Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Entre 1990 y 2006 gobiernan Nicaragua tres regímenes políticos de corte neoliberal, el de Violeta Barrios de
Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños. 17 años de contrarrevolución neoliberal en el que los gobiernos
facilitaron a la empresa privada extranjera desmantelar el Estado, saquear a la nación y empobrecer a su población.
Los mecanismos utilizados fueron el desmontaje del fisco, la privatización de las empresas y servicios públicos, el
endeudamiento del país y la corrupción de sus funcionarios, el desempleo de los trabajadores y la
descapitalización de los productores.
Desmantelamiento y regresividad fiscal: Lo primero que hicieron fue desmantelar la protección arancelaria,
eliminando los impuestos a la importación de mercancías competitivas con la producción nacional, lo que dejó
desamparado a nuestros productores, beneficiando por supuesto a los importadores y sobre todo a las empresas
estadounidenses y europeas que pudieron invadir nuestra economía con mercancías desgravadas. Si hasta 1990
el promedio de imposición arancelaria era de 50%, al final del período neoliberal dicho porcentaje había bajado a
5%. Las actividades que más sufrieron fueron las alimentarias y artesanales. Nicaragua comenzó a ser invadida de
alimentos, muebles o zapatos y nuestros productores comenzaron a resentir fuertemente dicha competencia. A
su vez a las grandes corporaciones transnacionales se les exoneró de todo tipo de impuestos: impuesto sobre la
renta, impuesto sobre bienes inmuebles, impuesto al valor agregado, etc. Esta situación, unida a otras facilidades,
contribuyó incluso a la quiebra de muchos productores y empresas nacionales que fueron sustituidas por
empresas extranjeras. Se calcula que el fisco dejó de percibir cada año 500 millones de dólares por exenciones y
exoneraciones impositivas y por reducción de los aranceles externos. Las corporaciones extranjeras se
enriquecieron y Nicaragua entera se empobreció.
Privatización, endeudamiento y corrupción Alrededor de 400 empresas del Estado se vendieron a precio de guate
mojado, incluyendo los bancos estatales, como el Banco Nacional de Desarrollo, el Banco Popular, entre otros.
Muchas de estas empresas habían sido confiscadas a los somocistas y a los enclaves extranjeros: empresas de
comunicación, energéticas, mineras, ganaderas, algodoneras, tabacaleras, cafetaleras, arroceras, cañeras,
industriales y comerciales. La privatización de estas empresas, benefició a los dueños a quienes posteriormente
se les indemnizó sumas millonarias pagadas por el presupuesto nacional, lo que comenzó a agrandar la deuda
interna del país. Se calcula que el patrimonio público perdió alrededor de 1,000 millones de dólares por haber
vendido con facturas subvaluadas las cuatrocientas empresas, tanto las empresas de la Corporación Nacional del
Pueblo (CORNAP) como las empresas públicas nacionales, sin contar con las ganancias que el Estado ha dejado de
percibir. Asimismo, estos gobiernos privatizaron los servicios públicos como la educación, la salud, el servicio
eléctrico, la telefonía, el agua, entre otros. Inmediatamente, por supuesto, las tarifas de estos servicios
comenzaron a aumentar para la población. La privatización de las empresas productivas y comerciales del Estado,
la quiebra de las empresas nacionales y de los bancos privados, generó una gran corrupción donde participaron
empresarios extranjeros, empresarios nicaragüenses y funcionarios de gobierno. El mecanismo más usado fue el
siguiente: en un primer momento el gobierno le vendía a funcionarios tales empresas a precios muy inferiores a
los precios en libros o a los precios de mercado, meses después los primeros compradores las revendían a
empresarios extranjeros a mayores precios, con una diferencia de decenas de millones de dólares por encima del
precio inicial, como fue el caso de las empresas de telecomunicación y electrificación, hoy en manos de Movistar
y Unión Fenosa. Otras veces se vendían tales empresas directamente a los empresarios extranjeros a precios
ridículos comparados con su precio real, siendo emblemático el caso del balneario de Montelimar, hoy en manos
de Barceló. Aunque la corrupción más conocida fue la entrega y venta de bonos y certificados estatales a los
empresarios somocistas confiscados y a los banqueros. A los primeros se les entregaron Bonos de Pago por
Indemnización (BPI), a los segundos se les vendieron Certificados Negociables de indemnización (CENIS). Los
especialistas e instituciones gubernamentales calculan que por concepto de venta subvaluada de las empresas
públicas, BPI y CENIS, el Estado nicaragüense perdió y sigue perdiendo, pues se sigue pagando una cuantiosa
deuda interna. Solamente por concepto de bonos a los confiscados somocistas se deben 817 millones de dólares
y por bonos a los banqueros se deben 365 millones de dólares, en total más de 1,000 millones de dólares que el
Estado le debe a la oligarquía por haberle vendido ventajosamente empresas y bonos. Mientras el campo socialista
nos condonaba cerca de 5,000 millones de dólares, por concepto de deuda externa concedida a la revolución, los
gobiernos oligarcas nos endeudaban con 3,000 millones de dólares aproximadamente, por concepto de deuda
interna contraída con ellos mismos en forma ventajosa.
Desempleo masivo, descapitalización y migración En cuanto llegaron al poder, los gobiernos neoliberales
comenzaron a despedir a cientos de miles de asalariados. Lo primero que hicieron en este sentido fue despedir a
90.000 personas de las fuerzas armadas que vivían de su salario. Inmediatamente después despidieron a 50.000
trabajadores de las empresas de las corporaciones estatales, pues tenían que entregarlas libres de sindicatos y
prestaciones sociales a los antiguos dueños antes de privatizarlas. De los ministerios despidieron a más de 30,000
empleados, entre ellos a 11, 000 maestros. Pero el desempleo más masivo se generó en el seno del campesinado
y del artesanado, al cortarles el crédito a los pequeños productores del campo y la ciudad. Recordemos que
Nicaragua es un país donde los cuenta-propistas son la mayoría de la población laboral. Más de 500.000
campesinos y artesanos se convirtieron de la noche a la mañana en desempleados, semi-empleados o precaristas.
Debido a esta situación, muchos campesinos emigraron a la ciudad, otros tantos emigraron a Costa Rica y Estados
Unidos. Se calcula que en estos 17 años, el número de nicaragüenses que migraron al exterior por razones
económicas fue mucho mayor que durante la guerra de los años 80. En síntesis, en estos 17 años, los ingresos del
Estado disminuyeron, los gastos del Estado se destinaron a pagar servicios de la deuda interna, lo que disminuyó
grandemente el monto de los servicios de educación, salud, electrificación, agua, carreteras y caminos, crédito a
los campesinos. El resultado de toda esta situación se refleja en la precipitación abrupta del Indice de Desarrollo
Humano de Nicaragua, el que descendió del escalón 60 en que lo dejó el gobierno sandinista (1990), al escalón
112 en que lo dejaron los gobiernos neoliberales (2006).
¿Qué son los Bonos del Ministerio de Hacienda y
Crédito Público?
Los últimos bonos se vendieron con Agencia calificadora de riesgo: Fitch Ratings
rendimientos superiores al 7% anual
EAAI
El MHCP determina la tasa de interés
Emisión: Programa de emisiones de Bonos
conforme a la situación económica del país,
para el refinanciamiento de adeudos de la
evolución de liquidez del sistema financiero
Empresa Administradora de Aeropuertos
Nacional, rendimiento del mercado
Internacionales (EAAI), Bonos BRADE
secundario en la Bolsa de Valores de
Nicaragua y el rendimiento adjudicado en la Valores ofrecidos: Bonos
subasta de Bonos de la República.
Plazos: Cinco (5), diez (10), quince (15) y
veinte (20) años
Periodicidad de pago: Intereses semestral y Fitch Ratings es su agencia Calificadora de
principal al vencimiento Riesgo.