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Sentencia T-011/98

DERECHO DE PETICION FRENTE AL SILENCIO ADMINISTRATIVO


NEGATIVO-Deber de resolver la solicitud

ACCION DE TUTELA-Procedencia excepcional pago de acreencias


laborales

La acción de tutela no es el mecanismo que debe utilizarse para lograr


la cancelación de sumas adeudadas cuyo origen radique en una
relación laboral, pues si bien el derecho al trabajo es de naturaleza
fundamental, según lo consagra el artículo 25 de la Carta Política, debe
tenerse en cuenta que el sistema jurídico contempla las vías
adecuadas para hacer efectivo su pago. Sólo en casos excepcionales,
cuando el juez constitucional encuentre violados otros derechos
fundamentales que no puedan ser amparados por el juez ordinario,
cuando el medio de defensa judicial ordinario no sea efectivo, o se esté
ante la posibilidad de la ocurrencia de un perjuicio irremediable, se
debe conceder el amparo; de lo contrario, el juez de tutela estaría
invadiendo campos de competencia que no le han sido asignados por el
Constituyente.

MEDIO DE DEFENSA JUDICIAL INEFICAZ-Pago de cesantía parcial por


afectación del mínimo vital

Uno de los eventos que la jurisprudencia, basada en la Constitución, ha


admitido como susceptibles de amparo es el de afectación del mínimo
vital del accionante o de su familia, a partir del acto u omisión sobre el
cual debe recaer una determinación judicial de efecto inmediato que
paralice la vulneración de los derechos fundamentales en juego. El
caso en cuestión resulta excepcional bajo la indicada perspectiva, pues
la inoperancia y negligencia del ente llamado a cubrir el escaso monto
de la prestación hace más de tres años solicitada por el actor
repercutió sin duda en el mínimo vital de la unidad familiar, y, por otro
lado, los medios de defensa judicial de carácter ordinario, mirada la
circunstancia específica y peculiar del accionante, no resultan ni
resultaban idóneos para proteger con eficacia y prontitud los derechos
invocados, ante el apremio de una situación económica claramente
probada en el proceso, que puede provocar la pérdida de la vivienda
familiar, único patrimonio del solicitante.

DERECHO AL MINIMO VITAL DEL TRABAJADOR-Alcance

Para la Corte el mínimo vital garantizado como derecho inalienable de


todo trabajador, está constituido por los requerimientos básicos
indispensables para asegurar la digna subsistencia de la persona y de
su familia, no solamente en lo relativo a alimentación y vestuario sino
en lo referente a salud, educación, vivienda, seguridad social y medio
ambiente, en cuanto factores insustituibles para la preservación de una
calidad de vida que, no obstante su modestia, corresponda a las
exigencias más elementales del ser humano. En otros términos, el
mínimo vital, de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 1, 2, 5, 25 y 53 de la Constitución, incorpora un componente
social que obliga al Estado a considerar a la persona en su plena
dimensión, no sólo material sino espiritual, cuya subsistencia digna no
se agota en la simple manutención, mediante el suministro de
alimentos, sino que involucra todas las necesidades inherentes a su
condición de ser humano, inserto en la familia y en la sociedad. La
vivienda digna hace parte sin duda del aludido concepto,
especialmente si se tiene en cuenta su importancia para la
preservación del entorno familiar en su esencia y con miras a la
realización de los derechos fundamentales de los niños.

Referencia: Expediente T-114939

Acción de tutela incoada por P.C. contra la Gobernación de Santander

Magistrado Ponente:

Dr. JOSE GREGORIO HERNANDEZ GALINDO

Sentencia aprobada en Santa Fe de Bogotá, D.C., a los veintinueve (29)


días del mes de enero de mil novecientos noventa y ocho (1998).

Se revisan los fallos proferidos en el asunto de la referencia por la S.


Laboral del Tribunal Superior de Bucaramanga y por la S. de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia.

I. INFORMACION PRELIMINAR
Mediante las sentencias objeto de examen, dictadas los días 3 y 30 de octubre de
1996, respectivamente, se negó la protección impetrada por P.C., quien propuso tutela
contra la Gobernación de Santander, para la cual labora como docente, por cuanto
desde el 8 de abril de 1994 -fecha en la cual había elevado solicitud tendiente al pago
de su cesantía parcial- la cancelación de los dineros solicitados no se había producido.
Había aducido el actor que la cesantía solicitada sería destinada por él al pago de una
deuda contraída con el Banco Central Hipotecario para adquisición de vivienda.
En aquélla época, según la demanda, su vivienda ya se encontraba amenazada por la
iniciación de un proceso ejecutivo en contra del empleado, debido al atraso en los
pagos de las respectivas cuotas.
El 12 de junio de 1995, más de un año después de presentada la solicitud, y a
instancias del peticionario, se le había enviado una comunicación escrita en la que la
Administración le manifestaba que se habían liquidado sus cesantías parciales por un
valor de $4'862.774,77, pero que, según Acuerdo de la Junta Directiva del IPSS
(Instituto de Previsión Social de Santander) del 20 de febrero de 1995, los pagos de
las cesantías se harían "por estricto orden y fecha de presentación, en la medida en
que existan los recursos presupuestales y de tesorería, de lo cual la Gerencia
informará oportunamente".
De conformidad con lo expuesto en la demanda, el accionante tuvo que solicitar
préstamos para tratar de salvar su vivienda y para cancelar deudas anteriores, así
como para sufragar los gastos de sus estudios superiores y de sus hijos.
En el libelo se había expresado, finalmente, que debido a la liquidación del Instituto
de Previsión Social de Santander (IPSS), la autoridad que tenía y tiene a su cargo las
obligaciones laborales del Departamento no era otra que la Gobernación de
Santander, por lo cual se había dirigido contra ella.
Para el Tribunal Superior de Bucaramanga, que falló en primera instancia, el derecho
a la igualdad del actor no se encontraba vulnerado, pues faltaba en el expediente
prueba acerca del orden de presentación de las peticiones de cesantías parciales.
Al tenor de la sentencia, tampoco se demostró que el no pago de las cesantías hubiera
ocasionado una alteración familiar. Se agregó que no existía conexidad con el derecho
a una vivienda digna, ni se encontraba afectado el mínimo vital.
El Tribunal reconoció, sin embargo, que la actitud omisiva puesta de presente en el
caso, especialmente en el aspecto presupuestal, dejaba ver "la falta de planeación, de
previsión y de organización que existía en el seno del Instituto de Previsión Social de
Santander, por cuanto este ente, ya liquidado, debía saber que se trataba de
obligaciones laborales de inmediata atención".
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia, al resolver la impugnación presentada
contra el indicado fallo, consideró que "en el asunto bajo examen, si el señor C.
formuló su petición de pago de cesantía el 6 de junio de 1995, sin que haya sido
resuelta, debe entenderse que le fue negada, de acuerdo con el artículo 40 del C.C.A.,
por haber transcurrido el plazo de tres meses desde su presentación", por lo cual,
vencido dicho término, "le quedaba la posibilidad de acudir a la jurisdicción
contenciosa administrativa para obtener el reconocimiento judicial del derecho
prestacional que alega tener en su favor". Es decir, según el tribunal de segundo
grado, la acción de tutela era improcedente por cuanto el demandante tenía a su
alcance otro medio de defensa judicial.

III. CONSIDERACIONES DE LA CORTE


CONSTITUCIONAL
1. Competencia
Esta S. es competente para revisar los fallos en referencia, de acuerdo con lo
prescrito en los artículos 86 y 241 de la Carta Política, y en el Decreto 2591 de
1991.
La S. de Selección número Tres dispuso la acumulación del presente proceso al
expediente T-114880. Sin embargo, mediante Sentencia T-499 del 8 de octubre de
1997, la S. Quinta de Revisión ordenó su desacumulación, por no existir unidad
de materia ni relación con los casos que allí se consideraban, lo cual hacía
imposible fallar este asunto mediante la misma providencia.
2. El derecho de petición
La Corte Suprema de Justicia en el fallo de segunda instancia estimó que el
derecho invocado era el de petición (artículo 23 C.P.) e indicó al actor, en calidad
de medio de defensa apropiado, la ocurrencia del silencio administrativo
negativo, según las reglas legales, como presupuesto para acudir a la jurisdicción
de lo Contencioso Administrativo.
Al respecto ha de indicarse que, si bien el accionante enunció, entre los derechos
a su juicio quebrantados, el previsto en el artículo 23 de la Carta, su pretensión
principal apuntaba, más que a una respuesta -que ya había recibido- a obtener el
pago efectivo de su cesantía parcial en cuanto la excesiva mora administrativa
incidía en detrimento de su derecho al mínimo vital.
Según aparece en el folio 1 del expediente, habiéndose presentado una nueva
solicitud el 6 de junio de 1995 (la inicial era del 8 de abril de 1994), el Gerente
del Instituto de Previsión Social de Santander respondió al peticionario el día 12
del mismo mes, informándole que ya sus cesantías parciales habían sido
liquidadas, e indicándole el valor correspondiente.
En cuanto al pago, allí mismo se le puso de presente que se produciría en estricto
orden de radicación y fecha de presentación de las solicitudes.
En el momento en que se ejerció la acción de tutela, la primera solicitud del
accionante, relativa a la liquidación de sus cesantías, ya había sido respondida y,
por lo tanto, por carencia actual de objeto, no podían los jueces impartir orden
alguna.
El punto en controversia no era entonces el referente a la respuesta, sino el
relativo al pago.
Por ello, esta S. estima equivocada la fundamentación del fallo de segunda
instancia, que acudió a la figura del silencio administrativo negativo como
fórmula para resolver el caso.
No se requería de acto presunto alguno, basado en el silencio de la
administración, pues ésta había respondido. Que lo hubiera hecho en forma
negativa respecto del pago no modificaba el hecho incontrovertible de que había
respuesta, de lo cual resulta que carecía de sustento la apelación a la excepcional
figura del silencio administrativo. No había en este asunto acto ficto sino expreso.
De todas maneras, aunque se hubiera configurado la situación del silencio
administrativo negativo, erraba el tribunal de segunda instancia al sostener que el
solicitante encontraba en ese fenómeno un medio judicial de defensa del derecho
constitucional fundamental de petición.
Basta, en torno a ese punto, reiterar la doctrina de esta Corte:
"El derecho de petición no implica una prerrogativa en cuya virtud la
administración se vea precisada a definir favorablemente las pretensiones del
solicitante, razón por la cual no se debe entender conculcado este derecho cuando
la autoridad responde oportunamente al peticionario, aunque la respuesta sea
negativa. La resolución, producida y comunicada dentro de los términos que la
ley señala, representa la satisfacción del derecho de petición, de tal manera que si
la autoridad ha dejado transcurrir los términos contemplados en la ley sin dar
respuesta al peticionario, es forzoso concluir que vulneró el derecho pues la
respuesta tardía, al igual que la falta de respuesta, quebranta, en perjuicio del
administrado, el mandato constitucional.
Ahora bien, la omisión en que incurre la autoridad al no responder las peticiones
con la necesaria prontitud es de por sí una violación del derecho y acarrea la
consiguiente responsabilidad disciplinaria. Aunque ello genera, por otra parte, la
ocurrencia del fenómeno jurídico del silencio administrativo -que se concreta en
un acto ficto o presunto demandable ante la jurisdicción- no por eso queda
relevada la administración del deber que se le impone de resolver la solicitud,
pues sería inaudito que precisamente la comprobación de su negligencia le
sirviera de pretexto para continuar violando el derecho.
Así lo dispone el artículo 40, inciso 2º, del Código Contencioso Administrativo, a
cuyo tenor la ocurrencia del silencio administrativo negativo no eximirá de
responsabilidad a las autoridades ni las excusará del deber de decidir sobre la
petición inicial, haciendo la salvedad del caso en que el interesado hubiere hecho
uso de los recursos de la vía gubernativa con fundamento en él, contra el acto
ficto.
Observa la Corte, sin embargo, que ese eventual uso de los recursos por la vía
gubernativa no impide la acción de tutela, pues ellos no constituyen medio de
defensa judicial ante la violación y por cuanto, además, tienen un objeto distinto
al de aquella, que es la protección del derecho. Así resulta, también del artículo
9º del Decreto 2591 de 1991, que dice:
"ARTICULO 9º.- Agotamiento opcional de la vía gubernativa. No será necesario
interponer previamente la reposición u otro recurso administrativo para presentar
la solicitud de tutela. El interesado podrá interponer los recursos administrativos,
sin perjuicio de que ejerza directamente en cualquier momento la acción de
tutela".
(...)
De acuerdo con lo manifestado, la obligación del funcionario u organismo sobre
oportuna resolución de las peticiones formuladas no se satisface con el silencio
administrativo. Este tiene el objeto de abrir para el interesado la posibilidad de
llevar el asunto a conocimiento del Contencioso Administrativo, lo cual se logra
determinando, por la vía de la presunción, la existencia de un acto demandable.
Pero de ninguna manera puede tomarse esa figura como supletoria de la
obligación de resolver que tiene a su cargo la autoridad, y menos todavía entender
que su ocurrencia excluye la defensa judicial del derecho de petición considerado
en sí mismo.
De acuerdo con lo atrás expuesto, no se debe confundir el derecho de petición
-cuyo núcleo esencial radica en la posibilidad de acudir ante la autoridad y en
obtener pronta resolución- con el contenido de lo que se pide, es decir con la
materia de la petición. La falta de respuesta o la resolución tardía son formas de
violación de aquel y son susceptibles de la actuación protectora del juez mediante
el uso de la acción de tutela, pues en tales casos se conculca un derecho
constitucional fundamental. En cambio, lo que se debate ante la jurisdicción
cuando se acusa el acto, expreso o presunto, proferido por la administración,
alude al fondo de lo pedido, de manera independiente del derecho de petición
como tal. Allí se discute la legalidad de la actuación administrativa o del acto
correspondiente, de acuerdo con las normas a las que estaba sometida la
administración, es decir que no está en juego el derecho fundamental de que se
trata sino otros derechos, para cuya defensa existen las vías judiciales
contempladas en el Código Contencioso Administrativo y, por tanto, respecto de
ella no cabe la acción de tutela salvo la hipótesis del perjuicio irremediable
(artículo 86 C.N.).
Así las cosas, no es admisible la tesis según la cual el silencio administrativo
negativo constituye un medio de defensa judicial por cuya presencia se haga
improcedente la acción de tutela.
Como se ha subrayado, se trata de un mecanismo para que la persona pueda
accionar judicialmente. De no ser por la presunción establecida en la ley, ella
tendría que esperar a que se produjera el acto expreso por el cual se negara o
atendiera su petición para que la respectiva acción tuviera objeto. La figura en
comento remueve este obstáculo y facilita la demanda, ya no contra el acto
manifiesto y determinado de la administración -que precisamente no se ha
producido en razón de la omisión mediante la cual se quebranta el derecho del
peticionario-, sino contra el acto que la ley presume. Se impide así que el
interesado quede expósito -en lo que atañe al contenido de la decisión que busca
obtener de la autoridad-, y que deba aguardar indefinidamente la expedición de
un acto susceptible de impugnación.
La posibilidad así lograda de ejercer una acción judicial no significa que el
derecho fundamental de petición haya dejado de ser vulnerado, ni que pierda
relevancia jurídica tal vulneración, ni tampoco que se haga inútil o innecesaria la
tutela como garantía constitucional respecto de aquel, sino precisamente lo
contrario: el sistema jurídico, ante la negligencia administrativa que dio lugar a la
violación del derecho de petición, ha tenido que presumir la respuesta para fines
procesales referentes a la materia de lo pedido.
En este orden de ideas, el silencio administrativo es un presupuesto para someter
a la jurisdicción la contienda sobre dicha materia -que es el asunto litigioso objeto
de la acción contenciosa- pero no un medio de defensa judicial del derecho de
petición en los términos del artículo 86 de la Carta.
En el campo del asunto que principalmente importa a los fines de este proceso, el
silencio administrativo es la mejor demostración de que se ha conculcado el
derecho de petición y el fundamento más claro para proceder a su tutela". (Cfr.
Corte Constitucional. S. Quinta de Revisión. Sentencia T-242 del 23 de junio de
1993).
3. El mínimo vital. Viabilidad extraordinaria de la acción de tutela en asuntos
laborales
Debe reiterar la Corte que, en principio, la solución de controversias entre
patronos y trabajadores por el pago de prestaciones sociales encuentra vía
adecuada en los procesos ordinarios, que en tal sentido desplazan a la acción de
tutela en cuanto resulten eficaces para la protección de los derechos afectados y
no se tenga el caso de un perjuicio irremediable.
En efecto, la acción de tutela no es el mecanismo que debe utilizarse para lograr
la cancelación de sumas adeudadas cuyo origen radique en una relación laboral,
pues si bien el derecho al trabajo es de naturaleza fundamental, según lo consagra
el artículo 25 de la Carta Política, debe tenerse en cuenta que el sistema jurídico
contempla las vías adecuadas para hacer efectivo su pago. Sólo en casos
excepcionales, cuando el juez constitucional encuentre violados otros derechos
fundamentales que no puedan ser amparados por el juez ordinario, cuando el
medio de defensa judicial ordinario no sea efectivo, o se esté ante la posibilidad
de la ocurrencia de un perjuicio irremediable, se debe conceder el amparo; de lo
contrario, el juez de tutela estaría invadiendo campos de competencia que no le
han sido asignados por el Constituyente.
Como lo ha venido recalcando la Corte, la ineficacia o incapacidad del medio
judicial ordinario en el caso concreto para resolver la situación del peticionario,
en lo relativo a sus derechos fundamentales, hace procedente la tutela. (Cfr. Corte
Constitucional. Sentencia T-03 del 11 de mayo de 1992).
Uno de los eventos que la jurisprudencia, basada en la Constitución, ha admitido
como susceptibles de amparo es el de afectación del mínimo vital del accionante
o de su familia, a partir del acto u omisión sobre el cual debe recaer una
determinación judicial de efecto inmediato que paralice la vulneración de los
derechos fundamentales en juego.
El caso en cuestión resulta excepcional bajo la indicada perspectiva, pues la
inoperancia y negligencia del ente llamado a cubrir el escaso monto de la
prestación hace más de tres años solicitada por el actor repercutió sin duda en el
mínimo vital de la unidad familiar, y, por otro lado, los medios de defensa judicial
de carácter ordinario, mirada la circunstancia específica y peculiar del accionante
(art. 6, numeral 1, del Decreto 2591 de 1991), no resultan ni resultaban idóneos
para proteger con eficacia y prontitud los derechos invocados, ante el apremio de
una situación económica claramente probada en el proceso, que puede provocar la
pérdida de la vivienda familiar, único patrimonio del solicitante.
En efecto, para la Corte el mínimo vital garantizado como derecho inalienable de
todo trabajador, está constituido por los requerimientos básicos indispensables
para asegurar la digna subsistencia de la persona y de su familia, no solamente en
lo relativo a alimentación y vestuario sino en lo referente a salud, educación,
vivienda, seguridad social y medio ambiente, en cuanto factores insustituibles
para la preservación de una calidad de vida que, no obstante su modestia,
corresponda a las exigencias más elementales del ser humano.
En tal sentido, cabe reiterar lo expuesto en Sentencia T-426 del 24 de junio de
1992 (M.P.: Dr. E.C.M., en la que se dijo:
"El Estado social de derecho exige esforzarse en la construcción de las
condiciones indispensables para asegurar a todos los habitantes del país una vida
digna dentro de las posibilidades económicas que estén a su alcance. El fin de
potenciar las capacidades de la persona requiere de las autoridades actuar
efectivamente para mantener o mejorar el nivel de vida, el cual incluye la
alimentación, la vivienda, la seguridad social y los escasos medios dinerarios para
desenvolverse en sociedad.
Toda persona tiene derecho a un mínimo de condiciones para su seguridad
material. El derecho a un mínimo vital - derecho a la subsistencia como lo
denomina el peticionario-, es consecuencia directa de los principios de dignidad
humana y de Estado Social de Derecho que definen la organización política,
social y económica justa acogida como meta por el pueblo de Colombia en su
Constitución. Este derecho constituye el fundamento constitucional del futuro
desarrollo legislativo del llamado "subsidio de desempleo", en favor de aquellas
personas en capacidad de trabajar pero que por la estrechez del aparato
económico del país se ven excluidos de los beneficios de una vinculación laboral
que les garantice un mínimo de condiciones materiales para una existencia digna.
(...)
El derecho al mínimo vital no sólo incluye la facultad de neutralizar las
situaciones violatorias de la dignidad humana, o la de exigir asistencia y
protección por parte de personas o grupos discriminados, marginados o en
circunstancias de debilidad manifiesta (CP art. 13), sino que, sobre todo, busca
garantizar la igualdad de oportunidades y la nivelación social en una sociedad
históricamente injusta y desigual, con factores culturales y económicos de grave
incidencia en el "déficit social".
En otros términos, el mínimo vital, de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 1, 2, 5, 25 y 53 de la Constitución, incorpora un componente social que
obliga al Estado a considerar a la persona en su plena dimensión, no sólo material
sino espiritual, cuya subsistencia digna no se agota en la simple manutención,
mediante el suministro de alimentos, sino que involucra todas las necesidades
inherentes a su condición de ser humano, inserto en la familia y en la sociedad.
La vivienda digna hace parte sin duda del aludido concepto, especialmente si se
tiene en cuenta su importancia para la preservación del entorno familiar en su
esencia y con miras a la realización de los derechos fundamentales de los niños
(art. 44 C.P.).
Al respecto, la Corte sostuvo:
"La dignidad comprende varias dimensiones de la vida del hombre. Básicamente
ella implica un conjunto de condiciones materiales y espirituales de existencia
que permita vivir, y vivir con cierta calidad, con el fin de permitir un espacio
idóneo para el libre desarrollo de la personalidad, al tenor del artículo 14 de la
Carta.
Entre las condiciones materiales de existencia digna se encuentra sin duda la
vivienda. Otros elementos como la alimentación, la salud y la formación son
también indispensables". (Cfr. Corte Constitucional. S.P.. Sentencia C-575 del 29
de octubre de 1992. M.P.: Dr. A.M.C..
En el presente caso -se repite- confluyen, dadas las circunstancias del solicitante,
los presupuestos excepcionales para conceder el amparo constitucional, pues se
halla plenamente demostrado que el actor tiene derecho al pago de las cesantías
parciales que ya han sido reconocidas y liquidadas por la administración, y que
ésta ha incurrido en una injustificada demora para expedir el correspondiente acto
administrativo -si se tiene en cuenta que la solicitud se elevó el 8 de abril de
1994-. Además, es necesario resaltar la premura con que necesita el peticionario
los recursos económicos para poder salvar su vivienda, toda vez que es inminente
la orden de embargo y el remate dentro del proceso ejecutivo que se sigue en su
contra, si no paga la deuda contraída con el "Banco Central Hipotecario -BCH-".
Por si fuera poco, debe tenerse en consideración el hecho de que, debido a su
crítica situación económica, el actor no puede cubrir los costos de matrículas de
sus estudios universitarios a distancia ni los de su hija. Además, el solicitante se
ve precisado a destinar parte de su salario al pago de deudas que no hubiera
tenido que contraer si el Estado, como era su deber, le hubiera pagado
oportunamente lo que le correspondía, según liquidación de sus propias
dependencias, con base en una previsión presupuestal oportuna.
Así las cosas, es evidente que el mínimo vital del accionante y de su familia, en la
consideración social que aquí se pone de manifiesto, ha venido siendo afectado
por la inercia administrativa, y tiende a sufrir mayor perjuicio con el transcurso
del tiempo.
En conclusión, analizadas las circunstancias particulares del caso, y con el fin de
dar plena eficacia al principio de efectividad de los derechos fundamentales
(artículo 2 C.P.) y a los postulados del Estado Social de Derecho, y dada la
ineficacia de los medios judiciales frente a la situación concreta, se concederá la
tutela.
La orden será impartida al Gobernador del Departamento, para el cual trabaja el
solicitante, y no al Instituto de Previsión Social de Santander, que no está
demandado en este proceso y que se encuentra en liquidación.

DECISION
Con base en las expuestas consideraciones, la S. Quinta de Revisión de la Corte
Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución,

RESUELVE
Primero.- REVOCANSE los fallos de instancia, que negaron la protección
constitucional.
En su lugar, CONCEDESE el amparo invocado. En consecuencia, ORDENASE al
Gobernador del Departamento de Santander que , si ya no lo hubiere hecho, proceda,
dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación del presente fallo,
al pago de las cesantías parciales reclamadas por el actor y a él ya reconocidas, junto
con la indexación correspondiente.
Si, por la imprevisión administrativa, no hubiere partida presupuestal disponible, las
cuarenta y ocho(48) horas se conceden para que se inicien los trámites
correspondientes, con miras a efectuar las adiciones presupuestales que permitan el
pago
Segundo.- DESE cumplimiento a lo previsto por el artículo 36 del Decreto 2591 de
1991.
C., notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte Constitucional y
cúmplase.
JOSE GREGORIO HERNANDEZ GALINDO
Magistrado Ponente
Presidente de la S.
JAIME BETANCUR CUARTAS ALEJANDRO MARTINEZ CABALLERO
Conjuez Magistrado
MARTHA VICTORIA SACHICA DE MONCALEANO
Secretaria General
Señor
JUEZ MUNICIPAL DE _______ (Ciudad) (Reparto)
E. S. D.

Referencia: ACCION DE TUTELA


Accionante: _________________
Accionado: _________________

_________________, mayor de edad y vecino de Cali, identificado como


aparece al píe de mi firma, por medio del presente escrito me permito solicitar
ante Usted, mediante esta acción de tutela, la protección a mis derechos
fundamentales al Mínimo vital y la Salud en conexidad con la Seguridad
Social, vulnerados por (_____________________EPS), tal como lo narraré a
continuación:

HECHOS

1. Estoy afiliado a la (_____________________EPS) hace ______ años,


actualmente en calidad de (trabajador independiente o empleado
dependiente, por laborar en la empresa _______________).

2. El día _____________, sufrí (_____________enfermedad o accidente) que


me ocasionó la (________________ clase de padecimiento o lesión).

3. Por lo anterior, el médico tratante me dio incapacidad desde el


_______________, para un total de __________ días en incapacidad continua,
ya que no fue ininterrumpida.

4. Tal incapacidad, la fue dando los médicos tratantes a medida que tenia cita de
control.

5. Al momento de presentar la incapacidad al punto de autorización de pago de la


EPS, se me informó que en no me la pagarían ya que el Decreto 1804 de 1999
en su artículo 21 establece que sólo se paga la incapacidad al trabajador
independiente que en los últimos 6 meses haya pagado por lo menos 4 meses
oportunamente. En mi caso, los últimos 6 meses los he pagado, pero algunos de
esos meses los he cancelado con un par de días de atraso (si durante los
meses que pagó tarde, le liquidó el interés de mora, adicione al texto este
parágrafo: “pero siempre los cancelé liquidando los intereses de mora”).

6. A pesar de que los últimos aportes mensuales los he pagado por fuera del día
máximo de pago según mi último digito, (siempre le liquide y pague el interés
de mora), tal como lo manifesté en el punto anterior, pese a ello JAMAS LA EPS
POR ESCRITO me informó su negativa a aceptar el pago tardío de mi aporte a
salud, asimismo tampoco rechazo el pago de los intereses de mora que le
liquide y cancelé. De igual manera, NUNCA HA SUSPENDIDO el servicio
médico. Aceptando entonces mis pagos morosos y sus intereses de mora. Por lo
que parece inaudito que hoy me nieguen el pago de las incapacidades cuando
la EPS hizo una aceptación tácita a mis pagos morosos.

7. El no pago de los últimos _____ días de incapacidad el cual se anexan las


incapacidades, ha generado una AFECTACIÓN GRAVISIMA A MI MÍNIMO
VITAL, para mí (_______ mi esposa y mis hijos, “si los tiene”), toda vez y
tal como lo demuestro, nos ha tocado que soportar una situación
indescriptible y para demostrarlo, aporto las siguientes pruebas:

a. Copia del recibo n.º_________ de teléfono(se anexa) donde vivo pagando


arriendo, en el cual debo $_____, desde el mes de _____, la misma fecha en
que (_____________________EPS), se niega a pagarme las incapacidades
descritas en los anexos que aporto.

b. Copia del recibo n.º ____________(se anexa), de la CompraVenta –


prendería- ___________, ubicada en la __________, donde dejamos en
garantía por un préstamo de $__________, una alhaja de la familia.

c. Se puede llamar en calidad de testigo a la señora ___________, quien es


la propietaria del Inmueble en el que vivo con mi esposa _______ y el cual se
adeuda _________ meses de arriendo, la Señora _____ puede ser citada
para su testimonio en la _____________.

ARGUMENTOS JURÍDICOS

Al entrar a estudiar este tema por la negación a mi derecho a la Seguridad


Social, El Mínimo Vital y La Igualdad, ya que soy (_____________trabajador
independiente o empleado dependiente), durante los días de la incapacidad
no cuento con sustento alguno, logre encontrar varias sentencias de la
Honorable Corte Constitucional, pero haré mención solo a las mas recientes en
la que sienta jurisprudencia sobre el derecho que tengo al reconocimiento y pago
de mis incapacidades, a pesar de que por trámites internos tanto del
(_____________________EPS), estas se hayan dado con fecha posterior, dando
una incapacidad retroactiva, además de demostrar, como lo haré a lo largo de
este escrito de tutela, que cuento con este único mecanismo jurídico para
reclamar y no por la vía ordinaria laboral, por estar afectado mi mínimo vital, ya
que son (______número de días) en los que no he recibido salario ni pago de
incapacidad violado mi derecho a la Seguridad Social, El Mínimo Vital y La
Igualdad como lo entraré a explicar:

Afectación al mínimo vital: El pago de una por incapacidad accidente o


enfermedad solo procede cuando el cotizante al régimen de seguridad social
cumple con unos parámetros establecidos en la ley, pero cuando el pago de una
licencia y mas cuando la persona es trabajador independiente estas se halla en
relación imprescindible con derechos fundamentales como la seguridad social
que este caso es de primera generación y adquiere el carácter de derecho
fundamental por conexidad y, por tanto, es susceptible de protección por vía de
tutela. (sentencia T-003/07 Corte Constitucional)
Por lo cual es posible concluir que el no pago de la incapacidad, que como
prestación económica tiene por objetivo brindar al trabajador una recuperación o
descanso remunerado con el fin de que se recupere de la operación quirúrgica,
enfermedad o parto y se posibilite otorgarle el cuidado y la atención requerida,
por lo que se presume la afectación del mínimo vital de un trabajador
dependiente enfermo o accidentado, operado o incluso una madre gestante y de
su hijo recién nacido. La protección que se pretende dar con la licencia de
incapacidad no solo está dirigida en favor del trabajador, sino que ampara
igualmente a todos los que dependan del trabajador incapacitado.

Sobre la afectación al mínimo vital veamos que dijo la H. Corte sobre el


particular en la sentencia T-003/07: “ … En el presente asunto se revisa si hay
vulneración del derecho al mínimo vital de la actora Aura Magdalena Arrieta
Buelvas … En relación con la vulneración del mínimo vital de la señora Arrieta
Buelvas y de su hijo recién nacido por el no pago de la licencia, se presume su
afectación, en razón a que para la época de la causación del derecho
devengaba un salario mínimo de $358.000 (fs. 17 a 22), según el salario base
de cotización consignado en los respectivos formularios de autoliquidación de
aportes y, por lo mismo, el reconocimiento y pago de la licencia eran
indispensables para garantizar las condiciones mínimas de vida de la
madre y el niño recién nacido. Estas circunstancias no fueron desvirtuadas por
la entidad demandada.” (negrilla y subrayado fuera de texto original).

Ahora, como ha manifestado la H. Corte Constitucional, es necesario


demostrar la violación al mínimo vital, para que procesa la acción de tutela
como mecanismo transitorio para impedir un mayor perjuicio irremediable, tal
como lo manifestó en su fallo de tutela y el cual me permito transcribir un
aparte, el Magistrado Ponente el Dr. Alfredo Beltrán Sierra en su sentencia
T-420/04 dice: “…consecuencia, que se esté en presencia de un perjuicio
irremediable solamente susceptible de ser remediado con una protección
inmediata y eficaz, como sucede con el amparo constitucional que se otorga
por vía de la acción de tutela. No obstante, la violación de ese mínimo
vital debe encontrarse debidamente probada, pues en caso contrario, se
trata de derechos que pueden ser reclamados por la vía que al efecto ha
establecido el ordenamiento jurídico, es decir, ante la jurisdicción laboral,
pues por lo general se trata de controversias legales que pueden ser
resueltas por ese medio judicial…” (negrilla fuera de texto) situación que he
demostrado tal como lo describo en el punto 10º de los hechos.

Respecto al allanamiento a la mora para que no se me niegue el pago de la


incapacidad, me permito exponer los siguientes argumentos
constitucionales

La Corte Constitucional ha explicado el asunto en los siguientes términos:

"…La entidad obligada a realizar el pago es la empresa prestadora del


servicio de salud con cargo a los recursos del sistema de seguridad social
integral. No obstante, si el empleador no pagó los aportes al sistema de
seguridad social en salud o si los aportes fueron rechazados por
extemporáneos, es él el obligado a cancelar la prestación económica. (Ver
sentencias T-258/00 y T-390/01, entre otras)
Si el empleador canceló los aportes en forma extemporánea y los pagos, aún
en esas condiciones, fueron aceptados por la entidad prestadora del servicio
de seguridad social en salud, hay allanamiento a la mora y, por lo tanto, la
E.P.S. no puede negar el pago de la licencia. ( Ver, entre otras, las
sentencias, T-458/99, T-765/00, T-906/00, T-950/00, T-1472/00, T-1600/00, T-
473/01, T-513/01, T-694/01, T-736/01, T-1224/01, T-211/02 y T-707/02, T-
996/02 y T-421 de 2004)".
Por lo tanto, se establece que si el afiliado canceló los aportes en forma
extemporánea y los pagos, aún en esas condiciones, fueron aceptados por la
entidad prestadora del servicio de seguridad social en salud, hay
allanamiento a la mora y, por lo tanto, la E.P.S. tendría la obligación de
reconocer las prestaciones económicas causadas en virtud de la figura ya
relatada…”

Oportunidad para la presentación de esta acción de tutela:

Cabe mencionar desde ya, antes de que sea alegada por la entidad entutelada,
que estoy dentro del término para interponer esta acción constitucional tal como
manifiesta la Sentencia T-999 de octubre 27 de 2003 de la H. Corte
Constitucional, que no tiene que ser durante los días de incapacidad, ya
que sería ilógico que en mi estado de convalecencia tuviese que ir hasta las
dependencias de un despacho judicial, por lo que se debe proteger
efectivamente mis derechos conculcados sin necesidad de acudir a la vía
ordinaria, por lo que considero que esta acción se ha interpuesto en un término
prudencial y adecuado.

Por todo lo expuesto en este acápite denominado argumentos jurídicos, es que


argumento mi petición, toda vez que la EPS NO puede negarse a la obligación
constitucional y legal de la prestación de todos los servicios en seguridad social
incluyendo los pagos de incapacidad, toda vez que este pago para mí, como
trabajador (_________independiente o dependiente) se convierte en mínimo
vital, además que en estos momentos no me encuentro en mora ni tampoco en la
época en que estaba incapacitado.

PETICIÓN

Se ordene a (_____________________EPS), el pago de las


incapacidades que los médicos de la EPS EXPIDIERON entre el (______
a______ fecha que comprende la incapacidad), según las relaciono a
continuación, al igual que lo hizo la H. Corte Constitucional Mediante todos
los fallos de tutela que he mencionado en protección a mi derecho al
Mínimo vital, la seguridad social y la igualdad:

a. Orden médica de incapacidad n.º ____________ con inicio de


incapacidad entre el (______ a______fecha que comprende la
incapacidad) (se anexa copia).
b. Orden médica de incapacidad n.º ____________ con inicio de
incapacidad entre el (______ a______fecha que comprende la
incapacidad) (se anexa copia).
c. …

PRUEBAS

Presento como tales, las siguientes:

1. Copias de las (______número de incapacidades) incapacidades


que relaciono como anexos y comprendidas bajo los números
_______.
2. Copia de Historia Médica –Evolución- de la EPS _________,
firmada por el galeno ____________, en la cual se lee sobre la
incapacidad por él ordenada.
3. Formato de Negación del pago de las incapacidades por parte
de la EPS.
4. Copia del recibo n.º__________de teléfono por valor de
$_________ por mora desde __________ .
5. Copia del recibo n.º _______ del ____ de __________ de _____
de la (__________CompraVenta, prestamista, banco, etc.), por
un préstamo de $___________.

ANEXOS

Las mencionadas como pruebas y copia con anexos para la entidad


entutelada y copia simple para el archivo del juzgado.

NOTIFICACIONES

Las mías, las podrán realizar en la Cra__________, tel _______ y cel


________ de la ciudad de _________.

A la ______________EPS, en la _____________.

Agradeciendo la protección de mis derechos fundamentales.

Se suscribe,

_________________
C.C.
r/AC

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