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-Si, si, has hablado de ella.- Camden todavía no podía entender porque estaba
siendo invitado a cenar. No era como si Edith y Sean fueran los anfitriones de
la cena. -Por qué me están invitando?-
-También Sammy, Marshall, Millie y Chris, y todos me han llamado para que
vaya a la cena.-
-Lo haré?-
Camden suspiró. Todos han estado tratando de conseguir que conozca a ésta
mujer desde hace un año. El lo había evitado. Su última relación lo dejó
quebrado y viéndose como un hazmereír. -Ya superé a Delia.-
-Lo sabemos. Es por eso que creemos que harías maravillas con Alyssa, y
donde vives, en medio de la nada, la necesitarías. Ella es una buena cocinera, y
tiene gustos similares a ti.-
-No puedo creer que mis amigos estén trabajando juntos para juntarme con
alguien.-
-Todos nos preocupamos, y además, Alyssa necesita superar ese imbécil que la
lastimó.-
-Sólo tu presencia. Alyssa es la mejor y ella nunca pide nada de sus invitados.
La vas a adorar.-
-Está bien. Tengo que terminar ésta orden primero, y luego estaré ahí. Traten
de no avergonzarme ésta noche. A nadie les gusta la mierda que ustedes
hablan.-
Él había visto un par de fotografías de ella, como a sus amigos les gustaba
compartir todo. Alyssa tiene el pelo rubio largo, con unos sorprendentes ojos
azules. Tiene grandes tetas, caderas y muslos y él no podía negar que sintió un
movimiento en su polla de solo ver su foto.
Ella era todo lo opuesto a él, y ahora sus amigos estaban tratando de
empujarlos juntos. Su propia triste historia era que él estaba dispuesto a
casarse con una mujer que él creía embarazada de su hijo. Estaba dispuesto a
dejar todo, y todo lo que ella tenía que hacer era pertenecerle.
Habían momentos que los que él se preguntaba en que putas estuvo pensando.
El ya no confiaba en las mujeres, ya no, aparte de las mujeres de sus mejores
amigos. Aparte de ellas, otras mujers no le despertaban ningún tipo de interés.
Un corazón roto era mas que suficiente. A los treinta y nueve años, estaba
harto de salir a citas y relaciones y estaba feliz de vivir de alguna manera una
vida de celibato.
Alyssa tarareaba mientras tomaba el vino frio fuera del refrigerador. Ella
adoraba ofrecer cenas, y aunque ellos eran sus amigos, todavía se aseguraba
que todo fuera especial. Para ella, la vida era demasiada malditamente corta
como para sólo usar sus ingredientes más finos para ocasiones especiales.
Todo lo que tenia en la vida a sus veinte y cincos años de edad era su trabajo, y
su cocina. No tenía novio, ni otra vida, pero al menos tenía sus amigos, y el
apartamento en el que vivía era el mejor. Sus vecinos eran asombrosos, y le
aceptaban la comida que ella les ofrecía. Sus sueños serían escribir un libro de
recetas, pero no había oportunidad de eso. Ella odiaba cualquier tipo de
atención, y trataba de evitarlo. Cuando ella ofrecia fiestas, ella siempre se
aseguraba de que hubiera personas que aman ser el centro de atención. Eso
nutría su necesidad de alimentar a las personas, y también significaba que por
unas horas no se sentiría sola.
-Estás nerviosa?-
-No, por supuesto que no. He hecho suficiente comida, y todavía sobrará para
mi.- Le sonrió a su amiga. Habian tratado de arreglar para que saliera con su
amigo, y ella realmente no habia estado interesada. Alyssa habia hecho un voto
cuando fue abandonada en un país diferente, sin un centavo, que ningún
hombre tendría ningún tipo de control sobre ella. Prefería estar sola que mal
acompañada.
-Te creo. Por favor, no te preocupes. Estoy bien. Soy feliz.- Besó a su amiga en
la mejilla, y regresaron a la sala de estar.
-Con que necesitas que te ayude?- Preguntó ella, colocando la botella de vino
en la cubeta después de servir sus copas. Tomó asiento al filo del sofá, y le
sonrió a su amigo.
-Aquí Sammy cree que una película de miedo tiene que tener algo paranormal
para dar de miedo.-
Alyssa negó con la cabeza. -No lo creo. Creo que puede haber suficiente miedo
con gente. Enfrentémoslo, la historia nos ha mostrado cuán destructivos todos
podemos ser.-
-Debería, al menos que hayas invitado a alguien mas?- Dijo Millie, caminando
hacía la sala de estar.
Éste tipo estaba fuera de su liga, y aunque encontrara su barba y pelo largo
sexy, ella había hecho un voto, maldición.
-Si, soy Camden, lo que te hace a ti Alyssa.- Le ofreció su mano, y ella lo vio
por varios segundos.
Dale la mano.
No seas estúpida.
Deja de mirar.
-Si lo soy.- Ella colocó su mano en la de él, y algo pasó. Algo la apretó, y fue
como si todo se evaporase mientras Camden la veia a los ojos. -Encantada de
conocerte.-
-No me refería a eso.- Se inclinó un poco más cerca, y ella no pudo evitar
tensarse. -Tú hueles a bollos de canela.-
-Gracias, creo.-
-La mejor,- dijo Millie. -Pudo haber sido una chef, pero ella no quería eso. Su
madre es una buena cocinera también, y todo lo que sabe es por ella.-
El nunca se había sentido tan atraído por una mujer tan rápido. Y ya que todos
sus seis amigos la adoraban, ya era tiempo que la conociera más.
-Si. Ella ni siquiera ha tratado de salir a citas y siempre ha sido todo un reto
hacer que se comprometa con alguien desde entonces,- dijo Sammy. -Todos
creemos que ella y tu podrían llegar a tener algo.-
Alyssa entró en la habitación. -La cena está lista si gustan pasar a la mesa.-
Ella se fue, y el miró como movía su culo de lado a lado. Ese vestido que usaba
era puro cielo.
-Nosotros amamos que nos alimente, - dijo Marshall, tomando cinco grandes
rebanadas de cordero. -Mi boca se hace agua.-
-Lo soy. También diseño, creo y hago artículos. Como la mesita para el café. Yo
la hice.-
-Gracias.-
-Así que haces piezas por encargo? Muebles y esas cosas?- Preguntó ella.
-Si. Lo hago.- Camden le dio otro mordisco al cordero, y gimió. -No puedo creer
que no haya venido antes. Tu comida es maravillosa.-
-Adoro cocinar con mi mamá. Ella me enseñó todo lo básico, y lo que adoro
más es hacerlo todo por mi misma.-
Sus amigos estaban hablando entre ellos, pero el sabía que todos estaban
escuchando. -Espero no haberte molestado que haya venido.-
-No del todo. Siempre hago suficiente que tiendo a mandarles a casa con
extras. Hay momentos en que no lo puedo evitar.- Ella se encogió de hombros.
-Realmente estoy complacida que hayas decidido venir.- Ella pasó su lengua
por sus labios, y el la observó mientras ella enrollaba un pedazo de cordero
alrededor de una papa, y dio el bocado. Había algo caliente acerca de observar
a una mujer disfrutar de la comida.
-Crees que podrías ayudarme con algo?- Le preguntó justo cuando terminaba
su última papa.
-Claro.-
-Es aquí,- dijo, señalando su ventana, y el se fijó que varias losas de la cocina
estaban safadas. -No sabia a quien contactar, y es algo con lo que
probablemente tu no tengas nada que ver.-
-Puedo venir y arreglar esta losa por ti. Parece que el sellado no fue aplicado
apropiadamente. Es un arreglo fácil, y me encantaría hacerlo.- Él se volteó
hacía ella, y sonrió. -Sabes, ellos quieren que salgamos.-
Ella enredó sus dedos enfrente de ella, y el ángulo de sus brazos presionó sus
tetas juntas.
-En serio?-
-Si; me gustaría.-
-No lo sé. Es sólo... me gusta cocinar y amo hacerlo, y sé que no a todas las
personas les gusta eso.-
-Seguro, me gustaría.-
El dobló sus brazos, y sonrió. -Porque siento que no estás enteramente segura
de eso?-
-Es estupido.-
-Dime.-
-Ugh, bien, hice un voto. Un voto de no salir con hombres, o incluso ser amable
con ellos.-
-Con hombres?-
Ella sonrió. -Sólo estaba bromeando. En realidad estoy nerviosa. Las chicas
creen que debo salir más. No estoy enteramente segura de mi misma.-
-La vida es más fácil cuando no tienes que exhibirte,- dijo él. Finalmente había
una mujer con la que él se podía ver disfrutando. Tenía la sonrisa más dulce, el
cuerpo más hermoso y el la quería.
Ahí.
Más tarde esa noche después de terminar de limpiar los platos y utensilios de
la cocina, y todos se fueron a sus casas, Alyssa estaba acostada en su cama
con un libro de recetas que tenía varios trozos de papel pegados por todo el
libro. Ella adoraba hacer notas y cambiar recetas para satisfacer su paladar.
Su móvil empezó a sonar, y vio que era Edith quien llamaba. Aceptando la
llamada, sólo lo puso en su oído cuando Edith dejó salir un chillido. -Lo
lograste? Dime que lo hiciste.-
-No. Nos dijo que mantuviéramos nuestras narices fuera. Dime Alyssa. Por
favor.-
-Nunca he sido torturadora. El me pidió salir a una cita con él, y le dije que si.-
-Wow, realmente necesitan considerar su propia vida si la mía los excita tanto.-
-Por favor, deja de pensar acerca de los otros imbéciles con los que has salido,
y dale a Camden una oportunidad. El realmente es un buen tipo, y tuvo una
relación mierda también. Por favor.-
-Te quiero.- Colgó, y dejó salir un suspiro. Realmente había sido un día largo.
El trabajo fue agotador, pero la cena fue divertida. Nerviosa y divertida.
Camden fue asombroso, no lo podía negar. Ella nunca se imaginó que él
querría pedirle una cita después de verla. Alyssa había perdido la cuenta de las
veces sobre los años que le hubieran dicho lo hermosa que es para ser una
chica gorda, o cuán más bonita sería si perdiera algo de peso.
Siempre trataron de cambiarla, o querido que ella hiciera algo con su cuerpo o
su vida.
Algunos ni siquiera la querían en la cocina. Eso fue duro. A uno de sus novios
le gustaba salir todo el tiempo, y cuando ella trató de cocinar la cena, él la
cortó. Ella perdió un poco de su confianza durante eso, pero ahora ella estaba
de regreso, y nadie iba a quitarle eso a ella.
-Marshall me lo dio.-
-Oh.-
-No, por supuesto que no. Es realmente extraño ya que actualmente estaba
pensando en ti.-
-Qué?-
-Si lo hiciste, entonces no te preocupes por llevarme una cita.-
-Hubieron un par de ellos.- Ella no durmió con todos los chicos con los que
salio, no es que la hiciera sentirse mejor. Los hombres fueron unos cerdos, y
malos.
-Sólo quería confirmar la cita, y decirte lo mucho que disfruté la cena, y que el
pastel de coco fue la bomba.-
Alyssa hizo una pausa. -Estoy nerviosa. No hay manera de negar eso, pero creo
que me gustaría salir en una cita contigo. Lo haría.- Ella se encogió incluso
mientras decía las palabras.
-No soy muy buena en todo esto de las citas, y mis amigos realmente quieren
que esto funcione, y si no lo hago ellos sólo encontrarán otra razón para que
salga.- Ella tomó un profundo respiro.
-Está bien. Que tal esto? Sales conmigo, sin expectativas, sin acuerdos. Nos
divertimos, o no nos divertimos. Sabre cuanto, si tú organizas una segunda
cita?-
-Yo?-
Bueno. Ahora voy a colgar este teléfono, para así no volverte más nerviosa
como para que me dejes.-
Ella se rió. -Buenas noches Camden.-
Poniendo el teléfono abajo, ella no pudo evitar sentirse caliente. Su voz era
cálida, rugosa, y tan perfecta.
La siguiente noche, Camden llevaba un ramillete de rosas rojas en sus manos,
y vestía una chaqueta con los pantalones de mezclilla. No sabia que vestir, y el
siempre ha sido el tipo con los pies sobre la tierra. Filete y papas, ferias, estar
adherido a la vida. Era un tipo con estilo viejo que creía en cuidar de su mujer,
y amarla con todo su corazón y alma.
Alyssa abrió la puerta, y ésta vez ella usaba un vestido azul naval que se
moldeaba a cada curva de su cuerpo. Estaba como para morir, y el sabía que
era un tipo con mucha suerte.
La sonrisa valía cada dólar que pagó por las rosas. El no estaba llorando por el
dinero pero él rara vez gastaba en regalos caros.
-Eres tan dulce. Nadie dijo que eras dulce.- Tomó las rosas y se excusó para ir
a ponerlas en un florero.
El le ofreció su mano para que ella la tomara, y cuando lo hizo, el enredó sus
dedos con los de ella.
-Me han contado de ese imbécil que te dejó en Italia sin dinero.-
-Lo sé. Tenia mi pasaporte y todo, solo que no tenia los fondos para regresar a
casa. Me puse tan molesta,- dijo. -Fue realmente vergonzoso llamar a mis
amigos por ayuda. Él nunca les gustó y para ser honesta, ni siquiera sé como
fue que empecé a salir con él. Mi error, creo.- Ella se encogió de hombros, lo
cual molestó mucho a Camden.
-Nunca aceptes ese tipo de mierdas. Te mereces algo mejor.- El abrió la puerta
del pasajero para ella. -Te llevaré al cine. Sé que probablemente sea inútil y era
lo que se hacía cuando estábamos en secundaria, pero realmente soy nuevo en
todo esto.-
-Te he contado mi historia. Que hay de la tuya? Has tenido una mala
experiencia con las citas?-
-Mala experiencia de vida. Estuve con ésta mujer que me convenció que estaba
embarazada. Le propuse matrimonio, y fue entonces cerca del último minuto
cuando ya todo estaba listo, las invitaciones giradas, que descubrí que ella
nunca estuvo embarazada y que estaba durmiendo con alguien más. Ella había
hecho un video con su amante. Lo posteó, y se hizo viral. Tuve que ver que me
estaba engañando, y riéndose a mis espaldas. Era un video muy explícito.-
-Wow, lo siento tanto. Eso debió haber sido horrible. Me han engañado antes
también. Suele pasar. Te dolió?-
-No lo sé. Creo que estaba más avergonzado que cualquier otra cosa. También
me enojó mucho. Mi mamá se mortificó. No podía creer que hubieran mujeres
que pudieran ser tan malas y sin corazón. Se lo dejé a ella para que les avisara
a los invitados que me abandonaron.- No podía dejar de sonreír.
-No creo que jamás vaya a ser capaz de manejar ese tipo de humillación.-
-Yo prefiero manejar ese tipo de mierda que tener que lidiar con otra mierda en
mi vida. Lo digo en serio. Pude haber estado casado con ella, y ella me hizo
pasar por la peor porqueria. Fue una fácil liberación de su mierda. Créeme.- La
jaló hacía si. -No quiero hablar de esa basura en estos momentos. Esto es
acerca de nosotros dos, cierto? No nos fijemos en lo que otros nos han hecho.-
-Tienes razón. Lo siento. Me parece que sólo estábamos sacando esas horribles
cosas del camino, y ahora nos podemos enfocar en el ahora.-
-Bien.-
El esperó para que ella se subiera a su carro, y luego él lo rodeó para subirse
detrás del volante. -Te llevaré a cenar después. Espero que esté bien.-
Ella se rió. -Por favor, deja de preocuparte. Puedo comer cualquier cosa fuera
de la comida casera, Camden.-
El no estaba feliz de oir eso, pero no había nada más que hacer.
-Igual yo.-
Ella se rió. -Mi mamá lo hace con romero pero no le gusta el ajo, y a mi si. Hay
algo asombroso acerca de tener tu propia cocina, y ser capaz de experimentar.-
-Puedo ver tu entusiasmo.-
-Eso sería maravilloso. Nunca tuve un precio por cuanto quieres ser pagado,- le
dijo.
-Otra cita.-
Excelente. El ya tenía otra cita planificada, y ahora sólo tenía que hacer que
ésta fuera perfecta.
El estaba cerca, y por eso ella no pudo evitar sentirse excitada por él. Su
presencia entera era fuera de éste mundo.
-Si, porque no? Fue divertido, además, como un tipo no puede amar una
película de esas? El chico obtuvo a su chica, no? Cómo no me iba a gustar
eso?-
-Soy humano, bebé. Puedo demostrarte que tan bueno soy en ese
departamento.-
Ella se rió.
Vi una cafetería más adelante. Estaría bien?- Puso su brazo sobre sus
hombros, apuntando por la calle.
-Si. Más que bien. Me encanta cocinar, y ofrecer cenas, pero soy muy simple y
una chica con los pies sobre la tierra, Camden. Me comería una hamburguesa
tanto como un filete.-
-Ahora me dices que eres la chica de mis sueños, y no hay manera de que te
deje ir.-
-No del todo. Es sólo... esto es todo nuevo. Estoy nerviosa de que lo arruine.
Diga algo que te vuelva loco.-
Ella notó lo grandes que eran sus manos comparadas con las de ella, y a ella le
gustó. Camden era todo hombre, y ella le gustaba como se veia que él la
rodeara.
'Si, mundo loco verdad? Un tipo que quiera casarse, establecerse, y tener una
familia. No creí que fuera un problema cuando mi chica vino y me dijo que
estaba embarazada. Estaba feliz. Llámame loco, pero cuando terminó estaba
más molesto porque no obtendría la familia que yo tanto quería.-
Ella no sabia qué decir. Él estaba siendo bien abierto, y bien personal.
Esto se estaba volviendo más raro a medida que iban hablando. Esto era
exactamente su sueño, tener una gran familia, y algo reconfortante y cálido.
Ella era hija única, y sus padres nunca tuvieron más hijos aunque ellos en
realidad querían más.
-No es nada. Sólo es como sorprendente que sea algo que quieras.-
El pasó su dedo por su pulso. -Sé que siempre asombra a todo aquel que
escuche lo que me gusta. Las mujeres sales corriendo asustadas.-
Por primera vez en un buen tiempo, Alyssa actualmente vio el futuro con un
hombre. Soló esperaba que fuera cierto.
-Estuvo grandioso. Pasará por casa la próxima semana para arreglar esas
baldosas en mi cocina. Me parece que le haré un pastel de chocolate y
caramelo. Que crees?-
-Si, lo sé. Siempre tienes razón, y siempre me pasas diciendo que lo tienes.-
Ella no podía estar en desacuerdo con su amiga. -El quiere una familia.-
-Lo sé. Todos sabemos lo que quiere. Porqué crees que hemos estado intentado
juntarlos? Les hemos dado a ustedes dos suficiente tiempo para que se
recuperen de cualquier mierda que estuviera pasando en sus vidas. Ahora es
tiempo para que ambos sigan adelante y abracen todo, y entre ustedes.-
Colgando el teléfono, Alyssa vio al libro en sus manos. Era un libro devoto a las
galletas, pero en estos momentos, ella quería dormir, y pensar en un hombre
musculoso de pelo largo y una barba que no le asqueaba.
Su sueño era tener una familia y conocer el amor real de un buen hombre. Tal
vez, sólo tal vez, Camden fuera ese tipo de sus sueños.
En la siguiente semana, Camden habló con Alyssa tan seguido como podía. Le
hablaba, le mandaba textos, o incluso se pasaba por su oficina a la hora del
almuerzo. Estaba obsesionado. No había otra palabra para ello. El esperaba
que no la estuviera molestando con sus visitas constantes. Ella estaba en sus
pensamientos, y mientras todavía, ella parecía disfrutar sus atenciones.
-Cómo están las cosas con Alyssa?- Preguntó Sean, pasando por su casa el
viernes por la noche.
-Sólo que tú y Alyssa han estado saliendo, y parece que cada oportunidad que
tienes estás cerca de ella. Por lo que veo, las cosas están volviéndose mejor de
lo que imaginabas?-
-Si, lo creo.- No había duda en su mente que Alyssa fuera la mujer para él.
Todavía tenia que besarla, y no quería apresurarla. Mierda, su polla estaba
poniéndose dura de solo pensar en tener a Alyssa en sus brazos, desnuda y
bajo él. Estaba seguro que seria el cielo.
-Lo es. Solo que no quiero que ninguno de los dos salga lastimado. Alyssa es
muy desconfiada. La conozco.- Sean empujó sus manos dentro de sus bolsillos.
-Todos la conocemos, y todos te conocemos. Ambos son perfectos para cada
uno, y ambos han sido heridos en el pasado.-
-Es por eso que es tan confuso. Estoy haciendo ambas cosas. Ella es delicada,
y de alguna manera, también lo eres tú. Todos sabemos lo que quieres, y todos
sabemos qué quiere Alyssa. Esto está empezando a confundirme.- Sean sonrió.
-Creo que es ambos. Me preocupan cada uno de ustedes.-
-Está bien, entonces estoy para ayudarte. Su color favorito es el verde. Y ella en
realidad odia los chicharos. Los usará en la cocina, pero detesta su sabor. No
soporta el pescado, ni siquiera en su forma de pescado.-
-Edith me ha dicho todo el tiempo que la clave del éxito está en los detalles. Te
estoy dando los detalles.-
Así que, por la próxima hora mientras Camden prepara todo para su trabajo al
día siguiente, Sean le dijo todo lo que sabía acerca de la mujer de la que
Camden se estaba enamorando. Él era un hombre pero no le importaba una
mierda si eso lo volvía un coño si hablaba de lo que quería, y el quería a Alyssa.
-Estás recibiendo las advertencias, también?- Alyssa preguntó más tarde esa
noche mientras estaba acostado en la cama. Él la llamaba porque amaba
escucharla hablar.
-Yo también. Sean me contó que tu color favorito es el verde, y que odias los
chicharos.-
-Es cierto. Puedo comerlos cuando en realidad son frescos, y los sacas de sus
vainas, pero no puedo ni siquiera poner mis manos cuando estuvieron
congelados todo el tiempo.-
-No soy muy fanática de la berenjena. Realmente lucho con ellas, y pulpo. No
puedo comerlo.-
-No tan raro. Nos estamos conociendo, y puedo decir que me encanta todo lo
que escucho.-
Camden suspiró. -Me gusta el trabajo duro. Me gusta venir a casa, tomar un
baño, y sentarme con una cerveza helada. Si, me gusta la cerveza bien helada.-
-Oh no, el chocolate quemado es lo peor. Un día espero escribir mi propio libro
de cocina.-
-Eres tan dulce. Como una mujer no podría adorarte?- Preguntó Alyssa.
Ella se rió. -No eres tan raro. Te lo advierto. No muchos hombres estarían
dispuestos a admitir que disfrutan acurrucarse.-
-Todo está perfecto.- Ella les había advertido a sus amigos que se mantuvieran
alejados. Ella no necesitaba que los estuvieran vigilando y esperando. Edith
constantemente la molestaba acerca de lo que decía o hacía Camden. Millie
hablaba sin parar acerca de su química. Sammy solamente era dulce, y no
parecía estar excesivamente preocupada acerca de ellos dos, lo cual Alyssa
prefería. -Puedo hacer esto.-
Su timbre sonó, y ella caminó hacía ella. Otro fuerte suspiro, y abrió la puerta.
-Hey,- dijo ella.
-Hey, bebé,- dijo Camden, pasando por la puerta. Tenia una faja de
herramientas, lo cual era la cosa más sexy que haya visto.
-Gracias.- Ahora ella se sentía loca. Ella pasó la mayoría de la noche anterior y
ésta mañana tratando de encontrar la vestimenta perfecta. -Necesitas que vaya
y recoja las baldosas de repuesto?-
-Ah, está bien.- Ella sonrió. -Te gustaría una taza de café?-
-Me gustaría.-
Todavía sin decir una palabra, ella puso la tetera sobre la estufa, y observó
como él se movía sobre el fregadero. Mordiéndose el labio, ella admiró su
trasero mientras se inclinaba, para quitar varias baldosas. -Tendré que rehacer
todo el fregadero.-
-Está bien.-
-No lo sé. No lo he tocado desde que me mudé aquí hace unos cuatro años.
Todo parecía perfecto así que me apresuré a tomarlo.- Ella amaba su libertad y
su independencia. La cocina había sido la principal razón para que ella
comprara éste apartamento. Con su presupuesto ella había obtenido lo mejor
con su dinero. El apartamento estaba en un bonito lugar, en una buena área,
con seguridad moderada. Ella nunca se sintió asustada o preocupada. Si
habían golpes en la noche, ella no se estresaba por ello.
Ella no había sido el tipo de mujer que se comiera con la vista a los hombres,
pero ella no podía apartar la mirada. El era tan sexy, y su trasero era bonito.
Mordiéndose su labio una vez más, ella se sacudió un poco cuando el se volteó
hacía ella.
-Yo miré tu trasero. Esos pantalones deberían ser ilegales. Estoy duro, bebé.-
Tomó su mano, y la colocó sobre su evidente excitación.
-Oh.-
-Voy a besarte.-
Ella se lamió los labios y jadeó mientras él ahuecaba su cara, y sus labios
estaban sobre los de ella. Su lengua trazó sus labios, y ella se abrió. El
introdujo su lengua dentro de su boca, y ella cerró los ojos, perdiéndose en su
toque y queriendo más.
Camden se separó, y ella vio dentro de sus ojos café. -Desde el primer
momento que te vi he querido hacer eso.-
Ella presionó sus muslos juntos con la esperanza de controlar la excitación que
se estaba acumulando en ella.
-No parecía apropiado.- Sus dedos bajaron por la parte frontal de su cuerpo,
yendo hacía sus pechos, y a su cintura. -Viendo como estás reaccionando, diría
que no te estoy tratando correctamente.-
Antes de que ella pudiera decir algo, su mano estaba entre sus muslos,
frotando un poco firme. Presionándose contra él, ella se sostuvo de sus
hombros. -Ha pasado tanto tiempo,- dijo ella.
-Para mi también.-
-Porque?-
-No hay necesidad de estar nerviosa. Creo que deberíamos hacer esto.- El
presionó un beso en su cuello, lo que no ayudó. No había manera que ella
pudiera pelear con él. No que ella quisiera pelear con él. Su cuerpo se estaba
despertando bajo su toque después de un largo sueño, y si que ha sido largo.
Sus dos manos se movieron alrededor para agarrar su trasero, y jalarla más
cerca. Estampó su boca en la de ella, y todo lo que Alyssa podía hacer era
sostenerse de él mientras él la consumía, encendiendo su cuerpo en llamas,
impulsando una necesidad tan estremecedora que ella no sabia que hacer.
Rindete.
Ella lo quería.
-Lo es.- Ella cerró sus ojos y volteó su cabeza hacía atrás.
Era lo que ella quería, y por una vez, ella iba a hacer lo que ella quería, no lo
que se supone que debería hacer.
Finalmente, Alyssa estaba en sus brazos, y Camden estaba en el cielo. Su
cuerpo era tan curvilíneo, suave y perfecto. Su trasero era una cosa de
ensueño. Recorriendo sus manos hacía arriba, los hundió en su cabello,
sosteniéndola en su lugar mientras él presionaba su pierna entre sus muslos.
-Probar?-
Había una pequeña cantidad de vello púbico que cubría su coño. Tomando uno
de sus muslos, lo levantó y vio su hermosa vagina. Los labios de su coño
estaban abiertos, mostrando su clitoris hinchado.
-Eres tan hermosa.- Él deslizó sus dedos por la parte interna de su muslo
hasta que llegó a su raja. Presionando su dedo contra su clitoris, lo movió
hacía abajo, recorriendo su entrada. Ella estaba muy mojada y el vio hacía
arriba mientras ella jadeaba. Deslizando un nudillo del dedo dentro de ella, el
observó como lo tomaba. Su polla iba a estar dentro de ella antes de que
terminara el día.
Ella pateó sus pantalones afuera, y él la tomó de sus caderas mientras los
dirigía hacía su dormitorio.
Ella luchó con su cinturón, y él movió sus manos fuera del camino, y removió
sus propios pantalones.
Ella se sentó en la cama, alzó sus piernas, y luego las separó para que él la
pudiera ver. -Es esto lo que quieres?-
El vio que sus mejillas estaban de un rojo brillante, y el se imaginó que esto no
era algo a lo que ella estuviera acostumbrada a hacer. A él no le importó.
Moviéndose hacía ella, el colocó una mano en la cama y sonrió. -Voy a lamer
ese precioso coño y luego voy a follarlo.- Besó sus labios. -Tienes un problema
conmigo diciendo eso?-
-Si, me gusta.-
-Bueno, porque soy un tipo muy versado.- Lamiendo sus labios, el se movió a
sus tetas, chupando cada pezón duro dentro de su boca. -Me gusta dar
instrucciones y tomar lo que me gusta. Me lo darás Alyssa?- Le preguntó.
Ella tomó su mano, y la llevó a sus labios. Con su dulce mirada celeste sobre
él, ella torció su lengua a través de sus dedos, lamiéndole su líquido seminal.
Ella dejo salir un pequeño sonido. -Me gusta tu sabor también.-
A él no. Alyssa era una fantasía hecha realidad. Sus tetas eran adorables,
llenas y pesadas, su culo grande y hermoso.
Camden adoraba sus curvas, y para él, ella era la mujer perfecta.
Su miembro pulso con otra ola de excitación mientras más líquido pre seminal
baño la punta de su polla.
Sacando sus dedos de su coño, el apretó su culo, y la alzó hacía su boca. Ésta
vez, el introdujo su lengua dentro de su coño, yendo tan profundo como podía.
La única.
No pienses.
Mirando hacia abajo, ella vio su cabeza, y su lengua. Ella no podía creer que el
estuviera dentro de ella, y luego cambiaba cuando le lamía el clítoris.
Ésta era la primera vez que cualquier hombre se tomara el tiempo de darle un
oral, y ella no podía soportarlo. El placer era fuera de éste mundo, y no había
manera que ella controlara su orgasmo. A Camden parecía no importarle que
su coño lo chupara, o que ella estuviera tan resbaladiza. Su humedad se
deslizaba por la raja de su culo.
Una vez que ella se viniera el la iba follar. El tamaño de su polla la hizo
humedecerse más. Hundiendo sus dedos en las sábanas, ella gritó su nombre
mientras ella se introducía de cabeza en la felicidad, su orgasmo recorriendo su
cuerpo entero, consumiéndola. El introdujo sus dedos dentro de ella mientras
él chupaba su clítoris dentro de su boca.
Sólo cuando ella le suplicó que parará fue que Camden la dejo, y se sentó. -
Tienes el coño más sabroso.- Él se inclinó y le pasó la lengua desde la entrada
hasta su clítoris, rodeando el botoncito.
-Está bien.-
Cerrando sus ojos, ella pasó su mano de arriba hacia abajo por su longitud
mientras tomaba más de él. Cuando alcanzó la parte de atrás de su garganta,
ella se retiró.
Alzando su cabeza, ella finalmente abrió sus ojos, y sus ojos se enfocaron en
los de ella. Estaban tan oscuros, tan llenos de lujuria que su cuerpo respondió.
Sólo su mirada era un llamado para ella.
-Eso se mira tan malditamente sexy. Tus labios abiertos e hinchados, tratando
de tomarme.- El acarició su pelo con sus dedos, y envolvió su longitud en su
muñeca. Con la otra mano, el sostenía su polla, y empezó a alimentarla.
Camden la dejo caer en la cama y ella separó sus piernas. El la siguió y cuando
ella hizo el movimiento de subirse más a la cama, él la detuvo con sus manos
en las caderas, manteniéndola en la orilla.
Había pasado mucho tiempo, y Camden no era pequeño. Ni por cerca pequeño,
y mientras él se introducía dentro de ella, él la iba estirando.
-Oh, bebé, estás tan malditamente apretada.- Sus manos apretaron sus
rodillas, manteniendo sus piernas abiertas. Ella alzó la mirada para verlo que
estaba observando donde ellos estaban unidos.
Sus manos se deslizaron desde sus rodillas hasta sus caderas. El la sostuvo
hasta que estrelló cada pulgada de su polla dentro de ella. El era largo, grueso,
ancho y le estaba haciendo doler.
Él era tan grande que ella sentía cada pulso de su polla dentro de ella.
-No. Solo adoro estar dentro de ti.- Besó sus labios. -No tienes idea de lo
mucho que me gusta como va esto.- El recorrió con sus manos arriba y abajo
de sus curvas. -Soy adicto a ti.-
-No lo haré.-
-Camden?-
-Lo sé. Tu coño es tan... malditamente mío.- Él introdujo cada pulgada dentro
de ella y se inclinó para tomar uno de sus pezones dentro de su boca. -Me voy
a venir,- dijo él. Le mordió el pezón y después de unos pocos empujes, su
orgasmo lo alcanzó.
Alyssa le estaba sonriendo. -No planee esto hoy.- Sus ojos azules centelleaban.
-Ni yo tampoco, pero no puedo decir que no estoy feliz.- Él pasó un dedo por su
mejilla, pasando su pulgar por su labio. -No he pensando en nada más durante
la semana pasada.-
Ella rió. -Conoces a nuestros amigos y van a querer saber que pasó hoy.-
-Bueno.- El presionó un beso en sus labios. -Creo que voy a tener que tratar
con eso de las baldosas, no crees?-
-Eso creo.-
Algo pasaba aquí, y él no sabia exactamente qué era, pero él lo iba a averiguar.
-He estado dentro de ti, Alyssa. He probado tu coño. Dime que pasa?- Le
preguntó.
-No es nada.-
-Eso lo sé. Mis manos han estado en tus curvas y los amo, bebé. Acaso no
sentiste cuánto lo disfruté?-
-Mira, esto no es sólo una follada rápida o algo por el estilo. Esto, para mi, es el
principio de algo más. No sientes lo mismo?- Le preguntó él.
-Si, lo hago.-
-Y creo que eres la mujer más hermosa que he visto.- El tomó sus manos y se
levantó. -Te lo prometo, Alyssa. Nunca debes esconderte de mi o pretender ser
algo que no eres. Está bien? Te deseo a ti sólo por lo que eres, y esa es la
manera en la que se quedará.- El presionó un beso en sus labios, y se juró que
nadie nunca haría que ella se sienta como mierda nunca más, todos
responderían ante él. Nadie lastimaría a su mujer, nadie. Él se encargaría de
ella por el resto de sus vidas.
Alyssa levantó la mirada de su ensalada de pollo para ver a todas sus amigas
mirándola. -Todas se están muriendo por preguntar eso?-
-Quise visitarte, pero Chris me dijo que no lo hiciera,- dijo Millie. -Sabes lo
duro que es no poder hacer una llamada telefónica cuando tú realmente,
realmente quieres hacerlo?-
-Eso no, tonta,- dijo Sammy. -Queremos saber si él pasó a las cosas buenas.-
-Dormiste con él? Él se quedó a dormir, así que algo sucio tuvo que haber
pasado?- Preguntó Edith.
Las mejillas de Alyssa se calentaron. No había manera de evadir el tema. Ella
amaba a sus amigas y ella asintió. -Dormimos juntos. Tuvimos sexo.- Ella se
encogió al escuchar su propia respuesta clínica. Ella nunca fue buena con las
platicas sexys o incluso hacerlas sonar mejor. Camden fue... fantástico. Fue
tan dulce, sucio, sorprendente, tierno y todas las cosas buenas envueltas en
un magnífico paquete y si, hizo que me derritiera. -Me gusta. Realmente me
gusta.-
La manera en que tocó su cuerpo, la frotó y sus palabras. Cada una de las
partes del fin de semana fueron los favoritos de toda su historia.
-Sean dijo que les iría bien,- dijo Edith. -Al principio estaba preocupada. Tu no
has salido en citas por mucho tiempo, y no quisimos que salieras herida y
tampoco Sean. Esto es nuevo para ti.-
-Lo sé.- Ella no podía creer que había pasado una semana, y ya habían
dormido juntos, no sólo una vez. Camden había estado dentro de ella múltiples
veces y cada momento fue mejor que el anterior. -Yo... él... es natural, saben?
Él me hace sentir asombrosa y me gusta. Realmente me gusta.- Ella corto un
pedazo de pollo y se lo metió en la boca.
-Estoy feliz por ti,- dijo Sammy. -Es grandioso verte feliz y había pasado mucho
tiempo que no te veiamos así.-
-Él es un buen tipo,- dijo Edith. -Sólo para que lo sepas, si el te lastima, lo
lastimaré aunque sea difícil de hacer, pero eso es lo que las amigas hacen,
cierto? Nos cuidamos las espaldas.-
Al final del día, ella tarareaba para si misma mientras dejaba el edificio. Sus
amigos ya se habían ido ya que solo trabajaban medio día.
Alyssa,
Besos, Camden
Ella dio un giro inesperado por un largo camino de grava. Cuando el GPS le
indicó que había llegado, ahí en el pórtico estaba Camden. Sostenía una rosa
roja y ella vio su sonrisa. Estacionándose, ella salió del carro y se colocó sus
anteojos de sol sobre la cabeza.
-Éste es mi hogar, y eso de ahí,- dijo el señalando otra edificación, -es donde
trabajo.-
-Tu taller?-
-Si, todas las cosas buenas como tu mesa para el café se hacen alli.- Le entregó
la rosa. -Te ves hermosa.-
-Una desaliñada sexy.- El le tomó la mano, y la jaló más cerca. Ella notó que
había quitado todas las espinas de la rosa. Camden bajo sus labios sobre los
de ella, besándola. -He querido hacer esto desde ésta mañana.-
-Si.-
-Porque no me llamaste?-
-Está bien, porque yo también estoy emocionado por nosotros dos también.- El
enredó sus dedos con los de ella y ella vio un destello en sus ojos.
Ella se imaginó que todo alrededor de su casa había sido hecho por él, la
decoración, la construcción, todo. Él era el tipo de persona que claramente
disfrutaba trabajar con las manos. Ella había estado en el lado recipiente de
sus habilidades y él era asombroso.
Alyssa jadeó.
En su propio jardín había una sola mesa con velas bellamente colocadas. Era
la velada romántica perfecta.
-No, arreglé todo para que tengamos una bonita velada. No puedo cocinar, y no
me gusta cocinar. El dueño del restaurante italiano local es un amigo personal
y le pedí que me hiciera la cena para que yo pudiera servírtela.- Tomó su mano
y luego saco una de las sillas. -Por favor, señorita, tome asiento.-
Llevando el pollo y la polenta, el vio que ella ya les había servido una copa de
vino.
-No creo que pueda beber este vino, pero pensar en ello es realmente
agradable,- dijo ella.
-En cualquier momento,- le dijo. Primero, tendría que asegurarse que ella
supiera a quien pertenecía. Theo podía ser encantador y Camden no estaba
interesado en perder a su chica con su amigo.
-Pienso en el futuro.-
-Nuestro futuro?-
El asintió. -No soy un tipo normal. Estaba pensando en cómo serían nuestras
vidas juntas.-
-Sólo un poco.- Ella alzó sus dedos para presionar los suyos. -Nos estamos
moviendo un poco rápido.- Ella vio a su alrededor. -Creo que tu casa es
adorable. Haces todo el trabajo en ella?-
-Estuvo bueno-
-Disfrutas lo que haces?- El preguntó.
-La tierra es mía.- Señaló una pequeña porción de tierra cerca de la cocina. -
Espero convertir eso en una cocina jardín dentro de poco. Cuando tenga hijos,
les haré un área de juegos. Si miras por allá, ya tengo los planos para una casa
de árbol.-
-Por supuesto que no,- le dijo. -Estoy siendo completamente honesto contigo.-
Envolvió su brazo alrededor de su cintura y la jalo más cerca. Camden adoraba
sus curvas. Frotando sus caderas, el beso su sien. -No te mentiré.-
-Y la mesa?-
-Nadie viene por aquí, bebé. Todavía estará ahí en tres semanas si no la
muevo.-
Ella se rió. -Está bien. Así que esto es un bonito y recluido lugar.-
-Gracias.-
Ella pasó su mano sobre una de las sillas. -Es bonito. Me gusta.-
-Lo entiendo. Esto es, asombroso, Camden. Se puede ver el amor que le has
puesto, lo adoro.-
-Si, lo creo. No soy voluble o estúpido. Sé lo que quiero, Alyssa. Que hay de ti?
Que quieres tu?-
Ella lo vio a los ojos, y encontró consuelo en su mirada. -Quiero ser feliz.
Quiero creer en lo que hemos empezado aquí.-
-Muchas parejas se han separado por menos. Años después cuando toda la
magia de la primera vez se acabe, todavía querrás que no me cubra en la
ducha o habrá otra mujer más joven que te aparte de mi?- Preguntó ella.
-No. No lo habrá.-
-Cómo lo sabes?-
Cómo sabes si algún joven semental no andará rondándote para hacerle cosas
a tu cuerpo que yo no pueda? Me puedes responder a eso?-
-Nunca haría algo así,- dijo ella.
Viéndolo a los ojos y con las manos en su cuerpo, ella asintió. -Si, lo estoy.-
Ella ahuecó su cara y besó sus labios, necesitando su toque más de lo que ella
necesitaba cualquier cosa.
-No soy tan estúpida,- dijo ella, riéndose. -Sé que todavía hay un riesgo de que
algo pueda pasar.-
-Tu coño está tan apretado, y tan perfecto. No puedo creer que pienses que te
abandonaría. Te añoro malditamente demasiado.-
El no se retiró.
Y a ella no le importó.
Sosteniéndolo cerca de ella, ella besó sus labios, sabiendo sin lugar a dudas
que él era el indicado. Aunque ella estaba asustada a comprometerse
completamente, eso era la verdad.
-Lo tengo. Son mis propios locos pensamientos. Trabajaré en eso. Lo prometo.-
-Tampoco te mentiría.-
Los dias y semanas pasaron. Alyssa se quedaba en la casa de Camden o él se
quedaba en su apartamento. Rara vez se separaban e incluso iban juntos a
citas con sus amigos. Se sentía bien tenerla entre sus brazos y tenerla cerca.
Mierda, la amaba. No había otra palabra para ello. Amaba estar con ella y estar
separados era una loca jodida idea.
Ella dejó de estar nerviosa acerca de estar desnuda frente a él. No le permitía
cubrirse. El quería ver su cuerpo y ser capaz de tocarla él mismo.
-A qué te refieres?-
-Estamos en una joyería y todos sabemos qué es lo que vas a hacer.- Apuntó a
Chris, a Marshall y a sí mismo. -Le vas a pedir que se case contigo.-
Camden miró a sus tres amigos. Y todos lo estaban viendo. -Qué pasa?-
-Estamos preocupados. Sabes que sólo han pasado un par de meses,- dijo
Chris.
-Y?-
-Estás seguro que esto es lo que quieres?- preguntó Sean.
Silencio se hizo entre ellos hasta que Marshall se aclaró la garganta. -Sabes
que todos vamos a apestar por esto.-
-Los tres lo serán. Primero, debo escoger el anillo correcto y luego hacer que
acceda a casarse conmigo.-
-No sé que pensar. Es lo que amo de ella tan malditamente tanto. Ella siempre
me mantiene adivinando.-
-Ah, aquí están los anillos más delicados. Todavía tienen el factor wow sin
llamar mucho la atención.- Ella sacó varias bandejas y el vio todos.
Finalmente, después de una hora decidiendo cuál anillo, él estaba listo para
hacer la pregunta.
-No irás directamente ahí,- dijo Chris. -Millie quiere que le de todos los detalles
de como se lo vas a proponer.-
-Si habrá romance,- dijo Camden. -Sólo que será la clase de romance que
Alyssa quiere.-
Más tarde esa noche, Camden encendió velas, y se aseguró que todos
estuviera listo para una noche de perfección. Alyssa estará llegando pronto. Se
aseguró que la cama estuviera templada y pasó la mano sobre las sábanas
para ver si estaban suaves.
Ella tenía lágrimas en sus ojos y él esperó hasta que ella puso su chaqueta al
lado de la de él y se quitó los zapatos.
-Lo tengo todo preparado.- Ahora él estaba nervioso. Porque ella se veia triste?
Habrá pasado algo? Se estaría ella arrepintiendo?
-Hay algo que te quiero decir y no quiero que pase un momento más sin
decírtelo.-
-También tengo algo que decirte.- Ella apretó su mano. -Creo que es
importante que yo diga lo que te tengo que decir primero.-
-Estoy embarazada.-
-Si bebé, mierda, te amo tanto, y pasé todo el día buscando el anillo.- Sacó la
caja de su chaqueta y lo abrió. Ella estaba embarazada. Iban a tener un bebé.
Su polla se engrosó y estaba tan malditamente excitado. Ella iba a tener a su
bebé. Todo estaba viniendo junto.
-Ben, ten cuidado con eso. Te podrías cortar los dedos,- dijo Camden gritándole
a su hijo mayor, quien trataba de terminar su talla de madera para la escuela.
Mirando alrededor del patio, vio a su pequeña niña, Bethany, que estaba en el
columpio con Lea en la caja de arena.
La vida era exactamente como había imaginado que seria. Era pacífica,
tranquila y el la amaba. En serio que si. Cada noche tomaba a Alyssa entre sus
brazos y agradecía que todos los hombres la regaran para que él la pudiera
reclamar como suya.
-Qué?-
Jalando a Alyssa entre sus brazos, Camden miró alrededor del patio viendo a
sus niños, sus vidas traídas por medio del amor.
Sus amigos habían hecho bien invitándolo a esa cena. Finalmente había
encontrado a la mujer para él, y él estaba agradecido de eso cada día.
Él presionó sus labios con los de ella y supo que su vida era perfecta. No
cambiaría nada.
FIN.