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Lorne Cruz Saborío

Menores de edad en preescolar

“Siembra en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan... Los años se
encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su
corazón”
María Montessori

La mayoría de los países, y principalmente los países latinoamericanos


encaran serias dificultades en torno a la educación preescolar, y
lamentablemente Costa Rica no es la excepción. No obstante, también
es menester recalcar que el país sí ha asumido un compromiso en esta
línea, y aunque dicho proceso ha sido lento, al menos ha sido constante.

El Estado costarricense desde sus diversos entes, universidades públicas


y hasta universidades privadas, cumplen un rol importante en este aspecto
al expandir la educación preescolar, mediante la profesionalización
de docentes, brindar actualización a aquellos que ya están a cargo de
niños, al capacitar personal de CEN-CINAI, Redes de Cuido, al aportar en el
diseño de los programas de estudio del Ministerio de Educación, entre otros.

Desdichadamente a pesar de las buenas intenciones estatales e


institucionales, los datos que brindan los informes oficiales ─tal como el Estado
de la Educación 2017 que motiva esta reflexión─ dan muestra de que el
avance es lento y no constante, ya que en algunos años decrece.

Una de las principales causas de estos datos poco alentadores, se debe


a la poca información que tiene la sociedad en general acerca del trabajo que
se realiza en el nivel de preescolar. El preescolar es visto y percibido por
las personas como un espacio de mero cuido infantil, de modo que si las
familias tienen facilidad económica que permita contratar una persona
que pueda hacerse cargo de los hijos mientras los padres trabajan, deciden
no enviar a los niños al preescolar. En otras aristas, se da que los
estudiantes de preescolar asisten por un tema de cuido y de poder acceder a
los beneficios que el sistema ofrece (comedor, atención médica, becas,
entre otros) dejando de lado realmente la importancia del preescolar en
sí.
Lorne Cruz Saborío

Otro aspecto aunado a esta causa es la falta de obligatoriedad, ya que fue


hasta el año 1994 que se declaró obligatorio el nivel de transición, o preparatoria
en privados (de 5 años y 2 meses a 6 años y 2 meses), y hasta el año
pasado, 2018, que declara obligatorio el nivel de materno o kinder garden en
privados (de 4 años y 2 meses a 5 años y 2 meses
aproximadamente). Esto está completamente ligado a la falta de información y
la desigualdad económica y en oportunidades, lo que hace de esta transición
una brecha enorme para muchos niños y niños.

Una de las principales consecuencias de que los niños y niñas no asistan


al nivel de preescolar, son las deficiencias que presentan en el futuro tanto a
nivel escolar como en la etapa adulta. En el preescolar se desarrollan las
habilidades que sientan las bases en la vida de una persona, habilidades
motoras, de coordinación, espaciales, sensoriales, de lógica, sociales entre
otras. De ahí, que tantos niños y niñas tengan grandes dificultades en los
procesos de lectoescritura (que inicia alrededor de los 3 años con la ubicación
espacial), con la lógica y otro tipo de destrezas del pensamiento. La educación
preescolar constituye el primer nivel del sistema educativo destinado a favorecer
el desarrollo integral del niño y la niña desde su nacimiento hasta su
incorporación a primer grado. Permite que los estudiantes satisfagan sus
necesidades básicas y aumenten las oportunidades para el desarrollo de sus
potencialidades a corto y largo plazo, permitiéndoles además un mejor
desempeño en los años escolares posteriores.

Un punto más que me gustaría agregar, es la percepción de realidades;


hace algunos años la educación preescolar era vista bajo total inefectividad, pero
los niños de ese entonces tenían acceso a otro tipo de experiencias que les
permitían desarrollar sus habilidades: “trepaban” árboles, caminaban entre
cafetales, ordeñaban vacas, recogían café, peleaban maní, “apeaban” frutas,
entre otros. Pero con los cambios a nivel de seguridad social y tecnológicos, ha
sido necesario suplantar estas experiencias que se daban de forma espontánea
y natural por experiencias de carácter pedagógico dentro del preescolar, y aquí
radica la mayor importancia de dicho proceso hoy en día.

Es innegable que persisten grandes retos para universalizar la educación


preescolar, pero también en innegable que Costa Rica está avanzando.

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