SERIE PRISON PLANET 03

EMMY CHANDLER
CHAMPION

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Índice
Argumento ........................................................................................................................ 3
Capítulo 1 ......................................................................................................................... 4
Capítulo 2 ....................................................................................................................... 13
Capítulo 3 ....................................................................................................................... 23
Capítulo 4 ....................................................................................................................... 29
Capítulo 5 ....................................................................................................................... 35
Capítulo 6 ....................................................................................................................... 43
Capítulo 7 ....................................................................................................................... 49
Capítulo 8 ....................................................................................................................... 55
Capítulo 9 ....................................................................................................................... 67
Capítulo 10 ..................................................................................................................... 74
Capítulo 11 ..................................................................................................................... 82
Capítulo 12 ..................................................................................................................... 92
Capítulo 13 ................................................................................................................... 103
Capítulo 14 ................................................................................................................... 108
Capítulo 15 ................................................................................................................... 114
Capítulo 16 ................................................................................................................... 124
Capítulo 17 ................................................................................................................... 135
Capítulo 18 ................................................................................................................... 145
Capítulo 19 ................................................................................................................... 154
Capítulo 20 ................................................................................................................... 164
Capítulo 21 ................................................................................................................... 171
Capítulo 22 ................................................................................................................... 181
Capítulo 23 ................................................................................................................... 186
Capítulo 24 ................................................................................................................... 197
Capítulo 25 ................................................................................................................... 199

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Argumento
"Sra. Wolfe, usted es la única mujer que ha solicitado la arena"
Sylvie Wolfe tomó una mala decisión, por una buena razón. Ahora, sentenciada a muerte
por su crimen, sólo le queda una decisión por tomar: el método de su ejecución. La mayoría
de la gente elige la inyección letal.
Sylvie exige la muerte por combate.
Su elección la lleva a la prisión del planeta Rhodon, donde en la zona uno, los asesinos
convictos más peligrosos de la galaxia luchan hasta la muerte ante las cámaras en una
competición al estilo de los gladiadores que terminará con un recluso declarado campeón.
Y que su sentencia de muerte sea conmutada por cadena perpetua.
Graham Anderson cree que ha perdido la cabeza cuando ve a una mujer en la zona uno.
Lleva a Sylvie a su celda justo antes del encierro, protegiéndola temporalmente de una
multitud de monstruos que intentan reclamarla. Cuando las puertas se abren al amanecer,
se ha ganado casi cien nuevos enemigos y ha perdido el corazón ante la mujer más feroz,
sexy y decidida que jamás haya conocido.
Con la amenaza de la muerte en la arena y los enemigos alineados contra ellos entre
bastidores, Sylvie y Graham deben luchar por cada momento que compartan. Pero al final,
sólo puede haber un campeón. Lo que significa que sólo uno de ellos puede salir vivo de la
arena.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 1
SYLVIE
HAY POCO EN EL UNIVERSO MÁS MISERABLE que una espera de un día para que un
cañón de agua automático limpie la orina de otra persona de tu cabello. Excepto saber que
una vez que salgas de tu sucia y estrecha jaula, te espera algo peor.
El transporte de la prisión es el lugar más miserable en el que he estado. Incluyendo la
cárcel. Nos tienen apiladas como cajas en un almacén, en jaulas de metal demasiado
pequeñas para que podamos ponernos de pie o estirarnos. Tres alturas. Desnudas. La
mujer de la jaula encima de la mía me ha meado en la cabeza dos veces.
Según mis cálculos, hemos sido "duchadas" por cañones de agua programados dieciocho
veces y alimentadas con treinta y ocho "comidas" en el transporte antes de que la puerta de
nuestra sala de carga se abra por primera vez. Así como el suelo debajo de nosotras se
tambalea. Mientras la nave a nuestro alrededor cruje.
Estamos saliendo de la velocidad de la luz. Lo que sólo puede significar que hemos llegado.
"¿Es ella?", dice el primero de dos guardias desde la puerta, asintiendo en mi dirección.
"Fila del medio, ¿la segunda desde la izquierda?"
"Sí. Sylvie Wolfe. No parece gran cosa, ¿verdad?" Ambos guardias llevan uniformes de la
Autoridad Universal de color gris oscuro, con el emblemático sombrero de ala roja de bajo
perfil.
"Pensé que sería más grande"
Las miradas de mis compañeras de prisión se vuelven hacia mí. La mujer en la jaula debajo
de mí se mueve a la esquina delantera de su jaula y estira su cuello para mirarme.
Nunca me ha gustado ser el centro de atención. Pero supongo que es una sensación a la
que tendré que acostumbrarme.
"Llévatela primero, en cuanto atraquemos", dice el primer guardia. "Mantén un ojo en ella.
Y al menos una mano." Las puertas deslizantes se cerraron, cortando el resto de la
conversación, pero todavía puedo sentir las miradas que me miran desde todos los lados de
las celdas de las prisioneras.
La mujer que está encima de mí golpea la lámina de malla metálica entre nosotras para
llamar mi atención. "¿Qué cojones hiciste?"
Yo no contesto.
"Perra, te estoy hablando"
Probablemente me estoy haciendo un enemigo ignorándola, y si tiene la oportunidad,
lanzará un puñetazo. O tal vez tratará de arrancarme el pelo. Pero si no puedo manejarla,
soy tan buena como un muerto en el lugar al que me dirijo.

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Minutos más tarde, la puerta se abre de nuevo, y el segundo guardia -la placa de su nombre
dice 'Beardon'- está de vuelta, con dos más. "En la fila del medio, segunda desde la
izquierda", dice mientras golpea algo en la pantalla curva atada a su antebrazo izquierdo.
Los otros dos guardias -Waite y Cottrell, según sus etiquetas de identificación- se dirigen
hacia mí. Cottrell lleva lo que parece un gran rollo de cinta adhesiva. "¿Realmente nos
necesitas a los tres para esto?" pregunta Waite. "Estoy bastante seguro de que podría
tumbarla con un soplo firme"
Beardon se encoge de hombros. "Dice precauciones de nivel uno"
"De acuerdo". Waite se encoge de hombros mientras la puerta de mi jaula hace clic,
desbloqueada desde la pantalla del brazo de Beardon. "Pero esto se siente un poco ridículo"
Abre la jaula y me fija con una mirada más curiosa que cautelosa mientras me tira un
paquete de tela gris pálido. "Ponte esto".
Vestirme en mi jaula apretada es un dolor en el culo, pero después de ocho semanas o más
sin ropa vale la pena el esfuerzo.
"Date la vuelta y muévete hacia nosotros con las manos en la espalda", dice Waite cuando
me las arreglo para meterme en los pantalones. "Como te muevas bruscamente, te
dormiremos. Supongo que no querrás que te dejemos inconsciente en el bullpen 1".
Definitivamente no lo sé. Tampoco quiero llegar herida. Por eso me echo hacia atrás con las
manos detrás de mí, según las instrucciones. Puedo jugar limpio cuando lo necesito.
Los cables que me rodean las muñecas no son una sorpresa. Los llevaba bastante
sistemáticamente mientras esperaba en la cárcel de mi mundo natal a que llegara el
transporte de la prisión. Dos veces, mientras estaba allí, vi prisioneros varones de la mitad
de mi tamaño que fueron arrastrados al suelo por la electricidad que pasaba a través de los
cables. Los guardias ni siquiera tuvieron que tocarlos. Simplemente tocaban un botón en
sus comunicadores de muñeca y los hombres que habían estado escupiendo y mordiendo
un segundo antes yacían babeando en el suelo.
Estoy preparada para los cables. Pero no para la tira adhesiva, como una cinta gruesa, que
se pone sobre mi boca. Sin el uso de mis manos, no puedo quitármela. Y cuando trato de
aflojarlo con saliva, el calor ardiente me quema la lengua.
Instintivamente, trato de gritar a través de la cinta, y el guardia detrás de mí se ríe mientras
me saca de la jaula por los brazos. "Trataste de lamerlo, ¿eh? Sí, eso dolerá por un tiempo".
De hecho, arde tanto que no puedo concentrarme en otra cosa mientras me conducen,
descalza, fuera de la habitación y de la nave de transporte, a una estación brillante y estéril
que orbita el planeta prisión. "Estación Alfa", me dice Beardon mientras el fuego en mi
lengua finalmente comienza a desvanecerse. "Esta es la base principal de la guardia.
También opera una de las puertas en el escudo pirotécnico que rodea el planeta, que son

1 En béisbol, el bullpen es el área donde los pitchers de reemplazo calientan antes de entrar a jugar.
El equipo de lanzadores de reemplazo es también conocido metonímicamente como "el bullpen". En
el contexto de la protagonista lo podemos interpretar como el area en el que los gladiadores esperan
a salir a luchar.

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las únicas salidas de la Roca Roja. No es que eso sea relevante para ti, ya que no vas a dejar
el planeta. Y que..." Señala hacia arriba. "Es tu nuevo hogar"
"Más bien su tumba", dice Cottrell riendo.
Sigo el objetivo de Beardon y encuentro el planeta visible por encima, a través de un nido
de abejas de paneles transparentes y presurizados enmarcados por una red de vigas
metálicas. Por un momento, no puedo recuperar el aliento, y esta vez eso no tiene nada que
ver con el parche adhesivo tóxico sobre mi boca.
La vista es impresionante.
Rhodon. La Roca Roja. Viéndolo en persona, entiendo por qué la gente también lo llama el
Ojo del Diablo. Con sus tierras de color carmesí y sus océanos de color óxido, Rhodon parece
el ojo de un demonio que se despierta en el espacio profundo, mirando fijamente al resto
del Universo.
El demonio parece enfadado. Listo para devorarme.
Las pisadas a mi espalda me llaman la atención mientras el resto de los prisioneros
descalzos marchan desde el transporte en una línea que nos adelanta rápidamente. Aunque
están vestidos igual que yo, no están esposados. Sus bocas no están cerradas con cinta
adhesiva.
Me miran fijamente hasta que el guardia que encabeza la fila grita para atraer su atención.
Beardon y los otros dos guardias me guían a través de la larga fila de prisioneras, que ahora
están haciendo cola, recibiendo uniformes, raciones y suministros.
Vacilo cerca de la línea de suministro, asumiendo que ahí es donde me dirijo, pero Waite
me arrastra por un brazo. "Van a una de las zonas de población abiertas", dice. "No
necesitarás la mayor parte de esa basura en el bullpen".
Los guardias me llevan a una habitación más pequeña construida con los mismos paneles
metálicos brillantes de los que está hecha toda la estación. En el interior, una mochila
nueva está sobre la mesa, sin cierre, con la solapa abierta.
"Este es tu kit de inicio" Beardon me deja ir y empieza a sacar cosas de la bolsa. "Un juego
de ropa de repuesto. Serás mucho más pequeño que los demás, así que quizá te dejen
quedártelos". Coloca un paquete plegado de tela gris pálido sobre la mesa, seguido de dos
cantimploras blandas de agua y dos gruesos sobres de plástico marrón. "Paquetes de
comida. Cuando se hayan ido, tendrás que hacer cola en la cafetería como todos los demás".
Los sobres marrones están etiquetados con los alimentos que contienen.
"Higiene personal". Pone una gruesa barra blanca de jabón envuelta en celofán sobre la
mesa, encima de un trapo de felpa blanco. Luego viene un cepillo de dientes barato y un
tubo de pasta de dientes con bicarbonato sódico. "La higiene puede parecer inútil hacia
donde te diriges, pero deberías utilizar esto. Cuanto más te limpies, menos probabilidades
tendrás de contraer una infección. Sin embargo, no utilizan champú en la zona uno, así
que tendrás que conformarte con esto para todas tus necesidades de higiene. No te servirán
los fósforos, ni las pastillas de purificación de agua, ni ninguna de esas porquerías que

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emiten en las otras zonas, porque todavía tienen agua corriente en el patio de recreo. Hasta
ahora, de todos modos. Pero esto podría salvarte la vida". Beardon sostiene un frasco de
pastillas. "Una dosis de antibióticos. Sigue las instrucciones del frasco, a la primera señal
de una infección". Frunce el ceño. "¿Sabes leer?"
Sólo puedo mirarle con la boca todavía tapada.
"Maldita sea. Déjala hablar", dice Beardon.
Cottrell me arranca la cinta de la cara.
"¡Hijo de puta!" Grito, mientras el adhesivo se aleja de mi piel.
Beardon parece divertido. "¿Sabes leer?", repite.
"Tanto el idioma común como un dialecto local de mi mundo natal", dije.
"No te sientas tan insultada. Es una pregunta justa"
"Soy profesora", le informo. Entonces tengo que corregirme. "De todos modos, yo era
profesora"
Beardon me mira como si me hubiera crecido una segunda cabeza. Waite resopla. "¿Qué
demonios va a hacer una profesora en el bullpen?"
Beardon golpea algo en la pantalla de su muñeca y sus ojos se mueven hacia adelante y
hacia atrás mientras escanea la información. "Cirugía correctiva de la visión a los 20 años,
en unidades solares estándar de la Tierra. Muelas de juicio extraídas en la adolescencia.
Las amígdalas se extirparon cuando era niña. Y....fuiste esterilizada por condena, por
supuesto. ¿Alguna otra condición de salud que debamos saber?"
"Sólo un temperamento realmente malo" Mi vida es un libro abierto para que él lo lea. Como
probablemente será mi muerte, para todo el mundo.
Beardon se ríe. "Bueno, profesora, ciertamente tiene la actitud correcta para el bullpen.
Lástima que tu cuerpo no pueda cobrar los cheques que tu boca está escribiendo".
"Caballeros". Un hombre con un traje azul oscuro entra en la habitación, y los tres guardias
se ponen firmes. "¿Como están?" Me evalúa de la cabeza a los pies mientras se relajan, y
luego fija su atención en mis ojos. "Sylvie Wolfe. ¿Vas a ser un problema?"
Niego con la cabeza.
"Soltadla".
"Señor..." Beardon protesta, pero el hombre del traje le interrumpe.
"Hazlo".
Beardon asiente a los otros dos guardias y Waite desaparece detrás de mí. Un segundo
después, siento sus manos en mis muñecas, luego los cables se caen. Me froto las muñecas,
frunciendo el ceño ante las hendiduras de los alambres de mi carne.
El hombre del traje se aclara la garganta. "Soy el alcaide Shaw"

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Le fruncí el ceño. "¿La mayoría de los prisioneros reciben una bienvenida personal del
alcaide?" Pregunto, en lugar de una presentación.
"No" No está sonriendo, pero parece más curioso que intimidante. "Sin embargo, eres un
caso único. ¿Estás segura de que entiendes en lo que te estás metiendo? No es demasiado
tarde para cambiar de opinión. Puedo tener a alguien aquí con una jeringa en quince
minutos".
Me está ofreciendo una salida fácil. Una muerte rápida y probablemente indolora.
"¿Por qué te importa?" No estoy tratando de ser grosera; sinceramente estoy interesada.
"Sólo soy un preso muerto más, de cualquier manera, ¿cierto?"
"En última instancia", admite. "Siéntate" El alcaide se hunde en la silla detrás de la mesa y
hace un gesto con la mano hacia el que está frente a él mientras coloca mi paquete de
provisiones en el suelo, despejando el espacio entre nosotros.
Dudo por un momento antes de retirar la silla. No esperaba este tipo de atención. Del
personal, en cualquier caso. "No entiendo qué está pasando aquí. ¿Por qué el interés
personal?"
El alcaide me mira fijamente por un segundo. Luego golpea la mesa entre nosotros, y la
superficie se ilumina. Mi archivo está en exhibición, mi foto de la ficha policial mirándome
fijamente. El alcaide planta un dedo en la mesa y lo arrastra en su dirección, y el archivo
se invierte para mirarlo de frente. "No se menciona aquí ningún tipo de habilidades técnicas.
¿Tienes alguna experiencia en....hackeo?"
Frunzo el ceño. "¿Umm... no? Sólo soy una asesina común y corriente".
"Sra. Wolfe, si eso fuera cierto, no estaríamos teniendo esta conversación. ¿Tienes la
capacidad de escribir códigos? ¿Diseñar virus? ¿Manipular la tecnología más allá de su
propósito?"
"No" Mi ceño fruncido se hace más profundo. "Puedo usar mi dispositivo de comunicación
personal, pero eso es todo. No es que ya tenga uno de esos. ¿Por qué? ¿De qué se trata
esto?"
"Tuvimos un pequeño problema con nuestra última presa del corredor de la muerte. Pero
eso no es nada que te concierna. Para que quede claro, una vez que entras en la zona uno,
estás dentro para siempre. Así que, este es el momento de cambiar de opinión. El bullpen
no es lugar para una mujer, no importa lo fuerte que creas que eres".
"He tomado mi decisión"
El alcaide parece no estar convencido. "Sra. Wolfe, usted es la única mujer que ha solicitado
la arena"
"¡Solicitado!" Beardon resopló. "Ella lo exigió".
El alcaide Shaw mira enojado a su guardia y la boca de Beardon se cierra.
"Los condenados a muerte eligen su método de ejecución", les recuerdo. "Ese es mi derecho,
igual que cualquier otro" De hecho, es el único derecho que me queda.

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"Eso es cierto", dice el alcaide. “Pero antes de salir a la arena, suponiendo que llegues tan
lejos, también serás la primera mujer en entrar al bullpen. Lo que quizás no sepas, por lo
que se transmite por los feeds 2, es que el bullpen puede ser más peligroso para los nuevos
que la arena en sí. Especialmente para tí"
Hace una pausa para dejar que eso se asimile, pero no me sorprende. El combate oficial es
uno contra uno, pero fuera de cámara, no hay reglas. Sé en lo que me estoy metiendo. Estoy
aquí porque la única forma de salir de una sentencia de muerte es a través de la arena.
No tengo otra opción.
"Serás la única mujer allí", continúa el alcaide. "Encerrada con casi cien hombres. Cien
monstruos. Estos son los peores de los peores, todos ellos luchadores entrenados o
soldados, o bestias que aprendieron a matar en las calles de algún sucio y retrógrado
planeta en el borde del espacio conocido. Algunos de ellos han estado allí durante más de
un año sin ver a una mujer. Tengo que ser sincero, Sra. Wolfe. No creo que sobreviva lo
suficiente como para ver el interior de la arena".
"Alcaide, agradezco su preocupación" Deslizo mis manos bajo mis muslos para que no
pueda verlas temblar. "Pero he estado semanas en el transbordador para pensarlo bien.
Puede que tenga razón. Podría morir allí esta noche, incluso antes de que enciendan las
cámaras. Pero moriría inmediatamente por la inyección letal. Esta es mi única
oportunidad".
"Está bien entonces" Su expresión se endurece, como si se sintiera ofendido de que no esté
saltando a su oferta de una muerte rápida. Pasa tres dedos por encima de mi archivo, y
desaparece, sólo para ser reemplazado por una imagen de una arena que he visto cientos
de veces en los feeds, en casa. "Puede que ya sepas algo de esto, pero tengo que repasarlo
con los nuevos luchadores", dice, y yo asiento con la cabeza.
"Los combatientes son emparejados por nuestro sistema, y son nivelados, lo que significa
que para tu primera pelea, estarás contra otro novato. Pero eso no significa que tu tamaño
o tus habilidades sean iguales. Nuestro sistema no rastrea ninguna de tus estadísticas o
habilidades de antes de que fueras condenada.
"Si superas tu primera pelea, serás emparejada con un oponente de categoría dos, alguien
que haya sobrevivido al menos una pero no más de tres peleas. Si logras superar tres peleas,
pasarás a la categoría tres. Sobrevive a un total de seis combates, y llegarás a la cima,
donde podrás enfrentarte al campeón actual tan pronto como tu séptima pelea. Pero hay
hombres que han tenido veinte peleas sin retirar su nombre. Esa parte es al azar. ¿Alguna
pregunta sobre el sistema de soporte?"
"¿Cómo sabré con quién voy a luchar?"
"La mañana de la pelea, el soporte se activará y podrás verlo en la pantalla en el patio".
Pasando a otro tema. La mayor parte de Rhodon está ocupada por zonas de población
abierta, que no tienen guardias en el terreno. La única razón por la que se dividen en zonas

2 Algún tipo de mecanismo de transmisión

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es para evitar que los prisioneros se congreguen en grandes cantidades y formen ciudades.
Pero la zona uno es diferente incluso a las otras zonas de ejecución.
"Geográficamente hablando, es mucho más pequeña, y no hay puertas en la pared exterior.
Excepto los días de pelea, los reclusos están restringidos al patio y al bullpen. Los guardias
saltarán al terreno si es necesario -hay cámaras de seguridad por todas partes-, pero debido
al peligro obvio, el listón para la "necesidad de hacerlo" es bastante alto.
"La mayoría de las celdas en el bullpen todavía cerradas, pero las cerraduras están
automatizadas y sólo se activan desde el atardecer hasta el alba. ¿Entiendes lo que te digo?"
Me encojo de hombros. "Durante el día, no tendré dónde esconderme" No es que pueda
permitirme esconderme, cuando todos los demás están entrenando.
Él asiente con la cabeza. "En días de combate, preséntate en el estadio cuando tu nombre
aparezca en la pantalla. Desarmada, aunque hayas encontrado un arma en el patio o en el
bullpen. Estarás vestida y preparada para la pelea. Luego te las arreglarás por tí sola".
"¿Y si no... lo logro?" No quiero pensar en eso, pero parece tonto ignorar la posibilidad -la
probabilidad- de que yo muera en la arena. Si no antes.
"A menos que tu familia haya hecho arreglos previos para reclamar tu cuerpo y pagar por
su devolución, depositaremos tus restos en un vertedero fuera de la zona uno" Lo dice sin
vacilar. Sin inflexión ni emoción. Porque deshacerse de los cadáveres es un aspecto
rutinario de su trabajo.
¿Mis padres me reclamarían? ¿Podrían permitirse el transporte de carga? Los pocos bienes
que tenía fueron confiscados por el gobierno para pagar mi manutención en la cárcel,
mientras esperaba mi juicio.
"¿Qué pasa si gano?" Pregunto, y los guardias detrás de mí se ríen.
El alcaide parece escéptico, pero mantiene una actitud profesional. "Vives para luchar otro
día. El campeón reinante al final de la temporada tendrá su sentencia de muerte conmutada
por cadena perpetua y será liberado a la población en general".
Que es exactamente por lo que estoy aquí. "¿A qué distancia está el final de la temporada?"
El alcaide golpea la superficie de la mesa entre nosotros, y luego golpea de nuevo para abrir
algún tipo de horario. "Nueve semanas y media. Si todavía estás en la carrera al final de
eso, hay un paréntesis de seis semanas antes de la próxima temporada. Úsalo para ponerte
en forma y mantenerte así. Si puedes"
"Haz un amigo", sugiere Waite. "Un amigo con muy buenos resultados. Alguien que te cuide
la espalda para que puedas recuperarte".
Cottrell se burla. "Uno no será suficiente. Vas a necesitar un maldito ejército para sobrevivir
allí, así que mejor escoge hombres que jueguen bien con los demás".
"Si jugaran bien con los demás, no estarían en el banquillo de los acusados en primer lugar",
afirma Beardon.

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Espero que el alcaide les contradiga. O al menos que les diga que se callen. En vez de eso,
da un manotazo a la mesa para hacer desaparecer el horario, y luego se pone de pie. "Sra.
Wolfe, ha habido mucho interés en usted en el lado corporativo. Algunos de los inversores
están cautivados prudentemente por la novedad que usted representa y la audiencia que
podría atraer. Les he advertido que no se emocionen demasiado. Como he dicho, no creo
que llegues a la arena".
Y de repente lo entiendo. Shaw no está preocupado por mí. Está preocupado por la
Autoridad Universal. O tal vez su posición dentro de la compañía, después de lo que le pasó
a la otra prisionera. Está tratando de convencerme de que no me meta en el bullpen e
intente aplastar las expectativas de los inversores.
"Pero ya me he equivocado antes", añade. Y basado en su expresión agria, el recuerdo ha
dejado un sabor amargo en su boca.
"De cualquier manera, no habrá ninguna excepción para usted porque sea una mujer. Nadie
va a ir a rescatarla si alguien en el bullpen decide que le perteneces. O si se convierte en
una batalla para todos".
"No estoy pidiendo excepciones, alcaide. Sólo quiero la misma oportunidad que todos los
demás. Una oportunidad de salir de allí con vida".
Shaw se inclina hacia mí con las dos palmas sobre la mesa. "Sra. Wolfe, déjeme ser claro.
No hay ninguna posibilidad de que eso ocurra. No le espera nada en el bullpen, salvo un
infierno que ni siquiera puede imaginar. Y ha accedido a dejar que la Autoridad Universal
lo retransmita, hasta tu último aliento. ¿Está segura de que esto es lo que quiere?"
Parece nervioso. Así que tengo que preguntar. "Alcaide, ¿por qué sigue ofreciéndome una
salida?"
Shaw frunce el ceño. "Estoy tratando de mostrarle la última misericordia que verás" Pero
está mintiendo. El alcaide se siente incómodo al enviar a una mujer a la celda, pero su
preocupación no es por mí. Entonces, ¿qué es lo que le preocupa? ¿Disturbios? ¿Alterar el
status quo?
¿Su trabajo?
"Agradezco su preocupación. Pero ya tomé mi decisión".
"Entonces lo que te suceda está fuera de mis manos" Por un segundo, creo que va a extender
una mano para que yo le dé la mano. Pero luego se da la vuelta abruptamente y sale de la
habitación.
"¿Qué fue todo eso?" pregunta Cottrell mientras me pone delante un par de calcetines
blancos y zapatillas grises y me pide que me los ponga. "Normalmente no editorializa la
sesión informativa"
Cuando me ato los zapatos, Beardon me levanta de la silla y sale por la puerta. "Ella no es
la luchadora habitual"
"Si quiere tirársela..."

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Beardon corta Cottrell con una mirada. "Después de lo que pasó en el hotel..." Niega con la
cabeza y vuelve a empezar. "Se trata de dinero. Si sobrevive lo suficiente como para entrar
en la arena, las audiencias se dispararán. Nunca antes hemos tenido una luchadora".
Waite hace un sonido de burla en su garganta. "Y nunca lo volveremos a hacer, una vez que
la vean masacrada en cámara"
"El alcaide tiene razón". Beardon me lleva hacia una lanzadera de transporte que nos espera
en el muelle de aterrizaje. "No va a vivir lo suficiente como para pisar la arena"

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 2
SYLVIE
PARA MI ALIVIO, LOS GUARDIAS ME DEJAN sin esposas mientras el transporte despega,
y luego se mueve suavemente a través de la puerta del piro-escudo, una barrera que
incinerará cualquier nave no autorizada que intente abandonar el planeta.
"La zona uno está a una hora de aquí", dice Beardon al descender a la atmósfera de Rhodon.
Él y los otros dos guardias se dejan caer en tres de las cuatro sillas atornilladas a la pared
del transbordador, al frente, cerca de la cabina cerrada. "Así que ponte cómoda".
En lugar de instalarme en el asiento vacante, puse mi mochila en el suelo de la lanzadera -
que está vacía, excepto para nosotros cuatro- y me pongo en cuclillas.
Después de pasar semanas en una jaula, incapaz de ponerme en pie o estirarme, necesito
moverme, y mis músculos me duelen placenteramente con el uso. Hago varias sentadillas
más, luego me doblo por la cintura y coloco las palmas de las manos en el suelo, sonriendo
mientras la tensión en mi cuerpo finalmente comienza a disminuir.
Luego, me dejo caer al suelo para hacer flexiones y me siento aliviada cuando mis brazos
no tiemblan. Después de unas cuantas de ellas, vuelvo a plantar las palmas en el suelo y
me pongo de pie con los talones contra la pared del transbordador. Hago cinco flexiones
verticales, los codos hacia adentro para mayor estabilidad. Para aislar mis tríceps. Puedo
sentir la tensión, pero todavía no hay temblores. Gracias a Dios.
Sin una forma de hacer ejercicio en mi jaula de transporte, me preocupaba la pérdida crítica
de masa muscular durante el viaje. Que me tirarían a la arena con un psicópata enorme, y
ni siquiera sería capaz de defenderme, mucho menos de contraatacar.
A pesar de lo bien que se siente el ejercicio, me detengo antes de cansarme, porque
necesitaré fuerza y energía en el bullpen. Cuando me pongo de pie, limpiando un poco de
sudor de mi frente sobre mi manga, encuentro a los tres guardias mirándome.
"Así que está en forma" Cottrell se encoge de hombros. "No significa nada contra esos
animales. Cualquiera de ellos podría partirla por la mitad".
Él tiene razón. No hay manera de que pueda dominar a la mayoría de los hombres en el
bullpen, mucho menos en la arena. Tendré que ser más inteligente. Más rápida. Tendré que
estar en mejor forma, tanto física como mentalmente, que todos los que están conmigo.
También tendré que tener una suerte extraordinaria. Y dispuesta a pagar por la protección
dondequiera que la encuentre, aunque sólo tenga una cosa que valga la pena vender.
Mi piel se retuerce al pensar en ello, pero dejo atrás el miedo y la repugnancia y me armo
con determinación. Se trata de sobrevivir. No puedo permitirme ser aprensiva o blanda.
Nadie más en el bullpen lo estará.

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Mientras los guardias discuten sobre mis posibilidades -parecen estar apostando sobre qué
tan pronto moriré-, me muevo hacia una de las largas ventanas horizontales como una rica
y densa mancha roja se va acercando a la vista. Estamos volando sobre una espesa franja
de bosque, y aunque nos movemos demasiado rápido para que pueda concentrarme en un
solo árbol durante mucho tiempo, se parecen mucho a los árboles de mi mundo natal. Con
una excepción.
Aunque tanto mi planeta como éste fueron terraformados utilizando especies de plantas y
animales nativos de la Tierra, el planeta natal de la humanidad, todo lo que ha echado
raíces en Rodón parece estar creciendo en uno de los mil tonos de rojo, en lugar de los
verdes, azules y marrones de la Tierra. Incluso los océanos visibles desde la Estación Alfa
eran de un color oxidado, similar al de las zonas de suelo desnudo visibles a través de los
huecos en el dosel formado por las copas de los árboles del bosque.
"Minerales", dice Beardon, y me vuelvo para verlo parado a varios metros de distancia, con
la mano en la culata de su pistola. "Lo vuelven todo rojo. Pero es genial, ¿no?"
"Es impresionante", jadeo. Y estoy un poco cabreada por eso. Un lugar como este -un
planeta donde la gente sólo vive lo suficiente para sufrir inevitablemente muertes violentas-
debería verse como el agujero del infierno que es. Como el ojo demoníaco, que parece
proceder del espacio.
Este lugar no tiene derecho a ser bello.
Así como los guardias no tienen derecho a ser amigables. "¿Qué es lo que quieres?"
Sospecho tanto de la proximidad de Beardon como del cambio de actitud.
"Información". Baja la voz, pero no estoy seguro de que eso importe. Los otros dos están
discutiendo sobre si su apuesta debería dar resultado si muero antes de mi primera pelea.
Fuera de cámara.
"¿Qué información?"
"Sobre tus antecedentes. Te investigué. No tiene antecedentes de peleas competitivas. No
hay arrestos previos. Sin antecedentes de comportamiento violento, salvo la excepción
obvia".
El crimen que hizo que me enviaran aquí.
Me encogí de hombros. "¿Y qué?"
"Así que, esa no puede ser toda la historia. No hay forma de que una profesora de ciencias
de secundaria sin experiencia en lucha exija muerte por combate. Los profesores de ciencias
no hacen flexiones verticales. Hay algo que no estás diciendo".
"Tal vez". Crucé mis brazos por debajo de mis pechos y me encogí de hombros. "Supongo
que estás planeando beneficiarte de esta información privilegiada. Entonces, ¿cuánto estás
dispuesto a pagar por ello?"
"Los créditos no te servirán de nada ahí abajo" Él cabecea hacia la ventana mientras
volamos sobre un grupo de edificios en ruinas en lo que sólo puede ser una de las zonas
abiertas de población. "Y no tengo nada de comida encima"

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"Sé creativo", susurro. "¿Tienes algo que pueda usar para defenderme?"
En realidad pone los ojos en blanco. "No podrías disparar mi pistola, aunque te la diera.
Está programada para mis huellas dactilares. Y no te voy a dar mi cuchillo", añade, cuando
abro la boca demasiado rápido. "Se tomaría y se usaría en tu contra"
Así comienza la inevitable subestimación de la única mujer en el bullpen.
"Bien". No esperaba que me diera un arma de verdad. "¿Tienes un bolígrafo?" Es una
posibilidad remota. No creo que le sirva para escribir, con un comunicador de muñeca atado
al brazo. Pero puedo ver por el repentino levantamiento de sus cejas que por cualquier
razón, realmente tiene uno.
"Trato hecho. Asumiendo que mantengas la fuente en silencio"
"A menos que los reclusos hablen, nadie sabrá que lo tengo", le aseguro.
"Te lo daré cuando desembarques".
Otro encogimiento de hombros. "Entonces ahí es cuando responderé a tu pregunta"
Frunce el ceño. "No puedo armarte mientras estés en el transbordador".
Pongo los ojos en blanco. "A menos que sea una pluma mágica, no me ayudará a dominar
a tres guardias armados. Y no soy tan estúpida como para darte una excusa para herirme
justo antes de que me dejes en una jaula con cien presos del corredor de la muerte. Así que
si quieres información, dame tu bolígrafo".
Mientras lo considera, con una mirada a los otros dos guardias, que todavía están
discutiendo, me vuelvo hacia la ventana. Estoy sorprendida -y un poco aterrorizada- de ver
la arena a lo lejos. Nuestra aproximación parece repetir el sobrevuelo que se hace al
principio de cada combate, grabado en el feed de la Autoridad Universal.
Es extraño verlo en persona, después de años de ver las peleas con mi hermano. Nunca, en
una vida de eternidad, me hubiera imaginado aquí.
Como ya sabía por los feeds, la zona uno está rodeada por dos capas de una pared metálica
alta, aparentemente sin uniones, una anidada dentro de la otra, con una amplia y
desarbolada extensión de tierra entre las dos. Como un foso de hierba. Presumiblemente,
eso es para que incluso si un recluso rompiera la pared interior, todavía estuviera encerrado
por la exterior.
Dentro de esa pared interior, la zona está dividida en dos mitades distintas. Al este se
encuentra el complejo de combate, incluyendo la propia arena al aire libre, así como una
serie de edificios de apoyo y pasarelas.
Al oeste, separado del complejo de combate por una estrecha pasarela de paredes metálicas
y dos puertas, se encuentra un edificio de una sola planta en forma de mano, con sólo
cuatro dedos. Esos dedos deben ser los bloques de celdas: filas de celdas que se bloquearán
automáticamente al atardecer y se desbloquearán al amanecer, según el alcaide.
Asumo que la palma de la mano de cuatro dedos contiene las otras instalaciones de la
prisión, incluyendo duchas, una cafetería no vigilada, y presumiblemente oficinas que

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alguna vez fueron usadas por el personal que dirigía este lugar, antes de que los colonos
originales abandonaran Rhodon por planetas más céntricos, lo que permitió que fuera
comprada por la Autoridad Universal y que se volviera a repoblar como una prisión.
Desde la base de la palma se extiende un patio de ejercicios rectangular completamente
cerrado, con una gran sección pavimentada en el centro. Y aunque hay terreno abierto entre
cada uno de los "dedos" de los bloques de celdas, parece estar amurallado e inaccesible
para los reclusos.
La zona uno se acerca cada vez más mientras Beardon habla balbuceando. Mientras mi
pulso se acelera.
"El tiempo casi se acaba", digo, y cuando él se vuelve encontrando la arena ocupando la
mayor parte de la vista, Beardon suelta un resoplido impaciente.
"Bien". Escarba buscando un bolígrafo a la antigua usanza en un bolsillo de su muslo
izquierdo, pero en vez de entregarlo, sólo me lo muestra, escondido de los otros guardias
por la palma de su mano y su muñeca. "Empieza a hablar".
"Estamos aquí" Waite se pone de pie y se dirige hacia nosotros, recogiendo mi mochila por
el camino, y cuando Beardon se da la vuelta para responderle, le quito la pluma.
Beardon se vuelve contra mí, con la mandíbula apretada, pero no puede delatarme sin
admitir ante sus compañeros de trabajo que acaba de armar a una reclusa, sin duda un
delito con pene de cese. En vez de eso, me agarra del brazo y toma mi mochila de Waite, y
luego lo despide con la mano. "Me aferro a tus suministros hasta que cumplas tu parte del
trato, Wolfe", susurra ferozmente mientras el transbordador vuela sobre la primera pared
metálica y comienza a descender dentro de la zona uno.
"Parece que estamos en un punto muerto"
Niega con la cabeza mientras el transbordador aterriza suavemente en una plataforma de
aterrizaje cerrada. "Puedo permitirme perder mi pluma, pero tú no puedes permitirte entrar
sin comida y ropa"
Buen punto.
"Beardon". Cottrell toma una posición junto a la puerta, con la mano cerca del botón de
gran tamaño que la convertirá en una rampa para el desembarco. "¿Por qué el retraso?"
"Nada. Ábrelo"
Cottrell da una palmada con la palma de la mano sobre el botón, y las bisagras gimen
cuando la puerta comienza a abrirse.
"Ahora o nunca", susurra Beardon.
"Bien". Subrepticiamente meto su bolígrafo en el bolsillo, y luego levanto la mano para coger
mi mochila. Beardon me pone la correa en la palma de la mano, pero me agarra la muñeca
antes de ponérmela. "¿Has oído hablar de Havoc?" Susurro. "El hombre, no el concepto".
Frunce el ceño. "¿El gladiador?"

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"Sí" Tiro de mi muñeca para liberarme de su agarre y balanceo la mochila sobre mi hombro
mientras me dirijo a la rampa. "Vas a tener que resolver el resto por tu cuenta"
"¡Buena suerte, Wolfe!" grita Cottrell mientras desembarco, y estoy bastante segura de que
sólo lo dice porque ha apostado un montón de créditos en mi supervivencia. "Una vez que
hayamos despegado, abrirán la puerta. El patio está a tu derecha, el bullpen a tu izquierda"
Mientras la puerta se cierra, saco la mano del bolsillo y saludo a Beardon, su pluma en mi
mano, haciendo un gesto con mi dedo corazón.
Los otros guardias sólo notan que les mostrando el dedo.
Cuando el transbordador despega, me doy la vuelta y contemplo lo que me rodea. El muro
que rodea la plataforma de aterrizaje es demasiado alto y liso para que pueda escalar,
incluso si no pensara que me derribarían por intentar huir. E incluso si pudiera escalar
una pared sin fisuras ni asideros, el haz rojo de un cable láser que pasa por la parte superior
me cortaría por la mitad.
La puerta que tengo delante está hecha de barras verticales de metal, más allá de las cuales
un camino estrecho y amurallado me conducirá directamente al bullpen, a través de una
entrada que hace tiempo que ha perdido su verdadera puerta. Lo que puedo ver desde el
interior del edificio es tenue, y a medida que la lanzadera se eleva aún más detrás de mí,
arrojándome pelo en la cara, alguien pasa por delante de la puerta abierta. Un instante
después, regresa, como si le llevara un segundo procesar lo que está viendo.
Una mujer.
Puedo decir por su sorpresa que los presos no tienen ni idea de que voy a venir, un golpe
de suerte por el que estaré eternamente agradecida. Si lo supieran, seguramente estarían
abarrotando la puerta. Pero por ahora, sólo hay un hombre, y aunque es enorme y tan
desaliñado y brutal como uno podría esperar de un recluso en el corredor de la muerte en
una prisión sin guardias, reglas o normas mínimas de higiene, no parece inclinado a
anunciar lo que acaba de descubrir.
Claramente, preferiría tenerme para sí mismo. Lo que me parece bien. Prefiero enfrentarme
a ellos de uno en uno.
El motor del transbordador comienza a desvanecerse a medida que se aleja, y un motor
más pequeño retumba a medida que se abre la puerta. Camino a través de la puerta y el
recluso sale del edificio, de frente al otro extremo de la angosta y despejada pasarela. "¿Qué
carajo es esto?" gruñe con el volumen justo para que yo lo oiga. "Ni siquiera es mi
cumpleaños" Se ríe, exponiendo los dientes delanteros que se han roto por la mitad y que
están empezando a pudrirse. "Como si supiera qué día es hoy. Podría ser mi cumpleaños".
Puse mi mochila en el suelo y palmeé mi pluma de tinta, para que no pueda verla. "Vamos
entonces", digo en voz baja, porque ninguno de nosotros quiere que nadie más se fije en mí.
"Acabemos con esto de una vez"
Se abalanza hacia mí, como si estuviera esperando una invitación, y su intención es clara
en cada paso de la carga. Su ataque es la fuerza bruta simplista de un ariete humano, todo

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su pensamiento y esfuerzo concentrado en un solo golpe que es tan poco sofisticado como
su estrategia.
Probablemente esté planeando derribarme al suelo, donde espera arrancarme la ropa antes
de que alguien más se dé cuenta de que estoy aquí.
Si me derriba, su plan podría funcionar.
Me tenso, lista para moverme, agarrando el bolígrafo en mi puño, pero él no ha notado mi
arma. Todo lo que ha notado es que tengo partes del cuerpo que no ha visto en meses. Tal
vez más tiempo.
Pulgadas antes del impacto, me aplasto contra la pared metálica. El preso pasa justo por
delante de mí, y yo lo persigo. Para cuando se las arregla para detenerse y girar, ya me estoy
balanceando.
Entierro mi pluma en su garganta, y luego suelto el arma inmediatamente. Mientras se
agarra a la herida, con la boca abierta en un estado de shock casi silencioso, me balanceo
una vez más y la entierro en su ojo izquierdo.
Su otro ojo se ensancha. Luego se derrumba en un montón de dientes podridos y
extremidades superdesarrolladas, parpadeando hacia el cielo y gorgoteando mientras la
sangre brota de ambas heridas.
Me quedo mirando al suelo mientras él se mueve y jadea, tratando de procesar lo que acabo
de hacer, junto con el hecho de que voy a tener que hacerlo una y otra vez. No me siento
culpable por su inminente muerte. Hice lo que tenía que hacer, y he estado semanas en el
transporte de la prisión para prepararme psicológicamente para esa inevitabilidad.
Esto es matar o ser asesinada.
Sin embargo, no puedo obligarme a ver cómo se le escapa la vida del cuerpo.
Cuando él se queda quieto en mi visión periférica, me arrodillo a su lado, haciendo todo lo
posible para evitar el desastre.
Mis dedos resbalan en la sangre cuando trato de sacar mi arma de su cavidad ocular
arruinada, así que tengo que tirar del dobladillo de su camisa hacia arriba y usarla como
un soporte de cacerola, para un mejor agarre. El sonido húmedo y succionador que hace el
bolígrafo cuando se libera es repugnante, así que trato de borrarlo de mi memoria mientras
limpio el bolígrafo en la camisa del hombre muerto.
Uno menos. Todavía faltan aproximadamente cien.
Y de repente, a pesar de mi bravuconería, tengo que apisonar un rayo de pánico tan fuerte
que mi corazón literalmente deja de latir por un segundo.
No puedo hacer esto.
Eso no es duda de sí mismo. Sé de lo que soy capaz, y estoy más que dispuesta a trabajar.
A entrenar. Pero las cifras aquí son más que abrumadoras. Los hombres no tienen nada
que perder. Y la mayoría de ellos van a querer un pedazo de mí antes de morir.

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Y la inquietante verdad es que no tengo forma de saber que la violencia y la violación

terminarán junto con el latido de mi corazón.
Aguanta, Wolfe.
La voz de mi hermano es muy clara en mi cabeza. Muévete antes de que pierdas tu
oportunidad. Antes de que la multitud se reúna.
Agarro el bolígrafo con la mano derecha y subo la correa de mi mochila al hombro izquierdo,
luego me muevo con cuidado, en silencio, hacia la entrada de la prisión, escuchando los
pasos. Voces. Violencia.
Oigo todo eso, pero nada de eso suena muy cerca.
Al oeste, el sol ha empezado a ponerse, proyectando mi sombra sobre la pared metálica a
mi derecha. Si puedo llegar a una celda vacía antes de que se bloqueen automáticamente,
puedo encerrarme, al menos hasta la mañana. Eso me dará toda la noche para descansar
y trabajar en un plan para el día.
Pero ¿y si no puedo encontrar una celda vacía? O ¿Y si algún cabrón se mete a la fuerza
antes de que las cerraduras se activen?
Mátale, dice la voz de mi hermano.
Y si no puedes matarle, sométete. Tranquilízate. No provoques. Esa voz, la voz de la lógica,
es la mía. No puedo arriesgarme a que me hagan daño de la noche a la mañana, porque
necesito poder defenderme mañana. Y de todos modos, un hombre es mucho mejor que
cien hombres. Puedo manejar a un hombre.
A menos que sea un psicópata.
En la entrada, respiro profundamente una vez más, fortaleciendo mi columna vertebral.
Calmando mis nervios. Luego me meto en un oscuro y sucio pasillo lleno de envoltorios de
comida, bolsas de agua rotas y otros desechos variados. Me detengo al final del pasillo,
mirando a un atrio vacío y abierto donde la última luz del día brilla a través de varias
grandes claraboyas en lo alto. Bien fuera de alcance.
Al otro lado del pasillo donde todavía estoy escondida, veo dos puertas abiertas, una que
lleva a un baño de azulejos y la otra a una cafetería donde las mesas y los taburetes parecen
estar atornillados al suelo.
A mi derecha, un doble juego de puertas exteriores se abre, revelando una extensión de
hormigón agrietado, donde docenas de hombres están levantando pesas o sentados en
bancos. O en el suelo. Unos pocos están reunidos en pequeños grupos, pero en su mayor
parte, parecen ser solitarios. Lo cual no es ninguna sorpresa, considerando que al final se
verán forzados a matarse unos a otros en la arena.
Con un poco de suerte, su renuencia a trabajar juntos me beneficiará.
A mi izquierda, el atrio termina en cuatro oscuros pasillos que se ramifican en diferentes
direcciones: los "dedos" del bloque de celdas que vi desde el transbordador.

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En una de ellas, veo docenas y docenas de celdas, hechas de cemento y barras de metal
anticuadas pero robustas. Hay unos pocos hombres parados en las puertas de las celdas
abiertas, pero ninguno de ellos se ha fijado en mí todavía, ni tampoco los hombres del patio.
Con el pulso acelerado, me dirijo hacia los bloques de celdas tan silenciosamente como
puedo con mis zapatillas de deporte de edición estándar, pisando más basura, incluyendo
una mochila desgarrada, un frasco de pastillas roto y lo que parece ser un cordón de zapato
ensangrentado. A la izquierda, paso por varias habitaciones pequeñas que probablemente
alguna vez fueron oficinas, pero que ahora no tienen puertas ni muebles.
Sólo estoy a medio camino del vestíbulo cuando mi zapato cruje contra algo en el suelo. Me
congelo, esperando que nadie me oiga. Pero entonces aparece un hombre en la puerta de la
última oficina. Frunce el ceño y luego entrecierra los ojos, como si no pudiera confiar en su
propia visión en las sombras cada vez más profundas. Entonces sus ojos se abren de par
en par. Mira a su alrededor para ver si alguien más se ha fijado en mí y, como el muerto
que dejé frente a la puerta, se acerca sin llamar la atención. Aunque sé que su silencio es
egoísta, también me está haciendo un gran favor.
A diferencia del primer recluso con el que me enfrenté, este hombre es de pies seguros y
tranquilo, lo que significa que tiene un mejor control sobre su cuerpo que el último. Y
mejores reflejos, sin duda.
Dejo de caminar, pero me mantengo firme, a pesar de los fuertes latidos de mi corazón.
Nunca reveles el miedo a tu oponente, aconseja la voz de mi hermano, fuerte y clara en mi
cabeza. El campo de batalla es tanto mental como físico, y esa ventaja no puede ser
recuperada, una vez que es cedida.
El recluso se lleva un dedo a los labios en un gesto de silencio. Entonces el hijo de puta me
guiña el ojo. Como si mi presencia fuera un secreto especial que compartimos.
"¿De dónde coño vienes?", susurra mientras se adelanta, presionándome inmediatamente
contra la pared. En lo profundo de las sombras cada vez más espesas. Muy pronto, los
reclusos vendrán desde el patio a reclamar una celda para pasar la noche, y aunque haya
terminado conmigo o no, todos querrán un turno si nos atrapan.
El ruido de cualquier pelea que haga sólo acelerará esa línea de tiempo.
Mira a través de las puertas dobles, hacia el patio, y luego me tira de la oficina de la que
acaba de salir, aparentemente despreocupado de que no responda a su pregunta. "Vamos
a quedarnos aquí unos minutos. Entonces nos encerraremos en una celda, sanos y salvos".
Él se acerca, y yo estoy atrapada entre su gruesa y dura estructura y la pared de cemento.
"Y luego ¿qué?" Susurro, mirándole con lo que espero sea una expresión inocente e
indefensa.
"Entonces vas a expresar tu gratitud" Desliza una mano bajo el dobladillo de mi camisa, y
yo aprieto los dientes mientras él levanta mi pecho izquierdo, apretándolo a través de mi
sostén. Un gemido retumba de su garganta, y se pone duro contra mi estómago. "No sé
cómo diablos llegaste aquí, pero debes tener la peor suerte..."

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Me quita la mano del sujetador y sus dedos se deslizan por mi vientre, y luego se desliza
por debajo del cordón de la cintura de mis pantalones.
"Espera" Pensé que podría hacerlo. Y si realmente puede encerrarme por esta noche,
probablemente debería aprovechar esa oferta. Pero... "Aquí no. Por favor. Llévame a un
lugar... seguro".
"Es demasiado pronto. Hay que esperar a que abran las cerraduras, o alguien podría tener
tiempo de secuestrarte".
"Bien, pero espera. Por favor. No quiero..." Le agarro de la muñeca, tratando de quitarme la
mano de los pantalones, pero él agarra con fuerza los dedos alrededor de mi vello púbico, y
yo jadeo por el dolor inesperado.
Su otra mano se desliza en el cabello en la parte posterior de mi cráneo, y tira tan fuerte y
rápido que mi cabeza se mueve hacia un lado. "Harás lo que yo quiera, cuando yo quiera,
o te daré una paliza y me lo cobraré yo mismo", gruñe en mi oído. "¿Está claro?"
"Crystal". Levanto el bolígrafo y se lo clavo en el cuello. Estoy bastante segura de que ahora
se puede calificar como mi firma.
"¡Hija de puta!", grita, soltando la cabeza para agarrar el bolígrafo, y sé inmediatamente que
no llegó lo suficientemente profundo. Su cuello es demasiado grueso. El ángulo estaba mal.
En lugar de matarle, le he cabreado mucho.
Su otra mano se desliza de mis pantalones y agarra mi garganta, sosteniéndome contra la
pared con un agarre lo suficientemente fuerte como para restringir mi respiración.
"¡Puta desagradecida!" Susurra mientras se saca el bolígrafo del cuello, pero es demasiado
tarde. Los hombres del patio le oyeron. No saben a quién está maldiciendo, pero lo harán
en cualquier momento. "Joder", se rompe cuando oye pasos que se acercan. "Vas a pagar
por eso"
Todavía agarrándome por el cuello, me empuja fuera de la oficina vacía, hacia atrás,
inclinándome hacia el bloque de celdas del extremo izquierdo. Le araño la mano mientras
tropiezo, tratando de agarrar bien al menos un dedo, para poder doblarlo hacia atrás. Pero
su agarre es demasiado fuerte, y no parece sentir mis esfuerzos. Aunque estoy convencida
de que pagaré por cada rasguño, si me mete en su celda.
Debí haber dejado que me tocara a tientas. Habría terminado en la misma posición en la
que estoy ahora, sólo que puede que no esté planeando hacerme daño, o en posesión de mi
única arma.
"Por favor", grazné, luchando por poner un pie detrás del otro lo suficientemente rápido
como para no caer. Rezando para no tropezar con nada. Por encima de su hombro, puedo
ver que el atrio está lleno de hombres ahora. Docenas de ellos. El pánico me quema el
estómago. "Lo siento. Haré lo que quieras".
"Claro que sí, lo harás. Pero la nave ha zarpado con la suavidad y la gentileza, pequeña. Te
voy a partir en dos".
Joder.

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"¡Ray!", grita una voz por detrás de él, y vuelvo a mirar por encima de su hombro para ver
que el hombre al frente de la multitud ha llegado al final del rápidamente oscurecido atrio.
"¿Qué cojones? ¿Es una mujer?"
Mi captor -Ray- gruñe, y mi corazón late tan rápido que mi visión comienza a desaparecer.
Esta no es la posición en la que quería estar cuando todos se enteraran de mi existencia.
Ray me empuja más allá de varias celdas abiertas. "Ya casi llegamos".
Un sonido fuerte y agudo resuena por todo el edificio, seguido de un sonido tras otro. No
me doy cuenta de lo que oigo hasta que veo una puerta de la celda cerrada por encima del
hombro de Ray. El sol se ha puesto. Las cerrojos han sido activados. Pero no tengo ninguna
posibilidad de encontrar una celda vacía ahora.
"¡Ray!", grita otro hombre. "¡Comparte tu fortuna!"
"¡Vete a la mierda!" Ray grita sin darse la vuelta, y su aliento avinagrado me aleja el pelo de
la cara. "Puedes pelear por ella mañana. Esta noche es mía".
"Por favor", grazné. "Por favor..." No creo que sepa que su puño se está apretando alrededor
de mi garganta. "No puedo..."
Algo se aprieta alrededor de mi brazo derecho y me hace perder el equilibrio. Un sonido
estrangulado se desprende de mi garganta mientras vuelo por el aire. Me estrello contra la
pared de hormigón con un ruido sordo que me deja sin respiración, y luego me derrumbo
en el suelo, jadeando. Con moratones. Sorprendida.
Otro sonido metálico resuena a mi alrededor, y cuando miro hacia arriba, luchando por
volver a enfocar el mundo, me doy cuenta de que estoy en una celda. Estoy encerrada en
una celda. Pero el hombre que está a este lado de las barras, de espaldas a mí, no es Ray.
Ray está fuera de la celda, con la cara roja como una cereza, la sangre goteando por el
costado del cuello por la herida de la punción. Puede que no sea inmediatamente fatal, pero
es más profunda de lo que pensaba al principio. A menos que tenga antibióticos y un
botiquín de primeros auxilios, es posible que tenga un problema.
Pero me han separado de Ray y he sido encerrada con otro preso. Parece que yo también
tengo un problema....

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 3
GRAHAM
CERCA DEL ANOCHECER, estoy en el patio, utilizando la última máquina buena de presión
de pierna, cuando oigo el motor acercarse. Los transbordadores sólo vienen en los días de
no combate por una razón.
Nuevos luchadores.
Nadie más parece haberse dado cuenta todavía, así que me levanto y cedo la la máquina a
Hardy, que ha estado rebotando sobre sus pies durante los últimos quince minutos, con la
esperanza de entrar en un set más antes de la puesta de sol. Antes del bloqueo.
"Ensancha los pies", digo yo, mientras se cae en la silla inclinada. Su estado de forma ha
sido muy pobre toda la semana, porque hace unos días, ganó su tercera pelea. Lo que
significa que, aunque la semana pasada estuvo entre los luchadores más experimentados
en el nivel dos, esta semana estará entre los menos experimentados en el nivel tres. Eso
pondría nerviosos a la mayoría de los hombres.
Pero la mayoría de los hombres no lo muestran como Hardy.
Si no consigue meter la cabeza en el juego, alguien le va a matar antes de que regrese a la
arena.
Debería importarme una mierda. Y no lo hago, de verdad. Es sólo que Hardy no es un mal
tipo, y es bueno tener a alguien alrededor que no quiera clavarme un cuchillo en la espalda.
Pero entonces, si él no puede defenderse, eso no vale de mucho.
Le dejo a la máquina y me dirijo al otro lado de la acera agrietada y en ruinas, tomando
nota de quién está todavía fuera. Según mis cálculos, hay una docena más de hombres que
celdas en el bullpen, aunque ese conteo cambia casi todos los días, a medida que llegan
nuevos prisioneros y mueren prisioneros extenuados. A veces los nuevos no entienden que
aún no tienen el rango para reclamar una cama.
No quiero luchar por mi celda, pero lo haré si es necesario.
Me limpio la frente con la camisa vieja y desgastada que uso como toalla, luego la meto en
mi mochila y me dirijo al interior del edificio y a través del atrio. Faltan un montón de
puertas, pero incluso las que todavía funcionan suelen estar abiertas, porque hace mucho
calor en Rhodon durante el día, y cualquier brisa que podamos canalizar a través de este
lugar es una bendición.
Cuando llegué aquí, lo primero que noté fue el penetrante olor corporal, y aunque he estado
aquí demasiado tiempo como para notarlo ahora, estoy seguro de que sigue ahí. Y que estoy
contribuyendo a ello.
Mi celda favorita está a media cuadra, a la izquierda. El colchón todavía está en buen
estado, al menos para un colchón de prisión, el lavabo y el inodoro todavía funcionan, y
hay una abertura horizontal de cinco pulgadas de una ventana en la parte superior de una

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pared. No se puede ver nada a través de ella, excepto un trozo de cielo, pero la brisa es
agradable la mayoría de las noches, y cuando llueve, puedo sentir un poco de salpicadura
fría en mi cara, si me pongo en el lugar correcto.
Eso es lo más cercano a “refrescar” que el bullpen puede ofrecer.
Mi celda está desocupada, así que saqué un trapo de mi mochila. En el lavabo, me quito la
camisa y mojo el trapo -sólo hay agua fría, no importa qué pomo abras- y luego me limpio.
La mayoría de las duchas en el baño del atrio todavía funcionan, pero no hay tiempo para
usar una antes del cierre.
Habiendo terminado, enjuago mi trapo y lo cuelgo sobre el borde del lavabo para que se
seque. Estoy buscando en mi mochila una camisa de repuesto limpia cuando oigo a alguien
gritar desde el pasillo.
"¡Ray! ¿Qué cojones? ¿Es una mujer?"
Suelto mi mochila y cruzo mi celda hasta la entrada, donde veo a Ray Gibson empujando a
alguien hacia atrás por el pasillo.
No sólo a alguien. Una mujer. Una mujer como-Dios-manda, con las caderas llenas desde
una cintura pequeña y una cabeza llena de rizos largos y oscuros. Eso es todo lo que puedo
ver en las sombras, con el maldito sol ya a punto de caer, pero esto es real. De alguna
manera, hay una mujer en la sala de espera, y Ray la está trayendo hacia mí.
El sonido de bloqueo se escucha en todo el edificio, y el eco del bloqueo de las puertas de
las celdas suena desde los cuatro bloques de celdas.
"¡Ray comparte tu fortuna" grita alguien desde el fondo del pasillo, y por encima del hombro
de Ray, veo venir a la multitud. Quieren a la mujer.
Por supuesto que quieren a la mujer. Todo hombre heterosexual de la zona querrá a la
mujer. Se pelearán por ella. Demonios, pueden amotinarse. ¿En qué diablos estaba
pensando el alcaide?
"¡Vete a la mierda!" grita Ray, todavía empujando su premio hacia mí. O mejor dicho, hacia
su celda favorita, una más abajo de la mía y al otro lado del pasillo. "Puedes pelear por ella
mañana. Esta noche es mía".
Podría quedarme fuera de esto. Debería mantenerme al margen. Pero no puedo dejar que
Ray la encierre en su celda y la viole toda la noche. No puedo ver que eso pase. Otra vez no.
"Por favor..." susurra la mujer. Sólo que ella no está susurrando. Ese es todo el volumen
que puede manejar, porque Ray la tiene agarrada por la garganta, estrujándola, y un
segundo después, veo por qué. La sangre está lloviendo constantemente de una herida
punzante en su cuello. El lado izquierdo de su camisa ya está empapado, pero no parece
darse cuenta de lo grave que es la herida.
"Por favor..." dice de nuevo, y ahora puedo ver parte de su perfil, medio cubierta por una
masa de rizos marrones. Está aterrorizada. Está sufriendo. Ella no pertenece aquí.
Ella no pertenece al maldito Raymond Gibson.

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Ni siquiera soy plenamente consciente de mi plan hasta que mi mano se envuelve alrededor
de su brazo. Tiro tan fuerte como puedo, arrancándola de sus manos, y cuando choca
contra la pared más lejana de mi celda, me doy cuenta de que lo hice con demasiada fuerza.
Ray me mira fijamente, parpadeando. Confundido, por el lapso de un latido. Parece que no
se da cuenta de lo que le ha salido mal. Puede ser la pérdida de sangre.
Agarro los barrotes de la puerta de mi celda y empiezo a deslizarla hacia su lugar, mientras
la mafia se abalanza hacia nosotros desde el pasillo, y justo antes de que la puerta se cierre,
me doy cuenta de que Ray se está agarrando a algo. Algo sangriento.
Se lo arrebato y luego cierro de golpe la puerta. Ya sea por la pérdida de su arma o por el
ruido del bloqueo de la puerta se despierta, dirigiendo repentinamente su mirada a mi cara,
mientras estudio el bolígrafo de tinta ensangrentado en mi mano.
"Anderson, abre la puta puerta", gruñe, mirándome a través de unos ojos que se han vuelto
vidriosos. Su cuello aún sangra, y una mezcla nociva de pánico y rabia emana de él como
un mal olor corporal. Que también lo tiene.
"Sabes que no puedo hacer eso" Durante el encierro, un nombre erróneo en las puertas de
las celdas mejor cerradas no puede ser reabierto. "Está atrapada aquí hasta el amanecer.
Deberías irte a dormir e inventar formas ingeniosas de matarme".
"Voy a matarte". Ray golpea sus palmas contra las barras, y éstas tiemblan, pero no ceden.
El bullpen es viejo -creo que era una prisión construida por y para los colonos originales en
Rodón- pero aun así es sólida como una roca. No va a entrar. "Luego le voy a dar tal paliza
que me rogará que la folle"
"Lo que dices no tiene mucho sentido, Ray." No estoy seguro de cómo golpear a una mujer
la haría querer acostarse con él, pero ahora está sangrando mucho, y probablemente se
sienta mareado. "Será mejor que te encierres antes de que los tiburones huelan sangre en
el agua".
Ray se pone una mano en la herida, y se le va a ensangrentar. "¡Joder!" Luego entra
corriendo en la celda, cruza el pasillo y cierra la puerta de un portazo.
Un latido más tarde, la turba llega. Se agolpan alrededor de mi celda, mirando a través de
la barrera de las rejas a la mujer que hay detrás de mí. Luchando entre ellos por una
posición en el frente. Y de repente me doy cuenta de que ni siquiera le he visto bien la cara.
"¿Quién es ella?"
"¿Cómo diablos llegó aquí?"
"Anderson, desnúdala y déjanos echarle una mirada"
"Empújala hacia los barrotes. Sólo quiero olerla".
Gritan unos sobre otros, con miradas voraces casi tan invasivas como los brazos que
penetran en mi celda. Me alejo de su alcance y en silencio cuestiono mi propia evaluación
de la fuerza de la célula.

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¿Y si estos cabrones tiran de las barras a la vez? ¿Se mantendría la barrera? ¿Se
desmoronaría el hormigón envejecido?
¿Cuánto tiempo dura el hormigón? Seguramente más de un siglo....
Me doy la vuelta y encuentro a la mujer acurrucada en el rincón, pero cuando me ve
mirando, su columna vertebral se endereza. Su barbilla se levanta y me mira fijamente,
negándose a acobardarse, a pesar de que sus ojos nadan de terror.
Me resulta familiar, pero no puedo ubicarla.
"Soy Graham Anderson", le dije, pero no parece impresionada por la información.
"Mira, sea lo que sea lo que planees hacer conmigo, ¿esperarás al menos a que los
espectadores se aburran y se vayan? ¿Por favor?"
Cree que voy a violarla, pero tiene la temeridad de pedirme que espere un poco de
privacidad. Puede que sea pequeña, pero sus bolas son lo suficientemente grandes para el
bullpen. "Sólo te he preguntado tu nombre, señora"
"Jueguecitos, no, ¿de acuerdo?" Sus ojos me miran con el resplandor de una franja de luz
incrustada en el techo. "Ambos sabemos que vas a conseguir lo que quieras. Y que voy a
hacer que luches por ello"
Maldición, esta chica tiene agallas. Y aunque creo que eso es jodidamente sexy, la mayoría
de los hombres de aquí harán cola para sacarle esa chispa.
"Bueno, si vas a pelear, puede que necesites esto" Le lanzo el bolígrafo ensangrentado, con
las manos en la masa, y su mano vuela hacia arriba para atraparlo con reflejos tan rápidos
que sólo pueden ser instintivos. Ya sea de forma natural, o por la memoria muscular.
De cualquier manera, es un instinto estúpido. ¿Y si le hubiera tirado un cuchillo?
Abre la mano y mira fijamente la pluma, con los ojos muy abiertos. "¿Dónde has conseguido
esto?" pregunta ella, ignorando los gritos de los animales y las demandas de que se quite la
camisa, se pellizque los pezones y se sumerja hasta las muñecas en su propio tarro de miel
para divertir a los espectadores.
"Del puño de Ray. Asumo que es tuyo".
"Hey, Anderson," una voz llama desde más allá de las barras. "Mantenla quieta por mí,
¿quieres?"
Le doy la espalda a toda la chusma, pero nadie se da cuenta, porque todos los ojos están
puestos en la mujer. Entonces un imbécil llamado Craig se saca la verga y empieza a
acariciarla como si le fueran a dejar salir de aquí y le dieran una casa llena de cerveza y
pizza, a cambio de masturbarse lo suficientemente rápido.
"Um, vas a querer moverte hacia aquí" Le hago un gesto con la mano a la mujer para que
se acerque a mí, y ella comienza a negarse, claramente desconfiando de mis intenciones,
incluso si la he librado de Ray. Por lo que ella sabe, la estaba reclamando para mí.

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Entonces ella sigue mi línea de visión y ve al bastardo enfermo acariciando su verga

mientras él la mira fijamente, con la lengua prácticamente colgando de su boca. "Él....
umm… está apuntando a tu cara", le advierto. "No tardará mucho..."
"¡Ugh!" Se desliza por la pequeña celda, me pasa por delante y se mete en la cama, que en
gran parte está protegida por una sección de hormigón de la pared.
Me acerco a los barrotes, manteniéndome entre ella y la mayoría de los hombres. "Craig, te
juro por Dios que, si disparas una gota de eso aquí, te arrancaré la verga y te la daré de
comer".
Craig no parece oírme, pero cuando sus ojos se cierran y su cuadro se tensa, se vuelve
hacia un lado justo antes de correrse, rompiendo contra dos hombres mucho más grandes.
Que luego descienden sobre él con los dientes descubiertos y haciendo volar los puños.
Me doy la vuelta y encuentro a la mujer acurrucada en un rincón de mi pequeña cama,
tratando de ignorar los aplausos y los repetidos golpes de puños en la carne. Se estremece
cuando hay arcos de sangre entre las barras, y luego mira fijamente la delgada almohadilla
del colchón cubierta de vinilo que está debajo de ella.
"No", susurro, hundiéndome en la cama de al lado, y ella salta, sorprendida al verme tan
cerca. "Tienes que mirar. Si no puedes soportar una paliza, no pensarán que puedes recibir
una o dar una. Y nunca te dejarán en paz".
"Nunca me dejarán en paz de todos modos", susurra a través de sus apretados dientes. Y
tiene razón. Pero también yo la tengo.
"Así es la vida en el bullpen. Necesitas ver la realidad. Necesitas estar en la realidad" Deslizo
un brazo alrededor de ella, ignorando lo increíble que se siente contra mí, así como el hecho
de que está claramente aterrorizada por mi toque, mientras la empujo suave pero
insistentemente hacia el final de la cama. A la vista. "Mira", le susurro. Y lo hace.
Sus ojos brillan con un resurgimiento de esa ferocidad que antes mostraba. Debajo de su
shock y repulsión hay una espina dorsal de acero. Detrás de su miedo hay una feroz
determinación de sobrevivir.
Ella se sienta más derecha, y percibo un olor de su cabello que se engancha en el vello de
mi barba. No quiero nada más que probarla. Devorar a esta mujer con una mirada dura y
de ojos azules y una piel suave y lisa. Pero no voy a aceptar lo que ella no me ofrece.
Puede que todos seamos asesinos, pero no todos somos monstruos.
Pero maldita sea, ojalá lo estuviera ofreciendo.
"Levántate", susurro, incapaz de resistirme a la excusa de respirar en su oído. Ella tiembla
contra mí, y mi pene se endurece. "Que vean que esto no te molesta".
La solté y me levanté de la cama, y ella me siguió. Su mandíbula está apretada, pero su
mirada es firme. Ella está mirando.
La paliza continúa más allá del punto en que cualquier hombre racional dejaría de moverse.
Pasado el punto en el que Craig deja de luchar. Y de respirar.

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Finalmente, los asesinos se ponen de pie, y sus miradas encuentran inmediatamente a la

mujer. Todo el mundo la está observando, ya sea porque es la primera mujer que ven en
meses, o porque están midiendo su reacción. O ambas cosas.
Vamos. La animo silenciosamente. Muéstrales con lo que ellos están lidiando.
"¿Qué mierda?", exige, y en un repentino arranque de bravuconería, lanza sus manos a los
costados en un exagerado encogimiento de hombros. "¿Qué sois, gatos domésticos dejando
vuestras presas a mis pies? Eso es lindo, pero no tengo uso para vuestro maldito cadáver.
O el que dejé en la puerta". Apunta en dirección a la plataforma de aterrizaje del
transbordador. "Sean buenos chicos y limpien su maldito desastre. Y limpiad el mío ya que
estáis en ello"
Mierda, es magnífica.
Por un momento, nadie habla. Nadie se mueve. Entonces toda la multitud estalla en risas
estridentes desde el otro lado de los barrotes. Algunos de ellos piensan que es ridícula.
Otros evidentemente piensan que es divertidísima. Pero ninguno de ellos cree que sea
tímida. Y todos la desean.
Pero estos no son hombres que cuiden de cosas bonitas. Son hombres que rompen las cosas
bonitas en mil pedazos y luego pisotean los fragmentos, sólo porque pueden. Porque incluso
si no estás psicótico cuando llegues al bullpen, lo estarás cuando mueras aquí.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 4
GRAHAM
"VAMOS, CHICOS, YA OÍSTEIS A LA DAMA" Hago un gesto de ida y vuelta en el aire.
"Deshaceos del cuerpo. No podemos permitir que se pudra aquí".
Finalmente, los hombres que mataron a Craig lo recogen y se lo llevan. Todos los demás se
vuelven hacia la mujer de mi celda, -una anomalía que todavía no puedo entender.
"Bueno, ¿qué queréis el resto de vosotros?", exige ella, sus mejillas aún ruborizadas por el
júbilo, sus brazos aún abiertos. "¿Queréis mirar fijamente? Bien. Mirad, y luego idos a la
mierda. Estoy aquí por la misma razón que todos vosotros. Así que en lo que a vosotros
concierne, yo sólo soy uno de los chicos"
Pero ella no es sólo uno de los chicos.
"Desnúdate", dice alguien. "Danos un vistazo, y nos iremos"
La mujer pone los ojos en blanco.
"Sólo la camisa entonces", sugiere otro hombre.
"Vamos, Anderson" Uno de los altos de atrás suena más enojado que curioso. "Tienes a la
chica para esta noche, así que ponte manos a la obra. Lo menos que puedes hacer es darnos
un espectáculo".
"¡Vete a la mierda!", grita ella, y ahora parece estar evitando mi mirada. Probablemente
debería haber dicho que no tengo intención de arrancarle la ropa y follármela para su
entretenimiento.
"De acuerdo". Me enfrento a la multitud, por mucho que odie apartar la mirada de ella. "Sé
que la mayoría de vosotros estáis dotados de más fuerza que de cerebro, pero pensadlo un
segundo. Podéis quedaros aquí toda la noche, esperando, y cuando salga el sol y se abra
esta puerta, podréis ponerle las manos encima".
Detrás de mí, la chica resopla.
"Pero, ¿cuánto tiempo podrás retenerla cuando alguien que ha dormido toda la noche se
prepare para luchar por ella?"
Un gruñido resuena entre la multitud, y al principio no pasa nada. Así que me siento con
la espalda contra la pared de hormigón, contento de esperar, ya que no tengo nada mejor
que hacer y no tengo otra opción. La chica se sienta a mi lado.
Después de varios minutos de mirar fijamente el acto en vivo más aburrido que cualquiera
de ellos probablemente haya visto, los hombres al borde de la multitud comienzan a
alejarse. La mayoría de ellos ya han perdido la oportunidad de pasar la noche en una celda
segura, lo que significa que tendrán que dormir con un ojo abierto en el atrio o en una de
las oficinas. En el suelo.

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La última media docena o así son tercos, pero cuando la mujer comienza a raspar la sangre
seca de debajo de sus uñas, la mayoría de ellos también se alejan.
El último en irse, un maldito sucio llamado Troy, se agarra a las barras antes de irse.
"Volveré por la mañana, Anderson. Así que diviértete esta noche, pero si no quieres otro
enemigo en el bullpen, será mejor que la entregues pacíficamente cuando regrese".
"Vete a la mierda", murmura la mujer sin levantar la vista de sus uñas. Pero la tensión en
su cuerpo dice que no está tan relajada como intenta parecer. Exhala cuando sus pasos se
desvanecen entre el coro nocturno de ronquidos, gritos y alguna que otra maldición de
enojo.
No es muy tarde, pero los hombres que no tienen nada que hacer durante todo el día excepto
hacer ejercicio y nada que hacer por la noche, sino dormir, tienden a hacer mucho de todo.
"Así que". Me levanto y me alejo para darle un poco de espacio, porque todavía parece
asustadiza. No es que pueda culparla. "¿Cómo te llamas?"
Sus cejas se elevan sobre los ojos azules cristalinos que juro que he visto antes. "¿Importa
eso?"
"Bueno, no estoy llenando el papeleo del gobierno ni nada, pero sería bueno tener algo por
lo que llamarte"
"'Perra' parece ser popular", dice con una mirada a través de los barrotes, donde
evidentemente todavía puede imaginarse a la turba recientemente disuelta. "Con 'coño'
estando en un fuerte segundo lugar. Pero si quieres saberlo, me llamo Sylvie".
Sylvie. Su nombre es tan hermoso como ella. Todas sílabas suaves y líricas que
probablemente sabrán tan bien como se sienten en mi lengua. Pero eso es un problema. Al
igual que su nombre, es demasiado suave y hermosa para el bullpen. Para toda la zona
uno. ¿Qué...?
"... ¿demonios haces aquí?" El pensamiento termina por sí mismo en voz alta, mientras me
apoyo contra la pared junto a la cama.
"Por la misma razón que tú, sospecho"
Le arqueo una ceja. "¿Te pillaron escapando de la zona dos y te rociaron con un paralizante
químico, y luego te arrojaron a la parte trasera de un transbordador de patrulla?"
Ella levantó las cejas “No, pero eso suena como un infierno de historia. Sólo maté a alguien”
Ella parece pensar que realmente ha respondido mi pregunta original, pero ni de lejos se
acerca a ello.
“¿Es que la Autoridad Universal está ahora reclutando mujeres para las luchas?” No tiene
sentido. No durará 24 horas aquí. Demonios, no estoy seguro de cómo voy a sacarla de esta
celda de una pieza, una vez que salga el sol.
"No. Me ofrecí como voluntaria" Ella frunce el ceño. "En realidad, exigí mi derecho a elegir
mi método de ejecución"

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"¿Qué?" Cada palabra sucesiva que dice tiene menos sentido. "¿No te han ofrecido una
inyección letal? ¿O incluso un bate de béisbol en la cabeza? Porque cualquiera de los dos
sería mucho mejor que lo que obtendrás aquí". Si es que llega a la arena. "¿Realmente tienes
intención de pelear?"
"¿Conoces alguna otra forma de salir de aquí?", dice, y me toma un segundo entender que
no sólo tiene la intención de luchar, sino de ganar.
¿He confundido delirio con ferocidad? En realidad, era sólo cuestión de tiempo antes de que
una mujer declarada culpable de asesinato se convenciera de que realmente tenía una
oportunidad en la arena, pero esta mujer....
No parece loca.
"Sí, voy a luchar", añade, cuando sólo la observo en silencio. "Pero a pesar de lo que he
dicho, prefiero no empezar esta noche" Se pone de pie, y su mirada se desvía hacia la cama,
antes de volver a mirarme a los ojos. "Si prometo cooperar, ¿crees que podrías ser... normal
en esto?"
"¿Normal?" Creo que entiendo lo que pregunta, pero me encantaría oír su definición de
normal. Y de anormal.
"Sólo digo... que no hay razón para ponerse violento, si coopero. ¿Verdad?"
Me está rompiendo el corazón. "Sylvie, no voy a hacerte daño"
"Bien". Parece cautelosamente optimista. Sin embargo, sigue estando un poco escéptica.
"Quiero decir, te haría daño si lo intentaras"
"Con tu pluma de tinta"
"Ríete si quieres, pero antes maté a un hombre con ese bolígrafo".
"Puede que hayas matado a dos" Ray se ha quitado la camisa y la está presionando contra
la herida de su cuello, pero el material ya está empapado, y no puedo decir que el sangrado
haya disminuido en absoluto.
"Esperemos", dice ella. "Pero mi punto es que puedo lastimarte si tengo que hacerlo. Sin
embargo, prefiero hacer esto de la manera fácil, para que ambos podamos dormir un poco
después".
"Estoy en el juego. Así que.... ¿qué es lo que vamos a hacer de la manera fácil?" No puedo
resistirme a una sonrisa.
"¿Te estás riendo de mí otra vez?" Aprieta la mandíbula, y ese rubor en sus mejillas ha
vuelto. Dios, es hermosa. "Sólo dime lo que quieres, para que podamos..."
"Sylvie. Relájate" Bajé la voz, porque esto no es asunto de nadie más, incluso si no hay
privacidad real en el bullpen. "Si me lo ofreces, estoy dispuesto a hacerlo. Pero no me debes
nada, y no voy a aceptar nada de ti".
"¿No quieres...?"

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"No he dicho que no quisiera" Nunca he deseado a nadie en mi vida como deseo este pedacito
de mujer, con ojos azules feroces, pelo largo y salvaje, y sangre apelmazada bajo sus uñas.
"Dije que no voy a aceptar nada de ti"
Vuelve a mirar a la cama y luego a la puerta de la celda. "¿Entonces por qué me trajiste
aquí?"
"No lo sé", le admito. "No tuve tiempo de pensarlo mucho. Acababa de ver a una mujer en
el bullpen. Luego vi que Ray te tenía agarrada por la garganta y odio a Ray Gibson". Y ella
se veía aterrorizada, y estoy harto de ver cómo todo lo bonito del mundo es destruido por
gente con más poder que cerebro. "Así que te alejé de él"
"¿Y esperas que crea que no estás pidiendo nada a cambio de eso?"
"Espero que me aceptes mi palabra, sí." Aunque me cuesta pensar en la forma en que
gritaba órdenes a una multitud llena de asesinos, como si no hubiera duda de que harían
cualquier cosa que ella les dijera.
Y de repente, con ese recuerdo en mi cabeza, sé exactamente dónde la he visto antes. Ella
también gritaba insultos, pero en su día me los gritaba a mí.
"¡Sylvie... Wolfe!" No puedo resistir una sonrisa cuando el resto de su nombre encaja en su
lugar en mi memoria.
Su mirada se estrecha sobre mí. "¿Cómo sabes eso?"
"Nos hemos conocido. Más o menos. Debe haber sido hace casi ocho años, en uno de los
campeonatos juveniles". Ojalá pudiera recordar cuál. "Los dos éramos sólo unos niños. Tu
nombre estaba en tu placa". Ha cambiado desde entonces, pero esos ojos...
Todavía parecen ver a través de mí.
Ella frunce el ceño, su mirada desenfocada mientras busca en su memoria. "¿Eres
boxeador?"
"Entre otras cosas. Estabas animando al otro tipo ese día. En voz alta. Supongo que ese era
tu novio".
"Hermano". Su ceño fruncido se hace más profundo. "¿Cómo es posible que recuerdes eso,
ocho años después?"
Lo recuerdo porque no sólo estaba animando a su hermano e insultándome desde la
primera fila. Ella le estaba gritando un consejo. Ella había estudiado a sus oponentes. Ella
sabía lo que hacía.
Y era la chica más hermosa que había visto. Pero no puedo decirle eso.
"Eres difícil de olvidar"
Ella no parece saber qué decir al respecto, y sé que se avecina un cambio de tema antes de
que empiece a hablar. "Supongo que la AU te reclutó porque eres un luchador...
Probablemente hacen mucho de eso"

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"Creo que sí, pero en realidad me pusieron como presa para las cacerías, primero. Cuando
me escapé, miraron en mis antecedentes, y luego me ofrecieron una opción. Inyección letal,
o la arena".
Ella asiente con la cabeza. "El alcaide me ofreció una inyección también".
"¿Puedo hacerle otra pregunta?"
Al otro lado de la celda, Sylvie se hunde en el suelo y se encoge de hombros. Ahora que sabe
algo sobre mí, parece menos sospechosa de mis motivaciones. Y aunque una parte de mí
está feliz por eso, siento que le he hecho un flaco favor al dejar que crea que se puede confiar
en alguien en el bullpen. ¿Y si ella extiende esa suposición a otra persona?
Hay muy pocos hombres aquí que no la lastimarían, si se les da la oportunidad. O al menos
a utilizarla.
"¿Cuál es tu plan?" Pregunto, cuando me doy cuenta de que todavía está esperando mi
pregunta. "Debes entender que se trata de una posibilidad remota"
"Entiendo que es mi única oportunidad. Y no es como si no supiera pelear".
Le echo otra larga mirada, reevaluándola. Sus brazos -lo que puedo ver de ellos- parecen
bien tonificados. Incluso musculados. Para una chica. Sus piernas parecen estar bien
formadas, según la forma en que sus pantalones se aferran a sus muslos. Y objetivamente
hablando, su culo es una belleza.
"¿Tu hermano te enseñó?" Le pregunto, y ella parece insultada.
"Entrenamos juntos, desde que yo tenía diez años hasta que él se hizo profesional. Y nunca
he parado".
"De acuerdo. Tal vez puedas pelear". Está en buena forma. "Pero aquí no hay categorías de
peso, y el hombre más pequeño en el corral es fácilmente la mitad de tu tamaño. La mayoría
son del doble de tu tamaño. Y no te ofendas, pero si no pudiste con Ray, no tienes muchas
oportunidades contra nadie más".
Sus cejas se elevan hasta la mitad de la frente, y se inclina hacia la derecha para poder ver
a través de las barras hacia las celdas del otro lado del pasillo. "¿Quién dice que no puedo
acabar con Ray? No creo que esté respirando".
"Bien. El cabrón se lo merece. Pero no te dejarán llevar tu propia arma al ring, y no te
dejarán ganar una hasta que subas un par de niveles".
"Lo sé. Vi los feeds 3 en casa"
Por supuesto que lo hizo. Su hermano es un luchador profesional. Probablemente creció
viendo deportes de sangre por diversión. Pero seguramente, ahora ve que la realidad es algo
completamente distinto.
Aquí no hay pausas publicitarias. No hay tiempo muerto. Nada de entrenadores personales.
No hay espacios seguros ni repeticiones. Nada de abandonos. En el bullpen, no hay nada

3 Las retransmisiones

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más que cien hombres que sólo quieren joderla y matarla. Y puede que ni siquiera en ese
orden.
Ella frunce el ceño y me doy cuenta de que puede ver mis pensamientos. "Sé lo que estoy
haciendo"
Niego con la cabeza lentamente. "Posiblemente no puedas".
“Yo...”
"No. Sylvie, no puedes saber en lo que te estás metiendo hasta que no pises la arena. Hasta
que puedas sentir cientos de ojos mirándote. Docenas de cámaras. Millones de
espectadores, en toda la galaxia. Hasta que no mires a ese hijo de puta al otro lado del anillo
a los ojos y veas lo decidido que está a matarte. Porque eres tú o él, y él quiere vivir tanto
como tú. Y está dispuesto a hacer cosas que tú no haces".
"No hay nada que no esté dispuesta a hacer", dice. Y aunque le he dado la descripción más
sombría y precisa que puedo de la vida en la arena, ese fuego en sus ojos arde más brillante
a cada segundo.
"Ojalá pudiera decirte que eso será suficiente. Pero no lo será".
"¿De qué estás tratando de disuadirme, Graham?", exige suavemente, manteniéndome la
mirada con una voluntad de hierro. "Ya estoy aquí, y sólo hay una salida".
"Lo sé. Sólo trato de darte una imagen realista de tus posibilidades. Por cada luchador a
quien se le conmute la sentencia por la de vivir, cien morirán, ya sea en la arena, en el patio
o aquí mismo en el bullpen. Sylvie, no hay prácticamente ninguna posibilidad de que salgas
viva de este lugar".

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 5
SYLVIE
BUENO, ES SINCERO. DE FORMA BRUTAL, SÍ. Y su voz tiene esa cualidad profunda y
extrañamente melódica que, si yo estuviera en cualquier otro lugar del mundo, me haría
querer apagar las luces, acurrucarme cerca de él y darle una larga lista de cosas sucias
para que me susurre al oído.
Pero nunca ha habido un momento o lugar menos apropiado para hablar sucio. Aunque
hay por lo menos cien candidatos menos apropiados, la mayoría de los cuales están
esperando a que se abran las puertas, para poder luchar hasta la muerte por la oportunidad
de reclamarme.
Estaba preparada para que este lugar apestara, pero tengo que admitir que la turba fuera
de la celda de Graham era aterradora de una manera visceral, hiperrealista, para la que
ninguna cantidad de entrenamiento mental -de inmunización psicológica contra el miedo-
podría realmente haberme preparado. Esa multitud trajo a la mente las advertencias del
alcaide sobre una pelea, y perdí la cabeza por completo, porque al mirar a través de los
barrotes a esos hombres, me di cuenta de que mi voluntad de canjear mi cuerpo por
protección podría no servirme de mucho.
¿Por qué alguno de esos bastardos pagaría por lo que sólo podría tomar? E incluso si uno
de ellos estuviera dispuesto a ofrecerme protección, ningún hombre podría enfrentarse a
una multitud entera.
Tal vez los guardias tenían razón. Tal vez voy a necesitar más de un... amigo.
Si Graham es tan confiable como dice ser -como parece serlo hasta ahora- parece que tuve
mucha suerte, al menos por esta noche.
No está mal a la vista, tampoco.
Él es grande. Quiero decir, todos son grandes, pero Graham es grande y duro. Esculpido.
Sus hombros son anchos y musculosos. Su cuello es grueso. Sus bíceps tensan el material
de sus mangas, al igual que sus muslos, dentro de las patas de sus pantalones.
Es como si levantara pesas mientras duerme. Como si alguien hubiera golpeado a dos
fisicoculturistas para formar un megaculturista. O tal vez esa es mi histeria instalándose.
He tenido un día infernal.
Pero mi punto es que en lo que respecta a los salvadores, el mío está muy bueno.
Basta, Sylvie. Céntrate. Es la voz de mi hermano otra vez, y tiene razón. Graham está aquí
por una razón, y el hecho de que me recuerde de algún encuentro al azar cuando éramos
adolescentes no cambia eso. No tengo motivos para confiar en él.
"¿Y ahora qué?" Tiro de mi mochila a mi regazo y empiezo a rebuscar en ella, porque necesito
algo que hacer con mis manos. Y algo para mirar, aparte de a Graham.

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"Ahora....intentamos averiguar cómo sacarte de aquí a salvo al amanecer"

Mis manos siguen en mi mochila. "No es que sea desagradecida, porque no lo soy, pero ¿por
qué te importa? No soy más que un problema para ti, si no vas a.… utilizarme. Entonces,
¿qué hay para ti en esto?"
Me mira de forma extraña, casi triste. "¿Por qué eres tan cínica?"
Hago un gesto con una sola mano a la prisión que nos rodea. "Estoy esperando a que me
destrocen en el momento en que el sol salga por tantos hombres como quepan en el pasillo.
¿Cómo puedo no ser cínica?"
"Buen punto. No quiero nada más que la compañía de alguien que no intente clavarme un
cuchillo por la espalda. Asumiendo que estás cualificada".
"Lo estoy. Pero también me siento obligada a señalar que si nos ponen juntos en la arena,
no tendré otra opción".
Su sonrisa es condescendiente, pero no cruel. "Si nos ponen juntos en el círculo, los
hombres tendrán tanto que temer de ti como tú de ellos" Cuando sólo frunzo el ceño, él lo
explica. "Soy un luchador de alto nivel. Tendrías que derrotar al menos a seis hombres en
el círculo, en directo por la cámara, para llegar a mi categoría. Lo que significaría que eres
una terrorífica..."
Perra. Va a decir perra.
"...oponente"
Me encogí de hombros. "Bueno, ese es el plan. Entonces, ¿cuánto tiempo te llevó llegar al
nivel superior?"
"Llevo aquí unas diez semanas, si mi recuento es exacto" Es por eso que nunca lo vi en las
grabaciones. No llegó hasta después de que me arrestaran, y no había manera de ver las
peleas en la cárcel. "Y llegué a la cima hace dos semanas. A los dos meses".
Eso me parece bastante rápido. Con un centenar de hombres en el bullpen, no hay
necesidad ni oportunidad para que la mayoría de ellos peleen cada semana. Sin embargo,
lucharon contra él con la suficiente frecuencia en ocho semanas como para que obtuviera
seis victorias.
Ese es un ritmo de locura. ¿Cómo es posible que su cuerpo se recupere tan rápido?
"Entonces, ¿has peleado contra Cohen Roth?" Pregunto.
Graham parece divertido. "Si hubiera peleado con el campeón, sería el campeón o estaría
muerto"
"¿Puedes vencerle?" Pregunto.
Él asiente lentamente. "Bajo las circunstancias adecuadas, creo que puedo" La mirada de
Graham se estrecha sobre mí, como si estuviera reevaluando. "¿Has visto a Roth pelear?"
"Todos han visto a Roth pelear".

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"¿Y tú qué piensas?" Todavía me está evaluando, pero no estoy segura de lo que está
buscando.
"Creo que es peligroso"
Graham asiente con la cabeza. "La subestimación del siglo. Roth tiene 34 muertes seguidas
ante la cámara. Y por lo menos otros tantos entre bastidores" Sin embargo, no parece
impresionado. O asustado. "Hace un par de meses, el alcaide le sentó en el banquillo
durante dos semanas porque mató a tres novatos a los pocos días de su llegada"
"¿Por qué le importarían a Shaw los tres condenados a muerte, cuando hay otros cien aquí?"
"Entonces no éramos muchos. Y para mantener las peleas entretenidas y rentables, la
Autoridad Universal sólo les permitirá emparejar a los chicos nuevos entre sí. Y nunca hay
suficientes de esos".
"Entonces, ¿Roth dejó de matar gente entre bastidores?"
"Más o menos. Ahora sólo rompe huesos en el bullpen. Lo que mantiene las filas llenas pero
deja a los hombres que le molestan incapaces de defenderse en la arena".
"Supongo que no hay forma de evitar llamar su atención"
Graham me levanta una ceja.
"No lo creo."
"Sylvie, no vivirás lo suficiente para evitar su atención o incluso pisar la arena si aún estás
en esta celda cuando salga el sol" Su mandíbula apretada me dice que en realidad se está
imaginando a la multitud que descenderá sobre nosotros por la mañana. Yo también. "Haré
lo que pueda, pero no puedo retener a dos docenas de hombres". Y probablemente le
matarán si lo intenta. "Tendremos suerte si no se amotinan".
Nosotros. Está hablando de nosotros como una unidad. Como si estuviera en esto conmigo.
Eso parece algo que debería preguntarle. Como algo que debería aclarar. Pero la posibilidad
de que haya tenido la suerte de convertirme en un aliado a los pocos minutos de haber
entrado en el bullpen también se siente un poco como una burbuja que podría estallar si
le doy un puñetazo.
Espera... "Tal vez queramos una revuelta". Bajo la voz y me acerco más para que me oiga.
"Tal vez si se amotinan, pueda salir a hurtadillas de la multitud mientras se golpean entre
ellos. Tal vez todos salgan heridos y decidan que no valgo el esfuerzo".
Graham sonríe en voz baja, como si quisiera satisfacer mi fantasía, pero él sabe que no es
así. "Incluso si las dos docenas de personas que estuvieron aquí antes se matan entre sí,
hay por lo menos ochenta más ahí fuera. Alguien te verá escabullirte y aprovechará la
oportunidad".
"Sí, pero puedo luchar contra uno. El problema es la turba".
Graham me mira como si acabara de decir la cosa más ridícula e ingenua de la historia.
"Sylvie, si te lastimas peleando en el bullpen, estás jodida en el momento en que entras en
la arena."

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Tiene razón, por supuesto.

"Tenemos que sacarte de aquí antes de que la chusma acuda de nuevo. Lo cual va a ser
difícil, porque cualquiera que no haya conseguido una celda para la noche estará aquí antes
del amanecer, esperando vencer a la multitud".
Cierro los ojos y dejo caer mi cabeza contra la pared de hormigón. De repente, todo se torna
imposible. Muy estúpido y despiadadamente desesperado. Aunque, por supuesto, eso era
cierto mucho antes de que Graham empezara a señalar los hechos. Antes de que el alcaide
intentara hacerme cambiar de opinión. Antes de que el transporte dejara mi mundo.
"¿Y luego qué?" Mi voz apenas lleva sonido, pero puedo oír la desesperación que hay en ella.
"Incluso si salgo de aquí sin ser molestada, ¿adónde se supone que voy? Asumo que no
tengo dónde esconderme". Su mirada sombría lo confirma. "E incluso si lo hubiera,
esconderse es contraproducente. Necesito poder entrenar, si quiero tener alguna esperanza
de sobrevivir en la arena. Necesito una forma de mantener a los hombres alejados de mí.
Tal vez si les digo que tengo algo contagioso..."
Graham se ríe. Luego toma mi mano y la voltea para mostrarme mi propia palma, y el
número tatuado allí. "Estás limpia. Si no lo estuvieras, tu número tendría un círculo
alrededor. Y a estos tipos no les importaría aunque no estuvieras limpia. Están todos aquí
para morir. ¿Qué es un poco de comezón y ardor mientras tanto?"
"Este lugar es asqueroso"
Asiente con la cabeza sabiamente. "No tienes ni idea"
Pero estoy empezando a hacerlo.
"Así que..." Pesados pasos se dirigen hacia nosotros, y mi boca se cierra. Graham me hace
señas con la mano desde los barrotes y apunta a su cama, donde estaré fuera de la línea
de visión directa desde la puerta. Me subo a ella y me aprieto en la esquina.
"Graham".
Reconozco la voz del campeón, del feed de la Autoridad Universal, y mis ojos se cierran.
"He oído que tienes un juguete nuevo"
Graham se mueve al centro de la celda. "Roth". No se refiere al comentario del "juguete", al
igual que no se refirió a las demandas anteriores de que me cogiera delante de nuestro
público, y finalmente entiendo por qué.
Hacer un gran escándalo por el hecho de que sea un tipo decente sería pintar una diana en
su espalda, igual que tener una vagina ha pintado una en la mía.
"Entonces, ¿dónde está?" exige Roth.
Me pongo de pie antes de que Graham pueda decidir cómo responder. No es que Roth no
vaya a verme al final. Me pongo a la vista, mis brazos cruzados bajo mis pechos, y el
campeón me da un repaso, mientras yo le estudio de nuevo.

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Es jodidamente enorme. Eso era evidente en la pantalla, en casa, pero hasta ahora no
parecía real. Fácilmente dos metros y medio de alto. Probablemente trescientas libras de
músculo sólido. Es el tipo de hombre monstruosamente grande que cruzarías la calle para
evitarle a plena luz del día, en un buen vecindario. Abultado. Venoso. El cuello es tan grande
como mi cintura.
Y de alguna manera, a pesar de todo ese volumen, sé por haberle visto pelear que también
es rápido. Sin embargo, me está mirando fijamente.
"Carajo, no creí que fuera real hasta ahora". Roth se ajusta un gran bulto en sus pantalones,
y mi mirada salta a su cara. "¿Qué quieres por ella?"
"Jódete", replico, y puede que no haya sido el mejor enfoque. Pero Roth sólo se ríe.
"Ese es el plan, cariño", dice, y puedo sentir su mirada de nuevo sobre mí, como si pudiera
ver a través de mi ropa. "Anderson. Puedo conseguirte lo que quieras. Di su precio."
"Ella no me pertenece", dice Graham por fin, su mandíbula apretada, su postura
engañosamente tensa bajo una postura relajada.
"Perfecto. Mantenla caliente para mí, y volveré por ella a primera hora de la mañana".
"No." Hablo claramente, para el caso de que toda la sangre que ha abandonado su cabeza
para ir a su pene esté dañando funciones cerebrales.
Roth agarra los barrotes con ambas manos. "Déjame darte un consejo, cariño" Me clava
una mirada tan fuerte como la musculatura que se contrae bajo el material de su camisa.
"Aprende a reconocer un buen trato cuando se ofrece"
"¿Me estás ofreciendo algo? Porque hasta ahora, la única propuesta que has hecho ha sido
a Graham"
Sus cejas se levantan, y él da un paso atrás, evidentemente reconsiderando su evaluación
inicial de mí. "Vamos a hacer un mejor uso de esa boca que la de ser insolente. Aquí está
tu oferta: Puedo protegerte. Nadie aquí me jode, lo que significa que soy el único que puede
mantenerte a salvo en el bullpen. Puedo asegurarme de que sigas comiendo y duchándote.
Y puedo garantizar que los hombres a los que te enfrentas en la arena no están en óptimas
condiciones, al menos hasta cierto punto".
"Te estás ofreciendo a, ¿qué? ¿Hacer daño a mis oponentes antes de que tomen la arena,
para que yo pueda ganar?" Interesante...
"Hasta cierto punto", repite. "Cuanto más tiempo te mantenga viva, más tiempo nos
beneficiaremos de este pequeño arreglo"
No estoy segura de si debería sentirme más insultado por el hecho de que él no piense que
puedo ganar por mi cuenta, o de que cuando me gradúe en los niveles superiores, no estará
dispuesto a arriesgarse a lesionarse para ayudarme, incluso si todavía está teniendo sexo.
Eso implica que no vale la pena morir por mí, y tengo que discrepar respetuosamente.

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No es que quiera esa clase de ayuda de él. Dejar que Roth pelee mis batallas no me ganará
ningún respeto aquí, y si no me respetan por derecho propio, los otros reclusos estarán
esperando para atacar cuando él no esté mirando.
"Y todo lo que tienes que hacer a cambio es cooperar", continúa Roth, y su magnánima
expresión realmente me hace sentir mal. "Es un buen trato. Pero si no lo aceptas, conseguiré
lo que quiera de ti, y haré de tu vida un infierno. Así que, es tu elección." Se encoge de
hombros y se dirige hacia el centro del pasillo ancho. "Juega limpio o juega rudo. Me gustan
las dos cosas".
"Oooh." Inhalo a través de los dientes, haciendo un sonido sibilante. "Yo estaba dentro hasta
que decidiste ser un imbécil al respecto"
Roth mira de reojo más allá de mí a Graham. "No es muy inteligente, ¿verdad?"
Vete a la mierda. Las palabras están ahí, listas para ser escupidas de nuevo. Pero esta vez
no puedo decirlas, porque no importa cuánto odie a Cohen Roth, la realidad es que le
necesito.
No hay nada que yo no haría. Eso es lo que le dije a Graham, y lo dije en serio. Y seguramente
un hombre es mejor que cien hombres.
"¿Mantendrás a todos alejados de mí mientras entreno?"
Roth sonríe. Sabe que me tiene. "Me aseguraré de que no necesites entrenar. Nadie más te
tocará"
Hasta que me programen para una pelea, él no esté dispuesto o no sea capaz de arreglarlo,
y es entonces cuando se lavará las manos de mí, porque soy sólo un juguete temporal. Tal
y como viene se va.
Ahí es cuando moriré. Porque no he podido entrenar.
"Al amanecer", dice Roth, mirando a Graham. Luego me lanza un beso, se reajusta los
pantalones y desaparece por el pasillo.
"Joder", jadeo mientras me resbalo hasta el suelo, apoyada en la pared trasera. "¡Joder!"
Graham se calla, y cuando miro hacia arriba, le veo agarrando los barrotes con una agarre
de nudillos blancos, la tensión a través de sus brazos, todo el camino hasta sus hombros.
Hasta las cuerdas de su cuello se destacan.
"Realmente le odias"
"Ahora lo hago" dice, y puedo decirlo por el sonido cerrado de las palabras que dice a través
de los dientes apretados.
¿Qué demonios voy a hacer? Me trago las palabras antes de que puedan caer de mi lengua,
porque no quiero que piense que realmente estoy preguntando. Que espero que me resuelva
otro problema.

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Por muy amable y respetuoso que haya sido Graham, no tiene la autoridad de Roth en el
bullpen. Puede que sea capaz de luchar contra algunos de los hombres a la vez, pero no
tiene la influencia necesaria para evitar que ataquen en primer lugar.
No es que se haya ofrecido.
"Dios mío, tengo que ir con él. Tengo que aceptar el trato".
"¿Qué?" Graham se vuelve contra mí, con la frente arrugada.
"Roth es mi única forma de salir de aquí sin que la multitud me destroce. A menos que esté
mintiendo. ¿Puede realmente mantenerlos alejados de mí?"
Graham se hunde en el extremo de la estrecha cama, que en realidad es sólo un bloque de
cemento rectangular rematado con una delgada colchoneta recubierta de vinilo, más o
menos tan gruesa como la colchoneta de la siesta de un niño de jardín de infancia. "Sí. Por
un tiempo, al menos. Quiero decir, no sería capaz de enfrentarse a todos a la vez. Nadie lo
haría. Pero los hombres que se espera que se maten entre sí no son conocidos por lo bien
que trabajan juntos, así que las posibilidades de que presenten un frente unido contra el
campeón son escasas".
"Entonces es mi única opción" Tal vez debería estar asustada. O aliviada. Pero no puedo
sentir nada ahora mismo. Sólo estoy... entumecida. "Quiero decir, no esperaba que aquí
todo fueran besos de mariposa y abrazos de cachorro, pero..."
Graham no responde. Ni siquiera sonríe. Durante varios minutos nos quedamos en silencio,
cada uno atascado en la prisión de nuestros propios pensamientos. Luego inspira tan
agudamente que levanto la mirada para ver qué anda mal.
No hay nadie fuera de la celda. Nada ha cambiado. Sin embargo, me mira con un nuevo
pesar que brilla en sus ojos marrones. "Sylvie, ¿puedo hacerte una pregunta personal?"
"¿Por qué no? No hay secretos entre compañeros de celda, ¿verdad?" Intento sonreír, pero
se siente como una máscara de plástico.
"No eres virgen, ¿verdad?"
Frunzo el ceño, no estoy segura de por qué preguntaría eso, si no está planeando....
Oh. "¿Hay algo que debería saber sobre Cohen Roth?"
"¿Has leído sus antecedentes penales? ¿Mostraron eso en las grabaciones?"
"No lo sé. Tal vez, pero si lo hicieron, no estaba prestando atención. Todo lo que sé es que
todos aquí son asesinos convictos". Incluido yo misma.
"Cohen Roth violó y asesinó a cuatro estudiantes en su mundo natal" Se aclara la garganta,
y luego se enfrenta a mi mirada con una honestidad meticulosa en la suya propia. "Las
posibilidades de que sea un amante gentil no son buenas"
"De acuerdo". Respiro hondo y me obligo a soltarlo lentamente. Lucho contra la amenaza
de hiperventilación de mi cuerpo. "Probablemente no esté solo en eso. Esto es el corredor
de la muerte, no el club de tejido". Aunque de repente tengo curiosidad por saber cómo

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terminó Graham aquí. No es que vaya a preguntar. "Pero para responder a tu pregunta, no,
no soy virgen"
Se ve tan aliviado que por un momento quiero sonreír. Como si yo realmente le hubiera
dado buenas noticias. Pero virgen o no, no tengo ganas de averiguar lo qué estar con Cohen
Roth en la cama.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 6
SYLVIE
"ME SIENTO MAL POR MANTENERTE DESPIERTO" Se me acaba de ocurrir que estoy
manteniendo despierto a Graham, cuando hay al menos una docena de tipos que podrían
querer patearle el culo por la mañana, por negarse a desnudarme y mostrarme a ellos.
"Estoy bien", dice. "Pero si no te importa, me voy a estirar"
"A por ello. Esta es tu celda". Pero ese pensamiento me hace fruncir el ceño. "¿Esta es tu
celda? ¿Cómo funciona eso, exactamente? ¿Qué impide que alguien más llegue a esta celda
antes que tú?"
"Nada". Se sienta en el borde de la cama, luego se recuesta con la cabeza apoyada en los
dedos entrelazados de ambas manos, ya que evidentemente no hay almohadas en el
bullpen. "Esta es mi celda favorita, pero a veces no llego a tiempo y tengo que luchar por
ella. Durante varios días seguidos, hace un par de semanas, me detuvieron en el patio hasta
después del cierre, y no conseguí una celda en absoluto. Tuvo que dormir en el suelo en
una de las oficinas. Resulta que un tipo llamado Cliff le pagó a un amigo para que me
retrasara en el patio, porque quería mi celda".
"¿Qué le pasó a Cliff?" Lucho contra la necesidad de levantarme, sólo para ver mejor su
pecho. Y sus abdominales. Y esa bien definida V de músculo que se estrecha hasta que
desaparece bajo la cintura de sus pantalones. Porque mientras Cohen Roth es algo que
claramente voy a tener que hacer, Graham está empezando a parecer algo que yo podría
querer hacer. Parte de eso es lo inesperadamente decente que es.
Pero otra parte, son esos ojos. Ese cuerpo...
"Lo mismo que nos pasa a todos, al final" Se encoge de hombros, y los músculos de todo el
torso se ondulan. Así que, finalmente, me doy por vencida y me pongo de pie para mirar
mejor, y luego giro hacia el lavabo, como si esa fuera mi meta todo el tiempo. Me salpiqué
la cara con agua fría, luego me di la vuelta y me apoyé en el borde de la palangana. Que es
cuando me doy cuenta de que no tengo nada con que secarme la cara, excepto mi propia
camisa.
Levanto la cola y me seco la cara, y cuando la dejo caer, veo a Graham mirando.
Evidentemente, tuve una muestra de una teta.
Lo miro a todas partes menos a él, hasta que mi mirada vuelve a él como si no hubiera nada
más que mirar. Lo cual es básicamente cierto. Pero cuando se sienta y se acerca, me doy
cuenta de que piensa que mi expresión de necesidad se centra en su cama.
"Eres bienvenido a acostarte. Duerme un poco", añade rápidamente. "Juro que no te tocaré"
"Oh, está bien. No estoy..." En realidad, estoy exhausta. Y la alternativa a compartir su
cama es dormir en el hormigón desnudo. "¿Seguro que no te importa?"
"Por supuesto que no"

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"Gracias" Me quito los zapatos y los dejo caer junto a la cama, luego me acuesto a su lado
sobre mi espalda. Pero eso deja la mitad de mi trasero y un hombro colgando de un lado.
La cama es muy estrecha. "¿Crees que podríamos hacer cucharita? De lo contrario, no hay
suficiente espacio".
Aspira un poco de aire y luego lo deja salir.
"Lo siento. Eso se pasa de la raya, lo sé..." Pero ya se está volviendo hacia mí.
"¿Te parece bien ser la cuchara pequeña? Ya que eres... ¿pequeña?"
Con una sonrisa, me pongo de costado, con cuidado de conservar un trozo de espacio entre
nosotros. Pero luego se apoya en su codo y mira por encima de mi hombro.
"Tus rodillas están colgando" Su brazo izquierdo se desliza sobre mi cintura y me acerca,
hasta que mis rodillas están sobre la cama y me presiona contra él, desde el centro de mi
espalda hasta mis tobillos, su cuerpo sigue mis propias líneas flexionadas.
Mierda, está caliente. Y....duro.
Entonces, de repente, se pone más duro.
Me siento tensa, y él se ríe. "Lo siento por eso. Es involuntario". Está tan cerca que puedo
sentir su aliento en el lóbulo de mi oreja. "No significa nada".
"¿No es aquí donde prometes que desaparecerá en unos minutos?"
"Odiaría mentirte...", dice, y esa vez me río. "Tratemos de dormir un poco y no pensar en el
mañana"
"Estoy muy por delante de ti" Me pongo las manos debajo de la cabeza en lugar de una
almohada. "Graham, no es que esto importe..." Y ni siquiera estoy segura de por qué siento
la necesidad de decírselo. "Pero yo no haría esto -no aceptaría el trato de Roth- si viera otra
forma de salir de esto. No me gusta.... él"
"No me debes una explicación." Después de un minuto, su cuerpo parece relajarse contra
mí, todo excepto la dura longitud presionada contra mi trasero.
"Gracias", repito. "Por todo".
No creo que pueda dormir así, acurrucada con el único hombre decente que he conocido en
Rhodon, rodeada de otros cien que están esperando la oportunidad de mostrarme
exactamente cómo los encerraron en primer lugar. Pero cierro los ojos, y cuando los abro,
de alguna manera estoy acurrucada con él.
Se me cae la baba por la barbilla en el brazo, las luces de la celda se han apagado, y sólo
hay suficiente luz de luna brillando a través de la ventana alta para mostrarme el contorno
de sus rasgos fuertes, cuando me apoyo en mi codo.
Paso un dedo por su mejilla, sobre un parche rasposo de crecimiento de barba que ahora
está llegando a esa longitud sexy.
"¿Sylvie?" La somnolencia de su voz me dice que todavía está dormido.

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Me acerco y le susurro al oído. "¿Estás soñando conmigo, Graham?"

"Mmm…"
No estoy segura de que eso sea un sí, pero es el sonido más sexy que he oído en mucho
tiempo.
"¿Por qué no tienes barba de verdad?" Le pregunto, dejando que mis labios rocen su oreja,
y él gime. "¿Tienes una navaja de afeitar? ¿O un cuchillo?"
Él se giró, con los ojos aún medio cerrados, y dejo que mi mano se asiente sobre su pecho,
sólo para darme cuenta de que también está desnudo, excepto por el pedacito más corto de
vello. "Nos dan crema depilatoria antes de las peleas. Dicen que la suavidad juega mejor en
cámara. Me la pongo, porque una barba larga le daría a un oponente algo más de lo que
cogerse. Como tu pelo..." Sus dedos se deslizan en mi cabello y dejo que mi mano le pase
por encima del pecho hasta el estómago.
Los ojos de Graham se abren del todo mientras lo hago. Ahora está despierto. "Te lo dije,
no me debes nada"
"No estoy tratando de pagar. Te estoy pidiendo un favor más" Me agacho hasta que mis
labios encuentran los suyos, y él gime. Entonces su boca se abre, dándome la bienvenida.
Su lengua juguetea con la mía por un minuto, luego él toma el control, apoyándose sobre
el codo. Inclinando mi cabeza para aceptar este beso como él quiere. "¿Qué favor?", me
pregunta cuando finalmente me aparto, para recuperar el aliento.
"¿No es eso evidente?"
"Tienes que decirlo", susurra contra mi mejilla, su aliento me roza el oído. "Tienes que
decirme lo que quieres, para que no haya malentendidos. No estoy exigiendo nada"
"Lo sé", le aseguro. "Te deseo, Graham. Mañana.... Bueno, voy a necesitar algo bueno en lo
que pensar". Por la mañana, la realidad de este infierno se impondrá, y voy a necesitar que
me recuerden que la vida no siempre es una completa mierda y dolor. Esta vez, sería feliz,
aunque sólo fuera por unos minutos. "Dame un buen recuerdo. Por favor. Estoy
pidiéndotelo"
Él gime de nuevo, y está duro como una roca contra mi muslo. Aunque la verdad es que
está tan duro en todas partes que no me habría dado cuenta, si no hubiera presionado su
erección contra mi pierna. Haciendo esfuerzos para tener más contacto.
Graham me besa mientras me sube la camisa, arrastrando sus dedos por mi costado en el
proceso, hasta que tiene que alejarse para tirar del material por encima de mi cabeza. Me
quito el sujetador mientras él dobla mi camisa y luego la desliza bajo mi cabeza como una
almohada.
"Oh, Dios mío", jadea cuando mis senos le rozan el pecho, y para cuando su mano se desliza
hacia arriba hasta ahuecar uno, mis pezones ya están duros. "Eres muy hermosa"
"No puedes verme" Estoy a tientas con su cinturilla, pero la maldita atadura parece estar
enredada, y...

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"Recuerdo cómo eres, Sylvie" Se baja los pantalones sin desatarlos, y de repente su polla se
libera y apuntando directamente hacia mí. Contra mí. Entonces estoy bocarriba otra vez, y
sus manos están en mis caderas, debajo de mi cintura, arrastrando el tejido hacia abajo de
mi estómago, levantándome para que me lo pase por el trasero. "¿Estás segura?" pregunta,
mientras me quita los pantalones, mi ropa interior se apiña dentro de ellos.
"Míralo tú mismo..." Abro mis muslos y guío su mano entre ellos.
"Ohhhhh, me estás matando, Sylvie"
"Entonces ven y muere feliz." Porque ¿no es ese el punto de esto?
"Tú primero". Me besa en el vientre, luego se coloca entre mis piernas y engancha sus manos
detrás de mis rodillas, abriéndolas más. Luego me besa el muslo izquierdo con tanta
lentitud que me deja dolorida, quedándome colgada en cada latido del corazón, esperando
a que su boca aterrice donde realmente quiero.
Sus labios se deslizan tan cerca de mí que puedo sentir su barba en mis lugares más
sensibles.... luego su boca cae sobre mi otro muslo. "Provocador", le acuso sin aliento.
"Las cosas buenas son las que se hacen esperar" Su aliento se burla de mí ahora,
rozándome con un calor húmedo, y arqueo mi columna vertebral, anhelando su toque.
Tensándose para conseguirlo.
"Graham, por favor..."
El primer contacto burlón de su lengua me provoca un jadeo, luego un gemido tan
humillantemente profundo y fuerte que su mano libre me cubre la boca. "Shhhh…" me
regaña, mirándome a través de la longitud de todo mi cuerpo. "Vamos a jugar un juego.
Para ganar, tengo que hacerte gritar".
"¿Cómo gano yo?"
"Te quedas absolutamente callada, no importa lo que haga. Y Sylvie, tienes que ganar",
añade. "No podemos darnos el lujo de irritar a los indeseables..."
Él tiene razón. "Desafío aceptado". Siempre gano.
Graham desaparece entre mis muslos de nuevo, y antes de que pueda prepararme para el
próximo desafío, lame una larga línea desde mi centro hasta mi clítoris, jugueteando con él
al final con un movimiento brutalmente dichoso de su lengua.
"Oh, Dios mío..."
Se ríe contra mi muslo interno, enviando una ráfaga de hormigueos a través de mí para que
se quede en lo más bajo de mi vientre. "Tú pierdes".
"No... Llamemos a eso una ronda de práctica", susurro. "Lo haré mejor, lo juro. No te
detengas".
Se ríe de nuevo, luego su boca se cierra sobre mi clítoris, chupando suavemente mientras
desliza dos dedos hacia mí.

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Eché la cabeza hacia atrás, de repente agradecida por la almohada de la camisa cuando la
parte superior de mi cráneo se estrelló contra la pared de cemento. Un gemido comienza en
lo profundo de mi garganta, pero presiono mis labios para contenerlo mientras sus dedos
bombean lentamente dentro y fuera de mí, curvándose para dar justo en el punto correcto.
Durante varios minutos, estoy perdida en el momento, en la intensa y rápida presión que
culmina por la fricción de su lengua contra mi clítoris, sus dedos dentro de mí, y el ligero
roce de su barba contra mi muslo, un recordatorio excitante de que su cara está
exactamente donde me gusta. Y basándome en los gemidos que resuenan contra mis
lugares más sensibles, le gusta mucho estar allí.
"Graham", susurro, mientras esa presión se expande en espiral hacia un pico de gozo.
"Pierdes", susurra, sin mover los dedos.
"Al diablo con este juego", gemí suavemente, y se ríe de nuevo mientras su lengua desciende
sobre mí, esta vez lamiendo con otro golpe lento desde el lugar donde sus dedos desaparecen
en mi cuerpo, a través de mis pliegues, hasta que mi clítoris que palpita por la anticipación.
Con verdadero deseo. Estoy tan cerca. Tan.... cerca.
Mis dedos se enroscan en su cabello, rogándole en silencio que termine lo que empezó. Se
ríe contra mi muslo. Luego le da a mi clítoris otra lamida firme, y yo me desmorono debajo
de él, retorciéndome entre sus dedos. Empujando hacia arriba en cada golpe ansioso de su
lengua, hasta que el placer finalmente se desvanece en una réplica vibrante de vez en
cuando.
Podría llorar cuando sus dedos se retiran. Pero luego se arrastra por mi cuerpo, se detiene
en el camino para succionar mi pezón en su boca y lo hace rotar con su lengua, y decido
que eso es casi igual de bueno.
¿Por qué está este hombre aquí? ¿Cómo puede ser un asesino, si todo lo que ha dicho y
hecho por mí desde que nos conocimos ha sido amable, generoso y de buen humor?
Graham es un rompecabezas, y de repente quiero entenderle.
"Aún no has terminado, ¿verdad?" Su rostro aparece sobre el mío, y en lo que queda de la
luz de la luna, sus ojos marrones brillan hacia mí. "Iba a darte una segunda oportunidad
para ganar el juego"
"Por lo que a mí respecta, yo gané esta ronda", susurro.
Su risa provoca nuevos temblores dentro de mí, y se inclina hacia abajo para recibir un
beso mientras me ensancha las piernas y se posiciona entre ellas. Puedo sentirlo contra mi
apertura, caliente, duro y grueso, y de repente estoy lista para él de nuevo.
Mientras su lengua se sumerge en mi boca, él se sumerge en mí, de un solo golpe. Jadeo,
me libero del beso para poder concentrarme en la sensación de él dentro de mí. No soy
virgen, pero esto se siente... diferente. Esto parece más de lo que era el sexo antes.
Tal vez es que sé que ambos podríamos morir mañana o cualquier día, en el bullpen. Tal
vez sea el hecho de que probablemente nunca volveré a tener relaciones sexuales
placenteras y consensuadas, así que este tipo de relaciones se sienten como un último

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hurra. O tal vez Graham es muy bueno en lo que hace, porque le gusta tanto dar como
recibir, y por primera y posiblemente última vez en mi vida, estoy realmente lista para
entregarme al placer desvergonzado.
No tengo nada que perder, ni razón para contenerme.
Me aferro a él mientras él se retira la mayor parte del camino de salida, luego se zambulle
de nuevo, y la fricción contra mi clítoris todavía sensible resucita el placer dentro de mí
como si realmente nunca hubiera terminado. Como si acabara de entrar en hibernación,
esperando la oportunidad de florecer de nuevo.
Encuentra un ritmo, y yo me levanto para encontrarme con él con cada golpe, agarrándome
inútilmente al desnudo, delgado acolchado debajo de nosotros hasta que me rindo y agarro
sus hombros, anclándome para un mejor contacto. Más fricción. Cierro los ojos y alejo todo
lo demás, tratando de olvidarme de la prisión. De los reclusos. De los muros de hormigón,
barras de hierro, y lo que sea que traerá el infierno mañana.
No existe nada más en este momento excepto Graham, y yo y el olvido al que nos aferramos,
en un lugar donde no hay nada más cosas buenas que encontrar.
"Sylvie", susurra, agachándose hasta que su mejilla roza la mía. "Mírame"
Abro los ojos y sonrío. "Tú pierdes".
"Oh, cariño, no hay mejor ganador en el Universo ahora mismo que yo" Él empuja de nuevo,
con fuerza, y yo gimoteo y aprieto a su alrededor mientras mi liberación se eleva más cerca.
Se construye más apretadamente.
"No puedo esperar", susurro, agarrándolo con mis piernas, balanceándole.
"No es necesario. Déjate ir" Empuja de nuevo, y algo dentro de mí se desata, comenzando
profundo y ondeando hacia afuera hasta que mis dedos se aprietan y mis dedos de los pies
se enroscan.
El sonido que sale de mi garganta no es como el de una dama, pero en el momento en que
lo oye, su golpe pierde ritmo, y comienza a golpearme rápida y duramente, persiguiendo su
propia liberación hasta que le siento entrar dentro de mí con varios empujones más fuertes.
Se inclina sobre mí, apoyando su peso sobre sus codos, y deja a un lado un mechón de pelo
para susurrarme al oído. "Eres hermosa bajo las peores circunstancias, Sylvie. Pero eres
impresionante cuando te corres".
Mierda. Si estuviéramos en cualquier otro lugar del mundo, me subiría a su regazo, lamería
el sudor de su pecho y le ofrecería tener sus bebés.
El hecho de que acabo de conocer al hombre más asombroso del mundo en el corredor de
la muerte es la cosa más trágica que se me puede ocurrir.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 7
GRAHAM
NO PUEDO DORMIR.
Normalmente me levantaría de la cama y haría flexiones de brazos hasta que esté demasiado
cansado para moverme, pero no voy a arriesgarme a despertar a Sylvie. Tengo miedo de
respirar demasiado profundo. Va a necesitar todo el descanso que pueda conseguir.
Nunca he conocido a una mujer como ella. Confiada y audaz, pero no descuidada. Sin miedo
de ir tras lo que quiere. Y más valiente que cualquiera que haya conocido.
Cualquiera.
Es una superviviente. Desafortunadamente, es esa capacidad de supervivencia, su
disposición a hacer cualquier cosa para ver el siguiente amanecer, lo que la alejará de mí.
Y mientras estoy aquí acostado junto a ella, sintiendo su cuerpo todavía desnudo presionar
contra el mío, escuchando su respiración, me doy cuenta de que voy a hacer algo estúpido.
No soy tan grande como Cohen Roth. No tengo tanta experiencia en la arena como él. Pero
creo que puedo ganarle, si me dan unas semanas más para entrenar.
Pero Roth vendrá por Sylvie mañana, y ella se irá con él. Y ni siquiera puedo culparla por
eso. Los otros presos me dan espacio, porque saben que, si me encuentran en la arena, van
a morir. Pero le dan espacio a Roth porque saben que, si le cabrean, morirán en el bullpen.
O en el jardín.
Roth puede mantener a Sylvie viva y en gran parte intacta, al menos por un tiempo, porque
es temido como sólo puede serlo un psicópata violento. Él puede darle lo que yo no puedo,
porque él está dispuesto a hacer lo que yo no quiero. El herir a la gente sin ninguna razón.
Pero que él no deje que los demás la lastimen no significa que no la lastimará.
No soporto la idea de que le ponga una mano encima. Por eso sé que voy a hacer algo
estúpido.
Me quedo con ella durante horas, escuchando. Vigilando la ventana para ver si hay alguna
señal de luz del día; el sol es enorme en el horizonte aquí, y el amanecer despunta con
fuerza y rapidez. Debí haberla obligado a vestirse antes de que se durmiera, pero en mitad
de un momento inesperado y fuera de lo normal, ni siquiera lo pensé.
Durante unos minutos, no se trató de unos condenados a muerte, encerrados en una jaula.
Sólo éramos nuevos amantes, dormíamos desnudos y entrelazados.
Pero ahora.... Ahora el sol podría aparecer en cualquier momento, y con él vendrán tantos
de los otros presos como puedan apiñarse en el pasillo fuera de mi celda. No pueden
encontrarla desnuda. La mayoría de ellos no tendrán la restricción de mantener sus manos
quietas una vez que realmente la hayan visto, incluso si Roth les amenaza con matarlos.

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Empezará un motín, y ni siquiera el gran Cohen Roth podrá luchar contra cien hombres a
la vez.
Tiene que vestirse. Pero seguramente eso puede esperar hasta que--
El primer rayo de luz atraviesa mi ventana, un rayo frío de color amarillo pálido contra la
pared.
"Sylvie". Le paso la mano por el hombro. "Despierta. Tienes que..."
"Anderson". La voz de Roth me hace apretar la mandíbula.
Me deslizo sobre Sylvie y me meto en mis pantalones, luego le quito la ropa del suelo y se
la tiro. Está sentada, con los ojos muy abiertos y asustada, pero su columna vertebral está
derecha con determinación. Con una voluntad férrea de hacer lo que sea para salvar su
propia vida.
Roth se para tan a la derecha como puede, tratando de ver mi cama, que está bloqueada en
gran parte por la sección de hormigón de la pared. "Anderson, ¿te has follado a mi chica?"
Mis dientes rechinan tan fuerte que puedo oír la tensión rechinar.
Se ríe a carcajadas. "No te pongas tan serio, hombre, estoy bromeando. Es tuya hasta que
termine el bloqueo". Su risa muere y de repente frunce el ceño, como si le hubiera dado a
un interruptor. "Después de eso, será mejor que no la toques sin que yo lo diga".
"Estás fanfarroneando" Hablo en voz baja y estoy a un brazo de distancia de los barrotes.
"Sé que no quieres que esto llegue a las manos." Porque sabe muy bien que no soy uno de
los hombres a los que puede vencer sin que le hagan daño.
Roth me frunce el ceño, con las manos apretadas alrededor de las barras, y puedo ver que
entiende el resultado. Estamos en un punto muerto. De hecho, lo he arrinconado. Si le hago
luchar por Sylvie, se arriesgará a lesionarse días antes de su combate en el estadio. Si no
intenta quitármela, parecerá lo suficientemente débil para que otros hombres la desafíen.
Necesita una forma de salvar su reputación. Así que le ofrezco una. "Hablemos sobre esto"
"¿Ya me estás pidiendo que la alquile? Maldita sea, ¿ha sido tan buena?" La mira fijamente
por encima de mi hombro, y prácticamente puedo sentir su tensión.
"No te estoy pidiendo una mierda. Ella no quiere ir contigo".
"Me importa un carajo lo que ella quiera" Su ceño fruncido se profundiza, y entiendo mi
error de cálculo. Si Roth pierde la reputación aquí y ahora, ganar en la arena no le servirá
de nada. Una vez que revele una debilidad, los otros se pondrán en fila para explotarla,
aunque eso signifique formar una alianza para derribar al campeón. "La perra puede
cooperar, o podemos hacer esto de la manera difícil"
Entonces, eso es todo. Está dispuesto a luchar, a pesar del riesgo, no para reclamarla, sino
para preservar su propia reputación.
"Graham", dice Sylvie, pero yo no me doy la vuelta. No puedo mirarla ahora mismo, porque
si veo lo que estoy perdiendo, voy a perder mi mierda. Voy a hacer algo estúpido.

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Voy a hacer que nos hagan daño a los dos.

"Aww, joder," dijo alguien en voz alta desde el pasillo, mientras los pasos se detienen.
"Alguien se lo dijo a Roth. ¿Quién diablos le habló a Roth sobre la mujer?"
Roth se vuelve hacia la voz. "Vete a la mierda, Vince. Corre la voz. Nadie se me acerca hoy,
o empezaré a aplastar cráneos. Hoy tengo asuntos personales" Se frota una mano en la
entrepierna mientras se asoma de nuevo a Sylvie, y soy híper-consciente del tic-tac del reloj.
del hecho de que, en cualquier momento, el bloqueo terminará, y la puerta de mi celda se
abrirá.
Vince se va, gritando las noticias para que las oiga el resto del grupo, y Roth se vuelve hacia
mí. "Eso va por ti también. Tuviste tu diversión. Ahora es mi turno"
Ese timbre de tono bajo suena en todo el bullpen, seguido de un eco en cascada de
chasquidos metálicos, a medida que las cerraduras se desconectan. Exhalo mientras la
puerta de mi celda se abre.
Roth se adelanta, y yo me tropiezo en su camino. "Prefiero enfrentarme a ti en la arena", me
gruñe. "Pero si quieres morir ahora, puedo trabajar con eso también"
Me mantengo firme, cabreado porque tengo que mirarle fijamente. "¿Estás dispuesto
realmente a arriesgar tu vida por ella?"
"¿Lo estás tú?" Parece inseguro por primera vez, claramente confundido de que arriesgaría
tanto por una chica que ya he tenido.
"Graham", dice Sylvie una y otra vez, la ignoro, porque sé que no debo darle la espalda a
Cohen Roth.
"Sí", le digo. "Demonios sí, estoy dispuesto a luchar por ella, si eso significa que no te
acercarás a ella"
Sylvie aspiró sobresaltada a mis espaldas.
Los puños de Roth aprietan a sus lados, y yo retrocedo un paso, listo para esquivar su golpe
y emerger con fuerza. Pero luego estalla en risas tensas y me golpea el hombro, como si
acabáramos de compartir un buen chiste. "Genial. Voy a necesitar a alguien que la cuide
mientras entreno. Ya se nos ocurrirá algo. Si ella quiere follar contigo también, me importa
un carajo, siempre y cuando esté disponible cuando yo la quiera. Después de hoy" Trata de
rodearme, prácticamente hinchado de satisfacción, como si acabara de negociar el mejor
trato de su vida. Como si yo debiera estar agradecido.
Maldito psicópata.
Me rodea, agarra a Sylvie, y yo le quito el brazo del camino, interponiéndome entre ellos de
nuevo.
"Vete a la mierda, Anderson. No estoy jugando, carajo".
"Yo tampoco".

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"Vale, suficiente" Sylvie se interpone entre nosotros, agarra su bolsa y le empuja hacia atrás
con una mano en el pecho. "Estoy cooperando. Sólo dame un minuto".
Por un segundo, creo que la va a destrozar por darle órdenes, pero de repente parece
magnánimo al darse cuenta de que ha ganado sin dar un solo puñetazo.
"Graham..." Sylvie se vuelve hacia mí, y esos ojos azules están brillando de nuevo, pero no
con pasión esta vez.
Pongo mis manos a cada lado de su barbilla, con los dedos estirados hacia su cabello bajo
sus orejas, pensando en lo desesperada que estaba por un buen recuerdo que se llevara
consigo en lo que equivaldría a una esclavitud sexual. "No tienes que hacer esto", susurro.
"Dios, Sylvie, no tienes que hacer esto"
"Esta es mi elección", dice. Pero ahora reconozco la emoción que se agita en sus ojos, y no
es determinación. Ni siquiera es resignación. Es el miedo. Ella va a ir con él no sólo para
salvar su vida, sino también la mía. Ella cree que puede matarme. Ella cree que él me
matará. "Es mi decisión, Graham, y la he tomado" Se sale de mis garras y se da la vuelta
para poder vernos a los dos. "Y creo que Cohen está siendo bastante razonable"
Probablemente no puede ver el asco en la forma en que sus labios se acurrucan al final de
la mentira, pero yo sí puedo.
"Iré con él hoy, pero te veré de nuevo mañana. Mientras entrena. ¿De acuerdo?" Su mirada
es feroz de nuevo. Me está rogando que diga que sí. Sonreír y asentir con la cabeza y fingir
que no sabemos que una vez que él la tiene, puede hacer lo que quiera con ella, y llamarla
su elección no hace que eso sea verdad.
No puedes llamar soufflé a un sándwich de mierda y esperar que la gente se lo coma.
"Sylvie..."
"Mañana". Se inclina para besarme, y justo antes de que sus labios conozcan los míos me
fija con esa mirada feroz y susurros. "No hagas nada estúpido, Graham. Voy a necesitarte..."
Entonces su boca presiona contra la mía antes de que pueda discutir.
Antes de que pueda procesar lo que está sucediendo, ella se ha ido, la mano de ese monstruo
envuelto alrededor de su brazo, arrastrándola por el pasillo tan rápido que tiene que correr
sólo para mantenerse al día.
"Apesta ser tú." Levanto la vista para encontrar a Kyle no sé cuántos, observándome desde
el baño de su celda al otro lado del pasillo, con sus pantalones alrededor de sus tobillos.
"¿No odias que tus amigos te quiten los juguetes sin preguntar y luego te los devuelvan
rotos?" Silba y niega con la cabeza. "El último niño que se llevó mis juguetes terminó boca
abajo en el arroyo detrás de la casa de mi abuela"
"Vete a la mierda, Kyle" Voy al pasillo y cierro la puerta de la celda, porque mi ira necesita
una salida. La puerta rebota, se niega a cerrarse, y la golpeo de nuevo. Y otra vez. Y otra
vez.
Kyle sólo se ríe, desde el baño. Y la verdadera perra es que tiene razón. No es que Sylvie sea
un juguete, pero Roth la va a romper.

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Eso es lo que hace. Así es como llegó aquí en primer lugar.

No puedo dejar que eso suceda.
Salgo corriendo por el pasillo, echando a un lado las cantimploras de vinilo desgarradas y
el paño rígido con fluidos secos que ni siquiera quiero imaginar. En el atrio, doblo a la
izquierda y me dirijo al bloque D cuando alguien sale de uno de los otros bloques de celdas
y me agarra el brazo.
"No." Hardy me empuja hacia atrás y yo dejo que me lleve a una de las oficinas vacías.
"Déjalo ir".
"Ni siquiera sabes adónde voy"
“Todo el mundo sabe hacia dónde te diriges. Siempre me das consejos, Anderson, así que
deja te que dé uno pequeño”
Está sobre mi cara, y normalmente le empujaría hacia atrás, pero la verdad es que esta vez
puede que tenga la cabeza mejor que yo. "Tienes que dejarlo ir. Ella tomó su decisión, y si
no aprendes a vivir con ella, vas a morir con ella".
"Va a hacerle daño". Las palabras se me salen por los dientes apretados, y saben a ácido
quemándome la lengua.
"¡Mira dónde estamos, hombre!" Hardy abre los brazos. "No es el único que va a hacerle
daño. La única razón por la que estamos aquí es para herirnos unos a otros, y no reclutan
mujeres, lo que significa que esta fue su decisión. Ella sabía en lo que se estaba metiendo,
y hasta ahora, ha tenido mucha suerte. Pero ambos sabemos que tiene poco tiempo, y no
hay nada que puedas hacer al respecto. Roth tampoco puede hacer nada. Así que la única
opción que tienes es tomarte el tiempo que te está dando..."
"¿Habéis oído todos eso?"
"... e intenta no pensar en lo que pasa cuando no estás con ella. ¿De acuerdo?"
Asiento con la cabeza, porque lo que dice tiene sentido, pero se necesita toda la fuerza de
voluntad que tengo para hacer que mis pies se muevan cuando sugiere que levantemos
pesas. A mitad de camino al patio, mis pies dejan de moverse, y no puedo hacer que den
un paso más.
"¿Graham? Vamos hombre. Tienes que estar fuera de aquí un rato". Porque el sonido se
transmite en el bullpen, y no voy a querer escuchar lo que está pasando ahí dentro.
"No puedo levantar ahora. Mi cabeza no está en el lugar correcto" El levantamiento de pesas
es mayormente una cuestión muscular, así que mi mente siempre deambula. Pero no puedo
dejar que eso pase hoy.
"Bien. Entonces vamos a sacar el cadáver de Ray de su celda. Estoy pensando en mudarme".
Nos volvemos y llego hasta el bloque A. Más allá de mi celda hasta donde Ray está sentado
en el suelo, mirando a través de los barrotes hacia la nada. Sus manos yacen abiertas y
vacías a sus costados, y su camisa manchada de sangre ha sido dejada sobre un charco
pegajoso en el cemento del suelo.

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"Maldita sea". Hardy silba. "¿Tu chica hizo esto?"

"Sí. Y si lo intenta con Roth, la pondrá en su tumba" Y creo que esa es la raíz de mi miedo.
No que vaya a cooperar, lo que me jode las tripas, pero sí que luchará. Y la matará por ello.
"Eso es cosa de ella. Todos tenemos que tomar decisiones. Cosas desagradables que
soportar. Agárrale de las piernas"
"¿Qué? ¡Oh!" Hardy tiene a Ray por los hombros. Agarro los tobillos del cadáver, y lo
llevamos por el pasillo, a través del atrio, y pasamos el patio hasta la segunda puerta del
pasillo que conduce a la Arena.
Aunque la primera puerta estaba abierta, esta está cerrada y bloqueada, con otros dos
cadáveres apoyados en ella. Uno de ellos es Craig, que murió con los pantalones bajados.
El otro pobre bastardo tiene una herida punzante en el cuello, idéntica a la que mató a Ray,
así como un maldito agujero sangriento en el ojo izquierdo.
"Mierda". Hardy deja a Ray en el suelo junto al primer cadáver, que sólo le resulta
vagamente familiar. "¿Tu chica?"
Asiento con la cabeza.
"Dime que le quitaste el arma"
"¡Joder, no, Ray lo hizo, pero se la devolví!" Hijo de perra.
Hardy se encoge de hombros. "Bueno, ahora Roth lo tiene" Se encoge de hombros y le patea
los pies a Ray. "Vamos a desayunar".
Dejamos los cuerpos contra la puerta, donde serán recogidos en mitad de la noche por la
patrulla, después de haber cerrado y bloqueado la primera puerta para asegurar el
pasadizo. Luego regresamos por el patio y el atrio a una cafetería vacía de todo menos una
serie de mesas de acero flanqueadas por taburetes atornillados al piso.
Bueno, eso, y tres dispensadores de comida y suministros empaquetados que aún
funcionan, que funcionan escaneando los números de los prisioneros en nuestras palmas.
Estamos a mitad de camino al frente de la línea cuando un grito corta el aire y atraviesa mi
corazón.
Sylvie.
Doy vueltas y salgo por el atrio, pero Hardy está justo detrás de mí. "No, hombre, ella está
bien." Me agarra del brazo. "Déjalo ir".
"Ella no está bien", gruño. "Las mujeres no gritan así cuando están bien"
"Graham, no puedes ayudarla".
Me arranco el brazo de la empuñadura y me voy por el pasillo, hacia el extrañamente
desierto bloque D. "A la mierda con eso". Soy el único que puede ayudarla.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 8
SYLVIE
"MI NOMBRE ES SYLVIE", digo mientras Cohen Roth prácticamente me saca del pabellón
de Graham.
"Lo he oído"
"Oh" Los hombres me miran desde cada celda por la que pasamos. Dos de ellos se están
tocando, y no sé si es porque hay una mujer en el bullpen por primera vez, o porque son
hombres, y masturbarse es como su pasatiempo nacional. "Entonces, ¿hacia dónde
vamos?"
"A mi celda". Roth me empuja a través de la parte de atrás del atrio y hacia el bloque D. Sus
dedos se clavan en mi brazo, pero quejarse no tendría sentido. Intentar liberarme sólo le
daría una excusa para agarrarse más fuerte.
"Entonces... ¿hay alguna posibilidad de que podamos comer primero? Tengo un poco de
hambre" Sé que retrasar lo inevitable no tiene sentido, e incluso podría ser mejor acabar
con esto. Pero lo único en lo que puedo pensar es en aplazarlo, aunque sea por unos
minutos más.
Roth resopla y tira más fuerte de mi brazo. "Supongo que también quieres flores y una
película... ¿Qué carajo crees que es esto?" Se detiene frente a la última celda a la derecha y
casi me arroja dentro. "Desnúdate".
Me doy la vuelta, dejo que mi mochila se deslice hacia el suelo, y me horroriza ver que una
multitud ya se ha reunido detrás de Roth, que está de pie en la puerta de la celda,
mirándome como si estuviera hecha de todos sus alimentos favoritos.
"Umm... vale. Pero, ¿crees que podrías deshacerte del público?"
"¿Por qué? No hay privacidad en la sala de espera" Y en el bloque D, eso parece ser cierto.
La cama de Roth no está protegida por una sección de cemento de la pared. Su cama, su
inodoro, su lavabo, y lo que queda de un escritorio construido en la pared están
completamente expuestos. Al igual que yo.
"Yo sólo... quiero decir..." Aprieto los dientes para evitar que me tiemble la mandíbula. No
tengo problemas para pelear. Me encantaría estar peleando ahora mismo. Pero esto es....
esto es...
Humillante.
Roth cruza los brazos sobre su grueso pecho. "Quítate la ropa o te la arranco".
No sé por qué no esperaba esto. Que Graham no les diera un espectáculo no significa que
Roth no lo haría.
"Por favor. Por favor, haz que se vayan". Sostengo su mirada, porque si miro al resto de
ellos, voy a llorar.

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No puedo llorar ahora mismo.

"Te lo advertí." Él da dos pasos hacia mí, y yo retrocedo hasta que me golpeo contra la
pared. Claramente, mendigar no es la táctica a seguir con Roth. Eso parece que le hace
sentir más poderoso y le da una excusa para jugar rudo.
"Espera. Yo lo haré". Sólo tengo una muda de ropa, y no puedo permitirme perder esta. Así
que me quito la camisa, contenta de que mi sujetador de la prisión sea grande y sin forma.
No es que eso importe dentro de un minuto. "Sólo pensé... que soy una recompensa,
¿verdad? ¿A causa de que eres el campeón? Supongo que no pensé que el campeón tendría
que darle a todos los demás una probadita de lo que él está tomando. Quiero decir, si tomas
el brownie de alguien en la cafetería, ¿vas por ahí dando mordiscos a los demás, sólo para
que sepan lo que se pierden?".
Sus ojos se entrecerraron. Su mandíbula se hincha. Pero él no dice nada, así que me empujo
los pantalones por encima de las caderas y los dejo caer al suelo. Y es entonces cuando
comienzan los gritos y las obscenidades.
Mantengo la cabeza alta, tratando de no mostrar que me molesta. Roth tiene que pensar
que se está deshaciendo de ellos porque están violando su privilegio, no porque me estén
haciendo sentir incómoda.
"Joder, está buena", dice un gilipollas, mirándome por encima del hombro. "Haz que se
quite el resto. Haz que se toque a sí misma"
Roth da vueltas y clava su puño en el plexo solar del hombre como un maldito ariete. El
hombre vuela a través del pasillo y tropieza en la celda abierta frente a mí.
He visto a Roth pelear en la UA, pero esto es diferente. En primer plano -en persona-
es....impresionante. Al menos desde una perspectiva científica. Su poder es asombroso. El
hombre probablemente podría romperme el cráneo de un solo golpe. Así que claramente, la
clave es no ser golpeada.
"Todos fuera", gruñe Roth. "Y lleváoslo con vosotros" Agita una mano hacia el hombre que
ahora vomita en el suelo de una celda al otro lado del pasillo.
Se dispersan como ratas, los dos últimos llevando al hombre que ensució su propia camisa.
"¿Feliz?" Roth gruñe, y de repente lo absurdo de mi nueva existencia se siente terriblemente,
brutalmente real.
Solía vigilar a este hombre en las cámaras. Conozco todos sus movimientos favoritos,
porque solía repetirlos en la pantalla una y otra vez, gritándole a sus oponentes que se
agacharan más rápido. Golpeando más fuerte. Pateando más alto. Pero también sé que no
puedo vencerle. No soy lo suficientemente fuerte. Ni lo suficientemente rápida. Y si voy a
tener la oportunidad de llegar allí, tengo que sobrevivir a este momento. Y todos los
momentos como éste que seguramente vendrán después.
Vuelve a dar un paso hacia mí y me doy cuenta de que he perdido la noción del tiempo. No
me estoy moviendo lo suficientemente rápido para mantenerle feliz. "Espera, yo lo haré. Lo
siento" Trato de salirme de su alcance mientras desengancho mi sujetador, pero él me

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agarra antes de que pueda desabrochar el último gancho y desgarra el tejido, y luego lo
lanza por encima de su hombro.
Empujo mi ropa interior hacia abajo antes de que pueda arrancarla, lo que sólo funciona
porque me está mirando los pechos. Respirando con dificultad.
"Sé que hablábamos de tu cooperación", dice mientras se pasa la camisa por encima de la
cabeza, mostrando pectorales y bíceps del tamaño de mi cabeza. "Pero siéntete libre de
pelear un poco"
"No creo que eso sea necesario"
"Pero será divertido" Me rodea para pasarme una mano por el culo, y su erección se tensa
hacia mí a través de sus pantalones.
Me muerdo el labio y cierro los ojos, forzando a mis brazos a permanecer a mis lados. Que
mis manos permanezcan sueltas. No me estoy resistiendo. Sólo quiero salir viva de esto.
Intacta.
"En serio. Has matado a dos hombres desde que llegaste. Sé que sabes pelear. Veamos algo
de lo que tienes".
Oh, joder. Está buscando una razón para hacerme daño. Así es como se excita el psicópata.
Debería haberlo visto venir, considerando sus antecedentes penales.
Cuando no reacciono lo suficientemente pronto, me agarra el pezón izquierdo y me lo
retuerce brutalmente. El dolor se dispara a través del tejido sensible, y yo jadeo mientras
corre a través de mis terminaciones nerviosas y se asienta en lugares extrañamente
aleatorios en todo mi cuerpo.
"No lo hagas", sale a través de mis dientes apretados, jadeando por el dolor que aún me
queda. "Estoy cooperando".
Me sonríe. "¿Qué no haga qué? ¿Esto?" Roth agarra mi otro pezón. Mi mano vuela hacia su
cara mientras le arrojo mi rodilla hacia la ingle, y sé en el mismo momento en que reacciono,
he tomado la decisión equivocada.
Sólo puede pensar lo suficientemente rápido como para bloquear un golpe, y elige sus bolas.
Mientras su brazo golpea mi rodilla hacia un lado, mi mano se conecta con su mejilla lo
suficientemente fuerte como para balancear su cara hacia un lado. Es sólo una bofetada,
pero el sonido resuena a través de la celda -o tal vez sólo a través de mi cabeza- y Roth se
va de repente, aterradoramente quieto.
Joder, joder, joder.
Luego sonríe. "Ahora estamos hablando" Me levanta y me tira a la cama.
Grito mientras vuelo por el aire. Mi cabeza golpea la pared de cemento, y el dolor explota
contra mi cráneo, y lo siguiente que sé es que estoy boca abajo en su cama. Creo que me
desmayé por un segundo.
Levanta mis caderas hasta que estoy de rodillas, mi mejilla todavía presionada contra el
relleno, mi trasero expuesto.

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"Espera", te lo ruego, pero la palabra sale blanda. "Por favor. Voy a vomitar"
"Vomitas en mi cama y te haré daño"
Aplaudí a este hombre. Todos animamos a este hombre, apilados en mi sofá con latas de
cerveza y tazones de palomitas de maíz, mirando la pantalla sobre la pared. Hambriento de
verle derramar sangre. Sabíamos que era un asesino, pero ese hecho se sentía distante e
irrelevante, mientras estábamos a salvo en mi apartamento, separados por grandes
extensiones de espacio del derramamiento de sangre. De todos modos, todos en las peleas
son asesinos, y Cohen Roth es el mejor, y tú siempre aplaudes por lo mejor.
Fuimos muy estúpidos.
La enorme mano de Roth me presiona el culo, apretando brutalmente, y luego sus dedos se
deslizan hacia abajo, clavándose. Aprieto los ojos, negando a las lágrimas una salida.
La mano desaparece. Roth gruñe, y algo golpea contra la pared de cemento a mi derecha.
"¿Qué carajo crees que estás haciendo?" gruñe.
"Sylvie. Vístete" La voz de Graham se posa sobre mí como una manta caliente en un día
frío, y por un segundo, estoy tan aliviada que me levanto y busco mi camisa sin pensar en
las consecuencias obvias.
"Espera, ¿qué...?" Me doy la vuelta, agarro mi camisa al pecho y veo a Cohen Roth
sosteniendo una mano en la parte de atrás de su cráneo, donde la sangre rezuma entre sus
dedos. Graham está parado frente a él, sosteniendo un cilindro de metal liso, sus pies
abiertos, claramente dispuestos para volver a empuñar el arma, si es necesario.
"Ponte la ropa", dice, sin desviar la atención de Roth.
Los ojos del campeón se estrechan y deja de tocarse la cabeza para cerrar un puño. "Acabas
de joderla, Anderson"
"Graham..." Digo, y demasiado tarde, me doy cuenta de que no debería distraerle. Pero no
debería estar aquí. Estoy aquí tratando de mantenernos vivos a los dos.
"¡Sylvie, ponte la maldita ropa!", dice.
"Si te pones esa camisa, destrozaré cada pedazo de ropa que tengas, y te desnudarás aquí
hasta el día en que mueras", gruñe Roth. Luego se precipita hacia Graham.
Graham blande su arma de nuevo, pero Roth toma su brazo y golpea su muñeca contra el
fregadero construido en la pared. La mano de Graham se abre y el cilindro metálico golpea
el suelo. La pelea se convierte en puñetazos oscilantes y gruñidos de dolor en un espacio
demasiado pequeño para acomodar una pelea entre dos de los hombres más grandes que
he conocido.
Un puño se balancea tan cerca de mi cabeza que puedo sentir que el aire desplazado me
despeina el cabello, y no me doy cuenta de que estoy conteniendo la respiración hasta que
me subo a la cama y me mantengo fuera del camino de ambos. Incluso si estuviera
dispuesta a arriesgarme a salir de la celda, no puedo llegar a la puerta sin pasar por el ojo
del huracán de testosterona que se encuentra justo enfrente de mí.

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Roth golpea a Graham contra la pared. Graham le empuja y lanza un gancho de derecha
antes de que el campeón haya recuperado el equilibrio, llevándolo al otro lado del pequeño
espacio, y veo mi oportunidad. Salto de la cama, de alguna manera Roth tiene tres
almohadillas de vinilo apiladas una encima de la otra, y agarro el extraño cilindro de metal.
Lo examino mientras me subo de nuevo a la cama, y finalmente me doy cuenta de que es
la parte superior de un taburete que ha sido arrancada de su soporte. Es suave y
redondeado, lo que le da un uso limitado como arma, excepto por el traumatismo por objeto
contundente.
Eso tendrá que funcionar.
Graham consigue varios buenos golpes en las costillas de Roth, y debajo de sus gruñidos,
oigo el suave chasquido de un hueso que se rompe. Entonces Roth ruge y se zambulle de
nuevo, pero su ataque se ve paralizado por su esfuerzo por defender su propio torso.
No hay espacio aquí para esquivar golpes o para rodearse. No hay espacio en esta celda
para respirar. Si no detengo esto, alguien va a morir.
Me aterra que no sea Roth.
La cabeza de Graham se balancea hacia atrás bajo un salvaje gancho y choca contra la
pared de hormigón, y eso es todo lo que puedo aguantar. Doy un salto volador desde la
cama, balanceando la parte superior del taburete mientras caigo, y lo estrello contra la
cabeza de Roth tan fuerte como puedo.
Cae hacia adelante, luego Graham le empuja de nuevo y yo me aparto, presionándome en
el pequeño espacio entre el lavabo y el inodoro mientras el campeón se tambalea hacia
atrás, aturdido, pero no sale fuera.
Graham se abalanza, llevando a Roth hacia atrás aún más lejos, golpe tras golpe,
concentrándose en su torso. En su costilla rota. Cuando me pasan, vuelvo a golpear con el
taburete, a un lado de la cabeza de Roth.
El campeón cae de rodillas.
Graham me arrebata el trozo de metal liso y le pega una vez más.
Cohen Roth cae de cabeza en el suelo de su propia celda.
"Mierda", jadeo, medio convencida de que esta realidad se derrumbará si parpadeo. "Hemos
derrotado al campeón".
"Está caído, pero no eliminado." Graham se pasa una mano por encima de su labio partido,
y sale manchada de sangre. "Y si vuelve a levantarse, nos matará a los dos"
Agarro mi camisa otra vez y me la pongo por la cabeza, y cuando me quito el pelo de la cara,
veo a Graham de pie sobre el campeón inconsciente, sosteniendo el asiento del taburete con
ambas manos. Listo para romperle el cráneo a Roth con él.
"¡No!" Susurro mientras agarro su brazo derecho, agradecida de que el bloque D siga
desierto, por orden del campeón.
"Sylvie, nos matará"

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"No en un futuro cercano, no lo hará. Tiene traumatismo craneal y al menos una costilla
rota. Y está jodidamente inconsciente. No puedo matar a alguien que no puede defenderse".
A alguien que no está tratando activamente de matarme.
"Yo puedo".
"No" Me pongo la ropa interior y meto el sujetador en la mochila. "Sólo déjale. Si no puede
defenderse, el resto de las ratas enjauladas cuidarán de él".
"Sylvie, escúchame" La voz de Graham es tan feroz ahora como su sonrisa de anoche. "Aquí
hay hombres leales a él. Podrían protegerle, si creen que serán recompensados cuando se
recupere. Si dejamos vivir a Roth, él y sus amigos me matarán y te atraparán. Y una vez
que Roth termine contigo, te dará a sus amigos para que te usen hasta que te maten a ti
también, y así no es como quieres morir. Viniste a pelear, ¿verdad? Lo menos que te mereces
es la oportunidad de morir de pie. De lanzarte a la arena. Si no matamos a Roth, morirás
en el suelo del bullpen, desnuda y cubierta de la suciedad de otros hombres".
Me estremezco ante la imagen mental, tratando de separarme de ella. Aislarme de la verdad,
porque a pesar de que me gané mi pasaje a Rhodon, no me atrevo a matar a un hombre
indefenso. No importa lo peligroso que fuera hace un segundo.
"¡Sylvie!" Graham se quiebra, sus ojos destellando ferozmente en la celda poco iluminada.
"Despierta. No puedes permitirte cerrar los ojos ante la realidad de este lugar. Si quieres
que alguno de nosotros viva, Cohen Roth tiene que morir. Ahora mismo"
Él tiene razón. ¿Qué sentido tiene preservar lo que queda de mi alma, si no voy a estar viva
para disfrutar de las altas esferas de la moral? Como si tal concepto existiera aquí. "Mátalo".
Graham me asintió con la cabeza. "Lo siento", susurra. Luego sus músculos se tensan
mientras levanta el trozo de metal una vez más, preparándose para aplastar el cráneo de
un hombre inconsciente, para salvar nuestras vidas.
Un feo gruñido se desprende de su garganta mientras balancea el taburete, doblando la
cintura, y...
Un sonido paralizante y agudo atraviesa el aire, perforando mi cerebro como si fuera un
picahielos que me atravesara la oreja. Eliminando todo pensamiento con un dolor tan agudo
que no puedo hacer otra cosa que hundirme en el suelo con los ojos cerrados y las manos
sobre los oídos.
Débilmente, me doy cuenta de que la parte superior del taburete de metal cae al suelo, y
cuando abro los ojos con fuerza, veo a Graham acurrucado en la esquina, con las orejas
tapadas también.
El sonido parece seguir y seguir, y bajo el tono agonizante, escucho a hombres en el bullpen
gruñir de dolor…
Finalmente, el sonido se detiene. Parpadeo y exhalo, tratando de vivir en ese primer
momento feliz después del dolor, cuando estás tan agradecido de sentirte bien que nada
más importa. Cuando estoy segura de que mi cerebro no se me escapa de las orejas, me
arrastro por el suelo, alrededor del cuerpo, hacia Graham. "¿Qué demonios fue eso?"

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Pregunto y me asusto al darme cuenta de que apenas puedo oírme a mí misma. Mis oídos
aún no se han recuperado del maltrato.
“Yo...”
La estática de un antiguo sistema de intercomunicación lo interrumpe, y ambos miramos
hacia arriba, buscando la fuente.
"Reclusos, tienen dos minutos para entrar en una celda antes de que comience el encierro
de emergencia" La voz es tan fuerte que casi parece que la estoy escuchando dentro de mi
cabeza. "Cualquiera que sea encontrado fuera de una celda cerrada después de que suene
el tono será ejecutado en el acto"
"Mierda. Vamos" Graham se pone de pie y me sube con él, se detiene para empujarme los
pantalones y los zapatos y agarrar mi bolso antes de sacarme de la celda y llevarme por el
pasillo del bloque D.
A medio camino del patio, estamos casi aturdidos por la repentina afluencia de reclusos al
bloque D, corriendo a reclamar celdas. Nadie se da cuenta de que sólo estoy a medio vestir,
pero no podemos pasar de la multitud. El pasillo está totalmente atascado.
Graham invierte el curso, empujando a los hombres a celdas abiertas para despejar el
pasillo, tirando de mí tras él hasta que lleguemos a las dos últimas celdas del bloque D. La
forma inconsciente de Cohen Roth se encuentra en la de la derecha. El de la izquierda ya
está ocupado.
"Un minuto", anuncia el intercomunicador, y aunque todavía siento que mis oídos están
llenos de algodón, escucho la voz fuerte y clara.
Mi corazón latiendo con fuerza, empiezo a volver a la celda de Roth, pero Graham bloquea
mi camino. "No. Vienen por él"
"¿Cómo lo sabes?" No entiendo lo que está pasando. El director Shaw dijo que los guardias
casi nunca ponen un pie en el bullpen.
"Coincidencias. No existe tal cosa como una coincidencia" Graham me pide que entre en la
celda al otro lado del pasillo, donde otro hombre está sentado en la cama, mirando con
recelo el pasillo, donde los reclusos siguen corriendo frenéticamente en busca de una celda
desocupada.
"Fuera, Kyle", ordena Graham, manteniéndose entre el extraño y yo.
"Vamos, hombre." Kyle no es ni tan grande ni tan fuerte como Graham, y no muestra
inclinación a luchar, aunque claramente ambos estamos lesionados. "Si me echas, me
matarán"
"Si te quedas aquí, te mataré", gruñe Graham.
Kyle salta con un gruñido y pasa corriendo por el pasillo, justo cuando suena el tono de
bloqueo, más bajo y mucho menos doloroso que el sonido anterior.
Graham cierra la puerta de nuestra celda y me alivia oír que se traba. Kyle mira
frenéticamente a su alrededor, pero ya no quedan celdas vacías, así que se lanza a la jaula

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a la derecha de la celda de Roth, justo cuando su ocupante intenta deslizar la puerta para
cerrarla.
"¡Fuera!", grita el ocupante.
"Al carajo con eso". Kyle desliza la puerta y los encierra a ambos dentro, donde él y el otro
recluso caen a golpes inmediatamente.
Trato de bloquear el sonido de las peleas que se producen en todo el bullpen, cuando los
hombres se ven obligados a entrar en un estrecho recinto compitiendo para dominar. "¿De
qué va esto?" Me siento en el colchón de espuma sin revestimiento y me echo hacia atrás
hasta que mi columna vertebral golpea la pared de hormigón. "¿Qué está pasando?"
"Cierre de emergencia. Sólo lo hacen cuando tienen miedo de que haya disturbios".
"¿Porque es malo para el negocio si todos nos matamos unos a otros?"
"Esa es mi suposición" Graham se hunde en el colchón de al lado y yo sigo su mirada hacia
la celda al otro lado del pasillo. Tengo que mirar de cerca para ver que Roth aún respira.
"Ellos gastaron dinero para enviarnos aquí, y nosotros no contribuimos a sus ganancias
cuando nos matamos entre bastidores. Sólo interfieren con la vida en el bullpen para
preservar sus intereses comerciales. Fue lo mismo en la zona dos"
"¿De ahí es de donde escapaste?"
La risa de Graham es amarga. "Si hubiera escapado, no estaría aquí. Pero estuve cerca.
Creo que mi amigo y su chica lograron salir. Bueno, a la zona tres, de todos modos. Creo
que es parte de la población abierta".
"Bueno, supongo que eso es algo por lo que estar agradecido"
Coge mi mano y se gira para mirarme. "¿Estás bien?"
Sonrío mientras limpio la sangre de su labio partido con mi pulgar. "Este lugar apesta. Pero
tú eres el que está sangrando".
"No soy el único". Echa una aguda mirada a la celda de Roth.
"¿En qué diablos estabas pensando, Graham?" Exijo suavemente. Pero él sólo me estudia
cuando la pelea al otro lado del pasillo se apaga sin haber hecho ningún daño real, que yo
sepa. El campeón no es el único que no está dispuesto a sufrir mucho daño en el campo,
por miedo a no poder luchar en la arena.
"No estaba pensando", admite finalmente Graham, hablando en voz tan baja que apenas
puedo oírle. "Te oí gritar, y no pude quedarme ahí fuera y escuchar mientras te hacía daño"
Sólo puedo mirarle fijamente. "¿Hablas en serio? Entiendes que esto es el corredor de la
muerte, ¿verdad? Nos pusieron aquí para hacernos daño".
"Roth no habría lastimado a nadie más como te estaba lastimando a ti. No habría violado a
nadie más".
"Fui con él voluntariamente." Pero las palabras dejan un sabor amargo en mi boca.

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"No" La voz de Graham está cargada de dureza. Su mirada sostiene la mía con un fervor
feroz. "Fuiste porque si no ibas a dar, él iba a tomar. Eso no es lo mismo que el
consentimiento, y no voy a fingir que lo es. Y tú tampoco lo harás".
Hay algo duro en su voz. Algo frágil en su mirada, como si todavía me estuviera viendo, pero
también está viendo algo más. A alguien más.
"¿Qué pasó?" Se supone que no debo preguntar por qué fue condenado, pero debido a los
antecedentes que AU emite, estoy segura de que todos en la zona uno han visto los
antecedentes penales de todos los demás. Y eso no es realmente lo que le estoy preguntando
de todos modos, aunque sospecho que ambos están relacionados. "Antes", añado cuando
parece perplejo. "¿Qué te pasó antes de que llegaras, Graham?"
Por un momento, se queda en silencio. "Fue por un allanamiento de morada. Fui a la casa
de mis padres para la cena de cumpleaños de mi hermano, y....él y mi padre estaban casi
muertos. Pero aún no habían terminado con mi madre. Uno de ellos me apuntó con un
arma a la cabeza y me ató, y pude oírla gritar..."
"Oh, Dios mío. ¡Tienes suerte de que no te mataran!"
"Lo intentaron" Graham se levanta la camisa y me muestra una pequeña cicatriz redonda
que no había notado anoche: una herida de bala. "Esta mañana, cuando te oí gritar..." Se
encoge de hombros. "No podía dejar que pasara"
"¿Cómo puedes ser tan real?" Susurro, pasando una mano por el lado grueso de su cara.
"¿Qué demonios estás haciendo aquí?"
"No me mires así, Sylvie." Su frente se arruga. Su voz es un susurro dolorido. "No estoy aquí
por accidente. Sólo que soy un tipo de monstruo diferente a Cohen Roth".
Él los mató. Puedo verlo en sus ojos. Puedo oírlo en lo que no está diciendo. Los bastardos
que asesinaron a toda su familia lo dejaron por muerto, y él les persiguió y les mató.
"Sí", le dije. "Yo también".
Se inclina y me besa, a pesar del corte en su labio, y de alguna manera el sabor de su sangre
parece apropiado para... lo que sea esto. Por el choque de su inesperado complejo de héroe
y mi desesperación por no pasar las últimas semanas de mi vida sola y con dolor.
Sólo lo conozco desde hace unas horas, y cada segundo que hemos pasado juntos ha estado
cargado de pasión y amenazado por la violencia. Esto puede ser nuevo, pero no es limpio y
brillante. No es simple y dulce. Es sucio y doloroso -una isla azotada por un mar de
salvajismo- y este beso con sabor a sangre parece resumirlo todo a la perfección.
Cuando nuestro beso termina, se inclina con su frente contra la mía, con los ojos cerrados.
Sólo una especie de inhalación de mí. Y por mucho que quiera ceder al mismo impulso, no
puedo.
"Graham.... Nada de lo que pudiera decir podría expresar lo agradecida que estoy por lo que
acabas de hacer. Pero si tratas de saltar cada vez que alguien levanta una mano contra mí,
ninguno de los dos va a durar una semana. Sabía en lo que me estaba metiendo. Dañar es
mejor que morir. Esta es mi única oportunidad, igual que la tuya".

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"No es lo mismo. Yo no soy un objetivo como tú".

"Podrías serlo ahora", señalo. Él se encoge de hombros, pero no discute. "¿Cuánto tiempo
durará el encierro?" Pregunto mientras muevo lentamente mi cara más cerca de la suya.
Dejando que mi mejilla roce su barba a medio salir hasta que puedo coger el lóbulo de su
oreja con mi boca.
"Ni idea", murmura. "Esto sólo ha pasado una vez desde que llegué aquí. Duró un par de
horas, tal vez. Sólo lo suficiente para matar el impulso de la revuelta".
"Esta vez no hay disturbios". Su cuello huele tan bien que no puedo resistirme a sacar la
lengua para probarlo. Sabe bien. Como sudor limpio y algo más totalmente de Graham.
"Sí, pero el campeón cayó. Eso interrumpe el orden jerárquico, así que un motín era
probablemente inevitable". Su aliento me roza la oreja, provocando un dolor mucho más
profundo en mi cuerpo, y tengo que resistir la tentación de subirme a su regazo, bien
consciente de que los hombres que están al otro lado del pasillo probablemente están
mirando.
"¿Crees que nos tendrán encerrados aquí hasta que Roth despierte?" Susurro. "¿Para
preservar el orden natural?"
"Uno sólo puede esperar..." Él gime mientras le beso en el cuello. "Sylvie, tenemos público",
recuerda Graham, mientras sus manos se posan sobre mis caderas con un agarre posesivo
y protector.
"Sospecho que tendremos que acostumbrarnos a eso" Me estiro en el colchón delgado y tiro
de él hacia abajo, encima de mí. "Pero tal vez no te importaría tomar la parte de arriba, para
bloquear su vista. Asumiendo que no te importe que la gente te vea el culo"
"Nos duchamos en masa. No creo que haya un hombre en este lugar que no me haya visto
el culo, y viceversa". Pero frunce el ceño cuando empiezo a sacudirme la ropa interior, sin
sentarme. "¿Seguro que quieres esto después de Roth?"
"Graham, pretendo extraer cada gota de placer de lo que quede de mi vida antes de que este
lugar me mate, si este lugar me mata. Pero si no quieres..."
Él sonríe. "Será un placer" Se inclina sobre mí, todavía completamente vestido, aunque
puedo sentir su erección a través del tejido áspero de sus pantalones.
Los hombres del otro lado del pasillo gimen, prácticamente al unísono. "¡Estás bloqueando
la vista, imbécil!"
"Esa es la idea", gruñe Graham.
Los ignoro mientras tiro de él hacia abajo para darle otro beso, recordando el corte en su
labio, y cuando nos apartamos para tomar aire, deslizo una mano en su nuca,
manteniéndolo en su posición. Buscando en su mirada. "Nada de lo que ocurra entre
nosotros tiene que ver con lo que Roth quería de mí. Espero que lo sepas".

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En respuesta, él reclama mi boca de nuevo mientras se baja los pantalones y se asienta

entre mis muslos, deslizando una mano sobre mi pierna mientras la coloca alrededor de su
cadera.
Su erección me roza, provocándome, y él gime. "Ya estás mojada"
"Mi cuerpo recuerda lo que hiciste por mí anoche", susurro, y él vuelve a gemir.
Se inclina para recibir otro beso, y yo suspiro en su boca cuando se desliza lentamente
dentro de mí. Bloqueo los gritos y las sugerencias obscenas mientras paso mis manos sobre
su costado, complaciéndome en el juego de músculos bajo su piel mientras él me embiste,
estableciendo un ritmo demasiado suave y paciente para mi estado de ánimo. Por mi
necesidad de olvidar dónde estamos, y lo que acaba de pasar.
Me arqueé contra él mientras le agarro el culo, animándole a ir más rápido. Más profundo.
Para darme lo que necesito y tomar de mí lo que él necesita.
"Una mujer que sabe lo que quiere", me gruñe en la oreja mientras me penetra lo suficiente
como para hacerme jadear.
"Y de quien lo quiere a menudo" De él, al menos.
Él gime de nuevo y se inclina sobre su codo derecho, liberando su otra mano para deslizarla
por mi costado, debajo de mi camisa, para poder levantar mi pecho. Pasando su pulgar por
encima de mi pezón.
Gimiendo, me inclino hacia su caricia, aplastando mi pecho contra la palma de su mano
hasta que él lo aprieta. Luego se inclina hacia abajo y me succiona el pezón en la boca a
través del tejido de mi camisa, jugueteando con sus dientes durante un segundo antes de
que su lengua tome el control.
"Sylvie", gime suavemente, mientras sus empujones se hacen más fuertes. Impulsándome
hacia la cima con cada deliciosa fricción entre nuestros cuerpos. Con cada roce de ese punto
sensible dentro de mí. "Sylvie..."
Está cerca. Puedo sentir el esfuerzo que le cuesta contenerse, pero necesito....
"Casi", jadeo, y él vuelve a gemir cuando me levanto para encontrarme con él, cambiando
el ángulo un poco. "Más fuerte".
Me golpea, golpeándome con cada estocada, hasta que un sonido inarticulado sale de mi
garganta y yo le aprieto con mis piernas, montando las olas que se superponen mientras
mi cuerpo se agarra a él.
Se corre con varios empujones más, su cara enterrada en mi pelo. Luego se derrumba
encima de mí por un segundo, antes de arrojarnos a los dos a su derecha. Protegiéndome
de la vista con su cuerpo, mientras aún está enterrado en lo más profundo de mí, mi pierna
se lanzó sobre su cadera.
"Carajo, se perdieron un espectáculo", grita uno de los hombres del otro lado del pasillo, y
yo le bloqueo con toda mi alma.

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Me alejo un poco, para poder mirar a Graham, sosteniendo su mirada mientras mi corazón
sigue latiendo. "Haces casi posible que me olvide de dónde estamos. Que estamos aquí
esperando para matar a golpes a alguien. O morir en la arena". Le doy un beso fantasma
en su pobre labio inferior. "Podría necesitar ese olvido bastante a menudo"
"Vivo para servir. Mientras viva...", dice. Y me pregunto qué deidad me estaba cuidando
cuando Ray me empujó más allá de su celda. Eso podría haber sido tan diferente. Podría
haber salido muy mal.
Todavía puede hacerlo.
Pero aparto ese pensamiento mientras Graham se aleja lentamente de mí y se sienta para
darme mi ropa, bloqueando mi parte inferior del cuerpo con la suya propia. Este lugar es
lo que es. Haré lo que tenga que hacer. Y puedo manejar eso, sea lo que sea, mientras él
esté aquí conmigo.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 9
GRAHAM
VEO A SYLVIE DESLIZAR SU PIE en su zapato de suela de goma, sentada en el borde del
banco de cemento acolchado que pasa por una cama en este agujero del infierno, y no
puedo procesar lo rápido que ha cambiado mi vida. Ayer, lo único en lo que pensaba era en
conseguir suficiente comida y tiempo en las máquinas de pesas para mantenerme en buena
forma para sobrevivir a mi próxima pelea.
Hoy...
Todavía puedo saborearla. Todavía puedo oler su pelo. Todavía puedo sentirla apretada a
mi alrededor.
Hoy tengo a Sylvie, y Cohen Roth yace inconsciente en la celda del otro lado del pasillo.
Debería haberme dejado matarlo. Tal vez si no hubiera dudado, podría haberle aplastado el
cráneo antes de que Shaw ordenara el cierre.
Esta nueva realidad es frágil. Sylvie y yo somos como un jarrón de cristal que cae en cámara
lenta, intacto por el momento, pero destinado por todas las leyes de la naturaleza a
estrellarse contra el suelo y romperse en mil pedazos. Es sólo cuestión de tiempo. Y no
puedo ver cómo la rompen.
No soy estúpido, pero haré cosas estúpidas por ella. No tiene sentido fingir que no lo haré.
Pero no puedo hacer que me maten, ni siquiera por ella, porque entonces caerá a merced
de todo el puto bullpen.
Y el bullpen no tiene piedad.
"¿Por qué no lo intentáis de nuevo, pero esta vez poniéndola encima?", dice un recluso
llamado Paul desde el otro lado del pasillo. Le ignoro, fingiendo no saber que acaba de
masturbarse por todo el suelo mirándonos, y que no me consuma la necesidad de golpearle
la cara.
"Sí, deja ver algo..."
Kyle cortó el final de su oración con un sonido estrangulado, y por un segundo, creo que
Paul le ha dado un puñetazo en el estómago. Entonces oigo dos golpes, con una diferencia
de una fracción de segundo. Los ojos de Sylvie se abren de par en par y se empuja hacia
atrás sobre la cama, acurrucada en un rincón.
Me doy la vuelta, poniéndome entre ella y lo que sea...
Un guardia se para en el pasillo, vestido con todo el equipo antidisturbios y sosteniendo
una pistola láser. Me apunta a mí, y yo aprieto los puños, esperando a sentir el fuego
mordiendo mi pecho. Aunque hemos seguido las instrucciones. Estamos encerrados en una
celda, sin amenazas para los guardias sobre el suelo.

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Cuando me doy cuenta de que el guardia no está disparando, me doy cuenta de que detrás
de él, Paul y Kyle siguen respirando. Sólo están inconscientes. La pistola del guardia sólo
está preparada para aturdirles. Dependiendo de la configuración, podrían estar fuera por
minutos. O horas.
"¿Qué está pasando?" Sylvie susurra, y yo le contesto sin darle la espalda al guardia.
"No tengo ni idea"
Desde el pasillo se oye otro golpe, cuando alguien más en el bloque D golpea el suelo. Luego
un segundo. Y un tercero. "Esos son todos ellos", dice una voz desconocida, mientras se
acercan los pasos.
Acaban de noquear a todos los reclusos del bloque D. Excepto a nosotros. Esto no puede
ser bueno.
Otro guardia entra a la vista en el pasillo, mirándonos como si fuéramos actores en la
transmisión. O animales en el zoológico. "¿Son ellos?"
El primer guardia resopla. "A menos que conozcas a otra mujer en el bullpen"
El otro hombre le ignora y mira más allá de mí a Sylvie. "Soy un gran admirador de tu
trabajo"
No tengo ni idea de lo que está hablando.
"Bien, todo despejado. Vuelve atrás", grita el primer guardia, haciendo un gesto a alguien
al final del pasillo. Oigo más pasos, y un minuto después dos guardias entran en el campo
de visión, escoltando una camilla flotante. En el maldito bloque D.
Nunca he visto una camilla en el bullpen. La última vez que hubo un encierro, sólo vi a dos
guardias sobre el suelo -aunque sin duda había más- y estaban allí para ejecutar al puñado
de hombres que no lograron entrar a una celda antes de que se autocerraran. No para
darles atención médica.
Sylvie y yo observamos mientras dos de los guardias se dirigen a la celda abierta de Roth y
le sacan por los tobillos y los hombros, y luego le suben a la camilla. Se tambalea bajo su
peso por un momento. Entonces uno de los guardias golpea algo en la pantalla atada a su
antebrazo, y la camilla les sigue por el pasillo, y presumiblemente fuera del bullpen por
completo.
"¿Adónde se lo llevan?" pregunta Sylvie.
Los guardias restantes no responden.
Sé la respuesta. Lo que no sé es la razón.
El guardia número dos saca un delgado cilindro negro de un bolsillo sobre su muslo. Parece
una hoja de papel enrollada. La agarra por el borde expuesto y, con un movimiento de
muñeca, se despliega en una pantalla delgada y rígida. Lo toca unas cuantas veces,
claramente navegando por menús y opciones que no podemos ver. Luego se aclara la
garganta. "Roth está seguro, señor. Y tenemos a los internos Graham Anderson y Sylvie
Wolfe esperando".

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Supongo que técnicamente eso es cierto. Considerando que no podemos ir a ninguna parte.
"Ponlos", dice una voz. El guardia vuelve a tocar su pantalla y, de repente, el lado que nos
mira se ilumina con la imagen de un hombre sentado detrás de un escritorio tan grande
que resulta ser absurdamente amenazador. La placa de identificación en el borde delantero
me dice que este es el Alcaide.
"Alcaide Shaw". De repente Sylvie está a mi lado. "Encantada de volver a verle"
"Lo siento, no puedo decir lo mismo" El Alcaide se pone de pie y rodea su escritorio para
sentarse en la esquina delantera. "Esta no será una conversación agradable"
"¿He hecho algo malo?" La voz de Sylvie es aguda y dulce, en total desacuerdo con lo que
nos rodea. Sobre todo sabiendo que ella mató a dos hombres a los pocos minutos de ser
dejada en el bullpen. Y que, en primer lugar, debe haber matado al menos a uno antes de
eso, para terminar aquí.
"Al contrario. El interés de nuestros inversores en ti ha... crecido. Me pareció justo hacértelo
saber"
"Bueno, supongo que se lo agradezco. Aunque no estoy muy segura de lo que eso significa,
o qué hacer con ese conocimiento"
"Eso significa que tus acciones desde que llegaste a la oficina han impresionado a algunos
inversores muy importantes de la Autoridad Universal, y les gustaría verte entrar en la
arena"
"¿Vas a aislarla?" Pregunto. "¿Mantenerla viva?"
El alcaide niega con la cabeza. "Las reglas me prohíben interferir en las peleas de cualquier
manera, incluyendo extender una ventaja a cualquiera de los participantes" Se vuelve hacia
Sylvie. "Pero pensé que deberías saber que serás el protagonista de los vídeos
promocionales. Lo que ya eres, de hecho. Y has atraído a muchos seguidores"
"Como dije", dice el segundo guardia desde detrás de la pantalla. "Soy un fan"
"¿Un fan de qué?" Sylvie pregunta, pero puedo decir por el repentino tono de su voz que ella
está sacando las mismas conclusiones erróneas que yo.
"Muéstrales", dice el Alcaide, pero el otro guardia ya está tocando una segunda pantalla.
Un segundo después, se ilumina con imágenes de infrarrojos verdosos y cristalinos de mi
celda favorita, tomadas desde la cámara de la esquina superior.
"Bastardos", jadea Sylvie, mientras en la pantalla, le beso el estómago, exponiendo sus
pechos a la cámara. La furia se me acumula en la boca del estómago mientras veo mi cara
desaparecer entre sus muslos. Sus manos se curvan en mi pelo, su cabeza hacia atrás, su
boca abierta.
"Hay más" El guardia pasa un dedo por la parte posterior de la pantalla, y las imágenes de
infrarrojos se deslizan hacia la izquierda, reemplazadas por imágenes a todo color de hace
unos momentos, de ella agarrando mi trasero, rogándome que la tome con más fuerza. Más
rápido.

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"No tiene derecho" Mi voz tiembla de rabia, mis puños apretados tan fuerte que mis
antebrazos me duelen de la tensión.
"En realidad, sí", dice el Alcaide. "Ambos firmaron los derechos a su imagen y a cualquier
grabación que se filme durante su tiempo en la zona dos cuando acordaron renunciar a la
inyección letal en favor de una oportunidad de ganar la conmutación de la sentencia en la
arena"
"Creí que eran imágenes de peleas", dice Sylvie. "Comentario de fondo. Nunca antes habías
mostrado algo así en las transmisiones".
"No en las transmisiones de la AU", declaró el Alcaide. "Y tampoco podemos mostrarlo
nosotros mismos. Viola cerca de un centenar de normas sobre transmisiones familiares.
Pero tenemos un contrato con un sub-proveedor que transmite las imágenes más
sobresalientes de nuestro monitoreo de las cámaras de seguridad, para ser transmitidas en
los lugares apropiados, dando todo el crédito a AU, por supuesto. Con fines promocionales".
"¿Vendes porno de seguridad a otro proveedor?" Ni siquiera puedo procesar las cosas que
digo. Esto no puede ser real.
"No lo sé", insiste el alcaide Shaw. "Todo esto es manejado por la junta corporativa. Estoy a
cargo de la prisión, no del material o de las grabaciones".
"¿Por qué les darías ese material?" Sylvie exige.
"La Junta tiene acceso directo a todas las cámaras de la zona uno. Ellos ven todo en vivo,
igual que yo. Estoy aquí para recordarte que no hay privacidad en el bullpen. O en cualquier
lugar en los terrenos de la zona uno. Y no tengo que hacerlo. No lo volveré a hacer".
"¿Qué hay de..." La voz de Sylvie se quiebra. Está temblando a mi lado, y no puedo decir si
es por la ira o por el horror. "¿Qué hay de... con Roth?" Su mirada se dirige a la celda al
otro lado del pasillo. "¿O si uno de los otros reclusos...? ¿Van a mostrar eso también?"
El Alcaide se aclara la garganta. "Sí. Hay un mercado legal fuerte para las relaciones no
consensuadas. Así es con la mayoría de las grabaciones sobresalientes anteriores, aunque
evidentemente nunca antes hemos tenido una mujer en el bullpen".
"Oh, Dios mío." Sylvie se aleja de los barrotes y me doy la vuelta para verla sentada en el
borde de la cama. Mirando al suelo. "Esto no puede ser real"
"Te lo advertí" En la pantalla, el Alcaide vuelve a rodear su escritorio y se hunde en su silla.
"Te dije que si te metías en el bullpen, no sería responsable de lo que te ocurriera"
"¡Pero nunca mencionaste que lo airearías!" Ella explota desde la cama y ataca las barras,
golpeando sus palmas contra ellas. "Que me había convertido en material de banco de
nalgadas para fetichistas de violación por toda la galaxia. Oh, Dios, mis padres" Ella suelta
los barrotes, y anhelo abrazarla, pero me temo que lo empeoraré. "Mi hermano".
Quiero decirle que nunca lo verán. Que a menos que tengan esos intereses enfermizos en
primer lugar, nunca se encontrarán con las imágenes. Pero no puedo mentirle. La gente les
enviará las imágenes. Sufrirán junto con ella. Me siento incapaz de ayudarla.

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"Entonces, estos inversores, ¿sólo están interesados en mí como fuente de ingresos

pornográficos?"
"Estaban interesados antes de eso. Había alrededor de quinientas personas observando tu
llegada a la sala, porque nunca antes habíamos tenido una mujer".
"Y porque había un fuerte grupo de apuestas", dice el segundo guardia mientras mete la
segunda pantalla enrollada en su bolsillo. "Hay hombres que mueren aquí sin dar un golpe
mortal", continúa el director. “Mataste a dos hombres en minutos. Los inversores ya estaban
interesados en ti. Esperaban que Roth te reclamara. Pero vosotros dos les habéis
sorprendido". La mirada del Alcaide se dirige hacia mí, antes de volver a posarse en ella.
“Utilizarán cualquier grabación que les des. Pensadlo bien, señorita Wolfe. Sr. Anderson.
Eso no tiene por qué ser una desventaja".
"Estáis enfermos, cabrones". No la estoy ayudando. No me estoy ayudando a mí mismo.
Pero hay que decirlo. "No eres mejor que los hombres de aquí. No mejor que los violadores
y asesinos que has encerrado, si te estás beneficiando de sus crímenes".
"Casas de cristal, Sr. Anderson", dice el Alcaide. "Estás aquí por una razón" Vuelve a
aclararse la voz y luego se inclina hacia adelante para apoyar los codos en su escritorio. "Es
suficiente, Miller.
El guardia que sujeta la pantalla comienza a golpearla, para finalizar la conexión.
"Oh, espera, hay una cosa más" El director Shaw fija una mirada casi divertida en Sylvie.
"La pluma, Srta. Wolfe".
"¿Qué pluma?" Se está haciendo la inocente otra vez.
"Sé que el oficial Beardon te dio su pluma. Ya ha sido despedido".
El otro guardia se acerca a las barras, su pistola desenvainada. "Dame el bolígrafo".
"Vete a la mierda". Sylvie se hunde en la cama, como si estuviera reclinada en un sofá en
su propia sala de estar.
"Entrégamelo".
"Ven a buscarlo", contesto, y los ojos del guardia se entrecerraron. Pero no hace ningún
movimiento para abrir la puerta de la celda.
"Oh, demonios, que se lo quede, Vance", ordena el Alcaide. "Lo va a necesitar".
"Gracias" Sylvie se pone de pie de nuevo y se acerca a los barrotes hasta que mira
directamente al Alcaide. "¿Qué pasa con Cohen Roth? Si no puedes darle ventaja a nadie,
¿por qué impediste que Graham le matara?"
"Esa no fue decisión mía"
"¿A dónde lo llevas? ¿Volverá?"
"Por supuesto. Por eso es que te dejo que te quedes con el bolígrafo". Por un momento, el
Alcaide sólo la mira. Entonces su mirada se fija en mí por un segundo antes de volver a

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ella. "Deberías haberle dejado matar a Roth" Luego golpea la superficie de su escritorio y la
pantalla se queda en blanco.
Miller enrolla el dispositivo y lo desliza de nuevo en su bolsillo. "Te veo en las noticias,
Sylvie"
"Vete a la mierda", dice ella, mientras los guardias se retiran por el pasillo. "Bueno, supongo
que el Alcaide fue muy amable al decírnoslo. No tenía que hacer eso".
Me sumerjo en la cama de al lado, discutiendo si decirle o no lo que el Alcaide y sus guardias
no dijeron. Se merece la verdad. Toda la verdad. "Esperaron, Sylvie."
"¿Qué?"
"¿Por qué crees que nos dejaron encerrados tanto tiempo antes de entrar? Estaban
esperando a que termináramos...". Acaricio el colchón delgado debajo de nosotros, y luego
apunto a la cámara. "El alcaide no es tan amable. Podría habernos dicho lo que estaba
pasando antes de montar otro espectáculo".
"Ese bastardo" Sus dientes rechinan juntos, y después de un minuto, me doy cuenta de
que está luchando contra las lágrimas.
"Sylvie". Desenrosco uno de sus puños y le tomo la mano. "¿Estás bien?"
"No puedo..." Ella muerde el final de su frase y comienza de nuevo, su voz tan suave que
apenas puedo oírla. "No sé cómo lidiar con esto. Cómo superar esto. No puedo decir nada,
porque sé que están escuchando. No puedo hacer nada, porque sé que están mirando".
"Ese fue siempre el caso. Las cámaras han estado ahí todo el tiempo. Seguramente has visto
imágenes del bullpen, en los vídeos"
"Sí, pero sólo fotos de los hombres haciendo ejercicio. A veces la basura que hablan entre
ellos. Sé que suena estúpido, pero nunca se me ocurrió que transmitieran imágenes de
seguridad de mí siendo.... agredida".
"No pueden transmitir lo que no sucede", señalo.
Ella asiente hacia mí temblando. "Tienes razón. Pero no puedo..." La desgarradora
vulnerabilidad de su mirada me abre de par en par. "Graham, no puedo luchar contra todos
ellos. Una cosa era saber lo que podría pasar. Saber que podría tener que dejar que ocurra.
Pero la gente verá.... Todos los malditos enfermos de la galaxia se pirrarán por ver a estos
bastardos..."
"No" Tomo su cara en mis manos y hago que me mire. Sólo a mí. "No voy a dejar que eso
suceda. Puede que tú no seas capaz de luchar contra ellos, pero nosotros sí". De una forma
u otra. Ahora que Roth se ha ido, al menos por el momento.
Ella asiente con la cabeza, con la cara aún acunada en mis manos. "Sí. Luchamos contra
Cohen Roth, y si podemos vencerlo, podemos vencer a cualquiera, ¿verdad?" Pero no parece
muy convencida.
"Sí" Siempre y cuando vengan en grupos de no más de dos o tres personas.
"Definitivamente".

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"¿Adónde se lo llevaron?" Sylvie apoya su cabeza en mi hombro, y deslizo mi brazo detrás

de su espalda. Abrazándola con fuerza. "A Roth, quiero decir"
"A la enfermería".
"¿Hay una enfermería?"
"Sí, pero sólo está disponible para luchadores de alto nivel, e incluso entonces, sólo si un
patrocinador corporativo está dispuesto a pagar por ello"
"Y Cohen Roth tiene muchos patrocinadores"
Asiento con la cabeza. "Es muy viable comercialmente. Sus patrocinadores probablemente
tienen contactos con el Alcaide -o con la Junta de la AU- en el momento en que lo vieron
caer. No van a dejar que su inversión sea asesinada. No entre bastidores, de todos modos.
Si, y cuando muera, se asegurarán de que sea en la arena, frente a millones de espectadores
en vivo".
"Así que, ¿simplemente él puede hacer lo que quiera? ¿Van a remendarlo y enviarlo de
vuelta aquí con algo que demostrar?"
"Probablemente. Pero al menos tienes tu fiel bolígrafo". Me acerco a ella y le levanto la otra
mano, que todavía está agarrando el arma, como si necesitara matar a alguien más en los
próximos dos minutos.
"Pero de alguna manera, eso es un frío consuelo." Se pone de pie y camina hacia el frente
de la celda, donde mira al otro lado del pasillo. "¿Por qué crees que noquearon a todos los
demás?" Su cabeza se inclina mientras escucha, y me doy cuenta de que puedo oír a los
presos de los otros pabellones. "¿Todos en el bloque D, de todos modos?"
"Mi suposición es que el director no quería que nadie más supiera que hay inversores
interesados en tí. Eso hará que el objetivo de tu espalda sea aún más grande".
"Entonces, ¿me estaba ayudando?"
"Estaba protegiendo a un activo" Le cojo la mano y la saco de los barrotes. "Shaw no está
de tu lado, Sylvie. Tiene sus propias razones para cada palabra que dice y cada amabilidad
que parece ofrecer. La próxima vez que te sientas tentada a olvidarlo, recuerda que él pudo
haber tocado ese horrible sonido para evitar que Roth te violara, tan fácilmente como lo
hizo para evitar que le matáramos. Pero no lo hizo. Iba a dejar que eso pasara en cámara.
Luego dejaría que la AU se beneficie de ello"
Su agarre en mi mano se tensa. La mirada de sus ojos se endurece. "Ese hijo de puta". Se
da la vuelta y me mira, y su mirada se suaviza. Su frente se arruga. "Siento mucho haberte
metido en esto. No te culparía si quisieras lavarte las manos con respecto a mí".
"Eso no va a pasar."
"No quiero ser lo que haga que te maten, Graham"
Me inclino para darle un beso, luego la abrazo y le susurro en el pelo. "Voy a morir aquí de
todos modos" Pero hasta entonces, voy a seguir su ejemplo. Voy a vivir de verdad, cada
segundo que esté con ella.

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Capítulo 10
SYLVIE
EL SONIDO ME ASUSTA, y me estremezco, con los brazos apretados alrededor de Graham
mientras espero a que el dolor me abra de nuevo la cabeza. Entonces me doy cuenta de que
estoy escuchando ese otro tono. El sonido bajo que significa que el bloqueo ha terminado.
La puerta de la celda hace clic detrás de mí, y luego oigo un ruido metálico mientras se
abre.
"Coge tus cosas", susurra Graham. Luego corre por el pasillo hasta la celda de Cohen Roth,
donde evidentemente dejó caer su mochila cuando se lanzó al ataque.
Agarro mi propia bolsa y aprieto el puño alrededor de la pluma de tinta, y cuando llego al
pasillo, él ya me está esperando. "Tenemos que volver a mi celda. Si nos dirigimos hacia el
exterior, será demasiado fácil rodearnos".
Empiezo a señalar que no podemos vivir así para siempre. Entonces me doy cuenta de que
todos los demás en el bloque D siguen tirados en el suelo. La mayoría de los presos
parpadean, algunos se frotan los ojos, pero ninguno de ellos se ha puesto de pie todavía,
después de haber quedado aturdidos.
Pero puedo oír a los prisioneros de los otros pabellones moverse. No estaban aturdidos.
"Graham". Me retiro cuando intenta tirar de mí hacia el fondo del pasillo. "Espera." Apunto
a la celda de Roth. Su celda abierta e indefensa. "Puede que tenga algo que necesitemos.
Como, un arma"
Graham me mira. Luego a la celda de Roth. Luego al final del pasillo, donde todavía podemos
oír a los reclusos hablando, tratando de averiguar qué causó el encierro. "Date prisa". Se
pone en posición defensiva en el pasillo. "No les llevará mucho tiempo llegar aquí. Estos
bastardos tampoco tardarán mucho en despertarse", añade con una mirada a la celda más
cercana.
Me meto en la celda de Roth y empiezo a revisar sus cosas. Tiene más cosas de las que he
visto en las otras celdas, lo que me dice que no tiene que preocuparse de que se las roben.
Pero la mayor parte no tiene valor para mí.
Una caja de cartón debajo de su lavabo contiene un alijo de snacks y postres aún sellados.
Hay un par de tubos de pasta de dientes, dos barras de desodorante y un frasco de una
dosis de antibióticos en su fregadero.
Me meto el frasco de pastillas en el bolsillo y sigo adelante.
Su cama está amontonada con tres almohadillas delgadas, pero no hay nada entre ellas
excepto un par de impresiones brillantes a todo color de mujeres desnudas. Claramente
tiene alguna fuente de contrabando, lo que explica cómo planeaba pagarle a Graham por
mí.

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"Sylvie", siseos de Graham, y ahora puedo oír a la gente en el bloque D moviéndose.

Haciendo preguntas.
"¿Qué demonios ha pasado?"
"Guardias en el terreno. Luces apagadas. No tengo ni idea de por qué".
"¿Dónde está Roth? ¿Qué le pasó a la mujer?"
"Lárgate de aquí", gruñe Graham, y miro hacia arriba para ver cómo bloquea el pasillo con
ambos brazos. "No estoy bromeando, Paul. Si la miras, te abriré los ojos como si fueran
uvas".
Fuera de tiempo. Sin embargo, no he encontrado nada. Pero eso tiene sentido. ¿Por qué iba
Roth a esconder un arma en su habitación, cuando no hay guardias sobre el terreno aquí?
¿No hay registros de habitaciones?
No lo haría. Lo llevaría con él.
El campeón no llevaba nada más que pantalones cuando los guardias se lo llevaron. Si tenía
un arma en el bolsillo, ahora la perdimos. Agarro mi mochila y me dirijo a la puerta de la
celda, lista para rendirme, cuando veo otra mochila en el suelo, apoyada contra el extremo
del bloque de hormigón que pasa por una cama.
La agarro, y en el momento en que llego al pasillo, comienzan los abucheos -la mayoría
invitaciones obscenas que hacen que Graham se ponga tan tenso que temo que algún
músculo se desgarre justo ahí de pie. Entonces alguien grita por encima del estruendo.
"¿Dónde está Roth?"
"Se ha ido", grito mientras me pongo al lado de Graham, y luego lo pongo en movimiento.
"Tal vez muerto. Los guardias se lo llevaron en una camilla".
"¿Qué le ha pasado?", grita otro, parado en la puerta de una celda a mitad de camino.
"Le pones una mano encima y lo descubrirás", gruñe Graham, deslizando un brazo
alrededor de mi cintura mientras me guía por el guante.
Al final del pasillo, un hombre muy grande, cubierto de tatuajes, se interpone en nuestro
camino. "Estás diciendo que derribaste a Cohen Roth. El campeón". Por la forma en que lo
dice, no puedo decir si es una pregunta o una repetición de los hechos.
"Sí" Graham se vuelve para mirar hacia la mayoría que están en el resto del pasillo. "Derroté
al campeón. Lo que era suyo es ahora mío. Vosotros chicos os volveréis locos con lo que sea
que encontréis en su celda. Me importa una mierda todo eso. Pero si os acercáis a ella, os
mataré. Corred la voz"
Por un segundo, nadie se mueve. Estoy tan tensa que apenas puedo respirar, esperando a
ver cómo se toman el anuncio.
Luego Paul, que se masturbó viéndonos a mí y a Graham juntos, se mete en la celda de
Roth. Eso inicia una reacción en cadena que al menos temporalmente desvía la atención de
Graham y de mí.

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"Ahora quítate de mi camino", gruñe Graham al hombre tatuado. Por un segundo, parecen
estar tratando de mirarse fijamente el uno al otro. Entonces el hombre con los tatuajes se
aparta.
"Wolfe", dice mientras lo paso, su voz es casi demasiado baja para oírla. "Si te aburres con
este imbécil, ven a buscarme"
"Vete a la mierda", dice Graham con los dientes apretados mientras me lleva a la atrio. Pero
en realidad estoy un poco aliviada de que el hombre con el tatuaje ni siquiera tratara de
agarrarme.
En el atrio, un hombre que no reconozco se aleja de la pared contra la que se apoya, y yo
me tenso mientras se acerca, esperando problemas. "Graham? Mierda, hombre —susurra
mientras camina al otro lado, y me doy cuenta de que debe ser un amigo. O lo que pasa por
un amigo, en un lugar donde se le podría pedir que mate a cualquiera, en cualquier
momento.
"¿Y tú eres...?"
"Lo siento. Soy Chris Hardy". Extiende la mano y se la estrecho. Pero luego sigue mirando.
"Hardy", dice Graham, cuando el foco de su amigo se desvía por debajo de mi cuello.
"Lo siento, hombre. Es difícil de creer que haya una maldita mujer en el bullpen."
"Para ti y para mí," murmuro.
Espero que vuelvan al Bloque A, pero Graham nos lleva a través del atrio hacia el patio.
"Pensé que no querías estar rodeado"
"Todavía no lo hago, pero necesitamos una muestra de confianza", dice mientras nuestros
pasos resuenan en nosotros desde el gran espacio vacío. "Si nos escondemos, pensarán que
no puedo defenderte"
"Y ¿he de suponer que no están mentalmente preparados para la idea radical de que puedo
defenderme?"
"No puedes", dice Hardy. "Los hombres aquí no hacen cola y no se turnan"
"A ellos tampoco parece gustarles trabajar juntos", observo. Cuando pasamos el pasillo que
conduce a la plataforma cerrada de aterrizaje del transbordador, me doy la vuelta para
descubrir que el cadáver que dejé allí ha sido removido.
"Tienes razón, en su mayor parte", reconoce Hardy. "Pero si hay algo que podría cambiar
eso, es una mujer en el bullpen"
"La fuerza está en los números", dice Graham al salir del atrio hacia la luz del sol en una
amplia extensión de pavimento agrietado. "Necesitan ver que estás bien defendida"
"No como un aliado, sino como una posesión", susurro. "Quieres que piensen que te
pertenezco" Aunque anoche dijo lo contrario a Roth.
Graham asintió hacia mí con la cabeza. "Por ahora, esa es la forma más fácil de mantenerles
a raya"

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"Entiendo. Prefiero estar afuera de todos modos" Después de semanas en el transporte de

la prisión, lo último que quiero es sentarme en otra jaula todo el día. Y después de todo lo
que ha hecho por mí hasta ahora, no me preocupa que Graham compre su propia mentira,
así que puedo seguir adelante con esto, para salvar mi propia vida.
Graham y Hardy me dan un poco de espacio mientras cruzamos el patio, y al principio, creo
que piensan que estoy loca. Entonces me doy cuenta de que esto es más postureo. No
quieren que parezca que tienen que mantenerme cerca para mantenerme a salvo.
"¡Anderson! Un hombre grita desde la máquina de la mariposa, y al otro lado del patio, las
pesas retumban cuando los hombres dejan de hacer lo que están haciendo para mirar. Una
multitud comienza a reunirse. Trato de fingir que no sé que hay cincuenta pares de ojos
mirándome fijamente.
"Iros a la mierda, todos vosotros", grita Hardy. "Anderson derribó a Cohen Roth. Los
guardias sacaron al cabrón en una camilla durante el encierro. Eso es todo lo que necesitáis
saber, salvo que la perra es suya".
Me irrito ante su anuncio, y puedo sentir a Graham tenso a mi lado, preocupado de que le
contradiga. Pero lo sé muy bien. Elegiré la supervivencia antes que el orgullo personal todos
los días de la semana.
El silencio se instala en el patio mientras los presos procesan la declaración de Hardy.
Entonces alguien me grita un comentario obsceno, y a su espalda, un coro de gritos
similares estalla por todo el patio.
Graham les ignora, y yo trato de hacer lo mismo, pero mientras nos dirigimos hacia una
mesa en la parte de atrás del patio, estudio a cada hombre visible en mi visión periférica,
tratando de sentir a mis nuevos vecinos, que ahora estoy conociendo en masa por primera
vez.
La mayoría de ellos son grandes, por lo que puedo ver, pero varios sobresalen por ser más
pequeños -aunque aún más grandes que yo- y delgados. Sé por haber visto las
transmisiones que son una amenaza tan grande como los hombres más grandes. A veces
más.
A medida que pasamos a través de la multitud, alrededor de la mitad de los hombres
regresan a una colección de máquinas de ejercicio, incluyendo barras paralelas y de
tracción, así como máquinas de pesas con las pesas encerradas en compartimentos
inaccesibles, por lo que no pueden ser utilizadas como armas. Parecen estar hechas del
mismo tipo de metal a prueba de óxido que las paredes perimetrales y el exterior del bullpen.
Pero incluso los hombres que han vuelto a lo que hacían antes parecen estar observándome
con miradas intermitentes. Sus miradas se sienten como un ejército de arañas
arrastrándose por mi piel.
"Arriba", ordena Hardy mientras nos acercamos a una mesa estilo picnic cerca de la enorme
pared metálica que separa la mitad oeste de la zona uno del complejo de la arena, y los
hombres sentados en la mesa se van sin discutir.

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"¿Todo eso sólo por el postureo?" Susurro mientras me siento con Graham al lado de la
mesa junto a la pared. Frente al resto del patio. Todavía soy consciente de que todos los
ojos están puestos en mí, pero no estoy segura de cómo se supone que debo actuar en mi
papel como posesión de Graham.
"Por ahora, es suficiente que sepan que Anderson derribó a Roth" Hardy se sienta en el
banco frente a nosotros. "Pero al final tendrá que demostrar su valía." Su mirada se fija en
Graham. "Y más vale que estés listo para hacerlo, o será aún peor para ella".
"Así que, ¿en serio, estamos esperando a que alguien se pelee con nosotros?"
"Básicamente", susurra Graham, aunque su mirada nunca deja de vagar por el patio, atenta
a las amenazas. "Pero eso es más o menos la vida cotidiana en el bullpen"
"Entonces, ¿qué hay que hacer aquí, aparte de esperar a que se desate el infierno?"
"Lo estás viendo" Hardy asiente con la cabeza hacia el gran pedazo de cemento agrietado.
"Mantente en forma. Come. Dúchate. Duerme. Hay un par de barajas de cartas flotando
alrededor, así que los juegos aparecerán de vez en cuando. Pero eso es todo"
"Es un montón de nada", confirma Graham.
"Bueno, hasta ahora, incluso si considero que cada hombre aquí es una amenaza,
excluyendo a la compañía presente..."
"Y la mayoría de ellos lo son", dice Graham.
"...esto es mucho mejor que estar encerrado en una jaula demasiado pequeña para
estirarse. Al menos aquí hay una pista". Claro, es sólo un sendero de tierra rojiza que se
extiende alrededor del área de entrenamiento de cemento, donde el césped ha sido
eliminado por los repetidos golpes de los zapatos. Pero es una pista. Un lugar para correr.
Para estirar. Para hacer que mi sangre bombee y que mi cuerpo se sienta normal de nuevo,
incluso si el resto de mí permanece en alerta máxima. "Quiero moverme. Correr. Entrenar.
¿Podemos dejar que vean que estoy bien protegida mientras lo hacemos?"
Hago clic con la pluma debajo de la mesa mientras Graham parece estar considerando la
pregunta. "Y para que conste, te estoy pidiendo consejo, como el veterano entre nosotros.
No para tu permiso", aclaro.
"Nunca asumí lo contrario", dice Graham al fin, mientras Hardy resopla. "Mi consejo es que
les dejemos que se acostumbren a verte sentada aquí, antes de pedirles que no te persigan,
sólo porque te vean corriendo. Así que, ¿por qué no desayunamos?" Recoge una de las
bolsas de la hierba rojiza que hay detrás del banco y la coloca entre nosotros. "Creo que
todavía tengo algo...", frunce el ceño ante la bolsa. "Esto no es mío"
"Es de Roth." No me había dado cuenta de que durante nuestra tensa salida del bloque D,
no se había dado cuenta de mi mochila extra. "Me imagino que cualquier cosa buena que
tuviera estaría sobre él cuando se lo llevaron o en esta bolsa"
Hardy parece sorprendido por mi competencia.
Que le jodan.

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Tomo la bolsa de Graham -éste es mi botín- y rebusco entre el contenido, dejando a un lado
una camisa de repuesto, un par de calzoncillos asquerosamente rígidos, que dejo caer al
suelo detrás de nosotros para que los olvidemos para siempre, y varias bolsas de patatas
fritas, hasta que encuentro....
Un cuchillo. Una navaja de muelle, con una palanca de cierre rápido.
Mierda.
Decido no mostrárselo a Graham todavía, porque no quiero que Hardy la vea. No he decidido
si es de fiar o no. En vez de eso, saco una bolsa de patatas fritas del paquete, cierro la
solapa y la pongo en el suelo, como si no fuera la cosa más valiosa y útil que he visto desde
que el transbordador me dejó en esta pocilga.
Lo más valioso y útil, aparte de Graham y nuestra nueva alianza con beneficios.
"Nada bueno" Le entrego las patatas fritas a Graham, y luego busco en mi propia bolsa uno
de los paquetes de raciones de entrada que me dieron en la Estación Alfa.
Los dos chicos devoran su desayuno, pero el mío dura casi una hora, mientras trato de
fingir que no soy el centro de atención. Luego, sin comida, puse la mochila de Roth en la
mesa junto a la mía y empecé a transferir todo lo suyo que pudiera usar en mi propia
mochila, incluyendo su cuchillo, enrollado dentro de la camisa limpia.
Meto mi basura del desayuno en la bolsa de Roth, encima de los paquetes de papas fritas y
galletas que quedan, y luego empujo todo hacia Graham. "La comida de Roth es toda tuya,
si quieres"
Me pongo en pie, pero Graham me empuja hacia abajo. "¿A dónde vas?"
"A una carrera. En la pista. Eres bienvenido a unirte a mí"
"¿Puedes correr con tu mochila puesta?"
Le pongo los ojos en blanco. "Puedo atarme los zapatos y limpiarme el culo también".
Hardy resopla.
"Mira, cada segundo que pierdo sentada aquí es un segundo que podría haber sido dedicado
al entrenamiento", susurro. "Además de eso, tengo mucha ira y resentimiento que quemar
ahora mismo" Y como no puedo golpear a todos los hombres que me miran como si fuera
un pedazo de carne, correr parece el uso más productivo y menos suicida de mi tiempo".
"¿Se está poniendo nerviosa?" Dice a voz en grito un hombre que hace cola para una de las
prensas de banco. "Puedo ayudarte a quemar algo de energía, cariño"
Lo volteo mientras paso por encima del asiento y tiro mi bolso por encima del hombro. "Ven
a correr conmigo", le digo, y cuando Hardy se pone de pie, le doy a Graham una mirada
incisiva. "Sólo. Tú."
"Gracias, hombre, pero estamos bien", dice Graham, suavizando mi despido. "Y no quiero
mantenerte alejado de las pesas"
Hardy asiente con la cabeza y luego se dirige a la línea para buscar extensiones de piernas.

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"No es un mal tipo", susurra Graham.

"Lo sé. Pero hasta ahora, eres el único aquí en el que estoy segura de poder confiar".
"Me parece justo. Pero necesitamos todos los aliados que podamos conseguir así que
¿podrías darle la oportunidad de ganarte tu confianza?".
Le hago a Graham un encogimiento de hombros sin compromiso, y eso parece satisfacerle.
"Bien. Vamos a correr"
"Espera un segundo" Extraigo la hoja retráctil de Roth de mi bolso y la deslizo en mi bolsillo
con la mayor indiferencia posible, esperando que nadie más se dé cuenta.
Las cejas de Graham se levantan. "¿Es eso lo que creo que es?"
"A menos que tu suposición sea que es una 'cuchara-tenedor plegable'. Vamos" Me dirijo a
la pista, y Graham corre para alcanzarme.
Después de unos minutos de estiramiento, lo que inspira otra ronda de gritos, empezamos
a correr, y aunque espero que un montón de otros reclusos salten al agua, todos parecen
contentos de mirar desde la línea de banda.
Mi uniforme de prisión es muy holgado y mis zapatos son una mierda. El paquete rebota
en mi espalda, hasta que ato los extremos de las correas alrededor de mi cintura. La
diferencia en la gravedad es difícil de ajustar. Y el sendero para trotar es desigual.
Nada de esta carrera habría sido satisfactorio en mi vida antes de ir a la cárcel, pero la
media hora que paso en la pista es la mejor media hora que he tenido desde que puse el pie
en Rhodon.
La mejor media hora no orgásmica, de todos modos.
Me concentro en mi zancada. Para recuperar la resistencia cardio vascular que perdí
durante mis semanas sentada en una jaula en el transporte de la prisión. Y a los pocos
minutos de ese primer paso, me he olvidado de los ojos que siguen cada uno de mis
movimientos. Del patio lleno de prisioneros esperando que me adelante demasiado a
Graham. No hay nada más que yo, y el ritmo de mi respiración. La cadencia de mis pasos.
Y la gratificante quemadura de los músculos que han sido infrautilizados durante semanas.
Lo único que falta, aparte de la ropa de trabajo decente, es mi música.
"¡Sylvie!" La voz de Graham atraviesa mi felicidad y me tropiezo con un alto incómodo para
ver que me he puesto muy por delante de él. Hardy cruza el patio hacia mí, listo para
interceptar a cualquiera que se acerque demasiado antes de que Graham lo atrape. Así que
me di la vuelta y corrí hacia él.
"Mierda". Dice él jadeando. "¿Corres maratones?"
Me encojo de hombros. "No, pero me gusta correr y no he tenido la oportunidad de moverme
en mucho tiempo..."
"Eres jodidamente rápida".

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"Lo sé. Esa es la única ventaja que tengo. Nunca seré tan fuerte como la mayoría de estos
hombres, pero si puedo correr en círculos alrededor de ellos, puedo esquivar la mayoría de
sus golpes. En la arena, de todos modos." En lugares estrechos, donde no hay donde correr,
mi velocidad significa poco. Lo que convierte a los contrincantes en una amenaza totalmente
diferente a la que encontraré en la arena.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 11
GRAHAM
HARDY Y YO PASAMOS EL RESTO de la semana asegurándonos de que Sylvie tenga un
acompañante cada minuto del día. No es un luchador muy fuerte, así que sólo lo dejo con
ella cuando estoy lo suficientemente cerca para ayudarle. Como cuando utilizo las
máquinas de pesas. Puedo bajarme y cruzar el patio en dos segundos.
Por el momento, mi posición en la nueva jerarquía parece ser suficiente para mantenerla a
salvo, al menos mientras estoy cerca. En parte, eso es porque golpeé hasta la muerte a los
dos primeros hombres que intentaron agarrarla. Si alguien más hubiera intervenido para
ayudarles, el resultado habría sido drásticamente diferente, pero nadie quiere arriesgarse a
sufrir una lesión que podría causarles la muerte en el estadio. Porque a diferencia de Roth,
la mayoría de nosotros no tenemos patrocinadores corporativos dispuestos a pagar por la
atención médica.
Presumiblemente, sus patrocinadores han puesto sus miras en otros luchadores de alto
nivel, por si y cuando pierda, pero nadie sabe con seguridad quiénes son. Y los hombres
más cercanos a la cima son los que más tienen que perder. Lo que los hace los menos
propensos a correr un gran riesgo.
Sin embargo, los hombres que esperan morir en la arena al final de la semana no tienen
ninguna razón para no agarrarla. Esos son los bastardos de los que tenemos que estar
atentos.
Sylvie se enojó después de que maté al primero. Pensaba que golpearle sería suficiente para
darle una lección. Pero lo que no puede tener en cuenta es que no es el tipo que la agarró
el que necesita aprender una lección. Todo el mundo está mirando para ver cómo le ha ido.
Cuando matar al primero no detuvo al segundo, creo que ella empezó a entender.
Afortunadamente, desde entonces, todo ha estado bastante tranquilo, y nos hemos
acostumbrado a la rutina.
Mientras Hardy y yo nos turnamos en las máquinas de pesas, Sylvie corre por la pista, con
el cuchillo de resorte en el bolsillo. Me reúno con ella durante media hora todos los días,
para mantenerme al día con mi propia velocidad y resistencia, pero paso la mayor parte de
mi tiempo fortaleciéndome. Normalmente, yo también pasaría mucho tiempo luchando con
Hardy, pero eso no es posible con nadie más que cuide de Sylvie.
Ella no utiliza las máquinas, porque aunque es muy fuerte para su tamaño, si los hombres
ven su máximo a menos de la mitad de lo que la mayoría de ellos pueden levantar, van a
empezar a recordar que pueden dominarla. Lo que eventualmente llevará a algunos de ellos
a intentarlo.
En cambio, después del encierro ella se fortalece mediante ejercicios que involucran
levantar su propio peso corporal - todas las variaciones imaginables de flexiones,
sentadillas, cuclillas, brincos, palancas, y tríceps sumergiéndose en la orilla de la cama.

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Cuando se vuelven demasiado fáciles, recojo un montón de bolsas de agua, las lleno y las
ato con cordones para hacer un cinturón de lastre para ella.
Ella nunca se queja. Ella nunca duda. De hecho, lo que dice más a menudo, en nuestra
celda por la noche, es más. Y aunque sé que está pidiendo más peso, más dificultad, más
desafío, cada vez que oigo la palabra en sus labios, recuerdo la forma en que me exigía más
en la cama, antes de que supiéramos lo de las grabaciones de seguridad.
Y realmente quiero dárselo.

∗∗∗∗∗∗∗
"ME LO ESTÁS PONIENDO FÁCIL" Sylvie se aleja de mí y se pone de pie con un movimiento
fluido, y por millonésima vez, me asombra la gracia de todos sus movimientos. Mucho
control, pero aparentemente sin esfuerzo. Pero he visto el trabajo que hace. El esfuerzo. Se
ha ganado toda la admiración, aunque yo sea el único que lo aprecie.
"Eso es porque estamos en el cemento, pero la arena tendrá mucho más que dar, así que..."
"Lo creas o no, he caminado en la arena antes, Graham" Está enfadada, pero no conmigo.
Está enfadada por las circunstancias, y no puedo culparla. No es justo que no pueda
entrenar como todos los demás. Eso es sólo un golpe más contra ella, en un lugar donde
las agresiones se acumulan rápidamente.
Pero la vida no es justa. Aquí tampoco lo es la muerte.
Sólo tenemos alrededor de una hora entre el encierro y el apagado de las luces, y cada noche
tiene que elegir entre repartir ese tiempo entre el condicionamiento de fuerza y el combate,
o descuidar un aspecto de su entrenamiento a favor del otro.
"Bien, sabelotodo, escapa de mi posición de montar"
Pone los ojos en blanco. "Escapar no es la cuestión. Mi desafío es acercarme lo suficiente
para golpear sin ser golpeada".
"Ese es el reto de todos".
"Sí, pero mi envergadura es una de las más pequeñas del bullpen". Posiblemente la más
pequeña. Lo que hace que eso sea más retador para mí que para la mayoría".
"Pero si no puedes levantarte del suelo, no puedes evitar los golpes. Vamos. Bocarriba"
"Ahora estamos hablando..." Al otro lado del pasillo, un imbécil llamado Roger se sienta
frente a los barrotes de su celda, mirándonos. "Ponla en el suelo".
Desde el fondo del pasillo, otros le piden que narre lo que está viendo, y no tengo ninguna
duda de que la mitad de ellos tienen las manos en los pantalones, deseando estar en mi
posición. O al menos en la de Roger. Luchó por esa celda. De hecho, creo que estuvo en
cuclillas la mayor parte del día. Eso se ha convertido en algo habitual ahora, como reclusas
que no pueden acercarse a Sylvie maniobran para conseguir un puesto que les permita
observarla.
Observarnos. Juntos.

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Si llego mañana a tiempo, voy a cerrar esa celda antes de que alguien pueda reclamarla.
En un lugar sin pantallas, nosotros somos el entretenimiento en vivo. Pero hasta ahora,
nuestra audiencia se ha sentido decepcionada, y no sólo porque la mayor parte de nuestra
cama está bloqueada de la vista por una pared de hormigón. Por la noche, con ella
presionada contra mí, a pesar de la dureza de mi polla y la humedad que sé que encontraría
entre sus muslos si la tocara, no hemos estado dispuestos a hacer nada que implique
quitarse la ropa, para evitar crear otro video porno para que la AU lo comercialice.
Sólo puedo imaginar cuánto han ganado ya con los dos primeros. Y cuánta anticipación
han creado esos videos para que el público vea a Sylvie en la arena por primera vez.
No estoy preocupado por su primera pelea. Es más fuerte y rápida que la mayoría de los
otros novatos. Estoy preocupado por la siguiente. Y la siguiente.
"No soy nueva en esto", me recuerda Sylvie mientras está sentada, y luego rueda sobre su
espalda en la fila de colchonetas que hemos esparcido por el suelo. Una de ellas es nuestra.
Las otras tres proceden de la celda de Roth. No se quedarán en su sitio, lo que los hace
prácticamente inútiles, pero no hay manera de que podamos hacer un trabajo serio en el
suelo de hormigón sin hacernos daño el uno al otro.
Me coloqué a horcajadas sobre ella, con cuidado de mantenerme al norte de sus caderas,
con los puños en alto para defender mi cara. "Vale, bájame"
"Será todo un placer" Su rodilla me golpea en la espalda antes de que termine de hablar,
lanzándome hacia adelante, obligándome a agarrarme con las manos a cada lado de su
cabeza. Antes de que encuentre mi equilibrio, ella engancha su pierna izquierda alrededor
de mi pierna derecha y su brazo izquierdo alrededor de mi brazo derecho, cerca de mi
hombro, y luego gruñe mientras nos hace rodar en un movimiento suave.
Trabo mis tobillos en la parte baja de su espalda en una posición de guardia cerrada, pero
Sylvie se pone de pie con sus manos ancladas en mis hombros, empujando la parte inferior
de mi cuerpo hacia arriba con ella, mientras ella sujeta el resto de mí hacia abajo.
Luego me golpeó en la mandíbula. Duro.
"¡Maldita sea!" Engancho mi pierna detrás de la suya y la tiro al suelo, pero sólo puedo
hacerlo porque se está riendo. "¿Qué pasó con los puñetazos?" Exijo mientras la inmovilizo
en la colchoneta por sus hombros.
"Esta obra de teatro no me va a llevar a ninguna parte" Aún sonríe, pero por debajo de eso,
habla en serio. Está... preocupada. "He derribado hombres en clase una y otra vez. Ninguno
de ellos es tan grande como la mayoría de los chicos de aquí, pero su peso puede ser tanto
un detrimento como una ventaja. Pero en clase, los chicos se van, luego todos nos
levantamos y nos vamos a tomar una cerveza. Eso no va a pasar en la arena. Necesito
aprender a acabar con ellos, Graham".
"Puedes terminar conmigo", grita Roger desde el otro lado del pasillo, y a nuestro alrededor,
los hombres se ríen, como si fuera la cosa más inteligente que hayan escuchado.

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"Vamos" Me pongo en pie y me agacho para tirar de ella, luego empiezo a apilar colchonetas
sobre la losa de cemento que pasa por ser una litera en el bullpen. Roth estaba muy metido
en algo con eso. Una noche de sueño decente cambiará tu vida. "Hablemos en la cama".
"La cama no es para eso", dice Roger, y Sylvie ni siquiera le mira. Las amenazas y las
obscenidades se han vuelto tan omnipresentes que ya casi no las oímos. Son como ruido
de fondo. Un ruido de fondo vulgar y salaz.
Con la cama "hecha", nos lavamos en el lavabo. Sylvie siempre tiene cuidado de mantenerse
fuera de la vista tanto como sea posible, porque mientras más piel ven los otros hombres,
más se irritan. No es que olviden que ella está aquí, pero nos esforzamos por no
recordárselo. Es por eso que no nos hemos aventurado en las duchas ni una sola vez desde
que se metió en el bullpen.
Los baños de lavabo apestan, pero son mucho más seguros que una ducha con capacidad
para veinte hombres, pero sólo tiene una salida.
"Realmente necesito lavarme el pelo. Cuando se viste con su ropa más limpia, todavía está
húmeda por el baño de esponja.
"Vivo para este momento" Y sólo estoy bromeando. Aunque no le envidio la carga de lavar
una cabeza llena de rizos preciosos, me encanta tenerla doblada sobre el lavabo delante de
mí mientras le vierto agua de una de las bolsas en la cabeza.
Sólo lo ha lavado una vez desde que llegó aquí, pero al final del experimento, me había
vuelto muy bueno enjabonando nuestra pastilla de jabón y frotando su cuero cabelludo.
Esta vez, como la última vez, no tenemos nada para secarle el pelo, así que la ayudo a
escurrirlo sobre el lavabo.
Cuando ella se pone de pie, con los rizos mojados cayendo por la espalda, es la cosa más
sexy que he visto en mi vida.
"Al diablo con las cámaras", murmuro mientras la acerco para besarla, sumergiendo mis
manos en la masa húmeda de su cabello.
Y ahora estoy duro, con ella presionada contra mí, torturándonos a los dos.
Sylvie gime mientras retrocede. Luego se hunde en la cama y se amontona el pelo sobre la
cabeza, para evitar mojarse la camisa. No podrá peinárselo con los dedos hasta que esté
seco, e incluso si yo le ayudo, tardará al menos una hora.
"Deberías considerar cortarte el pelo", susurro mientras me arrastro a la cama con ella.
Acurrucándola en nuestra posición favorita. "Será una desventaja en la arena"
"Lo sé. Desearía tener alguna forma de sujetarlo con seguridad"
"Podría hacerse mañana. Durante la preparación de la filmación. No suele haber mucho
alboroto por los novatos, pero contigo, quién sabe".
"Esa es la única razón por la que aún no lo he cortado", admite. "Tengo la esperanza de que
si espero, y lo hago como parte del espectáculo, tendrán algo más simple con lo que trabajar

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que con mi navaja. Les he visto hacer eso por algunos de los hombres que vienen con el
pelo largo".
"Sí, hemos tenido muchos de esos. Después de la primera vez que sus oponentes utilizan
su pelo como un mango, están ansiosos por cortárselo, incluso si eso debilita su atractivo".
Lo que puede ser tan dañino como el cabello largo. Cuanto menos atractivo tenga un
luchador en la pantalla, menos posibilidades hay de que obtenga patrocinio a medida que
avanza entre el grupo. Y sin patrocinio, no hay armas, salvavidas ni atención médica.
Pero al final, todo eso -las cámaras, las entrevistas, los videos de las peleas, los
apadrinamientos- es sólo ruido que nos distrae de la meta. La supervivencia. Cuando se
trata de eso, no importa cuánta gente esté mirando, estás solo en la arena con tu oponente,
y todo lo que importa es tu habilidad para estrangularle. O lanzar un puñetazo lo
suficientemente fuerte como para romperle el cráneo y revolver su cerebro.
Desafortunadamente, Sylvie no tiene la fuerza para ninguna de las dos cosas.
"Espero que no seas aprensiva", susurro mientras la acerco, tratando de ignorar la exigente
erección entre nosotros.
Ella se ríe, y su cuerpo rebota contra el mío, transformando mi anhelo por ella en una
necesidad profunda. "Graham, he apuñalado a dos hombres en la garganta desde que llegué
aquí. Y a uno en el ojo".
"Lo sé, pero ¿estás dispuesta a hacerlo con tus propios dedos? Porque no puedes llevar un
arma al cuadrilátero, así que tu mejor apuesta para terminar la pelea será desgarrando
tejido blando".
Por un momento, sólo respira profundamente, la parte posterior de sus pulmones se
expande contra mi pecho, y ya la conozco lo suficientemente bien como para saber que
realmente está pensando en lo que estoy diciendo.
Una semana en el bullpen con Sylvie ha sido como un mes en cualquier relación normal,
no carcelaria. Como seis meses en algunas relaciones. Y no sólo porque pasamos todo el
día, todos los días juntos. Es porque aquí todos los días son de vida o muerte. Porque nos
cuidamos el uno al otro cada segundo. No podemos permitirnos no hacerlo.
Siento como si la conociera de toda la vida.
"Así que, tengo que arrancarle la garganta, quienquiera que sea. ¿Eso es lo que estás
diciendo?"
"Sí. O morderle la yugular. O atravesarle el ojo con el dedo. No estoy seguro de que puedas
alcanzar el cerebro lo suficiente como para matarlo, pero eso lo incapacitará, lo que te dará
la oportunidad de asestar un golpe mortal ".
"Mierda, eso es.... asqueroso" Sylvie se encoge. "Pero no es que haya una forma bonita de
morir. No aquí, de todos modos." Se queda callada por unos minutos. "¿Quién crees que
será? Afuera, conmigo. Contra mí."
Llevo días intentando responder a esa pregunta.

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Por lo que puedo decir, hay alrededor de una docena de novatos, aparte de Sylvie, y ella
podría ser emparejada contra cualquiera de ellos. "Los peores escenarios son Brack y Evan"
Brack es grande. De mi talla. La velocidad y la técnica de Sylvie igualarán un poco el campo
de juego en lo que a tamaño se refiere, pero he visto a Brack agarrar. Si la deja en el suelo,
ella estará en problemas. Es por eso que sigo presionándola para que salga de debajo de mí
en la alfombra.
"Evan me preocupa", admite ella en un susurro, y sólo puedo asentir con la cabeza. Es uno
de los hombres más pequeños, pero es veloz como el rayo y su repertorio de movimientos
de artes marciales es interminable. Pasará a la siguiente ronda. Puede que llegue a la cima.
Esperemos que no tenga que enfrentarse a él hasta que haya estado aquí un tiempo.
Sylvie se da la vuelta para mirarme y me engancha la pierna izquierda a la cadera. Tirando
de mi cerca. "¿Qué hay de ti?", susurra, para que los otros reclusos y las cámaras no puedan
oírnos hablar de estrategia.
"Estaré bien"
"Quiero creerlo, con Roth fuera de servicio. Pero ambos sabemos que mañana podría ser el
día de cualquiera de nosotros. O de los dos"
"No lo será"
"Eso no lo sabes". Se levanta y presiona su boca contra la mía, en ángulo, y luego tira de
mi labio inferior con sus dientes.
Gimo mientras le devuelvo el beso, tratando de no pensar en las cámaras. En todos los
bastardos celosos que escuchan desde las otras celdas. Entonces mi lengua encuentra la
suya, y de repente no hay nada más en que pensar. Hasta que su mano se desliza por mi
pecho, dentro de mi ropa interior, y ella agarra mi polla como si fuera suya.
Y oh, Dios, lo hace.
"Vamos a despedirnos esta noche. De la manera correcta. Por si acaso", susurra contra el
lóbulo de mi oreja, y mi polla salta en su mano, incluso cuando el resto de mí quiere
protestar.
"Da mala suerte decir adiós. Como tentar al destino".
"Mentira". Ella hunde sus dientes suavemente en el lóbulo de mi oreja, y luego golpea su
lengua contra él con una presión caliente y húmeda. "Si mueres mañana y tengo que volver
aquí sola, me voy a odiar por haber pasado la semana pasada a tu lado, sin tocarte cuando
tuve la oportunidad"
Si muero mañana, ella va a tener más problemas que si ella y yo tuvimos o no sexo esta
noche. Pero no necesita que le diga eso.
"¿Qué hay de las cámaras?" Susurro, pero ya estoy deslizando mi mano por su costado,
debajo de su camisa. Ya le estoy acunando el pecho, frotándole el pezón con el pulgar. Se
endurece instantáneamente, y ella presiona más fuerte su pecho contra mi mano.

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Va a ganar esta discusión. Lo sé incluso antes de que se quite la camisa y diga: "A la mierda
las cámaras". Devolviéndome mis propias palabras. Va a ganar porque, sea o no mi última
oportunidad, no puedo quedarme junto a ella otra noche y no tocarla.
No puedo.
"Sabía que tenías una secreta fantasía de exhibicionismo", susurro mientras me levanto y
la deslizo debajo de mí, protegiéndola lo más que puedo de la cámara, a pesar de lo que
acabo de decir.
Se ríe, con el pelo mojado extendido sobre el acolchado de vinilo. "De verdad que no. Pero
no estoy pensando en el resto de esos cabrones ahora mismo. Sólo pienso en ti". Me baja
para darme otro beso, y su mano encuentra mi polla de nuevo. Me acaricia con movimientos
largos y suaves hasta que me pongo a gemir en su boca. Hasta que siento como si hubiera
pasado un año desde que la tuve, en vez de unos días.
Hasta que se me aprietan las pelotas y siento que voy a explotar sobre sus manos.
"Despacio, Sylvie", le ruego, mi voz medio atrapada en mi garganta. "Aquí no es donde quiero
estar cuando llegue"
Sus cejas se arquean, dándole una mirada dulce e inocente que me hace querer arrancarle
la ropa y follarla hasta que su piel se ruborice y su boca se vea hinchada, maltratada por
el hecho de que la besen con demasiada fuerza. Hasta que no pueda formar palabras, aparte
de mi nombre.
"¿Dónde quieres estar cuando haga que te corras, Graham?" Ella comienza a balancearse
en la cama debajo de mí, lamiéndose los labios, y oh Dios, quiero dejarla hacer exactamente
lo que está prometiendo con esos labios mojados y separados.
Pero la agarro del brazo para detenerla.
"Por increíble que suene, no puedo dejar que lo hagas ante la cámara". Sólo pensar en las
capturas de pantalla y clips virales que circularían con mi polla en su boca es suficiente
para hacerme enojar asesinamente, incluso cuando el pensamiento de golpear la parte
posterior de su garganta me pone tan duro que casi me duele.
Quiero sentir el calor húmedo de su boca. Quiero mirar hacia abajo y ver sus labios
envueltos a mi alrededor. Pero sobre todo, quiero privacidad para hacer lo que sea que nos
plazca.
"Daría cualquier cosa por un juego de sábanas, sólo para poder escondernos debajo de
ellas", dice, haciéndose eco de mi deseo con una sincronización espeluznante.
"Esto no es lo mismo, pero..." Le quito la camisa del suelo y se la pongo sobre los pechos,
luego me pongo de pie y me posiciono frente a la cámara mientras le quito las bragas, lo
suficientemente despacio como para que se retuerza. Por un segundo, disfruto al ver cómo
se abre delante de mí, así como el hecho de que desde esta posición, soy el único que puede
ver eso.
Luego la arrastro hasta el borde de la estrecha cama y me arrodillo, con la esperanza de
que mi cabeza bloquee el plano más pornográfico.

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"Espera" Se apoya en sus codos, agarrándose la camisa al pecho, y la visión de su mirada

hacia mí, con la V de sus muslos en la periferia de mi visión, es la cosa más erótica que he
visto en mi vida. "¿Por qué está bien para ti, pero no para mí?", exige, pero lo jadeante de
su voz dice que en realidad no se opone.
"Porque no me importa qué tipo de imágenes obtengan de mí" Y ambos sabemos que las
imágenes de mi cabeza entre sus muslos no tendrán ni la mitad de los chasquidos que los
disparos de su boca alrededor de mi polla. "Así que, recuéstate". Tengo que saborearla.
Sylvie se conforma, y yo lamo una larga línea desde el fondo de su abertura hasta su clítoris,
haciendo una pausa para un chapuzón en el interior que la hace agarrar mi cabello de la
forma en que lo hizo con mi polla segundos antes. Me complace, aunque no me sorprende
encontrarla ya húmeda e hinchada, y saboreo su primer bocado mientras se retuerce debajo
de mí.
"Mmm..." jadea cuando deslizo dos dedos dentro de ella, arqueándose en busca de esa parte
un poco más áspera dentro de ella, mientras rodeo su clítoris con mi lengua, una y otra
vez. Sus muslos se tensan, y siento su lucha por relajarlos a medida que aumenta su placer.
Mientras ella empieza a empujar contra mis dedos. Y cuando miro hacia arriba, todavía
acariciándola mientras mi pulgar toma el relevo de mi lengua, me doy cuenta de que una
foto de su rostro en este momento, con el deseo atrayendo a la larga línea de su garganta,
el brillo húmedo de sus labios, sería tan erótica como una imagen de ella extendida sobre
la cama, completamente desnuda.
"Graham", gime. "Por favor..."
"¿Cómo puedo negarme a una mujer con buenas maneras?" susurro. Luego cierro mis
labios sobre su clítoris, chupando suavemente mientras continúo bombeando hacia ella.
"Oh, Dios", exclama mientras se acerca a mis dedos. Contra mi lengua. Mientras sus
caderas se elevan y su cuerpo se aprieta a mi alrededor.
Débilmente, soy consciente de las obscenidades que vuelan alrededor del bloque de celdas,
mientras escuchan su placer, pero sólo tengo oídos para sus sonidos en este momento. El
deslizamiento resbaladizo y húmedo de mis dedos dentro de ella. El suave jadeo de su
respiración. El rasguño de sus uñas contra el acolchado debajo de nosotros. Es una sinfonía
de lujuria, y es toda mía.
"Te necesito dentro de mí", exige en voz baja.
Nunca he estado tan dispuesto a obedecer una orden. O a una mujer.
Engancho una mano detrás de sus rodillas y la giro para que vuelva a estar a lo largo de la
cama, luego me arrastro sobre su cuerpo, metiendo una de sus piernas alrededor de mis
caderas y luego la otra.
"Por eso no puedo concentrarme cuando luchamos", susurro. "Tu guardia cerrada me pone
duro todo el tiempo"
"Entonces no estás pensando en la pelea", se burla. Y no se equivoca.

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La presiono, y ella se aprieta a mi alrededor, todavía tan húmeda e hinchada por su orgasmo
que mi propia necesidad es más que una demanda en este momento.
"Al diablo con las cámaras", repite mientras se arquea ante mis embestidas.
"¿Qué?"
"Nada. Quiero decir, esto es genial, pero ahora mismo, realmente quiero montarte como una
maldita montaña rusa, sin darle al mundo un show para adultos".
Mierda, yo también quiero eso. "¿Qué tal un arreglo? Ponte la camisa".
Ella parece intrigada mientras se pone la camiseta por la cabeza sin sentarse, y cada
movimiento que hace parece empujarme más profundamente dentro de ella, una burla que
mi polla no puede soportar por mucho más tiempo. Cuando está cubierta de la cintura para
arriba - un alivio y una maldita tragedia total - la recojo hasta que me siento en mis propios
talones con ella a horcajadas sobre mí. Nos inclino de tal manera que mi espalda está hacia
la cámara, lo que significa que nuestros voyeurs no pueden ver casi nada de ella, excepto
su rostro.
"Móntame, Sylvie". Luego me inclino un poco hacia atrás y le doy rienda suelta.
Se le iluminan los ojos y empieza a moverse, agarrándose a mis hombros. Y un cálido y
firme asimiento de mi polla, enterrada profundamente dentro de ella. Sus caderas bombean
hacia dentro y hacia afuera, apretándome con cada empuje en un movimiento circular tan
caliente que tengo que disfrutarlo desde ambos ángulos. Así que dejé que mis manos se
deslizaran por sus costados para agarrar su trasero. No para dirigir sus movimientos.
Para experimentarlo.
Su ritmo es criminalmente paciente. Lento, minucioso, y abrasadoramente caliente, me
saca sonidos con cada envite. Tengo que luchar contra el impulso egoísta de acelerarla,
porque la verdad es que es una tortura exquisita. Placer y frustración con cada segundo
apretado y húmedo.
Deslizo una mano bajo su camisa, y está húmeda de sudor, sus abdominales flexionando
con cada movimiento, sus pechos rebotando contra mí, a través del tejido que hay entre
nosotros. Pellizco su pezón con el pulgar y el índice, lo hago ligeramente, y ella echa la
cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y concentrada. Me inclino y lamo a lo largo de su
garganta. Entonces deslizo mi mano en su pelo y la tiro hacia abajo hasta que pueda
reclamar sus labios.
Ella gime en mi boca, y su ritmo se acelera. Me lleva más profundo, se balancea más fuerte,
hasta que no puedo soportarlo. No puedo esperar. La cojo de las caderas y la mezo fuerte
contra mí, una y otra vez, hasta que grita, apretándose a mi alrededor.
Exploté dentro de ella, y ella me ordeñó, machacando el último de sus orgasmos mientras
le bombeaba una y otra vez.
"Maldita sea", susurra, colapsando contra mi pecho, aún acunándome en lo más profundo
de su cálido y húmedo asidero. "Ahora puedo morir feliz"

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La cogí de la barbilla y la hice mirarme. “No digas nunca eso de nuevo. Esto no es una
despedida, Sylvie. Es una jodida promesa”

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 12
SYLVIE
EL DÍA DE LA LUCHA amanece antes que la mayoría; la puerta de la celda se abre media
hora antes del amanecer, y por primera vez desde que llegué a la oficina, aunque los
hombres están todos de pie, no parecen estar interesados en mí en absoluto.
"Supongo que deberíamos levantarnos", susurro mientras más pasos pasan por nuestra
celda.
"Todavía tenemos unos minutos", insiste Graham. "Juguemos un juego".
Sé lo que está haciendo, y mientras se abraza en la cama -rechazando la realidad de este
día- por unos minutos más me atrae enormemente, en realidad sólo está retrasando lo
inevitable. Sin embargo, parece que no puedo levantarme. "¿Qué juego?"
"Es un ejercicio de optimismo. ¿Qué es lo mejor de este lugar?"
"¿Sobre el bullpen? ¿O la zona uno?"
"Ambos".
"Umm...." No hay nada bueno aquí. Nada más que Graham. Pero puedo decir por la sonrisa
que se asoma por las comisuras de su boca que eso es lo que él espera que yo diga. Y se ha
ganado el cumplido. Aún así, la previsibilidad no es lo mío.
"Sin arrugas por la almohada", le digo.
Su frente se arruga. "¿Qué?"
"La ventaja de no tener almohadas es que no nos despertamos con esas estúpidas arrugas
en la cara"
"Pensé que ibas a decir orgasmos a la carta"
"Sí, eso también está bien. ¡Oh!" Me siento, fingiendo emoción. "¡Y que no hay cola en la
peluquería! Anoche, mi peluquero me arregló de inmediato".
"Creo que es más exacto decir que tú le arreglaste a él" Sus cejas se mueven sugestivamente,
y yo me río. Luego pasan más pasos por el pasillo, y la realidad del día se vuelve a
entrometer.
Podríamos morir los dos esta noche.
Graham y yo nos vestimos y nos lavamos los dientes, y lucho contra los nervios paralizantes
mientras meto todo lo que tengo en mi bolsa, excepto la navaja de muelle, que va en mi
bolsillo derecho, como siempre. Salimos de un bloque, atravesamos el atrio desierto y
entramos en el patio, donde encontramos la superficie de hormigón agrietado ya llena de
cuerpos.

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Todos están aquí por la misma razón que nosotros: La AU publicará el tramo de hoy en
cualquier momento.
La mano de Graham se aprieta alrededor de la mía, la única señal visible de que está tan
tenso como yo. Como todos nosotros, con la excepción de algunos de los hombres más
grandes que están de pie cerca del frente, postureando. Son del primer nivel. Los favoritos,
que tienen la oportunidad de presumir hoy, con Cohen Roth fuera de juego.
Graham está en la misma posición que ellos, pero en lugar de glorificarse, se preocupa por
mí. "Tal vez no te programen hoy", susurra mientras tomamos una posición cerca de la
parte trasera de la multitud, renuentes a dejarnos rodear.
"Sabes que lo harán. Te programarán a ti también. No estarían haciendo sublicencias de
videos de nosotros si no fueran a llevarnos a luchar hoy".
"Hola." Hardy se abre paso entre la multitud y se detiene al lado de Graham. "¿Estás listo
para esto?" Intenta parecer duro, pero la tensión en sus hombros le delata.
"Vivo por ello", dice Graham. Su mentira suena mucho más creíble. Probablemente porque
su postura para las masas se ha convertido en algo natural en los últimos días.
Algo parpadea en el borde de mi visión, y me doy vuelta para ver que toda la mitad superior
de la pared exterior del atrio -sobre las puertas dobles- se ha iluminado. Es una pantalla
enorme, demasiado alta para que cualquiera la alcance.
Durante casi un minuto, la pantalla permanece en blanco y negro, mientras todos
esperamos en un silencio tenso. Luego aparecen los emparejamientos, separados en cuatro
niveles, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante diferente de la pantalla. El nivel uno
está en la esquina superior izquierda. Hay cuatro peleas de novatos en la lista, lo que
significa que ocho de los trece estaremos en la arena hoy.
Cierro los ojos, rezando una oración en silencio, aunque ni siquiera estoy segura de por qué
estoy rezando. O a quién.
"Último combate en el nivel". Graham me aprieta la mano. "Mira"
Abro los ojos y miro más de cerca las listas de novatos. Claro que sí, estaré en el último. Y
el nombre al lado del mío es....Lincoln Gray. No tengo ni idea de quién es, pero oigo su
nombre resonar en los murmullos de la multitud.
"¡Link!", alguien grita finalmente. "¿Dónde diablos estás?"
"Está por aquí". Alguien empuja a un hombre hacia mí, y Hardy lo empuja hacia atrás antes
de que pueda tropezar conmigo. Lincoln empuja a Hardy, y nos evaluamos mutuamente,
mientras la multitud observa.
Podría ser peor. Es grande, pero no enorme. Le he visto entrenar. Es un boxeador, lo que
significa que si puedo ponerlo en el suelo, tendré una buena oportunidad.
La mirada de Link es dura mientras me mira. "No es nada personal, Wolfe. No vine aquí
para golpear a las mujeres, pero tampoco vine aquí para morir".

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Me abstengo de señalar la ironía de esa declaración que viene de un preso condenado a

muerte, porque básicamente se disculpa por tener que pelear conmigo. Luego se vuelve
hacia Graham. "¿Vas a ser una perra con esto? Porque sabes muy bien que no era mi
decisión".
Graham niega con la cabeza. "Lo que pasa en la arena se queda en la arena. Pero si te
acercas a ella fuera de la arena, te mato". No es que tenga esa oportunidad; sólo uno de
nosotros sobrevivirá a esta pelea. No hay salvavidas en los partidos de novatos.
Empujo a Graham, irritación, rechinando los dientes juntos. "¡Hey!" Grito, y la atención de
Link vuelve a mí. Junto con la de todos los demás. "Estás tratando conmigo, no con él" El
tiempo para que Graham sea visto como mi protector ha terminado. Si no puedo estar sola
ahora, no tiene sentido que esté aquí. "Si tienes algo más que decir, oigámoslo. Si no, te
veré en la arena".
"He dicho lo que tenía que decir" Link se lanza a la multitud. Poco a poco, todos los demás
vuelven a los soportes.
"Joder", susurra Hardy. "Anderson, eres el cabeza de cartel"
Graham asiente con la cabeza. Ya lo ha visto. "Están haciendo una producción de ello" Su
visibilidad ha aumentado -tanto dentro como fuera del bullpen- gracias a mí. Por lo que le
hizo a Cohen Roth.
"¿Quién es Jack Clarke?" Pregunto, leyendo el nombre al lado del de Graham en la pantalla.
"Ese bastardo pelirrojo de ahí". Hardy apunta hacia la brecha que se abre entre la multitud,
y le veo. Jack Clarke es uno de los imbéciles excesivamente entusiastas y ansiosos por
suplantar a Cohen Roth, si pasa a Graham. "Puedes vencerle. Sin duda alguna", dice Hardy,
lo suficientemente alto para que todo el mundo lo oiga, y me doy cuenta de que esto
probablemente se está grabando, por las grabaciones de charlas de mierda que mostrarán
en las transmisiones. "Esta noche, tú eres el evento principal"
Graham niega con la cabeza. "Sylvie es el evento principal". Comienza a guiarme para que
me aleje de la multitud, hablando lo suficientemente bajo como para que sólo yo pueda
oírlo. "Quédate cerca de Hardy hasta que te llamen. No hables con nadie. Te veré en la sala
verde. Si nos han asignado a la misma"
"Espera, ¿qué está pasando?" Mi pulso sube tanto que me aprieta el pecho. "¿A dónde vas?"
"Clarke y yo tendremos un día completo de filmación. Normalmente no hay mucho de eso
para los novatos, pero tú eres una anomalía, así que también pueden llamarte temprano.
Hasta entonces, quédate con Hardy". Graham se dirige a su amigo, que es cuando me doy
cuenta de que el nombre de Hardy no estaba en la lista. "Vigílala como un halcón, tío. Te
juro que te lo debo".
"No es necesario, hermano. La cuidaré como si fuera mía".
"Gracias." Graham se vuelve hacia mí y se inclina para darme un beso, pero es mucho más
rápido y superficial de lo que yo preferiría. "Bloquea toda la estática. Concéntrate en tu
estrategia. Lo harás muy bien. Y estaré allí para mirar" Por encima de su hombro, veo que

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la pantalla parpadea con su nombre y el de Jack Clarke, diciéndoles que se presenten en el

estadio. "Tengo que irme"
"Lo sé." Lo atraigo para un beso más, luego lo dejo ir, y esa es una de las cosas más difíciles
que he hecho.
Incluyendo el crimen que me puso aquí.
Graham y Jack Clarke se dirigen a través del patio hacia el camino que conduce a la arena,
lado a lado, pero sin hablar. La multitud que nos rodea comienza a disiparse, a medida que
los que están en el grupo de hoy se van a hacer cualquier ritual previo a la pelea que les
ayude a mantener la cabeza en el juego, y todos los demás empiezan a reclamar máquinas
de pesas o un asiento en una de las mesas de picnic, desde donde evidentemente podrán
ver el material previo a la pelea, el mismo material que yo solía ver en casa.
Antes de que pueda averiguar qué se supone que debo hacer para prepararme, un suave
ruido de gruñido me llama la atención, y miro hacia arriba para ver una enorme nave que
se aproxima por el sur. "¿Qué es eso?"
"Lo llamamos el Zeppelín", dice Hardy. "Es el centro de control para la transmisión. También
hay una sala VIP en el nivel más bajo"
"¿Hay espectadores en esa nave? Como, ¿civiles?"
Él asiente con la cabeza. "Civiles muy ricos. Principalmente CEOs de las mayores empresas
patrocinadoras. Pueden ver a los luchadores en persona. Hablar con ellos. Evaluar su
potencial en cámara. Lo mejor que puedes hacer por ti misma es impresionarles, si tienes
la oportunidad. Cuanto más les gustes, más dinero gastarán para mantenerte sano. Y
armándote. Si duras lo suficiente para ser elegible para esos beneficios"
Sigo pensando en eso cuando Hardy me da un codazo en el brazo. "Busquemos un asiento.
Podría pasar un tiempo antes de que te llamen". Se dirige hacia la mesa de picnic más
cercana, y yo me he dado la vuelta para seguirlo cuando una mano se cierra sobre mi boca,
cortando mi grito antes de que se pueda formar.
Un brazo se envuelve alrededor de mi pecho, apretando mi caja torácica demasiado
brutalmente para que pueda respirar mientras me levanta un pie entero del suelo.
Pateo mientras me alejo de Hardy, arañando la mano sobre mi boca, rogando
silenciosamente a mi único aliado que se dé la vuelta. Para darme cuenta de que ya no
estoy con él. Trato de echar la cabeza hacia atrás, pero mi cráneo ya está inmovilizado
contra lo que se siente como la clavícula de alguien.
El pánico me quema los pulmones. Me sale un sudor frío por la piel. Esto es todo, no voy a
vivir para ver la arena.
Una pequeña multitud se cierra a mi alrededor, sobresaliendo sobre mí, y un segundo
después, el hombre que me sostiene me golpea en una de las mesas de picnic, lo
suficientemente fuerte como para aturdirme.
Jadeo, tratando de aspirar aire a mis pulmones mientras las manos rasgan mi camisa y me
sacuden los pantalones, justo encima de mis zapatos. Finalmente, tengo suficiente aire para

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gritar, y esta vez nadie trata de detenerme. Estoy rodeado de hombres que no están
participando en este asalto, pero ninguno de ellos viene en mi ayuda.
"Sujétala", dice una voz, y alguien me coge de los brazos y me los pone sobre la cabeza. Otro
par de manos caen sobre mis hombros, presionándome contra la mesa. "Esta será nuestra
última oportunidad, si Link la mata"
Giro la cabeza, luchando con lágrimas de terror, y veo a Hardy al borde de la multitud,
luchando contra los tres hombres que le retienen inmóvil. Haciéndole mirar.
La nave vuela por encima, y me pregunto si hay cámaras. Si están grabando esto. Si
Graham puede ver.
Si mis padres pueden ver.
Las caras sobre mí se desdibujan cuando alguien trata de arrancarme el sujetador y alguien
más me muerde el hombro. "¡Suéltenme, malditos psicópatas!" Grito. Los hombres sólo se
ríen. Las manos se deslizan por debajo de los costados de mi ropa interior, y pateo tan
fuerte como puedo.
Mi pie se conecta con algo firme, y alguien retrocede con un profundo uuf. Alguien más
trata de cogerme de los pies, y yo pateo de nuevo con el talón, arrojando a otro hombre
fuera de mí.
"Dale la vuelta", dice alguien, y las manos me agarran. Me levantan, sigo gritando, y me
ponen bocabajo mientras la multitud a mi alrededor se acerca. Las manos están por todas
partes. Mi ropa interior no está.
Voy a morir aquí.
Con esa comprensión, mi miedo se convierte en una furia cegadora.
Mi mirada se posa sobre un montón de material en la mesa, justo delante de mi cara. Son
mis pantalones. Y ahí, asomándose de mi bolsillo, está el extremo de mi navaja.
Una mano cae sobre mi espalda, sujetando mi pecho a la mesa. Alguien aprieta mi espalda
desnuda, y el material áspero roza la parte posterior de mis muslos. Pero nadie me ha
agarrado de las manos desde que me dieron la vuelta. No creen que haya mucho que pueda
hacer con ellos desde mi estómago.
Están totalmente equivocados.
Agarro el cuchillo y presiono el botón. La hoja se sale. Me giro a mi derecha y la hoja se
hunde sin esfuerzo en la carne. Roth lo mantuvo bien afilado.
Alguien gruñe, y el mango se sacude en mi mano mientras quienquiera que haya apuñalado
se retira, pero yo me aferro firmemente al arma.
"¿Qué carajo?" La mano desaparece de mi espalda.
Me pongo de pie contra quienquiera que todavía me esté presionando contra la mesa, y
luego tiro mi codo izquierdo hacia atrás tan fuerte como puedo. Aterriza contra una sólida

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tabla de músculo, y oigo otro gruñido, pero el hombre que está detrás de mí no se mueve.
Estoy atrapada entre él y el final de la mesa.
"¡Agárrenla!", me grita una voz en el oído.
Alguien coge mis brazos, y yo corto salvajemente. El cuchillo se engancha en la tela y alguien
nuevo grita. Todavía atrapada contra la mesa, me balanceo hacia atrás con el cuchillo, y
éste se hunde en el muslo del hombre que está detrás de mí. Grita y se tambalea, y de
repente soy libre.
Me doy la vuelta, mi mandíbula está apretada tan fuerte que me duele. Mi pulso se acelera
tanto que mi visión nada. Hay un hombre en el suelo delante de mí, agarrando su pierna.
La sangre se filtra entre sus dedos. Se escabulle hacia atrás, tratando de arrastrarse sin
parar, y yo caigo sobre él con una rodilla en el esternón. Mi brazo se balancea. Mi hoja se
hunde profundamente entre sus costillas en el lado izquierdo, y uso ambas manos para
retorcerla. Causando tanto daño interno como puedo.
Destruyendo su pulmón. Con suerte, robándole el corazón.
Le quito el cuchillo y le sale sangre del pecho. El hombre gorgotea. Él tose. Entonces deja
de moverse.
"¿Quién sigue?" Exijo a través de los dientes apretados mientras estoy de pie, con los pies
muy separados. Rodillas dobladas. Mi agarre del cuchillo está resbaladizo ahora, pero
todavía apretado. "Todos querían un turno, ¿verdad? ¿Qué tal ahora?"
El círculo a mi alrededor se ensancha a medida que los hombres retroceden, mirándome
fijamente como si acabaran de ver un cadáver levantarse de entre los muertos.
"¡Venid a mí!" Grito. "De uno en uno, os reto, joder. "¡Fingid que sois hombres de verdad
que no necesitáis atacar a una mujer y venid a por mí!"
Nadie viene. El círculo se ensancha, y entre las caras, veo a Lincoln Gray. Ha estado ahí
todo el tiempo. Observando. "¿Tú?" Exijo. "¿Quieres un poco? Ven a buscarlo"
Levanta las manos, con las palmas hacia afuera, como para decirme que no tiene nada que
ver con ello. Él solo estaba ahí parado. Lo cual era todo el maldito problema.
Doy vuelta en un círculo lento, con el cuchillo listo, y hago contacto visual con tantos de
ellos como puedo. "Veo a todos y cada uno de vosotros, desgraciados enfermos. Sé quién
sois. Olvidaos de Graham. Será mejor que vigiléis vuestras putas espaldas, porque voy a
por vosotros".
"¡Sylvie!", grita una voz familiar, y la multitud se despeja para Hardy, que lleva mi mochila.
Tiene el ojo hinchado y el labio roto, y a través de la rasgadura de su camisa puedo ver que
sus costillas están negras y azules. "¿Estás bien?"
"Estoy de puta madre". Me agacho por mi ropa interior y me la pongo sin soltar el cuchillo.
Luego me pongo los pantalones de la misma manera, mientras la multitud finalmente
comienza a dispersarse.

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"Wolfe", dice una voz, y yo me giro, todavía agarrando mi cuchillo, para encontrar a Link
mirándome. Apuntando a la gran pantalla en el lateral del edificio. En ella, nuestros
nombres están brillando, aunque no han llamado a ninguno de los otros luchadores desde
Graham y Jack Clarke. "Por aquí".
La multitud se separa para nosotros. Los hombres se quedan boquiabiertos.
Hardy me sigue a través de la primera puerta abierta por el estrecho camino metálico hacia
el complejo de la arena, y no intento detenerlo.
"No te dejarán llevar eso" Link está mirando mi cuchillo.
Me volví y le golpeé contra la pared con una palma en el pecho, con mi cuchilla
ensangrentada en la garganta. Me mira con calma, sin intentar empujarme. "¿Por qué?"
Exijo, y mi voz suena más suave e intensa de lo que quería.
"No te toqué, Wolfe. Tu problema no es conmigo"
"Sylvie..." La voz de Hardy está tensa. Parece que no sabe qué hacer.
No puedo apartar la vista de Link. "¿Por qué te quedaste ahí parado?"
Por un momento, sólo me mira fijamente. Solemne e impasible. "Si buscas héroes, estás en
el lugar equivocado. Pensé que ya te habrías dado cuenta de eso".
"Soy mi propio héroe", le gruño.
"Eso es jodidamente adorable. Ahora o me matas o me dejas ir".
Por un segundo, considero matarle. Sólo.... presionando el cuchillo. Dejando que se hunda
en su carne. Nadie me detendría. Nadie detiene nada por aquí a menos que seas el maldito
Cohen Roth, y alguien esté dispuesto a pagar para mantenerte con vida.
Link se ha ganado la muerte, si no por estar de pie como un espectador, entonces por todo
lo que hizo para ser enviado aquí. Pero si le mato, me emparejarán con otra persona. Tal
vez alguien peor. Así que lo dejo ir.
Se endereza la camisa, luego camina hacia la puerta, dejándome sola con Hardy en el
camino. "Oye. ¿Estás bien?"
"Ya me preguntaste eso" Empiezo a caminar, y él corre para mantener el ritmo.
"Lo siento mucho. Traté de llegar a ti"
"No hay nada que pudieras haber hecho. Había demasiados de ellos. Pero agradezco el
esfuerzo".
"Sylvie", dice, y no entiendo lo que quiere hasta que me doy la vuelta para mirarle. Su
mirada es una súplica silenciosa.
"Le diré a Graham que hiciste lo mejor que pudiste", le prometo.
Las arrugas de la frente se relajan. "Gracias"

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La puerta se abre justo cuando llego, y hay una docena de guardias armados esperándonos.
Apuntándonos con armas. Se dirigen a Link, hacia un área abierta de césped de color óxido,
bordeada por senderos cubiertos, y lo señalan hacia abajo por el que está a la izquierda.
Seis de los guardias le siguen. Los otros seis se quedan conmigo.
"Suelta el cuchillo", ordena uno de ellos.
"Si quieres el cuchillo, vas a tener que dispararme" Y en este momento, creo que lo digo en
serio. No puedo pasar por eso otra vez. Ni siquiera estoy segura de que pueda volver al
bullpen, sabiendo que si deciden volver a intentar la violación en grupo, habrá demasiados
para que yo pueda pelear, incluso con Graham y Hardy.
Uno de los guardias se adelanta, con la pistola en alto.
Respiro profundamente. Entonces cierro los ojos y espero a morir.
"¡No!" grita una voz, acompañada por el rápido chasquido de los tacones en el azulejo. "¡No,
no, no, no! ¡No le dispares!"
Abro los ojos para ver a una mujer con un vestido blanco que corre hacia mí con tacones
negros de cinco pulgadas, que hacen juego con su bolso y su cinturón. Mientras yo estoy
aquí con una camisa rasgada, sosteniendo un cuchillo ensangrentado. La disparidad es...
surrealista.
"Srta. Wolfe". Se detiene torpemente en seco, aún a varios metros de distancia. "Mi nombre
es Kaya Johnston. Soy tu enlace de patrocinio".
Frunzo el ceño, tratando de descifrar lo que está diciendo mientras una extraña niebla se
asienta alrededor de mis pensamientos. Esto debe ser un shock. "No tengo patrocinadores"
"Oh, ahora los tienes. Me he pasado toda la semana recibiendo llamadas y organizando
reuniones". Se vuelve hacia los guardias. "¿Podemos bajar las armas, por favor?"
"Tan pronto como suelte el cuchillo"
Le quito mi mochila, luego me doy vuelta y corro por el sendero de césped tras de Lincoln,
dejando a Hardy atrás.
La puerta se abre justo cuando llego, y hay una docena de guardias armados esperándonos.
Apuntándonos con armas. Se dirigen a Link, hacia un área abierta de césped de color óxido,
bordeada por senderos cubiertos, y lo señalan hacia abajo por el que está a la izquierda.
Seis de los guardias le siguen. Los otros seis se quedan conmigo.
"Suelta el cuchillo", ordena uno de ellos.
"Si quieres el cuchillo, vas a tener que dispararme" Y en este momento, creo que lo digo en
serio. No puedo pasar por eso otra vez. Ni siquiera estoy segura de que pueda volver al
bullpen, sabiendo que si deciden volver a intentar la violación en grupo, habrá demasiados
para que yo pueda pelear, incluso con Graham y Hardy.
Uno de los guardias se adelanta, con la pistola en alto.
Respiro profundamente. Entonces cierro los ojos y espero a morir.

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"¡No!" grita una voz, acompañada por el rápido chasquido de los tacones en el azulejo. "¡No,
no, no, no! ¡No le dispares!"
Abro los ojos para ver a una mujer con un vestido blanco que corre hacia mí con tacones
negros de cinco pulgadas, que hacen juego con su bolso y su cinturón. Mientras yo estoy
aquí con una camisa rasgada, sosteniendo un cuchillo ensangrentado. La disparidad es...
surrealista.
"Srta. Wolfe". Se detiene torpemente en seco, aún a varios metros de distancia. "Mi nombre
es Kaya Johnston. Soy su enlace de patrocinio".
Frunzo el ceño, tratando de descifrar lo que está diciendo mientras una extraña niebla se
asienta alrededor de mis pensamientos. Esto debe ser un shock. "No tengo patrocinadores"
"Oh, ahora los tiene. Me he pasado toda la semana recibiendo llamadas y organizando
reuniones". Se vuelve hacia los guardias. "¿Podemos bajar las armas, por favor?"
"Tan pronto como suelte el cuchillo"
"Eso no va a pasar" Aprieto más fuerte para asegurarme de que sepan que hablo en serio.
"Vale. Puedo entenderlo, considerando por lo que acaba de pasar. Así que, me gustaría
sugerir un compromiso. Una caja de seguridad. ¡Jeremy!" Kaya grita mientras se balancea
sobre las puntas de sus pies. "¡Trae la caja de seguridad!"
Antes de que termine de gritar, un hombre de mi edad con un traje negro emerge de una
puerta cubierta a mitad del camino a mano izquierda, empujando un carro en el que se
encuentra una caja fuerte de metal pesado. Se detiene a unos metros y abre la puerta de la
caja de seguridad.
"Ponga sus cosas ahí y se las devolveré después de la pelea. Jeremy y yo somos los únicos
que tenemos la combinación. Le aseguro que sus pertenencias estarán perfectamente a
salvo".
"O desaparecerán por completo, y tú me echarás al bullpen sin forma de defenderme".
Kaya me brinda una negación suave con la cabeza. "Srta. Wolfe, no nos conviene dejar que
le pase nada. Sus patrocinadores corporativos están muy entusiasmados, y desde hace
unos días, hay mucho dinero en juego por su éxito en la arena. Así que por favor, ponga sus
cosas en la caja, para que podamos hacer que esté lista".
Parece que no tengo otra opción. Así que, retraigo la hoja y pongo mi cuchillo ensangrentado
en la caja de seguridad vacía, seguido de mi mochila.
"Genial. Ahora, si me sigue..." Ella se gira, haciendo un gesto para que yo la acompañe,
mientras Jeremy cierra la caja de seguridad. "Tenemos una pequeña sorpresa para ti" Los
seis guardias nos siguen, y oigo que empujan el carro detrás de ellos.
Kaya me lleva a la puerta de donde Jeremy y su caja salieron, y cuando la sigo dentro, al
principio todo lo que puedo hacer es mirar. "Esta es tu habitación verde", susurra Kaya, y
a lo lejos, soy consciente de que hay una cámara apuntando a mi cara, grabando mi
reacción.

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La habitación es enorme. El piso es un mar de gruesa alfombra blanca, que definitivamente

ya he estropeado con mis sucios zapatos, y las paredes están revestidas de lo que parece
ser madera auténtica, un contraste dramático y lujoso con las superficies metálicas por las
que he estado rodeada desde que me subí al transporte de la prisión.
A lo largo de toda la pared izquierda hay una mesa de buffet, donde tres personas vestidas
de camareros están listas para servir comida de al menos una docena de platos cubiertos.
A la derecha, una puerta abierta revela un brillante baño de azulejos blancos, y a la
izquierda de esa puerta hay varios estantes de ropa. Luego una mesa de maquillaje. Y una
silla de salón. Y...
"¡Sylvie!"
Me giro a la derecha, y en el momento en que veo a Graham, mi visión se nubla con lágrimas.
Me abraza fuerte y me entierra la cara en el pelo, como si lo oliera. "Me lo mostraron todo
en vivo", susurra. "Pero estos bastardos armados no me dejaron volver al patio. "¿Estás
bien?"
Asiento con la cabeza. Eso es todo lo que puedo hacer mientras aspiro más lágrimas.
"Lo siento mucho, pero... no puedes permitirte el lujo de llorar ahora mismo. Hay cámaras
en todas partes excepto en el baño"
Vuelvo a asentir con la cabeza, todavía esnifando mientras presiono mi cara contra su pecho
y dejo que su camisa seque mis lágrimas. Luego aspiro profundamente.
Graham toma mi barbilla e inclina mi cara hacia arriba. Luego me besa como si no me
hubiera visto en semanas.
"Acércate a ese beso", dice una voz masculina, y cuando abro los ojos, veo a un hombre con
un equipo de cámara liviano dirigido hacia nosotros. "De oro", dice la voz, y mi foco se
encuentra con un hombre de cabello plateado con un polo negro y pantalones, no nos mira
a nosotros, sino a una pantalla delgada que sostiene en una mano. "Eso tendrá mucho
juego".
"Carretes de fondo", explica Graham. "Todo aquí es juego limpio, excepto el baño"
"¡Bien, empecemos!" Kaya aplaude, y me doy cuenta de que sea lo que sea todo esto....mi
enlace de patrocinio está al mando. Lo que ilustra exactamente lo importante que es el
beneficio para la Autoridad Universal. "Primero, asumo que vas a querer una ducha
caliente. O un baño. Tenemos tiempo para un baño, ¿no es así, Charles?"
El hombre de negro asiente con la cabeza sin levantar la vista de su pantalla. "Media hora".
"Genial" Kaya pone una mano sobre cada uno de nuestros brazos, y me quedo un poco
sorprendida de que se acerque tanto a dos asesinos convictos, hasta que me doy cuenta de
que no hay menos de doce guardias armados aquí, vigilando cada uno de nuestros
movimientos. "Cariño, vi lo que pasó allá afuera, y lo siento mucho" Está hablando en voz
baja, y realmente parece horrorizada. "¿Por qué no te damos un tiempo a solas para que te
calmes? Prepara un baño caliente. Creo que hay burbujas. Y hay una botella de depilador
en el borde de la bañera, pero es obvio que querrás usarla antes de meterte en el agua. No

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hay necesidad de lavar con champú, sin embargo. Renee se encargará de eso. Así que
cuando estés lista, sal y te traeremos algo de comer antes de empezar con todo lo demás".
"¿Todo lo demás?"
"Peluquería, maquillaje, vestuario. Entrevistas. Todas esas cosas que solías ver en los
canales. Tenemos que filmar todo eso hoy, antes de tu pelea. Los editores ya están
esperando en el dirigible para preparar el material".
Cuando sólo la miro fijamente, luchando contra esa niebla mental de nuevo, Graham me
envuelve con un brazo. "Volveremos en media hora", promete mientras me lleva al baño.
"No hay cámaras ahí, ¿verdad?"
"¡Oh! Van a entrar ahí juntos, entonces. Al baño." Las mejillas de Kaya se vuelven rosadas,
como si eso fuera lo más escandaloso que ha escuchado, lo cual es extraño, considerando
lo que acaba de ver en el patio. "No. Nada de cámaras".
Graham cierra la puerta del baño detrás de nosotros e inmediatamente abre la llave de la
bañera. Tan pronto como el agua empieza a correr, tan pronto como estoy segura de que
puede disimular el sonido, me pongo a llorar.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 13
SYLVIE
“MATARÉ A CADA UNO DE ELLOS”. Graham me rodea de nuevo, y sollozo en su hombro
por un par de minutos, esperando que nadie en la otra habitación pueda oír.
El llanto sería esperado de cualquier otra mujer en el Universo, después de lo que acabo de
pasar, pero no para mí. Soy una asesina. Una maldita gladiadora, ahora a merced de los
patrocinadores. Que dependen de mi imagen. De mi audiencia. De lo mucho que me aprecie
el público. De la mucha confianza que tienen en mi capacidad de ganar.
Sé cómo funciona esto.
"Ven a sentarte", dice Graham, y yo le sigo hasta el borde de la bañera, donde se ha sentado.
"¿Burbujas?", pregunta, tirando de mí en su regazo.
"Sí. Claro que sí". Esta noche, me quedo con la arena. Esta noche, o mato o me matan. Pero
hoy...
Hoy, por primera vez en meses, alguien que no sea Graham me está ofreciendo consuelo.
Dignidad. Lujo, incluso, si se puede confiar en el olor de las burbujas aquí y de la comida
allá afuera.
Graham vierte un baño de burbujas en el agua que fluye, y yo ya me estoy quitando la ropa
apestosa y manchada de sangre. No puedo deshacerme de ellas lo suficientemente rápido.
Al entrar en la bañera, me veo en el espejo y me sorprende lo que veo. Estoy muy delgada.
Tengo un paquete de seis, y puedes ver cada línea de músculo en mis brazos. Así como mis
huesos de la cadera. Pero, para mi sorpresa total, no tengo ni una sola marca. Ni siquiera
un moratón.
¿Cómo puede ser que no haya ninguna señal externa de lo que acaba de pasar?
Me deslizo en el agua caliente y muevo las burbujas a mi alrededor, como cuando era niña.
"¿Sería una debilucha si admitiera que quiero que me abraces?"
La sonrisa de Graham parece dolorida. "Vi lo que hiciste allá afuera. Nadie podría acusarte
de ser menos que una tipa dura, Sylvie". Se quita el uniforme y los zapatos de la prisión, y
yo me adelanto para que pueda sentarse detrás de mí en el agua. Cuando se asienta, me
recuesto en su pecho y él me abraza. "Siento no haber estado allí"
"Me alegro de que no lo estuvieras. Podrían haberte matado".
"Tendrían que haberme matado, para llegar a ti"
"No te enojes con Hardy. Lo intentó."
"Lo sé." Graham alisa el pelo por encima de mi hombro. "Se enfrentó a tres de ellos por ti."
"Casi mato a Lincoln Gray".

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Graham se ríe, y todo su cuerpo tiembla contra el mío. "No te preocupes. Tendrás otra
oportunidad".
Por unos minutos, nos sumergimos en el agua caliente, y es una de las cosas más increíbles
que he sentido en mi vida, aún más por el hecho de que él está aquí conmigo.
Graham se ríe de nuevo. "Me acabo de dar cuenta de que esto significa que voy a pisar la
arena oliendo como..." Recoge la botella de baño de burbujas y lee de la etiqueta. "Lavanda
y manzanilla. Sólo un hombre de verdad puede hacer eso".
"Confío en ti. Me dijiste que los recortan y afeitan, pero no mencionaste nada de esto. Estoy
casi feliz de estar peleando hasta la muerte esta noche, por un baño caliente y lo que huele
horrible como una cena de cerdo a la barbacoa".
Graham resopló. "Esta no es la norma. Es posible que hagan todo lo posible por Roth, pero
nunca he visto algo así en todo el tiempo que he estado aquí".
Me siento y me retuerzo para enfrentarme a él. "¿Esto es sólo para nosotros?"
Él asiente con la cabeza. "Bueno, es sobre todo para ti. La primera mujer en la arena, y todo
eso. Aunque Kaya dijo que los patrocinadores se están devorando nuestra 'relación'".
No estoy segura de cómo me siento al respecto. Lo que Graham y yo tengamos, sea lo que
sea, no es asunto suyo. Pero si funciona bien con los alimentos, podría darnos ventajas que
podrían salvar nuestras vidas.
"Probablemente deberíamos bañarnos", dice Graham. "Hay jabón líquido y una especie de
esponja hinchada... o algo así por allí". Señala el borde más alejado de la bañera, junto a la
pared. "¿Quieres que yo...? No tenemos que hacer nada. Puede ser sólo un baño".
Asiento con la cabeza mientras echo un chorro de jabón perfumado sobre la esponja. Luego
me giro a horcajadas sobre sus muslos y se la doy.
Me apoyo en su pecho con mi cabeza en su hombro mientras me pasa la esponja
suavemente por toda la espalda, y el agua tibia se siente tan bien que realmente comienzo
a relajarme. Y lo siguiente que sé, es que estoy llorando de nuevo.
Graham no trata de animarme, y estoy agradecida por eso. Él sólo me abraza mientras
desliza la esponja sobre mis brazos, luego sobre mis hombros y por mi cuello. Me siento
para que pueda alcanzar el resto de mí, y mi mirada encuentra la suya. "Sylvie..." Se inclina
hacia adelante y me besa, y siento que la esponja se balancea en el agua.
Mientras nos besamos, recoge un montón de burbujas y empieza a frotarlas por todo mi
cuerpo con sus manos. Empieza en mi cuello, luego se mueve sobre mi clavícula. Cuando
llega a mis pechos, sus manos calientes y resbaladizas con jabón, mi cuerpo comienza a
responder. Mis pezones se endurecen, y me decepciona cuando se mueve hacia mi
estómago, en lugar de quedarse en los picos sensibles.
Así que deslizo mi mano por su estómago hacia el agua, dejando que las yemas de mis
dedos pasen por encima de su saco antes de coger su polla en mi mano. Ya está duro,
aunque ha tenido cuidado de no presionar su erección contra mí. Gime cuando lo aprieto,

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y rompe nuestro beso para apoyar su frente contra la mía. "Sylvie... Sabes que estoy feliz
de complacerte, pero no tenemos que hacer esto"
Puse mi mano sobre su boca para callarle. "No pediré algo que no quiero. Esta es nuestra
realidad, Graham. No es la primera vez, y ni será la última. Pueden tener éxito la próxima
vez, y si lo tienen, y eso cambia algo entre nosotros, entonces nos ocuparemos de eso
cuando llegue el momento. Pero por ahora... no voy a dejar que me quiten esto. Me gusta el
sexo. Eres lo único bueno que me ha pasado en este horrible lugar". Le acaricio un par de
veces más, y sus ojos se cierran mientras gime. Luego me levanto de rodillas y lo sujeto en
posición mientras desciendo sobre él. "Me haces sentir bien, y que me condenen si voy a
dejar que me lo quiten. Que nos lo quiten"
Me tira hacia abajo para reclamar mi boca y empiezo a moverme, estableciendo un ritmo
tranquilo que enciende una lenta quemadura en mi interior. Ese calor se acumula con cada
golpe. Sus manos vagan por mi cuerpo, frotando mis pezones en sus puntos duros con los
dedos aún húmedos y manchados de jabón. Bromeando hacia el borde del placer mientras
nuestro beso sigue y sigue, hasta que me alejo de él y dejo caer mi cabeza hacia atrás. Mi
boca abierta.
Sumerge la cabeza para chuparme el pezón y yo gimoteo mientras me muevo
balanceándome, derramando agua sobre el borde de la bañera. Me balanceo justo en el
borde, cada músculo de mi cuerpo tenso con la liberación inminente. Desesperada por ello.
Mi cuerpo está lleno de sensaciones: agua tibia que baña mi piel, manos ásperas que
masajean mi carne, el placer de la felicidad que se apodera de mí. "Graham", suplico, y él
embiste más fuerte. El agua me da una palmada en la parte inferior de los pechos, burbujas
que hacen cosquillas en la piel sensible.
Me coge de las caderas y me empuja hacia él. "Date prisa, nena", gime, y mientras su polla
se hincha dentro de mí, puedo sentir sus piernas tensas debajo de mí con el esfuerzo de
contenerse. "No puedo esperar..."
"No lo hagas. Estoy justo ahí"
Un sonido estrangulado se le escapa de la garganta mientras empuja con fuerza hacia
arriba, manteniéndome inmóvil por las caderas, y esa última fricción es todo lo que necesito.
"Oh...." Jadeo, y me aferro a los lados de la bañera mientras mis músculos hacen espasmos
a su alrededor, llevándolo más profundo. Empujándome por el borde, en una explosión de
placer que me hace sentir....completa. Normal. Como si hubiera una parte de mi vida que
todavía es mía -todavía mía-, a pesar de toda la mierda que vivo en la cámara, cada segundo
de cada día.
Esa parte de mi vida es Graham y esta conexión humana que de alguna manera está
prosperando en un lugar inhumano. Él es todo lo bueno en toda mi existencia, y la idea de
perderle...
No

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"Sylvie". Graham me acerca, su polla sigue moviéndose dentro de mí. “Tienes que pelear
allá afuera. No puedes morir conmigo ", dice, y me doy cuenta de que estamos pensando lo
mismo. "No puedo estar aquí sin ti nunca más. No ahora que te he tenido ".
"De vuelta a la vida" Le doy un beso largo más. Luego, con un suspiro, me pongo de pie y
dejo que las burbujas se deslicen por mi cuerpo mientras cojo una toalla del montón en el
extremo de la bañera.
Al secarme, Graham me entrega la bata colgada de un gancho en la pared. Pero cuando
estoy cubierta, abre la puerta del baño de par en par, aún goteando agua, y sale a la
habitación principal para dar un coro de gritos ahogados. "Sólo un aviso. Hicimos un
pequeño lío ahí dentro"
Kaya se inclina a su alrededor para mirar el agua en el suelo, y su boca forma una perfecta
y escandalizada O.
Tengo la sensación de que si alguna vez regresamos a esta habitación, tendrán cámaras
instaladas en el baño.

∗∗∗∗∗∗∗
ES COMO UNA BURLA PARA MÍ. Olvidé usar esa crema depilatoria, así que Kaya me manda
de vuelta al baño. Para cuando salgo, toda pulida y suave, Graham ha sido vestido y llevado
a entrevistas en la sala de prensa, que evidentemente se encuentra en otro edificio.
Me paso las siguientes dos horas haciendo cámara, una broma del demonio, teniendo en
cuenta que apenas ha habido media hora de mi vida en la última semana que no haya
estado ante la cámara, incluso sin llevar nada puesto.
Renee resulta ser un hombre pequeño con el pelo canoso cogido en una cola de caballo, que
tiene los dedos más fuertes que he sentido nunca. Me lava el pelo como si pensara que
puede eliminar la sentencia de muerte como si fuera un mal tinte, y luego viene a por mí
con unas tijeras.
"Eres bienvenido a afeitarte", le digo, sólo medio bromeando.
Pero luego Kaya corre por la habitación pisándole los talones, gritando: "¡No, no, no, no!"
Con su voz aguda y horrorizada. "Ella es la primera mujer en salir a la arena. Nos damos
cuenta de que es rudo y todo eso, pero ¿qué sentido tiene poner a una mujer ahí fuera, si
solo va a parecer un hombre? "
"Muchas mujeres tienen el pelo corto", señalo, pero es como si no estuviera allí. "¿No
podemos fingir que la igualdad de género se aplica tanto a los peinados como a las condenas
a muerte?"
Kaya frunce el ceño. "El cabello se queda".
"¿Incluso si eso me mata?" Demostré que me envuelvo una larga hebra alrededor de mi
propia mano, como sin duda intentará hacer Lincoln Gray, y ella frunce el ceño. Luego se
vuelve hacia Renee. "¿No hay algo que puedas hacer para que sea más difícil de agarrar?
¿Y aún así mantenerla con aspecto femenino? ¿Quizás con unos pequeños rizos sueltos
para enmarcar su cara?"

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"Esto es absurdo", digo cuando Renee comienza a trenzar mi masa de rizos en la trenza más
apretada y segura que jamás he usado. Cuando termina, mete el extremo por debajo y lo
coloca en su lugar. Probablemente tendré una migraña por la presión, pero tengo que
admitir que mis rizos serán mucho más difíciles de ser utilizados por Link contra mí ahora.
Pero los "rizos sueltos" son ridículos.
Cuando termino de peinarme, una mujer llamada Margie trabaja en mi cara con maquillaje
y me asegura que se mantendrá relativamente fresca, incluso con el calor y el sudor que
soportaré en la arena. Es casi un shock verme maquillada de nuevo, después de meses sin
siquiera un tubo de crema hidratante, pero puedo decir por la forma en que todo mi "equipo"
me está mirando en el espejo que no soy la única que está impresionada.
Evidentemente, sigo estando bastante bien limpia.
Después del maquillaje viene el vestuario, y aunque hay un estante entero de ropa para
elegir, Kaya ya está sosteniendo la....cosa que ella quiere que me ponga. Ella me entrega un
atuendo de una pieza, sin costuras y sinceramente me siento un poco aliviada. La
indumentaria blanca sin mangas con tonos plateados va reforzada a lo largo del busto para
sujetar. "Tenía miedo de que me tuvieras ahí fuera peleando en bikini"
Kaya se ríe de verdad. "Eres una mujer atractiva, y eso te hace rentable. Pero lo que te hace
más rentable es que estés viva para que te ofrezca a los patrocinadores. No puedo vender
una luchadora sin pulso".
"Me alegra que estemos de acuerdo en eso". Me dirijo al baño para cambiarme, y cuando
salgo con mi atuendo de gladiadora completamente blanco, ceñido y hasta la pantorrilla,
hay dos cámaras apuntadas a mí, listas para captar mi reacción.
"Bueno, ¿qué te parece?" pregunta Kaya, con las manos pegadas al pecho.
"En realidad es algo perfecto" Me pongo en cuclillas, para demostrarlo. "Se mueve bien.
Mucho sujeción. Y la armadura de los hombros es un buen toque". Incluso si no estoy
segura de que sean realmente funcionales. "El color es absurdo, sin embargo. Mostrará
sangre".
"Sí." Kaya asiente sabiamente. "Sí, lo hará"

∗∗∗∗∗∗∗

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CHAMPION

Capítulo 14
SYLVIE
"DE ACUERDO, SIÉNTATE AHÍ Y EMPEZAREMOS". Charles señala una silla estilo director
rodeada por un banco de pantallas, en una de la media docena de cabinas idénticas de tres
lados espaciadas alrededor de la gran sala de medios. Graham está en la cabina al lado de
la mía, ya está siendo entrevistado por otro productor, pero lo que sea que esté diciendo se
desvanece en un silencio aturdido cuando me ve. Sonríe, pero es el calor en sus ojos lo que
me dice lo bien que me veo ahora mismo.
Él se ve aún mejor. Tienen a Graham engalanado en negro sólido con toques rojos,
incluyendo una armadura de hombro redondeada que coordina con la mía, pero que parece
más funcional que decorativa. Y es entonces cuando recuerdo que en el nivel superior, los
patrocinios podían traerle -o a sus oponentes- armas.
Armaduras similares dibujan sus muslos y curvas sobre sus rodillas, pero la mayor parte
de su torso y sus brazos han quedado desnudos de todo, excepto de la tela flexible y
apretada, a través de la cual cada línea de músculo queda resaltada por la luz a medida
que se mueve.
"Por aquí". Charles me hace señas hacia mi asiento, y mi escolta de seis guardias armados
me sigue para desplegarse detrás de él mientras yo tomo asiento. No veo ningún micrófono,
pero no tengo ninguna duda de que la grabación recogerá cada palabra que diga y cada
respiración que dé.
Mientras Charles se hunde en la silla frente a mí -desconecta la cámara-, da golpecitos en
su pantalla y los monitores que están alineados en la cabina a mi alrededor se iluminan.
Un segundo más tarde, comienzan a reproducir un bucle de mis "mejores momentos", cada
uno de los cuales comienza en un punto diferente del metraje.
He visto esto antes, por supuesto. Como espectadora. Pero nunca he visto una entrevista
prolongada o un reportaje de "grandes momentos" para un novato. Debido a que aún no he
estado en la arena, todas las imágenes son de mi juicio o del bullpen.
Al otro lado de la sala, Lincoln Gray y Jack Clarke están siendo entrevistados en sus propias
cabinas, y mientras que el video de Clarke es tan largo y espeluznante como glorioso, el de
Link es corto, por lo que se repite mucho más a menudo.
"Empecemos con una introducción", dice Charles, mientras el cámara coloca su equipo
ligero sobre un trípode frente a mí. "Dinos tu nombre y lo que hiciste para que te enviaran
aquí. Siéntete libre de editorializar".
Miro a la cámara, tratando de superar la surrealidad de experimentar este momento por mí
misma, cuando lo he visto en las tomas tantas veces, todas con luchadores mucho más
grandes y experimentados que yo. "Me llamo Sylvie Wolfe y soy una asesina convicta.
Aunque prefiero pensar en mí más bien como un vigilante".
"¿A quién mataste?" pregunta Charles, como si no lo supiera ya.

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EMMY CHANDLER
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"Maté al hombre que mató a mi hermana, Skye. Él era concejal de la ciudad, y ella era su
interna. Una noche me dejó un mensaje diciendo que lo había pillado haciendo algo ilegal
y que necesitaba un consejo. Al día siguiente, alguien encontró su cuerpo en un basurero
al otro lado de la ciudad de su oficina. Las autoridades locales estaban demasiado
asustadas del concejal como para responsabilizarlo por lo que hizo, o bien estaban en su
cartera. Así que intervine".
"El informe policial dice que le ató a una silla, desnudo y le apuñaló 26 veces, pero que
tardó casi tres horas en desangrarse, porque no tocó ningún órgano importante ni cortó
ninguna arteria"
Me encogí de hombros. "Skye estaba embarazada de ocho semanas cuando murió. Estaba
a menos de un mes de su boda". De su 'felices para siempre', con un gran tipo que había
conocido desde que tenía quince años. "Si hubiera podido hacer que su muerte durara más,
lo habría hecho"
"No tengo ninguna duda al respecto. Entonces... ¿cómo supiste dónde cortarle, para no
matarlo demasiado rápido?"
"Tengo un título en biología, con especialización en anatomía y fisiología humana"
Charles da la vuelta a su pantalla para que pueda ver el documento de aspecto oficial que
ha cargado. "De hecho, eso es quedarse corto. Según tu expediente académico, eres una
especie de entusiasta de la … anatomía. Todos hemos visto imágenes de ti metiendo un
bolígrafo de tinta en la yugular de un recluso a los pocos minutos de llegar a la sala de
espera. Entonces, esta mañana, te vimos apuñalar a otro preso en el pecho. El forense de
la estación Alfa dice que su cuchilla se deslizó entre dos de sus costillas y perforó su pulmón
izquierdo, luego destruyó su ventrículo izquierdo. Fue un asesinato muy preciso y eficiente".
Sólo puedo encoger los hombros.
"¿Eres una profesional de la medicina?" presiona Charles.
Niego con la cabeza y no puedo resistirme a una pequeña sonrisa. "Enseño -enseñé- Biología
y Anatomía en el instituto"
"Uh huh" Se aclara la garganta. "Visitemos ese momento al final de su juicio. Ante la
sentencia". Charles toca algo en la pantalla en su regazo, y el mayor de los monitores de mi
cabina, el de mi izquierda, deja de reproducir el bucle y muestra imágenes de seguridad de
mi juicio.
Ambos observamos desde un extraño ángulo mientras el juez anuncia mi veredicto de
culpabilidad. Luego me condena a muerte.
Me veo a mí misma entrando en pánico, con los ojos bien abiertos. Me tiemblan las manos.
Eso fue hace menos de tres meses, pero la Sylvie en pantalla se ve mucho más joven de lo
que recuerdo haber sido.
Se abre una puerta en la parte delantera de la sala de audiencias y el hombre que sale lleva
una sola inyección hipodérmica precargada en una bandeja de acero inoxidable. Los

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alguaciles me arrastran hacia la silla en un lado de la habitación, donde las correas esperan
para inmovilizar mis brazos y piernas.
"¡Esperad!" Grito, y mi abogado se estremece. "¡Esperad, no!" Me pongo a patear y
retorcerme, peleando con los alguaciles. Me las arreglo para liberarme de un oficial, y me
balanceo para golpear al otro en la cara. Su nariz explota en una lluvia de sangre y liberó
mi brazo.
Me alejo de ambos, con las rodillas dobladas, los brazos extendidos, y mientras me observo
a mí misma ahora, a los tres meses y toda una vida después, me doy cuenta de que me veía
como una loca. "¡Esperad!" Grito de nuevo desde la pantalla, mientras me apuntan con las
armas por toda la sala. "Puedo elegir mi método de ejecución, y elijo el combate. ¡Quiero
combatir!"
"Guau" Charles toca su pantalla de nuevo, y mi video comienza de nuevo, sin sonido. "Nadie
lo vio venir. Pero en retrospectiva, tal vez deberíamos haberlo hecho. Tienes una conexión
con el combate profesional, ¿no? ¿Nos hablarás de tu hermano?"
Me muevo en mi asiento. Sabía que esto iba a pasar, pero todavía odio asociarlo
públicamente con lo que he hecho. con donde estoy. "Mi hermano es Sebastian Wolfe. Más
conocido como Havoc".
La imagen en la pantalla a mi izquierda cambia de nuevo para mostrar un clip de Sebastian
luchando en el área del Gran Campeonato - una versión más brillante y limpia de la arena
donde estaré en un par de horas. La lucha a muerte entre ciudadanos ha sido un gran éxito
durante años, y al crecer, el sueño de mi hermano era llegar a la arena. Para ganar fama y
fortuna para toda nuestra familia.
Pero a diferencia de la versión que estoy viviendo, el término de lucha a muerte es una
palabra un poco errónea en el lado civil. Sólo la final del campeonato es una lucha a muerte,
y aunque Sebastián se ha acercado varias veces, nunca ha llegado tan lejos.
"Tu hermano está teniendo una buena temporada", me dice Charles, y el repentino pulso
de nostalgia que se apodera de mí es un dolor brutal. No lo he visto pelear desde que me
detuvieron. "Entiendo que te has entrenado con él, de niña..."
"No formalmente, pero sí. Sebastian siempre quiso ser un luchador. A Skye no le gustaba,
pero mi hermano y yo íbamos a clases juntos cuando éramos mayores. Ahí es donde empezó
mi interés por la anatomía. Pensé que si sabía exactamente dónde golpear, sus golpes serían
más eficientes. Me dediqué tanto a las clases como al entrenamiento, incluso después de
que se hiciera con el título de Gran Campeón".
"¿Por qué Sebastian no intentó vengar a tu hermana?" pregunta Charles, y ese dolor de
nostalgia se convierte en una ardiente lanza de dolor cuando recuerdo a Skye tendida en
su ataúd. "Él no estaba allí. Ni siquiera le dejaron salir del entrenamiento el tiempo
suficiente para venir al funeral. No es que importe. No creo que pudiera haberse acercado
a su asesino. El concejal habría visto venir a Sebastian. Pero la gente siempre me
subestima"
"Tal vez ya no sea así, después de lo que todos vimos esta mañana", dice Charles, y yo trato
de no acobardarme con el recordatorio de que todo lo que sucedió en el patio ocurrió en

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cámara. Sin embargo, ahí está, jugando silenciosamente en la pantalla a mi izquierda: una
foto mía de la cintura para arriba -la versión editada para los espectadores domésticos-,
con ojos salvajes y feroces, empuñando mi cuchillo sangriento contra una multitud de
hombres enormes y corpulentos. "Eso fue realmente increíble. Háblame de Graham. ¿Lo
conocías antes de llegar aquí?"
"No. Dice que nos conocimos cuando éramos niños, pero no lo recuerdo" La escena en la
pantalla más grande muestra imágenes de seguridad de Graham alejándome de Ray y
metiéndome en su celda. El metraje cambia para mostrarnos en la cama más tarde esa
noche - una versión editada hizo un zoom para mostrar sólo nuestras caras, mientras le
beso.
"Bueno, entonces, todo eso pasó rápido"
"Supongo", admito. "Pero no se siente así. Aquí, cada minuto es una hora. Cada día es un
mes. Por un lado, el saber que podría morir hoy me hace sentir como si mi vida estuviera
fuera de control. Los granos de arena del tiempo se me escurren entre los dedos demasiado
rápido como para retenerlos. Pero al mismo tiempo, ya llevo aquí una eternidad. Graham y
yo hemos vivido toda una vida en los últimos seis días. Una vida brutal y sangrienta".
"Mierda". Charles se aleja de mí para mirar al camarógrafo. "Ella es el puto tesoro de los
medios".

∗∗∗∗∗∗∗
OBSERVO DESDE EL BANQUILLO en el borde de la arena, abriendo y cerrando mis manos
recién envueltas, mientras dos novatos llamados Eli y Kent toman la arena. Si no los
hubiera visto derretirse silenciosamente detrás de escena, no tendría idea de que ambos
están cagados de miedo. Se ven iguales para mí, pero si he aprendido algo al ver las
grabaciones, es que realmente no puedes predecir quién saldrá ganando, incluso si se han
visto las grabaciones de segundo plano. Las estadísticas. La actitud.
Excepto Cohen Roth. Lleva aquí casi un año y no ha perdido ni una sola pelea. Estoy
convencida de que la única razón por la que no salió vencedor la temporada pasada es que,
a pesar de las afirmaciones del Alcaide de que un sistema automatizado establece los
grupos, alguien en la Junta Corporativa decidió que Roth podría ser un gran problema esta
temporada, si le mantenían cerca. Así que se quedó fuera de la lucha por el campeonato,
sin duda echando humo fuera de las cámaras, y durante toda la temporada, ha caído como
un martillo sobre todos los que se han enfrentado a él.
Estar fuera de servicio por el momento debe estar matándole, pero todos aquí parecen
aliviados. Incluyéndome a mí. No pueden ponerme en contra de Roth hasta que suba de
nivel, pero Graham....
Ni siquiera soporto pensar en ello. Ha sacrificado mucho de su propio entrenamiento por
ayudarme, y sé que eso le va a lastimar.
"¿Cómo te sientes?" Graham se acerca a mi lado frente a la enorme ventana a prueba de
roturas y me desliza un brazo alrededor de la cintura.

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"No lo sé. No estoy procesando nada en este momento. Sólo estoy tratando de concentrarme
en el juego" Hace un par de horas, recién traumatizada y con un subidón de adrenalina,
estaba dispuesta a matar a Lincoln Gray porque estaba dispuesto a quedarse de brazos
cruzados y observar mi ataque. Pero ahora...
Estoy bien luchando por deporte, por ejercicio y por entretenimiento. Y obviamente he
matado para vengar a mi hermana y para protegerme, y volvería a hacer cualquiera de los
dos en un abrir y cerrar de ojos. Pero ahora que ha llegado el momento -ahora que estoy en
él, en lugar de verlo en los canales- parece que matar por diversión....
Graham frunce el ceño, estudiando mi expresión, donde mis pensamientos están
evidentemente escritos, tan claros como el día. "Lincoln Gray tiene una sentencia de muerte,
y tú eres su verdugo" Su voz es demasiado baja para que nadie más la oiga. "Pero si le das
una oportunidad, cambiará el guion. No le des esa oportunidad".
Al otro lado de la habitación, Link se sienta en el suelo con los ojos cerrados, como si
estuviera meditando. Como si no viera a los otros combatientes, o a las dos docenas de
guardias fuertemente armados y acorazados listos para dispararnos a todos y cada uno de
nosotros a la primera señal de problemas. Ojalá pudiera dejar todo a un lado y
concentrarme.
Pero no puedo.
"Puedes hacerlo". Graham me acerca y apoya su frente contra la mía. "Tienes que hacerlo".
Estamos a la altura de la arena, en una gran sala que en realidad está semienterrada, en
el lado norte del estadio. La ventana alta del banquillo forma parte de la pared de la arena
en forma de anillo. El resto de la pared se compone de una serie de pantallas altas a prueba
de roturas, por encima de las cuales los espectadores miran a la arena desde las secciones
curvas de los asientos al estilo de las tribunas.
El público en vivo está compuesto en su totalidad por reclusos de la zona uno que no fueron
seleccionados para las peleas de hoy, y parecen tan ansiosos por ver sangre derramada
como lo estarían por derramarla ellos mismos.
El zumbido atraviesa mis pensamientos, y en la arena, Eli y Kent comienzan a rodearse.
Link y yo somos los siguientes.
Kaya y el resto de mi equipo de producción se han ido, presumiblemente de vuelta a mi
cuarto verde, donde verán cada movimiento y se prepararán para mis entrevistas
posteriores a la pelea. Asumiendo que sobreviva. Aquí en el banquillo, sólo hay luchadores
y guardias.
En la arena, Kent hace su jugada, una embestida animada en la que tengo grandes
esperanzas, hasta que el puñetazo de Eli en la cara lo tumba de espaldas. Cae con una
rodilla en el pecho de Kent y empieza a golpear. Se acaba en menos de un minuto.
Eli está de pie, esperando los aplausos de la audiencia de los reclusos, pero poco llega. El
combate fue demasiado rápido. Lo llevará al siguiente nivel, pero no lo pondrá en el radar
de ningún patrocinador. Para eso, necesitará más drama.

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O un par de ovarios, evidentemente.

Soy consciente de que mi género me ha dado una ventaja, en el aspecto de los
patrocinadores. Pero eso parece justo, considerando la desventaja que me ha traído en todos
los demás aspectos.
Eli sale del estadio por la puerta sur, donde tendrá la oportunidad de hablar de su victoria
ante la cámara en la sala de prensa, mientras que dos guardias se dirigen al interior para
sacar el cadáver de la arena.
Graham se vuelve hacia mí de repente, su intensa mirada se dirige hacia mí. "Es en defensa
propia, Sylvie. Si no lo matas, él te matará. Es así de simple. No lo pienses demasiado. No
empieces a sentirte culpable, o a sentir lástima por él. Sólo hay una forma de que salgas
vivo de la arena. Así que mátale, joder"
"Ese es un buen consejo", dice Link, y yo levanto la vista para ver cómo nos observa, con
sus puños abriéndose y cerrándose en sus costados. Luego se gira mientras el locutor dice
su nombre, y yo miro por la ventana mientras salta a la arena.
"Wolfe", llama uno de los guardias. "Te toca"
"Mátale", repite Graham en voz baja. Asiento con la cabeza y le doy a su mano un apretón
incómodo entre sus dos envolturas y las mías. Luego paso junto a los otros combatientes y
salgo por la puerta, luego subo los escalones hasta el borde de la arena.
"Damas y caballeros", dice el locutor, como si no fuera la única mujer aquí. "En nuestra
última pelea de primer nivel de hoy, enfrentando a Lincoln Gray en un combate muy
esperado, tenemos la primera mujer combatiente en pisar la arena. ¡Sylvie Wolfe!"
Una puerta se desliza detrás de mí, cerrando mi retirada mientras entro en la arena y la
multitud permanece extrañamente en silencio. No aburridos, como lo estaban con la victoria
de Eli, pero sí .... atentos. Curioso. No saben cómo reaccionar ante mi presencia más que
yo.
El dirigible pasa directamente por encima mientras cruzo la arena hacia Link. Alrededor del
borde de la arena, las pantallas se iluminan para reproducir mis grabaciones.
"¡Quiero luchar!", grita la recién condenada desde la Sala del Tribunal.
"¡Os veo a todos y a cada uno de vosotros, cabrones enfermos!" Grito desde el patio, mis
ojos salvajes, mi cuchillo goteando sangre. "Será mejor que vigiléis vuestras malditas
espaldas, porque voy por vosotros"
"Soy mi propio jodido héroe", le gruño a Link, en el camino a la arena.
"Graham y yo hemos vivido toda una vida en los últimos seis días", dice mi yo de esta
mañana, toda maquillada en la silla de director. Luego, cuando me detengo frente a Lincoln
Gray en la arena, las pantallas muestran un primer plano de mi rostro. "...la gente siempre
me subestima"
Las pantallas se quedan en blanco y el locutor se aclara la garganta. "Una vez más, damas
y caballeros, ¡Sylvie Wolfe!"

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Capítulo 15
SYLVIE
ELLOS HAN VESTIDO A Link de gris, con detalles en negro y envolturas a juego en negro.
Sin armaduras en los hombros. Su postura es abierta. Bien equilibrada. Por lo menos, tan
bien equilibrada como una postura puede ser sobre arena movida.
"Esto no es personal", dice, y me pregunto si las cámaras pueden captarlo. No recuerdo
haber oído nada más en las comidas que gruñidos, gritos y el impacto de cada golpe.
"¿Sentirías que necesitas decirme eso si fuera un hombre?" Le pregunto mientras
empezamos a dar vueltas uno alrededor del otro, levantando los puños.
"No eres un hombre", dice, como si eso lo explicara todo. "Puede que no quieras que esto
sea diferente. Pero esto es diferente"
"Para ti", respondo yo. "Para mí, esto es más de lo mismo"
Me da un puñetazo y su puño derecho me quita la vista de la mandíbula mientras bailo
fuera de su camino. Puedo sentir eso después, pero ahora mismo no siento nada más que
adrenalina.
Nos rodeamos un poco más, y el silencio de la multitud es espeluznante, como si estuvieran
tan tensos como yo. Lo bloqueo, centrándome en Link. Es un boxeador. Su postura es
perfecta, su pie izquierdo hacia adelante, mirando hacia mí en ángulo. Sostiene su peso
sobre los talones de sus pies, con las rodillas dobladas y en constante movimiento. En un
abrir y cerrar de ojos, puede atacarme o retroceder.
Me da otro golpe y esta vez me parte el labio, en el lado izquierdo. Me tropiezo hacia atrás,
y él se impulsa hacia delante, a la ofensiva, hasta que le doy una patada en las costillas.
Es bueno con los pies. Ágil y rápido. Mantiene los codos dentro, las manos arriba, la barbilla
hacia abajo, protegiendo su cara, pero todavía listo para golpear. Para esquivar. Tan rápido
como yo, no puedo vencerle de pie. Pero si puedo ponerle en el suelo...
El golpea de nuevo, y yo esquivo. Damos vueltas uno alrededor del otro. Y vueltas. Y vueltas.
Link lanza otro puñetazo, otro fallo, y mientras se retira, le doy una patada, un gruñido
saliendo de mi garganta con el esfuerzo. Mi espinilla se conecta, fuerte, y él se tambalea a
la izquierda. Le doy otra patada antes de que recupere el equilibrio, y ahora está a la
defensiva.
Me lanzo con una patada saltarina y le doy a un lado del cuello. Está desequilibrado otra
vez, y baja los brazos por un segundo. Pero eso es suficiente. Le doy una patada en el
esternón y tropieza hacia atrás. Luego se hunde.
Le caigo encima con todo mi peso, mi rodilla en su pecho. Las costillas se rompen, y él
gruñe. Empiezo a columpiarme, pero él está protegiendo su cabeza con ambos brazos, y no
puedo entrar. Si vuelve a ponerse de pie, estoy en problemas.

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Así que le clavé mi puño izquierdo en la ingle. Una vez Dos veces.
Link aúlla y deja caer un brazo, tratando de acunar sus partes rotas de hombre antes de
que recuerde que a pesar de lo que su cuerpo le está diciendo, su cabeza es en realidad un
objetivo más vulnerable.
Le meto el puño en la nariz. Cartílago crujiente. Salpicaduras de sangre. Me pongo de pie,
y mientras él se gira hacia su lado, tratando simultáneamente de toser sangre de su
garganta e impulsarse sobre sus pies, veo que ha dejado su cuello vulnerable.
Esta es mi oportunidad, la única forma en que voy a salir de este estadio.
No pienses. Esta vez es la voz de Graham en mi cabeza.
Aspiro profundamente mientras levanto mi pierna derecha. Link intenta alejarse de mí.
Conduzco mi pie por el lado de su cuello tan fuerte como puedo, justo debajo de su barbilla,
y oigo un delgado crujido. En el siguiente latido, levanto mi pierna izquierda, transfiriendo
todo mi peso a mi pie derecho.
Su cuello se rompe con un chasquido espantoso que me sacude todo el cuerpo. Todo mi
ser.
Lincoln Gray se queda quieto. Sus manos caen sin fuerzas sobre la arena mientras le quito
el pie del cuello. Él parpadea una vez. Dos veces. Jadea. Luego, la rápida hinchazón de la
médula espinal interrumpe el flujo sanguíneo e interrumpe las señales nerviosas que
provienen del cerebro, diciéndole a sus órganos que funcionen. Sin esas señales, todo se
detiene.
Fue un impacto entre un millón. No creo que pueda repetirlo si lo intento.
Por un segundo, no puedo moverme. Le miro fijamente, aturdida.
Luego, el público estalla en un alboroto de patalear con los pies y golpear con los puños,
bloqueado mediante una gruesa red de metal, como un eslabón de una cadena.
"Y... ¡Sylvie Wolfe es la vencedora!", grita el locutor, como si también estuviera atrapado en
la histeria. "¡Estamos viendo la historia aquí, damas y caballeros!"
El movimiento me llama la atención, y miro hacia arriba para verme en la pantalla en todo
el estadio, pisoteando el cuello de Link con todo mi peso. Una y otra vez. Reproducido desde
todos los ángulos posibles.
Esta mañana le odiaba. Pero ahora, mientras yace aquí en la arena, muerto, humillado, no
siento nada más que... entumecimiento.
Una puerta se abre en el lado sur de la arena. Se supone que tengo que pasar por ella, para
que puedan venir a por el cuerpo de Link. Para poder hablar con las cámaras. Pero mientras
camino por la arena, con las manos vacías y el corazón de piedra, miro a la multitud que
me anima, más conmovida por la violencia del momento que por el hecho de que la haya
ejecutado, y busco los rostros que he visto esta mañana. Los hombres que me sujetaron.
Los hombres con los pantalones bajados, esperando su turno. Los hombres que miraban.
que se contentaron con dejar que ocurriera.

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Cuando llego a la puerta, me giro para enfrentar a la multitud una vez más, y levanto mis
manos, pero no en señal de victoria. Les doy la vuelta a las manos frente a todos haciendo
de la señal de las alas de un pájaro, dándoles a las cámaras varios segundos para que se
concentren en mi declaración.
Luego les doy la espalda a todos y salgo de la arena.

∗∗∗∗∗∗∗
"¡HA SIDO GLORIOSO!" Kaya está fuera de sí cuando entro en la sala verde, escoltada por
media docena de guardias armados que, podría jurar, me miran un poco incómodos ahora.
"Fue una muerte muy limpia. Limpia, en el sentido de clara. Ordenada. Que a mí,
personalmente, me encanta". Pone una mano sobre su corazón mientras me acompaña
hacia la silla de maquillaje. "Pero un par de tus patrocinadores ya han preguntado si podrías
derramar un poco más de sangre la próxima vez"
Sólo puedo mirarla fijamente. "¿Dónde está Graham? Llévame de vuelta al banquillo".
"No puedes volver atrás. Interrumpirás la concentración de los luchadores. Y de todos
modos, tienes otra entrevista preparada. Pero sabe que estás bien, cariño. Vio la pelea.
Tenemos buenas fotos de sus reacciones".
Contemplo la posibilidad de correr hacia la puerta, pero los guardias me dispararían en un
abrir y cerrar de ojos. Y por lo que sé, podrían mostrarle a Graham el material. Eso alteraría
su concentración.
Así que me siento en la silla y dejo que Margie rehaga mi maquillaje. Kaya le ordena que no
cubra mi barbilla magullada ni toque mi labio partido. Y no me dejan cambiar, porque a
pesar de la queja de Kaya, hay una buena salpicadura de sangre -tanto de la mía como de
la de Link- en la parte delantera de mi atuendo blanco.
Cuando Margie termina conmigo, Renee me cepilla el pelo y de alguna manera se las arregla
para que mis rizos se vean.... dóciles. Luego se va a la sala de prensa otra vez.
Esta vez, el vídeo que se reproduce en las pantallas de mi cubículo incluye a Link
rompiéndome el labio y mi paso fatal sobre su cuello. Así como imágenes mías girando hacia
todo el estadio, mostradas en cámara lenta, antes de que me dé la vuelta y salga de la arena.
Es surrealista ver todo esto en la pantalla. Me pregunto si mi familia lo ha visto. Me pregunto
si mi padre invitó a sus amigos a tomar cerveza y pizza, mientras que mi madre se escondió
en la cocina con una botella de vino, esperando que le dijera que aún estoy viva, como lo
hace él durante las peleas de Sebastián.
Probablemente nunca lo sabré.
Paso lo que me parece una eternidad contestando las preguntas de Charles ante la cámara,
pero mientras los guardias me acompañan de vuelta a la sala de estar, donde alguien ha
puesto una mesa y Kaya me ha preparado un enorme plato de comida del buffet, no puedo
recordar realmente cuáles fueron mis respuestas.
Sólo puedo pensar en cómo murió Link bajo mi pie. Cómo Graham podría estar muriendo
en este mismo instante.

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"Come, cariño". Kaya se hunde en la silla frente a mí, con una copa de Martini de color rosa
brillante en la mano. No sé de dónde lo ha sacado. Aquí no hay ningún bar.
"¿Es para mí?" Pregunto mientras apuñalo una loncha de salchicha asada con mi tenedor.
"Oh, um... No, lo siento. Puedo ver si tenemos té helado, o tal vez algo carbonatado, si lo
prefieres. Entiendo que sólo tienen agua en el bullpen, pero...
"Por favor. Sólo un sorbo. Me calmaría los nervios".
Kaya mira a su alrededor, para asegurarse de que no hay cámaras dirigidas a mí. Luego
duda un segundo antes de dejar la bebida entre nosotras.
Antes de que cambie de opinión, la tomo y me la trago toda en dos tragos. El brebaje rosa
es de alguna manera dulce y agrio, con un poco de sabor salado en el retrogusto. También
es como un ochenta por ciento de vodka. Exactamente lo que necesito.
"¿Podemos encenderlo?" Apunto a la pantalla que ocupa la mitad de una pared. "No quiero
perderme la pelea de Graham"
"Oh, no, lo siento. Él ha salido a la arena hace unos minutos, pero se ha decidido que no
debes mirar, en caso de que el resultado no sea favorable. Nadie quiere que esa posibilidad
afecte negativamente a tu estado de ánimo, justo antes de que te enviemos de vuelta al
bullpen"
Parpadeo, esperando a que se dé cuenta de que lo que dice no tiene sentido. "Entiende que
si él muere, los otros internos me lo dirán, en términos inequívocos. Y eso definitivamente
afectará negativamente a mi estado de ánimo. Tanto si la veo como si no"
"Lo siento, cariño. Esa decisión fue tomada por encima de mi cabeza"
"Enciende la pantalla". Me pongo de pie, y el resto de la habitación se queda en silencio. La
gente me mira fijamente. "Enciende la maldita pantalla", repito, y los guardias levantan sus
pistolas, casi como uno solo.
"Siéntate", dice uno de ellos. "Termina tu comida con calma, o te enviaremos de vuelta al
bullpen ahora mismo"
Me concentro en Kaya. "Eso tendría un efecto negativo en mi estado de ánimo. Si vuelvo allí
y no estoy en condiciones de defenderme, seré lastimada. Y no podré pelear la semana que
viene. Tal vez nunca más. Y ahí va todo tu patrocinio corporativo. Así que te sugiero que
enciendas la maldita pantalla".
Ella piensa en eso por un segundo. "Charles", dice Kaya, su habitual sonrisa burbujeante
desaparece en un instante. "Enciéndela".
Golpea algo en su siempre presente dispositivo portátil y la pantalla de la pared se ilumina.
"Gracias" Me siento, mi comida olvidada mientras, en la pantalla, Jack Clarke golpea a
Graham, tirándolo a la arena. Ambos hombres tienen los ojos morados y los labios abiertos.
La nariz de Clarke sangra y está tan hinchada que tiene que respirar por la boca.
Claramente me he perdido la mayor parte de la pelea.

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Mi corazón se acelera mientras miro, deseando otro trago. Sin toda la mierda rosa que se
interpone en el camino del vodka.
Graham se protege la cara, pero Clarke le golpea las costillas una y otra vez. Rezo para que
no se rompan. No podrá defenderse en el bullpen con los huesos rotos.
Finalmente, Graham ve su oportunidad. Agarra el brazo de Clarke, engancha su pierna
alrededor de la rodilla de Clarke, y los hace rodar con un feroz gruñido de esfuerzo.
Utilizando un asimiento de los hombros de Clarke como palanca, se pone de pie, rompiendo
la guardia cerrada de Clarke, y lanza un puñetazo directamente a su ya rota nariz.
Clarke lo derriba de nuevo, pero Graham cambia de puesto, y después de una ráfaga de
movimientos, aparece con Clarke atrapado en una brutal llave de cabeza. Clarke se retuerce
y se esfuerza, y si esto fuera en clase, se daría por vencedor. Aquí, él no tiene esa opción.
Graham aprieta, tensando el agarre de sus enormes bíceps, ayudado con la palanca de su
mano libre, hasta que Clarke dejó de moverse. Ha quedado inconsciente.
Graham se queda de pie sobre él un segundo y me pregunto qué estará pensando. Lo que
siente, sabiendo que ahora tiene que matar a un hombre indefenso. Espero que golpee a
Clarke hasta que una fractura de cráneo y el tejido cerebral inflamado le maten. En cambio,
tira del hombre inconsciente, se coloca detrás de Clarke y le rompe el cuello. Es un
movimiento brutal, solo posible con una fuerza extraordinaria y un entrenamiento extenso,
pero es clemencia para ambos.
El público ruge su aprobación, tanto en persona como aquí, en la sala verde. Y,
presumiblemente, en casas y salas de observación por toda la galaxia. Pero Graham no está
celebrando. Se pone de pie y acecha directamente hacia la puerta en el lado sur del estadio,
como si no pudiera esperar para liberarse de todo.
Como si esto fuera sólo un trabajo, como cualquier otro, y su trabajo está hecho por hoy.
Me tumbo en mi silla mientras las ovaciones continúan a mi alrededor. Apenas puedo
procesar la alegría de Kaya cuando se levanta de su asiento y comienza a hacer llamadas
en su pantalla personal, insistiendo a quienquiera que esté hablando con ella que Graham
vale la pena patrocinarlo por su cuenta. Que su patrocinio debería incluir armas, la próxima
vez. Que...
Sigue hablando, pero ya no le presto atención.
Graham está vivo. Eso es todo lo que me importa.
Alguien apaga la pantalla. Alguien más me trae una botella de agua fría. Todo el mundo a
mi alrededor está lleno de emoción y planes. Alguien está hablando de estadísticas: mis
posibilidades de ganar mi próximo combate, dependiendo de contra quién me enfrente.
Kaya está hablando con Charles sobre nuevos trajes. Armadura más pesada. Algo sobre un
color de firma. Pero no estoy procesando nada, hasta que las bisagras crujen detrás de mí.
Me doy la vuelta para encontrar a Graham de pie en la puerta. Me levanto de mi silla en un
instante, y en sus brazos un segundo después. Se estremece cuando choco con él, y
recuerdo que puede tener las costillas rotas. Pero me abraza de todas formas.

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"Estuviste magnífica", me susurra en el pelo. Como si no hubiera salido de la arena. Como

si no estuviera salpicado con la sangre de un hombre muerto.
Como si no hubiera estado a punto de morir.
No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que me aprieta la nariz contra la oreja. "No
lo pienses demasiado. Hiciste lo que tenías que hacer. Eso es todo lo que podemos hacer".
Me alejo lo suficiente para poder ver su cara, tratando de verificar que está bien. Y no sólo
físicamente. Entonces le beso, una colisión casi violenta de labios y lenguas, sin hacer caso
de nuestras dos heridas. Del sabor de la sangre y el sudor. Está aquí, y está vivo, y estamos
juntos.
"Graham, ven aquí", dice Kaya, y yo lo suelto a regañadientes mientras los guardias se
abren detrás de él y nos hacen señas para que nos adentremos más en la sala verde. "El
doctor quiere examinarte"
"¿Doctor?" Graham me toma de la mano mientras caminamos, aunque aún no han cortado
el envoltorio de sus manos. "¿Hay atención médica?"
"Ahora la hay", dice Kaya. "Los números de la visualización en directo ya están disponibles.
Vosotros dos sois un gran éxito"
El médico pasa un escáner de mano por encima de Graham mientras yo termino mi comida,
después de haberme dado cuenta de que estoy a punto de perder la oportunidad. "Dos
costillas fracturadas. Un nudillo maltratado. Y probablemente una conmoción cerebral".
Mierda. Trato de no pensar en lo mala que podría ser la vida en el bullpen con las costillas
fracturadas.
"Oye. Está bien." Graham me trae para un abrazo cuidadoso. "Al menos no es mi pierna" Si
él no pudiera caminar, estaría muerto.
"Nada de qué preocuparse", confirma el médico. "Dos días para las costillas. Observación
de 24 horas para la conmoción cerebral. Hielo para los nudillos lastimados. Y sería muy
afortunado si no está en el grupo la semana que viene". Esa última parte se dirige
directamente a Kaya, como si ella controlara la formación de los grupos.
¿Quizás ella sabe a qué oído susurrar? Incluso si no lo hace, los reclusos no suelen pelear
dos semanas seguidas, simplemente porque hay muchos más de ellos que los que hay
programados.
"Los guardias te escoltarán a la enfermería", dice Kaya. "Me aseguraré de que nos envíen
algo de comida. Esto es realmente una gran apuesta"
"Me tomé un martini rosa", le dije con un susurro falso, mientras nos dirigíamos hacia la
puerta.
"¡Oh, Sylvie, espera!" Kaya nos llama. "Te devolveré al bullpen".
Sola. Mierda.

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"No" Graham toma mi mano. "Después de lo que ha pasado esta mañana, tiene que
quedarse conmigo"
Kaya niega con la cabeza. "Me temo que no es..."
"Diles que está herida y que necesita atención médica. Una conmoción cerebral. Un
esguince de muñeca. No puede estar ahí sola durante dos días".
"Lo siento", dice Kaya. "Los luchadores de primer nivel no son elegibles para recibir atención
médica. Eso está fuera de mis manos".
"Muévete, Anderson", ladra uno de los guardias.
Pongo una mano en el pecho de Graham, antes de que pueda empezar a pelear de nuevo.
"Está bien. Tengo a Hardy y mi cuchillo", susurro. "Estaré bien, aunque tenga que pasar
dos días en nuestra celda" Espero que suene con más confianza de la que siento. "Continúa.
Que te mejores. Te veré en un par de días".
Finalmente, Graham asiente con la cabeza. "Dile a Hardy que si te pasa algo más, le mataré
yo mismo".
En vez de responder, le beso una vez más. Entonces los guardias lo escoltan fuera de la
puerta y la cierran detrás de él.
"Vale, Sylvie, ¿hay algo que te gustaría llevarte contigo?" pregunta Kaya. "Es lo habitual
después de una victoria, siempre y cuando lo que elijas no vaya en contra de las reglas del
contrabando en el bullpen"
"¿En serio?" Bueno, eso explica por qué Roth tiene tanta basura en su celda.
"Sí" Se dirige hacia la caja de seguridad en la esquina de la habitación y saca mi bolsa. "El
contrabando que ya tenías ha sido limpiado y escondido en el fondo de tu mochila", susurra
mientras me lo entrega, pero como soy una perra escéptica, no le creo hasta que busco en
el contenido y lo encuentro yo misma. "Por lo general, sólo permitimos que los vencedores
elijan un solo artículo para guardar, pero como las mujeres a menudo tienen necesidades
diferentes a las de los hombres, no me opondré si quieres comprar algunos artículos de
baño antes de que nos vayamos"
Luchando contra un chillido de alegría, la acerco para darle un beso en la mejilla. Lo que
asusta a los guardias y los incita a sacar sus armas. Luego me dirijo al baño, y mientras
miro a mi alrededor, por un segundo, me siento como la mujer que solía ser. Como si
estuviera de vuelta en el centro comercial local con Skye, vagando por los pasillos de nuestra
tienda especializada favorita para obtener lociones y jabones perfumados.
Ahora, no son los olores lo que busco. De hecho, oler bien no me ayudará a evitar a los
hombres en el bullpen. Pero sentirme limpia, estar limpia, me ayudará a sentirme más
humana. Más como yo misma. Y en un lugar como éste, eso podría marcar la diferencia en
mi fortaleza mental.
Lo primero que meto en mi bolsa es la botella de champú en el borde de la bañera. Luego,
el acondicionador. Luego la loción. Y la crema depilatoria. Sin bañera, el baño de burbujas

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no vale nada, así que lo dejo, pero el exfoliante corporal es imprescindible. Al igual que toda
la pila de lavamanos limpios en el lavabo.
Es bueno que mi bolsa estuviera casi vacía cuando llegué aquí, porque pesa una tonelada
cuando salgo del baño, para diversión de Kaya.
"Supongo que debería cambiarme..." Mirando mi sucio uniforme de prisión con pesar. Mi
equipo de gladiador de una sola pieza está igual de sudado, pero es mucho más fácil de
mover, y me encantaría tenerlo para mis carreras.
"En realidad, estaba pensando que podrías ponerte el uniforme por encima de lo que llevas
puesto ahora", dice Kaya con demasiada suavidad como para que la escuchen. No es que
alguien esté escuchando, aunque como siempre, los guardias me vigilan de cerca. "Puede
ser un dolor quitarlo cuando tienes que ir al baño, pero como no se puede romper, también
será un dolor quitarlo en cualquier otro momento. Y si nadie más en el bullpen tiene la
capacidad de cortarlo …" Ella se encoge de hombros. "Serás terriblemente difícil de
desnudar".
Y de repente Kaya Johnston es mi segunda persona favorita en el mundo.
Ese sentimiento se hace aún más fuerte cuando, en lugar de darme mi uniforme manchado
y sudoroso, me entrega uno nuevo y limpio, para que me lo lleve al baño y me lo ponga.
"Sabes que esto estará en la cámara, ¿verdad?" Se lo advierto, antes de cerrar la puerta.
"La gente verá que todavía tengo mi nueva ropa de gladiadora"
"Por supuesto, cariño. Pero qué van a hacer, ¿ir tras ella? Además, el fabricante es uno de
tus patrocinadores, y estarían encantados de que su creación personalizada siga siendo
aclamada. ¡Oh!" Me brinda una gran sonrisa. "También he hecho que uno de los camareros
te prepare una bolsita de sobras"

∗∗∗∗∗∗∗
HARDY ESTÁ ESPERANDO en el camino cuando la puerta se cierra detrás de mí. "Bien
hecho", dice. "Aquí están hablando todos los hombres sobre tí".
"¿Esa conversación suena como un acuerdo para no volver a atacarme?"
No contesta. Yo tampoco presiono el tema.
"¿Dónde está Graham?" pregunta Hardy, cuando me dirijo por el camino hacia el patio.
"Atención médica. Dos días"
Silba mientras corre para alcanzarme. "Ascendiendo en el mundo, ya veo. Todo gracias a
ti".
"Graham se ganó todo lo que tiene. Estaba solo en el ring".
Hardy hace un sonido sin compromiso en la parte posterior de su garganta. "Supongo que
quiere que me quede cerca", dice, y yo asiento. "Sylvie, ¿es eso lo que quieres?"
Dejé de caminar y me volví para examinarle. En las horas desde que dejé el patio, sus
moretones se han convertido en manchas casi negras de piel. Parece un saco de boxeo

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humano, aunque nunca entró en la arena. "Me siento culpable por pedirte que hagas eso.
Es mi culpa que te hayas hecho daño hoy"
Él ignora mi culpa. "Si no hubiera ocurrido en el patio, habría ocurrido en la arena. Y siento
que te lo debo, después de esta mañana"
"De verdad que no. Pero sí, apreciaría la compañía".
Todos nos miran fijamente mientras nos dirigimos por el patio hacia el bullpen, pero nadie
se acerca. Aparte de un par de gritos obscenos de hombres que se ofrecen como voluntarios
para lidiar conmigo, ellos nos dejan en paz.
Me gustaría pensar que se debe al respeto que me gané en el ring, pero la verdad es que
probablemente tiene tanto que ver con el tipo que apuñalé en el patio esta mañana como
con cualquier otra cosa.
Hardy y yo llegamos al bloque A mientras el sol se hunde bajo el horizonte, y el tono de
bloqueo suena sólo unos minutos después de entrar en la celda que he compartido con
Graham desde que llegué aquí. Hardy da un portazo y exhala aliviado. Hasta el amanecer,
nadie puede llegar a mí. Finalmente, puedo relajarme.
Y ahí es cuando el cansancio me golpea.
Estoy tan cansada que tengo que forzarme a levantarme y bañarme. Hardy es lo
suficientemente caballeroso como para dar la espalda mientras me desnudo de mi nueva
pieza y hago espuma desde la frente a los pies con el nuevo exfoliante corporal.
"Mierda, eso huele bien", dice mientras mojo uno de mis trapos nuevos bajo el flujo de agua
fría, y luego lo uso para enjuagar el jabón de mi piel. El baño de esponja es tedioso, con la
necesidad de enjuagar repetidamente el trapo, pero la mayoría de las veces estoy bloqueada
de la vista del resto de las celdas por la pared parcial de cemento, y ahora se ha vuelto muy
fácil bloquear los gritos que casi ni siquiera escucho los comentario sobre mi dulce y nuevo
aroma. "¿Te estás lavando con jabón con aroma a barbacoa?"
Me río mientras me pongo mi única ropa interior limpia y luego me pongo mi nuevo y limpio
uniforme. "Creo que estás oliendo la bolsa de las sobras. Aquí. Sírvete tú mismo" Extraigo
el paquete envuelto en papel de mi paquete y se lo entrego a Hardy. "Puedes darte la vuelta.
He terminado"
"¿Seguro que no quieres nada de esto?" me pregunta mientras enjuago mi nuevo mono en
el fregadero, esperando que las manchas de sangre salgan.
"En realidad estoy llena. Adelante" Coloco el mono sobre el lavabo para que se seque
durante la noche y luego tiro al suelo una de mis colchonetas de repuesto para que la use
Hardy. "Gracias por estar aquí", le dije. "Es muy bueno tener un amigo en el bullpen" Luego
me acurruco en la cama utilizando una camisa de repuesto como almohada. Deseando
desesperadamente que Graham estuviera aquí para acurrucarme.

∗∗∗∗∗∗∗

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UNA MANO SE DESLIZA por mi brazo, caliente y callosa de las máquinas de pesas.
"Mmm...." Me presiono contra el cuerpo enroscado a mi alrededor y la erección anidada
entre mis nalgas me dice que ya está listo para dejarse ir. "Graham".
"No exactamente", dice una voz inesperada en mi oído, y me congelo mientras la mano se
desliza por la caída de mi cintura, y luego por encima de mi cadera. "Todavía está en la
enfermería. Pero me dijo que cuidara de ti..."
"Hardy". Mi voz es fría. Dura. "Suéltame, joder." Me doy la vuelta e instantáneamente me
arrepiento, porque ahora estoy de espaldas, y él me está mirando.
"Vamos, Sylvie. Hoy recibí una paliza por ti. Te he estado cuidando toda la semana sin
pedirte nada a cambio. Lo menos que puedes hacer es ofrecerme un poco de alivio".
La decepción me quema en el fondo, como si el cuchillo en la espalda fuera mucho más que
una metáfora. Sólo quería un amigo. ¿Era demasiado pedir un maldito amigo platónico?
"Por favor, no hagas esto" Mi voz suena rara. Tensa. Mi cuchillo está en mi mano, pero no
quiero tener que utilizarlo. No esta noche. "Necesito que seas un buen tipo, Hardy.
Realmente necesito creer que Graham no es el único".
"No lo es. Es por eso que no estoy tratando de forzar nada aquí. Sólo digo que te he cuidado
la espalda toda la semana. ¿Te mataría una mamada de verdad?"
Presiono el botón de mi cuchillo, y la hoja se sale. "Si sigues en esta cama en tres segundos,
te destriparé"
"Me voy". Se desliza por el suelo y, en la oscuridad, lo oigo posarse en su colchoneta al otro
lado de la celda. "Tenía que intentarlo. Espero que lo entiendas"
No, no lo entiendo, joder.
"Por favor, no se lo digas a Graham. Me matará".
"No tendré que decírselo. La próxima vez que quieran motivarlo, nuestros patrocinadores
corporativos se asegurarán de que vea la cinta de seguridad".
Paso el resto de la noche despierta, con el cuchillo en el puño, llorando en silencio la muerte
de una amistad incipiente.

∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 16
GRAHAM
ME LANZAN AL PATIO AL AMANECER, doce horas antes. Contra las órdenes del médico.
Estaba dispuesto a luchar para salir, pero el médico parecía darse cuenta de que eso sólo
haría más daño a mis costillas. Lo que molestaría a mis patrocinadores. Lo que, a su vez,
cabrearía al Alcaide.
Entonces, me dejaron ir.
El sonido del cierre suena cuando cruzo el patio desierto, y me quedo en el atrio durante
un par de minutos, para evitar la presión de los reclusos que vienen de los pabellones.
Espero ver a Sylvie y a Hardy entre ellos, y cuando no lo hago, una sensación de malestar
burbujea en mi boca del estómago. Tan pronto como la multitud se despeja, me dirijo al
Bloque A y me siento aliviado de encontrarlos a ambos en mi celda.
Hardy está en el suelo, apoyado en la pared junto al lavabo, en una de nuestras colchonetas
de repuesto. Sylvie está sentada con las piernas cruzadas en la cama con la columna
vertebral apoyada en la esquina. Mirando la pared. Hay círculos oscuros bajo sus ojos.
Parece que lleva despierta dos días.
"¡Oh, Dios mío!" Sus ojos se iluminan cuando me ve, y se levanta de la cama en un instante,
mientras Hardy está de pie. "¿Qué estás haciendo aquí?" Ella se lanza hacia mí, y en el
último minuto la esquivo, cuando me doy cuenta de que su puño está enrollado alrededor
de la navaja. Con un agarre de nudillos blancos. "Oh, lo siento" De hecho, le cuesta un poco
soltar los dedos.
"¿Cuánto tiempo llevas sujetando eso?"
"Un día y medio", responde Hardy. "Ella no quiso dejarlo. No puedo culparla".
Sylvie retrae la navaja, luego me abraza con sus brazos, y yo lucho para no estremecerme
mientras abrazo su espalda.
"Me apartaré de tu camino" Hardy pasa junto a nosotros hasta el pasillo.
"Gracias por quedarte con ella, tío", le digo por encima del hombro del Sylvie. "Te lo debo"
"No", dice él. "En verdad, no"
Miro confundido a Sylvie. "¿De qué iba eso?"
Ella sólo se encoge de hombros. "Siéntate. ¡No puedo creer que te hayan dejado salir antes!
¿Cómo te sientes? ¿Cómo están tus costillas?"
"Mi cabeza y mi mano están mejor" Le muestro mi nudillo derecho, que hace tiempo que ha
vuelto a su tamaño y color original. "Las costillas siguen doloridas. El doctor dice que las
fracturas se han curado, pero estarán sensibles por un tiempo. Por eso me dieron esto".
Levanto mi camisa para mostrarle el material que envuelve mi pecho. "En la enfermería, me

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dieron una especie de milagro intravenoso que acelera la curación. Reparando huesos,
específicamente. Estoy bastante seguro de que le han estado dando a Roth un golpe de esto
después de casi todas las peleas. Kaya dice que cuesta una fortuna"
"Bien". Sylvie me pasa una mano por el pelo y luego me da un beso en la mandíbula. Detrás
de mi oreja. "Tú lo vales".
"Estoy de acuerdo", digo con una sonrisa. "De todos modos, esta banda tiene la versión
tópica de esa intravenosa. Se supone que debo dejar que se me siga filtrando a través de la
piel durante una semana más o menos".
"Bueno, seguiremos las órdenes del doctor, aunque eso signifique que no puedo tocarte del
todo todavía"
"Todavía hay mucho de mí para tocar", le aseguro, y el calor que irradia en sus ojos se siente
como.... en casa. Como todo lo bueno que me queda en la vida.
"¿Algún problema mientras no estaba?"
"Nada de qué hablar". Ella me tira suavemente de la cama, donde nos apoyamos en la pared
lado a lado. "He estado aquí desde que volví de la arena. No me pareció un buen momento
para arriesgarme. O estar rodeada. Aunque no estaba segura de que esconderme fuera el
camino a seguir, tampoco"
"No había nada bueno que hacer. Pero si te apetece, deberíamos hacer acto de presencia".
"Me encantaría desayunar. Luego una carrera" Comienza a deslizarse de la cama, pero tiro
de ella hacia atrás para darle un beso suave.
"Tu pobre labio", murmuro, frotando suavemente mi pulgar sobre él.
Sylvie pone los ojos en blanco. "Acabas de salir de la enfermería. Mi labio partido no es
nada" Pero frunce el ceño mientras estudia mi cara. "Esa intravenosa debe haber servido
de algo. Tus ojos negros parecen de hace una semana, y tu labio está casi curado".
"Supongo que cuando deciden que vale la pena salvarte, se comprometen de verdad"
"¿Podrías quedarte en la puerta mientras me cambio? ¿Por si acaso?" Sylvie abre la mochila
y saca una larga prenda blanca.
"¿Te dejaron quedártelo?"
"¡Sí! Kaya pensó que estaría más segura en algo de una pieza". Ella frunce el ceño. "Supongo
que no te mostraron ninguna cinta de seguridad... ¿Desde que te fuiste? O lo hubieras
sabido..."
"No" Tomo una posición en la puerta, agarrándome a los barrotes de ambos lados. "Aunque
me dejaron ver las grabaciones de la pelea. Ha sido una buena ocasión para criticarme a
mí mismo"
"Vale," dice Sylvie, y me doy la vuelta para verla con el equipo de atletismo blanco que le
dieron para la arena, sin las armaduras de los hombros. "También me las arreglé para sacar
esto a escondidas, y hará que correr sea mucho más fácil." Ella me muestra una goma

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elástica, del tipo de dar vueltas, para las coletas del pelo, antes de tirarse del pelo hacia
atrás y asegurárselo bien alto en la cabeza. "Casi me siento humana de nuevo"
"Hueles mejor que los humanos"
Su sonrisa se ensancha. "Kaya me dejó llevarme todo el maldito baño conmigo. También
tengo varios trapos nuevos. ¿Qué conseguiste?"
Sonriendo, abro mi bolsa y le muestro dos toallas blancas y suaves.
"Encantador". Mete el uniforme de la prisión en su bolsa y luego se la arroja por encima del
hombro. "¿Listo?"
"Vamos"
Como de costumbre, todos los ojos están puestos en nosotros cuando salimos de la celda y
entramos en la cafetería, pero esta vez, las miradas se sienten aún más intensas. Parte de
eso es porque todos saben que fui herido en la arena. Lo que me hace vulnerable. Parte de
ello se debe a que en su ropa blanca de atletismo, Sylvie se destaca como una perla colocada
encima de una cucharada de carbón.
Por eso, esto me parece un movimiento equivocado. Pero pasamos su primera semana en
el bullpen tratando de evitar que se destaque, y eso no impidió que varios tipos lo saltaran
a la vez, en el segundo en que me dirigí a la arena. Así que tal vez ella está en lo cierto. Ese
traje blanco es un recordatorio constante de que ahora ha matado a cuatro hombres desde
que llegó aquí, y que está lista para hacerlo nuevamente. Que ella es una amenaza tan
grande como yo.
Quizá cuanto antes aprendan eso, mejor.
En la cafetería, nos paramos en la fila más corta, y hago un recuento mental de todos los
que están en la sala grande, incluyendo cuántos de ellos están entre nosotros y la única
salida. Al frente de la fila, Sylvie y yo sostenemos nuestras manos derechas debajo del
escáner, y la máquina dispensa un paquete de comida para cada uno de nosotros. Llevamos
nuestra comida a una mesa vacía junto a la pared, donde ventanas horizontales en lo alto
nos bañan en el cálido resplandor de la luz del día.
Las mesas, al igual que los taburetes, están hechas de metal liso y ligero y atornilladas al
suelo. No se pueden mover.
Nos sentamos uno al lado del otro, con la espalda contra la pared, y abrimos nuestros
sobres de plástico marrón. "Sería bueno que estos vinieran en una variedad de desayuno",
dice Sylvie, frunciendo el ceño a un paquete de pasta vegetariana. "Quiero decir, ¿un par
de panqueques son demasiado pedir? ¿Quizás una salchicha?"
"Solían hacerlo" Abro mi propio plato principal de pollo y fideos, junto con el empaquetado
tenedor de mango corto. "Una vez tuve una bolsa de pastelería plana que decía ser un
panecillo de canela, y he comido avena tres veces. Una vez con gelatina de fresa".
"Mmm, gelatina de fresa. ¿Te dieron gelatina en la enfermería?"

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"Lo hicieron", lo admito. "En un bollo. Si hubiera sabido que te gustaba, habría tratado de
pasarte unos paquetes".
"Bueno, para futuras ocasiones..." Ella sonríe alrededor de un bocado de pasta.
"¿Sabes qué más tenían en la enfermería? A Cohen Roth"
Sus ojos se abren de par en par. "Oh mierda, ¿le viste?"
"Estaba en la cama de al lado"
"¿Cómo se veía?"
"Enojado. Pero saludable. Creo que lo van a dejar salir pronto".
"Maldita sea". Mastica otro bocado. "¿Crees que hay alguna posibilidad de que podamos
volver a juntarnos contra él y que no lo vea venir?"
"Sylvie, si sale, va a usar todos los beneficios que tenga para comprarle lealtad a quien
pueda, entonces él y sus hombres nos perseguirán a los dos"
"Mmm hmm." Pero está claro que ya no está escuchando.
La sigo de cerca y la encuentro mirando a unos cuantos hombres que acaban de entrar por
la puerta. "¿Qué pasa?"
"Nada". Recoge otro bocado de pasta, pero su mirada sigue a los hombres, su postura
repentinamente tensa. Algo anda mal.
Intento poner nombres con las caras, pero estoy en blanco. Hay tres de ellos, dos del nivel
tres, uno todavía atascado en el nivel dos, hasta donde yo sé. Uno de ellos tiene un corte
largo y recto en el antebrazo. Está hinchado con el comienzo de una infección.
Y de repente lo entiendo.
"¿Son ellos?" Mi voz sale como un gruñido. "¿Los de la mañana de la pelea?"
Ella asiente con la cabeza. "Me sujetaron" Un sonido furioso se filtra desde lo profundo de
mi garganta, y ella aprieta una mano sobre mi brazo con un tenso agarre. "Les voy a
conseguir. Pero en este momento no estás en forma para comenzar algo, Graham ".
"No podía ver sus caras en la transmisión" O tal vez no había sido capaz de procesar eso.
Todo lo que podía ver era a ella. Y a mi propio miedo y rabia por ella.
Empiezo a levantarme, y ella me tira hacia abajo. "Al menos deja que tus costillas sanen",
insiste.
"Estás pensando en eso al revés. Acabo de pelear. Las posibilidades de que yo esté en el
grupo esta semana son escasas. Y todavía llevo puesto este parche de curación. Lo que
significa que si voy a salir herido, este es el momento ideal".
"Ninguno de nosotros puede permitirse el lujo de salir herido. Punto", susurra, su voz tan
suave que apenas puedo oírla. "Si vamos a hacer esto, tenemos que ser inteligentes".
"¿Tienes una idea?"

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Ella asiente lentamente. "Si lo intentaron una vez, lo intentarán de nuevo, tan pronto como
crean que soy vulnerable. Sólo tenemos que darles la oportunidad..."

∗∗∗∗∗∗∗
Nos lleva tres días sentar las bases. Tres días en el patio, dejando que Sylvie se me acerque
un poco más cada vez que corre. Ponerla en una de las máquinas de pesas y dejarla sola
por unos minutos cada vez, mientras yo voy a ayudar a Hardy.
Lentamente estableciendo la normalidad de que Sylvie esté sola por un tiempo.
Lo creen porque ella y yo acabamos de ganar peleas. Creen que nos hemos vuelto arrogantes
por nuestras victorias, especialmente con Cohen Roth fuera de escena.
Pero sobre todo, lo creen porque quieren creerlo.
Al cuarto día, Sylvie sale a correr sola, mientras que Hardy y yo nos turnamos en la máquina
de hacer mariposa. Podemos verla todo el tiempo, pero al otro lado del patio, hay un punto
donde la pista pasa cerca de la esquina del atrio, un pequeño punto ciego. En una prisión
normal, eso sería un punto caliente para vender contrabando, pero aquí....
Bueno, donde no hay guardias, no hay necesidad de esconderse, así que a nadie le importa
una mierda ese punto ciego. Pero ayer, Hardy vio a los tres hombres que sujetaron a Sylvie
inmovilizada en la mesa de picnic mirando el punto ciego. Hablando en voz baja.
Están planeando morder el anzuelo, y tiene que ser hoy, porque cada día, la posibilidad de
que Cohen Roth se reúna con nosotros en el bullpen se hace más fuerte.
Se necesita toda la fuerza de voluntad que poseo para no mirarla correr. Dejar que Hardy
sea quien la mire cada dos minutos, para que la guardia de ellos permanezca baja. "Se está
acercando al punto ciego", dice, su voz un gruñido vacilante mientras saca otro juego de
quince repeticiones. "Se dirigen hacia allí desde la mesa más cercana"
"¿Estás listo?"
"Espera." Sigue bombeando. "Si nos vamos demasiado pronto, nos verán llegar."
"Si no nos vamos pronto, llegaremos demasiado tarde." Me doy la vuelta justo cuando los
hombres empiezan a correr tras Sylvie. Están corriendo sobre la hierba, lo que significa que
sus pasos son silenciosos, y probablemente piensan que ella no tiene ni idea de que están
ahí. "Vamos", me rompí, y finalmente Hardy se puso de pie.
Nos dirigimos a través de la hierba en una carrera rápida, y cuando los hombres se acercan
a Sylvie, me lanzo a una nueva ráfaga de velocidad. Más o menos al mismo tiempo, Jarod,
el hombre que va en cabeza, se acerca a Sylvie por detrás, en ángulo. La ataca como un
defensa, empujándola a la hierba tan rápido y fuerte que puedo oír el aire que sale de sus
pulmones desde aquí.
No lo vi venir. Pensé que la había levantado del suelo. ¡Mierda!
Antes de que ella pueda recuperar el aliento, él la levanta con un brazo alrededor de su
cintura, con la mano libre sobre su boca. En la esquina del edificio, Jarod mira hacia arriba

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y me ve. Él sonríe. Luego la arrastra fuera de la vista, pateando y gritando en la palma de

su mano.
"¡Joder!" Juro mientras corro, Hardy sobre mis talones. Saben que venimos, y eso ni
siquiera les dio tiempo a hacer una pausa.
Atacar a Sylvie cuando estoy fuera de escena es una cosa. ¿Pero con Hardy y yo a unos
metros? ¿Sabiendo que Sylvie puede valerse por sí misma?
Algo anda mal.
Doblé la esquina del edificio, resoplando un poco de mi sprint con las costillas todavía
adoloridas, y casi me encuentro con Jarod y sus amigos. No tienen a Sylvie.
"Hola, Anderson, bienvenido a la fiesta." Cohen Roth tiene una mano enorme alrededor de
la garganta de Sylvie, su brazo opuesto alrededor de la cintura. Su mandíbula está apretada
con una especie de rabia silenciosa, y ella no está luchando. Lo que significa que ella
entiende que él podría aplastar su tráquea con un solo apretón de manos.
"Roth. ¿Cuándo te dejaron salir?" Gruño mientras Hardy patina hasta detenerse a mi
izquierda. No está sin aliento. Lo que significa que no corrió lo suficientemente rápido.
"Esta mañana. Brillante y temprano. Lo primero que noté fue que falta todo en mi celular.
Incluyendo mis colchonetas, y mi preciosa perrita. Entiendo que la has estado manteniendo
caliente para mí"
Evidentemente no está listo para admitir que también le falta una navaja.
"Déjala ir".
"¿O qué?" Roth exige. "¿Te enfrentarás a mis tres nuevos amigos a la vez? ¿Crees que
quedaría algo de ella para rescatar, si lo intentas?"
Tiene que haber un buen movimiento aquí, pero que me aspen si sé cuál es. No creo que
pueda romperle el cuello a Sylvie con una mano, pero definitivamente podría aplastarle la
garganta.
"Vamos a hacer un trato, Graham, y así es como va a ser. Vas a quedarte ahí parado como
un buen chico y ver cómo me acuesto con tu novia. Entonces vas a ver cómo se turnan
cada uno. Cada vez que mires hacia otro lado, voy a golpearla.
"Si queréis que cualquiera de los dos pueda entrar en el estadio en unos días, vais a querer
pensar muy bien en vuestro próximo movimiento. Si ambos cooperáis, ella no saldrá
lastimada. Pero si tenemos que ponernos duros..." Se encoge de hombros, dejándome sacar
mis propias conclusiones.
Ahí es cuando me doy cuenta de que no se trata de Sylvie. Se trata de dominación y
posesión. Este es Roth demostrando al resto del grupo que sigue siendo el hombre top,
después de que ella y yo le enviáramos a la enfermería. Después de tratar de matarle.
Tiene que hacer un movimiento, porque si parece débil, alguien tratará de eliminarle. Pero
no tiene que ser este movimiento.

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"Hay mejores formas de demostrar tu punto de vista." Pero incluso cuando lo digo, me doy
cuenta de que me equivoco. La única otra forma sería que Roth y sus amigos nos dieran
una paliza a Sylvie y a mí, en cuyo caso también podrían matarnos: si estamos heridos, no
podemos defendernos.
Aún así, tal vez Roth pueda ver la razón, si no está cegado por la rabia.
"Sylvie no es tu problema. Iba a matarte, pero ella trató de disuadirme. En todo caso,
deberías darle las gracias".
"Por eso le estoy dando la oportunidad de salir de esto sin un solo moratón", dice. "Todo lo
que tenéis que hacer es seguir las reglas. Si Graham se mueve, tiradle al suelo. Pero
aseguraos de que todavía tiene una visión clara. Y apunta a sus costillas. Apuesto a que
todavía duelen"
"¡No!" Grito mientras gira a Sylvie y la empuja contra la pared a mi izquierda, de cara. "¡No
la toques, joder!"
"Sujétale", ordenó Roth, y yo levanto los puños, listo para lanzarme contra Jarod. Es por
eso que me sorprende completamente desprevenido cuando un brazo se desliza alrededor
de mi cuello por detrás, apretando brutalmente.
Hardy.
Hijo de perra.
"¡Espera!" Sylvie llora, su mejilla derecha apretada contra la pared de cemento áspera, sus
ojos girando hacia un lado para mantenerme a la vista. "Por favor. Cooperaré. Nadie tiene
que salir herido". Pero la mirada que me pone a Hardy por encima del hombro me dice que
ya está herida.
"Te he oído cantar esa canción antes, Wolfe", gruñe Roth.
"Esta vez hablo en serio. Graham ya está herido, y Hardy.... Bueno, Hardy es un traidor. Y
sé cuando estoy derrotada. Cooperaré. Pero tienes que dejar que se dé la vuelta. Graham
no necesita ver esto"
"No estamos negociando. Graham va a mirar porque me debe mucho dolor, después de
golpearme con un asiento de taburete la semana pasada".
"Bien". La mandíbula de Sylvie vuelve a apretarse. "Pero estoy cooperando. Si te apartas un
segundo, me desnudaré".
"No", rujo alrededor del brazo que Hardy ha doblado alrededor de mi garganta.
"Los pantalones primero", insiste Roth, con ella aún atrapada entre el pecho y la pared.
"Porque sé que no vas a tratar de huir medio desnuda, a menos que quieras tirar
combustible al fuego, ahí fuera"
"Bien". Sylvie se agarra la cintura, como si fuera a bajarse los pantalones. En vez de eso,
su mano se desliza en su bolsillo izquierdo.

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Con un movimiento rápido, saca el cuchillo y dispara la hoja. Luego se lo mete en el muslo
de Cohen Roth.
Roth muerde un grito con la determinación de un hombre que sabe muy bien que anunciar
su debilidad podría hacer que lo maten. "Llévatela". Empuja a Sylvie hacia Jarod,
agarrándole la pierna, pero al tropezar hacia delante, le tuerce el cuchillo y se lo arranca
del muslo, destruyendo más tejido y agrandando la herida.
Roth gime profundamente en su garganta y golpea con ambas manos sobre la herida
mientras se hunde en el suelo.
Jarod se aleja de Sylvie, mirando la hoja, y eso es todo el tiempo que ella necesita para
recuperar el equilibrio. Ella gira y patea al matón número dos. Roth los mira a los dos caer,
pero cuando intenta ponerse de pie, más sangre brota de su muslo, entre sus dedos.
Le ha dado en la arteria femoral, ya sea en el primer golpe o cuando torció la hoja. Si Shaw
no envía atención de emergencia en los próximos minutos, Roth es hombre muerto.
Le doy un codazo a Hardy, luego lo giro mientras está desequilibrado y le engancho el pie
por detrás de la pierna. Se cae de espaldas, aturdido, y le doy un puñetazo en la garganta
para que no se levante. Eso no lo matará, pero estará fuera del camino, ahogándose y
tosiendo durante varios minutos.
Sylvie arroja sangre de su cuchillo, enfrentándose a Jarod en el espacio confinado con las
rodillas dobladas, bailando como un boxeador, mientras ella espera a que él golpee.
El matón número tres me golpea y le doy una patada en la rodilla. Baja aullando,
agarrándose de la pierna, tratando de apartarse del camino para evitar que le hagan más
daño.
En el borde de mi visión, Sylvie le pega a Jarod justo cuando el matón número dos se lanza
hacia mí. Dejé que me llevara al suelo, y cuando se retiró para recibir un puñetazo mal
pensado, le metí el bolígrafo de Sylvie en el cuello.
Mi puntería no es tan buena como la de ella. Pierdo su yugular, pero me hace girar con los
ojos muy abiertos, golpeando con una mano en el cuello como si pensara que se va a morir.
Y así va a ser. Pero no en los próximos minutos.
Jarod y Sylvie se están rodeando, y está tan concentrado en ella que no me ve. Lo empujo
hacia ella mientras caigo al suelo detrás del matón número tres, y ella empuja su cuchillo
entre dos de sus costillas, inclinado hacia arriba. Luego le da un giro brutal: el movimiento
característico de Wolfe.
Jarod cae, tirándola al suelo encima de él, y un gruñido salvaje retumba desde la garganta
de ella mientras tira de su navaja, y luego la clava en su costado izquierdo, una y otra vez.
Satisfecho de que ella está bien, al menos físicamente, agarro al matón número tres por
detrás y aplico suficiente presión en su cuello para cerrar su tráquea. Mientras él se asfixia
lentamente, arañando mi brazo y tratando de codear mis costillas lesionadas, Sylvie se pone
de pie. Exhala, mirando el maldito cadáver de Jarod. Luego se vuelve hacia el matón número
dos, cuyas manos aún se ciernen sobre la pluma que sobresale de su cuello, tratando de

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decidir si la saca o no de la herida. Sylvie cae sobre él con otro grito salvaje y le clava su
cuchillo en el otro lado de la garganta.
El matón número tres deja de respirar. Suelto su cadáver y me paro justo cuando Sylvie
saca las dos armas del cuello del número dos. Me arroja el bolígrafo.
Jarod y sus amigos están muertos. Roth está sentado en el suelo, pálido como la muerte,
tratando de mantener la sangre dentro de su cuerpo con ambas manos. Pero puedo verlo
en sus ojos. Sabe tan bien como yo lo que se ha hecho. No sólo ha terminado de pelear.
Ha terminado de respirar.
Por un segundo, considero sacarlo de su miseria. Pero no se merece esa misericordia.
En cambio, mientras Sylvie se arrodilla frente a él y se limpia la hoja en los pantalones, con
su mirada tan salvaje como su cabello, yo levanto a Hardy. Sigue tosiendo y ahogándose
por la tráquea magullada. No va a pelear. Sabe que esto ha terminado.
"¿Por qué?" Le empujo contra la pared, con el bolígrafo preparado. "Sólo dime por qué"
"Sólo intentaba sobrevivir, tío. Igual que tú. Ibas a matarme de todos modos, así que fui a
Roth e hice un trato".
"Nos vendiste", escupe Sylvie, mientras su sombra cae sobre ambos. "Nos vendiste, joder"
"¿Por qué iba a matarte, Hardy? Hiciste lo mejor que pudiste ese día. Lo que le pasó no fue
culpa tuya".
Sólo sacude la cabeza. Entonces su enfoque se desliza hacia Sylvie por encima de mi
hombro. "Lo siento, tío. No quise decir eso. Sólo quería sentir algo suave y bueno. Lo mismo
que tú"
"¿Tú...?" Lo golpeé contra la pared. Su cráneo rebota en la superficie de hormigón, pero aún
así no lucha. "Confié en ti. Ella confiaba en ti".
"Lo siento, hombre. Sólo hazlo rápido. Es todo lo que pido".
"Sylvie, dame el cuchillo"
"No." Su sombra sacude la cabeza de la pared al lado de Hardy. "Ha aprendido la lección"
"Sylvie..."
"No, Graham. Ha aprendido la lección y le necesitamos", susurra. "Y si yo puedo perdonarle,
tú puedes".
"Te tendió una trampa para que te violaran, Sylvie"
Prácticamente puedo sentir su indecisión. ¿Cómo es posible que haya matado a seis
hombres desde que llegó aquí, pero sigue siendo demasiado blanda para este lugar?
Demasiado buena para esto.
"No podemos confiar en él, y eso le hace peligroso. Tengo que matarle de cualquier manera",
le digo, sin quitar la atención sobre Hardy. "El cuchillo será compasión"

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"Dale el cuchillo, Sil", dice Hardy. "He terminado. Estoy listo para volver a casa".
Sylvie exhala, larga y lentamente. Entonces, finalmente, ella entra a la vista y me entrega
el cuchillo.
Hago que Hardy avance y se arrodilla. Agarré un puñado de su pelo y tiré de su cabeza
hacia atrás, luego corté profundo y rápido, justo a través de su garganta.
Gorgotea por un minuto, tosiendo. Salpicando. Sus manos vuelan a su garganta, tratando
de mantener su carne cerrada porque incluso si su mente está lista para morir, su cuerpo
no lo está.
Pero se acaba muy rápido. Cuando su peso me aprieta la mano, lo dejo ir y retrocede. Limpio
el cuchillo y se lo doy a Sylvie. Ella dobla la hoja y la mete en su bolsillo, luego me arroja
sus brazos alrededor de mi cuello, aferrándose a mí.
“No quiero hacer esto nunca más, Graham” Ella no está llorando. De hecho. Está hablando
entre los dientes apretados. Pero puedo sentir su dolor.
Puede que sea buena matando, pero eso no significa que esté hecha para esto. O que no la
matará, al final.
"Lo sé. Yo tampoco" La envuelvo en mis brazos, agradecido más allá de las palabras porque
todavía esté aquí. Ilesa, al menos físicamente. "Así que, vamos a hacer una declaración"
"La prevención es la mejor cura", dice, y asiento con la cabeza.
Roth se ha desplomado, mirando sin ver la hierba de color óxido entre sus rodillas. Coloco
mi bolsa sobre mi hombro, luego lo agarro de la muñeca con la mano derecha y a Jarod con
la izquierda. Sylvie recupera su bolsa y se lleva al mayor de los matones con ambas manos.
Juntos, los arrastramos por la esquina ciega hasta el patio, donde toda la actividad ha
cesado.
Las máquinas de pesas están desocupadas. Las mesas están vacías. Todos están de pie.
Mirando fijamente.
A medida que nos acercamos, alguien reconoce a Roth, aunque su cuerpo esté detrás de
mí. Ahí es cuando empieza la charla. Murmullos de tono bajo.
Dejo caer los cuerpos en el borde del hormigón. Sylvie arrastra su cadáver hasta el mío.
Juntos, nos mantenemos erguidos, mirando hacia abajo a todos en el patio.
"Esto termina hoy", grito. "Roth está muerto. Todos los que han puesto una mano sobre
Sylvie están muertos. Si todavía pensáis que tenéis una oportunidad, mirad bien, porque
este es vuestro futuro. Acercaos a cualquiera de los dos con una mirada de enojo, y os
mataremos".
El silencio resuena en el patio durante varios latidos del corazón.
"¿Quién es el campeón ahora?" Alguien grita entre la multitud. "¿Cómo funcionará el último
grupo?"
"Graham es el maldito campeón, imbécil", dice otro. "Mató a Roth".

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"No, no lo hice." Agarro la mano de Sylvie y la levanto en el aire. "Este es vuestro nuevo
campeón"

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 17
SYLVIE
"Fuera", ordena Graham al entrar a las duchas. Sólo hay tres hombres aquí, y todos son
solitarios y carecen de la experiencia y el coraje para enfrentarnos. También son novatos, y
aparte de Graham y yo, están entre las pocas personas que quedan en el bullpen.
La mayoría de los presos fueron a ver la lucha. En vivo en la arena.
Los novatos nos pasan arrastrando los pies, desnudos, agarrando barras de jabón y pares
de pantalones cortos empapados en su camino hacia el área principal del baño grande para
vestirse.
Uno de ellos ni siquiera se molesta en enjuagarse el pelo.
"De acuerdo". Graham toma mi mochila y la pone contra la pared junto a la suya, donde no
se mojarán. "No es un baño caliente con burbujas, pero seguramente esto es mejor que otro
baño de esponja en nuestra celda".
"Cualquier cosa es mejor que otro baño de esponja en nuestra celda"
Después de que Graham y yo matáramos a Roth y a sus matones, el resto de la semana
transcurrió tan bien que casi me decepcionó, esta mañana, no ver ninguno de nuestros
nombres en la lista. No porque quiera pelear. Después de matar a Link, no me importa si
no tengo que volver a pisar la arena.
Pero realmente quiero otro baño de burbujas.
Esto es lo siguiente mejor.
Me saco el champú y el exfoliante corporal de la bolsa y luego, aún con el uniforme de la
prisión, me meto debajo de un cabezal de ducha en mitad de la habitación. Espero mantener
el agua fuera de nuestras cosas, pero estar lo suficientemente cerca para defenderlas, en
caso de que alguien venga y trate de robarnos mientras estamos desnudos y vulnerables.
Eventualmente, alguien será lo suficientemente grande y estúpido para decidir que puede
eliminarnos. O se formará otra alianza. Así que seguimos en guardia.
Dejé las botellas en el suelo y luego inclino la cabeza hacia atrás para dejar que el agua
corra sobre mi cara. Está helada, a pesar del calor del día, pero después de mi carrera, se
siente increíble en mi piel sobrecalentada.
Graham se ríe mientras levanta el dobladillo de mi camisa empapada. "La ducha se toma
tradicionalmente desnuda".
"Estoy haciendo la colada. Dos pájaros de un tiro".
"No voy a mentir; este es un acontecimiento decepcionante"

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Me río. "Alerta de spoiler 4: Me desnudaré en un minuto"

Esta es la mayor privacidad que hemos tenido en el bullpen, tanto de los reclusos como de
las cámaras de seguridad - recientemente hemos descubierto que no hay ninguna en las
duchas. Eso no me hace más fácil pensar en los hombres que hemos matado, aunque
fueran asesinos. Aunque fueran violadores.
Incluso si se merecían todo lo que les pasó.
Pero si ser aterrador es la única manera en que Graham y yo vamos a poder sobrevivir aquí
-si matar a unos pocos esta semana significa que no tenemos que matar a más la semana
que viene, o desperdiciar todos los días evitando los ataques- entonces supongo que ha
merecido la pena.
De cualquier manera, era necesario.
Aunque no estoy segura de que la gente crea que yo maté a Cohen Roth. Todavía no se ven
tan asustados de mí como lo están de Graham. Eso puede tener algo que ver con el hecho
de que él es una cabeza más alto que yo y me supera por el doble.
Graham me observa lavarme el pelo mientras él hace espuma, y tengo que admitir que yo
tengo la mejor parte de este trato. Está completamente desnudo. Y… resbaladizo. Aunque
una vez que mi uniforme de prisión está empapado y aferrado a mí, no parece importarle la
desigualdad.
"Srta. Wolfe, tu ropa parece estar interfiriendo con tu ducha" Me coge de las caderas y me
acerca, bajo el agua fría. "¿Quizás necesitas ayuda?"
"Tal vez sí", lo admito mientras sus labios bajan por mi cuello.
Graham levanta el dobladillo de mi camisa empapada y yo me río mientras él me la quita
por la cabeza. El cuello se engancha en mis orejas, aun cubriendo mis ojos, pero en vez de
tirar de él, él recoge mi camisa y mi pelo sobre mi cabeza y me presiona contra la pared de
la ducha. Esencialmente con los ojos tapados.
Gimo cuando me levanta el pecho, provocando el pezón hasta convertirlo en punto duro.
Me besa, me deja sin aliento, entonces su boca comienza a vagar, y como no puedo verle,
no puedo decir dónde aterrizará después.
Cada toque es un misterio sensual. Cada beso es una revelación erótica.
Jadeo cuando su boca se cierra sobre mi pezón, un contrapunto caliente al flujo frígido de
agua, y de repente la humedad entre mis piernas no tiene nada que ver con la ducha.
A pesar de la helada lluvia, de repente me siento... ruborizada.

4 Como spoiler se denomina, en español, aquel texto que revela o adelanta información que se ignora
sobre la trama de un programa de televisión, una película o un libro, arruinando el suspenso o la
sorpresa final. De ahí que a la hora de introducirlos, se considere conveniente avisar antes a los
lectores o interlocutores mediante la expresión “Aviso de spoiler” o, en inglés, spoiler alert, con lo
cual se informa sobre la posibilidad de enterarse de eventos o giros de trama futuros que resten
interés o suspenso al desarrollo de la historia que se está siguiendo.

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Graham desliza sus manos bajo la cintura de mis pantalones cortos y los empuja hacia
abajo, con mi ropa interior todavía dentro. Aterrizan en una pila fría y empapada en la parte
superior de mis pies, salgo de ellos, y luego los pateo.
"No te muevas", susurra. Entonces sus manos desaparecen, y por un segundo, estoy sola
detrás de mi venda, bajo el enérgico asalto de la ducha. Luego oigo el chasquido de una
boquilla de plástico y huelo mi exfoliante corporal con aroma a albaricoque.
Sus manos caen sobre mis hombros, resbaladizas con el jabón perfumado, y las desliza
lentamente por mi cuello, luego hacia abajo y por encima de mis brazos. Luego, extiende el
jabón por mi estómago, luego por mis costillas en movimientos lentos y simétricos, y cuando
sus dedos rozan las curvas inferiores de mis senos, contengo la respiración, anticipando un
toque más atrevido. Lo estoy buscando. Pero sólo se mueve más abajo, pasando el jabón
por encima de mis caderas y luego por la parte baja de mi espalda. Y mientras él puede
estar limpiando mi cuerpo, mis pensamientos se ensucian cada vez más con cada golpe
resbaladizo.
Se acerca para llegar a la parte superior de mi espalda, presionando su pecho contra el mío,
y finalmente puedo sentir su erección contra mi estómago, caliente y dura. Yo gimo y me
aferro a él, pero él se aleja de mi alcance, una risa profunda y masculina que sale de su
garganta.
"Todavía no", susurra. Entonces, finalmente, sus palmas cálidas y resbaladizas encuentran
mis pezones, frotando en círculos ligeros mientras los picos son rozados bajo su caricia.
Estimulados por las pequeñas cuentas ásperas exfoliantes del jabón. Ansiosa por más, me
arqueo hacia adelante, presionando mis senos en sus manos, pero él solo se aleja para
mantener un contacto ligero. Una tortura erótica.
"Graham..." Gimo.
"¿Sí, Sylvie?" Su aliento me roza la oreja. Está muy cerca, pero sus labios no me tocan.
"Necesito más"
"Dime lo que necesitas"
“Te necesito dentro de mí”
Sujetando mi cabeza contra la pared de la ducha con su agarre sobre mi pelo envuelto en
la camiseta, Graham me separa las piernas con su rodilla. Su polla se mueve contra mi
estómago de nuevo, y su mano libre finalmente se cierra alrededor de mi pecho. Amasando.
Trabajando mi pezón entre su pulgar resbaladizo y su dedo índice.
Luego da un paso atrás y me pasa la mano por el abdomen, moviéndose lentamente más y
más bajo. Sus dedos se deslizan entre mis pliegues, dibujando un par de círculos perezosos
alrededor de mi clítoris mientras yo prácticamente jadeo, desesperada por más. Luego se
hunden en mi interior. "¿Así?"
"Noooo..." Gimo. "Quiero decir, sí, pero..."
Su pulgar encuentra mi clítoris, y yo me trago mi objeción cuando una espiga de placer me
atraviesa, resonando en el ligero pinchazo de mi pezón entre sus dientes. Jadeo, y Graham

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se traga el sonido de un beso que comienza con dulzura, y luego evoluciona en una
conquista de mi boca por su lengua, haciendo eco del ritmo de sus dedos que se clavan
dentro y fuera de mí.
Una presión burbujeante se acumula rápidamente dentro de mí, hasta que estoy gimiendo
en su boca, agarrándole de los brazos mientras yo me retuerzo contra su mano. Perdida en
la agonía de mi orgasmo. Más satisfecha de lo que nunca he estado en mi puta vida, a pesar
de la prisión, y la violencia, y la siempre presente audiencia en vivo.
Porque ¿de qué sirve vivir una larga vida de seguridad, protección y comodidad, si nunca,
nunca te vas a sentir así? Si nadie te va a tocar como si fueras la cosa más preciosa del
Universo?
"Oh, Dios mío", susurro mientras Graham me quita la camisa de la cabeza. Mi mirada se
fija en sus ojos color avellana, dilatados por su propio deseo, y me levanta la pierna
izquierda, rodeando con ella su cadera. "Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Lástima
que tuve que ganar una sentencia de muerte para encontrarte"
"Aún no estamos muertos, Wolfe" Me levanta por el culo, y yo le rodeo con mi otra pierna
mientras él me baja lentamente sobre su polla. Sus ojos se cierran por un segundo y sus
caderas se mueven por debajo de mí, presionándome contra la pared. "Y vamos a vivir cada
segundo que nos quede"
Luego me penetra, duro y rápido, y no puedo hacer nada más que aguantar, mi espalda
deslizándose contra la pared mojada, todavía resbaladiza con el jabón. Las fricciones se
acumulan fuerte y rápido entre nosotros, conmigo todavía hinchada y sensible por mi
orgasmo, y estoy cerca de nuevo demasiado rápido. Mis piernas se aprietan a su alrededor.
Un gemido retumba de mi garganta.
"Todavía no, cariño..." Graham gruñe en mi oído. "Espérame" Pero al perseguir su propia
liberación, sólo aumenta la deliciosa fricción entre nosotros, y mi aliento se enreda mientras
trato de estirar ese pico brutal justo antes de llegar al límite. Para mantenerlo a raya. Para
vivir en la exquisita acumulación....
"¡Ahora!" gruñe, golpeándome tan brutalmente que la pared me hace moratones en la
columna vertebral. Siento que se libera dentro de mí, y me corro tan fuerte que los bordes
de mi visión comienzan a oscurecerse. Me aferro a él una y otra vez, cabalgando cada ola
mientras se estrellan sobre mí, mordiéndome el labio para no gritar y atrayendo a una
audiencia de los pocos reclusos que quedan en las celdas.
"Mierda, eres increíble", me susurra Graham al oído mientras me estremezco alrededor de
su verga con una réplica contundente. "Ojalá tuviéramos un para siempre, para poder estar
enterrado dentro de ti. Justo así"
Le rodeo el cuello con los brazos y sonrío mientras le dejo entrar en algo que he entendido
desde el día en que luchó para rescatarme de la celda de Cohen. "Para siempre no sería lo
suficientemente largo”

∗∗∗∗∗∗∗

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SALIMOS DE LA DUCHA a tiempo de ver la última pelea en la pantalla del patio, donde se
reúnen los rezagados que optaron por no mirar desde la arena. En nuestro camino a través
del pavimento agrietado hacia nuestra mesa favorita, oigo la voz de Graham, amplificada, y
me doy la vuelta para encontrarnos a ambos mirando desde la enorme pantalla en el
costado del edificio. Estamos sobre tres cadáveres.
En la pantalla, Graham agarra mi mano y la sostiene. "¡Esta es vuestra nueva campeona!",
grita.
Aquí en el patio, todos los rezagados se giran para mirarnos.
Y finalmente, me doy cuenta de lo que está sucediendo. Acabamos de perder imágenes de
la traición de Hardy, y de mí matando a Roth. Lo que los productores de la AU muestran
como introducción a la explicación de los nuevos grupos.
Al no haber ningún campeón, el grupo superior está esencialmente en la misma posición
en la que estaba al principio de la temporada, pero sólo quedan ocho combates. El algoritmo
de AU ha clasificado a los mejores luchadores y ha diseñado un nuevo grupo. La pelea final
de esta noche será la primera de ese grupo.
A medida que el vídeo cambia para mostrar la arena, hago algunas matemáticas y llego a
una conclusión sorprendente. A falta de sólo ocho semanas para el final de la temporada,
es matemáticamente imposible para mí llegar a la cima esta temporada, a menos que se
enfrenten a mí cada semana. Lo cual, sospecho, mis patrocinadores nunca les dejarán
hacer. Querrán que siga luchando la próxima temporada, por las audiencias.
Sin embargo, Graham estará en el nuevo grupo. Lo que significa que dentro de dos meses,
o bien será liberado entre la población en general como el nuevo campeón, o estará muerto.
De cualquier manera, ahora tenemos una respuesta a la pregunta que hemos estado
tratando de no expresar en voz alta.
Ocho semanas.
Ese es el mejor escenario para el tiempo que nos queda juntos.

∗∗∗∗∗∗∗
DESCUBRIR EL CONOCIMIENTO de que casi con toda seguridad estaré en el grupo de nivel
dos la semana que viene, hace que me resulte casi imposible concentrarme en el
entrenamiento en los días siguientes a mi comprensión. No estoy segura de quién de
nosotros me preocupa más. Sin Cohen Roth en la carrera, las posibilidades de Graham de
sobrevivir al torneo son mucho mejores de lo que lo eran antes, -aunque ni mucho menos
seguras.
Y ya sea que gane o pierda, me quedaré aquí sola durante la conclusión y toda la próxima
temporada. O, tanto como dure en la próxima temporada, de todos modos.
Eso no debería molestarme tanto como lo hace. Ni siquiera sabía que Graham existía
cuando exigí mi derecho a luchar. Vine aquí asumiendo que existiría por mis propios
medios. Pero ahora que le tengo...

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No creo que pueda estar aquí sin él. Y eso no tiene nada que ver con el hecho de que esté
más segura con él a mi lado. Por loco que parezca, teniendo en cuenta que nos conocimos
hace sólo dos semanas, no puedo imaginarme la vida sin él. No sólo aquí en el bullpen, sino
en cualquier lugar....
Graham puede ver que algo va mal, pero no pregunta. No tiene que hacerlo. Estoy segura
de que ha hecho las mismas matemáticas que yo.

∗∗∗∗∗∗∗
MI TERCER DÍA DE LUCHA, después de una ronda de despedida la semana pasada,
comienza de forma muy parecida a la primera vez que lo hice: en la oscuridad anterior al
amanecer, llena de terror. Graham y yo nos dirigimos al patio con todos los demás en
silencio total. Si no me tomara de la mano, no estaría segura de que aún estuviera conmigo.
Su mirada parece tan distante como la mía.
No es sólo la lucha lo que me preocupa. Definitivamente nos llamarán a los dos hoy -ya no
creo que los ejecutivos estén libres en el departamento de formación de grupos-, pero al
igual que la primera vez, Graham será llamado primero. Estaré solo, sin que Hardy venga
en mi ayuda.
Si alguien planea atacarme, hoy representa la mejor oportunidad de éxito.
Después de que se anuncian los nombres del primer nivel, aparece en la pantalla el grupo
del segundo nivel, y como esperaba, estoy en la lista en el último combate contra un hombre
llamado Tony Yost.
Conozco a Yost de vista, pero no sé mucho más de él, excepto que esta será su tercera pelea.
Si me gana, pasará al nivel tres.
"No es un luchador", susurra Graham, mientras colocan el nivel tres. "Así que, al igual que
con Lincoln, llévalo al suelo tan pronto como puedas. Pero ten cuidado. Tiene entrenamiento
en artes marciales y le encanta patear. Alto".
"De acuerdo. Gracias" Realmente estoy escuchando. Pero también estoy mirando la
pantalla, esperando. Finalmente, aparece el grupo de nivel superior. Graham se va a
enfrentar a Wallace Monfort.
Conozco a Wallace. Es grande y rápido. Corre casi tan a menudo como yo. Y le he visto
luchar. No tiene muchas debilidades.
"Hola" Graham toma mi mano debajo de la mesa, y yo trato de ignorar las miradas que se
centran en nosotros. "Está bien. Le he estudiado. Estaré bien"
"Estoy segura de que él también te ha estudiado" Desde que matamos a Roth, Graham se
ha convertido en el hombre a batir, tanto en la arena como en el bullpen.
"Escucha, quiero que vengas conmigo cuando me nombren", susurra. "Aunque no te dejen
entrar a la arena todavía, esperar en la puerta es mucho más seguro que esperar aquí en
el patio. No podrán rodearte, y si alguien entra después de ti, tendrían que ser estúpidos

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para intentar algo con los guardias al otro lado de la puerta. Y si Kaya descubre que estás
ahí, probablemente intentará sacarte para una entrevista temprana o algo así".
"De acuerdo". Nos levantamos y cogemos nuestras bolsas, mirando la pantalla, pero el plan
de Graham resulta ser innecesario. Me llaman a mí al mismo tiempo que a él y a Wallace,
aunque el nombre de mi oponente no aparezca en la pantalla.
Wallace camina delante de nosotros sin hablar, como si ni siquiera pudiera oírnos detrás
de él. Si estuviéramos de vuelta en mi mundo, asumiría que estaba escuchando música; mi
hermano siempre tenía algo sonando mientras entrenaba, o cuando intentaba
concentrarse.
Cuando se abre la puerta, seis de los dieciocho guardias escoltan a Wallace a la derecha,
mientras que los doce restantes nos llevan a Graham y a mí al mismo cuarto verde que
utilizamos la última vez. Abro la puerta, preguntándome qué van a servir de comer hoy,
pero en el momento en que cruzo el umbral, me olvido por completo de la comida.
Me lleva un segundo procesar lo que estoy viendo.
"¡Sebastián!" Corro a través de la habitación y me lanzo a mi hermano, las lágrimas ya se
están formando en mis ojos. "¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué está
pasando?"
"Hola, Sylvie." Me abraza tan fuerte que apenas puedo respirar. "¿Estás bien? He visto
algunas de las imágenes, y..."
"Sí. Estoy bien." Me encogí de hombros para poder ver su cara. "No mires, Seb. En serio.
No mires. Ni las peleas ni nada procedente del bullpen". Pero puedo decir por el destello de
furia en sus rasgos que ya ha visto... algo. "No dejes que papá mire tampoco". Mi madre no
lo hará. Ni siquiera puede ver las peleas de Sebastian. "¿Qué estás haciendo aquí?"
"Fue idea de Kaya"
"Y fue brillante, si se me permites decirlo." Kaya me mira desde el otro lado de la habitación,
donde evidentemente ha estado consultando con Renee sobre mi cabello. "Pensé que sería
bueno -tanto para la audiencia como para tu estado mental- que pudieras ver a tu hermano
antes de la pelea. Y tus patrocinadores se metieron en una guerra de pujas por quién
pagaría por traerlo aquí".
"He estado en un transporte de alta velocidad durante una semana y media", dice Sebastian.
"Sí, pero viajó con clase", me asegura Kaya. Como si me ofendiera que el alojamiento de mi
hermano sólo hubiera sido en clase ejecutiva. "Tenemos entrevistas preparadas para él, y
vamos a filmarlo viendo las peleas, esperando comentarios de un verdadero experto en el
campo" Su mirada se fija en mi hermano y me doy cuenta de que mi enlace de patrocinio
siente un flechazo.
Uno muy grande.
"Y, por supuesto, conseguiremos algunas imágenes de vosotros dos juntos", continúa.
"Vuestro reencuentro. y tal vez recordando el entrenamiento"

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"¿Sylvie?" Graham llama, y me doy la vuelta para verlo esperando una presentación. Porque
mi hermano obviamente no lo recuerda.
"Hola. Lo siento. Graham, este es mi hermano Sebastian. Sebastian, Graham es..."
"Sylvie, ¿puedo hablar contigo un momento?", interrumpe mi hermano, mirando a Graham
con una expresión que no puedo interpretar. ¿"En privado"?
"Umm... sí"
"Bueno, no, en realidad no puedes", dice Kaya. "Le trajimos aquí con la condición de que
todas vuestras interacciones quedaran registradas. Para las grabaciones"
"Bien", gruñe Sebastian. Luego se vuelve hacia mí como si nada de lo demás existiera. Como
si fuéramos sólo nosotros dos, entrenando en el patio trasero, como solíamos hacer. "En las
transmisiones, hacen que los dos parezcáis una mierda de cuento de hadas. Como un
romance en la cárcel". Se ha cambiado a nuestro dialecto local, asumiendo que nadie más
aquí le entenderá. Al menos hasta que puedan traer a un intérprete para que coloque
algunos subtítulos en el video antes de que lo emitan. "¿Es una mierda de verdad o se está
aprovechando? ¿Exigiendo pago por protección?"
"No creo que se pueda describir nada de lo que hay en el bullpen como un cuento de hadas",
evado, incómoda hablando de mi vida sexual con mi hermano. Incluso si sólo trata de
protegerme. "Pero Graham no está exigiendo nada" Y eso es todo lo que estoy dispuesta a
contarle sobre mi vida privada. Incluso si todo ha sido capturado por la cámara.
"¿Estás segura? Porque le mataré aquí y ahora mismo", gruñe Sebastian con una mirada
sobre mi hombro a Graham.
Graham se ríe. "Sylvie no necesita mi protección", dice. En nuestro dialecto. "No más de lo
que yo necesito la suya, de todos modos. En caso de que no hayas visto las grabaciones, ella
derribó al campeón".
Los ojos de Sebastián se abren de par en par, traicionando su sorpresa por un instante.
Luego sonríe. "Sabía que jodidamente te conocía. Campeonato Juvenil de Guantes Galácticos.
División de peso pesado. Debe haber sido... ¿Cuánto?, ¿Hace diez unidades solares
estándar?"
"Ocho", le corrijo. Y de repente lo entiendo. Graham y yo somos del mismo mundo, que es
cómo se enfrentó a mi hermano en el ring todos esos años atrás. Por supuesto que habla
nuestro dialecto.
"Esperad, ¿vosotros dos luchasteis?" Kaya mira de Graham a Sebastian, y prácticamente
puedo verla trazando un nuevo ángulo de cobertura.
"Un infierno de coincidencia", dice Sebastian.
"En realidad no" Kaya nos ilumina con su sonrisa a todos, como si se tratara de una reunión
familiar normal, y ella fuera parte de ella. Lo que se siente un poco incómodo, considerando
su evidente enamoramiento de mi hermano. "Sebastian está aquí porque Sylvie está aquí".
Se vuelve hacia Graham y hacia mí. "Y las posibilidades de que dos condenados a muerte
con experiencia en peleas terminen en la zona uno son bastante buenas. El hecho es que

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Sylvie y Graham cometieran un asesinato, me parece interesante". Se encoge de hombros.

"Pero por el contrario, tal vez no debería. Tal vez el hecho de que pudierais matar a alguien,
debido a vuestro entrenamiento, os hizo más propensos a resolver problemas con la misma
violencia que os trajo hasta aquí".
Cuando se da cuenta de que todos la miramos, Kaya se ríe. Luego mira desde Sebastian
hasta Graham, y de vuelta. "¿Quién ganó? ¿cuando vosotros dos peleasteis de niños?"
"Yo" Dicen ambos al unísono.
Me eché a reír, y un segundo después, los dos hombres se unieron a mí. Kaya se mueve
como loca hacia el cameraman, asegurándose de que está grabando todo esto."Pero en serio,
tío, no importa lo que hayas visto en las noticias, nunca le haría daño a tu hermana"
Graham me desliza un brazo a mi alrededor. "Me asusta un poco su gancho de izquierda"
Sebastian sonríe. "Más te vale que así sea. Trabajamos en ello durante años. Eso, y en esas
malditas clases de anatomía".
Kaya acerca a mi hermano a la cámara, con la mano alrededor de su bíceps, para hacer un
comentario improvisado. "¿También recibiste clases de anatomía?"
"Sí", dice con una mirada sobre su hombro. "No puedes esperar golpear el bazo -o cortar
una arteria- si no sabes dónde están"
"Mierda", susurro cuando están fuera del alcance del oído. "No puedo creer que él esté aquí".
Graham resopla. "No puedo creer que el chico flaco al que golpeé en el ring hace casi una
década se haya convertido en Havoc".
"Sí, bueno, no te impresiones demasiado. Tú tienes un recuento de muertes mucho más
alto”. Pero entonces, yo también
"No estoy seguro de que haya algo de lo qué alardear", dice Graham mientras nos acercamos
al buffet.
Comemos un desayuno ligero -nada pesado hasta después de la pelea- y luego tomo un
baño de burbujas perfumadas, sola esta vez, para que Charles pueda entrevistar a Graham
y Sebastian sobre su conexión previa a Rhodon.
Para cuando he sido acicalada y preparada y he dado mis entrevistas, estoy tan desesperada
por hablar con mi hermano como por ver a Graham. Sebastian ha estado aquí durante
horas, pero las peleas están a punto de comenzar, y si no salgo de la arena....
Para mi sorpresa, sin embargo, ambos hombres me están esperando en el banquillo,
completamente ajenos al hecho de que los otros luchadores les están lanzando dagas con
los ojos a ambos, por interrumpir la concentración de todos.
Sé que debería estar concentrada. Visualizando la pelea. Repasando las fortalezas y
debilidades de Yost y haciendo planes para explotarlas. Pero si no sobrevivo a esta pelea,
nunca volveré a ver a Graham ni a mi hermano, y hay cosas que tengo que decirles.
Sebastian primero, porque los guardias ya están intentando que les siga a otra parte, para
sus comentarios en directo. "Hey" Me pongo de puntillas y le abrazo, atesorando la

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sensación y el olor del hogar. Nunca antes me había dado cuenta de lo poco que mi nostalgia
tiene que ver con mi mundo natal, o con mi casa de la infancia, o con todas mis cosas, y lo
mucho que tiene que ver con la gente. Con mi familia. Skye se ha ido, y mis padres no están
aquí, así que Sebastian es todo lo que me queda de mi antigua vida.
"Necesito que le digas algo a mamá y papá de mi parte" Estoy susurrando, pero estoy segura
de que las cámaras pueden oír cada palabra. "Diles que lamento lo que están viendo en las
transmisiones. Sé que no puede ser fácil. Pero tenía que hacerlo, y lo haría de nuevo. Por
Skye"
"No", gruñe Sebastian en mi oído, abrazándome tan fuerte que apenas puedo respirar.
"¿Qué?" Yo lo alejo.
"No voy a despedirme por ti, hermanita. Porque no vas a morir. Hoy no. Dime lo que quieras
decir después de tu pelea".
"Pero, ¿y si yo..."
"No lo harás. Estarás bien" Me pone las dos manos sobre los hombros, imitando las charlas
de ánimo que yo le solía dar antes de una pelea, cuando éramos niños. "Tu cuerpo sabe
qué hacer, así que deja que haga lo suyo. No pienses demasiado las cosas. Presiona tus
ventajas sin renunciar a ninguna. Y te veré en la sala verde. ¿De acuerdo?"
"De acuerdo". Le doy un abrazo más. Entonces no tengo más remedio que ver a mi hermano
salir de la habitación sin darme un adiós.
Me siento como si alguien hubiera chupado todo el aire de la habitación.
"Sylvie". Graham me abraza por detrás, apoyando su barbilla en mi hombro. "Tu hermano
te ama. Y tienes suerte de haberle visto de nuevo. La mayoría de estos tipos -incluso los
más fríos y duros cabrones de aquí- darían cualquier cosa por esa oportunidad. Pero
Sebastian tiene razón. No más despedidas".
Me retuerzo en su abrazo hasta que puedo envolver mis brazos alrededor de su cuello. "No
quiero despedirme. Pero parece arrogante no hacerlo. El asumir que te veré de nuevo".
"Estás pensando como una niña otra vez", me susurra al oído, deslizando sus manos por
mi espalda, sobre mi nueva ropa de gladiadora plateada y roja. "Por si no te has dado
cuenta, este es un mundo de hombres. Así que pon tu cara de póker, Wolfe, y ve a tomar lo
que la vida te debe. Te veré en la sala verde cuando esto termine".

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 18
SYLVIE
"DAMAS Y CABALLEROS, la debutante en el segundo nivel contra Anthony Yost es la única
mujer que ha salido a la arena aquí en Rhodon! ¡Srta. Sylvie Wolfe!"
Salgo a la arena cuando el locutor me nombra y, a mi alrededor, las pantallas empiezan a
reproducir clips de mis vídeos en segundo plano. La mayoría de ellos son de mi primera
pelea y de mi primera semana en el bullpen, pero hay varios nuevos, incluyendo las
imágenes de Graham declarándome la campeona de facto en el patio, y de mi hermano
diciéndole al mundo cómo una vez le derribé -cuando yo tenía catorce años de edad-.
Ese es nuevo para mí, y evidentemente fue grabado esta tarde.
"Vas a caer, perra", gruñe Yost cuando me detengo a varios metros de él, y de repente me
sorprende la diferencia entre él y Lincoln Gray. Puede que Link estuviera más interesado
en protegerse a sí mismo que en ayudarme a luchar contra una banda de violadores, pero
no era activamente un imbécil.
La mayoría de los reclusos en el bullpen son más como Yost.
No digo nada mientras tomo el fornido y musculoso cuerpo que se exhibe en sus brillantes
pantalones atléticos de color verde oliva y su cómoda blusa. Sólo puedo pensar en que mi
hermano está mirando. Y que si saben que está aquí, mis padres también podrían estar
mirando, desde casa.
Mi padre, de cualquier manera.
El timbre se apaga, y Yost y yo empezamos a dar vueltas el uno al otro. Es ligero en sus
pies, para su tamaño, y su resistencia es lo suficientemente buena como para que esté
seguro de que podríamos bailar juntos toda la noche. Pero no lucha. Recuerdo que Graham
dijo eso. Así que me lancé para derribarlo, pero se apartó de mi camino y me dio una patada
en la espalda. Duro.
Me había olvidado de las patadas.
Tropiezo hacia adelante, tratando desesperadamente de recuperar mi equilibrio sobre la
arena que se mueve bajo mis pies, pero él deja caer otra patada justo sobre mi riñón.
El dolor paralizante me ilumina desde el interior, y me caigo con un gruñido, luchando por
respirar. Pero Yost viene hacia mí, así que ruedo sobre mis manos y rodillas, luego me obligo
a ponerme de pie, agarrando mi lado izquierdo. Damos vueltas un poco más y me las arreglo
para esquivar un par de patadas más, pero el golpe en mi riñón es un problema. No
sacudírmelo.
Mis pies se sienten como plomo. Como si quisiera bailar con zapatos hechos de bloques de
cemento. Me defiendo de otra patada y la sigo con un gancho de izquierda del que mi
hermano estaría orgulloso, pero luego Yost me da una patada en el esternón.

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Mi aliento explota de mi cuerpo y tropiezo hacia atrás, luego me caigo de culo. Está sobre
mí en un instante, dándome patadas en el costado mientras intento bloquear los golpes en
mis costillas. Me voy tan rápido como puedo, con los ojos cerrados para mantener la arena
fuera de ellos, pero eso significa que no puedo ver a Yost.
Finalmente, me pongo de rodillas, pero no le veo. Me retuerzo mientras trato de levantarme,
y siento su calor contra mi espalda. Su brazo derecho me sujeta alrededor de mi cuello en
una asfixia. Yost es tan alto que cuando me levanta, mis pies no tocan el suelo, y yo me
quedo colgado de sus garras. Clavando y agitando.
La gravedad trabaja en mi contra, ayudándole a comprimir mis arterias carótidas. Está
cortando el flujo de sangre a mi cerebro.
Golpeo mi codo hacia atrás, contra su costado, y Yost gruñe, pero su agarre no se afloja. Le
pateo las espinillas y le clavo las garras en los brazos con el mismo resultado.
En segundos, el mundo comienza a desvanecerse frente a mí. La presión en mi cabeza es
enorme. Mis oídos rugen con un sonido que ni siquiera puedo identificar.
En clase, aquí es cuando me iba. Cuando tenía que dejarlo ir. Aquí, todo lo que tiene que
hacer es mantener su control hasta que pierda el conocimiento. Entonces puede matarme
como quiera.
Débilmente, oigo a la multitud rugir a nuestro alrededor. La oscuridad invade los bordes de
mi visión. Mis brazos se sienten demasiado pesados para levantarlos. Mis piernas cuelgan
inútiles.
Me voy a morir. Ahora mismo. Aquí mismo.
Entonces la oscuridad me traga...

∗∗∗∗∗∗∗
LOS HOMBRES ESTÁN CANTANDO. Pisoteando sus pies. Exigiendo algo. Pero no puedo
decir lo que están diciendo.
La voz del locutor estalla a mi alrededor y el eco resuena en mis oídos, pero yo tampoco lo
entiendo.
Inspiro, y la arena vuela en mi boca. Parpadeo, y la arena me araña los ojos como pequeñas
garras de cristal. No puedo mover los brazos, pero mis dedos se mueven, y aún más arena
cae bajo mis uñas. Todavía estoy en la arena. Aplastada en mi cara. Y de alguna manera,
todavía estoy viva.
"¡No!" Yost ruge detrás de mí -por encima de mí- y eso lo entiendo. "¡Me lo he ganado, joder!
Ella es mía, de una forma u otra".
Levanto mi cabeza justo cuando su sombra cae sobre mí, y el pelo cae en mi cara de mi
trenza arruinada. Luego oigo un zumbido corto y suave, seguido de un golpe. La sombra de
Yost desaparece.
Me empujo erguido con brazos que no puedo sentir, y veo a mi oponente acostado de costado
a mi lado. Respirando tan superficialmente que al principio, ni siquiera puedo decir que

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está vivo. Detrás de él hay una línea de guardias, todos apuntándonos con armas. Acaban
de aturdirlo y están dispuestos a hacerme lo mismo a mí.
Es entonces cuando me doy cuenta de que puedo sentir la brisa mucho más íntimamente
de lo que debería ser capaz.
Miro hacia abajo. Mis pechos están desnudos y salpicados de arena. Mi traje de gladiador
de una sola pieza cuelga suelto alrededor de mis caderas. Levanto el material y meto mis
manos temblorosas en las mangas. No entiendo lo que ha pasado.
"¡Srta. Wolfe, por favor, salga del estadio!", dice el locutor. Así que me pongo en pie y los
guardias ajustan su puntería para seguirme. Puse un pie delante del otro, tropezando hacia
la puerta que ya se deslizaba y se abría para dejarme salir. Pero luego se iluminan las
pantallas alrededor de la arena y me detengo cuando veo mi propia cara.
Me doy la vuelta y mis propios ojos me miran fijamente desde docenas de pantallas, todas
con las mismas imágenes.
Es la repetición.
El disparo se aleja mientras mi cara se enrojece, revelando que Yost me tiene en un
estrangulamiento brutal - un estrangulamiento de sangre. Mi cuerpo cuelga de su pecho.
Mis ojos se cierran cuando pierdo el conocimiento. Estoy a su merced, a dos minutos de la
muerte, como mucho, si es que mantiene el ahogo.
El pensamiento envía una ola de escalofríos sobre mí.
"¡Wolfe!", gritó uno de los guardias, arrastrándome de vuelta al presente. Me obligo a dar
unos pasos más hacia la puerta mientras miro fijamente, horrorizada, la repetición.
En la pantalla, suena un timbre.
"Sylvie Wolfe ha recibido un salvavidas, cortesía de SoftForm Feminine Productos de Higiene,"
dice el locutor en la repetición. Y de repente lo entiendo. Uno de mis patrocinadores
intervino para proteger su inversión.
"¡No!" Yost me mira fijamente desde todos los rincones de la arena, su cara carmesí de rabia.
Se balancea con mi cuerpo cojo aún en sus manos. Mi cuello seguía apretado en la curva
de su brazo derecho.
"¡Espectadores en casa, tienen 30 segundos para votar!", grita el locutor. "¿Debería vivir o
morir la Srta. Wolfe? ¡Vosotros decidís! Recuerdad, sólo un voto por espectador. ¡Haced que
se oiga vuestra voz!"
Me tropiezo unos pasos más hacia la puerta, observando como un medidor digital aparece
en la pantalla más cercana, su flecha tambaleándose hacia adelante y hacia atrás mientras
los votos van entrando. La flecha aparece entre LIVE y DIE durante varios segundos. Luego
se tambalea a la derecha, se adentra en el territorio de LIVE, y se queda allí.
En la pantalla, Yost me tira a la arena con asco. Pero sigo inconsciente, mi cara sigue casi
púrpura.

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Con la mandíbula apretada por la furia, Yost cae encima de mí y empieza a quitarme la
ropa, justo ahí, ante la cámara, claramente decidido a hacerme pagar por su victoria
robada, de una forma u otra. Luego, la pantalla se divide y añade una toma de Graham
golpeando la puerta cerrada del banquillo, pidiendo a gritos a los guardias que le dejen
entrar en el estadio.
Regalo -no puedo mirar más.
Salgo corriendo de la arena, tropezando y luchando contra las lágrimas, hasta que la puerta
se cierra detrás de mí. Hasta que la oscuridad del túnel de salida me rodea, confortándome
como un bálsamo en una quemadura. Como un lugar seguro para esconderse. Quiero
quedarme allí para siempre, lejos de las cámaras. De los hombres del bullpen. De Graham
y mi hermano, que me vieron humillada.
Detrás de mí, la puerta comienza a abrirse de nuevo, y yo me pongo en movimiento,
corriendo hacia el final del túnel. Sin mirar atrás.
Salgo a los últimos rayos de la luz del día y choco con una sólida pared de músculo y una
fragancia que reconocería en cualquier parte.
"Sylvie..." Los brazos de mi hermano me rodean, y a lo lejos oigo otras pisadas que se dirigen
hacia nosotros. Reconozco la voz de Charles cuando le da instrucciones al cameraman para
que haga un corto. "Hey", susurra Sebastian. "Está bien. Saliste viva, y eso es todo lo que
importa".
Pero eso no es todo lo que importa. Habla como un hermano mayor, más que como un
instructor. O como un mentor. O incluso como un compañero de lucha.
"Perdí" Le susurro al oído, preparándome mentalmente para dejarlo ir, porque no puedo
permitirme parecer más débil de lo que ya lo soy. "Y ahora todos saben que puedo perder.
Nunca volveré a estar a salvo en el bullpen". Salgo de su abrazo y miro hacia arriba para
ver su mirada. "Dile a mamá y papá que les quiero. Diles que lo siento. Y pon una rosa en
la tumba de Skye por mí, Seb. Por favor."
"Sylvie, espera..." Mi hermano me agarra del brazo mientras me alejo, pero yo me escabullo
de sus manos. Ojalá no hubiera venido. Ojalá no hubiera visto nada de eso.
Espero escuchar sus pasos detrás de mí, mientras una de las cámaras se gira para
seguirme, pero en vez de eso, los pasos de mi hermano corren hacia el otro lado.
"¡Hijo de puta!" Sebastian ruge, y yo giro justo cuando ataca a Tony Yost, que acaba de salir
del túnel.
Finalmente, mi hermano levanta la vista. Se pone de pie y me acerca en un abrazo salpicado
de sangre, con los nudillos destrozados y sangrando. Pero es muy tarde. Yost está
convulsionando en el suelo. La sangre se escapa entre sus dientes rotos, y me doy cuenta
de que se ha mordido el extremo de su propia lengua.Le quedan minutos para vivir, a menos
que alguien haga algo. Pero no tiene patrocinios. Lo que significa que no hay nadie para
pagar el tratamiento médico. A nadie le importa si vive o muere.Finalmente, los pasos se
apresuran hacia nosotros desde algún lugar más profundo en el complejo de la arena.

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Levanto la vista para ver una docena de guardias más que se dirigen hacia nosotros, dos
de ellos escoltando una camilla flotante. Pero se detienen sin tocar a Yost.
No han venido a ayudarlo. Han venido a recoger el cuerpo.
Una vez que haya un cuerpo.
Un minuto después, las extremidades de Yost dejan de moverse. Cuando deja de respirar,
dos de los guardias lo suben a la camilla por las muñecas y los tobillos. Ni siquiera se
molestan en cubrirle.
"Sebastian Wolfe, queda arrestado por el asesinato de Anthony Yost"
"¿Qué?" Me doy la vuelta para ver a tres de los guardias acercándose a mi hermano. Dos de
ellos tienen las armas desenfundadas. La tercera es sostener un juego de esposas de
alambre. "¡No! ¡Yost tenía una sentencia de muerte! ¡Iba a morir de todos modos!" Grito.
"Sylvie", dice Sebastian por encima del hombro, mientras se da la vuelta para dejarse
esposar. "Déjalo estar". Luego me guiña el ojo. "Te veré en la sala de espera, hermanita".
La comprensión me golpea como un puñetazo en el estómago. Él planeó esto. Tal vez no la
muerte de Yost específicamente, pero Sebastian nunca tuvo la intención de dejar Rhodon.
"¡No! ¿Por qué?" Corro tras él, mientras los guardias lo acompañan... a algún lado.
Sebastian se retuerce para mirarme una vez más. "Debería haber estado ahí para Skye.
Sólo me queda una hermana, y voy a cuidarla".
Entonces uno de los guardias se puso delante de mí, con el arma apuntando en silencio, y
sólo puedo ver cómo se llevan a mi hermano.

∗∗∗∗∗∗∗
"Puede que no se arme aquí". Kaya pone un plato lleno de pasta en la pequeña mesa de la
sala verde y se hunde en la silla que está a mi lado. "Quiero decir, podrías argumentar que
matar a Anthony Yost equivale a una ejecución, más que a un asesinato"
"Excepto que Sebastian no es un verdugo autorizado" Me aferro a mi plato intacto de
rigatoni, deseando, por una vez, poder abrir el apetito los días en que me ponen comida
gourmet delante de mí.
"Eso es cierto, pero su juicio podría llevar semanas, dependiendo del tamaño del expediente,
y luego está el transporte de regreso a Rhodon. Asumiendo que se le encuentre culpable. E
incluso entonces, esta no es la única zona de ejecución en el planeta. Podría acabar en
cualquier..."
Charles resopló, y yo levanté la vista para verle arrastrando algo en la pantalla, bien
colocada sobre su regazo. "Su hermano es una vaca lechera, igual que ella. Si la AU puede
ponerlo en la arena, lo harán, sólo por las oportunidades de patrocinio. Incluso sin ellos,
tener un hermano y una hermana en el bullpen es un tesoro para las grabaciones. Estará
de vuelta aquí. La única pregunta es cuándo".
"Podría llevar semanas", repite Kaya mientras clava un trozo de pasta con su tenedor.

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"Lo que estás diciendo es que puede que ya esté muerto para cuando mi hermano sea
arrojado al bullpen. Entonces, ¿toda su loca misión suicida pudo haber sido en vano?"
"Lo siento, yo..." Los ojos de Kaya están arrugados en las esquinas, sus labios perfectamente
pintados, fruncidos por una mueca. "Asumí que no lo querías aquí. Quiero decir, yo no lo
quiero aquí"
"¿Por qué te importa?" Me recuesto en mi silla con los brazos cruzados sobre mi uniforme
de gladiadora salpicado de sangre, mi comida olvidada. "¿No es tu trabajo asegurarte de
que seamos lo más entretenidos posible? ¿Para conseguir tanto dinero ensangrentado como
puedas, para la maldita AU?".
“Yo…” Sus ojos realmente están húmedos. "Eres el primer boxeador que he conocido en mi
papel de enlace de patrocinio. Tú, y Graham, y Sebastian... sois diferente a los otros. Sois
los tres, como guerreros justicieros. Luchadores que hicieron lo incorrecto por la razón
correcta". Hay un brillo extraño en sus ojos mientras tergiversa nuestros crímenes en
historias de fondo simpáticas, como si realmente creyera lo que está diciendo: que debajo
de los puños cerrados y los bordes afilados, somos como osos de peluche de tamaño natural
que necesitan un abrazo.
"¿Estamos en cámara ahora mismo?" Exijo. "Porque suenas como si nos estuvieras
presentando a alguien. Romantizar el crimen violento para justificar el hecho de que no nos
odias. Y no nos tienes miedo".
"Mi punto es que no creo que vosotros tres pertenezcáis aquí. Quiero decir, eso no cambia
mi trabajo, pero ha cambiado mi... perspectiva"
"Te estás ablandando, Kaya", dice Charles desde el otro lado de la habitación, sin siquiera
levantar la vista de su pantalla.
"Vete a la mierda", le dice ella. Luego su boca se cierra, y en realidad se sonroja por su
propio uso de blasfemias.
¿Cómo demonios una mujer como Kaya terminó trabajando en el Ojo del Diablo con un
grupo de condenados a muerte?
"¿Tú...umm... Quieres ver la pelea de Graham? pregunta mientras empuja su martini sobre
la mesa hacia mí.
Me lo bebo de un trago. Entonces asiento con la cabeza. Si quiere ayudarme, se lo permitiré.
Charles golpea algo en su pantalla sin que se le pida, y el panel de la pared se ilumina para
mostrar a Graham en la arena, enfrentándose a Wallace Monfort. No puedo procesar mucho
de lo que estoy viendo mientras miro la pantalla. Estoy entumecida, mentalmente, y todavía
me duele el golpe en el riñón.
El doctor aparece en medio de la pelea de Graham, y yo abandono mi pasta para que me
escanee. Él declara que mi riñón está magullado y dice que el dolor desaparecerá en los
próximos dos días. Aparte de eso, aunque estoy negra y azul en todas partes, no tengo
huesos rotos ni ligamentos rotos. Nada que me mantenga alejada del bullpen.

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Graham gana su pelea, y aunque la mitad de los hombres en la audiencia en vivo lo

matarían si tuvieran la oportunidad, el aplauso para él es atronador. Sigo convencida de
que los reclusos aplauden el concepto de violencia en sí mismo, y no a un solo luchador en
particular, y que estarían igual de contentos si Wallace hubiera ganado.
Mientras Graham se sienta para su entrevista posterior a la pelea en la sala de prensa, yo
me caliento en un baño caliente, y en el momento en que cierro los ojos, estoy de vuelta en
la arena, reviviendo cada error. Cada humillación. Me sumerjo bajo el agua, enterrándome
en burbujas que no merezco, y trato de ahogar las voces de la habitación de al lado en el
silencio bajo la superficie. No sé cuánto tiempo podré aguantar la respiración, pero estoy
lista para averiguarlo.
Hasta que algo sólido me baja por la espinilla.
Me siento con un jadeo, limpiando burbujas de mi cara, y parpadeo el agua de mis ojos
para encontrar a Graham sentado en el borde de la bañera. Su ojo izquierdo está morado,
pero no muy hinchado. Su labio se ha abierto de nuevo, y hay una furiosa marca roja que
se está oscureciendo de color en su mentón, en los segundos que he estado mirándolo
fijamente.
"¿Estás bien?", pregunta.
"Entra".
"Estoy más bien de humor para ducharme", dice. "Pero eres bienvenida a unirte a mí"
Mientras él comienza la ducha, yo saco el tapón del desagüe de la bañera, luego le meto en
la ducha y lo ayudo a quitarse la ropa mientras el agua enjuaga la última de mis burbujas.
Cuando veo sus costillas, entiendo su renuencia a bañarse conmigo. Probablemente sería
doloroso para él hundirse en la bañera con esos moratones.
"Sin fracturas", me asegura, cuando paso mis dedos suavemente sobre las marcas. "El
doctor me ha autorizado a volver al bullpen. Pero dice que estaré dolorido por un tiempo"
"¿Estás seguro de que no hay respiro?"
"Estoy bien" Mira mi desnudez con obvio pesar. "Probablemente no te apetezca tener sexo
en la ducha todavía, pero... Sylvie, ¿estás bien?"
"Sólo moratones". Me encogí de hombros. "No tan malos como los tuyos".
"¿Hicieron un escáner cerebral? Estuviste inconsciente durante casi un minuto, según la
repetición".
Al infierno con la repetición. Ojalá nunca la hubiera visto.
"No hay daño permanente", le prometo. "El doctor revisó mi cabeza lo primero"
Graham me acerca y nos gira para que el agua caliente me rocíe la espalda. Se siente
increíble. "Traté de llegar a ti, Sylvie"
"Lo sé" Me retiro hasta que puedo mirarle a los ojos. "Prométeme que no volverás a hacer
eso".

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"Syl..."
"No. Es un cara a cara ahí fuera. Conoces las reglas. Podrían haberte disparado".
"Kaya y Charles no se lo permitieron. Gritaban a través de la pantalla de la pared para que
los guardias se retiraran. Para que el cámara siguiera filmando. Sólo somos un maldito
entretenimiento para ellos".
"No creo que eso sea cierto" Tomo una botella de jabón corporal del estante de azulejos de
la pared. "No por parte de Kaya, al menos. Ya no más"
"¿Por qué piensas eso?" me pregunta mientras le doy la botella, y luego le doy la vuelta para
que pueda lavarle la espalda.
"¿Te mostraron lo que hizo Sebastian?"
"No" Se echa jabón en la mano y comienza a lavarse la sangre del pecho. "¿Por qué? ¿Qué
pasó?"
"Seb mató a Tony Yost. por lo que trató de hacer después de que quedara inconsciente"
"Mierda". Graham se vuelve hacia mí, sus costillas magulladas cubiertas de espuma
aromática. "¿Dónde está ahora?"
"Ni idea. Lo arrestaron. Lo hizo a propósito, Graham. Cree que debería haber sido él quien
vengara a Skye. Creo que vino aquí planeando quedarse en el bullpen".
"¿En serio?"
"Sí. Pero Kaya no cree que realmente pertenezcamos a este sitio, incluido Sebastian. Creo
que podría estar dispuesta a ayudarnos en lo que pueda. Siempre y cuando no ponga en
riesgo su trabajo".
"Bueno, si está repartiendo bolsas de sobras otra vez, me llevaré una"
Pero espero que tenga algo más grande que eso bajo la manga. Los púgiles sólo son aptos
para un salvavidas por temporada, y sólo si un patrocinador está dispuesto a pagar por
uno. Yo he utilizado el mío.
Si vuelvo a perder en la arena, estoy muerta.

∗∗∗∗∗∗∗
CUANDO SALIMOS DEL BAÑO, Kaya tiene un equipo de gladiadores limpio esperándonos,
esta vez con trajes a juego. Ambos de color rojo intenso con ribetes negros. Ambas pieles
están tensas. Y la de Graham sólo existe de la cintura para abajo.
Estaba deseando tener una segunda oportunidad de comer pasta, y luego volver a nuestro
pabellón para dormir un poco, pero puedo decir por la ropa limpia y el hecho de que Renee
y Margie están a la espera de un nuevo peinado y maquillaje, que la Autoridad Universal
espera algo más de nosotros esta noche.

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Ese algo más resulta ser un cóctel "íntimo" en el dirigible, donde se espera que conversemos
con nuestros patrocinadores corporativos. Para darles una emoción y mantener el dinero
fluyendo.
"Algunos de los hombres son guapos", advierte Kaya mientras abordamos el transbordador,
acompañados por la habitual escolta de una docena de guardias armados. "Nunca han
conocido a una gladiadora, y honestamente no tengo idea de qué esperar. Así que quédate
cerca de mí". Luego se inclina a mi alrededor para hacer contacto visual directo con
Graham. "Todas las mujeres son guapas. La mayoría de ellas están casadas con hombres
de mediana edad con trabajos de escritorio y barrigas. Sólo están aquí por la oportunidad
de comprobar lo duro que eres. No las decepciones".
"No me las voy a follar", gruñe Graham.
"Por supuesto que no" Ella asiente con la cabeza repetidamente, evidentemente
escandalizada por la sugerencia. "Sólo digo... no seas grosero cuando las rechaces.
Coquetea un poco, pero permanece inaccesible. En realidad no esperan salirse con la suya:
los guardias nunca las dejarían solas en una habitación con un preso condenado a muerte.
Pero tus posibilidades de conseguir un arma en la próxima ronda dependen de que les
gustes a esos hombres y mujeres".
Graham parece enojado, pero asiente con la cabeza.
"Cohen Roth era muy bueno en esta parte. Y eso le mantuvo vivo". Kaya se encoge de
hombros. "Bueno, hasta que se cruzó con vosotros dos"
Graham parece apaciguado, y de repente entiendo exactamente cómo Kaya consiguió su
trabajo. Y cómo lo ha mantenido.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 19
GRAHAM
NUNCA HE IDO A UN CÓCTEL, así que no puedo decir qué tal va esto. Pero puedo decir
que comparado con la vida en el bullpen, esto es más que extraño. Fuentes de chocolate.
Una docena de variedades de entremeses y champán en copas altas, servidas en bandejas
de plata que revolotean a la altura del pecho, como la camilla que sacó a Cohen Roth del
bloque D.
Si el buffet de la sala verde me pareció extravagante, entonces esto es....
No tengo ni puta idea de lo que es esto.
A pesar de que nuestros patrocinadores nos han comprado a Sylvie y a mí como pareja, la
multitud nos divide en el momento en que entramos en la habitación. Kaya me hace una
señal con la cabeza mientras se va con Sylvie, prometiéndome silenciosamente permanecer
a su lado en la multitud de hombres con trajes oscuros. No es que crea que alguno de ellos
pueda hacerle daño. Podría derribar a cualquiera de esos hijos de puta de un solo golpe.
Charles parece haber sido asignado a mí, basado en la forma en que se acerca, bebiendo
champán mientras una multitud de mujeres con vestidos cortos y coloridos se cierran a
nuestro alrededor.
No veo ninguna cámara de producción, aunque sin duda hay cámaras de seguridad por
todas partes, y la única razón en la que puedo pensar por la evidente falta es que los
ejecutivos no quieren que su comportamiento borracho y lujurioso sea transmitido en los
canales.
Y cuando la cuarta mujer en diez minutos pasa sus manos sobre mi pecho como si fuera
mi dueña, puedo entender por qué.
Me disculpo, dejando que Charles se disculpe por mí, y me dirijo a la bandeja de bebidas
más cercana, esperando algo más fuerte que el champán. Juro que prefiero enfrentarme a
veinte reclusos del corredor de la muerte en el patio que a una mujer más con las uñas
pintadas y con derecho a tocar.
Una de esas perras realmente metió su mano en la parte delantera de mis pantalones.
Aun así, estoy seguro de que esto no es nada comparado con lo que Sylvie enfrenta a diario
en el bullpen.
No veo una botella de whisky en toda la habitación, así que tomo una copa de champán de
la bandeja flotante más cercana.
"Se supone que no debo dejarte tener eso." Charles aparece a mi derecha, milagrosamente
ausente de la compañía femenina, aunque puedo sentir miradas sobre mí desde todas
partes de la habitación.

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"No puedes esperar que sea cortés con estos malditos ricos mientras estoy sobrio" Dreno el
vaso en dos tragos y luego tomo otro.
"No espero nada" Charles coge su propio vaso y bebe de él. "No estás haciendo esto por mí.
Estás haciendo esto por ti mismo"
"En realidad, estoy haciendo esto por ella" Miro alrededor de la habitación hasta que
encuentro a Sylvie, justo cuando Kaya la aleja de un hombre gordo con manos errantes y
una nariz roja y bulbosa. Tiene un vaso corto de whisky.
¿De dónde diablos lo ha sacado?
Charles se encoge de hombros. "De cualquier manera, tu mejor oportunidad de sobrevivir
es impresionar a la gente en esta sala, que puede pagar por armas y cuidados médicos"
Él tiene razón. Y eso vale tanto para Sylvie como para mí, a pesar de que los luchadores de
nivel dos todavía no son aptos para las armas. Ahora es apta para recibir atención médica.
Y pronto podría necesitar algo más que un escáner del médico de la sala verde.
Drene la segunda copa de champán y coloco la flauta vacía en la bandeja, y esta vez cuando
escaneo la habitación, me doy cuenta de que desde la altura de la cintura, las paredes de
esta extraña sala circular están revestidas de pantallas de visualización curvadas, cada una
mostrando un clip diferente de mi tiempo en la zona uno, o de Sylvie. O de los dos ... juntos.
Y no la versión limpia.
Una de las pantallas la muestra semidesnuda en la arena, con los ojos desenfocados
mientras recupera el conocimiento con el puto Tony Yost de pie a su lado. Está decidido a
sacar algo de su victoria, ya que no le dejarán matarla.
¿Por qué demonios mostrarían eso? Si estos son nuestros patrocinadores, ¿no deberían los
productores mostrar clips que nos hagan parecer fuertes a los dos? ¿Para pintarnos como
buenas inversiones?
Pero entonces lo entiendo. No son sólo las victorias en la arena las que nos hacen
comercializables. Es Sylvie la que nos hace comercializables. Su historia. Su belleza. Su
valor. Sus victorias y sus derrotas, tanto en la arena como en el campo. Es el drama lo que
atrae a los espectadores.
Es una maldita novedad para ellos. Una nueva y brillante pieza de juego para empujar el
tablero de ajedrez del marketing. Pero una vez que el brillo desaparece...
Que se jodan todos.
Va a ganar y se largará de aquí. Pero yo...
Mato esa línea de pensamiento antes de que pueda formarse de verdad. No hemos discutido
el problema evidente. El hecho de que sólo uno de nosotros pueda salir vivo de aquí. Esta
temporada, de todos modos.
Sylvie primero. Si puede sobrevivir en la arena, estará bien en la población abierta, pero ¿si
yo gano y ella termina sola en el bullpen? No importa lo fuerte que ella sea, hay un límite
en el número de hombres que puede enfrentar de una vez.

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"Siempre se puede ver mejor la pelea en la pantalla", dice Charles, cuando ve que estoy
viendo las imágenes. "Sin embargo, cada uno paga una pequeña fortuna para ver la pelea
desde aquí" Da un golpecito con el pie y apunta con una mirada hacia abajo.
Miro hacia abajo y observo por primera vez que el suelo debajo de nosotros es
completamente transparente. No es un panel grueso a prueba de roturas, como las ventanas
de un transporte espacial. El suelo parece estar.... ausente. Sin embargo, estoy parado
sobre él.
Una vez que me acostumbro a esa misteriosa pieza de tecnología, me doy cuenta de lo que
estoy viendo a través del fondo del dirigible.
La arena. La mitad de ella, de todos modos.
Todavía está iluminada como al mediodía, aunque el público se ha ido hace tiempo y el sol
se ha puesto hace al menos una hora. La nave parece estar haciendo círculos lentos
repetidos alrededor de ella, mostrando la arena desde todos los ángulos, mientras que las
pantallas a nuestro alrededor muestran lo que pasó allí hoy.
Más allá de la arena, sin embargo....
Las luces montadas a lo largo de la parte superior de la alta pared perimetral iluminan
amplias franjas de terreno fuera de la zona uno. "¿Qué zona es esa?"
Charles sigue mi mirada a través del suelo. "Ni idea. Nunca he puesto un pie en el planeta,
fuera del complejo de la arena. Y honestamente, fuera de las zonas uno y dos, todo me
parece igual".
"Yo estaba en la zona dos antes de esto"
"Lo sé. Quería que hablaras de ese jaleo en el Resort, para tu material de archivo, pero la
AU ni siquiera nos dejó mencionarlo. Les hace quedar mal".
"Por eso es por lo que están tan enamorados de Sylvie, ¿no?" Tomo otra copa de champán
mientras una bandeja pasa flotando. "Apuesto a que al Alcaide le dieron una paliza después
de la caída del complejo." Después de que tantos presos escaparan a la zona tres. "Sylvie
tiene inversores interesados de nuevo"
Charles se encoge de hombros, y noto que sus ojos están vidriosos. Está borracho. "Ella es
una ganancia inesperada de marketing. Un simpático condenado a muerte y una
desamparada en un mar de tiburones".
La extraña metáfora mixta del productor me hace pensar que puede estar más que
borracho. Si alguien se da cuenta, me asignarán otro controlador. Probablemente un
guardia armado, seleccionado de entre las filas que patrullan toda la sala. Observándonos
a Sylvie y a mí de cerca. Pero hasta entonces.... nadie habla como un borracho.
"Por eso estamos aquí. Porque los patrocinadores están tan enamorados de ella como los
espectadores".

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Charles se encoge de hombros de nuevo. "Eso, y para que puedan ver por sí mismos que
ella está bien, después de que Yost casi le arranca la cabeza. Un desvalido es una cosa. Un
perro muerto es otra"
Me trago la necesidad de recordarle -con mi puño- que Sylvie no es ningún tipo de perro.
"Así que..." El movimiento a través del fondo transparente de la nave me llama la atención,
y miro hacia abajo para ver una de las luces....flotando. Después de un segundo, me doy
cuenta de que no es una de las luces del perímetro, es una lanzadera que vuela sobre la
pared hacia una de las otras zonas. "¿Qué es eso?"
Charles vuelve a mirar hacia el suelo y sus ojos parpadean lentamente. "Oh. Ese es el coche
fúnebre"
"Como, ¿para un funeral?"
Charles aspira y coloca su vaso vacío en una bandeja. "Si tirar cuerpos en una pila en la
zona tres cuenta como un funeral, entonces seguro"
Cuerpos. Mierda.
"¿Eso es lo que hacen con los luchadores muertos? ¿Simplemente tirarlos al suelo?"
"Aquellos cuyos parientes más cercanos se niegan a pagar el transporte a casa. Y los que
no tienen un pariente más cercano en el registro"
Como yo.
Si muero en la arena, me van a tirar a un vertedero humano en la zona....
"Espera, ¿por qué la zona tres?"
"¿Quién diablos sabe?" critica Charles. "¿Porque bordea la zona uno? Todo lo que sé es que
una vez al mes rocían algún tipo de acelerante de descomposición en toda la pila. Pero
puede que algún día sea el pedazo de tierra más fértil de todo el maldito planeta".
SYLVIE ESTÁ ENOJADA. Han pasado dos días desde que perdió en la arena, y apenas ha
dejado de entrenar o de tomar un respiro desde entonces. Nunca la he visto levantar más
fuerte o correr más rápido. Pero si no descansa un poco, no tendrá que preocuparse por
morir en la arena, porque no llegará tan lejos.
Termino una serie de ejercicios y dejo que las pesas se golpeen mientras ella completa su
vuelta de enfriamiento. Cuando ella se dirige hacia mí a través de la hierba, dejo la máquina,
tomo mi mochila y cruzo el pavimento en su dirección.
Ya nadie se mete con ella cuando corre, porque las últimas personas que lo intentaron
murieron. Pero todo el mundo sigue buscando un ángulo. Vigilando su disparo. Ella no
estaba lista para Yost, y él casi la mata. En sus mentes, eso significa que todos tienen una
oportunidad.
Está decidida a demostrarles que están equivocados.

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"Hey" Sylvie desliza su brazo alrededor de mi cintura y me deja caer un beso en el cuello.
Todavía respira con dificultad por su carrera, y no puedo evitar imaginarme su sudor y su
falta de aliento mientras me saca un orgasmo sentada en mi polla.
Pero este no es el momento. Mi cabeza lo sabe. Sin embargo, mi cuerpo no está de acuerdo.
"¿Crees que aún asustamos lo suficiente como para echar a todos de la cafetería por una
hora o así?"
"Tal vez..." Me encogí de hombros mientras nos dirigimos al atrio. "¿Qué tienes en mente?"
"Un poco de práctica de verdad. Lucha. Patear. Puñetazos. Sin trabas. sin nadie mirando"
Porque el problema de hacer todo eso en el césped del patio es que todo el mundo puede
ver su práctica. Y estudiar sus debilidades.
"Sylvie, si te lastimas, no llegarás viva a la arena"
"Si no entreno, no sobreviviré en la arena", responde. Y ella tiene razón. "Graham, no puedo
volver a salir sin estar preparada. No habrá más líneas de salvamento, y tengo por lo menos
cuatro peleas más antes de ser candidata para un arma en la arena. Necesito tu ayuda. Por
favor, tómame en serio"
"Hey" La subo a un alto y la giré para poder mirarla a los ojos. "Siempre te tomo en serio"
"Entonces ven a hacer esto conmigo. A menos que..." Ella frunce el ceño. "No tengo derecho
a pedirte que te tomes un tiempo libre de tu propio entrenamiento"
"Si te estoy entrenando a ti, yo también me estoy entrenando a mí mismo", le aseguro.
"Ambos sabemos que eso no es verdad. No estoy al mismo nivel que los hombres a los que
te enfrentarás, así que no ganarás mucho ayudándome".
"Hey. Ven aquí" Tiro de ella más lejos del pavimento, donde varias docenas de hombres
están haciendo ejercicio o pasando el rato. "Tienes que dejar esto atrás, Sylvie. Perdiste,
pero tuviste suerte, y..."
"Estoy tratando de superarlo. Por eso te estoy pidiendo ayuda".
"No me refiero a físicamente. Necesitas dejar esto atrás mentalmente, o no importa cuán
bien entrenada estés, no serás capaz de concentrarte en la arena. Yost está en el pasado.
Roth está en el pasado. Es hora de mirar hacia adelante, y lo único que tienes por delante
es la próxima pelea. No las siguientes. Sólo esta pelea. Concéntrate en eso, y cuando
termine, concéntrate en la siguiente".
Por un segundo, parece que va a llorar. Entonces su mirada se endurece. Aprieta la
mandíbula. Veo sus lágrimas de regreso parpadeando con pura fuerza de voluntad. Luego
me besa.
Me sumerjo en ese beso, sorprendido, y cuando ella se aleja, gimo. "¿Por qué fue eso?"
"La próxima pelea no es lo único que tengo por delante, Graham"
Antes de que pueda averiguar cómo responder -o pensar en otra cosa que no sea mi polla
rígida-, ella me coge de la mano y se va hacia el edificio, prácticamente tirando de mí detrás

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de ella. Pero en vez de ir a la cafetería, entra en el bloque D. Aún es de día, así que la
manzana está casi desierta, las celdas siguen abiertas.
"Coge unas colchonetas", dice mientras se mete en la primera.
"Sylvie..." Yo digo, y ella vuelve a saltar al pasillo con una colchoneta delgada y flexible bajo
el brazo. Tomar más colchonetas de las que necesitamos causará problemas. No
necesitamos problemas. Tenemos que escondernos y entrenar.
"Los traeremos de vuelta antes del cierre", promete. Así que tomé tres colchonetas y la seguí
por el atrio hasta la cafetería.
Sólo hay unos pocos hombres dentro: cuatro en fila en los dos dispensadores que aún
funcionan y uno comiendo en una mesa cerca de la ventana. " Coge lo que tienes y vete",
digo yo mientras entramos en la sala grande. "La cafetería está cerrada durante la próxima
hora"
El hombre de la mesa gruñe mientras recoge su comida. Los otros cuatro se toman su
tiempo en las máquinas, luego salen de la sala a su propio ritmo, llenando sus bolsas con
comida, jabón, desodorante y cualquier otro artículo que la computadora decida que les
corresponde, basándose en un análisis de los números en sus manos. No van a pelear con
nosotros en la toma de posesión de nuestra cafetería, pero van a salvar la cara yéndose a
su propio ritmo.
Antes de que la puerta se haya cerrado detrás del último de ellos, Sylvie ya está en el suelo,
colocando las colchonetas contra la pared, que es el único parachoques que tenemos para
evitar que se deslicen, ya que las mesas y las sillas están atornilladas y no se pueden
reubicar. Cuando las tiene preparadas de la manera que ella quiere, empezamos a entrenar,
y sin importar lo duro que sea para ella, ella exige más. Más fuerte. Más rápido.
Esas son las palabras que más me gusta escuchar de ella, pero no de esta manera. Está
tan tensa que un poco más de presión podría quebrarla. Se está tirando al suelo. Y cuando
intento frenarla, me ignora.
"¡Otra vez!" Sylvie se levanta de la colchoneta como un resorte, las rodillas dobladas, los
pies descalzos hundiéndose en el delgado acolchado mientras me rodea, esperando
cualquier indicio de la próxima aproximación que haga. "¡Vamos, Graham! ¡Puedo
soportarlo! Ven hacia mí"
No estoy seguro de cómo sigue de pie, teniendo en cuenta que apenas puedo sentir los míos.
Pero me pongo en cuclillas, preparándome para enfrentarme a ella, porque ese es el enfoque
del que más le cuesta recuperarse. Es tan pequeña que la mitad de las veces, cuando su
espalda se golpea contra el suelo, pierde el aliento y se aturde durante un par de segundos.
Lo que podría significar la muerte, en la arena.
Pero antes de que pueda atacarla, la puerta de la cafetería se abre.
"Dije que te vayas a la mierda..." Estoy girando hacia la puerta mientras grito, pero el
chillido de Sylvie me interrumpe. Antes de que pueda concentrarme en el hombre que está
de pie en la puerta, ella está corriendo a través de la habitación grande hacia él.

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"¡Sebastián!" Ella choca con su hermano, y él tropieza hacia atrás, riéndose mientras
absorbe su impulso. "¿Cómo diablos llegaste aquí? Kaya dijo que tu juicio podría durar
semanas. Estuve en la cárcel durante un mes esperando al mío".
"He confesado". Él la deja en el suelo y echa un vistazo rápido alrededor de la cafetería,
luego deja caer su nuevo paquete de suministros en el suelo. "No hubo juicio. Me
comprometí con una juez a distancia, a través de la transmisión en vivo de la Estación Alfa,
y cuando me condenó a muerte, exigí combate". Sebastian se ríe de nuevo, y tengo que
admitir que estoy celoso de la forma en que ella le mira. Por la forma en que ella lo admira.
Obviamente su vínculo de hermanos es de una naturaleza completamente diferente a mi
relación con Sylvie, pero está claro que él es su héroe. Que probablemente siempre lo ha
sido.
"Nadie se sorprendió", continúa Sebastian. "La AU tenía cámaras grabando. Kaya estaba
allí. Dijo que te dijera que está planeando una especie de campaña de relaciones públicas".
Se encoge de hombros. "No sé qué. No estaba escuchando realmente" Su sonrisa es más
grande que la vida, pero Sylvie ya no sonríe.
"Seb, no deberías haber hecho esto. No hay razón para que ambos muramos en este
infierno".
"No vas a morir aquí, hermana." Le guiña el ojo. "Y yo tampoco. Esta temporada, te vas de
aquí. La próxima temporada, me uniré a vosotros en la población abierta"
Me mira con el ceño fruncido. "¿Qué hay de Graham? No puedo dejarle aquí. Quiero decir,
asumiendo que llegue a la ronda del campeonato. Y eso es un gran "si".
"Lo resolveremos", le asegura. Pero me está mirando, con la mandíbula fija en una línea
firme.
"No es tan simple, Sebastian", insiste. "No podemos ambos..."
"Sylvie". Él toma su cara con ambas manos y la mira directamente a los ojos. "Lo
resolveremos. Déjamelo a mí. Estoy aquí para protegerte" Me da otra mirada dura, y estoy
empezando a tener la impresión de que realmente no le gusto. "Igual que Graham".
"Vale, pero para que conste", dice ella, con sus cejas fruncidas. Esta es una alianza
mutuamente beneficiosa, no el club de 'Sylvie no puede protegerse a sí misma'. No importa
lo mal que me viera en la arena el otro día"
"Debidamente anotado", le asegura. "Yo te cubro las espaldas y tú las mías. No importa lo
que pase. Será como en la secundaria. Ahora con un cien por cien más de maníacos
homicidas", agrega con una voz caricaturesca de locutor.
"No lo sé" Ella sonríe. "Definitivamente había un par de psicópatas en mi clase de educación
física"
"¿Los gemelos Michaels? Porque sigo esperando doblar una esquina y verlos ahí parados
con un par de gatos muertos. Esos pequeños cabrones encajarían aquí".

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"Sin embargo, ambos trabajan para una firma de contadores, y tú y yo estamos en el

corredor de la muerte. Hablando de eso..." Ella me mira de nuevo. "Estábamos entrenando.
¿Quieres...?"
"En realidad, parece que te vendría bien un descanso, y me gustaría hablar con Graham
un minuto en el atrio" Me da una mirada expectante que decido ignorar y luego se vuelve
hacia su hermana. "¿Por qué no sacas un bocadillo de mi bolso. También hay agua fresca
ahí dentro. Vigilaremos la puerta".
"Ya no tengo doce años, Sebastian. Puedo alimentarme sola"
"Entonces cómete tu propio bocadillo". Se encoge de hombros y luego se vuelve hacia mí.
"¿Graham?"
Sylvie me mira con nerviosismo y luego se vuelve hacia su hermano. "¿De qué se trata esto?"
"Está bien. Volveremos en un segundo" Le pongo un brazo alrededor de la cintura y la beso.
Duro. Cuando subimos a tomar el aire, su hermano me está mirando con sus ojos como
dagas.
Estoy extrañamente complacido por ello. Puede que sea su hermana, pero es mía en todos
los demás sentidos.
Sylvie se ve un poco aturdida, sus labios hinchados por mi beso. Pero entonces ella mira a
su hermano, y esa mirada incómoda regresa mientras se inclina para agarrar su mochila.
"Cinco minutos", advierte. "Luego saldré a limpiar toda la testosterona"
Claramente, ella sabe tan bien como yo de qué se trata esto.
Sigo a Sebastian hasta el pasillo, y en el momento en que la puerta se cierra detrás de
nosotros, me golpea contra la pared, con el antebrazo presionado contra mi clavícula. "Es
a mi hermana a quien le acabas de meter la lengua".
Considero decirle qué más le he metido a su hermana, pero la parte más madura de mí
sabe que eso sólo empeorará las cosas para Sylvie. Así que tomo un enfoque más racional.
"Es lo suficientemente mayor para tomar sus propias decisiones" Le empujo y sus ojos
brillan de ira, pero se queda atrás. "De hecho, así es como llegó aquí"
"Ambos sabemos que ella no tiene ninguna opción real aquí. La estás cuidando ahora, pero
¿qué pasa si decide que no quiere acostarse contigo nunca más? No puede permitirse otro
enemigo, así que no es como si fuera a decirte que no. Ella no cree que pueda".
"Vale, mira." Mi voz sale como un gruñido y dejo que resuene entre nosotros. Mi paciencia
se está agotando. " Evidentemente estás preocupado por tu hermana, así que voy a dejar
pasar esto. Una vez. Pero tienes que retroceder y entender que lo has entendido todo mal.
No estoy utilizando a Sylvie. Si decide que no me quiere, no la volveré a tocar, pero no la
abandonaré. Mientras yo esté aquí, ella nunca estará sola. Ya sea que esté en mi cama o
no"

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"No....jodas..." Cierra los ojos y apoya ambas manos en sus caderas, como si estuviera
luchando por la paciencia. O tratando de no ver la imagen mental que se le ha metido en la
cabeza. "Sigue siendo mi hermanita, tío, y no necesito pensar en ella... Contigo... Así"
"Me parece justo. Pero no hay privacidad en el bullpen, así que si no quieres saber
exactamente qué tan grande es tu hermana pequeña, tal vez quieras dormir en cualquier
lugar menos en una de sus cuadras. Porque mientras ella lo quiera, se lo voy a dar".
Una serie de gritos y vítores obscenos resuenan en una de las oficinas vacías al otro lado
del atrio, y miro hacia arriba para ver a varios hombres reunidos en la entrada,
observándonos.
Sebastian parece como si yo tratara de servirle moho de limo para la cena. "Vale, de verdad,
tío. Lo entiendo. Te estás metiendo con mi hermana y eso no es asunto mío. Mensaje
recibido. Pero esta tregua sólo funcionará si dejas de tirarme esa mierda a la cara".
Frunzo el ceño cuando me doy cuenta de que acaba de expresar el verdadero problema
entre nosotros. "Sebastian, esto no es una tregua, porque tú y yo no estamos en guerra"
Baje la voz para que nadie más pueda oír. "No podemos permitirnos el lujo de serlo. Si
ambos protegemos las espaldas a Sylvie, eso nos convierte en aliados, no en enemigos".
Piensa en eso por un segundo. Luego asiente con la cabeza. Y cuando saco la mano, él la
coge. Pero en vez de sacudirlo, lo aprieta, mirando a mi mirada con una mirada fría como
una piedra. "La única razón por la que estoy en este planeta de mierda, la única razón por
la que renuncié al resto de mi puta vida, mi carrera y millones de apoyos, es para sacar viva
a mi hermana de aquí. Es lo único que me importa. Siempre y cuando estés dispuesto a
ayudar con eso, genial. Pero al principio vas a empezar a tomar decisiones que te beneficien
a ti, en vez de a ella, y cuando ese día llegue, te mataré".
Suelto la mano de su agarre. "¿De qué demonios estás hablando? ¿Por qué haría yo eso?"
"No te hagas el tonto conmigo, tío", gruñe, y estoy empezando a pensar que estamos
teniendo un serio problema de comunicación. "Si la mantenemos viva, al final los van a
enfrentar a los dos en la arena, y sólo uno de los dos va a salir de esa pelea". Ambos sabemos
que no será ella. Lo que significa que no puedo dejarte llegar a la arena con ella".
"Entonces, ¿vas a intentar matarme antes de la pelea?"
"¡Intentar!" Resopla, como si yo fuera ridículo.
"¿Vas a matar a todos los que vayan a poner contra ella?"
Él asiente con la cabeza. "Todos a los que no pueda vencer"
"Entonces, ¿qué, anuncian los nombres, y tú vas a matar a su oponente antes de que salte
a la arena? Si haces eso aunque sea una vez, perderá todo el respeto que tiene aquí".
Sebastian se encoge de hombros. "Mejor que no te respeten que no te lata el corazón".
"¡Así no es como funciona aquí!" Bajé la voz cuando me di cuenta de que esos cabrones
entrometidos de la oficina todavía están tratando de escuchar a escondidas. "Si la gente
cree que depende completamente de tu protección -o de la mía- la primera vez que la

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encuentren sin nosotros, la harán pedazos. Aprendimos esa lección la mañana de su

primera pelea. No estoy seguro de que hayas visto las grabaciones. Pero puedo decir por su
mandíbula apretada que lo hizo. "Tienen que temernos a los tres"
"¿Y cómo hacemos que eso suceda? Es fuerte, pero aún es pequeña".
"Creo que la estás subestimando. Lo pasó mal la otra noche, pero no es así. Así no es como
pelea. Ayúdame a entrenarla, y creo que al final podrá enfrentar a cualquiera aquí".
"Pero no a tí", dice. "Ella nunca podrá vencerte"
"No tendrá que hacerlo". Exhalo. Entonces desnudo mi jodida alma ante el hombre que
acaba de amenazar con acabar con mi vida. "Si nos ponen juntos en la arena, me suicidaré
antes de ponerle una mano encima a Sylvie. Tienes mi palabra"
Sebastian me mira fijamente, tratando de deducir la verdad de lo que ve en mi cara. Luego
frunce el ceño. "¿Morirías por ella?"
"Todos los días de la semana".
"¿Por qué?"
"Porque la amo. Porque ya he tenido que ver morir a todos mis seres queridos, justo delante
de mí, y no puedo volver a hacerlo. No hay nada que no haría por Sylvie, pero hay algunas
cosas que ella tiene que hacer por sí misma. Así que, ¿por qué no dejas de romperme las
pelotas y me ayudas a prepararla para salvar su propia vida?".

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 20
SYLVIE
GRAHAM Y SEBASTIAN regresan a la cafetería para ayudarme a recoger todas las
colchonetas, y aunque parecen haber llegado a algún tipo de entendimiento, no se ven
exactamente.... amigables.
"¿Qué le dijiste?" Susurro mientras le devuelvo la bolsa de Sebastian.
"Sólo te estoy cuidando, hermanita".
"Él también lo hace. Nos hemos estado cuidando el uno al otro durante semanas"
"Y mientras siga poniéndote en primer lugar, no tengo problemas con él. En serio, Sylvie.
Parece un buen tipo".
"¿Entonces por qué sigues pareciendo que quieres sacarle los mocos a golpes?"
"Porque está por todas partes jodiendo con mi hermanita en una sucia celda de la prisión",
sisea Sebastian. "¿Cómo demonios esperas que reaccione ante eso?"
"¿Por qué verías eso?" Exijo suavemente, mientras Graham se dirige al dispensador al otro
lado de la estancia, para coger algo de comida.
"No lo hice. Pero todos los demás en toda la maldita galaxia lo han hecho, y todos parecen
sentir la necesidad de contármelo".
"No es culpa nuestra. No teníamos ni idea de que nos estaban filmando".
"Lo sé. Mira, él no tiene que gustarme. Lo único que importa es que él quiera lo mismo que
yo: mantenerte a salvo y ayudarte a entrenar. Así al menos tendrás una buena oportunidad
de salir de aquí con vida".
"¿Estáis listos?" Graham está regresando del otro lado de la habitación, y aunque no nos
pudo haber oído, puedo decir por la cadencia demasiado desenfadada de sus pasos que él
sabe que estábamos hablando de él. "Comamos afuera".
"Suena bien." Mi hermano toma la pila de colchonetas que estoy sujetando y sale al pasillo,
dejándonos para que le sigamos.
Devolvemos las colchonetas al bloque D, luego nos dirigimos al patio.
"Uh oh," susurro mientras cruzamos el borde del pavimento, dirigiéndonos a las mesas de
picnic en la parte de atrás. "Nos están mirando"
Graham sigue mi mirada para ver que nuestra mesa habitual está ocupada -una rareza en
sí misma- y en lugar de levantarse para nosotros, como es costumbre desde que matamos
a Cohen Roth, los cuatro hombres que están sentados allí están haciendo contacto visual
flagrante y agresivo.
"¿Qué pasa?" pregunta Sebastian en voz baja.

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"Parece una nueva alianza", explica Graham. "La mesa de la derecha es la nuestra. Negarse
a levantarse cuando nos acercamos es básicamente un desafío a nuestra autoridad".
Mi hermano se encoge de hombros. "Parece que llegué justo a tiempo"
"En realidad, tú eres probablemente la razón de esto", le dije. "Una nueva amenaza en el
bullpen, que ya ha hecho amigos" No hay mucho que pueda hacer que un grupo de asesinos
psicóticos se unan, pero la incorporación de mi hermano a nuestra alianza podría hacerlo.
Especialmente si saben quién es y de qué es capaz.
Mientras nos acercamos, el más grande de los hombres de la mesa se pone de pie, mirando
a Sebastian. "¿Eres Havoc?", dice, con los brazos cruzados sobre su grueso pecho.
"Ya no", dice el segundo hombre mientras se levanta, y yo meto la mano en mi bolsillo,
agarrando mi cuchillo para prepararme. "Aquí, es como el resto de nosotros. Sólo que más
nuevo".
"Si estás buscando pelea, deberías haber traído más amigos", dice Sebastian, y yo reprimo
un gemido, así como el impulso de decirle que no se meta con los osos.
"Oh, trajimos de sobra." Un tercer hombre se pone de pie, y cuando se concentra en algo
que está detrás de mí, empiezo a girar, la alarma me atraviesa como un relámpago. Luego
los brazos me envuelven por detrás, sujetando los míos a los costados, y mientras grito, me
doy cuenta de que los hombres de nuestra mesa no son realmente el problema, sino la
distracción.
El hombre que me sujeta me da la vuelta, y cuando Graham y Sebastian se giran, con los
puños ya levantados para defenderme, veo que hay cuatro hombres más detrás de nosotros.
Los hombres de la mesa saltan sobre mi hermano, mientras que los recién llegados
convergen sobre Graham, pero parece que la única función del hombre que me retiene es
impedir que salte a la pelea. O alcanzar mi cuchillo. Lo que significa que me están
guardando para el final.
Les grito cuando los puños vuelan, y aunque Graham y mi hermano son mejores luchadores
que la mayoría de los otros hombres, están muy superados en número.
Necesito igualar las probabilidades.
El agarre alrededor de mis brazos es demasiado fuerte para que pueda romperlo, así que
golpeo mi cabeza hacia atrás, con la esperanza de golpear la nariz de mi secuestrador.
Desafortunadamente, es mucho más alto que yo, y mi cráneo se conecta con su clavícula,
con un golpe lo suficientemente fuerte como para magullarle y aturdirme a mí. Pero su
agarre no se afloja.
Así que empecé a luchar contra él con todo lo que tengo. Le pateo las espinillas. Me retuerzo
en su agarre. Golpeo mi cabeza contra su clavícula otra vez. Nada de eso hace que me deje
ir. Afortunadamente, mi objetivo es en realidad lo contrario.
Cuando el hombre que me sujeta se molesta por mi lucha, me aprieta más fuerte. Así que
lucho más duro. A su vez, aprieta aún más fuerte. Respiro con dificultad y luego me quedo

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completamente sin fuerzas. Ojos cerrados. Cabeza colgando con pelo en la cara. Brazos y
piernas colgando. Lo difícil es contener la respiración.
Cuando se da cuenta de que ya no me muevo, se le afloja el agarre. Me da la vuelta y me
deja en el suelo, ya sea para asegurarse de que sigo viva o para empezar a arrancarme la
ropa.
Mis ojos están cerrados, pero sé que está en cuclillas sobre mí cuando la luz del día que
brilla a través de mis párpados se oscurece. Mientras el coro de gruñidos y los repetidos
trozos de carne contra carne continúan en el fondo, él empuja mi cabello hacia atrás, y
siento su aliento en mi cara. Lentamente, deslizo mi cuchillo fuera de mi bolsillo.
Abro los ojos y alcanzo la navaja mientras subo el arma. El cuchillo se hunde en su brazo,
que es todo lo que puedo golpear debido al ángulo. Se cae hacia atrás, gritando, y yo me
abalanzo sobre él, moviendo mi cuchillo otra vez.
La hoja se hunde entre sus costillas, luego salto y libero el cuchillo, dejándole agarrándose
la herida mientras la sangre brota de ella.
Detrás de mí, uno de los hombres que atacó a Graham está rodando por el suelo con una
rodilla dislocada. Un segundo tiene la nariz sangrando y lo que parece ser una mandíbula
rota. Pero los dos hombres que quedan lo tienen en el suelo y lo están pateando.
Se ha formado una multitud, pero los espectadores no parecen dispuestos a saltar a la
contienda, así que corro hacia Graham y clavo mi cuchillo en el lado derecho de uno de los
hombres que lo patean.
Ni siquiera me vio venir.
Mientras se tambalea hacia atrás, agarrándose a su herida, me dirijo hacia mi hermano,
dejando que Graham acabe con el cuarto hombre en una partida mucho más pareja.
Uno de los atacantes de mi hermano yace inconsciente en el suelo, con una enorme
hinchazón púrpura a un lado de su cabeza. La herida está extrañamente... recta. Como si
hubiera una línea dibujada a través de ella. No entiendo lo que estoy viendo hasta que no
me doy cuenta de que la sangre gotea desde el borde de la mesa de picnic y me doy cuenta
de que Sebastian debe haber golpeado la cabeza del hombre contra ella.
Seb sigue de pie, alternando patadas y golpes para mantener a raya a sus tres atacantes
restantes. Con la espalda contra la pared, no pueden rodearlo. Pero no puede durar así
para siempre.
Estoy tratando de decidir a cuál de los agresores apuñalar -no hay un buen ángulo con
ellos bailando a su alrededor, buscando una oportunidad- cuando Graham aparece a mi
lado. "Tú ve a la derecha, yo iré a la izquierda", susurra.
Yo asiento con la cabeza, y él salta en movimiento, alejando al hombre a la izquierda de mi
hermano por la parte de atrás de su camisa. Puse mi cuchillo debajo de la caja torácica del
hombre de la derecha, por detrás. Estoy apuntando a su riñón.
No puedo decir si alcancé o no mi objetivo, pero él se tambalea hacia atrás, gritando, fuera
de la lucha para siempre. Luchando por alcanzar su propia herida, como si eso fuera a

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hacer alguna diferencia. Si no tiene antibióticos y alguien para cuidar su espalda mientras
se recupera, está muerto, incluso si me faltan todos los órganos principales.
Puse mi espalda contra la pared, todavía empuñando mi cuchillo ensangrentado -el agarre
está empezando a parecerme demasiado familiar- mientras Graham y Sebastian rematan a
los dos últimos asaltantes.
Cuando ambos yacen inconscientes y sangran sobre el césped de color óxido, Graham
extiende su mano para coger mi cuchillo. Esta vez sólo dudo un segundo antes de
plantárselo en la palma de la mano, y ni siquiera me estremezco cuando corta la garganta
del gilipollas que yace frente a él.
"¡No estábamos buscando pelea!" Graham grita mientras está de pie. "Pero si traéis uno, la
terminaremos" Le entrega el cuchillo a Sebastián, y mi hermano se arrodilla en el suelo,
con su mirada de ojos oscuros tan fría y dura como nunca la he visto. "Si os acercáis a uno
de nosotros, os enfrentaréis a los tres", continúa Graham, su voz levitando por encima de
la muchedumbre silenciosa. "Y más vale que estéis seguros de que podéis matarnos a
todos".
La multitud se separa para dejarnos pasar, y cuando entramos en el edificio, mi hermano
susurra: "Así que... ¿cuántas veces tendremos que hacerlo?
"Si son inteligentes, habrán aprendido algo", le dice Graham.
"Pero no lo son, así que no lo harán" Me encogí de hombros. "No tienen nada que perder.
La mayoría de ellos -la mayoría de nosotros- no tiene ninguna posibilidad de salir vivos de
este lugar, y a la mayoría de ellos no les importa si mueren aquí o allá en la arena".
"Sylvie, vas a salir de aquí", dice Sebastian. "Graham y yo vamos a asegurarnos de eso".
Pero todos sabemos que una vez que entro en la arena, está fuera de sus manos.

∗∗∗∗∗∗∗
"ENTONCES, ¿QUÉ TE DIJO?" pregunto mientras Graham cierra la puerta de la celda
detrás de mí.
"¿Quién?" Deja caer su mochila junto a la mía y se quita la camisa sobre su cabeza.
"Ya sabes quién. ¿De qué hablastéis Sebastian y tú mientras yo estaba en la cafetería?"
Graham suspira dramáticamente mientras se hunde en el borde de la cama. "Sylvie, hay
algo que tengo que decirte" Sus manos caen sobre mis caderas y me acerca, entre sus
rodillas, mirándome con una expresión grave. "Y es importante que consideres la
información que te estoy dando"
Mi corazón late demasiado fuerte. "¿Qué pasa?"
"Tu hermano es un completo idiota".
Me río. "Definitivamente es un gusto adquirido. ¿No te diste cuenta de eso cuando te estaba
pateando el trasero hace ocho años?"

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Graham desliza su mano bajo la cintura de mis pantalones y luego los deja caer. Dejando
mis bragas en su sitio. "Gané esa pelea".
"No según Sebastian"
"Su memoria está defectuosa. Y su ego está drásticamente inflado"
"Es arrogante, lo reconozco. Pero está casi invicto en la arena".
"¿Mientras que yo sólo soy un gran perdedor mantenido vivo por piedad?"
Me siento a su lado pasándome los dedos por mi cabello que aún está húmedo por la ducha.
Que tuve que tomar sola, porque Graham rechazó la oportunidad de enjabonarme para
hacer guardia con mi hermano fuera del baño. Por eso sé que Sebastian metió las narices
donde no le corresponde. "¿Estás celoso?"
"No." Graham se inclina y me muerde el extremo del lóbulo de la oreja. "Es un imbécil, pero
sólo trata de protegerte. Me alegro de que esté aquí. Tú también deberías alegrarte".
"Bueno, no lo estoy", le digo, y Graham me levantó una ceja. "Debería estar ahí fuera
viviendo su vida. Libre. Cuidando de nuestros padres. Tener a uno de nosotros aquí ya era
bastante malo para ellos".
"Puso todo el crédito que tenía a sus nombres antes de salir a Rhodon"
"¿Cómo sabes eso?"
"Me lo dijo mientras estabas en la ducha. Tenías razón, Sylvie. Nunca planeó irse. Y estás
más segura con él aquí. Con los dos cubriéndote las espaldas"
"Lo sé" Me subo a su regazo, a horcajadas sobre él. "Y estoy agradecida. Si por lo menos mi
hermano no fuera un gallo tan grande..."
Graham se ríe -hasta que le meto la mano en los pantalones. Se me pone duro entre los
dedos, y lo acaricio con audacia. "No vas a dejar que mi hermano te asuste, ¿verdad?"
Frunce el ceño. "¿Podrías por favor no hablar de tu hermano mientras tienes mi polla en tu
mano?"
Eché la cabeza hacia atrás y me reí, luego grito sorprendida cuando Graham me levanta.
Un segundo después, estoy debajo de él sobre la colchoneta y él me está quitando la camisa,
con cuidado de bloquearme frente a la cámara, hasta que me cubre los senos con el tejido.
"¿Sabes que pensó que eras virgen hasta que te tomé en mis manos?"
"¿Ahora quién habla de mi hermano?"
"Estoy hablando de nosotros, Sylvie" Graham se puso sobre mí, su mirada seria. "Eres tan
importante para él como él para ti, y cree que desfloré a su hermana en prisión, cuando
estaba vulnerable y sin opciones"
"No es asunto suyo. Yo le amo. De verdad que sí. Pero todavía me trata como a una niña.
Estamos en el corredor de la muerte, por el amor de Dios. Va a tener que dejar de fingir que
tengo doce años".

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"Te ves muy, muy madura desde mi punto de vista. No puedo esperar a que todo esto
termine, así que podemos..." Su voz se desvanece, pero en el silencio, puedo oír el fantasma
de lo que no ha dicho, y de repente el sexo es lo último que tengo en mente.
"Vamos a tener que hablar de ello en algún momento", susurro.
"Lo sé" Graham se aleja de mí, hacia su lado derecho, y yo me giro hacia mi izquierda para
enfrentarme a él, con el brazo doblado bajo mi cabeza en lugar de una almohada. "Pero no
tenemos que preocuparnos por eso hasta tu sexta pelea. Eso es al menos dentro de un
mes".
"Suponiendo que sobrevivo lo suficiente para llegar al nivel cuatro"
"Lo harás", insiste.
"De cualquier manera, deberíamos tener un plan. ¿Alguna idea?"
"Depende del escenario. No creo que sirva de nada fingir que todo esto es un
emparejamiento aleatorio por un algoritmo. Esto es un drama de ingeniería, para las
audiencias. Lo que significa que si tienen la oportunidad de enfrentarnos, lo harán".
Deslizo un dedo por su mejilla, mientras le miro la boca. Desearía que fuera culpa mía, en
lugar de decir cosas que realmente no quiero oír. "Así que, si nos negamos a pelear... ¿qué
pasaría?"
"No lo sé. Que yo sepa, nadie se ha negado nunca"
"De acuerdo. Bueno, el otro escenario que me preocupa es que lo diseñen para que sólo uno
de nosotros compita en la final. Para retener al otro para la próxima temporada, como
hicieron con Cohen Roth la temporada pasada".
"Sí, eso también me preocupa", admite él. "Y creo que tú eres a la que es más probable que
retengan, porque traerás espectadores y patrocinadores incluso sin mí aquí, pero lo
contrario no es cierto."
"Puede que tampoco traiga dinero la próxima temporada, Graham. La novedad de una
gladiadora podría desaparecer fácilmente".
No parece convencido. "Si te retienen, al menos tendrás a Sebastian aquí para que te
proteja."
"Sí, pero..." Ni siquiera puedo soportar la idea de pasar otra temporada aquí. Más las seis
semanas de descanso. Todo sin Graham.
No puedo pasar tanto tiempo mirando por encima de mi hombro cada segundo del día.
Defendiéndome de los violadores, sabiendo que los intentos están siendo retransmitidos por
toda la galaxia. No puedo seguir matando gente.
No puedo seguir matando gente.
No puedo. Y qué pasa si...
"Oh, Dios, Graham. Si es un buen drama enfrentarnos a ti y a mí, ¿qué les impide
enfrentarme a mi propio hermano? No puedo matarle. Quiero decir, incluso si fuera

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físicamente capaz de matarle, no podría. Y no se defendería, si lo intentara. Se quedaría ahí

parado y..."
Hay algo extraño en la forma en que Graham me mira. Mierda.
Me siento en el borde de la cama y le miro fijamente. "Ese es tu plan, ¿no? No es que
importe. No voy a pelear contigo de todos modos"
Pero hay algo más. Algo en la forma en que no me está mirando. No contesta. Tiene un plan,
pero no quiere decírmelo.
"¿Qué? Graham, ¿cuál es tu plan?"
"Nada. No tengo uno" Se sienta y trata de besarme, pero por primera vez desde que nos
conocimos, el movimiento se siente.... calculado.
"¡No!" Me echo hacia atrás hasta que mi culo cuelga sobre el borde de la estrecha cama.
"¡No puedes besarme y pensar que me olvidaré de toda la discusión! No eres tan jodidamente
sexy".
"Tengo varias semanas de grabaciones anecdóticas que dicen que sí lo soy" Me mira con
una sonrisa ardiente y le doy un puñetazo en el hombro. Su sonrisa muere. "Sylvie... no
tengo un plan, en realidad. Todo lo que sé es que si nos ponen juntos en el ring, no voy a
hacerte daño".

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 21
SYLVIE
"LEVANTAOS Y DAOS BRILLO, TORTOLITOS" La voz de Sebastian precede al ruido metálico
de la puerta de nuestra celda que se abre por medio segundo. "¿Quién está listo para la
estación de tortillas a pedido?"
"¿Por qué demonios habría tortillas?" Gruño, un brazo se movió sobre mis ojos para
protegerlos del resplandor de la luz que se había encendido hacía cinco minutos. Aunque
todavía está oscuro fuera. "Nunca antes habíamos desayunado comida".
"Hice una petición especial la semana pasada. Le gusto a Kaya" Mi hermano entra en la
celda, y en el momento en que se da cuenta de que Graham está desnudo, retrocede,
volviendo la cabeza con asco. "Los pantalones, hombre" Se agacha y toma un montón de
tela gris de la prisión del sucio suelo, donde Graham la dejó caer anoche, y nos arroja el
fajo. "Si esperas que siga fingiendo que no sé o me importa lo que le estás haciendo a mi
hermana después del encierro, tal vez deberías dejar de tirarme esa mierda a la cara"
"Estás en nuestra celda", señala Graham con su voz racional. Sin ponerse los pantalones.
"Ese es mi punto. Si sabes que voy a estar aquí a primera hora de la mañana, ¿por qué
dormirías desnudo?"
"Sigo esperando que entiendas que no se te quieren aquí a primera hora de la mañana",
refunfuña Graham.
"A Sebastian no se le da bien la sutileza". Me siento y me pongo mis propios pantalones,
sobre mi ropa interior. "Puede que tengas que ser más evidente"
Mi hermano gruñe. "Me estremezco de pensar cuan evidente podría ser." Recoge mi mochila
y me la da. "Vamos. ¡Las tortillas esperan!"
Puse la bolsa en el borde del lavabo y empecé a rebuscar en ella. "¿Te importa si me lavo
los dientes primero?"
"Ni siquiera sabemos si estamos peleando hoy", señala Graham mientras se pone los
pantalones.
"Estamos luchando. Sylvie lo está, de todos modos ”, insiste mi hermano. "No la dejarán
descansar dos semanas seguidas". Y la semana pasada tuve una ronda de despedida,
después de ganar mi tercera, cuarta y quinta peleas consecutivas. Una más, y me muevo
al cuarto nivel. El nivel del campeonato.
Nunca he estado tan aterrorizada por nada en mi vida.
"Por eso quería dormir unos minutos", refunfuño alrededor de mi cepillo de dientes.
Diez minutos más tarde, entramos en el patio con aliento a bicarbonato de sodio, vestidos
con ropa semi-limpia. Todo el mundo se vuelve para mirar mientras pasamos, pero estoy
tan acostumbrada a tener todos los ojos sobre mí que ya casi no me doy cuenta. Después

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de ocho semanas en el bullpen, he aprendido a ser cautelosa cuando alguien no está

mirando, porque cuando uno de los hombres está evitando activamente mi mirada, es
porque no quiere advertirme sobre cualquier movimiento que esté a punto de hacer.
Desde el primer día de Sebastián, hemos tenido que derrotar a un par de solitarios suicidas
que pensaron que sería más agradable morir tratando de sentirme que ser golpeados hasta
la muerte en la arena, pero no ha habido más alianzas. Ni desafíos serios a nuestro lugar
en el orden jerárquico. Ni siquiera cuando Graham pasó una semana entera en la
enfermería, después de que casi perdió en la arena a manos de un oponente que le rompió
la mandíbula y le fracturó la muñeca.
Después de eso, nuestros patrocinadores comenzaron a darle armas. Hasta ahora, ha
golpeado a un pobre bastardo hasta la muerte con un bate de béisbol y le ha dado a un
afortunado bastardo un final rápido con un solo y poderoso golpe en la cabeza con un
bloque de hormigón.
Ninguno de los dos fue fácil de ver. Y ambos producían pesadillas para Graham.
"Entonces, ¿Cuándo le pediste tortillas a Kaya?" Le pregunto a mi hermano mientras nos
dirigimos a nuestra mesa. A pesar de mi mejor esfuerzo para no ilusionarme, ahora que lo
ha mencionado, realmente quiero comida para el desayuno. Aunque yo tomaría un rollito
de canela o una pila de panqueques sobre una tortilla cualquier día.
Que le den a la proteína. Prefiero el azúcar.
"Mientras vosotros dos estabais siendo entrevistados. Kaya estaba muy.... ansiosa por
complacer"
Le doy un codazo a mi hermano. "Deberías quitarle las manos de encima antes de que la
despidan".
Sebastian sonríe mientras se hunde en el asiento del banco a mi izquierda. "No le he puesto
una sola mano encima"
Graham se ríe. "¿Ves lo que hizo ahí? Eso podría significar que utilizó ambas manos, o que
lo que sea que le puso no era una mano en absoluto. Claramente voy a tener que intensificar
mi juego de insinuaciones sexuales".
"No. De verdad que no" Sebastian se inclina a mi alrededor para darle a Graham una mirada
exasperada. "Kaya no es tu hermana, así que puedo compartir todos los detalles que quiera.
Por que ella no es tu hermana. No puedo enfatizar esa parte lo suficiente"
"¿Cuáles son los detalles entre tú y Kaya?" Pregunto.
"Un caballero no besa y cuenta"
Pongo los ojos en blanco. "Y los osos se cagan en el bosque, pero ninguna de esas
declaraciones es relevante aquí, debido a la falta de caballeros y osos"
"Siento que debo ofenderme por eso", murmura Graham mientras se inclina para morderme
la oreja. "Pero 'caballeroso' se siente como una descripción demasiado mansa para lo que
te hice anoche"

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En la ducha. Donde no hay cámaras.

"¡Oh, Dios mío, todavía puedo oírte!" espeta Sebastian, y me río de él. "Y para que conste,
no me acuesto con Kaya. Estoy....utilizando mis dones naturales para hacerle saber lo
mucho que apreciaría un modesto desayuno buffet, en la mañana del día en que me levante
para hacer que su jefe gane una tonelada de dinero"
Le arqueo una ceja. "Entonces, ¿la estás utilizando?"
Se encoge de hombros. "¿Qué más se supone que debo hacer con ella? Es parte del sistema
que nos mantiene encerrados aquí, matándonos como animales".
"Firmaste para hacer eso para el Grand Champion mucho antes de llegar a Rhodon", señalo,
con una lógica infalible que mi hermano, como siempre, ignora.
"Y Kaya es la mojigata más grande que he conocido", continúa. "Es como si supiera lo que
quiere, pero tiene miedo de... aceptarlo." Otro encogimiento de hombros. "O tal vez no tiene
idea de lo que quiere"
"O tal vez acostarse con un recluso del corredor de la muerte que está bajo vigilancia
constante le parece un movimiento que pone fin a su carrera", dice Graham. "He oído que
a algunas mujeres no les atraen los hombres a los que han visto golpear a la gente hasta la
muerte"
Sebastian pone los ojos en blanco. "La atracción no es el problema"
"Quizás tenga un hermano mayor espiando cada uno de sus movimientos", me quejo. "He
oído que eso es un fracaso total"
Sebastian se ríe. Entonces la pantalla de la pared exterior del atrio se ilumina y el patio se
queda en silencio.
Como mi hermano predijo, estamos los tres en el grupo hoy. Sebastian y yo estamos en el
tercer nivel: su cuarta pelea, mi sexta pelea, pero sin enfrentarnos, gracias a Dios. Y como
siempre, Graham es la estrella. Hoy se enfrentará al oponente menos experimentado que
ha tenido desde que llegué.
No es que eso signifique mucho. Sebastian sólo ha tenido tres peleas hasta ahora, pero uno
a uno, podría ser la muerte de casi cualquier hombre en el bullpen. Por eso me alivia que
no se enfrente a Graham en la arena. No esta temporada, al menos.
No tengo idea de quién ganaría una pelea entre mi hermano y mi... Graham. Y no quiero
averiguarlo.
La próxima semana es la última pelea de la temporada, y Sebastián todavía necesita tres
victorias más para llegar a la cima. Pero yo sólo necesito una. Lo que significa que si gano
esta noche, técnicamente seré elegible para luchar en el combate del campeonato. Por lo
que yo sé, nadie tan inexperto como yo ha tenido esa oportunidad.
Si no luchan contra mí, me quedaré aquí otra temporada, casi con toda seguridad sin
Graham, y aunque pensara que podría sobrevivir al parón, luego otra temporada completa
de combate, podrían enfrentarme a mi propio hermano.

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Si lucho y gano, estaré solo en otra zona, y aunque soy una muy buena luchadora, no puedo
enfrentarme a más de un hombre a la vez. No sin refuerzos ni un arma mejor que mi navaja
de tres pulgadas.
Si lucho y pierdo, estaré muerta, y mis problemas se acabarán.
Graham y yo no hemos hablado de las posibilidades desde esa noche, hace más de un mes.
El conocimiento de que podrían enfrentarnos a uno contra el otro ha estado colgado entre
nosotros, de manera tácita, porque hablar de ello no cambiará nada. Ni arreglará cualquier
cosa.
Sebastian, Graham y yo -junto con el compañero de Graham- somos llamados a la arena
casi inmediatamente después de que se anuncian los grupos. Graham y yo estamos de pie
con nuestros paquetes de suministros, listos para ir a la puerta, pero Sebastian sólo se
sienta en el banco, mirando al suelo.
"¿Qué pasa?"
Me mira a mí. "Me han puesto en contra de John Pickering"
"¿Y?" Me vuelvo a hundir en el banco y Graham se sienta conmigo.
"Y, John nunca te ha puesto una mano encima. Nunca le he visto mirarte como si
estuviera... interesado. Estoy bastante seguro de que es gay".
Miro a Graham y lo encuentro mirando a mi hermano con la misma confusión que
seguramente está clara en mi propio rostro. "Seb, ¿estás diciendo que sólo estás dispuesto
a matar a los hombres que han intentado hacerme daño?"
"No. Estoy diciendo que hasta ahora, así es como he justificado matar a los hombres que
han puesto en la arena conmigo. Personalmente he visto a cada uno de esos cabrones
intentar agarrarte, o al menos parecer que quieren hacerlo. Pero John no ha hecho eso. Y
está aquí por matar a un maldito pederasta. Lo mostraron en la transmisión antes de su
última pelea. Es como nosotros, Sylvie. Es un buen hombre en una mala situación".
Mierda. Sabía que Sebastian estaba lidiando muy bien con haber matado a varios hombres
en sus cinco semanas en Rhodon.
Todos lo racionalizamos. Al menos, los que tenemos una conciencia que aún funciona lo
hacemos. Es la única manera de vivir con lo que nos obligan a hacer, para sobrevivir.
Sebastian ha sido un luchador la mayor parte de mi vida, pero no fue un asesino hasta
Tony Yost.
"De acuerdo. Escúchame" Bajo la voz, porque no podemos permitirnos que nadie escuche
su lucha ética. "John Pickering es como nosotros, quiere vivir, así que matará a quien pise
la arena con él. A menos que esa persona le mate. No tienes que justificar matarlo, Seb. La
justificación está incorporada. Es defensa propia, porque si no lo matas, él te matará".
Y de repente recuerdo que Graham me dio un consejo muy similar.
"Sí" Sebastian asiente con la cabeza. Esta vez, cuando Graham y yo estemos de pie, él estará
con nosotros. Pero está en silencio todo el camino hacia la puerta de entrada a la arena.

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Está pensando. Puedo ver eso. Sólo espero que no esté pensando demasiado.
La sonrisa de mi hermano resurge cuando entramos en la sala verde y el olor a tocino y
huevos nos invade. Kaya lo ha conseguido. Sin embargo, ni siquiera parece darse cuenta
de lo contento que está Sebastian, porque está ocupada frunciendo el ceño al ejército de
guardias que intenta seguirnos hasta la habitación.
"Vale, esto se está volviendo ridículo. Apenas hay espacio para que podamos respirar aquí.
¿No creéis que dieciocho guardias es demasiado?"
Uno de los hombres uniformados da un paso al frente. "Señora, el reglamento exige seis
guardias por peleador cada vez que abandonen la celda. Si este arreglo no funciona para ti,
quizás deberías reasignar a uno de los luchadores a otra habitación. Y otro enlace de
patrocinio. Seguramente eso aligeraría tu carga de trabajo"
"No", dice Kaya, y reconozco el destello territorial de la ira en sus ojos. "Me he dejado el culo
por estos tres luchadores, y no voy a renunciar a un bono que me he ganado sólo porque
los neandertales no podéis ser ni un poco flexibles con vuestras normas"
"Señora, estamos aquí para su protección", le informa el guardia con sílabas cortas y tensas.
"No necesito..." Se muerde el resto de su afirmación, pareciendo darse cuenta de golpe de
que es un poco ridículo de su parte decidir que los tres condenados a muerte con los que
está trabajando no le harán daño. Incluso si todos sabemos que es verdad.
No somos los presos promedio de la zona.
"Bien. Lo que sea. Sólo.... quedaos ahí, fuera del camino". Kaya mueve a los guardias hacia
la lejana pared, luego nos saluda con la mano hacia el buffet, pero en lugar de dirigirse a
su preciosa estación de tortillas, mientras Graham y yo apilamos comida en nuestros platos,
Sebastian tira a Kaya hacia un rincón de la habitación, provocando que los seis guardias
converjan en ellos con las armas desenfundadas. "Estoy bien", les dice Kaya. "No va a hacer
nada con toda una sala llena de armas apuntándole.
Y que me condenen si no parece decepcionada por eso.

∗∗∗∗∗∗∗
GRAHAM Y YO ESTAMOS VESTIDOS de negro hoy, con detalles plateados. Hace un par de
semanas, empezaron a entrevistarnos juntos. Por eso, supongo, es por lo que han empezado
a vestirnos igual.
Todavía no tiene camisa.
Todavía me resulta difícil pensar en eso, aunque creo que estaría mejor defendido con más
cubrimiento. Y tal vez alguna armadura.
Hoy, Charles nos tiene sentados en un sofá juntos, uno de esos pequeños, con sólo dos
cojines, de modo que yo estoy prácticamente en el regazo de Graham. Las tres paredes de
la cabina de entrevistas que nos rodean son un mosaico de pantallas de visualización, cada
una de las cuales reproduce un clip diferente de nuestro vídeo en segundo plano. Debería
haber sabido que habría algo diferente hoy día, basado exclusivamente en el sofá. Pero

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como soy lenta, no me doy cuenta hasta que Charles detiene la cámara y nos insta a
sentarnos más cerca. Le dice a Graham que me abrace. Incluso sugiere que si la urgencia
de besar mientras hablamos ataca, debemos dejar que suceda.
Creo que nos dejaría desnudarnos e ir al grano en su sofá, si quisiéramos.
Nosotros no queremos.

∗∗∗∗∗∗∗
DESPUÉS DE LA ENTREVISTA en el sofá y los evidentes intentos de Charles de filmarnos
siendo.... íntimos, mi oponente ya no parece ser un sorteo afortunado. Aunque lleva más
tiempo que yo en el banquillo, Leon Evans sólo ha ganado tres peleas, lo que lo convierte
en el menos experimentado de los gladiadores de nivel tres. Es rápido y flexible, pero tiene
una constitución pequeña en comparación con la mayoría de los hombres de la zona uno.
Y de lo que no me doy cuenta hasta que salto a la arena con él es que Leon Evans estaba
entre los hombres que esperaban su turno conmigo en la mañana de mi primera pelea.
En las secuencias más lentas que bordean las paredes redondas de la arena, está Leon,
observando desde un lado del patio mientras un hombre más grande me golpea boca abajo
en la mesa de picnic. Tiene la mano en la cintura elástica de sus pantalones, acariciándose
mientras ve a los otros hombres desnudarme.
Esta partida ha sido cuidadosamente orquestada por quienquiera que esté a cargo de crear
un drama para las grabaciones de la Autoridad Universal. Están tratando de hacer que
parezca que me estoy enfrentando a una némesis, mientras que en realidad me han
emparejado con alguien que debería ser fácil para mí.
Y de repente me doy cuenta de por qué me he sentido tan incómoda todo el día: hoy se
siente como una trampa. Como si todo el propósito de las peleas y entrevistas del día fuera
simplemente el crear anticipación para la pelea de la semana que viene, y asegurarme de
que estoy en el nivel cuatro.
El nivel de Graham.
Mierda.

∗∗∗∗∗∗∗
"¡ESA FUE UNA SYLVIE BRILLANTE!" Kaya suena emocionada cuando vuelvo a la sala
verde con una dramática salpicadura de sangre en la parte delantera de mi uniforme. Pero
hay algo raro en sus ojos. Algo forzado en su entusiasmo. "Tenemos varios grandes ángulos
del tiro de muerte, y Charles ya está montando un nuevo vídeo de muerte para la próxima
semana..."
"¿La semana que viene? Kaya, ¿puedes echarme una mano con esto?" Me quito el material
apretado y pegajoso de la clavícula con los dedos manchados de sangre, y luego me dirijo
al baño sin esperar su respuesta.
En la entrada, me doy la vuelta para ver la ansiedad escrita en la línea entrelazada de sus
cejas. No parece asustada, exactamente. Pero ella claramente sabe que está en un lío.

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"¿Kaya?" Repito, y cuando ella se acerca a mí, los guardias intentan seguirla.
"No es necesario, caballeros. Voy a estar bien. Esto es un asunto de mujeres".
Pongo los ojos en blanco y decido no decirle que probablemente les dio a todos una imagen
mental de las dos hundiéndonos juntas en un baño de burbujas perfumado.
Ella entra al baño y cierra la puerta detrás de ella mientras yo meto agua en la bañera. No
puedo andar por ahí ni un segundo más llevando la sangre de Leon Evans. "¿Qué pasa,
Kaya?" Pregunto mientras vierto un generoso chorro de baño de burbujas directamente en
el flujo de agua caliente.
"¿Qué quieres decir?"
"¡No me mientas!" Me arranco el hombro del material elástico y, al soltar el brazo, la manga
se gira del revés. "Arreglaron una entrevista de amor con Graham. Me lanzaron una pelota
de softball en la arena, y basándome en el hecho de que Evans no ha peleado en un mes,
supongo que lo estaban guardando para esta misma ocasión. Y claramente ya sabes que
voy a pelear la semana que viene, aunque se supone que nadie debe saber quién está
peleando hasta que el programa de planificación escupa un grupo en la mañana de la pelea".
Tiro de mi otro brazo mientras ella me mira fijamente, mordiéndose el labio inferior como si
físicamente estuviera tratando de retener lo que quiere decir.
"Me van a hacer enfrentarme a Graham, ¿no?"
Un suspiro le sale de la garganta y parece que se le desinfla todo el cuerpo. "Lo siento
mucho, Sylvie" Kaya se hunde en el borde de la bañera como si sus piernas ya no la
sostuvieran. "Les dije que era demasiado pronto. Él tendrá doce peleas y tú sólo tendrás
seis. Uno de esas la que perdiste, y la de hoy.... bueno, esa fue más o menos un regalo. Pero
sólo queda una pelea en la temporada, así que..." Se encoge de hombros. "No hay más
tiempo"
"Tienes que hacerles cambiar de opinión" Empujo el material elástico sobre mis caderas y
se acumula en una pila pegajosa sobre mis pies. Estoy completamente desnuda ahora, y
hace un par de meses, eso podría haberme horrorizado. Pero desde mi arresto, he pasado
ocho semanas desnuda en el transporte de la prisión y he sido vista no sólo desnuda, sino
en la agonía del orgasmo por los ojos de toda la maldita galaxia. Así que es casi lindo cómo
Kaya evita mirarme más abajo de los ojos mientras me meto en el agua y me sumerjo en
las burbujas.
"Ya lo he intentado" Golpea una uña larga y bien cuidada contra el costado de la bañera.
"La decisión fue tomada por encima de mi cabeza. Sólo estoy aquí para conseguir dinero a
través del patrocinio".
No debería estar aquí bañándome. Debería estar ahí fuera viendo la pelea de Graham en la
pantalla. Pero no tiene sentido, ¿verdad? Si planean enfrentarnos la semana que viene,
entonces se habrán asegurado de que sobreviva hoy, como lo hicieron conmigo.
Sólo que era realmente para ellos. Para la AU.

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"Pero todo esto se trata de dinero, ¿verdad? Así que, preséntales una idea que sea atractiva
para su codicia. Si me retienen una temporada, pueden conseguir veinte semanas más de
la primera luchadora de la galaxia. Veinte semanas más de patrocinios..."
"Sylvie". Su voz gotea de compasión, lo que me molesta. "Eso fue lo primero que intenté.
Pero la verdad es que... no creen que durarás tanto tiempo sin ayuda, y si siguen lanzándote
bolas de softball, el público empezará a darse cuenta. Perderán interés".
La alarma se enciende en mi interior. "¿Han estado haciendo eso? ¿Antes de hoy?"
Kaya sólo parpadea, pero puedo ver la respuesta en sus ojos. "Hay un comité", admite por
fin. "Cuando tus patrocinios comenzaron a llegar, se tomó la decisión de mantenerte con
vida hasta el final, si era posible, porque eres una gran atracción. Los hombres piensan que
eres sexy. Las mujeres te encuentran simpática. Así que desde que perdiste contra Yost, el
comité se ha reunido todas las semanas para decidir sobre tus oponentes, basándose en
tus puntos fuertes y débiles, y en lo que te vean entrenando más duro en el campo. Pero no
pueden hacerlo hasta dentro de veinte semanas. Y aunque pudieran, tu hermano..." Se
encoge de hombros.
A pesar del calor del agua, mi piel de repente se siente helada. Se me pone la piel de gallina
en los brazos. "¿Qué hay de mi hermano?"
"Sebastian será el campeón de la próxima temporada".
"Ellos ya....?" Por supuesto que ya saben quién va a ganar. Las selecciones nunca fueron
aleatorias. Al menos, no en el nivel superior. "¿Se suponía que Cohen Roth iba a ser el
campeón de esta temporada?"
Kaya se ríe de verdad. "No, eso habría sido demasiado predecible. Graham llamó su atención
desde el principio. Le dieron oponentes duros para que lo consideraran un desvalido. 'El
hombre que vengaba la matanza de toda su familia derrota a un notorio violador y asesino
en la arena, ganándose su libertad en una final emocionante'. Relativamente libre, de
cualquier manera" Se encoge de hombros. "Pero entonces apareciste y arrojaste todo al
caos"
"¡Bastardos!" Me sumerjo bajo el agua, conteniendo la respiración mientras las burbujas de
aire suben por mi cara y se dirigen a la superficie. Esto ha sido un juego para ellos todo el
tiempo. Un rompecabezas que han estado armando pieza por pieza, para asegurarse de que
forme una imagen que les guste. Un cuadro que puedan vender.
Grito bajo el agua, ventilando mi rabia en un silencio virtual para que las cámaras de la
habitación de al lado no puedan oírla. Luego rompo la superficie y me froto la espuma de
la cara. Kaya me mira con las cejas arrugadas por la preocupación. Como si ella debiera
llamar al doctor. Excepto que no estoy herida. Porque me dieron un oponente al que podía
vencer fácilmente, para que me presentara sana para el final de la semana que viene. Donde
esperan que mate o que me mate el hombre que amo.
Y yo le amo. No tiene sentido negar eso, ni siquiera a mí misma.
"Entonces, ¿quién se supone que ganará la semana que viene? ¿Graham o yo?"

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Kaya evade responder, mirándose las uñas perfectamente pintadas.

"¡Kaya!"
"Vas a matar a Graham", dice por fin. "Hicieron una encuesta masiva de espectadores, y
vosotros sois los luchadores que más quieren ver ganar y los luchadores que la gente piensa
que son menos capaces de ganar. Lo que significa que la mayor satisfacción posible del
espectador se lograría si tuvieras que matar a tu amante para sobrevivir".
"No" De repente el agua se congela, aunque todavía puedo ver el vapor que sale de ella. "No.
No lo haré. Tampoco me matará a mí".
"Sylvie, no puedes salvarlo. Si los dos se niegan a pelear, os ejecutarán a los dos. Y no será
ni rápido ni fácil, porque tendrán que disuadir a cualquier otra persona de intentar lo
mismo. ¿Quieres que tu hermano vea eso? ¿Tus padres?"
Por supuesto que no. Ya han perdido una hija en circunstancias horribles.
Pero si no hay forma de que ambos sobrevivamos, no puedo hacer que Graham sea el que
me mate. Y estoy segura de que no puedo matarle.
"Aunque quisiera luchar contra él, no podría ganar, Kaya. ¿Cómo demonios esperan que le
gane a Graham? ¿Realmente creen que se quedará ahí parado y me dejará matarlo?"
En realidad, probablemente lo haría. Pero eso no sería una pelea muy entretenida. Lo que
significa que ese no es su plan.
"En el nivel cuatro, serás elegible para un arma. Los patrocinadores han estado pidiendo el
privilegio de proporcionar esa arma durante dos semanas. Desde que se hizo obvio que
podrías llegar hasta el final".
"¿Y Graham?"
"No conseguirá un arma"
Mierda.
Vale, piensa, Sylvie. Tienes una semana para encontrar una salida a esto. Excepto que no
la sé. Si espero hasta el próximo día de combate, será demasiado tarde....
"¿Sabes cuál será el arma?"
Ella frunce el ceño, pensando. "No creo que haya sido seleccionada todavía"
"Bien. Necesito un favor."
"¡No!" Se para y se aleja de la bañera, con las manos en las caderas. "No más favores. No
puedo quedarme..." Su boca se cierra.
"Kaya, no te he pedido nada..." Oh. "¿Qué hizo mi hermano? ¿Esto es por las tortillas?"
"¿Tortillas? No, yo.... No importa. No hay nada que pueda hacer por ti. Ni siquiera debería
haberte dicho nada de esto" Se gira hacia la puerta, y ya está buscando el pomo.

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Me pongo de pie y el agua se desliza por el costado de la bañera. "Kaya, si quieres conservar
tu trabajo, será mejor que te des la vuelta ahora mismo y me escuches"
Se vuelve, lentamente, con los ojos bien abiertos, como si me hubiera oído mal. Como si no
fuera posible que un preso del corredor de la muerte la esté amenazando.
"Sé de ti y de mi hermano, y supongo que si la AU supiera de tu pequeño enamoramiento -
que le has estado haciendo favores- estarías fuera de aquí tan rápido que aún oiría el eco
de tus pasos cuando el barco despegue."
El alivio lava sus rasgos, y me doy cuenta de que he tomado el enfoque equivocado; lo que
sea que le preocupaba que iba a decir, no era eso. "Sylvie, la mitad de la galaxia está
enamorada de tu hermano, y es mi trabajo asegurarme de que ese porcentaje sólo aumente.
Y ninguno de los 'favores' que he hecho por él son de ninguna manera una violación de mi
contrato con la Autoridad Universal. A nadie le importa si pide tortillas o si sólo quiere ser
fotografiado desde su lado izquierdo".
¿Fotografiado...? Maldita sea, Sebastian, qué desperdicio de favor.
Si sus favores a mi hermano no fueron lo que la hizo darse la vuelta y tomar en serio mi
amenaza, ¿entonces qué fue? ¿Qué amenazaría su trabajo? Quiero decir, mientras ella
traiga dinero...
Oh.
"Vale, entonces, ¿qué va a decir la AU si Sebastian deja de pelear?"
Pone los ojos en blanco. "Si deja de pelear, le matarán".
Me encogí de hombros. "No sabe que le estás preparando para ganar la próxima temporada.
Se puso a sí mismo aquí sabiendo muy bien que podría no volver a salir nunca más. Todo
lo que le importa es asegurarse de que yo salga de aquí con vida, y si eso no sucede -si la
AU me ejecuta justo frente a él-, ¿por qué seguiría actuando bien para la cámara? Ya se
siente culpable de seguir vivo cuando Skye murió. Se sintió culpable de estar libre cuando
yo estaba en el corredor de la muerte. Si dejas que me ejecuten, mi hermano podría
quedarse ahí y dejar que su próximo oponente lo golpee hasta matarlo. Y cada uno de los
patrocinadores que has traído para Sebastian morirá con él. Al igual que tu bono. Y,
supongo, tu trabajo".
"Eso no lo sabes". Pero está mintiendo. Y es muy mala mentirosa.
"Sé que no es lo normal dejar que las relaciones de patrocinio se ocupen de tres luchadores
a la vez. Y sé que después de la final, cuando Graham y yo nos hayamos ido, el único
luchador que os quedará será mi hermano. Si culpa a la AU por mi muerte, no va a haber
forma de que siga trayendo dinero para ellos".
La cara de Kaya se pone pálida. "Maldita sea. Sylvie, quiero ayudarte. Pero si se me atrapa..."
"Eso no pasará. Si esto funciona, nadie tendrá idea de que hay algo que te pillen haciendo..."

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 22
GRAHAM
"TENÍAS RAZÓN". Sylvie susurra mientras la puerta se cierra detrás de nosotros.
"¿Sobre qué?" Estoy susurrando porque ella está susurrando.
"Nos van a enfrentar la semana que viene".
Deslizo mi brazo alrededor de su cintura, debajo de su paquete de suministros, y hablo en
la parte superior de su cabeza, porque está claro que ella no quiere que esto sea escuchado
por cualquier cámara que esté oculta en el pasillo hacia el patio. "No estamos seguros de
eso".
"Kaya me lo dijo", dice. "Lo han estado planeando durante semanas"
Mierda.
Sebastian me mira por encima de la cabeza de su hermana, y la luz de la luna brilla en su
dura y expectante mirada. Le hago un gesto de asentimiento que ella no puede ver,
reconociendo que el momento que hemos temido durante semanas finalmente está aquí, y
que mantendré mi palabra. Me arrancaría la garganta antes de ponerle una mano encima
a Sylvie.
Sebastian me responde con la cabeza.
En el atrio, se dirige al bloque D, lo más lejos que puede llegar de nuestra celda del bloque
A, porque aunque apenas se aleja del lado de Sylvie durante el día, no quiere estar lo
suficientemente cerca para oír sus gemidos por la noche. Lo que me parece muy bien.
Nuestra celda sigue abierta y vacía, aunque el cierre comenzó hace un par de horas: nos
retrasó otro estúpido cóctel en el dirigible, codeándonos con los patrocinadores
entusiasmados por el final de la semana que viene.
Los reclusos ya no intentan tomar nuestra celda, en parte porque entre los tres hemos
matado a casi dos docenas de hombres sólo en el bullpen, y aunque nunca hemos puesto
la mano encima de nadie que no fuera una amenaza directa, nuestros vecinos no parecen
dispuestos a forzar su suerte.
Sin embargo, creo que la verdadera razón por la que nuestra celda no es reclamada cada
noche es que el resto de los hombres -con excepción de Sebastián- preferirían tener una de
las celdas vecinas, por el entretenimiento. Porque Sylvie no es precisamente... callada.
Pero no importa lo que imaginen, solos en sus camas por la noche, la realidad es que sus
lamentos, sus gemidos y sus suspiros son todos míos.
Cierro la puerta de la celda y en segundos, estamos desnudos en la cama. Le hemos pedido
a Kaya que nos consiga una sábana a escondidas unas cien veces, pero siempre se niega,
alegando que perdería su trabajo. Evidentemente, el video de nosotros en la cama -incluso
sin mostrar nada porno- todavía trae bastante dinero para la AU. Así que, cuando no

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podemos tener algo de privacidad en la ducha, hemos aprendido a conformarnos con dejar
la camisa de Sylvie puesta y usar mi cuerpo para bloquear la mayor cantidad posible de la
suya. Que es lo que supongo que haremos esta noche, hasta que saca una caja de cartón
manchada de grasa de su paquete de suministros y me la muestre con una sonrisa traviesa.
"¿Qué es eso?" Pregunto.
Ella abre la tapa, y donde espero encontrar rebanadas de carne y quizás algo de ensalada
de patatas, encuentro una botella de salsa barbacoa. "Lo metí a escondidas mientras
preparaba una bolsa de sobras", dice, y cuando levanta la botella, veo varias rebanadas de
carne debajo de ella, causa de las manchas de grasa.
"¿No crees que eso es exagerado para esos tres pedacitos de carne?" Pregunto.
Sylvie se ríe. "La salsa no es para comer. Es para.... pintar". Para demostrarlo, sacude la
botella, abre la tapa, y luego se gira para mirar hacia la cámara montada en lo alto de la
esquina de nuestra celda. Hemos intentado docenas de veces alcanzarla, pero no es posible.
Y nada de lo que hemos tratado de lanzarle tiene más que un rasguño en la lente, lo que
podemos decir.
Pero en su primer chorro, Sylvie se las arregla para obtener un chorro de salsa roja oscura
y espesa a un par de pulgadas de la cámara. Por supuesto, el resto cae al suelo, pero sé a
qué se dedica.
"¡Eso es brillante!"
"Aquí. Inténtalo". Ella me da la botella.
Me lleva un par de intentos, pero me las arreglo para poner una gruesa bola de salsa
barbacoa en el objetivo de la cámara. La mayor parte gotea, así que le damos a lo que está
pegado la oportunidad de secarse mientras nos comemos sus sobras, luego Sylvie pasa por
encima de la lente con otra capa. Y finalmente, tenemos privacidad.
Salvo que se cuente el hecho de que todo el bloque A puede oírnos.
"Llevo semanas esperando esto", dice mientras desliza sus manos por debajo de mi cintura
y me tira de los pantalones y la ropa interior hacia abajo. Ella coge mi polla en su mano y
la acaricia varias veces, su agarre se hace un poco más fuerte con cada movimiento, hasta
que ni siquiera puedo pensar en otra cosa que no sea en estar enterrado en lo profundo de
su calor húmedo.
Luego Sylvie me pone una mano en el pecho y me empuja hacia atrás hasta que me siento
en el borde de la cama. "Ya que no tenemos público..." Se arrodilla frente a mí, y tengo sólo
un instante para anticipar lo que está a punto de hacer antes de que abra la boca y casi se
trague toda mi polla.
"Oh, Dios", gimo, inclinada hacia atrás mientras su boca se estrecha a mi alrededor, su
lengua moviéndose contra la parte de atrás de mi polla. Entonces ella comienza a moverse,
sus labios apretados deslizándose hacia arriba y hacia abajo a lo largo de mi cuerpo, la
lengua girando alrededor de la punta con cada golpe. Ella envuelve una mano alrededor de

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la base de mi polla y me trabaja con su puño y su boca en concierto. Me lleva tan profundo
que le golpeo la parte de atrás de la garganta.
Entonces ella afloja los músculos y me lleva un poco más profundo, hasta que su garganta
se aprieta alrededor de mi punta, apretando sin piedad, felizmente, mientras su lengua
acaricia la parte inferior de mi eje.
Joder, si hubiera sabido que podía hacer eso, habría encontrado algo para cegar esa maldita
cámara hace un mes.
Sylvie succiona más fuerte ahora, se mueve más rápido, hasta que me doy cuenta de que
estoy en un tren fuera de control, atravesando todos los cruces, y si no la detengo...
"Sylvie". Mi voz está ronca por la necesidad. Con la tensión de contenerse. De resistir el
increíble impulso de meterse en su boca.
"¿Mmmm?" pregunta alrededor de mi polla, y las vibraciones casi me empujan al límite.
"Para. Estoy casi..."
Ella abre su garganta de nuevo, tragando contra mí -a mi alrededor- exigiendo
prácticamente que me rinda a su toque, y yo me suelto en lo más profundo de ella, perdido
en el momento. En el éxtasis de su cálido, húmedo, apretado.... regalo.
Con su mano todavía envolviendo la base de mi polla, Sylvie me succiona mientras se saca
mi longitud, enviando temblorosas réplicas a través de mí. Luego se sienta sobre sus
talones, mirándome con una sonrisa satisfecha, mientras mi polla se interpone entre
nosotros. Se lame los labios con la punta de su lengua rosada, y de repente creo que yo
podría hacerlo de nuevo. "¿Y bien?" Su voz suave y dulce no da ninguna pista de la maldita
mamada magistral que acaba de realizar.
Digo lo único en lo que puedo pensar, con la mayor parte de la sangre que mi cerebro
necesita aún atrapada en mi polla. "Joder. La salsa barbacoa"
Sylvie echa la cabeza hacia atrás y se ríe, sus rizos cayendo en cascada sobre su espalda,
y me doy cuenta de que eso es lo que más me gusta de ella. Estos raros momentos en los
que ella se ve verdaderamente, completamente feliz, a pesar del constante riesgo que corre
su vida, aquí en el corral. A pesar de las vidas que se ha visto forzada a quitar. Vivo por
estos breves momentos de alegría en sus ojos.
Y por esos suaves gemidos que hace en medio de la noche, por su rostro sonrojado de
placer....
"Mi turno". Me levanto y la cojo con las dos manos, luego la acuesto en la cama. Y me doy
cuenta de que estoy tan emocionado por la oportunidad de explorarla, sin límites, como ella
lo estaba por explorarme a mí.

∗∗∗∗∗∗∗
NO HABLAMOS de ello, al día siguiente. Sobre la pelea. Sólo entrenamos, comemos, nos
duchamos y entrenamos un poco más, como si no supiéramos que en seis días, seremos

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arrojados a la arena y se nos ordenará que nos matemos el uno al otro frente a una
audiencia de millones de personas.
Tampoco hablamos de ello al día siguiente. O al día siguiente. Seguimos hablando de
nuestras vidas, entrenando, peleando y haciendo el amor, diciéndonos cómo nos sentimos
con nuestros cuerpos, en lugar de con nuestras palabras, porque nada de lo que decimos
en voz alta hará ninguna diferencia de todos modos.
Cada noche, aplicamos más salsa de barbacoa a la cámara, y cada día espero que los
guardias desciendan con una esponja húmeda montada en un poste para limpiarla. El
hecho de que no suceda sólo puede significar que la AU ya tiene suficientes imágenes de
nosotros desnudos y retorciéndose. O que las capas de salsa no han hecho tanto como
creemos que han hecho.
Sebastian se retira cada día un poco más en un silencio brusco, y es extraño verlo sin una
sonrisa arrogante, o una mueca de buen carácter cada vez que Sylvie y yo nos tocamos
delante de él. Entrena más duro que nunca, y presiona a su hermana más que nunca.
Luego, la noche anterior a la final de la temporada, me saca de la puerta del baño antes de
que pueda unirme a Sylvie en la ducha.
"¡Ya voy para allá!" le digo en voz alta a ella y el hecho de que no lo cuestione me dice que
está perdida en sus propios pensamientos. Y que no son más agradables que los míos.
"¿Tienes un plan?" Sebastian susurra, mientras nosotros hacemos guardia frente a la
puerta del baño. "¿Cómo vas a terminar esto? ¿Ella lo sabe?"
"No se lo he dicho. Pero no es estúpida, Sebastian. Ella sabe que estoy planeando algo"
"¿Qué es qué, exactamente?"
"Se dará cuenta si tomo su navaja, así que voy a coger algo de la sala verde. No creo que
dejen nada afilado desatendido, así que tal vez un cuchillo para mantequilla, o algo así.
Pero necesito que distraigas a todos mientras lo robo".
"No hay problema", promete. "Pero tienen que hacer su jugada tan pronto como ambos estén
en la arena. Quiero decir... no lo alargues. Por su bien. Verte morir será lo suficientemente
difícil para ella". Sebastian se aclara la garganta y luego me mira con respeto. "Ella te ama,
hombre. Desearía que os hubierais conocido antes... de Skye. Tal vez podrías haberla
convencido de que no lo hiciera".
"Si la hubiera conocido mientras estaba libre, nunca habría terminado aquí", le dije. Aún
así habría vengado a mi familia. Pero me habría asegurado de que no me atraparan.
"Por muy mal que suene esto, me alegro de que estés aquí"
"Sí. Yo también. Cuida de ella, Sebastian. Cuando salgas de aquí, de todos modos.
Encuéntrala en la población abierta. Estará en la zona tres. Charles se emborrachó con el
dirigible una vez y me dijo que ahí es donde liberan a los campeones".
"La encontraré. Y no tardará mucho". Baja la voz, para mantener todo lo que está a punto
de decir de las cámaras de seguridad y de los otros reclusos merodeando en el mugriento

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atrio. "Estoy trabajando en algo. No puedo dejarla sola los próximos cuatro meses,
esperando el final de la próxima temporada de combate".
"Bien". No pido ningún detalle, porque cuanto menos dice, menos se puede escuchar.
Sebastian extiende la mano. "Es un verdadero honor haberte conocido, hombre. Gracias
por todo lo que has hecho por Sylvie".
"A tí también". Le doy un fuerte apretón de manos, tratando de no pensar en el hecho de
que esto es realmente un adiós.
"De acuerdo. Dale las buenas noches de mi parte. Me voy a retirar del resto de la noche."
Luego Sebastian desaparece por el pasillo hacia el bloque D.
Me uno a Sylvie para una ducha rápida, luego volvemos a nuestra celda justo cuando
comienza el cierre. Las puertas metálicas se deslizan hacia arriba y hacia abajo del pasillo.
Nos cepillamos los dientes y dejamos secar los cepillos de dientes, luego nos quedamos en
la cama para lo que ambos sabemos muy bien que será nuestra última noche juntos. No
importa cómo vaya todo mañana.
Es muy extraño pensar en eso. Por muy malo que sea este lugar, se ha convertido en nuestro
hogar. Los mejores recuerdos de mi vida están aquí mismo, en esta asquerosa almohadilla
de vinilo, en esta pequeña y sucia habitación de hormigón.
No puedo creer que todo esto esté a punto de terminar. Que estoy a horas de la muerte.
Pero no me cuesta imaginarme a Sylvie sola en una población abierta, fuerte y sana. Una
fuerza a tener en cuenta, con su navaja, su determinación sin fin y su conocimiento experto
en anatomía.
A lo lejos, mientras le beso el cuello, oliendo el dulce aroma de su champú, oigo un suave
ruido sordo desde el fondo del pasillo. Un par de idiotas desafortunados que no obtuvieron
células probablemente están peleando.
Otro ruido sordo resuena hacia nosotros y decido que tenía razón.
Justo cuando me doy cuenta de que no he oído los gruñidos y maldiciones que
inevitablemente acompañan a una pelea, la puerta de nuestra celda se abre.
Me impulso para levantarme y giro hacia los barrotes. "¿Qué diablos...?"
Tres guardias irrumpen en nuestra celda con todo el equipo antidisturbios, cascos, escudos
faciales y todo. Me pongo delante de Sylvie, y el guardia que va en cabeza saca su arma.
"¡Espera...!"
Aprieta el gatillo. El fuego explota en mi pecho. La oscuridad se apodera de mí antes de que
caiga al suelo.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 23
SYLVIE
"¿HACIA DÓNDE VAMOS?" Exijo mientras dos de los guardias prácticamente me arrastren
del bloque A, con las muñecas esposadas a mi espalda. Estamos siguiendo al líder de la
guardia, que ha sacado su pistola, listo para aturdir a cualquiera que encuentre que no
esté encerrado en una celda. Aunque claramente ya ha llegado a la mayoría de ellos. "Hola.
¿Qué demonios estáis haciendo?"
Los guardias mantienen su silencio a lo largo de todo el patio y bajan por el camino corto
hacia la puerta de entrada a la plataforma de aterrizaje, donde fui liberada en la celda hace
nueve largas semanas.
La puerta se abre al acercarnos, y veo que hay un transbordador desconocido en la
plataforma de aterrizaje, con el motor todavía en marcha. ¿En caso de que necesiten una
escapada rápida?
Una rampa se pliega desde el costado del transbordador y los guardias me suben a la nave,
que es más grande que un transbordador de transporte o de patrulla, pero más pequeña
que un transbordador de carga. Y mucho más pequeña que el dirigible. La rampa se cierra
detrás de nosotros, y la nave se eleva inmediatamente en el aire tan suavemente que ni
siquiera sabría que nos estamos moviendo, si no pudiera ver el bullpen que se nos escapa
a través de la ventana.
"Sra. Wolfe. Toma asiento"
Mierda. Conozco esa voz.
Me giro a mi derecha para ver al Alcaide Shaw a través de una puerta abierta hacia lo que
parece ser una oficina móvil, con un escritorio de madera de estilo ejecutivo obscenamente
extravagante, que probablemente costó una fortuna no sólo construirlo, sino transportarlo
al espacio profundo.
Uno de los guardias me escolta a la habitación y me empuja a una silla frente al escritorio.
Luego se coloca a mi derecha, mirándome fijamente. Evidentemente esperando una excusa
para dispararme donde estoy sentada.
"¿Qué puedo hacer por usted, Alcaide? ¿Esto es por la salsa barbacoa? Porque realmente,
creo que debería estar agradecido de que nos llevara dos meses averiguarlo".
Parece muy divertido. Durante medio segundo. "Sra. Wolfe, quería tener una pequeña
charla contigo sobre la final de mañana. Kaya Johnston me ha dicho que sabes lo que se
espera de ti en la arena. Pero quiero asegurarme de que realmente entiendes lo que está en
juego".
Mierda. Habló con Kaya. ¿Qué más le dijo ella? ¿Esto es por lo que le pedí que hiciera? ¿Hay
cámaras ocultas en el baño de la habitación verde, después de todo? ¿O me delató?

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"Entiendo que podrías dudar un poco en acabar con la vida del Sr. Anderson mañana, así
que te aseguro que le estarás haciendo un favor. Una misericordia, de hecho"
"Porque si no lo mato, ¿nos ejecutarán a los dos de alguna manera horrible, en directo? Ya
he oído esta historia, así que a menos que tenga un final alternativo..." Me encogí de
hombros y empecé a ponerme de pie, pero el guardia me empujó hacia abajo.
"Lo que tengo son algunos detalles esclarecedores" Shaw coge una pantalla plana y delgada
y la golpea para encenderla, luego la gira para mirarme a la cara. "¿Ha visto alguna vez a
nuestros perros de caza, Srta. Wolfe?"
La imagen congelada en su pantalla muestra lo que parece ser un enorme perro de metal,
con una antena en la cola. La forma en que sus ojos están iluminados me dice que
probablemente sean cámaras. O linternas. O ambas cosas. La boca del perro está abierta
para revelar un aterrador arreglo de dientes de metal que parecen hojas de afeitar
triangulares.
"Por sí solo, uno puede hacer un poco de daño". Golpea la parte posterior de la pantalla y
el perro se mueve cuando la grabación comienza a reproducirse. Avanza rápidamente a
través de una mancha de árboles con hojas rojas distintivas, -claramente un poco de bosque
aquí en Rhodon. Alguien grita, y el plano se ensancha para mostrar a un hombre grande
corriendo delante del perro. Huyendo de él.
El perro adelanta al pobre hombre con facilidad y desciende sobre él con una furia
espeluznantemente silenciosa de mandíbulas chasqueantes y dientes cortantes. En
segundos, el hombre se reduce a cintas carmesí de carne arruinada y huesos aplastados.
Queda tan poco de él intacto que tendrán que recogerlo con una pala para deshacerse de
su cuerpo.
Shaw detiene la grabación y coloca la pantalla en su escritorio. "Acabamos de recibir un
nuevo cargamento de una docena de nuevos perros de caza, seis de los cuales estarán en
el cuadrilátero con vosotros mañana. Si tus patrocinadores deciden que no estás rindiendo
al máximo de tus posibilidades, apretaré un botón y mis sabuesos harán pedazos a tu
amante justo delante de ti, dejándolo apenas con vida pero con un dolor agonizante, para
que pueda ver cómo te hacen lo mismo a ti.
"Tu hermano tendrá un asiento en primera fila. Y enviaremos una copia personalizada con
ocho ángulos diferentes de la matanza directamente a tus padres".
"Eres un enfermo, un cabrón enfermo", susurro, contenta de que mis manos estén
esposadas a mi espalda, así que no puede verlas temblar.
"Desgraciadamente, hoy sólo soy un mensajero. Estas decisiones son tomadas por encima
de mi cabeza, por los responsables del dinero. La final de mañana promete atraer a la mayor
audiencia en la historia de los combates de prisioneros, y los ejecutivos de Autoridad
Universal no dejarán que lo arruines. Así que hazte un favor y pelea como si lo sintieras.
Entonces aprieta el gatillo como una buena chica. Estarás salvando a tu amante y a ti
misma de una muerte agonizante. Entonces serás liberada en la población abierta, libre
para vivir tu vida en relativa paz. ¿Lo entiendes?"

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Solo puedo asentir con la cabeza, mi mandíbula apretada para evitar que le diga amenazas
profanas y que me meta en un agujero aún más profundo.
"Bien". Shaw se gira hacia el guardia y agita una mano hacia la puerta. "Llévatela de vuelta".
Mientras el transbordador despega de nuevo, llevando al alcaide Shaw de vuelta a la
seguridad de su puesto de guardia en órbita, le saco el dedo a la nave en protesta silenciosa
desde la plataforma de aterrizaje.
Lo que entiendo es que si Kaya no hace lo necesario, la mataré yo misma.

∗∗∗∗∗∗∗
GRAHAM SE SIENTA CON UN RESPINGO, respirando hondo. Sus ojos están muy abiertos
y aturdidos, lo cual sólo puedo ver porque lo he estado mirando en la oscuridad, y mi visión
está totalmente adaptada. Se da la vuelta, y cuando me encuentra a su lado, el alivio se
apodera de su expresión. "¿Qué ha pasado? "¿Estás bien?"
"Estoy bien" Mentira. "Bueno, no estoy herida, de todos modos" Lo he estado observando
durante horas. Su respiración era tan superficial que a veces ni siquiera podía decir que
estaba vivo. Estaba empezando a preocuparme por el daño cerebral por falta de oxígeno.
"Acuéstate, Graham. No creo que tengamos mucho tiempo antes de que terminen el
bloqueo". La luna se puso hace un par de horas, y las horas más oscuras de la noche en
Rhodon siempre llegan justo antes del amanecer.
"En serio. ¿Qué demonios pasó, Sylvie?" Graham no se acuesta, así que me siento y me
apoyo con la espalda contra la pared, con las piernas dobladas entre nosotros en la cama.
"El alcaide Shaw hizo que me sacaran del bullpen para una pequeña charla, en lo que
evidentemente era su trasbordador privado. Quería asegurarse de que supiera que si nos
negamos a pelear, nuestra ejecución no será.... placentera".
"¿Lo que significa...?"
"Significa que nos destrozarán en cámara media docena de perros de caza mecánicos. Me
mostró un video. Es bastante espantoso".
Graham asiente con la cabeza. "Los he visto en acción, durante nuestra huida del Resort.
Son tan aterradores en la vida real como lo son en la pantalla. Es exagerado, pero Shaw
obviamente los está utilizando para disuadir. en caso de que algún futuro preso decida no
pelear"
Asiento con la cabeza. "Eso, y una amenaza de incitar a uno de nosotros a dar al otro una
muerte misericordiosa"
"Tienes que hacerlo". Graham toma mi mano en la oscuridad. "Sylvie, no puedo ver cómo
te matan delante de mí, pero no puedo matarte. Ni siquiera para ser compasivo".
"¿Qué te hace pensar que yo puedo matarte?"
"Voy a ayudarte". Duda por un segundo, como si estuviera tratando de decidir cómo decir
lo que tiene que decir. O cuánto decirme. "Sebastian va a causar una distracción en la sala

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verde, así que puedo robar un cuchillo del buffet. Te lo daré en el banquillo. Quizá sólo
pueda conseguir un cuchillo para mantequilla, pero eso debería funcionar".
"Espera, ¿ya hiciste ese plan? ¿Qué ibas a hacer con el cuchillo?" Él no me matará. Lo que
significa... "Ibas a suicidarte".
Me hace un gesto solemne con la cabeza. "Y si tú no puedes hacerlo, yo aún lo haré"
"Oh, Dios mío, esto es una mierda".
"Lo sé." Se gira para sentarse junto a mí contra la pared, y su brazo envuelve mi cintura.
"Pero no nos dan muchas opciones. Así que, sólo digo que si tú no puedes hacerlo... lo haré
yo".

∗∗∗∗∗∗∗
LA SALA VERDE SE SIENTE SOMBRÍA HOY, a pesar de que hay una estación de crepes
con fruta fresca y chocolate para rellenar. El olor es prácticamente pecaminoso, de la mejor
manera posible.
No podría tener menos ganas de comer.
Voy sola al baño y tomo una ducha rápida, en vez de bañarme en la bañera, porque no
puedo disfrutar de algo en este horrible lugar. De hecho, no puedo creer que lo haya hecho.
Sólo nos dan baños calientes y buena comida para mantenernos dóciles. Comercializables.
Y todo el tiempo, han estado planeando esto. Preparando la final para que Graham y yo nos
matemos el uno al otro.
Un minuto, son cócteles y champán. Entrevistas y jabones perfumados. Al siguiente, es un
baño de sangre.
Salgo del baño y Renee frunce el ceño cuando ve que ya me he lavado el pelo. Él ve mi
cabeza como su territorio soberano, y es bastante territorial. Me siento en su silla, mirando
al espejo, y me doy cuenta de que Sebastian y Graham ya están vestidos con pantalones de
gladiador apretados, que dejan sus pechos desnudos. Todavía llevo puesta la bata del baño.
Cuando Renee comienza a peinarme el pelo mojado, el movimiento en el espejo me llama la
atención mientras que la mitad de la larga fila de guardias de pie contra la pared del fondo
se pone rígida y se gira a su izquierda. Sigo su enfoque para ver a mi hermano y a Kaya
parados en una esquina de la habitación, en lo que obviamente es una conversación
privada. Parece enfadada. Pero ella está muy cerca de él, como si no pudiera estar enfadada
con él, incluso cuando quiere pegarle.
Ha obtenido esa respuesta de casi todas las mujeres que ha conocido. Incluyéndonos a Skye
y a mí. Y a nuestra madre.
Entonces, mientras miro, Sebastian de repente agarra los brazos de Kaya y la besa justo en
la boca. Duro. Está tiesa, al principio. Pero entonces ella se rinde, y se están besando. Justo
enfrente de todos.

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Los guardias empiezan a gritar y a desenfundar sus armas. La tensión en el cuarto verde
se dispara, pero mi hermano sigue besando a nuestro enlace de patrocinio, y ella parece
completamente incapaz de resistirse. O completamente reticente a hacerlo.
Los guardias se acercan, gritando más fuerte, y Renee se vuelve para mirar. Al girar mi silla
para ver mejor, el pulso golpeando mis oídos, me doy cuenta de que Graham está de pie al
final del buffet, sosteniendo un plato lleno. Cuando se desliza un cuchillo por debajo del
material sobre su cadera izquierda, lo entiendo.
Esta es la distracción de Sebastian.
"¡Suéltala!", grita el primer guardia, apuntando a mi hermano desde dos pies de distancia.
La única razón por la que no han disparado ya es que Sebastian se ha colocado con Kaya
entre él y las armas. Como un escudo humano erótico. "O la aturdimos para llegar a ti"
Finalmente, mi hermano empuja a Kaya hacia atrás. Su cara se separa de la de él con un
sonido de bofetada húmeda, y ella parpadea. Por un segundo, parece demasiado aturdida
para formar palabras. Luego frunce el ceño y veo que la realidad se acomoda detrás de sus
ojos. Ella echa hacia atrás su mano y golpea a Sebastian en la cara.
Él le responde con una sonrisa como si fuera lo más lindo que ha visto hacer a una mujer.
Como si no hubiera una huella de mano de color rojo brillante en su mejilla izquierda.
"¡Atrás! Ahora", grita el primer guardia.
Kaya se vuelve hacia ellos, su cara en llamas. "Está bien. Estoy bien. Retiraos. El Sr. Wolfe
ha aprendido la lección"
Seguramente nunca se ha pronunciado una declaración menos precisa.
Cuando Kaya cruza la habitación, pasa junto a Charles, y la oigo susurrar: "Si aireas eso,
te cortaré las pelotas y se las enviaré a casa a tu madre".
Tengo que admitir que estoy un poco impresionada.
"¿Qué diablos le pasa a tu hermano?" Kaya susurra ferozmente cuando Margie cruza la
habitación para desenterrar una nueva botella de maquillaje de su enorme bolsa de
suministros.
Me encogí de hombros ante el espejo. "Es arrogante. Impulsivo. Sobreprotector. Pero si lo
que me preguntas es por qué te besó, tal vez la pregunta que deberías hacerte es por qué le
devolviste el beso".
"Yo no..."
"Kaya. En caso de que lo hayas olvidado, hoy será el peor día de mi vida. Y ten en cuenta
que mi lista de días malos anteriores incluye el día en que mi hermana fue asesinada, el
día en que fui sentenciada a muerte y el día en que llegué a este horror carmesí de planeta.
Así que no tengo tiempo para ayudarte a racionalizar cualquier show hormonal de mierda
que esté ocurriendo en tu pobre, confundido y reprimido cuerpo".
Ella mira mi reflejo, y se ve... herida.

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"Mira. No estoy en posición de aconsejar a nadie en este momento", silbo. Y en el espejo,

veo a Margie de pie con la botella que estaba buscando. "Mi vida -lo que queda de ella- es
una gran consecuencia de cada decisión que he tomado. Lo que puedo decirte es que no
me arrepiento ni un segundo de haber estado con Graham. Hablando de eso..." Baje mi voz
mientras Margie cruza la habitación hacia nosotros. "¿Has podido hacer el favor que te
pedí?"
"Sí. Pero..."
"¡Lo encontré!" Margie llega con el maquillaje, sacando a Kaya del camino para que pueda
maquillarme. Kaya me frunce el ceño en el espejo por un segundo. Luego se va a discutir
algo con el proveedor de comida.
Sebastian ya se ha ido a sus entrevistas para cuando termina mi maquillaje, pero han
dejado a Graham conmigo, porque vamos a ser entrevistados juntos. En nuestro camino
hacia la puerta, donde una docena de guardias nos están esperando para acompañarnos a
la sala de prensa, paso junto a Charles y me doy cuenta de que las imágenes que está
viendo en su pantalla muestran a Sebastian besando a Kaya. Claramente está pensando en
transmitirlo, a pesar de su advertencia.
De repente, Charles aspira aire y toca la pantalla para pausar el metraje. Mi corazón salta
en mi garganta cuando se acerca con dos dedos y luego arrastra la imagen congelada a un
lado. A donde Graham se congela en el acto de deslizar un cuchillo en sus pantalones.
"¡Para!" Carlos se pone de pie, y los guardias se tensan al instante y desenfundan sus
pistolas. "Anderson tiene un cuchillo".
Las armas se mueven hacia Graham, y él levanta las manos, con las palmas hacia afuera.
Alguien me aparta de él mientras el guardia más cercano enfunda su arma y comienza a
registrar a Graham. Encuentra el cuchillo casi inmediatamente y se lo entrega a otro
guardia.
Dos más de ellos me dan unas palmaditas, por si acaso.
"Si no estuvieras a punto de morir, te dispararía donde estás", le gruñe el primer guardia a
Graham.
Graham aprieta la mandíbula, pero no dice nada. Está enfadado. Pero por debajo de eso,
está aterrorizado. Ese cuchillo era su salida. Su manera de salvarnos a ambos.
Una vez más, la Autoridad Universal le ha quitado todo.
Y de repente, por primera vez desde que entré en el bullpen, la desesperación se apodera
de mí. Hasta este momento, la supervivencia se ha sentido posible, aunque poco probable.
He basado toda mi existencia en la premisa de que hay una salida, y todo lo que tengo que
hacer es encontrarla. Que si trabajo duro y encajo todas las piezas juntas, puedo hacer que
eso suceda.
Pero nunca se me ocurrió que cuando llegara el momento, la supervivencia ya no sería
suficiente. No quiero salir de la zona uno si no puedo tener a Graham a mi lado.

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La verdad es que nada ha cambiado realmente. Mi plan, el favor que le pedí a Kaya, no tiene
nada que ver con el cuchillo de Graham. Se supone que es en lugar del cuchillo de Graham,
aunque no pude decírselo. Pero ver el cuchillo -y con él, su plan- arrebatado me hace darme
cuenta de lo frágil que es mi propio plan. Cuán dependiente soy de Kaya, una mujer que
tiene todo que perder y nada que ganar al ayudarme.
Si ella no hace lo necesario por mí, Graham y yo estaremos muertos.

∗∗∗∗∗∗∗
CHARLES ESTÁ ENFADADOS CON NOSOTROS, y no sólo por el cuchillo. Es por esta
entrevista. Puede que seamos comercializables como pareja, pero no somos actores, y no
podemos fingir que estamos de acuerdo con el hecho de que estamos a punto de
enfrentarnos en la arena, y toda la maldita galaxia quiere saber cómo nos sentimos al
respecto.
"¿Cómo os sentisteis cuando visteis vuestros nombres en la pantalla esta mañana?
¿Cuándo os disteis cuenta de que os enfrentaríais el uno al otro?"
"Nos enteramos la semana pasada", le dije.
La mirada enojada de Charles se estrecha sobre mí, y golpea algo en la pantalla en su
regazo, probablemente borrando lo que acabo de decir. "No puedes decir eso en cámara,
Wolfe"
"¿Por qué no? ¿No tiene el público derecho a saber que todo esto está amañado?"
"Si no vas a jugar limpio, podemos terminar esta entrevista aquí mismo" Charles parece
pensar que nos está amenazando.
Me encogí de hombros y me quedé de pie. "Genial. He terminado con esto"
"Siéntate," gruñe, y de repente el hombre que apenas he visto levantar la vista de su pantalla
en nueve semanas me está mirando con más amenaza de la que he visto incluso de muchos
de los hombres en el bullpen. "Vas a hacer esta maldita entrevista, o me encargaré de que
el arma que te dan en el cuadrilátero funcione mal, dejando que los dos se maten a golpes.
O morir en el hocico de un sabueso de metal. Puedes pensar que Kaya está a cargo, pero
yo soy tu maldito productor. Tus grabaciones se emiten de la forma en que yo quiero que
se emitan. Punto"
Graham toma mi mano y me tira hacia abajo a su lado, pero mira a Charles cuando habla.
"Haz tu pregunta de nuevo".
Evidentemente apaciguado, Charles golpea algo en su tableta, y la luz de la cámara
parpadea de nuevo en rojo. "¿Cómo os sentisteis cuando visteis vuestros nombres en la
pantalla esta mañana? ¿Cuándo os disteis cuenta de que os enfrentaríais el uno al otro?"
"Ese fue el peor momento de mi vida." Graham suelta mi mano y desliza su brazo alrededor
de mí. "Pero yo no cambiaría ni un segundo de lo que ha llevado a ello. Conocer a Sylvie ha
sido lo mejor que me ha pasado en la vida, y si tuviera que recibir la pena de muerte para
que eso ocurriera, que así sea. Si muero hoy, será con el corazón lleno y la conciencia
limpia".

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Luego me besa, y por un largo momento, mientras me pierdo en el gusto y el sentimiento

de él, olvido que el resto del planeta incluso existe. Que se jodan los espectadores, y Charles,
y el Alcaide, y la puta AU.
Puede que no nos queden muchos momentos juntos, pero este momento es nuestro.

∗∗∗∗∗∗∗
"ELLOS ENCONTRARON EL CUCHILLO", le susurra Graham a Sebastian cuando entramos
en el banquillo. Los luchadores de nivel dos ya están en la arena, golpeándose el uno al otro
con sus puños desnudos.
"Joder", jadea Sebastian. Luego se vuelve hacia mí. "Vas a tener que matarle".
Como si no supiera lo que se espera de mí.
"Vale, no puedo..." Me doy la vuelta y me alejo de los dos, me alejo de todos los que están
en la habitación, y termino frente a la ventana de observación, mirando directamente al
estadio. Pero no veo a los combatientes. No veo la arena, ni las pantallas curvas que cubren
la parte inferior de la pared de la arena. Yo no veo nada.
"Sylvie..." Sebastian dice, pero Graham interrumpe.
"Déjala en paz. Ella ya sabe todo lo que quieres decirle".
Con eso, me doy la vuelta y los tiro a los dos en un abrazo, con lágrimas desbordando mis
ojos. "Os quiero, chicos. Lo siento, pero yo sólo... necesito pensar"
"No hay nada en qué pensar, hermana", dice Sebastian.
"Vale. En serio." Los dejé ir y me limpié la cara. "Te amo. Y estoy agradecida de que estés
aquí. Pero tu parte en esto se acabó, Seb. Ya no necesito tu protección. Tienes que
concentrarte en tu propia lucha"
Por un segundo, parece que va a discutir. Luego asiente con la cabeza y me abraza con un
último abrazo, justo cuando uno de los luchadores de nivel dos pisa el cráneo de su
oponente en la arena.
"Te toca, Wolfe". Uno de los guardias mueve a Sebastián hacia la puerta con su pistola.
"Te quiero, hermanita". Sebastian me da un beso en la frente. "Nos vemos la próxima
temporada".
Le hago un gesto lloroso con la cabeza, porque no sé cómo responder de otra manera. Luego
se da la vuelta y sale por la puerta y se dirige a la arena.
No veo su pelea. Necesito pensar, y no estoy preocupada por él. Aparte de Graham, mi
hermano es el hombre más peligroso del equipo, y su oponente fue elegido para que se viera
más guapo, para prepararlo para la victoria de la próxima temporada.
Sebastian estará bien.
Me paso toda su pelea envuelta en el abrazo de Graham. Respirándole. Atesorando la
sensación de su cuerpo presionado contra el mío, no de una manera sexual, sino de una

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manera humana. Una manera reconfortante. No importa dónde esté, si él está conmigo,
estaré en casa. Y si todo va de acuerdo al plan, eso podría ser posible. Pero si algo sale
mal...
"Wolfe. Anderson", dice el mismo guardia. "Arriba"
En vez de dejarme ir, por un segundo, Graham apoya su frente contra la mía. "Haz lo que
tengas que hacer, Sylvie. Y que sepas que será una bendición". Me besa. Luego sale a la
arena, para recibir los aplausos de los prisioneros que forman el público en vivo.
Recubriendo la barrera de eslabones con un frenesí casi palpable. No puedo dejar de pensar
que al menos parte de eso es porque no importa cómo termine esta pelea, se librarán de
nosotros en el bullpen.
Y algunos de ellos, por supuesto, sólo quieren verme muerta.
El locutor dice mi nombre y yo sigo a Graham a la arena, ignorando los clips que se
reproducen en las pantallas que nos rodean. Desconecto el ruido de la multitud y el discurso
del locutor sobre la final, incluyendo el anuncio esperado de que quienquiera que gane esta
pelea saldrá de la arena hacia la población abierta con una sentencia conmutada por
cadena perpetua.
Sabemos todo eso.
Mientras el locutor habla, el dirigible flota sobre nosotros, proyectando momentáneamente
una sombra enorme y fría sobre nosotros. No puedo evitar preguntarme si el alcaide Shaw
está mirando desde arriba, a través del piso transparente.
Se abre una de las puertas que dan a la arena, y una línea de enormes sabuesos de metal
trota sobre la arena. Tres de ellos van a la izquierda y tres a la derecha, y luego se detienen
frente a nosotros, con sus colas de antena casi rozando las paredes de la arena, de modo
que nuestras muertes -si nos negamos a pelear- podrían venir de cualquier ángulo.
Ahora estoy segura de que el Alcaide está mirando.
El rugido de la multitud se desvanece en confusión mientras los reclusos descifran el
propósito de los sabuesos, pero el locutor no hace nada para iluminarlos. Sin duda Shaw
no quiere que el mundo sepa que ha tenido que amenazarnos para que participemos.
El locutor se queda en silencio. La multitud se queda quieta, mirándonos con una sed de
sangre que casi puedo sentir. Entonces el zumbador hace eco a través de la arena.
Graham y yo nos miramos fijamente. "Sylvie..." comienza, y se forman lágrimas en mis ojos.
No puedo evitarlo. "Nena, vas a tener que pegarme", susurra.
Él tiene razón. Va a haber un arma, pero no me la darán hasta que me la gane. Pero no
puedo hacerlo. No de esta manera. No puedo pegarle, sabiendo que se quedará ahí parado
y lo aceptará.
"Te quiero", susurra. "Ahora pégame, maldición".

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Parpadeo lágrimas de mis ojos. Luego giro en una patada que cae de lleno en su esternón.
Graham se tambalea hacia atrás, pero está sonriendo. Animándome. Vamos, bebé, parece
decir su mirada. Haz que me sienta orgulloso.
Le doy una patada otra vez, y otra vez vuelve a tropezar. Pero no quiere pelear conmigo. Así
que, empiezo a golpear, y con cada golpe, ennegrezco mi propia alma, así como sus ojos.
Cuando le partí el labio y le hice un moretón en la barbilla, las lágrimas caían por mis
mejillas.
"¡Devuélveme el golpe!" Grito, y en ese momento, lo digo en serio. Me odio por lo que le estoy
haciendo. Por el hecho de que no tengo elección. Por el hecho de que él prefiere que le golpee
hasta la muerte, o que le quite la vida, antes que ponerme una sola mano encima. "¡Graham!
¡Vamos!"
Lo pateo de nuevo, y esta vez me captura el pie. El ímpetu le hace retroceder, pero él me
empuja hacia adelante por la pierna.
Me caigo y me doy la vuelta. La arena rocía mi cara. Parpadeo y rechino los dientes, luego
me levanto, le lanzo golpe tras golpe a su torso, tratando de dar un buen espectáculo sin
lastimarle realmente. Me empuja una y otra vez, pero no me pega.
Y aun así el arma no llega.
"Vas a tener que hacerlo mejor que eso, Sylvie", susurra Graham cuando finalmente lo
pongo en el suelo, a horcajadas con mi brazo en su garganta. "No te dejarán terminar esto
hasta que les hayas dado un espectáculo"
"Bueno, entonces tendrás que defenderte", le dije.
"Lo sé. Lo siento mucho"
"Yo también". Y finalmente, me solté. Le lanzo un verdadero puñetazo a la cara, y aterriza
con un fuerte golpe y un rayo de dolor irradiando por mi brazo. Me lanza sobre su cabeza,
y yo caigo en la arena, pero me levanto en un instante, y ahora nos estamos rodeando el
uno al otro. La multitud está en ello, algunos de ellos animándome a mí, otros a él.
Le doy otro puñetazo, y él me agarra del brazo y me empuja hacia un abrazo, con la espalda
presionada contra su pecho. No puedo romperle el agarre, así que le vuelvo a meter la
cabeza en la nariz y el talón en la espinilla.
La sangre rocía la parte de atrás de mi cabeza, y él gorgotea a través de ella, y luego me deja
ir. Trato de patearlo de nuevo y me arranca los pies de debajo de mí.
Aterrizo de culo, y finalmente, oigo el suave y revelador rechinar de un motor debajo de mí.
La arena a mi izquierda se desplaza, y me doy vuelta para mirar justo cuando una pequeña
plataforma se levanta del suelo, la arena saliendo de ella para revelar mi arma.
Una pistola.
Sé sin que me digan que el gatillo sólo responderá a mi huella dactilar.
¿Y si Kaya no fuera capaz de hacer lo que le pedí? Empezó a decirme algo antes, antes de
que le cortaran el paso.

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¿Y si Charles ha dado por culo con el arma, para crear un drama para su producción?
Esto podría funcionar como lo planeé. O podría ir horrible, desastrosa, trágicamente mal.
Y voy a tener que apretar el gatillo, de cualquier manera.
Me paro y agarro el arma. La plataforma se hunde en la arena de nuevo mientras apunto
mi arma a Graham. Estoy respirando muy fuerte. Mi pulso está rugiendo en mis oídos.
Graham se limpia la sangre de su labio superior con su brazo desnudo, mirándome a través
de dos ojos negros. Respirando por la boca para evitar que se le rompa la nariz. "Sylvie.
Hazlo"
"No" Me alejo de él, las lágrimas me llenan los ojos para que parezca estar flotando. "No
puedo" No puedo arriesgarme. Si algo sale mal...
Los sabuesos se adelantan como uno solo, una amenaza silenciosa y aterradora que cierra
su círculo a nuestro alrededor.
"¡Sylvie!" Graham siseos. "Sólo hazlo. ¡No voy a dejar que te mueras aquí! No de esta
manera!"
Echo la cabeza hacia atrás y un grito me raspa la garganta con la fuerza de mi rabia. De mi
dolor.
Le grito a la multitud. Le grito al dirigible, y a todos los ejecutivos con trajes y vestidos
bebiendo champán. Grito a las cámaras, a la gente de toda la galaxia que mira en directo,
esperando a verme matar a un hombre que significa más para mí que mi propia vida. "¡Que
os jodan a todos!" Grito. "¡Espero que todos os queméis en el infierno!"
Apunto el arma. Entonces aprieto el gatillo.
Graham cae de espaldas sobre la arena.
La multitud se vuelve loca.

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 24
SYLVIE
"¡BUENA SUERTE!" Kaya me abraza fuertemente, pero apenas siento la presión de sus
brazos. "Colé algunas cosas especiales en tu bolsa", susurra en mi oído a través de mi pelo
recién lavado con champú. "Algo de comida. Jabón. Y algo un poco más....práctico"
"Gracias", murmuro. Pero ni siquiera estoy segura de por qué se lo agradezco. No puedo
recordar lo que acaba de decir. No he tenido un pensamiento coherente en las últimas tres
horas.
Kaya finalmente me deja ir y retrocede, doblando sus manos bajo su barbilla, y sus talones
se hunden en la hierba de color oxidado. Estoy en un nuevo uniforme de prisión, agarrando
un paquete de suministros completamente nuevo, a segundos de ser liberada en un planeta
lleno de criminales donde pasaré el resto de mi vida luchando por sobrevivir. Para proteger
mis escasas posesiones. Y ella sigue vestida como si fuera de camino a una maldita fiesta
en el yate.
En realidad, va de camino a una fiesta en el dirigible.
"Retrocede y dame una buena oportunidad", le dice Charles a su cámara. Está a sólo unos
metros de distancia, pero me está mirando en la pantalla con las manos, en lugar de mirar
hacia arriba para verme. Y de repente entiendo que ese es su mecanismo de defensa.
Si alguna vez nos ve como personajes en una historia jodida que está contando, no tendrá
que pensar en nosotros como personas. No tendrá que pensar en las cosas que está
ayudando a la AU a hacernos. Por eso se enfadó tanto cuando arruiné su entrevista. Inserté
la realidad en el universo de ficción en el que vive, y por un momento, eso jodió no sólo su
producción, sino su valoración de sí mismo como ser humano.
Si yo soy una persona real, el héroe de mi propia historia, entonces él es el villano. Y eso
no es algo que él esté listo para ver.
"Concéntrate en el transbordador", ordena Charles, justo cuando la nave comienza a
aterrizar frente a mí. No hay puertas en los muros alrededor de la zona uno, así que tengo
que ser elevada por encima de ellos.
La puerta se pliega y reconozco a uno de los guardias que me espera para subir por la
rampa. Se llama Cottrell. Es uno de los guardias que me dejó aquí, hace nueve semanas.
Parece apropiado que ahora vaya a ser uno de los guardias que me liberen.
En la medida en que todo esto pueda parecer apropiado.
Subo a la lanzadera sin mirar atrás. Cuando despega, me quedo de espaldas a las ventanas.
No quiero volver a ver la zona uno.
"Te he estado apoyando, Wolfe", me dice Cottrell.

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"Vete a la mierda". Crucé el transbordador para mirar por las ventanas del otro lado, con la
esperanza de ver el terreno en la zona tres antes de que me dejaran. Estoy buscando un
hito en particular....
Cottrell se ríe. "Fría como el granito, y el doble de dura", dice. "No me extraña que hayas
salido"

∗∗∗∗∗∗∗

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Capítulo 25
GRAHAM
EL SOL BRILLA a través de mis párpados cerrados. Parpadeo, y la luz del día golpea mi
cerebro como un juego de cuchillos atravesando mis nervios ópticos. Me doy la vuelta y
siento la hierba dura y áspera bajo mis manos. Debajo de mi pecho desnudo. Parpadeo, y
el suelo se enfoca.
Entonces lo huelo.
Pudrición. Decadencia. El horrible hedor de la carne dejada al sol.
Me pongo de pie cuando percibo un suave zumbido, y es entonces cuando veo los cuerpos.
Docenas de ellos. Tal vez cientos. Se encuentran en el suelo a mi alrededor, unos solos,
otros en pequeños montones.
El zumbido es de moscas. Se arrastran por todos los cadáveres. A mi izquierda, una
pequeña criatura canina, hiena, arranca un trozo de carne de uno de los cuerpos menos
maloliente.
Conozco este lugar, aunque sólo lo he visto desde arriba, a través del suelo transparente
del dirigible. Es donde se tiran los cuerpos en la zona tres, donde tiran los cadáveres de
todos los hombres que mueren en el bullpen. O en la arena.
Me paro y me miro a mí mismo, y todo vuelve a mí cuando veo los moratones. Cuando
siento la sangre en mi cara. El dolor en mi nariz, y en mi barbilla.
Sylvie. La arena.
Ella me disparó. Buena chica.
Entonces, ¿por qué diablos sigo vivo?
Uno de los moretones de mi pecho no es sólo un moretón. Es una quemadura, como una
quemadura solar, pero más concentrada. Se parece a aquella con la que me desperté la
mañana después de que los guardias se la llevaron de nuestra celda.
Mierda. Ella me aturdió. Un cortocircuito eléctrico tan fuerte que apagó todas las funciones
del motor. Durante horas, claramente. ¿Cómo diablos...?
"¡Graham!"
Me giro hacia su voz y veo una silueta -que reconocería en cualquier lugar- que se asoma a
la colina, retroiluminada por el sol de la mañana.
"¡Graham! ¿Dónde estás?"
"¡Aquí!" Mi voz está ronca. Mi lengua está tan seca que apenas puedo moverla. "¡Estoy aquí!
¡Sylvie!" Paso por encima de los cuerpos, y me dirijo hacia ella.

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 SERIE PRISON PLANET 03
EMMY CHANDLER
CHAMPION

"¡Graham! ¡Oh, Dios mío!" Ella corre hacia mí, y la atrapo a pesar del dolor en que se ha
convertido todo mi cuerpo. Ese fue un infierno de aturdimiento. "Oh, Dios, no estaba segura
de que funcionara. No estaba segura de que no se dieran cuenta y te mataran después de
sacarte del ring. Pensé..." Luego, su boca encuentra la mía, y de repente nos besamos como
si no nos hubiéramos visto en semanas. Aunque seguramente no pueden haber sido más
de unas pocas horas. El sol acaba de salir.
Seguro que la pelea fue anoche.
"¿Cómo diablos hiciste esto?" Exijo acercándola. Reteniéndola contra mí.
Se encoge de hombros en mi abrazo, con sus brazos alrededor de mi pecho. "Pedí un favor.
Kaya se aseguró de que yo consiguiera una pistola de sacudidas, en lugar de una pistola
láser, y dijo que podía asegurarse de que el escenario no te matara. Pero no tenía ni idea de
si funcionaría o no. Si Kaya o Charles nos engañarían o no. O si el Alcaide haría que te
dispararan de nuevo, sólo para estar seguros".
Ahora entiendo sus lágrimas. Tuvo que dispararme sin saber si me salvaba la vida o me la
quitaba.
"Se acabó", susurro, enterrando mi cara en su pelo. Respirándola. "Mierda, se acabó".
"Sí" Ella me sonríe. "Larguémonos de aquí. Este lugar huele peor que el bullpen"
"¿A dónde quieres ir?" Pregunto mientras viramos alrededor de un cuerpo hinchado y
podrido, dirigiéndonos hacia un trozo de bosque en la distancia, y la sombra que traerá.
"No lo sé. A todas partes. Vi un hermoso océano de color óxido desde el transbordador,
cuando me trajeron aquí desde la Estación Alfa. ¿Crees que podremos llegar a él? Me
encantaría ver la playa".
No tengo ni idea de si la zona tres limita o no con el océano, pero si no lo hace, no tengo
ninguna duda de que ella pensará en una manera de llevarnos allí. "No puedo esperar a
verte en bikini"
Ella se ríe. "Sabes que no tengo un traje de baño, ¿verdad?"
"Bueno, entonces, supongo que tendremos que conformarnos con tu traje de nacimiento.
Ese siempre ha sido mi favorito, dentro de tu extenso guardarropa".
"Bueno, entonces, te espera un gran desfile de moda, tan pronto como encontremos un
lugar para dormir"
Me río mientras tomo su mano. Estamos vivos. Estamos juntos. Eso es más de lo que podría
haber esperado.
Nunca la dejaré ir de nuevo.

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