Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Obviamente existe una serie de detalles que deben ser considerados al adaptar o
construir un recinto para el procesamiento de frutas y hortalizas, pero ellos son de
sentido común y dependerán de las condiciones de disponibilidad de recursos y de
las facilidades con que la microempresa cuente al momento de implementar su
proyecto.
De los aspectos señalados, tal vez lo que menos se cuida al proyectar una
actividad como la que motiva este manual, es la relación entre la planta de proceso
y el medio. En este sentido, es muy importante tener claro que el medio ambiente
que rodea una instalación como ésta, que realiza procesos de ciertas
características, puede ser muy hostil. Por ejemplo, la presencia de insectos frente a
procesos con uso importante de azúcar, las temperaturas elevadas en relación a la
conservación pre-proceso de materias primas, la posible contaminación por aguas
servidas en ambientes muy húmedos, son algunos casos en los cuales se deberá
implementar procedimientos particulares para prevenir deficiencias importantes
en el manejo de la empresa.
Pero también se tiene el efecto del proceso sobre el medio ambiente que es uno
de los puntos más críticos, y que algunas veces difícil controlar. Una planta
procesadora de frutas y hortalizas puede producir volúmenes importantes de
residuos sólidos y también de afluentes líquidos. Estos afluentes no revisten una
peligrosidad aguda para la gente, ni tampoco para el medio, pero presentan el
problema del efecto crónico de deterioro paulatino del medio que va siendo
sistemáticamente agredido por tales residuos, con un alto contenido de azúcar,
gran volumen de material fermentable, altamente demandante de oxígeno.
Maquinaria y equipos
Por otra parte, es importante contar con algunos elementos mecánicos que
ayuden en el procesamiento en aquellas operaciones que no se pueden realizar a
mano desnudos, especialmente por la ineficiencia que ello implica. En este caso se
cuentan aparatos mecánicos, manuales o eléctricos que realizan operaciones como
molienda y tamizado de frutas, extracción de pulpas y jugos, trozado de materias
primas diversas, tapado de botellas y frascos, sellado de envases flexibles,
medición de pesos grandes. Finalmente existen algunos elementos que constituyen
el grupo de los instrumentos necesarios, entre los cuales se cuentan aquellos que
miden contenido de azúcar (refractómetro), pequeños pesos precisos (balanzas de
nivel de gramo).
Adicionalmente, se podrían incluir todos aquellos elementos que puedan ayudar
a desarrollar mejor todas las labores de producción y de control de una planta de
esta naturaleza, como por ejemplo se podría citar el inmobiliario adecuado,
computadoras, máquinas de calcular. Muchos de estos equipos y maquinarias son
de fácil adquisición en diversos países de América Latina, en Estados Unidos y en
Europa, con valores perfectamente accesibles para un proyecto de pequeña escala.
Así, es necesario que los microempresarios, cada uno en sus funciones, sean
capaces de aportar lo mejor de sí y para ello es imprescindible que conozcan los
diversos elementos que son importantes para desarrollar la actividad
adecuadamente. En este sentido, es bueno que, en una empresa, todos reciban la
misma capacitación, de manera que después puedan asignarse las tareas
específicas que realizarán. En este capítulo se presentarán algunos de los
principios básicos sobre los cuales se debe sustentar la capacitación al empresario.
Principios básicos en la conservación de alimentos
En este sentido se debe tener muy en cuenta que el costo de la materia prima
equivalente a una masa de producto terminado debe calcularse teniendo en
consideración el rendimiento industrial. Si la materia prima tiene un rendimiento
de 50%, es decir, si se requieren 2 kg de materia prima para producir 1 kg de
producto, entonces el costo atribuible a la materia prima en el producto será el
precio de compra de ella multiplicado por 2. Así si se habla de un precio de materia
prima 100, el costo real de esta materia prima será de 200, pues la mitad
constituye desecho sin valor.
Esta relación debe ser tomada muy en cuenta, porque muchas veces el proceso
es altamente determinante del rendimiento industrial de la materia prima y en
otras ocasiones la calidad de la materia prima es muy variable. En ambos casos
existe la posibilidad de una apreciación errada del valor de la materia prima y, por
lo tanto, la posibilidad de un grave error de pérdida económica .
En la medida en que cada empresa tenga definidos los productos a los que se
dedicará, deberá desarrollar los diagramas de flujo de todos los procesos y ceñirse
a ellos lo más estrictamente posible. Esto producirá la uniformidad necesaria para
mantener el interés de los consumidores en los productos. La uniformidad de los
procesos ayudará en forma significativa a mantener la uniformidad en los
productos. Una vez que un producto se ha desarrollado y ha cumplido las
expectativas de los consumidores, no se deben variar su fórmula ni su elaboración,
para satisfacción de los consumidores.
Los diagramas de flujo deben cumplir ciertos requisitos para ser útiles:
Deben ser claros, es decir, estar diseñados de manera que sean entendidos
por todos los que deben usarlos.
Deben ser completos, es decir, consignar todos los elementos necesarios
para mostrar el proceso en su totalidad.
Deben ser lo más simples e inequívocos posibles. No deben presentar
situaciones confusas y deben ser explícitos por sí mismos.
Deben ser estables, es decir, no deben ser modificados contínuamente, sino
solamente como resultado de cambios justificados.
Uniformidad, el centro de la calidad
Por lo tanto, se debe trabajar para mantener la uniformidad que identifique los
productos con el consumidor, en el corto plazo de una temporada, en el mediano
plazo de temporadas consecutivas y en el largo plazo a través de los años. El
reconocimiento de un atributo determinado siempre será el factor que determine
la aceptación de un consumidor y ello está ejemplarizado en el "bouquet" de un
buen vino, el aroma de un buen "chacinado". El mantener la uniformidad entre
partidas de un mismo producto es, entonces, un asunto de primera importancia.
Estos dos factores siempre son destacados entre los que determinan la calidad
de un proceso y un producto. La higiene de las personas es uno de los factores
externos de mayor importancia para la conservación de los alimentos. El
manipuleo de alimentos por parte de personas con manos contaminadas, el uso de
agua contaminada con residuos humanos, la contaminación por cabellos, piel y
ropa, constituyen los problemas de mayor frecuencia y de más difícil control en la
industria de alimentos.