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Salvador Dalí nació el 11 de mayo de 1904, , en Figueras, provincia de Gerona, en la comarca cata-

lana del Ampurdán, cerca de la frontera con Francia.

Juventud en Madrid y París

En 1922 Dalí se alojó en la célebre Residencia de Estudiantes de Madrid para comenzar sus es-
tudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.10 Dalí enseguida atrajo la atención
por su carácter de excéntrico dandi. Dalí tanteaba el cubismo, las que llamaron la atención de sus
compañeros de residencia y academia, entre los que se incluían futuras figuras del arte español,
como Maruja Mallo, Federico García Lorca y

Muchacha mirando por la ventana. 1925


Representa a la hermana del artista, Ana María, a la edad de diecisiete años, asomada a la ventana, de
espaldas, en la casa de vacaciones que la familia poseía en Cadaqués, a la orilla del mar. Dalí realiza un
trabajo de gran uniformidad cromática y sencillez en la composición, donde la muchacha nos introduce
en el paisaje que ella contempla.

Claramente, los valores cromáticos de la obra son azules, al igual que en las obras tempranas de Picasso
las cuales estaban formadas sólo por gamas de color azul.

La muchacha sufre algunas desproporciones notables como sus pies, los cuales son muy pequeños. La
hermana de Dalí aparece en otros cuadros contemporáneos y posteriores del pintor, pues fue la modelo
del pintor hasta que conoció a Gala en 1929. La pintura estuvo en la primera exposición del autor en la
galería Dalmau de Barcelona, en noviembre de 1925.

Dalí fue expulsado de la Academia en 1926, poco antes de sus exámenes finales, por afirmar que
no había nadie en ésta en condiciones de examinarlo. La maestría de sus recursos pictóricos se re-
fleja en su impecables obras realistas. Ese mismo año, visitó París por primera vez, donde conoció
a Pablo Picasso, a quien el joven Dalí admiraría profundamente. Picasso ya había recibido algunos
comentarios elogiosos sobre Dalí de parte de Joan Miró.

De 1929 a la Segunda Guerra Mundial

En 1929 Dalí colaboró con el director de cine Luis Buñuel, amigo de la residencia de estudiantes,
en la redacción del polémico cortometraje Un chien andalou, en el que se mostraban escenas
propias del imaginario surrealista.

En agosto de ese mismo año conoció a su musa y futura esposa Gala. Nacida con el nombre de
Elena Ivanovna Diakonova, era una inmigrante rusa, once años mayor que él, en aquel tiempo
casada con el poeta francés Paul Éluard. Ese mismo año, Dalí continuó exponiendo regularmente,
ya como profesional, y se unió oficialmente al grupo surrealista afincado en el barrio parisino de
Montparnasse. Durante los dos años siguientes, su trabajo influyó enormemente en el rumbo del
surrealismo, que lo aclamó como creador del método paranoico-crítico, el cual, según se decía,
ayudaba a acceder al inconsciente, liberando energías artísticas creadoras.
El enigma del deseo . 1929

En el cuadro aparece un paisaje desértico y extenso que se parece al gran llano de Ampurdán, el lugar
de la casa donde Dalí pasó su niñez en Figueras. En el centro hay una enorme roca amarilla en forma
de ala con dos agujeros grandes y numerosas cavidades pequeñas. En muchas de las aberturas está
escrita la palabra “ma mère” (“mi madre” en francés). Este cuadro, mediante símbolos, no sólo hace
referencia a su madre sino también a Gala mediante el león con las fauces abiertas que aparece en el
extremo derecho superior del cuadro. El león aparece también en otras pinturas de Dalí como El gran
masturbador, siempre anunciando un mensaje erótico y libido.

En un extremo de la roca aparece una cabeza de perfil con un enorme párpado cerrado que aparece
constantemente en otros cuadros surrealistas de Dalí como El gran masturbador y La persistencia de la
memoria.

Otras de las obsesiones del artista que aparecen en el cuadro, y que se congregan a la izquierda son: el
pez, el saltamontes, la mano que sostiene el cuchillo y la cabeza de mujer de largos cabellos.
El gran masturbador. 1929

El elemento principal es un busto antropomórfico, mezcla de cabeza humana y rocas de la costa Brava
de los alrededores de Cadaqués, que repetirá en muchos otros cuadros como La persistencia de la me-
moria y El enigma del deseo. Estilizado pero reconocible, se caracteriza por su color amarillento, su gran
nariz apoyada en el suelo y su cara alargada. Las pestañas largas representan la contraposición entre el
sueño anodino de una consumación física irremediable y el sueño de que nuestros deseos se cumplan.

El saltamontes, un animal que le provocaba terror desde su infancia y que se encuentra pegado a la
boca de su autorretrato. Está en estado de descomposición, lo que atrae muchas hormigas que simboli-
zan la muerte.

Un anzuelo como atadura a su familia que quería retenerle a su lado y volver a un modo de vida tradi-
cional del que él da muestras de querer desprenderse definitivamente.

El león como deseo sexual, con una lengua rosada como símbolo fálico.

Unas piedras como su pasado.

Una figura aislada como soledad.

El tema de la masturbación aparece en la mujer que emerge de su retrato y cuyo rostro está cerca de
unos genitales masculinos escondidos en unos ceñidos calzoncillos.

Un lirio pegado a la mujer que simboliza la pureza, una enrevesada forma de definir a la masturbación
como la relación sexual más pura. El pistilo de la flor es, además, otro símbolo fálico.

Como es normal desde que la conoció, Gala aparece representada, en este caso en la pareja que se
abraza, donde ella se metamorfosea en una roca, recuerdo de los paseos que dieron por la playa.
La persisrtencia de la memoria. 1931

El paisaje es simple; aparece el mar al fondo y una pequeña formación rocosa a la derecha de forma
insólita. En primer plano a la izquierda, se observa un bloque probablemente de cartón tejido a mano,
que hace las funciones de una mesa, sobre el que se disponen dos relojes, un árbol y en el centro de la
obra aparece una extraña figura que simula una cabeza blanda, cuyo cuello se diluye en la oscuridad.
Llama la atención la enorme nariz, la especie de lengua que sale de ella y el ojo cerrado con largas
pestañas. La figura parece dormir sobre la arena. El artista ha colocado sobre esta figura un cuarto reloj,
igualmente blando y que también parece derretirse o escurrirse. Los elementos anteriormente descritos
se ambientan en lo que parece una playa desierta, con el mar y una cala rodeada de acantilados al
fondo. El cielo y el mar se confunden.

Dalí, según él mismo, se inspiró en el queso camembert a la hora de añadir el homenaje al cuadro,
relacionándolos por su calidad de «tiernos, extravagantes, solitarios y paranoico-críticos». Uno de los
relojes cuelga en equilibrio de la rama de un árbol. Más abajo, en el centro del cuadro, otro se acopla a
modo de montura sobre una cara con largas pestañas inspirada en una roca del cabo de Creus. La cara
aparece también en otros cuadros del autor como El gran masturbador y El enigma del deseo. El tercer
reloj blando está, quizás, a punto de deslizarse por un muro. Sobre este reloj hay una mosca y sobre el
reloj de bolsillo, situado sobre el muro, hay multitud de hormigas que no están ahí por casualidad –este
tipo de reloj se lleva próximo a los genitales–.

Los relojes, como la memoria, se han reblandecido por el paso del tiempo. Son relojes perfectamente
verosímiles que siguen marcando la hora, supuestamente en torno a la seis de la tarde. Dalí dijo sobre el
cuadro: «Lo mismo que me sorprende que un oficinista de banco nunca se haya comido un cheque, asi-
mismo me asombra que nunca antes de mí, a ningún otro pintor se le ocurriese pintar un reloj blando».

También dijo: «Desde ellos soy históricamente aquel que ha sabido resolver la ecuación espacio tiempo,
pero todo mi arte traduce la calidad de la angustia más moderna, en cuanto expresión de un delirio que
rebasa todos los dinamismos de lo real. El tiempo no se puede concebir sino el espacio».
Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista. 1934

Esta obra fue realizada sobre una foto publicada 234 en un periódico de la actriz Mae West. Dalí crea
a partir de esta foto un escenario realista de una estancia apartamental de la época usando los rasgos
faciales de la actriz como muebles y motivos ornamentales.

El pelo es usado como una cortina que se encuentra en la puerta para entrar a la estancia. Cada ojo de
la actriz simula un cuadro enmarcado, la nariz toma la forma de una chimenea sobre la cual hay un reloj
y, finalmente, la boca se convierte en un sofá. El fondo de la cara es pintado de rojo para la pared y en su
parte inferior se simula el piso del cuarto. Sobre la barbilla, Dalí, pinta unas escaleras y decora el exterior
del cuarto.

Poco después de crear este diseño, Dalí encargó fabricar, a petición del inglés Edward James, un sofá se-
mejante a los labios del cuadro. Se ha convertido en un modelo de mueble conocido mundialmente.

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