NECRODACTILOSCOPIA

Carmen Villanueva de la Vega

Grado en Ingenieríía en Tecnologíías Industriales
Asignatura: Criminalíística y Ciencia Policial

Profesor: Rafael Goí mez Montoya

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 2
DACTILOSCOPIA: EL ESTUDIO DE LA UNICIDAD 3
PROCESO DE IDENTIFICACIÓN DE UN CADÁVER 4
TIPOS DE CADÁVERES Y PROCEDIMIENTO A SEGUIR 6
MÉTODO DE COMPARACIÓN DE HUELLAS DACTILARES 8
CONCLUSIÓN 10
BIBLIOGRAFÍA 11
INTRODUCCIÓN

La identidad es el conjunto de rasgos propios de un individuo que lo

caracterizan frente a los demás. La identificación de personas se remonta a la
antigüedad. Tribus y clanes se reconocían mediante la fisonomía, y con la
formación de los primeros poblados era necesaria la asignación de nombre y
apellidos para distinguirnos del resto de individuos. La identificación es algo
inherente a nuestra condición como personas. Es por ello que la identificación
de los cadáveres tiene una gran importancia, no sólo a nivel personal y social,
sino también por cuestiones legales.
El presente trabajo se centrará en la identificación de cadáveres en los cuales
no ha sido posible cotejar la identidad del individuo mediante los
procedimientos indiciarios realizados por peritos. Aquí se incluye un examen
externo tanto del cadáver (cicatrices, amputaciones, tatuajes…) como de la
ropa y objetos presentes en el escenario, recolección de información, etc. Estos
pasos se han de realizar sin cometer ningún error, y así no alterar los
posteriores procedimientos científicos, siendo el primero en realizarse el
método de la dactiloscopia o papiloscopia.
La dactiloscopia se encarga del estudio de las impresiones digitales o huellas
dactilares para identificar a personas. Concretamente, la necrodactiloscopia, es
la ciencia que se encarga de la identificación de cadáveres mediante la
dactiloscopia. Su objetivo es la obtención, lo más nítida posible, de los diseños
de las crestas papilares de los dedos para así proceder a darle una identidad al
cadáver. Las huellas dactilares son algo individualizado, no hay dos huellas
iguales, aunque el mito de que los gemelos idénticos comparten los mismos
diseños dactilares está muy extendido. Por lo tanto, es una forma muy rápida y
fiable para proceder a la identificación de un cadáver.
El uso de las huellas dactilares se remonta a la época prehistórica, donde los
primitivos sellaban cavernas con las palmas de sus manos. Más adelante,
griegos y romanos utilizaban las huellas dactilares para firmar y sellar
intercambios de productos, encontrándose numerosos escritos y documentos.
Pero no es hasta el siglo XIX cuando se inventa la dactiloscopia y se procede a
realizar la identificación dactilar. Esto se realizó por un policía bonaerense Juan
Vucetich, quien publicó en 1888 un tratado sobre dactiloscopia comparada.
Unos años después la policía abrió el primer archivo de huellas con 23
procesados. Este método superaba a todos los existentes, no sólo por su
eficacia y fiabilidad, sino por su claridad y sencillez. Tanto es así, que el
sistema de identificación dactiloscópico apenas se ha modificado a como era
en sus inicios. Sin embargo la introducción de los sistemas informáticos en este
ámbito han permitido que sea aún más fácil y rápido el cotejo de huellas, y por
tanto la identificación del individuo.
DACTILOSCOPIA: EL ESTUDIO DE LA UNICIDAD

Como hemos comentado anteriormente, la dactiloscopia es un sistema de

identificación de personas mediante la comparación de huellas dactilares. La
dactiloscopia se encuentra dentro de la lofoscopia, rama de la criminalística
que se encarga de la toma, clasificación y cotejo de los dibujos formados por
las crestas papilares tanto de las palmas de las manos como las de los pies,
con el objeto de identificar a un individuo. Aparte de la dactiloscopia, la
lofoscopia engloba la quiroscopia (estudia las crestas papilares en las palmas
de las manos) y la pelmatoscopia (estudia las impresiones plantares).
Las huellas dactilares se forman gracias a las crestas papilares, glándulas
sudoríparas de la dermis. Éstas tienen como características la inmutabilidad, la
perennidad (se forman en el tercer o cuarto mes de embarazo, y permanecen
inalteradas hasta que el individuo muere) y que son diversiformes (cada dedo
posee una huella dactilar distinta). Estas características hacen que algunos
científicos consideren el dactilograma como un segundo ADN. Las huellas
dactilares no están determinadas en nuestros genes, de ahí su unicidad. Las
crestas papilares dependen de nuestra información genética, pero además
están condicionadas por factores como la presión que pudiera sufrir el feto con
otras partes de su cuerpo, su posición o presión sanguínea. Por ello ni los
gemelos monocigóticos ni los clones presentan las mismas huellas dactilares, a
pesar de tener el mismo ADN.

Las huellas dactilares presentan unos dibujos únicos pero con una estructura
universal. Podemos dividir el dactilograma en tres sistemas de agrupamiento
de crestas: sistema nuclear, basilar y marginal. A su vez, existe un dibujo
triangular situado en los limitantes de los tres sistemas anteriores, el delta. Sin
embargo, podría darse que no hubiera delta o que apareciera más de uno.

Es en el núcleo donde encontramos una amplia variedad morfológica de

crestas. Se encuentra situado en el centro, siendo la parte que más sobresale
de la yema del dedo. En él se encuentran los puntos característicos, que son
unas variedades de forma que presentan los
dactilogramas.

A partir del estudio del agrupamiento de las

crestas y de los puntos característicos, se
procede a la comparación entre huellas, lo que
posibilita la identificación de personas.

PROCEDIMIENTO IDENTIFICACIÓN DE UN
CADÁVER

La identificación de un cadáver, o necro identificación, utiliza todos los métodos

de identificación de sujetos vivos, en nuestro caso, llevados a cabo por
especialistas (médicos forenses y expertos en identificación, dactiloscopia, o
fotografía dentro del cuerpo de policía). El primer método y el más simple es el
reconocimiento visual del individuo, tanto de su fisonomía como prendas de
vestir y objetos personales presentes en el escenario. Sin embargo, existen
otros muchos métodos irrefutables que pueden desacreditar con facilidad el
examen externo realizado al cadáver. Otra de las causas por las cuales se le
da un escaso valor a la identificación visual es el estado en el cual pueda
encontrarse el cadáver (hinchazón provocada por traumatismos,
putrefacción...), imposibilitando cualquier reconocimiento del mismo.
Por tanto, la utilización de los distintos métodos de identificación dependerá
directamente del estado en el que se encuentre el cuerpo. Su reconocimiento,
como hemos comentado anteriormente, puede ser complicado, incluso para los
sistemas más utilizados como pueden ser la dactiloscopia. Por lo que serán
necesarios otros métodos; a saber, la radiología, odontología, serología, etc.
Todos ellos realizados con la colaboración de radiólogos, odontólogos o
antropólogos.
Existen numerosos métodos de identificación, siendo algunos más fiables que
otros, pero todos son importantes ya que aportan datos más concluyentes, y a
veces es necesaria la utilización de varios de ellos para establecer una
identificación plena.
Juan Vucetich, al cual hemos nombrado anteriormente, creó un sistema de
clasificación de huellas dactilares. Vucetich clasificó 101 rasgos de las huellas
dactilares en cuatro grandes grupos, para después basarse en sólo cuatro
rasgos fundamentales: arcos, presillas internas y externas, y verticilos. Este
método fue explicado por Vucetich en su libro Dactiloscopia comparada (1904).
Gracias a esta aportación se estableció el primer archivo de huellas dactilares,
extendiéndose el método a todo el mundo. Esto permitió que la policía
comenzase a usar las huellas dactilares como método de identificación en los
delitos, creándose así un banco de datos de huellas dactilares que permitían
cotejar diseños.
Identificar es "re-conocer", y por ello ningún procedimiento será efectivo
si del individuo que tratamos de identificar no poseemos una reseña
previa o registro anterior, con datos del mismo tipo que los que vamos a
comparar, ya sea esta reseña morfológica, antropológica, dactiloscópica,
de caracteres dentales, etc. (“Identificación de cadáveres y aspectos
forenses de los desastres”).
A continuación haremos una breve descripción del procedimiento que se sigue
en el levantamiento de un cadáver y concretamente en su identificación. En
primer lugar ha de realizarse un examen externo, el cual podrá ser realizado
por los cuerpos de seguridad. En él se observarán, registrarán y fotografiarán
cualquier indicio material encontrado tanto en el lugar de la muerte como en el
propio cadáver. En este último se procederá a hacer una descripción física
general del individuo: raza, sexo, edad aproximada... Y luego nos centraremos
en aspectos más concretos como cicatrices, tatuajes, etc. que permitan hacer
un reconocimiento visual de su identidad. También son importantes los objetos
que el individuo portaba en el momento de la muerte como son joyas, ropa, etc.
La identificación del cadáver se puede llevar a cabo mediante distintos
métodos. Sin embargo el método dactiloscópico ocupa un lugar muy importante
en este terreno, ya que es el sistema que más se utiliza cuando tratamos con
cadáveres recientes y en sucesos aislados. El estado de descomposición no
puede ser tan avanzado que no se pueda tomar una impresión de la huella
dactilar. Tampoco podríamos usar este método de identificación en cadáveres
calcinados, ya que el dibujo papilar se encontraría destruido en la mayoría de
los casos.
El procedimiento para la toma de una muestra dactiloscópica sería el mismo
que el que se emplease para un individuo vivo, con la única diferencia que en
vez de entintar el dedo y pasarlo por una tarjeta, actualmente se usan tiras de
plástico previamente entintadas que se pasan por el dedo del cadáver.
Comprobamos que los dedos se encuentran bien estirados y se puedan
manejar con facilidad. Después procedemos a la limpieza de las manos, si
hiciese falta, con un trapo o papel que no dañe las yemas de los dedos. Si
usamos la técnica de entintado de los dedos, entintamos cada uno de ellos
girándolos de derecha a izquierda y procedemos a rellenar las casillas
correspondientes a la ficha decadactilar.
Esta ficha está compuesta por diez celdas, divididas en dos grupos: sección
(mano izquierda) y serie (mano derecha). En éstas se dispone a poner la marca
de los dedos haciéndolos girar, para así disponer de una huella extendida que
permita apreciarlas mejor. En la parte de debajo se procederá a la impresión de
los dedos por presión (no rodados).
Posteriormente se cotejaría la huella tomada con un banco de muestras
dactilares. Ésta actuación sería la empleada en el caso ideal, y más común, en
el que el cuerpo está fresco y se encuentra en perfectas condiciones para
tomar sus huellas. Sin embargo, puede darse el caso de encontrarnos con
cadáveres calcinados, cadáveres rígidos, en estado de putrefacción, etc. donde
la identificación mediante dactiloscopia se hace más complicada. O incluso
podemos encontrar casos donde no sea posible la utilización de este método.

TIPOS DE CADÁVERES Y PROCEDIMIENTO A SEGUIR

A continuación procederemos a decir el procedimiento que se realiza para

tomar huellas dactilares en distintos tipos de cadáveres.
 Cadáveres con rigidez cadavérica.
La rigidez cadavérica o rigor mortis es un signo presente en los
cadáveres que se caracteriza por el endurecimiento y retracción de los
músculos debido a la coagulación del plasma muscular. Esta rigidez
aparece a las tres horas, completándose a los tres o cuatro días. Por lo
tanto, es necesario eliminar este endurecimiento aplicando calor sobre
las manos, aunque el proceso se podría extender a todo el brazo. El
método más efectivo es realizar movimientos en las articulaciones hasta
que los músculos pierdan esa inflexibilidad. En cuanto a la mano, lo más
probable es que se encuentre el puño cerrado, por lo que será necesario
abrirlo, para después ablandar los dedos abriéndolos y cerrándolos
repetidamente. Posteriormente se observa el estado de las yemas de los
dedos y se procede a tomar las impresiones dactilares. Esto último se
realizará de forma rápida ya que la rigidez vuelve a aparecer, y es
necesario que las falanges se encuentren relajadas.
Por otro lado, puede darse el caso de que la huella dactilar se encuentre
intacta y flexible, pero presenta arrugas que dificultan una toma
completa de la misma. Esto se puede corregir inyectando en la piel del
dedo un reconstituyente de tejidos, o en su defecto, agua o glicerina.
Con una aguja introducimos el líquido en el dedo hasta que quede
redondeado y nos permita tomar una huella completa.
 Cadáveres en estado de putrefacción.
El proceso de descomposición depende de múltiples factores como
pueden ser la temperatura, la humedad o la causa de la muerte. La
destrucción de los tejidos blandos se produce entre los 21 y los 28 días
tras la muerte. Sin embargo, para la toma del dactilograma basta con
que haya sólo un trozo de piel en buen estado. Debido a la
descomposición, la piel se separa del tejido muscular por sí sola,
 permitiendo al especialista obtener un guante humano el cual ponerse y
proceder a la toma de huellas dactilares. Si aún no se ha separado, la
separará él mismo. En el caso de que la epidermis se encuentre en mal
estado será necesario retirarla para dejar la dermis al descubierto.
En el caso de descomposición avanzada, se deberá secar el dedo o
amputarlo para depositarlo en una solución de formaldehido entre el 10 y
el 15% durante una hora. El formaldehido se utiliza para evitar que la
descomposición siga avanzando gracias a sus propiedades biocidas. A
su vez, ejerce como desinfectante y esterilizante.
 Cadáveres quemados.
Aunque en un primer momento la identificación dactiloscópica en
cuerpos quemados pueda parecer desaconsejable, es común
encontrarse los cuerpos con el puño cerrado, debido a la agonía que
sufrió el individuo, estando las palmas de las manos en buen estado. El
proceso se realiza cortando la parte de la piel a examinar. Si se
encontraran los fragmentos desecados se procede a tratarlos con una
solución del 1 al 3% de hidróxido de sodio en formaldehído o alcohol. En
el caso de tener la piel dañada podríamos recurrir a un líquido
reconstructor, o tomar la impresión de la cara interna de la piel, si se
encontrara demasiado dañada, y realizar el negativo de la misma.
 Cadáveres saponificados o ahogados.

En el caso de que el cuerpo se encuentre en un medio húmedo sin aire

puede darse lugar el proceso de saponificación. Este proceso químico
se da lugar en un cuerpo graso que en contacto con agua y una base,
da lugar a jabón. Podemos tener dos casos: uno en el que el cuerpo se
haya encontrado mucho tiempo bajo el agua, pudiendo estar la piel
dañada (no sólo por la sobre hidratación, sino por el roce con las rocas,
fauna, crecimiento de plancton, etc.); otro caso podría ser en el que la
piel se encuentra intacta pero con una excesiva hidratación. En este
último caso, se procederá a tratarla con alcohol, bencina y acetona, y
dejar secar. Si esto no funciona se deberá introducir los dedos en agua
muy caliente favoreciendo su desprendimiento, y tratarla con alcohol o
bencina. En el caso en el que la piel presente arrugas y esté endurecida,
debemos inyectar un reconstituyente de tejidos para que recupere su
forma natural. Por último se procederá a la toma de la muestra
dactiloscópica como comentamos anteriormente.

 Cadáveres momificados o petrificados.

En los cuerpos que presentan momificación o petrificación, la piel se

encuentra rígida e inelástica, sin embargo los diseños dactilares pueden
conservarse. Juan Vucetich, en 1892, observó que las momias del
Museo de Ciencias Naturales de la Plata poseen intactas sus huellas
dactilares. Esto permite la toma de dactilogramas en este tipo de
cadáveres previos unos procedimientos para preparar la piel de los
dedos.
 Existen varios métodos que son eficaces para tal efecto, a saber: el
rellenado de los surcos interpapilares y realizar un molde de los calcos.
En el primero hemos de limpiar previamente la zona y después
utilizaremos talco o yeso para rellenar. Estas sustancias han de dejarse
al ras para poder ver los diseños correctamente. Se procede a cortar los
dígitos de la primera y segunda falange, y se fotografían a tamaño
natural.

Existe otra posibilidad que es envolver un trozo de plastilina o una

sustancia similar, en polietileno y aplicarle una fina capa de tinta.
Presionamos sobre el dedo en un único movimiento para así lograr un
negativo sobre el mismo. Este negativo se usará para impresionar un
papel blanco obteniendo la huella dactilar del individuo. Otro método es
el denominado vaciado de látex. Consiste en aplicar este material líquido
sobre los pulpejos, dejándose secar, y se retira para fotografiarla y así
obtener su negativo.

Observando todos estos métodos, podemos decir que la huella dactilar no es

un procedimiento a usar únicamente en cadáveres frescos y bien conservados,
sino que gracias a los conocimientos actuales en medicina y química podemos
identificar casi cualquier tipo de cadáver. Sin embargo, existen casos donde la
dactiloscopia no es viable, o la toma de muestras dactilares no es del todo
fiable. Es aquí donde emplearemos métodos adicionales, siendo el siguiente
más extendido el estudio de las piezas dentales, mediante el uso de la
odontología forense.

MÉTODO DE COMPARACIÓN DE HUELLAS DACTILARES

Las huellas dactilares son formas que adopta la piel de las yemas de los dedos
y que están constituidas por rugosidades que forman salientes (crestas
papilares) y depresiones (surcos interpapilares). Las crestas papilares son
glándulas sudoríparas. La mezcla del sudor que se derrama por las crestas con
la grasa de la piel, hace que al tocar una superficie el dedo deje una marca. En
el caso de toma del dactilograma para cotejarlo, la marca se provoca
generalmente, al impregnar la superficie de la yema del dedo con tinta.

Existen cuatro tipos principales de huellas digitales. Éstos se pueden detectar

matemáticamente gracias a que existen ocho puntos característicos en un
dedo, y que se repiten para formar entre 60 y 120 puntos más. Gracias a estos
puntos el software biométrico de huella digital genera un modelo en dos
dimensiones que se almacena en una base de datos. El programa representa
los puntos característicos en los ejes cartesianos x e y. Estas combinaciones
de números (x , y) sirven para crear vectores uniendo los puntos entre sí
mediante rectas, las cuales generan un ángulo y dirección irrepetible. Es con
estos vectores con lo que procedemos a la comparación de huellas y no con
las imágenes de las mismas.

Antes, se procedía a la identificación dactiloscópica con técnicas poco

automatizadas. Actualmente, los recursos técnicos y analíticos han permitido
agilizar la labor de comparación mediante el uso de programas basados en
algoritmos matemáticos. La implementación del sistema informático AFIS,
Automated Fingerprint Identification System, permite la captura, consulta y
comparación automática de huellas dactilares. En nuestro caso, donde las
impresiones dactilares son tomadas en fichas decadactilares, el programa
permite también su escanead, procediéndose del mismo modo que se haría
con el hardware de captura que posee. Asimismo este software permite limpiar
la imagen de una huella dactilar si ésta no se aprecia con claridad, lo que es de
gran ayuda en el caso de impresiones que no fueron tomadas correctamente.

Sin embargo, lo más importante es que con este sistema, el ordenador es

capaz de cotejar la información con la base de datos que tenga. Ofrece
grandes ventajas como son la discriminación de candidatos en un extenso
archivo de huellas dactilares en poco tiempo, permite identificar tanto fichas
decadactilares como huellas latentes (impresiones dactilares que se dejan en
una superficie u objeto al tocarlo voluntaria o involuntariamente), o el
almacenamiento información como el sexo, la edad o raza, además de datos
adicionales como pueden ser el lugar del delito.

Las organizaciones policiales de todo el mundo presentan su propio software

AFIS, y desde hace unos años se están estableciendo programas de
colaboración entre ellos con el objetivo de poseer una base de datos
compartida. El sistema AFIS comparará las huellas dactilares de la ficha
decadactilar con cada uno de los diez dedos de cada persona presente en la
base de datos estatales. Rastreará en la base de datos y averiguará si existe
una huella similar para así identificar al poseedor de la misma. El Eurodac y el
AFIS son unos de los sistemas más conocidos a nivel mundial. El primero se
corresponde con el AFIS europeo y el segundo al gestionado por el FBI. Éste
último tiene la mayor base de datos biométrica del mundo, en el cual alberga
huellas dactilares e historial delictivo de más de 70 millones de criminales y
más de 30 millones de civiles.
Como es notable, el sistema de identificación por huella dactilar está muy
extendido en todo el mundo, siendo el método más usado en el reconocimiento
de cadáveres. Esto se debe al carácter universal y único que tienen los diseños
dactilares, y gracias a los novedosos soportes informáticos que disponemos
hoy en día, obtenemos una identificación rápida, fiable y de bajo coste, si la
comparamos con otros sistemas de identificación.

CONCLUSIÓN

La identificación de cadáveres es algo muy importante dentro del ámbito

policial y judicial. Sin embargo, lo es más desde el punto de vista personal y
social; la identidad es lo que nos diferencia del resto de las personas. Por ello,
identificar un cadáver, y por lo tanto esclarecer lo que le ha ocurrido y penar si
fuera necesario, es el primer paso que se debe llevar a cabo en una
investigación policial. Todo ello de la forma más rápida y fiable posible, algo
que la necrodactiloscopia nos permite.
BIBLIOGRAFÍA

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