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o BANANO
Las variedades de banano más utilizadas a nivel local son la nanicão, nanica (karape) y
congo, cuya altura alcanza los 2,5 y 4 m. Producen cachos de forma cilíndrica con peso de
15 y 40 kg. Estas son resistentes al mal de Panamá, pero sensibles al mal de Sigatoka
(mbiru). Dichas variedades son aptas para la exportación.
Por otra parte, se encuentra la mysore y oro. La primera puede llegar a los 4 m de altura, y
produce cachos de 15 y 30 kg. Sus frutos son pequeños, con cáscara delicada, pulpa
amarilla y levemente ácida. Es tolerante al mal de Panamá. La segunda, por su parte,
presenta una altura de 3 y 4 m, con cachos que van de 10 a 20 kg. La banana de oro es la
preferida para su consumo en forma natural, por su sabor y aroma. Es altamente resistente
al mbiru y muy susceptible al mal de Panamá.
TEMPERATURA
El promedio de temperatura viable para la explotación comercial de banana está entre los
18 y 35ºC, mientras que la óptima para el crecimiento foliar está entre 26 y 28 ºC. En
cuanto a crecimiento del fruto, la faja óptima está entre los 29 y 30ºC. La paralización total
ocurre encima de 35ºC y debajo de 10ºC.
Los locales en lo que hay heladas frecuentes deben ser evitados para la plantación de
banano, pues queman las plantas y causan secamiento de las hojas, ennegrecimiento de los
cachos y, en situaciones más graves, la muerte de la planta.
LUMINOSIDAD Este cultivo requiere de una buena luminosidad para mantener un ritmo
normal de emisión de hojas y lograr un porte normal. La condición de luminosidad ideal
para la banana es de 12 h de luz/día.
VIENTO
Las hojas de la banana son muy susceptibles a los efectos del viento. Aquellos superiores a
20 km/h pueden causar daños considerables, disminuyendo la superficie foliar activa. Los
vientos aumentan la transpiración foliar, lo que implica un mayor consumo de agua por
planta.
PRECIPITACIÓN
Lo ideal es llegar a los 100 mm mensuales bien distribuidos. En áreas de clima tropical, en
las que se presentan tres meses con precipitación media de 75 mm, el productor deberé
proporcionar riego suplementario.
Las regiones con humedad relativa por encima de 80 % son más favorables para el
desenvolvimiento de este rubro.
SUELO
Requiere de suelos profundos (mínimo de 1 m), con alta fertilidad, buena aireación y
drenaje, con pH de 5 a 7. Para garantizar buenas producciones, es fundamental una cantidad
suficiente de nutrientes minerales y abono orgánico durante su ciclo.
Para la preparación de suelo, es preciso realizar un muestro para análisis de suelo (90 días),
aplicar correctivo en caso necesario,y proceder a la limpieza del terreno, con arada
profunda y rastreada.
PLANTACIÓN
Para esta labor, evitar los meses con bajas temperaturas. El período más favorable va de
agosto a marzo. En cuanto a fertilización orgánica, es recomendable de 10 a 20l/hoyode
estiércol bovino bien descompuesto.
En cuanto a las distancias de plantación, en las variedades nanicão y congo será de 3 x2m a
4 x 4m, mientras que en las mysore y oro irá de 3 x 3m a 4 x 4m.
En los terrenos mecanizados habrá que abrir surcos con 30 cm de profundidad. Con pala, en
forma manual, se hacen hoyos de 30 x 30 cm o 40 x 40 cm para la colocación de las mudas.
Luego, se cubre con la camada superior del suelo y se aprieta con el pie para eliminar las
bolsas de aire.
MUDAS
Las bananas son propagadas vegetativamente a partir del rizoma con o sin brotación. En
caso de rizoma sin brotación, este puede ser utilizado entero o partido, que posea una o dos
yemas y un peso aproximado de 1 kg. Deben ser provenientes de plantas sanas, vigorosas y
productivas. El sistema radicular deberá estar bien desarrollado y sin ataque de nemátodos
y brocas. En cuanto a pedazos de rizomas: de 1 a 1,5 kg. En rizomas enteros: espadín, broto
y muda alta.
Para las mudas de laboratorio, eliminar raíces antes de la plantación en el caso de usar
pedazos o rizomas enteros. Estas permiten obtener mayor productividad.
CUIDADOS CULTURALES
El primer paso es eliminar las hojas viejas. Este procedimiento mejora la aireación,
promueve y acelera el desarrollo de hijuelos; facilita el control de plagas y enfermedades; la
aplicación de herbicidas, fungicidas, el raleo, la cosecha y evita daños a los frutos. Se debe
efectuar periódicamente después de pasar el peligro de las heladas.
Luego, ejecutar el raleo o deshijado, consistente en eliminar los hijuelos indeseados para
mantener una densidad ideal y regularidad en la producción de frutos de calidad. Se
aconseja colocar tres plantas en cada hoyo (madre, hijo, nieto) en diferentes fases de
desarrollo.
El postrer paso es la eliminación del corazón y la última penca. Posibilita un mejor control
de plagas como trips; además, permite un aumento en el peso y diámetro del fruto. El
corazón debe ser eliminado con la última penca después de dos semanas de la aparición del
mismo.
A esto le sigue el apuntalamiento. Esto se hace cuando la planta comienza a inclinarse por
el peso del cacho. De esta manera, impedimos que los cachos se golpeen al caer o sean
atacados por hongos o animales.
PROTECCIÓN DE LA FRUTA
Mediante el embolsado de los frutos, el productor evitará lesiones causadas por las hojas y
bajas temperaturas; además, disminuye el ataque de insectos, reduce el intervalo entre
floración y cosecha, aumenta el peso y mejora la calidad de la fruta. Las bolsas deben ser
transparentes (blanco) o azules, con un grosor de 50 a 60 micras y perforaciones de 1,27 cm
de diámetro situadas cada 76 cm. Debe tener 80 cm de diámetro y 160 cm de largo.
FERTILIZACIÓN
De todos los nutrientes minerales, el potasio parece ser el más importante; la baja
disponibilidad reduce el florecimiento, aumenta el tiempo de maduración de los cachos, y
disminuye el número, tamaño y peso de frutos.
CONTROL DE MALEZAS
COSECHA
El corte se ejecuta en racimos (cachos) a los 120 días después de la floración. La cosecha se
debe realizar cuando los frutos están llenos y sin aristas, frutos de 12 cm de largo como
mínimo, ¾ de llenado y buena presentación (sin manchas).
El cacho se debe cortar con mucho cuidado para evitar golpes que le puedan ocasionar
daños que no favorecen la comercialización. Deben ser transportados a una sombra para
efectuar el despencado, la clasificación y el lavado con hipoclorito de sodio (detergente).
La proporción es de 1 l de detergente en 150 l de agua y, finalmente, se finaliza con el
cargado en los cajones. Es importante que en un cajón no se mezclen frutos de diferentes
tamaños y grados de maduración.