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Antecedentes históricos de la legítima defensa

Se presume que la legitima defensa existe desde la antigüedad y se considera desde entonces
como una reacción natural del instinto humano ante el peligro que expone su vida y sus bienes,
en las civilizaciones más antiguas, era vista como una causa de justificación que excluía la
antijuridicidad.
Se fue desarrollando de la misma manera que desarrolló la humanidad, a lo largo de su proceso
evolutivo, la legítima defensa siempre se ha reconocido como una acción que no merece
penalidad, es decir desde épocas antiguas ha sido entendida como un acto lícito y más aún como
un derecho natural, de repeler con violencia toda agresión injusta. La legítima defensa fue
también reconocida como un derecho de venganza, ejecutada de forma anticipada sobre el
agresor, fuere un ataque personal o una violación de propiedad.
En el derecho moderno se trae la antigua concepción de considerar la legitima defensa como un
derecho natural y el Código Francés instituyó ¨ en caso de homicidio legítimo no existe ningún
crimen, no existe lugar a pronunciar pena y tampoco condena civil¨
Es en el derecho romano donde se establecen por primera vez ciertas condiciones para que exista
legítima defensa, mismas condiciones que están establecidas hoy en día en el Código Penal
Dominicano.

Concepto de legítima defensa

La legítima defensa se define como la acción de repeler una agresión injusta o antijurídica, actual
o inminente por parte de la persona atacada o de un tercero, en contra del agresor, sin
extralimitar la necesidad de defensa y en el marco de racionalidad proporcional de los medios.
En el Derecho Penal, la legítima defensa constituye una causa de justificación de las acciones
ejecutadas que son sancionadas en materia penal, provocando que se exima la responsabilidad
de quienes en ellas incurren, pero siempre y cuando concurran una serie de condiciones que se
encuentran establecidas en el Código Penal y cuando no concurren todas estas condiciones,
permite atenuar la sanción.
Condiciones necesarias para que exista legitima defensa

Para que exista la legítima defensa deben darse una serie de condiciones que se hacen
necesarias para su aplicación, entre las cuales están:

 Una agresión;

 Una agresión en el momento e ineludible;

 Que se efectúe una acción delictiva en defensa de sí mismo o de una


tercera persona;

 Que la agresión sea antijurídica;

 Que la defensa no se extiende a los limites necesarios, que se mantenga


una racionalidad proporcional de los medios.

 Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende

En nuestro Código Penal la legítima defensa se encuentra consagrada en sus artículos 328 y 329
respectivamente. El artículo 328, faculta la defensa de sí mismo o de otro, para que ocurra así
no se precisa que, al defender a una tercera persona, exista vínculo de parentesco de cualquier
otra índole, lo que el legislador ha tomado en consideración es la solidaridad que debe
prevalecer por necesidad entre los seres humanos.

Para la existencia de legítima defensa es esencial, ante todo, que se defienda un derecho
protegido por la ley penal, es decir la vida, la integridad física y la salud, sobre la defensa legal
de este derecho no existe discusión y por tanto es aceptable que se repela por la fuerza para
preservarlo.
Casos en los cuales se puede desarrollar la legítima defensa de sí mismo o de
otros.

El artículo 329 del Código Penal Dominicano establece los casos de legítima defensa el
cual dispone lo siguiente: “se reputa necesidad actual de legítima defensa los casos
siguientes:

 Se cometen homicidios o se infieren heridas, o se den golpes rechazando


durante la noche el escalamiento o rompimiento de casa, paredes o cercas, o loa
fractura de puerta o entradas de lugares habitados, sus viviendas o
dependencias;

 Cuando el hecho se ejecute en defensa de la agresión de los autores del robo o


pillaje cometido.

Este artículo dispone una presunción de legítima defensa para las dos circunstancias descritas,
dicho artículo es suficiente en sí mismo y para que se figure la validez de la legítima defensa, es
suficiente que quede establecido que existen todas las condiciones que dicho artículo hace
mención y no las que constan en el artículo 328 del mismo código.
Primer caso de legítima defensa

Como mencionamos anteriormente en el artículo 329 del Código Penal Dominicano, cuando el
homicidio, las heridas o los golpes sean inferidos rechazando todo lo descrito anteriormente en
horas de la noche, se reputará legítima defensa, siempre y cuando concurran las condiciones
de:
 Cometer la acción repeliendo la penetración a los lugares citados en el artículo 329

 Es necesario que dichos lugares en donde se trata de evitar que irrumpan estén
habitadas

 Que tanto el asalto como la defensa tengan lugar por la noche

 Basta que la acción se ejecute repeliendo a la persona que con escalamiento o fractura
intenta penetrar en los lugares mencionados.

Segundo caso de legítima defensa

Hay la existencia de una presunción de legítima defensa, cuando el homicidio, las heridas o los
golpes o cualquier otro tipo de violación de derecho se han cometido en contra de los autores
de del hurto o acto delincuencial perpetrado con violencia, la finalidad de esta disposición legal
desde los años de 1810 era proteger a las personas atacadas por los delincuentes que
asechaban por los alrededores-
Para que la acción de defensa sea justificada necesita de dos condiciones a saber, las cuales
son:
 Que pretenda ejecutar un hurto o pillaje;

 Que se emplee como recurso la violencia.

Toda vez que ha quedado establecidas las condiciones citadas en el artículo 329 del nombrado
Código, no se admite prueba contraria alguna, es decir existe la justificación legal por lo que el
imputado debe ser descargado, sin ningún pronunciamiento en su contra de pena u obligación
civil, es decir de pagar indemnización por daños o costas del proceso.

Orden de la ley y el mandato de autoridad legítima

Es otro motivo de justificación que estaba contenido en el artículo 327 del Código Penal
Dominicano, derogado por la ley 24-97 del 28 de enero del 1997 y expresa lo siguiente “el
homicidio, los golpes y las heridas no se reputan ni consideran crimen ni delito, cuando han sido
ordenado por la ley o por la autoridad legítima”, de acuerdo a este artículo son justificables todos
hechos en los cuales se perpetren asaltos a los bienes jurídicos toda vez que concurran por orden
de la ley y mandato de la autoridad competente.
Aunque en nuestro país no está permitida la pena corporal y no se puede perpetrar homicidio,
heridas o golpes en el cumplimiento del deber de un oficio, dicho enunciado tiene adaptación en
los siguientes casos:

 En los ataques o atentados al honor como los cometidos por un testigo para aprestar en
un juicio;

 En los atentados a la libertad, cuando se ordena por un juez de instrucción una prisión
en un caso permitido por la ley

 En las violaciones del domicilio, ordenadas por el juez de instrucción en los casos
permitidos por la ley;

 En los embargos y desapoderamientos de bienes en los casos permitidos por la ley y las
autoridades competentes;

 En todos los casos en los cuales una autoridad, con permiso u orden de la ley dentro de
sus atribuciones y actuando de manera legal transgrede los derechos del individuo.
Casos en los que nunca es admitida la legítima defensa de sí mismo o de otros

La legítima defensa está fundamentada en un derecho natural que tiene toda persona de
defenderse ante agresiones injusta e inminente, entre otras circunstancias, para que pueda ser
admitida es necesario que en ella concurran todas las condiciones necesarias mencionadas
anteriormente que son las bases sobre la que ella se fundamenta, es decir no existe legítima
defensa en los casos que no se den todas estas condiciones necesarias, puesto que la plenitud de
los efectos de atenuante va a depender de que concurran todos estos requisitos.

No puede haber legítima defensa en los casos de reacción contra una acción involuntaria, puesto
que requiere de un peligro real o lo que es lo mismo una agresión adecuada, querer causar daño,
esto implica que la acción deberá representar un peligro real y autentico de un bien jurídico. No
se puede hablar de legítima defensa cuando entendamos la agresión que se infiere de tentativa
idónea, pero que tal ataque no provoque daños, es decir resulte inofensivo, por encontrarse el
bien jurídico completamente protegido y fuera de todo riesgo.

Debemos tomar en cuenta la naturaleza típica de la acción, pues solo constituyen agresiones
ilegítimas aquella que se encuentran expresadas como tal en la legislación penal, es decir, no
puede dañarse bienes jurídicos personales si no han sido protegidos con anterioridad a la
agresión producida, no basta con que la acción sea típica, para que pueda imputarse de agresión
ilegítima, sino que esta debe suponer una amenaza para un bien jurídico protegido, que
provenga de una actuación no respaldada por el derecho.
La legislación dominicana no contempla la legitima defensa en otra circunstancia que no sea la
defensa de la vida y la integridad física.

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