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Departamento de Lengua Castellana y Literatura, 4º ESO.

IES LUCUS SOLIS, curso 19-20

EL SIGLO XIX: EL ROMANTICISMO

Marco histórico

El siglo se inicia con la Guerra de la Independencia. Ocupará el trono Fernando VII (1814-33),
que impondrá un régimen absolutista, salvo en el llamado “trienio liberal” (20-23). Le sucederá su hija,
Isabel II (1833-68); se debe enfrentar a las guerras carlistas. Es derrocada en la revolución del 68. Tras
un período de cambios, llega la Primera República (1873-74), y, tras ella, la Restauración, con Alfonso
XII (75-85). El siglo finaliza con la Regencia de María Cristina (hasta 1902, mayoría de edad de Alfonso
XIII).

Ideologías

Dos son las ideologías principales en la primera parte del siglo:

-El Absolutismo; los absolutistas defienden el Antiguo Régimen, que tantos éxitos trajo al Imperio
Español, cuyos valores ideológicos pretenden restaurar.

-El Liberalismo. Irrumpen con fuerza en las Cortes de Cádiz de 1812. Los liberales pretenden acabar
con el régimen absolutista. Defenderán los Derechos Humanos; tienen una gran fe en el progreso y
desean limitar el poder del estado. Con el tiempo se dividirán en conservadores y progresistas.

Posteriormente, surgirán nuevas ideologías; en el último tercio de siglo surgen los


movimientos obreros

DELACROIX: La libertad guiando al pueblo

Cultura: el Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural y político que se inicia en la primera mitad del


siglo XIX en Europa y América. Consiste en una nueva forma de ver el mundo.

“Libertad en literatura, como en las artes, como en la industria, como en el comercio, como en la
conciencia; he aquí la divisa de la época, he aquí la nuestra”.

(Mariano José de Larra)

“La primera generación de románticos vivió su juventud alrededor del año 1800, y podemos llamar al
movimiento romántico la primera insurrección juvenil de Europa. Los románticos tenían varios rasgos comunes
con la cultura Hippie que surgió ciento cincuenta años más tarde”.

(Jostein Gaarder. El mundo de Sofía.)


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La razón, tan valorada en el XVIII, no ha conseguido solucionar los problemas de la


Humanidad. El Hombre también posee sentimientos, ideales, fantasías, sueños… Y deseará explicarlos
con absoluta libertad.

El Romanticismo tardará en llegar a España. Se inicia en Alemania, con la figura de Goethe


(1749-1832), autor del Werther.

En España no llegará hasta 1835-40, con el regreso de los liberales exiliados en tiempos de
Fernando VII (entre otros motivos). Podemos distinguir dos tendencias dentro del Romanticismo:

-El Romanticismo tradicional, defensor del Absolutismo y de la recuperación de los valores del
pasado.

-El Romanticismo liberal, defensor del progreso.

El hombre romántico

*Es individualista; defiende sus ideales; se enfrenta al mundo que le rodea, que no logra comprenderlo.

*Es libre; la libertad de pensamiento y de expresión serán sus ideales. Rechazará todas las normas y
reglas (tanto sociales como literarias).

*Es Nacionalista. Exalta lo peculiar del país, su cultura, las leyendas, las tradiciones

*Es Idealista. Busca el amor, la justicia social, la felicidad…

*Es un hombre angustiado. Al no encontrar respuesta a sus ideales, se sentirá solo e incomprendido.
Ante esto, optará bien por la evasión (huida a mundos ideales, lejanos-medievales-) o por el suicidio
(acto muy romántico).

Estética romántica

*Originalidad. Se busca lo nuevo, no sometido a las reglas.

Experimentación constante, para no caer en las repeticiones. Por esto se harán constantes
innovaciones (sobre todo métricas). Este proceso experimentador aún no ha concluido (dará grandes
frutos en los inicios del siglo XX).

*Efectismo. El arte romántico busca impresionar, conmover (va dirigido a nuestros sentimientos, no a
nuestra razón). Esto se ve desde la fonética (de gran sonoridad) hasta los temas (marginados sociales;
grandes dramas…)
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Esta pintura del alemán Caspar Friedrich titulado “El viajero” nos ofrece una visión romántica
de la soledad del individuo y de su insignificancia frente al poderío de la naturaleza

Temas

*La intimidad del poeta; sus sentimientos, bien exaltados, bien melancólicos.

*Paisajes, en los que se ve un reflejo del estado de ánimo del escritor. Abundan los paisajes apartados,
nocturnos (cementerios…; la mar embravecida; tormentas; ruinas).

*Lugares exóticos. Como huida del mundo circundante, el escritor acude a países alejados.

*Nacionalismo. Otros buscan temas en el pasado nacional, intentando encontrar las raíces del pueblo.
De ahí surgirá el Costumbrismo.

*Se darán también temas políticos (el progreso) y filosóficos (sobre el sentido de la vida).

Los géneros literarios: el teatro

El teatro ilustrado del XVIII defendía en las obras una intención didáctica: con ellas contribuía a
la reforma de las costumbres de la sociedad. Para conseguirlo, restablecen los preceptos clásicos:

• Respeto de las unidades de tiempo, lugar y acción (la acción debe desarrollarse en un solo día,
en un solo lugar, en un único escenario)
• Separación de lo trágico y lo cómico.
• Eliminación de lo imaginativo y misterioso

El drama romántico

El teatro es uno de los géneros preferidos por los románticos, ya que se presta bien a reflejar
su visión de la vida como conflicto y su mundo de sentimientos y pasiones. Los grandes dramaturgos
románticos son el duque de Rivas y José Zorrilla.

La finalidad del teatro es fundamentalmente emocional: busca conmover e impresionar al


espectador.

Los temas predilectos son el amor trágico en abierto conflicto con las convenciones sociales,
la lucha del individuo por la libertad y la fuerza del destino.

Los personajes suelen distinguirse por varios aspectos:

• En su actitud se muestran valientes, rebeldes o incluso arrogantes frente a una realidad que se
opone a sus deseos: se enfrentan con las barreras que su destino les impone.
• Psicológicamente, se guían por las pasiones.
• Los protagonistas suelen ser extraños y misteriosos. Muchos aparecen marcados por un
destino que les aboca a la catástrofe final.

Se prefieren los ambientes lúgubres y retirados, y las acotaciones cuidan especialmente la


ambientación y los efectos escénicos.

Se proclama la libertad creadora: se mezcla lo trágico con lo cómico, lo dramático con lo lírico o la
prosa con el verso. Tampoco se respetan las unidades de lugar, tiempo y acción, y la trama se suele
distribuir en cinco actos.

Los principales dramaturgos románticos fueron el duque de Rivas y José Zorrilla.


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Ángel de Saavedra, duque de Rivas (Córdoba 1791-Madrid 1865), sufrió persecución por sus ideas
liberales y tuvo que exiliarse a Londres, donde entró en contacto con la poesía romántica inglesa. Tras
su regreso a España, evolucionó hacia posturas más conservadoras. Fue ministro de la Gobernación en
1836 y director de la Real Academia Española. La obra literaria del duque de Rivas comprende diversas
leyendas en verso, algunos romances extensos y varias obras teatrales, entre las que destaca Don Álvaro
o la fuerza del sino; su estreno, en 1835, supuso un enorme revuelo y marcó el verdadero triunfo del
Romanticismo en España.

La acción se desarrolla en Italia y en España, pasan varios años, mezcla lo trágico con lo cómico,
combina la prosa con el verso, tiene cinco actos, hay escenas sobrecogedoras y su estilo retórico
transmite vehemencia y apasionamiento.

El personaje central de Don Álvaro o la fuerza del sino encarna al héroe romántico, víctima del
destino y del rechazo de la sociedad. Ninguna de sus acciones evita su desgracia: huye continuamente,
pero el código del honor y un hado cruel e implacable le persiguen e imposibilitan su felicidad. De esta
forma, el suicidio desesperado de don Álvaro es ante todo un acto de rebeldía, la última manifestación
de la libertad individual del personaje.

José Zorrilla escribió diversos poemas narrativos y varias piezas dramáticas, entre las que destaca
Don Juan Tenorio, de 1844, obra que tradicionalmente se representa en torno al día de difuntos (2 de
noviembre).

En cuanto a la estructura, Don Juan Tenorio rompe con las reglas de las tres unidades. La obra está
caracterizada por una abundante cantidad de actos, que aparecen titulados. Su estructura externa,
dividida en dos partes, presenta un desequilibrio con respecto a la extensión de cada una de ellas. Sin
embargo, Zorrilla lo compensa mediante la condensación dramática, lograda gracias a la reducción
progresiva del número de escenas de cada acto.

La primera parte desarrolla una aventura amorosa y humana, mientras que la segunda se centra
en el episodio sobrenatural y religioso. Así, la obra abre progresivamente el paso hacia la reflexión.

Asimismo, entre ambas partes, desarrolladas cada una en una noche, existe una diferencia
temporal de cinco años. La obra, guiada por la añoranza del pasado propia del Romanticismo
tradicional, se sitúa en la España de Carlos V. También abundan los cambios de espacio.

Respecto a los temas y al conflicto establecido entre los personajes, Zorrilla retoma el mito de don
Juan presente en El burlador de Sevilla: un joven amoral y libertino que seduce a una o varias mujeres y
finalmente vive un encuentro sobrenatural que desencadena en el último momento su salvación o su
condena eterna. A diferencia de la obra barroca, el drama de Zorrilla se centra en una sola aventura
amorosa y presenta un protagonista que se arrepiente y logra la salvación por medio del amor.

Además, el autor crea un nuevo antagonista, don Luis Mejía, a quien don Juan termina matando.
Este personaje se ha visto como una representación del pecado de don Juan. De este modo, su muerte
significa también el fin de su vida pasada.

Doña Inés, personaje opuesto a don Juan, ejemplifica la virtud y la inocencia que acaban por
doblegar la maldad del protagonista. Doña Inés se encuentra próxima a la divinidad; es un «ángel de
amor» que actúa como mediador entre el mundo y Dios. En ella, el autor representa la creencia en la
salvación del ser humano y refleja la importancia que la bondad y la fe tienen para serenar la
inquietud propia del espíritu romántico.

Los géneros literarios: la prosa.

Cuatro son los géneros en prosa que el Romanticismo revalorizó: la novela, el artículo
literario, el cuadro de costumbres y el cuento.

- La novela consigue prestigio en esta época. Los periódicos las publicaban por entregas
(novelas de folletín). El género más importante es el de la novela histórica, creación del
Romanticismo y con gran éxito en España (Walter Scott, Alejandro Dumas y Víctor Hugo).
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Las tres obras más importantes son: El Señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco; El doncel
de Don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra; y Sancho Saldaña de José de Espronceda.

- El artículo de costumbres obedece al gusto del Romanticismo por las particularidades de cada
país. Se trata de breves escenas en las que se describe, sin ánimo crítico, costumbres populares
de las regiones españolas. Los dos autores más significativos son Ramón de Mesonero
Romanos y Serafín Estébanez Calderón.

- El artículo literario con intención satírica y moralizadora es creación del más importante
prosista de la época: Mariano José de Larra (1809-1837). Sus artículos son algo más que el
reflejo de las tradiciones españolas. En ellos se critica la falta de seriedad de la Administración
(“Vuelva usted mañana”) o la grosería (“El castellano viejo”), los toros, los carlistas, la falsedad
y la hipocresía…

- El cuento breve es también muy cultivado. En él, encontramos elementos de leyenda, el relato
fantástico y el cuento popular.

Los géneros literarios: la lírica.

Los románticos defienden la libertad creativa sin sometimiento a reglas. Esa independencia
aportará las dos principales características de la poesía romántica: papel fundamental del yo poético
y destacadas innovaciones en la métrica.

Temas: preocupación social, la identificación del estado de ánimo del poeta con la naturaleza
y los temas históricos y legendarios. Los temas proyectan una doble vertiente: una liberal, ya sea
exaltada y revolucionaria (Espronceda), ya sea intimista y melancólica (Rosalía de Castro, Bécquer y
Carolina Colorado); y un romanticismo apegado a la tradición, tanto en el contenido como en la forma,
que recupera el poema histórico y la leyenda.

Forma: las innovaciones más destacadas respecto al periodo anterior fueron:

a. Libertad en la combinación de versos (con especial predominio de octosílabo) y estrofas.

b. Empleo de la polimetría.

c. La canción es uno de los tipos de composiciones polimétricas más usuales (“Canción del
Pirata”, “Canción del mendigo”, “El reo de muerte”).

Autores:

1. ESPRONCEDA: cultivó la canción, la leyenda (El estudiante de Salamanca, 1840) y el


poema filosófico (El diablo mundo).

2. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER (1836-1870) es el autor de Las Rimas (1871), un conjunto


de composiciones breves, con rima asonante y versos generalmente de arte menor. Por su
sencillez y su sincera emoción, produjeron una renovación del lenguaje poético que tuvo
gran influencia después, en escritores como Antonio Machado. Los temas tratados en
ellas son el amor, la poesía, el desengaño, la soledad y la muerte.

3. ROSALÍA DE CASTRO (1837-1885): escribió en gallego dos libros fundamentales


(Cantares Gallegos y Follas Novas) y en castellano un tercero no menos importante (En las
orillas del Sar). En esta última obra, la autora expresa sus sentimientos más personales en
unos novedosos versos largos y una expresión frecuentemente simbólica.

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