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morales 4-760-806
Filósofo austriaco. Estudió filosofía en la Universidad de Viena y ejerció más tarde la
docencia en la de Canterbury (1937-1945) y en la London School of Economics de
Londres (1949-1969). Aunque próximo a la filosofía neopositivista del Círculo de
Viena, llevó a cabo una importante crítica de algunos de sus postulados; así, acusó de
excesivamente dogmática la postura de dividir el conocimiento entre proposiciones
científicas, que serían las únicas propiamente significativas, y metafísicas, que no
serían significativas. Para Popper, bastaría con delimitar rigurosamente el terreno
propio de la ciencia, sin que fuera necesario negar la eficacia de otros discursos en
ámbitos distintos al de la ciencia.
También dirigió sus críticas hacia el verificacionismo que mantenían los miembros del
Círculo, y defendió que la ciencia operaba por felsacion, y no por inducción. Ésta es, en
rigor, imposible, pues jamás se podrían verificar todos los casos sobre los que regiría
la ley científica. La base del control empírico de la ciencia es la posibilidad de falsar las
hipótesis, en un proceso abierto que conduciría tendencialmente a la verdad científica.
Se ocupo particularmente de temas relacionados con la epistemología y la filosofía de
la ciencia. Se formo en la doctrina de Popper, aunque la amplio y modifico hasta
alterarla casi por completo en algunos puntos. Asumió la teoría de Kuhn como punto
de partida para una nueva fundamentación de la filosofía de la ciencia; sin embargo, se
mostro en desacuerdo con el historicismo derivable de dicha teoría y, en general, con
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cualquiera de las que utilizan criterios externos a la propia ciencia para explicar el
desarrollo y crecimiento de esta.
Popper desarrolló este principio en La lógica de la investigación científica (1934),
donde estableció también un criterio para deslindar claramente la ciencia de los
demás discursos: para que una hipótesis sea científica es necesario que se desprendan
de ella enunciados observables y, por tanto, falsables, de modo que si éstos no se
verifican, la hipótesis pueda ser refutada.
Falsacionismo Sofisticado:
El falsacionismo sofisticado es el nombre que da Imre Lakatos a su crítica a
la epistemología y al falsacionismo, basada en lo que él
denomina programas de investigación científica.
El falsacionismo es una doctrina epistemológica aplicada a las ciencias que propone la
falsabilildad como criterio para distinguir lo que es ciencia de lo que no.
Dentro del falsacionismo metodológico existen dos corrientes principales:
• Falsacionismo ingenuo, que es la teoría inicial de Popper, con su crítica al principio
de la verificabilidad y la consecuente necesidad de la refutación como forma de
validación, y
• Falsacionismo sofisticado, que es aquel desarrollado tardíamente por Popper y
criticado y reformulado por Imre Lakatos, según el cual la ciencia no avanza
únicamente mediante la refutación de teorías (pues muchas teorías científicas nacen
refutadas), sino con el programa de investigación científica, que es una estructura que
sirve de guía a la futura investigación.
capaz de ofrecer una perspectiva que no caía ni en el dogmatismo ni en el simple
convencionalismo para explicar la racionalidad científica, ofreciendo así las bases
teóricas necesarias para hacer reconstrucciones históricas racionales de los
desarrollos de los programas de investigación científicos. Sin embargo, es bastante
más laxo que sus predecesores con la metafísica. Desde su punto de vista, una teoría
no ha de eliminarse de entrada por ser sintácticamente metafísica. Puede llegar a ser
valiosa y científica siempre que sea un programa progresivo y aporte hechos nuevos,
siendo probable y deseable que con el tiempo acabe desterrando estos supuestos
metafísicos.
LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA.
Los Programas de Investigación científica, son entendidos como una
unidad constituida por una secuencia de teorías científicas, con continuidad espacio-
temporal que relaciona a sus miembros según un plan inicial común, éstos, facilitan el
abordaje teórico, la sistematización y socialización; estas cualidades conllevan a
plantear que la investigación se realice atendiendo al principio de redes de problemas
o de comunidades científicas, bajo la concepción de Programas de Investigación lo que
permitiría conferirle un carácter institucional a la acción investigativa, además de
promover una acción interdependiente en la producción de conocimiento. Desde esta
perspectiva se diseñó una estructura organizacional factible (ajustada a la normativa
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legal vigente en nuestro país), donde los Programas constituyan la Unidad Básica de
Organización de la Investigación, lo cual podrá contribuir a que la actividad
investigativa sea concebida de manera integral, donde teoría reflexiva y praxis se
complementen y, de este modo, consolidar una cultura científica nacional propia.
Sobre esta base Lakatos propone que el punto de comparación no deben ser teorías
aisladas sino más bien conjuntos de teorías, generados por modificaciones sucesivas
de sus predecesores, que de todos modos se conservan. A estos conjuntos de teorías
afines Lakatos los denomina "programas científicos de investigación".
ciencia y pseudociencia
Diferenciar entre ciencia y pseudociencia es difícil. De hecho, una persona que no se
ha formado y leído al respecto puede encontrarse con dificultades a la hora de
determinar si una práctica es científica o pseudocientífica. Ambas cosas han coexistido
durante milenios, y en muchos casos han estado ligadas a las mismas personas. En la
Antigua Roma, Ptolomeo, que posiblemente sea el científico más influyente que dejó el
imperio, explicó la reflexión y refracción de la luz e inventó el sistema de latitud y
longitud para pintar mapas, pero también fue la persona que definió el horóscopo y
los doce signos del zodiaco.
Con el paso de los siglos, ciencias y pseudociencias se fueron separando. Uno de los
ejemplos más claros de esta escisión la encontramos en el siglo XVII, cuando después
de la revolución en la química de Robert Boyle, la ciencia abandonó la alquimia. Pero
aún así, la ciencia no se podía desmarcar por completo de la pseudociencia, ya que
nadie había escrito claramente cuáles eran las reglas del juego.
Karl Popper, uno de los filósofos por excelencia del siglo XX, escribió en 1934 Logik
der Forschung (La lógica de la investigación científica), el primer libro que exponía una
diferencia clara entre lo que es una ciencia y lo que es una pseudociencia. Para
Popper, la clave está en la falsabilidad y en el hecho de que las teorías científicas
nunca pueden ser verificadas completamente.
El falsacionismo había sido descrito por David Hume dos siglos antes junto al
verificacionismo. El verificacionismo exponía que ante una hipótesis se van añadiendo
hechos observables que corroboren la hipótesis, de tal modo que muchos hechos
observables terminan consolidando la hipótesis como teoría verificada. En cambio el
falsacionismo al que recurre Popper, ante una hipótesis, busca hechos observables
que puedan refutar la hipótesis, de tal modo que si no puede encontrarse ninguno que
la refute se mantiene como teoría válida.
Popper escribió su libro tras observar dos grandes ideas propuestas décadas antes.
Por un lado está el psicoanálisis de Sigmund Freud y por otro la teoría de la
relatividad de Albert Einstein. Freud y todos sus seguidores, para sustentar el
psicoanálisis habían recurrido al verificacionismo hasta extremos que cualquier
comportamiento humano era una confirmación más que añadir a su teoría. Por la
contra Einstein había recurrido al falsacionismo, prediciendo hechos que no eran
contemplados por ninguna teoría anterior, como la desviación de la luz al verse
sometida a un campo gravitatorio, y que de no haber sido comprobados en la primera
observación su teoría habría sido refutada por completo.
Carl Sagan han escrito muchas otras pautas para determinar cómo identificar a las
pseudociencias y ponerlas al otro lado de la línea divisiora entre lo científico y lo
demás.
La distinción entre ciencia y pseudociencia puede ser abordada desde diversos puntos
de vista, los más amplios y generales tienden a relacionarlo con todo aquello que se
fundamenta en algún carácter mítico o que niegue las normas ya establecidas por la
naturaleza, ubicando aquí a la UFOlogía, astrología, telepatía, teletransportación y
demás nuevos logos que han ido surgiendo en las últimas décadas (derivaciones y
combinaciones de distintas ciencias). Sin embargo, esta distinción no concierne
solamente a las áreas mencionadas líneas arriba, muchas veces ubicadas dentro de la
charlatanería, sino también a la posición dentro de las ciencias que pelean otras áreas
de investigación y que a lo largo de su desarrollo no fueron o todavía no son
reconocidas como ciencias por la falta de reproducibilidad y constatación de los
fenómenos con que trata. Mientras, por el otro lado, se encuentran aquellos autores
que piden (desde la filosofía de la ciencia) que todo aquello que se diga ciencia
presente ciertos rasgos, características o criterios constantes, encontramos aquí el
cuestionamiento de Popper hacia las ciencias sociales.