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Camden ha tenido suficiente de las mujeres.

Después de tener el corazón roto,


y sus sueños aplastados, prefiere centrarse en su trabajo, y no en las mujeres.
Sin embargo, sus amigos más cercanos no le permiten ocultarse. Tienen una
mujer para él, y tienen la intención de poner en marcha su plan para juntarlos.

Alyssa no necesita hombres. Ella tiene sus amigos, y su cocina, y su trabajo.


Los niños, los hombres y un futuro son solo sueños que cree que ya no
necesitará.

El momento en que se encuentran, las chispas saltan. Ninguno de ellos había


previsto encontrar el amor, pero ahora un futuro juntos parece posible.

El romance está en el aire, e incluso mientras sus amigos se preocupan de qué


tan rápido se están moviendo, no hay manera de que se detengan. Alyssa le
dirá sí a su propuesta? Qué pensará Camden cuando descubra que está
embarazada?
-Quieres que yo qué?- Camden Martin preguntó. Movió su móvil a su otro oído
mientras terminaba de lijar la silla que acaba de hacer. En su tiempo libre
cuando no estaba en el sitio de construcción estaba haciendo sus propios
muebles.

-Te he contado acerca de Alyssa. Ella trabaja con Edith en el centro de


llamadas de la aseguradora,- dijo Sean.

-Si, si, has hablado de ella.- Camden todavía no podía entender porque estaba
siendo invitado a cenar. No era como si Edith y Sean fueran los anfitriones de
la cena. -Por qué me están invitando?-

-Fue idea de Edith. Ella cree que te gustaría Alyssa.-

Camden se detuvo y sonrió. Sabía exactamente qué es lo que pasaba. -Está


tratando de conseguirme una cita con su amiga?-

Sean no dijo nada. -Si. Ella adora Alyssa.-

-También Sammy, Marshall, Millie y Chris, y todos me han llamado para que
vaya a la cena.-

-Ves, deberías venir. Te gustará.-

-Lo haré?-

-Si. Alyssa es tu tipo de mujer.-

Camden suspiró. Todos han estado tratando de conseguir que conozca a ésta
mujer desde hace un año. El lo había evitado. Su última relación lo dejó
quebrado y viéndose como un hazmereír. -Ya superé a Delia.-

-Lo sabemos. Es por eso que creemos que harías maravillas con Alyssa, y
donde vives, en medio de la nada, la necesitarías. Ella es una buena cocinera, y
tiene gustos similares a ti.-
-No puedo creer que mis amigos estén trabajando juntos para juntarme con
alguien.-

-Todos nos preocupamos, y además, Alyssa necesita superar ese imbécil que la
lastimó.-

Camden puso los ojos en blanco. Ésta es la pesadilla en la que se ha convertido


su vida. Sus propios amigos estaban tratando de conspirar contra él. Lo que lo
sorprendia era el hecho de que él nunca conoció a Alyssa. Por supuesto, el
sabía mucho de ella, pero eso era todo.

-Bien. Bien. Qué tengo que llevar?- Preguntó.

-Sólo tu presencia. Alyssa es la mejor y ella nunca pide nada de sus invitados.
La vas a adorar.-

-Está bien. Tengo que terminar ésta orden primero, y luego estaré ahí. Traten
de no avergonzarme ésta noche. A nadie les gusta la mierda que ustedes
hablan.-

-Entendido. Entendido. Eres el mejor.-

Si él no estuviera equivocado, todos sus amigos estaban sentados juntos,


celebrando en éste preciso momento. Lo habian estado volviendo loco durante
el último año. Él se habia convertido en una especie de recluso desde que Chris
y Millie se casaron. Por lo que sabía de Alyssa, ella era una mujer rellenita, y
totalmente adorable. Ella era de la clase que se inclina hacía atrás para todos
los demás sólo para recibir mierda sobre sí misma. Él odiaba eso. Odiaba
cuando las personas se aprovechaban de una buena mujer. De cualquier
forma, Alyssa se había ido con su novio, sólo para que él le robará su dinero, y
la dejara abandonada en un país extranjero. Si no fuera por los contactos de
Marshall, ella todavía estaría en ese lío, pero ellos le devolvieron el dinero, y
ella regresó a casa sin mirar atrás.

Él había visto un par de fotografías de ella, como a sus amigos les gustaba
compartir todo. Alyssa tiene el pelo rubio largo, con unos sorprendentes ojos
azules. Tiene grandes tetas, caderas y muslos y él no podía negar que sintió un
movimiento en su polla de solo ver su foto.
Ella era todo lo opuesto a él, y ahora sus amigos estaban tratando de
empujarlos juntos. Su propia triste historia era que él estaba dispuesto a
casarse con una mujer que él creía embarazada de su hijo. Estaba dispuesto a
dejar todo, y todo lo que ella tenía que hacer era pertenecerle.

Pareciera que las mujeres ya no quieren pertenecerle a ningún hombre. Solo


quieren volverlos locos, y luego abandonarlos. No había ningún niño, ni futuro.
De hecho, Delia, la mujer con la que estaba, lo estuvo usando como
entretenimiento, si no fuera por un video que se volvió viral, y él descubriendo
su traición, todavía estaría con ella, creyendo toda su mierda, y probablemente
casado también.

Habían momentos que los que él se preguntaba en que putas estuvo pensando.
El ya no confiaba en las mujeres, ya no, aparte de las mujeres de sus mejores
amigos. Aparte de ellas, otras mujers no le despertaban ningún tipo de interés.

Terminando de lijar la silla, limpió su taller personal, y se alistó para la cena.


Se quitó la ropa de trabajo y vio su reflejo en el espejo. No se iba a rasurar su
barba, tampoco se cortaría el pelo que ya le llegaba al hombro. Nunca
cambiaría por ninguna mujer.

-Supéralo, amigo. Le puedes decir a ésta fulana que se vaya a la mierda. No


estás obligado a ser amable, o ceder una pulgada.-

Un corazón roto era mas que suficiente. A los treinta y nueve años, estaba
harto de salir a citas y relaciones y estaba feliz de vivir de alguna manera una
vida de celibato.

Ningún bombón rubio lo haría cambiar. Ni ahora, ni nunca.

Alyssa tarareaba mientras tomaba el vino frio fuera del refrigerador. Ella
adoraba ofrecer cenas, y aunque ellos eran sus amigos, todavía se aseguraba
que todo fuera especial. Para ella, la vida era demasiada malditamente corta
como para sólo usar sus ingredientes más finos para ocasiones especiales.

Todo lo que tenia en la vida a sus veinte y cincos años de edad era su trabajo, y
su cocina. No tenía novio, ni otra vida, pero al menos tenía sus amigos, y el
apartamento en el que vivía era el mejor. Sus vecinos eran asombrosos, y le
aceptaban la comida que ella les ofrecía. Sus sueños serían escribir un libro de
recetas, pero no había oportunidad de eso. Ella odiaba cualquier tipo de
atención, y trataba de evitarlo. Cuando ella ofrecia fiestas, ella siempre se
aseguraba de que hubiera personas que aman ser el centro de atención. Eso
nutría su necesidad de alimentar a las personas, y también significaba que por
unas horas no se sentiría sola.

-Realmente no necesitabas tanto alboroto,- dijo Millie, entrando a la cocina.

-No es alboroto. Sabes que lo adoro.- Alyssa realmente lo hacía. Estar en la


cocina, servir a las personas era algo que ella adoraba. Su madre adoraba
hacerlo también, y Alyssa lo heredó de ella.

-Estás nerviosa?-

-Acerca de qué?- Preguntó.

-Hemos invitado a Camden para que venga. Estas nerviosa?-

-No, por supuesto que no. He hecho suficiente comida, y todavía sobrará para
mi.- Le sonrió a su amiga. Habian tratado de arreglar para que saliera con su
amigo, y ella realmente no habia estado interesada. Alyssa habia hecho un voto
cuando fue abandonada en un país diferente, sin un centavo, que ningún
hombre tendría ningún tipo de control sobre ella. Prefería estar sola que mal
acompañada.

-Es un tipo realmente dulce,- dijo Millie.

-Te creo. Por favor, no te preocupes. Estoy bien. Soy feliz.- Besó a su amiga en
la mejilla, y regresaron a la sala de estar.

-Vamos, Alyssa, ayúdame aquí,- dijo Sean.

-Con que necesitas que te ayude?- Preguntó ella, colocando la botella de vino
en la cubeta después de servir sus copas. Tomó asiento al filo del sofá, y le
sonrió a su amigo.

-Tenemos una pequeña discusión aquí relevante a películas de miedo.-


-Okey.-

-Aquí Sammy cree que una película de miedo tiene que tener algo paranormal
para dar de miedo.-

Alyssa negó con la cabeza. -No lo creo. Creo que puede haber suficiente miedo
con gente. Enfrentémoslo, la historia nos ha mostrado cuán destructivos todos
podemos ser.-

-Traidora,- dijo Sammy.

Ella le guiñó a su amigo, y luego se levantó. -Será ese Camden?-

-Debería, al menos que hayas invitado a alguien mas?- Dijo Millie, caminando
hacía la sala de estar.

-Puede contestar cualquiera de ustedes?- Preguntó. Las palmas de sus manos


estaban un poco sudadas. Odiaba ser ruda, y adoraba a sus amigos, en verdad
lo hacía, pero ellos no parecía que entendieran que en realidad ella era feliz
estando sola.

-No, tu puedes hacerlo,- dijo Marshall.

Trató de esconder su gran y profundo suspiro, y en vez de eso sonrió a sus


amigos. En estos momentos, los odiaba. Esto era lo que ella trataba de evitar.
Han habido muchas ocasiones en las que ellos trataron de que conociera a
Camden.

-Sólo iré y contestaré eso.-

-No lo vayas a morder. Es un buen tipo,- dijo Chris.

Dejando la habitación, se preguntó qué demonios estaba haciendo.

Abriendo la puerta, ella se detuvo cuando vio a un hombre sexy y


completamente fuera de su liga. Era alto, más de seis pies de alto y musculoso.
Camden no se veia como el tipo de hombre que pasara tiempo en el gimnasio
pero si por trabajo físico. Era constructor, y alguien que hacía cosas con la
madera. Eso era lo que sus amigos le habían dicho, inclusive ella tenía una
mesita para el café construida por él.
Edith y Sean se la habían comprado para Navidad.

-Es el apartamento correcto?- Preguntó.

'Eres Camden?- Sus nervios estaban estrangulándola.

Éste tipo estaba fuera de su liga, y aunque encontrara su barba y pelo largo
sexy, ella había hecho un voto, maldición.

Los hombres no son de confiar. Te lastiman, y se ríen de ti.

-Si, soy Camden, lo que te hace a ti Alyssa.- Le ofreció su mano, y ella lo vio
por varios segundos.

Dale la mano.

No seas estúpida.

Deja de mirar.

-Si lo soy.- Ella colocó su mano en la de él, y algo pasó. Algo la apretó, y fue
como si todo se evaporase mientras Camden la veia a los ojos. -Encantada de
conocerte.-

Ella recuperó su mano rápidamente, y dio un paso atrás. -Todos te están


esperando. Quieres entrar?-

-Si, en serio, en serio me gustaría.-

Esperando a que él pasara, Camden se detuvo, y una vez más se quedaron


viendo. El era tan guapo, y algo la mantenía cautiva.

-Algo huele asombroso,- dijo el.

-Oh, tengo cordero rostizado con romero y ajo en el horno.-

-No me refería a eso.- Se inclinó un poco más cerca, y ella no pudo evitar
tensarse. -Tú hueles a bollos de canela.-

-Gracias, creo.-

Ella amaba el aroma de la canela, y su crema corporal tenía ese olor.


Él pasó un dedo por su brazo, y su cuerpo cobró vida. Sus pezones se
apretaron, y su coño se humedeció.

Esto era una mala idea. Realmente una mala idea.

Camden era el tipo de hombre al que ella asociaba con un sendero de


corazones rotos. Él podría tener a cualquier mujer que el quisiera.

Ella ya tenía su corazón roto.

No quería volver a pasar por lo mismo otra vez.


Alyssa era más sexy de lo que imaginaba. Sus amigos no le habían hecho
justicia, y cuando le vio el trasero, Camden tuvo que contener su gemido. Su
culo era tan redondo, tan malditamente jugoso, el no podía esperar a enterrar
sus dientes en la tierna carne y dejar su marca. Su polla se endureció mientras
la miraba, y esas tetas eran unas cosas bellas.

Su cuerpo, iba a tener sueños húmedos ésta noche.

-Camden llegó,- dijo ella, caminando hacía la sala de estar.

Él vio a sus amigos, y estos estaban sonriendo.

-Debo ir a revisar la cena. Te dejo en buena compañía.- Alyssa escapó, y él le


vio el culo mientras se retiraba.

-A él le gusta,- dijo Sean.

-La revisaste,- dijo Millie, sonriendo.

-Te interesa?- Preguntó Chris.

-Diré que estoy intrigado. No voy a mentir. Es endemoniadamente sexy.- El no


había esperado que la mujer contestara la puerta. Su pelo era como el oro, sus
ojos del color del océano, y su cuerpo, un lienzo para que él adorase.

Tomó asiento, y mantuvo su mirada en la puerta. El aroma era asombroso. -Es


una buena cocinera?- Preguntó.

-La mejor,- dijo Millie. -Pudo haber sido una chef, pero ella no quería eso. Su
madre es una buena cocinera también, y todo lo que sabe es por ella.-

Camden quería saber más.

El nunca se había sentido tan atraído por una mujer tan rápido. Y ya que todos
sus seis amigos la adoraban, ya era tiempo que la conociera más.

-El novio está completamente fuera de su vida?- Preguntó.

-Si. Ella ni siquiera ha tratado de salir a citas y siempre ha sido todo un reto
hacer que se comprometa con alguien desde entonces,- dijo Sammy. -Todos
creemos que ella y tu podrían llegar a tener algo.-

Por la forma en la que su polla se estaba comportando, Camden está en total


acuerdo.

Alyssa entró en la habitación. -La cena está lista si gustan pasar a la mesa.-

Ella se fue, y el miró como movía su culo de lado a lado. Ese vestido que usaba
era puro cielo.

-Vamos, te llevaremos,- dijo Millie.

Entraron a una pequeña habitación con una mesa hermosamente decorada. -


Hace esto seguido?-

-Si, es lo que más disfruta.- Millie le palmeó el brazo, y lo acomodó en un


asiento específico. -Te sientas aquí. Ella siempre se sienta cerca de la cocina.-
Apuntó a una puerta detrás de la silla opuesta a la de él. -De ésta manera ella
puede charlar contigo.-

El se sentó, y miraba mientras Alyssa venía con un gran plato de cordero


rodeado de papas rostizadas, y habían algunas habichuelas y una pequeña
jarra de salsa.

-Por favor, sírvanse.- Le sonrió a la mesa, sentándose en el lugar opuesto a él.

Sus mejillas estaban un poco sonrosadas, y su vestido sumergido en su pecho,


mostrando una gran porción de su escote.

Él ya la quería desnuda para que él pudiera explorar ese hermoso cuerpo.

-Disfrutas ofreciendo cenas?- Le preguntó.

-Si. Adoro cocinar y hornear.-

-Nosotros amamos que nos alimente, - dijo Marshall, tomando cinco grandes
rebanadas de cordero. -Mi boca se hace agua.-

Camden llenó su plato, y tomó un bocado de una de las crujientes papas


rostizadas. La salsa era sabrosa con un toque de ajo, y cuando probó el
cordero, su boca se hizo más agua. -Dios mio,- dijo.

-Todo esta bien?- Preguntó ella.

-Perfecto. No estaban bromeando acerca de que eres una maldita buena


cocinera. Es la mejor comida... nunca.-

Sus mejillas se volvieron de un hermoso color rojo, y el encontró eso


absolutamente encantador. Alyssa era hermosa. No había otra palabra para
describirla.

-Así que, todos me dicen que eres constructor,- dijo Alyssa.

-Lo soy. También diseño, creo y hago artículos. Como la mesita para el café. Yo
la hice.-

-Eres un tipo muy talentoso.- Su sonrisa era impresionante.

-Gracias.-

-Y muchas gracias a ti por hacer lo que haces. Adoro la mesa.-

El asintió. -Me complace que te guste.-

-Así que haces piezas por encargo? Muebles y esas cosas?- Preguntó ella.

-Si. Lo hago.- Camden le dio otro mordisco al cordero, y gimió. -No puedo creer
que no haya venido antes. Tu comida es maravillosa.-

-Adoro cocinar con mi mamá. Ella me enseñó todo lo básico, y lo que adoro
más es hacerlo todo por mi misma.-

Sus amigos estaban hablando entre ellos, pero el sabía que todos estaban
escuchando. -Espero no haberte molestado que haya venido.-

-No del todo. Siempre hago suficiente que tiendo a mandarles a casa con
extras. Hay momentos en que no lo puedo evitar.- Ella se encogió de hombros.
-Realmente estoy complacida que hayas decidido venir.- Ella pasó su lengua
por sus labios, y el la observó mientras ella enrollaba un pedazo de cordero
alrededor de una papa, y dio el bocado. Había algo caliente acerca de observar
a una mujer disfrutar de la comida.

-Crees que podrías ayudarme con algo?- Le preguntó justo cuando terminaba
su última papa.

-Claro.-

Se excusaron, y Alyssa lo llevó a la cocina, la cual era hermosa.

-Es aquí,- dijo, señalando su ventana, y el se fijó que varias losas de la cocina
estaban safadas. -No sabia a quien contactar, y es algo con lo que
probablemente tu no tengas nada que ver.-

-Puedo venir y arreglar esta losa por ti. Parece que el sellado no fue aplicado
apropiadamente. Es un arreglo fácil, y me encantaría hacerlo.- Él se volteó
hacía ella, y sonrió. -Sabes, ellos quieren que salgamos.-

Ella enredó sus dedos enfrente de ella, y el ángulo de sus brazos presionó sus
tetas juntas.

-Lo sé. Quieren juntarnos.-

-No quieres salir?- Le preguntó Camden.

-Realmente no lo he pensado. Y tú?-

-No he estado interesado, pero ahora quiero invitarte a salir,- le dijo.

-En serio?-

-Si; me gustaría.-

-Oh, no esperaba eso.-

El se quedó viéndola, confundido. -¿Porque no?-

-No lo sé. Es sólo... me gusta cocinar y amo hacerlo, y sé que no a todas las
personas les gusta eso.-

Camden levantó su mano para detenerla. -No sé qué imbécil te lastimó, y no


quiero saber. Quiero la oportunidad de llevarte a una cita. Me harías el honor
de salir conmigo?-

Ella lo miró, y era un poco desconcertante no tenerla saltando de alegría ante


la perspectiva de ir a una cita.

-Seguro, me gustaría.-

El dobló sus brazos, y sonrió. -Porque siento que no estás enteramente segura
de eso?-

-Es estupido.-

-Dime.-

-Ugh, bien, hice un voto. Un voto de no salir con hombres, o incluso ser amable
con ellos.-

Él se rió. -Créelo o no, hice un voto similar.-

-Con hombres?-

-No, con mujeres.-

Ella sonrió. -Sólo estaba bromeando. En realidad estoy nerviosa. Las chicas
creen que debo salir más. No estoy enteramente segura de mi misma.-

-La vida es más fácil cuando no tienes que exhibirte,- dijo él. Finalmente había
una mujer con la que él se podía ver disfrutando. Tenía la sonrisa más dulce, el
cuerpo más hermoso y el la quería.

Ahí.

El lo admitía para si mismo.

El la quería para él sólo.

Más tarde esa noche después de terminar de limpiar los platos y utensilios de
la cocina, y todos se fueron a sus casas, Alyssa estaba acostada en su cama
con un libro de recetas que tenía varios trozos de papel pegados por todo el
libro. Ella adoraba hacer notas y cambiar recetas para satisfacer su paladar.

Su móvil empezó a sonar, y vio que era Edith quien llamaba. Aceptando la
llamada, sólo lo puso en su oído cuando Edith dejó salir un chillido. -Lo
lograste? Dime que lo hiciste.-

Ella se rió. -No les ha contado Camden?-

-No. Nos dijo que mantuviéramos nuestras narices fuera. Dime Alyssa. Por
favor.-

-Nunca he sido torturadora. El me pidió salir a una cita con él, y le dije que si.-

Edith se alegró, y Alyssa escuchó que le contaba a Sean.

-Wow, realmente necesitan considerar su propia vida si la mía los excita tanto.-

-Todos sabemos que tú y Camden saldrían. Él es un tipo dulce, y tú vas a


amarlo. Lo prometo.-

Wow, ya la palabra con A,- dijo Alyssa, sonriendo.

-Por favor, deja de pensar acerca de los otros imbéciles con los que has salido,
y dale a Camden una oportunidad. El realmente es un buen tipo, y tuvo una
relación mierda también. Por favor.-

-Le dije que si a la cita, y no estoy colgada de nada ni de nadie, dulzura.


Créeme. Estoy abierta a tener un buen tiempo.- Ella trató de hacer sentir bien
a Edith.

-Ese voto sale por la ventana.-

Ella se río. -Veremos.-

-Bueno, me voy,- dijo Edith. -Te quiero.-

-Te quiero.- Colgó, y dejó salir un suspiro. Realmente había sido un día largo.
El trabajo fue agotador, pero la cena fue divertida. Nerviosa y divertida.
Camden fue asombroso, no lo podía negar. Ella nunca se imaginó que él
querría pedirle una cita después de verla. Alyssa había perdido la cuenta de las
veces sobre los años que le hubieran dicho lo hermosa que es para ser una
chica gorda, o cuán más bonita sería si perdiera algo de peso.

Ninguno de sus novios la había querido por ser ella.

Siempre trataron de cambiarla, o querido que ella hiciera algo con su cuerpo o
su vida.

Algunos ni siquiera la querían en la cocina. Eso fue duro. A uno de sus novios
le gustaba salir todo el tiempo, y cuando ella trató de cocinar la cena, él la
cortó. Ella perdió un poco de su confianza durante eso, pero ahora ella estaba
de regreso, y nadie iba a quitarle eso a ella.

Abriendo su libro, ella miraba las recetas y se preguntaba si había alguna


manera de salirse de esa cita. No quería que Camden se sintiera obligado a
invitarla a salir en una cita.

Entonces, su móvil volvió a sonar. Lo recogió, y vio un número en la pantalla


que no reconoció.

-Hola,- dice, aceptando la llamada.

-Hey, Alyssa. Es Camden.-

-Oh, Camden, hey. Cómo conseguiste mi número?-

-Marshall me lo dio.-

-Oh.-

-Espero que no te moleste,- dijo él.

-No, por supuesto que no. Es realmente extraño ya que actualmente estaba
pensando en ti.-

-Eso es raro ya que yo también estaba pensando en ti.-

Alyssa se sentó, nerviosa. -Me estaba preguntando si tu me invitaste a una cita


para tranquilizar a nuestros amigos?-

-Qué?-
-Si lo hiciste, entonces no te preocupes por llevarme una cita.-

-Algunos imbéciles realmente si que te hicieron un numerito, verdad?-

-Hubieron un par de ellos.- Ella no durmió con todos los chicos con los que
salio, no es que la hiciera sentirse mejor. Los hombres fueron unos cerdos, y
malos.

-Sólo quería confirmar la cita, y decirte lo mucho que disfruté la cena, y que el
pastel de coco fue la bomba.-

-Oh, bueno, gracias.-

-Quieres salir conmigo, Alyssa? No te presionaré. No quiero que salgas conmigo


por nuestros amigos tampoco. Esto tiene que ser tu decisión, y tuya
solamente.-

Alyssa hizo una pausa. -Estoy nerviosa. No hay manera de negar eso, pero creo
que me gustaría salir en una cita contigo. Lo haría.- Ella se encogió incluso
mientras decía las palabras.

-Estás mintiendo, verdad?-

-No soy muy buena en todo esto de las citas, y mis amigos realmente quieren
que esto funcione, y si no lo hago ellos sólo encontrarán otra razón para que
salga.- Ella tomó un profundo respiro.

-Está bien. Que tal esto? Sales conmigo, sin expectativas, sin acuerdos. Nos
divertimos, o no nos divertimos. Sabre cuanto, si tú organizas una segunda
cita?-

-Yo?-

-Si. Te dejaré frente a tu puerta, y tu decides si volvemos a salir? Mantendré a


todos alejados. Que te parece?-

-Me gustaría eso. En realidad me gustaría eso.-

Bueno. Ahora voy a colgar este teléfono, para así no volverte más nerviosa
como para que me dejes.-
Ella se rió. -Buenas noches Camden.-

-Buenas noches, dulce Alyssa.-

Poniendo el teléfono abajo, ella no pudo evitar sentirse caliente. Su voz era
cálida, rugosa, y tan perfecta.
La siguiente noche, Camden llevaba un ramillete de rosas rojas en sus manos,
y vestía una chaqueta con los pantalones de mezclilla. No sabia que vestir, y el
siempre ha sido el tipo con los pies sobre la tierra. Filete y papas, ferias, estar
adherido a la vida. Era un tipo con estilo viejo que creía en cuidar de su mujer,
y amarla con todo su corazón y alma.

Alyssa abrió la puerta, y ésta vez ella usaba un vestido azul naval que se
moldeaba a cada curva de su cuerpo. Estaba como para morir, y el sabía que
era un tipo con mucha suerte.

-Oh, Camden, son hermosas,- dijo. -¿Para mi?-

-Totalmente para ti. Hermosas flores para una hermosa dama.-

La sonrisa valía cada dólar que pagó por las rosas. El no estaba llorando por el
dinero pero él rara vez gastaba en regalos caros.

-Eres tan dulce. Nadie dijo que eras dulce.- Tomó las rosas y se excusó para ir
a ponerlas en un florero.

Camden esperó en la puerta dándole unos momentos de paz. Segundos


después regresó. -Eso fue muy gentil de tu parte.-

Ella agarró su cartera y chaqueta, y se fueron.

El le ofreció su mano para que ella la tomara, y cuando lo hizo, el enredó sus
dedos con los de ella.

-Me han contado de ese imbécil que te dejó en Italia sin dinero.-

-Lo sé. Tenia mi pasaporte y todo, solo que no tenia los fondos para regresar a
casa. Me puse tan molesta,- dijo. -Fue realmente vergonzoso llamar a mis
amigos por ayuda. Él nunca les gustó y para ser honesta, ni siquiera sé como
fue que empecé a salir con él. Mi error, creo.- Ella se encogió de hombros, lo
cual molestó mucho a Camden.

-Nunca aceptes ese tipo de mierdas. Te mereces algo mejor.- El abrió la puerta
del pasajero para ella. -Te llevaré al cine. Sé que probablemente sea inútil y era
lo que se hacía cuando estábamos en secundaria, pero realmente soy nuevo en
todo esto.-

-No te preocupes. Honestamente, me gustaría ver una película contigo. No he


ido al cine en mucho tiempo.-

-Entonces me complace llevarte.- Él era inútil en éste tipo de cosas. Camden


queria llevarla a una cita, pero no tenía la menor idea de qué es lo que le
gustaba o qué hacer. Mierda, estaba tan fuera de onda que ni siquiera era
divertido.

-Te he contado mi historia. Que hay de la tuya? Has tenido una mala
experiencia con las citas?-

-Mala experiencia de vida. Estuve con ésta mujer que me convenció que estaba
embarazada. Le propuse matrimonio, y fue entonces cerca del último minuto
cuando ya todo estaba listo, las invitaciones giradas, que descubrí que ella
nunca estuvo embarazada y que estaba durmiendo con alguien más. Ella había
hecho un video con su amante. Lo posteó, y se hizo viral. Tuve que ver que me
estaba engañando, y riéndose a mis espaldas. Era un video muy explícito.-

-Wow, lo siento tanto. Eso debió haber sido horrible. Me han engañado antes
también. Suele pasar. Te dolió?-

-No lo sé. Creo que estaba más avergonzado que cualquier otra cosa. También
me enojó mucho. Mi mamá se mortificó. No podía creer que hubieran mujeres
que pudieran ser tan malas y sin corazón. Se lo dejé a ella para que les avisara
a los invitados que me abandonaron.- No podía dejar de sonreír.

-No creo que jamás vaya a ser capaz de manejar ese tipo de humillación.-

-Yo prefiero manejar ese tipo de mierda que tener que lidiar con otra mierda en
mi vida. Lo digo en serio. Pude haber estado casado con ella, y ella me hizo
pasar por la peor porqueria. Fue una fácil liberación de su mierda. Créeme.- La
jaló hacía si. -No quiero hablar de esa basura en estos momentos. Esto es
acerca de nosotros dos, cierto? No nos fijemos en lo que otros nos han hecho.-

-Tienes razón. Lo siento. Me parece que sólo estábamos sacando esas horribles
cosas del camino, y ahora nos podemos enfocar en el ahora.-

-Bien.-

El esperó para que ella se subiera a su carro, y luego él lo rodeó para subirse
detrás del volante. -Te llevaré a cenar después. Espero que esté bien.-

-Por mi está bien.-

-No te puedo garantizar que sea tan buena como la tuya.-

Ella se rió. -Por favor, deja de preocuparte. Puedo comer cualquier cosa fuera
de la comida casera, Camden.-

El quería que ésta noche fuera perfecta, demonios.

-Lo será.- Ella le palmeó la mano. -Te creo.-

Encendiendo el carro, se sentaron en silencio por unos segundos. -No puedo


creer que nunca te haya conocido antes.-

-Ambos teníamos diferentes vidas. Conocí a Edith en el trabajo, y Sammy y


Millie trabajan en el mismo edificio pero en otro departamento. Yo trato con
seguros, y Millie trabaja en cuentas, Sammy en Relaciones Públicas, y Edith en
ventas. Nosotros sólo nos encontramos. Ellos ya estaban saliendo en ese
tiempo. Por lo que sé, tu salías con tu chica, y yo con mi chico, y nuestros
caminos nunca se cruzaron.-

El no estaba feliz de oir eso, pero no había nada más que hacer.

-Estoy feliz de haber aceptado esa invitación de anoche.-

Camden volteó a verla para encontrarla sonriendo.

-Igual yo.-

-Soñé con ese cordero,- le dijo.

Ella se rió. -Mi mamá lo hace con romero pero no le gusta el ajo, y a mi si. Hay
algo asombroso acerca de tener tu propia cocina, y ser capaz de experimentar.-
-Puedo ver tu entusiasmo.-

-Gracias. Yo probablemente no debería hablar tanto como lo hago. Creo que


todos amamos lo que nos gusta.-

-Puedes hablar acerca de lo que quieras.-

-Háblame de tu amor,- le dijo. -Tu amor por el trabajo con la madera. A mi me


suena realmente que te consume tiempo.-

-Así es. Soy un constructor entrenado, y calificado. Puedo hacer muchos


trabajos en una edificación. Trabajar con madera, y tallarla, asegurándola, y
pasar de algo tan soso a algo decorativo y hermoso, es lo que hago. Construir
una casa es igual de importante. Nunca quisiera que alguien entre molesto a
una casa que yo haya ayudado a construir. También, soy bueno con las
reparaciones. Como tus baldosas. No serán un problema. Estaba pensando que
la próxima semana estaré libre, y puedo venir a tu casa, y ponerlas de regreso
para ti.-

-Eso sería maravilloso. Nunca tuve un precio por cuanto quieres ser pagado,- le
dijo.

-Otra cita.-

-Ni siquiera hemos estado en ésta. Podrías odiarme.-

-No, eso sería imposible. Me gustaría otra cita contigo.-

Otra mirada hacía ella, y el vio su sonrisa.

-Realmente me encantaría,- dijo ella.

Excelente. El ya tenía otra cita planificada, y ahora sólo tenía que hacer que
ésta fuera perfecta.

La película era dulce y un romance sexy. Alyssa estaba sorprendida que


Camden estuviera más que feliz de sentarse con ella ahí sin ningún alboroto.
Por eso, tenía puntos extras, y a ella realmente le gustaba estar con él. El
colocó su brazo sobre sus hombros, y era la primera vez que ella estaba con un
chico que tan siquiera intentara eso. Acaso la hacía una inútil por haberlo
disfrutado mucho? Ella tenía las palomitas de maíz en su regazo, y el se
inclinaba hacía ella. Un brazo sobre sus hombros con sus dedos rozando su
hombro, y ocasionalmente su cabello. El se inclinaba y tomaba algunas
palomitas de maíz también.

El estaba cerca, y por eso ella no pudo evitar sentirse excitada por él. Su
presencia entera era fuera de éste mundo.

Cuando salieron del cine, el tiró el cartón de las palomitas en la basura.

-Realmente disfrutaste la película?- Le preguntó ella.

-Si, porque no? Fue divertido, además, como un tipo no puede amar una
película de esas? El chico obtuvo a su chica, no? Cómo no me iba a gustar
eso?-

-Estoy empezando a preguntarme si eres humano.-

-Soy humano, bebé. Puedo demostrarte que tan bueno soy en ese
departamento.-

Ella se rió.

-Lo disfrutaste?- Le preguntó.

-Si. Lo hice. En realidad si lo disfrute.-

Vi una cafetería más adelante. Estaría bien?- Puso su brazo sobre sus
hombros, apuntando por la calle.

-Si. Más que bien. Me encanta cocinar, y ofrecer cenas, pero soy muy simple y
una chica con los pies sobre la tierra, Camden. Me comería una hamburguesa
tanto como un filete.-

-Ahora me dices que eres la chica de mis sueños, y no hay manera de que te
deje ir.-

El presionó sus labios contra su cuello haciéndola reír. Sus pezones se


volvieron duros, y su coño se volvió más humedo.
Entraron a la cafetería, y estaba bastante lleno. Camden tomó su mano, y
encontraron una mesa con butacas en la parte de atrás. Deslizándose en la
butaca, ella sonrió. -Esto realmente es agradable.-

-Bien. Estoy feliz por eso.-

Alyssa no quería arruinar esto. Ella realmente disfrutaba su compañía, y lo


último que ella quería hacer era hacerlo arrepentirse de llevarla a una cita. Sus
manos se sentían sudorosas.

-Te pongo nerviosa?- Le preguntó.

-No del todo. Es sólo... esto es todo nuevo. Estoy nerviosa de que lo arruine.
Diga algo que te vuelva loco.-

El le tomó de las manos.

Ella notó lo grandes que eran sus manos comparadas con las de ella, y a ella le
gustó. Camden era todo hombre, y ella le gustaba como se veia que él la
rodeara.

-Qué tal si te digo algo que es algo escabroso?-

-Ahora estoy preocupada,- le dijo ella.

-Quiero tener una familia.-

Alyssa se tensó. -Disculpa?-

'Si, mundo loco verdad? Un tipo que quiera casarse, establecerse, y tener una
familia. No creí que fuera un problema cuando mi chica vino y me dijo que
estaba embarazada. Estaba feliz. Llámame loco, pero cuando terminó estaba
más molesto porque no obtendría la familia que yo tanto quería.-

Ella no sabia qué decir. Él estaba siendo bien abierto, y bien personal.

-Quieres hijos?- Él le preguntó.

-Si quiero. Si. Cuatro.-

-Eso es lo que quiero. Cuatro hijos, y un par de perros,- le dijo él.


-Gatos?- Le preguntó ella.

-Lo tienes. Tal vez algunos conejos y gallinas.-

Esto se estaba volviendo más raro a medida que iban hablando. Esto era
exactamente su sueño, tener una gran familia, y algo reconfortante y cálido.
Ella era hija única, y sus padres nunca tuvieron más hijos aunque ellos en
realidad querían más.

-Que pasa?- Le preguntó.

-No es nada. Sólo es como sorprendente que sea algo que quieras.-

El pasó su dedo por su pulso. -Sé que siempre asombra a todo aquel que
escuche lo que me gusta. Las mujeres sales corriendo asustadas.-

-No estoy asustada.- Ella le dio un apretón a su mano. -Completamente lo


opuesto.-

Por primera vez en un buen tiempo, Alyssa actualmente vio el futuro con un
hombre. Soló esperaba que fuera cierto.

Más tarde esa noche, Millie llamó primero.

-Entonces, cómo te fue?- Preguntó Millie.

-Estuvo grandioso. Pasará por casa la próxima semana para arreglar esas
baldosas en mi cocina. Me parece que le haré un pastel de chocolate y
caramelo. Que crees?-

-Dulzura, ese hombre se enamorará de ti al ver ese pastel, y el sabor, te follará


para el final de la noche.-

Alyssa sonrió. -Ese es un pensamiento interesante.- El sexo no estaba en su


mente antes de conocer a Camden. Ahora, pensamientos sucios y sexis
estaban constantemente pasando por su cabeza.

-Necesitas regresar a ese caballo, y la única manera de hacerlo es saliendo.


Sabes que tengo razón.-

-Si, lo sé. Siempre tienes razón, y siempre me pasas diciendo que lo tienes.-
Ella no podía estar en desacuerdo con su amiga. -El quiere una familia.-

-Lo sé. Todos sabemos lo que quiere. Porqué crees que hemos estado intentado
juntarlos? Les hemos dado a ustedes dos suficiente tiempo para que se
recuperen de cualquier mierda que estuviera pasando en sus vidas. Ahora es
tiempo para que ambos sigan adelante y abracen todo, y entre ustedes.-

-Me parece que tienes razón.-

-Sé que tengo razón. Te lo he dicho antes.-

Alyssa suspiró. -Tengo que irme. Hablamos luego. Lo prometo.-

-Más te vale. Quiero detalles. Entre más sucio mejor.-

Colgando el teléfono, Alyssa vio al libro en sus manos. Era un libro devoto a las
galletas, pero en estos momentos, ella quería dormir, y pensar en un hombre
musculoso de pelo largo y una barba que no le asqueaba.

Su sueño era tener una familia y conocer el amor real de un buen hombre. Tal
vez, sólo tal vez, Camden fuera ese tipo de sus sueños.
En la siguiente semana, Camden habló con Alyssa tan seguido como podía. Le
hablaba, le mandaba textos, o incluso se pasaba por su oficina a la hora del
almuerzo. Estaba obsesionado. No había otra palabra para ello. El esperaba
que no la estuviera molestando con sus visitas constantes. Ella estaba en sus
pensamientos, y mientras todavía, ella parecía disfrutar sus atenciones.

-Cómo están las cosas con Alyssa?- Preguntó Sean, pasando por su casa el
viernes por la noche.

-Bien. Por qué?-

-Tenemos curiosidad, sabes? Acaso no nos podemos preocupar por nuestro


amigo?- Sean alzó su mano, pero el bastardo tenía una enorme sonrisa en su
cara. -Ha sido toda una semana, verdad?-

-Qué sabes tu de mi semana?- Preguntó Camden.

-Sólo que tú y Alyssa han estado saliendo, y parece que cada oportunidad que
tienes estás cerca de ella. Por lo que veo, las cosas están volviéndose mejor de
lo que imaginabas?-

Camden asintió. -Si, ha sido asombroso. Actualmente estoy preparando las


cosas para ir a su casa mañana para arreglar las baldosas.- Realmente estaba
esperando ese trabajo. Un día entero, uno en el que él esperaba que fuera un
día entero donde solo estuvieran ellos dos solos. Tenia muchos planes que no
sólo incluía trabajar en su cocina.

-Crees que ella sea la indicada?-

-Si, lo creo.- No había duda en su mente que Alyssa fuera la mujer para él.
Todavía tenia que besarla, y no quería apresurarla. Mierda, su polla estaba
poniéndose dura de solo pensar en tener a Alyssa en sus brazos, desnuda y
bajo él. Estaba seguro que seria el cielo.

-Wow, ni siquiera dudaste acerca de eso,- dijo Sean.


-Porque dudaría cuando estoy seguro?-

-Ha pasado una semana.-

Camden se levantó, y se rascó su barba. -Tienes razón. Ha sido poco tiempo,


pero no importa. No me importa. Es lo que quiero, y sé que puedo hacerla feliz.
No es eso todo lo que importa?-

-Lo es. Solo que no quiero que ninguno de los dos salga lastimado. Alyssa es
muy desconfiada. La conozco.- Sean empujó sus manos dentro de sus bolsillos.
-Todos la conocemos, y todos te conocemos. Ambos son perfectos para cada
uno, y ambos han sido heridos en el pasado.-

-Realmente no sé que estás tratando de decir. Me estás advirtiendo de Alyssa, o


me estas advirtiendo porque la quiero a ella?-

-Es por eso que es tan confuso. Estoy haciendo ambas cosas. Ella es delicada,
y de alguna manera, también lo eres tú. Todos sabemos lo que quieres, y todos
sabemos qué quiere Alyssa. Esto está empezando a confundirme.- Sean sonrió.
-Creo que es ambos. Me preocupan cada uno de ustedes.-

-No la voy a lastimar, Sean. Te lo prometo. Ella no va a lastimarme tampoco.-


Camden pensó en la mujer que ha estado conociendo en los últimos días, y ella
no lastimaría a una mosca. Ella no era el tipo de mujer que haría algo para
lastimar a alguien más. -Deberás confiar en mi.-

-Está bien, entonces estoy para ayudarte. Su color favorito es el verde. Y ella en
realidad odia los chicharos. Los usará en la cocina, pero detesta su sabor. No
soporta el pescado, ni siquiera en su forma de pescado.-

Camden se rió. -Porque me estas diciendo esto?-

-Edith me ha dicho todo el tiempo que la clave del éxito está en los detalles. Te
estoy dando los detalles.-

Así que, por la próxima hora mientras Camden prepara todo para su trabajo al
día siguiente, Sean le dijo todo lo que sabía acerca de la mujer de la que
Camden se estaba enamorando. Él era un hombre pero no le importaba una
mierda si eso lo volvía un coño si hablaba de lo que quería, y el quería a Alyssa.
-Estás recibiendo las advertencias, también?- Alyssa preguntó más tarde esa
noche mientras estaba acostado en la cama. Él la llamaba porque amaba
escucharla hablar.

-Si, las obtuve de Sean. A quien tuviste tú?-

-Millie, y luego Edith se presentó. Si nuestros amigos están tan preocupados,


porque nos empujaron a estar juntos?-

-Las preocupaciones de Sean es que apenas ha pasado una semana, y que de


alguna manera nos vayamos a lastimar. No te voy a lastimar, Alyssa.-

-Sería extraño si te dijera que te creo? Realmente estoy esperando verte


mañana.-

-Yo también. Sean me contó que tu color favorito es el verde, y que odias los
chicharos.-

-Es cierto. Puedo comerlos cuando en realidad son frescos, y los sacas de sus
vainas, pero no puedo ni siquiera poner mis manos cuando estuvieron
congelados todo el tiempo.-

-Algo más que odies?- Le preguntó.

-No soy muy fanática de la berenjena. Realmente lucho con ellas, y pulpo. No
puedo comerlo.-

-Nah, tampoco soy gran fan de eso.-

Ella se rió. -Es esto raro?-

-No tan raro. Nos estamos conociendo, y puedo decir que me encanta todo lo
que escucho.-

-Cuéntame de ti, Camden. Qué te gusta?- Preguntó ella.

Camden suspiró. -Me gusta el trabajo duro. Me gusta venir a casa, tomar un
baño, y sentarme con una cerveza helada. Si, me gusta la cerveza bien helada.-

-Estoy segura que muchos hombres les gusta eso también.-

-En la noche me gustaría un chocolate caliente con crema y malvaviscos.


Nunca he sido capaz de darle el toque justo. Siempre quemo el chocolate.-

-Oh no, el chocolate quemado es lo peor. Un día espero escribir mi propio libro
de cocina.-

-Me encantaría ser el catador de sabor para ti.-

-Eres tan dulce. Como una mujer no podría adorarte?- Preguntó Alyssa.

-Creo que soy un tipo necesitado. No he terminado con lo que me gusta. Me


gustan las largas caminatas, y las vacaciones largas. También me gusta
acurrucarme. Si, te dije que era un tipo raro.-

Ella se rió. -No eres tan raro. Te lo advierto. No muchos hombres estarían
dispuestos a admitir que disfrutan acurrucarse.-

-Culpable. Crees que puedas manejar a un acurrucador?-

-Creo que me gustaría tener finalmente a un acurrucador. Tengo mucho con lo


que se puede acurrucar.-

-Bebé, no puedo esperar a poner mis manos en ti.-

Alyssa se volteó en el espejo para revisar su trasero, y luego para ver si su


estómago se veia en el lado más lleno. Ella se volteaba de un lado y de otro.
Ésta era la ocasión en que mas tiempo le había tomado vestirse. Quería verse...
bonita. Bonita para Camden.

-Esto tendrá que servir.-

Los pantalones de mezclilla fueron un derroche que se compró ayer después


del trabajo. La camisa era un poco vieja, pero siempre le gustaba como lucía
sus curvas con la mejor ventaja. Tomando un fuerte suspiro, se dirigió a la
cocina para asegurarse que todo estuviera en su lugar.

-Todo está perfecto.- Ella les había advertido a sus amigos que se mantuvieran
alejados. Ella no necesitaba que los estuvieran vigilando y esperando. Edith
constantemente la molestaba acerca de lo que decía o hacía Camden. Millie
hablaba sin parar acerca de su química. Sammy solamente era dulce, y no
parecía estar excesivamente preocupada acerca de ellos dos, lo cual Alyssa
prefería. -Puedo hacer esto.-

Su timbre sonó, y ella caminó hacía ella. Otro fuerte suspiro, y abrió la puerta.
-Hey,- dijo ella.

-Hey, bebé,- dijo Camden, pasando por la puerta. Tenia una faja de
herramientas, lo cual era la cosa más sexy que haya visto.

Su coño se volvió resbaladizo, y sus pezones se pusieron erectos. Camden le


tocó la cintura, y presionó un beso en su mejilla.

Ella estaba un poco decepcionada que fuera directo a la mejilla. No te


preocupes. No te estreses.

-Te ves sexy,- le dijo, retrocediendo.

Sus mejillas se calentaron, y ella sintió el calor dentro de ellas.

-Gracias.- Ahora ella se sentía loca. Ella pasó la mayoría de la noche anterior y
ésta mañana tratando de encontrar la vestimenta perfecta. -Necesitas que vaya
y recoja las baldosas de repuesto?-

-No, ya las tengo. No necesito que te preocupes acerca de eso.-

-Ah, está bien.- Ella sonrió. -Te gustaría una taza de café?-

-Me gustaría.-

Ella caminó frente a él preguntándose si le estaba viendo el trasero. -No es


mucha molestia?- Preguntó ella, volteando a ver.

La mirada de él se movió hacía arriba.

Él le estaba viendo su trasero!

Ella amaba que le estuviera viendo el trasero.

Todavía sin decir una palabra, ella puso la tetera sobre la estufa, y observó
como él se movía sobre el fregadero. Mordiéndose el labio, ella admiró su
trasero mientras se inclinaba, para quitar varias baldosas. -Tendré que rehacer
todo el fregadero.-

-Está bien.-

-Quién hizo esto la ultima vez?- Preguntó.

-No lo sé. No lo he tocado desde que me mudé aquí hace unos cuatro años.
Todo parecía perfecto así que me apresuré a tomarlo.- Ella amaba su libertad y
su independencia. La cocina había sido la principal razón para que ella
comprara éste apartamento. Con su presupuesto ella había obtenido lo mejor
con su dinero. El apartamento estaba en un bonito lugar, en una buena área,
con seguridad moderada. Ella nunca se sintió asustada o preocupada. Si
habían golpes en la noche, ella no se estresaba por ello.

Sirviéndose a ambos las tazas de café, ella se inclinó sobre el mostrador, y


observó su trasero.

Ella no había sido el tipo de mujer que se comiera con la vista a los hombres,
pero ella no podía apartar la mirada. El era tan sexy, y su trasero era bonito.

Mordiéndose su labio una vez más, ella se sacudió un poco cuando el se volteó
hacía ella.

-Estabas revisando mi trasero, verdad?- Le preguntó.

-Er, no, absolutamente no.-

Él se acercó, y tomó la taza de ella, colocándola de vuelta en el mostrador


detrás de ella.

Su corazón empezó a correr, especialmente cuando el se acercó de tal manera


que sus cuerpos se rozaban.

-Yo miré tu trasero. Esos pantalones deberían ser ilegales. Estoy duro, bebé.-
Tomó su mano, y la colocó sobre su evidente excitación.

-Oh.-

-Voy a besarte.-

Ella se lamió los labios y jadeó mientras él ahuecaba su cara, y sus labios
estaban sobre los de ella. Su lengua trazó sus labios, y ella se abrió. El
introdujo su lengua dentro de su boca, y ella cerró los ojos, perdiéndose en su
toque y queriendo más.

Encontrando su lengua con la de ella, ella se sostuvo de su cintura y gimió. Su


beso era tan pasional como lo era él, y ella quería más.

Su polla se presionó contra su estómago, dándole a entender exactamente lo


que él quería.

Camden se separó, y ella vio dentro de sus ojos café. -Desde el primer
momento que te vi he querido hacer eso.-

-Porque no lo hiciste?- Le preguntó.

Ella presionó sus muslos juntos con la esperanza de controlar la excitación que
se estaba acumulando en ella.

-No parecía apropiado.- Sus dedos bajaron por la parte frontal de su cuerpo,
yendo hacía sus pechos, y a su cintura. -Viendo como estás reaccionando, diría
que no te estoy tratando correctamente.-

Antes de que ella pudiera decir algo, su mano estaba entre sus muslos,
frotando un poco firme. Presionándose contra él, ella se sostuvo de sus
hombros. -Ha pasado tanto tiempo,- dijo ella.

-Para mi también.-

-No deberías hacer esto.-

-Porque?-

-Porque, no sé. Estoy nerviosa.-

-No hay necesidad de estar nerviosa. Creo que deberíamos hacer esto.- El
presionó un beso en su cuello, lo que no ayudó. No había manera que ella
pudiera pelear con él. No que ella quisiera pelear con él. Su cuerpo se estaba
despertando bajo su toque después de un largo sueño, y si que ha sido largo.

Sus dos manos se movieron alrededor para agarrar su trasero, y jalarla más
cerca. Estampó su boca en la de ella, y todo lo que Alyssa podía hacer era
sostenerse de él mientras él la consumía, encendiendo su cuerpo en llamas,
impulsando una necesidad tan estremecedora que ella no sabia que hacer.

Rindete.

Deja que te tome.

Ella lo quería.

Ella quería rendirse a él tanto que era un dolor constante.

-Ríndete a mi, Alyssa,- le dijo. -Somos adultos. Es lo que queremos.-

-Lo es.- Ella cerró sus ojos y volteó su cabeza hacía atrás.

Era lo que ella quería, y por una vez, ella iba a hacer lo que ella quería, no lo
que se supone que debería hacer.
Finalmente, Alyssa estaba en sus brazos, y Camden estaba en el cielo. Su
cuerpo era tan curvilíneo, suave y perfecto. Su trasero era una cosa de
ensueño. Recorriendo sus manos hacía arriba, los hundió en su cabello,
sosteniéndola en su lugar mientras él presionaba su pierna entre sus muslos.

-Oh Dios,- dijo ella entre besos.

-Oh mierda, bebé, dime que hoy puedo probarte?-

-Probar?-

-Quiero lamer ese dulce coño.-

Ella lamió sus labios otra vez, y asintió. -Si.-

El gruñó, sin ser capaz de sostener su apreciación por su belleza. Ella


realmente era algo asombroso.

Arrodillándose ante ella, él desabrochó el botón y deslizó hacía abajo el ziper.


Ella encogió el estómago, y el negó con la cabeza. -No tienes que hacer esa
mierda conmigo. Sé tu misma. No necesito nada más, sólo tú, Alyssa.-

Ella dejó de contener la respiracion, y él la ayudó a salir de los pantalones


mientras ella sacudía las caderas. Sus muslos eran llenos, y su estómago
agradablemente redondeado. Presionando un beso en su estómago, el vio el
encaje rojo de sus bragas y gruñó.

-Estás llena de sorpresas.-

-Me gustan las cosas bonitas.-

-Y a mí me gustas en cosas bonitas. Te estaré mandando algunas de éstas,- le


dijo él, poniendo sus dedos detrás del elástico, y bajándolo hasta sus pies.

Había una pequeña cantidad de vello púbico que cubría su coño. Tomando uno
de sus muslos, lo levantó y vio su hermosa vagina. Los labios de su coño
estaban abiertos, mostrando su clitoris hinchado.

-Eres tan hermosa.- Él deslizó sus dedos por la parte interna de su muslo
hasta que llegó a su raja. Presionando su dedo contra su clitoris, lo movió
hacía abajo, recorriendo su entrada. Ella estaba muy mojada y el vio hacía
arriba mientras ella jadeaba. Deslizando un nudillo del dedo dentro de ella, el
observó como lo tomaba. Su polla iba a estar dentro de ella antes de que
terminara el día.

Agregando un segundo dedo a su coño, el tomó su clitoris dentro de su boca, y


el sabor explotó en su lengua, haciéndolo querer más de ella.

Una probada no era suficiente, y él necesitaba más.

-Oh Camden,- dijo ella.

Esto no era suficiente, así que se levantó, y la besó. -Dónde está tu


dormitorio?-

Ella pateó sus pantalones afuera, y él la tomó de sus caderas mientras los
dirigía hacía su dormitorio.

Al momento en que ella abrió la puerta, el se sintió directo en casa. Era de un


color durazno, y el lo adoró. El aroma a canela lo rodeó, y de inmediato le
recordó a ella.

Besando su cuello, el la soltó, y apartó la camisa de su cuerpo.

En cuestión de segundos él la tenía completamente desnuda.

Ella luchó con su cinturón, y él movió sus manos fuera del camino, y removió
sus propios pantalones.

El hambre en sus ojos se igualaba con la suya. Él la deseaba tanto.

Envolviendo sus dedos alrededor de su polla, el le mostró lo que ella le hacía.

-Quiero otra probada de ese hermoso coño,- le dijo.

Ella se sentó en la cama, alzó sus piernas, y luego las separó para que él la
pudiera ver. -Es esto lo que quieres?-
El vio que sus mejillas estaban de un rojo brillante, y el se imaginó que esto no
era algo a lo que ella estuviera acostumbrada a hacer. A él no le importó.

Moviéndose hacía ella, el colocó una mano en la cama y sonrió. -Voy a lamer
ese precioso coño y luego voy a follarlo.- Besó sus labios. -Tienes un problema
conmigo diciendo eso?-

Ella negó con la cabeza. -No. Me gusta.-

-Te gusta que te hable sucio?-

-Si, me gusta.-

-Bueno, porque soy un tipo muy versado.- Lamiendo sus labios, el se movió a
sus tetas, chupando cada pezón duro dentro de su boca. -Me gusta dar
instrucciones y tomar lo que me gusta. Me lo darás Alyssa?- Le preguntó.

-Si. Te daré lo que quieras.-

Se estaban moviendo tan rápido, pero a él no le importaba. El estaba


desesperado por ella. Líquido pre seminal escurría de la punta de su polla, y el
paso sus dedos por él, y la quedó viendo. -Quieres una probada?-

Ella tomó su mano, y la llevó a sus labios. Con su dulce mirada celeste sobre
él, ella torció su lengua a través de sus dedos, lamiéndole su líquido seminal.
Ella dejo salir un pequeño sonido. -Me gusta tu sabor también.-

Sexy... como... mierda.

A él no le importaba lo que otros hombres pensaran de las mujeres rellenitas.

A algunos les pueden parecer gordas o feas.

A él no. Alyssa era una fantasía hecha realidad. Sus tetas eran adorables,
llenas y pesadas, su culo grande y hermoso.

Camden adoraba sus curvas, y para él, ella era la mujer perfecta.

Besando su cuerpo, el torció su lengua sobre sus pezones, e inclinó su espalda


sobre la cama, capturando sus caderas, adorando la manera que ella llenaba
sus manos.
-Soy adicto, bebé. Total y jodidamente adicto.-

Mientras él chupaba su clitoris en su boca, ambos gruñeron. Alyssa alzó su


coño contra él, y él insertó dos dedos dentro de su vagina, agregando un tercer
dedo. Ella apretó sus dígitos, y empezó a empujar contra él, tomando tanto de
él como podía.

El estaba profundamente enterrado hasta los nudillos, y todavía, no parecía


suficientemente profundo.

Su miembro pulso con otra ola de excitación mientras más líquido pre seminal
baño la punta de su polla.

Sacando sus dedos de su coño, el apretó su culo, y la alzó hacía su boca. Ésta
vez, el introdujo su lengua dentro de su coño, yendo tan profundo como podía.

-Oh... Camden!- Ella gritó su nombre, sacudiéndose mientras él jalaba su


lengua hacía afuera, y la pasaba hacía su clitoris.

Su coño era tan malditamente sabroso.

Ella era la indicada.

La única.

Y él no la estaba dejando ir.

Alyssa agarró las sábanas debajo de ella, tratando de sostenerse a cualquier


cosa que trajera algún tipo de enfoque de regreso a su mundo. Nada parecía
estar trabajando mientras Camden se hacía cargo de su cuerpo y hacía casi
imposible que ella pensara.

No pienses.

El pasó su polla sobre su coño, y ella lloriqueo, empujando contra su lengua.


El no la soltaba, y la hacía tomar todo lo que él tenía que ofrecer.

Mirando hacia abajo, ella vio su cabeza, y su lengua. Ella no podía creer que el
estuviera dentro de ella, y luego cambiaba cuando le lamía el clítoris.
Ésta era la primera vez que cualquier hombre se tomara el tiempo de darle un
oral, y ella no podía soportarlo. El placer era fuera de éste mundo, y no había
manera que ella controlara su orgasmo. A Camden parecía no importarle que
su coño lo chupara, o que ella estuviera tan resbaladiza. Su humedad se
deslizaba por la raja de su culo.

Ella no tuvo tiempo o la energía para mortificarse por la respuesta de su


cuerpo a su toque.

Camden era un maestro y ella no podía creer de lo que ella se estaba


perdiendo.

-Me voy a venir,- dijo ella, jadeando su advertencia.

En el siguiente segundo, ella se deshizo alrededor de él, cada ola la estremecía


con su intensidad mientras acariciaba su clitoris. Su cuerpo entero se apretó.
La necesidad era algo a lo que ella no estaba acostumbrada.

-Vente sobre mi, bebé. Quiero probarte.-

Una vez que ella se viniera el la iba follar. El tamaño de su polla la hizo
humedecerse más. Hundiendo sus dedos en las sábanas, ella gritó su nombre
mientras ella se introducía de cabeza en la felicidad, su orgasmo recorriendo su
cuerpo entero, consumiéndola. El introdujo sus dedos dentro de ella mientras
él chupaba su clítoris dentro de su boca.

Ella jadeó, arqueándose contra él y frotando su coño contra su cara. Ella


estaba tan prendida, e incluso cuando ella ya había alcanzado el clímax, ella
todavía estaba lista para follar.

Sólo cuando ella le suplicó que parará fue que Camden la dejo, y se sentó. -
Tienes el coño más sabroso.- Él se inclinó y le pasó la lengua desde la entrada
hasta su clítoris, rodeando el botoncito.

El se separó, y tomó un condón de su bolsillo. -Fui y compré algunos sólo por


si acaso. No sabía si hoy estaría de suerte.-

-Está bien.-

Ella le quedó viendo su polla, y quiso darle el mismo tipo de placer.


Arrodillándose en el suelo de su dormitorio, ella envolvió sus dedos alrededor
de su polla, y tomó la punta dentro de su boca. Su cabeza estaba cubierta de
líquido pre seminal, y ella se lo tragó. Lentamente, ella movía su cabeza de
adelante hacía atrás tomándolo hacía la parte de atrás de su garganta. Ella
gimió, y lo escucho maldecir.

-Mierda, bebé, eso es tan bueno.-

Cerrando sus ojos, ella pasó su mano de arriba hacia abajo por su longitud
mientras tomaba más de él. Cuando alcanzó la parte de atrás de su garganta,
ella se retiró.

-Abre los ojos, bebé. Quiero verte.-

Alzando su cabeza, ella finalmente abrió sus ojos, y sus ojos se enfocaron en
los de ella. Estaban tan oscuros, tan llenos de lujuria que su cuerpo respondió.
Sólo su mirada era un llamado para ella.

-Eso se mira tan malditamente sexy. Tus labios abiertos e hinchados, tratando
de tomarme.- El acarició su pelo con sus dedos, y envolvió su longitud en su
muñeca. Con la otra mano, el sostenía su polla, y empezó a alimentarla.

Manteniendo su mirada en la de él, ella no apartó la mirada, ni paró de


chuparlo. Pasó la lengua por la punta de su polla. Más líquido pre seminal se
desparramó dentro de su boca, y ella se lo tragó.

-Tan malditamente sexy.- De repente se separó de ella. -Si no detienes eso no


voy a poder durar, y yo quiero follarte, bebé.-

Abrió el paquete, removió el látex, y lo deslizó sobre su polla.

Al siguiente segundo él la tenía en pie, y sus labios estaban sobre ella en un


ardiente beso que despertó su cuerpo entero.

Camden la dejo caer en la cama y ella separó sus piernas. El la siguió y cuando
ella hizo el movimiento de subirse más a la cama, él la detuvo con sus manos
en las caderas, manteniéndola en la orilla.

-Quiero ver como tu dulce coño se abre para mi, bebé.-


Ella miró entre ellos mientras el pasaba la punta de su polla de arriba a abajo
por su rendija. El golpeó su clitoris. Placer la recorrió y él volvió a golpear su
clitoris. Camden movió la punta hacía abajo y ella vio y sintió cuando él
lentamente empezó a hundirse en ella.

Había pasado mucho tiempo, y Camden no era pequeño. Ni por cerca pequeño,
y mientras él se introducía dentro de ella, él la iba estirando.

-Oh, bebé, estás tan malditamente apretada.- Sus manos apretaron sus
rodillas, manteniendo sus piernas abiertas. Ella alzó la mirada para verlo que
estaba observando donde ellos estaban unidos.

Sus manos se deslizaron desde sus rodillas hasta sus caderas. El la sostuvo
hasta que estrelló cada pulgada de su polla dentro de ella. El era largo, grueso,
ancho y le estaba haciendo doler.

-Perfecto. Tan malditamente perfecto,- le dijo. Sus labios presionaron los de


ella, y ella se sostuvo de sus hombros.

Él era tan grande que ella sentía cada pulso de su polla dentro de ella.

-Ya te viniste?- Le preguntó ella.

-No. Solo adoro estar dentro de ti.- Besó sus labios. -No tienes idea de lo
mucho que me gusta como va esto.- El recorrió con sus manos arriba y abajo
de sus curvas. -Soy adicto a ti.-

-No crees que soy muy gorda?- Preguntó.

-Bebé, eres perfecta tal y como eres.-


Camden amaba su cuerpo. El era fuerte, un tipo duro y grande. Alyssa era
suave, redondeada y todo lo que era completamente lo opuesto a él.
Sosteniéndose de sus caderas, él la mantuvo en su lugar mientras ella se
acostumbraba a él dentro de ella. Ella está increíblemente apretada, más
apretada de lo que se imaginaba.

-Quiero que nunca cambies,- le dijo él.

-No lo haré.-

-Bien porque tú nunca lo necesitarás de mi parte. Me gustas exactamente tal y


como eres.-

El empezó a salirse de su coño, y miró hacía abajo donde su polla estaba


empezando a aparecer. El látex estaba cubierto de su crema. Manteniendo su
agarre en sus caderas, él le sostuvo la mirada, y vio cuando el empezó a
mecerse dentro de ella. Inició lento al principio, y luego tomó velocidad,
empujando más duro y más profundo dentro de ella.

Ella se empujaba en su contra y él montaba su coño. Sus tetas se balanceaban


con cada empuje y no fue suficiente. Él quería ir más profundo dentro de ella y
follarla más duro. Moviéndolos a ambos en la cama, hizo que Alyssa se
agarrara del cabecero mientras él montaba su coño cada vez más duro.

-Camden?-

-Dime, bebé?- Le preguntó.

-Se siente increíble. Tan... bueno.-

-Lo sé. Tu coño es tan... malditamente mío.- Él introdujo cada pulgada dentro
de ella y se inclinó para tomar uno de sus pezones dentro de su boca. -Me voy
a venir,- dijo él. Le mordió el pezón y después de unos pocos empujes, su
orgasmo lo alcanzó.

Presionando sus labios contra los de ella, introdujo su lengua en su boca y


supo sin lugar a dudas que él finalmente había encontrado la indicada. El sólo
esperaba que Alyssa se sintiera de la misma manera.

Los minutos pasaron y el abrió sus ojos.

Alyssa le estaba sonriendo. -No planee esto hoy.- Sus ojos azules centelleaban.

-Ni yo tampoco, pero no puedo decir que no estoy feliz.- Él pasó un dedo por su
mejilla, pasando su pulgar por su labio. -No he pensando en nada más durante
la semana pasada.-

-Vaya. Bueno, Camden, necesitas empezar a encontrar algo más en qué


pensar.- Le dijo Alyssa guiñándole el ojo.

El se río. -No te arrepientes de lo que pasó?-

-No. No me arrepiento. Lo disfruté. Ha pasado mucho tiempo para mi.-

-Lo mismo para mi. Tomé un voto de celibato.-

-En serio?- El asintió. -Lo hice.-

-Los dos tenemos grandes mentes.-

Ella rió. -Conoces a nuestros amigos y van a querer saber que pasó hoy.-

-Podemos decirles. No me importa. Eres mía ahora, Alyssa. Eso te molesta?- Le


preguntó.

-No, no me molesta. Me gusta.-

-Bueno.- El presionó un beso en sus labios. -Creo que voy a tener que tratar
con eso de las baldosas, no crees?-

-Eso creo.-

Se salió de su coño y preguntó por el baño. Ella le señaló la puerta y fue a


deshacerse del condón.

Segundos después, entró al dormitorio para encontrarla en sostén y bragas. El


encaje rojo era tan sexy y él se inclinó contra el marco de la puerta. -Me gusta
ese juego. Donde lo conseguiste?-
Sus mejillas se encendieron de rojo. -Me asustaste. Sólo me estaba vistiendo.-

El vio cuando ella tomó la almohada y se la colocó enfrente de su cuerpo.

-Por qué te escondes de mi?- Le preguntó.

-No lo hago. Puse tu ropa en la silla si la quieres.-

Algo pasaba aquí, y él no sabia exactamente qué era, pero él lo iba a averiguar.

Sentándose en la orilla de la cama, el tocó la almohada y notó que ella lo


sostenía fuertemente.

-He estado dentro de ti, Alyssa. He probado tu coño. Dime que pasa?- Le
preguntó.

-No es nada.-

-Dame la almohada entonces y muéstrame ese pequeño y lindo atuendo.-

Ella se volteó hacía él. -Realmente quieres verlo.-

-Si, quiero verlo.-

-No creo que quieras.-

-Si quiero, y no me moveré hasta que me lo muestres.- El pasó un dedo por su


brazo. -No necesitas esconderte de mi. Nunca.-

-Yo... yo no soy delgada.-

-Eso lo sé. Mis manos han estado en tus curvas y los amo, bebé. Acaso no
sentiste cuánto lo disfruté?-

Ella dio un profundo suspiro.

-Mira, esto no es sólo una follada rápida o algo por el estilo. Esto, para mi, es el
principio de algo más. No sientes lo mismo?- Le preguntó él.

-Si, lo hago.-

-Entonces dame esto.-


Pasaron segundos, incluso minutos, y finalmente ella le dio la almohada y se
levantó. Habían algunas marcas de estrías en su estómago, pero eran tan
ligeras que sólo se notaban si la luz se enfocaba en ella.

Su cuerpo era curvilíneo y él la encontró absolutamente hermosa. Sus tetas


eran tan grandes, su estómago redondeado y él no podía esperar verla
hinchada con su hijo.

El vio lágrimas brillando en sus ojos, y él odió eso.

-Ésta soy yo,- dijo ella.

-Y creo que eres la mujer más hermosa que he visto.- El tomó sus manos y se
levantó. -Te lo prometo, Alyssa. Nunca debes esconderte de mi o pretender ser
algo que no eres. Está bien? Te deseo a ti sólo por lo que eres, y esa es la
manera en la que se quedará.- El presionó un beso en sus labios, y se juró que
nadie nunca haría que ella se sienta como mierda nunca más, todos
responderían ante él. Nadie lastimaría a su mujer, nadie. Él se encargaría de
ella por el resto de sus vidas.

-Asi que, cómo estuvo?- Preguntó Edith el siguiente Lunes.

Alyssa levantó la mirada de su ensalada de pollo para ver a todas sus amigas
mirándola. -Todas se están muriendo por preguntar eso?-

-Quise visitarte, pero Chris me dijo que no lo hiciera,- dijo Millie. -Sabes lo
duro que es no poder hacer una llamada telefónica cuando tú realmente,
realmente quieres hacerlo?-

Ella sonrió. -Fue perfecto. El se quedó toda la noche. El cambio de baldosas es


asombroso. El realmente hace un buen trabajo.-

-Eso no, tonta,- dijo Sammy. -Queremos saber si él pasó a las cosas buenas.-

-Las cosas buenas?-

-Dormiste con él? Él se quedó a dormir, así que algo sucio tuvo que haber
pasado?- Preguntó Edith.
Las mejillas de Alyssa se calentaron. No había manera de evadir el tema. Ella
amaba a sus amigas y ella asintió. -Dormimos juntos. Tuvimos sexo.- Ella se
encogió al escuchar su propia respuesta clínica. Ella nunca fue buena con las
platicas sexys o incluso hacerlas sonar mejor. Camden fue... fantástico. Fue
tan dulce, sucio, sorprendente, tierno y todas las cosas buenas envueltas en
un magnífico paquete y si, hizo que me derritiera. -Me gusta. Realmente me
gusta.-

La manera en que tocó su cuerpo, la frotó y sus palabras. Cada una de las
partes del fin de semana fueron los favoritos de toda su historia.

Las tres amigas aplaudieron y celebraron.

-Sabíamos que ustedes dos lo lograrían. Tú y Camden están hechos el uno


para el otro. Son como ying y yang, balance, caliente y frío, luz y oscuridad, y
todo,- dijo Millie.

-Sean dijo que les iría bien,- dijo Edith. -Al principio estaba preocupada. Tu no
has salido en citas por mucho tiempo, y no quisimos que salieras herida y
tampoco Sean. Esto es nuevo para ti.-

-Lo sé.- Ella no podía creer que había pasado una semana, y ya habían
dormido juntos, no sólo una vez. Camden había estado dentro de ella múltiples
veces y cada momento fue mejor que el anterior. -Yo... él... es natural, saben?
Él me hace sentir asombrosa y me gusta. Realmente me gusta.- Ella corto un
pedazo de pollo y se lo metió en la boca.

-Estoy feliz por ti,- dijo Sammy. -Es grandioso verte feliz y había pasado mucho
tiempo que no te veiamos así.-

Alyssa estaba sentada a la par de Sammy, así que descansó su cabeza en el


hombro de su amiga. -Gracias. Sabes que te adoro.- Ella animó a su amiga.

-Él es un buen tipo,- dijo Edith. -Sólo para que lo sepas, si el te lastima, lo
lastimaré aunque sea difícil de hacer, pero eso es lo que las amigas hacen,
cierto? Nos cuidamos las espaldas.-

Alyssa rodó los ojos. -Tu nos presentaste. No deberías de preocuparte. Él es


maravilloso.- Dio un mordizco a su pollo. -Ahora, hablemos de otra cosa. Estoy
bien. Ninguna de ustedes debe preocuparse por mi.-

La conversación se desvió a los planes para el aniversario de Sean y Edith. Se


iban de viaje por el fin de semana, al igual que Sammy y Millie. Ella estaba feliz
por ellos y esperaba sus historias. Después del almuerzo regresó al trabajo y
estuvo feliz de terminarlo. Cada persona que la llamó, necesitando su ayuda,
ella hizo lo necesario para ayudarles dirigiéndoles al departamento correcto y
contestando todas las preguntas necesarias.

Al final del día, ella tarareaba para si misma mientras dejaba el edificio. Sus
amigos ya se habían ido ya que solo trabajaban medio día.

Ella se estaba dirigiendo a su carro cuando notó un pequeño sobre blanco en


su parabrisa. Tomándolo, lo abrió.

Alyssa,

No quise interrumpir tu almuerzo así que te dejo esto. Sigue las


instrucciones, y espero verte pronto. Confía en mi.

Besos, Camden

Su corazón empezó a aletear y escribiendo la dirección en su GPS salió del


estacionamiento para dirigirse donde se le indicaba. La dirección la llevaba al
lado opuesto a su casa y hacía el campo. Ella amaba el manejar relajadamente
y el paisaje. Era una tarde cálida y el sol todavía brillaba mientras empezaba a
bajar.

Ella dio un giro inesperado por un largo camino de grava. Cuando el GPS le
indicó que había llegado, ahí en el pórtico estaba Camden. Sostenía una rosa
roja y ella vio su sonrisa. Estacionándose, ella salió del carro y se colocó sus
anteojos de sol sobre la cabeza.

-Ésta es tu casa?- Le preguntó.

-Éste es mi hogar, y eso de ahí,- dijo el señalando otra edificación, -es donde
trabajo.-

-Tu taller?-
-Si, todas las cosas buenas como tu mesa para el café se hacen alli.- Le entregó
la rosa. -Te ves hermosa.-

-He estado en el trabajo todo el día. Probablemente me vea desaliñada.-

-Una desaliñada sexy.- El le tomó la mano, y la jaló más cerca. Ella notó que
había quitado todas las espinas de la rosa. Camden bajo sus labios sobre los
de ella, besándola. -He querido hacer esto desde ésta mañana.-

-Me viste ésta mañana,- le dijo ella.

-Lo sé y se me hizo demasiado largo entre besos.- La volvió a besar.

-Viniste a la oficina?- Le preguntó ella.

-Si.-

-Porque no me llamaste?-

-Pregunté si estabas disponible y me dijeron que habías salido a almorzar con


las chicas. Me imaginé que ellas querían saber como nos había ido?- Le
preguntó.

-Así fue. No les dije mucho. Están emocionadas por nosotros.-

-Está bien, porque yo también estoy emocionado por nosotros dos también.- El
enredó sus dedos con los de ella y ella vio un destello en sus ojos.

-Qué pasa?- Preguntó ella.

-Ven.- Él se movió alrededor de su casa, y ella esperaba ver dentro de su hogar.

Ella se imaginó que todo alrededor de su casa había sido hecho por él, la
decoración, la construcción, todo. Él era el tipo de persona que claramente
disfrutaba trabajar con las manos. Ella había estado en el lado recipiente de
sus habilidades y él era asombroso.

-Quería hacer esto especial,- le dijo.

Alyssa jadeó.

En su propio jardín había una sola mesa con velas bellamente colocadas. Era
la velada romántica perfecta.

Dónde estuvo metido Camden toda su vida?


Camden había llegado temprano a cortar el césped, arreglar la mesa y ordenar
la comida de un lugar Italiano local. Él conocía al dueño y había hecho un
trato con unos tallados de madera que él había hecho para el dueño.

-Qué es lo que piensas?- Él preguntó.

-Me hiciste la cena?-

-No, arreglé todo para que tengamos una bonita velada. No puedo cocinar, y no
me gusta cocinar. El dueño del restaurante italiano local es un amigo personal
y le pedí que me hiciera la cena para que yo pudiera servírtela.- Tomó su mano
y luego saco una de las sillas. -Por favor, señorita, tome asiento.-

Ella se rió. -Eres tan adorable.-

-Lo sé. Espero que te guste la comida.-

El se apresuró a la cocina. Abriendo el horno, sacó el pollo cacciatore. También


había polenta y el postre estaba en el frigorífico.

Llevando el pollo y la polenta, el vio que ella ya les había servido una copa de
vino.

-No creo que pueda beber este vino, pero pensar en ello es realmente
agradable,- dijo ella.

-Hoy no te vas a casa. Te vas a quedar conmigo. Después de todo, me tuviste


todo el fin de semana, y ahora es mi turno de compartir mi vida contigo.-

-Eres un hombre extraño, Camden. Estoy sorprendida que una mujer no te


haya atrapado todavía.-

-Afortunadamente para ti, soy todo tuyo.-

El tomó un sorbo de vino, y aunque a él le gustaba más la cerveza, el se fue por


el vino.
-Esto es maravilloso,- dijo ella, sirviéndose a ambos un plato lleno de comida. -
Esto se ve y huele tan bien. Tal vez me puedas presentar a tu amigo.-

-En cualquier momento,- le dijo. Primero, tendría que asegurarse que ella
supiera a quien pertenecía. Theo podía ser encantador y Camden no estaba
interesado en perder a su chica con su amigo.

Brindaron y el observó mientras ella tomaba un sorbo y luego comía. Durante


el fin de semana el la observó en la cocina, incluso mientras sustituía las
baldosas. Ella siempre estaba cocinando y el amaba observarla.

Le hizo preguntarse si ella amaría su cocina. Sus pensamientos se habían ido


de ella quedándose con él a de repente viviendo con él y antes que él lo supiera
qué estaba pasando ya estaba planeando su futuro con ella.

-En qué estás pensando?- Preguntó ella.

-Quieres que sea honesto?-

-Si, por supuesto.-

-Pienso en el futuro.-

-Nuestro futuro?-

El asintió. -No soy un tipo normal. Estaba pensando en cómo serían nuestras
vidas juntas.-

-Nos hemos conocido por una semana.-

-Lo sé. Estoy loco, verdad?-

-Sólo un poco.- Ella alzó sus dedos para presionar los suyos. -Nos estamos
moviendo un poco rápido.- Ella vio a su alrededor. -Creo que tu casa es
adorable. Haces todo el trabajo en ella?-

-Tanto como puedo. Después de comer, te daré un tour.- Se comió un bocado


del pollo. Estaba caliente, suculento y delicioso. -Cómo estuvo el trabajo?-

-Estuvo bueno-
-Disfrutas lo que haces?- El preguntó.

-Si lo disfruto, especialmente cuando puedo ayudar a la gente. Lo que odio es


cuando no puedo ayudarlos. Eso me molesta.- Dio otro sorbo del vino.

Hablaron acerca de lo que hicieron durante el día, y disfrutaron de la comida.


Cuando terminaron, le sirvió otra copa de vino y luego la tomó de la mano.

-La tierra es mía.- Señaló una pequeña porción de tierra cerca de la cocina. -
Espero convertir eso en una cocina jardín dentro de poco. Cuando tenga hijos,
les haré un área de juegos. Si miras por allá, ya tengo los planos para una casa
de árbol.-

-Realmente quieres hijos, cierto? Esto no es acerca de hacer que me gustes


más.-

-Por supuesto que no,- le dijo. -Estoy siendo completamente honesto contigo.-
Envolvió su brazo alrededor de su cintura y la jalo más cerca. Camden adoraba
sus curvas. Frotando sus caderas, el beso su sien. -No te mentiré.-

Ella se acurrucó contra él.

-Ven, vamos adentro y te muestro todo.- La llevó a la parte frontal de la casa, y


el sol estaba terminando de meterse, así que encendió las luces, cerrando la
puerta. Detrás de él.

-Y la mesa?-

-Nadie viene por aquí, bebé. Todavía estará ahí en tres semanas si no la
muevo.-

Ella se rió. -Está bien. Así que esto es un bonito y recluido lugar.-

-Es lo mejor. Me imagino que con el tiempo habrán un montón de casas


construidas, pero todavía tendría suficiente privacidad para mi.- No habían
planes para la construcción de casas en un momento cercano. Llevándola a la
sala de estar, le mostró la calidez que había creado. Habían tres grandes sofás,
una alfombra en medio, cerca del fuego, y televisión para los juegos de fútbol
cuando sea fueran transmitidos.
-Wow,- dijo ella. -Es hermoso.-

El ya los estaba viendo acurrucados desnudos frente a un rugiente fuego.

Salsa de chocolate y fresas estaban en el cuadro.

Moviéndose hacía el comedor, él encendió la luz ya que era la habitación más


oscura de la casa. La mesa era larga y la había hecho él mismo, junto con las
sillas.

-Esto es asombroso. No podrías comprar éste tipo de artesanías en cualquier


lado.-

-Gracias.-

-Lo digo en serio, Camden. Es realmente bueno.-

Ella pasó su mano sobre una de las sillas. -Es bonito. Me gusta.-

Le mostró la pequeña biblioteca que todavía estaba en proceso de ser


terminada lo cual los llevó a la cocina. Era la habitación más grande de la casa,
y de la cual estaba particularmente orgulloso de ello.

-Hace cuánto has estado construyendo esto?- Ella preguntó.

-Unos buenos quince años. Era una inversión, y me gusta mantenerme


ocupado. Nunca he sido del tipo de sentarse enfrente de un televisor todo el
día. Me gusta estar en movimiento, hacer cosas.-

-Lo entiendo. Esto es, asombroso, Camden. Se puede ver el amor que le has
puesto, lo adoro.-

Qué bueno, porque quería compartirlo todo con ella.

Estando parada en la ducha Alyssa se tensó cuando Camden entró en la


habitación. A través de la puerta de la ducha, ella vio cuando el se quitó la
ropa hasta quedar completamente desnudo. Era una vista fabulosa.

-Voy a entrar a esa ducha, te guste o no.-


El ya sabia que ella todavía luchaba en cuanto a estar completamente desnuda
frente a él. Ese primer día que tuvieron sexo, ella estuvo tan nerviosa pero
también estaba borracha de excitación, así que era casi imposible de ignorar.
En esos momentos en sus brazos, ella se olvidaba de su peso y de sus cosas.

La puerta se abrió y ella luchó por no taparse. Él la vio completamente


desnuda, y había estado dentro de ella, incluso la había probado, aunque
todavía era duro para ella ignorar sus propias inhibiciones.

-Nunca necesitas cubrirte cuando estés conmigo, bebé.- Se acercó, tomando


sus brazos y envolviéndolas alrededor de su cuello así que estaban pegados
uno contra el otro. -Realmente eres alguien para mi, sabias?- Pasó sus manos
de arriba a abajo por su cuerpo, ahuecando su culo mientras lo hacía.

-Crees que siempre pienses eso?- Preguntó ella.

-Si, lo creo. No soy voluble o estúpido. Sé lo que quiero, Alyssa. Que hay de ti?
Que quieres tu?-

Ella lo vio a los ojos, y encontró consuelo en su mirada. -Quiero ser feliz.
Quiero creer en lo que hemos empezado aquí.-

-Tus antiguos novios. Están haciendo que dudes de mi?- Le preguntó.

-No de ti pero si de estos sentimientos. Es tan fácil enamorarme en estos


momentos. No sé si dejas el asiento del inodoro arriba. Tú no sabes si dejo la
pasta dental destapada.-

-En serio? Es en lo que estás pensando en estos momentos?-

-Muchas parejas se han separado por menos. Años después cuando toda la
magia de la primera vez se acabe, todavía querrás que no me cubra en la
ducha o habrá otra mujer más joven que te aparte de mi?- Preguntó ella.

-No. No lo habrá.-

-Cómo lo sabes?-

Cómo sabes si algún joven semental no andará rondándote para hacerle cosas
a tu cuerpo que yo no pueda? Me puedes responder a eso?-
-Nunca haría algo así,- dijo ella.

-Exactamente, te doy mi palabra y no es suficiente. Te creo y sabes qué, tengo


fe en nosotros dos.- Presionó un beso en sus labios. -Debes aprender a confiar
en mi.- El apretó su trasero. -Porque no te librarás de mi. Nunca.- Su mirada
permaneció en la de ella. -Estoy en esto, todo el camino. Y tú?-

Viéndolo a los ojos y con las manos en su cuerpo, ella asintió. -Si, lo estoy.-

El la presionó contra la esquina de la ducha, estampando sus labios en los de


ella. -Mierda, bebé, gracias.-

-No, gracias por aguantarme,- le dijo. -Gracias.-

Ella ahuecó su cara y besó sus labios, necesitando su toque más de lo que ella
necesitaba cualquier cosa.

Camden apretó el agarre de su culo. Segundos después el llenó su coño,


deslizando cada pulgada de su polla dentro de ella.

-No estás usando un condón,- dijo ella, sosteniéndose de sus hombros.

-No me importa. Necesito sentirte.-

-No soy tan estúpida,- dijo ella, riéndose. -Sé que todavía hay un riesgo de que
algo pueda pasar.-

-Si es así me haré cargo de ti.-

Hay algo acerca de un hombre diciéndote que se haría cargo de ti que va


directo al corazón. Con la mirada en la de él, ella se derritió contra él,
necesitando su amor más que nada. Él la sostuvo fuertemente mientras la
follaba contra la ducha con el agua corriendo entre ellos.

Nada podía ser más perfecto para ella.

Sosteniéndolo fuertemente en sus brazos, ella tomó posesión de sus labios,


sabiendo que ella haría cualquier cosa por él.

Camden metió la mano entre los dos y comenzó a atormentar su clítoris,


pasando los dedos sobre su clítoris con cada empuje. Ella quitó su mano,
frotándose el clítoris mientras el follaba duro su cuerpo, llenándola hasta
rebosar.

-Mierda, bebé, me vuelves loco.- Él se inclinó, tomando uno de sus pezones


dentro de su boca.

-Por favor, Camden. Estoy tan cerca.-

Ella se frotó el clítoris, sintiendo como se construía su orgasmo.

-Tu coño está tan apretado, y tan perfecto. No puedo creer que pienses que te
abandonaría. Te añoro malditamente demasiado.-

Sus palabras la llenaron con tanta felicidad, tanto amor.

Su orgasmo recorrió su cuerpo y Camden continuaba meciéndose dentro de


ella, conduciéndose incluso más profundamente dentro de ella.

-Mierda, si, eso es, bebé. Vente en mi polla. Mierda!-

Tres empujes más y Camden explotó.

El no se retiró.

Y a ella no le importó.

Sosteniéndolo cerca de ella, ella besó sus labios, sabiendo sin lugar a dudas
que él era el indicado. Aunque ella estaba asustada a comprometerse
completamente, eso era la verdad.

-Cómo no puedes tener fe en esto bebé?- Le preguntó el.

-Lo tengo. Son mis propios locos pensamientos. Trabajaré en eso. Lo prometo.-

Camden quitó su cabello fuera de su cara. -Nunca te engañaría. Sé lo que se


siente ser engañado y eso nunca pasará.- Él le dio un beso a sus labios. -Te lo
prometo.-

-Tampoco te mentiría.-
Los dias y semanas pasaron. Alyssa se quedaba en la casa de Camden o él se
quedaba en su apartamento. Rara vez se separaban e incluso iban juntos a
citas con sus amigos. Se sentía bien tenerla entre sus brazos y tenerla cerca.
Mierda, la amaba. No había otra palabra para ello. Amaba estar con ella y estar
separados era una loca jodida idea.

Si ella tenía un largo día en la oficina, la esperaba y le enviaba un mensaje de


texto para asegurarse que ella estuviera bien. Sus fines de semana la pasaban
juntos. Incluso cuando él estaba trabajando en algunos artículos de comisión,
él amaba tenerla cerca. Ella se sentaba en una de sus sillas y se ponía a leer.
Nunca invadía su espacio o hablaba constantemente.

De hecho, él era el que le hablaba todo el tiempo, y la sacaba de su concha.

Ella dejó de estar nerviosa acerca de estar desnuda frente a él. No le permitía
cubrirse. El quería ver su cuerpo y ser capaz de tocarla él mismo.

-Estás seguro de esto, hombre?- Le preguntó Sean después de tres meses de


estar saliendo con Alyssa.

-A qué te refieres?-

-Estamos en una joyería y todos sabemos qué es lo que vas a hacer.- Apuntó a
Chris, a Marshall y a sí mismo. -Le vas a pedir que se case contigo.-

El no lo negó. No había necesidad. El quería casarse con Alyssa y hacerla suya.

-No hay nada de malo en eso.-

-Has pensado bien eso?- Preguntó Marshall.

Camden miró a sus tres amigos. Y todos lo estaban viendo. -Qué pasa?-

-Estamos preocupados. Sabes que sólo han pasado un par de meses,- dijo
Chris.

-Y?-
-Estás seguro que esto es lo que quieres?- preguntó Sean.

Camden miró las filas de anillos de compromiso y se dirigió a sus amigos. -


Nunca he estado más seguro en mi vida. Si, sólo han pasado un par de meses,
pero saben qué? Lo sé. Sé lo que quiero y quiero a Alyssa. La amo. Quiero que
me pertenezca. Ella es mi futuro.-

Silencio se hizo entre ellos hasta que Marshall se aclaró la garganta. -Sabes
que todos vamos a apestar por esto.-

-No me importa. Edith ya sabe que la amo y un pedazo de papel no cambiará


eso.- Dijo Sean palmeando su espalda. -Es mejor que sea el padrino.-

-Los tres lo serán. Primero, debo escoger el anillo correcto y luego hacer que
acceda a casarse conmigo.-

-Crees que se niegue?- Preguntó Chris.

-No sé que pensar. Es lo que amo de ella tan malditamente tanto. Ella siempre
me mantiene adivinando.-

-Puedo ayudarle?- Preguntó la chica detrás del mostrador.

Camden sonrió. -Estoy buscando un anillo de compromiso para mi chica.-

-Qué es lo que a ella le gusta?-

-Nada tan llamativo. Es una chica hogareña.-

-Ah, aquí están los anillos más delicados. Todavía tienen el factor wow sin
llamar mucho la atención.- Ella sacó varias bandejas y el vio todos.
Finalmente, después de una hora decidiendo cuál anillo, él estaba listo para
hacer la pregunta.

-No irás directamente ahí,- dijo Chris. -Millie quiere que le de todos los detalles
de como se lo vas a proponer.-

Camden se rió. -Me arrodillaré y se lo preguntaré.- El no creía en una


acontecimiento lujoso con una banda y una audiencia fuera el estilo de él y de
Alyssa.
Después de colocar la caja de terciopelo en su chaqueta, se dirigieron a la
cafetería frente a la joyería.

-No vas a planearlo? Fuegos artificiales? Palomas? Romance?-

-Si habrá romance,- dijo Camden. -Sólo que será la clase de romance que
Alyssa quiere.-

Más tarde esa noche, Camden encendió velas, y se aseguró que todos
estuviera listo para una noche de perfección. Alyssa estará llegando pronto. Se
aseguró que la cama estuviera templada y pasó la mano sobre las sábanas
para ver si estaban suaves.

Dio otro vistazo alrededor de la habitación y cuando estuvo satisfecho se dirigió


a las gradas.

En la última grada la puerta se abrío y en el momentos que vio a Alyssa supo


que algo andaba mal.

-Bebé, que pasa?- Le preguntó, moviéndose hacía ella.

Ella tenía lágrimas en sus ojos y él esperó hasta que ella puso su chaqueta al
lado de la de él y se quitó los zapatos.

-Hay algo que tengo que decirte,- le dijo ella.

Camden tomó sus manos. -También tengo algo que decirte.-

-Porque vamos a tu dormitorio?- Le preguntó ella.

-Lo tengo todo preparado.- Ahora él estaba nervioso. Porque ella se veia triste?
Habrá pasado algo? Se estaría ella arrepintiendo?

Alejando sus nervios, el le sostuvo las manos, y se arrodilló al momento de


entrar a su dormitorio.

-Camden? Qué haces?- Preguntó.

-Hay algo que te quiero decir y no quiero que pase un momento más sin
decírtelo.-

-También tengo algo que decirte.- Ella apretó su mano. -Creo que es
importante que yo diga lo que te tengo que decir primero.-

-Quiero que te cases conmigo.-

-Estoy embarazada.-

Los dos hablaron al mismo tiempo y Camden se quedó viendola. -Estás


embarazada?-

-Quieres que me case contigo?-

-Si bebé, mierda, te amo tanto, y pasé todo el día buscando el anillo.- Sacó la
caja de su chaqueta y lo abrió. Ella estaba embarazada. Iban a tener un bebé.
Su polla se engrosó y estaba tan malditamente excitado. Ella iba a tener a su
bebé. Todo estaba viniendo junto.

-Tú me amas?- Ella le preguntó con lágrimas en los ojos.

-Si, te amo. Como puedes tan siquiera dudarlo bebé? Te amo


endemoniadamente mucho y estás embarazada. Eso para mi son las mejores
malditas noticias que he escuchado en un largo, largo tiempo.-

-Edith me dijo que me hiciera la prueba ayer.- Alyssa se arrodilló y colocó su


mano en su mejilla. -Te amo Camden. He estado aterrada de decírtelo en caso
que no sientas lo mismo que yo.-

-Te amo. Vamos a tener un bebé?- Le preguntó.

-Si, vamos at tener un bebé.-

El deslizó su anillo de compromiso en su dedo y ella puso su mano en su


redondeado estómago. -Eso es tan sexy.- Camden presionó un beso en su
estómago. -Te amo. Te amo tanto. Nunca te dejaré ir. Sabes eso. Voy a hacerte
la mujer más feliz de la tierra. Apuesto que todos los hombres dirán eso, pero
sabes que? Lo digo en serio.-

Ella se rió. -Todavía no he dicho que si.-

-Entonces por favor di que si y sácame de la miseria.-

-Camden... si, me casaré contigo.-


Él la jaló contra él y estampó sus labios con los de ella. Ella ya lo había hecho
el hombre más feliz de la tierra.

Diez años después...

-Ben, ten cuidado con eso. Te podrías cortar los dedos,- dijo Camden gritándole
a su hijo mayor, quien trataba de terminar su talla de madera para la escuela.

Mirando alrededor del patio, vio a su pequeña niña, Bethany, que estaba en el
columpio con Lea en la caja de arena.

Jonathon se apresuró a salir de la casa con su madre detrás de él. Alyssa


cargaba una gran bandeja de bebidas. Tenían cuatro hijos y otro en camino.

Se casaron hace diez años, un mes después de la propuesta. Sus amigos no


tardaron mucho en hacerlo después de ellos. En los siguientes dos años, ya
todos estaban casados. Él y Alyssa tuvieron a su primer hijo, Ben el siguiente
año, después que se casaran, tres años después nació Bethany, seguido de
Jonathon dos años después. Lea tenía sólo dos y ahora había otro en camino.

La vida era exactamente como había imaginado que seria. Era pacífica,
tranquila y el la amaba. En serio que si. Cada noche tomaba a Alyssa entre sus
brazos y agradecía que todos los hombres la regaran para que él la pudiera
reclamar como suya.

-Hola bebé,- le dijo, tomando la bandeja de sus manos.

-Hola.- Ella lo besó en los labios y sonrió. -Cómo te va?-

-Sabes que esa es mi pregunta.- El colocó la bandeja en la mesa, y observó


mientras los niños venían por las bebidas. Ésta era su familia. -Cómo está
nuestro pequeño ángel?- Le preguntó, frotando su estómago. -Y más
importante todavía, como estás tú?-

-Estoy bien y quiero decirte que. El doctor, em, tendremos gemelos.-

-Qué?-

-Si, habían dos latidos de corazón en la prueba, y no te preocupes. Están


saludables y también yo. Sólo tengo que llevar todo con calma.- Ella sonrió. -
Vamos a ser los padres de seis niños.-

-Te amo,- le dijo.

-También te amo,- le contestó ella.

Jalando a Alyssa entre sus brazos, Camden miró alrededor del patio viendo a
sus niños, sus vidas traídas por medio del amor.

Sus amigos habían hecho bien invitándolo a esa cena. Finalmente había
encontrado a la mujer para él, y él estaba agradecido de eso cada día.

-Oh Camden, llamé a nuestros amigos. Vendrán el próximo sábado a cenar.


Necesito que me lleves al pueblo, necesito comprar unas cosas.-

-Te llevaré.- Besó sus labios. -Todos juntos.-

-Es nuestro décimo aniversario. Y no sé si sabes pero el sábado será


exactamente el mismo día que nos conocimos hace diez años.-

-Lo sé. Me hiciste el hombre más feliz de la tierra.-

-Y tú me hiciste la mujer más feliz de la tierra también.-

Él presionó sus labios con los de ella y supo que su vida era perfecta. No
cambiaría nada.

FIN.

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