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Pepe y Lucía se conocen hace mucho tiempo.

Iban juntos
al instituto y allí empezaron su relación. Desde
entonces han estado juntos. Hace dos años y medio que
fueron a vivir juntos, desde ese momento tomaron la
decisión de tener un niño, que tras muchos intentos
nunca llegaba.
Para Pepe casi se convirtió en una obsesión y al final
decidieron hacerse las pruebas por si alguno de ellos
tuviese algún problema que impidiese el embarazo.
El resultado de las pruebas no fue el mejor de todos.
Lucía recibió la noticia que no podía tener hijos. Eso
produjo una grave crisis en la relación que poco a
poco superaron.
Lucía decidió que lo mejor era adoptar un niño, esta
idea no convencía a Pepe del todo, pero finalmente
cedió, y se intentó provocar la misma ilusión que
Lucía.
Como para recibir un recién nacido tenían que esperar
cuatro años, finalmente optaron por la adopción de un
niño de seis años con un bagaje emocional complicado.
El niño se llama Manu, es negro y muy problemático.
Lucía quiere luchar por convertir la casa en un hogar
para los tres, mientras que Pepe parece haber
desistido. Él no puede más, piensa que el niño les ha
separado más de los que les ha unido. La dedicación
que el niño requiere y los problemas continuos que les
ocasiona, acaban por minar la relación y hacer que
Pepe busque desconectar en los brazos de una amiga en
común, Olga.
Lucía siempre ha sospechado de ello y Pepe siempre lo
ha negado. Realmente sólo se acostó con ella una noche
y luego se arrepintió, pero nunca llegó a confesárselo
a Lucía.
Por otro lado, Lucía también le ocultó un embarazo y
un aborto natural durante la relación.
Las pruebas que le habían diagnosticado que no podía
tener hijos, no eran del todo ciertas. Esa esterilidad
era fruto de un virus vaginal que tuvo durante un
tiempo. Jamás le dijo a Pepe que estaba en estado y
mucho menos que sufrió un aborto.
Los dos se quieren con locura, llevan toda la vida
juntos, pero la situación se encuentra en la cuerda
floja.

60. SALON CASA PEPE Y LUCIA INT. D


PEPE está sentado en el sofá con el pie en el
reposapiés rascando la costura de la tapicería,
y LUCIA a su lado con la vista fija en una
grieta de la madera del suelo. Tras unos
segundos de silencio:

PEPE
Lo siento. Mi carácter. Me pierdo y no
sé lo que hago.

LUCIA
A lo mejor ella tiene razón. A lo mejor
no estamos preparados para tener un
hijo. A lo mejor en realidad no
queremos tener un hijo.

PEPE
Yo sí quiero. ¿Tú no quieres?

LUCIA
¿Con todas estas mentiras?

PEPE
A mí tampoco me gusta, pero no tiene
por qué ser siempre así. Lo podemos
intentar. Nueva vida, nuevas reglas.
Sin mentiras. Ya. A partir de ahora.

LUCIA
¿Seguro? (Toma aire, lo mira) Creo que
llegas tarde del trabajo porque no
quieres ver a Manu.

La mira sorprendido.

PEPE
Venga ya, Lucía... ¿Me ves capaz de...?
(Ante la mirada de LUCIA) Vale, es
verdad. Apuro para llegar tarde.

PEPE
¿Tú sabes cómo me siento yo teniendo
una mujer estéril?

LUCIA encaja y aguanta las lágrimas.

PEPE
Me acosté con Olga. (LUCIA, atónita) Dormí
con ella, una sola vez, sólo aquella noche.
LUCIA lo mira pasmada.

PEPE
Sin mentiras, ¿no?, hemos dicho, no?

LUCIA empieza a llorar despacio, con una extraña


incoherente serenidad. El se acerca.

PEPE
¿Me odias? Di algo.

LUCIA
Esa mujer ha oído campanas pero no sabe
dónde. No era candidiasis.

PEPE
Ya, ya lo has dicho, un desgarro, ¿no?

LUCIA
Me quedé embarazada.

PEPE
...

LUCIA
Manu llegó en Febrero. Dos meses
después, en Abril, me quedé.

PEPE
...

LUCIA
Esas cosas pasan, ya lo sabes. Y a
las once semanas, todo iba bien, ya
iba a decírtelo... y tuve un aborto
natural.
Hubo un desplazamiento de placenta
y...

PEPE la mira estupefacto.

LUCIA
Lo siento.

PEPE
¿Lo sientes? ¿Qué querías? ¡Me cago
en la puta, trabajabas quince horas
todos los días...!

LUCIA
¡Si eres jefa eres jefa, nadie da
duros a peseta, ¿sabes?

PEPE
Yo también soy jefe, y curro lo que
tengo que currar.

LUCIA
Venga Pepe, no me jodas.

PEPE
¿Creías que podías ser madre sin
renunciar a nada?

LUCIA
¡No! ¡Cuando aborté ya no estaba
trabajando!

PEPE
Dios mío, embarazada, años
esperando quedarnos... Podríamos
ser padres... ¿Y no me dijiste
nada?

LUCIA
Ese es tu lío, Pepe, no es una cosa que vaya
a suceder, es que YA somos padres. Y tú
sigues siendo un niño.

Se miran los dos aprendices de padres a la cara,


asustados. Ella se limpia las lágrimas.

PEPE
Me da vergüenza, hacerme mayor. Ver cómo me
cambia la cara y no… tengo miedo de seguir
haciendo daño. No ser capaz de… es como si
viera a otra persona… este no era yo…

LUCIA
¿Y para eso te follaste a Olga, para volver
a ser tú?

PEPE
Ya no me gusta este juego.

LUCIA
No es un juego, Pepe. Nos ha pasado algo, y
Manu no tiene nada que ver. Yo no sé si
todavía nos queremos.
PEPE
Yo tampoco...

LUCIA
Pues igual es eso lo que hay que mirar.

Se miran con algo roto en la mirada.

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