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Atención primaria como estrategia

En la conferencia de Alma Ata se consideró que la atención primaria era “la clave para
alcanzar en todo el mundo y en un futuro previsible, un nivel aceptable de salud, que
forme parte del desarrollo social y se inspire en un espíritu de justicia”. La pesada carga
de enfermedad, el costo elevado de la tecnología sanitaria y la suficiente cobertura de
los servicios de salud requerían un enfoque nuevo y audaz. La atención primaria de salud
proporcionaría, tanto en los países de desarrollo como a las naciones industrializadas,
una estrategia práctica y racional para avanzar hacia la consecución de la salud para
todos.
Toda vez que el propósito de la política estaba fundamentalmente inspirado en la
reducción de las desigualdades entre países y entre grupos humanos, esta estrategia se
planteó válida y aplicable a toda la población y no restringida a grupos marginados,
aunque la satisfacción de las necesidades básicas de éstos, constituyera un objetivo
principal.
Se le consideró como un punto de contacto con la comunidad para satisfacer sus
necesidades básicas, incluyendo la salud. El desarrollo, organización y participación de
la comunidad para su bienestar, era una condición necesaria de la estrategia, lo que
implicaba un enfoque multisectorial en sus aspectos conceptuales y operacionales,
transcendiendo los límites tradicionales del sector salud.
Con respecto al sector salud, se le consideraba como la puerta de entrada al sistema de
salud. Requería que el sector se organizaba para garantizar la accesibilidad económica,
cultural, geográfica y funcional, con equidad, oportunidad y eficiencia para lograr el
impacto en salud deseado a toda la población. Lo anterior implicaba la necesidad de
reordenar los sistemas de servicios por niveles de complejidad creciente y desarrollar
mecanismos de referencia.
Su acción en pro de la salud para todos se apoyaba en cuatro pilares:
 El compromiso político y social y la decisión de avanzar hacia la salud
para todos como principal política social para los demás venideros.
 La participación de la comunidad, la intervención activa de la gente y la
movilización de las fuerzas sociales para el desarrollo sanitario.
 La cooperación entre el sector salud y otros sectores fundamentales
para el desarrollo, como la agricultura, la educación, la comunicaciones,
la industria, la energía, el transporte, la obras públicas y la vivienda.
 El apoyo de los sistemas sanitarios necesarios, a fin de poner a
disposición de todos la atención de salud esencial y una tecnología
sanitaria asequible y científicamente válida.
En el año 1988 a casi la mitad de camino entre la conferencia del Alma Ata y el año 2000
la OMS y UNICEF decidieron que era el momento adecuado para examinar lo sucedido
desde el Alma Ata y las perspectivas para el año 2000 y años sucesivos.
El gobierno de la Unión Soviética convino en albergar una nueva reunión, esta vez en
Riga, capital de la república Latvia de la URSS. La reunión en Riga se celebró en marzo
de 1988, como una evaluación a mitad de camino. Sus conclusiones fueron transmitidas
a la Asamblea Mundial de la salud de mayo del mismo año.
La reunión dio lugar a un documento titulado “Reafirmación” de Alma Ata en Riga:
Declaración de adhesión renovada y fortalecida a la salud para todos en el año 2000 y
más allá”. Los participantes concluyeron que la política de Salud para todos ha
contribuido sólida y positivamente a la salud y el bienestar de todos los pueblos.
Señalaron, sin embargo, que subsistían problemas que requerían un mayor grado de
compromiso y acción para conseguir una aplicación más eficaz de la atención primaria
de salud. Se reafirmó con firmeza la declaración de Alma Ata y se instó a todos los países
que adoptaran la salud para todos como política permanente.
La contribución de Riga fue de suma importancia. A partir de análisis minucioso de los
frutos de la política SPT-2000 y de la estrategia de atención primaria contribuyó a
reactivar esta transcendental política y a encauzar nuevamente los esfuerzos de los
países en pro de un mejor nivel de salud mundial. Hicieron aportes en este proceso de
evaluar y acompañar el desarrollo a la meta, reuniones como la Conferencia de Adelaida
(Australia) en 1988, Sundsval (Suecia) en 1991, Trinidad y Tobago en 1993 y Yakarta en
1997en otras.
En el año 2000 llegó y la meta estaba aún distante, por esta razón, se adoptó como meta
permanente para los países, aunque es necesario destacar que los últimos informes de
la Organización Mundial de la Salud han avanzado hacia el concepto de un “nuevo
universalismo” que plantea que en lugar de ofrecer toda la atención posible para todo
el mundo o solo la atención más simple y básica para los pobres, debe buscarse una
atención esencial de alta calidad, que se define a partir de criterios como eficacia, costos
y aceptabilidad social y se buscó aplicar nuevas estrategias, como la Reforma a los
sistemas de salud con el fin de avanzar en una cobertura universal para todos los
ciudadanos, de ahí que la sigamos considerando política de salud.

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