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Los negros en Argentina

Alrededor se 12millones de africanos llegaron a Latinoamérica a través de los puertos de Bs


As, Montevideo, Rio de Janeiro y Bahía, para luego ser redistribuidos en el interior del
continente.

En Argentina fueron utilizados en tareas rurales, artesanales y de trabajo doméstico. Pero la


mayoría de los negros ingresados partían hacia otros rincones. Fue durante el gobierno de
Rosas en donde se registra un marcado aumento de la población negra: aproximadamente el
30% del total.

Sin embargo, ya en el año 1778 un censo colonial arroja la cifra de un 40% para el Virreinato
del Río de la Plata.

Descenso de la población negra en Argentina.

Las causas de esta marcada baja en la población negra se debe sobre todo a las sucesivas
contiendas bélicas que siguieron a la independencia, primero y, luego, a los enfrentamientos
entre unitarios y federales.

La Guerra de la Triple Alianza fue la última contienda en donde participan regimientos de


hombres de color. Los pocos sobrevivientes de aquel enfrentamiento se ven relegados a la
marginación luego de instaurado el proceso que lleva a cabo la Generación del 80 de
“blanquear” la población. Es así como los negros pierden los escasos puestos de trabajo a
manos de los nuevos inmigrantes europeos.

Su presencia en la cultura.

El candombe. Fue muy popular en la época de Rosas. Con la caída de este en 1852, las
comunidades afroamericanas no pudieron continuar marchando con sus candombes por las
calles y se vieron obligadas a realizarlos en lugares apartados. Relegado, sobrevive hoy de
puertas adentro, en agrupaciones familiares y barriales.

La milonga, cuya palabra es de origen bantú y quiere decir palabrerío, fue bautizada así por las
tropas brasileras vencedoras de Urquiza al entrar en Bs As, pero su origen se remonta a
bastante tiempo atrás. Es clásica de este ritmo la marcación 3+3+2, que denota la presencia de
componentes africanos.

El tango, sinónimo de Bs As es también, e íntimamente relacionado con la milonga es, en gran


medida, un aporte africano. Los negros usaban la palabra tango para referirse a lugares de
reunión, y es ahí donde nacerá el germen de este género musical, preferentemente adaptado
a su peculiar y sensual estilo de baile.

La actualidad.

Hoy casi no existen negros descendientes de aquellos esclavos, sin embargo, no podemos decir
que hayan desaparecido. Como hemos visto, están presentes en muchas de nuestras
manifestaciones musicales, lingüísticas y culturales que, también, son las de aquellos
denigrados, silenciados y olvidados negros.
Los negros del Uruguay

En la segunda mitad del siglo XVIII, entre los años 1750 y 1810, entraron a puerto de
Montevideo, traídos por buques de diferentes nacionalidades, unos veinte mil esclavos. De
estos unos pocos de ellos quedaban en la cuidad y el resto era redistribuido. Un censo
practicado en 1778 indicó un total de 1368 esclavos, suma equivalente al 20% de la población
montevideana de entonces. A los esclavos negros y mulatos les estaba reservada las tareas de
panadero, pasteleros, bizcocheros, lavanderos, cocineros, o el acarreo de agua, pisar la
mazamorra, trabajar la tierra y otros menesteres análogos.

En contraste con la brutalidad con que se trataba a los esclavos en Brasil, tuvieron en
Montevideo un mejor trato, sin querer decir esto que no fueran tratados como simple
mercadería. Sin embargo, estas mejoras en el trato hicieron quizá que los negros se
sometieron más dócilmente y no crearon ritos independientes de las prácticas cristianas, ni
siquiera intentaron imponer el culto de sus dioses, mezclando rápidamente sus creencias con
las católicas. En este juego de ritos y creencias, el negro era dueño de su voluntad. Sus santos
preferidos, San Benito y San Baltasar, por ser ellos mismos de raza negra, eran honrados a su
manera. Son conocidas sus festividades y las expresiones del ceremonial que cumplían,
reflejadas en el candombe, que fue la danza y la expresión musical-religiosa más importante y
significativa del colectivo afro. Otras de sus diversiones favoritas eran las riñas de gallos, y las
corridas de toros.

De todos modos estos permisos que les concedían no son, ni remotamente, lo mismo que la
libertad. Lo que sufrieron esos negros sojuzgados, maltratados y vejados inspiró a Artigas, que
plasmó en las Instrucciones del año XIII promover la libertad civil y religiosa y lograr como
finalidad de gobierno: la Igualdad, la libertad y la seguridad de los ciudadanos. Pero el
comercio había tenido su origen y desarrollo mucho antes que esa doctrina. La esclavitud en el
Uruguay, como en las demás colonias, fue un mal fuertemente arraigado contra el cual era
muy difícil luchar.

Legado cultural.

El Candombe es el nombre genérico que reciben diferentes danzas de origen africano en


Uruguay, y nace de la conjunción de los más de veinte pueblos africanos que fueron traídos
como esclavos a esta región del cono sur. Cada uno de éstos tenía su idioma, su forma de ser,
ver y sentir, su cultura, sus danzas y cantos de diferente naturaleza: sacro o profano, festivo o
luctuoso, etc.
Y más aún: es hoy una de las expresiones musicales más elocuentes con que cuenta el país. El
candombe ha sido tan fuerte, profundo y esencial que en lugar de haber desaparecido –
destino al que fue condenado en diferentes etapas históricas – sobrevivió, venciendo todas las
barreras y represiones. Ha impregnado de tal manera a la sociedad, que se ha convertido en
un elemento cultural que identifica a Uruguay. El candombe está relacionado con otras formas
musicales de origen africano en las Américas como el tango, la milonga, el milongón, el son
cubano, la tumba, el maracatú brasileño y las congadas.
Los originarios candombes, realizados por aquellos africanos que encontraban en su música y
danza una válvula de escape a la tragedia que enfrentaban, fueron una forma de sentirse
vivos, a través de un íntimo e intenso sentir que llamaba a la rebeldía ante las imposiciones y
el avasallamiento de que eran objeto.
El presente.

A diferencia de su vecina Bs As, el Uruguay presenta una población negra que representa el
8,1% del total. La población afrouruguaya tiene mayores niveles de pobreza que la población
en general, el 40% de ellos está por debajo de la línea de pobreza. De estos datos se
desprende la necesidad de una revisión a favor de esa comunidad. Se hace evidente entonces
que las comunidades afrodescendientes tienen todavía un papel relegado dentro de las
sociedades americanas.

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