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Primera ley: Para que un pasto sea productivo debe recibir un periodo de descanso entre dos

pastoreos. Esto le permite almacenar reservas en sus raíces y desarrollarse rápidamente para
producir la mayor cantidad de masa verde por unidad de superficie.

Este periodo de descanso depende de la fisiología misma de la planta, las condiciones


medioambientales y las características del suelo. Es muy importante que este tiempo de
descanso sea el adecuado, pues si los animales entran a pastoreo antes del tiempo correcto,
se pone en peligro la vida del pasto. Pero si el tiempo de descanso ha sido demasiado largo,
es muy probable que la calidad del forraje no sea óptima.

Segunda ley: Un pasto no debe ser cortado 2 veces por el animal en el mismo periodo de
ocupación del potrero. Esto se logra mediante periodos cortos de pastoreo, en potreros
pequeños y con ocupaciones de 2 a 4 días. Hablar de 'pequeño' o 'grande' es un valor relativo
pues todo depende de la cantidad de animales que se trabajen en la finca. (Lea: Cultivos
hidropónicos, alternativa de alimentación bovina en verano)

Ley del Reposo: Para que un pasto cortado a diente por el animal pueda dar su máxima
productividad, es necesario que, entre dos cortes sucesivos a diente, haya pasado el tiempo
suficiente, que permita al pasto: almacenar en sus raíces las reservas necesarias para un
inicio de rebrote vigoroso y un desarrollo impetuoso y rápido (realizar su “llamarada de
crecimiento”). Es decir, el pasto necesita descansar entre un pastoreo y el siguiente lo
necesario para que las plantas puedan recuperar su área foliar y acumular reservas para su
rebrote

2. Ley de la Ocupación: El tiempo global de ocupación de una parcela por el ganado deberá
ser lo suficientemente corto como para que el pasto cortado al iniciarse el tiempo de
ocupación no vuelva a ser cortado a diente por el animal, antes de que ellos dejen la parcela.

Esta ley hace referencia a que el periodo que pasan los animales en una parcela, no puede ser
tan largo como para permitir que corten el rebrote del pasto, por lo tanto, se uniría con la Ley
del Reposo, ya que se estaría cortando el pasto antes de haberse recuperado y de haber
alcanzado la “llamarada de crecimiento”, es decir, que se debilitaría cada vez más hasta llegar
al punto de que el pasto “no rinda”.

La 2ª ley nos habla del período en que podrán permanecer en el potrero los animales, para
que no comprometan el futuro rebrote. “el tiempo de permanencia global de una parcela debe
ser igual o menor a los tres días, de preferencia de un solo día”……..El mensaje es claro. Si
queremos que el pasto tenga condiciones ideales para desarrollarse luego del estrés del
pastoreo, lo mínimo que podemos hacer es no pisotearlo. Ni hablar de volver a cortarlo
mientras no cumpla su llamarada de crecimiento. El límite de tres días alude al riesgo de
cortar un rebrote. Esta comprobado, por ejemplo, que el raigrás empieza a rebrotar a las 14
horas después de cortado.

Cuantos más privilegios le concedamos al pasto, más pasto vamos a tener. Pero las leyes no
hablan solo de pastos, también hablan de las vacas. Las últimas dos leyes nos orientan sobre
cómo obtener rendimientos regulares de las reses y sobre como valerse de la infraestructura
y producción del mejor pasto posible en pro de determinados animales prioritarios, ya sea
por estrategia económica o por el momento fisiológico de la vida de los mismos. Si
pastoreamos un potrero con un grupo de animales durante tres días, tendrán un excelente
desempeño el primer día, un rendimiento medio en el segundo y un rendimiento menor en el
tercero, no hay como escapar de este hecho.

Provocamos entonces un sube y baja productivo al brindarles un nuevo potrero el cuarto día,
y así vamos: alto, medio, bajo; alto, medio, bajo; y así sucesivamente. Esto se conoce como
el “efecto serrucho”, al parecerse la gráfica resultante de los datos obtenidos a los dientes de
esta herramienta.

¿Cómo hacer para que no se dé el efecto serrucho? La manera más sencilla es adecuando la
carga para que el lote permanezca un solo día en el potrero. Pero la manera más fantástica es
estableciendo un lote de despunte y otro de repaso. Mientras un lote privilegiado por motivos
económicos u otros motivos, compuesto por aproximadamente el 30% de los kilos que
ocupan toda la rotación come el mejor pasto, el restante 70% se encarga de “limpiar” el
potrero en donde el lote privilegiado estuvo ayer. Este manejo nos ha proporcionado
ganancias diarias fantásticas en el lote despunte, y ganancias parejas y estables en el lote
repaso, suficiente para sus requerimientos del momento.

Tercera ley: Cuanto menos trabajo tenga un animal para cosechar a fondo un potrero, mayor
será la cantidad de pasto cosechado. Se recomienda una altura de 60-80 centímetros, cuando
se trata de pastos eréctiles, y de 15 a 25 centímetros, cuando se trata de gramíneas postradas,
como el Pangola.

Cuarta ley: Para que un animal sostenga su producción no debe permanecer más de 48-72
horas en el mismo potrero, pues está demostrado que los bovinos presentan mayores
producciones durante las primeras 24 horas de ocupación del potrero, decreciendo estas a
medida que transcurre el tiempo. Esto se debe a que cada vez el animal cosecha menos forraje
y de menor calidad. (Lea: Técnicas que mejoran la producción ganadera)

3. Ley de los Rendimientos Máximos o Ley de las Categorías: Es necesario ayudar a los
animales de mayores exigencias nutricionales a pastar la mayor cantidad posible y que el
pasto sea de la mejor calidad. Esto es, hay que ayudar al animal para que consuma la mayor
y mejor cantidad de pasto.

4. Ley de Rendimientos Regulares o Ley de Permanencia: Para que un animal de


rendimientos regulares, es necesario que no permanezca más de tres días en una misma
parcela.
Dado que cuanto más tiempo permanezca el ganado en una parcela, menor será la cantidad
y la calidad del mismo.

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