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cultura y los hábitos que desarrollan pueden actuar como potenciadores de enfermedades así como
las creencias ancestrales forman parte de nuestra identidad, por ello, es normal que en el día a día
las personas utilicen métodos de la medicina ancestral para calmar sus dolencias, el amplio
espectro de medicinas alternativas abarcan un sin fin de tratamientos, que en el contexto actual,
pueden servir para el tratamiento de algunas enfermedades, pero a su vez, puede actuar como un
factor que demore la atención médica. Siendo la medicina ancestral una de las alternativas que por
lo general se utilizan como primera opción, en el contexto de las enfermedades actuales terminan
siendo insuficientes (Guzmán & Moreno, 2016). Ante esto se realizó una investigación en la
ciudad de Quito donde evidencian los factores del abandono de tratamientos con medicina
ancestral por el de atención médica. De una muestra de 100 personas que han utilizado medicina
ancestral previa a consulta externa, más de la mitad afirman que la medicina ancestral alguna vez
fue efectiva, siendo predominante el consumo de bebidas elaboradas con alguna planta por un
un promedio de más de un mes, según los autores, factores como la influencia social,
comportamiento de salud. Si bien existe cierto abandono de la medicina ancestral este todavía
perdura, por lo tanto se puede estar evidenciando una fusión entre medicina ancestral y
enfermedad es los malos hábitos presentes en los individuos, que incluso pueden depender del
contexto de la cultura en la que viven, para el caso ecuatoriano según cifras del Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos (INEC, 2012) vivimos en un país que está sumergido en el hábito de
consumo de alcohol, las familias ecuatorianas de ingresos bajos estarían destinando 545 mil
dólares mensuales al consumo de alcohol, mientras que las familias con ingresos superiores
estarían rondando los 2 millones de dólares (INEC, 2012), por ende, vivimos en una sociedad
donde el consumo de alcohol está normalizado al límite de ser considerado el segundo país de
América Latina con mayor consumo de alcohol, llegando a la ingesta de 9,4 litros de bebidas
alcohólicas por habitante al año (OMS, 2013). Con estas cifras es necesario preguntarse ¿Cuán
probable es que la población pueda interpretar a cabalidad los síntomas relacionados con
enfermedades ligadas al alcohol?, y no solo los problemas a nivel orgánico, también las
Ecuador, el 4,5% (431.509) de la población fuma diariamente, y de este porcentaje el 37% lleva
fumando más de 20 años, seguido del 25% con un rango de tiempo de 11 a 20 años, el 15,4% entre
los 6 y 10 años, el 20,7% entre 1 y 5 años seguido del 1,7% menos de un año, todos estos rangos
tienen un promedio de consumo de 5 cigarrillos al día (INEC, 2012). Todos estos datos se reflejan
fallecieron por tumores malignos de la tráquea, bronquios y pulmones, sin mencionar el alto
número de personas que sufren enfermedades respiratorias producto del consumo de tabaco
problemas de salud, la ausencia de una buena alimentación y actividad física son determinantes al
momento de padecer una enfermedad, según la OMS (2017) la obesidad es considerada una
epidemia a nivel mundial, en 2016 existían 1900 millones de adultos con sobrepeso así como 650
millones con obesidad, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso, enfermedades
como la diabetes, cardiopatía isquémica y cáncer estarían asociados a estos factores (OMS, 2017),
solo en Ecuador existen más de 100.000 personas con obesidad, cabe recalcar que los productos
más consumidos por los ecuatorianos son los carbohidratos como pan y arroz, además de bebidas
azucaradas como colas o gaseosas (INEC,2012). Por lo tanto, estamos frente a una situación donde
la mayor parte de las personas no son conscientes de las enfermedades ni mucho menos de los
síntomas asociados a ellas, por ello, es necesaria una evaluación rigurosa de los malos hábitos que
producen enfermedad, de esta forma las instituciones públicas podrán generar planes para combatir
estos problemas.
La población en general tiene que atravesar por una constante y permanente capacitación en
temas referentes a la percepción de su propia salud, el cómo interpretan los síntomas y cómo
actúan dependerá de factores característicos de cada población marcados por la cultura, diferencias
ingresos, escolaridad, sexo, entre otras variables tanto individuales como colectivas que pueden
moldear la forma en cómo la población interpreta los síntomas (Morrison & Bennett, 2008).
Tomando en cuenta estos factores, la evidencia encontrada por Alejandra Soto (2007) en mujeres
que presentan dolor torácico producto de una enfermedad coronaria, demoran su atención médica
por factores como la interpretación de los síntomas, según la evidencia encontrada por la autora,
las mujeres con estas dolencias tienen una falta de habilidad del reconocimiento de síntomas
asociados, las mismas que a su vez retrasan su atención médica debido a la necesidad de tratarse a
sí mismas para mantener el control, roles que desempeñan y experiencias negativas previas, las
mujeres con este cuadro de salud perciben a los síntomas como una experiencia de dolor que causa
desprotección a sus seres queridos, también tienen un deseo de no preocupar a las personas de su
2007).
López, Findling & Abramzón (2006) realizaron una investigación para observar si existe
diferencias en la percepción de morbilidad entre hombres y mujeres, dada la evidencia los hombres
consultan menos que las mujeres ya que tienen una percepción de que su salud es buena, en ambos
sexos, a medida que la edad aumenta la percepción de la salud se considera más deteriorada, los
niveles de instrucción tienen una relación directa proporcional con la percepción favorable de su
salud. (López, Findling & Abramzón, 2006). En lo que respecta a la interpretación de síntomas de
carácter psicológico, Caraveo, Colmenares & Martínez (2002) evidenciaron de una muestra de
1685 menores que la mitad de ellos presentó sintomatología psicológica, la necesidad de atención
fue considerada solo por el 25% de los padres y la búsqueda de atención solo fue percibida para el
13% de casos, incluso evidenciando a los padres los síntomas psicológicos que presentaban sus
hijos, menos de la mitad de los menores con mayores probabilidades de padecer algún tipo de
trastorno recibieron ayuda. Respecto a la interpretación de los síntomas, los padres no tenían el
sus hijos, al parecer las perciben más aceptables que los síntomas de internalización como el
Las campañas por parte del Ministerio de Salud para concientizar el consumo de sustancias
nocivas para la salud, así como promover hábitos saludables han ido incrementando a lo largo de
los años, campañas como la Detección Precoz del Cáncer de Mama o “Respira Ecuador,
distintas enfermedades. Sin embargo, las instituciones de salubridad no pueden actuar como el
ayudándolos a identificar e interpretar de manera óptima los síntomas que producen enfermedad.