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DEFINICION:

Trastorno de los pies de los diabéticos provocado por la enfermedad de las arterias periféricas que irrigan
el pie, complicado a menudo por daño de los nervios periféricos del pie e infección. Debido a la oclusión
de las arterias que llevan sangre a los pies se produce gangrena.

El pie del paciente diabético es muy sensible a todas formas de traumatismos: el talón y las prominencias
óseas resultan especialmente vulnerables.

Los daños a los nervios periféricos de los pies provocan trastornos sensoriales, úlceras de la planta del
pie, atrofia de la piel.

Es frecuente en los pacientes diabéticos que las lesiones propias del denominado pie diabético trascurran
sin dolor, debido a lo cual se suele agravar la lesión antes de que el paciente pida ayuda especializada.

COMO EVITAR LAS LESIONES DEL PIE DIABETICO?

A los pacientes de riesgo (ancianos y aquellos que tienen mala circulación), se les recomienda los
siguientes cuidados rutinarios de los pies:

 Cada día, los pies deben ser lavados (aunque no empapados) en agua caliente, cuya
temperatura ha sido probada previamente con la mano. Se deben secar con meticulosidad,
prestando una atención especial a los espacios interdigitales (entre los dedos).
 Las uñas de los pies deben cortarse con cuidado. Los pacientes con mala vista o manos
temblorosas deben pedir a otros personas que se las corten. Las uñas no deben ser más
cortas que el extremo del dedo.
 Los pies se deben inspeccionar con frecuencia, buscando detenidamente zonas resecas y
fisuras en la piel, sobre todo alrededor de las uñas y en los espacios interdigitales. Deben
espolvorearse con talco, si la piel está húmeda, o recubrirse con crema hidratante, si la piel
está seca. Las plantas deben ser inspeccionadas con un espejo o por otra persona. Debe
tenerse un cuidado especial con los callos y las durezas, que deben ser atendidas por un
podólogo. No se deben utilizar antisépticos potentes (yodo), ni callicidas.
 Si aparecen ampollas o infecciones, debe consultarse inmediatamente al médico.
 No deben utilizarse bolsas de agua caliente. Es preferible utilizar unos calcetines.
 Pueden emplearse mantas eléctricas, pero deben apagarse antes de meterse en la cama.
 Los zapatos deben ajustar bien (sin apretar) y ser confortables, dejando espacio para que
los dedos descansen en su posición natural.
 Los zapatos nuevos deben calzarse progresivamente, cada vez durante un tiempo un poco
más largo.
 Se deben utilizar calcetines de algodón o lana, mejor que de nylon. Deben ser de la talla
adecuada y no tener zurcidos ni costuras que puedan producir presiones. Deben cambiarse
diariamente.
 Caminar con los pies descalzos es peligroso, ya que una pequeña herida puede tardar
mucho en curarse.
 Dejar de fumar. El tabaco es muy perjudicial para los diabéticos, porque produce
vasoconstricción .
 Otro aspecto de la prevención que merece cierta atención, es el diseño de calzado a medida
para los diabéticos con pies muy vulnerables. Estos zapatos deben estar diseñados para
redistribuir las fuerzas que soporta el pie.

CUIDADO DE LAS LESIONES YA EXISTENTES

 Se debe hacer un examen detallado de ambos pies, con una inspección cuidadosa de los
talones y los espacios interdigitales.
 El estado de la circulación, y sensibilidad deben evaluarse con detalle.
 Deben tenerse en cuenta la temperatura y el color de la piel, la respuesta vascular a la
elevación del miembro, es decir si se producen cambios en el color según la postura de la
extremidad, el cambio en la cantidad de pelo de la pierna.
 Una fotografía en color es útil para poder juzgar la progresión de la falta de riego.

EL TRATAMIENTO DEL PIE DIABETICO SE BASA EN:


 Protección contra el daño que se asocia a la pérdida de sensibilidad causada por lesión de
los nervios periféricos.
 Tratamiento de la infección que pueda aparecer.
 Mejoría de la circulación evitando el uso de calzado o prendas ajustadas.
 Control médico de la diabetes, es decir, comprobar que los niveles de glucosa se
encuentran dentro de los límites permitidos.

Pie diabético
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El pie diabético, según el Consenso Internacional sobre Pie Diabético es una infección,
ulceración o destrucción de los tejidos profundos relacionados con alteraciones
neurológicas y distintos grados de enfermedad vascular periférica en las extremidades
inferiores que afecta a pacientes con diabetes mellitus.1 2

Es importante remarcar que no debe confundirse "pie diabético" con el pie de una
persona diabética, ya que no todos los diabéticos desarrollan esta complicación que
depende en gran medida del control que se tenga de la enfermedad, de los factores
intrínsecos y ambientales asociados al paciente y en definitiva del estado evolutivo de la
patología de base.

Contenido
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 1 Complicaciones neuropáticas
 2 Complicaciones vasculares
 3 Componente traumático, lesión y ulceración
 4 Complicaciones de las úlceras
 5 Abordaje
 6 Fuentes
o 6.1 Referencias
o 6.2 Bibliografía
 7 Enlaces externos

[editar] Complicaciones neuropáticas


Cuando se dice que el pie diabético tiene una "base etiopatogénica neuropática" se hace
referencia a que la causa primaria que hace que se llegue a padecer un pie diabético está
en el daño progresivo que la diabetes produce sobre los nervios, lo que se conoce como
neuropatía. Los nervios están encargados de informar sobre los diferentes estímulos
(nervios sensitivos) y de controlar a los músculos (nervios efectores).3 En los diabéticos,
la afectación de los nervios hace que se pierda la sensibilidad, especialmente la
sensibilidad dolorosa y térmica, y que los músculos se atrofien, favoreciendo la
aparición de deformidades en el pie, ya que los músculos se insertan en los huesos, los
movilizan y dan estabilidad a la estructura ósea.4
El hecho de que una persona pierda la sensibilidad en el pie implica que si se produce
una herida, un roce excesivo, una hiperpresión de un punto determinado o una
exposición excesiva a fuentes de calor o frío no se sientan.5 Ya que el dolor es un
mecanismo defensivo del organismo que incita a tomar medidas que protejan de
factores agresivos, los diabéticos pueden sufrir heridas y no darse cuenta. Además, la
pérdida de control muscular favorece la aparición de deformidades y éstas pueden al
mismo tiempo favorecer roces, cambios en la distribución de los apoyos del pie durante
la marcha y predisponer a determinados puntos del pie a agresiones que, de no ser
atajadas a tiempo, pueden resultar fatales.6 7 8

[editar] Complicaciones vasculares


La isquemia, o sufrimiento tisular derivado de la insuficiencia arterial, es frecuente en
los diabéticos, como consecuencia del daño que sufren los vasos sanguíneos de éstos a
causa de la enfermedad. Las arterias tienen la función de aportar nutrientes y oxígeno a
las células para que éstas funcionen correctamente. El pie es una zona de riego
comprometido por su distancia al corazón y si a esto sumamos el daño que sufren los
vasos sanguíneos podemos imaginar que la circulación arterial del pie se vea
ampliamente disminuida. Con ello se producen importantes trastornos tróficos, es decir,
de la "alimentación de los tejidos", incluyendo debilidad de la piel, sequedad y otras
alteraciones de las uñas, el vello.9

Además la insuficiencia arterial no solo provoca un sufrimiento de las células, y por


ende de los tejidos que éstas componen, sino que además implica que la respuesta
inflamatoria, que también depende del flujo circulatorio, se vea disminuida. Además, las
arterias también son responsables de llevar los materiales necesarios para que un tejido
se regenere, de modo que si se forma una herida, ésta difícilmente cicatrizará. A través
de las arterias es como los medicamentos alcanzan las distintas partes del organismo. Si
un paciente diabético sufre una infección en el pie y el riego circulatorio está
disminuido, el éxito del tratamiento farmacológico sistémico (por vía oral
principalmente) se reduce potencialmente porque el medicamento llega con mucha
dificultad a la zona en la que tiene que actuar, si bien debe instaurarse aún asumiendo el
riesgo de que no sea eficaz. Por otro lado, el tratamiento local, es decir, sobre la misma
herida, resulta fundamental aunque por desgracia, dadas las dificultades añadidas, no
siempre sea suficiente.10

[editar] Componente traumático, lesión y ulceración


Una vez aclarado la influencia de la neuropatía y de la vasculopatía, vamos al
desencadenante definitivo del pie Diabético.11 Nos imaginamos una piel débil y seca,
debido a la insuficiencia de riego sanguíneo; a esta piel debilitada le sumamos una falta
de sensibilidad del paciente y a continuación añadimos un traumatismo que puede ser
un golpe, un elemento punzante o cortante,12 una pequeña piedrecita que se introduce en
el zapato o, sin ir más lejos, una rozadura producida por un calzado demasiado estrecho.
Ya tenemos el componente traumático.13

Así se forma una herida que, en primera instancia, el diabético ni siquiera advertirá por
la pérdida de sensibilidad. Esta herida, al no ser tratada, es una puerta abierta para los
microorganismos, causantes de la infección. Como la respuesta inflamatoria está
disminuida, los patógenos no encuentran demasiada resistencia, colonizan la zona, el
tejido se destruye y difícilmente cicatriza. Ya tenemos la ulceración. Las úlceras son
heridas caracterizadas por una pérdida de sustancia y especialmente por su escasa
tendencia a la cicatrización.14

[editar] Complicaciones de las úlceras


Las úlceras requieren todos los cuidados podológicos y médicos que estén al alcance del
paciente, ya que además de no resolverse espontáneamente tienden a agravarse,
llegando en muchos casos a gangrenarse, lo que obliga a ejecutar amputaciones
parciales o incluso totales de las zonas afectadas. Se estima que las complicaciones
derivadas de la diabetes son la principal causa de amputación no traumática en el
mundo.15 La suma de falta de riego sanguíneo con la acumulación de toxinas derivadas
del metabolismo infeccioso pueden facilitar la aparición de fenómenos necróticos; dicho
de otro modo, pueden provocar que determinadas zonas de tejido mueran. Si ese tejido
muerto no es elimininado correctamente pueden provocar la liberación de toxinas en
sangre que acaben por ocasionar una gangrena del miembro. La gangrena es subsidiaria
de un único tratamiento posible: La amputación o la muerte (si es que alcanza el sistema
circulatorio a niveles superiores).16

[editar] Abordaje
La alta incidencia de la diabetes, considerada por muchos como la auténtica epidemia
del siglo XXI, exige que las autoridades sanitarias centren sus esfuerzos en combatir
esta enfermedad y tratar precozmente todas las complicaciones derivadas de ella,
incluyendo por supuesto al pie diabético. Sin duda, un enfoque multidisciplinar, que
incluya la participación de diferentes profesionales del ámbito sanitario, es con toda
probabilidad la mejor forma de detectar y atajar a tiempo estas complicaciones y evitar
que se produzcan.17

En la primera valoración de una lesión en el pie de un diabético se debe realizar una


valoración de la circulación arterial pues en caso de que ésta esté afectada se debe
intentar la revascularización lo antes posible. A continuación y en el mismo momento,
es imprescindible valorar la situación clínica del paciente y detectar cuantos
padecimientos o circunstancias coinciden y pueden ser coadyuvantes para una mala
evolución de las lesiones, y por último, el cuidado local ,que no puede separarse de lo
anterior, pues un cuidado esmerado de la lesión no tendrá ningún resultado mientras no
consigamos corregir cuantas circunstancias intervengan en el caso.

[editar] Fuentes
[editar] Referencias

1. ↑ David W. Voigt et.al, Economic Study of Collagen-Glycosaminoglycan


Biodegradable Matrix for Chronic Wounds, Wounds(2006). 18(1):1-7
2. ↑ "Scope: Management of type 2 diabetes: prevention and management of foot
problems (update)" (PDF). Clinical Guidelines and Evidence Review for Type 2
Diabetes: Prevention and Management of Foot Problems. National Institute for
Health and Clinical Excellence. 20 February 2003.
http://www.nice.org.uk/nicemedia/pdf/footcare_scope.pdf. Retrieved 2007-12-
04.
3. ↑ Rowe DW et al, Abnormalities in proliferation and protein synthesis in skin
fibroblast cultures from patients with diabetes mellitus, Diabetes(1997). 26: 284-
290 PMID 849809
4. ↑ Stephen A. Brigido et.al,Use of an Acellular Flowable Dermal Replacement
Scaffold on Lower Extremity Sinus Tract Wounds,Foot & Ankle
Specialist(2009),2(2):67-72
5. ↑ McLennan S et al, Molecular aspects of wound healing, Primary
intention(2006).14(1):8-13
6. ↑ E. Linden et al, Endothelial Dysfunction in Patients with Chronic Kidney
Disease Results from Advanced Glycation End Products (AGE)-Mediated
Inhibition of Endothelial Nitric Oxide Synthase through RAGE Activation,Clin.
J. Am. Soc. Nephrol(2008).3(3): 691 - 698 PMID 18256374
7. ↑ Galkowska H et.al, Chemokines, cytokines and growth factors in keratinocytes
and dermal endothelial cells in the margin if chronic diabetic foot ulcers, Wound
Repair Regen(2006). 14:558-565 PMID 17014667
8. ↑ Neil Bennett et al, Growth factors and wound healing: Part II. Role in normal
and chronic wound healing, Am J Surg(1993). 166: 74-81 PMID 8392302
9. ↑ Debbie Sharman, Moist wound healing: a review of evidence, application and
outcome, The Diabetic Foot(2003). 6(3): 112-120
10. ↑ Iakovos N Nomikos et al, Protective and Damaging Aspects of Healing: A
Review, Wounds(2006). 18 (7): 177-185.
11. ↑ Harold Brem, Marjana Tomic-Canic.Cellular and Molecular basis of wound
healing in diabetes.JCI (2007),117(5):1219–1222. PMID 17476353
12. ↑ Galkowska H et.al, Chemokines, cytokines and growth factors in keratinocytes
and dermal endothelial cells in the margin if chronic diabetic foot ulcers, Wound
Repair Regen(2006). 14:558-565 PMID 17014667
13. ↑ Spencer S; Spencer, Sue A (2000). "Pressure relieving interventions for
preventing and treating diabetic foot ulcers". Cochrane Database Syst Rev (3):
CD002302. doi:10.1002/14651858.CD002302. PMID 10908550
14. ↑ Hay Elizabeth (1991). Cell biology of extracellular matrix second edition.
New York: Plenum press. pp. 1–5. ISBN 0-306-40785-X.
15. ↑ Litzelman D, Slemenda C, Langefeld C, Hays L, Welch M, Bild D, Ford E,
Vinicor F (1993). "Reduction of lower extremity clinical abnormalities in
patients with non-insulin-dependent diabetes mellitus. A randomized, controlled
trial". Ann Intern Med 119 (1): 36–41. PMID 8498761
16. ↑ R.Lobman et.al, Expression of matrix-metalloproteinases and their inhibitors
in the wounds of diabetic and non diabetic patients, Diabetologia(2002).
45:1011–1016 DOI 10.1007/s00125-002-0868-8
17. ↑ Laura Ravanti et al, Matrix metalloproteases in wound repair (review), Int J
Mol Med(2000). 6(4): 391-407 PMID 10998429

[editar] Bibliografía

 Aragón, F.J. / Ortiz Remacha, P.P. (2002). EL PIE DIABÉTICO.


BARCELONA: MASSON. 844581027-8.

 Varios autores (1999). TRATADO DEL PIE DIABÉTICO. PENSA EDITORES.


 Viadé Julia. J / Anglada Barceló. J / Jiménez Aibar. A et al. (1999). PIE
DIABÉTICO. EDICIONES ERGÓ S.A.. 84-89834-69-5.

 Camp Faulí, Ángel (1999). Protocolo en la unidad del pie diabético / A.Camp
Fauli, J.I. Blanes Monpo. Federación Española de Podólogos.

¿Por qué es importante el cuidado de los pies en el paciente diabético?


En la evolución de la diabetes, las complicaciones más frecuentes son la afectación de
nervios y arterias. Las alteraciones vasculares alteran la circulación sanguínea y
facilitan la aparición de edemas y de zonas mal vascularizadas, que dificultan la
curación de las lesiones y heridas. La neuropatía diabética provoca la pérdida de
sensibilidad, atrofia muscular y dolor.

Ambas alteraciones tienen especial repercusión en los pies, aumentando la frecuencia de


producción de erosiones, pinchazos, cortes, quemaduras… que si no se cuidan se convierten en
úlceras, facilitan la infección y pueden llevar a la gangrena y a la necesidad de amputaciones.

¿Cómo deben de cuidarse los pies en el paciente diabético?


Para evitar la aparición de úlceras, lesiones, infecciones y necrosis en lo pies es muy importante
que el paciente diabético mantenga un buen control de la glucemia y evite los factores que
pueden aumentar el riesgo de lesiones vasculares y nerviosas mediante:
 Control de la glucemia, manteniendo correctamente el tratamiento con insulina y/o
hipoglucemiantes orales;
 Dieta alimenticia que facilite la estabilidad de los niveles de glucemia en sangre, evite la
obesidad y garantice un adecuado aporte de proteínas, vitaminas y minerales al
organismo;
 Ejercicio físico que facilita el mantenimiento del peso adecuado, el metabolismo de la
glucosa y la correcta circulación sanguínea en los pies;
 Llevar un buen control de la tensión arterial y de los niveles de lípidos en sangre;
 No fumar ni consumir alcohol u otras drogas.

Además es esencial cuidar diariamente los pies, revisándolos para vigilar si aparecen heridas,
rozaduras, ampollas o grietas. Para la revisión diaria se aconseja realizarla con buena
iluminación natural e inspeccionando bien todas las zonas de la planta y de los espacios
interdigitales con la ayuda de un espejo. Se debe de acudir al médico en caso de que aparezcan
lesiones, cambios de color, dolor o hinchazón en los pies.
La correcta higiene de los pies y la elección adecuada del calzado es la estrategia básica para
evitar la aparición de rozaduras, heridas, quemaduras y lesiones:
 Lavarse los pies diariamente con agua templada (ni muy caliente –que no supere los 37
grados- ni muy fría). Se aconseja comprobar la temperatura del agua con un
termómetro de baño o con el codo, ya que es frecuente que en los pies se pueda haber
perdido la sensibilidad y no se perciba la temperatura real del agua;
 Secar bien los pies con una toalla suave y sin frotar, con especial cuidado en los
espacios interdigitales. Si la piel está muy seca se puede aplicar una crema hidratante
pero con la precaución de no aplicarla en los espacios interdigitales.
 Mantener los pies secos utilizando talco no medicinal antes de calzarse cada mañana y
cada vez que se cambie de calcetines o calzado.
 Las uñas de los pies deben de cortarse con tijeras de punta roma, y en línea recta para
evitar que se encarnen, sin apurar el corte ni erosionar los dedos. Es aconsejable utilizar
una lima para mantener la longitud de las uñas y pulir los bordes.
 No se deben de cortar ni quitar las durezas y callos de los dedos, ni utilizar callicidas, de
ser necesario debe de consultarse un podólogo.
 No se deben de utilizar pomadas, alcohol o desinfectantes para las heridas de los pies,
ya que pueden irritar la piel o cambiar la coloración de la piel y de la herida, dificultando
su seguimiento médico. Las heridas deben lavarse con agua y jabón, siguiendo las
recomendaciones del médico.
 Los pies no deben de colocarse cerca del fuego, estufas o fuentes de calor.
 Se debe de evitar el uso de ligas, gomas o calcetines con elásticos en el borde ya que
dificultan la circulación sanguínea.
 Evitar andar descalzo.
 Utilizar crema de protección solar también en los pies si se está expuesto al sol.

¿Cómo elegir el calzado?


Conjuntamente con las normas de higiene, deben de mantenerse unos buenos hábitos de
selección y uso del calzado:
 El calzado debe de utilizarse siempre con calcetines.
 No utilizar sandalias, chanclas o zapatos que dejan los pies al descubierto.
 Se debe de evitar el uso de zapatos con tacón y que terminan en punta.
 El calzado debe de ser cómodo, que no ajuste ni provoque rozaduras o lesiones en los
pies.
 Los zapatos se aconseja sean de piel, sin costuras internas, flexibles, ligeros,
transpirables y con el suelo que no resbale.
 Se aconseja comprar el calzado al final del día, cuando los pies están más hinchados,
así el zapato que en ese momento es cómodo, se garantiza que lo será a lo largo de
todo el día.
 Los zapatos nuevos deben de utilizarse durante periodos cortos los primeros días.
 La compra de zapatos ortopédicos debe de realizarse bajo criterio y prescripción
médica.
 Los zapatos deben de mantenerse adecuadamente, reparándolos y asegurando el buen
estado de las suelas.
 Se debe de revisar el interior del calzado antes de ponérselo, para evitar que haya algún
elemento (piedra, gravilla, alguna pieza del zapato…) que pueda lesionar el pie.
 Es aconsejable tener más de un par de zapatos para cambiarlos cada día y alternarlos,
así se garantiza una buena ventilación de los zapatos y se evita la presión siempre en
las mismas zonas del pie.
 Los calcetines y medias deben de ser de tejidos naturales (lino, algodón, lana) y sin
costuras. No se deben de utilizar medias o calcetines sintéticos, con elásticos o gomas.
No deben de quedar ni prietos ni flojos en la pierna y el pie.
 Se deben de cambiar diariamente los calcetines o medias, y si los pies sudan mucho o
se ha hecho mucho ejercicio más de una vez al día.

¡Muy importante!
 Todos los pacientes diabéticos tienen que estar vacunados correctamente frente al
tétanos.
 Es fundamental que el paciente diabético vaya a revisarse los pies por el equipo
sanitario periódicamente, cumpliendo sus indicaciones y vigilando las heridas y lesiones
de los pies.

La úlcera del pie diabético es una llaga o herida abierta que en general se produce en la
planta del pie en aproximadamente el 15 por ciento de los pacientes con diabetes. Un
seis por ciento de los diabéticos que presentan una úlcera en el pie, deben ser
hospitalizados debido a una infección u otra complicación relacionada con la úlcera.

La diabetes es la principal causa de amputaciones no traumáticas de extremidades


inferiores en los Estados Unidos, y aproximadamente entre un 14 y un 24 por ciento de
los pacientes con diabetes que tienen una úlcera en el pie sufren una amputación. No
obstante, las investigaciones han demostrado que es posible evitar la aparición de una
úlcera en el pie.

¿Quién puede tener una úlcera del pie diabético?


Qualquier persona que tenga diabetes puede tener una úlcera en el pie. Los
nativoamericanos, los afroamericanos, los hispanos y los ancianos tienen mayor
probabilidad de tener úlceras. Las personas que usan insulina, como los pacientes que
sufren de nefropatía diabética, retinopatía diabética o cardiopatía diabética, tienen un
mayor riesgo de tener una úlcera en el pie. El sobrepeso y el consumo de alcohol y
tabaco también inciden en la aparición de úlceras en el pie.

¿Cómo se forman las úlceras del pie diabético?

Las úlceras se forman debido a una combinación de factores, como la falta de


sensibilidad en el pie, la mala circulación, deformaciones en el pie, irritación (a causa de
fricción o presión) y traumatismos, así como también el tiempo que lleva padeciendo
diabetes. Los pacientes que hace muchos años tienen diabetes pueden sufrir una
neuropatía, la disminución o pérdida total de la sensibilidad en los pies como
consecuencia de un daño nervioso provocado por la hiperglucemia (altas
concentraciones de glucosa sanguínea) a lo largo de los años. El daño nervioso a
menudo se produce sin dolor y de esa manera el problema puede pasar desapercibido.
El podólogo puede examinar sus pies en busca de neuropatía con una herramienta
simple e indolora conocida como monofilamento.

Una enfermedad vascular puede complicar una úlcera en el pie, al disminuir la


capacidad de cicatrización del organismo y aumentar el riesgo de infección. La
hiperglucemia puede disminuir la capacidad del organismo para defenderse de una
posible infección e incluso retrasar la cicatrización.

¿Qué valor tiene tratar una úlcera del pie diabético?

En cuanto note una úlcera, busque atención podológica de inmediato. Las úlceras en los
pies de pacientes con diabetes se deben tratar por varias razones tales como, reducir el
riesgo de infección y amputación, mejorar la funcionalidad y la calidad de vida y reducir
el costo de la atención médica.

¿Cómo se debe tratar una úlcera del pie diabético?

El principal objetivo del tratamiento de las úlceras en el pie es lograr la cicatrización tan
pronto como sea posible. Cuanto más rápida sea la cicatrización, menor será la
probabilidad de infección.

Existen varios factores clave en el tratamiento adecuado de una úlcera del pie diabético.

Evitar la infección.

Quitar presión a la zona, lo que se conoce como “descarga.”

Retirar piel y tejido de los dedos, lo que se conoce como “desbridamiento”.

Colocar medicamentos o apósitos a la úlcera.

Controlar la glucemia (concentración sanguínea de glucosa) y otros problemas de


salud.

No todas las úlceras se infectan; sin embargo si su podólogo le diagnostica una


infección, será necesario un programa de tratamiento con antibióticos, el cuidado de la
herida y probablemente la hospitalización.

Varios factores importantes permiten evitar que una úlcera se infecte:

Controlar estrictamente la glucemia.

Mantener la úlcera limpia y vendada.

Limpiar la herida diariamente y usar un apósito o vendaje en la herida.

No caminar descalzo.

Para una cicatrización óptima, se deben “descargar” las úlceras, en particular las de las
plantas de los pies. Se debe pedir a los pacientes que usen calzado especial, un aparato
ortopédico, escayolas especializadas, o una silla de ruedas o muletas. Estos dispositivos
reducirán la presión y la irritación en la zona de la úlcera, acelerando el proceso de
cicatrización.

La ciencia del cuidado de las heridas ha progresado mucho en los últimos 10 años. Hoy
en día se sabe que el antiguo concepto de “dejemos que entre el aire” es perjudicial
para la cicatrización. Sabemos que las heridas y las úlceras cicatrizan más rápido y con
menor riesgo de infección si se las mantiene tapadas y húmedas. No se recomienda el
uso de betadina concentrada (antiséptico y odóforo), de agua oxigenada ni de baños de
inmersión puesto que puede causar complicaciones.

El tratamiento adecuado de las heridas comprende el uso de apósitos y la aplicación


tópica de medicamentos. Estos medicamentos abarcan desde la solución salina hasta
productos de punta como factores de crecimiento, apósitos para úlceras y sustitutos de
la piel, que han probado ser muy eficaces en la cicatrización de úlceras.

Para que una herida cicatrice debe haber una circulación sanguínea adecuada en la zona
ulcerada. El podólogo puede determinar el nivel de circulación con pruebas no invasivas.

Control de la glucemia
El control estricto de la glucemia es de suma importancia durante el tratamiento de una
úlcera del pie diabético. Trabajar junto con un médico de medicina general o un
endocrinólogo para poder lograrlo favorecerá la cicatrización y reducirá el riesgo de que
surjan complicaciones.

Alternativas quirúrgicas
La mayoría de las úlceras de pie no infectadas no se tratan quirúrgicamente; no
obstante, cuando los tratamientos fallan, la cirugía puede resultar adecuada. Entre los
ejemplos de atención quirúrgica para quitar presión a la zona afectada se incluyen el
raspado o extirpación de hueso(s) y la corrección de diversas deformaciones, como
dedos en martillo, juanetes, o “protuberancias” óseas.plicaciones.

Factores de cicatrización
El tiempo de cicatrización depende de una serie de factores, como el tamaño y la
ubicación de la herida, la presión ejercida sobre ésta al caminar o estar de pie, la
inflamación, la circulación, la glucemia, el cuidado de la herida y lo que se le está
aplicando. La cicatrización se puede producir en semanas o necesitar de varios
meses.netes, o “protuberancias” óseas.plicaciones.

¿Cómo se puede prevenir la aparición de una úlcera en el pie?

En primer lugar, la mejor manera de tratar una úlcera del pie diabético es evitar que se
forme. Una de las recomendaciones es consultar a un podólogo periódicamente. El
podólogo podrá determinar si usted tiene un riesgo alto de aparición de una úlcera en el
pie y plantear estrategias preventivas.

Usted tiene un riesgo alto si:

sufre una neuropatía,

tiene mala circulación,

tiene una deformación en el pie (es decir un juanete o el dedo en martillo),

usa zapatos inadecuados,

no tiene su glucemia controlada.

Reducir los factores de riesgo como fumar, tomar bebidas alcohólicas, tener
hipercolesterolemia (altos niveles de colesterol) e hiperglucemia son medidas
importantes para evitar y tratar la úlcera del pie diabético. Usar medias y zapatos
adecuados colaborará mucho a reducir los riesgos. Su podólogo lo podrá orientar en la
elección de zapatos adecuados.

Es fundamental que aprenda a controlar sus pies para que note el problema lo antes
posible. Examine sus pies todos los días—especialmente la planta y entre los dedos—en
busca de cortes, moretones, grietas, ampollas, enrojecimiento, úlceras, y cualquier
signo fuera de lo normal. Cada vez que visite a su médico, quítese los zapatos y las
medias para que pueda examinarle los pies. Debe informar al podólogo de cualquier
problema que descubra lo antes posible, no importa lo “insignificante” que le parezca.

La clave para una buena cicatrización de la herida es la atención podológica periódica


para asegurar la “excelencia en la calidad” de la atención en:

reducción de la glucemia

desbridamiento adecuado de las heridas

tratamiento de cualquier infección

reducción de la fricción y la presión

restablecimiento del flujo sanguíneo adecuado

El viejo adagio, “más vale prevenir que lamentar” se aplica más que nunca cuando se
trata de prevenir una úlcera del pie diabético.

Este folleto pertenece a una serie concebida por la APMA que analiza varias afecciones y
otros asuntos de interés relacionados con la salud del pie, incluidos los juanetes, la
artritis, la dermatofitosis del pie (pie de atleta), las verrugas, el pie ortopédico, el
envejecimiento, los pies de los niños, la cirugía de la parte anterior o posterior del pie,
problemas del pie femenino, el caminar, el dolor en el talón, los problemas de las uñas,
el calzado y otros. No tienen la intención de sustituir el consejo profesional de su
podólogo. Los folletos se pueden obtener de los asociados a la APMA.

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