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Diego Palacios Muñiz

Reseña 2
Historia de los movimientos estudiantiles en el siglo XX
16 de octubre del 2019

Jaime Pensado “El movimiento politécnico de 1956: la primera revuelta estudiantil en


México de los sesenta” en Renate Marsiske coordinadora, Movimientos Estudiantiles en
la historia de América Latina IV, IISUE, México, 2015, pp. 129-188

En la historiografía mexicana reciente y, en realidad, también en el resto del


mundo se le ha dado una importancia muy grande al año de 1968, se suele tomar a ese
año como un punto de inflexión en la corriente de los movimientos sociales. Es a partir
de las protestas y movilizaciones del 68 que alrededor del mundo se le empieza a dar
una mayor importancia a los movimientos sociales y se empiezan hacer estudios más
profundos al respecto en años posteriores1. Ahora bien, cómo es de esperarse ha
habido respuestas y contradicciones a las teorías y propuestas de estudio a la
transición de los movimientos sociales y a las características que se les han dado.
Jaime Pensado hace un estudio sobre la huelga y movimiento del IPN en 1956 donde
propone que en México el inicio y desarrollo de las nuevas movilizaciones estudiantiles
se originaron con el dicho movimiento. El objetivo del presente escrito es analizar el
ensayo del Doctor Pensado y discutir algunos de los argumentos del mismo, al igual se
presentaran algunas de las aportaciones del texto y que nos ayudan a entender la
temática presentada.
El escrito de Jaime Pensado deja muchas ideas sobre la mesa, nos hace
cuestionar la figura del estudiante, del estudiantado y sus organizaciones y, por ende,
nos permite cuestionarios a esas mismas figuras hoy en día y ver que hay muchas
prácticas que se toman de esos momentos. Aunque hay que mencionar que el autor a
pesar de que quiere romper con la idea de el movimiento estudiantil de 1968 en México
no es el inicio de la organización moderna de los estudiantes y que, en realidad, esta se
funda o consolida en 1956 cae en la misma tendencia de cierto modo debido a que si

1José María Aranda Sánchez, “El Movimiento Estudiantil y la Teoría de los Movimientos
Sociales”, Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, vol. 7, núm. 21, enero-abril, Universidad
Autónoma del Estado de México, 2000, p. 239

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se hace una revisión a los movimientos estudiantiles anteriores a ese año ya se
empiezan a vislumbrar o a notar organizaciones estudiantiles a lo largo del país y en
toda Latinoamérica y por ello habría que considerar replantear el nombramiento de un
“parteaguas” tajante en la historia debido a que la organización estudiantil a pesar de
que no ha sido igual a lo largo del tiempo si ha tenido los mismos sujetos de cierta
forma: los estudiantes.
Es interesante pensar el proceso de las movilizaciones sociales debido a que nos
permite diferenciarnos como estudiantes y como actores sociales, se pueden
determinar fracturas y conflictos entre los mismos miembros de la comunidad y alianzas
que llegan a tener con autoridades o sectores de la sociedad. El autor cae en una cierta
contradicción cuando trata de romper la idea de que la masacre de Tlatelolco como un
antes y un después y después trata de determinar de cierta forma a la huelga del
Politécnico como “el primer desafío público y directo organizado por parte de una
organización estudiantil a favor de un nuevo concepto de democracia que maduraría a
lo largo de los sesenta”2 debido a que a pesar de que se pensaba de manera diferente
los estudiantes en el pasado ya habían discutido sobre la democracia, sobre la
autonomía y ya se habían posicionado como oposición a autoridades3
La discusión sobre las características y el desenvolvimiento de los movimientos
estudiantiles continúa y por ello textos como el de Jaime Pensado son necesarios para
seguir aportando a la investigación de esta temática. Por ello criticar e intentar cambiar
los paradigmas que se han asentado tanto en la historiografía como en otros campos
de estudio nos permiten ampliar el modo en que se estudian los movimientos. Hay que
mencionar antes de acabar este análisis que el ensayo analizado además de presentar
los ejes de discusión ya mencionados que es un texto que nos permite conocer la
huelga de 1956 del politécnico de manera muy amplia a través de diversas fuentes

2 Jaime Pensado “El movimiento politécnico de 1956: la primera revuelta estudiantil en México de los
sesenta” en Renate Marsiske coordinadora, Movimientos Estudiantiles en la historia de América Latina
IV, IISUE, México, 2015, p
3Podemos pensar el movimiento estudiantil en Guadalajara de 1933, véase en: Martínez Moya,
Armando,  “Libertad de cátedra o socialismo de Estado. El dilema de los estudiantes de la Universidad
de Guadalajara en 1933-1937″, Revista Historia de la Educación Latinoamericana, vol. 16, núm. 22,
enero-junio, 2014, pp. 191-211, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Boyacá, Colombia

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como los periódicos de la época que fueron en su momento una oposición muy
importante del movimiento y por otra parte los documentos que dejaron los estudiantes
que participaron el movimiento. Además de que el texto también presenta un panorama
de la época y de las ideas que estaban permeando en la sociedad de los 50s, donde
había una sociedad disconforme con su gobierno y sus relaciones con los Estados
Unidos, además, era una época donde se estaba terminando de concluir una transición
en el poder donde se había pasado de un estado de negociación y de justicia social
después de La Revolución a uno que intentaba modernizarse a toda costa y que estaba
posicionado de manera internacional y que además perseguía un modelo de unidad
nacional. Así pues, para concluir, hay que decir que el ensayo presentado por Jaime
Pensado es uno que ofrece una investigación muy completa, en el sentido que además
de presentarnos temas para discutir también lo hace a través de una explicación
minuciosa de los politécnicos en 1956 y de como fue desarrollado y enfrentado su
movimiento.

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