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Ficha de cátedra de Literatura Argentina II.

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EL COMENTARIO DE TEXTOS
Comentar un texto es presentar de forma organizada y coherente la reacción personal a
su contenido, es decir la respuesta que su lectura provoca. El comentario sirve para fijar el
sentido que la lectura del texto transmite o suscita en el lector, pero de una manera
sistematizada, ya que la propia lectura queda transformada por el comentario.
En resumen, el comentario invita a una lectura cuidada y atenta, a relecturas parciales o
totales y a la elaboración de conclusiones personales. El tema del comentario no es el texto en
cuanto estructura lingüística o pragmática, en cuanto dispositivo formal para la comunicación,
sino aquello de lo que el texto trata, el contenido de la comunicación. Constituye un instrumento
flexible de aprendizaje y de evaluación de los conocimientos. Tal flexibilidad implica que no
obedece de manera rígida a formas convencionales.
El problema más importante que debe resolver cualquier metodología para la enseñanza
del comentario consiste en preservar dicha flexibilidad, no convertir el comentario en una
actividad mecánica y compartimentada, sino en un instrumento para la expresión personal,
integradora, de la relación con el contenido de los textos.
Los dos componentes formales del comentario:
Puesto que el objetivo del comentario es dar cuenta de una lectura atenta y profunda del
texto de partida, éste puede desglosarse en dos partes, resumen y comentario propiamente dicho,
que refieren los dos aspectos que se integran en el proceso de conocimiento, asimilación de la
información y su integración con la información que posee el lector y sus consecuencias.
El resumen da cuenta de la comprensión del texto, y comprender algo es introducirlo en
un conjunto de información que lo hace inteligible. El contenido del comentario debe expresar
las condiciones de coherencia del resumen, síntesis de la información de partida, esto es del
estímulo que desencadena todo el proceso. Por eso, no es necesario presentarlos por separado,
pues el comentario puede incorporar de manera espontánea e informal menciones claras y
directas a la información global del texto, resúmenes totales o parciales no segregados de su
propio discurrir. Entonces, el resumen es una especie de mapa del texto que nos permite
movernos imaginariamente por él siguiendo el trazado, ya que si bien omite gran parte de la
información del texto, conserva los contenidos nucleares y sus articulaciones que se hallan en
correspondencia con los aspectos destacados del texto y con los procesos mentales que los
relacionan. Igualmente, la información desechada en el resumen puede ser recuperada en el
comentario si fuese necesario ser aludida.
El comentario o análisis crítico:
a. Cuestiones generales
La relación con el texto de partida determina de una manera decisiva el contenido mismo
del comentario, ya que éste tiene como objeto el texto en cuanto a unidad y totalidad semántico-
pragmática, de ahí el papel que desempeña el resumen en el conjunto. Ello no significa que no
se pueda segmentar el texto, sino que todo segmento debe conservar la referencia a su posición
en el todo, y esa posición la suministra el resumen, ya que el comentario es también un texto
que busca legitimidad en diversos órdenes; el primero de ellos es la pertinencia o adecuación al
texto base, que está manifestado en el resumen.
Otro aspecto que va unido a la adecuación es la integridad, es decir que el comentario
debe realizarse sobre el contenido del texto en su unidad, coherencia, estabilidad e ilación (1).
En definitiva, el resumen ya sea como parte separada que introduce el comentario, ya sea
integrado en el cuerpo del mismo, permite delimitar con claridad el dominio de referencia para
toda la actividad ulterior, centra la atención en una estructura de ideas y datos; no es una
acumulación sin orden; nos mantiene unidos al texto.
b. Las partes del comentario
Para que el texto comentario tenga una cohesión suficiente, deberá presentar una
organización autónoma en cada caso, gobernada más por las características del texto de partida
y de la respuesta que se propone, que por esquemas predeterminados. Sin embargo, en la fase
de aprendizaje sería conveniente atenerse a un procedimiento que permita ir por partes. Para
ello creemos que el mejor modelo es el que consiste en estructurar el comentario como un texto
compuesto de cuatro partes:
1. Introducción (información fática);
2. Orientación (información preparatoria);
3. Conclusiones (información básica);
4. Consecuencias (información derivada).
Estas partes señalan un recorrido discursivo que partiendo de una fuerte y precisa
vinculación con el texto puede terminar, en algunos casos, fuera del texto, con información
derivada, pero producida por el propio comentarista a partir de la información del texto.
1. Introducción: Constituye la parte fática del comentario (no significa que recoja la
información fática del texto que se comenta). Al contrario, como su misión es presentar el texto
base, habrá de hacerlo aludiendo a la información básica del texto original, pues ésta es la que
motiva el comentario. Es decir, la introducción puede jugar con muy breves resúmenes del texto
que destaquen su información nuclear. Al mismo tiempo, la unidad del comentario resulta
favorecida si desde el comienzo queda expuesta con claridad la posición que adopta el
comentarista con respecto al contenido global del texto.
2. Orientación: El texto base produce un impacto cognitivo y emocional en el lector, y la
explicación de ese impacto constituirá el cuerpo del comentario. La Introducción, en el mismo
momento en que anuncia las conclusiones, se encuentra en la situación de tener que explicarlas,
de exponer los procesos intelectuales que nos invitan a adoptarlas, es decir a elaborar la parte
que llamamos Orientación.
Esta parte del comentario establece una especie de conversación con su posible lector
virtual, busca el asentimiento y se adelanta a sus posibles réplicas. Precisamente, el comentario
se define por problematizar esta relación (texto-lector), por convertir en tema de discusión la
capacidad preparatoria del texto, los mecanismos de legitimación de sus significados.
Se diría que los textos que necesitan comentario son aquéllos que, por cualquier
circunstancia, presentan dificultades de comprensión y/o asentimiento. Distinguimos dos
modos de enfocar la Orientación (pueden ser alternativos o complementarios): La Orientación
como Explicación y la Orientación como Crítica (la última con dos formas posibles:
convergente y discrepante); una tercera posibilidad es la Orientación como Metacrítica, que se
ocupa, no del contenido, sino de los procedimientos para transmitirlo.
Explicación: El comentario tiene por objeto mostrar la inteligibilidad del texto a quien no
conoce o no está en condiciones de evocar la información de trasfondo; al mismo tiempo, el
comentarista debe tener los conocimientos suficientes o disponerse a adquirirlos, ya que no se
puede comentar un texto que no se comprende en profundidad.
Precisamente, por todo esto es por lo que una parte del comentario crítico es la
explicación. Explicarle a alguien un texto es convertirlo en un receptor adecuado a ese texto.
Se trata de saber de qué habla el texto, desde qué punto de vista, en el marco de qué concepción
sobre el tema, en suma, de establecer el entramado de saberes previos de los que el texto parte
y los da por supuestos.
Resumiendo, explicar un texto es mostrar las condiciones en que se proyecta como unidad
de interacción comunicativa, cómo se relaciona con el dominio temático en que se inscribe, qué
conocimientos se presume que el lector necesita para comprenderlo con coherencia y en
profundidad.
Crítica: Sólo una vez comprendido el texto en todo su espesor, se estará en condiciones
de adoptar una postura propia, válida, segura y consistente. Ésta podrá ser convergente y
discrepante. Ambas formas se sitúan en el mismo nivel que el texto que comentan, es decir, no
hacen sino dar una respuesta como las que el texto suscita; el comentarista ocupa el lugar del
destinatario, recibe el mensaje y toma el turno de habla para exponer su respuesta.
Metacrítica o crítica a los procedimientos: Se detiene en el análisis de los que el
comentarista considera como defectos de la argumentación o trampas. Esto ocurre cuando el
texto base presenta irregularidades que impiden una respuesta racional y cooperativa, cuando
los “errores” de la argumentación alcanzan una magnitud que permite sospechar que son
intencionales.
3. Conclusiones: Una vez completado el texto con un marco conceptual preciso, con una
explicación exhaustiva de su significado básico y con una evaluación personal de los
argumentos que refuerza la tesis o la cuestiona, llega el momento de exponer con claridad y
determinación las conclusiones propias, la postura que el comentarista adopta con respecto a la
información básica del texto. Como dijimos, su contenido puede anticiparse en la Introducción
y habrá de ser evocado total o parcialmente en la Orientación.
Pero, sólo sobre el fondo de conocimientos que la orientación va desarrollando es
posible calibrar el auténtico peso del texto y de nuestra respuesta, por ello es preciso dedicarle
un espacio específico y destacado dentro del comentario. Allí debe exponerse de manera clara
y contundente la importancia y significación de la información básica con una breve mención
de los procesos reflexivos que la consolidan y que han sido desarrollados en la Orientación.
En suma, la conclusión constituirá una especie de síntesis integradora que permita
destacar la significación, el interés y la novedad del texto que se comenta, la validez y
coherencia de sus contenidos básicos (orientación crítica convergente), la inexactitud,
inadecuación o falsedad de su tesis puesta de manifiesto por la orientación (crítica discrepante),
o el empleo abusivo de procedimientos de apoyo ilegítimos y dudosos (orientación metacrítica).
4. Consecuencias: Esta última parte puede tener una importancia decisiva, pues es la que
permite ir más allá del texto; esto es, introducir contenidos que el texto no desarrolla ni implica.
Por eso mismo exige un cuidado especial, porque esta salida del texto debe haber sido inducida
por el texto y, en consecuencia debe presentarse con una motivación sólida, es decir,
estableciendo una relación rigurosa entre la información básica del texto y las informaciones
que se van a introducir a continuación en el comentario.
En suma, en este último apartado se expondrá todo lo que el texto implica si se relaciona su
información con cuestiones próximas, todo lo que se puede deducir de la extensión y aplicación
de las ideas del texto a ámbitos más o menos cercanos, de la vinculación de las ideas del texto
con otros problemas de actualidad, las perspectivas que abre en relación con el tema, etc.

Bibliografía:
Núñez, Rafael y Del Teso, Enrique (1996): Semántica y pragmática del texto común.
Producción y comentario de textos. Madrid, Ed. Cátedra.

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