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Vasculitis crioglobulinémicas
D. Saadoun, A.-C. Desbois

Las vasculitis crioglobulinémicas son vasculitis sistémicas relacionadas con depósitos vasculares de
complejos inmunitarios secundarios a la presencia de una crioglobulina. Las crioglobulinas son inmu-
noglobulinas (Ig) que tienen la propiedad de precipitar con el frío y de solubilizarse de nuevo durante el
calentamiento. Su composición y su presentación clínica varían dependiendo de su tipo. Las crioglobulinas
de tipo I están compuestas por una Ig monoclonal, mientras que las crioglobulinas II y III (denominadas
«mixtas») están compuestas por una Ig monoclonal asociada a Ig policlonales (tipo II), o bien única-
mente de Ig policlonales (tipo III). Las causas de las crioglobulinemias son diversas, dependiendo del tipo
de crioglobulinas. Las crioglobulinas de tipo I se relacionan con una hemopatía (linfoma, mieloma) o
con una gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI). Las crioglobulinas mixtas se asocian
en la mayoría de los casos a una hepatitis C y, con menos frecuencia, a enfermedades autoinmunitarias
(lupus, síndrome de Sjögren) o a una hemopatía linfoide. Las principales manifestaciones clínicas consis-
ten en signos sistémicos (astenia, fiebre, etc.), signos cutáneos (púrpura, síndrome de Raynaud, necrosis
cutáneas), así como afectaciones articulares, neurológicas (polineuropatías) y renales (glomerulonefritis
membranoproliferativa). Las afectaciones renales, neurológicas y, en menos ocasiones, cardíacas y diges-
tivas, son responsables de la gravedad de la enfermedad. El tratamiento es esencialmente el de la causa
(tratamiento de la hemopatía, etc.) de la crioglobulina asociado a medidas sintomáticas (exclusión del
frío, analgésicos, etc.). Las crioglobulinas asociadas a la hepatitis C requieren la erradicación del virus,
que es el auténtico desencadenante de la vasculitis, así como la administración de anticuerpos anti-CD20
en las formas graves. El tratamiento de las crioglobulinas mixtas no infecciosas no está bien codificado,
pero suele consistir en una corticoterapia asociada a un inmunosupresor o al anticuerpo anti-CD20.
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Palabras clave: Vasculitis; Crioglobulina; Hepatitis C; Hemopatía; Afectación renal; Púrpura; Neuropatía

Plan  Introducción, definición


■ Introducción, definición 1 Las crioglobulinas son inmunoglobulinas (Ig) que tienen la pro-
Clasificación clínico-inmunológica 1 piedad de precipitar con el frío y de solubilizarse de nuevo durante
Demostración de la crioglobulina 2 el recalentamiento. Esta definición permite distinguir las crioglo-
■ Vasculitis crioglobulinémicas: presentación clínica 2 bulinemias de las otras crioproteínas: los criofibrinógenos y las
Afectaciones cutáneas 2 aglutininas frías.
Afectaciones articulares 2
Afectaciones renales 2
Afectaciones neurológicas periféricas 3 Clasificación clínico-inmunológica
Otras manifestaciones mucho menos frecuentes 3
■ Anomalías biológicas 3 Desde 1974, la clasificación de J.-C. Brouet [1] es la más utilizada
y se basa en el análisis inmunoquímico de las crioglobulinemias,
■ Etiología de las crioglobulinemias 3 que permite definir tres tipos:
Crioglobulinemias de tipo I 3 • las crioglobulinemias de tipo I están compuestas por una Ig
Crioglobulinemias mixtas, tipo II o III 4 monoclonal única. Suele tratarse de una IgM o una IgG. Las
■ Fisiopatología 4 concentraciones son muy elevadas en ocasiones, del orden de
■ Evolución y tratamiento 5 varios gramos por litro;
Crioglobulinemias de tipo I 5 • las crioglobulinemias de tipo II están compuestas por Ig poli-
Crioglobulinemias mixtas 5 clonales asociadas a uno o varios componentes monoclonales.
En la mayoría de los casos, la Ig monoclonal es una IgM

EMC - Tratado de medicina 1


Volume 19 > n◦ 4 > diciembre 2015
http://dx.doi.org/10.1016/S1636-5410(15)74692-1
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asociada a IgG policlonales (crioglobulinemia mixta mono- Cuadro 1.


clonal). Cuando se aíslan por separado, ninguna de estas Ig Principales manifestaciones clínicas, biológicas y patológicas asociadas a
precipitan en frío. La IgM monoclonal puede unirse a la frac- las crioglobulinemias en función de su tipo inmunoquímico (I: monoclonal
ción Fc de las IgG y a su fragmento F(ab’)2, actuando como puro; II: mixto con un componente monoclonal; II: mixto policlonal) [3–5] .
un factor reumatoideo. Estas numerosas interacciones quími- Tipo inmunoquímico I II-III VHC+ II-III VHC–
cas confieren una gran estabilidad al complejo IgG-IgM. Este
complejo se comporta como un complejo inmunitario. La IgM Piel
está fijada al fragmento Fc de las IgG policlonales, que están Púrpura 69% 77-90% 75%
unidas a su vez a un antígeno (p. ej., genoma viral de la Raynaud 30% 30-40% 26%
hepatitis C);
Úlceras/necrosis distales 28/27% 4-15/1-5% 16%
• las crioglobulinemias de tipo III constan únicamente de Ig poli-
clonales y pueden componerse de una asociación de IgM y Urticaria por frío 100% 10% –
de IgG policlonales (crioglobulinemia mixta policlonal). Son Livedo 13% 4-10% 4%
frecuentes y en ocasiones se detectan en personas sanas, en con- Articulaciones
centraciones bajas y con un significado clínico incierto cuando Artralgia/artritis 28% 53-80% 40%
no existe ningún contexto particular.
Afectación neurológica
Esta clasificación inmunoquímica permite guiar en parte la
búsqueda de la etiología. Las crioglobulinemias de tipo I (25- Neuropatía periférica 44% 74% 52%
35%) suelen asociarse a una hemopatía maligna linfoide B. Las Afectación central 0% 6% 0%
crioglobulinemias mixtas (65-75%) se asocian a las hemopatías Afectación renal 30% 32% 35%
linfoides B, pero también a las enfermedades autoinmunitarias y a Síndrome nefrótico – 20% –
enfermedades infecciosas (en particular aquéllas durante las cua-
Insuficiencia renal – 40% –
les el agente patógeno permanece durante mucho tiempo en el
organismo, con una mención especial al virus de la hepatitis C Hipertensión arterial – 40% –
[VHC]). En algunas crioglobulinemias mixtas, no se encuentra Afectación digestiva 0% 3-8% 5%
ninguna causa y el cuadro se cataloga como «crioglobulinemia Afectación cardíaca 3% 2%
mixta esencial» (15%). Afectación pulmonar 3% 2%

VHC: virus de la hepatitis C.

Demostración de la crioglobulina
Afectaciones cutáneas
La demostración de una crioglobulina requiere varias pre-
cauciones importantes. Para evitar la formación prematura del La púrpura vascular suele ser la primera manifestación. Evo-
crioprecipitado, la muestra sanguínea debe transportarse obliga- luciona en episodios agudos sucesivos intermitentes y comienza
toriamente a 37 ◦ C hasta el laboratorio, donde la centrifugación siempre en los miembros inferiores, con la posibilidad de exten-
se realiza a 37 ◦ C. Una vez centrifugado, el suero se conserva en derse al abdomen. El tronco y los miembros superiores se afectan
frío a 4 ◦ C durante 8 días, para no pasar por alto un precipitado en menos ocasiones y la cara queda respetada. Se produce a
tardío. Después de haberlo disuelto mediante recalentamiento, el menudo en los períodos invernales. Se trata de una púrpura no
crioprecipitado se purifica y su contenido se separa mediante elec- pruriginosa, infiltrada, de aspecto petequial o papular y que puede
troforesis, tras lo que se tipifica mediante inmunoelectroforesis, ser necrótica, sobre todo en las crioglobulinemias de tipo I. Cada
lo que permite utilizar la clasificación descrita previamente. Las episodio agudo purpúrico persiste durante 3-10 días, dejando una
técnicas más sensibles, como la inmunofijación o inmunotrans- hiperpigmentación parduzca como secuela. Los episodios agudos
ferencia (Western blot) permiten una determinación ponderal de pueden desencadenarse por el ortostatismo, los esfuerzos prolon-
las Ig del precipitado. La crioglobulinemia suele ser muy varia- gados, la exposición al frío e incluso un traumatismo. También
ble en un mismo paciente. No existe un paralelismo entre la puede adoptar un aspecto violáceo, necrótico y doloroso, lo que
importancia de los signos clínicos y la cantidad de crioglobu- hace temer la evolución hacia una úlcera. Estas últimas plantean
lina presente en el suero, aunque, en promedio, los pacientes problemas terapéuticos difíciles.
sintomáticos tienen concentraciones más elevadas que los no La urticaria por frío es una erupción urticariforme sistémica,
sintomáticos [2] . de evolución crónica, cuyas placas se mantienen fijas más de
El mecanismo de crioprecipitación no se conoce con detalle. 24 horas, sin prurito, y que se desencadena por una disminución
Varía con ciertos parámetros del medio, como la concentración de relativa de la temperatura exterior, e incluso por la prueba del
Ig, el potencial hidrógeno (pH), la fuerza iónica, la temperatura, hielo sobre el antebrazo.
pero también la carga eléctrica que depende directamente de las El 25% de los pacientes desarrollan un síndrome de Raynaud
secuencias de aminoácidos y de los componentes glucídicos de la y una acrocianosis. En este contexto, también pueden aparecer
Ig. necrosis distales en los miembros superiores o inferiores.
La caracterización de un umbral patológico de la crio-
globulinemia ha sido motivo de debate durante mucho Afectaciones articulares
tiempo. Las concentraciones superiores a 50 mg/l se consideran
patológicas. Se trata sobre todo de artralgias que afectan a las grandes arti-
culaciones, manos y rodillas (y, en menos ocasiones, los tobillos
o los codos), de forma bilateral y simétrica, sin deformación ni
carácter migratorio. Pueden simular una artritis reumatoide ini-
 Vasculitis crioglobulinémicas: cial. Se observan en el 50-75% de los pacientes, con un carácter
intermitente y a menudo como primera manifestación. Puede
presentación clínica haber auténticas artritis, pero son menos frecuentes. La afectación
raquídea es mucho más rara.
Las crioglobulinemias forman parte de las vasculitis sistémicas
por complejos inmunitarios. Se trata de una enfermedad de pre- Afectaciones renales
dominio femenino (2:1), cuyos síntomas comienzan entre la 4a y
la 5a década, sin características particulares en función de las razas. La afectación renal suele ser retardada y se manifiesta por una
Al comienzo, los signos sistémicos son frecuentes, con una aste- proteinuria, hematuria microscópica o, en ocasiones, una insu-
nia intensa. Puede haber una fiebre inexplicada, asociada o no a ficiencia renal crónica moderada. Puede producirse un síndrome
una alteración del estado general. Las diferentes manifestaciones nefrótico impuro o un síndrome nefrítico agudo; la hipertensión
clínicas y sus frecuencias se muestran en el Cuadro 1 [3, 4] . arterial es frecuente desde la aparición de la nefropatía.

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La afectación renal se observa preferentemente en los pacientes suele ser normal, pero se ha señalado la presencia de pleiocitosis e
que tienen una crioglobulinemia tipo II, en la que el componente incluso de hiperproteinorraquia [7] . Se ha sugerido un mecanismo
monoclonal es la IgM kappa. Desde el punto de vista histoló- isquémico que consiste en la precipitación intravascular de crio-
gico, se trata de una glomerulonefritis membranoproliferativa con globulina en los vasos de pequeño calibre cerebrales indemnes de
ciertas particularidades que permiten sospechar el diagnóstico: vasculitis [6] .
infiltrado con abundantes monocitos, trombos intraluminales
voluminosos, amorfos y eosinófilos, membrana basal glomeru- Afectación cardíaca
lar con un engrosamiento difuso y aspecto de doble contorno, La afectación cardíaca es infrecuente. Se manifiesta por una
así como proliferación extracapilar muy poco frecuente. Suele afectación de las arteriolas coronarias de forma difusa, que puede
existir una vasculitis de los vasos de pequeño o mediano cali- producir un cuadro de insuficiencia cardíaca congestiva grave. Es
bre, con necrosis fibrinoide de la pared e infiltración perivascular una de las causas de mortalidad, y en la autopsia se observan lesio-
monocítica. En inmunofluorescencia, se observan depósitos sub- nes de vasculitis necrosante de las arteriolas coronarias. También
endoteliales e intraluminales constituidos por Ig idénticas a las puede producirse un infarto de miocardio por afectación de los
del crioprecipitado; sólo los depósitos subendoteliales contienen grandes troncos coronarios. La pericarditis aguda es más frecuente,
C3. La imagen en microscopia electrónica con depósitos suben- pero pocas veces se complica.
doteliales y endoluminales que presentan un aspecto cristaloide
es patognomónica. Afectación de las vías respiratorias
La afectación pulmonar suele ser asintomática, pero puede
Afectaciones neurológicas periféricas manifestarse por una disnea de moderados esfuerzos, tos seca,
derrame pleural o hemoptisis. Por ejemplo, en las crioglobuline-
Afectan esencialmente al sistema nervioso periférico: polineu- mias mixtas relacionadas con el VHC, se han descrito casos de
ropatía sensitiva o sensitivomotora distal, con predominio en los neumonía organizada por bronquiolitis obliterante, de hemorra-
miembros inferiores en dos tercios de los pacientes, o mononeu- gia intraalveolar debida probablemente a una vasculitis y de
ropatías múltiples en un tercio de los pacientes. La afectación alveolitis linfocíticas subclínicas.
comienza siempre por trastornos sensitivos superficiales, con
dolor y parestesias. El déficit motor es inconstante y retardado (de
varios meses a varios años), con una instauración progresiva y un  Anomalías biológicas
predominio en los compartimentos anteroexternos de los miem-
bros inferiores, más bien asimétrico. La evolución es prolongada Además de la propia presencia de la crioglobulina en el suero,
y se produce en episodios agudos, con estabilización, remisión o suele haber otras anomalías en las pruebas de laboratorio. Pue-
exacerbación de los síntomas, que en ocasiones se desencadenan den ayudar a sospechar la presencia de una crioglobulina, que en
por una exposición al frío. Los estudios electrofisiológicos permi- ocasiones es difícil de poner de manifiesto (factor reumatoideo, Ig
ten sospechar la presencia de lesiones de degeneración axonal, monoclonal, fluctuaciones de la velocidad de sedimentación glo-
con una disminución de las amplitudes de los potenciales moto- bular [VSG], etc.) o ayudar a valorar la actividad de la crioglobulina
res y/o sensitivos, unas velocidades de conducción motoras poco (como las anomalías del complemento). Se observan anomalías
disminuidas, latencias distales poco prolongadas y la presencia de del complemento relativamente específicas: disminución de los
signos de denervación o de reinervación en los músculos dista- componentes precoces (C1q, C2, C4) y del CH50, concentración
les. Los potenciales sensitivos están siempre alterados, con más habitualmente normal del C3, y aumento de los componentes tar-
frecuencia en los miembros inferiores que en los superiores. díos (C5 y C9) y C1 inhibidor. Suele observarse una actividad del
factor reumatoideo, relacionada en algunas crioglobulinemias con
la presencia de una IgM con actividad anti-IgG. En la electroforesis
Otras manifestaciones mucho menos y la inmunoelectroforesis se observa una hipergammaglobuline-
frecuentes mia policlonal o un pico monoclonal.
Las anomalías de laboratorio hepáticas son muy frecuentes en
Afectación digestiva las crioglobulinemias mixtas, con una elevación de las transami-
La afectación digestiva se manifiesta por dolor abdominal, en nasas y de la fosfatasa alcalina en el 50-70% de los pacientes. Estas
ocasiones seudoquirúrgico. Puede llegar a la hemorragia digestiva anomalías hepáticas han motivado un debate prolongado sobre
o incluso a la perforación. La afectación digestiva se debe a una el mecanismo causal: ¿causa o consecuencia de la crioglobuline-
vasculitis mesentérica distal que afecta a las arteriolas y capila- mia? Después de varios trabajos prospectivos, se ha observado con
res. Según otros autores, que se basan en datos de autopsias, la claridad que la afectación hepática en las crioglobulinemias se
isquemia se debería a la obstrucción de los vasos de pequeño cali- relaciona en la mayoría de los casos con una hepatitis crónica viral
bre por el crioprecipitado. En la exploración endoscópica, puede C y, en muchos menos casos, con una hepatitis crónica viral B.
observarse una mucosa cólica isquémica y, en ocasiones, pete- La presencia de una crioglobulinemia puede alterar algunas
quias sugestivas de vasculitis, pero los datos histológicos suelen pruebas de rutina: variaciones inesperadas de la proteinemia o de
ser inespecíficos, y las lesiones de vasculitis se observan en la pieza la concentración de gammaglobulinas (hipogammaglobulinemia
quirúrgica. artefactual relacionada con la precipitación de la crioglobulina),
Es posible observar estigmas clínicos de hepatopatía crónica, VSG falsamente normal o baja (fluctuante de un día a otro en
relacionados con una infección por el VHC (cf «Fisiopatología»): función de la temperatura de la muestra).
hepatomegalia, esplenomegalia, circulación venosa colateral e
incluso angiomas aracniformes.
 Etiología
Afectación neurológica central
de las crioglobulinemias
La afectación del sistema nervioso central (vasculitis cerebral)
es infrecuente, pero probablemente se ha subestimado [6] . Se Las patologías asociadas a la producción de crioglobulina son
manifiesta por déficits neurológicos agudos o subagudos, cefalea, numerosas y muy heterogéneas, aunque pueden agruparse en
accesos comiciales, afectación de los nervios craneales e incluso grandes marcos: hemopatías malignas linfoides B, enfermedades
un accidente cerebrovascular. Las pruebas de imagen demuestran autoinmunitarias y patologías infecciosas (Cuadro 1).
la naturaleza isquémica, como lo demuestran las hiperseñales T2
en la resonancia magnética (RM), únicas o multifocales. Resulta Crioglobulinemias de tipo I
excepcional obtener pruebas histológicas de vasculitis cerebral. La
sospecha se basa únicamente en las pruebas de imagen, en particu- Las crioglobulinas monoclonales puras (tipo I) se asocian a las
lar en la angiografía, que puede mostrar irregularidades de calibre hemopatías malignas linfoides B, en la mayoría de los casos a
u oclusiones en los segmentos distales. El líquido cefalorraquídeo una enfermedad de Waldenström, seguida por los mielomas o

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Cuadro 2.
Patologías asociadas a la producción de crioglobulina.
Hemopatías malignas linfoides B Enfermedad de Waldenström
Mieloma múltiple
Plasmocitoma
Linfoma no Hodgkin
Leucemia linfoide crónica
Tricoleucemia
Enfermedades sistémicas y/o Lupus eritematoso diseminado
autoinmunitarias Panarteritis nudosa
Síndrome de Sjögren
Artritis reumatoide
Púrpura reumatoide
Granulomatosis de Wegener
Dermatopolimiositis
Esclerodermia
Enfermedad de Behçet
Sarcoidosis
Tiroiditis autoinmunitaria
Cirrosis biliar primaria
Hepatitis autoinmunitaria
Enfermedad celíaca
Pénfigo vulgar
Fibrosis endomiocárdica
Fibrosis pulmonar idiopática
Enfermedades infecciosas Bacterianas Endocarditis subaguda
Sífilis
Glomerulonefritis aguda postestreptocócica
Enfermedad de Lyme
Brucelosis
Fiebre botonosa mediterránea
Sobreinfección de comunicación
auriculoventricular
Lepra lepromatosa
Virales Virus de Epstein-Barr
Citomegalovirus
Hepatitis viral aguda A
Hepatitis virales crónicas B y C
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Adenovirus
Fúngicas Coccidioidomicosis
Otras Glomerulonefritis extracapilar
Cánceres: mama, nasofaringe, esófago

la gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI). En Las crioglobulinas mixtas (tipos II y III), que no se relacionan
estos cuadros, la proteína monoclonal tiene actividad crioprecipi- con una infección crónica por el VHC (10-30% de las crioglobu-
tante. Una crioglobulina compuesta por una Ig monoclonal (IgM) linas mixtas) pueden deberse a un gran número de afecciones,
orienta hacia la enfermedad de Waldenström y una IgG hacia el como otras patologías infecciosas, hemopatías malignas linfoi-
mieloma. El diagnóstico de hemopatía suele establecerse ante la des B o enfermedades autoinmunitarias (Cuadro 2). En el estudio
presencia de manifestaciones relacionadas con la crioglobulina: de Terrier et al, realizado en un grupo de 242 pacientes con una
púrpura vascular recidivante, complicaciones ulceronecróticas y, vasculitis crioglobulinémica de origen no infeccioso, el 30% tenía
en menos ocasiones, afectación glomerular. Los episodios agudos una enfermedad del tejido conjuntivo (síndrome de Sjögren,
de púrpura vascular pueden preceder en varios meses o años al n = 61; lupus, esclerodermia), un 22% una hemopatía B subya-
diagnóstico de la enfermedad de Waldenström. cente (linfoma de la zona marginal, linfoma no Hodgkin B de
Las crioglobulinas de tipo I también pueden observarse en los bajo grado, linfoma linfoplasmocítico principalmente) y un 48%
linfomas no Hodgkin o en las leucemias linfoides crónicas B, aun- una crioglobulina denominada «esencial» [5] .
que las crioglobulinas mixtas de tipo II son más frecuentes. En el síndrome de Sjögren primario, no es infrecuente obser-
var una crioglobulina mixta de tipo II o III, asintomática durante
mucho tiempo, pero que en ocasiones se expresa por una vasculi-
Crioglobulinemias mixtas, tipo II o III tis cutánea o nerviosa periférica. En estas situaciones clínicas debe
buscarse un linfoma. También se observa una crioglobulinemia en
El principal agente causal de las crioglobulinemias mixtas pacientes con lupus.
(tipos II y III) es el VHC (70-90% de las crioglobulinas mixtas). La
producción de una crioglobulina mixta es la manifestación extra-
hepática asociada al VHC más frecuente (25-30% de los pacientes
con hepatitis C), aunque esta crioglobulina es clínicamente asin-  Fisiopatología
tomática en la mayoría de los casos, sin signos de vasculitis (el
10-15% de los pacientes con hepatitis C tienen una vasculitis La vasculitis crioglobulinémica representa un ejemplo de vas-
sintomática). En varios estudios de distintas zonas geográficas, el culitis por complejos inmunitarios. Este cuadro presenta varias
56-95% de los pacientes con una crioglobulinemia mixta presen- particularidades patológicas específicas, como la naturaleza de
tan anticuerpos anti-VHC en su suero [8, 9] . La gran mayoría de los vasos (vasos de pequeño calibre: arteriolas, capilares, vénulas)
ellos poseen ácido ribonucleico (ARN) viral en el suero y en el y del infiltrado inflamatorio (predominio linfocítico y monocí-
crioprecipitado. tico, pocos polimorfonucleares) o la localización del infiltrado

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inflamatorio (presente sobre todo alrededor de los vasos, rodeán-  Evolución y tratamiento
dolos a modo de manguito y con una infiltración escasa o nula de
su pared). La «precipitación» intravascular de las crioglobulinas Crioglobulinemias de tipo I
se ve favorecida por el frío y afecta preferentemente a la piel (con
la aparición de púrpura), los nervios periféricos y el riñón (donde Las crioglobulinemias de tipo I, que en la mayoría de los casos
provoca una glomerulonefritis membranoproliferativa). se relacionan con una hemopatía maligna linfoide B, son graves
Los antígenos que dan origen a vasculitis crioglobulinémicas por la importancia de las lesiones cutáneas o viscerales asociadas
se han mantenido desconocidos durante mucho tiempo. Muchas y por la enfermedad hematológica subyacente. El tratamiento de
infecciones (Cuadro 2) se asocian a la producción de crioglobu- la crioglobulinemia suele coincidir con el de la hemopatía. Sin
lina; todas comparten el hecho de ser infecciones crónicas, lo embargo, algunas afecciones justifican un tratamiento específico,
que permite una estimulación intensa y prolongada del sistema como las úlceras necróticas extensas de las piernas, que necesitan
inmunitario, sobre todo de los linfocitos B. un tratamiento mediante plasmaféresis repetidas durante varias
En la infección crónica por el VHC, el virus (a través de las semanas. Las necrosis de los dedos de las manos o de los pies
glucoproteínas de la envoltura E1 y E2) infecta los hepatoci- requieren añadir un tratamiento con análogos de la prostaciclina
tos y los linfocitos, posiblemente a través del receptor CD81 [10] . (iloprost). La plasmaféresis debe asociarse siempre a la quimiotera-
Esta infección crónica provoca una estimulación prolongada de pia de la hemopatía, para evitar un efecto rebote al interrumpirla
las células B intrahepáticas y circulantes. Varios estudios previos y las recidivas graves.
han demostrado, en pacientes con hepatitis C complicada con
una crioglobulinemia, una expansión de los linfocitos de la zona
marginal (IgM+, IgD+ CD21 bajo). En estos pacientes, se trataba
Crioglobulinemias mixtas
de una expansión oligoclonal e incluso policlonal de la serie Las crioglobulinemias mixtas, de tipo II o III, tienen una evolu-
linfocítica B caracterizada por un repertorio particular, con pre- ción y un pronóstico muy variables entre los distintos pacientes,
dominio de ciertos clones, sobre todo del clon B VH1-69, con que dependen de la afectación renal (crioglobulinemias de tipo II)
producción de una Ig dotada de una actividad de factor reuma- y de la gravedad de las afectaciones (digestiva, cardíaca, neuroló-
toideo y formación de la crioglobulina [11, 12] . Por tanto, debido a gica). En un estudio retrospectivo realizado con 242 pacientes que
la estimulación antigénica crónica, se observa progresivamente tenían una crioglobulinemia no infecciosa, los pacientes con una
una aparición de clones B que producen de forma sucesiva en el crioglobulina de tipo II tenían más cuadros de púrpura, de afecta-
tiempo primero IgM policlonales (crioglobulinemias de tipo III), ción renal, de afectación neurológica periférica, concentraciones
después IgM oligoclonales (crioglobulinemias de tipos II/III) y, más elevadas de crioglobulina y concentraciones más bajas de C3
por último, una IgM monoclonal (crioglobulinemias de tipo II) [2] . y C4 [5] .
El papel principal del VHC en la patogenia de las lesiones de Entre las manifestaciones propias de la vasculitis crioglobuliné-
vasculitis crioglobulinémica se demuestra por la presencia de pro- mica, las de tipo gastrointestinal y miocárdico exponen a un riesgo
teínas virales en la piel (proteínas E2 y core) y el riñón (proteína mayor de mortalidad, a menudo a corto plazo, lo que muestra
core), así como de ARN genómico del VHC en el nervio [13] . Sin la gravedad de la enfermedad. En las series antiguas se han des-
embargo, nunca se ha demostrado una replicación viral local del crito sobre todo los siguientes factores pronósticos: edad superior
VHC en estas distintas lesiones, lo que sugiere un proceso inmu- a 65 años y afectación renal. En otro estudio sobre las crioglo-
nológico inducido por el virus, en lugar de una acción directa bulinemias no infecciosas, los factores de mal pronóstico eran la
de éste. presencia de una afectación pulmonar o gastrointestinal, un acla-
Varios estudios epidemiológicos han sugerido una relación ramiento renal inferior a 60 ml/min y una edad superior a 65 años.
entre el VHC y el linfoma B, aunque todos los subtipos de lin- La supervivencia a 1, 2, 5 y 10 años era, respectivamente, del 91,
foma no Hodgkin B se han descrito en asociación con el VHC. 89, 79 y 65% [5] .
Los linfomas difusos de células grandes y los linfomas de la zona En la hepatitis C, la supervivencia a 1, 2, 5 y 10 años era, respecti-
marginal son los más frecuentes [14, 15] . Los pacientes que tienen vamente, del 96, 86, 75 y 63%. Los factores de mal pronóstico eran
una crioglobulinemia sintomática presentarían un riesgo 35 veces una puntuación elevada en la escala de fibrosis hepática (Meta-
mayor al de la población general de desarrollar un linfoma [16] . vir ≥ 3), una afectación del sistema nervioso central (cociente de
El modelo actual de los linfomas asociados al VHC implica un riesgos [HR, hazard ratio]: 2,74), una afectación renal (HR: 1,91)
episodio oncogénico suplementario que se produce en un clon B o una afectación cardíaca (HR: 4,2). Por otra parte, la Five Fac-
seleccionado previamente por la estimulación antigénica crónica tors Score (proteinuria > 1 g, creatinina > 140 ␮mol/l, afectación
de la hepatitis C (como se ha explicado con anterioridad). neurológica central, afectación gastrointestinal y cardíaca) se aso-
Un defecto de aclaramiento de los complejos inmunitarios ciaba a un mal pronóstico en los pacientes sin fibrosis hepática,
podría ser el origen de las glomerulonefritis crioglobulinémicas. mientras que no se asociaba al pronóstico en los pacientes con
Los macrófagos infectados por el VHC podrían tener una activi- fibrosis grave [18] . No había diferencias significativas de supervi-
dad fagocítica que los vuelva incapaces de eliminar con eficacia vencia entre los pacientes con o sin hepatitis C [18] .
las crioglobulinas circulantes.
Las vasculitis crioglobulinémicas relacionadas con el VHC pare- Tratamiento de las crioglobulinemias mixtas
cen ser distintas desde el punto de vista histológico a las otras
relacionadas con el virus de la hepatitis C
vasculitis. Las lesiones de vasculitis leucocitoclástica con infiltra-
ción neutrofílica típica de las observadas en las enfermedades por Ante una crioglobulinemia mixta sintomática en un paciente
complejos inmunitarios son raras. Por el contrario, la presencia infectado por el VHC, un tratamiento anti-VHC eficaz y sostenido
frecuente de infiltrados linfomonocíticos sugiere la implicación (viremia indetectable después de interrumpir los tratamientos)
de la inmunidad celular en los procesos lesionales, sobre todo con permite obtener una respuesta prolongada sobre la afectación
predominio linfocítico T [17] . hepática y sobre las manifestaciones extrahepáticas relacionadas
Se han precisado los factores predictivos de la producción de con la crioglobulinemia. Misiani et al [19] fueron los primeros en
una crioglobulinemia mixta en el VHC y de su carácter sintomá- demostrar la utilidad del interferón alfa en un estudio controlado
tico o no. En un estudio prospectivo realizado en 1.614 pacientes realizado con 53 pacientes infectados por el VHC, que presenta-
con infección crónica por el VHC, cuatro factores independientes ban una crioglobulinemia mixta sintomática. Entre los pacientes
se asociaron con la presencia de una crioglobulinemia mixta en tratados con interferón alfa (3 millones de unidades internacio-
un análisis multifactorial: el sexo femenino, un consumo de alco- nales [MUI] tres veces por semana), el ARN del VHC desaparecía
hol mayor de 50 g/día, un genotipo 2 o 3 y una fibrosis hepática en el 60% de los casos, mientras que las manifestaciones clínicas
extensa. Sin embargo, debido a la frecuencia muy elevada de las e inmunológicas relacionadas con la crioglobulinemia sólo desa-
crioglobulinemias mixtas en los pacientes infectados por el VHC, parecían en los respondedores virológicos (viremia negativa). La
la presencia de una crioglobulinemia mixta muy sintomática y intensificación del tratamiento anti-VHC puede haber proporcio-
con afectación multivisceral era infrecuente: se observó sólo en el nado beneficios considerables, con tasas de eficacia de alrededor
2-3% de los pacientes con crioglobulina [8] . del 60% mediante el aumento de las dosis de interferón alfa a

EMC - Tratado de medicina 5


E – 5-0455  Vasculitis crioglobulinémicas

Figura 1. Árbol de decisiones. Tratamiento de las vasculitis


Vasculitis sistémicas sistémicas secundarias a una infección crónica por el virus de
la hepatitis C.

Formas leves Formas moderadas Formas graves

Signos sistémicos Úlceras/isquemia cutánea Glomerulonefritis


Púrpura, afectación Neuropatía grave rápidamente progresiva
articular Síndrome Afectación digestiva
Neuropatía leve o nefrótico/alteración Hemorragia alveolar
moderada de la función renal Afectación neurológica central

Plasmaféresis
Tratamiento
Anticuerpo Corticoides
antiviral
anti-CD20 Anticuerpo anti-CD20
exclusivo
± ciclofosfamida

Tratamiento antiviral en un Tratamiento antiviral en un


segundo tiempo segundo tiempo

3 MUI tres veces al día, e incluso de más del 70%, asociando la riba- transitoria y dejar tiempo hasta que el tratamiento anti-VHC
virina con el interferón pegilado, porque proporcionan mejores sea eficaz. Los inmunosupresores se reservan a las formas gra-
resultados en el tratamiento de la hepatitis C (respuesta virológica ves refractarias a los esquemas terapéuticos clásicos (plasmaféresis,
en alrededor del 60% de los casos) [20] . Es interesante señalar que corticoterapia, rituximab). Varios estudios abiertos italianos pre-
la gran mayoría de los pacientes que tenían una recidiva clínica liminares han demostrado la utilidad del rituximab (anti-CD20)
e inmunológica presentaban una recaída virológica, lo que expli- en los pacientes refractarios al tratamiento antiviral, al permitir
caba la recidiva de la vasculitis. En los pacientes que recidivaban a obtener una respuesta clínica (sobre la vasculitis) e inmunológica
pesar de la curación de la hepatitis C, conviene buscar activamente (desaparición de la crioglobulinemia y del clon linfocítico B circu-
un linfoma B subyacente que explique dicha recidiva a pesar de lante) en el 80% de los pacientes [24] . En otros estudios posteriores,
la ausencia de hepatitis C. Por último, otros estudios han confir- se ha confirmado la utilidad del rituximab en esta indicación.
mado la importancia de controlar la hepatitis C para controlar la Su utilización parece lógica en la medida en la que el rituxi-
vasculitis, al mostrar una disminución significativa de los falleci- mab permite eliminar la población monoclonal B origen de la
mientos en los pacientes tratados con interferón alfa y ribavirina. producción de Ig monoclonal que constituye la crioglobulina.
Por tanto, todos estos estudios confirman la estrecha correlación En un estudio prospectivo italiano realizado con 37 pacientes, se
entre la remisión de la vasculitis crioglobulinémica y la respuesta han descrito tasas de remisión clínica de la vasculitis significa-
virológica de la hepatitis C. tivamente mayores en los pacientes que recibieron tratamiento
Los últimos años han estado marcados por la aparición de antiviral y rituximab en comparación con los que recibieron sólo
nuevos tratamientos mucho más eficaces, como el telaprevir y tratamiento antiviral (54,5% frente al 33,3%; p < 0,05), así como
el boceprevir, que actualmente se comercializan en asociación tasas de recidivas mucho menores en los tratados con rituximab
con la ribavirina y el interferón. Como era de esperar, permiten (remisión mantenida en el 83% de los pacientes frente al 40%) [25] .
un mejor control de las manifestaciones clínicas de las vasculi- Estos datos se han confirmado en parte por los de estudios france-
tis crioglobulinémicas asociadas al VHC, como lo muestran los ses. La utilización de rituximab permitía respuestas más rápidas y
datos de la cohorte de los autores, donde el 57% de los pacien- se asociaba a una eficacia mayor sobre las afectaciones renales [20] .
tes tenían, a las 24 semanas, una remisión completa y el 44% Por este motivo, en la práctica clínica, el uso del rituximab se
una respuesta parcial, mientras que el 70% de ellos presenta- reserva a las afectaciones graves, sobre todo renales. Sin embargo,
ban una negativización de su carga viral a las 24 semanas. Sin se han descrito exacerbaciones de la vasculitis durante el trata-
embargo, estos tratamientos conllevan unos efectos secundarios miento con rituximab, sin que se conozca exactamente en la
frecuentes (fatiga, citopenias, depresión, prurito, etc.). Posterior- actualidad cuáles son los factores asociados con una agravación
mente, se han desarrollado tratamientos nuevos, las antiproteasas, de la vasculitis en pacientes que reciben rituximab. Por último,
como el sofosbuvir, el simeprevir, el ledipasvir o el dasabuvir. en un estudio reciente abierto de fase 2, también se han descrito
Son mucho más eficaces, al permitir una curación en alrede- resultados prometedores de la interleucina 2 (IL-2) en dosis bajas
dor del 95% de los casos en los pacientes no cirróticos, tratados en las vasculitis crioglobulinémicas refractarias asociadas a una
con anterioridad o no, y con un perfil de tolerabilidad mucho hepatitis C. En los pacientes tratados, se observó un aumento de
mejor (los efectos secundarios de tipo citopenias o prurito son los linfocitos T reguladores sin incremento de los linfocitos T efec-
mucho menos frecuentes). Permiten tratamientos mucho más cor- tores, una disminución de las concentraciones de crioglobulina,
tos (12 semanas) sin utilización de interferón, que suele tolerarse así como una eficacia sobre las manifestaciones clínicas de la vas-
mal. En los pacientes cirróticos, las tasas de curación también culitis [26] . La estrategia terapéutica propuesta en caso de vasculitis
serían elevadas (alrededor del 70% con algunos protocolos) [21–23] . crioglobulinémica asociada al VHC se indica en la Figura 1.
No se ha demostrado la utilidad de asociar sistemáticamente
una corticoterapia prolongada, o plasmaféresis, sobre todo porque
Tratamiento de las crioglobulinemias mixtas
un estudio reciente ha demostrado que el uso de inmunosupre-
sores (salvo el rituximab y la plasmaféresis) se asociaba a un mal no infecciosas
pronóstico en los pacientes con vasculitis crioglobulinémica rela- En las crioglobulinemias mixtas «esenciales», la ausencia de
cionada con una hepatitis C. Las plasmaféresis y los corticoides estudios controlados y las fluctuaciones importantes de los sínto-
se reservan a las formas graves con afectaciones multiviscerales mas clínicos y de la concentración de la crioglobulina no permiten
intensas (renal, digestiva, sistema nervioso central) como medida definir una conducta estandarizada. En las formas menores, el

6 EMC - Tratado de medicina


Vasculitis crioglobulinémicas  E – 5-0455

tratamiento se basa en la ausencia de exposición al frío, la erra- [10] Pileri P, Uematsu Y, Campagnoli S, Galli G, Falugi F, Petracca
dicación de los focos infecciosos el reposo en caso de episodio R, et al. Binding of hepatitis C virus to CD81. Science 1998;282:
agudo purpúrico, los analgésicos e incluso los antiinflamatorios 938–41.
no esteroideos en caso de artralgias o de artritis. Los tratamien- [11] Terrier B, Joly F, Vazquez T, Benech P, Rosenzwajg M, Carpentier
tos vasodilatadores, en particular los análogos de la prostaciclina W, et al. Expansion of functionally anergic CD21-/low marginal zone-
(iloprost), asociados a los antiagregantes plaquetarios y/o a los like B cell clones in hepatitis C virus infection-related autoimmunity.
anticoagulantes, se utilizan cuando existen lesiones isquémicas J Immunol Baltim Md 1950 2011;187:6550–63.
distales. [12] Charles ED, Brunetti C, Marukian S, Ritola KD, Talal AH, Marks K,
En las formas graves o recidivantes (neuropatía periférica grave, et al. Clonal B cells in patients with hepatitis C virus-associated mixed
cryoglobulinemia contain an expanded anergic CD21low B-cell subset.
necrosis-gangrena distal de los miembros, glomerulonefritis, etc.),
Blood 2011;117:5425–37.
suele ser necesaria una corticoterapia sistémica, en cuyo caso hay
[13] Sansonno D, Cornacchiulo V, Iacobelli AR, Di Stefano R, Lospalluti
que buscar la dosis más baja que sea eficaz. En las formas parti- M, Dammacco F. Localization of hepatitis C virus antigens in liver and
cularmente graves, se puede plantear la plasmaféresis asociada a skin tissues of chronic hepatitis C virus-infected patients with mixed
los inmunosupresores. La utilidad de la plasmaféresis sigue siendo cryoglobulinemia. Hepatol Baltim Md 1995;21:305–12.
motivo de controversia. La elección de la mejor estrategia terapéu- [14] Saadoun D, Suarez F, Lefrere F, Valensi F, Mariette X, Aouba A,
tica no está claramente establecida. En el estudio francés realizado et al. Splenic lymphoma with villous lymphocytes, associated with
con 242 pacientes que tenían una vasculitis crioglobulinémica no type II cryoglobulinemia and HCV infection: a new entity? Blood
infecciosa, la combinación de corticoides y de rituximab (en com- 2005;105:74–6.
paración con la asociación de corticoides y de agentes alquilantes) [15] Mele A, Pulsoni A, Bianco E, Musto P, Szklo A, Sanpaolo MG, et al.
parecía ser la estrategia más eficaz en términos de respuesta clínica, Hepatitis C virus and B-cell non-Hodgkin lymphomas: an Italian mul-
aunque se asociaba claramente a un sobrerriesgo de complicacio- ticenter case-control study. Blood 2003;102:996–9.
nes infecciosas [5] . [16] Monti G, Pioltelli P, Saccardo F, Campanini M, Candela M, Cavallero
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D. Saadoun (david.saadoun@psl.aphp.fr).
A.-C. Desbois.
Centre de référence des maladies auto-immunes et systémiques rares, Départements hospitalo-universitaires (DHU) inflammation, immunopathologie,
biothérapie (I2 B), Université Pierre-et-Marie-Curie, Paris 6, Hôpital La Pitié-Salpêtrière, 83, boulevard de l’Hôpital, 75651 cedex 13 Paris, France.
Service de médecine interne et d’immunologie clinique, Hôpital La Pitié-Salpêtrière, 83, boulevard de l’Hôpital, 75651 cedex 13 Paris, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Saadoun D, Desbois AC. Vasculitis crioglobulinémicas. EMC - Tratado de medicina
2015;19(4):1-7 [Artículo E – 5-0455].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
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EMC - Tratado de medicina 7

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