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Actitud y aptitud ante la prevención de riesgos laborales

1. Título
2. Índice
3. Desarrollo del trabajo
4. Conclusiones
5. Bibliografía
6. Anexos

1-Actitud y aptitud ante la prevención de riesgos laborales

2- Índice

Introducción al trabajo

La prevención de riesgos laborales, necesidad, …

Las condiciones de trabajo

El factor humano

3- Desarrollo

Introducción

“El hombre es un ser social por naturaleza”, esta es una declaración hecha por el filósofo
Aristóteles (384-322, a.de.C.) que pone de manifiesto que el hombre necesita relacionarse con
sus semejantes para poder desarrollarse a nivel emocional, intelectual y sobrevivir frente a
peligros y obtener alimentos para comer. La convivencia con los demás es necesaria para poder
formar una sociedad en la que cada miembro participa y comparte actividades que generan
riquezas y bienestar para todos, lo que permite a cada miembro satisfacer sus necesidades
básicas, mejorar sus condiciones de vida y nivel de salud.

La prevención de riesgos laborales, necesidad, condiciones de trabajo y protección

El trabajo como necesidad humana es una actividad que le permite conseguir todo esto y en la
actualidad, la gran mayoría de las personas trabajan por cuenta ajena, en empresas de todas
clases que desarrollan una infinidad de actividades, lo que origina que el hombre, convertido
ahora en trabajador, se enfrenta a una infinidad de riesgos asociados a las múltiples tareas que

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desempeña. Para hacer frente a los efectos negativos producidos por esta actividad laboral
sobre la salud de los trabajadores, materializados en lesiones, accidentes e enfermedades, se ha
hecho necesario reducir los riesgos inherentes a cada tipo de tarea, para proteger el trabajador
y mejorar las condiciones de trabajo en la que realiza su tarea.

La prevención de los riegos laborales es una actividad regida por leyes, como la Ley 31/1995, de
8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) y constituye un marco legal para
promover la seguridad y la salud de los trabajadores, mediante la aplicación de medidas y
desarrollo de actividades necesarias para la prevención de riesgos laborales. La prevención
busca reducir o evitar el riesgo, y si no es posible eliminar completamente el riesgo, se adoptan
medidas en la vía de transmisión del peligro. En cuanto a la protección del trabajador, es
diferente a la prevención porque no busca en evitar el riesgo, sino reducir sus consecuencias.
Por ejemplo, si no se puede evitar trabajar con una máquina que genera un nivel sonoro
demasiado alto, dañino para un el oído, el trabajador utilizará medidas de protección individual
como tapones para los oídos o cascos para reducir el ruido a niveles aceptables para los oídos,
que no dañen este sentido.

Sin embargo, si no existe una colaboración, una actitud por parte de los trabajadores en pro del
uso de los equipos individuales de seguridad, es difícil luchar contra las enfermedades y
accidentes laborales. Por estas razones es importante que se realice una evaluación de los
riesgos presentes en los puestos de trabajo para poder adaptar el puesto de trabajo al
trabajador, según sus características.

Las condiciones de trabajo, en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, están definidas


en el artículo 4.7 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales
(LPRL), y se entenderá como “condición de trabajo” cualquier característica del mismo que
pueda tener influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y la salud del
trabajador, como puede ser las características de los locales, equipo y productos presentes en
el centro de trabajo, la naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos, los
procedimientos y otras características del trabajo relativas a la organización o ordenación del
mismo.

Para bien darse cuenta de los riesgos presentes en cada puesto de trabajo, que pueden dañar la
salud del trabajador, es importante tener en cuenta las condiciones ambientales en las que
trabaja, para comprender que pueden causarle enfermedades o deteriorar su salud. En este
sentido, la Higiene Industrial evalúa las condiciones ambientales de manera preventiva,
identificando los factores ambientales y evaluando los riesgos higiénicos, comprobando que
cumplen los estándares de seguridad establecidos y estableciendo los controles periódicos si
necesarios, así como la implantación de medidas en caso que no se cumplan los estándares. Una
particularidad de estas técnicas es que estudia los puestos de trabajo en función de los
trabajadores que lo ocupan, pudiendo mejorar las condiciones de trabajo para que el trabajador
no vea la calidad de su salud comprometida, en particular la presencia de contaminantes que
sean físicos, químicos o biológicos y los riesgos debidos a una exposición que pueden ocasionar
enfermedades profesionales o dar lugar a patologías, como las reconocidas en el Real Decreto
1299/2006, clasificadas en 6 grandes grupos y todas en relación con la exposición a agentes
contaminantes físicos, químicos y biológicos. Estos riesgos pueden verse reducidos o anulados
según el comportamiento del trabajador, la aceptación de las normas de seguridad y la puesta

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en práctica de medidas de protección por su parte, otra vez vemos la relación entre la actitud
del trabajador frente a la prevención y su aptitud para saber adoptar esas medidas.

Es importante señalar que, para contribuir a disminuir el riesgo en el ámbito laboral, no


solamente se evalúan los riesgos de manera preventiva, sino que se investigan los accidentes
ocurridos y se buscan las causas. Las técnicas de seguridad son un conjunto de técnicas analíticas
que sirven tanto para la prevención como la protección y buscan proteger al trabajador y evitar
que se repita un accidente. Sin adentrarnos en profundidad en esta materia, podemos decir que
estas investigaciones de accidentes estudian las sucesiones de causas que los provocaron,
teniendo en cuanta tanto los factores técnicos como los factores humanos, y por consecuente
la relación entre los accidentes y el comportamiento de los trabajadores involucrados en los
sucesos. Entre las técnicas utilizadas para determinar las causas de los accidentes, se utiliza la
del árbol de causas, que contempla las múltiples causas que dieron lugar a un accidente y facilita
enormemente la detección de las mismas, y cuyas conclusiones sirve para tomar medidas
preventivas para luchar eficazmente contra los riesgos que se presentan en situaciones
parecidas.

Aunque actualmente se tiene en cuenta el factor técnico, en concreto, es el entorno y las tareas,
constituidos a su vez por las características de los locales, instalaciones, equipos y productos, la
naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos, los procedimientos para la utilización de
estos agentes, además de la organización y ordenación de las tareas, hay que tener igualmente
en cuenta lo que es sin lugar a duda el mayor factor, sin el cual la prevención no tiene ningún
sentido de existir: el factor humano.

El factor humano

Este factor humano, que está directamente relacionado con los accidentes laborales, constituye
un elemento clave para poder entender la razón de los accidentes y enfermedades y en el que
es muy difícil actuar, por la propia naturaleza del ser humano, que hace que dos individuos
cualesquiera tienen características fisiológicas y psicológicas propias, sus propias creencias y
costumbres, sus conocimientos propios y sus destrezas particulares que les diferencian el uno
del otro, lo que obliga a tenerlas en cuenta en la planificación de la prevención, para que ésta
surja efecto y se reduzcan los riegos laborales de cada trabajador en cualquier puesto de
trabajo.

Cada individuo tiene un comportamiento diferente frente a la tarea que desempeña,


influenciado por todos los elementos que acabo de señalar y que hacen que la percepción del
riesgo de cada individuo es diferente, y muy a menudo subjetiva, lo que produce conductas
inapropiadas e inseguras cuyas consecuencias son perjudiciales para su seguridad y la de los
demás, además que ocasiona pérdidas económicas y materiales para la empresa, tachando su
imagen interna e externa.

Podemos considerar que, para poder defender satisfactoriamente un puesto de trabajo, un


individuo debe tener dos cualidades indispensables, una actitud adecuada y una aptitud para
desempeñar el puesto de trabajo, estas dos cualidades están intrínsecamente relacionados y se
combinan para que el trabajador pueda realizar adecuadamente su trabajo

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Tenemos por una parte la actitud, un comportamiento propio frente a la tarea que desempeña
y que no es más que la manifestación física o material de su actitud psicológica, esa que cada
individuo ha construido progresivamente y que conforma su carácter, su personalidad y
voluntad, la que hace que reaccione de una manera propia frente a una situación dada, es
decir una posición íntima y sincera, una forma característica de enfrentarse a los desafíos que
se cruzan en su camino, en concordancia con sus creencia o de la del grupo al que pertenece, y
por supuesto por la influencia de su formación. Todo ello le permite construir una visión
individual del mundo, que a menudo no corresponde siempre con la realidad de la situación
laboral en la que se encuentra y que le hace tomar decisiones erróneas que tienen
consecuencias graves para su salud. Podemos decir que las actitudes son esquemas mentales a
partir de los cuales las personas perciben el entorno en el que viven y que se alimentan de los
conocimientos adquiridos y de sentimientos van acumulando a lo largo de su vida.

Esta actitud es la que crea los conflictos con las normas establecidas por la empresa, lo que hace
que un trabajador se niegue a utilizar los equipos individuales de seguridad, porque chocan con
sus creencias y conocimientos que tiene en ese momento y que no le motivan para aceptar esas
normas.

De hecho, un estudio reciente, basado en los datos recogidos par el INSST y las Comunidades
Autónomas, ha analizado la influencia del factor humano en la aparición de los accidentes de
trabajo y ha puesto de manifiesto que el factor humano está presente en los accidentes y que
representa hasta un 14% del total de las causas, no siendo las causas principales. Los factores
de comportamiento o actos inseguros más frecuentes fueron los siguientes:

• La permanencia de algún trabajador dentro de una zona peligrosa o prohibida


• La no utilización de equipos de protección individual proporcionados por la empresa
• El incumplimiento de las normas de seguridad
• El incumplimiento de procedimientos e instrucciones de trabajo

Por estas razones se ha impulsado un estudio del factor humano desde una perspectiva
psicosocial, no solamente para comprender las conductas y actitudes de los trabajadores sino
también para estudiar sus efectos en los accidentes laborales, cuya mayoría de ellos están, según
la opinión de los trabajadores, provocados por el exceso de confianza, las costumbres, los
descuidos, las negligencias e imprudencias, además de una falta de formación frente a la tarea
y representan un 25% de las causas de riesgo de accidentes, como lo demuestran los últimos
estudios realizados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo (ENCT).

6 cambios

Debemos señalar que, en el ámbito de la Psicología de la Salud, se estudia el comportamiento


de los trabajadores, y entre los enfoques existentes, existe un consenso en destacar la relevancia

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de los modelos cognitivos basados en el enfoque expectativa-valor, sin embargo, son difíciles de
trabajar. Por otro lado, los modelos teóricos basados sobre etapas de cambio, integran variables
cognitivas que permiten aportar directrices para el diseño de información preventiva. Se utiliza
un instrumento de evaluación llamado Evaluación de la Etapa de Cambio de Actitud de los
Trabajadores Hacia la Prevención de Riesgos Laborales (EECAT-PRL), recogido en la NTP 580,
que consiste en un cuestionario, cuyo objetivo es diagnosticar etapas de cambio conductual, es
decir saber en qué etapa se encuentra el trabajador en cuanto a su actitud hacia la prevención,
lo que permite establecer unas acciones para motivar a los trabajadores a cambiar sus actitudes
frente a la prevención de riesgos laborales.

Como las actitudes se adquieren y fortalecen a lo largo de la vida, se anclan en el psiquismo del
individuo y por lo tanto son muy difíciles de cambiar. Para remediar a la diversidad de actitudes
de los trabajadores frente a una realidad concreta, los servicios de prevención de riesgos
laborales han propuesto de poner en práctica las teorías del cambio, como la de Kurt Lewin o
Edgar Shein.

Edgar Shein, ha desarrollado su teoría llamada “Cambio Planificado” que pretende


“reprogramar” un individuo a lo largo de cuatro fases. Se trata básicamente de fundamentar
una nueva actitud borrando la anterior. Para lograrlo, la primera fase consiste en fundamentar
la nueva actitud, justificarla, por ejemplo, llevar puesto el casco o las gafas de seguridad. Para
ello, hay que estimular al trabajador para que crea necesario llevar puesto el caso. Esta fase se
apoya en la visualización de películas, clases de formación, charlas de seguridad, concursos de
seguridad, entre otros medios utilizados. La segunda fase está dirigida a personalizar la actitud,

el decir que el trabajador debe sentir que lo que le proponen es útil para él, que lo necesita de
verdad. Para tener éxito, esta fase necesita la participación activa del trabajador para que éste
tenga un sentimiento de culpabilidad al seguir trabajando con sus hábitos actuales y sienta la
necesidad de adoptar la nueva medida de prevención propuesta. Para conseguir buenos
resultados, la empresa ofrecerá una formación sobre métodos de trabajo seguros, una
supervisión constante, manuales de prevención, participación a charlas y mítines, premios y
reconocimientos de las contribuciones personales, todo ello con el propósito de operar un
cambio en los hábitos des trabajador y premiarlo. La tercera fase consiste en fijar los cambios.
Se organizarán discusiones acerca de accidentes reales, proyección de películas con fuerte
contenido emocional, demostraciones reales de interés por parte de la dirección de la empresa,
haciendo de la seguridad en el trabajo un objetivo prioritario. Para terminar, la cuarta fase la
constituye el mantenimiento de los recién adquiridos cambios conductuales, a través de una
formación grupal en términos de prevención de riesgos laborales y observación de las actitudes.
Por supuesto, para que esta teoría se haga realidad en los trabajadores, es necesaria su completa
participación y la aceptación de las medidas propuestas por la empresa. Además, es
imprescindible que los trabajadores sientan que esas medidas están elaboradas para el bien de
su salud y el de la empresa, al final, tanto la empresa como los trabajadores salen ganando.

Como acabamos de ver, la adopción de conductas seguras se logra a través de una labor
individual, modificando la estructura interna del trabajador, sus creencias, costumbres,
personalidad. También se trabaja a nivel grupal, porque el grupo tiene una potente influencia
en los individuos que lo componen. Por fin, hay un importante trabajo a nivel institucional para
poner en pie esos programas que visan principalmente a reducir los accidentes laborales a través
del cambio de actitud de los trabajadores respeto a la prevención de riesgos laborales y reducir
de esta forma la siniestralidad laboral. Estos programas permiten también investigar el factor

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humano y la labor de los supervisores que participan en la gestión de la prevención de los riesgos
laborales.

La segunda cualidad de un trabajador es la aptitud, que informa sobre la capacidad que tiene
una persona para desarrollar una actividad determinada, es decir, poder hacer y saber hacer su
tarea correctamente. La aptitud de un trabajador depende, por un lado, de sus características
físicas y fisiológicas como puede ser su constitución, edad, destreza, fuerza, capacidad auditiva
y visual, y por otro lado de sus características psicológicas tales como su memoria capacidad de
concentración, entrenamiento y capacidad física. Hay que tener en cuenta la aptitud psicológica
del trabajador, que se refiere a las capacidades que tiene para poner sus conocimientos a
contribución en sus aprendizajes, por ejemple aprender más rápidamente. En relación con un
puesto de trabajo, la aptitud es la capacidad para desempeñar una tarea con la habilidad
necesaria y cumplir con las necesidades que requiere este puesto de trabajo, sin embargo, la
aptitud de un trabajador se puede mejorar, a través de la formación y del esfuerzo personal,
reforzando sus cualidades y habilidades iniciales.

La valoración de la aptitud, en lo que se refiere al aspecto físico/fisiológico es una de las tareas


de la medicina del trabajo, que se ocupa de la vigilancia de la salud, se sirve de un
reconocimiento médico, es decir una exploración física, un control biológico a partir de muestras
de fluidos corporales, los datos de anamnesis del trabajador, para comprobar que no exista
ningún impedimento de tipo medical para que el trabajador desempeñe su labor en un puesto
de trabajo determinado. Las encuestas de salud, estudios de absentismo y accidentes de trabajo,
así como las enfermedades se llevan a cabo para un análisis, interpretación y utilización
posterior en la planificación, implementación y evaluación de programas de salud.

En lo ateniente a la aptitud profesional, el trabajador tiene que demostrar que es capaz de


acometer su tarea de manera satisfaciente y aquí entran en juego otros factores que los
meramente biológicos. La vigilancia de la salud permitirá detectar los trabajadores sensibles y
facilitará la adecuación o la idoneidad o no del trabajador con su puesto de trabajo.

La labor de un director de hospital

A continuación, vamos a conocer cómo la actitud y aptitud que pueden manifestarse para un
puesto de trabajo en concreto, el de director de un hospital público.

En cuanto a la aptitud, el puesto de director de hospital, que representa la autoridad superior,


exige una completa dedicación y una gran vocación de servicio además de un conocimiento
medical, económico y financiero, es decir tener una cierta capacidad y preparación, tanto
fisiológica como intelectual, para hacer frente a los desafíos diarios. El director de un hospital
debe liderar los hombres y mujeres que están bajo su mando, dirigiéndolos en la dirección
correcta y mostrar transparencia en todas sus decisiones, saber gestionar los recursos
disponibles y llevar una organización estricta. Debe saber tomar las decisiones correctas para
garantizar la continuidad en el funcionamiento de los servicios prestados, saber elaborar
informes periódicos, y mantener una serenidad ejemplar en casos de crisis o urgencias y saber
explotar los recursos existentes en beneficio del paciente.

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La actitud que debe tener un director de hospital es la de un hombre de voluntad, con
temperamento marcado por la motivación, el interés por mejorar las condiciones de trabajo,
mejorar el rendimiento del personal y sacar provecho de los recursos disponibles. Debe ser
amable, pero hacer su trabajo con determinación y rigor, promover el trabajo en equipo,
motivar los trabajadores y ser justo con su equipo, ser una persona abierta, dispuesta al diálogo
y estar abierto a los cambios.

Conclusión

Este trabajo individual me ha permito ver los aspectos relacionados con el factor humano en
relación a la prevención de riesgos laborales y comprender que es necesario actuar sobre el
comportamiento de los trabajadores para que adopten medidas preventivas, lo que reduciría
drásticamente las enfermedades profesionales y los accidentes laborales. Sin embargo, esta
tarea no es fácil porque el trabajador tiene un bagaje emocional y conductual muy arraigado.
Querer operar cambios en él obliga a utilizar estrategias psicológicas para modificar la forma de
pensar de los trabajadores, fuertemente condicionada por sus creencias y por el entorno en el
que se ha desarrollado. Los esfuerzos de los servicios de prevención, la colaboración de la
medicina del trabajo, de la higiene industrial y un cuadro legislativo específico permiten
promover la seguridad y la salud de los trabajadores, siempre en la medida que éstos adopten
una actitud favorable respeto a las medidas preventivas y una aptitud para poder comprender
que estas medidas están dirigidas a promover su seguridad y por lo tanto ser capaces de aceptar
estas medidas que ayudan a combatir los riesgos inherentes a sus puestos de trabajo.

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