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PENTATEUCO

MARTHA LICED RODRIGUEZ FORERO

CATEDRATICO:

REVERENDO: HENNSY STEVEZ

EN CUMPLIMIENTO DEL CURSO DE BIBLIOLOGIA PARA TEOLOGO EN


BIBLIA

JULIO DE 2015
1. Lugares más sobresalientes de la vida de José.
Identificar los propósitos de cada uno de los libros del pentateuco.

GENESIS:

AUTOR: Moisés, comúnmente aceptado.

GENESIS: es llamado el libro de los comienzos o de los orígenes; muestra


el inicio del universo, la raza humana, el pecado, la redención, la vida en
familia, la corrupción de la sociedad, las naciones, los diferentes idiomas, la
raza hebrea, etc.

El tema de la creación esta resumido solo en un capitulo; por otra parte


vemos que se dedicaron 38 capítulos a relatar la historia del pueblo
escogido.

El propósito de este libro es cuando Dios en su pensamiento hace una


creación, y forma con sus manos al hombre; con el fin que le adore y le
rinda culto; aquí también Dios nos muestra su amor y misericordia por la
humanidad. Escogió una raza, hizo un pacto divino cuya historia primitiva
allí se describe.

EXODO:

AUTOR Y PERSONAJE CENTRAL: Moisés, comúnmente aceptado.

EXODO: El tema principal es la historia de la salida del pueblo Israel de


Egipto; la muerte de José hasta la construcción del tabernáculo.

El propósito de este libro: Dios levanta a un hombre llamado Moisés, que


sería el que guiaría al pueblo al propósito de Dios; es cuando Dios saca con
mano fuerte al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto mostrándose
como Dios, haciendo milagros que el pueblo jamás habían visto dando
mandamiento y leyes a su pueblo para que aprendieran a adorarle solo a él.
Presentándose ante ellos como el único proveedor; colocando disciplina y
orden en este pueblo que era desobediente y de dura servís y por ese
motivo duraron tanto tiempo en el desierto.

LEVITICO

AUTOR Y PERSONAJE CENTRAL: Moisés, comúnmente aceptado.

NOMBRE: derivado del nombre de la tribu de Leví

PALABRAS CLAVE: Acceso y santidad.

CONTENIDO: Un conpendio de las leyes divinas.

PERSONAJE CENTRAL: El sumo sacerdote

El propósito de este libro; como puede un hombre pecador acercarse a un


Dios santo, por medio de sacrificios, ofrendas y Holocaustos que
significaban acción de gracias, reconciliación, y limpieza de culpa. Esto se
hacía por medio del sacerdote que era la persona que tenía más contacto
directo con Dios, y la pureza en que se debía presentar los sacerdotes y las
ofrendas.

También les dio leyes en cuanto al alimento, y a la limpieza, higiene


costumbres moral etc.; les enseño también las cinco fiestas anuales que
debían hacer: la fiesta de la pascua, la fiesta de pentecostés, la fiesta de
las trompetas, el día de la expiación, la fiesta de los tabernáculos.

NUMEROS

AUTOR Y PERSONAJE CENTRAL: Moisés, comúnmente aceptado.

NOMBRE: derivado de los censos de Israel.

PALABRAS CLAVE: la incredulidad impide la entrada a la vida abundante.


El propósito de este libro: eran los 40 años del peregrinaje del pueblo de
Israel por el desierto, el pueblo desprecia el mana, las codornices enviadas
directamente por Dios, en el desierto Moisés se pone de malgenio con Dios
a causa del pueblo y golpea la roca. El pueblo entra en un tiempo de queja
hacia Dios que todo molestaba y solo querían regresar a Egipto para volver
a ser esclavos. Esta actitud del pueblo molesto mucho a Dios por esa razón
Dios no permitió que ese pueblo entrara en la tierra prometida.

DEUTERONOMIO

AUTOR Y PERSONAJE CENTRAL: Moisés, comúnmente aceptado.

PALABRAS CLAVE: El requisito divino de la obediencia. ACUÉRDATE.

CONTENIDO: discursos dados por Moisés y exhortaciones en la llanuras


del Moab antes de cruzar el Jordán.

El propósito de este libro era la repetición de la Ley proclamadas en el


Sinaí, con un llamado a la obediencia mostrando a las nuevas generaciones
lo sucedido en el desierto a las antiguas generaciones antes de entrar a la
tierra prometida. Esto con el fin que se acordaran todos los días de vida de
quien era el Dios de Israel que los saco con mano fuerte de tierra de Egipto.
VIDA DE JOSÉ

I. SUS PRIMEROS AÑOS:

Su nombre significa El añade (Patriarca). (o Iosef, en hebreo)

Vivió 110 años, su padre Jacob, su abuelo Isaac, bisabuelo Abraham, la bendición
sacerdotal la recibieron sus hijos Manases y Efraín,

Lo enterraron en Egipto.

El joven cuyos sueños se convirtieron en realidad, El llamado de Dios fue cuando


él ve el final, en sus sueños y es en ese momento cuando Dios le dice iniciemos.

Era hijo undécimo de Jacob y su madre Raquel, Gen. 22-24 vivía con sus
hermanos; por ser el hijo menor su padre lo amaba mucho y ese amor fue
reflejado por su padre ante sus hermanos, le hizo una túnica de colores; Gen 37
tenía 17 años y colaboraba a su padre en cuidar las ovejas; y se ganó la
confianza de su padre informando de las malas actitudes que tenían sus
hermanos; el cual comenzaron a sentir celos de él, pero este odio creció más
cuando soñó que sus hermanos le iban a servir; por ese motivo decidieron
desaparecerlo, Rubén, el mayor, intentó convencerlos de que no era buena idea.
Pero cuando José llegó lo arrojaron a un pozo de agua vacío y lo tuvieron
atrapado hasta decidir qué hacer con él. Al día siguiente pasó por ese lugar una
caravana de mercaderes que se dirigían a Egipto y los hermanos de José lo
vendieron como esclavo Gen 37: 28.
De regreso con Jacob, mintieron al patriarca diciendo que solo habían encontrado
la túnica de José, la cual habían untado de sangre de cordero para hacerle creer a
Jacob que había sido atacado por un lobo, bestia que supuestamente lo había
matado. Jacob lloró la muerte de su querido hijo desconsoladamente. Así fue
como José partió de Canaán para llegar luego a Egipto.

VIDA EN EGIPTO
Allí fue vendido y llevado a la casa de Potifar. Éste, al ver que José sabía leer y
manejaba los números (enseñado por su padre), le confió la administración de su
casa y se convirtió en la mano derecha de Potifar. En sus tiempos como esclavo
trabajaba mucho y siempre confiando en Dios que algún día iba a regresarlo a sus
tierras con sus padres y sus hermanos. Con el trabajo de esclavo José se convirtió
en un joven fornido, y la esposa de Potifar, que se quedaba en la casa cuando
este salía, se fijó en él e intentó seducirle. Un día llamó a José a su habitación y
trató de tener relaciones con él, pero él se resistió recordando las enseñanzas de
rectitud que su padre siempre le enseñó, además de estar consciente que sería
una falta ante Dios y salió de la habitación dejando en las manos de la señora su
manto. Al no lograr su objetivo, y sabiendo que José podría denunciar su adulterio,
la esposa de Potifar lo acusó de intentar aprovecharse de ella, mostrando su
manto como prueba. Potifar dudó de esto, pues conocía a José y sabía que era
incapaz de ello, pero por otro lado su esposa insistía mucho en que la matase, así
que Potifar decide enviar a José a la cárcel.
INTERPRETACION DE LOS SUEÑOS DEL COPERO Y EL PANADERO

En la cárcel José se encontró con el copero y el panadero del Faraón, quienes


fueron a parar allí acusados de robar una copa de oro perteneciente al Faraón.
Ambos habían tenido sueños misteriosos, y José les pidió que se los contasen
porque él podía descifrar qué significaban.
El copero le contó: "Soñé que tenía ante mí una vid con tres sarmientos, que
estaban como echando brotes, subían y florecían y maduraban sus racimos. Tenía
en mis manos la copa del faraón, y tomando los racimos, los exprimía en la copa
del faraón y la puse en sus manos". José le respondió que los tres sarmientos
representaban tres días, y que al cabo de ese tiempo el copero sería declarado
inocente y volvería a servir al Faraón. José le pidió además al copero que le
hablase de él al faraón para que fuese liberado y pudiese volver a su patria.
Viendo el panadero que José había dado una respuesta favorable al copero, le
pidió que también le interpretara su sueño y le dijo: "En mi sueño voy caminando
con tres canastillas llenas de pan blanco. En el canastillo de encima había toda
clase de pastas de las que hacen para el Faraón los reposteros, y las aves se las
comían del canastillo que llevaba sobre mi cabeza". José contestó que las tres
canastillas simbolizaban tres días, al cabo de los cuales el Faraón decapitaría al
panadero, lo colgaría de un árbol y los pájaros picotearían su cuerpo.

Todo se cumplió según lo predicho por José: al tercer día, que era el del
cumpleaños del Faraón, dio éste un banquete a todos sus servidores; se acordó
entonces del copero y del panadero, y decidió restablecer al primero en su puesto
y condenar a muerte al segundo. Sin embargo, al verse libre, el copero se olvidó
de José.

INTERPRETACION DE LOS SUEÑOS DEL FARAON

Al cabo de dos años, Faraón soñó que se encontraba a la orilla del Nilo, y del
agua salían siete vacas gordas y hermosas que se pusieron a pasear en la orilla,
pero entonces salieron del agua otras siete vacas, feas y flacas, que devoraron a
las primeras. Faraón despertó, y al volver a dormirse soñó que de una caña de
trigo brotaban siete espigas hermosas y llenas de grano, pero tras ellas brotaban
otras siete espigas, vacías y quemadas por el viento del desierto, que devoraron a
las primeras. Al día siguiente, Faraón se encontraba nervioso y atormentado por
sus sueños, pero por más que preguntaba a sus adivinos y a todos los sabios
de Egipto, ninguno sabía cómo interpretarlos.
El copero se acordó entonces de José y le contó a Faraón lo ocurrido en la cárcel.
Así pues, Faraón mandó llamar a José a su presencia. Cuando sacaron a éste de
la cárcel, le cortaron el pelo y le dieron ropas nuevas antes de presentarse ante
faraón. Éste le dijo: "He tenido un sueño y no hay quien me lo interprete, y he oído
hablar de ti, que en cuanto oyes un sueño lo interpretas". José respondió a su vez:
"No yo; Dios será el que dé una respuesta favorable al Faraón". Faraón dijo
entonces a José: "Éste es mi sueño: estaba yo en la ribera del río, y vi subir del río
siete vacas gordas y hermosas, que se pusieron a pasear en la verdura de la
orilla, y he aquí que detrás de ellas suben otras siete vacas, malas, feas y flacas,
como no las he visto de malas en toda la tierra de Egipto, y las vacas malas y feas
se comieron a las primeras siete vacas gordas, que entraron en su vientre sin que
se conociera que había entrado, pues el aspecto de aquéllas siguió siendo tan
malo como al principio. Y me desperté. Vi también en sueños que salían de una
misma caña siete espigas granadas y hermosas, y que salían después de ellas
siete espigas malas, secas y quemadas del viento solano, y las siete espigas
secas devoraron a las siete hermosas. Se lo he contado a los adivinos, y no ha
habido quien me lo explique".
José dijo a Faraón: "El sueño de Faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer a
Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete
espigas hermosas son siete años de riqueza y abundancia. Las siete vacas flacas
y malas que subían detrás de las otras son otros siete años, y las siete espigas
secas y quemadas del viento solano son siete años de hambre. Es lo que he dicho
a Faraón, que Dios le ha mostrado lo que hará. Vendrán siete años de gran
abundancia en toda la tierra de Egipto, y detrás de ellos vendrán siete años de
escasez, que harán que se olvide toda la abundancia en la tierra de Egipto, y el
hambre consumirá la tierra. No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de
la escasez, porque ésta será muy grande. Cuanto a la repetición del sueño a
Faraón por dos veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios y que
Dios se apresurará a hacerlo. Ahora, pues, busque Faraón un hombre inteligente y
sabio, y póngalo al frente de la tierra de Egipto. Nombre Faraón intendentes, que
visiten la tierra y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de Egipto en los años
de abundancia; reúnan el producto de los años buenos que van a venir, y hagan
acopio de trigo a disposición de Faraón, para mantenimiento de las ciudades, y
consérvenlo para que sirva a la tierra de reserva para los siete años de hambre
que vendrán sobre Egipto, y no perezca de hambre la tierra".
Todos parecieron conformes con las palabras de José, y el propio Faraón,
impresionado por ello, dijo: "Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te
obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú". Dicho esto, Faraón se quitó su
anillo y se lo puso a José, mandó que lo vistieran con ropas blancas de lino, puso
en su cuello un collar de oro y ordenó que, cuando José montase sobre el
segundo de los carros de Faraón, se gritase ante él la expresión de reverencia.

Pasó el tiempo, y antes de que llegasen los años de escasez José tuvo dos hijos
varones con su esposa Asenet. Llamó al mayor Manasés, pues se dijo "Dios me
ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre", y al menor Efraím,
pues decía: "Dios me ha dado fruto en la tierra de mi aflicción", pero jamás olvidó
a su padre y hermanos, y nunca perdió la esperanza de volver a verlos.

REENCUENTRO DE JOSÉ Y SUS HERMANOS

Símbolo de la tribu de José. descripción hebrea: "Bendita del Señor sea su tierra"
(Deuteronomio 33:13).

Al acabar los siete años de abundancia en Egipto, llegó el hambre, y el pueblo


clamaba al faraón, que les decía que fueran a José e hiciesen lo que él dijera.
Mucha gente fue a comprarle trigo a José, no sólo de Egipto, sino también de
otras tierras.
El hambre también golpeó las tierras de Canaán, y en especial Berseba, donde
vivía Jacob con su gente. Enterados de que en Egipto había trigo, envió a sus diez
hijos mayores a Egipto dejando a Benjamín, el menor de todos, a su lado. Los diez
hermanos llegaron hasta la corte del faraón para pedir ayuda, y se presentaron
ante José, al que no reconocieron porque estaba muy cambiado y además vestía
como egipcio.
Pero José sí los reconoció a ellos, disimuló y les preguntó a través de un
intérprete de dónde venían. Sus hermanos le contestaron que venían de Canaán
para comprar alimentos, pero él los acusó de ser ladrones y espías. Ellos,
consternados, le contestaron que todos eran hermanos, hijos de Jacob. José les
replicó “¿Cómo puede ser un hombre tan rico en hijos?”, y ellos explicaron que en
realidad eran once hermanos, pero que el menor de todos se había quedado con
su padre. José mandó encerrar a sus hermanos en la cárcel durante tres días, y
durante este período ellos reflexionaron sobre todo el mal que le habían hecho a
José. Éste, que los escuchaba, tuvo que retirarse debido a la emoción que le
causaban sus palabras. Al cabo de los tres días, José los liberó y declaró que
llevarían trigo a Canaán, pero, para demostrar la veracidad de sus palabras,
deberían volver y traer consigo al hijo menor, Benjamín. Mientras tanto, tomó a
Simeón como rehén y lo encerró. Además, metió en las alforjas de sus hermanos
el dinero que ellos habían pagado por el trigo.
Cuando regresaron a Canaán, los hermanos quedaron consternados al ver en sus
alforjas el dinero que habían pagado, y temieron que los egipcios pudiesen utilizar
esta situación para convertirlos en esclavos y despojarlos de sus bienes. Le
contaron todo lo sucedido a su padre, y Jacob se entristeció por Simeón, pero les
contestó que no iban a volver a Egipto con Benjamín porque ya había perdido a
José y no soportaría perder también a Benjamín, el único hijo que le quedaba.
Pero la sequía y escasez continuaron y, tras mucho insistir, Rubén y Judá
consiguieron que Jacob permitiera dejar llevar a y los hijos de Jacob volvieron a
Egipto con Benjamín.
Al volver a Egipto, los hijos de Jacob fueron recibidos por el mayordomo de José,
que les dijo que no debían preocuparse por el dinero y además los reunió con
Simeón. Todos fueron invitados a la casa de José, a quien le dieron regalos de
parte de su padre. José se alegró especialmente de ver a Benjamín después de
tanto tiempo, hasta el punto de retirarse a sus habitaciones a llorar de la emoción.
Tras recuperarse, José invitó a sus hermanos a un banquete, en el que los
acomodó por orden de edad. Al ver esto, se sorprendieron mucho, pero el
mayordomo de José les explicó que pudo adivinarlo gracias a su copa de plata,
que era mágica. Todos comieron y bebieron felizmente; en especial Benjamín, que
recibió más y mejor comida que sus hermanos.
Mapa con las doce tribus israelitas,1200-1050 a.E.C. El territorio correspondiente
a José le fue otorgado a sus dos hijos, quienes formaron la Tribu de Manasés y
la Tribu de Efraín, cuyos territorios figuran en el centro del mapa, en color verde
manzana y crema, respectivamente.

Cuando los esclavos estaban llenando de trigo las alforjas de los hermanos, José
decidió ponerlos a prueba e introdujo su copa de plata en las alforjas de Benjamín.
Cuando los hermanos ya se marchaban de la ciudad, fueron alcanzados por los
soldados, que los acusaron del robo de la copa. Éstos negaron el hecho, pero los
soldados revisaron las alforjas y, para sorpresa de los hijos de Jacob, la copa
apareció en la de Benjamín. Entonces los soldados anunciaron que los demás
podían seguir su camino, pero que el ladrón debía quedarse. Ninguno de sus
hermanos quiso aceptar esto, y todos volvieron con José, quien les recriminó que
defendiesen a un ladrón y los instó a volver a su tierra. Sin embargo, sus
hermanos replicaron que preferían morir que ver sufrir nuevamente a su padre,
quien ya sufrió el dolor de la pérdida de un hijo predilecto y no podría volver a
soportarlo.
Entonces, José expulsó a los soldados y a los esclavos y rompió a llorar a gritos,
con tanta fuerza, que hasta sus llantos se oyeron hasta en el palacio del Faraón.
Al ver que habían cambiado y que estaban dispuestos a dar la vida por su
hermano menor, José por fin se dio a conocer a sus hermanos. Éstos
enmudecieron de asombro y de miedo al pensar que, probablemente, querría
vengarse de ellos, pero José los calmó, diciendo “No os preocupéis, que todo fue
obra de Dios, era necesario que yo viniese a Egipto para que nuestro pueblo,
Israel, sobreviviera en este tiempo de escasez y hambruna”.
Al enterarse el Faraón de lo sucedido, mandó a decir a José que invitase a Egipto
a Jacob y a su pueblo, pues deseaba regalarles tierras de cultivo en
agradecimiento por cuanto José había hecho por los egipcios. Los hermanos de
José volvieron a Canaán, cargados de regalos de Egipto, y le contaron todo a
Jacob; éste, lleno de alegría, partió con toda su familia rumbo a Egipto. Al
encontrase padre e hijo, Jacob exclamó “¡Agradezco infinitamente a Dios porque
me ha dado por segunda vez a mi hijo querido, Él obra de manera misteriosa!”.
José le pidió que se quedara a vivir sus últimos años con él y también que se
quedase todo su pueblo. Él aceptó, con la condición de que los restos mortales
fuesen llevados nuevamente cuando el pueblo regresase a “Canaán, La tierra
prometida”.
Jacob y su familia vivieron entonces en la tierra de Gosén, un lugar destinado al
pastoreo del ganado en el Alto Egipto, cerca de las ciudad de Pi-Ramsés
o Ramesés, también llamada Avaris ciudad que fuera la capital de las
dinastías hicsas (siglo XVII a. C.) que en tiempos predinásticos habían dominado
Egipto. José falleció cuando tenía ciento diez años de edad.2 Muchos años
después, cuando guiados por Moisés, los hebreos dejaron Egipto y llevaron
consigo los restos de Jacob y José.
José tiene un notable paralelo con otro personaje bíblico, el profeta Daniel.
Asimismo, los aspectos dramáticos de su vida, (entregado por sus hermanos y
luego encumbrado a una gran posición) prefiguran a Jesucristo.
SIMILITUDES ENTRE EL SEÑOR JESUS Y JOSÉ

 Fue vendido por 20 30 monedas de plata ( le dieron un precio a sus Vidas)


 Fue despojado de su túnica, echaron suertes para quedasen con la túnica
del señor Jesús.
 Tener un corazón perdonador hacia sus hermanos.
 Al pagar bien por mal
MAPA DEL PENTATEUCO

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