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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR LARA LA EDUCACION SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRIGUEZ
LA GRITA – ESTADO TÁCHIRA

PRACTICA DE LA FISIOTERAPIA EN EL
MARCO DE LAS POLITICA PÚBLICA

PARTICIPANTE:
LUIS GERARDO PULIDO RAMÍREZ
C.I. Nº V- 18.713. 702
SERVICIOS SOCIALES
Tal vez existan como consecuencia de un sentimiento solidario del ser
humano ante el infortunio de los más desfavorecidos. O por la necesidad de
organizar esa ayuda desinteresada que dedicar a los demás. En cualquier caso, y
sea cual fuere la causa, es característico de las sociedades actuales avanzadas la
existencia de un altruismo organizado (1) en un sistema de interacción social
encaminado a ayudar a personas con problemas físicos, psíquicos,
socioeconómicos, etc.; en definitiva, a los más necesitados. Pero esto no es un
invento de los gobiernos de hoy día; multitud de acciones de la Iglesia, de
asociaciones sindicales, de organizaciones no gubernamentales y de asociaciones
tanto de afectados como de sus familiares han sentado las bases de lo que en la
actualidad denominamos Servicios Sociales.

A veces forman parte de programas políticos o electoralistas o son


proyectos que nunca llegan a buen puerto, pero los Servicios Sociales son una
realidad, pública y/o privada, encaminada a proporcionar ayuda especializada a
personas con determinadas carencias psicofísicas, económicas, sociolaborales o
con dificultades de integración en ese complicado entramado de relaciones que
llamamos sociedad.

Los campos de actuación preferente de los Servicios Sociales son los siguientes:

-- Minusvalías: físicas, psíquicas y sensoriales.

-- Tercera edad.

-- Estimulación precoz.

-- Asistencia a menores.

-- Inmigración (3).

-- Otros campos: marginados, drogadictos, malos tratos, etc.


Esta lista es, evidentemente, incompleta, pero quizá refleje de manera más o
menos adecuada los objetivos de la intención realizada por las entidades de
servicio social y por los profesionales que las integran (entre ellos, los
fisioterapeutas).

TIPOS DE CENTROS
Presentamos la tipología de centros de atención de Servicios Sociales
existentes en España bajo la tutela de las instituciones públicas y
gubernamentales (Ministerio de Asuntos Sociales, IMSERSO, Comunidades
Autónomas, Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos), si bien hay que
considerar que diferentes instituciones no públicas, asociaciones de afectados,
entidades de voluntariado, fundaciones, etc., también gestionan centros y
residencias de atención a ancianos o a discapacitados.

-- Centros base de minusválidos. Aquí se ubican los equipos de valoración y


orientación Centros de Atención a Minusválidos Psíquicos (CAMP): son
residencias para personas con minusvalías psíquicas graves. También funcionan
como centros de día.

-- Centros de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF). Son residencias para


minusválidos físicos gravemente afectados. También funcionan como centros de
día.

-- Residencias de tercera edad. Tanto para personas válidas o que requieren


asistencia especial y profesional por su vejez.

-- Centros ocupacionales. Establecimientos cuya finalidad es asegurar los


servicios de actividad ocupacional y de ajuste personal y social a los minusválidos
físicos y psíquicos cuya acusada minusvalía temporal o permanente les impida su
integración en una empresa o en un centro especial de empleo (4). Por tanto, un
centro ocupacional es un medio para la integración y normalización laboral (5).
-- Centros de día. Tanto para personas de la tercera juventud como para
minusválidos, drogodependientes, etc., en régimen de media pensión.

DEFICIENCIA, DISCAPACIDAD Y MINUSVALÍA


Según cifras de la OMS y de UNICEF aproximadamente el 10% de la
población del planeta son personas que presentan algún tipo de minusvalía o
incapacidad. Por tanto, las minusvalías (físicas, psíquicas y sensoriales)
constituyen un problema y una preocupación para nuestra sociedad (6).

«El estado de completo bienestar físico, mental y social, que no consiste


solamente en una ausencia de enfermedad ni disminución física» es lo que
conocemos por salud, según la definición planteada por la Organización Mundial
de la Salud (7). Esta descripción nos indica que un estado «saludable» no significa
únicamente que haya «ausencia de enfermedad», sino que consiste en «algo
más».

A partir del Año Internacional de las Personas Discapacitadas, organizado


por la OMS, se emplean los términos deficiencia, discapacidad y minusvalía, que
fueron definidos del siguiente modo (8, 9):

-- Deficiencia. Cualquier pérdida o anormalidad de una estructura o de una función


psicológica, fisiológica o anatómica.

-- Discapacidad. Corresponde a cualquier restricción o carencia (resultado de una


deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad de modo normal o dentro de
unos límites considerados normales para un ser humano.

-- Minusvalía. Una desventaja social para un determinado individuo como


consecuencia de una deficiencia o discapacidad, que limita o impide la realización
de una función que es normal (de acuerdo con la edad, sexo y factores sociales y
culturales para dicho individuo).
No existe relación causa-efecto entre cada uno de estos tres niveles, puesto que
más bien se trata de tres perspectivas diferentes respecto a:

-- La integridad de la persona.

-- Su potencial y, en consecuencia, la pérdida de ese potencial en su capacidad


para realizar ciertas actividades.

-- La interacción del individuo, con sus deficiencias y/o incapacidades, en su


medioambiente (cultural, social, profesional, etc.).

Como se puede apreciar se opta por el término discapacitado en vez del


más comúnmente empleado de incapacitado debido a que es más abierto; en
efec-to, el prefijo dis se refiere a una alteración no cuantitativa ni de todos los
aspectos del individuo, mientras que el prefijo in es más totalizador y de uso más
peyorativo.

La discapacidad no representa sólo el hecho de sufrir un defecto físico, sino


un trastorno funcional o situación especial que impide desempeñar una vida
laboral, profesional, social o familiar consideradas como normales.

JUSTIFICACIÓN DE LA FISIOTERAPIA EN LOS SERVICIOS SOCIALES


Una vez revisados los conceptos de minusvalía, discapacidad y deficiencia,
y como invitación para reflexionar acerca de la ubicación de la Fisioterapia en este
campo de los Servicios Sociales, partiremos de la definición que la Asociación
Española de Fisioterapeutas (AEF) ofrece sobre el significado del termino
Fisioterapia: «Es el conjunto de métodos, actuaciones y técnicas que, mediante la
aplicación de medios físicos, curan, previenen, recuperan y adaptan a personas
afectadas de disfunciones somáticas, psicosomáticas y orgánicas, o a las que se
desea mantener un nivel adecuado de salud» (10).
La profesora M. Torres et al (11) nos definen: «La Fisioterapia es la ciencia
de la salud que con la ayuda de otras disciplinas utiliza los medios físicos y
manuales a su alcance para la aplicación de técnicas y métodos terapéuticos,
evaluativos y educativos con el fin tanto de prevenir la enfermedad como de
proporcionar, mantener y restaurar la salud y el bienestar, individual y
colectivamente considerados».

A partir de estas definiciones observamos que nuestra profesión debe ir


más allá de la única realización de unos tratamientos con agentes físicos; el
fisioterapeuta es, ante todo, un profesional de la salud. La Fisioterapia, al igual que
el resto de los sectores del campo biomédico, no puede actuar como un ente
aislado, sino que desde su posición unívoca colabora dentro del equipo
multidisciplinar de salud, cuya función, en definitiva, es asegurar la calidad de vida
de la sociedad.

Otro aspecto importante a no olvidar es la atención que desde nuestra


perspectiva debemos prestar al individuo afectado considerándolo una unidad
biopsicosocial.

EL FISIOTERAPEUTA EN SERVICIOS SOCIALES


Se trata del profesional diplomado universitario en Fisioterapia que ejerce
funciones de asistencia y tratamiento a personas beneficiarias de los Servicios
Sociales de carácter público: ancianos, minusválidos psíquicos, físicos o
sensoriales, niños con problemas del desarrollo, patologías crónicas, etc. Estas
funciones, que se ejercen en el marco de residencias, centros asistenciales de
minusválidos, centros de día o en centros ocupacionales, son las siguientes (12,
13):
-- Realización de los tratamientos de Fisioterapia dentro del ámbito de su
competencia.
-- Participación en el equipo multiprofesional del centro para la realización de
pruebas y valoraciones relacionadas con su especialidad profesional. Seguimiento
y evaluación de la aplicación de los tratamientos que realice.
-- Conocimiento, evaluación e información, en su caso, de la aplicación de
tratamientos de su especialidad cuando se produzca mediante la realización de
recursos ajenos.

-- Conocimiento de los recursos propios de su especialidad en el ámbito local y


provincial.

-- Participación en juntas y sesiones de trabajo que se establezcan en los centros.

-- Colaboración en las materias de su competencia en los programas que se


realicen de formación e información a las familias afectadas e instituciones.

-- Asesoramiento a los profesionales que lo precisen sobre tratamientos, pautas de


movilidad, etc., en los que tengan incidencia las técnicas fisioterápicas.

-- Asistencia a las sesiones clínicas que se establezcan en los centros de trabajo


para la revisión, seguimiento y evaluación de tratamientos.

-- En general, todas aquellas actividades asistenciales no especificadas


anteriormente incluidas en el ejercicio de su profesión y preparación técnica.

Pero, ¿un fisioterapeuta debe estar especialmente formado o preparado


para trabajar en este campo? Evidentemente cualquier diplomado en Fisioterapia
puede trabajar en Servicios Sociales puesto que posee la aptitud académica
necesaria. Por tanto, no se precisa una cualificación concreta ni tener una
formación postgrado específica. No obstante, entendemos que en la práctica
profesional un fisioterapeuta de Servicios Sociales ha de cumplir con los objetivos
actitudinales de todo profesional de la Fisioterapia (14), a saber:

-- Conocer la estructura, función y comportamiento del cuerpo humano.

-- Conocer las necesidades básicas del ser humano y el proceso de atención de


Fisioterapia.
-- Conocer la terminología profesional precisa.

-- Conocer los factores y mecanismos que causan enfermedades y su evolución.

-- Analizar las interrelaciones que establece el hombre y el medioambiente y su


repercusión en el proceso salud-enfermedad.

-- Conocer los registros y protocolos a aplicar en el cuidado al paciente.

-- Conocer las técnicas de Fisioterapia requeridas para la evaluación y tratamiento


del paciente.

-- Identificar el papel de la Fisioterapia dentro del equipo multiprofesional.

-- Conocer la dinámica de trabajo en equipo interdisciplinar.

-- Conocer los métodos apropiados para analizar y describir un problema de salud.

-- Conocer la acción de los diferentes agentes terapéuticos sobre los procesos


patológicos que requieren tratamiento fisioterápico.

-- Conocer el concepto de incapacidad y sus grados a nivel familiar, social y


laboral.

-- Conocer el código deontológico y la legislación vigente para una correcta


actuación.

En cuanto a la programación de un área de Fisioterapia, nos basamos en las


aportaciones de M. A. Yusta (2), quien considera los siguientes puntos:

-- Programas de tratamiento de Fisioterapia:

-- * De estimulación precoz.

-- * De minusválidos físicos.
-- * De minusválidos psíquicos.

-- * De minusválidos sensoriales.

-- * Geriatría.

-- * Programas de termalismo (hidroterapia), especialmente para ancianos (15).

-- * Programas de prevención.

-- Diagnóstico fisioterápico. Protocolos de exploración y evaluación funcional que


nos darán información acerca de la pauta de tratamiento más indicada, teniendo
en cuenta los medios y recursos disponibles para ello.

-- Formación continuada. Basada en cursos de formación (patrocinados por la


propia institución o no), trabajos de investigación, publicaciones, reuniones e
intercambios profesionales.

-- Información y asesoramiento a familiares y/o afectados. Tanto en cuanto a


información directa (entrevistas, informes) como a través de charlas, cursos,
intercambios, etc.

-- Programas de prevención. Son estrategias generales centradas en la educación


para la salud a diferentes grupos de población (colaborando con escuelas, centros
sanitarios, empresas, etc.), orientadas principalmente a generar o reforzar hábitos
de vida saludables y prevenir o corregir conductas nocivas (16).

-- Actividades de orientación. En forma de tratamientos piloto, Fisioterapia de


apoyo, información para la colaboración del personal auxiliar, programas
posturales y de ejercicios, por ejemplo, durante las vacaciones.

-- Docencia. En colaboración con instituciones universitarias para tutorizar las


prácticas clínicas asistenciales de futuros diplomados en Fisioterapia en centros
de Servicios Sociales: centros de minusválidos, centros base, geriátricos (17).
Como conclusión a este apartado decir que no se puede hablar de unas técnicas
específicas de Fisioterapia en los Servicios Sociales, ni siquiera de patologías
propias (compartimos con otros campos como la traumatología, la geriatría, la
neuropediatría, etc.), pero sí de unas especiales funciones a desarrollar en este
campo.

EL EQUIPO MULTIPROFESIONAL
Está compuesto por los diferentes profesionales que intervienen en la
atención de los beneficiarios de los Servicios Sociales. Entre ellos destacamos
profesionales sanitarios (terapeutas ocupacionales, médicos de diversas
especialidades, ATS, auxiliares, técnicos ortopédicos) y no sanitarios (asistentes
sociales, psicólogos, logopedas, maestros de talleres, monitores de ocio,
educadores especiales, etc.), sin olvidarnos del personal de dirección o de
administración. Dentro de este equipo la función de la Fisioterapia está orientada a
la cooperación, mediante la utilización de los agentes físicos, en la prevención,
eliminación o mejora de los estados patológicos del individuo. Es importante hacer
hincapié en este último aspecto: no sólo el fisioterapeuta interviene en la curación
o eliminación de determinadas patologías, sino que su participación desde el
punto de vista preventivo como de asesoramiento puede ser crucial en el seno de
la ya comentada intervención del equipo multiprofesional.

Las características de las patologías de las personas beneficiarias de los


Servicios Sociales (minusvalías psíquicas y físicas crónicas, problemas del
desarrollo psicomotor, patología geriátrica), así como sus características
psicosociales justifican el trabajo «en equipo». En muchos casos la no progresión
del tratamiento es evidente, pero esto no debe considerarse como fracaso. El fin
último de la terapia ha de tender a una mejora global del paciente, desde un punto
de vista psicofísico, coordinándose para ello con las diferentes áreas
anteriormente citadas; esto se entiende dentro del contexto de Servicio Social, sin
pretender rentabilizar un tratamiento ni justificar una estadística (2).
En resumen, nos referimos a un enfoque integral de habilitación de
personas con minusvalía o de rehabilitación (caso de que previamente hayan
estado habilitadas), superador de modelos de actuación parcial e inconexa, con un
conjunto coherente de medidas sanitarias, educativas, psicológicas,
ocupacionales, etc., con las que apoyar el desarrollo global de personas
discapacitadas y que debe poseer los siguientes rasgos (18): inicio precoz,
proceso dinámico, contenido integral, aplicación personalizada y actuación
interdisciplinar.

¿EL FUTURO?
Planteamos este interrogante en tanto y cuanto no tenemos una respuesta
concreta. Pero, habida cuenta del desarrollo de los Servicios Sociales en las
últimas décadas, unido a la mayor concienciación social y política al respecto, creo
que podemos ser relativamente optimistas.
En lo referente a la Fisioterapia, aún somos pocos los profesionales que
trabajamos en este campo en comparación con el ámbito, por ejemplo, de la
sanidad pública y privada. Será, pues, necesario que la participación de los
fisioterapeutas aumente cuantitativa y cualitativamente, abundando la actuación
en los campos ya reseñados y conocidos (minusvalías, geriatría, prevención), e
incorporando nuevas y aún poco desarrolladas modalidades de atención
fisioterapéutica, como puede ser la atención domiciliaria a personas
discapacitadas (19) con dificultades para salir del hogar.

La salud es un hecho social, se trata de un fenómeno multidimensional y


multicausal que trasciende la intervención estrictamente médica, relacionándose
además con la economía, la política, la cultura y la ciencia, por lo tanto, es un
asunto individual y colectivo al unísono. De ahí que, todos los procesos anteriores
no están aislados, ni son independientes, sino que se superponen unos con otros,
por lo que en la Agenda 21 (1998) se determinó que “la salud depende en último
término de la capacidad de controlar la interacción entre el medio físico, el
espiritual, el biológico el económico y social” (p.82), por ello, debe entenderse
como un fenómeno social que sólo puede ser explicado teniendo en cuenta que se
trata de una estructura de alto grado de complejidad, tanto integral como
sistemática, debido a la interrelación de múltiples variables que determinarán el
grado de bienestar o enfermedad del individuo.

Es por ello, que la definición de salud de la Organización Mundial de la


Salud (OMS, 1948) sigue teniendo plena vigencia, la cual se encuentra plasmada
en el preámbulo de su constitución afirmando que “La salud es un estado de
completo bienestar, físico, mental y social y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades” (p.1), permitiendo así, superar el enfoque
asistencialista sanitario, pues se entendía a la salud como la ausencia de
enfermedades o lesión. Además que, es acogida a nivel internacional por varios
países para establecer medidas de políticas públicas sanitarias gubernamentales,
para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.

En base a esta definición, la OMS establece que el goce del grado máximo
de salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, que no solo
abarca la atención oportuna sino también los factores determinantes de la salud
que son elementos condicionantes del bienestar y la enfermedad, definidos en el
glosario de términos de la OMS (1998) como el “conjunto de factores personales,
sociales, políticos y ambientales que determinan el estado de salud de los
individuos y las poblaciones” (p.16). Los cuales son principalmente: educación y
cultura, vivienda segura, medio ambiente limpio, alimentación adecuada y
condiciones de trabajo saludables y segura, estos permiten explicar las
inequidades sanitarias que son consecuencias inevitables de las diferencias
genéticas, diferentes condiciones sociales y económicas o de elecciones de un
estilo de vida personal.

Sin embargo, no se puede hacer referencia a la salud sin abordar la


enfermedad, se trata entonces de un proceso, del proceso salud- enfermedad,
pues, Moreno (2010), afirma que “no existe un límite preciso entre salud y
enfermedad, pues ciertos eventos fisiológicos, patológicos suceden
silenciosamente durante períodos de latencia más o menos prolongados, mientras
los cuales el ser humano puede funcionar de manera aparentemente saludable
dentro de su sociedad” (s/p). En base a lo anterior, se ha visto que a través del
tiempo el hombre ha elaborado diferentes modelos conceptuales sobre los
determinantes del proceso salud-enfermedad, dichos modelos han sido acordes
con el nivel científico y tecnológico alcanzado y con la forma de organización
social predominantes en cada época y cultura.

Por lo cual, la diversidad de modelos teóricos en el análisis de los


determinantes y condicionantes del proceso salud-enfermedad, es muy amplia,
por mencionar algunos, se encuentran el modelo de Laframboise y Lalonde
(1794), más importante por su carácter integral; Leavell y Clark (1976), netamente
biológico; el modelo “historia social de la enfermedad” (1986), relacionaba
mortalidad y clase social; y otros como el Dalghren & Whitehead (1991) y Susser y
Susser (1996), con un enfoque parecido al Lalonde. Así mismo, se encuentran
modelos como el de Pedro Luis Castellanos, observatorio de desigualdades de la
salud y el propuesto por la comisión de las determinantes sociales.

En base a ello, la comisión de las determinantes sociales fue creada según


la OMS en su publicación “Subsanar las desigualdades en una generación” (2008)
“con el fin de recabar pruebas fehacientes sobre posibles medidas e
intervenciones que permitan fomentar la equidad sanitaria y promover un
movimiento mundial” (p.9), con una visión global sobre las malas condiciones de
salud de los pobres y las desigualdades sanitarias a nivel internacional por la
desequilibrada distribución de los recursos. Determinando que, “esa inequidad
sanitaria, que podría evitarse, son el resultado de la situación en que la población
crece, vive, trabaja y envejece, y del tipo de sistemas que se utilizan para combatir
la enfermedad.” (p.3), es decir las condiciones en que se encuentre la población
es producto de la interrelación de factores tanto sociales, económicos como
políticos.
Por otro lado, se encuentra el marco conceptual de los determinantes de las
desigualdades sociales en salud. Comisión para reducir las Desigualdades en
Salud en España 2010, explica por medio de los factores estructurales y los
factores intermedios las desigualdades en salud. Los factores estructurales
incluyen según el observatorio de desigualdades de salud ( ODS, 2011) “el
contexto socioeconómico y político: se refiere a los factores que afectan de forma
importante a la estructura social y la distribución de poder y recursos dentro de
ella” (s/p), incluyen el gobierno y los actores económicos y sociales, determinando
las políticas macroeconómicas, y las políticas públicas que conforman el estado de
bienestar, así mismo se incluyen los valores sociales y culturales. También
contiene “la estructura social: incluye los distintos ejes de desigualdad que
determinan jerarquías de poder en la sociedad, como son laclase
social, elgénero, laedad, laetniaorazay elterritorio.” (s/p). Así mismo, los
factores intermedios se componen de:

Los recursos materiales: como son las condiciones de empleo (situación laboral,
precariedad) y trabajo (riesgos físicos y ergonómicos, organización y entorno
psicosocial); la carga de trabajos no remunerados del hogar y de cuidado de las
personas; el nivel de ingresos y la situación económica y patrimonial; la calidad de
la vivienda y sus equipamientos, y el barrio o área de residencia y sus
características.

Los factores psicosociales y los factores conductuales y biológicos: estos


recursos, junto con la posición de poder, tienen un impacto en la salud tanto
directo, como indirecto, influyendo en procesos psicosociales como la falta de
control, la autorrealización, o las situaciones de estrés; y en las conductas con
influencia en la salud.

Los servicios sanitarios: aunque en sí mismos, no constituyen el factor principal


de generación de las desigualdades en salud; pueden tener un efecto tanto
multiplicador como amortiguador de la desigualdad, dependiendo de si el acceso,
utilización y calidad de los mismos son menores, iguales o mayores para los
grupos sociales menos favorecidos. (s/p).

Todos estos factores, según el marco conceptual del observatorio de


desigualdades de salud, determinan las oportunidades que pueden tener un
individuo o población de disfrutar un alto grado de bienestar o calidad en la
prestación de los servicios sanitarios, donde se pone en evidencia la desigualdad
en materia de salud debido al poder adquisitivo, el acceso a los recursos
materiales, condiciones de trabajo saludables y seguras, ubicación geográfica,
entre otras variables que pueden influir de manera indirecta o directa en el
problema de inequidad.

Por otra parte, Pedro Luis Castellanos, relaciona el proceso salud-


enfermedad en base al momento histórico, así pues, citado por Fundacredesa
(2014) se determina que “la sola existencia de los individuos, más allá de las
sociedades, condiciona “una determinada forma de manifestar el proceso salud-
enfermedad” y por lo tanto un determinado perfil de salud, propio de cada grupo
social en un determinado momento”. (p.6). Es decir, cada sociedad se caracteriza
por un modo de vida, definida por Castellanos (1998) como “expresión de las
características del medio natural donde se asienta, del grado de desarrollo de sus
fuerzas productivas, de su organización económica y política, de su forma de
relacionarse con el medio ambiente, de su cultura, de su historia…” (p.4) y estilo
de vida “relacionado con sus propias características biológicas, su medio
residencial y laboral, sus hábitos, sus normas y valores, así como su nivel
educativo…” (p.4).

Así pues, estos modelos permiten la formulación de políticas públicas de


salud, para mejorar las condiciones y estilos de vida de una población, por medio
de la participación del equipo interdisciplinario de salud, para obtener resultados
más eficaces, eficientes y sostenibles en pro de la creación de un entorno de
apoyo que permita a las personas llevar una vida saludable. Por lo que es
importante, la atención primaria la cual provee mejor salud a las poblaciones y las
personas, con mayor equidad en salud en los sectores más pobres y a bajos
costos, comprendiendo la asistencia sanitaria tanto programada como por
emergencia, jornadas de prevención, promoción, vigilancia, en materia de salud
hasta la rehabilitación básica donde entra en juego la participación del
fisioterapeuta.

De allí que, la Atención Primaria de Salud (APS), se encuentra íntimamente


relacionada a una filosofía de tipo biopsicosocial, en pro del desarrollo de la salud
comunitaria, respondiendo a criterios de justicia e igualdad, enfrentando así la
inequidad en la salud, por medio de sistemas altamente especializados y
tecnológicos al alcance del individuo, familia y comunidad. Como lo expresa la
Alma-Ata (1978). “La AP debe estar orientada a los principales problemas
sanitarios y ha de prestar servicios preventivos, curativos, rehabilitadores y de
fomento de la salud” (p.3).

Partiendo de estas consideraciones, el conjunto de profesionales de la


salud, entes políticos y sociales buscan reorientar los sistemas sanitarios a través
de las correspondientes reformas legales, donde se integra al fisioterapeuta al
equipo de atención primaria, donde este tiene diversas funciones como: atención
asistencial directa en las salas de fisioterapia de los centros de atención primaria,
atención domiciliaria, promoción de la salud, prevención, habilitación,
rehabilitación e integración de personas con discapacidad, investigación, gestión,
docencia y formación continua, tal como se encuentra reflejado en la ley del
ejercicio de la fisioterapia (2008) “… las acciones de esta disciplina deben estar
orientadas a la investigación, promoción, prevención, habilitación y rehabilitación
con el fin de recuperar al máximo posible las funciones de las personas, mejorar
sus calidad de vida y contribuir con el desarrollo social ” (p.1).

Pues, según la The World Confederation for Physical Therapy (WCPT), el


índice de personas con discapacidad está en aumento debió a que sólo una
minoría recibe tratamiento fisioterapéutico; es por ello, que es necesario una
orientación de la fisioterapia hacia la atención primaria, en base a la promoción de
la salud y prevención de la discapacidad, pues el fisioterapeuta, se encuentra
capacitado para ser conocedor de las necesidades en materia de salud de la
comunidad (escuelas, empresas, domicilio etc).

De ahí que, la American Physical Therapy Association (APTA) asume que


la fisioterapia es una profesión cuyo sujeto de atención son el individuo, la familia y
la comunidad en el ambiente donde se desenvuelven, orienta sus acciones al
estudio y análisis del movimiento corporal humano, con el fin de mejorar la calidad
de vida y contribuir al desarrollo social. Es así, como el fisioterapeuta además del
rol que comúnmente ha asumido en la intervención secundaria y terciaria, también
interviene en la identificación de los riesgos y comportamientos que impiden un
óptimo desarrollo del movimiento corporal humano (MCH).

Igualmente, participa en acciones de promoción de salud, que comprende la


acción política y social para aumentar la capacidad de las personas, comunidades,
organizaciones públicas y privadas sobre el control de la salud y la transformación
de los factores que la determinan. Es así, como el fisioterapeuta participa en el
diseño, ejecución y control de programas para la promoción de la salud, el
bienestar y participa en el diseño y formulación de políticas en salud dirigiendo sus
esfuerzos hacia la transformación de los determinantes sociales que influyen en el
bienestar del individuo, tal como lo indica la ley del ejercicio.

En base a todo lo anterior, es importante que el fisioterapeuta maneje la


Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y Salud (CIF)
para guiar su trabajo, en pro de una mejor intervención tanto para la sociedad
como para los individuos que requieran de la labor del fisioterapeuta, por lo que
las valoraciones de los estados de salud y estados relacionados a ella, deben
poder tener equivalencias con la actual clasificación, pues según la OMS (2001).

Proporciona una base científica para la comprensión y el estudio de la salud


y los estados relacionados con ella, los resultados y los determinantes. Establece
un lenguaje común para describir la salud y los estados relacionados con ella,
para mejorar la comunicación entre distintos usuarios, tales como profesionales de
la salud, investigadores, diseñadores de políticas sanitarias y la población general,
incluyendo a las personas con discapacidades. Permite la comparación de datos
entre países, entre disciplinas sanitarias, entre los servicios, y en diferentes
momentos a lo largo del tiempo. Proporciona un esquema de codificación
sistematizado para ser aplicado en los sistemas de información sanitaria (p.6).

Permitiendo con esto, la intervención del equipo multidisciplinario en la


atención de la comunidad e individuo en función de los componentes
funcionamiento y discapacidad y factores contextuales, con el objetivo de que se
aborden desde las determinantes sociales, ya que, pueden influir en el proceso de
rehabilitación, en el estilo y modo de vida.
Así pues, teniendo en cuenta lo descrito anteriormente, la CIF como
herramienta a utilizar en el área de fisioterapia y rehabilitación, sirve para valorar
la funcionalidad y discapacidad desde diversos puntos de vista, desde clínicos,
científicos hasta sociales, así como afirma Vernaza (2004), citado por Solís,
Manzano y Ramírez (2008) indica que “… la fisioterapia como disciplina científica
y técnica, necesita modelos como la CIF para guiar y avanzar en su práctica e
investigación, para comunicar a la sociedad su extenso papel y contribución
social… (p.29), permitiendo así obtener una imagen más completa sobre el estado
de salud de una población buscando con esto contribuir al mejoramiento del
contexto social que forma parte de los factores contextuales que pueden facilitar o
crear barreras a una comunidad o individuo con o sin discapacidad.

Por eso, hay que modificar y proporcionar modelos útiles para que los
fisioterapeutas desarrollen una visión comunitaria, así mismo, cambios en la
actuación que permitan satisfacer las necesidades de las personas y disminuir los
riesgos de sufrir alteraciones del movimiento corporal humano, haciendo énfasis
en la educación para la salud, dirigidas a un autocuidado individual y familiar, con
el objetivo de consolidar una comunidad responsable propia de su salud pues la
libertad y salud son prendas de gran valía, ninguno las reconoce hasta que las ve
perdidas .

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