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Torta, Juan Ulises – Profesorado en Filosofía

Trabajo Práctico 6 Filosofía de la Historia 2019: Erasmo, Moro y Maquiavelo:

Siguiendo la metodología conocida de los trabajos prácticos, elaborar -de modo personal- una
cuestión disputada sobre el pensamiento político de Erasmo y Moro (Homo Amans) y
Maquiavelo (Homo Demens). En hojas A4, Arial 12, interlineado simple.

Tesis: Homo Amans, es una categoría antropológica y ético-política que da cuenta de las
posibilidades de amar al prójimo: como ejemplos el pensamiento de Erasmo y Moro.

Erasmo de Rotterdam (1466-1536), se opone a la filosofía de cuño aristotélico-escolástica,


centrada en problemas metafísicos, físicos y dialécticos. Para Erasmo la filosofía es un
conocimiento sapiencial de vida: se trata de una sabiduría y una práctica de vida cristiana. La
sabiduría cristiana se reduce a pocos libros: los Evangelios y las Cartas de san Pablo. Fue un
defensor de la libertad publicó “De libero arbitrio” (1524) una de las más hermosas
definiciones de la libertad humana. De 1511 en su célebre “Elogio de la locura”. Protegió
además su propia libertad personal, tanto intelectual como moral, lo que le trajo problemas
graves con la Iglesia. Promovía una “filosofía cristiana” de vida al tiempo que propugnaba una
profunda reforma del clero y una renovación de la Iglesia sobre la base de la práctica de las
virtudes humanas. Uno de sus adagios (la primera edición es de 1500) dice: “La guerra atrae a
quienes no la han vivido”.

Tomás Moro (1478-1535), su educación le permitió ser un humanista, filósofo, político,


teólogo, pensador y escritor, y todas esas facetas confluyen al escribir “De optimo rei publicae
statu deque nova insula Utopia” (Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía),
un libro en el que habló sobre la Inglaterra de su época, y la comparó con la sociedad que vivía
en una isla ficticia a la que dio el nombre de Utopía. En la isla de Utopía no existía el concepto
de propiedad privada. Todos los bienes de la comunidad se guardan en almacenes, y la gente
va pidiéndolo a medida que los necesita. Además, todo el mundo tiene derecho a una casa,
que es igual para todos los habitantes de la isla. Cualquier habitante de la isla puede elegir su
propia religión, y a qué dios adorar. La única norma relativa a las creencias es respetarlas. El
ateísmo está permitido. Todos los habitantes de Utopía comparten los mismos rezos válidos
para todos los dioses.

Argumento Inductivo: Para presentar este argumento recordare las palabras que
Erasmo enuncia pensando en la Iglesia de su tiempo:

Aunque la guerra es tan cruel, que más conviene a las fieras que a los
hombres; tan insensata, que los poetas la representan como inspirada por las
Furias; tan funesta, que trae consigo la ruina de las públicas costumbres; tan
injusta, que los criminales más depravados son los que mejor la practican, y tan
impía, que no guarda el menor nexo con Cristo, los Papas lo olvidan para
1
practicarla.

A su vez tendré en cuenta también las palabras de Moro a propósito de la libertad


o tolerancia religiosa de los utopianos:

1
Erasmo de Rotterdam, Elogio de la Locura, trad. de Pedro Voltes, Daruma, 2018, p. 166.
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…habían decidido en sus leyes que cada cual pudiese profesar la religión que
más concordara con sus sentimientos, sin ser molestados por nadie que si
alguno deseaba convencer a otro lo hiciera con modestia y con razonamientos,
no usando nunca de violencia ni injuria, castigándose con el destierro o con
servidumbre a los contraventores.2

Me gustaría presentar un fenómeno interesante que se presenta en diferentes


acontecimientos de la historia, la desobediencia civil, la cual involucra varias
manifestaciones como la no-violencia, la resistencia pasiva, la no-colaboración
o el convencimiento, entre otras. Podemos hablar del mismo Henry Thoreau
negándose a pagar los impuestos destinados a financiar la guerra contra México
a finales de la década del ‘50 del siglo XIX, por considerar que tal guerra era
injusta y el mismo impuesto financiaba a un Estado que mantenía la esclavitud,
por tal acción fue encarcelado. Carlos F. Pressacco señala que los actos de
desobediencia civil son parte de un estado de derecho democrático, de
sociedades maduras que logran procesar sus conflictos aceptando que las leyes
e instituciones pueden "fallar”3.

Podemos recordar también a Martin Luther King, ampliamente conocido por su


lucha contra la segregación racial, la cual llevo adelante desde 1955 a partir de
medios pacíficos y no violentos con el famoso boicot de los autobuses de
Montgomery inspirado por la detención de Rosa Parks luego de negarse a
trasladarse a la parte trasera del autobús solo por el abordaje de un hombre
blanco, el boicot liderado por Martin buscaba minimizar tal segregación
buscando dejar en desuso el servicio de autobuses hasta que las exigencias
fuesen cumplidas, al boicot asistieron una gran cantidad de afroamericanos, los
taxistas negros a su vez apoyaron el boicot bajando sus tarifas, se
implementaron también autos públicos, las iglesias bautistas negras juntaron
donaciones para mantener el boicot con él apoyo también de otros grupos
activista. Los autobuses recibían pocos o ningún pasajero, mientras en las horas
punta, a menudo se encontraban las veredas repletas. Martin y otros líderes
fueron imputados a pagar multas o ser encarcelados. Aun así, la Corte Suprema
dictamino que la segregación en los autobuses era inconstitucional y emitió una

2
Moro, Tomas, Utopía, trad. de Guillermo Rovirosa, Mowgli, 2018, pp. 124-125.
3
Carlos Fabián Pressacco, Estado de Derecho y Desobediencia civil, Polis [En línea], 27 | 2010, Publicado
el 18 abril 2012, consultado el 17 octubre 2019. URL: http://journals.openedition.org/polis/1022
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orden para exigir a la ciudad que modificara la ley. Martin se oponía a llegar a
fines puros por medios menos puros, y consideraba que cada persona tiene la
responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas.

Así mismo podríamos mencionar dentro de la Revolución de los Claveles de


1974 que termino con el régimen salazarista, la “marcha de las flores” en Lisboa
suceso que tuvo lugar cuando una joven que cargaba manojos de claveles le
entrego uno a un soldado sublevado que le pidió un cigarrillo, el soldado coloco
la flor en el cañón de su tanque y sus compañeros repitieron la acción
colocándolos en sus fusiles como símbolo de que no deseaban disparar sus
armas, extendiéndose la acción por toda la ciudad.

Pero aún más importante es tener presente la denominada “marcha de la sal”,


un acontecimiento que se dio durante el proceso de independencia indio del
Imperio británico. El 5 de abril de 1930 Gandhi, están en las costas del océano
Indico, avanzo dentro del agua y recogió con sus manos algo de sal, con tal gesto
invito a sus compañeros a imitarlo para violar el monopolio impuesto por el
gobierno británico sobre la producción y distribución de sal. Gandhi consideraba
que la protesta debía dirigirse a un hecho directo que afectara a toda la población
de la India, hindúes y musulmanes, y de cualquier casta, y las características
económicas de la sal (de uso básico, insustituible y gravado por un impuesto que
elevaba su precio) hacían que un “boicot contra la sal” fuese más popular que
una protesta contra leyes abstractas. Los simpatizantes de Gandhi lo siguieron
y el ejemplo fue imitado en todo el país, los indios evaporaron el agua y
recogieron la sal a plena luz del día desafiando a los británicos. Las cárceles se
llenaron de 60.000 ladrones de sal indios. Los independentistas acataron las
recomendaciones de Gandhi de no resistirse a los arrestos violentos y el mismo
líder fue encarcelado. Ante las presiones, la impotencia para imponer la ley y la
posibilidad de que los británicos perdiesen credibilidad, el virrey de la India libero
a todos los prisioneros y reconoció a los indios el derecho de recoger ellos
mismos la sal. La no-violencia de Gandhi es destacable, no solo por su propia
interpretación y articulación en la realidad sino porque se devela como una nueva
opción. En palabras de Mario López Martínez la no violencia se presenta como
una concepción ético-política que pretende ser una alternativa a aquellas
acciones que legitiman el uso de la violencia; ya sea directa, cultural o
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estructural4. Este autor además señala el peso que tiene el convencimiento como
un plus añadido al deber moral y como la no violencia lleva al respeto total de las
personas y la vida de nuestros adversarios. Aún más, esa manera de entender
la no violencia como acción-deber la convierte en una forma de vida y de
interpretación del mundo.

Lo que podemos observar de estos acontecimientos es que todos ellos siguen


los mismos sino muy similares fines, para alcanzarlos se buscan utilizar medios
muy coherentes a los mismos, llevan al individuo a tomar acción desde su propio
lugar sin perjudicar a otros, buscan no solo el bienestar de uno mismo sino
también el bienestar de la comunidad en general, además de desobedecer la
autoridad “errada”, siguiendo a su vez muy similares concepciones a las de
Erasmo y Moro. Ciertamente (como también señala López Martínez) las mayores
diferencias entre los personajes que tomamos están en su concepción de
justicia, en relación al límite del poder y las responsabilidades del Estado. Sin
embargo, pienso que todos ellos, sino la mayoría, por lo menos consideran que
la guerra es injusta y que para una vida en sociedad es primordialmente
necesario el respeto por la libertad y la vida de aquel con quien se comparte la
ciudad. La no-violencia y la desobediencia civil incluso podrían estar desligada
de ser una acción política (del todo) para ser la expresión ético-moral de la
población ante los actos injustos o incorrectos, como ilustra Tolstoi:

…consideramos que para nosotros no sólo es imposible servir en el ejército, sino


también ocupar cualquier cargo que nos obligue a forzar a otros a comportarse
bien bajo amenazas de cárcel o pena de muerte. Por tanto, nos excluimos de
manera voluntaria de cualquier institución gubernamental, renunciamos a la
política, a honores terrenales y a cargos de poder.5

Antítesis: Homo Demens, según Edgar Morin, es la categoría antropológica que hace
referencia a la inestabilidad, desorden y desmesura que, en muchas ocasiones, alcanza al ser
humano. Como ejemplo El príncipe de Maquiavelo.

Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en su obra “El príncipe” desarrolla lo que algunos autores
denominan “realismo político” y una especie de pesimismo antropológico. En “El príncipe”
podemos leer: “De aquí surge una controversia: si es mejor ser amado que temido o viceversa.

4
Mario López Martínez, Noviolencia para generar cambios sociales, Polis [En línea], 9 | 2004, Publicado
el 26 octubre 2012, consultado el 17 octubre 2019. URL: http://journals.openedition.org/polis/7326
5
Tolstoi, León, El reino de Dios está en vosotros, trad. de Joaquín Fernández-Valdés Roig-Gironella,
Kairos, Barcelona, España, 2010, p. 28.
Torta, Juan Ulises – Profesorado en Filosofía

Se contesta que correspondería ser lo uno y lo otro, pero como resulta difícil combinar ambas
cosas, es mucho más seguro ser temido que amado”. Separa la Ética de la Política: “De manera
que, ya que se ve obligado a comportarse como bestia, conviene que el príncipe se transforme
en zorra y en león, porque el león no sabe protegerse de las trampas ni la zorra protegerse de
los lobos. Hay, pues, que ser zorra para conocer las trampas y león para espantar a los lobos.
Los que sólo se sirven de las cualidades del león demuestran poca experiencia. Por lo tanto,
un príncipe prudente no debe observar la fe jurada cuando semejante observancia vaya en
contra de sus intereses y cuando hayan desaparecido las razones que le hicieron prometer. Si
los hombres fuesen todos buenos, este precepto no sería bueno; pero como son perversos, y
no la observarían contigo, tampoco tú debes observarla con ellos. Nunca le faltaron a un
príncipe razones legitimas para disfrazar la inobservancia. Se podrían citar innumerables
ejemplos modernos de tratados de paz y promesas vueltos inútiles por la infidelidad de los
príncipes. Que el que mejor ha sabido ser zorra, ése ha triunfado. Pero hay que saber
disfrazarse bien y ser hábil en fingir y en disimular”. La crueldad, la hipocresía, la mentira, el
no cumplir la palabra dada son medios, desde esta perspectiva, para conseguir el poder y
mantenerlo.

Contra-argumento de Autoridad: Para presentar el contra-argumento tendré


presente las palabras de Maquiavelo sobre los intereses del buen gobierno:

Es menester señalar aquí que el odio se conquista tanto mediante las buenas
obras como con las malas; por ello, como dije antes, un príncipe que quiera
mantener el Estado se ve con frecuencia forzado a no ser bueno, pues cuando
una de tales partes — el pueblo, los soldados o los notables—, que tú consideras
necesaria para mantenerte, está corrompida te ves obligado a actuar a su aire
para satisfacerla, y entonces las buenas obras te son enemigas.6

La figura de Lenin ha sido asociada principalmente a un gobernante un tanto más


moderado que aquel que luego lo sustituiría, Stalin. Aun así, los preparativos
para la Revolución de octubre de 1917, su desarrollo, desenvolvimiento y el
posterior gobierno bolchevique, tiene mucho que ver con ese equilibrio de
intereses que señala Maquiavelo y la conformación del líder amado y temido.

Tiempo antes del estallido de la revolución el partido bolchevique no poseía la


fuerza, la unión, ni la dirección suficiente como para llevar adelante la revolución.
De febrero a octubre, los meses más libres de la historia de Rusia, el partido
fracaso en desencadenar una revolución espontanea. La historia, por su parte,
le sonrió a Lenin con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y este la utilizo
para llevar adelante la insurrección. Este fue su primer dilema, Karl Kautsky un

6
Maquiavelo, Nicolás, El Príncipe, Maquiavelo. Biblioteca de Grandes Pensadores, trad. de Antonio
Hermosa Andújar, Editorial Gredos S.A., Madrid, España, 2011, p. 65.
Torta, Juan Ulises – Profesorado en Filosofía

socialista alemán a quien Lenin consideraba su mentor capitulo ante la fiebre


belicista que recorría Alemania. La solución de Lenin fue alejarse del Partido
Socialista Alemán. A su vez, la Revolución de febrero de 1917 hizo decidir a
Lenin por llevar adelante una revolución socialista, este fue el segundo dilema
que provoco divisiones dentro de su partido. Lenin no tuvo compasión y trato a
los viejos bolcheviques de “conservadores”. Lo cierto es que luego de esta
revolución el gobierno zarista estaba debilitado y presionado por mantenerse en
la Gran Guerra. Solo había dos fuerzas capaces de llevar adelante la
insurrección los bolcheviques o los generales rusos.

La Revolución estaba inspirada en el proletariado urbano que componía una


pequeña parte de la población, apoyados por un enorme campesinado que no
dudo en apoyar los decretos bolcheviques sobre la propiedad de la tierra
inmediatamente después de octubre. Pero ya antes los bolcheviques habían
logrado ese apoyo y solo lanzaron la revolución luego de obtener la mayoría
entre los soviets. Lenin se basó en los obreros siguiendo a Marx y Engels. Por
ello luego disolvería la Asamblea Constituyente en 1918 considerando que los
soviets eran una manera superior de democracia y argumentando que no debía
perderse tiempo debatiendo con los social-revolucionarios. Tariq Ali observa
similitudes entre las tres más grandes revoluciones de Europa; la francesa, la
inglesa y la rusa, pero halla una diferencia. Para este autor:

…mientras que los acontecimientos empujaron a Cromwell y a Robespierre a dar


un paso adelante, en Rusia fue Lenin quien utilizó deliberadamente los
acontecimientos (…) para incitar a los obreros y los soldados de Petrogrado y
Moscú a una sublevación coronada por el éxito.7

Lenin era consiente también de que su revolución debía protegerse de enemigos


exteriores, para ello requería un ejército, pero para tener uno bien formado
necesitaba del apoyo de generales experimentados. No tuvo duda en utilizar a
los numerosos oficiales zaristas, y el mismo Trosky fue importante para forjar
una fuerza de combate leal y disciplinada.

A su vez el riesgo que significaba la revolución para occidente hizo actuar a las
potencias de la Entente quienes rápidamente se movieron a suelo ruso, e hizo

7
Ali, Tariq, Los dilemas de Lenin, trad. de Alejandro Pradera, Titivilius, 2017, p. 16.
Torta, Juan Ulises – Profesorado en Filosofía

entender a Lenin que la revolución debía ser preservada costase lo que costase.
Los contrarrevolucionarios debían ser combatidos nuevamente por el bien de la
revolución, aun si tales se presentasen como alzamientos espontáneos contra el
despotismo del régimen. Para Jakes Baynal las cifras muestran que:

…los bolcheviques utilizaban la pena de muerte no como medio de lucha contra


la burguesía en tanto que clase bien determinada, sino como medida general de
castigo, que en cualquier país medianamente civilizado no se aplica nunca en
esos casos.8

Según Baynal las declaraciones de Latzis, un estadista bolchevique de la época,


demuestran la tendencia del régimen a reducir el número “oficial” de las
ejecuciones y una banalización de los castigos realizados aplicando la pena de
muerte por aquellas épocas. Aun luego de la abolición de la pena de muerte a
los sospechosos los mandaban a los frentes de combate. El terror rojo involucro
además desapariciones, campos de concentración, ejecuciones
sospechosamente justificadas con posterioridad y la tendencia al partido único.
Otro periodista de la época L. Leonidov escribe que en Odessa el número de
ejecuciones ascendía a 70009. Si seguimos lo que nos indica este historiador,
podemos observar que, en épocas de Lenin, él mismo destino gran parte de su
poder a influenciar sobre la gente un terror al régimen como medio para evitar la
contrarrevolución y mantener el gobierno estabilizado y en paz.

Según Tariq, a diferencia de Cromwell y Robespierre, quienes se sumaron a la


revolución cuando tuvieron que asumirla como un hecho real, de modo que la
misma podría haberse logrado sin ellos, Lenin había empezado a trabajar en
esta revolución hacia 25 años. 24 de ellos trabajo en la clandestinidad y en la
cárcel. Dedico su lucha sin imaginar que asistiría a la revolución, de hecho,
confesaba en enero de 1917 que ni él ni su generación verían la victoria. Ello
pone la nota en la formación del príncipe.

Ya en tiempos de su enfermedad fue sagaz para evitarse enemigos innecesarios


e incluso mostrarse autocritico, se rehusó a alejarse de la política y por lo menos
leyó constantemente el periódico, aceptando parte de la responsabilidad: “Unas

8
Baynal, Jakes, El Terror bajo Lenin, Tusquets, Barcelona, España, 1977, p. 73.
9
Cf., p. 90.
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fuerzas poderosas», escribía, “han desviado al Estado soviético de su camino


correcto.” Según Tariq los últimos escritos de Lenin fueron un valiente esfuerzo
para que el partido cambiara de rumbo10.

Lo que estos autores nos tratan de mostrar, cada uno desde su propia visión de
cómo fueron los acontecimientos, es que Lenin dirigió sus esfuerzos y su
posterior gobierno teniendo en cuenta una máxima principal, la de que la
revolución podía permitirse la sangre de unos pocos por el bien de muchos otros
y las generaciones venideras, y que un buen gobernante debe saber interpretar
los tiempos, calcular y decidir el momento oportuno para “hacer historia”,
asumiendo también los conflictos que vendrán y preparándose para ellos como
deba ser, tomando buenas y malas decisiones.

Síntesis: Personalmente creo que la política involucra cierta tendencia, como se


sabe, a formar coaliciones, grupos y conjuntos de enemigos y amigos con los
cuales cada sector pretende conseguir sus “derechos y libertades” a la vez que
los opone a otro sector con diferentes e incluso opuestos deseos. Pienso que la
perspectiva actual está orientada más al Homo Demens por entender que es la
forma más real (hablando de realismo político) para llevar adelante las empresas
sociales y políticas y lograr una sociedad más “progresista”. Si bien puedo
aceptar que hay ciertas situaciones que ameritan que las luchas se dirijan en un
camino más estricto y conflictivo, pienso que la perspectiva del Homo Amans
recuerda constantemente que, a pesar de que, como sector o grupo definido,
una sección de la sociedad pueda tener sus interés y aspiraciones, no puedo por
sus propias necesidades olvidar la vivencia compartida que hay en sociedad y la
gran cantidad de otros sectores que poseen sus propias ideas y pensamientos.
Algo muy característico de la política moderna, creo, es la de servirse de
dualismos de tinte dialectico que son muy bien aprovechados, quizás, por los
diferentes dirigentes gubernamentales (o la clase dirigente) los cuales hacen uso
de discursos que sostienen la falacia del falso dilema. En todo caso el
convencimiento no violento se muestra como una necesidad para lograr
objetivos comunes más ampliamente aceptados y mejor orientados a construir
una sociedad más inclusiva y respetuosa, y por sobre todo coherente.

10
Cf., p. 20.

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