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La Ciencia en El Renacimiento
La Ciencia en El Renacimiento
LA CIENCIA EN EL RENACIMIENTO
1.-INTRODUCCION.
1.1.-LA CRISIS DEL PENSAMIENTO MEDIEVAL
A la hora de realizar un estudio sobre el
pensamiento renacentista, el primer problema con el que nos
encontramos es el de la datación. No es posible saber con precisión
cual es la cronología exacta del periodo renacentista, ya que durante
muchos años permanecen fusionados elementos de la época citada
con otros de corte medieval; lo más que podemos hacer es ofrecer
una fecha aproximativa (el siglo XV ya es renacentista) y establecer
una serie de datos comparativos entre ambas etapas.
La Edad Media está indisolublemente ligada a una
estructura feudal. El feudalismo en Occidente no comienza a
manifestarse hasta la época inmediatamente posterior a Carlo
Magno. En los reinos centroeuropeos observamos manifestaciones
medievalistas a partir del siglo VIII, que van desarrollándose en los
siglos siguientes hasta llegar a su apogeo en los siglos XI, XII, XIII y
XIV, lo que ocurre es que cuando llega el sistema feudal a instaurarse
de un modo definitivo, están ya empezando a manifestarse los
grupos sociales que van a llevar a cabo la transformación de ese
sistema dando lugar al mundo moderno. Por tanto, no existe
continuidad ni ruptura antitética y radical, por ello, si tenemos que
afirmar que la Edad Media clásica está centrada en el periodo que
abarcan los siglos XVII-XIV, lo mismo tendríamos que reseñar que el
Renacimiento comienza en el siglo XV, aunque su gestación es
coincidente con la plenitud de la Edad Media (su manifestación más
destacada se produce entre los siglos XV y XVI).
A nivel de pensamiento, el Renacimiento se
prolonga hasta las primeras décadas del siglo XVII, sin embargo, no
hay que olvidar que las acotaciones que hemos destacado deben ser
muy flexibles.
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(hay que anotar que Sócrates desarrolla esta idea cuando tras
haberse bebido la cicuta por la condena impuesta por el Estado, sabe
que va a morir). En este sentido, se da la contraposición entre dos
tipos de causalidad: la eficiente y la final. Por influencia de
Aristóteles, como hemos anotado, predominará la segunda. Con ello,
también se puede destacar la contraposición entre el mecanicismo
(asigna valor a los caracteres de los elementos que producen el
cambio) y el finalismo o teleología. En el mundo moderno se dará
también esta contraposición , pero concretada en los términos de
causa y motivo.
La concepción teleológica en la explicación de los
fenómenos de la realidad, heredada de la línea socrático platónico
aristotélica, ocupará un papel importante también en la concepción
de los valores tanto morales como estéticos. Si se entiende que
existe un lugar propio para cada cosa, se considerará que algo es
bueno cuando ocupe el lugar que le es propio y cuando cumpla la
función que le corresponde por naturaleza. Se valorarán
positivamente los esfuerzos por volver al lugar que cada cual, o cada
cosa debe ocupar. Esta idea se recogerá a lo largo de toda la Edad
Media en alegorías, en la apologética, en la catequetica, la
predicación popular, etc.... Cada cosa está dispuesta desde el fin que
le es propio.
Con todo, en el campo de los valores, en la medida
en que se integran en la concepción de la existencia humana,
utilizando una terminología nietzscheana, podemos decir que se da
una trasmutación, al menos por lo que se refiere a las ideas
predominantes.
En el mundo griego, hasta el siglo V a.C., la
concepción de la existencia que se mantuvo era de tipo cismundano,
es decir, asignaba un valor pleno a la existencia cotidiana. Así
Homero, en el libro VI de la Odisea hace descender a Ulises al hades,
y allí conversa con los espectros acerca de la existencia inane. En
este lugar se encuentra con Aquiles, quien le da cuenta de la
pervivencia inútil de las almas. Muy posteriormente, y en un
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2.2.1.-Leonardo da Vinci
Poco es lo que vamos a desarrollar aquí de
Leonardo (1452-1519) si tenemos en cuenta lo ingente de su obra y
la gran variedad de campos que ésta abarco. El constituye un buen
ejemplo de la dedicación a los avances técnicos, el ideal de observar
la naturaleza para conocerla e imitarla en su representación y
efectos, la unión de la técnica y de la ciencia. El nombre de Leonardo
da Vinci evoca también la encarnación de la genialidad pocas veces
repetida en la historia, el precursor de la ciencia y la técnica
modernas.
No vamos a tratar aquí del Leonardo artísta, sino
del ingeniero, aunque ambos quehaceres estuvieran bastante
relacionados. Excepto un tratado de pintura, publicado en 1651, más
de un siglo después de su muerte, fruto de la compilación de un
alumno, sus numerosas notas no han sido editadas hasta finales del
siglo XIX, y muchas de ellas se han perdido. Por otra parte, toma las
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los caballos. Por otra parte añade: "la experiencia ha sido la maestra
de todo buen escritor, por esto será siempre ella la que yo citaré
como maestro". Leonardo no lega los pasos precisos de un método,
pero si alude a la necesidad de proceder con método, proceder que
facilmente se advierte en sus notas: parte de la observación,
repetida cuantas veces sea necesario, y concluye con una
simplificación matemática.
Pero estas alusiones a la observación y a las
matemáticas distan de hacer de Leonardo un hombre de ciencia
moderno. ya hemos señalado cómo coinciden en él diversas
tendencias, pues aunque no era hombre letrado, lo que no significa
ignorancia de leer y escribir, su espíritu ágil había recibido una
variada información. Con ella atiende a la resolución de diversos
problemas concretos, pero sin establecer un sistema teórico unitario.
No es extraño encontrar contradicciones conceptuales en sus
notas.Conocía la obra de Arquímedes y tenía referencias sobre
Jordanus Nemorarius, cuya identidad en el siglo XIII no está
determinada. A partir de ellos intuye el principio de composición de
fuerzas (si sobre un cuerpo actúan dos fuerzas en distinta dirección,
el cuerpo se desplaza siguiendo la diagonal del rectángulo que tiene
a dichas fuerzas como lados), que ya Nemorarius había apuntado.
En dinámica se apoya plenamente en el principio
peripatético: si una fuerza mueve un cuerpo a una determinada
distancia en un determinado tiempo, la misma fuerza moverá la
mitad de dicho cuerpo a una distancia doble en el mismo tiempo.
Principio que si bien parece adecuarse a la experiencia ordinaria, sin
embargo, ha sido rechazado por la mecánica clásica. Con respecto a
la teoría de los proyectiles, cita a Alberto de Sajonia y toma buena
parte de los elementos procedentes de la teoría del ímpetus.
A pesar de este entronque con la tradición
aristotélica, Leonardo parece intuir ciertos problemas fundamentales
en la ciencia moderna. Así, se debate por clarificar, sin conseguirlo, el
concepto de fuerza, acercándose a intuiciones que parecen sugerir
los conceptos de energía cinética y potencial. Este esfuerzo
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2.4.-EL ARISTOTELISMO
Como indicamos en el tema anterior, en el siglo XIV
se configura una física (basada en los principios aristotélicos que son
también los de la ciencia antigua), pero en buena parte crítica y
discrepante respecto a cuestiones fundamentales de Aristóteles. me
refiero a los calculatores de Oxford y a los terministas de Paris.
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siglos XV y XVI, así como para advertir que sus ideas están
entrelazadas con otras muchas del Renacimiento. Pero desde el
punto de vista de la actitud ante la ciencia, las separaciones ya no
son tan precisas. Averroístas y alejandrinistas pregonan un
acercamiento a la naturaleza, y de ellos puede decirse que ponen el
objeto de la investigación en la naturaleza, criticando preocupaciones
metafísicas o la mezcolanza de cuestiones naturales y religiosas.
Se mantiene generalmente que los aristotélicos
excluyeron los procedimientos matemáticos de su estudio de la
naturaleza. En líneas generales, parece que es cierto, en cuanto que
el aristotelismo utiliza como estructura formal la lógica, y esta se
movía a partir de definiciones, en las que desempeñaba un papel
muy importante la extensión y comprensión, sin salir de las
relaciones entre los nombres, tanto se les diese valor real o se les
considerase como "flatus vocis". Esta actitud discrepa radicalmente
de la de los calculatores de Oxford y los terministas de Paris que
utilizan formas matemáticas, sobre todo en las explicaciones de los
distintos tipos de movimiento. A ello debemos añadir la actitud de
enfrentamiento a la fe, más firme y con más tradición que en
cualquier otro movimiento, sin la cual el salo a la nueva ciencia
hubiera sido imposible. Esta peculiar concepción se extendió por
diversas universidades, coincidiendo en gran medida con los núcleos
en los que la nueva ciencia aparece.
3.1.-FACTORES FUNDAMENTALES
Se han denominado años maravillosos a los que
transcurren entre 1543, fecha en que aparece el De revolutionibus
orbium coelestium de Copérnico y el De humani corporis fabrica de
Vesalio, y el 1678, al publicarse los Philosophiae naturalis principia
mathematica de Newton. En esta etapa la ciencia moderna pone sus
bases. No es de extrañar que la atención de los historiadores se haya
dirigido con frecuencia a este periodo para indagar el origen de las
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1El ecuante es el círculo trazado desde el puntum equans (punto igualador). Según
la figura, P (planeta) se encuentra en movimiento cíclico alrededor de D, el cual a
su vez se mueve alrededor de un círculo cuyo centro está en O, o en cualquier
punto a lo largo de la recta AA'. Hasta aquí el
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P
A A´
Q O
Planeta
Planeta
Sol Sol
DE REVOLUTIONIBUS COMENTARIOLUS
Sin embargo, el De Revolutionibus había cumplido el objetivo
propuesto: explicar geométricamente el movimiento de la Tierra y el
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4.2.-TYCHO BRAHE
Tycho Brahe (1546-1601) no fue un gran teórico, y
por lo tanto no ha ofrecido ninguna ley básica de la ciencia, pero
representa muy bien la vanguardia científica de finales del siglo XVI y
proporciona los medios para que la estructura del sistema solar (es
entonces el sistema del universo) quede establecida.
Perteneciente a la burguesía danesa, manifestó
pronto una decidida vocación por la astronomía. Curiosamente
decidió mantenerse en una astronomía teórica, guiado por el afán de
predecir movimientos y situaciones de los astros, en cierto modo
relacionados con sus afanes químicos (alquimistas), como si intuyese
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la necesidad de una nueva física común para los cielos y tierra que
no llegó a conocer. Era un hombre con un carácter difícil, que dispuso
de medios y del mejor observatorio hasta entonces conocido, el
observatorio de Uraniborg (1576), en la isla de Hven, a él otorgada
con sus feudos y otras pensiones por el rey de Dinamarca, hasta que
sus cuantiosos gastos, mala administración y cambios políticos
(1597), le obligaron a abandonar tan peculiar lugar, buscando la
protección del emperador Rodolfo II.
Siempre se ha tenido en cuenta, y así hay que
reconocerlo, que el gran mérito de Tycho Brahe consistió en las
observaciones por él realizadas. No sólo fueron cuantiosas, sino que
para ello considera imprescindible la necesidad de un método (frente
a las observaciones esporádicas) y construyó un instrumental
extraordinariamente más perfecto y sensible que el hasta entonces
utilizado. Aunque no dispuso de telescopio, sus mediciones
estuvieron
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saturno
júpiter
marte
venus
mercurio
sol
luna
tierra
4.3.-JOHANES KEPLER
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