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Parasha Vaera

Me aparecí

Shemot (Exodo 6:2-9:35)


Haftarah: Ezequiel 28:25-29:21
Hatzofen Hamaljutí: Hilel 2:21-5:11

HaShem recuerda el pacto realizado con los patriarcas, y presta atención al


sufrimiento de los israelitas. Envía a Moshé para que comunique a los Hijos de
Israel que Él los sacará de Mitzraim y se transformará en su Dio, pero ellos no
escuchan.

Entonces HaShem ordena a Moshé que se presente ante Faraón para pedirle la
libertad de los Hijos de Israel. Moshé se resiste, pretendiendo ser lento
(incircunciso) de palabra, pero El Eterno es inamovible, y reitera la orden ya
dada.

Aarón (de 0chenta y tres años) es el encargado de hablar frente a Faraón, por
orden del Eterno, y va junto a su hermano (Moshé, de ochenta años de edad))
sabiendo que sus ruegos frente al dignatario serán desatendidos, y que pronto
HaShem demostrará su inmenso poder sobre Mitzraim.

Tal como fuera advertido, a pesar de que frente a Faraón hacen maravillas (el
bastón se convierte en serpiente y viceversa), los magos de Faraón duplican la
señal, de esa forma pretenden demostrar el poco poder del Dio de los israelitas.
La serpiente – vara de Aarón devora a la de los brujos, demostrando que el poder
de los enviados de HaShem es real y no simples estratagemas o magia de salón.

HaShem castiga a los egipcios iniciando la serie de plagas que asolarán


Mitzraim. La primera fue que las aguas de Mitzraim se transformaron en sangre,
inútil para beber, lavar, etc.

La segunda fue la de ranas. Los magos pueden imitar ambas plagas, haciendo
nuevamente que Faraón haga oídos sordos a los requerimientos de Moshé.
Sin embargo, con la plaga de los piojos, los brujos egipcios tuvieron que
conceder que sólo HaShem puede hacer estas maravillas, pero el corazón de
Faraón estaba endurecido y no se percataba de los males que estaba atrayendo
sobre sí y su pueblo.
Las plagas no afectan a los israelitas en Goshen, en tanto el resto de la población
cada vez sufre más; pues El Eterno envía luego como plagas: animales salvajes,
peste y granizo. Antes de cada una, Moshé exhorta a Faraón a ser
condescendiente y deje salir a los israelitas, pues no quiere el sufrimiento de los
egipcios. Sin embargo, el Faraón no escucha y persiste en su posición negativa.

Luego de cada plaga Moshé regresa a solicitar la libertad para su pueblo, y así
detener el sufrimiento de Mitzraim, pero el Faraón sigue siendo intransigente.

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