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Efecto Dunning
Efecto Dunning
Al ser detenido, McArthur Wheeler confesó que se había aplicado zumo de limón en su
cara, confiando en que el zumo le haría aparecer invisible ante las cámaras. “No lo
entiendo, yo usé el zumo de limón”, espetó entre sollozos en el momento de su arresto
policial.
Más tarde se supo que la inaudita idea del zumo fue una sugerencia que dos amigos de
Wheeler explicaron días antes del atraco. Wheeler probó la idea aplicándose zumo en su
cara y sacándose una fotografía para cerciorarse de la eficacia. En la fotografía no llegó a
aparecer su rostro, probablemente porque el encuadre de la misma fuera algo torpe y
terminara enfocando el techo de la habitación en vez de su cara cubierta de zumo de limón.
Sin percatarse de ello, Wheeler dio por válido que permanecería invisible durante el atraco.
Una hipótesis algo rebuscada, pero que tenía mucho sentido. Para llevar a cabo el estudio
que dilucidara si era cierta la hipótesis, Dunning escogió a un brillante pupilo, Justin
Kruger, con el objetivo de encontrar datos que confirmaran o refutaran la idea. Lo que
hallaron les dejó todavía más sorprendidos.
La investigación
Se practicaron un total de cuatro investigaciones distintas, tomando como muestra los
estudiantes de la Facultad de Psicología de la Cornell University. Se estudiaron
principalmente la competencia de los sujetos en los ámbitos de la gramática,
el razonamiento lógico y el humor (la capacidad para detectar aquello gracioso).
Los participantes del estudio fueron preguntados, uno por uno, acerca de cómo estimaban
su grado de competencia en cada uno de los campos nombrados. Posteriormente, se les
hizo responder un test escrito para comprobar su competencia real en cada uno de los
ámbitos.
Se recogieron todos los datos y se procedió a comparar los resultados, para observar si se
había constatado algún sentido de correlación. Como puedes imaginar, sí se
encontraron correlaciones muy relevantes.
Los investigadores se percataron que cuanto mayor era la incompetencia del sujeto,
menos consciente era de ella. Por contra, los sujetos más competentes y capacitados
eran los que, paradójicamente, más tendían a infraestimar su competencia.
“Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence
Lead to Inflated Self-Assessments” (traducción: “Las personas sin habilidades e
inconscientes al respecto: de qué modo las dificultades en detectar nuestra propia
incompetencia nos conducen a sobrestimar nuestra autoimagen”).
Conclusiones sobre el estudio Dunning-Kruger
Los resultados arrojados por el paper científico pueden resumirse en una serie de
conclusiones. Podemos asumir que, para cierta competencia o respecto a cierto área de
conocimiento, las personas incompetentes:
¿Conoces a algún profesional de la Medicina? Seguro que te podrá contar cómo se siente
cuando algún paciente decide tomar un medicamento no prescrito por el médico,
basándose en la errónea idea de que como paciente “ya sabe lo que le va bien y lo que
no”. La automedicación, en este caso, es otro ejemplo claro del efecto Dunning-
Kruger.
A la hora de encontrar y contratar a una persona que se dedique a un área compleja sobre
la cual no tenemos muchas nociones (un informático, un arquitecto, un asesor fiscal…)
carecemos de los conocimientos necesarios para evaluar su nivel de competencia en la
materia. Por eso resulta tan valioso consultar la opinión de antiguos clientes o de amigos
que conozcan ese área específica.