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→ Positivismo: refleja la realidad tal y como es. Busca leyes invariables que expliquen
y se apliquen a la realidad. Dichas leyes son para el mundo natural y también para el
social.
El interés de Comte por el positivismo está relacionado con su interés por la sociología,
la que “descubrió” en 1822 y que definía como ciencia positiva. Desarrolló una jerarquía
de las ciencias y ubicó en la cúspide a la sociología. Esta jerarquía desciende desde las
ciencias más generales, abstractas y alejadas de las personas, hasta las más complejas,
concretas e interesantes para las personas.
Es la ley más famosa de este autor y en ella identifica los tres estadios básicos que
partían de la premisa de que el proceso de madurez de las personas, todas las ramas del
conocimiento y la historias del mundo, todo, atravesaba estos tres estadios y cada uno
suponía la búsqueda de una explicación para las cosas que nos rodean.
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● Estadio teológico (primitivo): es el primer y necesario punto de partida de los
otros dos. En él se busca la naturaleza esencial de las cosas, su origen y su
propósito, desembocando en la búsqueda del conocimiento absoluto. Se asume
que todos los fenómenos son creados y regulados por fuerzas o seres
sobrenaturales. Aquí se incluye en fetichismo y el politeísmo.
● Estadio metafísico: le parece el menos importante de los tres, es transitorio y
las fuerzas abstractas sustituyen a los seres sobrenaturales para explicar las
causas y los propósitos. Lo sitúa antes de la Revolución Francesa.
● Estadio positivo: se trata del estadio final y más importante. En él las personas
abandonan su búsqueda de causas originales, las ideas no científicas y se
concentran en la búsqueda de leyes naturales invariables que gobiernen todos los
fenómenos, entre las que distingue leyes concretas (inducción mediante
investigación empírica) y leyes abstractas (deducción a través de teorización).
Como le interesa más la deducción y teorización, también le interesan más las
leyes abstractas. La meta: la menor cantidad de leyes generales abstractas.
La sociología de Comte
Comte distingue entre estática social y dinámica social, a las que asocia con estructura y
cambio respectivamente y consideraba que todas las ciencias se dividían entre estos dos
conceptos.
Define la estática social como la investigación de las leyes que gobiernan la acción y
reacción de las diferentes partes del sistema social. Estas leyes se deducen de las leyes
de la naturaleza humana (teorización). Inspirado en la biología, desarrolla una
perspectiva sobre las partes (estructuras) de la sociedad, el modo en que éstas
funcionan y su relación con el resto del sistema social. Veía a las partes y al conjunto en
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un estado de armonía y para conocer las partes había que partir del todo. Para Comte, la
estática social describe las estructuras de un sistema tipo ideal.
● El individuo
Piensa que el individuo es imperfecto, dominado por formas inferiores de egoísmo más
que por formas superiores de altruismo. Según Comte, el predominio del egoísmo
arraiga en el cerebro, generando mayor energía y contribuyendo a compensar la
debilidad natural del altruismo. El problema de la vida humana estaba, precisamente, en
la necesidad de que el altruismo dominara al egoísmo, ya que si se deja a su arbitrio al
individuo, tenderiamos al egoísmo. Comte tiene un concepto muy negativo de las
personas y de su propensión al egoísmo. Su idea sobre las facultades creativas de los
individuos era muy limitada y a este egoísmo habría que añadirle la debilidad y la
impotencia.
Utilizó dos conceptos: subjetivo, cuyo significado implicaría la subordinación del intelecto
al corazón, y objetivo, que sería la necesidad inmutable del mundo exterior, que existe
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fuera de nosotros (para Comte). Creía que el principio subjetivo debía estar subordinado
al objetivo, es decir, que el corazón esté subordinado y dominado por el intelecto, de
modo que pueda triunfar así el altruismo.
● Nutrición
● Sexo
● Destrucción y construcción
● Orgullo y vanidad
El objeto de la dinámica social fue el estudio de las leyes de sucesión de los fenómenos
sociales: la sociedad siempre está en proceso de cambio ordenado según estas leyes.
Hay un proceso evolutivo por el que la sociedad progresa de un modo constante hacia su
último y armonioso destino bajo las leyes del positivismo.
Para Comte son leyes invariables, son las que controlan los cambios y poco pueden
hacer las personas para influir en la marcha del proceso. Sin embargo, sí pueden influir
sobre la intensidad y funcionamiento secundario del fenómeno, pero no alterar su
naturaleza u origen. En otras palabras, la gente sólo puede intervenir en cosas que
hubieran sucedido de todos modos.
Historia
1. Fetichista: la gente personifica objetos externos, les otorga vida y los deifica.
2. Politeísta: se desarrolla en Egipto, Grecia y Roma.
3. Monoteísta: analiza en especial el monoteísmo del catolicismo romano en la
Edad Media.
Los tres periodos integraban el estadio teológico, pero se cuidó de decir que también
contenía los gérmenes del positivismo que llegaría a surgir en un momento muy
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posterior en la historia. Consideraba al siglo XIV como el momento en que la teología
comenzó a experimentar debilidad y decadencia. El catolicismo perdía fuerza y fue
sustituído por el protestantismo. Ésto para Comte suponía el comienzo de la negatividad
que intentó contrarrestar con su positivismo. El protestantismo sentó las bases para esa
negatividad en el mundo social y desató la crisis social. Tal doctrina negativa se había
desarrollado gracias a pensadores como Voltaire y Rousseau que, en opinión de Comte,
no eran pensadores sistemáticos y no eran capaces de producir especulaciones
coherentes. Sin embargo, estas teorías obtuvieron el apoyo de las masas porque la
teología se debilitaba y el positivismo aún no estaba preparado para reemplazarla.
Comte deseaba que sus ideas teóricas produjeran cambios sociales y su objetivo era la
conexión entre teoría y práctica. Fijó dos objetivos para el positivismo:
Comte descarta a las clases altas como seguidoras de su positivismo, porque eran
siervas de las teorías metafísicas y demasiado interesadas. Ocupaban posiciones
especializadas, demasiado aristocráticas, obsesionadas por recuperar ciertos aspectos
del Antiguo Régimen y cegadas por la educación que habían recibido. Tampoco esperaba
apoyos de las clases medias, ya que vivían demasiado ocupadas intentando incorporarse
a las clases altas.
Esperaba ayuda de los filósofos, que ofrecían intelecto; de la clase trabajadora, que
proporcionaba la acción requerida y de las mujeres, que proporcionaban el afecto
necesario. Los dos últimos grupos solían ser excluídos de los puestos de gobierno, por lo
que es más probable que comprendan la necesidad de un cambio político. Además, la
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discriminación contra ellos en el sistema educativo los vuelve menos ciegos a la
necesidad de tales cambios.
● La clase trabajadora: tienen más tiempo para pensar, ya que sus empleos no
eran tan absorbentes como los de las personas de clases sociales altas. Además,
también tenían más energía para reflexionar. Tampoco eran superiores
intelectualmente, pero sí moralmente. Atribuye a los trabajadores las siguientes
características: mayor apego al hogar, impulsos más nobles y solidarios como
resultado de haber experimentado miseria… Comte piensa que la propagación del
comunismo entre esta clase constituía una prueba de que la tendencia hacia la
revolución social se estaba centrando en cuestiones morales, pero reinterpretaba
el comunismo como un movimiento moral, más que económico.
Comunismo Positivismo
● Las mujeres: Comte tenía ideas poco comunes sobre ellas. Según él, brindaban
a la política la necesaria subordinación del intelecto al sentimiento social.
Constituyen el principio fundamental sobre el que descansa el positivismo: el
triunfo de impulsos morales sobre los egoístas. La admiración que sentía por las
mujeres no le impidió afirmar que los hombres eran superiores práctica e
intelectualmente. Admiraba el aspecto moral y afectivo de las mujeres y esto le
llevó a asignarles un papel revolucionario central, aunque creía que los hombres
eran más capaces de actuar y ejercitar el intelecto y tendía a menospreciar las
habilidades intelectuales de las mujeres. Éstas debían modificar el proceso
educativo que tenía lugar en el seno de la familia y constituir “salones” que
propagasen ideas positivistas.
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Al incluir la moralidad entre su “lista de preocupaciones”, regresó a su ley de los tres
estadios e incluyó la moralidad de la siguiente manera:
En primer lugar, fue el primer pensador que utilizó el término “sociología” y la definió
como ciencia positiva. La mayoría de sociólogos contemporáneos aún creen que existen
leyes invariantes en el mundo y que su tarea es descubrirlas; muchos buscan
empíricamente, mientras otros lo hacen en el ámbito de la teoría.
En tercer lugar, diferenció la estática social de la dinámica social. Esta distinci´n sigue
teniendo importancia para la sociología, aunque ahora se trate de estructura social y
cambio social.
En sexto lugar, ofreció una dialéctica de las macroestructuras, Pensaba que las
macroestructuras de su tiempo eran el producto de las estructuras pretéritas y que
tenían el germen de las estructuras futuras. Esta idea confirió a su obra una percepción
de continuidad histórica. Su dinámica es superior a la perspectiva de muchos teóricos
posteriores e incluso contemporáneos.
En último lugar, Comte no se contentó con desarrollar una teoría abstracta, sino que
intentó integrar teoría y práctica (AAA).
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Debilidades básicas en la teoría de Comte
La teoría de Comte se vio claramente comprometida por su propia vida privada. Sus
insatisfactorias relaciones con las mujeres le llevaron a producir una serie de ideas
absurdas sobre el papel de las mujeres en la sociedad. Su problema se agravó debido a
un sexismo que le llevaba a asignar sentimientos a las mujeres mientras a los hombres
les otorgaba la capacidad intelectual y política y el poder económico. En el caso de
Comte se hace evidente que los teóricos necesitan ser conscientes del peligro que
supone permitir que las experiencias personales influyan en el desarrollo de sus teorías
acerca del funcionamiento del mundo.
Por otro lado, Comte pareció experimentar un creciente proceso de pérdida de contacto
con el mundo real. Después de la Filosofía Positiva, sus teorías se caracterizaron por la
desarticulación de la lógica interna de sus ideas. Una de las causas era que, en realidad,
no había realizado ninguna investigación empírica. Su idea de investigación empírica
consistía en ofrecer vagas generalizaciones sobre los estadios históricos y la evolución
del mundo. La vaguedad de su análisis de datos queda reflejada en esta frase: “La
verificación de esta teoría puede encontrarse de forma más o menos específica en todos
los periodos de la historia”. Si Comte hubiera analizado mejor los datos y si hubiera
estado en un contacto más estrecho con la historia y con el mundo que le tocó vivir, sus
teorías quizás no habrían sido tan estrafalarias.
Quinto, aunque se ha afirmado que Comte creó la sociología, encontramos muy poca de
ésta en su obra. Su análisis superficial de los grandes periodos históricos difícilmente
puede calificarse de sociología histórica. Sus enunciados reconocidamente débiles sobre
algunos elementos de la estática social nos ayudan a comprender la estructura social. El
legado más duradero de Comte consistió en abrir ciertos campos diferenciados que sus
sucesores se encargarían de completar y convertir en auténtica sociología.
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En sexto lugar, puede afirmarse que Comte no hizo contribuciones originales. Reconoció
su deuda con positivistas de renombre como Bacon, Descartes y Galileo. Puede señalarse
algo parecido con su contribución a la sociología. Comte admite explícitamente la
importancia de precursores de la sociología como Charles Montesquieu y Giovanni Vico.
Si bien es cierto que inventó el término “sociología”, no creó la práctica de ésta.
Octavo, tendía a desarrollar modos de pensar y a crear herramientas teóricas, que más
tarde empleaba para analizar cualquier cuestión que se le venía en mente. Parecía estar
seguro de que las cosas sucedían en trios, y muchas de sus ideas teóricas tenían tres
componentes. Por lo que se refiere a las herramientas teóricas, no se contentó con
aplicar su ley de los tres estadios a la historia social; también la aplicó a la historia de las
ciencias, a la historia de la mente y al desarrollo de los individuos desde su infancia
hasta la madurez.
En décimo lugar, sacrificó muchas de las ideas que había defendido cuando se dedicó
posteriormente a la religión positivista. La formulación de la religión positivista parece
estar poderosamente influida por la estructura del catolicismo. De hecho, T.H. Huxley
describió el sistema de Comte como “catolicismo menos cristianismo”. Comte reconoció
su deuda con el catolicismo cuando señaló que el positivismo era “más coherente y más
progresista que le noble, aunque prematuro, intento del catolicismo medieval”. Su
religión positiva se asemeja al catolicismo en sus sacerdotes, vicarios e incluso el
pontífice. Es claro que la religión positivista no influyó de manera significativa, aunque sí
sirvió para subvertir las pretensiones científicas de Comte.
Por último, las implicaciones totalitarias de los planes de Comte para el futuro: por una
parte, se trataba de planes sumamente detallados en los que su propia persona
mandaba en los diferentes actores que intervendrían en su sistema; por otra parte, estos
planes incluían incluso instituciones específicas como la familia. De particular mención
son sus ideas sobre la aplicación de los principios de la crianza animal a los humanos. Y
finalmente, sus planes incluían la religión, con su noción de un sumo pontífice que
gobernara el imperio positivista.