Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ENERGIA EN LA INDUSTRIA
A finales del siglo XIX, el inventor norteamericano Benjamín Franklin adentró un hilo
de cometa en una tormenta y, quizá sin saberlo, dio paso al método de producción
de electricidad industrial del que nos beneficiamos ahora.
Lo que más maravilló a quienes siguieron esta misma senda fue el gran número de
posibilidades que se abrían para la conducción de electricidad, algo que más tarde se
convirtió en una tecnología.
La electricidad industrial es, por tanto, aquella que se produce como resultado de
procesos tecnológicos y que se emplea principalmente en la industria, es decir, para el
funcionamiento de plantas de producción o fábricas, maquinaria, aparatos eléctricos,
iluminación, alumbrado y aparatos de media o alta potencia.
Si bien se les consideraba un designo divino, es decir, una manifestación de los dioses en
su interacción permanente con los pueblos, el hombre también aspiraba a dominar este
tipo de designios o, al menos, sacarles el máximo provecho.
Durante la Antigüedad (e incluso hasta hace relativamente poco), las personas que eran
alcanzadas por los rayos adquirían, según las creencias populares, poderes divinos que
les hacían diferentes al resto de sus semejantes.
Este tipo de creencias fueron cambiando en la medida en que la ciencia confirmó que no
se trataba ni de designios ni de manifestaciones ulteriores, sino que tan solo eran
elementos naturales que, en cualquier caso, podían convertirse en una fuente directa de
energía para uso cotidiano. En ese momento apareció la electricidad industrial.
Cuando le añadimos el término industrial, nos referimos a ese tipo de proyectos que antes
de llegar a manos de los usuarios ha sido transformada por procesos de este tipo, es decir,
ha sido regulada o tratada para facilitar su uso.
Estos factores se regulan gracias a una serie de circuitos con interruptores diseñados
específicamente para cortar automáticamente la corriente en los casos en que ésta
adquiera valores peligrosos para los usuarios.
La luz que obtenemos gracias a un panel solar no es de tipo industrial, pues en su proceso
de conversión no se emplean artefactos tecnológicos o que tengan que ver con el
desarrollo de la industria.