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Voces: DEMANDA LABORAL - DAÑO MORAL - ACCIDENTE DE TRABAJO -

INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES DEL EMPLEADOR - INDEMNIZACIÓN POR


ACCIDENTE DE TRABAJO - FUNCIONARIOS PÚBLICOS - RECURSO DE NULIDAD -
RECHAZO DEL RECURSO

Partes: Irarrázabal Alcayaga c/ Servicio Agrícola y Ganadero | Indemnización de perjuicios -


Accidente del trabajo

Tribunal: Corte de Apelaciones de Santiago

Fecha: 7-ene-2016

Cita: MJCH_MJJ43195 | ROL:1517-15, MJJ43195

Producto: LJ

La Ley 16.744, sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, es aplicable a los
funcionarios municipales, por disposición del estatuto administrativo.

Doctrina:

1.- Se rechaza el recurso de nulidad interpuesto por el servicio público demandado, contra la
sentencia que establece la indemnización de perjuicios por accidente del trabajo. Los
empleados públicos se sujetan a las normas del Código del Trabajo en los aspectos o materias
no regulados en sus respectivos estatutos, siempre que ellas no fueran contrarias a estos
últimos. En ese ámbito, desde el 7 de noviembre de 1994, fecha de publicación de la Ley
19.345, los funcionarios se entienden protegidos por la Ley 16.744, sobre Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales.

2.- La causal del artículo 478 letra b) del Código del Trabajo, tiene como finalidad primordial
propiciar un control sobre el juicio de hecho contenido en la sentencia. La parte que pretenda
una revisión de ese tipo, debe satisfacer el imperativo de demostrar la vulneración de las reglas
reguladoras de la prueba. Por lo mismo, resulta indispensable que las identifique o señale; que
explique cómo y por qué se habrían vulnerado en el caso; qué hechos específicos estarían
comprometidos en esa supuesta vulneración y, en fin , de qué manera podría alterarse la
decisión adoptada por el tribunal, lo cual en la especie no se hizo. El recurrente pone énfasis
en la falta de fundamentación probatoria en la sentencia, desde que sin mayores antecedentes
se establece que existe el daño moral demandado, pero esos argumentos son propios de otra
causal, aquella prevista en la letra e) del artículo 478 del Código del Trabajo.

Santiago, siete de enero de dos mil dieciséis.


VISTOS:

En estos autos R.I.T. Nº O-2426-2015 del Segundo Juzgado del Trabajo de esta ciudad, por
sentencia de nueve de septiembre de dos mil quince, la juez titular de dicho tribunal, doña
Yelica Montenegro Galli, acogió, sin costas, la demanda de indemnización de perjuicios por
accidente del trabajo deducida por Hilda Irarrázabal Alcayaga en contra del Servicio Agrícola y
Ganadero, condenando a esta última al pago de 10 millones de pesos por concepto de daño
moral, sin costas. Asimismo, rechaza la excepción de incompetencia absoluta del tribunal
deducida por el servicio estatal.

En cuanto a la excepción opuesta, señaló que el 7 de noviembre del año 1994 a través de la
ley 19.345 se incorpora a la protección de la ley de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales a los funcionarios públicos. La protección implica que no solo los funcionarios
públicos quedan protegidos por la ley de accidentes de trabajo y trayecto que sufrieren sino
que la remisión es completa, significa que el empleador, que en este caso es el estado, debe
cumplir con su deber de seguridad respecto de todos los funcionarios que se encuentren
vinculados estatutariamente con aquel y, en consecuencia, también responde de aquellos
accidentes en los que esta falta de deber de cuidado sea producto de su culpa o dolo y
provoque un resultado dañoso para el trabajador, sin que exista norma específica que los
excluya de aquello y sin que exista norma que regule la responsabilidad del empleador público
en esta materia, por lo que resulta plenamente aplicable lo dispuesto en el artículo 1 inciso
tercero del Código del Trabajo.

Además, la naturaleza jurídica de la responsabilidad, es de carácter contractual, pues como ha


quedado sentado en la causa, la demandante se encontraba vinculada al servicio en calidad de
titular (planta), de manera que existe un vínculo estatutario entre las partes, el accidente se
produjo a causa o con ocasión de su trabajo y porlo demás su naturaleza de accidente laboral
(es decir en el trabajo) fue así entendido por el organismo administrador quien brindó las
atenciones, licencias y posterior grado de incapacidad, todo bajo el alero de la ley 16.744.

En cuanto al accidente propiamente tal, establece que el infortunio denominado "toque


maestro" pudo prevenirse pues la propia entidad reconoce en su investigación, que la campana
extractora no es del tamaño adecuado para preparar reactivos, que la capacidad de los
reactivos es muy grande y que sería conveniente redoblar la conciencia en la manipulación de
los químicos, resultando improcedente alegar los 45 años de experiencia de la demandante
para argumentar una exposición imprudente al daño la que desestima, pues el deber de
protección es del empleador, en este caso la entidad fiscal, la que no ha cumplido el mandato
legal de manera adecuada, pues no realiza de manera constante charlas de seguridad,
chequeo de los elementos de seguridad, si estos se encuentran en buenas condiciones, no
existe registro de entrega de los mismos y las condiciones, tamaño y estructura del lugar en
que se preparan los reactivos no es la adecuada.En este sentido tampoco es argumento
indicar que un accidente de esta naturaleza nunca había ocurrido, pues la labor de la entidad
empleadora es preventiva y no reactiva luego de un suceso como el ocurrido.

Agrava la responsabilidad de la demandada, la circunstancia que la ducha de emergencia, se


encontrara desactivada, cuestión impensable en un lugar donde se manipulan sustancias
peligrosas y este como cualquier otro accidente debe ser controlado de manera rápida y
efectiva y con los elementos necesarios para paliar el efecto de los ácidos, lo que derivó que
los pies de la demandante terminaran en la taza del baño para limpiar las quemaduras.
Contra ese fallo la demandada dedujo recurso de nulidad, haciendo valer las causales del
artículo 478 letra a) del Código Laboral, esto es, cuando la sentencia haya sido pronunciada
por juez incompetente, y en subsidio la causal del artículo 478 letra b) del mismo cuerpo legal,
esto es, por infracción a las reglas de la sana crítica.

Declarado admisible el recurso se procedió a su vista, oportunidad en que alegaron los


apoderados de ambas partes.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que, el motivo se impugnación se basa en la causal del artículo 478 letra a) del
Código del Trabajo, fundada en que la relación que unió a las partes es de carácter
administrativo y no laboral. Indica que nos encontramos en presencia de una excepción al
artículo 420 letra a) y f) del Código Laboral. En primer lugar señala que la demandante se
vinculó al servicio mediante la calidad de planta, de manera que no existió un vínculo laboral
sino uno sustentado en la ley N° 18.834 denominado Estatuto Administrativo, por lo cual se
excluye la aplicación del Código del Trabajo.Refiere que, que si en este estatuto no se
encuentra regulada la protección de los trabajadores de conformidad con el artículo 184 de la
norma laboral, dicha circunstancia no transforma la naturaleza jurídica de la relación
contractual existente entre las partes, por ello es imposible aplicar el procedimiento ordinario
del Código del Trabajo relativos al daño moral sufrido como consecuencia de un accidente del
trabajo, ya que el tribunal laboral carecía de competencia para conocer de esta demanda,
debiendo haberse demandado el daño a través de una demanda civil por responsabilidad
extracontractual.

En segundo lugar, refiere que el articulo 420 letra f) establece que son competencia de los
jueces laborales para conocer de los juicios en que se pretenda hacer efectiva la
responsabilidad del empleador derivada de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales con excepción de la responsabilidad extracontractual por lo cual la pretensión de
daño moral de la demandante debe ser conocida por los tribunales civiles en un juicio de lato
conocimiento, ya que, la actora es empleada publica regida por el estatuto administrativo y no
por el Código del Trabajo. Indica que la sentenciadora confunde conceptos, ya que,
efectivamente a los empleados públicos les es aplicable la ley N° 16.744 pero aquello no
importa modificar la naturaleza del vínculo contractual de la demandante con el SAG
transformando una relación estatutaria en una laboral, ni la autoriza para utilizar el
procedimiento ordinario laboral para reclamar el daño moral.

SEGUNDO: Que, el artículo primero del Código del Trabajo establece: "Las relaciones
laborales entre los empleadores y los trabajadores se regularán por éste Código y por sus leyes
complementarias.Estas normas no se aplicarán, sin embargo, a los funcionarios de la
Administración del Estado, centralizada y descentralizada, del Congreso Nacional y del Poder
Judicial, ni a los trabajadores de las empresas o instituciones del Estado o de aquellas en que
éste tenga aportes, participación o representación, siempre que dichos funcionarios o
trabajadores se encuentren sometidos por ley a un estatuto especial.

Con todo los trabajadores de las entidades señaladas en el inciso precedente se sujetarán a
las normas de éste Código en los aspectos o materias no regulados en sus respectivos
estatutos, siempre que ellas no fueran contrarias a estos últimos".
TERCERO: Que, a su turno el inciso primero del artículo primero de la Ley 19.345 dispone
que: "Los trabajadores de la Administración Civil del Estado, centralizada y descentralizada, de
las Instituciones de Educación Superior del Estado y de las Municipalidades, incluido el
personal traspasado a la administración municipal de conformidad con lo dispuesto en el
decreto con fuerza de ley Nº 1-3063, de 1980, del Ministerio del Interior, que hubiere optado
por mantener su afiliación al régimen previsional de los empleados públicos; los funcionarios
de la Contraloría General de la República; del Poder Judicial y del Congreso Nacional, a
quienes no se les aplique en la actualidad la ley Nº 16744, quedarán sujetos al seguro contra
riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales a que se refiere este último
texto legal".

CUARTO: Que, de las disposiciones legales transcritas precedentemente, se concluye como lo


ha hecho la juez del grado, que los empleados públicos se sujetan a las normas del Código del
Trabajo en los aspectos o materias no regulados en sus respectivos estatutos, siempre que
ellas no fueran contrarias a estos últimos, y desde el 7 de noviembre de 1994, fecha de
publicación de la Ley 19.345, se entienden protegidos por la Ley 16.744, sobre Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales

QUINTO:Que de lo anterior se sigue, que la juez ha hecho una correcta interpretación de las
normas aplicables a la demandante y no ha cometido las infracciones que denuncia el
recurrente.

SEXTO: Que, en subsidio, la demandada deduce como causal de su recurso de nulidad la


contemplada en la letra b) del artículo 478 del Código del Trabajo, esto es, cuando en la
sentencia se hubieren infringido manifiestamente las normas sobre la apreciación de la prueba
conforme a las reglas de la sana crítica. La funda en que la fundamentación probatoria del fallo
se manifiesta en saltos argumentativos carentes de todo paso intermedio que permita ejercer
algún control de los elementos que componen la sana crítica y que deben estar presentes en la
sentencia, pues la sentenciadora establece sin mayor explicación, ni análisis que la trabajadora
sufrió un daño moral. Indica que lo solicitado por la actora fue una indemnización por daño
moral pero no que se estableciera la responsabilidad del SAG; además quedó acreditado que la
demandante tuvo tratamientos siquiátricos durante su licencia y no con posterioridad a su
reincorporación al servicio; asimismo volvió a trabajar después del accidente y luego de 6
meses decidió acogerse a la jubilación pero no por motivos de enfermedad. Con todo, indica
que los perjuicios sufridos por la demandante ya fueron indemnizados.

SEPTIMO: Que como ha sostenido reiteradamente esta Corte, la causal del artículo 478 letra
b) del Código del Trabajo, tiene como finalidad primordial propiciar un control sobre el juicio de
hecho contenido en la sentencia. Sin embargo, no se trata de una simple protesta de las
partes, que legitime el examen de lo actuado, en la asignación o negación de eficacia a la
prueba rendida.La norma legal que tipifica el motivo de nulidad que se hace valer, prescribe
que la revisión respectiva sólo puede efectuarse en la medida que exista "una infracción
manifiesta de las normas de apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica".

Ahora bien, la parte que pretenda una revisión de ese tipo, debe satisfacer el imperativo de
demostrar la vulneración de tales reglas. Por lo mismo, resulta indispensable que las
identifique o señale; que explique cómo y por qué se habrían vulnerado en el caso; qué hechos
específicos estarían comprometidos en esa supuesta vulneración y, en fin , de qué manera
podría alterarse la decisión adoptada por el tribunal, lo cual en la especie no se hizo. El
recurrente pone énfasis en la falta de fundamentación probatoria en la sentencia, desde que
sin mayores antecedentes se establece que existe el daño moral demandado.

OCTAVO: Que asimismo, analizada la causal interpuesta, se advierte que los argumentos del
recurrente son propios de otra causal, aquella prevista en la letra e) del artículo 478 del Código
del Trabajo.

NOVENO: Que por lo anterior, esta causal será desestimada.

Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 482 del Código del Trabajo, se rechaza el recurso
de nulidad deducido por la demandada en contra de la sentencia de nueve de septiembre de
dos mil quince, dictada por el Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago.

Redacción de la Fiscal Judicial señora María Loreto Gutiérrez Alvear.

Regístrese y comuníquese.

N° 1517-2015.

N° 1.517-2.015.-

Pronunciada por la Décima Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, presidida el
ministro señor Javier Aníbal Moya Cuadra e integrada por la fiscal judicial señora María Loreto
Gutiérrez Alvear y por el abogado integrante señor Osvaldo García Rojas.

Autoriza el/la ministro de fe de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago.

En Santiago, a siete de enero de dos mil dieciséis, notifiqué en secretaría por el estado diario la
resolución precedente.

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