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DEFINICIÓN
Documentos que llevan incorporado un derecho literal y autónomo que se puede ejercer
por el portador legítimo contra el deudor a la fecha de su vencimiento.
En este sentido el título de crédito presenta situaciones en las cuales la conexión entre el
documento y la relación jurídica es no sólo originaria sino permanente. En estos casos; no
sólo no nace el derecho si la declaración de voluntad que le dio origen no se consigna en un
documento, sino que el documento y el derecho subsisten compenetrados, de tal manera
que el instrumento es condición necesaria y suficiente para atribuir el derecho.
ESTRUCTURA. Se distingue:
SUSTRATO MATERIAL:
- COSA MUEBLE: El título de crédito es una cosa mueble. No cabe duda que pertenece a
la categoría jurídica de los bienes muebles debido a su materialidad de instrumento
documental (papel). Como tal puede ser objeto de relaciones reales: tenencia, posesión,
propiedad, usufructo, puede reivindicarse, como lo reconoce el artículo 82 de la Ley de
Quiebras.
Este bien mueble que es el título de crédito se sujeta a un régimen específico que atiende
a una serie de connotaciones propias de los títulos de crédito, entre las cuales se puede
señalar que prevalece el valor intrínseco o representativo por sobre el valor extrínseco,
que es nulo; el intercambio mutuo de características propias que opera entre los
elementos estructurales del título de crédito no aparece en las cosas muebles por
naturaleza; la simplificación de las formalidades en la transferencia del título que
habilitan al adquirente para ejercer los derechos.
El fundamento de esta falta de identidad absoluta entre el título de crédito cosa mueble y las
cosas muebles por naturaleza radica en que el primero está estructurado para circular, esto
es, para facilitar el desplazamiento del crédito de portador en portador
PROPIEDAD/ TITULARIDAD
Lo normal es que la legitimación, la propiedad y la titularidad sean lo mismo o que se
radiquen en una misma persona.
Propiedad es un concepto de señorío, es la plenitud de las potestades que se pueden
ejercer sobre una cosa determinada.
La titularidad, en cambio, se ubica en el ámbito de las relaciones personales entre
acreedor y deudor. En virtud de ella el sujeto activo tiene derecho a exigir la prestación del
sujeto pasivo. El titular es el acreedor del vínculo obligacional.
EFECTOS DE LA LITERALIDAD:
- El acreedor no puede exigir ni percibir más de lo expresado en el título;
- El deudor no puede valerse de elementos jurídicos extraños que no estén literalizados en
el documento;
- El carácter literal supone una carga de atención para las personas que intervienen en
el documento, pues cada cual debe atenerse a lo escrito en el título para determinar sus
derechos y obligaciones. Cualquiera de los sujetos intervinientes que no cumpla esta
carga de atención verá perjudicados sus intereses, por falta de diligencia que se exige
en el sistema regulador de los derechos y obligaciones cambiarias;
- La literalidad contribuye a dar certeza, rapidez y seguridad a los títulos de crédito. Así
el deudor que abona exige la literalización de este abono en el documento;
- La literalidad adquiere su mayor expresión o significado cuando el documento circula
frente al portador de buena fe, por el hecho de que este último sólo cuenta al recibir el
título con lo expresado literalmente en su texto. Así, el deudor deberá cumplir la prestación
según lo contenido en el título, sin tener ninguna posibilidad de enervar la pretensión del
acreedor con otro documento extraño al título;
Concepto de título de crédito abstracto Aquel documento cambiario que, por estar
desvinculado de su causa, no menciona la relación fundamental, y, en caso de hacerlo, ello
resulta irrelevante.
Los derechos sobre el título pueden adquirirse originalmente por apropiación, usurpación,
expropiación, etc. En forma derivada, pueden adquirirse esos derechos por cesión o
endoso, lo que supone un tradente y un adquirente.
Los derechos emergentes del título nacen nuevos en su integridad. Se establece una
relación directa y personal entre el portador y el deudor, aun cuando existan intermediarios
en la circulación del documento. Por tratarse de una adquisición originaria de los derechos
emergentes del título, no se pueden oponer excepciones personales al portador del
documento. Nada impide que los derechos emergentes puedan adquirirse en forma
derivada por alguno de los modos del derecho común.
- Títulos al portador. Son aquellos que se emiten sin mencionar en su texto al beneficiario
o que apareciendo éste se les adiciona la cláusula “al portador”. Los títulos al portador son
los que más se identifican con las cosas muebles y respecto de la incorporación del derecho
en el documento, podemos señalar que ella aparece realizada íntegramente. Tal
identificación con las cosas muebles es el fundamento de la circulación de los títulos al
portador que debe efectuarse por la entrega del documento. Es preciso enfatizar, en esta
clase de títulos, la innegable preeminencia que existe del documento sobre el derecho.
- Títulos a la orden. Son los que, concebidos en forma esencial a nombre de determinada
persona, facultan a ésta, de modo expreso o implícito, a transmitirlo sin intervención del
deudor. Es fundamental destacar el carácter facultativo que tiene la transmisión del
documento, de tal modo que, si no circula mediante endoso, siempre sigue siendo un título
de crédito.
También se exige como requisito legitimante la identificación personal del portador. Este
requisito debe probarlo el portador y si no cumple con él no puede ejercer los derechos del
título. El deudor tiene la carga pasiva de comprobar la concurrencia de los otros requisitos
para que su pago sea liberatorio.
- Títulos nominativos. Son los documentos que se giran a favor de determinado sujeto y
tanto su emisión como sus sucesivas trasmisiones deben inscribirse en el registro del
emisor. Estos títulos no son completos en su literalidad, porque no puede prescindirse del
registro del emisor. El creador del documento ha querido mantener el control del nombre
del tenedor y con ese propósito los emite a un nombre individual.
Los títulos que se emiten nominativamente son las acciones, los bonos o debentures. En
algunos casos la carta de porte, el conocimiento de embarque y los certificados warrants
se emiten en forma nominativa. Los requisitos de legitimación de esta clase de títulos
son los siguientes:
–Posesión del título;
–Presentación al deudor;
–Cadena de traspasos y registro de los traspasos en el registro del emisor del título;
–Identificación del portador.
7. Títulos causales y abstractos. Atendiendo a los efectos que la causa tiene en la vida
del título, pueden clasificarse en causales y abstractos.
- Son títulos de crédito causales: Aquellos en los cuales se menciona expresamente la causa
en el documento y ella se mantiene unida al mismo en todos los aspectos jurídicos.
Ejemplo: las acciones de sociedades anónimas. La indicación del nombre de la sociedad
emisora y sus formalidades de creación constituyen la expresión de la causa de los títulos
de crédito llamados acciones. Por el hecho de mencionar la causa y vincularse
constantemente a ella, estos títulos son incompletos, en el sentido de que no se bastan a sí
mismos para determinar el contenido, las modalidades y el alcance del derecho que en ellos
se representa, por lo que se precisa recurrir a la relación subyacente que constituye su
causa.