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PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Carlos Alberto SEGUÍN
CONCEPTO
PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
LOS CURANDEROS
Los auténticos curanderos, no los charlatanes con los que a veces se los confunde,
practican en diferentes formas la medicina usada por nuestro antepasados incaicos
y pre-incaicos. La mayoría tiene como base conceptos animistas, es decir, la
creencia que todo lo existente está dotado de un espíritu, capaz de actuar, para
bien o para mal, sobre los hombres. Así existen, para ellos los espíritus de las
montañas, de las lagunas, de los ríos, así como los de las "huacas" y aun los de las
plantas. Su teoría diagnóstica se basa en el descubrimiento del "daño" que algún
espíritu ha hecho al paciente y que le causa la enfermedad. El tratamiento consiste
en reparar ese daño, convocando a los espíritus propiciatorios por medio de
diferentes maniobras místico-mágicas.
Los curanderos usan, durante esas maniobras, preparados de plantas nativas que
beben y hacen beber a sus clientes. Tales bebidas contienen alcaloides
psicotrópicos como la mescalina del San Pedro (Trichoceros Pachanoi) o la harmina
de la ayahuasca (Banisteria Caapi). Los efectos alucinógenos, unidos a una fuerte
acción sugestiva, pueden influir favorablemente en algunos cuadros clínicos con
fuerte influencia psicosomática. Al lado de los curanderos descritos existen los
llamados yerberos, individuos conocedores de las plantas autóctonas y que las
emplean por sus efectos farmacológicos, y los hueseros, prácticos en reparaciones
de fracturas y otros problemas del aparato locomotor.
Los curanderos no actúan sin poseer una nosografía que, a su manera, explica y
justifica su práctica. Esa base, si bien tiene elementos comunes a todas partes, lo
que nos conduce a recordar las raíces profundas de las creencias "primitivas",
presenta distintas formas de acuerdo con la cultura de la que proviene y en la que
se asienta. El estudio de tales nosografías es, pues, interesante desde dos puntos
de vista: su interrelación ecuménica y sus características regionales y, entre ellas,
la influencia que sufre de toda clase de factores geográficos, históricos, culturales y
sociológicos.
Las enfermedades de daño, como contraste, solamente pueden ser tratadas por el
curandero, quien conoce su origen y los medios para combatirlas.
En algunas zonas, bajo influencias nuevas, la noción del daño se extiende a otras
influencias mágicas. Así, podría ser también hecho actuando sobre muñecos o
sobre prendas de vestir de la víctima. En un caso recién observado, el malero había
clavado la cabeza del muñeco (se trata de la explicación dada por el curandero) y lo
había enterrado en la falda de una montaña. Los clavos actuaban sobre el paciente,
produciéndole incurables dolores de cabeza. El curandero actuaba "sacándole los
clavos" durante la sesión por medio de tenazas, taladros etc. con los que imitaba
las maniobras de extracción. A este paciente, la "extracción" de cada clavo le
producía dolores terribles, que calmaban inmediatamente después que "el clavo
había sido eliminado". Vemos claramente, en éste como en otros casos, la
presencia de conceptos mágicos universales.
No parece desacertado suponer que esa variante muestra con toda claridad la
influencia de los factores sociales y geográficos sobre las ideas nosológicas del
pueblo: en las regiones de cultura menos ciudadana, es la naturaleza el enemigo
con el que hay que enfrentarse para recuperar la salud, propiciándola por medio de
maniobras mágicas. En los lugares en los que ya existe una agrupación citadina, la
naturaleza pasa a un segundo plano y es el hombre el enemigo al que hay que
afrontar y es él quien produce el "daño". En estos casos en los cuales, los síntomas
puede decirse que son los mismos aunque la interpretación difiera, el curandero
debe emplear sus conocimientos y el paciente está obligado a seguir sus
indicaciones para reglar su vida con sus semejantes.
1. MANIOBRAS MÁGICAS
Existe una observación interesante, que debemos tomar en cuenta. A diferencia del
brujo, el curandero se considera un medium, es decir que no cree ser él quien
actúa en los procesos de adivinación y cura, sino que su papel es el de llamar a los
espíritus de las plantas que usa y que son esos espíritus, cuando han sido
rectamente convocados, los que, por medio de sus poderes sobrenaturales,
intervienen a favor del solicitante.
La invocación a los espíritus de las plantas ("la madre de la planta") debe hacerse
por medio de cantos (cada curandero asegura que los suyos son los
verdaderamente eficaces) y, sobre todo, ingiriendo bebidas preparadas a base de
ellas o introduciéndolas en el cuerpo de alguna otra forma (fumando, por ejemplo).
Así como atrae a los espíritus favorables, el curandero aleja a aquellos que
pudieran hacer daño, por medio de maniobras mágicas. Una de las más comunes
es la de "cortar el aire" con espadas especiales, a fin de romper todo lazo de esos
espíritus con los concurrentes a la sesión. Por supuesto que las maniobras mágicas
que se emplean son de infinita variedad y cambian según la tradición cultural.
2. MANIOBRAS PSICOLÓGICAS
Ante todo debe tenerse en cuenta el factor expectativa. El ser doliente que busca al
curandero lo hace imbuído de la confianza y la esperanza que le dan la tradición y
sus creencias. Más, mucho más, que con el médico, como hemos visto, él es capaz
de relacionarse con el curandero. Este "habla su propio idioma", repite las ideas
que tienen vigencia en su vida desde la infancia y que, por lo tanto, resuenan en su
inconsciente con la fuerza de las relaciones afectivas determinantes.
Por supuesto que esa comunidad de creencias obra bajo la influencia del curandero
mismo: un hombre o una mujer maduros, de apariencia parental y de actitudes y
acogidas seguras y bondadosas; mucho más humanas y afectivas que las de la
mayoría de los médicos, preocupados antes con la aplicación de una técnica que
con la real ayuda a sus semejantes.
Otros factores que debemos tomar en consideración son los relativos a las sesiones
curativas, que se realizan generalmente en grupos y con la intervención de
canciones, música y con la ingestión de preparados a base de plantas nativas.
Durante ellas se producen una serie de fenómenos psicológicos, algunos
exteriorizados, otros no, que no pueden dejar de influir en la evolución del
padecimiento. Koos sintetiza, al referirse a la posesión, algunos de esos factores.
"Los efectos terapéuticos de las prácticas de la posesión han sido explicados por
algunos investigadores como resultado de: 1º el acting-out, durante el trance de
conducta agresiva y sexual no permitidas en otros contextos sociales, 2º la
obtención de un status social superior por intermedio de la asunción del rol en el
ritual. 3º la capacidad de ciertos tipos de rituales de reducir la angustia, ofreciendo
ocasiones para la experiencia catártica de confesión y para expresiones de apoyo a
favor de individuos que buscan mejoría por desórdenes físicos o mentales".
Por sobre todo ésto debemos considerar la relación del curandero con su paciente.
En anteriores oportunidades he sostenido que debe existir de parte de todo médico,
lo que llamara el "Eros terapéutico" (ver capítulo 27). No es éste el momento
para detenernos en su estudio, ya realizado en publicaciones anteriores, pero será
necesario afirmar enfáticamente que es más fácil hallar un auténtico Eros
terapéutico en los curanderos, realmente interesados en ayudar a sus pacientes, a
quienes los unen fuertes lazos culturales, sociales, y humanos, que en los
profesionales académicos, preocupados, sobre todo, con el "manejo" de los "casos".
El Eros terapéutico, captado por el paciente, establece una relación afectiva que
favorece la acción de todos los otros recursos.
Un ejemplo claro nos ofrece el tratamiento del alcoholismo crónico, que estudiaron
M. Chiappe y colaboradores del Instituto Peruano de Psiquiatría Social. En él, el
curandero, basándose en la noción del "daño", dirige toda la vida de relación de su
paciente. Al señalarse quién o quiénes le han "hecho daño", está marcando a las
personas cuyo trato el alcohólico debe evitar, dirigiendo, así, su vida comunitaria.
Podemos imaginarnos fácilmente que, si es la esposa o la amante, la madre o el
hermano o los amigos quienes constituyen el peligro, la vida del enfermo en
relación con su grupo social será alterada y ese cambio determinará la modificación
total de su conducta y su alejamiento del alcohol, que no es, generalmente, sino
una precaria solución a conflictos en la existencia del paciente, conflictos cuya
estructura será alterada con la realineación de su vida familiar, grupal o
comunitaria.
Confirmaciones de este punto de vista son ofrecidas por los investigadores que se
han acercado a fenómenos parecidos; vgr: los de etnopsiquiatría. Así, Prince cree
que el "adivinador", entre los Yorubas, es un "integrador cultural". Leighton, al
referirse a los Navajos, dice que "la gente con la que (el paciente) tiene la mayor
parte de las interacciones se compromete a aceptar su estado de cambio. Así, la
personalidad del paciente queda establecida en una nueva pauta, el grupo en el que
está comprometido se halla preparado para ello, tanto emocional como
cognoscitivamente". Epstein, que ha estudiado la enfermedad y la curación en la
aldea de Wangala (India), dice: "Una función sociológica de la creencia en la
brujería ampliamente reconocida en la literatura, es su tendencia a sostener el
sistema de valores y así mantener la estructura social". Tait afirma que el
adivinador Kokomba es un agente estabilizador de la sociedad. Robin Fox sostiene
que "las sociedades primitivas y los grupos religiosos curativos tienen, a menudo,
ventaja sobre los hospitales, ya que ellos incorporan más frecuentemente la
persona a la sociedad». Freed y Freed aseguran que en Shanti Nagar (norte de la
India) la posesión se produce cuando «la victima se halla envuelta en dificultades
con parientes". En Etiopía, según Messing, la enfermedad es atribuida a la posesión
por el Zar, un espíritu característico. "El del Zar, dice, funciona como una
terapéutica grupal".
Podrían multiplicarse las citas, pero creemos que lo ofrecido basta para asentar la
idea que el medicine-man, como el curandero, funda su acción en factores
grupales; en su poder para modificar la situación familiar y comunal de sus
pacientes y, de esa manera, reestructurar su vida.
3. EMPLEO DE DROGAS
PALABRAS FINALES
LECTURAS RECOMENDADAS
3. PERALES, A., SOGI, C., BERNAL, E., FRISANCHO, D., ARÉVALO, J.. PEDERSEN,
D. y TEJADA, K. "Conocimientos, Opiniones y actitudes de los médicos frente a la
Medicina Tradicional en tres ciudades del Perú". En: II Congreso Internacional de
Medicinas Tradicionales (Tres volúmenes). Áreas de Integración, Lima 26 - 29 de
junio de 1998, pp. 115 - 135.
PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
( ) La medicina popular.
( ) La etnomedicina.
( ) La medicina tradicional integrada.
( ) La medicina folclórica.
( ) Es el "daño".
( ) Es la sugestión.
4. El curandero:
( ) Es un brujo.
( ) Es un charlatán.
( ) Ninguna es válida.
( ) Mescalina.
( ) Harmina.
( ) Cocaína
( ) Los psiquiatras.
( ) Los médicos.
( ) Los curanderos.
( ) Ninguna es válida.
( ) Da medicinas especiales.
( ) Ninguna es válida.
9. Vincule:
( ) Ninguna es válida