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INFORME DE LECTURA 1

Seminario de Epistemología de las ciencias II

Laura Patricia Bernal Ríos

Maestría en Educación

Universidad de Caldas

febrero de 2020
INFORME DE LECTURA 2

Informe de lectura

LA FIJACIÓN DE LA CREENCIA

Charles S. Peirce (1877)


Traducción castellana y notas de José Vericat (1988)

“La fijación de la creencia” es un ensayo publicado por Pierce en 1877, resultado de las

discusiones en The Metaphysical Club de Harvard. Es considerado uno de los textos

fundacionales de la escuela norteamericana del pragmatismo. El ensayo puede inscribirse en la

disciplina de la Lógica (Pierce es considerado uno de los grandes lógicos de la historia del

pensamiento), sin embargo, la reflexión se extiende mucho más allá de estos límites, al buscar

indagar los mecanismos del pensamiento humano por medio del concepto de “creencia”,

entendida como una verdad provisional a la que se llega por medio de diferentes métodos, y la

cual es necesaria para el actuar humano. Como se puede apreciar, esta tesis es la base misma del

pragmatismo, corriente que considera que no existen ideas inmanentes, absolutas, sino ideas

provisionales a las que se llega por medio de un proceso de pensamiento, y las cuales se

consideran verdaderas según su utilidad en un momento dado.

Dejando a un lado esta primera contextualización, se puede realizar una revisión directa

del texto siguiendo los apartados que presenta. En primera instancia tenemos el apartado “I.

Ciencia y lógica”, que consiste en una reflexión sobre el papel de la lógica en la capacidad de

racionamiento humano. Luego se hace una revisión de su papel en el pensamiento científico, de

cómo es su base, llegando incluso a afirmar que: “Cada paso importante en la historia de la

ciencia ha sido una lección de lógica” (párr. 6).


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Vemos entonces que Pierce, aunque no intenta plantear un método científico, sí establece

como su fundamento la utilidad del razonamiento sobre las cosas reales del mundo material. De

ahí se pasa al apartado “II. Principios y directrices”, que, como su nombre lo indica, es un repaso

por algunos fundamentos de la lógica, desde el objetivo de razonar: “averiguar algo que no

conocemos a partir de lo que ya conocemos” (párr. 8), la cuestión de la validez que radica en que

“razonar es bueno si es tal que da lugar a una conclusión verdadera a partir de premisas

verdaderas, y no a otra cosa” (párr. 8), hasta los correctos procedimientos de la inferencia y sus

principios directrices. Aquí se realiza una fuerte crítica a los procedimientos lógicos corrientes,

habituales, es decir, regidos por el hábito, y que no tienen en cuenta la observación directa de los

fenómenos. En esta parte ya se empieza a indagar por la base de la tesis del ensayo, al afirmar

que los procedimientos lógicos determinan la acción del pensamiento por medio de la tensión

duda-creencia:

Se dan estados mentales tales como la duda y la creencia –que es posible el paso de uno a otro

permaneciendo sin alterar el objeto del pensamiento, y que este paso está sujeto a determinadas

reglas a las que todas las mentes están sujetas por igual. (párr. 12)

Este repaso por la lógica nos dirige entonces a las partes “III. Duda y creencia” y “IV. El

fin de la indagación”, en las cuales se establece el proceso por el cual se llega a la creencia para

que estas guíen nuestras acciones en búsqueda del cumplimiento de los deseos. La descripción de

este proceso puede darse partiendo de la siguiente idea:

La duda es un estado de inquietud e insatisfacción del que luchamos por liberarnos y pasar a un

estado de creencia; mientras que este último es un estado de tranquilidad y satisfacción que no

deseamos eludir o cambiar por una creencia en otra cosa (párr. 15).
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Por tanto, se construye el proceso así: dicha inquietud de la duda “causa una lucha por

alanzar la creencia”, esta es, la indagación. Su objeto es establecer una opinión, a partir de

descartar postulados vagos o erróneos. La duda cesa entonces cuando la indagación llega al

establecimiento de una opinión clara, y de esta a una creencia que permite el actuar.

Finalmente, se llega a la parte más extensa y central del ensayo, titulada “V. Métodos de

fijar la creencia”. Así, el recorrido anterior por diferentes fundamentos de la Lógica enfocados a

la tensión duda/creencia y el papel de la indagación, se realiza en función de la caracterización

de una serie de métodos que según Pierce son usados para fijar la creencia. A continuación, una

mirada sumaria de estos métodos establecidos:

Método de la tenacidad: Para Pierce una de las formas más comunes de llegar a la

creencia es por medio de la repetición y reiteración. Así, no se usan medios racionales para llegar

a ella, y, por tanto, una vez surge la duda, no se puede dar la indagación, y lo que sucede es un

rechazo a la duda por medio de la creencia misma. No existe pues forma de establecer contacto

con elementos externos. Es un método que se puede identificar en el pensamiento religioso.

Método de la autoridad: En este se da a las instituciones el papel de establecer y

transmitir las creencias. Este método suele verse aplicado en la ideología y las instituciones

religiosas, quienes establecen las “creencias” correctas, y por tanto las acciones y deseos

aceptados. De igual manera, las instituciones crean métodos para disipar la duda en una tarea de

evitar la indagación del fundamento de estas creencias.

Método a priori: Este tiene que ver con un ámbito más personal de cada individuo, que

fundamenta sus opiniones por medio del intercambio de diferentes perspectivas. Suele estar

asociado a las falsas creencias, ya que no surgen de una observación directa de los fenómenos,

sino de opiniones transmitidas de individuo a individuo.


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Método científico: Dejando atrás los tres anteriores métodos, este se erige como el más

adecuado de todos, ya que las creencias son fijadas a partir de hechos observables y verificables.

Así pues, con este el proceso duda/indagación/creencia se realiza por medio de las reglas de la

lógica y de la ciencia, retomando así los postulados expuestos en los primeros apartados del

ensayo. Entre sus virtudes esta: parte de hechos reales y no de opiniones; surge de fenómenos

externos y no de internos; tiene un carácter universal.

Al final, Pierce concluye que este último método es por consecuencia el más acertado de

todos, y el cual el hombre racional debe elegir. Se recalca la importancia de haberlo elegido

gracias a los caminos lógicos de la mente racional, lo cual pone en términos de “conquista”, es

decir, una gratificación al esfuerzo. Así pues, acceder al pensamiento científico es el mayor de

los logros del ser humano como animal lógico.

Referencias bibliográficas

Cornford, Francis M. (2007). La teoría platónica del conocimiento: Traducción y

comentario del Teeteto y el Sofista. Barcelona: Paidós.

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