamerica, Inglaterra, Japón entre otras
potencias dando un ejemplo para el mundo lo que tal vez coadyuvó e impulso que se
implementara en la legislación Colombiana. (Monroy Cabra, 2017)
c) Régimen de unidad de bienes: en esté régimen el patrimonio de la mujer se transfería
al marido y esté administraba, disponía y gozaba del patrimonio sin embargo al momento de la
disolución se debía entregar a la mujer el valor de los bienes recibidos. (Monroy Cabra, 2017)
d) Regímenes de comunidad: estos se caracterizan por la comunión de intereses ya que
ambos comparten los inconvenientes o se benefician de la prosperidad económica del
matrimonio. (Monroy Cabra, 2017, pág. 402)
Haber de la sociedad conyugal

Hace referencia a todos los bienes en general, ya sean económicos como salarios y sus
demás agregados, arriendos, muebles y enseres, inmuebles, vehículos, etc, sin embargo las
partes podrán dejar fuera de esta sociedad los bienes muebles que consideren eximir
designándolas en capitulaciones o en una lista firmada por ambas partes.

La sociedad se obligara a restituir su valor que tuvieron al momento del aporte o de la


adquisición; se concluye aquí que el valor mayor o los frutos adicionales de este haber serán
parte del patrimonio conyugal y por tanto serian divididos en partes iguales a la sociedad.

La vida en sociedad conyugal no solo da origen a una sociedad entre personas sino que
también da origen a una sociedad de bienes.

El matrimonió y el sistema de la sociedad conyugal de gananciales, así de este modo


están funcionando la mayoría de matrimonios en Colombia. De esta forma todos los frutos,
rendimientos y gananciales son absorbidos por la sociedad conyugal. Dentro de la sociedad
conyugal y amparado en la ley se encuentran divididos los bienes en dos grupos, estos son,
primero los bienes que no están sujetos a reparto, estos son aquellos que cada una de las partes
trajeron a la sociedad y que deberán ser restituidos al momento de la disolución de la sociedad
en su valor inicial al momento en que fueron incluidos en la sociedad conyugal y segundo los
bienes gananciales que son aquellos frutos y rendimientos que han producido o que se han
originado a partir del haber de la sociedad teniendo presente y detallado todos los bienes del
haber conyugal que se especifican claramente en el artículo 1781 del Código Civil. Los
gananciales también pueden ser sencillamente una cuota parte de determinado ingreso que
recibiría una de las partes por su labor profesional que ha desarrollado antes, durante y después
del matrimonio que dio lugar a la sociedad conyugal, en esta situación la cuota parte de los
gananciales obtenidos por los ingresos a partir de la fecha del matrimonio entraran a conformar
los respectivos gananciales de la sociedad conyugal.

Por otro lado es necesario resaltar las situaciones que se pueden presentar cuando entra
a la sociedad conyugal algún bien inmueble adquirido con dineros que una de las partes traía
anterior al matrimonio y que al ser perfeccionado el contrato de compraventa posterior al
matrimonio, este equivocadamente podría contarse dentro de la sociedad conyugal; pero es aquí
donde deben ser respetados y valorados los orígenes de los fondos y con el fin de evitar un
enriquecimiento indebido la sociedad, deberá indemnizarse al cónyuge respectivo por este valor
de compra, lo anterior desde la perspectiva de la teoría de las recompensas.

Comprender y darle la importancia real a la Ley 28 de 1932 que le da un vuelco a la


forma como se venía realizando la administración de los bienes aportados por la mujer a la
sociedad conyugal, partiendo de que la mujer ya no es una incapaz y de que el hombre no es el
jefe de la mujer y por tanto ambos deben administrar libremente sus bienes.

Se estableció una administración dual autónoma aboliendo la forma como se practicaba


que era una administración conjunta y de consuno confiriéndole a cada cónyuge la potestad
absoluta de administración.

Se debe aclarar que cuando los bienes propios de cada uno de los cónyuges que fue
adquirido antes del matrimonio y que durante la sociedad conyugal se le realizan obras
estructurales que incrementan su valor individual, estos aumentos del bien no ingresan a la
sociedad conyugal a diferencia de las rentas o frutos que producen estos mismos bienes.

En cuanto a las donaciones o cualquier otro título gratuito estos pertenecerán


exclusivamente al cónyuge donatario o asignatario sin afectar o incrementar el haber social.

En los casos en que alguno de los cónyuges decida vender un bien propio (inmueble),
este deberá realizar la subrogación y dejarlo estipulado en la escritura pública de compraventa
o de permuta según sea el caso. En los casos en que de la subrogación queden saldos a favor o
en contra estos se resolverán de la siguiente manera: sí queda un saldo a favor del cónyuge
subrogante entonces la sociedad quedara en deuda con este cónyuge; si por el contrario el saldo
es en contra del cónyuge subrogante entonces esté deberá la diferencia a la sociedad conyugal.
(Tafur González, 2018)

Deudas de la sociedad conyugal, siendo coherente con la Ley 28 de 1932, se tiene que
así como cada cónyuge tiene autonomía para administrar sus bienes propios, de la misma forma
cada uno puede contraer deudas y responderá personalmente con su patrimonio, ahora, si con
el pago de sus deudas se llega a ver afectado el haber de la sociedad conyugal entonces esté
cónyuge quedara en deuda con la sociedad conyugal, claramente que se debe tener en cuenta sí
la deuda contraída fue para cubrir gastos personales o para cubrir gastos de la sociedad
conyugal como el sostenimiento del hogar.

4. OBJETIVOS

Objetivo general:

Establecer las razones jurídicas por las que el haber relativo existe en la sociedad conyugal y no
existe en la sociedad patrimonial.

Objetivos específicos:

1. Describir los contextos socio-históricos y jurídicos en los cuales se construyó la Sociedad


Conyugal y la Sociedad Patrimonial en Colombia.

2. Comparar los dos contextos en los cuales se desarrolló la Sociedad Conyugal y la Sociedad
Patrimonial en Colombia.
3. Establecer las razones por las que en la Sociedad Patrimonial no necesitamos el haber
relativo.

5. METODOLOGÍA

1. Revisar el proceso de contextualización histórica de finales del siglo XIX y principios del
siglo XX. Posteriormente, revisar el contexto socio histórico y jurídico de los años 80 que
dio origen a la Sociedad Conyugal y la Sociedad Patrimonial.

2. En una segunda etapa, a partir del reconocimiento de la capacidad civil de la mujer casada,
hacer una comparación del por qué en el siglo XIX se necesita el hacer relativo y por qué
en los años 80 no se necesita el haber relativo.

3. Hacer una revisión de los anales del congreso en donde se encuentren los debates y
argumentos que nos permitieron prescindir del haber relativo.

6. CRONOGRAMA

Anexo: Cronograma de Actividades a desarrollar durante la elaboración del trabajo


final de maestría. (Última hoja)

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76-834-31-10-002-2014-00350-01 (Tribunal Superior del Distrito Judicial de Buga (Valle) 16
de agosto de 2016).
Corte Suprema de Justicia Sala Civil, Sentencia SC-82252016, 22 de junio de 2016.
M.P. Luis Armando Tolosa Villabona.
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MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO, 7 de mayo de 2014).
Corte constitucional, Sentencia C-014, Expedientes D-1735 y D-1740 (Magistrado
Ponente: Dr. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ 4 de febrero de 1998).
Corte Constitucional mediante Sentencia HYPERLINK
"http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/c-193_1916.html" \l "inicio" C-193-16
, M.P. Dr. Luis Ernesto Vargas Silva.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-700 de 2013, Magistrado
Ponente: Alberto Rojas Ríos.
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA, Sentencia C-193 de 2016, Magistrado
Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva.
Decreto 1664 de 2015 del Nivel Nacional, por el cual se adiciona y se derogan algunos
artículos del Decreto 1069 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Justicia y del
Derecho y se reglamentan los artículos 487 parágrafo y 617 de la Ley 1564 de 2012, publicado
en el Diario Oficial 49610 de 20 de agosto de 2015.
Anexo: Cronograma de Actividades a desarrollar durante la elaboración del trabajo
final de maestría. (Última hoja)

Semanas (12 de junio al 29 de oct 2018)


Fases Actividades
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21
Afinar y
estructurar la
idea de
investigación.
Identifica la
cuestión y tema
central de la
investigación
Imprimir
originalidad:
llenar un vacío
en la disciplina,
re-examinar
Problema de
temas tratados.
Investigación
Establecer la
relevancia:
Importancia
académica o
social.
Probar la
viabilidad:
Potencial de las
fuentes de
información o
recursos
documentales y
bibliográficos.
Conocimiento
previo del tema
Estado del Revisión
Arte bibliográfica
Precisar que se
ha investigado
con relación al
tema de estudio
Reconstrucción
del Problema
Hipótesis del Investigación
Trabajo Explorativa.
1) Escoger y
relacionar los
conceptos más
importantes. 2)
Relacionar
conceptos y
categorías entre
Marco
sí. 3) Establecer
Teórico
las relaciones
entre conceptos,
categorías y
base empírica.
Adopción de
una teoría o
conceptos.
Analizar los
textos
encontrados
Analizar el
contexto socio
Metodología cultural de la
fuente.
Interpretación +
Comprensión +
Explicación =
Recomprensión
Etapa 1:
Recoger en la
norma, la
jurisprudencia y
la doctrina, los
Actividades elementos
en Desarrollo conceptuales
del Trabajo relacionados
Final con el tema de
análisis
propuesto.
Etapa 2:
Realizar un
análisis
comparativo de
los elementos
que aportan la
norma, la
jurisprudencia y
la doctrina
frente a los
aspectos
patrimoniales
de las
relaciones de
pareja.
Etapa 3:
Desarrollar un
planteamiento
jurídico a partir
de las
conclusiones
arrojadas por el
estudio de la
norma, la
jurisprudencia y
la doctrina.
Análisis de las
fuentes
(Contexto,
Tendenciosidad,
Independencia,
Veracidad,
Refenciada en
otros
Referencias documentos)
Bibliográficas Verificar que
todas las
referencias
bibliográficas
enunciadas se
encuentren
incorporadas en
el texto, y de
forma correcta.

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