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SEMINARIO

DACISM
DANIEL
DECLARACIONES EL ESPIRITU DE PROFECÍA

Declaraciones del Espíritu de Profecía.

“Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente acerca
del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado”. TM, 118.

“Al acercamos al fin de la historia de este mundo, las profecías que se relacionan con los últimos días exigen
especialmente nuestro estudio”. TM, 116.

“A medida que nos acercamos al término de la historia de este mundo, las profecías registradas por Daniel exigen
nuestra atención especial, puesto que se relacionan con el tiempo mismo en que estamos viviendo”. PR, 402.

“La luz que Daniel recibió de Dios fue dada especialmente para estos días. Las visiones que él tuvo junto a las
riberas del Ulai y del Hidekel, los grandes ríos de Sinar, están hoy en proceso de cumplimiento, y todos los
acontecimientos predichos pronto ocurrirán”. TM, 113.

“Leed el libro de Daniel. Considerad, punto por punto, la historia de los reinos allí presentados. Mirad los hombres
de estado, los concilios, los ejércitos poderosos, y cómo Dios obró para abatir el orgullo de los hombres y reducir a
polvo la gloria humana”. TM, 112.

“Los predicadores deben presentar la segura palabra profética como fundamento de la fe de los adventistas del
séptimo día. Deben estudiarse detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en relación con ellas las
palabras: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. OE, 154.

“Cuando los libros de Daniel y Apocalipsis sean mejor entendidos, los creyentes tendrán una experiencia religiosa
completamente distinta”. TM, 114.

“Estudiad el Apocalipsis en relación con Daniel, porque la historia se repetirá… Nosotros con todas nuestras
ventajas religiosas, debiéramos saber hoy mucho más de lo que sabemos”. TM, 116.

“Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y digan cuál es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se
presente, ensalzad a Jesús como el centro de nuestra esperanza, ‘la raíz y el linaje de David, la estrella
resplandeciente de la mañana”. TM, 118.

“Pero desde 1798 el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han
proclamado el solemne mensaje del juicio cercano”. CS, 405

La Biblia nos dice:


“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel (el que
lee entienda)”. Mateo 24:15.
Jesús nos recomendó leer este libro, y haremos muy bien en hacerlo.

PROPÓSITO DE LA PROFECÍA

Propósito de la profecía.

Un propósito de la profecía es revelar quién es el Dios verdadero, puesto que él puede conocer el futuro. (Is. 41:23,
26, 29).

La profecía demuestra que Dios se preocupa de lo que sucede en la historia, y que es capaz de actuar y enfrentar
cada situación según ésta lo requiera. (Gn. 6:5-8).

La profecía revela las normas por las cuales Dios juzga a los seres humanos. (Pr. 14:34).
Revela que de ninguna manera son los seres humanos los árbitros de la existencia. Todos debemos
rendir cuentas al Dios del cielo; reconocer esto y actuar de acuerdo con ello, es verdadera sabiduría. (Jer. 10:23; Pr.
3:6).

Por cuanto somos tan inclinados a la duda, la profecía nos ayuda a establecer nuestra confianza y nuestra capacidad
de creer. (Jn. 14:29).

Ofrece esperanza para el futuro, al asegurarles a los oprimidos que viene un día de ajuste de cuentas en el cual
recibirán la recompensa de su fidelidad. (Ro. 15:4).

MÉTODO DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA

MÉTODO DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA

El estudio de las profecías de Daniel y Apocalipsis es importante para la dinámica espiritual de la iglesia
adventista del séptimo día. Siempre fue así.

“Los pastores deben presentar la palabra profética permanente como el fundamento de la fe de los adventistas del
séptimo día”.

“Deben estudiarse detenidamente las profecías de Daniel y Apocalipsis, y en relación con ellas las palabras, ‘He
aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’”. OE, 154.

“Cuando los libros de Daniel y Apocalipsis sean mejor entendidos, los creyentes tendrán una experiencia religiosa
completamente distinta. Recibirán tales vislumbres de los portales abiertos del cielo, que la mente y el corazón
serán impresionados con el carácter que todos deben desarrollar, a fin de comprender la bendición que será la
recompensa de los de corazón puro”. TM, 111.

Desde el comienzo los adventistas del séptimo día han seguido el método histórico de interpretación profética para
explicar los símbolos y sus significados. A veces este enfoque recibe el nombre de método historicista o método
histórico continuo.

El método histórico acepta el supuesto que la intención de las profecías de Daniel y Apocalipsis es revelar y
encontrar cumplimiento en el tiempo histórico en el período que media entre el profeta Daniel y Juan
respectivamente y el establecimiento final del reino eterno de Dios.

El principio de día por año (un día simbólico = un año literal) es una parte integral de este método, siempre que
funcione para exhibir los tiempos proféticos, de modo que seamos capaces de localizar los eventos predichos a lo
largo del camino de la historia.

Jesús utilizó el método histórico para interpretar a Daniel cuando anunció, “El tiempo se ha cumplido, el reino de
Dios se ha acercado” (Mr. 1:15). En esta afirmación de cumplimiento profético alude a las 70 semanas de la
profecía de Daniel (9:24-27) que predice la aparición del mesías.

Cerca del final de su vida, Jesús nuevamente se refirió a la misma profecía. Sin embargo, esta vez señaló otro
aspecto “El príncipe que [debería] venir [destruiría] la ciudad y el santuario” (v. 27) (cf. Mt. 24:15; Lc. 21:20).
Estos acontecimientos tendrían lugar después de su muerte y ascensión. El cumplimiento histórico ocurrió en la
destrucción de Jerusalén y del templo por los romanos en 70 d.C.

Los pioneros de la iglesia adventista al seguir este método llegaron a captar nuestro propio tiempo, el doble
ministerio de Cristo en el santuario celestial, nuestra identidad como pueblo y nuestra tarea. Nuestra comprensión
de Daniel y Apocalipsis llegó a ser el marca distintivo para mantener en su lugar e iluminar las verdades bíblicas que
enseñamos como iglesia.

En la actualidad, los Adventistas del Séptimo Día están virtualmente solos como defensores del método histórico
para interpretar Daniel y Apocalipsis, el método usado por Cristo, Pablo y los reformadores.
Posición historicista de Elena White.

“El libro de Apocalipsis [Daniel] revela al mundo lo que ha sido, lo que es y lo que ha de venir; es para nuestra
instrucción, para quienes han alcanzado los fines de los siglos. Debe estudiarse con temor reverente. Tenemos el
privilegio de conocer lo que es para nuestra instrucción…” EW, 7 CBA, 985 (cf. HAp, 481, 482).

En esta declaración Elena de White demuestra como la Profecía apocalíptica fue planificada por Dios para encontrar
cumplimiento secuencial a medida que la historia se desarrolla.

1. Algunas de estas profecías han encontrado su cumplimiento en épocas pasadas.


2. Otras lo encuentran ahora.
3. Algunas enfocan el final del conflicto y todavía no han tenido su cumplimiento finalmente.
4. Algunas porciones de la profecía se relacionan con la tierra nueva y allí encontrarán su cumplimiento.

“Sus verdades están destinadas a los que viven en los últimos días de la historia de esta tierra”. Es importante
porque el cumplimiento de algunas de estas profecías “ahora se realizan” y otras pronto se cumplirán en “el final del
gran conflicto entre los poderes de la tinieblas y el Príncipe del cielo”. HAp, 481, 482.

El adventista de esta época puede continuar aprendiendo lecciones espirituales de la historia pasada y del
cumplimiento profético. En esta forma la profecía de Daniel y Apocalipsis continúan dándonos ánimo, confianza, y
motivación para los cristianos de los últimos días aún cuando grandes porciones de estos libros han encontrado su
cumplimiento en épocas pasadas.

Elena White no analiza en sus escritos cada porción de Daniel y Apocalipsis. Su presentación más amplia se la
encuentra en el libro, El Gran Conflicto.

Por ejemplo, presenta una clara interpretación del cuerno pequeño (Dn. 7); el dragón (Ap. 12); el leopardo (Ap. 13);
y los períodos de tiempo relacionados (3 ½ tiempos = 1260 días = 42 meses = 1260 anos de supremacía papal 538 –
1798) como también la bestia de dos cuernos (Ap. 13) y el conflicto sobre el sábado y la ley de Dios simbolizado
por la obligatoriedad de la “marca de la bestia” por la “imagen de la bestia” (cf. CS, 663).

Estos enfoques apoyan completamente el método histórico y las principales conclusiones y posiciones a las que
llegaron nuestros pioneros que emplearon este sistema. Sus escritos divinamente guiados confirman el fundamento
profético (derivado de Daniel y Apocalipsis) en el que se apoya hoy la iglesia adventista.

Como adventistas del séptimo día reconocemos que estamos viviendo en “el tiempo del fin”, la conclusión del
tiempo de prueba humano. En armonía con el método histórico, se ha trazado el despliegue de los rollos proféticos
de Daniel y Apocalipsis.

Las profecías que se cumplieron en el pasado nos dan una firme confianza que Dios cumplirá las pocas porciones
restantes. Estas se enfocan principalmente entre el Cielo y los poderes de las tinieblas, sobre el sello de Dios y la
marca de la bestia.

PRINCIPIOS DE NTERPRETACIÓN PROFÉTICA

Principios de Interpretación Profética.

¿Qué es Profecía?
El New World Dictionary (Diccionario del Nuevo Mundo) de Webster, define el término “profecía” como
“predicción del futuro bajo la influencia de la conducción divina”. “Acto o practica de un profeta, ya sea hablado,
representado o escrito. Por otra parte, debe haberse originado en una fuente divina”.

Un profeta es un mensajero de Dios que llevará el mensaje de Dios, sea acerca de lo pasado, de lo presente o de lo
futuro. La parte profética de Daniel tiene el carácter de una predicción.

“Desde los tiempos más remotos se había considerado a los profetas como maestros divinamente designados. El
profeta era, en el más elevado sentido, una persona que hablaba por inspiración directa, y comunicaba al pueblo los
mensajes que recibía de Dios. Pero también se daba este nombre a aquellos que, aunque no eran tan directamente
inspirados, eran divinamente llamados a instruir al pueblo en las obras y caminos de Dios”. Ed, 42, 43.

El Espíritu Santo debe iluminar nuestras mentes para que comprendamos la importancia de las verdades presentadas
e interpretemos correctamente los símbolos usados. Jn. 16:13.

Al estudiar las Sagradas Escrituras, no debemos permitir que nuestras ideas personales determinen su significado. 2
P. 1:20. Debemos estudiar la Biblia misma, y no depender exclusivamente de lo que otros hombres puedan decir de
ella.

Debe reconocerse a Cristo como su centro.


La profecía predice claramente el tiempo y la venida del Mesías y su obra. Jesús como el Mesías es el centro y
núcleo del AT y NT. Nuestro principal objetivo al estudiar las profecías bíblicas debiera ser descubrir cómo las
profecías se centran en Cristo.

Cristo es el centro de la revelación porque Él es la Revelación de Dios. Todas las profecías y revelaciones explican
la vida y la misión de Cristo.
“Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y digan cuál es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se
presente, ensalzad a Jesús como el centro de nuestra esperanza”. TM, 118.

Deben reconocerse señales y símbolos.


Al tratar con su pueblo Dios usa señales y símbolos para impresionar verdades importantes sobre la gente. Se debe
estudiar cuidadosamente cómo los escritores bíblicos y los intérpretes de ese tiempo los usaron y cómo entendieron
los símbolos implicados.

Cabeza de oro (2:38) Babilonia


Piedra (2:44, 45) Reino de Dios
Macho cabrio (8:21) Grecia
4 Bestias (7:17) 4 reinos
10 cuernos (7: 24) 10 reyes
Vientos (Jer. 4:11-13) guerras
Aguas (Ap. 17:15) pueblos

El significado del símbolo está claramente indicado en el texto bíblico, facilitando la tarea del intérprete. El
significado se encuentra en su contexto inmediato. Un símbolo puede tener más de un significado, pero debemos
aceptar el que fue elegido por el escritor bíblico.

Si el significado del símbolo no está claramente indicado debemos estudiar ese símbolo específico y, con oración,
elegir el significado que parece más compatible con el contexto inmediato.
Además, tenemos la ayuda de los escritos de Elena de White para interpretar los símbolos correctamente, en última
instancia.

1. Ir sin prejuicio
2. Consultar otros libros de la Biblia
3. En lo posible debe procurarse la interpretación literal.
4. Hasta donde sea posible los símbolos deben ser interpretados de acuerdo a la Biblia.

5. El símbolo debe ser examinado con relación a su estado original.


6. El principio de Israel espiritual debe ser aplicado en las profecías.
7. Mantener siempre la posición Cristo céntrica.
8. Se debe tomar en cuenta el carácter progresivo de la profecía.

9. Aplicar el principio del contexto.


10. No usar la Biblia para enfatizar una idea que no tiene apoyo bíblico.
11. En la interpretación no se debe exigir lo teológico sobre lo exegético, sino, lo exegético sobre lo teológico.
12. No debemos guiarnos por asunciones o presuposiciones de tipo artificial.

13. Ser cuidadosos en la interpretación de los números del Apocalipsis.


14. No se debe interpretar lo apocalíptico en secuencia de término cronológico sino a quienes o a quién llega el autor
con la profecía.
15. Examinar cuidadosamente las expresiones en las figuras, a fin de que podamos llevarlos a hechos reales.
16. La profecía debe ser analizada por los principios de: correspondencia, analogía, equivalencia; con respecto a
otras profecías de otros libros.
El método comparativo es fundamental en el estudio de las profecías.

17. Comprender las limitaciones del profeta en ciertos acontecimientos específicos. El profeta no
puede entender plenamente lo que sucederá en el futuro, piensa que sus hechos se cumplirán en sus días. Hay
profecías de doble o triple aplicación.

18. Los puntos de semejanza o correspondencia entre tipo y antitipo deben ser estudiadas cuidadosamente; pero no
debe pensarse que en todos los puntos deben corresponder. Los puntos de diferencia entre tipo y antitipo deben
ser entendidos cuidadosamente.

19. El estudio de la tipología debe estar basado en la instrucción de los escritores inspirados.

Dios tiene un propósito inmutable para la raza humana. Tiene un plan y va a cumplirlo.
Dios tiene un conocimiento de todo lo que va a suceder en el futuro, no ignora nada. Is. 46:9, 10. Dios ha revelado
al hombre todo aquello que Él quiere que yo conozca.

Dios es misericordioso. No actúa en forma legalista, toma en cuenta al hombre, aunque pueda afectar en lo que
vaya a suceder. Por cuanto somos tan inclinados a la duda, la profecía nos ayuda a establecer nuestra confianza y
nuestra capacidad de creer.

Ofrece esperanza para el futuro. Al asegurarles a los oprimidos que viene el día de ajuste de cuentas en el cual
recibirán la recompensa de su fidelidad. Ro. 15:4.

Cristo recomendó la lectura del libro de Daniel. “Por tanto, cuando veáis establecida en el lugar santo la
abominación asoladora, de la cual habló el profeta Daniel (el que lee entienda)”. Mt. 24:15.

“Solo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras, y hayan recibido el amor de la verdad en sus
corazones, serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo”. CS, 683.

EL VALOR DEL ESTUDIO DEL LIBRO DE DANIEL

El Valor del Estudio de Daniel.

Revela que Dios está activo en la historia, y que no hemos sido dejados solos en este mundo para sobrevivir por
nuestros propios medios. Podemos tener dificultades y pruebas, pero no se nos ha dejado librados a los caprichos
de quienes nos rodean. Con Dios nuestras vidas pueden tener significado y dirección.

Muestra que Dios ayuda a los rectos y castiga a los malvados. No somos títeres en las manos del azar, porque si
escogemos ser guiados por Dios, nuestro destino está seguro.

Relata experiencias que podrían muy bien repetirse en nuestros días. El libro desafía a los jóvenes a ser como
Daniel y sus compañeros.

Nos asegura que Dios destruirá el mal, aunque con el fin de revelar su verdadera naturaleza le haya permitido
desarrollar sus malvados propósitos por un tiempo y parecer como si fuera a lograr la victoria.

Promete el establecimiento del eterno reino divino de paz y rectitud, y con su aparición el triunfo de todos los rectos.

ACTORES DEL LIBRO DE DANIEL

Actores del Libro de Daniel.

DANIEL “Dios juzga”


Su niñez fue vivida bajo la influencia de la gran reforma del rey Josías (621 a.C.).

Desarrolla su ministerio profético entre los años 603 al 536 a.C., o sea por casi 70 años.

En el año 605 a.C, Daniel es llevado cautivo a Babilonia. 2 R. 24.


Tenía aproximadamente unos 18 años de edad.

Tenía 88 años más o menos cuando los cautivos comenzaron a regresar a Jerusalén.

La tradición rabínica, asevera que Daniel y sus tres amigos eran descendientes del rey Ezequías.
J. Braverman, Jerome’s Commentary on Daniel: A study of Comparative Jewish and Christian Interpretations of the
Hebrew Bible [Comentario de Jerónimo sobre Daniel: Un estudio comparativo de las interpretaciones judías y
cristianas de la Biblia Hebrea] CBQMS 7, pp. 67, 68.

El rey Nabucodonosor, cambio su nombre por Beltsasar:


“Bel protege su vida”

Rasgos de carácter de Daniel


Sabiduría
Dotes de estadista.
Tacto perfecto.
Cortesía.
Genuina bondad en su corazón.
Fidelidad a los buenos principios. PR, 401.

Daniel fue contemporáneo de dos grandes profetas del exilio judío.


Jeremías, en Jerusalén. Daniel estudió la profecía de los 70 años de cautiverio (Jer. 29:10; 25:11, 12; 2 Cr. 36:21).
Ezequiel, en Quebar, cerca de la ciudad de Nipur en la baja Babilonia. Conoció a Daniel (Ez. 14:14, 20).

El historiador judío, Flavio Josefo dijo: que el judaísmo reconocía a Daniel como “uno de los más grandes profetas”.
El Talmud: Daniel era mayor que “todos los sabios de las demás naciones”.
La Midrash considera a Daniel y a Jacob como los dos únicos recipientes de una revelación del fin del tiempo por
parte de Dios.

Abraham Heschel citó a Daniel como el profeta en espera.


André Neher lo calificó como el “profeta en oración”.
Para Elie Wiesel, el libro de Daniel contiene la flor de la esperanza.
La tradición cristiana considera que Daniel es un profeta de referencia.

Ananías – Sadrac Jehová es misericordioso – Al mando de Aku (dios luna)


Misael – Mesac ¿Quién pertenece a Dios? – ¿Quién es lo que Aku es?
Azarías – Abed-nego Jehová ayuda – Siervo de Nebú

NABUCODONOSOR II “Que [el dios] Nabu proteja a mi hijo” o “Nabú proteja a mi piedra limite”

Su principal ambición fue convertir su capital (Babilonia) en la metrópoli más gloriosa del mundo.

“¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué … para gloria de mi majestad?” 4:30.
“Yo he hecho a Babilonia, la santa ciudad, la gloria de los grandes dioses mas destacada que antes, y he impulsado
su reconstrucción …” Inscripción en el Museo de Berlín.

Belsasar “Bel, ¡protege al rey!”

Era hijo mayor del rey Nabonido, último rey del Imperio Neobabilónico, y era nieto de Nabucodonosor.

Cuando Nabonido estaba en su campaña en el Líbano recuperándose de una enfermedad en su campaña contra la
ciudad de Tema, en Arabia, llamó a su hijo Belsasar y le encargó el reino de Babilonia hacia el año 552 a.C.

De este modo Belsasar, hijo y corregente, y segundo gobernante bien podía ofrecer a Daniel el puesto de ‘tercer
señor del reino’.
DARIO el Medo
Hijo de Asuero. (9:1)
Toma el reino a la caída de Babilonia. (5:31)
Edad, 62 años. (5:31)
Pone 120 príncipes sobre el reino. (6:1)
Primer año de su reinado. (9:2; 11:1)
Datos del Espíritu de Profecía

22. Ciro es el sobrino de Darío el medo. PR, 384.


Ciro es general de Darío. PR, 408.
Darío es el monarca de Media. PR, 408.
Muere dentro de dos años después de la caída de Babilonia. PR, 408.

Ciro II el Grande
En la Biblia se predice que Ciro sería el conquistador de Babilonia.
“Que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás reedificada; y al
templo: Serás fundado”. Is. 44:28.

“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual yo tomé por mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar
lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán”. Is. 45:1.

“Dios usó la manera en que Daniel fue librado del foso de los leones para crear una impresión favorable en el
espíritu de Ciro el Grande. Las magnificas cualidades del varón de Dios como estadista previsor indujeron al
gobernante persa a manifestarle respeto y a honrar su juicio.

“… Dios… movió a Ciro como agente suyo para que discerniera las profecías concernientes a él mismo, bien
conocidas por Daniel, y le indujo a conceder su libertad al pueblo judío.

“Cuando el rey vio las palabras que habían predicho, más de 100 años antes que él naciera, la manera en que
Babilonia sería tomada; cuando leyó el mensaje que le dirigía el Gobernante del universo:

“Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste; para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que
no hay más que yo”; ‘cuando tuvo delante de los ojos la declaración del Dios eterno’: “Por amor de mi siervo
Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; púsete sobrenombre, aunque no me conociste;”

‘cuando leyó en el registro inspirado’: “Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi
ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones” (Is. 45:5, 6, 4, 13).

“su corazón quedó profundamente conmovido y resolvió cumplir la misión que Dios le había asignado. Dejaría ir
libres a los cautivos judíos y les ayudaría a restaurar el templo de Jehová”. PR, 408, 409.

EL CILINDRO DE CIRO
Relata la conquista de Ciro, rey de Persia (559-530 a.C.) sobre Babilonia en el 539 a.C., la captura del rey
babilónico, el regreso de los judíos a Jerusalén y la reconstrucción de su templo.

CRISTO
Él es el meollo de las profecías de Daniel y el protagonista central del libro.
“Miguel” se refiere específicamente a Jesús.

Él es la piedra del capítulo 2.


Es el “hijo del hombre” en el capítulo 7.
Es el Mesías príncipe sacrificado en el capítulo 9.
Es el que lucha contra el príncipe de Persia en el capítulo 10.
Es nuestro Príncipe que nos cuida en los capítulos 10 y 11.

Las Escrituras nos habla de la liberación de Sadrac, Mesac y Abed-nego del horno de fuego (Dn. 3) y la liberación
de Daniel del foso de los leones (Dn. 6). En Daniel 12:1, Dios libera a su pueblo, esta vez del mismo Satanás.
Pero, cuando el Rey de reyes descienda sobre las nubes, finalmente el día de su liberación habrá llegado.
LA PERSPECTIVA DE LA HISTORIA

Antecedentes Históricos.

El rey Ezequías arroja mucha luz para entender los antecedentes del libro de Daniel.
Este rey de Judá había caído gravemente enfermo. Aunque Dios le había dicho que ordenará sus asuntos porque iba
a morir (Is. 38:1-3), Ezequías rogó que se le concediera la vida y la salud.

Dios no se limitó a sanar al rey y concederle unos cuantos años más de vida. Le dio además una señal, al hacer
volver la sombra del reloj varios grados (Is. 38:4-8). Este milagro no sólo le aseguró a Ezequías que Dios cumpliría
su palabra, sino que además demostró públicamente que el Señor controla todas las cosas, y que puede hacer lo que
le parezca.

Lo trágico de la historia de Ezequías radica en que el rey no le dio a Dios la gloria por haberle concedido la vida y
devuelto la salud.

Cuando lo visitaron los representantes de Babilonia, impresionados por el retroceso de la sombra de sus relojes, el
rey no les dijo una palabra acerca del poder y el amor de Dios. (Is. 39).

En vez de testificar de lo que debiera haber sido su fe, condujo a los embajadores babilónicos en una visita a los
almacenes reales, en los cuales pudieron admirar su oro y plata, sus armamentos, y las glorias de su reino (2 R.
20:12, 13).

La respuesta divina fue rápida y segura:


“He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será
llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado. Tomarán,
y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia (2 R. 20:17, 18).

Al repasar la historia de los reyes de Judá es cosa triste. Durante 23 años, Jeremías había estado dirigiendo
repetidos llamados al arrepentimiento. Pero nadie quiso escuchar (Jer. 25:3).

Dios declaró:
“He aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo,
y los traeré contra esta tierra, y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los
pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua” (Jer. 25:9).

Al abrir el libro de Daniel, encontramos al reino de Judá recogiendo una amarga cosecha, fruto de sus largos
años de desobediencia a Dios (2 R. 21:10-16; 24:18-20).

Dios se proponía que su pueblo fuese una luz para los gentiles (Is. 42:6), pero su continua apostasía los condujo con
el tiempo a su destrucción, tal como el profeta Jeremías lo había predicho (Jer. 25:8, 9).

A fines del siglo VII a.C., el reino de Babilonia reemplazó a los asirios como el poder dominante en el antiguo
Cercano Oriente. Uniendo fuerzas con los medos del norte de Irán, los babilonios vencieron a los asirios,
capturando la ciudad de Asur el año 614 a.C., y saquearon Nínive el 612 a.C.

Al extender su imperio hacia el occidente los babilonios encontraron a los egipcios en Carquemis, en el alto del río
Eufrates, el año 605 a.C. De acuerdo con Jeremías 46:1-12, Nabucodonosor y sus fuerzas vencieron al faraón
Necao en Carquemis.

En la primera campaña contra Palestina en el año 605 a.C., Nabucodonosor, tomó cautivos, incluyendo a Daniel y a
sus compañeros.

Josías, el último buen rey de Judá, murió el 609 a.C. Su hijo Joacim había sido un vasallo egipcio hasta que
Nabucodonosor, en el año 605 a.C., lo obligó a someterse a Babilonia.

Cuando Joacim se rebeló contra Babilonia en el 598 a.C., Nabucodonosor dirigió personalmente su ejército contra
Jerusalén y la conquistó en el 597 a.C.
Tomó al nuevo rey Joaquín, hijo de Joacim, quien apenas tenía unos tres meses en el trono, lo llevó a Babilonia, e
instaló a Sedequías, hermano de Joacim, como gobernante.

Al mismo tiempo Nabucodonosor confiscó una gran cantidad de utensilios del templo y llevó 10.000 cautivos, entre
ellos al profeta Ezequiel (2 R. 24:10-16; Ez. 1:1).

Varios años después Sedequías se alió con Egipto contra Babilonia (Jer. 37:7, 8). Como Nabucodonosor no estaba
dispuesto a permitir que ninguna de sus posesiones en el oeste cayeran en manos de Egipto, marchó contra Judá,
devastó toda la tierra, y en el año 586 a.C., tomó Jerusalén y la quemó hasta los cimientos (2 R. 25:9, 10).

El libro de Daniel comienza con dos breves declaraciones acerca del sitio que el rey de Babilonia puso a Jerusalén
en el año 605 a.C.:

“Vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor la entregó en sus manos a Joacim rey de
Judá”. v. 1.
La primera declaración describe el evento en términos de la historia secular, la segunda nos muestra la dimensión
espiritual del evento.

Daniel añade un elemento significativo a la historia al declarar que Dios entregó a Joacim, rey de Judá, en manos del
rey de Babilonia. Nos revela que Dios determinó el resultado del sitio de Jerusalén. La cautividad no fue
únicamente el resultado de actividades humanas.

El punto de vista bíblico es que hay un Dios activamente envuelto en el cumplimiento de sus planes y propósitos, y
él es quien determina lo que sucede.

CAPÍTULO I
4 HÉROES Daniel y sus amigos

4 Héroes: Daniel y sus amigos.

“En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá”. v. 1.


Este año III es el 605 a.C. año del primer cautiverio babilónico, ocasión cuando fueron llevados cautivos Daniel y
sus compañeros.

Nabucodonosor ordenó “a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los
príncipes,

“muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y
de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey”. v. 3, 4.

“Y fueron entre ellos, de los hijos de Judá, Daniel, Ananías, Misael y Azarías”. v. 6.

“Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los
criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey”. v. 5.

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que el bebía;
pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligue a contaminarse”. v. 8.

No deseaba comer carne que según las leyes levíticas fuese inmunda e inapropiada para el consumo humano (Lv.
11).

No quería comer carne que hubiese sido ofrecida previamente a los ídolos, porque al hacerlo daría la impresión de
estar participando en una práctica religiosa pagana.

No deseba comer carne de animales que no hubiesen sido muertos de acuerdo con las prácticas judías, porque estaría
impregnada de sangre (Lv. 17:13, 14).
No deseaba poner en peligro su salud adoptando un régimen rico en condimentos y especias, y combinando de
manera que recargase su sistema digestivo. Daniel consideraba que era deber religioso de su parte el conservar su
fortaleza para el servicio del Señor.

Recordaba sin duda el consejo del sabio concerniente al vino, y deseaba abstenerse de cualquier cosa que nublase su
juicio (Pr. 20:1; 23:31, 32).

Finalmente, Daniel recordaba que al aceptar favores de un gobernante restringimos nuestra independencia. Siempre
es conveniente evitar las obligaciones de este tipo (Pr. 23:1-3).
“Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos”

“y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi Señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues
luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis
para con el rey mi cabeza”. v. 10.

“Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y
Azarías”. v. 11.

“Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den a legumbres a comer, y agua a beber.
Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz
después con tus siervos según veas”. v. 12, 13.

“Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos
mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey”. v. 14, 15.

“A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo
entendimiento en toda visión y sueños”. v. 17.

“Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo
delante de Nabucodonosor”. v. 18.

“Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías”.
v. 19.

“En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores…”. v. 20.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. Dios tiene todo bajo control.


Aunque parezca lo contrario, Dios está en el centro de la historia. Dios es soberano, y dirige el mundo por su
providencia.

2. Las pruebas del carácter son oportunidades para crecer.


Con frecuencia consideramos las pruebas y las tentaciones como pesadillas personales, aunque Dios las use para dar
formación, dirección y carácter a nuestras vidas.

3. Los cristianos deben luchar por lo que creen.


Como cristianos estamos rodeados de una cultura hostil hacia los valores cristianos fundamentales (pos
modernismo). El dios de la cultura moderna no es el Dios de la Biblia, sino el yo.

4. Nuestro Señor Jesucristo nos envía al mundo (Jn. 17:18), pero nos pide que no seamos del mundo (v. 14), y San
Pablo nos desafía a no conformarnos a este siglo (Ro. 12: 2). Así como Daniel, cada cristiano debería interactuar
con la cultura que le rodea, pero también saber el momento en que debe levantarse y oponerse a ella.

5. Vivir de acuerdo con las leyes de Dios es gozar de una vida llena de desafíos y satisfacciones. Ignorar las
enseñanzas divinas e insistir en seguir nuestros propios caminos es jugar con el desastre.

6. Por cuanto Dios es el único que sabe con certeza si nos conviene vivir o morir, debiéramos estar dispuestos a
aceptar sus planes, no importa cuán diferentes de los nuestros puedan ser.
7. Dios, en su misericordia, a menudo nos protege de las consecuencias de nuestras acciones, pero llega el tiempo
cuando debemos ser disciplinados.
8. El objeto de la disciplina de Dios es obtener arrepentimiento y conversión.

9. El hombre no tiene excusa para ignorar la voluntad de Dios, y la recompensa por el bien hacer. Dios nos ha dado
abundantes evidencias de ambas en su Palabra y en la historia.

10. Bendito es el hombre que decide hacer lo que es correcto sin pensar en las consecuencias. Dios está a su lado, y
le ayudará en todo lo que sea necesario.

11. Las leyes de la salud son tan sagradas como las que se refieren a la verdadera adoración.
12. El verdadero éxito se mide por nuestra dedicación a Dios y nuestra voluntad de aceptar su plan para nuestra vida.

REFLEXIONES INSPIRADAS

“Mientras Daniel se aferraba a Dios con confianza inquebrantable, descendió sobre él el espíritu del poder profético.
Al par de ser honrado por los hombres con las responsabilidades de la corte y los secretos del reino, fue honrado por
Dios como embajador suyo, y aprendió a leer los misterios de los siglos futuros” Ed, 53.

“La historia de José y Daniel es una ilustración de lo que el Señor hará por los que se entregan a él y se esfuerzan de
todo corazón por llevar a cabo su propósito”. Ed, 54.

“Aquí se revelan las condiciones del éxito. Para apropiarnos de la gracia de Dios tenemos que hacer nuestra parte.
El Señor no tiene el propósito de hacer por nosotros no el querer ni el hacer. Concede su gracia para que se efectúe
en nosotros el querer y el hacer; pero nunca como un sustituto de nuestros esfuerzos.

Nuestra alma debe estar dispuesta a cooperar. El Espíritu Santo obra en nosotros para que podamos ocuparnos de
nuestra salvación. Esta es la lección práctica que el Espíritu Santo procura enseñarnos”. EW, YI, 20-8-1903, 4
CBA, 1189.

“Así como Dios llamó a Daniel para que testificase por él en Babilonia, nos llama hoy a nosotros para que seamos
sus testigos en el mundo.

“Tanto en los asuntos menores como en los mayores de la vida, desea que revelemos a los hombres los principios de
su reino… Se necesitan hombres que, como Daniel, serán activos y audaces para la causa del bien. Se necesitan
corazones puros, manos fuertes, valor intrépido”. PR, 358.

“La historia de Daniel y sus compañeros ha sido recordada en las páginas de la Palabra inspirada para beneficio de
los jóvenes de todas las edades sucesivas… Daniel no dudó mucho tiempo. Decidió mantenerse firme en su
integridad, fueran cualesquiera los resultados…

“Hay muchos entre los profesos cristianos modernos, que podían concluir que Daniel fue demasiado escrupuloso, y
se podría considerarlo estrecho y fanático. Creen que el asunto de comer y beber tiene poca consecuencia para exigir
una posición tan decidida: Una posición que comparta el probable sacrificio de toda ventaja terrena, pero los que
razonan de esta suerte hallarán en el día del juicio, que ellos se han desviado de los expresos requerimientos de Dios.

“Sus requerimientos deben ser obedecidos en forma inflexible. Los que aceptan y obedecen uno de sus preceptos
porque resulta conveniente hacerlo, en tanto que rechazan otro, porque su observancia requerirá un sacrificio,
rebajan la norma de justicia, y por su ejemplo inducen a otros a considerar livianamente la Santa Ley de Dios”.
CSRA, 33, 34.

CAPITULO II
UN SUEÑO, UN PODER, UN REINO.

UN SUEÑO, UN PODER, UN REINO.

“En los anales de la historia humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los imperios,
parecen depender de la voluntad y proezas del hombre. Los sucesos parecen ser determinados, en gran parte, por su
poder, ambición, o capricho.
“Pero en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima , y entre la trama y urdimbre de los
intereses, las pasiones y el poder de los hombres los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y
pacientemente los consejos de la voluntad de Dios”. Ed, 169.

“En la historia de las naciones el que estudia la Palabra de Dios puede contemplar el cumplimiento literal de la
profecía divina. Babilonia, al fin quebrantada, desapareció porque, en tiempos de prosperidad, sus gobernantes se
habían atribuido la gloria de su reino a las hazañas humanas.

El reino medo persa fue objeto de la ira del Cielo porque en él se pisoteaba la ley de Dios… Los reinos que
siguieron fueron aun más viles y corruptos; y se fueron hundiendo cada vez más en su falta de valor moral. El poder
ejercido por todo gobernante de la tierra es impartido del Cielo; y de uso que hace de este poder el tal gobernante,
depende su éxito”. PR, 367, 368.

“Aunque las naciones rechazaron los principios de Dios y provocaron con este rechazamiento su propia ruina, quedó
manifiesto que el propósito divino predominaba y obraba en todos sus movimientos”. Ed, 173.

“Comprender estas cosas, comprender que ‘la justicia ensalza a la nación’; que ‘con la justicia se afirma el trono’ y
‘con la misericordia’ (Pr. 14:34; 16:12; 20:28); reconocer la obra de estos principios en la manifestación de su poder
que ‘quita los reyes, y establece los reyes’ (Dn. 2:21), es comprender la filosofía de la historia”. Ed, 170.

“La historia que el gran YO SOY ha trazado en su Palabra, uniendo eslabón con eslabón en la cadena profética, de la
eternidad pasada a la eternidad futura, nos dice donde estamos hoy, en el transcurso de los siglos y qué es lo que se
puede esperar en lo futuro.

“Todo lo que la profecía anunció que sucedería, hasta el presente, ha sido registrado en las páginas de
la historia y podemos estar seguros de que todo lo que vendrá aún se cumplirá en su orden”. Ed, 174.

“En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le
fue el sueño”. v. 1.

El segundo año de Nabucodonosor, durante el cual Daniel terminó sus estudios y estuvo “delante del rey”. Este es
el año que también interpretó el sueno, o sea entre el 604 - 603 a.C.

El sueño tenía el propósito de mostrar a Nabucodonosor su lugar de responsabilidad en el plan de Dios para que
tuviese la oportunidad de cooperar con el programa Divino. Dios se acercó a Nabucodonosor por medio del sueño
porque era el medio más efectivo para transmitirle su mensaje.

“El ordenó llamar a los magos, los adivinos, los hechiceros y a los caldeos para que explicarán al rey su
sueño. Vinieron, pues, y se presentaron ante el monarca”. v. 2.

Los magos practicaban la magia… cumplían todos los ritos supersticiosos y las ceremonias de los adivinadores,
echadores de suertes.
Los astrólogos eran hombres que aseveraban predecir los acontecimientos por el estudio de los astros.
Los encantadores eran personas que pretendían comunicarse con los muertos.
Los caldeos eran una secta de filósofos análogos a los magos y astrólogos, y se dedicaban al estudio de las ciencias
naturales y las adivinaciones.

1. Nadie en el mundo puede hacer lo que demanda el rey;


2. Jamás nadie ha pedido cosa semejante;
3. Los únicos dioses que podían revelar un asunto semejante, tiene su morada muy lejos del alcance humano.

“El Señor, en su providencia, tenía un sabio propósito en mente al dar a Nabucodonosor este sueño. Y luego
haciendo que olvidara los detalles, con el propósito de que retuviera la fuerte impresión que había hecho sobre su
mente. Dios deseaba exponer las pretensiones de los sabios de Babilonia”. EW, Youth Instructor (Sept 1, 1903).

“Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey”. v. 16.

“Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo”. v.19.
“… El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los
entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz…” v. 21, 22.

“¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación?”. v. 26.

“El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.

“Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de
acontecer en los postreros días”. v. 27, 28.

“He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama…” v. 28.

“Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que
revela los misterios te mostró lo que ha de ser.

“Y a mí me ha sido revelado el misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para
que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón”. v. 29, 30.

“Tú , oh rey, veías, y he aquí una gran imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie
delante de ti, y su aspecto era terrible”. v. 31.

“La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus
piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. v. 32, 33.

“Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y barro
cocido, y los desmenuzó”. v. 34.

“Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como
tamo de la eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedará rastro alguno…” v. 35.

“… Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”. v. 35.

“Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey”. v. 36.

“Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad”. v. 37.

“Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y
te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro”. v. 38.

Babilonia: 605 – 539 a.C.

Babilonia: 605 – 539 a.C.

“Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo…” v. 39.

Medo Persia: 539 – 331 a.C.

Medo Persia: 539 – 331 a.C.

“… y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra”. v. 39.

Grecia: 331 – 168 a.C.

Grecia: 331 – 168 a.C.

“Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y
quebrantará todo”. v. 40.

Roma: 168 a.C. – 476 d.C.

Roma: 168 a.C. – 476 d.C.


“Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino
dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido”. v. 41.

“Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte y en parte
frágil”. v. 43.

Reinos divididos: 476 – hasta hoy.

10 reinos.

10 reinos.

“Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte
frágil”. v. 42.

“NO SE UNIRÁN EL UNO CON EL OTRO”

“se mezclarán por medio de alianzas humanas”. v. 43. La reina Victoria, Carlo Magno,
Carlos V, Napoleón Bonaparte, El Káiser, Hitler.

Las Naciones Unidas: ONU.

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado
a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”. v. 44.

La piedra que “fue cortada, no con manos”. Simboliza el nacimiento milagroso de Cristo en su
primer advenimiento. (Mt. 21: 42-44). v. 34.

“e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó”. v. 34.
Representa la destrucción del mundo en la segunda venida de Cristo. (Sal. 2:8, 9; Ap. 19:11-18).

La piedra que reducía a los pueblos como “tamo de las eras del verano” representa el tercer advenimiento de Cristo
al finalizar el milenio, cuando los impíos serán destruidos completamente. (Ap. 20; Sal. 1:4; Is. 17:13; Mal 4:1-4).
v. 35. Guillermo G. White, Sings of the Times, 8 de marzo de 1927.

La estatua de Nabucodonosor y los reinos.

La estatua de Nabucodonosor y los reinos.

La estatua de Nabucodonosor y los reinos.

“en los días de estos reyes… se levantará un reino que no será jamás destruido… y… permanecerá para siempre”. v.
44.

Cristo está sentado sobre su trono hoy, en el trono de gracia (He. 4:16) y reina sobre los corazones de su pueblo
verdadero; pero aún no ha ocupado el trono de su padre David… Este acontecimiento se producirá en lo futuro. (Mt.
25:31, 32; 2 Ti. 1:1-4; He. 9:27, 28; Ap. 19:16; 22:12).

Entonces Cristo reinará como rey sobre el trono de gloria. Sal. 24

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. Es locura suponer que podemos hacer planes para nuestras vidas y ejecutarlos, sin reconocer que hay un Dios
cuya soberanía debemos acatar.
2. El futuro no es amenazante para el que acepta que Dios controla los acontecimientos.

3. En lo que se refiere a conocer el futuro, hay un solo Ser que puede revelarlo con certidumbre.
4. Dios revela el futuro, no para satisfacer nuestra curiosidad, sino con el fin de indicar que él es el único Dios
verdadero.
5. La oración -tanto individual como en grupo- es un medio ordenado por Dios para hallar solución a nuestros
problemas y dificultades.
6. El hombre de Dios se interesa tanto en el bienestar de los demás como en el suyo propio.

7. Si somos sabios, reconoceremos la soberanía de Dios en todo aspecto de nuestra vida.


8. Dios usa agentes humanos para cumplir sus propósitos.
9. Es un gran privilegio el ser un instrumento que Dios puede usar para bendecir a otros.

REFLEXIONES INSPIRADAS

“Si se hubiera escrito toda la historia de Daniel, abriría ante vosotros capítulos que os mostrarían las tentaciones a
las que él tuvo que hacer frente: tentaciones de ridículo, envidia y odio; pero él aprendió a dominar las dificultades.
No confió en su propia fuerza. Puso delante de su Padre celestial toda su alma y todas sus dificultades, y creyó que
Dios le oía, y fue consolado y bendecido”. EW, YI, 25-8-1886, 4 CBA, 1189.

“La fuerza tanto de las naciones como de los individuos no se halla en las oportunidades o los recursos que parecen
hacerlos invencibles, no se halla en su jactanciosa grandeza. Se mide por la fidelidad con que cumplen el propósito
de Dios”. PR, 368.

“En su ley Dios dio a conocer los principios en que se basa toda verdadera prosperidad, tanto de las naciones como
de los individuos… Las bendiciones así aseguradas… se prometen bajo las mismas condiciones y en el mismo
grado, a toda nación y a todo individuo debajo de los anchos cielos”. PR, 366, 367.

“Si los santos del AT dieron un testimonio tan decidido de lealtad, ¡cuánto debiera brillar hoy el pueblo de Dios que
tiene la luz acumulada de los siglos, desde que las profecías del AT proyectaron su gloria velada hacia el futuro!”.
EW, Carta 32, 1899, 4 CBA, 1190, 1191.

CAPITULO III
EN EL CRISOL

CAPITULO III: EN EL CRISOL

No se da una fecha de los acontecimientos de este capítulo, pudo haber ocurrido en el año 594 a.C. La LXX
y la traducción griega de Teodoción ubican los acontecimientos en el 18o año de Nabucodonosor.

Esta fecha coincide con el 4to año de Sedequías, quien en ese año hizo un viaje a Babilonia (Jer. 51:59). Es posible
que ese viaje hubiera sido emprendido en respuesta a la convocatoria de Nabucodonosor para que todos los
magistrados y vasallos “gobernadores de las provincias” (3:2) se presentaran en Babilonia para rendir homenaje a la
imagen que había erigido.

“El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro… y envió… a que se reuniesen los sátrapas, magistrados,
capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la
estatua…”. v. 1, 2.

El libro de Daniel no nos dice en qué año del reinado de Nabucodonosor sucedió este acontecimiento.

En el año 597 a.C., Jerusalén fue sitiada y tomada. Llevaron cautivo a Joaquin, rey de Judá, y en su lugar fue
colocado Sedequías. Jeremías nos dice que Sedequías viajó a Babilonia en el cuarto año de su reinado (594/593
a.C.)

Jeremías había preparado un rollo de profecías que debía ser llevado a Babilonia y leído. Jer. 51:1-58. Seraías,
mensajero de Jeremías, tenía instrucciones de leer el rollo en alta voz, y luego atarle una piedra y echarlo al río
Eufrates, diciendo:

“Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos”. v. 64. Es
interesante notar que al mismo tiempo en que Babilonia proclamaba su grandeza, Dios anunciaba su caída.
“al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de
todo instrumento de música”. “Y que os postraréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha
levantado”. v. 5.

“Y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo”. v. 6.

“Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron a los judíos”. v. 8.

“Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y
Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has
levantado”. v. 12.

“¿Qué dios será aquel que os libre de mis manos?” v.15.

“No es necesario que te respondamos sobre este asunto”. v. 16. “Nuestro Dios a quien servimos, puede librarnos
del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará”. v. 17. “Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a
tus dioses. Ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. v.18.

“Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo”. v. 23.

“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó,… ¿no echaron a tres varones atados…? v. 24, 25.

“… he aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del
cuarto es semejante a hijo de los dioses”. v. 25.

“Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Is. 43:2.

Este es el primer ejemplo registrado de un gobernante que trata de obtener la conformidad por medio de la
adoración. El rey Nabucodonosor intentó forzar la adoración de todos, agregándole un decreto de muerte a la
ceremonia de la imagen de oro. Según la profecía, el pueblo de Dios en el tiempo del fin enfrentará un decreto
similar de parte de la Babilonia moderna.

Comparación entre Daniel 3 y Apocalipsis 13:11-18:


1. En ambos capítulos, el asunto es la adoración.
2. Ambos capítulos tiene una imagen para adorar, una literal, la otra espiritual.

3. En Daniel 3, la Babilonia literal demanda esta adoración, mientras en Apocalipsis 13 la Babilonia espiritual
exigirá la adoración a la imagen de la bestia.

4. Los tres hebreos enfrentaron la muerte. En el futuro, la iglesia y el estado se unirán para imponer uniformidad en
la adoración. Aquellos que se nieguen a someterse, enfrentarán el boicot económico y finalmente, la pena de muerte
(Ap.. 13:15).

Los relatos que leemos en la Biblia tienen el propósito de animarnos a prepararnos para las crisis antes que éstas
lleguen.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. Es muy fácil retroceder y volver a caer en el mal camino, aun después de la conversión, a menos que
mantengamos una estrecha conexión con la Biblia y con la iglesia.
2. Es más seguro ser criticado que ser alabado.

3. Debemos estar siempre en guardia contra la adulación.


4. Es preferible una muerte honrosa antes que comprar la vida a cambio de nuestros principios.
5. La decisión de hacer lo que es correcto siempre es una decisión personal.

6. El que decide hacer lo que es correcto sin considerar las consecuencias, nunca está solo. Dios permanece a su
lado, siempre reciben ayuda en los momentos de necesidad. He. 4:16.
7. Siempre es peligroso hacer lo que hacen todos los demás, sólo porque todos los demás lo hacen.

8. En el gran conflicto entre Cristo y Satanás, el creyente está siempre del lado ganador.
9. La idolatría no es sólo asunto del pasado. Cualquier cosa que reemplace a Dios en la vida de su pueblo hoy, puede
convertirse en un ídolo.

10. Aprendamos de la consagración sincera de los tres hebreos.


“No tiene límite la utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar a la obra del Espíritu Santo en su corazón, y
lleva una vida dedicada por completo a Dios”. MC, 116.

REFLEIONES INSPIRADAS

“Como en los días de Sadrac, Mesac y Abed-Nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará
poderosamente a favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto.

“El que anduvo con los nobles hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores doquiera que estén. Su
presencia constante los consolará y los sostendrá. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fue
nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles, Satanás con toda la hueste del mal no puede destruir al más
débil, de los santos de Dios.

“Los protegerán los ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará a favor como Dios de dioses, que puede
salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él”. PR, 376.

“Como en los días de Sadrac, Mesac y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará
poderosamente a favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. El que anduvo con los notables
hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los
consolará y sostendrá”. PR, 376.

“Importantes son las lecciones que debemos aprender de lo experimentado por los jóvenes hebreos en la llanura de
Dura.

“En esta época nuestra, muchos de los siervos de Dios, aunque inocentes de todo mal proceder, serán entregados
para sufrir humillación y ultrajes a manos de aquellos que, inspirados por Satanás, están llenos de envidia y
fanatismo religioso.

“La ira del hombre se despertará en forma especial contra aquellos que santifican el sábado del cuarto mandamiento;
y al fin un decreto universal los denunciará como merecedores de muerte”. PR, 376.

CAPITULO IV
SOBERBIA & HUMILDAD

SOBERBIA & HUMILDAD

Este capítulo esta presentado en forma de proclama. El relato de la locura de Nabucodonosor no se encuentra en
otros documentos extrabíblicos, debido a la costumbre de los babilonios de no registrar las desgracias de un héroe
nacional.

“Vi un sueño que me espantó, y tendido en mi cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron”. v. 5.

“… les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación”. v. 7.

“hasta que entró delante de mí Daniel,… y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante
de él el sueño,…” v. 8.

“Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa
llegaba hasta el cielo, y se lo alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.

“Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra
las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne”. vv. 10-12.
“… he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad
sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus
ramas”. vv. 13, 14.

“Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea
mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre sea
cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos”. vv. 15, 16.

“La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los
vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al
más bajo de los hombres”. v. 17.

“Entonces Daniel… quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban.” v. 19.

“Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren”. v. 19.

“El árbol que viste… tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte…” vv. 20-22.

“… te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te
apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que
conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere”. v. 25.

“Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que su reino te quedará
firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna”. v. 26.

“Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia,…”. v. 27.

“… el rey… dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para
gloria de mi majestad?”. v. 30.

“Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia”. v. 28.

“Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo…” v. 31.

“En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor,…”. v. 33.

“A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;…”. v. 31.

y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo,
hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves”. v. 33.

“… yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabe y glorifique
al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades”. v. 34.

“Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y
sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia”. v. 37.

“El que fuera una vez orgulloso monarca había llegado a ser humilde hijo de Dios, el gobernante tiránico e
intolerable era rey sabio y compasivo. El que había desafiado a Dios del cielo y blasfemado contra él, reconocía
ahora el poder del Altísimo y procuraba fervorosamente promover el temor de Jehová y la fidelidad de sus
súbditos.

“Nabucodonosor había aprendido por fin las lecciones que necesitaban aprender todos los gobernantes a saber que la
verdadera grandeza consiste en ser verdaderamente buenos”. PR, 382.

“El rey Nabucodonosor, delante de quien Daniel honró con tanta frecuencia el nombre de Dios, finalmente se
convirtió plenamente, y aprendió a engrandecer y glorificar ‘al rey del cielo’”. EW, RH, 11-1-1906, 4 CBA, 1192.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA


1. Podemos esconder ante mucha gente nuestra verdadera personalidad, pero no podemos ocultarnos de Dios. Ante
sus ojos, somos un libro abierto.
2. Bienaventurado el hombre que reconoce su dependencia de Dios, y se muestra dispuesto a confesarla.

3. Cuando reconocemos nuestras flaquezas, no perdemos influencia para con nuestros semejantes; al contrario,
adquirimos más.
4. La grandeza no consiste en elevarnos por encima de nuestros semejantes y dominarlos. Por el contrario, consiste
más bien en unirnos con ellos y ayudarles a alcanzar su máximo desarrollo.

5. Los que son verdaderamente grandes son verdaderamente buenos.


6. Cuando nuestra felicidad depende de cualquier cosa fuera de Dios, estamos invitando a la destrucción en nuestra
vida.

7. Dios esta en el control de mando del universo y le ha asignado a cada individuo un lugar y una tarea en su gran
plan.
8. La humanidad puede evitar los juicios de Dios a través del arrepentimiento y la conversión. (Is. 38:1, 2, 5; Jer.
18:7-10; Jon. 3:1-10).

REFLEXIONES INSPIRADAS

“Estamos viviendo en los últimos días de la historia de esta tierra, y no debe sorprendernos ninguna forma de
apostasía o de negación de la verdad. La incredulidad ha llegado a ser hoy día un artificio refinado en el cual se
ocupan los hombres para destrucción de sus almas.

“Hay un peligro constante de que haya simulaciones en los que predican desde el púlpito, cuyas vidas contradicen
sus palabras, pero la voz de advertencia y admonición se oirá mientras dure el tiempo; y los que son culpables de
transacciones que nunca debieron haber emprendido, cuando sean reprobados o aconsejados por los agentes que
Dios ha dispuesto, resistirán el mensaje y se negarán a ser corregidos.

“Continuarán como lo hicieron Faraón y Nabucodonosor, hasta que el Señor los prive de la razón y su corazón se
vuelva insensible. Les llegará la Palabra de Dios; pero si prefieren no oírla el Señor los hará responsables de su
propia ruina”. EW, Notebook Leaflets # 31, 1, 4 CBA, 1191.

CAPITULO IV (a.1)
Bienvenidos a BABILONIA

Bienvenidos a BABILONIA

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros a quienes han
alcanzado los fines de los siglos”. 1 Co. 10:11.

“¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi
majestad?”. Dn. 4:30.

“… vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti…” Dn. 4:31.

“Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las
que trastornó Dios. Nunca más será habitada…”. Is. 13: 19-22.

“Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra…”.
Jer. 51:7.

7 – 33 Imágenes de la ciudad de Babilonia.

CAPITULO V
UN HUÉSPED INVISIBLE
UN HUÉSPED INVISIBLE.

Los dos últimos versículos de Daniel 5 nos dicen cuándo sucedió este incidente; fue durante la fatídica noche final
del imperio neo-babilónico, cuando las fuerzas Medo-Persia se apoderaron del imperio. Los historiadores han
determinado que la fecha corresponde al 12 de octubre del año 539 a.C.

Belsasar era el hijo mayor de Nabonido a él se le confió el gobierno de Babilonia. Comenzó la co-regencia con su
padre alrededor del año 553 a.C. Esto sugiere que había reinado unos trece años cuando sucedió el incidente que
relata el capítulo 5.

“El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino”. v. 1.

“Belsasar, con el gusto del vino, mando que trajesen los vasos de oro y plata que Nabucodonosor su padre había
traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos…”. v. 2.

“[En Babilonia, Belsasar], con espíritu de orgullo y arrogancia y con un temerario sentimiento de seguridad (PR,
384), pasó bebiendo con sus concubinas y amigos en una orgía frívola, en la que usó los vasos sagrados del templo
de Salomón”. 3 CBA, 51.

“En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo
encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía”. v. 5.

“Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una
con la otra”. v. 6

“El rey grito en voz alta… cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura,
y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino”. v. 7.

“La reina… entro a la sala del banquete, y dijo: … en tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los
dioses santos,… esto es, en Daniel, el cual el rey [Nabucodonosor] puso por nombre Beltsasar…”. vv. 10-12.

“… el rey dijo a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá,…? v. 13.

“Daniel… dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le
daré la interpretación”. v. 17.

“El profeta recordó primero a Belsasar asuntos que le eran familiares, pero que no le habían enseñado la lección de
humildad que podría haberle salvado”. PR, 388.

“En palabras audaces y enfáticas, reprendió a Belsasar por su gran impiedad”. PR, 388.

Hizo resaltar el pecado del rey.


“Y tú sabiendo todo esto, no has humillado tu corazón” v. 22.

Los hombres “que rehúsan someterse al gobierno de Dios son enteramente inaptos para gobernarse a sí mismos”.
CS, 641.
“Todos deciden su destino por propia elección” y al rechazar los principios de Dios, provocan su propia ruina. Ed,
173, 174, 4 CBA, 818.

“La escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN

Mene: “Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin”. v. 26.

Tekel: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”. v. 27.

Peres: “Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y persas”. v. 28.

“Entonces mando Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era
tercer señor del reino”. v. 29.
“Más de un siglo antes, la Inspiración había predicho que ‘la noche de… placer’ durante la cual el rey y sus
consejeros rivalizarían unos con otros para blasfemar contra Dios, se vería de repente trocada en ocasión de miedo y
destrucción”. PR, 389.

“Mientras estaba todavía en el salón de fiestas, rodeado por aquellos cuya suerte estaba sellada, el rey recibió de un
mensajero la información de ‘que su ciudad’ era ‘tomada’ por el enemigo contra cuyos planes se había sentido tan
seguro; ‘los vados fueron tomados, … y consternáronse los hombres de guerra’ (Jer. 51:31, 32)”. PR, 389.

“… los medos y los persas, habiendo desviado el curso del Eufrates, penetraban en el corazón de la ciudad
desprevenida. El ejército de Ciro estaba ya al pie de las murallas del palacio; la ciudad se había llenado de soldados
enemigos ‘como de langostas’ (Jer. 51:14), y sus gritos de triunfo podían oírse sobre los clamores desesperados de
los asombrados disolutos”. PR, 390.

“La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos”.


“Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años”. vv. 30-31.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. Los gobernantes tienen la solemne obligación de aprender las lecciones de la historia.


2. Toda persona que ocupa una posición de responsabilidad, la cual afecta las vidas de los demás, debe hacer lo que
es correcto, y no simplemente lo que parece cómodo o agradable.

3. Dios nos permite hacer lo que deseamos, pero debemos recordar que cosecharemos las consecuencias.
4. Dios no permite que nadie permanezca sin conocer sus requerimientos. Tiene
mensajeros siempre disponibles en tiempo de necesidad.

5. No debemos olvidar que dependemos de Dios para todo.


6. Ningún pecado queda sin castigo, y que cuando un pecador está consciente de lo que hace es
indebido, el castigo es aún mayor.

7. Dios es sumamente serio cuando se trata de las cosas sagradas. Con Dios no se juega. Lo que él ha declarado
santo, como el sábado, o el diezmo, debe ser tratado con reverencia y cuidado.

REFLEXIONES INSPIRADAS

“Dios ensalzó a Babilonia para que pudiese cumplir su propósito”. (Ed, 171).
Ella tuvo su período de prueba, ‘fracasó, su gloria se marchitó. Perdió su poder, y su lugar fue ocupado por otra
[nación]’ (Ed, 172)”. 4 CBA, 780.

“A cada nación que subió al escenario de acción se le permitió ocupar su lugar en la tierra, para que pudiese
determinarse si iba a cumplir los propósitos del Vigilante y Santo.

“La profecía describió el nacimiento y el progreso de los grandes imperios mundiales: Babilonia, Medo-Persia,
Grecia y Roma. Con cada uno de ellos, como con las naciones de menos potencia, la historia se repitió. Cada uno
tuvo su plazo de prueba; cada uno fracasó, su gloria se desvaneció y desapareció su poder”. PR, 392.

“… el complicado juego de los acontecimientos humanos se halla bajo el control divino.


En medio de las disensiones y el tumulto de las naciones, el que esta sentado más arriba que los querubines sigue
guiando los asuntos de esta tierra”. PR, 393.

“La historia de las naciones nos habla a nosotros hoy. Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran
plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete
error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos”. PR,
393.

CAPITULO VI
EL PRECIO DE LA FIDELIDAD

EL PRECIO DE LA FIDELIDAD.
Corre el año 539 a.C., y el imperio neo-babilónico ha tenido un fin miserable. Un extranjero de 62 años, llamado
Darío el medo, se ha instalado en el gobierno.

“Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino”. v. 1.

“Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno,… pero Daniel mismo era superior… porque había
en él un espíritu superior…”. vv. 2, 3.

“Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos
manejos en los negocios del reino.

“Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era digno de
confianza”. v. 4.

“No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación
con la ley de su Dios”. v. 5.

“¡Rey Darío, para siempre vive!


Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo…” vv. 6, 7.

“… que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición
de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones”. v. 7.

“Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de
Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición”. vv. 8, 9.

“Cuando Daniel supo… entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara… se arrodillaba tres veces al día, y
oraba y daba gracias delante de su Dios…”. v. 10.

“Durante todo el día los príncipes vigilaron a Daniel. Tres veces lo vieron ir a su cámara, y tres veces oyeron su voz
elevarse en ferviente intercesión para con Dios”. PR, 398.

“A la mañana siguiente, presentaron su queja al rey. Su estadista más honrado y fiel, había desafiado el decreto real.

“Triunfantemente informaron entonces a Darío… Daniel…, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que
confirmaste; antes tres veces al día hace su petición”. PR, 398.

Darío “le pesó en gran manera,… hasta la puesta del sol trabajó para librarle”. v. 14.
Los príncipes “Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia, que ningún edicto u ordenanza que el rey confirmara
puede ser abrogado”. v. 15.

“Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones”. v. 16.

“Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre”. v. 16.

“Trajeron entonces una piedra y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de
sus nobles, para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser cambiada”. v. 17.

El sello sobre la piedra tenía un doble propósito:


1 “Le garantizaba al rey que Daniel no sería muerto por ningún otro medio, en caso de que no fuese lesionado por
los leones [los príncipes podrían matarlo si no lo hacían los leones]…

2. Por otra parte, el sello aseguraba a los enemigos de Daniel que no se podría hacer ninguna tentativa de salvarlo en
caso de que fuese inmediatamente despedazado por las fieras”. 4 CBA, 840.

“El rey se fue a su palacio, y se acostó, ayuno,… y se le fue el sueño”. v. 18.

“El rey, pues, se levantó…, y fue apresuradamente al foso… llamó a voces a Daniel…, y le dijo:”. vv. 19, 20.
“Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los
leones?”. v. 20.

“Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño…” v. 22.

“Porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo”. v. 22.

“Entonces se alegro el rey en gran manera a causa de él, y mandó a sacar a Daniel del foso…, y ninguna lesión se
halló en él, porque había confiado en su Dios”. v. 23.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. El dejarse llevar por la adulación sólo trae dificultades.


2. El éxito en la vida depende del uso diligente de los talentos que Dios nos ha concedido, y de nuestra fidelidad
dondequiera que Dios nos haya colocado.

3. Lo que se hace con el propósito de herir o causar daño al prójimo, con frecuencia recae sobre el hechor.
4. Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá hacernos daño?
5. Daniel no tenía culpa alguna; sin embargo lo que lo salvó no fue su inocencia, sino la misericordia de Dios.

6. Es correcto que las leyes humanas tengan que ver con las relaciones humanas, pero nunca deben intentar regular
la relación entre el hombre y Dios.
7. Todo aquel que se dedique a Dios y goce de éxito despertará los celos de los mundanos.

8. La experiencia de Daniel nos recuerda que un decreto gubernamental futuro requerirá que toda la humanidad
adore a ‘la bestia y su imagen’ (Ap. 13:11-15).

REFLEXIONES INSPIRADAS

“El profeta Daniel fue un ejemplo de verdadera santificación”. CS, 524.


“¿Por qué dejaría de orar ahora, cuando más necesitaba hacerlo? Antes renunciaría a la vida misma que a la
esperanza de ayuda que hallaba en Dios”. PR, 397.

“Daniel se destaca hoy ante el mundo como digno ejemplo de intrepidez y fidelidad cristianas”. PR, 398.
“Un hombre cuyo corazón se apoya en Dios será en la hora de su prueba el mismo que en la prosperidad”. PR, 400.

“Cristo identifica sus intereses con los de su pueblo fiel; sufre en la persona de sus santos; y cualquiera que toque a
sus escogidos le toca a él”. PR, 400.

“El puesto de Daniel no era envidiable. Encabezaba un gabinete fraudulento, prevaricador, impío, cuyos miembros
lo vigilaban con ojos atentos y celosos para encontrar alguna falta en su corazón”. EW, YI, 1-11-1900, 4 CBA,
1192.

“Lo experimentado por Daniel como estadista en los reinos de Babilonia y Medo-Persia, revela que un hombre de
negocio no es necesariamente un maquinador que sigue una política de conveniencias, sino que puede ser un hombre
instruido por Dios a cada paso”. PR, 401.

“Un estudio cuidadoso de cómo se cumple el propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de
las cosas que se ven y las que no se ven, y a comprender cual es el verdadero objeto de la vida. Considerando a sí
las cosas de este tiempo a la luz de la eternidad, podremos, como Daniel y sus compañeros, vivir por lo que es
verdadero, noble y perdurable”. PR, 403.

“La presión gubernamental en los días finales de la historia de este mundo para conformarse con las leyes humanas
contrarias a las leyes de Dios, revelará la fortaleza de carácter de los cristianos profesos.

“Muchos cederán y se unirán a aquellos que transitan por la autopista de la destrucción eterna, mientras que otros
permanecerán firmes como Daniel y brillarán como las estrellas en el firmamento celestial.

“Del relato cómo fue librado Daniel, podemos aprender que en los momentos de prueba y lobreguez, los hijos de
Dios deben ser precisamente lo que eran cuando las perspectivas eran halagüeñas y cuanto los rodeaba era todo lo
que podían desear.
“En el foso de los leones Daniel fue el mismo que cuando actuaba delante del Rey como presidente de los ministros
de estado y como profeta del Altísimo.

“Un hombre cuyo corazón se apoya en Dios será en la hora de su prueba el mismo que en la prosperidad, cuando
sobre él resplandece la luz y el favor de Dios y de los hombres. La fe extiende la mano hacia lo
invisible, y se ase de las realidades eternas”. PR, 400.
CAPITULO VII (a)
CUATRO BESTIAS

CUATRO BESTIAS

Respecto al futuro, Jesús advirtió a sus discípulos: “Mirad que nadie os engañe” (Mt. 24:4).

Pablo, declaró que se levantarían “hombres que” hablarían “cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”
(Hch. 20:30).

Este poder que ya estaba obrando en forma limitada (2 Ts. 2:7) obraría “por obra de Satanás, con gran poder y
señales y prodigios mentirosos” (v. 9). La forma sutil de su crecimiento había de ser tan astutamente disfrazada que
sólo los que creyesen sinceramente la verdad y la amasen, estarían a salvo de sus pretensiones engañosas (vv. 10-
12).

El resultado iba a ser una “apostasía” durante la cual se revelaría ese poder al cual llama “hombre de pecado” y
“misterio de la iniquidad” para oponerse a la verdad, exaltarse por encima de Dios y usurpar la autoridad de Dios
sobre la iglesia (2 Ts. 2:3-4, 7).

El apóstol Juan escribió: “el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo” (1 Jn. 4:3).

Estas predicciones advertían de la presencia de fuerzas siniestras que ya obraban en la iglesia, fuerzas que
presagiaban herejías, cisma y apostasía de proporciones mayores.
Este instrumento finalmente engañaría a la mayoría de los cristianos para que aceptasen su liderazgo, y así se
aseguraría el dominio de la iglesia (Hch. 20:29-30; 2 Ts. 2:3-12).

A este capítulo lo han llamado el “corazón”, el “auténtico centro” del libro de Daniel.

Dios se interesa tanto en nosotros como para tomar la iniciativa de revelar minuciosamente a Daniel el futuro del
mundo. Dios nos ama tanto que no quiere que estemos en tinieblas.
Esta profundamente interesado en nuestro mundo, como también en finalizar la gran controversia.

La historia es el escenario de la actividad de Dios. Daniel describe el panorama de la historia del mundo desde su
propio tiempo hasta el nuestro y hasta el fin del mundo cuando Dios establezca su reino.

Daniel 2 y 7, describen los mismos eventos desde perspectivas diferentes. Ambos capítulos muestran la secuencia
de la historia en relación con la iglesia de Dios (Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma [pagana y papal]).

Daniel 2 presenta una visión panorámica de la historia, de la política y de las actividades militares de los imperios
mundiales.
Daniel 7 destaca la experiencia del pueblo de Dios antes de que el reino eterno sea establecido finalmente.

Daniel 2 y 7 constituyen un factor unificador, su paralelismo es la clave de nuestro método de interpretación.


Debemos leer el capítulo 7 a la luz del capítulo 2.

En el capítulo 7 se agrega dos nuevos rasgos:


1. El surgimiento y la actividad del cuerno pequeño que tiene ojos y boca de hombre
2. La introducción del juicio de Dios en el cielo, previo al advenimiento de Cristo. Este juicio terminará con el
poder papal y vindicará a los santos.
La inspirada profecía de los acontecimientos futuros fue dada teniendo el gran conflicto entre Cristo y Satanás como
telón de fondo. Los esfuerzos del archienemigo de las almas para destruir a “los santos” fueron desenmascarados y
la victoria final de la verdad fue asegurada.

“Un estudio cuidadoso de cómo se cumple el propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de
las cosas venideras, nos ayudará a estimar en su verdadero valor las cosas que se ven y las que no se ven, y a
comprender cuál es el verdadero objeto de la vida.

“Considerando así las cosas de este tiempo a la luz de la eternidad, podremos, como Daniel y sus compañeros, vivir
por lo que es verdadero, noble y perdurable. Y al aprender en esta vida a reconocer los principios del reino de
nuestro Señor y Salvador, el reino bienaventurado que ha de durar para siempre, podemos ser preparados para entrar
con él a poseerlo cuando venga”. PR, 403.

“En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza…” v. 1.

Es el año 553 a.C. o sea 14 años antes de la caída de Babilonia. Daniel no presenta los materiales de su libro en
estricto orden cronológico, los acontecimientos de los capítulos 5 y 6 tuvieron lugar después que escribiera el
capítulo 7.

“Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar”.
v. 2.

Vientos: Jer. 4:11-13; 25:32-33; 49:36, 37; Zac. 7:14. Representan movimientos diplomáticos, bélicos, políticos o
de otra índole.
Mar: Is. 17:12, 13; Ap. 17:15. Símbolo de las naciones del mundo

“y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar”.


“Son cuatro reyes que se levantaran en la tierra”. vv. 3, 17.

“La primera era como león, y tenía alas de águila”. v. 4.

“… sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le
fue dado corazón de hombre”. v. 4.

BABILONIA

“… otra segunda bestia, semejante a un oso”. v. 5.

“… la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue
dicho así: Levántate, devora mucha carne”. v. 5.

MEDO-PERSIA

“… y he aquí otra, semejante a un leopardo” v. 6.

“… con cuatro alas de ave…; y… cuatro cabezas…; y le fue dado dominio”. v. 6.

GRECIA

“una cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro;
devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de
ella”. v. 7.

ROMA PAGANA

“… y tenía diez cuernos”.


“se levantarán diez reyes”. vv. 7, 24.

Los diez cuernos

Los diez cuernos representan el colapso y la división del Imperio Romano.


Repaso

Dios conoce el fin desde el principio, El no se equivoca.

Continuará …

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. La historia es el escenario de la actividad de Dios.


2. El pasado puede ser el prologo, pero el futuro es el cumplimiento.
3. Nosotros vemos la profecía cumplida y sabemos que el futuro es cierto. Gracias a Dios podemos enfrentar el
futuro confiadamente.

4. Una cosa es saber que habrá una sucesión de reinos, y otra muy diferente es saber qué tratamiento recibirá el
pueblo de Dios, y cómo será librado.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“A Daniel se le dio una visión de bestias feroces que representan los poderes de la tierra.
Pero la insignia del reino del Mesías es un cordero.

“Los reinos terrenales predominan mediante el empleo de la fuerza material, pero Cristo desterrará toda arma carnal,
todo instrumento de sujeción. Su reino había de establecerse para elevar y ennoblecer a la humanidad caída”. EW,
Carta 32, 1899, 4 CBA, 1193.

“Las visiones de Daniel y de Juan anticipan un período de tinieblas y de deterioro morales; pero en el tiempo del fin,
el tiempo en que estamos viviendo ahora, la visión hablará y no mentira”. 5 T, 19.

CAPITULO VII (b)


PRINCIPIO DÍA POR AÑO

PRINCIPIO DÍA POR AÑO.

La profecía es el fundamento de nuestra fe. El apóstol Pedro escribió que ‘tenemos… la palabra profética más
segura’ (2 P. 1:19). El cumplimiento de las profecías de Daniel 7 en la historia del mundo desde Nabucodonosor
confirma para todo creyente la veracidad de la Palabra de Dios. Debemos “presentar la segura palabra profética
como fundamento de la fe adventista del séptimo día”. Ev, 147.

La importancia de la palabra profética. El hecho de que Daniel 7 repite la profecía de los 4 imperios mundiales y
el reino de Dios que aparece en Daniel 2, pero con símbolos diferentes, indica que Dios vio su mensaje como algo
sumamente importante para su pueblo.

“Se ha de educar a la gente para que lea la segura palabra profética a la luz de los oráculos vivos. Necesita saber
que se están cumpliendo las señales de los tiempos”. 3 JT, 158.

Dios controla la historia. El capítulo 7 nos enseña que a pesar del caos que reina en nuestro mundo, Dios todavía
controla la historia. La segura palabra profética nos provee la esperanza de cosas buenas en el futuro: un reino
eterno en el que Cristo reinará supremo.

Los adventistas del séptimo día al usar el método historicista de interpretación continuamos empleando el principio
de día por año que constituye la espina dorsal del historicismo.

Principales puntos del “PRINCIPIO DE DÍA POR AÑO”

1. Siendo que las visiones de Daniel 7 y 8 son mayormente simbólicas, con varias bestias diferentes que
representan imperios históricos importantes (Dn. 7:3-7; 8:3-5, 20, 21), los períodos de tiempo (7:25; 8:14) también
debieran considerarse como simbólicos.
2. El hecho de que las visiones tratan del surgimiento y caída de imperios conocidos de la historia que existieron
durante cientos de años indica que los períodos proféticos también deben cubrir largas épocas.

3. La manera peculiar como Daniel expresa los períodos de tiempo (“tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo”)
(Dn. 7:25; 12:7), indica que no debiéramos tomarlos literalmente.

4. En Daniel 7 el gobierno del cuerno pequeño sigue a las cuatro bestias que juntas representan un reinado de por lo
menos mil años. El cuerno es el tema central de la visión ya
que se encuentra en abierta oposición a Dios.

Asignar tres años y medio literales a la lucha entre el cuerno pequeño y el Altísimo no guarda proporción con la
extensión abarcante de la historia de la salvación representada en la visión entera.

5. Según el contexto, las expresiones “tiempo, tiempos y mitad de un tiempo” (Dn. 7:25; 12:7; Ap. 12:14),
“cuarenta y dos meses” (Ap. 11:2; 13:5), y “mil doscientos sesenta días” (Ap. 11:3; 12:6) se aplican todas al mismo
lapso, pero la expresión natural “tres años y seis meses” no aparece siquiera una vez.

6. Las profecías en Daniel 7, 8, 10 y 12 conduce hasta el “tiempo del fin” (8:17; 11:35, 40; 12:4, 9) que es seguido
de la resurrección (12:2) y el establecimiento del reino eterno de Dios (7:27).

7. La única medida común de tiempo que no se utiliza en las profecías de Daniel y Apocalipsis es el año. Hay
referencia a días, semanas y meses, pero no a la unidad de tiempo “año”. La explicación más obvia es que el “año”
es la unidad simbolizada en todas estas profecías.

8. En Números 14:34 y Ezequiel 4:6 Dios deliberadamente empleó el principio de día por año como un recurso
pedagógico.

9. En Daniel 9:24-27, la profecía de las 70 semanas encontró su cumplimiento en el momento exacto, si empleamos
el principio de día por año para interpretarla.

Muchos interpretes, que en otros pasajes apocalípticos no emplean el principio de día por año, reconocen que las 70
semanas son en efecto “semanas de años” que van desde el período persa hasta el tiempo de Cristo. Por lo tanto la
prueba pragmática de Daniel 9 confirma la validez del principio de día por año.

“A Daniel se le dio una visión de bestias feroces que representan los poderes de la Tierra. Pero la insignia del reino
del Mesías es un cordero. Los reinos terrenales predominan mediante el empleo de la fuerza material, pero Cristo
desterrará toda arma carnal, todo instrumento de sujeción. Su reino habrá de establecerse para elevar y ennoblecer a
la humanidad caída”. EW, Carta 32, 1899, 4 CBA, 1193.

CAPITULO VII (c)


EL CUERNO PEQUEÑO

EL CUERNO PEQUEÑO.

Daniel en este capítulo se concentra en el poder representado por el símbolo del cuerno pequeño.
Siete de los 28 versículos tratan de sus actividades.

A Daniel le preocupó enormemente la identificación del cuerno pequeño:


“En cuánto a mí Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó”. 7:28, 15.

“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos”. v. 8.

“y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros”. v. 8.

“y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas”. v. 8.

“este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía”. v. 21.
“Y hablará palabras contra el Altísimo”. v. 25.

“y pensará en cambiar los tiempos y la ley”. v. 25.

“y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. v. 25.

Daniel se toma mucho tiempo para dar detalles específicos acerca de la actividad de este poder, el cuerno pequeño,
la Roma papal.

CARACTERISTICAS DEL CUERNO PEQUEÑO

Ubicación: Europa Occidental. 10 reinos

Surge de la cuarta bestia (7:24); de este modo, no se separa del Imperio Romano sino que es parte de él.

ÉPOCA: “tras ellos” v. 24. Época posterior a 476 d. C.

Los diez cuernos representan el colapso y la división del Imperio Romano; por ello, el cuerno pequeño surge
después de su caída.

SURGIMIENTO: Posterior a la desaparición de 3 poderes “tres reinos derribará” v. 24.

3 CUERNOS: Hérulos - 493 Vándalos - 534 Ostrogodos - 538

La iglesia “no estaba formalmente preparada para el pasmoso colapso sin precedentes de la sociedad en la cual había
crecido hasta llegar a su madurez, cuando vino la crisis la Iglesia encontró poder dentro de sí misma para manejar la
crisis, para permanecer, para sobrevivir y finalmente para avanzar mucho hacia la absorción y el control de la nueva
situación que se había producido con las invasiones bárbaras y su establecimiento en el anterior imperio”. R.P.C.
Hanson, ‘The Church and the Collapse of the Western Roman Empire’, Church and State in the Early Church, t.
VII, 385.

“Si un hombre considera el origen de este gran dominio eclesiástico, fácilmente percibirá que el papado no es otra
cosa sino el fantasma del imperio romano, sentado con su corona sobre la tumba de aquél”. Thomas Hobbes
[filósofo, siglo XVII), Leviathan, en Great Books of the Western World [Grandes libros del mundo occidental], 278.

“De las ruinas de la Roma política, se levantó el gran imperio moral en la ‘forma gigante’ de la Iglesia Católica”.
A. C. Flick, The Rise of the Medieval Church [El surgimiento de la iglesia medieval], 150 (4 CBA, 853).

“La Iglesia Romana de esta manera sagazmente se colocó en lugar del Imperio Romano, del cual es la continuación
real; el imperio no ha muerto, sino que ha sufrido una transformación… la Iglesia Romana es el viejo Imperio
Romano consagrado por el Evangelio”. Adolf von Harnack, What is Christianity? [¿Qué es el cristianismo?], 270.

Es a la Iglesia Católica como una institución histórica y política lo que denuncia la profecía, no al creyente como
individuo.

DIFERENTE: Combina el poder religioso y el secular. “Será diferente” v. 24.

“En el siglo VI el papado concluyó por afirmarse. El asiento de su poder quedó definitivamente fijado en la ciudad
imperial, cuyo obispo fue proclamado cabeza de toda la iglesia. El paganismo había dejado lugar al papado”. CS,
58.

La historia revela que cuando la iglesia y el estado se unen, los derechos de la minoría se pisotean.

MAYOR: “y parecía más grande que sus compañeros” v. 20.

Al establecerse los estados bárbaros, el papado llegó a ejercer cada vez mayor y más grande poder, al final la iglesia
tomo el lugar del imperio y el papa fue el sucesor del César. El crecimiento fue lento y paulatino.

Víctor I (193 - 203), mando a la Iglesia del oriente que observaran la pascua en domingo.
Julio I (341- 352), en el Concilio de Sárdica (343), el obispo de Roma juzga entre obispos contenciosos.
Inocencio I (402 - 417), tenía el concepto de ser obispo universal.
Sixto III (432 - 440), dijo ser “delegado por Dios para vigilar a la iglesia entera”.

León I (440 - 461), decretó que el obispo de Roma es supremo.


Simaco (498 - 514), Eunodio registró ‘el pontífice romano fue constituido juez en lugar de Dios, cumpliendo ese
cargo como viceregente del Altísimo’.
Juan II (514 - 532), Justiniano lo reconoció como cabeza de todas las iglesias del mundo cristiano.

Virgilio I (537 – 555), ascendió al trono bajo protección militar de Belisario. Es el momento de la
exaltación papal. El edicto del emperador Justiniano (533) hacía del obispo de Roma, cabeza de todas las iglesias.
No entró en vigor antes que los Ostrogodos arrianos fuesen expulsados de Roma, para dar lugar al papado, en 538.

Gregorio I (590 - 604), se porta como rey.


Gregorio VII (1073 - 1085), puso restricciones sobre las autoridades civiles.
Inocencio III (1198 - 1216), desempeñó un papel de dirigente en asuntos de los gobernantes de Europa.

BLASFEMO: Poder blasfemo y orgulloso. “Hablará palabras contra el Altísimo”. v. 25.

La iglesia habló con autoridad mediante su magisterio doctrinal, definiendo dogmas y creencias, y exigiendo
sumisión a ellos. En el proceso, la verdad y el error se mezclaron. En consecuencia, se aceptaron enseñanzas no
bíblicas como si fueran la verdad (la inmortalidad del alma, el sacramento de la penitencia, el purgatorio, la
mediación de los santos, etc.).

Papa León XIII “Ocupamos sobre la tierra el lugar del Dios Todopoderoso”.

El poder del cuerno pequeño (la Roma papal) comenzó en el año 538 “cuando los ostrogodos abandonaron el asedio
a Roma, y el obispo de Roma, liberado del dominio arriano, quedó libre para ejercer las prerrogativas del decreto de
Justiniano de 533, y aumentar de allí en adelante la autoridad de la ‘Santa Sede’…

“Exactamente 1.260 años más tarde (1798)… por orden de Napoleón, el general Berthier entró en Roma con un
ejército francés, proclamó que el régimen político del papado había concluido y llevó al papa prisionero (Pío VI) a
Francia, donde murió en el exilio”. 4 CBA, 860.

TIEMPOS
Dios es el que ordena los tiempos y las estaciones (Gn. 1:14). El día esta constituido por la rotación de la tierra
sobre su propio eje, y comienza con la puesta de sol; a la noche le sigue la mañana y así computamos un día. El día
sábado debe ser contado desde la puesta del sol de un día hasta la puesta de sol del siguiente día (Lv. 23:23).

Por su parte, la semana no está vinculada específicamente a ningún movimiento astronómico. Dios la diseñó
durante la semana de la creación. El Señor se abocó a un proceso creador que duró seis días, y el séptimo descansó
(Gn. 2:1-3). Dios santificó el sábado y lo apartó como día de reposo.

Cualquier intento de cambiar el tiempo o el día de adoración, no sería otra cosa que alterar lo que Dios reveló en la
Biblia. Nadie puede cambiar lo que Dios dispuso sin iniciar a la vez una rebelión contra el Señor.

LEY
Toda organización humana o poder que pretenda representar a Dios o que adopte creencias o prácticas que no fueron
sancionadas en la Palabra de Dios, será culpable de blasfemia porque al actuar así usurpa el lugar de Dios.

“La iglesia católica… en virtud de su divina misión, cambió el día del sábado al domingo”.
Catholic Mirror, órgano oficial del Cardenal Gibbons, 23-9-1893.
“… La Iglesia… después de cambiar el día del reposo del sábado judío, o séptimo día de la semana, al primero, hizo
que el tercer mandamiento se refiera al domingo como día santificado, como día del Señor”. The Catholic
Encyclopedia, t. 4, 153, art. ‘Los mandamientos de Dios’.

“Observamos el domingo en lugar del sábado, porque la Iglesia Católica, en el Concilio de Laodicea (336 DC),
transfirió la solemnidad del sábado al domingo”. Reverendo Pedro Geiermann, The Convert’s Catechism of
Catholic Doctrine, 40).

“La festividad del domingo, como todas las otras festividades, fue siempre únicamente una ordenanza humana, y
lejos estuvo de la intención de los apóstoles establecer un mandamiento divino en este sentido, lejos de ellos y de la
primera iglesia apostólica transferir las leyes del sábado al domingo”. August Neander, The History of the Christian
Religion and Church, 186.

PERSEGUIDOR: “a los santos del Altísimo” v. 25.

Los que no se sometieron a los dogmas fueron perseguidos y aun muertos. Durante la Inquisición se usó la tortura
contra los ‘enemigos’ de la iglesia.
“En 1552, [el papa] Inocencio IV sancionó la imposición de torturas por las autoridades civiles sobre los herejes, y
la tortura más tarde llegó a tener un lugar reconocido en los procedimientos de las cortes inquisidoras”. (New
Catholic Enyclopedia [Nueva enciclopedia católica], t. XIV, 208).

La Matanza de San Bartolomé. El 24 de agosto de 1.572, el papa Gregorio XIII insta al rey de Francia, para que
mate a todo aquel que lee la Biblia. Durante dos meses murieron más de 70.000 mil hugonotes ‘herejes’.
El Tribunal de la Santa Inquisición, actuó en Roma, Francia, España, y en America, sólo en España 31.912 mil
quemados vivos y 300 mil penitentes.
Los Jesuitas en 30 años sentenciaron a más de 900.000 mil personas por herejes.

En los países bajos, el Duque de Alba se jactaba de haber puesto en manos del verdugo para su muerte a 36 mil
fieles cristianos, acusados de herejes.
50 mil flamencos y alemanes fueron ahorcados, quemados o sepultados vivos bajo el gobierno de Carlos V.

Destrucción de los Albigenses en el siglo XIII.


Persecución de los Valdenses por muchos años.
En Perú existe el Palacio de la Inquisición con todos los elementos de tortura. (cf. capítulo 7 c.1).

TIEMPO: Durante “tiempo, tiempos y medio tiempo” “Un año, y otro año y otro año y medio” (NBE) v. 25.
Permanece por 1.260 años.

En profecía 1 día es igual a un año.


Nm. 14:34 y Ez. 4:6.
Tiempo = 1 año – 360 días
Tiempos = 2 años – 720 días
½ tiempo = ½ año – 180 días
Total = 1.260 días – 1.260 años

Cuadro de los 1.260 años.

El cuerno pequeño pierde sus dominios por un breve lapso, sólo para recuperar su poder antes de la venida de Cristo.

COMPARACIÓN: El cuerno pequeño - El “hijo de hombre”

Surge de entre los otros 10 cuernos Viene con las nubes del cielo

Un cuerno que tiene ojos y boca como Uno como un hijo de hombre
un hombre
Le hace la guerra a los santos Comparte su reino con los santos

Se opone a Dios Se dirige al Anciano de días


Toma el poder por la fuerza Otorga dominio, gloria y reino
Su dominio es temporario y es quitado Se le da dominio eterno

Es consumido y destruido Se lo establece para siempre

“Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del evangelio y al aceptar costumbres y ritos
paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El
resultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus
propios fines y especialmente para extirpar la ‘herejía’”. CS, 496.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“El Señor ha señalado claramente el camino a la ciudad de Dios; pero el gran apóstata ha cambiado la señal
colocando una falsa: un día de reposo espurio. Declara: ‘Actuaré en contra de Dios. Daré poder a mi delegado, el
hombre de pecado, para que derribe el monumento conmemorativo de Dios: el día de reposo del séptimo día.

“Así mostraré al mundo que el día santificado y bendecido por Dios ha sido cambiado. Ese día no perdurará en la
mente de los hombres. Borraré su recuerdo. Colocaré en su lugar un día que no tenga las credenciales del cielo, un
día que no pueda ser una señal entre Dios y su pueblo.

“Haré que la gente que acepta este día le atribuya la santidad que Dios puso sobre el séptimo día. Me ensalzaré por
medio de mi representante. Será ensalzado el primer día y el mundo protestante recibirá como genuino este falso día
de reposo. Mediante la violación del día de reposo instituido por Dios, haré que se desprecie su ley.

“Haré que a mi día de reposo se le apliquen las palabras ‘señal entre mí y vuestras generaciones’. Así el mundo
llegará a ser mío. Seré gobernante de la tierra, príncipe del mundo. Controlaré de tal modo las mentes con mi
poder, que el sábado de Dios será objeto de menosprecio. ¿Señal? Haré que la observancia del séptimo día sea una
señal de deslealtad a las autoridades de la tierra.

“Las leyes humanas serán tan restrictivas, que los hombres y las mujeres no se atreverán a observar el día de reposo,
el séptimo día. Por temor de que les falten alimentos y vestidos se unirán con el mundo en la transgresión de la ley
de Dios, y la tierra estará completamente bajo mi dominio’.

“El hombre de pecado ha instituido un falso día de reposo, y el llamado mundo cristiano ha adoptado a este hijo del
papado, negándose a obedecer a Dios. Así Satanás conduce a hombres y mujeres en una dirección opuesta a la
ciudad de refugio. Considerando las multitudes que lo siguen, queda demostrado que Adán y Eva no son los únicos
que han aceptado las palabras del astuto enemigo.

“El enemigo de todo lo bueno ha cambiado la señal indicadora, para que señale hacia el camino de la desobediencia
como si fuera la senda de la felicidad. Ha insultado al Señor negándose a obedecer un ‘Así dice Jehová’. Ha
pensado cambiar los tiempos y las leyes”. EW, RH, 17-4-1900, 4 CBA, 1193.

“Hay cristianos verdaderos en cada iglesia que no conocen el origen del día de reposo dominical, y creen que están
observando el día que Dios santificó y bendijo. Esto se aplica incluso a adoradores dentro de la
Iglesia Católica; y mientras existe esta condición de ignorancia e integridad, Dios acepta su sinceridad; pero cuando
la luz cae sobre su camino, Dios requiere que se pongan en armonía con su ley, y que observen el día de reposo que
él estableció”. EW, Sings of the Times, 19 de noviembre, 1894.

“Al llevar el mensaje, no hagas ataques personales contra otras iglesias, ni siquiera la Iglesia Católica. En las
diferentes denominaciones, los ángeles de Dios ven a muchos que pueden ser alcanzados únicamente con el mayor
tacto. Por lo tanto, seamos cuidadosos con nuestras palabras”. EW, Pacific Unión Recorder, 23 de octubre, 1902.

CAPITULO VII (c.1)


LA SANTA INQUISICIÓN

1. LA SANTA INQUISICIÓN.

2. La Santa Inquisición de Lima 1570 - 1821


La Inquisición fue establecida en Lima durante el gobierno del virrey Francisco de Toledo,
ceremonia formal e instalación fue en la Plaza Mayor el 29 de enero de 1.570. El tribunal
era el máximo juez, “no dependía de la iglesia o del papa”. El Santo
Oficio era un organismo del gobierno español que perseguía los delitos de herejía, blasfemia, hechicería,
adivinación, demonolatría (culto al demonio) astrología, delitos sexuales, además la censura de libros que se
importaban y leían en América.

3 – 24 Proceso e instrumentos de tortura.


CAPITULO VII (d)
DEL JUICIO DIVINO AL REINO

DEL JUICIO DIVINO AL REINO

El Juicio está más allá del control humano.


La Escritura lo describe como un acontecimiento en el tiempo y el espacio, cuyo veredicto implica el destino del
cuerno pequeño y de los santos.

Para Daniel, el Juicio es un acontecimiento único y universal que tiene lugar en los momentos finales de la historia
humana.
El Juicio está en el centro de todo el libro de Daniel.
El Juicio es el cumplimiento de las esperanzas y los anhelos de la humanidad.

El capítulo 7 de Daniel explica dos dimensiones del juicio divino.


Una dimensión negativa, en contra del cuerno pequeño, que lo vence y lo aplasta (v. 26); y una
dimensión positiva, para los santos que reciben Reino de Dios (v. 27).

Dios quiere que la visión del Juicio sea una buena noticia. En el crepúsculo de la historia humana, el acontecimiento
del Juicio es el último rayo de esperanza.
El Juicio anuncia un nuevo mundo, un nuevo orden, una ciudad de paz y de justicia. La promesa del fin de nuestra
miseria predice un nuevo amanecer.

Daniel enseña que el juicio final es un proceso judicial que incluye los siguientes elementos:
Comienza en las cortes celestiales delante de Dios, de los ángeles y del Hijo del Hombre (7:9, 10, 13).
Se investigan los libros antes de hacer la decisión (10, 22).

La revelación del veredicto resultará en la vindicación de los santos y la condenación del enemigo (22, 26).
Comienza algún tiempo después de los 1.260 años de persecución instigada por el cuerno pequeño (25, 26).

Mientras las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la tierra, La atención de Daniel es dirigida a una
escena celestial de juicio (9-14), que contiene tres escenas:
a. Un juicio en el cielo (9-10).
b. El fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio (11-12).
c. La recepción del reino por el Hijo del Hombre (13-14).

Tres veces en Daniel 7 (9-11, 21, 22, 25, y 26) aparece este gran juicio celestial después del “tiempo, tiempos y
medio tiempo”, y se usa para delinear una fase del dominio del cuerno pequeño.
Las secuencias se desenvuelven del siguiente modo:
1. El cuerno pequeño (25).
2. El juicio celestial (26).
3. La segunda venida de Cristo (27).

La gente se pregunta por qué a los buenos les suceden cosas malas.
Si Dios controla todo, ¿por qué a veces triunfa el mal?
El libro de Daniel nos ayuda a responder esta pregunta:
Los vv. 9 y 22 del capítulo 7, comienza con la palabra “hasta”, señala un punto en el cual sucederá un cambio
radical.

El concepto de un juicio investigador, como lo enseña la Iglesia Adventista, tiene un claro fundamento bíblico.
La secuencia es siempre la misma: pecado, investigación y juicio.
Ejemplos: Gn. 3:9-11, 14-19; 4:9, 10; 18 y 19; 2 P. 2:6; Jud. 7; Is. 5:1-7; 43:8-13, 22-28; Mt. 22:11; etc.

El propósito del juicio investigador que precede al advenimiento es:


1. Es la confirmación final de la salvación y la vindicación del pueblo de Dios (7:22).
2. Es la condenación del cuerno pequeño.
3. Es también la corroboración de la justicia de Dios en sus tratos con la humanidad.
El propósito principal del juicio investigador que procede al advenimiento es la confirmación final de salvación y la
vindicación del pueblo de Dios (v. 22).
Pero más allá de la vindicación de los santos y la condenación del cuerno pequeño, el juicio previo al advenimiento
también corrobora la justicia de Dios en sus tratos con la humanidad.

Cuando los seres no caídos en el universo examinan los registros de los santos durante el juicio previo al
advenimiento, resolverán que Dios ha sido ciertamente justo y misericordioso en cada instancia. De esta manera
será exonerado el carácter de Dios, el que ha estado en el centro del gran conflicto entre Cristo y Satanás.

“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la
nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente”. v.
9.

“El Anciano de días es Dios, el Padre… Es él, Autor de todo ser y de toda ley, quien debe presidir en el juicio”. CS,
533.

Único versículo (7:9) de la Biblia que describe a Dios el Padre en forma humana.
El manto blanco, simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Is. 1:18).

El cabello blanco, simboliza sabiduría y ancianidad (Lv. 19:32; Job 32:7).


La descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los juicios divinos (Sal.
50:3, 4).

“Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían
delante de él”. v. 10.

“Y ‘millares de millares… y millones de millones’ de santos ángeles, como ministros y testigos, están presentes en
este gran tribunal”. CS, 533.

“he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron
acercarse delante de él”. v. 13.

“La venida del Hijo del hombre al lugar donde está el Anciano de días, tal como está presentada en Daniel 7:13…
son descripciones del mismo acontecimiento representado también por la venida del Esposo a las bodas”. CS, 479.

“Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el Lugar Santísimo, y allí, en la
presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la
obra del juicio”. CS, 534.

“Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es
dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. v. 14.

“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo… y también le dio autoridad de hacer juicio, por
cuanto es el Hijo del Hombre”. Jn. 5:22, 27.

El Padre le entregó el juicio a Cristo para evitar cualquier apariencia de injusticia de su parte.
Le entregó el juicio porque Jesús fue un ser humano, que estuvo aquí, que sabe como son las tentaciones, conoce
nuestras tristezas, trabajos y aflicciones, él debe ser nuestro Juez. Jn. 1:14; Ro. 8:3; He. 4:15

“Nos juzgará Aquél que se revistió de nuestra humanidad y vivió una vida perfecta en este mundo. Él solo puede ser
nuestro Juez… Cristo se vistió de nuestra humanidad para poder ser nuestro Juez”. 3 JT, 383.

“Porque gustó las mismas heces de la aflicción y tentación humanas, y comprende las debilidades y los pecados de
los hombres; porque en nuestro favor resistió victoriosamente las tentaciones de Satanás y tratará justa y
tiernamente con los seres humanos por cuya salvación fue derramada su sangre, por todo esto, el Hijo del hombre
ha sido designado para ejecutar el juicio”. DTG, 181.

“el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”. v.10.

Los registros celestiales


“El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios…
Delante de Dios esta escrito ‘un libro de memoria’, en el cual quedan consignadas las buenas obras de ‘los que
temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre’ (Mal. 3:16)’…
“Hay, además, un registro en el cual figuran los pecados de los hombres”. CS, 534, 535.

“A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de sus pecados, y que hayan aceptado con fe la sangre de
Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como
llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán
borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna”. CS, 537.

“hasta que vino el Anciano de días, y ‘se hizo un juicio a favor de los santos del Altísimo’; y llegó el tiempo, y los
santos recibieron el reino”. v. 22 (RSV, NIV).

“Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre”.
v. 18.

Cuando los seres no caídos en el universo examinan los registros de los santos durante el juicio previo al
advenimiento, resolverán que Dios ha sido ciertamente justo y misericordioso en cada instancia.
De esta manera será exonerado el carácter de Dios, el que ha estado en el centro del gran conflicto entre
Cristo y Satanás.

La pregunta importante es: ¿Quién es juzgado en base a estos libros?


Por el contexto concluimos que este juicio incluye:

1. El pueblo de Dios.
“se hizo un juicio en favor de los santos del Altísimo” (RSV,NIV).
Esto indica que los santos son de algún modo el tema de la audiencia.
Un juicio previo al advenimiento rinde una decisión final respecto a si una persona es salvada o no.

Los creyentes están incluidos en el juicio (1 P. 4:17). Pero, están incluidos en un sentido diferente. Los creyentes
son vindicados en tanto que los incrédulos son condenados. Los que aceptan a Jesús y son vestidos con su
justicia no debieran temer al juicio. ¿Por qué? Porque Cristo es su Abogado y Juez.
Es un momento de exoneración, y no de condenación (Ro. 8:1, 2).

“y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos
del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”. v. 27.

2. El cuerno pequeño.
Debido a que el contexto de la escena del juicio se refiere repetidamente al cuerno pequeño (vv. 8 y 11), el juicio,
por lo tanto, de alguna manera debe también de incluirlo.
“La evidencia contextual interna sugiere que los santos y el cuerno pequeño comparten igualmente en el veredicto
del juicio previo al advenimiento”. Norman Gulley, Christ is Coming! [Cristo viene], 413.

Los santos en el sentido de que ellos reciben el reino (v.27), y el cuerno pequeño en el sentido de que se le quita el
dominio.
Por lo tanto, la vindicación de los santos (v. 22), implica la condenación del cuerno pequeño.

“Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a
la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego”. v. 11.

“Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo”.
v. 12.

“Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin”. v. 26.

“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”. He. 9:27.

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo”. 2 Co. 5:10.

“Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. Ec. 12:14.
Los objetivos del Juicio

1. Revelar la verdad acerca del pueblo de Dios.


El juicio presupone una incertidumbre que será resuelta mediante una investigación, una evaluación de las
evidencias, y un veredicto final en el cual, en el ámbito cósmico, los fieles de Dios serán vindicados. (7:22)

2. Revelar la justicia y el amor de Dios.


El juicio revela la justicia y el amor de Dios ante el universo que observa. El juicio es un evento
publico que informa acerca de la integridad de Dios como Juez de la Tierra (Ro. 3:4; Sal. 51:4).

3. Restaurar la armonía en el Universo.


Un elemento de falta de armonía fragmenta el Universo como resultado del conflicto entre el bien y el mal. El
juicio final restaura la armonía, recompensando a los perdonados y acabando con la presencia del mal en el cosmos,
limpiándolo del pecado. Entonces se consumará la obra de salvación de Dios mediante Cristo (Ap. 11:15-18).

4. Obligar a todos los seres humanos y a los poderes del mal a asumir la responsabilidad por sus actos.
Confrontados con la evidencia reunida por el tribunal divino, cada criatura tendrá que reconocer la justicia del
veredicto de Dios contra ella.

Los que aceptan a Cristo como su Salvador reconocen que, aunque merecen la muerte eterna, en cambio, sólo por
medio de la gracia de Cristo se les ha dado vida eterna. Todos los impíos aceptarán que merecen
morir eternamente y, en el juicio, reconocerán la justicia del veredicto divino contra ellos (Fil. 2:9-11).

5. Motivar el crecimiento espiritual personal.


El juicio final nos invita a perseverar en la vida cristiana; demanda una confianza total en Cristo. El juicio no
hace incierta nuestra salvación; más bien, reafirma su certeza sólo por los méritos de Cristo (Ro. 8:1).

Aunque somos salvos por la fe en Cristo (Ef. 2:8), todavía somos juzgados por nuestras obras (Ec. 12:14; Mt.
12:36). No obstante, si hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador no tenemos nada que temer en el
juicio, porque Jesús ha llevado nuestros pecados en la cruz y ha muerto en nuestro lugar.

Pablo dice que el Padre “por nosotros lo hizo pecado [a Jesucristo], para que nosotros fuésemos hechos justicia de
Dios en él” (2 Co. 5:21), y que “ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Ro. 8:1).

Zacarías 3 demuestra gráficamente esta verdad maravillosa.


Cuando Satanás se opuso a Josué ante el Señor, Dios le dijo a sus ayudantes: “Quitadle esas vestiduras viles”.
Entonces Josué recibió ropas nuevas y un turbante limpio (4, 5). Las vestiduras sucias, que representaban los
pecados de cada persona, Jesús se las puso y entonces fue a la cruz a pagar el castigo (Ro. 5:8).

El juicio previo al advenimiento en Daniel 7 es la primera fase del juicio final. Investigará y decidirá los casos de
“todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios”. CS, 534.
Entonces, a su segunda venida, Dios revelará las decisiones alcanzadas en el juicio previo al advenimiento y sus
santos recibirán el reino (Dn. 7:27).

Durante el milenio los justos juzgarán a los malvados (Ap. 20:4; 1 Co. 6:2, 3), y después del milenio los impíos y
Satanás con todos sus seguidores recibirán el castigo final: la muerte eterna (Ap. 20:11-15).
Juntas, estas fases del juicio constituyen el juicio final, cuya culminación será la vindicación del amor y la justicia
de Dios por toda la eternidad.

El juicio preadvenimiento, es la forma que Dios ha designado para que el universo verifique que la Cruz, y el amor
que impulso al Salvador hacia ella, forman la base de la salvación de los fieles, la condenación de los pecadores y la
justificación del juicio de Dios contra el pecado y Satanás.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. A nosotros no nos corresponde preocuparnos por la prosperidad de los impíos (Sal. 37). Su condenación es
segura. Nuestro deber consiste en confiar en Dios y en hacer lo que es correcto, a pesar de las circunstancias.

2. Los malvados tienen razón de atemorizarse frente al juicio, pero los cristianos, que tienen un Abogado delante del
Padre, no tienen nada que temer (Is. 43:25; Mt. 10:32, 33).
3. Dios parece tomar demasiado tiempo antes de actuar, pero podemos tener la seguridad de que su modo de medir
el tiempo es el mejor. Nunca nadie puede decir: “No lo supe. No tuve oportunidad”.

4. Dios triunfará por fin, y su pueblo triunfará con él. A nosotros nos corresponde tener paciencia, perseverar en
hacer el bien.
5. El hombre es libre para hacer con su vida lo que le venga en gana, pero debe estar preparado para sufrir las
consecuencias si elige realizar decisiones equivocadas.

6. Sólo Dios está en posición de juzgar, porque solamente él posee todas las evidencias para realizar una evaluación
correcta. El hombre debe abstenerse de juzgar.

7. El abstenerse de juzgar al prójimo no significa dejar de escoger entre lo bueno y lo malo. La Palabra de Dios es
una lámpara que ilumina los intersticios del corazón, y alumbra el camino por donde debemos transitar.

8. Dios prefiere una obediencia iluminada antes que una sumisión ciega. Por esa razón nos trata como amigos y nos
revela sus planes y propósitos.

9. Cuando Dios nos concede una revelación, también nos asegura su origen divino, de modo que no tengamos dudas
acerca de su clara dirección.

Alguien describió una vez el juicio, no como un momento cuando Dios decide aceptarnos o rechazarnos, sino como
la ocasión cuando Dios da por terminada nuestra elección en cuanto a si realmente lo hemos aceptado o rechazado.

El juicio es una buena noticia porque integra una parte inseparable de las “buenas noticias”; es la aplicación
culminante de la Cruz en nuestro favor.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“Todo el más profundo interés manifestado entre los hombres por los fallos de los tribunales terrenales no representa
sino débilmente el interés manifestado en los atrios celestiales cuando los nombres inscritos en el libro de la vida
desfilen ante el Juez de toda la tierra”. CS, 537.

“El juicio final es un acontecimiento sumamente solemne y terrible. Se desarrollará delante del universo entero.
El Padre ha desplegado todo el juicio en el Señor Jesús. Él será quien declare la
recompensa que recibirán los que hayan sido leales a la ley de Jehová.

“Dios será honrado, y su gobierno reivindicado y glorificado, y ello en presencia de los habitantes de los mundos no
caídos. El gobierno de Dios será reivindicado y exaltado en la mayor medida posible. No se trata del juicio de una
persona o de una nación, sino de todo el mundo. ¡Oh, que cambio se producirá entonces en el entendimiento de
todos los seres creados! Allí se percibirá el valor de la vida eterna”. CDD, 294.

“La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad, ya de
infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen con terrible exactitud, cada mala palabra, cada
acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras.

“Las admoniciones o reconvenciones divinas despreciadas, los momentos perdidos, las oportunidades
desperdiciadas, la influencia ejercida para bien o para mal, con sus abarcantes resultados, todo fue registrado por el
ángel anotador”. CS, 535, 536.

“El hombre no puede por sí mismo hacer frente a estas acusaciones. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa
su culpabilidad delante de Dios.

“Pero Jesús, nuestro Abogado, presenta una súplica eficaz en favor de todos los que, mediante el arrepentimiento y
la fe, le han confiado la guarda de su almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos
argumentos del Calvario”. 2 JT, 174.

CAPITULO VIII (a)


ATAQUE CONTRA CRISTO
ATAQUE CONTRA CRISTO

En muchos aspectos Daniel 8 es el capítulo más importante del libro. Contiene la profecía de tiempo más extensa.
También se refiere al tiempo del fin en el contexto del santuario y su purificación. Establece la introducción a los
capítulos 9 a 12.

Relación de Daniel 8 con su contexto.


1. Daniel 2 describe la historia del surgimiento y de la caída de las naciones, culminando con Cristo el Rey y su
reino sobrenatural representado por la piedra.

2. Daniel 7 nos conduce por segunda vez a través del surgimiento y la caída de las naciones con aplicaciones más
profundas y más amplias -el poder perseguidor representado por el cuerno pequeño, el juicio en el cielo, y Cristo el
Juez recibiendo su reino eterno.

3. Daniel 8 y 9 están relacionados, porque el capítulo 9 es la continuación del capítulo 8. Estos también mencionan
la historia política de las naciones, pero se concentran en la obra de salvación de Cristo como nuestro Sumo
Sacerdote preparando el camino para su pueblo que heredará el reino.

4. Daniel 8 amplifica a Daniel 7 al describir la actividad del cuerno pequeño que crucificaría “al príncipe de los
ejércitos” -Jesús; hollando al pueblo de Dios, y desvirtuando el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario
celestial.

Daniel 8, es similar a Daniel 7 en muchos sentidos, pero desarrolla un tema que no se encuentra en Daniel 7: El
ataque contra Cristo, no como un ser humano sobre la Tierra, sino como el Sumo Sacerdote en el Santuario
Celestial.

Daniel 8 esta saturado con imágenes y lenguaje del santuario. Las bestias en Daniel 7 son inmundas (león, oso,
leopardo), mientras que en Daniel 8 son limpias (carnero, macho cabrío).

En contraste con las bestias de Daniel 7, los animales en Daniel 8 son los que se usaban en los servicios del
santuario hebreo (hasta en el Día de la Expiación).

Daniel 8 también enfatiza el elemento de conflicto, pero en dos ámbitos: el histórico (horizontal) y el espiritual
(vertical). El cuerno pequeño ataca al sur, al este y Palestina y es victorioso.

Pero el cuerno pequeño hace algo que ningún otro reino ha hecho: va contra el Príncipe de los ejércitos en el
Santuario Celestial. Esta es la dimensión vertical de su campaña: ¡Asalta el cielo mismo!

“En el año tercero del reinado de Belsasar”. v. 1.


Habían pasado dos años desde que había tenido la visión del capítulo 7, “después de aquella que me había aparecido
antes” (8:1). Pero aún debían pasar unos diez años antes de que cayera Babilonia.

“Vi en visión… yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi,… estando junto al río
Ulai”. v. 2.

Susa era la antigua metrópoli de Elam, provincia de Babilonia. Servía como residencia de invierno de los monarcas
babilónicos. El río Ulai pasaba por Susa, estaba a 370 km. de Babilonia.

“he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto
que el otro; y el más alto creció después”. v. 3.

“Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna cosa podía parar delante de él,
ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía”. v. 4.

“En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia”. v. 20.

“Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin
tocar tierra”. v. 5.

“y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos”. v. 5.


“Y vino hasta el carnero de dos cuernos, […], y corrió contra él con la furia de su fuerza. v. 6.

“Y… llegó junto al carnero y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía
fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de
su poder”. v. 7.

“Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado,
y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo”. v. 8.

“El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero [Alejandro
Magno]”. v. 21.

El versículo 8 concluye con las palabras, “en su lugar [del cuerno notable] salieron otros cuatro cuernos notables
hacia los cuatro vientos del cielo”.

“Y en cuanto al carnero que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán
de esa nación, aunque no con la fuerza de él”. v. 22.

Los cuatro cuernos representan las cuatro divisiones del reino griego después de la muerte de Alejandro el Grande.

Ptolomeo, tenía Egipto.


Casandro, dominaba Macedonia con soberanía sobre Grecia.
Lisímaco, tenía Tracia y una parte de Asia Menor.
Seleuco, poseería la mayor parte de lo que había sido el Imperio Persa: parte del Asia Menor, el norte de Siria,
Mesopotamia y el Oriente.

“Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño”. v. 9.

La expresión “de uno de ellos” (v. 9), debe leerse así:


“de una [femenino] de ellos [masculino]”, que sugiere una conexión con la expresión anterior: “los cuatro vientos
[femenino] del cielo [masculino]”.

“que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa”. v. 9.


Roma está situada geográficamente al norte y al este de los cuatro reinos sucesores de Alejandro.
Sur: África (Cartago y Egipto).
Oriente: Grecia y toda el Asia.
La tierra gloriosa: Palestina.

Identificación del Cuerno Pequeño


1. Representa un imperio que “se engrandeció extraordinariamente” (8:9, VM), en contraste con Grecia que
“engrandecióse hasta lo sumo” (v. 8, VM) y Medo-Persia que “se hizo grande” (v. 4, VM).

2. El Imperio Romano aparece desde uno de los cuatro vientos.


3. En el capítulo 8 se dice que el Imperio Romano surge del Imperio Griego. Esto es
coherente con las profecías paralelas de Daniel 2:39 y Daniel 7:7 y a la vez las amplifica.

4. El cuerno pequeño representa tanto a la Roma cristiana como a la pagana. Hay una continuidad gradual o
evolución de la una hacia la otra. En la ciudad de Roma el emperador sería sucedido por el obispo de Roma.

5. El Imperio Romano fue el que creció excesivamente en el sur, en el este y en el norte. Viniendo desde el
oeste, conquistó Macedonia, Siria, Palestina y Egipto.
6. Las dos manifestaciones de Roma persiguieron a los santos de Dios.

7. Durante su dominio, el cuerno pequeño (la Roma pagana) crucificó a Jesús. Esta profecía se
refiere a Cristo como “… el Príncipe de los príncipes” y “…el príncipe del pacto” en Daniel 8:11, 25; 11:22.
Poncio Pilato, un gobernador romano, sentenció a muerte a Cristo, y manos romanas lo crucificaron y lo
traspasaron.

8. Las dos etapas de Roma quitaron el sacrificio continuo y derribaron el lugar del santuario. La Roma pagana lo
hizo literalmente en el año 70 d.C. y luego durante la segunda revuelta (132-135), y la Roma papal hizo lo mismo
-en un sentido figurado- durante el período de la iglesia medieval.
El cuerno pequeño “representa a Roma en sus dos fases: pagana y papal. Daniel vio a Roma primero en su fase
imperial y pagana cuando combatía contra el pueblo judío y los cristianos primitivos [v. 9], y después en su fase
papal que continúa hasta nuestros días y se proyecta hacia el futuro, luchando contra la verdadera iglesia [vv. 10-
12]”. 4 CBA, 868.

PARALELISMO entre DANIEL 7 Y 8 sobre el CUERNO PEQUEÑO

1. Ambos son pequeños al comienzo (7:8; 8:9).


2. Ambos se engrandecen después (7:20; 8:9).
3. Ambos son poderes que persiguen (7:21, 25; 8:10, 24).
4. Ambos se exaltan a sí mismo y son blasfemos (7:8, 20, 25; 8:10, 11, 25).

5. Ambos atacan al pueblo de Dios (7:25; 8:24).


6. Diversos aspectos de la actividad de ambos son delineados por tiempo profético (7:25; 8:13, 14).
7. Ambos se extienden hasta el tiempo del fin (7:25, 26; 8:17, 19).
8. Ambos enfrentan una destrucción sobrenatural (7:11, 26; 8:25).

El cuerno pequeño expandió horizontalmente su poder político, pero insatisfecho con esto intentó extenderse en
dirección vertical, hacia el cielo, indicando su desafío a la autoridad de Dios. La Roma papal comenzó un asalto
contra Cristo: el de interferir con su ministerio sumo sacerdotal en el cielo.

ACTIVIDADES DEL CUERNO PEQUEÑO


¿De qué modo podría el cuerno pequeño, esencialmente un poder religioso-político terrenal, atacar a Cristo y su
ministerio en el cielo?

1. Echó por tierra parte del ejército y algunas de las estrellas (8:10, 24). Se puede interpretar que el ejército del
cielo en Daniel 8:24 indica a la gente santa, y las estrellas probablemente representan a los líderes de los ejércitos
(Ap. 1:20).

Se refiere a la furia con que Roma [pagana y papal] persiguió al pueblo de Dios tan a menudo a través de los siglos.
Roma no vaciló nunca en tratar duramente a aquellos a quienes condenó. El poder llegaría a ser fuerte, “mas no con
fuerza propia” (8:24).

2. Se exaltó a sí mismo al nivel del Príncipe de los ejércitos (8:11, 25).


Los versículos 9 y 10 presentaron los movimientos del cuerno pequeño sobre un plano horizontal, mientras que los
versículos 11, 12 muestra una dimensión vertical, lo que indica el cambio de actividades de la Roma pagana a Roma
papal.

El Príncipe del ejército del pueblo de Dios debe ser Aquel que es llamado “Mesías Príncipe” (9:25), “Miguel vuestro
príncipe” (10:21), y “Miguel, el gran príncipe que esta de parte de los hijos de tu pueblo” (12:1). En otras palabras,
Cristo.
¿Cómo es que el cuerno pequeño se engrandeció contra Cristo? Al asumir abiertamente el oficio de Cristo como
mediador entre Dios y la humanidad, el papado se exaltó a sí mismo contra el Príncipe del ejército y cumplió 2 Ts.
2:4.

En Daniel 8 se muestra que el cuerno pequeño esta atacando a Cristo mismo, no como un ser humano [Roma
pagana], sino ahora como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial. El ministerio diario del sacerdote en el lugar
santo del santuario terrenal era un tipo del ministerio diario de intercesión de Cristo en el Santuario Celestial. El
cuerno pequeño se opone y ataca este aspecto de la obra sacerdotal de Cristo.

3. El lugar de su Santuario fue echado por tierra (8:11).


Lugar se refiere al fundamento del santuario, usado aquí metafóricamente para designar la esencia y el propósito del
Santuario.
Al hacer un mal uso de la obra sacerdotal de Cristo, el cuerno rechaza el fundamento del Santuario Celestial como
un lugar de mediación y perdón.

4. Fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio (8:11).


El texto dice que el cuerno usó mal el ministerio diario de Cristo, y entonces “puso sobre”, o designó, su propio
ejército para controlarlo o ministrarlo. Un falso sistema religioso se instituyó en lugar del bíblico, un acto de
rebelión terrible contra Dios y la verdad.
5. Echó por tierra la verdad (8:12).
La verdad de la obra de Cristo en el Santuario Celestial (que incluye el plan de salvación) fue descartada por este
poder religioso-político, el mismo poder que se mostró intentando cambiar la ley de Dios (7:25).

“Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba:
¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el
ejército para ser pisoteados? v. 13.

“Y él le respondió: Hasta 2.300 tardes y mañanas, luego el santuario será purificado”. 8:14.

La sustitución de una falsa forma de adoración que ocuparía el lugar de la verdadera, sumada a una enseñanza
errónea del plan de salvación y del ministerio mediatorio de Cristo en el cielo, aparentemente duraría un largo
tiempo.

Daniel 8:10 introduce el ministerio diario de Jesús en el santuario Celestial.


Daniel 8:14 revela el servicio anual, llamado el Día de la Expiación (Lv. 16).
En Daniel 8 se muestran las dos fases: el ministerio sumo sacerdotal diario de Cristo y el anual.

Solo después de 2.300 tardes y mañanas se detendrá el asolamiento destructor del cuerno pequeño. “pero será
quebrantado, aunque no por mano humana”. v. 25. El fin del cuerno pequeño no será el resultado de causas
naturales, sino de un extraordinario acto de juicio por parte de Dios, que cierra el círculo de la historia (Dn. 2:34;
11:45).

“Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla…”


“quedé quebrantado y estuve enfermo algunos días,… pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía”.
vv. 15, 27.

“Con fervor [Daniel] solicitó que se le permitiera conocer el significado de la visión. No podía comprender la
relación que pudiera haber entre los setenta años de cautiverio, predichos por Jeremías, y los dos mil trescientos
años que, según oyó en visión, el visitante celestial anunciaba como habiendo de transcurrir antes de la purificación
del santuario. El ángel Gabriel le dio una interpretación parcial”. PR, 406.

“he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre [Cristo]”.


Jesús desea que comprendamos las visiones y las profecías. Él le dijo a Gabriel que le ayudara a Daniel a
comprender la visión (v. 16).

“Entiende hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin”.


“He aquí yo te enseñaré… porque eso es para el tiempo del fin”.
“La visión de las tardes y las mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos
días”. vv. 17, 19, 26.

Habrá un tiempo de indignación y de ira. Dios no permitirá que las cosas sigan así indefinidamente. Llegará el
juicio y habrá un castigo (He. 10:27). La visión nos relata sucesos que conducen al fin. Dios estableció un tiempo.
El controla todo lo que ocurre en la tierra (Hch. 17:26, 31).

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. No siempre podremos esperar respuestas inmediatas de parte de Dios. Puede ser que el tiempo no sea apropiado
para que él hable o actúe. Por lo tanto debemos permitir que Dios decida el momento más oportuno para darnos
una respuesta.

2. Nuestro modo actual de vivir determina dónde nos encontramos en el futuro, y tanto para el presente como para el
futuro dependemos de la gracia de Dios.
3. “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre”, y esto nos permite obedecer las leyes divinas Dt. 29:29.

4. El cristiano puede esperar persecuciones, ¡pero no debe buscarlas!


5. Puede ser que el profeta no comprenda siempre las revelaciones que Dios le hace, porque la profecía se
comprende mejor después de haberse cumplido.
6. Siempre debemos apreciar la diferencia que existe entre los ángeles y nosotros y entre nosotros y Dios. El
hallarse ante su presencia debe ser una experiencia pavorosa, y sólo debemos presentarnos ante él con el debido
respeto y reverencia.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“La luz que Daniel recibió directamente de Dios le fue dada especialmente para estos últimos días. Las visiones que
contempló en las márgenes del río Ulai [capítulo 8] y de Hidekel [capítulo 10], los grandes ríos de Sinar, se están
cumpliendo actualmente, y todos los acontecimientos predichos habrán visto pronto su cumplimiento”. EW, Carta,
57, 1896.

“Un estudio cuidadoso de cómo se cumple el propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de
las cosas venideras, nos ayudará a estimar en su verdadero valor las cosas que se ven y las que no se ven, y a
comprender cuál es el verdadero objeto de la vida”. PP, 403.

“Considerando así las cosas de este tiempo a la luz de la eternidad, podremos, como Daniel y sus compañeros, vivir
por lo que es verdadero, noble y perdurable. Y al aprender en esta vida a reconocer los principios del reino de
nuestro Señor y Salvador, el reino bienaventurado que ha de durar para siempre, podemos ser preparados para entrar
con él a poseerlo cuando venga”. PP. 403.

“El santuario que esta en el cielo es el mismo centro de la obra de Cristo en favor del hombre. Concierne a toda
alma viviente sobre la tierra. Abre ante la vista el plan de redención, proyectándonos hasta el mismo fin del tiempo,
y revelando el resultado triunfal del conflicto entre la justicia y el pecado. Es de la mayor importancia que todos
investiguen cuidadosamente estos temas, y estén capacitados para dar respuesta a todos los que demanden razón de
la esperanza que hay en ellos”. Cristo en su Santuario, 52.

CAPITULO VIII (b)


EL CONTINUO

EL CONTINUO

La doctrina del santuario está en el centro mismo del complejo de verdades cristológicas que le dan al remanente
(Ap. 12:17) su singularidad histórica y profética.

El propósito de la doctrina bíblica del santuario es “comprender el significado de las verdades espirituales
involucradas en el gran conflicto y el plan de salvación”. James Zackrison, El santuario y el sacrificio de Cristo
(SDA General Conference, Inter-American Division, 1977), p. 4.
En el santuario vemos la forma maravillosa en que él (Dios) trató el pecado y a los pecadores.

“El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario”. CS, 542. “El santuario celestial es
el centro mismo de la obra de Cristo en favor de los hombres”. CS, 543.

“La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial para el plan de salvación como lo
fue su muerte en la cruz”. CS, 543
“La correcta comprensión del ministerio del santuario celestial es el fundamento de nuestra fe”. Ev, 165-169.

¿Qué es el Santuario celestial? He. 7:25; 9:12-23.

1. Es el centro de las operaciones divinas.


Centro nervioso del programa de Dios en lo que concierne al problema del pecado y la redención. Sólo el santuario
está equipado para tratar con el pecado y los pecadores.

2. Es el blanco de los ataques de Satanás.


El blanco de ataque del “cuerno pequeño”, contra el ministerio sacerdotal de Cristo (Dn. 8:11). El papado ha
distraído la atención del intercesor celestial y su ministerio en el santuario y ha enfocado sobre un sistema de
salvación errado.
Mediante obras: El confesionario, la misa, etc.
3. De allí que debe ser purificado el santuario celestial (Dn. 8:14; Ap. 14:7), o sea el santuario debiera ser
restaurado, reivindicado, mejor dicho:
El santuario o sea la doctrina del santuario sería mostrado en forma correcta a partir de octubre de 1844.

b. Dios será vindicado en cuanto al manejo del problema del pecado.


“Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los
santos”.
“Justo eres tú, oh Señor, el que eres y eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas”.
“Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos” (Ap. 15:3; 16:5, 7).

c. También los verdaderos santos serán mostrados o manifestados justificados frente a las acusaciones de Satanás
(Zac. 3:1-5).
Porque es parte del espíritu de Satanás, el acusar a todos los pecadores arrepentidos y pretender que ellos le
pertenecen “lo reclama como presa suya… y pide que les sean entregados para destruirlos”. CS, 675.

El cuerno pequeño intentó algo que ningún otro poder había hecho antes: extenderse hacia el cielo, indicando su
desafío a la autoridad de Dios, un hecho que refleja el mismo espíritu de rebelión que poseía Lucifer al comienzo del
gran conflicto (Is. 14:13, 14).

El ataque del cuerno pequeño contra el Santuario esta descrito en términos militares (cf. v. 12). En el santuario
terrenal, un ejército de levitas lo protegían contra la profanación (Nm. 18:1-10; 1 Cr. 9:27-33). El enemigo tenía
que pelear contra la guardia de levitas y derrotarlos antes de tener acceso al santuario mismo y al sacerdote que
ministraba. Este mismo cuadro se usa en Daniel 8.

El cuerno pequeño atacó a la hueste celestial y “echó por tierra” parte del ejército (v. 10); luego entra en el santuario,
donde “se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” (v. 11). El cuerno pequeño está atacando al cielo, y a un
ministerio en el cielo.

“[el cuerno pequeño] se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos”.


“y se levantará contra el Príncipe de los príncipes”. (vv. 11, 25).
El cuerno pequeño está atacando a Cristo mismo, no como un ser humano (como lo hizo Roma pagana) sino ahora
como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial.

El cuerno pequeño trató de controlar el “continuo” (Heb. tamid) ministerio de Cristo en el Santuario Celestial. En
los servicios del santuario, “continuo” (tamid) estaba asociado con las diferentes actividades realizadas por el
sacerdote durante su ministerio diario, y sólo en su ministerio diario.

En Daniel el término “continuo” aparece 5 veces (8:11-13; 11:31; 12:11) y está asociado con el Santuario. El
“continuo” se refiere “al ministerio sacerdotal continuo de Cristo en el santuario celestial”. 4 CBA, 869. Al
“verdadero culto”. C.M. Maxwell, God Cares, 156, 157.

En 11:31 se da la información adicional de que “la abominación desoladora” reemplaza el “continuo”. Como el
“continuo” designa el sistema divinamente ordenado de adoración, el poder que lo quita está en oposición a Dios, y
la “abominación desoladora” representa un sistema de culto falsificado.

Suprimir el “continuo” representa:


1. La sustitución hecha por el papado de la unión voluntaria de todos los creyentes en Cristo por la unión obligatoria
con una iglesia visible.
2. La sustitución de Cristo como cabeza invisible por la autoridad de una cabeza visible, el papa.

3. La sustitución del acceso directo a Cristo para todos los creyentes por una jerarquía sacerdotal.
4. La sustitución de la salvación por la fe en Cristo por un sistema mediante obras ordenadas por la iglesia.

5. La sustitución de la obra mediadora de Cristo como nuestro gran sumo sacerdote en las cortes celestiales por el
confesionario y el sacrificio de la misa; y que este sistema desvió completamente la atención de los hombres de
Cristo y así les impidió recibir los beneficios de su ministerio.

El cuerno pequeño pudo atacar solo el “continuo”, porque el “anual”, el ministerio en el segundo departamento, que
ocurría cuando el Santuario era purificado, no estaba en funcionamiento entonces. Recién al fin de los 2.300 años,
en 1844, sería purificado el Santuario y comenzaría el servicio “anual”.
De este modo, en Daniel 8 aparecen ambas fases del ministerio sumo sacerdotal de Cristo:
“el continuo”, que es atacado por el cuerno pequeño, y el “anual”, que comenzaría al final de los 2.300 días.

El “continuo”. Se lo usa frecuentemente con relación al ritual del santuario para describir varios aspectos de sus
servicios regulares, tales como:

a. El sacrificio diario/continuo (Ex. 29:42).


b. El pan de la presencia (Ex. 25:30).
c. La ofrenda del incienso (Ex. 30:8).
d. El fuego sobre el altar (Lv. 6:13).

Todas estas ceremonias diarias que cumplimentaban los sacerdotes eran una “sombra de las cosas celestiales” (He.
8:5) y simbolizaban el ministerio sacerdotal del Jesús resucitado, quien es nuestro Mediador celestial (v. 6).

El ministerio diario del sacerdote en el lugar santo del santuario terrenal era un tipo del ministerio diario de
intercesión de Cristo en el Santuario Celestial. El cuerno pequeño se opone y ataca este aspecto de la obra
sacerdotal de Cristo.

El servicio “continuo” simbolizaba la benévola y continua provisión que Dios hace para el hombre, y apuntaba hacia
el ministerio sacerdotal de Cristo en el santuario celestial, quien vive ‘siempre para interceder por ellos’ (He. 7:25; 1
Jn. 2:1).

Cristo es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (Jn. 1:29). Con el sacrificio expiatorio de Cristo,
Dios asumió la responsabilidad por nuestros pecados, y en el Santuario Celestial Cristo aplica los beneficios de su
sacrificio a los que por fe vienen a él buscando perdón (He. 7:25; Ro. 8:34).

En el Santuario Celestial Cristo realiza, en la realidad, lo que el servicio diario enseñaba por medio de símbolos, es
decir, que siendo nuestro Sumo Sacerdote, Jesús continuamente nos transmite el perdón (Ef. 4:32), nos limpia del
pecado (1Jn. 1:9) y nos otorga acceso a Dios (Ef. 2:18).

Daniel 8:10 introduce el ministerio diario de Jesús en el santuario Celestial.


Daniel 8:14 revela el servicio anual, llamado el Día de la Expiación (Lv. 16).
En Daniel 8 se muestran las dos fases: el ministerio sumo sacerdotal diario de Cristo y el anual.

La importancia de la doctrina del Juicio anterior al Advenimiento

Los paralelos entre Daniel 7 y 8 indican que el juicio en Daniel 7 y la purificación del santuario en Daniel 8 son uno
y el mismo evento, y el tema del juicio en Daniel 7 son el cuerno pequeño (7:8-11) y los santos (v. 22).
¿Cuál es la importancia de la doctrina del Juicio anterior al Advenimiento?

Su importancia histórica reside en el hecho de que proporciona una explicación para el chasco de 1844. El
reconocimiento de que en 1844 Jesús comenzó la segunda fase de su ministerio celestial explica por qué no regresó
a esta tierra el 22 de octubre de 1844 (Ap. 10:9, 10).

Es teológicamente importante, en el sentido de que el juicio previo al advenimiento sirve como repaso final de las
vidas de aquellos que entrarán en el reino.

Mediante el Juicio anterior al advenimiento, la justicia y la misericordia de Dios serán proclamadas por todo el
universo (Ap. 15:3,4). Y vindicará el carácter de Dios que ha estado en disputa con Satanás (Ro. 3:4).

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA.

Los cristianos no debemos dejar nuestra única fuente de poder y de seguridad: el ministerio de Jesús en el Santuario
celestial.

La Escritura sostiene consistentemente la seriedad del pecado y la certeza del juicio, pero también revela
repetidamente que el Cordero de Dios, el Sustituto de los pecadores, ha sido aceptado en lugar de cada persona (Ro.
3:23-28). Cuando recibimos a Cristo, su justicia nos cubre, nos absuelve, nos perdona, y nos limpia, y por lo tanto
no debemos temer al juicio (Ro. 8:1).

REFLEXIONES INSPIRADAS.
“Cristo es el ministro del verdadero tabernáculo, el sumo sacerdote de todos los que creen en él como en un salvador
personal”. EW, Sings of de Times, 14-2-1900.

“El cordero del sacrificio representa al ‘Cordero de Dios’, en quien reside nuestra única esperanza de salvación…
Debemos creer, no sólo que él murió por el mundo, sino que murió por cada uno individualmente. Debemos
apropiarnos la virtud del sacrificio expiatorio”. PR, 281.

“Cristo mismo fue el originador del sistema judío de culto, en el cual se anticipaban las cosas espirituales y
celestiales por medio de símbolos y sombras”. EW, ST, 2-1-1893, 7 CBA, 944.

“Sólo por medio de la sangre de Cristo hay perdón de pecados.


Nosotros ¡cuán poco sentimos en conjunto la fuerza de esta gran verdad!
¡Cuán raras veces, mediante una fe viviente y real, hacemos que penetre en nuestra vida esta gran verdad:
que hay perdón para el pecado más pequeño, perdón para el pecado más grande!”. EW, RH, 21-9-1886, 7 CBA,
944.

CAPITULO VIII (c)


YOM KIPPUR

YOM KIPPUR

El adventismo del séptimo día ha sido el heredero del estudio serio de la Biblia en épocas pasadas, y ahora es el
guardián de la verdad bíblica más sorprendente para nuestro tiempo.

“¿Hasta cuándo durará la visión?” Dn. 8:13. La pregunta no es sobre cuánto tiempo profanará el cuerno pequeño el
santuario, sino sobre cuándo se cumplirá todo el contenido de la visión. La respuesta indica que el cumplimiento de
toda la visión demorará 2.300 días/años. Al final de ese período la usurpación del cuerno pequeño de la obra
sacerdotal del Mesías llegará a su fin con el día de la expiación.

“Y él le respondió: Hasta 2.300 tardes y mañanas, el santuario será restaurado”. v. 14.

El juicio investigador que precede al advenimiento descrito en Daniel 7:9-14 se localiza cronológicamente al final
de los 2.300 días proféticos.

Cuadro de los 2.300 años.

“Desde entonces la doctrina del santuario ha sido vindicada, la verdad echada por tierra ha sido levantada, y para
aquellos que tienen el privilegio de conocer estas cosas, Jesús, su Príncipe, ya no es sólo un sacrificio, sino también
un misericordioso y fiel Sumo Sacerdote, y aún más, ha entrado a la fase final de su obra y pronto sus enemigos
serán puestos debajo de sus pies”. Ernest W. Marter, Daniel’s Philosophy of History, 82.

La profecía de los 2.300 años que termina en 1844 iniciaba un proceso por el cual el Santuario celestial había de ser
limpiado. Pablo afirma: “Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero
las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos” (He. 9:23).

“Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a
erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”.
He. 8:5.

Hasta cierto punto, el santuario terrenal tenía para los israelitas la misma función que tiene el celestial para el resto
del Universo.

1. Ambos santuarios son el lugar de la morada de Dios entre su pueblo. Dios le dijo a Moisés: “Y harán un santuario
para mí, y habitaré en medio de ellos” (Ex. 25:8). En contraste, el Santuario Celestial es el lugar del Universo
donde Dios ha establecido su presencia dentro de la creación, donde está su trono (Sal. 11:4; Dn. 7:9, 10; Ap. 4:2-7).

2. Ambos santuarios son un lugar de reunión para Dios y sus siervos.


En el terrenal, él se encontraba con los israelitas, y ellos lo adoraban (Ex. 29:42-45; Sal. 43:3, 4).
El Celestial, es el lugar donde Dios se encuentra con los seres celestiales que vienen a servirlo y alabarlo (Job 1:6;
Sal. 103:19-22). Dios se ubicó allí con el fin de que fuera accesible a los seres celestiales; y, desde allí, su presencia
se proyecta por todo el universo.

3. Dios gobierna como Rey desde ambos santuarios.


“Jehová reina… él está sentado sobre los querubines” (Sal. 99:1).
“Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Sal. 103:19).

Hebreos indica que, después de su ascensión, Jesús “abrió/ha inaugurado” (BJ) un camino para que tengamos acceso
a Dios (He. 10:20). Este pasaje enseña que, después de su ascensión, Cristo inició su obra sacerdotal en el
Santuario Celestial. Daniel 9:24 ubica este inicio, o ungimiento (Ex. 40:9-11), dentro del marco de las setenta
semanas.

El Yom Kippur, el Día de la Expiación (Lv. 16:5), tiene como su sacrificio tradicional la ofrenda doble de un carnero
y un macho cabrío. Más allá de representar a Medo Persia y Grecia, los dos animales evocan el Día de la
Expiación.

Los hechos de cuerno pequeño, involucran el ‘sacrificio diario’, el ‘pecado’ y el ‘santuario’ (Dn. 8:11, 12). El
pasaje menciona lo más eficiente de todo el sistema sacerdotal, el sumo sacerdote. La palabra “Príncipe” o “jefe”
(8:11, 25), es el término técnico para el sumo sacerdote (Esd. 8:24), que en el contexto de Daniel es Miguel (10:5,
13, 21; 12:1), que esta vestido de lino como el sumo sacerdote que oficiaba durante el día de Kippur (Lv. 16:4).

“Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová”.
Lv. 16:30.

“Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas
celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos”. He. 9:23.

Todo el servicio del santuario terrenal era una sombra, una imagen del servicio celestial (He. 8:1-5). Como el
santuario terrenal era contaminado por el pecado, lo mismo ocurre en el cielo. Por esta razón, en Hebreos 9:23, se
habla de la necesidad de limpiar aun el Santuario Celestial. Este pasaje se refiere al Día de la Expiación, y que en
algún momento de la historia de la salvación, las cosas celestiales necesitan ser purificadas.

En Apocalipsis, se nos dice que Cristo realizó en el Lugar Santo del Santuario Celestial una obra de mediación (8:3,
4). También nos enseña que Cristo esta realizando una tarea específica en el Lugar Santísimo. El comienzo de esta
obra esta en 11:19 donde se ve el Lugar Santísimo, y el término en 15:8, donde ya no hay más acceso a él.

El Santuario terrenal era purificado anualmente por un sumo sacerdote humano; pero el Santuario celestial es
purificado de una vez por todas por Cristo, el Sumo Sacerdote que es mediador de la santificación de los creyentes
en su sangre.

La purificación del Santuario celestial debe comprenderse no en el sentido de una limpieza física, sino de una
limpieza moral y espiritual. Porque allí, en las cortes del cielo, comenzó la rebelión de Satanás y su acusación en
contra del carácter de amor y justicia de Dios.

Ahora, al final de los 2.300 años, mientras que la maldad de Satanás entra en su punto máximo mediante la obra del
cuerno pequeño y el fin del tiempo se acerca, Cristo comienza en el cielo el Día antitípico de la Expiación.

Las inteligencias no caídas del universo, los ángeles y Satanás mismo comprobará la base justa sobre la cual el
carácter de Dios resulta vindicado. Esa vindicación (que eventualmente culminará con la destrucción final de
Satanás y de los pecadores, y la reunión del pueblo de Dios en su Reino) es en sí misma la restauración del
Santuario celestial.

¿Por qué el Santuario necesita ser purificado?

1. En el AT., los enemigos del pueblo de Dios podían contaminar el Santuario al destruirlo (Sal. 74:3-7; 79:1). En
Daniel 8:11, el cuerno pequeño simbólicamente echó por tierra el lugar del Santuario, y con ello también lo profanó.

2. En el AT., los pecados del pueblo contaminaban el Santuario aquí, en la tierra, por medio de contactos ilegales
(Lv. 16:16; 20:3; Ez. 23:37, 38).
3. En los tiempos tanto del AT como del NT, entendemos que los pecados confesados también contaminaban el
Santuario celestial tenían que ser expiados.

De este modo, la purificación del Santuario trata aquí con dos problemas: la vindicación del pueblo de Dios y la
caída del cuerno pequeño. En el juicio, se destruye el poder del cuerno pequeño, y los santos -cuyos pecados han
sido perdonados por la sangre de Jesús- son vindicados y reciben el reino eterno (Dn. 7).

La Purificación del Santuario Daniel 8:14. 3 aspectos esenciales:

1. El templo-santuario en el cielo es el “centro mismo” de la acción divina para solucionar el problema del pecado y
obrar la salvación del pecador (He. 7:22-25).

2. El templo-santuario en el cielo es el objeto preferido de los ataques sincronizados de Satanás para desprestigiar a
Dios y destruir a su pueblo y su ley. (Ap. 13:5-6; Dn. 7:25-26; 8:11-14; 2 Ts. 2:1-7).

3. El mensaje de que “la hora de su juicio ha llegado” (Ap. 14:7), interrelacionado con la profecía: “hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Dn. 8:14), anuncia la acción divina previa al
advenimiento, la cual vindica a Dios mismo, aplica al pecador arrepentido los beneficios de la expiación hecha en la
cruz, y erradica el pecado del universo.

En la historia de la redención, la ‘hora del juicio’ o inicio de la purificación del santuario en el ‘lugar santísimo’ es
una ocasión histórica única, irrepetible y de consecuencias eternas.

La vindicación de Dios es la meta última de la redención, y aunque es cierto que en el servicio ritual la culpabilidad
final recaía sobre Satanás, lo que mejor vindica a Dios es la demostración de que su pueblo está limpio por la
‘sangre del Cordero’ (Ap. 7:14).

La Purificación del Santuario de Daniel 8:14 hace referencia a:


1. La purificación del templo-santuario del cielo, ya que esta tarea de “examinar los caracteres y determinar los que
están preparados para el reino de Dios corresponde al juicio investigador, la obra final que se lleva a cabo en el
santuario celestial”.

2. La obra o ministerio de Cristo como sumo sacerdote en el cielo, donde oficia en la segunda fase de su acción
salvífica, calificada como una “obra de juicio”, la cual es previa a su segundo advenimiento (Dn. 7:13; Mal. 3:1).
3. A una purificación real y efectiva del pecado, la cual se efectúa tanto en el santuario celestial como en el pueblo
de Dios aquí en la tierra. El pecado es removido, quitado, eliminado del universo, en tanto que historia y en tanto
que existencia (Is. 65:17; Ap. 21:4).

4. A la vindicación final de la naturaleza de Dios y la justicia de su gobierno. El juicio es imperativo,


ya que hay que vindicar al Creador ante el universo; hay que justificar al hombre; hay que erradicar el pecado;
vindicar al pueblo de Dios y a la ley de Dios, y restaurar nuestro planeta a la armonía universal (Ap. 22:1-5).

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

El Juicio de 1844, es un mensaje de Dios para nosotros, que básicamente nos insta a la esperanza: Confía en mí, yo
estoy viniendo, tal como lo prometí. No está muy distante.

Lo más importante y notable acerca del Juicio de 1844, previo al Advenimiento, es que es un mensaje de seguridad.
Es la promesa de que, mientras permanezcamos fieles al Señor, mientras vivamos en humilde fe, arrepentimiento, y
obediencia a él y a sus mandatos, tenemos un fiel Sumo Sacerdote que ministra en favor de nosotros;

un Sumo Sacerdote fiel, que cumple la función de nuestro Sustituto en el Juicio. Aunque somos pecadores, aunque
hemos violado la Ley de Dios, aunque merecemos la muerte, tenemos la seguridad de que seremos vindicados en el
Juicio, porque Jesús ocupa nuestro lugar. Este es el mensaje más importante del juicio de 1844 preadvenimiento.

En la presencia de Dios, Jeremías, Ezequiel y otros sólo pudieron exclamar: “¡Ay de mí!” Necesitamos ser
humillados por la perspectiva de la gran expiación celestial. Pero, gracias a Dios, al mismo tiempo podemos ser
animados y estimulados por el hecho de que nuestro gran Sumo Sacerdote, nuestro Hermano, Jesucristo, está
intercediendo en nuestro favor, y ministrando su vida y sacrificio por nosotros.

REFLEXIONES INSPIRADAS.
“El pueblo de Dios ha de tener sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de
nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde él está intercediendo por su pueblo”. Ev, 166.

“En el tiempo señalado para el juicio -al fin de los 2300 días, en 1844- empezó la obra de investigación y el acto de
borrado los pecados. Todos los que hayan profesado el nombre de Cristo deben pasar por ese riguroso examen.
Tanto los vivos como los muertos deben ser juzgados ‘de acuerdo con las cosas escritas en los libros, según sus
obras’ (Ap. 20:12, VM)”. CS, 540.

“El santuario en el cielo es el centro mismo de la obra de Cristo a favor de los hombres… Nos revela el plan de
redención, nos conduce hasta el fin mismo del tiempo y anuncia el triunfo final de la lucha entre la justicia y el
pecado”. CS, 543.

“Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento del santuario. La sangre
de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, les aseguraba perdón y aceptación cerca del Padre,
pero no obstante sus pecados permanecían inscritos en los libros de registro.
“Como en el servicio simbólico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes de que la obra de
Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado
del santuario.

“Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el
profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la
purificación del santuario”. CS, 473, 474.

“La purificación del santuario implica por lo tanto una obra de investigación -una obra de juicio. Esta obra debe
de realizarse antes de que venga para redimir a su pueblo, pues cuando venga, su galardón está con él, para que
pueda otorgar la recompensa a cada uno según haya sido su obra (Ap. 22:12)”. CS, 474.

“Mientras el pueblo de Dios aflige su alma delante de él, suplicando pureza de corazón, se da la orden: ‘Quitadle
esas vestimentas viles’, y se pronuncian las alentadoras palabras: ‘Mira que he hecho pasar tu pecado de ti y te he
hecho vestir ropas de gala’ (Zac. 3:4).

“Se pone sobre los tentados y probados, pero fieles, hijos de Dios, el manto sin mancha de la justicia de Cristo. El
remanente despreciado queda vestido de gloriosos atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por la corrupción
del mundo.

“Sus nombres permanecen en el libro de la vida del Cordero, registrados entre los de los fieles de todos los siglos.
Han resistido los lazos del engañador; no han sido apartados de su lealtad por el rugido del dragón. Tienen ahora
eterna y segura protección contra los designios del tentador. Sus pecados han sido transferidos al que los instigara.
Una ‘mitra limpia’ es puesta sobre su cabeza”. PR, 434.

CAPITULO IX (a)
ORACIÓN INTERCESORA

ORACIÓN INTERCESORA

El primer año de Darío fue el año 539/538 a.C.


Diez años habían transcurrido desde la visión de Daniel 8.

Los cristianos que intentan entender las profecías de Daniel y de otros libros de la Biblia, pueden estar inclinados a
olvidar el punto principal de las Escrituras: toda la Palabra de Dios señala a Jesús, y se centra en su primera y
segunda venida.

En el capítulo 9 del libro de Daniel nos encontramos con el centro de toda profecía; esto es en términos del NT,
Jesucristo.

Uno de los ejemplos más hermosos y más poderosos de oración intercesora aparece en Daniel 9, la súplica
apasionada del anciano Daniel a Dios por la restauración de Israel después de décadas de cautividad.
Este capítulo es tanto una oración como una profecía. En Daniel 9 asistimos a la grandiosa oración de Daniel para
que el Señor sane a su pueblo. Ellos saben bien que su rechazo de Dios los llevó directamente a su situación.

La oración de Daniel consiste en:


a. Alabanzas a Dios y confesión (4-11).
“Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y
guardan sus mandamientos”.
“De Jehová es el tener misericordia y el perdonar”. vv. 4, 9.

b. Reconocimiento de que el castigo es merecido (vv. 11-14).


“Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado
de tus ordenanzas” oró el profeta”.
“Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz…” vv. 5, 11.

c. Apelación por misericordia y perdón de Dios hacia su pueblo.


“Oh, Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu
santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el
oprobio de todos en derredor nuestro…

“Inclina, oh Dios mío, tu oído y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es
invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas
misericordias”. vv. 16, 18.

Dios espera que vayamos a él con transparencia, valor y confianza.


Y al acudir a él, la oración de Daniel sugiere que hay cuatro cosas que debemos hacer.

1. Reconocer nuestra pecaminosidad.


‘Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes’. v. 5.
El profeta se refiere 14 veces a la pecaminosidad de Israel, revelando así la gravedad del pecado, la necesidad de
confesión y la importancia del arrepentimiento.

2. Reconocer nuestra situación difícil frente a la santidad de Dios.


La oración es hablar con Dios como un amigo, pero eso no hace que Dios sea igual a nosotros. A él pertenece la
“justicia” y a nosotros “la confusión de rostro” (vv. 7, 8). Lo primero es la firmeza; lo segundo, el caos.

Daniel está seguro de que el estado de su pueblo se debió a su rechazo de la Palabra de Dios, que es lo único que
asegura una sólida base de fe.

3. Reconocer el poder liberador de Dios.


Daniel capta una verdad eterna en la historia de la redención:
“Porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias”. v.
18.

4. Nunca desistas.
“Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo”. v. 19.
La falta de esperanza es el enemigo más peligroso de la fe y de la oración. Escucha la persistencia de Daniel: Esta
determinación acabó con su perplejidad (vv. 20-27): el misterio de los 2.300 días pronto se aclararía.

En su oración intercesora Daniel se arrojó en brazos de la misericordia divina. Era lo único que podía hacer. Ahora
confiaba en que Dios no lo abandonaría, ni a él, ni a su pueblo.

Dios contempla mucho más allá del presente inmediato. Mientras el profeta pensaba en 70 años, ¡Dios consideraba
un período del destino tanto de los judíos como de los gentiles setenta veces siete! Daniel se preocupaba por el
bienestar de su propio pueblo, en tanto que Dios tenía en mente el bienestar y destino de todo el mundo, según
estaba determinado por la venida del Ungido, el Mesías.

Nuestro concepto del tiempo es diferente del de Dios. Desde nuestra perspectiva podemos pensar que Dios se
demora. Pero en realidad, Dios es misericordioso, y le concede a cada ser el tiempo suficiente para arrepentirse y
alcanzar la salvación. No debemos de quejarnos de aparentes demoras, sino agradecer que Dios sabe qué es lo
mejor y asume el control de todo.
“Así nuestras oraciones no siempre parecen recibir inmediata respuesta; pero Cristo enseña que no debemos dejar de
orar. La oración no tiene por objeto obrar algún cambio en Dios, sino ponernos en armonía con Dios.

“Cuando le pedimos algo, tal vez vea que necesitamos investigar nuestros corazones y arrepentirnos del pecado.
Por lo tanto, nos hace pasar por una prueba, nos hace pasar por la humillación, a fin de que veamos lo que impide la
obra de su Santo Espíritu por medio de nosotros”. PVGM, 109.

Antes que hablemos, Dios ya tiene la respuesta. Puede ser que la respuesta no incluya lo que hayamos pedido, pero
invariablemente se trata de algo mejor. Puede ser que no reconozcamos la respuesta, pero de todos modos está
presente. ¡Cuán agradecidos debiéramos estar que Dios responde, no en la forma
pequeña en que trabaja nuestra mente, sino del modo más amplio en que obra su gracia!

“Aún estaba hablando y orando… aún estaba hablando en oración… cuando el varón Gabriel,… vino a mí como a
la hora del sacrificio de la tarde”. vv. 20, 21.

Daniel afrontó su cuota de dificultad. Sin embargo, lo hizo de un modo coherente: en primer lugar buscó a Dios.
Comenzó con lo divino.

El siguiente esquema nos ayudará a considerar el ejemplo de la vida de Daniel y la disposición que Dios tuvo para
responder:

Situación Respuesta Respuesta


de Daniel de Dios
Cuando enfrentó la ejecución. Dan 2 Le reveló el sueno de la imagen y la
Oró interpretación.
Cuando enfrentó a los leones hambrientos. Envió un ángel para cerrar la boca de los
Dan 6 Oró leones.

Cuando se afligió por el futuro de su pueblo. Envió a Gabriel, su ángel de mayor


Dan 9 Oró rango, para que le ayudara a entender.

Cuando se afligió por la suerte de los Envió a Miguel, su propio Hijo, además
expatriados que regresaron. Dan 10 Oró del ángel Gabriel.

“Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el
agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras
oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo.

“Él nos dirá personalmente sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de
Jesús. A menudo nuestros corazones arderán dentro de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión
con nosotros como lo hizo con Enoc. Cuando ésta es en verdad la experiencia del cristiano, se ven en su vida una
sencillez, una humildad, una mansedumbre y bondad de corazón que muestran a todo aquel con quien se relacione
que ha estado con Jesús y aprendido de él”. PVGM, 100.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

El estudio de la Biblia nos ayudará al fin de cuentas solamente en la medida en que reconozcamos su fuente
primaria, y mediante la oración y la obediencia tratemos de comprender el mensaje que contiene para nosotros en la
época actual.

La confesión es un ejercicio provechoso porque mediante ella reconocemos quienes somos, y cuánto dependemos de
nuestro Dios. Nuestro acercamiento a Dios es válido solamente a causa de la misericordia del Altísimo. Si no
fuera por su misericordia y gracia sería totalmente inútil.
La sola experimentación de tristeza por nuestros pecados es incapaz de exonerarnos de culpa. Dios debe limpiarnos
del pecado si nuestra tristeza ha de ser efectiva. Dios desea que comprendamos su forma de proceder, y está más
que dispuesto a darnos luz si la deseamos con vehemencia.

Cristo es la solución de todos los problemas del mundo. El AT apunta a él y el NT lo describe y confirma su
centralización con el propósito redentor de Dios.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“El ejemplo de oración y confesión de Daniel nos es dado para nuestra instrucción y nuestro ánimo… Daniel sabía
que el tiempo destinado para la cautividad de Israel casi había concluido; pero no consideraba que porque Dios
había prometido librarlos, ellos mismos no tenían ninguna parte que desempeñar”. Review and Herald, 9/2/1897.

CAPITULO IX (b)
EL MESÍAS PRÍNCIPE

EL MESÍAS PRÍNCIPE

Algunos han llamado al capítulo 9 de Daniel, la columna vertebral y joya de la corona de la profecía.

Sir Isaac Newton describió Daniel 9:24-27 como “la piedra fundamental de la religión cristiana”, porque predecía en
forma exacta, con casi 500 años de anticipación, no sólo el tiempo en el que aparecía el Mesías, sino también la
duración de su ministerio público, como así también su muerte expiatoria por el pecado de la humanidad.

“Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y ellas son las
que dan testimonio en mi favor!” Jn. 5:39, NVI.

“Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue
necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones”. Lc. 24:45-47.

“Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, estudiaron y observaron esta salvación. Querían
descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó
de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de éstos”. 1P. 1:10, 11, NVI.

Relación entre Daniel 8 y 9.


1. Daniel 9 es una explicación de Daniel 8.
2. Daniel reconoce al ángel Gabriel que aparece en el capítulo 9 como el mismo ser que había visto en la visión
anterior.

3. Daniel recordó la visión anterior (v. 21).


4. Daniel 9:23 repite el mandato a Gabriel en Daniel 8:16 para dar al profeta comprensión de la visión.
5. El elemento de tiempo no explicado en Daniel 8 es ahora el tema en Daniel 9 (Dn. 9:24).

6. La orden del capítulo 8 que recibe Gabriel para que explique la visión a Daniel, se repite en Daniel 9:23.
7. Daniel 9:23 dice: “… entiende la visión”. A esta altura Daniel no había recibido ninguna otra visión, sólo la que
se registra en Daniel 8.

8. Daniel pensaba que las transgresiones de Israel podrían prolongar el cautiverio por más de setenta años. Al
pensar esto estudió cuidadosamente la profecía de Jeremías, y oró fervientemente a Dios pidiéndole que no
detuviera el regreso de su pueblo y su restauración.

Daniel 8 emplea dos palabras para “visión”, una es chazon y la otra es mareb.
Chazon: se refiere a la visión como a un todo (v. 1, 2, 13, 15, 17, 26).
Mareb: se enfoca en elemento de tiempo de las 2.300 tardes y mañanas (v. 16, 26, 27).

El ángel había explicado el simbolismo de los animales y el cuerno pequeño en el capítulo 8. Lo que el profeta no
comprendió fue el significado de la “visión (mareb) de las tardes y mañanas” (8:26).
“Pero estaba espantado a causa de la visión (mareb), y no la entendía” (9:27).
Daniel no podía entender la relación entre los 70 años del cautiverio anunciado por Jeremías (Jer. 29:10) y los
2.300 días (años) que habría de pasar antes de pasar la purificación del santuario.

Por lo tanto, cuando Gabriel dice en Daniel 9:23: “Entiende, pues, la orden, y entiende la visión”, no usa la palabra
chazon que se refiere a la visión como un todo, sino que emplea mareb.

“Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, he salido para darte sabiduría y entendimiento”. v. 22.

El nexo entre estos los capítulos 8 y 9 se subraya cuando Gabriel, le dice a Daniel: “Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo” (9:24). Las 70 semanas son “determinadas” o “cortadas” de los 2.300 días de Daniel
8:14 como un período “asignado a los judíos con respecto a su papel como pueblo escogido de Dios”. 4 CBA, 877,
878.

En este caso, las setenta semanas serían la parte inicial de los 2.300 días. Por lo tanto, si conocemos el comienzo de
uno de los dos períodos, también conocemos el principio del otro.

La profecía de las 70 semanas brinda la información necesaria que faltaba para comprender la profecía de las 2.300
tardes y mañanas.

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al
Santo de los santos”. v. 24.

Una semana esta compuesta por siete días, por lo tanto setenta semanas sería un lapso de 490 días. Al aplicar el
principio profético de que un día equivale a un año, esta profecía se refería a un período de 490 años.

El ángel le dijo a Daniel que se “habían determinado” 490 años para su pueblo.
Esto significaba que a la nación judía se le había asignado un período de 490 años.
Gabriel puntualiza seis asuntos:

1. Para terminar la prevaricación.


Dar al pueblo judío una oportunidad de decidir si servirían a Dios, o a sus propósitos egoístas.
2. Poner fin al pecado.
El Calvario fue la ofrenda final por el pecado, y el sistema levítico llegó a su fin.

3. Expiar la iniquidad.
En la cruz Jesús hizo expiación por el pecado (Jn. 12:32).
4. Para traer la justicia perdurable.
Cuando Cristo murió en nuestro lugar, posibilitó que nos apropiáramos por la fe de su justicia.
5. Sellar la visión.
El cumplimiento de la profecía de las setenta semanas asegura la validez de la profecía de los 2.300 días.
6. Ungir al santo de los santos.
Prepara el Santuario celestial para el ministerio sumo sacerdotal de Cristo.

“Cuando Cristo entró por los portales celestiales, fue entronizado en medio de la adoración de los ángeles. Tan
pronto como esta ceremonia hubo terminado, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en abundantes
raudales, y Cristo fue de veras glorificado con la misma gloria que había tenido con el Padre, desde la eternidad. El
derramamiento pentecostal era la comunicación del cielo de que el Redentor había iniciado su ministerio celestial”.
HA, 32.

“desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén”. v. 25.

1. El decreto de Ciro el Grande (538 a.C.)


Esdras 1:2-4, autoriza:
El regreso de los exiliados a Jerusalén
La reconstrucción del templo
Las provisiones para reconstruir el templo
No especificaba la reconstrucción de la ciudad, y no califica como el punto de partida de la profecía.

2. El decreto de Darío. (519 a.C.)


Esdras 6:3-12
Este decreto es básicamente el mismo que el edicto de Ciro, no hacía ninguna provisión para la restauración del
Estado como una unidad completa.

3. El decreto de Artajerjes I (457 a.C.).


Esdras 7:11-26. Decreta la reconstrucción de Jerusalén.

Artajerjes I decretó y autorizó la restauración completa de los judíos en su patria en lo civil, judicial y religioso (Esd.
7:11-28).

En 444 a.C., el mismo rey Artajerjes dio permiso a Nehemías para terminar la reconstrucción de la ciudad. Neh. 2.

“… edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío y de Artajerjes rey
de Persia”. Esd. 6:14.

La referencia a los tres documentos (“mandato” o “decreto”, en singular) indica la unidad


existente entre ellos. También llama la atención al primero, sin el cual los primeros dos estarían incompletos. Este
tercer decreto satisface las estipulaciones proféticas.

Es el único que explícitamente menciona la intervención de Dios:


“Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que
está en Jerusalén, e inclinó hacia mí su misericordia […]. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí,
reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo”. vv. 27, 28.
El año 457 a.C. provee el punto de partida para las 70 semanas y la profecía de las 2.300 tardes y mañanas.

“habrá siete semanas… se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”. v. 25.
Este período de siete semanas o 49 años (457 - 408 a.C.), la ciudad de Jerusalén sería restaurada.

Desde el decreto para restaurar a Jerusalén hasta el ungimiento del Mesías habría 69 semanas proféticas o 483 años.

“… hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas”. v. 25.

La profecía de las 70 semanas viene como respuesta a la profecía de los 70 años y como la solución absoluta. No es
solo un Mesías del que estamos ocupando en este contexto, sino de el Mesías. El mesías en este pasaje es el
Mesías, que abarca a todos los demás mesías, el Mesías de los mesías, el Mesías universal.

“Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como
paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Lc. 3:21, 22.

“Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret”. Hch. 10:38.

Las siguientes 62 semanas, o 434 años (408 a.C. - 27 d.C.), nos lleva hasta el año en el cual Jesús, después de ser
bautizado, llegó a ser el Ungido. Fue entonces, y no antes, que llegó a ser oficialmente el Mesías.

“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos”. v. 27.

Después de su bautismo Jesús comenzó a predicar el evangelio del reino de Dios (Mr. 1:15) y confirmó el pacto
como Daniel 9:27 predijo.

A mediados de la última de las 70 semanas (27 - 34 d.C.), exactamente como Gabriel le había dicho a Daniel, el
Mesías fue “cortado” o muerto, y el ritual o sacrificio diario y la ofrenda perdió su significado (Dn. 9:27) -el tipo se
encontró con el antitipo [es decir, el símbolo se encontró con la realidad simbolizada].

“A la mitad de la semana, Cristo, el Mesías, haría cesar el sacrificio y la ofrenda”.

“Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí”.
“a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. vv. 26, 27.

“Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”. Mr. 15:38.


Tres años y medio más tarde, con el apedreamiento de Esteban en el año 34 d.C., las 70 semanas llegaron a su
conclusión.

Rechazo final.
“Le echaron fuera de la ciudad y le apedrearon… En aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia que
estaba en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria, con excepción de los
apóstoles”. Hch. 7:56-60; 8:1.

Después de la crucifixión de Jesús, los judíos tuvieron tres años y medio más para arrepentirse. Cuando Esteban
fue apedreado, en 34 d.C., los judíos dejaron de ser la nación escogida de Dios.

Las 70 semanas terminan con:


1. El primer mártir cristiano, Esteban.
2. El rechazo del evangelio por los líderes judíos.
3. El evangelio a los Gentiles.

“Y después de las setenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que
ha de venir destruirá la ciudad y el santuario”. v. 26.

Una de las consecuencias de la muerte del Mesías sería que “el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la
ciudad y el santuario” (9:26). En el año 70 d.C. las legiones romanas, bajo el mando de Tito, cumplieron esta
profecía. El destino de la ciudad fue decretado por Jesús durante su ministerio (Mt. 24:1, 2) y ocurrió el año 70 d.C.

“Así, con estas fechas terminales establecidas, cada fecha intermedia cae en su lugar correcto como los dientes de
una rueda bien diseñada encajan uno en el otro, así las predicciones y los eventos armonizan perfectamente. Todo
esto es una prueba de inspiración, y prueba también la condición mesiánica de Jesús de Nazaret”.
George McCready Price, The Greast of the Profhets, 257.

Cuadro de las 79 semanas.

El foco de la profecía en Daniel 9: 24, 27 es el Mesías, el tiempo de su aparición, su vida y su obra así como su
muerte.

“Ninguno es cristiano hasta que haya estado en el Calvario. Pero el Calvario es más que sólo una cruz roja contra
un cielo gris. No es un espectáculo al aire libre, no es una transacción comercial con Dios por un lado, y el hombre
por el otro, y una gigantesca cruz entre ambos.

No es un dogma. No es sólo un informe de la crucifixión como lo encontramos en el NT.


No es una historia. El Calvario es una experiencia. No es algo para mirar y luego contar, sino algo para vivir. No
es algo para aceptar, sino algo para hacer carne en nosotros”. James I. Vance, “El Calvario” [“No se turbe vuestro
corazón”], 59.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. La Biblia es el lugar correcto para buscar las respuestas a nuestros interrogantes teológicos. La ciencia puede
ayudarnos con el estudio de la naturaleza que nos rodea. Pero sólo un libro inspirado puede mostrarnos lo que la
ciencia nunca será capaz de revelar.

2. Cristo es la solución de todos los problemas del mundo. El AT apunta hacia él y el NT lo describe y confirma su
centralización en el propósito redentor de Dios.

3. Ninguna cantidad de conocimiento intelectual de esta profecía nos beneficiará a menos que aceptemos a Jesús
como nuestro Salvador personal.

4. La salvación Dios la ofrece gratuitamente a la humanidad y sólo podemos experimentarla a través de una entrega
a Jesús, quien dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mt. 11:28).

REFLEXIONES INSPIRADAS.
“Mediante sus agentes escogidos, Dios bondadosamente hará conocer sus propósitos. Entonces
avanzará la grandiosa obra de la redención. Los hombres sabrán de la reconciliación para la iniquidad y de la
justicia eterna que el Mesías trajo por medio de su sacrificio.

“La cruz del Calvario es el gran centro. Cuando se acepta esta verdad y se obra en consonancia con ella, se hace
efectivo el sacrificio de Cristo. Esto es lo que Gabriel reveló Daniel en respuesta a la ferviente oración”. EW, Carta
201, 1899, 4 CBA, 1194.

CAPITULO X
UNA TEOFANÍA DE CRISTO

UNA TEOFANÍA DE CRISTO

Los capítulos 10, 11 y 12 forman una unidad en la que el capítulo 10 es el prologo y el capítulo 12 es el epílogo. El
capítulo 10 es una teofanía en la que Dios mismo se revela a Daniel en forma de hombre.

La última visión dada a Daniel ocurrió dos años después del regreso de los judíos de Babilonia. Cubre básicamente
el mismo período de la historia que los capítulos 2, 7 y 8, aunque nos da una vislumbre de la gran controversia
cósmica invisible.

El capítulo 10 nos ofrece una visión penetrante y clara en cuanto a la tremenda actividad que Dios despliega en la
lucha entre el bien y el mal.

“En este capítulo, quizá como en ninguna parte de las Escrituras, se descorre el velo que separa al cielo de la tierra,
y se revela la lucha entre los poderes de la luz y de las tinieblas”. 4 CBA, 886.

“En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí… hasta que se cumplieron las tres
semanas”. v. 2, 3.

El tercer año de Ciro (535 a.C.), probablemente, fue el año en el que se despertó la oposición de los samaritanos
contra los judíos, como lo registra Esdras 4:1-5. Daniel debe de haber oído acerca de la oposición de los
samaritanos, y ayunó y oró por su pueblo que estaba en Palestina.

Es interesante notar que el ayuno y la oración de Daniel tuvieron lugar durante el primer mes del año, el mes durante
el cual los judíos celebraban la Pascua. Durante siete días, del 14 al 21 del mes, debían celebrar la fiesta de los
panes sin levadura, un símbolo de la premura con que habían salido de Egipto.

Daniel pensaba en la Pascua, no sólo como un memorial del gran poder de Dios para rescatar a los hijos de Israel de
su cautiverio egipcio, sino también como un símbolo de su fuerza para librarlos del exilio y completar el proyecto de
reconstruir el templo de Jerusalén.

“Estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. … un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su
cuerpo era como berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus
pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud”. v. 5, 6.

Comparación descriptiva de
Daniel Apocalipsis
10:5, 6 1:13-15
Un varón Uno semejante al Hijo del hombre

Vestido de lino fino Vestido de una ropa que le llegaba hasta


los pies

Ceñidos sus lomos de oro Ceñido por el pecho con un cinto de oro
Ojos como antorchas de fuego Sus ojos eran como llama de fuego
Pies como de color de bronce Pies semejantes al bronce bruñido

Sus palabras como el estruendo de una Su voz era como el estruendo de muchas
multitud aguas

Esta comparación, nos indica que se trata de una teofanía, es decir, la aparición visible de Dios al hombre.

“Nada menos que un personaje como el Hijo de Dios se apareció a Daniel. Esta descripción es similar a la que
presenta Juan cuando Cristo se le apareció en la isla de Patmos”. Comentarios de Elena de White, 4 CBA, 1194.

“Era la misma presencia de la santidad la que había hecho caer al profeta Daniel como muerto delante del ángel de
Dios… La humanidad, con su debilidad y pecado, se hallaba en contraste con la perfección de la divinidad, y él se
sentía completamente deficiente y falto de santidad. Así le ha sucedido a todos aquellos a quienes fue otorgada una
visión de la grandeza y majestad de Dios”. DTG, 213.

Isaías 6:5-7. Cuando contempló la gloria del Señor en el templo, Isaías exclamó: “¡Ay de mí! Que soy muerto;
porque siendo hombre inmundo de labios… han visto mis ojos al Rey”. Uno de los serafines tocó su boca con un
carbón encendido y le dijo que era libre de su culpa y limpio de su pecado.
Ezequiel 1:28; 3:23, 24. El profeta Ezequiel cayó sobre su rostro delante de la gloria del Señor. Entonces Dios le
dijo que se pusiera en pie.

Mateo 17:6, 7. Los tres discípulos que Jesús llevó consigo a la montaña donde se trasfiguró cuando oyeron voces de
la nube “se postraron sobre su rostro, y tuvieron gran temor”. Entonces Jesús se acercó y tocándolos les dijo:
“Levantaos y no temáis”.
Apocalipsis 1:17. Cuando Juan tuvo una visión de Jesucristo cayó “como muerto a sus pies”. Jesús puso su diestra
y le dijo: “No temas”.

“Y yo sólo, Daniel, vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no
tuve vigor alguno”. v. 8.
“Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con
mi rostro en tierra”. v. 9.

“Mientras… estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido”. v. 15.


“y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza…
al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento”. vv. 16, 17.

El efecto de la visión sobre los compañeros de Daniel fue el mismo que cuando Jesús se le apareció a Saulo en el
camino a Damasco (Hch. 9:3-7).

Los efectos físicos sobre el profeta mismo fueron similares a los del apóstol Juan (Ap. 1:17). Estuvo en trance,
como Pedro (Hch. 10:9-11) y Pablo (2 Co. 12:1, 2), inconsciente de lo que lo rodeaba durante toda la visión. Su
atención estaba tan completamente absorbida en las cosas que se le presentaban, que pareció tomar parte de ellas
(Dn. 12:5-9).

“Y he aquí una mano me tocó… Y me dijo: Daniel, varón muy amado… no temas”. vv. 10-12 (cf. vv. 16, 18,
19).
Observe la progresión:
Se lo toca
Se le dice que es amado
Se le indica que no debe temer

Dos verdades que debemos de recordar:


1. El Cielo está muy cerca de cada uno de nosotros.
2. Está listo para ayudar al más humilde de los creyentes.
Todo el cielo está interesado en alentar, no en desalentar.

“he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme,…” v. 13.
“Era la misma presencia de la santidad la que había hecho caer al profeta Daniel como muerto delante del ángel de
Dios…” DTG, 213.
“El nombre Miguel sólo aparece en la Biblia… en casos cuando Cristo está en conflicto directo con Satanás…
significa ‘¿quién como Dios?’, es a la vez una interrogación y un desafío.

“En vista de que la rebelión de Satanás es esencialmente un intento de usurpar el trono de Dios y ser ‘semejante al
Altísimo’ (Is. 14:14), el nombre Miguel es sumamente apropiado para aquel que ha emprendido la tarea de vindicar
el carácter de Dios y refutar las pretensiones de Satanás”. 4 CBA, 886.

“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días”. v. 13.

“Mientras Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino Medo-Persia para que mirasen con
desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban a favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado
en la controversia.

“Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y
las del mal. Durante tres semanas, Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las
influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes de que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en
auxilio de Gabriel”. PR, 418, 419.

¿Quién es el “príncipe del reino de Persia?”


“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores
de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales en las regiones celeste”. Ef. 6:12.

Aunque Satanás y Cristo estaban influyendo sobre la mente del rey persa, ninguno de los dos podían forzarlo. La
libertad humana de elección, se nos concede a un precio elevado: Jesús en la cruz. La cruz es el mayor ejemplo no
sólo de la realidad de la libertad humana para elegir, sino también de las consecuencias de nuestro abuso de esa
libertad de elección.

La conclusión es que todos, de hecho, estamos en medio de la gran controversia; y de qué lado nos encontraremos,
con qué “príncipe” nos uniremos, es nuestra propia elección y no la de alguna otra persona.

“Aquí se revela la verdadera filosofía de la historia. Dios ha fijado la meta final, que seguramente ha de alcanzarse.
Mediante su Espíritu obra sobre los corazones de los hombres para que cooperen con él a fin de alcanzar esa meta.
Pero la decisión sobre cuál camino ha de elegir es algo que esta enteramente en manos de cada individuo.

“Así los acontecimientos de la historia son el resultado de la acción de seres sobrenaturales y del libre albedrío
humano. Por lo tanto, el devenir de la historia es el producto tanto de las agencias sobrenaturales como de la libre
elección de los seres humanos. Pero el desenlace final es de Dios”. 4 CBA, 860.

“He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos
días”. v. 14.

“los postreros días” en el AT.


a. Un período futuro específico en la historia de Israel (Dt. 4:30; 31:29; Jer. 23:20; 30:24; 48:47; 49:39).
b. La historia futura de Israel, comenzando con la conquista (Gn. 49:1) o la monarquía (Nm. 24:14), y llegando hasta
el tiempo del Mesías.
c. La era Mesiánica (Is. 2:2; Mi. 4:1; Os. 3:5) o el tiempo que la precede inmediatamente (Ez. 38:16).

En Daniel 10, “los postreros días” se refiere al futuro, que comenzó en los tiempos de Daniel y termina con la
segunda venida de Cristo. Sabemos esto porque muchas de las profecías, tales como las de Daniel 2 y 7, se
extienden, sin ambigüedad, hasta el fin del mundo actual.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA.

La oración hace posibles más cosas de lo que jamás el mundo ha soñado.


La historia esta plagada con crónicas de guerra, llena de las proezas de hombres ambiciosos. Pero cada uno de ellos
ha terminado en la tumba. Sólo un hombre que se llamó a sí mismo el Hijo del hombre, ha vencido la tumba, y le
ofrece su propia victoria a todo aquel que crea en él.

El cielo entero está de parte de aquel que se humilla a sí mismo y se esfuerza por comprender los planes y propósitos
de Dios. No necesitamos permanecer ignorantes con respecto al pasado, el presente, o el futuro, porque en las
Escrituras Dios nos ha revelado su voluntad.
Por fe -una confianza absoluta en Dios-, Moisés fue capaz de realizar grandes cosas a favor de Dios y de su pueblo.
El mismo principio producirá resultados similares en nuestras vidas.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“El propósito de Dios es llevar adelante su obra dentro de pautas correctas, mediante formas que redunden para su
gloria. Pero Satanás siempre procura contrarrestar el propósito de Dios. Los siervos de Dios pueden hacer
adelantar su obra sólo si se humillan delante del Señor. Nunca deben depender para el éxito de sus propios
esfuerzos ni de una exhibición ostentosa”. EW, Carta 201, 1899, 4 CBA, 1194.

“Como pueblo no comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se lleva a cabo entre agentes invisibles, la
controversia entre ángeles leales y desleales”. EW, Carta 201, 1899, 4 CBA, 1195.

“Nuestra única seguridad es la Palabra escrita. Debemos orar como lo hizo Daniel para que seamos guardados por
los seres celestiales”. EW, Carta 201, 1899, 4 CBA, 1195.

“El cristiano sentirá las tentaciones del pecado, pero luchará continuamente contra él.
Aquí es donde se necesita la ayuda de Cristo. La debilidad humana se une con la fuerza divina, y la fe exclama: ‘A
Dios gracias, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo’ (1 Co. 15:57)”. CS, 523.

CAPITULO X1
CERCA DEL FIN DEL TIEMPO DEL FIN

CERCA del FIN del TIEMPO del FIN

CAPÍTULO II
Es un modelo en miniatura de todo el libro de Daniel. Cristo es el centro de cada profecía.
El reino de Cristo es la respuesta final de Dios a la mancha del pecado en el mundo.

CAPITULO VII
El surgimiento y la actividad del cuerno pequeño que tiene ojos y boca de hombre.
La introducción del juicio en el cielo, previo al advenimiento de Cristo. Este juicio terminará con el poder papal y
vindicará a los santos.

CAPITULO VIII
Se centra en la obra salvífica de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote, preparando el camino para su pueblo que
heredará el reino. Amplifica la actividad del cuerno pequeño: la muerte a Cristo, persecución al pueblo de Dios y
desvirtúa el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial.

Tiempo del fin (8:17, 19). Tiene que ver con el tiempo anterior a la venida de Jesús, 1798, cuando el poder papal
(cuerno pequeño) recibe la herida. Se extiende al futuro cuando el poder asolador será destruido para siempre por
Cristo (8:25) en la segunda venida 2 Ts. 2:8.

CAPÍTULO XI
Sus temas y predicciones son repetidos y desarrollados en los capítulos finales.

De los capítulos del libro de Daniel posiblemente el undécimo sea el más fascinante y el que más nos desafíe a
estudiarlo.

“La profecía del capítulo 11 de Daniel se ha cumplido ya casi en toda su plenitud. Pronto sucederán las escenas de
angustia que mencionan las profecías”. 9 T, 14.

Intentar explicar en detalle una profecía no cumplida puede conducir a la especulación. Jaime White, escribió: “En
este terreno debemos caminar con mucho cuidado, y ser cautos al tomar posiciones, para que no quitemos los hitos
establecidos en el movimiento adventista”. James White, RH, 9/11/1897.
“En la exposición de profecías cuyo cumplimiento es aún futuro, donde la historia no está aún escrita, el estudioso
debiera exponer sus proposiciones sin ser muy positivo, no sea que se encuentre vagando en el terreno de la
fantasía”. Jaime White, RH, 29, 11, 1877.

Estos dos últimos capítulos (11 y 12) forman parte de la serie de 4 profecías que contiene el libro
Daniel. A continuación una paráfrasis interpretativa de Daniel 11.

En este capítulo veremos tanto el rey del norte y el rey del sur, que representan poderes que van cambiando con el
correr del tiempo. Dichos reyes abarcan desde el tiempo de los griegos hasta el conflicto final que procede a la
Venida de Jesús.

(2) Y ahora yo te mostrare la verdad.


He aquí que aún reinarán en Persia, después de Ciro, Cambises (530-522), el falso Smerdis (522) y Darío el Grande
(522-486), y el cuarto, Jerjes (Asuero, Est. 1:1), se hará de riquezas, levantará un ejercito contra Grecia, y hará que
las ciudades griegas se unan contra él. Persia será derrotado.

(3) Se levantará luego un rey guerrero y valiente, Alejandro el Grande, el cual dominará con poder grande y hará su
voluntad.

(4) Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado a los cuatro puntos cardinales, en vez de ser dejado a
sus descendientes, su hijo póstumo o hermano, quedando luego de algunas luchas en poder de Casandro, Lisímaco,
Seleuco y Ptolomeo, generales suyos.

(5) Y los Ptolomeos se harán fuertes, constituyendo su reino en el sur, en Egipto. Y más aún lo será Seleuco I
Nicanor (305-280 a.C.), que si bien de Mesopotamia, se pondrá a las órdenes de los Ptolomeos, y se hará poderoso,
su dominio será grande.

(6) Al cabo de años harán alianzas, y Berenice, hija de Ptolomeo Filadelfo, el rey del sur, vendrá a hacer la paz con
los Seléucidas, casándose con Antíoco II, el rey del norte. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni
permanecerá, porque su esposa anterior, Laodicea, matará al hijo de Berenice y envenenará al propio Antíoco II.

(7) Pero Ptolomeo III emergentes, hermano de Berenice, en venganza tomará Siria, en el norte, derrotando a Seleuco
II, hijo de Antíoco II, y Laodicea (246 a.C.).

(8) Y aún a sus dioses, su oro, su plata, llevará cautivos a Egipto y por años se mantendrá contra los Seléucidas. (9)
Seleuco II querrá invadir Egipto pero se va derrotado y se volverá a su tierra con las manos vacías.

(10) Los hijos de Seleuco II, Seleuco III, Cerauno Soler (226-223) y Antíoco III el Grande (223-187), se airarán y
reunirán multitud de ejércitos para venir contra los Ptolomeos, y vendrán y inundarán.

(11) Por eso Ptolomeo IV, el rey del sur, de Egipto, se enfurecerá y peleará con Antíoco, el rey del norte, Siria, en
Rafia (217-a.C.) y lo vencerá.

(12) Pero Ptolomeo IV no sabrá aprovechar su victoria y morirá y en oculto y será sucedido por su hijo Ptolomeo V
Epífanes, un niño de 5 años. (13) Antíoco III aprovechará entonces para vengarse contra Egipto, y tomar Palestina
(201 a.C.).

(14) Entonces vendrá contra los Ptolomeos los romanos, fuertes cobradores de impuestos.

(15) Los romanos ocuparan, pues, el lugar de los Seléucidas, constituyéndose ahora en el reino del norte, y vendrán
contra los Ptolomeos, y éstos no podrán resistir. (16) Roma, pues, tomará la tierra gloriosa en el año 63 con
Pompeya.

(17) Después se vendrá con todo poder para Egipto, y Julio Cesar tomará la tierra de los Ptolomeos. Ptolomeo IX
Auletes pondrá entonces a sus hijos Ptolomeo XII y Cleopatra bajo la tutela de Roma. Pero esta mujer seducirá a
Julio Cesar y luego a Marco Antonio, rival del sucesor del primero, Octavio siempre con el propósito de lograr la
independencia de su país.

(18) Después tomará Julio Cesar muchas islas y puertos costeros, aún las islas de Gran Bretaña, pero finalmente uno
de sus comandantes militares Bruto, en al 44 a.C., lo detendrá.
(19) Buscaría nuevo apoyo en la fuerza de su pueblo, pero caerá para siempre asesinado por su propio comandante
Bruto. (20) En su lugar seguirá Octavio, Cesar Augusto, que cobraría impuestos en todo su imperio y moriría
pacíficamente en su lecho (14 d.C.).

(21) Y le sucederá un hombre despreciable, Tiberio Cesar, quien no estará en la sucesión del reino, pero llegará al
trono por adopción de Augusto (14-37 d.C.).
(22) Sus enemigos caerán bajo su ejército que avanzará como una inundación, y bajo su gobierno será muerto el
Príncipe del pacto, el Mesías (31 d.C.).

(23) Y los romanos serán astutos, engañadores, fingiendo ayudar, pero enseñoreándose de sus vencidos. (24) Sus
artimañas duraran algunos años, conquistando y repartiéndose los despojos.

(25) Marco Antonio, rey del sur, de Egipto, tratará de vencer a Octavio, rey del norte de Roma, pero éste lo matará.
(26) Aún los que apoyaban a Marco Antonio, se unirán a Octavio; el ejército será destruido.

(27) Pero los corazones de sus sucesores serán intrigantes, para obtener el control universal. Constantino logrará
volver a unir al imperio (323), hasta que Dios los detenga.

(28) Aunque Constantino profesó convertirse a la santa fe cristiana, su corazón será contra el pacto santo. (29)
Constantino tratará de revitalizar el imperio y a su tiempo, vendrá al sur fundando Constantinopla, pero será un éxito
parcial, ya que comenzará a debilitar el imperio.

(30) Entonces como las invencibles naves de Quitim, en Roma se instalará otro poder político - religioso creciente y
las tribus bárbaras debilitarán aún más la fuerza del imperio romano, y la iglesia romana en fortalecimiento anulará
las Santas Escrituras, el pacto Santo.

(31) Justiniano dará por fin la supremacía temporal a la Roma de los papas, la cual quitará los méritos de la
intercesión de Cristo y pondrá los errores de la teología católica. La Roma papal ocupará ahora el reino del norte.

(32) La política lisonjera será el tratar de estar de acuerdo con los reyes y gobernantes, política que el pueblo
cristiano no aceptará. (33) Por eso la iglesia de Dios tendrá que huir a las montañas, siendo perseguida a espada.

(34) Pero en su desdicha se extenderá el socorro que les brindará la reforma de 1517, aunque ésta será ensombrecida
por los muchos príncipes que tratarán de beneficiarse con ella en su propio interés.

(35) Durante 1.260 años será la iglesia perseguida, y los así rechazados serán puros.
(36) Y el papa, el actual rey del norte, hará según su voluntad y se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios,
y contra el Dios de los dioses hablará maravillas y prosperará.

(37) No respetará ni el amor, imponiendo el celibato a los miembros del clero, y olvidando al Dios de Abraham y
Jacob. (38) Honrará en su lugar a los santos, la Virgen y reliquias, y altares con oro, plata y piedras preciosas.

(39) Colmará de honores a los que le sigan y repartirá la tierra, ejemplo de lo cual será el reparto de las tierras de
América entre España y Portugal, por el papa Alejandro VI en 1493 y las Islas del Atlántico Sur por Juan Pablo II,
en nuestros días.

(40) Pero en el tiempo del fin, al cumplirse los 1.260 años, en el año de 1.798, el actual reino del sur, Francia,
heredera de la filosofía y conducta de Egipto, que negó la existencia de Dios (cf. Ex. 5:2; Ap. 11:8), ordenará a su
ejército en Italia, que está a las órdenes de Berthier, que tome preso al actual rey del norte, el papa, quien morirá en
el destierro.

Pero el papado resurgiría con poder grande; Estados Unidos apoyará con carros, naves y ejércitos y entrará por toda
la tierra como una inundación.

(41) La influencia del papado se hará sentir aún en la tierra gloriosa, Palestina, no sólo por las cruzadas a tierra
santa, sino también en el futuro, contra la nación santa, el Israel espiritual, muchos caerán en la persecución, pero
Edom, Moab y Amón, parientes espirituales, saldrán para estar con el pueblo de Dios cuando llegue el fuerte clamor.

(42) Aunque en el primer encuentro entre Francia, el ateísmo, y Roma el papado, éste será vencido, luego surgirá
con tan gran poder que cubrirá la tierra, y aunque parezca extraño, el papado hará retroceder el ateísmo.
Esto no extrañará, puesto que las doctrinas de Roma serán muy accesible al corazón carnal dispuesto a aceptar
cualquier superchería. Egipto, el ateísmo, tenderá a desaparecer, reemplazado por una servil sumisión a Roma, y sus
poderes coligados con el protestantismo apóstata y el espiritismo.

(43) El papado se apoderará de las riquezas del mundo apóstata e impío, y las inversiones del Vaticano en los
negocios del mundo, serán muy grandes. Libia y Egipto, vecinos de relación, integrarán la triple alianza de tal
manera que, seguirán al papa hasta los paganos y los ateos (Ap. 16).

(44) Pero la proximidad de la venida del verdadero rey del norte del cual todos los otros fueron usurpados, también
llamados los reyes del oriente, (cf. Ap. 16:12), atemorizará al impío rey del norte. El papado entonces
desencadenará la persecución que en sucesivas frases traerá la muerte de muchos mártires del Señor.

(45) Sus tiendas de guerra ocuparán; y con hegemonía sobre las gentes, perseguirán al pueblo de Dios, con gran ira.
Pero su fin está determinado en los cielos porque…

(12:1) En aquel tiempo terminará Cristo su intercesión en el Santuario Celestial, aunque habrá tiempo de angustia,
cual no fue antes, por entonces será libertado todos los que se encuentren inscritos en el Libro de la Vida. Miguel y
sus ángeles, los reyes del oriente intervendrán para rescatar a su pueblo.

(2) Y en una resurrección especial, “los que le traspasaron” y los que creyeron en el mensaje del tercer ángel, se
levantarán para ver su gloriosa venida.

(3) Y el pueblo de Dios que comprendió su sagrada misión de enseñar la Palabra y se ocupó fervientemente en ello,
resplandecerá por la eternidad.

(4) Aunque pocos entenderán esta profecía ahora, guarda el libro, ¡oh! Daniel, porque en el tiempo del fin, el pueblo
de Dios comprenderá que era un mensaje para él.

(5) Y yo Daniel, miré, y he aquí otros dos ángeles que estaban en pie uno a cada margen del río de Babilonia.
(6) Y preguntó uno al ángel de los números (cf. 8:13), cuando será el fin del poder de la Babilonia espiritual.

(7) Y el varón de forma solemne, vestido de lino fino, le respondió que esto sería después del período de los 1260
días, 538-1798.
(8) Pero yo no entendí, y volví a preguntar.
(9) Y volvió a decir el ángel: Estas cosas serán entendidas por aquellos que estudian el cumplimiento de las
profecías.

(10) Los limpios y emblanquecidos, entenderán la profecía.


(11) Y desde el tiempo en que sean quitados los méritos de la intercesión de Cristo, coincidiendo con la conversión
de Clodoveo, rey de los francos, en el año 508, la abominación se extenderá por 1260 años, hasta 1798 (cf. 7:25).

(12) Feliz el que espere y llegue al bendito tiempo de 1843, esto es 1335 días desde la conversión de Clodoveo.
(13) Y tú, por fidelidad, irás al fin y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de tus días como Pablo y
no sólo a él y a ti. Sino a todos los que aman la Venida del Señor (cf. 2 Ti. 2:8).

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA

1. Mientras más cerca estamos del fin de la historia del mundo, más necesario es que nos familiaricemos con las
profecías de Daniel.
2. El notable cumplimiento de la profecía en detalle es un poderoso argumento en favor de la inspiración de la
Palabra de Dios.

3. Solamente Dios puede predecir el futuro, y cualquiera que procure saberlo a partir de fuentes seculares, será
engañado.
4. Las suposiciones previas que tengamos al acercarnos a las Escrituras determinarán la forma como las
interpretamos.

5. El hecho de que hay tantas interpretaciones contradictorias de las Escrituras no debería desanimarnos de estudiar
las profecías por nuestra cuenta.
6. El intérprete más seguro de las Escrituras es el Espíritu Santo; por lo tanto deberíamos siempre comenzar nuestro
estudio con una oración en procura de conducción divina.
7. Una de las principales lecciones que aprendemos del estudio de la profecía es que Dios tiene un blanco que
persigue, y lo alcanzará a su tiempo.
8. El mal tendrá un fin irrevocable. Ese será un día de regocijo para todos los que se han apartado de él, y un día
oscuro para los que se han gozado en él.

9. Satanás siempre quiso calumniar el carácter de Dios, y sembrar la duda acerca de su plan de salvación.
10. El mayor peligro para la iglesia es la mezcla de la verdad y el error, la asociación de lo verdadero con lo falso.
REFLEXIONES INSPIRADAS.

“Nadie piense que al no poder explicar el significado de cada símbolo del Apocalipsis [Daniel], es inútil seguir
escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad que contiene. El que reveló esos
misterios a Juan dará al investigador diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales”. HAp, 467.

CAPÍTULO XI
VICTORIA: EL FIN DE LAS GUERRAS

VICTORIA: El FIN de las GUERRAS

EXPLICACIÓN
Esta es una interpretación del autor Jacques B. Doukhan, del capítulo 11 “Guerras Mundiales”, de su libro
“Secretos de Daniel: sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio”.

Los tres reyes son de origen persa. Estamos en el reinado de Ciro (con Darío como corregente). De modo que los
tres serían Cambises (530-522 a.C.), Darío (522-486 a.C.), Jerjes, el Asuero de Esther
(486-465 a.C.), con el cuarto que es Artajerjes (465-423 a.C.).

El rey mencionado después de Artajerjes es fácil de reconocer. El lenguaje del ángel en los vv. 3 y 4 es el mismo
que en Daniel 8:8: “Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran
cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo”.

“Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad. Pero
cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus
descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de
ellos”. 11:3, 4.

Se trata de Alejandro Magno, cuyo imperio sus cuatro generales posteriormente dividieron “hacia los cuatro vientos
del cielo” luego de su muerte.

“porque su reino será arrancado y (entregado) a otros que estos”. 11:4. Aquí estamos presenciando una transición
de poder cuando el “reino” pasa a “otros que estos”. El reino cae bajo el control de un poder que surge después de
la división del Imperio Helénico. Este poder, como en las profecías anteriores, es Roma.

El período que abarca el conflicto narrado en Daniel 11:5 al 45, es el mismo que el que abarca el cuerno pequeño de
Daniel 7 y 8, y los pies de Daniel 2.

Paralelismo entre Daniel 8 y 11


Capítulo 8 Capítulo 11
Persia (vv. 3, 4) Persia (v. 2)
Grecia (vv. 5-8) Grecia (vv. 3, 4)
Roma (vv. 8, 9) Roma (v. 4)
Cuerno pequeño Conflicto norte-sur (vv. 9-12)
(vv. 5-39)
Tiempo del fin Tiempo del fin (vv. 13, 14, 17, 25)
(vv. 40-45)

Similitudes entre el rey del norte y el cuerno pequeño.


El rey del norte desafía a Dios y procura usurparlo (11:36, 37). El cuerno pequeño se levanta contra las huestes
celestiales (8:10, 11), contra el “Príncipe de los príncipes” (8:25).
2. El rey del norte profana el santuario y abroga el sacrificio diario (11:31). El
cuerno pequeño profana el santuario (8:11) y quita los sacrificios diarios (8:12).

3. El rey del norte se establece en la “tierra gloriosa”, una expresión que simboliza Palestina (11:16, 41, 45), y ataca
el pacto santo (11:28, 30). El cuerno pequeño crece hacia la “tierra gloriosa” (8:9) y destruye al “pueblo de los
santos” (8:24).

4. Al igual que el rey del norte, el cuerno pequeño del capítulo 8 sale del norte (v. 9).

5. El rey del norte y el cuerno pequeño mueren iguales. El rey del norte llega a su fin sin recibir la ayuda de nadie
(11:45). Mientras que el cuerno pequeño “será quebrantado, aunque no por mano humana” (8:25; cf. 2:45).

El poder del norte y el cuerno pequeño, por lo tanto, representan los mismos rasgos característicos, tienen el mismo
comportamiento, provienen de la misma dirección y comparten la misma muerte trágica. Finalmente, abarcan el
mismo período de tiempo, que se extiende desde la caída del Imperio Romano hasta el tiempo del fin.

Concluimos que, el rey del norte y el cuerno pequeño representan el mismo poder, que goza de reconocimiento
político y ejerce prerrogativas divinas. La historia del conflicto de Daniel 11:5 al 45 es la misma que la del cuerno
pequeño del capítulo 8. Ahora debemos descubrir el significado de este conflicto y sus repercusiones históricas.

SIGNIFICADO ESPIRITUAL
El simbolismo norte - sur. Es significativo que, a partir del versículo 5, a los dos reinos ya no se los explica más,
como había sido hasta ahora (Persia, Grecia). Las referencias al norte y el sur se vuelven abstractas y metafóricas.

En otras partes, la Biblia utiliza la unidad “norte-sur” para expresar la idea de totalidad y de espacio terrenal.
“Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tu lo fundaste. El norte y el sur, tú los creaste;
el Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre”. Sal. 89:11, 12 (cf. Ez. 21:3, 4).

El norte es el representante bíblico del mal, que usurpa a Dios. El cuerno pequeño viene del norte. Los profetas
identificaron el mal y la tragedia como provenientes del norte. Is. 14:31, 13, 14; Jer. 1:14; 46:25, 26.

El sur simboliza, en la tradición bíblica, el poder humano sin Dios. El sur simboliza a Egipto (Dn. 11:43),
especialmente al faraón en su rechazo orgulloso de Dios: “[…] ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz […]? Yo
conozco a Jehová […]” Ex. 5:2.

Los profetas consideraban que una alianza con Egipto era desplazar la fe de Dios hacia la humanidad; la fe en la
humanidad en reemplazo de la fe en Dios (cf. Is. 31:1, 3).

Por un lado tenemos al norte, que representa el poder religioso que se esfuerza por usurpar a Dios, mientras que en
el otro tenemos al sur, que tolera los esfuerzos humanos que rechazan a Dios y tiene fe solo en la humanidad.

El libro de Daniel siempre describe al cuerno pequeño en lenguaje simbólico.


En Daniel 2, el barro cocido, símbolo de lo humano, lo representa.
Daniel 7 y 8 tiene un cuerno pequeño con rasgos humanos.
SIGNIFICADO HISTÓRICO
Es posible bosquejar tres temas principales en los vv. 5 al 39. Se refiere al conflicto que contrapone a dos enemigos
inexorables: el norte y el sur.

El tema del conflicto entre el norte y el sur:


El poder religioso eclesiástico (el norte) desempeña el papel de Dios en la tierra, actúa como único intercesor entre
la desdichada humanidad y Dios. Los movimientos filosóficos y políticos (el sur) luchan contra el oscurantismo y
el fanatismo con el arma de la razón.

El tema de la alianza entre el norte y el sur, en los vv. 6, 17, 22, 23.
Los intentos de acuerdo entre la Iglesia y el Estado de Constantino, las alianzas medievales en cuestiones legales,
de control del territorio, de poder y filosóficas, y las tantas fuerzas religiosas-políticas que intervienen en la
actualidad.

El tema del conflicto entre el norte y el pueblo de Dios en los vv. 16, 28, 30, 31 y 35.
La persecución y la intolerancia han marcado la historia de la iglesia desde el siglo IV hasta la Revolución Francesa.
Los conflictos norte sur, sus alianzas y los ataques del norte contra el pueblo de Dios han sido meramente
preliminares. La última etapa que atañe al tiempo del fin (vv. 40-45), para realmente captar el significado cabal que
subyace detrás de estos conflictos y alianzas.

Esta última batalla ocurre en dos ofensivas, donde cada una involucra alguna clase de ataque contra el pueblo de
Dios.

1. Primeramente presenciamos un ataque del sur contra el norte. La batalla es corta pero intensa, donde el sur es
aplastado por el norte (vv. 40, 41).

Significa que el poder político-religioso triunfará, sobre los movimientos ateos y políticos.
Durante el ardor de la acción, se realizarán intentos en contra del pueblo de Dios. Sin embargo, si creemos en
Daniel, la victoria del norte no es total ni definitiva.

En su lenguaje simbólico, la profecía sugiere una resistencia del sur que empuja desde Edom, Moab y Amón. Esto
significa que los diversos movimientos ateos y humanistas resistirán y por un momento prevalecerán por encima de
las fuerzas religiosas.

2. Pero la profecía de Daniel mira más allá aún. Tiene lugar una segunda ofensiva.

El rey del norte penetra en las regiones más australes del sur: Egipto, Libia y Etiopia. Pero hay rumores
provenientes del noreste, es decir, desde Palestina, que lo fuerzan a regresar en esa dirección. Sale con “gran ira”
(v. 44). Sus intenciones son claras: “destruir y matar”.

Al estar ocupado con las conquistas del sur, hasta ahora había descuidado esos disturbios marginales. Ahora ya nada
frena su avance. Ya no está más solo, sus enemigos marchan a su lado (v. 43). Por primera vez, el norte y el sur se
alían. Los pueblos del sur (libios, etíopes y egipcios) reconocen al norte como su líder y lo siguen en la última
batalla contra el “monte glorioso y santo”.

Levantan campamento “entre los mares” (v. 45), es decir entre el Mar Mediterráneo y el mar Muerto, que enmarcan
la tierra de Israel. Su aparición amenaza al templo de Dios. En lenguaje bíblico, el “monte glorioso y santo”
designa la ubicación del templo y, por extensión, el Templo mismo.

Es el Templo lo que hace que la tierra sea gloriosa y santa. Una tierra así solo puede ser descrita en términos
poéticos, porque más allá de su paisaje el poeta de Israel percibe las dimensiones santas de la morada de Dios (Sal.
48:1, 2; Is. 14:13; 1 R. 8:29, 30).

La expresión “monte glorioso y santo”, de Daniel 11:45, es entonces la ubicación celestial de la morada de Dios.
Ya Daniel 2 mencionó esa montaña en el contexto del fin, específicamente durante los últimos intentos de unirse de
los reinos terrenales (2:35, 44, 45).

Se encuentran los mismos elementos en la profecía del Armagedón de Apocalipsis 16.


También caracteriza el tiempo del fin con la unión de los “reyes de la tierra en todo el mundo” (v. 14).

El Armagedón del libro de Apocalipsis, además del monte de Daniel, no deberían ser interpretados como una
ubicación geográfica, sino como una alusión a una batalla espiritual de dimensiones cósmicas.

Según Daniel 2 y Apocalipsis 16, “los reyes de la tierra en todo el mundo”, es decir, los del norte y los del sur (Dn.
11), se unen por primera vez en una batalla de consecuencias espirituales. Su blanco en común es el Trono de Dios,
el Reino de Dios.

Ya nadie cree en el Reino de Dios. Muchos cristianos, hoy, han incorporado ideologías humanistas y materialistas
en sus creencias. En vez de esperar la Ciudad de Dios pronta a venir, se esfuerzan para construirla aquí y ahora. El
foco se ha movido a la iniciativa humana.

Hoy, la religión sigue los pasos de las tendencias socialistas y existencialistas de justicia, amor y felicidad, y deja a
Dios de lado. La Teología de la Liberación, Teilhard de Chardin, Bultmann, estos teólogos ya no definen el Reino
de Dios en términos de realidad histórica.
La iglesia nunca ha tenido tanta participación política como en la actualidad. Desde la caída del comunismo, la voz
de la iglesia se ha vuelto nuevamente audible en los países de Europa Oriental. Asimismo, el extremismo de
derecha en el Occidente capitalista intenta combinar la religión con la política.

MUNDO ISLÁMICO
Los movimientos extremistas proliferan por todos lados, incluyendo a Marruecos, Túnez, Irak, Irán, el Líbano,
Arabia Saudita, Turquía, Argelia y Egipto. El Islam extremista está sumamente preocupado por el poder político y
con el tiempo apunta a la dominación mundial.

MUNDO JUDÍO
En el Estado de Israel, se deja ver la influencia del yeshivoth de Nueva York y de los rabinos Lubavitch sobre la
política israelí. Los partidos políticos religiosos han ejercido una gran influencia en Israel, hasta la exasperación de
los jóvenes israelitas ateos.

MOVIMIENTOS DE LA NUEVA ERA


Exaltan la humanidad a una categoría divina. “Seréis como Dios” (Gn. 3:5), dijo Satanás.
La antigua tentación que ardía al principio de nuevo hace caer a las masas modernas. Al igual que una avalancha,
arrastra a miles de hombres y mujeres hacia sus entrañas.

El rey del norte reúne a todos los movimientos religiosos que de alguna manera ejercen poder político bajo la
carátula de intenciones piadosas, además de todas las organizaciones que promueven el cielo en la tierra, mientras
entierran todas las esperanzas de un reino celestial.

Los acontecimientos políticos recientes confirman sobradamente la profecía de Daniel.


Los líderes mundiales osan fusionar sus poderes en un “Nuevo Orden Mundial”, un acontecimiento que casi no
podríamos haber imaginado pocos años atrás.

¡Todo ha sucedido demasiado rápido!


La indestructible cortina de hierro se ha caído. El comunismo a ultranza no es más que un recuerdo. La antigua
utopía de Babel ha revivido, y la unidad de nuevo es una posibilidad. Todo lo que necesitamos es un líder, aceptado
por todos y, para ser justos, independiente de las naciones juzgadas como demasiado poderosas.

El Armagedón es nuestra batalla. Es la lucha entre dos mentalidades, dos concepciones de la felicidad y la religión.
Por un lado, tenemos a Dios, la fe en su creación y la convicción de que la humanidad depende de él para la
salvación y la felicidad. Es la esperanza en el Reino de los cielos.

Por otro lado, esta la ilusión de nuestra autosuficiencia, de nuestro poder para construir un mundo de paz y felicidad.
La lucha es tan antigua como el mundo.

Es la lucha de cada persona en el momento de la decisión de volverse a Dios. La batalla del Armagedón se librará
en su peor momento en los últimos días cuando, en medio de las multitudes encendidas con su fe en los dioses de
carne y concreto, el pueblo de Dios intentará aferrase al Dios de la esperanza. El verdadero campo de batalla es el
mundo entero.

CAPÍTULO XI
EL DESENLACE DEL DRAMA

El Desenlace del drama

Interpretación del Dr. Humberto Raúl Treiyer, en su libro “Enigmas descifrados, descubra los fascinantes misterios
de Daniel 11 y 12”, en el capítulo X, “Epilogo”.

SEGUNDO IMPERIO UNIVERSAL: Medo Persia


Se le dedica un solo versículo (11:2) a los 204 años de historia que le restaban al Imperio Medo-persa. Cambises II,
un impostor Gaumata, Bardiya o simplemente Falso Esmerdis, Darío I el Grande y Jerjes I (el Asuero del libro de
Ester).

TERCER IMPERIO UNIVERSAL: Greco Macedónico


El Imperio Greco-Macedónico tuvo una duración de 163 años, tiene un espacio de 15 versículos. Se refiere a su
fundador, Alejandro III el Grande, y a la división de su imperio a su muerte entre sus generales, Casandro, Lisímaco,
Seleuco y Ptolomeo (11:3, 4).

Luego, Gabriel se refiere a las largas luchas entre las dinastías de los Ptolomeos en Egipto, simbolizados por el “rey
del Sur”, y los Seléucidas, en Siria, por el “rey del Norte” (vv. 4-17).

En las llamadas 5 Guerras Sirias, Gabriel hace alusión a varios monarcas de la dinastía de los Ptolomeos:
Ptolomeo II Filadelfo y su hija Berenice, Ptolomeo III Evergates, Ptolomeo IV Filopator,
Ptolomeo V Epífanes Eucarístico, Ptolomeo XI Auletes y su hija Cleopatra VII, marcaron el fin de la dinastía de los
Ptolomeos en el 30 a.C.

Los sucesores de Seleuco I Nicátor, aludidos por Gabriel, fueron:


Antíoco II Zeós, y su hermana y esposa Laodicea, Seleuco II Calínico, Seleuco III Cerauno Soter, Antíoco III el
Grande.

CUARTO IMPERIO UNIVERSAL: Roma


Roma pasó a ser el nuevo “rey del Norte” (63 a.C.) y poco tiempo después, también el nuevo “rey del Sur”. No
geográficamente, porque el evento de la Cruz canceló la literalidad de todas las referencias geográficas, sino
simbólicamente.

Cuando, entre los siglos IV y VI d.C., se resquebrajó la férrea unidad del Imperio Romano, estos símbolos, el Norte
y el Sur, tuvieron una nueva aplicación, respectivamente Iglesia y estado, poder religioso y poder civil o secular,
Papa y Emperador.

Este imperio solo tuvo seis versículos en la explicación de Gabriel. El v. 14 resume seis siglos de historia romana,
extendidos desde comienzos del siglo II a.C., hasta la caída del ala Occidental del Imperio hacia fines del siglo V
d.C.

El vv. 16 al 20 contienen una síntesis de lo ocurrido durante aproximadamente un siglo de confrontaciones entre
algunos de sus generales, como Pompeyo y Julio Cesar, y las que siguieron a la muerte de este último, entre Octavio
y Marco Antonio. Este Imperio de hierro subsistió hasta el año 476 d.C.

LA ROMA DE LOS PONTÍFICES


El derrumbe del cuarto imperio de los cesares y emperadores, fue tan solo el preludio de su continuación en otra
Roma (7:12), pretendidamente cristiana, la Roma de los pontífices romanos o emperadores “cristianos”, y sus
cohortes de obispos, arzobispos y cardenales.

La transición de una Roma a la otra aparece descrita en el v. 21: el emperador habría de ser sucedido por alguien sin
derecho al trono, pero suficientemente habilidoso como para posicionarse imperceptiblemente del mismo mediante
toda clase de tretas y subterfugios.

En su afán insaciable de poder, sabría como eliminar gradualmente a todo rival político que se opusiera a sus
designios. Dos frases, una en el cap. 8 y la otra en el 11, explican como habría de lograr esto: “Y su poder se
fortalecerá, mas no con fuerza propia” (8:24); “y se levantarán de su parte tropas” (11:31); es decir, mediante la
unión de Iglesia y Estado, unión no en términos de igualdad, sino con el estado sometido a la Iglesia.

El poder religioso encarnado en los obispos de Roma sabría cómo hacer para que sus enemigos se debilitaran
luchando entre sí, al punto de ser causa de “grandes ruinas”, destruyendo aún a “los fuertes” (8:24).

De esta manera, las “fuerzas enemigas” habrían de ser “barridas delante de él como con inundación de aguas” hasta
ser “del todo” destruidas; y en todo este ambicioso accionar siempre habría de resultar “vencedor con poca gente”
(11:22, 23).

Aun cuando no hubiera razón alguna para iniciar una guerra, sabría cómo provocarla y cómo beneficiarse con
“botín, despojo y riquezas” (11:24). Este insaciable accionar belicista habría de desarrollarlo prácticamente
incontestado durante “un tiempo”, “el plazo”, referido indistintamente como el “tiempo señalado”, “muchos días” y
“el tiempo determinado”, (11:24, 27, 29, 33, 35), expresiones todas equivalentes a “tiempo, y tiempos, y medio
tiempo” (7:25 y 12:7).
El objetivo obsesivo de este poder sería arrebatarle al “príncipe de los ejércitos” o “Príncipe de los príncipes” (8:11,
25) o “príncipe del pacto” (11:22), es decir, “el Mesías príncipe” (9:25), Su ministerio intercesor en el Santuario
Celestial-ministerio referido como “el continuo”.

El “rey del Norte”, símbolo de la apostasía papal, no habría de descansar hasta profanar “el santuario fortaleza”,
arrebatando de la mente de los seres humanos el conocimiento del “continuo” (el ministerio intercesor de Cristo en
el Santuario celestial)

e imponiendo una blasfema falsificación de la misma, que tanto Gabriel como por Miguel se refieren a “la
prevaricación asoladora”, “el colmo” de la “transgresión”, “la muchedumbre de las abominaciones”, “el
desolador” y “la abominación desoladora” (8:12, 13, 23; 9:27; 11:31 y 12:11; Mt. 24:15).

¿Cuáles habrían de ser las consecuencias del accionar de este poder religioso político?
Intolerancia en materia religiosa y persecución durante 1.260 años, extendidos entre 538 y 1798.

En 1798, al termino del período referido como “un tiempo”, “el plazo”, el “tiempo señalado”, los “muchos días” y
“el tiempo determinado”, (11:24, 27, 29, 33, 35), la relación Iglesia y Estado fuente de poder de los pontífices
romanos, habría de experimentar un marcado cambio, al punto de entristecer al “rey del Norte”, y hacerle perder ese
poder (11:29, 30).

Desde el punto de vista humano lo sucedido al fin de los 1.260 años, no habría esperanza alguna de recuperación por
parte del Papado.

Sin embargo, habría un asombroso retorno, gracias a “los que abandonen el santo Pacto”, ministros religiosos una
vez fieles a la revelación divina, pero para ese entonces gestores de la segunda gran apostasía dentro del
Cristianismo, la del Protestantismo mayoritario (11:30), caracterizada entre otras cosas por re-editar el principio de
la “bestia”, es decir, el control del Estado por parte de la Iglesia.

El movimiento clave que haría posible la curación del entristecido y mal herido “rey del Norte” sería su ingreso “en
la tierra gloriosa” (11:41), una nación, según Apocalipsis 13, que emergería afines del siglo XVIII de tierras poco
pobladas, de crecimiento lento y silencioso, ofreciendo a los perseguidos por motivos de conciencia de toda la tierra,
las mejores garantías de respeto jamás otorgadas a los seres humanos.

Pero que, tristemente, habría de experimentar un cambio de dimensiones increíblemente dramáticas, al punto de
transformarse, bajo la inspiración y la conducción papales, en una nación gestora de una opresión y un
avasallamiento de los derechos humanos sin precedentes con que compararla.

Sí, esa “tierra gloriosa”, en manos ahora de los ya referidos apóstatas del “santo pacto” (11:30), habría de
transformarse de cuna y custodia de las libertades política y religiosa, en tumba de las mismas, no sólo en los
Estados Unidos sino, por influencia de este país, en el mundo entero.

Así como el sistema referido como “rey del Norte” experimentaría una recuperación asombrosa, también lo
experimentaría el pueblo perseguido, el pueblo de los “sabios”, “el pueblo que conoce a su Dios” (11:32, 33).

La recuperación del pueblo de Dios se producirá una vez terminada la persecución (es decir, a partir de 1798),
mientras que el sistema patrocinador de la “abominación desoladora” permanecería herido.

El pueblo de Dios habría de levantarse con poder de lo Alto, con la misión de recuperar y dar a conocer nuevamente,
a todo el mundo la verdad del “continuo” de Miguel en Su Santuario, única esperanza de felicidad y salvación para
los seres humanos.

Entretanto los “sabios” estuvieran en esa obra, “el rey del Norte” y su engendro, la “abominación desoladora”,
estarían en proceso de franca recuperación, haciendo más y más difícil el cumplimiento de la misión de aquellos.

Así las cosas, habría de llegar el momento cuando la población de la tierra toda quedara dividida en tan sola dos
entidades, los “entendidos” y los “impíos” (12:10).

Ambas empeñadas al máximo en su motivación -los “entendidos” que llevan la invitación final de Dios, “las nuevas
del oriente y del norte”, hasta los confines de la tierra; y los “impíos”, profundamente alarmados, tratando de
impedir que esas nuevas lleguen a los “mares”, es decir, a las multitudes que pueblan el planeta.
¿Cuál será el desenlace del drama?
La destrucción final del “rey del Norte” y de sus huestes de “impíos”, y la salvación eterna de los “entendidos”,
refugiados con seguridad en “el monte glorioso y santo”, reunidos allí desde los ángulos de la tierra por la
proclamación de la invitación final de Dios (11:45; 12:1) (cf. Ap. 18:1-5).

Tiempos difíciles aguardan al pueblo de Dios, no podemos negarlo. Seremos probados hasta lo sumo, porque el
“rey del Norte”, ya a la cabeza de la mayor confederación globalizadora jamás vista, tratará de imponernos una
adoración no solamente a un dios falso, sino también en un día que Dios nunca santificó.

Nos privarán de toda protección humana, hasta el punto de que muchos hijos de Dios tendrán nuevamente, como en
siglos pasados, el privilegio de sellar su fe con su sangre.

Pero la historia y epopeya de los “entendidos” no terminará en derrota y huida. La obra de Dios en la tierra
concluirá gloriosamente, “porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas que cubren el
mar” (Is. 11:9).

Quienes terminarán derrota y huida serán los “impíos”, como lo anticipan las escenas finales del sexto sello: “Y el
cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.

Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se
escondieron en las cuevas y entre las penas de los montes; y decían a los montes y a las penas: Caed sobre
nosotros, y escondednos del rostro de aquel que esta sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran
día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” Ap. 6:14-17.

Apreciados: “compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades
terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el
bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios.

“El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen
en él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quién se cifran
nuestras esperanzas de vida eterna.

En su presencia las pruebas y sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes ‘no
habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento’”. PR, 540, 541.

CAPÍTULO XI
POR FIN EL FIN

Por FIN el FIN.

En esta visión, dada unos dos años después del retorno de los judíos de Babilonia, Dios levantó el velo de la historia
a Daniel algunos de los escenarios que estaban detrás del conflicto que se libraba entre las fuerzas del bien y del
mal.

Dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día este capítulo ha recibido diversas interpretaciones.

En vez de intentar decidir cuál de las interpretaciones parece ser la correcta, nos enfocaremos en aquellos puntos en
la historia que son claros y transparentes y que podemos apoyar usando el principio “la Escritura interpreta la
Escritura, y un pasaje es la clave a otro pasaje”.

Este es un registro detallado de los eventos en los que Dios interviene en el mundo hasta el tiempo del fin. Es un
registro confiable, porque procede del Dios que lo conoce todo. Esta es la descripción más precisa de los eventos
futuros de todo el AT.

Las profecías de Daniel repasan los lineamientos más importantes de la historia; cada visión añade rasgos que no
fueron revelados anteriormente. Cuantos más detalles se aportan tanto más se destaca el cumplimiento preciso de la
profecía.

Al principio de Daniel 11 se refiere a reyes persas y griegos. El “rey valiente” del v. 3, cuyo reino se romperá
hacia los cuatro vientos del cielo (v. 4), es claramente Alejandro el Grande.
Esto se apoya en el paralelismo con Daniel 8:8 en el cual Alejandro es el gran cuerno que fue quebrado y en cuyo
lugar “salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo”. Los cuatro cuernos simbolizan a
los reinos helenísticos que surgieron después de la caída del imperio de Alejandro.

Otro elemento identificable es la muerte del Mesías en el v. 22. Sobre bases puramente lingüísticas, el “príncipe
del pacto” en Daniel 11:22 es el mismo “Mesías príncipe” quien “confirmará el pacto a muchos” (Dn. 9:25-27).

Siendo que Daniel 9:26, 27 y 11:22 se refieren obviamente a la crucifixión de Cristo bajo los romanos, el Imperio
Romano debe entrar al escenario de la historia en algún momento antes de Daniel 11:22.

El acto anunciado “y quitarán el continuo, y pondrán la abominación asoladora” en Daniel 11:31. “Quitar el
continuo” es exactamente la misma expresión que se usa en Daniel 8:11, la cual vimos que se refería al acto de
quitar el ministerio intercesor de Cristo en el santuario celestial a través del sacerdocio papal.

“Y la abominación desoladora” representa el vasto sistema de creencias y prácticas que durante más de mil años
condujo al pueblo lejos del ministerio sacerdotal de Jesús. De este modo el papado aparece en este capítulo, o en
el versículo 31 o poco antes.
La expresión “tiempo del fin” en el v. 40. La frase aparece sólo en el libro de Daniel (8:17; 11:35, 40; 12:4, 9).
Las visiones de Daniel 8 y 11 alcanzan hasta el “tiempo del fin”, en el cual, de acuerdo con Daniel 12:2, tiene lugar
una resurrección.

Daniel 12:4 indica que el justo antes del fin de la historia la gente estudiará las visiones de Daniel. Y en el epílogo
al libro de Daniel 12:5-13 el ángel le dice al profeta que cierre las palabras y selle “el libro hasta el tiempo del fin”.
Luego el conocimiento de las visiones se incrementaría y la gente comprendería su significado (v. 4, 10).

El tiempo del fin comenzó con la caída del papado en 1798. Por tanto, debemos buscar los eventos de Daniel 11:40
en adelante en el tiempo que media entre la caída del papado en 1798 y la resurrección en el tiempo del fin.

Daniel 11:40-45. Esta sección parecen ser profecías aún no cumplidas, necesitamos ser cuidadosos acerca de cómo
los interpretamos. Aunque, no es fácil de entender, estos textos revelan que el mundo estará en caos y confusión
hasta y durante “el tiempo del fin”.

El rey del Norte. En el tiempo del fin para el reino de Judá, Babilonia era el enemigo del norte (Jer. 1:14, 15). En el
libro de Apocalipsis, Babilonia es el nombre simbólico para la Roma espiritual, el Papado; de este modo, el rey del
norte en el tiempo del fin es el papado. Esto armoniza con Daniel 11:36-39, donde el rey que se exalta a sí mismo es
también el Papado.

El rey del Sur. Algunos consideran el uso previo de la frase “el rey del sur” (11:5) como refiriéndose a los
Ptolomeos, que gobernaron Egipto después de la caída del Imperio Griego.

Por cuanto esta profecía posterior (11:40) se aplica al tiempo del fin, la frase “rey del Sur” ya no puede referirse al
Egipto literal. Apocalipsis 11:8 emplea el término Egipto para indicar aquello que se opone a la religión verdadera.
Estos dos poderes están ocupados en algún tipo de guerra (?).

Aunque no es fácil de entender, estos textos revelan que el mundo estará en caos y confusión hasta y durante “el
tiempo del fin”. Lo que esto debería ayudarnos a entender es que las luchas y la confusión, lejos de demostrar que
no hay Dios, ayuda a afirmar su existencia, porque nos advirtió por adelantado acerca de estas cosas.

“Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; más éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la
mayoría de los hijos de Amón”. v. 41.

Estas naciones ya no existen; lo que indica que este pasaje no tiene la intención de ser entendido en forma literal.
En los días antiguos, estas naciones eran enemigas del pueblo de Dios, pero Dios, en su gracia, prometió que
salvaría a muchos que una vez fueron sus enemigos.

Se valdrá de la iglesia para conquistar espiritualmente a “Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón”.
Muchos saldrán de grupos que una vez se opusieron a Dios, y se unirán al pueblo de Dios en el tiempo del fin.

El capítulo 11 termina con una nota triunfante en favor de la verdad y la justicia.


El mal se terminará sin que nadie lo lamente. “Y no tendrá quien le ayude”.
“Vivimos en el período más solemne de la historia de este mundo. La suerte de las innumerables multitudes que
pueblan la tierra está por decidirse […] Necesitamos humillarnos ante el Señor, ayunar, orar y meditar mucho en
su Palabra, especialmente acerca de las escenas del juicio”. CS, 659.

CAPITULO XII
EL PALADÍN VICTORIOSO DEL GRAN CONFLICTO

EL PALADÍN VICTORIOSO DEL GRAN CONFLICTO

El fin tiene que llegar. Dios sigue en los controles y tiene un cronograma. Vendrá el momento en que el pecado y
los pecadores serán destruidos.

En el libro de Daniel nos ha quedado claro que Dios tiene planes y propósitos que Él dirige con gran paciencia.

La expresión “tiempo del fin” aparece sólo en el libro de Daniel (8:17; 11:35; 12:4, 9). En cada caso, el contexto
indica que se refiere al período final de la historia, anterior a la segunda venida de Cristo. Los adventistas del
séptimo día, lo identifican con el año de 1.798, como el comienzo del tiempo del fin.

En el capítulo 12, nos encontramos al borde de la eternidad. La culminación de la historia de la salvación todavía
está por suceder: el gran éxodo de los redimidos desde este planeta lleno de pecado hacia un mundo mejor.

La conclusión de esta larga visión (12:1-4) describe la batalla final entre las fuerzas de Dios y las de Satanás, y la
liberación de los santos.

Cuando Cristo aparezca en las nubes de los cielos librará a los santos vivos de la muerte y el juicio de Dios en las
siete postreras plagas. Pero la liberación sólo alcanza a aquellos que fueron hallados escritos en el libro de la vida,
el registro de los redimidos cuyos pecados la sangre del Cordero ha borrado del libro de la vida.

Solemne advertencia: “Muchos están viviendo en debilidad espiritual y apostasía. No saben lo que creen. Leamos y
estudiemos el capítulo doce de Daniel. Contiene una advertencia que todos necesitamos comprender antes del
tiempo del fin [fin del tiempo de gracia]”.

“Hay ministros que pretenden creer la verdad, pero que no están santificados por la verdad. A menos que se
produzca un cambio en sus vidas, dirán ‘Mi Señor se tarda en venir’”. EW, Carta 161, Julio 30 1903, Manuscript
Release # 1166.

¿Cuál es esa advertencia?: La inminencia de la terminación del juicio, seguida por un “tiempo de angustia” tan
intenso que no habrá precedente histórico alguno con el cual compararla, y la seguridad de liberación solamente para
aquellos cuyos nombres se hallen “escritos en el libro”.

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo”. v. 1.

Miguel (Mija-el), “Quién es como Dios”. El único que es semejante a Dios es Cristo (Jn. 1:1). El “Príncipe de los
ejércitos” o “Príncipe de los príncipes” (8:11, 25) es también el “Mesías Príncipe” (9:25). Él es el mismo que
“Miguel vuestro príncipe” (10:21), o Miguel, el gran príncipe (12:1).

El único que se levanta en defensa de su pueblo (1 Jn. 2:1, 2; He. 4:14-16), es Cristo.
Se refiere a la defensa, a la protección y a la intervención de Cristo a favor de su pueblo.
Liberará a su pueblo refinado y santificado por las tremendas pruebas que tuvo que soportar.

Dos razones para identificar a Cristo como Miguel:


Textos como el de Judas 9 sitúan a Miguel en una tarea mediadora similar atribuida a Cristo.
Tanto Miguel como Cristo son seres que llamarán a los justos muertos de sus sepulturas (1Ts. 4:16; Jn. 5:28). 4
CBA, 886.

Se ‘levanta’ cuando termine su obra en el santuario celestial y haya terminado el juicio previo al advenimiento, se
levantará y las puertas de la misericordia se cerrarán.
“Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas
que se seguían una a otra. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia, cual no
hubo nunca, no había comenzado todavía.

“Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el santuario, se
levantará, se pondrá sus vestiduras de venganza, y entonces se derramarán las siete postreras plagas”. PE, 36.

Dios nunca ha perdido el control sobre los poderes maléficos. Éstos sólo pueden actuar dentro de los límites que se
les prescriben (Job 1:12; 2:6). Pero llegará en que cada uno haya hecho su decisión, ya sea de obedecer a Dios, o
rechazarlo. Cuando llegue ese momento, se terminará la obra de la expiación, los justos serán sellados, y Dios le
permite al diablo desahogar su ira como le plazca.

Justo antes de la segunda venida de Cristo habrá un tiempo de angustia en el cual las siete últimas plagas caerán
sobre aquellos que han oprimido al pueblo de Dios (Ap. 6:10, 11; 13:15; 16:1, 2).

Satanás ya no tiene restricciones, y por lo tanto tendrá “total control sobre los impenitentes”; como los ángeles de
Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención se
desencadenarán”.

Razones del por qué habrá un tiempo de angustia:


1. El diablo no abandonará la lucha sin un gran esfuerzo
2. El diablo aumenta sus esfuerzos pues sabe que tiene poco tiempo (1 P. 5:8)

Aunque Jesús prometió estar con su pueblo hasta el fin del mundo (Mt. 28:20), no ha prometido que no habría
persecución (Jn. 15:20). Las profecías de Daniel apuntan al hecho de que los malvados odian a los justos.

El evangelio ha sido predicado a todo el mundo, y el tiempo del fin ha llegado. Mt. 24:14. Los que han aceptado
el mensaje del Evangelio y han demostrado su fidelidad a los mandamientos de Dios son sellados con el sello de
Dios. El tiempo de gracia ha terminado y no se pueden hacer más cambios. Ap. 22:11.

Las fuerzas del mal no tienen más límites; no se mostrará misericordia a nadie. Los santos son acusados de ser
causantes de los juicios que han caído sobre la tierra. El tiempo de angustia pronto vendrá sobre nosotros. El acto
culminante ocurrirá cuando “el mismo Satanás se dará por el Cristo”. CS, 682.

“será libertado tu pueblo” ¿de qué?


1. Liberados finalmente de la presencia del pecado, con todas sus escenas degradantes.
2. Liberados de cualquier tristeza por pecados cometidos.

3. Liberados de toda inquietud respecto de su salvación, gracias a la bendita certeza del pleno perdón de pecados.
4. Liberados de todo remanente de mundanalidad de sus vidas.

5. Liberados de las limitaciones determinadas por la mortalidad, listos ahora para gozar del don maravilloso de la
inmortalidad, de una vida que tan sólo podrá medirse y compararse con la vida de Dios.

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”. v. 2.

Las Escrituras nos enseñan que hay una resurrección del cuerpo. Es una resurrección especial, antes de la segunda
venida de Cristo, de algunos justos y algunos impíos en el tiempo de la séptima plaga (Ap. 16:17, 18).

Ya que Cristo resucitó de entre los muertos, el cristiano puede esperar una resurrección (1 Co. 15:13, 14). Para el
cristiano, ser despertado en la resurrección especial en la segunda venida de Cristo, significa un cambio (1 Co.
15:51, 52). Además, Jesús dijo que era la resurrección y la vida para todos los creyentes (Jn. 11:15, 26).

“Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel salen glorificados de la tumba, para oír el pacto de paz
que Dios hace con los que guardaron su ley.

‘Los que le traspasaron’ (Ap. 1:7), los que se mofaron de la agonía de Cristo, y los enemigos más acérrimos de su
verdad y su pueblo, son resucitados para mirarlo en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados los
fieles y obedientes”. CS, 695.
“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud,
como las estrellas a perpetua eternidad”. v. 3.

La justicia en la Escritura se refiere tanto al carácter como a la posición.


1. Carácter: una persona justa tiene una relación correcta con Dios y vive en conformidad con su ley (1 Jn. 2:3, 4).
2. Posición: la justicia es un estado de aceptación y aprobación divina y libertad de la condenación (Ro. 8:1).

“Si os entregáis a él y le aceptáis como vuestro Salvador, por pecaminosa que haya sido vuestra vida, seréis
contados entre los justos, por consideración hacia él. El carácter de Cristo reemplaza al vuestro, y sois aceptados
por Dios como si no hubierais pecado”. CC, 62.

‘Resplandecer’ es una figura del lenguaje que indica alcanzar honor y gloria. En la carrera cristiana todos corren y
todos pueden ganar. Pero se necesita disciplina y esfuerzo (1 Co. 9:24-27).
“entendidos”, “prudentes” o “perspicaces”
Son sabios (v. 3).
Resplandecen como el firmamento a perpetua eternidad (v. 3).
Convierten a muchos a la justicia (v. 3).
Pueden entender o profundizar (v. 10).
Son puros y refinados (v. 10).

“El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del
Señor. Esta es la gloria de Dios que termina la obra del tercer ángel”. 2 JT, 374.

El conocimiento del futuro no debe usarse para satisfacer nuestra curiosidad, sino, para permitirnos tomar hoy las
decisiones correctas.

“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la
ciencia se aumentará”. v. 4.

Se refiere a la investigación ferviente de la Biblia, especialmente de Daniel. El conocimiento y la


comprensión de las profecías bíblicas se incrementarán en el tiempo del fin.

La educación, la comunicación, los inventos científicos y los viajes contribuyen a incrementar el estudio de la
Biblia, el conocimiento de las profecías, y la difusión del conocimiento en el mundo.

Porción cerrada y sellada hasta el “tiempo del fin”.


1. La respuesta de Miguel a la pregunta de Gabriel en Daniel 8:13, 14; no recibió ninguna explicación adicional.
2. En la explicación dada a Daniel en el capítulo 9, nada dijo Gabriel de los 1.810 años restantes, extendidos desde
el año 34 d.C. hasta 1.844.

La referencia en Daniel 12:12, “Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días”.

“Pero desde 1798, el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han
proclamado el solemne mensaje del juicio cercano”. CS, 405.

“¿Cuándo será el fin de estas maravillas?”. v. 6. Gabriel le había dado a Daniel una larga explicación para ayudarle
a comprender lo que ocurriría con el pueblo de Dios.

Ahora otros dos seres celestiales aparecen, y uno de ellos, para información de Daniel, hace a Miguel, el Ser vestido
de lino, una pregunta. La respuesta en Daniel 12:7 define el tiempo del fin como el que sigue a los 1.260 días de
supremacía papal y persecución.

Cuadro de los 1.260 años.

Daniel no comprende la explicación, y pregunta: “Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?”. v. 8. El ángel le
dijo: “Anda Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin”. v. 9.

“Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los
impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán”. v. 10.
Somos purificados cuando lavamos nuestros vestidos y los emblanquecemos en la sangre del Cordero (Ap. 7:14).
Nuestra parte es confiar plenamente en Él, permitiendo que nos santifique. Debemos invitar diariamente a Jesús para
que nos purifique, haciendo lo mejor de nuestra parte para asemejarnos a Él porque lo amamos.

“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos
noventa días”. v. 11.

El período de los 1.290 años comienza en el año 508. ¿Por qué? Primariamente porque, deduciendo 1.290 de
1.798, fecha que entendemos es el fin de los 1.260 y 1.290 años, nos lleva a 508.

En el año 496 Clodoveo, rey de los francos, se hizo católico romano. La unión de los poderes civil y religioso (los
francos y el papado) en aquel tiempo fue un importante paso en “el establecimiento de la abominación asoladora”, la
cual se refiere a las enseñanzas antibíblicas del papado y de su imposición a través de la unión de la iglesia y el
estado.

Es una de las ironías de la historia que Francia, el poder que ayudó al papado al principio de los 1.290 años, fue el
mismo poder que produjo su caída al final del período cuando Napoleón, en 1.798, tomó al papa Pío VI prisionero.
Sumando 1.290 años a 508, nos lleva a 1.798.

Cuadro de los 1.290 años.

“Bienaventurado el que espere, y llegue a los mil trescientos treinta cinco días”. v. 12.

El contexto implica que este período comienza al mismo tiempo que los 1.290 días.
Entonces, los 1.335 días terminaron en 1843-1.844 al tiempo de la predicación del mensaje del primer ángel.
Además, el mundo cristiano experimentó el renacimiento del interés en las profecías de Daniel.

Cuadro de los 1.335 años.

Podemos confiar en Dios, quien por medio de Jesucristo nos ha asegurado que, junto con Daniel, también nosotros
podemos “recibir tu (nuestra) heredad al fin de los días”.

“Sus admirables profecías [de Daniel], como las registradas en los capítulos siete a doce del libro que lleva su
nombre, no fueron comprendidas plenamente siquiera por el profeta mismo; pero antes que terminaran las labores de
su vida, recibió la bienaventurada promesa de que ‘hasta el tiempo del fin’ -en el plazo final de la historia de este
mundo- se le permitiría ocupar otra vez su lugar…

“A medida que nos acercamos al término de la historia de este mundo, las profecías registradas por Daniel exigen
nuestra atención especial, puesto que se relacionan con el tiempo mismo en que estamos viviendo. Con ellas deben
vincularse las enseñanzas del último libro del NT”. PR, 401, 402.

“Ha llegado el tiempo para que Daniel reciba su heredad. Ha llegado el tiempo para que, como nunca antes, se
propague por el mundo la luz que le fue dada. Si aquellos por quienes el Señor ha hecho tanto caminaran en la luz,
su conocimiento de Cristo y de las profecías concernientes a él aumentarían grandemente a medida que se acercan a
la terminación de la historia de esta tierra”. MS 176, 1899, 4 CBA, 1196.

APLICACIONES A LA VIDA CRISTIANA.

1. Mientras el mundo exista, perduraran los malvados y los justos, y entre ambos grupos nunca habrá armonía.
2. A medida que nos acerquemos al fin del tiempo, el conflicto entre el bien y el mal se intensificará.

3. El destino final de los justos y los impíos nunca ha estado en duda. Los malvados serán destruidos, y los justos
gozarán de la vida eterna.
4. La sabiduría consiste en comprender el significado de la existencia, y hacer preparaciones adecuadas para el
futuro.

5. Para tener fe en Dios, no necesitamos comprender todas las cosas. Basta con que conozcamos y aceptemos lo que
Dios nos ha revelado.
6. El cristiano sabio es aquel que mantiene un ojo en las profecías y el otro en el mundo, de modo que pueda
reconocer cómo Dios controla los acontecimientos y provoca el cumplimiento de sus propósitos.
7. El cristiano no necesita temer ninguna eventualidad futura, porque sabe que Cristo es su Salvador y Protector.
8. A fin de cuentas, lo que mayor gozo nos produce no es lo que hayamos logrado en la vida, sino el saber que
nuestros nombres están escritos en el libros de la vida. Lo importante no es lo que nosotros hayamos hecho, sino lo
que Dios ha hecho en favor nuestro.

9. No tenemos nada que temer por lo que nos pueda hacer el hombre. El mayor daño que nos pueda causar es la
destrucción del cuerpo, pero no nos puede separar del amor de Dios.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“Al libro de Daniel se le quita el sello en la revelación que se le hace a Juan, lo cual nos permite avanzar hasta las
últimas escenas de la historia de este mundo”. TM, 115.

“Si aquellos por quienes tanto ha hecho el Señor caminan en la luz, su conocimiento de Cristo y de las profecías que
con él se relacionan aumentará notablemente a medida que se acerquen al fin de la historia de este mundo”. 4
CBA, 1174.

“Cuando los hombres no le dan a Dios el primero, el último y el mejor lugar en todo, cuando no se entregan a él para
la ejecución de sus propósitos. Satanás entra y usa para su propio servicio las mentes que, si se hubieran puesto en
las manos de Dios, podrían haber producido mucho bien”. 4 CBA, 1174.

“Los que tienen luz y conocimiento corren el mayor peligro, a menos que se consagren constantemente a Dios,
humillando el yo y adquiriendo conciencia de los peligros de esta época”. 4 CBA, 1173.
“Como pueblo, no comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se esta librando entre agencias invisibles,
la controversia entre los ángeles leales y los desleales… Orad, hermanos, orad como nunca habéis orado antes. No
estamos preparados para la venida del Señor. Necesitamos hacer una obra completa para la eternidad”. 4 CBA,
1173.

EL QUINTO REINO

EL QUINTO REINO

La historia es el escenario de la actividad de Dios. Daniel describe el panorama de la historia del mundo desde su
propio tiempo hasta el nuestro y hasta el fin del mundo cuando Dios establezca su reino.

Cristo es la solución de todos los problemas del mundo. El AT apunta hacia él y el NT lo describe y confirma su
centralización en el propósito redentor de Dios.

No necesitamos permanecer ignorantes con respecto al pasado, el presente, o el futuro, porque en las Escrituras Dios
nos ha revelado su voluntad.

“Mas de la cuarta parte de la Biblia es profecía predictiva. […] Tanto en AT como el NT están llenos de promesas
acerca del regreso de Jesucristo. En el AT aparecen más de 1.800 referencias, y 17 libros del AT destacan el tema.
De los 260 capítulos del NT, hay más de 300 referencias al regreso del Señor: uno de cada 30 versículos.

Veintitrés de los 27 libros del NT se refieren a este gran evento. […] Por cada profecía de la primera venida de
Cristo, hay 8 acerca de la segunda venida de Cristo”. George Sweeting, Today in the Word, 40.

Ninguna cantidad de conocimiento intelectual de esta profecía nos beneficiará a menos que aceptemos a Jesús como
nuestro Salvador personal.

Desde 1844, Cristo ha estado ocupado en una fase del ministerio prefigurado por el Día de la Expiación de Israel.
Cuando esa obra sea completada, él saldrá del Santuario celestial para recibir a su pueblo.

En las palabras de Hebreos 9:28: “Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá
por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
Tenemos que aceptar la segunda venida de Cristo del mismo modo que debemos aceptar la primera venida: por fe.
La certeza de la primera venida de Cristo es nuestra garantía de la Segunda Venida. Se podría afirmar, tal vez, que
el propósito principal de la primera venida de Jesús era su segunda venida.

De todas las promesas que Jesús, nuestro Salvador y Señor nos ha dado, la mayor de todas es que retornará para
sacarnos de este mundo enfermo de pecado.

Tenemos esta esperanza, la esperanza de la venida del Señor, del Señor Jesucristo, que como nuestro Salvador,
reconcilió la tierra y el Cielo, y preparó el camino para el grande y glorioso día de su retorno, cuando -como Rey de
reyes y Señor de señores- llevará esa reconciliación a su consumación eterna.

Jesús te esta hablando a ti, estas palabras son para ti. “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también
en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar
lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde
yo estoy, vosotros también estéis”. Jn. 14:1-3.

Confiamos en esta promesa de Jesús: “Vendré otra vez”, literalmente, “Yo estoy viniendo otra vez”. En esta
promesa, Jesucristo nos asegura que su retorno es tan seguro como si ya estuviera ocurriendo en este momento. La
segunda venida de Cristo no es un pensamiento ilusorio, ¡es nuestra segura esperanza!

“Fiel es que prometió” Hebreos 10:23.

A juzgar por todo lo que leemos en las Escrituras, podemos decir con seguridad: Él anhela desesperadamente
terminar esta tragedia. ¿Si de mi dependiera, ya la habría terminado ayer! Pero no la ha dejado en mis manos. Ni
tampoco en las de usted. Esta precisamente donde debe estar: en las manos de Aquel cuyo amor es infinito y cuya
sabiduría es inescrutable.

No importa cuándo suceda el evento, podemos aceptarlo por el hecho, no por la lógica, sino considerando quien hizo
la promesa: fue Jesús mismo, un personaje auténtico, histórico, cuya veracidad y credibilidad soportó la prueba de
los siglos.

El aspecto más importante de este evento es su certeza; el tiempo es secundario. Lo decisivo para nosotros es estar
siempre listos, no importa cuándo venga Jesús.

Dios se interesa tanto en nosotros como para tomar la iniciativa de revelar minuciosamente a Daniel el futuro del
mundo. Dios nos ama tanto que no quiere que estemos en tinieblas. Esta profundamente interesado en nuestro
mundo, como también en finalizar la gran controversia.

Él es la piedra del capítulo 2.


Es el “hijo del hombre” en el capítulo 7.
Es el Mesías príncipe sacrificado en el capítulo 9.
Es el que lucha contra el príncipe de Persia en el capítulo 10.
Es nuestro Príncipe que nos cuida en los capítulos 10 y 11.

Las Escrituras nos habla de la liberación de Sadrac, Mesac y Abed-nego del horno de fuego (Dn. 3) y la liberación
de Daniel del foso de los leones (Dn. 6). En Daniel 12:1, Dios libera a su pueblo, esta vez del mismo Satanás. Pero,
cuando el Rey de reyes descienda sobre las nubes, finalmente el día de su liberación habrá llegado.

Daniel escribiendo más de cinco siglos antes de Cristo, estaba en lo correcto con respecto a los reinos. Su registro
perfecto sobre ellos nos da abundantes razones para confiar en el último reino, el único; desde nuestro privilegiado
punto de vista en el tiempo, este reino no ha llegado todavía. Y ése es el reino que Cristo establecerá en ocasión de
su regreso.

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado
a otro pueblo; desmenuzará a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” Dn. 2:44.

“A cada nación que subió al escenario de acción se le permitió ocupar su lugar en la tierra, para que pudiese
determinarse si iba a cumplir los propósitos del Vigilante y Santo.
La profecía describió el nacimiento y el progreso de los grandes imperios mundiales: Babilonia, Medo-Persia,
Grecia y Roma. Con cada uno de ellos, como con las naciones de menos potencia, la historia se repitió. Cada uno
tuvo su plazo de prueba; cada uno fracasó, su gloria se desvaneció y desapareció su poder”. PR, 392.

“Cuando estas cosas comiencen a suceder”, dijo Jesús, “erguíos y levantad vuestras cabeza, porque vuestra
redención está cerca” (Lc. 21:28). Jesús quiere que sus seguidores tengan esperanza, estén radiantes esperando el
día del clímax, que pongan su mirada hacia los cielos con un anhelo ferviente por la hora gloriosa de su regreso.

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con
justicia juzga y pelea. […] Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de
señores”. Ap. 19:11, 16.

Los cristianos adventistas del séptimo día hemos acariciado por mucho tiempo la bienaventurada esperanza del
glorioso retorno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pero mientras estemos aquí, él tiene una obra para que hagamos. Jesús volverá, pero tenemos una comisión que
cumplir entretanto. Debemos hacer saber a otros acerca de este Señor y Rey; debemos compartir la esperanza que
tenemos en el pronto regreso del Señor.

Podemos estar seguros de que Jesús regresará. Debemos decidir ahora si queremos estar listos para encontrarnos
con él en su venida. Porque, estemos listos o no, ¡Jesús vuelve otra vez!

¡Que bendita esperanza es la nuestra! Pronto, nuestro Señor y Salvador Jesucristo regresará como Rey de reyes y
Señor de señores. Él creará un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva, y reinaremos con él para siempre. “Amén; sí, ven,
Señor Jesús”.

“Y a todos los que estaban en el cielo, en la tierra, en el mar y debajo de la tierra, y a todas las cosas que hay en los
cielos, les oí cantar: Al que esta sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por
los siglos de los siglos”. Ap. 5:13.

REFLEXIONES INSPIRADAS.

“Las visiones de Daniel y de Juan anticipan un período de tinieblas y de deterioro morales; pero en el tiempo del fin,
el tiempo en que estamos viviendo ahora, la visión hablará y no mentira”. 5 T, 19.

“Todo lo que la profecía anunció que sucedería, hasta el presente, ha sido registrado en las páginas de la historia y
podemos estar seguros de que todo lo que vendrá aún se cumplirá en su orden”. Ed, 174.

“Los reinos terrenales predominan mediante el empleo de la fuerza material, pero Cristo desterrará toda arma carnal,
todo instrumento de sujeción. Su reino había de establecerse para elevar y ennoblecer a la humanidad
caída”. EW, Carta 32, 1899, 4 CBA, 1193.

EPILOGO
EL DIOS DE DANIEL Y EL NUESTRO

EL DIOS DE DANIEL Y EL NUESTRO.

“Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman tus
mandamientos” (Dn. 9:4). Dios es grande, y digno de ser temido. En Romanos 12:22, Pablo elude a su bondad y
su severidad. Ningún concepto de él es adecuado, si no toma en cuenta el hecho de que es digno de nuestro más
profundo respeto.

Dios se opone irremisiblemente al pecado. Nadie puede pecar y esperar que escapará al castigo. En cambio, para
el pecador arrepentido, Dios es fiel a su pacto y misericordioso. He aquí una paradoja: como pecadores, debemos
temer lo peor; pero como pecadores que hemos aceptado el divino plan de salvación, no tenemos nada que temer.

A. La Persona divina.
Daniel no procura probar o establecer la existencia de Dios. Simplemente, la da por sentada. (Sal. 14:1). Quien
niega la existencia de Dios debido al mal que ve a su alrededor, no sabe nada de los planes y propósitos de Dios.
Daniel aprendió que el mal tiene una existencia momentánea, y que llegará la hora en que la justicia y la bondad de
Dios serán vindicadas.

1. Sus nombres.
Adonai: “Señor”. Este nombre hace énfasis en que Dios gobierna sobre todo el mundo.
Elohim: Dios esta en plural. El profeta creía en un solo Dios (Dt. 6:4).
Jehová – YHWH – Yahvé es en un sentido especial el nombre del Dios de Israel (Ex. 20:2).

2. Sus atributos.
Son los atributos o características de una persona lo que la hace ser lo que es.
El Dios de Daniel se mantiene activo en los asuntos humanos; su intervención es continua. El Señor tiene un plan y
un propósito, y sin estorbar la voluntad humana, determina cuán lejos puede ir un individuo o una nación en una
dirección determinada.

3. Sus actividades.
Quizá la más significativa actividad divina sea la manera como el Señor oye nuestras oraciones y las contesta.
Debemos dejar siempre que Dios reine supremo, y jamás desplazarlo, tanto en el círculo familiar como en el ámbito
social. Ante cada gesto de fe de parte nuestra, el Señor responde con bendiciones y protección.

B. Dios en relación con el hombre.


Nuestra preocupación especial debiera concentrarse en la manera como el Señor se relaciona con los seres humanos.
Como pecadores no merecemos nada de parte de Dios, sin embargo...

1. Su solicitud por nosotros.


Dios se preocupa por el bienestar de todos, tanto buenos como malos. Dios no tiene favoritos (Hch. 10:34). Lo que
es verdaderamente importante, es nuestra manera de relacionarnos con Dios. Si estamos decididos a hacer lo bueno,
Dios se encargará de guiarnos al lugar que nos tiene asignado en su servicio.

2. Su justicia.
Dios es justo porque sus juicios son verdaderos y rectos. Y la expresión suprema de su justicia la ofrece el hecho de
haber provisto para nosotros perdón y salvación.

3. Su paciente misericordia.
La palabra hebrea equivalente a misericordia ‘tiene que ver con la tierna compasión de Dios, esa lástima que él tiene
para el hombre en su flaqueza, miseria e incapacidad’.

Todos hemos estado muchas veces en esa misma situación. Somos incapaces de hacer algo por remediarla y no hay
solución a menos que la pidamos a Dios (Dn. 2:18; 9:4, 9, 18).

Nosotros que vivimos en tiempos posteriores al NT, podemos ver cómo Dios ha mostrado su tierno amor por toda la
eternidad. Mediante Cristo, ha revelado su carácter de amor. Mediante la cruz, ha demostrado a qué grado estaba
dispuesto a llegar en su decisión de salvar al hombre.

Daniel luchó con los mismos problemas que hoy enfrentamos, pero halló la solución en Dios y su misericordia.
Cuando enfrentamos problemas similares podemos seguir el ejemplo y la enseñanza del profeta.

Servimos al mismo Dios, y él nos abrirá el camino. Como resultado podemos seguir adelante con absoluta
confianza porque sabemos que si seguimos el ejemplo de Daniel y pedimos a Dios sabiduría, conducción y gracia, él
nos salvará y podremos estar en su reino eterno de paz y justicia.

JESÚS TIENE EL TIMÓN

JESÚS TIENE EL TIMÓN

El director de cine Alfred Hitchcock (1899-1980) relató una parábola en la revista Guideposts (1959) acerca de lo
desconocido. “Una vez, hubo un rey a quien se le iban a conceder dos deseos. El primer deseo que pidió fue ver el
futuro.
Pero, cuando vio todo lo que había por delante -lo bello y lo doloroso- inmediatamente pidió su segundo deseo: que
el futuro quedara escondido. ‘Doy gracias al Cielo’, proclamó Hitchcock, ‘que el mañana no pertenece a ningún
hombre. Pertenece a Dios’”. “The King and His Wish”, eSermons.org (Illustrations),
http://www.sermons,org/sovereignty.html.

De muchas maneras, el libro de Daniel es un libro que afirma la fe. Podemos estar tan seguros de las profecías
como podemos estarlo de la historia mundial. Es decir, para los que permitan que Daniel les hable por fe, el libro
les dará una gran certeza del poder y de las promesas de Dios.

Todo cristiano “debería comprender la naturaleza de los principios que luchan por la supremacía, y aprender a
rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación.

Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo, en su mismo caso,
cada acto de su vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente,
ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar”. Ed, 190.

Todas las visiones de Daniel culminan con la victoria de Dios, por medio de Cristo, sobre las fuerzas del mal.
Daniel 2 muestra el fin victorioso que ocurre cuando el reino de Dios se establece finalmente y para siempre.
Daniel 7 revela que este reino será precedido por una obra de juicio en la que el Hijo del Hombre se acerca al Padre
(v. 13).

Daniel 8 enfatiza la obra sacerdotal del Hijo del Hombre en el Santuario Celestial.
En Daniel 9 se pone énfasis en su muerte como sacrificio.
En todos estos roles, Jesús, el Hijo del Hombre, permanece como el centro de nuestra salvación.

El libro de Daniel está plagado de bestias, estatuas gigantescas y otras imágenes vívidas.
No obstante, a través de todo el libro Cristo permanece como el eje central subyacente.
Todo descansa sobre Jesús, la “principal piedra del ángulo” (Ef. 2:20).

No importa cuán terribles se pongan las cosas, no durarán mucho; que, a pesar de las apariencias en contra, el Dios
que bosquejó la historia del mundo desde el tiempo de Daniel hasta el nuestro, y aún más allá, producirá un
maravilloso final en el que los malvados serán castigados y los justos serán eternamente salvados.

¡Esta es una buena noticia! Dios esta involucrado activamente en nuestras vidas.
Noticias mejores todavía: Jesús mismo presenta nuestro caso, si hemos confiado en él, para darnos nuestra
salvación.
Las mejores noticias: ¡Él está en camino, trayendo recompensas consigo!

El juicio previo al Advenimiento es una doctrina vital de la Iglesia Adventista; no solo explica el chasco de 1844,
sino también nos ayuda a entender quiénes somos hoy y por qué existimos como movimiento religioso.

La Iglesia Adventista obviamente comprende y acepta las profecías de tiempo de Daniel.


No obstante, a veces parece como que nosotros no las tomáramos muy en serio. De acuerdo con estas profecías,
estamos en las últimas fases de la historia de la tierra.

El tiempo se está acabando. Y todavía estamos tibios y satisfechos; estamos contentos con sentarnos, relajarnos y
esperar la segunda venida de Cristo. Conociendo nuestra ubicación en el tiempo, por medio de las profecías de
Daniel, ¿no deberíamos usar mejor cada momento que tenemos? ¿Porque no estamos entusiasmados, aprovechando
el corto tiempo que nos queda?

Aunque estamos concientes del Juicio y de la necesidad de responder ante Dios, a veces actuamos con total
despreocupación por las consecuencias actuales y eternas de nuestros actos.

Tu creencia en las profecías de Daniel, ¿Cómo afecta tu conducta cristiana?

En nuestro mundo hay mucha gente que espera que alguien se ponga en contacto con ellos.
Necesitan sentir que no fueron olvidados. Dios se pone en contacto con nosotros y atiende nuestra necesidad de ser
recordados. Somos preciosos para Él -Él no nos olvida.
Cada individuo es valiosísimo a los ojos de Dios. El pagó el precio de la vida de Cristo por cada persona. Él no
nos ignora ni reserva información importante para sí mismo. Decidió revelar su
voluntad para nosotros.

La profecía bíblica es una evidencia concreta de que Dios nos busca. Tomó la iniciativa de abrir el canal de
comunicación porque está interesado en nosotros. Su interés lo conduce a comunicarse.

Todos necesitamos ser estimulados y animados a lo largo del camino de la vida. Las profecías bíblicas sirven a ese
propósito porque demuestran que la causa de Dios siempre triunfa -que hay algo positivo más allá de las dificultades
actuales.

Al saber que la mayoría de las profecías se han cumplido, podemos estar seguros de que las pocas que quedan por
cumplirse nos guiarán a la segunda venida.

Dios quiere compartir el futuro contigo y conmigo. Obviamente, desea que estemos preparados para el momento
de su venida al mundo, advertirnos de los peligros y alentarnos en nuestro camino hacia el Reino. ¿Por qué?
Simplemente por que nos ama y quiere que estemos para siempre con Él.

“El mensaje precioso nos ha llegado en estos últimos días. Han resonado advertencias y súplicas. Se ha dado la
invitación: ‘Venid porque todo está preparado’. Mientras todavía se dice hoy, no endurezcáis vuestros corazones.

¿Permitirán los hombres y las mujeres a quienes Dios ha bendecido con una gran luz permitirse ser desviados por
las mentiras aduladoras del enemigo de sus vidas? …

¿No debiéramos levantarnos, sacudir el peligroso letargo del mundo, que nos está arrullando para dormir en la cuna
de la seguridad carnal?... Jesús, el Salvador compasivo, ha enviado a nuestro mundo la invitación general: ‘¡Venid,
porque todo está preparado! Elena de White, R/H, 5 de noviembre de 1895.

Apreciados
“compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades terrenales; pero
pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el bienaventurado más
allá, tal como lo describió la mano de Dios.

“El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en
él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quién se cifran
nuestras esperanzas de vida eterna.

En su presencia las pruebas y sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes.


De lo que existió antes ‘no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento’”. PR, 540, 541.

“No hay necesidad de dudar ni de temer que la obra no tenga éxito. Dios encabeza la obra… y pondrá en orden
todas las cosas… Tengamos fe en que Dios conducirá con seguridad hasta el puerto el noble barco que lleva al
pueblo de Dios”. EW, Review and Herald, 20 de septiembre de1892; 2 MS, 449.

¡Qué consolador es saber que Jesús está al timón!

RESUMEN
DANIEL “Dios juzga”

RESUMEN: DANIEL “Dios juzga”.

El director de cine Alfred Hitchcock (1899-1980) relató una parábola en la revista Guideposts (1959) acerca de lo
desconocido. “Una vez, hubo un rey a quien se le iban a conceder dos deseos. El primer deseo que pidió fue ver el
futuro.

Pero, cuando vio todo lo que había por delante -lo bello y lo doloroso- inmediatamente pidió su segundo deseo: que
el futuro quedara escondido. ‘Doy gracias al Cielo’, proclamó Hitchcock, ‘que el mañana no pertenece a ningún
hombre. Pertenece a Dios’”. “The King and His Wish”, eSermons.org (Illustrations),
www.sermons,org/sovereignty.html.

La historia es el escenario de la actividad de Dios. Daniel describe el panorama de la historia del mundo desde su
propio tiempo hasta el nuestro y hasta el fin del mundo cuando Dios establezca su reino.

Cristo es la solución de todos los problemas del mundo. El AT apunta hacia él y el NT lo describe y confirma su
centralización en el propósito redentor de Dios.

No necesitamos permanecer ignorantes con respecto al pasado, el presente, o el futuro, porque en las Escrituras Dios
nos ha revelado su voluntad.

Ninguna cantidad de conocimiento intelectual de esta profecía nos beneficiará a menos que aceptemos a Jesús como
nuestro Salvador personal.

Dios se interesa tanto en nosotros como para tomar la iniciativa de revelar minuciosamente a Daniel el futuro del
mundo. Dios nos ama tanto que no quiere que estemos en tinieblas.
Esta profundamente interesado en nuestro mundo, como también en finalizar la gran controversia.

Todas las visiones de Daniel culminan con la victoria de Dios, por medio de Cristo, sobre las fuerzas del mal.
Daniel 2 muestra el fin victorioso que ocurre cuando el reino de Dios se establece finalmente y para siempre.
Daniel 7 revela que este reino será precedido por una obra de juicio en la que el Hijo del Hombre se acerca al Padre
(v. 13).

Daniel 8 enfatiza la obra sacerdotal del Hijo del Hombre en el Santuario Celestial. En Daniel 9 se pone énfasis en
su muerte como sacrificio. En todos estos roles, Jesús, el Hijo del Hombre, permanece como el centro de nuestra
salvación.

El libro de Daniel está plagado de bestias, estatuas gigantescas y otras imágenes vívidas.
No obstante, a través de todo el libro Cristo permanece como el eje central subyacente.
Todo descansa sobre Jesús, la “principal piedra del ángulo” (Ef. 2:20).

La profecía bíblica es una evidencia concreta de que Dios nos busca. Tomó la iniciativa de abrir el canal de
comunicación porque está interesado en nosotros. Su interés lo conduce a comunicarse.

CAPÍTULO II. Es un modelo en miniatura de todo el libro de Daniel. Cristo es el centro de cada profecía. El
reino de Cristo es la respuesta final de Dios a la mancha del pecado en el mundo.

Estatua de Nabucodonosor, metales y reinos.

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado
a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”. v. 44.

La piedra que “fue cortada, no con manos” simboliza el nacimiento milagroso de Cristo en su
primer advenimiento (Mt. 21: 42-44). v. 34.

“e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó”. v. 34.
Representa la destrucción del mundo en la segunda venida de Cristo (Sal. 2:8, 9; Ap. 19:11-18).

La piedra que reducía a los pueblos como “tamo de las eras del verano” representa el tercer advenimiento de Cristo
al finalizar el milenio, cuando los impíos serán destruidos completamente (Ap. 20; Sal. 1:4; Is. 17:13; Mal. 4:1-4).
v. 35. Guillermo G. White, Sings of the Times, 8 de marzo de 1927.

CAPITULO VII. El surgimiento y la actividad del cuerno pequeño que tiene ojos y boca de hombre. La
introducción del juicio en el cielo, previo al advenimiento de Cristo. Este juicio terminará con el poder papal y
vindicará a los santos.

Cuatro bestias.

Comparación de Reinos y metal de la estatua y las cuatro bestias.


“Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo”.
v. 12.

Cuerno pequeño.

“Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin”. v. 26.

CAPITULO VIII. Se centra en la obra salvífica de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote, preparando el camino para
su pueblo que heredará el reino. Amplifica la actividad del cuerno pequeño: la muerte a Cristo, persecución al
pueblo de Dios y desvirtúa el ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial.

Carnero y macho cabrío.

“[el cuerno pequeño] se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos” “y se levantará contra el Príncipe de los
príncipes”. (vv. 11, 25). El cuerno pequeño está atacando a Cristo mismo, no como un ser humano (como lo hizo
Roma pagana) sino ahora como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial.

En 11:31 se da la información adicional de que “la abominación desoladora” reemplaza el “continuo”. Como el
“continuo” designa el sistema divinamente ordenado de adoración, el poder que lo quita está en oposición a Dios, y
la “abominación desoladora” representa un sistema de culto falsificado.

Desde 1844, Cristo ha estado ocupado en una fase del ministerio prefigurado por el Día de la Expiación de Israel.
Cuando esa obra sea completada, él saldrá del santuario celestial para recibir a su pueblo.

Hebreos indica que, después de su ascensión, Jesús “abrió/ha inaugurado” (BJ) un camino para que tengamos acceso
a Dios (He. 10:20). Este pasaje enseña que, después de su ascensión, Cristo inició su obra sacerdotal en el
Santuario Celestial. Daniel 9:24 ubica este inicio, o ungimiento (Ex. 40:9-11), dentro del marco de las setenta
semanas.

CAPÍTULO XI. Sus temas y predicciones son repetidos y desarrollados en los capítulos finales.

En el capítulo 12, nos encontramos al borde de la eternidad. La culminación de la historia de la salvación todavía
está por suceder: el gran éxodo de los redimidos desde este planeta lleno de pecado hacia un mundo mejor.

En aquel tiempo terminará Cristo su intercesión en el Santuario Celestial, aunque habrá tiempo de angustia, cual no
fue antes, por entonces será libertado todos los que se encuentren inscritos en el Libro de la Vida. Miguel y sus
ángeles, los reyes del oriente intervendrán para rescatar a su pueblo. Dn.l 12:1.

El fin tiene que llegar. Dios sigue en los controles y tiene un cronograma. Vendrá el momento en que el pecado y
los pecadores serán destruidos.

En el libro de Daniel nos ha quedado claro que Dios tiene planes y propósitos que Él dirige con gran paciencia.

Solemne advertencia: “Muchos están viviendo en debilidad espiritual y apostasía. No saben lo que creen. Leamos y
estudiemos el capítulo doce de Daniel. Contiene una advertencia que todos necesitamos comprender antes del
tiempo del fin [fin del tiempo de gracia]”. EW, Carta 161, Julio 30 1903, Manuscript Release # 1166.

El conocimiento del futuro no debe usarse para satisfacer nuestra curiosidad, sino, para permitirnos tomar hoy las
decisiones correctas.

Podemos confiar en Dios, quien por medio de Jesucristo nos ha asegurado que, junto con Daniel, también nosotros
podemos “recibir tu (nuestra) heredad al fin de los días”.

“Sus admirables profecías [de Daniel], como las registradas en los capítulos siete a doce del libro que lleva su
nombre, no fueron comprendidas plenamente siquiera por el profeta mismo; pero antes que terminaran las labores de
su vida, recibió la bienaventurada promesa de que ‘hasta el tiempo del fin’ -en el plazo final de la historia de este
mundo- se le permitiría ocupar otra vez su lugar…

“A medida que nos acercamos al término de la historia de este mundo, las profecías registradas por Daniel exigen
nuestra atención especial, puesto que se relacionan con el tiempo mismo en que estamos viviendo. Con ellas deben
vincularse las enseñanzas del último libro del NT”. PR, 401, 402.
Dios quiere compartir el futuro contigo y conmigo. Obviamente, desea que estemos preparados para el momento
de su venida al mundo, advertirnos de los peligros y alentarnos en nuestro camino hacia el Reino. ¿Por qué?
Simplemente por que nos ama y quiere que estemos para siempre con Él.

“El mensaje precioso nos ha llegado en estos últimos días. Han resonado advertencias y súplicas. Se ha dado la
invitación: ‘Venid porque todo está preparado’. Mientras todavía se dice hoy, no endurezcáis vuestros corazones.

“¿Permitirán los hombres y las mujeres a quienes Dios ha bendecido con una gran luz permitirse ser desviados por
las mentiras aduladoras del enemigo de sus vidas?…

¿No debiéramos levantarnos, sacudir el peligroso letargo del mundo, que nos está arrullando para dormir en la cuna
de la seguridad carnal?... Jesús, el Salvador compasivo, ha enviado a nuestro mundo la invitación general: ‘¡Venid,
porque todo está preparado! EW, R/H, 5 de noviembre de 1895.

Apreciados: “compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades
terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el
bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios.

“El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en
él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quién se cifran
nuestras esperanzas de vida eterna.

En su presencia las pruebas y sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes ‘no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento’”. PR, 540, 541.

No importa cuán terribles se pongan las cosas, no durarán mucho; que, a pesar de las apariencias en contra, el Dios
que bosquejó la historia del mundo desde el tiempo de Daniel hasta el nuestro, y aún más allá, producirá un
maravilloso final en el que los malvados serán castigados y los justos serán eternamente salvados.

¡Esta es una buena noticia! Dios esta involucrado activamente en nuestras vidas. Noticias mejores todavía: Jesús
mismo presenta nuestro caso, si hemos confiado en él, para darnos nuestra salvación. Las mejores noticias: ¡Él está
en camino, trayendo recompensas consigo!

Daniel escribiendo más de cinco siglos antes de Cristo, estaba en lo correcto. Su registro perfecto sobre ellos nos da
abundantes razones para confiar en el último reino, el único; desde nuestro privilegiado punto de vista en el tiempo,
este reino no ha llegado todavía. Y ése es el reino que Cristo establecerá en ocasión de su regreso.

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con
justicia juzga y pelea. […] Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de
señores”. Ap. 19:11, 16.

Los cristianos adventistas del séptimo día hemos acariciado por mucho tiempo la bienaventurada esperanza del
glorioso retorno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pero mientras estemos aquí, él tiene una obra para que hagamos.

Jesús volverá, pero tenemos una comisión que cumplir entretanto. Debemos hacer saber a otros acerca de este Señor
y Rey; debemos compartir la esperanza que tenemos en el pronto regreso del Señor.

Podemos estar seguros de que Jesús regresará. Debemos decidir ahora si queremos estar listos para encontrarnos
con él en su venida. Porque, estemos listos o no, ¡Jesús vuelve otra vez!

Que bendita esperanza es la nuestra! Pronto, nuestro Señor y Salvador Jesucristo regresará como Rey de reyes y
Señor de señores. Él creará un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva, y reinaremos con él para siempre. “Amén; sí, ven,
Señor Jesús”

“Y a todos los que estaban en el cielo, en la tierra, en el mar y debajo de la tierra, y a todas las cosas que hay en los
cielos, les oí cantar: Al que esta sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por
los siglos de los siglos”. Ap. 5:13.
BIBLIOGRAFÍA

Departamento de Educación de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Principios de vida.
Contenidos en la Palabra de Dios. Asociación Casa Editora Sudamericana: Buenos Aires, Argentina, 1985.

Doukhan, Jacques B. Secretos de Daniel. Sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio. Asociación Casa
Editora Sudamericana: Buenos Aires, Argentina, 2007.

Keough, G. Arthur. El mensaje de Daniel. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, 1986.

________. Lecciones para la Escuela Sabática. Lecciones sobre Daniel: Dios y nuestro destino. Asociación Casa
Editora Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, año 92 – No 367, Enero-marzo de 1987.

Japas, Salim. Cristo en el santuario. Publicaciones Interamericanas. Pacific Press Publishing Association:
Mountain View, California, 1982.

Nichol, Francis, ed. Comentario bíblico adventista del séptimo día. 5 tomo. Asociación Casa Editora Sudamericana:
Buenos Aires, Argentina, 1995.

Pfandl, Gerahard. Daniel. Vidente de Babilonia. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires, Argentina,
2004.

________. Guía de Estudio de la Biblia. Daniel. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires, Argentina,
Octubre- diciembre de 2004.

Rodríguez, Ángel Manuel. Guía de Estudio de la Biblia. Grandes profecías apocalípticas. Asociación Casa Editora
Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, Abril-junio de 2002.

Treiyer, Humberto Raúl. Enigmas descifrados. Descubra los fascinantes misterios de Daniel 11 y 12. Antillian
College Press, Puerto Rico, 2007.

Vicuña, Máximo A. Estudios del libro de Daniel. Ediciones Bendita Certeza: Ñaña, Lima. 1987.
APOCALIPSIS
EL ACTOR PRINCIPAL DEL APOCALIPSIS

El Autor y Actor principal del Apocalipsis.

El libro comienza diciéndonos que es “la revelación de Jesucristo” (Ap. 1:1). Esta mencionado a través de 38
diferentes nombres y títulos descriptivos. En los primeros tres capítulos se lo menciona de diversas formas 137
veces, y en todo el libro hay unas 250 referencias a su sublime persona.

Jesús es el actor central y principal del Apocalipsis. El aparece como un hilo de oro abriendo su revelación a través
de todos los capítulos del libro.

1. Como el sacrificio pleno y suficiente y como el gran Sacerdote que ministra en nuestro favor.
2. Mostrando su interés por su iglesia a través del tiempo, reprochándole amorosamente sus errores y fortaleciéndola
en sus luchas.
3. Como Creador, compartiendo su trono con los redimidos.

4 y 5. Como el Cordero inmolado desde la fundación del mundo, y centro de toda adoración.
6. Como el gran conductor o Líder de la iglesia que salió victorioso y para vencer.
7. Como el Cordero entre la multitud de los que fueron lavados por su sangre.

8 y 9. Como Aquel que recibe las oraciones de los santos y reprime los poderes del mal.
10. Como el Ángel parado sobre tierra y mar anunciando “que el tiempo no será más”.
11. Como Aquel que recibe los reinos del mundo de parte de su Padre.

12. Como el Hijo prometido al pueblo de Dios, quien conquistó la muerte y ascendió al trono.
13. Como el Autor del libro de la vida del Cordero, el cual contiene los nombres de los verdaderos adoradores.
14. Como el Cordero del Monte de Sión, enviando un último mensaje de misericordia al mundo.

15 y 16. Como el Cordero recibiendo alabanza, pero que con sus juicios destruye el reinado de la apostasía.
17 y 18. Como el Cordero que llama a su pueblo a fin de que salga de la Babilonia espiritual.
19. Como el victorioso Rey de reyes y Señor de señores.

20. Como el que sujetará a Satanás durante el milenio y lo destruirá al fin de dicho período.
21. Como el re-Creador que enjugará toda lágrima.
22. Como el Juez que da la recompensa final y envía la última invitación a este mundo perdido.

Descripción de la grandeza de Jesús:


Juan ve en visión al Señor resucitado en el santo esplendor de un Sumo sacerdote y con la majestad real de
un rey triunfante.

Jesús aparece en medio de siete candeleros de oro (1:12, 13). Esto señala la presencia y actividad continua de
Cristo a favor de la iglesia en su exaltado papel como sumo sacerdote.

Jesús aparece como “uno semejante al Hijo del Hombre” (1:13). Significa la transferencia del dominio de los
monarcas terrenales al Mesías. Describe el papel exaltado del Señor resucitados como juez soberano.

El viste una “ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro” (1:13).
La imagen nos recuerda la vestidura de un sumo sacerdote del AT (Ex. 28:4; 29:5; Lv. 16:4), y de este modo
señala el carácter sumo sacerdotal de la obra actual de Cristo.

Las imágenes también dirigen nuestra atención a la naturaleza real de la función actual de Cristo (Ap. 17:14; 19:16).
Su vestidura describe al Señor resucitado en su triple oficio como profeta, sacerdote y rey.

“Su cabeza y sus cabellos son blancos como lana…” (1:14). La dignidad de Cristo, su alto rango y su
preeminencia, antes que su preexistencia y su ausencia de pecaminosidad.

“Sus ojos como llama de fuego” (1:14). El Cristo exaltado “escudriña la mente y el corazón” (2:23) y reparte
juicios en base a los meritos de cada caso individual. Nada escapa a su penetrante visión.

“Sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno” (1:15). La descripción denota a sí la fuerza y
la estabilidad desarrollada en el horno de las pruebas y la aflicción.

Su voz suena “como estruendo de muchas aguas” (1:15). Esta frase puede tener un doble mensaje:

1. La sobrecogedora palabra del juicio divino.


2. El tierno consuelo de la consolación divina, de acuerdo con la situación de la iglesia.

Tiene en su mano siete estrellas (1:16, cf. v. 20 [estrellas: ángeles]). Esto nos asegura a los cristianos perseguidos
que los poderes terrenales no podrán alterar el plan de Dios para la iglesia. No importa qué tengan que afrontar los
creyentes, pueden estar seguros de que Cristo los sostendrá con el poder de su diestra.

De su boca salía una espada aguda de dos filos (1:16). Pablo llama a la Palabra de Dios “la espada del Espíritu”
(Ef. 6:17; cf. He. 4:12). La espada que sale de la boca de Cristo, sirve a dos propósitos:

1. Corta todo engaño humano, descubriendo el pecado y exponiendo nuestra necesidad de la gracia divina.
2. Es el medio por el cual la iglesia militante llega a ser la iglesia triunfante. Por medio de la Palabra de
Dios los creyentes pelean contra el enemigo y lo derrotan (cf. Mt. 4:3-11).

Su rostro brilla como el sol cuando resplandece en su fuerza (1:16). Juan describe al Señor glorificado que conduce
a su iglesia por las oscuras pruebas al brillante futuro que espera a los fieles.

Juan registra el impacto que tuvo la visión sobre él, y la seguridad que Jesús le dio (Ap. 1:17, 18; cf. Dn. 10:9; Ez.
1:28; Lc. 5:4-9). Fue una manifestación de temor reverente al reconocer la majestad y el esplendor de la santidad de
Dios.

La respuesta de Cristo al testigo postrado (cf. Dn. 10:10; Mt. 17:6, 7) contiene tres títulos descriptivos adicionales:

1. “Yo soy el primero y el último, y el que vivo” (Ap. 1:17, 18). Expresa la naturaleza eterna de Cristo. Ser el
primero y el último significa que no hay ninguno antes ni después de El.

Jesús como el primero y el último, siempre está con nosotros. Nunca hubo un tiempo y nunca lo habrá en nuestra
experiencia en que estemos sin El.

2. “El que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos”. Ap. 1:18.
Cristo como ser humano pagó la pena completa por todos nosotros. El murió una vez por todos, y vive para
siempre.

Los fieles pueden estar seguros de la victoria en Cristo y pasar la angustia de la persecución con la confianza
suprema de entrar en el reino eterno.

3. “Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”. Ap. 1:18. Sólo el Dador de la vida puede abrir las puertas del
infierno y liberar a sus cautivos. Por virtud de su muerte y resurrección Jesús tiene la autoridad y el poder de liberar
a su pueblo de la cárcel del pecado.

Jesús está ahora a cargo de la muerte y del Hades por su causa sobre la victoria sobre las fuerzas del mal. Puesto
que Jesús “quitó la muerte y sacó la luz a vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Ti. 1:10).

“siete estrellas… en mi diestra, y de los siete candeleros de oro” Ap. 1:20, cf. 13, 16; 2:1.
“Estas palabras están destinadas a los maestros de la iglesia, a aquellos a quienes Dios ha confiado pesadas
responsabilidades”. HAp, 483, 484.

“Los ministros de Dios están simbolizados por las siete estrellas, las cuales se hallan bajo el cuidado y protección
especiales de Aquel que es el primero y el último”. OE, 13, 14.

Los candeleros representan la Iglesia de Cristo alrededor del mundo. Jesús camina entre las iglesias y tiene a los
ancianos en su mano derecha (cf. Mt. 28:20).

Elena de White habla de la “constante vigilancia” de Cristo y de su “eterna vigilancia” como un modelo para los
dirigentes de la iglesia: “Mira con interés para ver si su pueblo está en condición espiritual para hacer avanzar su
reino”. EW, 7 CB, 967 (R&H, 26-5-1903).

LAS 7 IGLESIAS

Las 7 Iglesias.

En el mensaje a las siete iglesias, Cristo aparece como fiel y soberano Pastor de las iglesias y el contenido de estos
mensajes corresponde al estado interior de la iglesia en sus relaciones con Cristo.

La profecía de las siete iglesias se puede aplicar de tres maneras:


1. La aplicación local considera los mensajes dirigidos a iglesias específicas de Asia Menor.

2. La aplicación histórica reconoce los mensajes como relevantes para siete períodos de la historia de la iglesia.

“Los nombres de éstas simbolizan diferentes períodos de la historia de la iglesia en la era cristiana. El número siete
indica plenitud, y significa que el mensaje se extiende hasta el fin del tiempo mientras que los símbolos revelan la
condición de la iglesia en diferentes períodos de la historia del mundo”. HAp, 483.

3. La aplicación espiritual considera que los siete mensajes son un consejo espiritual para la iglesia de todos los
tiempos. (Desde este punto de vista se efectuará el siguiente estudio).

“Recibí instrucción para decir que estas palabras [Ap. 2:4, 5] se aplican a las iglesias adventistas del séptimo día en
su condición actual. El amor de Dios se ha perdido, y eso significa que también se perdió el amor de los unos por
los otros. El yo, el yo, el yo, es halagado y se pugna por la supremacía. ¿Por cuánto tiempo durará esto? EW, R&H,
25/02/1902.

Hay tres mensajes universales.


1. “Yo conozco tus obras” (Ap. 2:2, 9, 13, 19; 3:1, 8, 15).
2. “Al que venciere” (Ap. 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21).
3. “El que tiene oído oiga, lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22).

De estas tres declaraciones, surgen tres mensajes de Dios para toda persona.
1. Dios me conoce totalmente, no puedo burlarlo.
2. Es imperativo vencer (Fil. 4:13).
3. Debo obedecer la voz del Espíritu Santo siempre.

Estructura de las cartas.


1. Cada carta comienza con las instrucciones: “Al ángel de la iglesia que está en…, escribe (VM).

2. El segundo rasgo común de cada carta es la declaración: “Estas cosas dice…”. Luego sigue la identificación del
que escribe la carta, mediante símbolos generalmente tomados del capítulo 1.

3. Cada carta contiene las palabras “yo conozco tus obras”, seguidas por una declaración del conocimiento que Jesús
tiene acerca de la congregación a la cual esta escribiendo.
4. En 3 de las cartas viene luego las palabras “pero tengo (unas pocas cosas) contra ti” seguidas por un reproche que
Jesús presenta a la iglesia. En otras cartas el reproche está dado en la declaración introducida por las palabras “yo
conozco tus obras”.
5. Cada iglesia recibe una orden después del reproche: “arrepiéntete”, “guárdalo”. Es una orden imperativa.
6. En cada carta hace la exhortación: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesia”.

7. La promesa de Jesús esta introducida por las palabras “al (el) que venciere”.

Los períodos abarcados por cada iglesia son aproximados:


1. Efeso, “deseable” 31-100.
2. Esmirna, “mirra” 100-313.
3. Pérgamo, “altura, elevación” 313-538.
4. Tiatira, “dulce sabor de trabajo” 538 hasta la Reforma (alrededor de 1563).

5. Sardis, “cántico de gozo” desde la Reforma hasta 1798.


6. Filadelfia, “amor fraternal” 1798-1844.
7. Laodicea, “el juicio del pueblo” 1844-fin del tiempo.

Al progresar de una carta a otra, notamos que la presencia de Cristo se hace más íntima con cada carta:
1. Éfeso: “El que anda en medio de los siete candeleros de oro” (Ap. 2:1).

2. Esmirna: “El que estuve muerto y vivó” (v. 8).


3. Pérgamo: “Arrepiéntete; pues sino, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos” (v. 16).
4. Tiatira: “Lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga” (v. 25).

5. Sardis: “Si no velas, vendré sobre ti como ladrón” (Ap. 3:3).


6. Filadelfia: “Yo vengo pronto” (v. 11).
7. Laodicea: “Estoy a la puerta” (v. 20).

La revelación de Jesucristo se dirigió a sus “siervos” (1:1), donde siete veces promete al “vencedor” en cada iglesia
una recompensa específica de salvación al fin del tiempo:

“Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios” (2:7).
“Al que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte” (v. 11).

“Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un
nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe” (v.17).
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones… Y le daré la estrella de
la mañana” (vv. 26, 28).

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre y delante de los ángeles” (3:5).

“Al que venciere yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí” (v. 12).
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre
en su trono” (v. 21).

Cuadro comparativo de las siete iglesias.

EFESO: “deseable”. Era apostólica: 31-100.


El autor se presenta como “El que tiene las siete estrellas…, el que anda en medio de los siete candeleros de oro”.
“Has dejado tu primer amor”. Ap. 2:4.

La perdida del amor se manifiesta específicamente en el descuido en trabajar por la salvación de las almas.
“Recuerda por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras”. Ap. 2:5.

Debemos recordar el pasado, el Espíritu Santo nos guiará. “Arrepentirse”. El Espíritu Santo nos convence de
pecado, y seremos motivados a cambiar. Debemos regresar y comenzar de nuevo; nos conduce a la renovación y al
crecimiento.
“Su falta de interés por la salvación de las almas demostraba que había perdido su primer amor; porque nadie puede
amar a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas, sin amar a aquellos por quienes Cristo murió”. 3
JT, 56.

“Debemos procurar conocer nuestras faltas y pecados que causan tinieblas y debilidad espiritual y apagaron nuestro
primer amor”. EW, 7 CB, 968 (R&H, 7-6-1887).

ESMIRNA: “mirra”. Persecución y martirio: 100-313.


El autor se presenta como “el que estuvo muerto y vivió”. “Sé fiel hasta la muerte… no recibirá daño de la muerte
segunda”. Ap. 2:8, 10, 11.

La designación conforta a los cristianos que afrontan arrestos, juicios y posiblemente la muerte (cf. Mt. 10:26-33;
Jn. 16:33). Ofrece a los creyentes la corona de victoria, por vencer al enemigo en la batalla espiritual de la vida, por
su servicio fiel a Él.

“Prefiramos la pobreza, el oprobio, la separación de nuestros amigos o cualquier otro sufrimiento, antes de
contaminar el alma con el pecado. La muerte antes que el deshonor o la transgresión de la ley de Dios, debiera ser
el lema de todo cristiano”. 2 JT, 37.

La primera muerte es el “sueño” que se promulga hasta el juicio, y luego sigue la resurrección. La segunda
muerte es eterna, en contraste con la vida eterna. Es la pedida permanente de la existencia, es “la paga del pecado”
(cf. Ro. 6:23).

“La muerte segunda es la única que el pueblo de Dios debe temer. Satanás puede causar la muerte física de los
fieles seguidores de Cristo, pero éstos estarán a salvo de la muerte segunda”. EW, Vidente de Patmos, 63.

PÉRGAMO: “altura, elevación”. Compromisos, apostasía: 313-538. El autor se presenta como


“El que tiene la espada aguda”. “Por tanto arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto y pelearé contra ellos con la
espada de mi boca”. Ap. 2:12, 16.

Los cristianos viven en un clima cultural que le es hostil a su fe. El mantener una actitud relajada, acomodarse a las
exigencias sociales y religiosas de la sociedad, es peligroso.
Transigir con el mal puede ser más peligroso que el mismo mal.

Jesús esta llamando al arrepentimiento a aquellos que, mientras se atienen firmemente a su nombre, han sido débiles
en oponerse al mal. Se conforman con las normas aceptadas del mundo y a dejar de ser diferentes.

El Señor no acepta con liviandad esas concesiones. Los cristianos somos llamados a salir del mundo (Ap. 18:4) para
vivir para la gloria de Dios (Ap. 14:7). ¡No hay lugar para las concesiones y no hay tiempo que perder en tomar
una posición! (cf. Ap. 2:16).

“La Biblia es la gran norma de lo bueno y lo malo, que define claramente el pecado y la santidad. Sus principios
vivos, corriendo por nuestras vidas como hilos de oro, son nuestra única salvaguardia en la prueba y la tentación”.
CM, 322, 323.

TIATIRA: “dulce sabor de trabajo”. Intolerancia religiosa, persecución: 538-1563.


El autor se presenta como “El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce
bruñido”. Ap. 2:18.

Los ojos llameantes y los pies de bronce bruñido representan el poder penetrador de la mirada de Cristo y la actitud
que no acepta compromisos hacia las influencias corruptoras en la iglesia. Con cuidadosa diligencia examina el
interior de cada corazón humano, exponiendo tanto lo bueno como lo malo.

Ninguno puede excusar su propio fracaso moral echándole la culpa a otro. El servicio cristiano y la constancia son
frutos del amor y la fe, dones del Espíritu a disposición de todos los creyentes. (cf. Ap. 2:19).

Jesús pide de cada persona el mejor servicio; cada uno será juzgado a la luz de las oportunidades que tuvo de servir.

“El poder de Cristo está a la disposición de los que quieren vencer. El que reprocha ha de animar a sus oyentes de
modo que se esfuercen en procura de la victoria. Ha de animarlos para que luchen en procura de la liberación de
cada practica pecaminosa, que queden liberados
de cada hábito corrupto, aun cuando su negación del yo les sea como arrancarse el ojo derecho o cortarse el brazo
derecho. No se debe hacer ninguna concesión a los malos hábitos o prácticas pecaminosas ni se debe transigir con
ellos”. 1 MS, 445.

SARDIS: “cántico de gozo”. Desde la Reforma hasta 1798.


El autor se presenta como “El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas”.

Los creyentes sin vida, aletargados y descuidados, manifiestan una alarmante complacencia, late en ellos un estado
de muerte espiritual (Ap. 3:1). Cristo ha dejado de vivir en esos corazones; su fe es una fe muerta, y las obras son
obras muertas que Cristo no puede aceptar.

Para la resurrección espiritual de ellos, Jesús les daría los “siete espíritus”. Es decir, necesitan que el poder del
Espíritu Santo los revitalice (cf. Ro. 8:11).

1. Hay que despertar. Una actitud de constante vigilancia (Mr. 13:33-37; 1 Ts. 5:6)
2. Afirmar las cosas que quedan, la restauración es posible.
3. Recordar lo que habían recibido y oído. Regresar a su pasado de fe verdadera y auténtica.

4. Guárdalo. Conserva la fe, toma medidas activas contra las influencias corruptoras del ambiente que te rodea.
Nunca te desanimes.
5. Es urgente arrepentirse. No hay tiempo que perder (Ap. 3:2).
(cf. EW, 7 CB, 970, 971 [MS, 92, 1901; R&H, 10-8-1905]).

“Cuando el Salvador dirigió la atención de sus discípulos hacia las señales de su regreso, predijo el estado de
apostasía que existiría precisamente antes de su segundo advenimiento… La condición en que se hallaría entonces
la iglesia está descripta en las palabras del Salvador en el Apocalipsis: ‘Tienes nombre de que vives, y estás
muerto’”. CS, 354, 355.

FILADELFIA: “amor fraternal”. Movimiento Misionero, Reavivamiento 1798-1844.


El autor se presenta como “[…] el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y, cierra y ninguno
abre”. Ap. 3:7.

El hecho de que Cristo posea la “llave” representa su jurisdicción sobre la iglesia y sobre el propósito divino que
debe cumplirse a través de ella. (Mt. 28:18; Ef. 1:22; cf. Ap. 5:5; 22:16).

Cristo tiene la Llave:


1. Del sepulcro y de la muerte (Ap. 1:18).
2. Del Santísimo del Santuario Celestial, que abrió en 1844.
3. De la puerta de la gracia, que se cerrará al término de su ministerio sacerdotal (Ap. 22:11).
4. De la puerta de la Santa Ciudad y extiende a todos su invitación (Ap. 22:14, 17).

Ningún ser humano puede evitar que Cristo lleve a cabo su obra en el Lugar Santísimo hasta concluirla con éxito.
Hoy, hay una “puerta abierta” para todos los que quieran aceptar su gracia y ser salvos. Pronto será demasiado
tarde.

“El Testigo fiel y Verdadero declara: ‘He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta’. Agradezcamos a Dios con
corazón, alma y voz; y aprendamos a acercarnos a él como por una puerta abierta, confiando en que podremos ir a él
libremente con nuestras peticiones y que él oirá y contestará.

Mediante la fe viviente en su poder para ayudar, recibiremos fortaleza para librar las batallas del Señor con la
confiada seguridad de la victoria”. EW, 7 CB, 972 (R&H, 9-7-1908), [cf. R&H, 26-3-1889].

LAODICEA: “el juicio del pueblo”. 1844-fin del tiempo.


El autor se presenta como “El Amén, el testigo fiel y verdadero…”.

Cuadro Ubicación histórica de las 7 iglesias.

Cuadro de resumen.
EL TRONO DEL CREADOR

El Trono del Creador.

El tema dominante de Apocalipsis es la controversia. La información revelada en el capítulo 4 no sólo describe las
características esenciales de Dios, sino que también lo vindica de las acusaciones de ser digno de estar al frente del
universo.

La visión del trono nos asegura que Dios está al frente del universo porque tiene derecho a ocupar esa posición, y
que no abandonará la lucha contra el pecado.

El Cristo resucitado llama ahora a Juan para que suba en el Espíritu para tener una nueva visión y una mirada dentro
del cielo.

“Después de esto mire, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando
conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Ap. 4:1.

El Espíritu le permite ver a través de una “puerta abierta” en la sala del trono del Todopoderoso.
Privilegio sólo concedido a unos pocos de los siervos de Dios (Miqueas, Isaías, Ezequiel, Daniel).

“Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono uno sentado”. Ap.
4:2.

El Apocalipsis nos afirma que hay un “trono […] en el cielo” exaltado sobre los demás tronos.
La palabra “trono” es clave, se la menciona 14 veces en Ap. 4 de las 47 en todo el libro.

“Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un
arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda”. Ap. 4:3.

El que esta sentado en el trono, semejante a 3 piedras preciosas: jaspe, cornalina y esmeralda. Son las mismas
piedras que llevaba el pectoral del Sumo Sacerdote (Ex. 28:17-19).

El arco iris:
Es la señal del amor de Dios que, con su justicia, salva y da esperanza. El arco iris es también “la visión de
la semejanza de la gloria de Jehová” (Ez. 1:28); es decir, de su infinita grandeza y poder.

“Así como el arco en las nubes es el resultado de la unión de la luz del sol y la lluvia, el arco que hay en el trono de
Dios representa la unión de su misericordia y su justicia”. Ed, 111.

“El arco iris que rodea el trono de Dios es el símbolo de que Dios es verdadero, que en El no hay mudanza
ni sombra de variación”. LPGM, 135.

Es una prenda “de la misericordia de Dios hacia el pecador arrepentido”. PP, 97.

“Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de
ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas”. Ap. 4:4.
Cuando Cristo murió en la cruz, “se abrieron muchos sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se
levantaron” (Mt. 27:52). Estos fueron llevados al cielo con Jesús como primicias del sacrificio del Señor (cf. Ef.
4:8).

“Al resurgir él (Jesús) triunfante de la muerte y del sepulcro, mientras la tierra se tambaleaba y los fulgores del cielo
brillaban sobre el sagrado lugar, algunos de los justos muertos, obedientes a su llamamiento, salieron de los
sepulcros como testigos de que Cristo había resucitado.

Aquellos favorecidos santos salieron glorificados. Eran santos escogidos de todas las épocas, desde la creación
hasta los días de Cristo”. PE, 183.
“Al resucitar Cristo, sacó de la tumba una multitud de cautivos. El terremoto ocurrido en ocasión de su muerte
había abierto sus tumbas, y cuando él resucitó salieron con él. Eran aquellos que habían sido colaboradores con
Dios y que, a costa de su vida, habían dado testimonio de la verdad”. DTG, 730.

Cristo como Sumo Sacerdote, en su ministerio celestial, en su obra de juicio, recibe la asistencia de seres humanos
que se desempeñan como sacerdotes, que fueron redimidos y trasladados al cielo.

Al Espíritu se lo simboliza como “los siete espíritus de Dios” (v. 5). Representan la perfección y universalidad de la
obra del Espíritu Santo.

“Y delante del trono […] y junto al trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y atrás”.
Ap. 4:6.

“El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como
de hombre, y el cuarto era semejante a un águila volando”. Ap. 4:7.

1. Interpretación de los Cuatro seres vivientes.


León: símbolo de la soberanía.
Becerro (buey): símbolo de la fuerza puesta al servicio del hombre.
Rostro humano: el símbolo más excelso del Eterno.
Águila: el poder regio.

2. Interpretación Judía.
Son los 4 principales estandartes tribales del campamento de Israel.
Judá: al este, el león; Efraín, al oeste, el buey; Rubén, al sur, el hombre; Dan, al norte, el águila (Nm. 2:3, 10, 18,
25).

3. Por los padres de la iglesia. Simbolizan a los 4 evangelistas.


a. El León con Mateo: “he aquí nuestro Rey”.
El hombre con Marcos: “he aquí el siervo”.
El buey con Lucas: “he aquí el hombre”.
d. El águila con Juan: “He aquí nuestro Dios”.

Los seres vivientes son querubines (ángeles). Se desempeñan como comandantes que transmiten a otros ángeles las
órdenes impartidas por el mismo Señor.

“Los seres vivientes representan a seres celestiales… la forma que Dios eligió para estos seres es esta representación
profética tenía el propósito de simbolizar a los mensajeros celestiales en la plenitud de su función, poder y
adaptabilidad”. 4 CB, 607.

Los ángeles como “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la
salvación” (He. 1:14). ¡Trabajan para cuidarnos y protegernos de las fuerzas del mal!

“Los serafines delante del trono están tan llenos de temor reverente al contemplar la gloria de Dios, que ni por un
instante sienten complacencia propia, o se admiran a sí mismos o unos a otros. Su alabanza y su gloria son para el
Señor de los ejércitos…

Están plenamente satisfechos en glorificar a Dios, y al gozar de su presencia y de su sonrisa de aprobación no tienen
ningún otro deseo. Su mayor ambición se realiza plenamente al llevar su imagen al servirle y adorarle”. EW, 4 CB,
1140, [en inglés] (RH, 22-12-1896).

“Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban
día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”.
Ap. 4:8.

La santidad de Dios se la puede concebir mejor como la oposición al pecado según está expresado en su ley. La
tesis básica del libro del Apocalipsis es la inalterable oposición divina al pecado. Sin esto no hay controversia.

Este canto expresa lo que Dios es en cuanto a:


1. Carácter (santo).
2. Posición (Señor Dios Todopoderoso). 3. Existencia (el
que era, el que es y el que ha de venir).

Estos tres atributos son el cimiento de:


1. La moral
2. El orden
3. La vida
El Dios de la moral, el orden y la vida es la fuente de la cual surge el universo.

“Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que esta sentado en el trono, al que
vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y
adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono”. Ap. 4:9, 10.

El canto de los seres vivientes revela los atributos que Dios posee por sí mismo. Ellos exaltan la grandeza de Dios
manifestando su santidad, su poder y su eternidad.

Actos de adoración de parte de los ancianos. Al rendir culto, los ancianos se postran delante de Dios.

Los ancianos echan sus coronas delante del trono. Este gesto espontáneo es una expresión que se manifiesta cuando
hay una relación viviente y amorosa con Aquel que es “del todo amable” (Cnt. 5:16).

La reverencia, el respeto por la santidad y el poder de Dios, es el resultado de una relación amorosa con Dios.
“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad
existen y fueron creadas”. Ap. 4:11.

“El deber de adorar a Dios estriba en la circunstancia de que él es el Creador, y que a él es a quién todos los demás
seres deben su existencia”. (cf. Sal. 96:5; Is. 40:25, 26; 45:18; Sal. 100:3; 95:6). CS, 489, 490.

LA ENTRONIZACIÓN DEL CORDERO

La Entronización del Cordero.

“El quinto capítulo del Apocalipsis debe estudiarse detenidamente. Es de la mayor importancia para los que han de
desempeñar una parte en la obra de Dios en estos últimos días”. 3 JT, 414, 415.

El libro divino en Apocalipsis 5 está sellado con 7 sellos que nadie ni en el cielo ni en la tierra es digno de abrir.
Ningún ser creado, ya sea un ángel o un santo, tiene la dignidad del Jesús exaltado.

Sólo Cristo puede dar a conocer los juicios de Dios, abriendo los sellos (Ap. 6 y 7), y por las visiones siguientes y
esclarecedoras del Apocalipsis. De esa manera Cristo le da sentido a la historia mundial. Él ha colocado a la
humanidad en dirección a una meta que Dios ha predeterminado en su sala del trono en el cielo.

“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete
sellos”. Ap. 5:1.

“Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”. Ap. 5:2.

“Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo”. Ap. 5:3.

La tarea de Cristo es abrir los sellos del libro del destino del hombre. Cristo comienza a ejecutar los secretos para el
mundo y la iglesia.

La historia humana con su juicio final se coloca en las manos del Señor resucitado. Sin Cristo, la historia del mundo
es un enigma y no tiene finalidad.

“He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David”. Ap. 5:5.
“Dichos símbolos representan la unión del poder omnipotente con el abnegado sacrificio de amor. El León de Judá,
tan terrible para los que rechazan su gracia, es el Cordero de Dios para el obediente y fiel”. HAp, 486.

Los títulos León de Judá, y Raíz de David, describen la función de Jesús como Ungido o Mesías, y señalan la gran
obra de redención que El ha realizado a favor de nosotros. Sólo El es digno de abrir el rollo y revelar su contenido
(cf. Gn. 49:9, 10; Is. 11:1, 10).

“ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos”. Ap. 5:5.

“Cristo no entregó su vida hasta que hubo cumplido la obra que había venido a hacer, y con su último aliento
exclamó: ‘Consumado es’. La batalla había sido ganada. Su diestra y su brazo santo le habían conquistado la
victoria.

Como vencedor, plantó su estandarte en las alturas eternas. ¡Qué gozo entre los ángeles! Todo el cielo se asoció al
triunfo de Cristo. Satanás, derrotado, sabía que había perdido su reino”. DTG, 706.

“Cuando Cristo exclamó en la cruz en su expirante agonía: ‘Consumado es’, un grito de triunfo resonó a través de
todos los mundos, y a través del mismo cielo. Finalmente se había decidido la gran contienda que tanto había
durado en este mundo, y Cristo era el vencedor”. PP, 56.

“en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como
inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”.
Ap. 5:6.

“El Cordero de Dios nos es descrito como hallándose en medio del trono de Dios. El es la gran provisión por medio
del cual el hombre y Dios están unidos y tienen comunión. De modo que los hombres están representados como
sentados en los lugares celestiales en Cristo Jesús. Este es el lugar designado para la reunión entre
Dios y la humanidad”. EW, 7 CB, 978 (MS, 7, 1898).

“Siete cuernos”. Representan el perfecto poder de Cristo para salvar en virtud de su sacrificio (Dt. 33:17; 2 S. 22:3).

“Siete ojos”. Simbolizan la omnisciencia de Dios o la infinita sabiduría manifestada a través de la obra del Espíritu
Santo. Nada se esconde de sus ojos. Su eterna vigilancia brinda consuelo, poder y protección a su pueblo fiel.

El Cordero de siete cuernos y de siete ojos, que lleva las marcas del sacrificio, es el Salvador todopoderoso,
plenamente sabio, que descendió a la misma tumba y liberó a los cautivos del mal. Sólo El conoce los misterios de
la redención y los puede revelar a la iglesia.

Todo el cielo estalla en alabanza cuando Dios es declarado digno de recibir el libro divino del destino. “Y
cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero”
(v. 8).

Las voces de la hueste celestial, jubilosa en alabanza litúrgica de los méritos del Cordero, ahora responde a la
pregunta de “¿Quién es digno?”.

La liturgia gira en torno de este tema en un crescendo de cuatro partes.

1. Las primeras voces son las de los 4 seres y de los 24 ancianos, que cantan: “[…] Digno eres […] porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (v. 9).

Es un cántico “nuevo” porque ahora fue entronizado el Rey legítimo. Su triunfo sobre el pecado, Satanás y la
muerte sobre la tierra es considerado en el cielo como de importancia decisiva (cf. Fil. 2:9-11).

2. Millones de ángeles se unen con su doxología de la séptuple alabanza al Cordero: “[…] El Cordero […] es digno
de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la honra, la gloria y la alabanza” (v. 12).

3. Todo el universo suma sus voces en la exaltación tanto del Padre como del Cordero:
“[…] Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los
siglos de los siglos” (v. 13).
Y unen sus voces al inmenso coro de ángeles al repetir sus últimas palabras, pero en orden inverso. El coro de
ángeles había entonado: “[…] la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” (v. 12). Las criaturas de la tierra ahora
responden: “[…] la alabanza, la honra, la gloria y el poder” (v. 13), en armonía con el coro anterior.

Aquí Cristo recibe el reconocimiento cósmico-universal de su deidad porque “toda criatura” adora a Dios y al
Cordero. Este es el objetivo final hacia el cual avanza la historia y que se cumplirá en el fin.

“El universo entero contempló el gran sacrificio hecho por el Padre y el Hijo en beneficio del hombre. Ha llegado la
hora en que Cristo ocupa el puesto a que tiene derecho, y es exaltado sobre los principados y potestades, y sobre
todo nombre que se nombra”. CS, 729.

4. Finalmente, los cuatro seres vivientes concluyen con un poderoso “Amén” (v. 14). Los ancianos se postran y
adoran, y el servicio termina en silencio. Las palabras no son suficientes. Solo el silencio puede expresar lo
inexpresable.

“A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás,
los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre más ferviente

y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán
para engrosar el potente coro de alabanza (cf. 5:13)”. CS, 737.

“La cruz de Cristo será la ciencia, y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado,
contemplarán al Cristo crucificado…

El hecho de que el Hacedor de todos los mundos, el Arbitro de todos los destinos, dejase su gloria y se humillase por
amor al hombre, despertará eternamente la admiración y la adoración del universo”. CS, 709.
LOS 7 SELLOS

Los 7 Sellos.

La visión de los siete sellos nos ofrece la historia de la iglesia desde el punto de vista de su misión entre los paganos
o sea su relación con el mundo. Proporciona un mensaje para este tiempo a medida que afrontamos los desafíos
propios de vivir en el tiempo del fin.

Los sellos de Apocalipsis 6 señalan al significado de toda la historia al colocarlos en una perspectiva del tiempo del
fin, esto es, a la luz de los destinos eternos.

Tanto la iglesia como la historia mundial reciben su significado trascendental de la soberanía y los juicios de Cristo
(cap. 5). Él coloca la historia del hombre en el contexto más amplio del conflicto espiritual entre Dios y Satanás y
sus respectivos principios de gobierno.

Cristo desea que la iglesia comprenda que los juicios venideros aún están limitados por su voluntad. Dios todavía
está en el mundo aún cuando sus hijos mueran como mártires.

Apocalipsis 5 enseña que la responsabilidad por los juicios de Dios ha sido transferida a Cristo.

Los sellos apocalípticos, y por extensión las trompetas y las plagas, todos deben entenderse como juicios
mesiánicos. El Cristo entronizado es el Señor de la historia, ya sea como León de Israel o como el Cordero de Dios
(Ap. 5:5, 6).

Esto significa que los que rechazan la sangre del Cordero tendrán que enfrentar la “ira del Cordero” (Ap. 6:16, 17).
Por la fe en Cristo los hombres pueden confiar que la era cristiana tiene significado, porque él lleva a la humanidad
hacia adelante a su destino glorioso.

En Apocalipsis 6, los sellos desarrollan la visión de la entronización de Cristo como el Cordero inmolado que
aparece en el capítulo 5.

En el Apocalipsis, Cristo envía sus jinetes apocalípticos a la tierra, con una misión del nuevo pacto (Ap. 6:2-8): a
conquistar los corazones humanos para Cristo con el arco y las flechas del evangelio, y para llevar a la humanidad a
la reflexión por medio de algunos juicios limitados como anticipaciones del castigo final de Dios por su rebelión
contra Cristo.

Los siete sellos describen los acontecimientos de la historia, comenzando con la iglesia en el primer siglo de la era
cristiana y culminando con el juicio escatológico en ocasión de la segunda venida.

Primer sello: Siglo I. Era de pureza y victoria.


“[…] he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió
venciendo, y para vencer”. Ap. 6:2.

Cristo ha sido descrito como el Señor resucitado, simbolizado por el León que había triunfado (Ap. 5:5).
Estableció su victoria por su muerte en la cruz, simbolizado por el Cordero inmolado (5:6).

Después envió a sus discípulos, con la autoridad que le fue dada, para ir a todas las naciones y hacer discípulos (Mt.
28:19). Les dio el poder del Espíritu Santo para conquistar para él, hasta los fines de la tierra (Hch. 1:8).
Continúa conquistando a través del poder del evangelio y la “espada de dos filos” de su Palabra (He. 4:12), con el
fin de ganar para su reino los corazones sinceros de hombres y mujeres hasta el fin del tiempo de prueba.

El caballo blanco del primer sello como el caballo del evangelio que ofrece a todos los hombres la justicia perfecta
de Cristo. Este jinete evangélico todavía conquista a hombres y mujeres alrededor del globo (1 Jn. 5:4, 5).

“Satanás asaltó a Cristo con sus tentaciones más violentas y sutiles; pero siempre fue rechazado. Esas batallas
fueron libradas en nuestro favor; esas victorias nos dan la posibilidad de vencer…

El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el
pecado y Satanás”. CS, 564.

Segundo sello: 100-313. Era de persecución.


“[…] otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se
matasen unos a otros; y se le dio una gran espada”. Ap. 6:4.

Los tres siguientes jinetes apocalípticos tienen autoridad para traer consigo juicios severos sobre la tierra. La
historia del cristianismo ahora ha sufrido un cambio, de la paz a la guerra.

El caballo bermejo representa el espíritu de oposición o guerra contra el pueblo de Cristo.


El caballo bermejo significa la persecución religiosa-política por causa de Cristo.

Dondequiera que se rechaza al Príncipe de paz, los resultados son lucha y violencia, no solo dentro de la iglesia sino
también en la sociedad. (cf. Mt. 10:34; Ap. 2:10, 13; Jn. 14:27; Fil. 4:7).

“Vanos fueron los esfuerzos de Satanás para destruir a la iglesia de Cristo mediante la violencia. […] ‘la sangre de
los cristianos es una semilla’”. HR, 337.

Tercer sello: 313-538. Era de la iglesia comercializada y secularizada.


“[…] un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. […] Dos libras de trigo por un
denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”. Ap. 6:5, 6.

El color “negro” del tercer caballo apocalíptico es el contrario exacto del primer caballo.
Esto sugiere que ahora se rechaza o se desconoce la justicia de Cristo. Una situación así resulta en
hambruna espiritual (Am. 8:11).

El tercer jinete anuncia una hambruna de la Palabra y el Espíritu de Dios en la iglesia posapostólica, sugiriendo que
llegará a ser débil en la verdad del evangelio, reemplazándola por un sistema de creencias doctrinales llamado
ortodoxia.

Es el período de la historia de la iglesia cuando la Iglesia y el estado se unieron y comenzaron a imponer la


ortodoxia sobre la conciencia humana. El dogma reemplazó la Palabra creando una invitación abierta para la
opresión y la intolerancia.

El grano, el vino y el aceite tiene connotaciones inconfundibles en la Biblia.


El grano simboliza la Palabra de Dios (Dt. 8:3; cf. Mt. 4:4; Jn. 6:46-51).
El aceite simboliza al Espíritu Santo (Zac. 4:1-6).
El vino simboliza la sangre de Cristo (Lc. 22:20; 1 Co. 11:25).
La iglesia ha perdido su llamado. No satisface las necesidades espirituales de sus miembros.
El pueblo no esta alimentado espiritualmente. Se descuida el estudio de la Palabra de Dios, y su
comprensión es limitada.

“No dañes el aceite ni el vino”. Señala la influencia del Espíritu Santo y la gracia de la sangre de Cristo permanecen
activas entre el pueblo de Dios, brindándole un bálsamo de alivio. Revela que Dios cuida tiernamente de su pueblo.

Cuarto sello: 538-1517. Era de la supremacía papal.


“[…] un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía…” Ap. 6:8.

El cuarto jinete concentra los resultados del trabajo de los jinetes anteriores: muerte y condenación. Representa la
situación prolongada de la iglesia medieval.

El hambre espiritual dio como resultado la muerte espiritual. El color de un pálido mortal sugiere un estado
continuado de decadencia espiritual y de un endurecimiento mayor del corazón. El resultado es la apostasía del
alma.

La iglesia se apartó tanto del amor y de la humildad de Jesús que dejó de ser la iglesia del Señor. El cristianismo
apóstata persiguió a los cristianos fieles. La muerte y el hades o sepulcro representan la sentencia divina sobre la
iglesia apóstata (Ap. 6:15-17).

Quinto sello: 1517-1755. Era de la Reforma.


“[…] vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el
testimonio que tenían.

“Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en
los que moran la tierra?

Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara
el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”. Ap. 6:9-11.

Los mártires son descritos como un sacrificio sobre un altar (Lv. 4:7). Sus almas claman a Dios por venganza al
igual que lo hizo la sangre de Abel (Gn. 4:10).

El Apocalipsis utiliza terminología de Levítico que identifica el alma con la sangre (Lv. 17:11) para expresar mejor
el carácter sacrificial de su sufrimiento.

La sangre de los mártires es derramada sobre el altar de Dios como un sacrificio y, como tal, no puede ser
desatendida por él. Se hará justicia.

La perspectiva ahora cambia, del opresor a las víctimas. Desde el punto de vista de las víctimas, solo importan dos
preguntas: ¿Por qué? y ¿Hasta cuándo?

1. El clamor es una expresión de fe.


Los mártires claman a Dios con la confianza de que escuchará sus oraciones y los vindicará.
Su sangre derramada atestigua de la violencia hecha a su pueblo, y ahora testifica en las cortes celestiales ante el
tribunal divino.

2. Es un pedido de ayuda.
Las súplicas de los mártires representa el clamor de los justos que sufren a través de toda la historia. Es un
pedido de fuerzas para soportar el conflicto (cf. Sal. 79: 1-7; Hab. 1:1-4; Dn. 8:13).

3. Es una demanda de justicia.


No es un deseo de venganza, sino un intenso deseo de que Dios se vindique a sí mismo en el universo y
concluya el gran conflicto entre el bien y el mal.

Dios da una respuesta doble:


1. Los mártires reciben vestiduras blancas, el manto de la justicia de Cristo. Su fiel testimonio transformó
la tragedia de la muerte en un triunfo que resulta en la vida eterna.
2. El Cielo dice a los mártires que descansen un poco más. Aún no ha llegado la persecución del tiempo del fin (cf.
Ap. 14:13; He. 11:39 a 12:2).

El quinto sello se abre en una escena de juicio que tiene lugar en el cielo, aunque aun no es el fin del sufrimiento.
La salvación se pospone “hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían
de ser muertos como ellos” Ap. 6:11.

Para que la salvación se haga efectiva, todos deben estar presentes, un concepto basado en el principio bíblico de la
totalidad. Dios no salva a uno sin el otro. La salvación del individuo necesariamente conlleva la salvación del
universo.

El Dios que encontramos aquí es la única respuesta al clamor de las víctimas. Dios es amor, pero su amor no es
indiferente al sufrimiento. Es un amor asociado con la justicia que interviene a favor de los oprimidos.

“Pero las crueldades perpetradas contra ellos [los discípulos de Cristo] son instigadas por Satanás y su hueste porque
no pueden obligarlos a que se sometan a su dominio. Es la ira de un enemigo vencido. Todo mártir de Jesús murió
vencedor”. PP, 63.

Sexto sello: 1755- hasta la II venida de Cristo


“he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como
sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra […].

Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.

Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se
escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a las peñas:

Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” Ap. 6:12-17.

La apertura del sexto sello revela el otro aspecto de la justicia de Dios. Es la respuesta final de Cristo al clamor de
las almas “bajo el altar” (Ap. 6:10).

Ahora, el juicio se vuelve en contra del opresor con furia atroz. Para salvar verdaderamente, Dios debe crear de
nuevo, y la creación de lo nuevo requiere la destrucción de lo viejo.

El sexto sello comienza con un estremecimiento cósmico que sacude tanto la tierra como los cielos (6:12-14).
Describe el efecto universal sobre los moradores de la tierra que no tienen refugio contra la “ira del Cordero” (vv.
15-17).

El sexto sello es la consumación de los sellos anteriores. El sexto sello no se abre con otro período de espera para
los santos muertos y vivos, sino con la llegada del día de ajuste de cuentas, el día de justicia y vindicación.

El pecado de la humanidad ha tenido repercusiones en todo el universo. Dios dirige su ira contra toda la tierra,
contra toda su gente. Desde el tiempo del fin, avanzamos hacia el fin del tiempo, en dos fases:

Primera fase afecta a la tierra: Ap. 6:12, 13.


1. Terremoto (1 noviembre de 1755).
2. Oscurecimiento del sol y de la luna (19 mayo 1780).
3. Caída de estrellas (13 noviembre 1833).

Se debe superponer la visión del sexto sello con la del quinto sello. Ambos sellos ocurren en el mismo período y
relatan los mismos eventos, pero desde una perspectiva diferente.

Segunda fase ocurre en el cielo:


“Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su
lugar” Ap. 6:14. El evento ahora abarca toda la tierra.

“Y los reyes de la tierra […] los capitanes […] todo siervo y todo libre” Ap. 6:15. La ira de Dios invade la tierra en
su totalidad. El destino del universo esta en sus manos. Su ira abarca todo y a todos.
El sexto sello nos deja la impresión de que habrá una ruina universal de toda la humanidad.
Toda la gente exclama: “¿Quién podrá sostenerse en pie?”. Ap. 6:17 (cf. Nah. 1:6; Mal. 3:2).

La contestación a esta pregunta llena de ansiedad se presenta en forma extensa en el capítulo 7.


Allí encontramos la verdadera motivación para el arrepentimiento en preparación para su venida:
necesitamos ser sellados con el sello del Dios vivo antes que se suelten los vientos finales del juicio (7:1-3).

Séptimo sello: II Venida de Cristo.


“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”. Ap. 8:1.

Los eventos desencadenados por el sello ocurren exclusivamente en el cielo. Describe un momento muy corto, y
nos encontramos en silencio, en total silencio. (cf. Hab. 2:20; Zac. 2:13; Sof. 1:7).

El silencio surge inmediatamente después de la venida de Cristo (Ap. 6:12-17) y representa la paz, el regocijo de la
hueste celestial y de los salvados luego del veredicto del tribunal celestial.

La apertura del séptimo sello revela el contenido del libro (Ap. 5:5, 9). La segunda venida es la ocasión en que Dios
hará conocer el destino de cada vida humana.

El regreso se Jesús llega a ser así el día de liberación para algunos, pero también un momento de terror para otros.
Trae salvación y juicio simultáneamente.

Y en este sentido podemos ver la segunda venida como la respuesta de Dios a las oraciones de su pueblo. La
oración final del Apocalipsis testifica de ese hecho: “Amén; sí, ven, Señor Jesús”. Ap. 22:20.

“Todos juntos entramos en la nube, y en siete días ascendimos al mar de vidrio. Jesús trajo las coronas, y con su
diestra las colocó en nuestras frentes”. 1 T, 60, 61.

EL SELLO DE DIOS

El Sello de Dios.

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de
la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”. Ap. 7:1.

Vientos: Jer. 25:31-34; 51:1, 2, 11. Simboliza guerra o lucha y conmoción.

“Juan ve los elemento de la naturaleza -terremotos, tempestades y lucha política- representados como siendo
retenidos por cuatro ángeles. Estos vientos están bajo control hasta que Dios ordena soltarlos. Ahí esta la seguridad
de la iglesia de Dios.

“¡Oh, cuán pocos conocen el tiempo de su visitación! ¡Cuán pocos aun entre los que aseveran creer la verdad
presente, comprenden las señales de los tiempos, o lo que hemos de experimentar antes del fin!

Somos el objeto de la tolerancia de Dios; ¿pero cuánto tiempo continuarán los ángeles de Dios reteniendo los
vientos para que no soplen?”. 3 JT, 59.

“Todo el mundo esta en un estado de conmoción… Pero aunque las naciones están alistando sus fuerzas para la
guerra y el derramamiento de sangre, todavía está en vigor la orden dada a los ángeles de retener los cuatro vientos
hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes”. EW, 7 CB, 968.

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo, y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar”. Ap. 7:2.

“diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los
siervos de nuestro Dios”. Ap. 7:3.

¿Qué es el sello de Dios? Se denomina “sello” a dos cosas:


1. El instrumento que se usa para estampar una marca.
2. La marca propiamente dicha.

El instrumento para sellar es: La ley de Dios, en su sentido amplio. El sábado, en su sentido más específico.

El sábado o 4to mandamiento es el que lleva la inscripción del nombre y el título de la autoridad que representa.

Nombre: Jehová Dios


Título: Creador
Dominio: Cielos y tierra
Ex. 20:8-11.

“El cuarto mandamiento es; entre todos los diez, el único que contiene tanto el nombre como el título del Legislador.
Es el único que establece por autoridad de quién se dio la ley. Así, contiene el sello de Dios, puesto en su ley como
prueba de su autenticidad y de su vigencia”. PP, 315.

2. La marca propiamente dicha.


Es el resultado de aplicar el instrumento sobre un documento. Es un carácter semejante al de Cristo, la
perfección divina reflejada en la vida del Hijo de Dios.

El Sellamiento.
Es el “establecimiento” definitivo de un ser humano en la verdad, la fijación permanente de los principios
de la ley en su vida.

“Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente -no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino
un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles-
…”. EW, MS, 173 (4 CB, 1183).

“¿Qué es este sello del Dios vivo, que se coloca en la frente de sus hijos? Es una señal que los ángeles pueden leer
pero no los ojos humanos; pues el ángel destructor sigue a este ángel”. EW, Carta 126, 1898 (4 CB, 1183).

“La señal o sello de Dios se revela en la observancia del séptimo día, monumento recordativo de la creación por el
Señor. Ex. 31:12, 13. En este pasaje el sábado se designa claramente como señal entre Dios y su pueblo”. 3 JT,
232.

Tiempo y duración.
“El tiempo del sellamiento es muy corto, y pronto terminará”. PE, 58.
Este proceso comienza para cada cristiano el día de su conversión y finaliza cuando termina para él el
tiempo de gracia, bien sea en ocasión de su muerte o al fin del juicio investigador.

Condiciones.
1. Será puesta sobre los que guardan los mandamientos de Dios, reverencian su ley y rechazan la marca de la bestia
y su imagen (2 JT, 151).
2. Deben de hallarse sin macha delante de Dios (2 JT, 71).

3. Deben reflejar plenamente la imagen de Jesús (PE, 71).


4. Serán sellados aquellos que están ahora afligiendo sus almas, confesando sus pecados y suplicando
fervientemente el perdón por Jesús su Abogado (2 JT, 175).

5. Para recibir el sello del Dios vivo, tendrán que saber lo que es sufrir por amor de Cristo, tendrán que soportar
pruebas duras y amargas, a fin de ser purificados y preparados mediante el sufrimiento (PE, 67).
6. Tienen que vencer al mundo, la carne y el diablo (TM, 452).

Objetivos del sellamiento.


1. Fija en la vida los principios de la ley de Dios.
2. Hace que los sellados sean fieles en la observancia del sábado en medio de la apostasía y la más fiera
persecución.

3. Los prepara para pasar incólumes por el tiempo de angustia -mientras se hallen sin Mediador- manteniéndose a
cubierto del pecado.
4. Los preserva de la destrucción final.
LA DOCTRINA DEL SÁBADO

1. La doctrina del Sábado.

2. Los Adventistas del Séptimo Día creen que...


“El benéfico Creador, después de los seis días de la creación, reposó en el séptimo día e instituyó el sábado para toda
la humanidad como un memorial de la creación.

3. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia de este séptimo día sábado como el
día de reposo, adoración y ministerio en armonía con la enseñanza y la practica de Jesús, el Señor del sábado.

4. El sábado es un día de deleitosa comunión con Dios y nuestros semejantes. Es un símbolo de nuestra redención
en Cristo, una señal de nuestra santificación, una muestra de nuestra fidelidad, y una anticipación de nuestro futuro
eterno en el reino de Dios.

5. El sábado es la señal perpetua que Dios ha dejado acerca de su pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa
observancia de este sagrado tiempo, de tarde a tarde, de puesta de sol a puesta de sol, constituye una celebración de
la actividad creadora y redentora de Dios”. Manual de Iglesia, 14, 15.

6. 3 actos divinos distintos establecen el sábado. Gn. 2:1-3.


1. Dios cesó y reposo. Espera que los seres humanos descansen, y además nos dio ejemplo.

7. 2. Dios lo bendijo. Es el objeto especial del favor divino y un día que traería bendición a sus criaturas.
3. Dios lo santificó. Lo apartó con el elevado propósito de enriquecer la relación divino-humana.
8. Principales Conmemoraciones.
Cristo ha establecido que los creyentes observen estas conmemoraciones principales:
El sábado como conmemoración de su poder y obra creadora y redentora.

9. 2. El bautismo como conmemoración de su sepultura y resurrección.


3. La Cena del Señor como conmemoración de su sacrificio al morir por nuestros pecados.

10. El Significado del Sábado.


Un monumento perpetuo de la creación. Ex. 20:11. El objetivo del sábado es recordar al Creador, el Dios vivo y
verdadero. Cristo lo ha instituido como una señal por la cual lo honramos y adoramos como nuestro Creador y
Salvador (Ex. 31:17).

Un símbolo de redención. Dt. 5:15. La santificación es una obra de redención. Al igual que la creación, la
redención requiere del poder re-creadora de Dios (Sal. 51:10). Debe ser guardado por toda alma salvada como un
monumento conmemorativo de la liberación de la esclavitud del pecado por el magno poder de Dios mediante
Cristo.

Una señal de santificación. Ex. 31:13. El sábado es una señal del poder transformador de Dios, un signo de
santidad o santificación. Aprendemos a no depender de nuestros propios recursos, sino del de Dios que nos
santifica.

Una señal de lealtad. Ap. 14:12. Cada ser humano será probada su lealtad a Dios por el mandamiento relativo al
sábado.
Un tiempo para la comunión. (Descanso personal y culto público) Lv. 23:3. El sábado es nuestra oportunidad para
experimentar la presencia de Dios. Es la presencia personal de Dios lo que coloca en el sábado la bendición y la
santificación de Dios (Is. 66:22, 23).

Una señal de justificación por la fe. El acto de guardar el sábado revela que hemos cesado de depender de nuestras
propias obras, y que nos damos cuenta de que únicamente Cristo el Creador nos puede salvar. Se observa el sábado
como resultado de nuestra relación con Cristo, el Creador y Redentor.

Un símbolo de reposo en Cristo. He. 4:9. El sábado es una señal de liberación del pecado y de la entrada al reposo
de Dios, lo cual aparta del mundo a los redimidos

17. La Motivación Correcta. Sal. 40:8.


El sábado es una experiencia espiritual. Es bueno obedecer a Dios en reconocimiento de nuestra obligación; pero es
mejor tener el amor de Dios en nuestro corazón hasta el punto que obedecemos porque realmente deseamos hacerlo.

18. La verdadera observancia del sábado es una prenda de amor mutuo entre nuestro mejor Amigo y nosotros. 1
Jn. 5:3; Jn. 14:24, 15; 15:10.

19. Toda alma que ama a Jesús debiera amar al sábado y guardarlo, porque es una doble señal de su amor: como
Creador y Redentor. Cuando una persona responde al amor de Cristo obedeciéndole y guardando su sábado, éste
llega a ser un vínculo de amor entre el creyente y su Señor.

20. El centro de la verdad del sábado es Cristo nuestro Creador y Redentor. Mt. 12:8; Mr. 2:28.
Toda alma que recibe a Cristo como Señor y Salvador también recibe el séptimo día como día de reposo, como señal
de que él es su Creador y Salvador. Ez. 20:12.

21. “La señal de obediencia es la observancia del sábado del cuarto mandamiento. Si los hombres guardan el
cuarto mandamiento, guardarán todos los demás” EW, 7 CB, 981.

22. “Si el sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían
dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idolatra, un ateo, o un
incrédulo. La observancia del sábado es señal de lealtad al verdadero Dios, ‘que hizo el cielo y la tierra, y el mar y
las fuentes de aguas’ Ap. 14:7”. CS, 491.

23. “La observancia del sábado entraña grandes bendiciones, y Dios desea que el sábado sea para nosotros un día de
gozo... Es la señal que ahora distingue al pueblo de Dios cuando sale del mundo para entrar en el reposo celestial”.
3 JT, 16.

24. “El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta
piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que
sirven a Dios y los que no le sirven”. CS, 663.

25. “La cuestión del sábado será el punto culminante del gran conflicto en el cual el mundo tomará parte”. 3 JT,
19.

26. “Satanás dice...: ‘el sábado de Dios será objeto especial de desprecio. ¿Una señal? Yo haré que la observancia
del séptimo día sea una señal de deslealtad hacia las autoridades de la tierra. Las leyes humanas se volverán tan
estrictas que hombres y mujeres no se atreverán a observar el séptimo día como día de reposo. Por temor a que les
falte el alimento y el vestido, se unirán al mundo en la transgresión de la ley de Dios. La tierra quedará
completamente bajo mi dominio’”. PR, 136, 137.

27. En relación con los movimientos de los últimos días leemos que “el pueblo de Dios... encontrará su poder en la
señal pronunciada en Éxodo 31: 12-18”. 2 MS, 63.

CRISTO, NUESTRO ÚNICO REPOSO

Cristo, nuestro único reposo.

El pecado se originó en el intento de cambiar la ley y en la disputa por la supremacía de Cristo (cf. Is.
14:12-15; Ez. 28:13-15).

“Reunidos en el concilio celestial, los ángeles rogaron a Lucifer que desistiese de su intento.
El Hijo de Dios presentó ante él la grandeza, la bondad y la justicia del Creador, y también la naturaleza sagrada e
inmutable de su ley”. PP, 14.

¿Cuál fue su respuesta?


“Mientras fomentaba secretamente el desacuerdo y la rebelión, con pericia consumada aparentaba que su único fin
era promover la lealtad y preservar la armonía y la paz”. PP, 17.

El plan maestro de Satanás.


Satanás astutamente reviste de piedad o religiosidad cristiana su ataque a Cristo.
El Señor lo colocó en el más alto lugar de honor entre los seres creados. Era el querubín cubridor delante del trono
(Ez. 28:14).

Sin embargo, Lucifer, luego Satanás. Se lanzó a un camino que conduciría inexorablemente al Calvario. Satanás
mataría al que le había dado la vida.

Durante la era cristiana, continuaría con sus ataques contra el sábado, que recuerda a los seres humanos a su Creador
(Ex. 20:11). La rebelión de Satanás estaba centrada contra Cristo. El Calvario y el domingo revelan su odio contra
él.

El domingo, que pisotea el sábado, es una creación de Satanás, no un día para honrar la resurrección de Cristo. Este
día honra el intento de Satanás de cambiar la ley antes de honrar la resurrección de Cristo. La observancia dominical
es el mandamiento de Satanás para reemplazar el mandamiento del Señor (Dt. 5:22).

Cambio predicho del sábado.


La Biblia profetizó que un poder que hablaría contra Dios y oprimiría a sus santos trataría de cambiar los tiempos y
la ley (Dn. 7:25).

El único tiempo claramente mencionado en la ley es el sábado o séptimo día. Por lo tanto, resulta evidente que el
cambio del sábado al domingo es simple y llanamente un atentado de la a sí misma llamada iglesia cristiana contra
la ley de Dios.

El cambio del sábado admitido.


“La “obligación dominical” como “precepto de la Iglesia”.
“La Eucaristía dominical es el fundamento y la confirmación de toda práctica cristiana… Los que deliberadamente
fallan en esta obligación cometen un pecado grave”. Catechism of the Catholic Church, sección # 2180 y # 2181,
524, 525.

“Pregunta: ¿Cuál es el día de descanso [Sabbath]? Respuesta: El sábado es el día de descanso.


Pregunta: ¿Por qué observamos el domingo en lugar del sábado? Observamos el domingo en lugar del sábado
porque la Iglesia católica ha transferido la solemnidad del sábado al domingo”. Peter Geiermann, The Convert’s
Catechism of Catholic Doctrine, 50.

El nombre de Cristo en el sábado.


“El Hijo del Hombre es Señor del sábado” (Lc. 6:5).
“Más el séptimo día es sábado” (Ex. 20:10, Bover Cantera).

Un ataque contra el sábado es un ataque contra Cristo. Es también un ataque contra todo lo que representa el sábado.
Este día es un recordativo de la creación de Cristo (v. 8), su liberación (Dt. 5:15) y su relación con sus seguidores
(Ez. 20:12).

Establecer un sustituto del sábado (por el domingo) es la obra de un suplantador de Cristo (Satanás). Esta es la
cuestión de fondo. Satanás odia a Jesús y quiere derribarlo y tergiversar su gobierno.

Parte de su estrategia es promover el domingo como si fuera una piadosa institución cristiana.
Al fin, él irá tan lejos que intentará simular la segunda venida a fin de promover el carácter sagrado del domingo.
Esta será el ataque final contra Cristo y su día.

Doctrinas de hombres.
Los escribas y fariseos, aunque no alteraron el día de adoración, hicieron del sábado un día de observancia fatigosa y
tediosa. Toda alteración de la verdad se opone a Cristo.

“En vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”. Mt. 15:9, NRV, 1990.

El sábado revelado en todas las Escrituras.

Cristo descansó en sábado.


Todo el universo fue creado por el Padre mediante el Hijo (Jn. 1:3; Col. 1:16; He. 1:2). El Creador descansó de su
obra y “bendijo al día séptimo, y lo santificó” (Gn. 2:2).
En toda la Escritura se proclama la santidad del sábado y no hay ningún pasaje que autorice la transferencia de su
santidad a cualquier otro día.

El sábado de la creación fue el primer día pleno que vivieron Adán y Eva. Ese día fue
establecido para celebrar la culminación de la obra creadora de Cristo. Es un día completamente cristiano, de
principio a fin.

El cuarto mandamiento.
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”, absteniéndose de toda la obra común que se hace en los otros seis
días, “porque en seis días” Cristo creó todas las cosas, descansó el sábado y lo santificó (Ex. 20:8-11).

La exhortación “acuérdate” sugiere que fue observado antes que se diese en forma escrita en tablas de piedra
entregadas en el Sinaí (cf. Ex. 16:4, 5).

La 2da proclamación de la ley.


“Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto, y que el Eterno tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido.
Por eso el Señor tu Dios te ha mandado que guardes el sábado”. Dt. 5:15, NRV.

El sábado conmemora la finalización de la obra creadora de Cristo. Ahora celebra la finalización de su obra
liberadora. Ambas experiencias son igualmente un regalo suyo.

El sábado como señal. “Les di también mis días de reposo [mis sábados] para que fuesen por señal entre mí y ellos,
para que supiesen que yo soy Jehová que los santificó”. Ez. 20:12.
Dios quiso que el sábado celebrara la obra de santificación que él cumplió.
Santificación quiere decir “poner algo aparte, separar algo como cosa santa”.

Así como el sábado esta apartado de los otros seis días, los guardadores del sábado de Dios son apartados del
mundo. Cristo hizo santo el sábado. De la misma manera hace santos [separados del mundo] a sus hijos fieles.

Cristo y el sábado.
Cristo empezó su ministerio en sábado (Lc. 4:16). Proclamó su misión de dar libertad a los oprimidos, liberar a los
prisioneros y anunciar el año agradable del Señor (Lc. 4:18, 19; cf. Is. 61:1, 2), y observó: “Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros” (Lc. 4:21).

1. Cristo guardó el sábado.


Cristo observó el sábado como parte de la semana de la creación (Gn. 2:3), y lo hizo durante toda su vida en la tierra
(cf. Mr. 10:1; Lc. 4:16). Guardó el sábado por ser parte de los Diez Mandamientos. En esto, él es un ejemplo para
todos los seres humanos.

2. El sábado fue dado para toda la humanidad.


“El día de reposo [el sábado] fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo [sábado]”
(Mr. 2:27).

No dijo que el sábado fue hecho exclusivamente para el pueblo judío, sino para el hombre o para la humanidad.
Rechazó claramente confinar el sábado a las opiniones de pensadores humanos. Los colocó dentro de su contexto
global.

3. La misión de Cristo es liberar a los cautivos.


Cristo identificó su misión con la esencia del sábado. Debía dar reposo a los enfermos de pecado, a los cansados.
Debía liberarlos conectándolos consigo mismo.

A menudo y deliberadamente escogió el sábado para realizar sus curaciones milagrosas (Lc. 4:31-
40; 13:10-17; Mt. 12:9-21; Jn. 5:1-18; 9:1-41). Para que la liberación física pudiera darles una comprensión objetiva
de lo que significaba la liberación espiritual.

4. La crucifixión y el sábado.
El sábado conmemora la finalización de la obra de la creación, la obra de liberación cumplida con el cruce del Mar
Rojo, y la obra de liberación consumada en la cruz.

Si el primer sábado fue una celebración de la pareja, el sábado del éxodo fue la fiesta de una nación, y el sábado de
la crucifixión fue la celebración de todo el universo.
El viernes de la creación y el viernes de la crucifixión son el fin de un proceso: el fin de la creación y el fin del
sacrificio de Cristo para pagar el costo del pecado humano. Cuando clamó en la cruz: “Consumado es” (Jn. 19:30),
la deuda había sido cancelada en su totalidad.

Ambos viernes fueron también un comienzo para la humanidad. Fue en el viernes de la creación cuando la
humanidad tuvo un Adán (Gn. 1:26, 27). Y fue en el viernes de la crucifixión cuando la humanidad tuvo un nuevo
Adán (cf. Ro. 5:15-19; 1 Co. 15:45-49).

La perpetuidad del sábado.


El significado secundario de Hebreos 4 es que todavía queda un sábado de reposo (katápausis) para el pueblo de
Dios (vv.4, 5), y Hebreos fue escrito alrededor del año 70 d.C., casi cuarenta años después de la crucifixión y
resurrección de Cristo.
Hebreos 4 niega la posibilidad de traspasar o cambiar el sábado.
Hebreos 4 establece el vinculo del Cristo del sábado con toda la humanidad.

En el Concilio de Jerusalén (Hch. 15:1-29), si Dios hubiera querido cambiar el sábado, este concilio hubiera sido el
adecuado para hacer conocer esa voluntad. El silencio es elocuencia.

Cristo había dado muchas instrucciones durante su ministerio, pero nunca, ni una sola vez, habló de cambiar el
sábado. Si hemos de ser juzgados por la ley de Dios, el sábado está todavía en vigencia (Stg. 2:10-12).

¡No debe sorprendernos, entonces, que el sábado siga vigente y lo seguirá por siempre, de acuerdo con el profeta
Isaías (Is. 66:22, 23)!

¿Cómo prepararnos para la promulgación de las leyes dominicales?

Satanás vendrá simulando ser el Mesías para promover la causa del domingo. Esto será su intriga maestra, su
máximo engaño. Sólo unos pocos permanecerán firmes contra un mundo que se va “en pos de la bestia” (Ap. 13:3).
¿Cómo será posible estar entre esos pocos?

Para salir airosos en la prueba del sábado, necesitamos experimentar el reposo del sábado.

La prueba del sábado va más allá de los datos matemáticos o cronológicos. Trasciende la cuestión de cuál es el
séptimo día de la semana. Va a la esencia del sábado mismo. El sábado enseña “la distinción existente entre el
Creador y sus criaturas”. CS, 491. Esto es precisamente lo que Satanás ha rechazado reconocer desde la iniciación
de la rebelión.

En el tiempo del fin Satanás buscará reemplazar al Creador, simulando ser la personificación de Cristo en su venida
para promover la causa del domingo. Esta es la razón por la cual la observancia del sábado es más que guardar un
solo día: es una experiencia que compromete toda la vida.

Los creyentes guardan el sábado de Cristo, y así pueden reposar en él. Ellos experimentan el reposo sabático en un
Creador que puede preservarlos hasta el fin.

Necesidad de reposar en Cristo.


Cristo vino a liberar a los cautivos en su día. Del mismo modo, él anhela liberar a los oprimidos en nuestro tiempo.
Muchos tienen miedo y aun espanto acerca de los acontecimientos venideros.

“Acérquense a mí todos los que están rendidos y abrumados, que yo les daré reposo. Carguen con mi yugo y
aprendan de mí, que soy sencillo y humilde: encontrarán su respiro, pues mi yugo es soportable y su carga ligera”.
Mt. 11:28-30, NBE.

Podemos reposar en él como nuestro Creador y Redentor.


Salmo 91 habla de este reposo durante los acontecimientos finales en el planeta Tierra.

“Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Todopoderoso, di al Señor:
‘Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti’. El te librará de la red del cazador, de la peste funesta;

te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás, su brazo es escudo y armadura: no
temerás el espanto nocturno ni flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en tinieblas, ni la epidemia que
devasta a mediodía; caerán a tu lado mil, diez mil a tu derecha, a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos, verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo
por defensa. No se te acercará la desgracia ni la plaga llegará hasta tu tienda”. Sal. 91:1-10, NBE.

La observancia del sábado está siendo guardada por Cristo.


Nosotros reposaremos realmente en Cristo sólo cuando nos demos cuenta cabal de la distinción que hay entre el
Creador y las criaturas y cuando descubramos que en nosotros no hay nada que nos recomiende ante él para merecer
el cielo.

Encontrar el verdadero descanso en Cristo es el corazón del evangelio.


Estas son las buenas nuevas: sólo en él está nuestro título y nuestra idoneidad para el cielo (cf.
DTG, 267).

Aun cuando hagamos bien todas las cosas, seguimos, siendo siervos inútiles (Lc. 17:10). No podemos confiar en
nuestras obras, en nuestra posición ni aun en nuestros títulos. Tenemos que llegar a ser como niños (Mt. 18:3) que
confían sólo en Cristo.

La observancia del sábado es más que simplemente guardar un día, es permitir ser guardados por Cristo en aquel
día. Es un día que nos recuerda que él significa todo para nosotros. Es un día cuando encontramos sólo en él
nuestra idoneidad. Ese día nos dice que él nos hizo y nos redimió. Le importamos supremamente a Dios.

Distinción entre los salvados y los perdidos.


La diferencia crucial entre los salvados y los perdidos es esta comprensión y aceptación de que hay diferencia entre
Cristo y ellos. Los salvados experimentarán esta distinción descansando en él. Esto es lo que logran mediante el
éxodo final durante los acontecimientos finales.

Esta es la esencia del sábado. Estos son los que reposan únicamente en Cristo, y durante la eternidad le alabarán a él
y cantarán acerca de su experiencia en el tiempo del fin (Ap. 14:3). Desde esta perspectiva necesitan considerar los
eventos finales, porque en Cristo tendrán un sábado de reposo, un tiempo de liberación que cantarán por toda la
eternidad.

La entrada al cielo es un don.


La vida nos viene como un don. Igualmente, la vida en el mundo venidero es un regalo, puede ser aceptada o
rechazada.

La santificación es una obra que sólo Cristo puede hacer. Sólo el Creador puede realizar la recreación.
Debemos recordar la distinción entre el Creador y las criaturas, la cual es la esencia del sábado.

A menudo el pueblo de Dios olvida y actúa como si no existiera el don de Dios. Mediante su vida, su muerte y su
presente ministerio sacerdotal, Cristo ha hecho por los redimidos lo que ellos no podrían lograr por sí mismos:
recrearlos y redimirlos.

La verdadera observancia del sábado significa descanso en la doble obra terminada de Cristo.

LOS 144.000 MIL

Los 144.000 mil.

“Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel”. Ap.
7:4.

Literal o simbólico.

Las 12 Tribus de Israel.


Judá, Rubén, Gad, Aser, Neftalí, Manasés, Simeón, Leví, Isacar, Zabulón, José y Benjamín.
Por causa del pecado de sus vidas, Dan y Efraín no están incluidos en la lista de las tribus en las que se dividirán los
144.000.

Características de las 12 Tribus.


S. N. Haskell asume la postura de que cada persona que compone los 144.000 mil será asignada a la tribu que mejor
refleja su carácter y experiencia. The Cross and its Shadow (La cruz y su sombra).

Judá.
La gente de esta tribu es aquella reconocida como líder de confianza en tiempos de perplejidad.

Rubén.
Las personas incluidas en esta tribu han sido “inestables como el agua”, sin poder en ellos mismos para hacer alguna
cosa buena. Pero escudriñan fervientemente sus corazones para descubrir sus propias debilidades y, por la gracia de
Dios, estas debilidades son transformadas en fortaleza.

Gad.
Estos se levantan de sus derrotas y reincidencias, reconocen sus transgresiones, reclaman las promesas de Dios,
lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero, y entran como triunfadores en la ciudad de Dios.

Aser.
Estos están tan llenos del Espíritu Santo que permiten que Él suavice las asperezas de sus vidas. Tienen
palabras de consuelo y aliento para animar a otros.

Neftalí.
Estos hablan “palabras agradables”. En tiempos y lugares difíciles permanecen sin temor en sus puestos de
trabajo, listos para sacrificar sus vidas antes de transar con los enemigos de la causa de Dios.

Manasés.
Estos aman la paz y se regocijan en el hecho de que han sido librados del mal. Se gozan continuamente en
lo espiritual.

Simeón.
Este hijo de Jacob era belicoso, y llegó a cometer un asesinato. Sin embargo, confesó sus pecados y fue
perdonado. Los salvados de su tribu podrían caracterizarse por grandes pecados que han sido perdonados.

Leví.
Cuando Israel enfrentó la prueba en el Sinaí, esta tribu la paso victoriosamente. Quienes se cuenten entre
los de la tribu de Leví se caracterizaran por permanecer fieles a la causa de Dios mientras otros vacilen y se
tambaleen.

Isacar.
Las características de esta tribu son el sacrificio propio y la disposición para llevar cargas. Son pilares en la
causa de Dios porque llevan bien las responsabilidades. Son estables y confiables, no impulsivos.

Zabulón.
Cuando los enemigos del Señor sean numerosos y agresivos, este grupo se expondrá al reproche y a la
muerte. Algunos de ellos, como el Zabulón de la antigüedad, “sostendrán la pluma del escritor”, y ejercerán una
vasta influencia, trayendo victoria a la causa de Dios.

José.
La gente de esta tribu se caracteriza por su integridad. Nunca fallan en su lealtad a Dios y están
profundamente entregados a hacer su voluntad.

Benjamín.
Pablo fue un clásico benjamita, celoso y dedicado. Los que forman parte de esta tribu habrán hecho todo lo
posible para esparcir el Evangelio.

¿Por qué es simbólico?


La mención de los 144.000 esta contenida en una profecía claramente simbólica. Apocalipsis 7 utiliza
símbolos como los “4 ángeles”, “4 vientos”, el “oriente”, y el sello en las frentes de los miembros del pueblo del
Señor.
Las 12 tribus de Israel no existen en la actualidad. Se las menciona porque en su totalidad tipifican al pueblo de
Dios, incluyendo a los judíos y los gentiles.

Cuando Juan habla de los 144.000 en el marco de las 12 tribus de Israel tiene presente a los cristianos que viven en
el tiempo del fin. Los que están en Cristo, conforman el nuevo Israel (Sant. 1:1; Ro. 2:28, 29; 9:6, 7; Gá. 3:29).

Características de los 144.00 mil.

1. Están totalmente entregados a Cristo. Ap. 14:1; Gá. 2:20.

2. Se esfuerzan al máximo para revelar su carácter. Ap. 14:5; Fil. 3:13, 14.

3. Han alcanzado la victoria. Ap. 14:3; 2 Ti. 4:7, 8.

“Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para estar entre los 144.000”. EW, 7 CB, 970.

“Debe, pues entenderse que esos israelitas, así sellados pertenecen al Israel espiritual, la iglesia cristiana (cf. Ro.
2:28, 29; 9:6, 7; Ga. 3:28, 29; 6:16; cf. Gá. 4:28; 1 P. 1:1).

“El Israel espiritual, en el simbolismo bíblico, esta representado como dividido en doce tribus, porque las doce
puertas de la Nueva Jerusalén tienen grabados los nombres de las doce tribus de Israel”. EW, 7 CB, 970 (Ap. 7:4).

“Este fue el tiempo de angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron con angustia de ánimo, y fueron
libertados por la voz de Dios. Los 144.000 mil triunfaron”. 1 TS, 99.

“Estos son los que salen de la gran tribulación: han pasado por el tiempo de angustia cual nunca ha sido desde que
hubo nación, han sentido la angustia del tiempo de la aflicción de Jacob

han estado sin intercesor a través del último despliegue de los juicios de Dios… han visto la tierra asolada con
hambre y pestilencia, al sol que tenía poder para quemar a los hombres con su intenso calor y ellos mismos han
soportado sufrimientos, hambres, sed”. CS, 707, 708.

“Cuando los hombres acepten esta teoría y aquella teoría, cuando tengan curiosidad por saber algo que no les es
necesario conocer, no están siendo guiados por Dios.

No es el plan divino que sus hijos presenten algo que no es más que suposiciones, que no está enseñado en la
Palabra.

No es la voluntad de Dios que entren en controversia acerca de cuestiones que no los ayudarán espiritualmente, tales
como: ¿quiénes van a formar parte del grupo de los 144.000? Esto lo sabrán sin sombra de duda dentro de poco los
elegidos de Dios”. EW, 7 CB, 978.

LAS 7 TROMPETAS

Las 7 Trompetas.

“Se avecina la trompeta de la ira de Dios, y únicamente permanecerán firmes los que han sido santificados mediante
la verdad en el amor de Dios”. TM, 182.

En Apocalipsis 8:2-6, Juan presenta una visión preliminar en la que muestra el origen y el propósito de las 7
trompetas. Describe el ministerio intercesor de Cristo y su terminación.

Juan ve en Apocalipsis 8 a un ángel que tenía “un incensario de oro”, parado ante el altar, “y se le dio mucho
incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono” (8:3).
La visión se refiere al continuo ministerio intercesor de Cristo en el cielo, porque recuerda la ofrenda diaria de
incienso en el servicio del santuario israelita (Ex. 30:1, 7, 8).

El principal tema de esta visión preliminar de las trompetas es la seguridad de que Cristo oye las oraciones
suplicantes de su pueblo oprimido como se declara directamente en Hebreos 4:14-16.

“El incienso que ascendía con las oraciones de Israel, representa los méritos y la intercesión de Cristo, su perfecta
justicia, la cual por medio de la fe es acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer el culto de los seres
humanos aceptable a Dios”. PP, 366.

“Y el ángel tomo el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y
relámpagos, y un terremoto” (8:5).
“Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, truenos,
un terremoto y grande granizo (11:19).

En su acto final, el ángel usa el incensario no ya para la intercesión sino para el juicio: fuego sin incienso. Esto
indica que las oraciones de los santos (Ap. 6:9-11) serán contestadas por medio de los juicios sobre la tierra,
seguidos por la aparición del Juez de toda la tierra.

“Un ángel con tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su
encargo, quedando sellados y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el
arca de los diez mandamientos, dejo caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: ‘Consumado es’”.
PE, 279, 280.

La serie de las Trompetas no anuncia meramente la ira final de Dios (ésta llega sólo bajo la séptima trompeta), sino
también la secuencia de juicios restringidos. Estos juicios parciales de las 6 primeras trompetas son juicios de
amonestación preliminares.

Amonestan al mundo en cuanto a las plagas postreras que vendrán y la ira de Dios sin mezcla de misericordia a la
conclusión del Día de la Expiación, cuando nadie puede entrar en el templo del cielo (Ap. 15:1, 5-8).

“Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se
hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles” (15:8).

“Cuando él (Cristo) abandone el santuario, las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra… Desamparados ya
de la gracia divina, están a merced de Satanás… El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la
que cayó antiguamente sobre Jerusalén”. CS, 671, 672.

El mundo del AT empleaba trompetas para diversos propósitos, uno de los cuales era tocar alarma en tiempo de
guerra santa y de Juicio. El sonar de las trompetas puede representar tres cosas:

1. Un mensaje de advertencia de Dios al mundo.


En la visión de las 7 trompetas, los desastres revelan la ira de Dios contra los enemigos de su iglesia y sus malignos
ataques y rebelión blasfema. Constituyen una divina advertencia de que el tiempo para el arrepentimiento se
termina rápidamente.

2. Un llamamiento de Dios a la iglesia.


Las trompetas no sólo advierten a los pecadores del peligro inminente sino también llama al pueblo de Dios
a prepararse para la guerra en la fase final del gran conflicto entre el bien y el mal.

3. El anuncio divino de su venida.


En el tiempo de la segunda venida, Cristo enviará a sus ángeles con el sonido de las trompetas, y ellos
reunirán a los redimidos de un extremo del cielo al otro (Mt. 24:31; 1 Ts. 4:16).

La destrucción es terrible pero limitada. Ya que el juicio de Dios no es todavía el final.


El no quiere ser retributivo, sino que guié a los seres humanos al arrepentimiento.

En la profecía, las trompetas celestiales señalan sucesivamente el comienzo de siete acontecimientos específicos de
destrucción sobre la tierra. No son las causantes de los sucesos, sino que controlan los mismos para que cada uno de
ellos no tenga lugar hasta que se dé la señal correspondiente.
La visión del Apocalipsis nos advierte acerca del Juicio venidero, pero también nos asegura la respuesta de Dios.
Es un llamado al arrepentimiento, una súplica para volverse a Dios.

Aunque el gran día del Juicio ocurrirá al fin del tiempo, tiene consecuencias para nuestra vida diaria incluso ahora.

Bajo el símbolo de las primeras cuatro trompetas vemos descriptas las principales invasiones que llevaron al colapso
del gobierno romano en el sector occidental.

Las siguientes dos trompetas (4ta y 5ta) conocidas como las trompetas de los “ayes” se aplican a las fuerzas
principales que se conjugaron para derribar al sector oriental del imperio romano.

La 5ta y 6ta trompetas, predecían la devastación ocasionada por las fuerzas opositoras al cristianismo en la Edad
Media y en la época moderna.

Estas fuerzas pueden ser vistas como un tipo de analogía de las agencias satánicas que afligirán a los profesos
seguidores de Cristo antes de la segunda venida de Cristo.

La última trompeta, la séptima, y último “ay”, señala la destrucción de todos los poderes terrenales y el
establecimiento del eterno y pacífico reino de Dios.

En cada grupo, los juicios divinos llegan a ser cada vez más severos a medida que el conflicto entre el bien y el mal
se intensifica.
La intención divina existente detrás del juicio no era conducir a los impíos al arrepentimiento sino vindicar el
nombre de Dios. Los juicios anteriores que siguieron al toque de las primeras cuatro trompetas procuran advertir a
los habitantes rebeldes de la tierra.

Con la 5ta y 6ta trompetas, sin embargo, pasamos de mensajes de advertencia a anuncio de calamidades. Traen sobre
el mundo los terrores del asalto demoniaco.

Satanás se deleita en provocar contiendas y derramamiento de sangre en el mundo. Dios, previendo lo que Satanás
va a realizar, da los pasos adecuados para desbaratar la obra del enemigo.

Debemos comprender la acción de Dios contra los impíos como resultado de haberlos abandonado, permitiéndoles
así cosechar las consecuencias de su persistente camino de pecado.

Cuando Roma bajo Pilato crucificó a Cristo, firmó su propio decreto de muerte.
“A cada nación que subió al escenario de acción se le permitió ocupar su lugar en la tierra, para que pudiese
determinarse si iba a cumplir los propósitos del Vigilante y Santo […]

Dios asignó a cada nación e individuo un lugar en su gran plan. Hoy los hombres y las naciones son probados por la
plomada que está en la mano de Aquel que no comete error. Por su propia elección, cada uno decide su destino, y
Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos”. PR, 392, 393.

Primera Trompeta, Ap. 8:7.


Los Visigodos (por Alarico) invaden el sector occidental del Imperio Romano (año 410).

Segunda Trompeta, Ap. 8:8, 9.


Los Vándalos (por Genserico) atacan Roma por mar y destruyen toda la flota romana (año 455).

Tercera Trompeta, Ap. 8:10, 11.


Los Hunos atacan Roma bajo la dirección de Atila (año 451).

Cuarta Trompeta, Ap. 8:12, 13.


El gobierno romano fue destruido por los Hérulos (por Odoacro): primero los emperadores, después los senadores, y
luego los cónsules (año 476).

Quinta Trompeta, Ap. 9:1-11.


Los Sarracenos (fuerzas islámicas o musulmanas) atacaron el sector oriental del Imperio Romano (150 años: 27
julio 1299 a 27 julio de 1449).

Sexta Trompeta, Ap. 9:13-21.


Las fuerzas Turcas destruyeron el sector bizantino del Imperio Romano (391 años y 15 días: 17 julio 1449 a 11
agosto 1840).

En las siete iglesias tenemos la iglesia de Dios en su estado interno. En los siete sellos en su estado externo. Y en
las siete trompetas los acontecimientos políticos y militares durante la era cristiana. Uno completa al otro, uno
sucede al otro y los tres grupos constituyen un todo armónico.

“Las siete trompetas muestran cómo intenta Satanás derribar la obra de Dios y frustrar su plan, mediante las guerras
entre las naciones de la tierra. Pero la mano invisible de Dios rige las naciones y hace que su plan salga victorioso
aun cuando parece segura la derrota”. Sara E. Peck, El Gran Plan de Dios, 454.

Séptima trompeta, Ap. 11:14-19.


La séptima trompeta abarca todos los sucesos desde 1844, pasando por la segunda venida y el milenio, hasta la
destrucción de los impíos y la tierra nueva.

Es el juicio final de Dios sobre los imperios del mundo, así como las primeras trompetas eran el castigo sobre los
imperios de la Roma tanto pagana como papal. De manera que la séptima trompeta presenta en forma resumida los
actos finales de Dios en el gran conflicto.

Antes del toque de la séptima trompeta Juan anuncia que el segundo ‘ay’ ha pasado, y que el tercer ‘ay’ pronto ha de
venir.

¿Qué constituye este tercer ‘ay’?


“Alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha
descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Ap. 12:12.

Se oyen grandes voces en el cielo, que decían: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su
Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Ap. 11:15).

Este es el mensaje más emocionante de todo el Apocalipsis. Son las buenas noticias que el pueblo de Dios ha
anhelado oír. Responde a las pacientes preguntas de los oprimidos y satisface el pedido de los mártires.

Las huestes angélicas mismas anuncian esta declaración de triunfo, que consta de dos partes:

1. Proclama la transferencia del dominio y del gobierno de nuestro mundo a Dios y a su Cristo (Sal. 2:2). El decreto
indica que Dios compartirá su gobierno con Cristo.
2. Su gobierno será eterno.

Los 24 ancianos responden a la declaración de triunfo con un canto de acción de gracias a Dios por la victoria que
obtuvo sobre los poderes malignos (Ap. 11:16-18).

“Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran
poder, y has reinado.

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos
los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que
destruyen la tierra”. Ap. 11:17, 18.

Los ancianos identifican tres acontecimientos que siguen a la derrota de los poderes del mal y al establecimiento del
gobierno de Dios:

1. Una obra de juicio, juzgar a los muertos. Dios dará su decisión judicial y ejecutará la sentencia al fin del período
de los mil años (Ap. 20:11-15).
2. La recompensa de los siervos de Dios, los profetas y los santos, y a los pequeños y a los grandes que temen su
nombre (Ap. 21:1-4).
3. El acto final en el gran drama de la redención; “destruir a los que destruyen la tierra” (Ap. 11:18). Consiste en la
completa erradicación del pecado y de la muerte, de Satanás y de sus huestes, de todo el universo (Ap. 20:7-10).

Interpretación de la 7 Trompetas según Hans K. LaRondelle, en su libro: Las profecías del Fin.

Primera Trompeta, Ap. 8:7.


La primera trompeta anuncia “granizo y fuego mezclados con sangre” que fueron lanzados sobre la tierra y
quemaron una tercera parte de los árboles y de hierba verde (Ap. 8:7).

Señala una descripción simbólica de los juicios de Dios sobre los primeros perseguidores del Israel mesiánico: los
judíos.
Debido a la incredulidad en el Cordero que Dios había enviado a Israel (cf. Mt. 24:6, 15-19; 20, 21; Lc. 12:49; Mt.
21:19; Lc. 19:44).

Segunda Trompeta, Ap. 8:8, 9.


La segunda trompeta describe como “[algo] como un gran monte envuelto en fuego fue lanzado al mar”, causando
que una tercera parte del mar se convierta en “sangre”, destruyendo a los seres vivos que estaban en el mar y las
naves.

Los “montes” son usados como símbolos de naciones (cf. Is. 2:2, 3; 11:9; 13:4; 41:15: Dn. 2:35, 44, 45; Ez. 35:2, 7,
8; Zac. 4:7). Roma era la nueva Babilonia (cf. 1 P. 5:13). El “mar” era un símbolo corriente para los pueblos de la
tierra (cf. Is. 57:20; 17:12, 13; Jer. 51:41, 42; Dn. 7:2, 3, 17).

El segundo toque de trompeta anuncia el juicio de Cristo sobre el monte ardiente o imperio de Roma, y la
devastación de su orden social y económico (Ap. 8:9).

Tercera Trompeta, Ap. 8:10, 11.


La tercera trompeta anuncia que “una gran estrella” llamada “Ajenjo” caería del cielo ardiendo como una antorcha
sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas, convirtiéndolas en ajenjo, de manera que “muchos
hombres murieron” (Ap. 8:10, 11).

El acto de una estrella que cae representa la manera como el liderazgo de la iglesia caería colectivamente de la
verdad en la oscuridad del error y la apostasía (cf. Ap. 1:16, 20; Dn. 12:3; Mt. 13:43; Ap. 12:1).

La tercera trompeta predice la apostasía en la iglesia cristiana después de la caída de Roma, cuando el liderazgo
espiritual apostataría de Cristo como la fuente de luz y de aguas vivas (cf. Jn. 4:14; 7:37-39).

Moisés uso el venenoso y amargo “ajenjo” como un símbolo de idolatría (Dt. 29:17, 18), y Jeremías lo empleo como
una maldición del pacto por la idolatría (Jer. 9:15; cf. Jud. 12, 13). Como resultado, las enseñanzas doctrinales y la
forma religiosa de vida llegaría a ser un veneno amargo y mortal para las almas de los hombres (Ap. 8:11).

Tanto los líderes como sus seguidores son tenidos por responsables por las herejías e idolatrías que prevalecieron en
el mundo cristiano (cf. 2 Ts. 2:10-12).

Cuarta Trompeta, Ap. 8:12, 13.


La cuarta trompeta hiere los cuerpos celestiales, con los resultados de que el sol, la luna y las estrellas se
“oscurecen” una tercera parte del tiempo (Ap. 8:12).

Se usa la “oscuridad” en el AT, como un símbolo para la ignorancia o la ceguera con respecto a la verdad salvífica
del Dios de Israel (cf. Is. 41, 6, 7; 8:20, 22; 60:2).

En el NT, la luz y la oscuridad están determinados por el evangelio de Cristo (cf. Mt. 4:16; 2 Co. 4:6, 4).

La idolatría es una expresión del “oscurecimiento” del insensato corazón del hombre (Ro. 1:21), de la perversión del
verdadero conocimiento de Dios, de la “tinieblas” de los gentiles (2:19; cf. Col. 1:13, 14; 1 P. 2:9; Jn. 8:12; 12:46).

La cuarta trompeta predice que durante la era de la iglesia vendría sobre una gran parte del mundo un
oscurecimiento temporal de toda luz. La gravedad de este juicio puede entenderse mejor si este “oscurecimiento” se
ve como el decidido encubrimiento del evangelio de Cristo.

La cuarta trompeta trae una intensificación del juicio de la tercera trompeta.


La “Edad Media” de los mil años de supremacía del Estado-Iglesia del medioevo terminó con el surgimiento de los
grandes reformadores en el siglo XVI.

Durante las trompetas siguientes se harían más evidentes las consecuencias espantosas de ignorar y negar la palabra
de Dios.
Quinta Trompeta, Ap. 9:1-11.
La visión de Juan describe una estrella que cayó del cielo a la tierra.

A esta estrella “se le dio” la llave del pozo del abismo, que representa la región de Satanás y sus ángeles (Lc. 8:31;
Jud. 6; Ap. 20:1, 3). Esta estrella caída es como un símbolo de Satanás, “el ángel del abismo”, cuyo nombre
representa su obra y carácter: “Abadón” o “Apolión”, que quiere decir el Destructor (Ap. 9:11).

Mientras que las trompetas anteriores anunciaban la perversión y el oscurecimiento parcial de la luz del evangelio, la
séptima trompeta muestra un gran eclipse del evangelio de la propaganda triunfal de errores y herejías satánicos.
Ahora se oculta públicamente la luz de Cristo. La mentira triunfa sobre la verdad.

Juan representa a las fuerzas hostiles de Satanás que invadirán el mundo con filosofías que destruyen el alma y que
hacen que la gente pierda toda la esperanza y significado de la vida.

Las principales herramientas de operación de Satanás son en verdad las mentiras, el engaño y la persecución (Mt.
24: 2 Ts. 2).
La quinta trompeta le asegura al pueblo de Dios que las langostas demoníacas han recibido autoridad sólo para hacer
daño a los que no tienen el sello protector de Dios (Ap. 9:4; cf. Lc. 10:19, 20).

Cristo, es el gobernante soberano que sólo permite un tiempo (“cinco meses”, Ap. 9:5, 10) para esta maldición del
destructor. En esta severa prueba, los impenitentes son declarados culpables de quebrantar el pacto, mientras que los
que están sellados son vindicados.

¿A qué tiempo y a que filosofías destructivas señala esta trompeta? A las filosofías ateas del Renacimiento o del
Iluminismo que barrieron la civilización occidental y causaron la agonía de la vacuidad de esta vida y la
desesperanza para el futuro.

La teología centrada en Dios fue reemplazada por la filosofía centrada en el hombre, en la cual el hombre es
responsable sólo ante sí mismo. Con el Humanismo somos testigos de una religión sin Dios, en la cual el hombre
mismo es la medida de todas las cosas.

Sexta Trompeta, Ap. 9:13-21.


“Y el sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de
Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta:

Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. Y fueron desatados los cuatro ángeles que
estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar la tercera parte de los hombres. Y el número de los
ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número”. Ap. 9:13-16.

Desatar “los cuatro ángeles” en el Eufrates en el tiempo del fin significa un conflicto mundial contra el pueblo de
Dios. Los “caballos y sus jinetes” son poderes demoníacos innumerables (Ap. 9:17-19). A la vez, son
instrumentos del juicio divino sobre un mundo unido en rebelión contra Dios.

La multitud abrumadora que mata una gran parte de la humanidad, estaba sin protección contra las doctrinas y
poderes demoníacos, estaban sin el sello protector de Dios, siendo así adoradores de demonios y de ídolos (Ap.
9:20).

La sexta trompeta presenta una contraparte sorprendente al sellamiento de los 144.000 siervos de Dios en
Apocalipsis 7. Los “200 millones de jinetes” malvados no podrán destruir a los 144.000 siervos de Cristo porque
poseen el sello de protección divina.

Dios desata las fuerzas del mal sólo a la hora exacta que ha elegido (cf. Ap. 9:15). Cuando Dios le quite el freno a
Satanás, este adversario podrá unir todas sus fuerzas terrenales y demoníacas (cf. Ap. 16:13-16).

La sexta trompeta incluye el período de oportunidad para todas las personas, con el fin de que respondan al
testimonio del tiempo del fin del evangelio eterno de Cristo (cf. Ap. 10:11; 11:7).

El simbolismo de tiempo “para aquella hora, día, mes y año” (Ap. 9:15), se lo puede entender como un
momento en el tiempo divinamente señalado. De esta forma la sexta trompeta señala hacia delante, al fin del tiempo
de gracia, cuando comienza la séptima trompeta con sus últimas siete plagas.
“El que es injusto siga siendo injusto… el justo siga obrando [la] justicia”. Ap. 22:11, CI.
Entonces el tiempo de gracia habrá terminado, y no habrá más oportunidad para que ninguna persona cambie su
lealtad.

Por lo tanto la sexta trompeta enseña que Dios domina los tiempos de Satanás y le ha determinado un tiempo límite
absoluto.

Estos juicios de las 6 trompetas no representan a Dios como el ejecutor de los decretos divinos.
Más bien demuestran “el poder con que se ensaña Satanás sobre aquellos que ceden a su influencia”. CS, 39.

Satanás se opondrá en forma persistente a Dios y a la proclamación del evangelio hasta la misma hora final del
tiempo de gracia.

Séptima trompeta, Ap. 11:14-19.


“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido
a ser los reinos de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. Ap. 11:15.

La séptima trompeta comprende un complejo lleno de escenas para consumar el “misterio” de Dios (Ap. 10:7), que
mencionan los 24 ancianos en Apocalipsis 11:16-18.

Su cántico de alabanza anuncia la ejecución del juicio de Dios sobre los muertos y los vivos como la manifestación
de su reino.

El canto profético de los ancianos en Apocalipsis 11 consuela al pueblo de Cristo, amenazado por las huestes del
enemigo, que ha llegado el tiempo para tres acontecimientos finales:

1. Para juzgar a los muertos.


2. Para recompensar a todos los santos.
3. Para destruir a los que destruyen la tierra.

Esto confirma la visión de Daniel de que el reino de Dios “desmenuzará y consumirá a todos los reinos, pero él
permanecerá para siempre”. Dn. 2:44, 45.

UN PUEBLO PROFÉTICO

Un Pueblo Profético.

Los eventos de Apocalipsis 10 ocurren entre el fin de la sexta trompeta, en el año 1840, y la culminación de la
profecía de los 2.300 años, en el año 1844, cuando se escucha el sonido de la séptima trompeta.

El significado especial de Apocalipsis 10 es que va a introducir las visiones del tiempo del fin de los capítulos 11 al
22. Anuncia al mundo que se ha alcanzado una nueva época de tiempo, el período que Daniel llamó “el tiempo del
fin” (Dn. 8:14, 17, 19).

Dentro del marco de la sexta trompeta, toda esta descripción simboliza la comisión de Cristo a la iglesia del tiempo
del fin para recibir una misión final para llevar a todas las naciones.

Los seguidores de Cristo deben hacer del mensaje de este librito abierto su propia misión. La nueva época de
tiempo trae consigo una urgencia, motivada por un aumento del conocimiento de las profecías de Daniel del tiempo
del fin.

Esta visión recalca la obra de la iglesia en cooperación con Jesús. Jesús cuida de su iglesia y su iglesia ha de
cooperar con él. Él es el verdadero dirigente de la iglesia, él la cuida y dirige.

“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte”. Ap. 10:1.


“El ángel fuerte que instruyó a Juan era nada menos que Cristo”. EW, 7 CB, 982 (MS, 59, 1900).
“envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de
fuego”. Ap. 10:1, 2.

El arco iris sobre su cabeza es la señal del pacto de Dios con la humanidad (Gn. 9:12, 13), el pacto de su gloria (Ez.
1:26-28).

El ser se asemeja al Hijo del Hombre de la primera visión del Apocalipsis.


Al igual que él, su rostro es “como el sol” (10:1, cf. 1:16), sus pies como fuego (10:1, cf. 1:15), su voz
resuena como el trueno (10:3, cf. 1:15), y las nubes lo escoltan (10:1, cf. 1:7).

“La instrucción que iba a ser comunicada a Juan era tan importante, que Cristo vino del cielo para dársela a su
siervo”. EW, 7 CB, 965 (MS, 129, 1905).

“Tenía en su mano un librito abierto”. Ap. 10:2.

El libro de Daniel fue el único libro de las Escrituras que quedó sellado para la comprensión del hombre hasta “el
tiempo del fin” (Dn. 8:26; 12:4, 9).

El libro “abierto” de Apocalipsis 10 comunica a la iglesia del tiempo del fin una comprensión más completa de lo
que estaba predicho en Daniel.

El libro de Daniel cumple con los requisitos:


1. Debía quedar sellado hasta el tiempo del fin. Dn 12:4.
2. Encierra profecías que pertenecen al fin. Dn. 8:17, 19.

3. El contenido de ambos juramentos es parecido. Dn. 12:7.


4. “El mensaje a todo el mundo”. El ángel pone sus dos pies sobre el mar y la tierra para dar a entender
que su mensaje debía tener un carácter mundial.

“Se le ordena a Juan, como a Daniel, con respecto al librito: ‘Sella las cosas que los siete truenos han dicho’. Estas
cosas se refieren a sucesos futuros que serán revelados a su tiempo.

Daniel recibiría su heredad al fin de los días. Juan ve el librito al cual le han quitado los sellos. De esto se deduce
que las profecías de Daniel tienen su aplicación en la entrega al mundo de los mensajes del primero, segundo y del
tercer ángel. La apertura del librito era el mensaje en relación con el tiempo.

Los libros de Daniel y el Apocalipsis son uno. El primero es una profecía; el otro, una revelación; uno es un libro
sellado; el otro, un libro abierto”. EW, 7 CB, 982 (MS, 59, 1900).

“puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra”. Ap. 10:2. Simboliza la absoluta soberanía de Dios
sobre la tierra.

“El ángel… con su pie derecho en el mar y el izquierdo en tierra seca, muestra el papel que está cumpliendo en las
escenas culminantes del gran conflicto entre Cristo y Satanás. Esta posición denota su supremo poder y su autoridad
sobre toda la tierra”. EW, 7 CB, 982 (MS 59, 1900).

“Y clamo a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los
siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas
que los siete truenos han dicho, y no las escribas”. Ap. 10:3, 4.

La orden para “sellar” el contenido de los 7 truenos puede indicar que ya no habrá juicios de advertencia, pues tales
juicios no llevarán a la gente al arrepentimiento. Los juicios finales vienen después que termine el tiempo de
gracia, con las 7 últimas plagas.

“Y el ángel…, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos”. Ap. 10:5,
6.

La descripción del ángel en Apocalipsis 19, que levanta su mano al cielo para jurar (Ap. 10:5, 6), tiene un paralelo
sorprendente en Daniel 12:7. El juramento del mensajero divino en Daniel 12 fue la respuesta del cielo a la
pregunta: “¿Cuándo será el fin de estas maravillas?” (v. 6).
En el Apocalipsis oímos el clamor constante de los santos martirizados: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero,
no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Ap. 6:10).

Mientras que en Daniel 12 la respuesta a esta pregunta fue esperar hasta los “tres tiempos y medio” de persecución
hubieran expirado, y en Apocalipsis 6 la respuesta fue esperar “un poco de tiempo” (v. 11), en Apocalipsis 19 la
respuesta es al fin las buenas nuevas: “¡Ya no habrá más tiempo!” (v. 6).

“Este tiempo, el que el ángel declare con un solemne juramento no es el fin de la historia de este mundo ni del
tiempo de gracia, sino del tiempo profético que precederá al advenimiento de nuestro Señor; es decir, la gente no
tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido.

Después de este lapso, que ahora abarca desde 1842 a 1844, no puede haber ningún computo definido de tiempo
profético. El cálculo más prolongado llega hasta otoño de 1844”. EW, 7 CB, 982 (MS, 59, 1900).

“que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están
en él”. Ap. 10:6.

El énfasis de Dios como Creador se repite en el mensaje del tiempo del fin, amplificado en Apocalipsis 14, mensaje
que llama a todo el mundo a adorar a Dios como el Creador: “Y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Ap. 14:7.

De esta manera se define el problema religioso final en la historia humana como una cuestión de adorar al Creador
en Espíritu y en verdad.

Apocalipsis 10:6 contiene un eco del cuarto mandamiento: “hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las
cosas que en ellos hay”. Ex. 20:11.

Nos señala donde esta la preocupación del cielo para la iglesia universal de Cristo y para su adoración de Dios en el
tiempo del fin. Contiene la motivación para un verdadero reavivamiento y una reforma.

“Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se
consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”. Ap. 10:7.

La palabra misterio en el NT se refiere a los secretos que los siervos de Dios pueden llegar a conocer por la
revelación divina. En Ap. 10:7, el “misterio de Dios” es su propósito salvador, que será conocido plenamente hacia
el fin de la historia humana.

“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel
que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Ap. 10:8.

“Entonces tome el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube
comido, amargó mi vientre”. Ap. 10:10.

¿Por qué Dios permitió el chasco?


1. Algunos abandonaron completamente la esperanza adventista.
2. Otros decían que existía error en los cálculos de los 2.300 años y que Jesús regresaría en cualquier
momento.

3. Otros decían que Jesús no vino literalmente, sino espiritualmente, comenzando los 1.000 años.
4. En medio de las perplejidades vividas con fervoroso espíritu de investigación de las Escrituras, se vio la
luz.

Dios permitió que vivieran el chasco.


1. Esto los dejo fuera de sus congregaciones.
2. Se les abrió el intelecto para que comprendiesen lo que ya estaba escrito.

3. Un redescubrimiento de las verdades echadas por tierra por las tradiciones.


4. Recibieron la orden de predicar.

“Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Ap. 10:11.
Juan debe profetizar otra vez, pero con una dirección nueva, acerca de los acontecimientos del tiempo del fin
del plan divino de la redención.

La expresión “otra vez” significa que la profecía del tiempo del fin recibirá un aumento del conocimiento de las
profecías de Daniel (Dn. 12:4), y que ahora recibe la comisión de proclamar el evangelio eterno en el marco de las
profecías del tiempo del fin (triple mensaje de Ap. 14).

“El profetizar otra vez” se refiere a una tarea no terminada. El testimonio debe ser llevado hasta que la obra sea
terminada. Cuando esto sea hecho, Cristo vendrá (cf. Mt. 24:14).

La iglesia Adventista del Séptimo Día se estableció con la misión mundial de advertir al mundo acerca del pronto
regreso de Jesús. Su objetivo es de comunicar el Evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Los adventistas del séptimo día asumimos su llamamiento como el cumplimiento de la profecía de la Biblia.

Habríamos de tener un papel importante en el sonido de la séptima trompeta (Ap. 11).


Habríamos tomado seriamente la orden de Apocalipsis 10:11: “Es necesario que profetices otra vez sobre
muchos pueblos, naciones y reyes”.

“Ya no debemos dormir en el terreno encantado de Satanás, sino poner a requisición todos nuestros recursos y
valernos de toda oportunidad que nos ha provisto la providencia.

La última amonestación ha de ser proclamada a muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes, y se nos da la promesa:
‘He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’”. 2 JT, 154.

“Entonces me fue dada una vara de medir, y me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que
adoran en él”. Ap. 11:1.

¿Qué debían realizar?


1. Medir el templo
Llegarían a una comprensión más clara del santuario que esta en el cielo y del juicio investigador.

2. Medir el altar
Como este pasaje se refiere al altar del incienso (v. 2), el pueblo de Dios lograría una comprensión más
clara de la forma en que el ministerio intercesor de Cristo imparte la justicia por la fe.

3. Medir a los que adoren en él


Sólo cuando el pueblo de Dios refleje el carácter de Cristo se podrá concluir la obra de la predicación del
Evangelio.

Somos el único movimiento religioso surgido por la hora profética. Esta orden de restaurar el evangelio de Dios,
¿ha sido cumplida en nuestro tiempo?

La historia de la iglesia registra una expectativa ferviente de la segunda venida de Cristo, desarrollada durante la
primera mitad del siglo XIX tanto en Europa como en América.

Una época de un reavivamiento de los estudios proféticos y de la predicación comenzó alrededor del año 1780 y
duró hasta la primera mitad del siglo XIX, y se lo llamó el “segundo despertar”.

Las convulsiones políticas y sociales de la Revolución Francesa en 1798 llevaron a muchos a estudiar las profecías
del tiempo del fin de Daniel y Apocalipsis.

Se comenzó a cuestionar el enfoque tradicional, que interpretaba a la segunda venida como un evento que tendría
lugar en un futuro distante, y que ocurriría luego del milenio (posmilenialismo).

El sacerdote chileno Manuel Lacunza, los predicadores británicos Edward Irving y Henry Drummond, el escocés
Alexander Keith. Con la predicación de Joseph Wolf, el mensaje llegaría al Medio Oriente y al Asia. En Suecia
hubo niños que proclamaron las buenas nuevas.

Después del año 1798 el foco de atención cambió de Daniel 7 a Daniel 8 y de Apocalipsis 13 a Apocalipsis 14, y se
concentró sobre la profecía de los 2.300 días de Daniel. Así surgió el movimiento milerita.
Miller desafió la visión y la esperanza de un milenio de paz de la mayor parte de los habitantes de América del
Norte, destacando que sólo el segundo advenimiento de Cristo traería el fin del mal y establecería el reino de Dios
(premilenialismo).

La singularidad de la predicación de Miller era su interés en el tiempo profético, con un énfasis muy acentuado en
los eventos y las fechas. Miller pensaba que la profecía de los 2.300 días señalaba la segunda venida de Jesús, y
concluía que este acontecimiento ocurriría en 1844.

Esta convicción llenó su corazón con “gozo”, pero también puso sobre su conciencia el deber de advertir al mundo
del juicio venidero. Pero cuando la fecha fijada del 22 de octubre de 1844 pasó en amarga desilusión.

Unos pocos mileritas recibieron nuevo ánimo al aplicar el llamamiento a “profetizar otra vez” en Apocalipsis 10:11
a una mejor comprensión de las profecías bíblicas.

Su malentendido de la naturaleza de la purificación del santuario que predijo Daniel (8:14) no había sido en vano.
Sirvió para el propósito de restaurar el evangelio en su plenitud y para preparar a un pueblo para encontrarse con su
Dios.

LOS DOS TESTIGOS

Los Dos Testigos.

Apocalipsis 11 tiene una relación estrecha con el capítulo 10, demostrando que se volverá a profetizar y la
importancia que la Biblia tendrá en el testimonio de los últimos días. El capítulo 11 resume lo que se discute en la
segunda mitad del libro de Apocalipsis.

La visión del ángel fuerte del capítulo 10, y la visión de los dos testigos del capítulo 11 tienen correspondencia
mutua. La relación que llevan no es cronológica, pues en ese caso el capítulo 11 debiera preceder al capítulo 10.

Se trata de las buenas noticias que preceden a las malas noticias; lo positivo y lo más importante que precede a lo
negativo y menos importante.

“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir”. Ap. 11:1.
[Este tema esta basado mayormente en “El Conflicto de los Siglos, capítulo 16.]

La vara que se le entregó a Juan para medir simboliza el juicio. El templo literal representa el plan de la redención.
Los adoradores eran aquellos que decían haber aceptado la redención de Dios, de manera que la escena aquí descrita
simboliza el juicio de los hombres en relación con el plan de la redención.

La orden de medir se aplica al ministerio judicial que lleva a cabo Cristo en el Santuario celestial.
La labor de medición representa el juicio investigador, que prepara al pueblo de Dios para la lucha final en los
últimos días.

“Cada caso está pasando en revista delante de Dios; él está midiendo el templo y a los adoradores que están en él”. 7
T, 219.

“y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él”. Ap. 11:1.

“Ahora el Señor dice: Mide el templo y a los que adoran en él. Mientras recorréis las calles realizando vuestros
negocios, recordad que Dios os está midiendo; mientras desempeñáis vuestros deberes en el hogar, mientras
conversáis, Dios os está midiendo.

Esta es la obra que se lleva a cabo: medir el templo y a los que adoran en él para ver quiénes permanecen firmes en
el último día”. EW, 7 CB, 983 (MS, 4, 1888).

“pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles”. Ap.
11:2.
En la economía judía se hacía una distinción muy definida entre los creyentes y los incrédulos (Ez. 44:9). En esta
medición los gentiles son dejados afuera, mientras todos aquellos que pretendieron alguna vez pertenecer a Cristo
pasan bajo el escrutinio divino y el juicio investigador (cf. Ap. 3:5; 13:8; CS, 533-537).

“y ellos hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses. Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días, vestidos de saco de cilicio”. Ap. 11:2, 3.
“Los ‘cuarenta y dos meses’ y los ‘mil doscientos sesenta días’ designan el mismo plazo, o sea el tiempo durante el
cual la iglesia de Cristo iba a sufrir bajo la opresión de Roma… comenzaron en el año 538 d.C. y debían terminar en
1798”. CS, 309.

“Durante la mayor parte de dicho período los testigos de Dios permanecieron en oscuridad. El poder papal procuró
ocultarle al pueblo la palabra de verdad y poner ante él testigos falsos que contradijeran su testimonio”. CS, 310 (cf.
CS, 744).

“Cuando la Biblia fue prohibida por las autoridades civiles y religiosas, cuando su testimonio fue pervertido y se
hizo cuanto pudieron inventar los hombres y los demonios para desviar de ella la atención de la gente… fue
entonces cuando los fieles testigos profetizaron vestidos de sacos”. CS, 310.

“Estos testigos son los dos olivos, y los candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra”. Ap. 11:4.

“Y acerca de los dos testigos, el profeta declara más adelante: ‘Estos son los olivos y los dos candelabros, que están
delante de la presencia del Señor de toda la tierra’. ‘Lámpara es a mis pies tu palabra -dijo el salmista-, y luz a mi
camino’ (Ap. 11:4; Sal. 119: 105, VM).

Estos dos testigos representan las Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo. Ambos son testimonios
importantes del origen y del carácter perpetuo de la ley de Dios. Ambos testifican también acerca del plan de
salvación.

Los símbolos, los sacrificios y las profecías del Antiguo Testamento se refieren a un Salvador que había de venir. Y
los Evangelios y las epístolas del Nuevo Testamento hablan de un Salvador que vino tal como fuera predicho por los
símbolos y la profecía”. CS, 310.

Los dos testigos se refieren a algo que puede continuar existiendo en la presencia de Dios mientras que al mismo
tiempo puede ser atacado en la tierra.

“Cuando hallan acabado [estén acabando] su testimonio”. Ap. 11:7.

“El período en que los dos testigos iban a testificar ‘vestidos de sacos’ terminó en 1798. Cuando
estuviesen por concluir su obra en la oscuridad, les hará la guerra el poder representado por ‘la bestia que sube del
abismo’… Aquí se deja ver una nueva manifestación del poder satánico”. CS, 311.

“la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y prevalecerá contra ellos y los matará”. Ap. 11:7.

“Otro poder -la bestia que sube del abismo- iba a levantarse a combatir abiertamente contra la Palabra de Dios”. El
poder ateo que gobernó a Francia durante la Revolución y el reinado del terror, hizo a Dios y a la Biblia una guerra
como nunca la presenciara el mundo”. CS, 312, 316.

La bestia de la cual se habla aquí es el diablo que ejerce su poder durante la Revolución Francesa (cf. Ap. 17:7, 8).
Satanás logró librar a la nación por un tiempo de los dos testigos.

“Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto”. Ap.
11:8.

“Fue Egipto la que con más osadía negó la existencia del Dios vivo y se opuso a sus mandamientos. ‘¿Quién es
Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel’ Ex 5:2.
Esto es ateísmo”. CS, 312.

“La ‘gran ciudad’ es también comparada ‘simbólicamente’ con Sodoma. La corrupción de Sodoma al quebrantar la
ley de Dios fue puesta de manifiesto especialmente en la vida disoluta”. CS, 312.
“Esta profecía se cumplió de un modo muy preciso y sorprendente en la historia de Francia”.
CS, 312.

“Francia es la única nación en la historia del mundo, que por decreto de su asamblea legislativa, declaró que no hay
Dios” (Blackwood’s Magazine, noviembre, 1870).
“En la Revolución la asamblea nacional rechazó la ley de Dios”. CS, 312, 329.

“En donde también nuestro Señor fue crucificado”. Ap. 11:8.

“En ningún otro país se había desarrollado tanto el espíritu de enemistad contra Cristo. En ninguno había
hallado la verdad tan acerba y cruel aposición. En la persecución con que Francia afligió a los que profesaban el
Evangelio, crucificó también a Cristo en la persona de sus discípulos”. CS, 314.

“El mismo espíritu maestro que impulsó la matanza de San Bartolomé fue también el que dirigió las escenas de la
Revolución”. CS, 316.

“Y los que habitan sobre la tierra se regocijan sobre ellos, y hacen fiesta; y se envían regalos los unos a los otros;
porque estos dos profetas atormentaron a los que habitan sobre la tierra”. Ap. 11:10.

“La Francia incrédula había acallado las voces de represión de los testigos de Dios. La palabra de verdad yacía
muerta en sus calles y los que odiaban las restricciones y los preceptos de la ley de Dios se llenaron de júbilo”. CS,
317.

“El romanismo había principiado la obra que el ateísmo se encargaba de concluir. A la política de Roma se debía la
condición social, política y religiosa que empujaba a Francia hacia la ruina.

No faltan autores que, refiriéndole a los horrores de la Revolución, admiten que de esos excesos debe hacerse
responsables al trono y a la iglesia. En estricta justicia debieran atribuirse a la iglesia sola”. CS, 320.

“Al rechazar Francia el Evangelio que le brindaba bienestar, franqueó las puertas a la incredulidad y a la ruina. […]
La guerra contra la Biblia inició una era conocida en la historia como ‘el reinado del terror’”. CS, 326.

“Al fin había llegado el día de la retribución. […] El ejemplo de persecución que había dado el clero de Francia
durante siglos se volvía contra él con señalado vigor”. CS, 327.

“No iban a permanecer mucho tiempo en silencio los fieles testigos de Dios que habían sucumbido bajo el poder
blasfemo ‘que sube del abismo’”. CS, 330, 331.

“Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies,
y cayó gran temor sobre los que los vieron”. Ap. 11:11.

“En 1793 había promulgado la Asamblea francesa los decretos que abolían la religión cristiana y desechaban la
Biblia. Tres años y medio después, este mismo cuerpo legislativo adoptó una resolución que rescindía esos decretos
y concedía tolerancia a las Sagradas Escrituras.

El mundo contemplaba estupefacto los terribles resultados que se habían obtenido al despreciar los Oráculos
sagrados y los hombres reconocían que la fe en Dios y en su Palabra son la base de la virtud y de la moralidad”. CS,
331.

El período profético va desde el 10 de noviembre de 1793 al 17 de junio de 1797.

“Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los
vieron”. Ap. 11:12.

“Desde que Francia les declarara la guerra, estos dos testigos de Dios han recibido mayor honra que nunca antes”.
CS, 331.

“El incremento de los medios de comunicación entre los diferentes países, la supresión de las barreras del prejuicio
y del exclusivismo nacional, y la perdida del dominio temporal del pontífice de Roma, han ido abriéndole paso a la
Palabra de Dios”. CS, 332.
“En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron
en número de siete mil hombres; y los demás se atemorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo”. Ap. 11:13, 14.

El impacto del juicio divino es doble. Un gran terremoto sacude la “ciudad”, abarca más que a Francia, simboliza el
poder de Babilonia. El poder usurpador recibe un golpe terrible. En 1798, la iglesia, el papa, su líder espiritual, es
puesto en prisión.

Pero el golpe no es fatal. Solo una “décima parte” de la ciudad se viene abajo, y se mueren “siete mil hombres”.

La décima parte simboliza el concepto de un mínimo. El temblor afecta solo a una pequeña parte de la ciudad. La
Biblia relaciona la cifra “siete mil hombres” con la idea de “remanente”, lo que quiere decir que la iglesia se
recuperará rápidamente del golpe.

El pueblo de Dios y los testigos también volverán a vivir.

La Biblia nuevamente encontró un lugar en los puestos de libros y en los corazones.

La Biblia es el best seller número uno.

La GUERRA del DRAGÓN

La Guerra del Dragón.

El propósito de Apocalipsis 12, va más allá de advertirnos a los creyentes cristianos contra la persecución, y de
alentarnos a perseverar hasta el fin.

Presenta la aclamación celestial de victoria sobre Satanás, y de la celebración de la toma de posesión de Cristo como
el Rey legítimo del cielo y de la tierra (vv. 7-12).

Sólo a la luz de la muerte victoriosa de Cristo en la cruz declaran los cielos que la guerra ha sido ganada y que el
acusador del pueblo de Cristo “ha sido lanzado fuera” (v.10).

Semejanzas y diferencias entre Dios y Satanás.

Lo divino versus lo demoniaco


Dios El dragón
1. Santa trinidad: Padre, Cristo y 1. Falsa trinidad: dragón, bestia y falso
Espíritu Santo (Ap. 1:4, 5). profeta (Ap. 12, 13).
2. Se sienta en un trono (4:9). 2. Tiene un trono (2:13).

3. Es adorado por los seres del universo 3. Es adorado por los seres de la tierra
(4:10; 5:13). (13:14).
4. Su ciudad es Jerusalén celestial 4. Su ciudad es Babilonia (14:8; 18:10).
(21:2, 10).
5. Sella a su pueblo (7:4). 5. Marca a los suyos (13:16).
6. Su pueblo es representado por una 6. Su pueblo es representado por una
mujer pura (12:1). prostituta (17:2).

7. Lleno de ira contra sus enemigos 7. Lleno de ira contra la iglesia (12:17).
(11:18; 19:15).
8. Tiene un triple mensaje angélico de 8. Tiene tres espíritus de demonios que
alcance mundial (14:6-11). van a todo el mundo (16:13, 14).
9. Da autoridad a su Hijo (2:27). 9. Da autoridad a la bestia (13:4).

La mujer: “Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de 12 estrellas”.
Ap. 12:1.

La verdadera iglesia esta representada por “una virgen pura”. La mujer es una representación adecuada del pueblo
de Dios, la iglesia. (Jer. 6:2; Is. 54:5, 6; Os. 2:19, 20; 2 Co. 11:2; Ap. 19:7, 8).

Se escribe a los verdaderos hijos de Dios como revestidos del “Sol de justicia” (Mal. 4:2). La iglesia del AT, tanto
como la del NT, estaba fundada sobre el fundamento seguro de la Palabra de Dios. De manera que el sol representa
la justicia de Cristo y la luna, la Palabra de Dios.

Las doce estrellas de la corona de la mujer bien pueden representar a las 12 tribus de Israel, ya que se la muestra en
la profecía antes del nacimiento de Jesús, y por lo tanto, antes de la fundación de la iglesia cristiana.

El dragón: “he aquí un gran dragón escarlata”, “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás”.
Ap. 12:3, 9.

El diablo siempre ha tratado de obrar mediante poderes terrenales.


Él es el autor de toda oposición a Dios mediante los poderes terrenales.

“… que tenía siete cabezas y diez cuernos…”. Ap. 12:3. De acuerdo con Apocalipsis 17:9, 10, las siete cabezas son
los reinos principales que este poder usó para oprimir al pueblo de Dios.

Los diez cuernos aparecen en Daniel 7:24 como un símbolo de un reino dividido, una diversidad de poderes
políticos. El mismo simbolismo se refiere a la totalidad de las naciones que se unirán al enemigo de Dios del tiempo
del fin (Ap. 17:12, 13).

“y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra”. Ap. 12:3, 4.

“Satanás, al rebelarse, arrastró consigo a una tercera parte de los ángeles. Ellos se apartaron del Padre y del Hijo, y
se unieron con el instigador de la rebelión”. 1 JT, 312.

“Y estando en cinta [la mujer], clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento”. Ap. 12:2.

“Y el dragón se paro frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto naciese”. Ap.
12:4.

“… el dragón es Satanás (Ap. 12:9); fue él quien indujo a Herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente
principal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana,

fue el Imperio Romano, en el cual prevalecía la religión pagana. Así que si bien el dragón representa primero a
Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana”. CS, 491.

“Y ella dio a luz a un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para
Dios y para su trono”. Ap. 12:5.

El Hijo pasa por 3 experiencias:


1. Como Dios lo prometió, nació de una mujer; él era humano.
2. Experimentó los ataques del dragón, pero lo derrotó y lo venció.

3. Ascendió al cielo, al trono de Dios, el paso de la humillación a la glorificación y luego a la entronización. Él


gobernará las naciones de la Tierra como Juez y como Rey.

A través de todos los siglos desde el momento en que Dios hiciera la promesa a Eva, sus verdaderos hijos estuvieron
esperando la llegada del Redentor. Pero “cuando vino el cumplimiento del tiempo”, Dios envió a su Hijo” (Ga. 4:4).

“Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”. 1 Ti. 3:16.

“hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles…; [luchaban] el dragón y sus ángeles”. Ap. 12:7.
Lucifer se rebeló contra el gobierno de Dios
Él quería un trono en el cielo con el fin de ser “semejante al Altísimo”, pero fue expulsado de allí y, después de
haber sido derrotado completamente es su rebelión en el cielo, Satanás fue arrojado a la tierra. (Is. 14:12-14; Ez.
28:12-17).

La victoria total de Cristo sobre el diablo, culminó en Getsemaní y en la cruz. La proclamación de la salvación
registrada en Apocalipsis 12:10 se produjo sólo por causa de la cruz, cuando Cristo murió (cf. DTG, 709).

Cristo y Satanás se enfrentaron como nunca antes y, otra vez, Cristo resultó victorioso, Satanás fue entonces “echado
fuera” definitivamente del cielo (Jn. 12:31). Jesús dijo que Satanás cayó del cielo como un rayo (Lc. 10:18). [cf.
Col. 2:15; He. 2:14].

“Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer…”
“Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río”. Ap.
12:13, 15.

Como Satanás no pudo derrotar a Cristo, entonces persiguió al pueblo que debe de representarlo en la Tierra.

“Y la mujer huyó al desierto… para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días”.
“Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila… al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un
tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo”. Ap. 12:6, 14.

“Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca”.
Ap. 12:16.

Juan pone énfasis en el cuidado protector de Dios por su pueblo. Aunque la iglesia ha sido atacada, Dios está
cuidándola de todos modos. La iglesia al fin no será destruida, porque Cristo no permitirá que eso ocurra.

Durante los 1.260 años los verdaderos cristianos enfrentaban la muerte a causa de su fe, y muchos huyeron a lugares
de refugio. América abrió sus brazos para dar la bienvenida a aquellos que escapaban de la persecución.

“En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse… El paganismo había dejado el lugar al papado… Entonces
empezaron a correr los 1260 años de la opresión papal predicha en las profecías de Daniel y en el Apocalipsis…

La persecución se desencadenó sobre los fieles con furia jamás conocida hasta entonces, y el mundo vino a ser un
vasto campo de batalla. Por centenares de años la iglesia de Cristo no halló más refugio que en la reclusión y en la
oscuridad”. CS, 58, 59.

“Entonces oí una gran voz del cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la
autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de
nuestro Dios día y noche”. Ap. 12:10.

La victoria de Cristo significa que:


1. En el cielo no hay nadie que nos acuse; el cielo no está buscando razones para mantenernos fuera de él.
(v.10).
2. Somos victoriosos mediante la sangre del Cordero (v. 11).
3. Nuestra redención está acercándose a su consumación. El destino de Satanás ya está decidido; él sabe
que su tiempo es corto (v. 12).

“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron
sus vidas hasta la muerte”. Ap. 12:11.

La sangre del Cordero es el secreto de la victoria del cristiano. Pero la creencia de los cristianos en la sangre debe
estar unida a “la palabra del testimonio de ellos”.

Creer en la expiación vicaria de nuestro Señor es el primer paso, pero debe estar acompañado por nuestro testimonio
de su realidad en nuestras vidas.

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella,
los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Ap. 12:17.
En estos últimos días, la serpiente concentrará todas sus energías en contra de la simiente de la mujer (Gn. 3:15).
Siente que su gobierno está llegando a su fin. Ha llegado el momento de eliminar a la mujer para siempre.

“En el cercano futuro veremos cumplidas estas palabras cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y con
el poder papal contra los observadores de los mandamientos.

El mismo espíritu que movió a los papistas en siglos pasados, inducirá a los protestantes a seguir una conducta
similar hacia aquellos que se mantienen leales a Dios”. 2 JT, 149 (cf. CS, 650).

“Todos los que quieren pueden triunfar. Luchemos denodadamente para alcanzar la norma que es puesta delante de
nosotros. Cristo conoce nuestras debilidades, y a él debemos acudir diariamente en busca de ayuda.

No es necesario que obtengamos la fuerza con un mes de anticipación. Debemos vencer día tras día”. EW, 7 CB,
985 (MS, 28, 1886).

Resumen: Persecución satánica de Apocalipsis 12.

Resumen: Persecución satánica de Apocalipsis 12.

Resumen: Persecución satánica de Apocalipsis 12.

EL REMANENTE

El Remanente.

La palabra remanente significa “lo que queda”.

En la Biblia, el remanente aparece en un momento determinado de la historia, con un mensaje y una aplicación de
ese mensaje.

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la
descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. Ap.
12:17.

Este texto en particular describe “el resto de la descendencia de ella”, un grupo de personas que afrontan la ira de
Satanás.

¿Cuándo surge el “remanente”?

Apocalipsis 12 describe el ataque del dragón contra Jesús (vv. 4, 7) y contra la iglesia durante 1.260 años (v. 13).
Pero al final del capítulo se introduce otro grupo: “el resto de la descendencia de ella [literalmente, el remanente de
su simiente]” (v. 17).

La Escritura es explícita: el dragón hará guerra contra este pueblo, el remanente (v. 17), que aparece después del
período de los 1.260 años, proféticamente representado en el versículo 6 y en el versículo 14 (después de
1798).

Características del remanente,

1. Guardan los mandamientos de Dios.


2. Tiene el testimonio de Jesucristo.
Ap. 19:10 dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”.

1. Guardan los mandamientos de Dios. En el libro de Apocalipsis, los Diez Mandamientos


desempeñan un papel significativo. En realidad, los primeros cuatro mandamientos parecen ser de importancia
extraordinaria en un libro cuyo tema central es la adoración.

¿Quién debe ser el objeto de la verdadera adoración? Es claro que no es el dragón ni la bestia (13:4; 14:9), sino sólo
Dios (14:7).
La adoración de la imagen de la bestia también es condenada (14:9, 10), así como los que blasfeman su nombre
(13:6).

Entre las razones dadas para adorar a Dios esta el reconocimiento de que él “hizo el cielo y la tierra, el mar y las
fuentes de las aguas” (14:7), una frase tomada de Éxodo 20:11, del mandamiento del sábado.

2. Tiene el testimonio de Jesucristo. “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” Ap. 19:10. La expresión
“espíritu de profecía” se usaba en el tiempo de Juan para designar el don de profecía. Este don seguirá estando
activo en el remanente de Dios que viva al final del tiempo.

Como adventistas del séptimo día, nos hemos identificado como la iglesia remanente de los últimos días.

Los adventistas del séptimo día creen que el término remanente es una designación adecuada para sí mismos en su
lugar como testigos designados por Dios con respecto a los eventos de los últimos días.

No enseñamos que somos los únicos verdaderos cristianos o que es indispensable unirse a nuestra iglesia para ser
salvos, pero reclamamos ese título de “remanente” como exclusivamente nuestro.

Proclamar esto, no es un asunto de arrogancia u orgullo. Es un asunto de responsabilidad.

Pertenecer al remanente significa sólo que eres parte de un cuerpo colectivo que ha recibido gran luz y verdad, “la
verdad presente”. La manera en que nosotros, como personas, respondemos a esa luz y verdad es lo que
determinará nuestro destino final.

Características del Remanente aplicadas a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

1. Factor tiempo.
Los adventistas del séptimo día aparecimos después de 1798. La Asociación General fue organizada en 1863 con
una feligresía de aproximadamente de 3.500 miembros.

2. Acuerdo con la Biblia.


La Biblia es la base de la creencia adventista. Nuestras creencias doctrinales están en completa armonía con el
contexto total de las Escrituras.

3. Diez Mandamientos.
Los adventistas del séptimo día sostenemos los Diez Mandamientos y buscamos restaurar el sábado, el que ha sido
ignorado y pisoteado durante tanto tiempo por la cristiandad.

4. Don de profecía.
El “espíritu de profecía”, el “don de profecía” (1 Co. 13:2), se manifestó en la iglesia adventista desde el comienzo
en la obra y en los escritos de Elena G. de White.

5. Últimos mensajes.
Desde el comienzo, los adventistas del séptimo día hemos identificado nuestra obra como la proclamación del
mensaje de los tres ángeles (Ap. 14:6-12). Sólo los adventistas tenemos como tarea central presentar estos
mensajes.

6. Misión mundial.
La misión de la iglesia involucra la proclamación mundial del Evangelio con cierto énfasis en el fin del tiempo.

Por estas razones, los adventistas del séptimo día creemos que somos el remanente (Ap. 12:17; 14:6-14). Nunca
hemos sostenido que sólo los adventistas seremos salvos. Siempre hemos reconocido que Dios tiene a sus hijos
verdaderos en cada congregación.

Pero los adventistas creemos que Dios nos ha hecho surgir para llevar a cabo una obra específica en el “tiempo del
fin” -llevar el mensaje de los tres ángeles con sus implicaciones específicas al mundo antes del regreso de Cristo.

La victoria de Cristo es la victoria del remanente. Es la victoria de quienes lo siguen por fe, los que “le han vencido
[al dragón] por medio de la sangre del Cordero”. Ap. 12:11.
LA BESTIA QUE SUBE DEL MAR
La Bestia que sube del mar.

Apocalipsis 13 muestra cómo el dragón se traba en guerra contra los santos. Empleará a dos poderes mundiales
religiosos como agentes a su servicio: una bestia marítima y una bestia terrestre. De esta forma, el dragón forma su
propia trinidad o trinidad satánica.

El gran punto en discusión en el conflicto con el dragón se manifestará alrededor del tema de adoración. La
experiencia de la bestia tiene un impacto universal. No es sólo un poder político sino también religioso.

Semejanzas y contrastes entre Cristo y la bestia del mar.

Cristo La bestia del mar


1. Recibe autoridad del Padre (Ap. 1. Recibe autoridad del dragón (Ap.
2:28). 13:2, 4).
2. Se sienta en un trono con su Padre 2. El dragón le da su trono (13:2, 4).
(3:21).

3. Es adorado por el universo (5:13, 14). 3. Es adorado por los que moran en la
tierra (13:4).
4. Es el Cordero con siete cuernos (5:6). 4. Tiene 10 cuernos (13:1).

5. Fue muerto pero vive (1:18). 5. Vive pero herida de muerte (13:14).

6. Sus hijos serán reyes (1:6; 2:26, 27). 6. Sostenida por los reyes de la tierra
(17:12).

7. Tiene un remanente fiel (12:17). 7. Tiene un remanente (19:21).

8. Tiene un profeta (1:1, 9). 8. Tiene su falso profeta (19:20).


9. Está en guerra (12:17; 19:11-16). 9. Con el dragón (12:17) están en guerra
contra el Cordero (19:19).
10. Tiene un ejército de ángeles (12:7). 10. Tiene un ejército de demonios (12:7).

“Vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus
cabezas un nombre blasfemo”. Ap. 13:1.

Los diez cuernos hacen que la profecía sea más específica. Los diez cuernos tienen corona, esto indica que la Roma
pagana ya había caído y que las naciones que surgieron después de su destrucción están ejerciendo su autoridad
política.

De este modo, la obra de esta bestia ocurre después de la división de la Roma pagana, lo que significa que al igual
que el cuerno pequeño, en Daniel 7, representa la Roma eclesiástica.

“Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león”. Ap.
13:2.

El profeta Daniel registró una visión en la cual vio a una bestia de diez cuernos “espantosa y terrible y en gran
manera fuerte” (Dn. 7:7). La bestia que vio Juan era una combinación de todas las que vio Daniel: el león, el oso, el
leopardo y la bestia de diez cuernos.

León: el sistema idólatra religioso de Babilonia.


Oso: la inflexible crueldad y tiranía de Medo-Persia.
Leopardo: la cultura y filosofía pagana de Grecia
La historia indica que la Roma Papal fue la heredad y sucesora que recibió esos legados y características.

“Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad” Ap. 13:2, up.


El dragón transfiere su poder perseguidor al sucesor de la Roma pagana: Roma eclesiástica.

“En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse. El asiento de su poder quedó definitivamente fijado en la
ciudad imperial, cuyo obispo fue proclamado cabeza de toda la iglesia. El paganismo había dejado el lugar al
papado” CS, 58.

El dragón (Satanás, 12:9) está designando a la bestia (Roma Papal) como corregente en su reino y como instrumento
para la obtención de sus metas.

El objetivo de esta investidura de poder es recibir adoración y la lealtad de toda la humanidad (Dn. 7:14, 27; Ap.
13:4, 8).

“Abrió su boca en blasfemias contra Dios”. (13:6).


Blasfemar el nombre de Dios es robarle su dignidad, poder y autoridad. Es pretender ser Dios.

Esto ocurre cuando los seres humanos se apropian para sí mismos las funciones y prerrogativas divinas (Mr. 2:7) o
cuando, por medio de la conducta, dañan la reputación de Dios (1 Ti. 6:1).

Blasfemar el tabernáculo de Dios significa pretender hacer lo que Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, esta haciendo en
el santuario celestial. Pretende perdonar los pecados (cf. Lc. 5:21).

“Y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses”. Ap. 13:5. Un período de supremacía política religiosa
durante 42 meses proféticos que equivalen a 1.260 años literales (538-1798).

Cuadro de los 1260 días o años.

“Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos”. Ap. 13:7.


Los gobiernos guerrean, pero no persiguen a la gente con motivo de su religión, a menos que estén bajo el
dominio de algún sistema religioso opuesto u hostil.

“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada”. Ap. 13:3.

La herida mortal se menciona tres veces en Apocalipsis 13 (vv. 3, 12, 14).


La “herida de muerte” significa una congelación temporaria de la persecución del anticristo.

Si el comienzo del tiempo de opresión está marcado por la unión de la Iglesia y el Estado, entonces su final debe
entenderse como la disolución de la unión de la Iglesia y el Estado.
“En 1791 el papa Pío VI había denunciado a la Revolución Francesa y su Constitución Civil Clerical (1790), y
también había participado en la primera coalición de poderes europeos para ayudar a destruir a la Revolución
Francesa,

el Directorio francés tomo represalias y se anexó los territorios papales en el sur de Francia, capturó los Estados
papales en Italia y estableció una república en Roma.

El Directorio le dijo a Napoleón, en una carta 1797, que “la religión romana siempre sería el enemigo de la
República. Hay que asestarle un golpe en Francia y hay que asestarle otro en Roma”. La República Francesa tiene
que “destruir, si es posible, el centro de unidad de la iglesia romana”. A. Aulard, Christianity and French
Revolution [El cristianismo y la revolución Francesa], 151.

Las tropas francesas de Napoleón al mando del general Berthier, ocuparon la ciudad de Roma el 10 de febrero de
1798. Tomaron prisionero al papa Pío VI, acontecimiento que señala el fin de los “42 meses” proféticos.

El objetivo del Directorio francés era destruir al papado y “liberar a Europa de la supremacía papal”. Leroy E.
Froom, La fe profética de nuestros padres, t. 2, 750.
“En ese día [cuando Pío VI murió como prisionero] parecía que se había logrado la destrucción total de la
Santa Sede”. A. LaTreille, “La Revolución Francesa”, La nueva enciclopedia católica, t. 10, 966.
“Después de quitarle a Pío VI su poder temporal… Su muerte,… señalo un punto bajo en la fortuna papal que no se
había visto en siglos, y dio origen a una profecía que indicaba que la sucesión apostólica había llegado a su fin con
el derrocamiento de ‘Pío el Último’”. New Catholic Encyclopedia, t. 10, 965.

“En realidad, la mitad de Europa pensó que el papado estaba muerto”. Leroy E. Froom, La fe profética de nuestros
padres, t. 2, 763.
“El fin del siglo XVIII fue testigo de la humillación más profunda del papado moderno como secuela de la
Revolución Francesa”. La nueva enciclopedia católica, t.10, 964.

Estos son testimonios notables que hablan de una ¡herida mortal histórica del papado!

Durante la Edad Media los reyes y emperadores eran obligados a reconocerlo y, algunas veces, a hacer penitencia
delante del poder papal. Y ahora, en nuestra época, todos los líderes mundiales sienten la obligación de consultar al
papa.

“pero su herida mortal fue sanada”. Ap. 13:3. El profeta… vio la herida completamente curada, como lo insinúa el
texto griego… [pero eso] aún se halla en el futuro”. 7 CB, 832.

Se identifica el período de la “herida mortal” (Ap. 13) con la fase “no es” de la bestia en Apocalipsis 17:8. La
herida significa que se le quitó el poder bestial de dominar el mundo y tratar con los ‘herejes’. Esta herida mortal
no se sanará hasta que se le restaure el antiguo poder de persecución. George McCready Price, El tiempo del fin, 43.

Se debe de aplicar la herida mortal de la bestia, a la disolución de la unión de la Iglesia y el Estado, que no fue
llevado a cabo simplemente por el destronamiento del papa Pío VI en 1798, sino por la ideología poderosa que está
detrás de la revolución de Norteamérica y de la Revolución Francesa:

“Los dos principios fundamentales de libertad civil y religiosa, características del verdadero cristianismo”. George
McCready Price, El tiempo del fin, 41.
El motivo por el cual la herida no se ha sanado, es que, no será hasta que Roma tenga nuevamente el poder de hacer
cumplir su voluntad y doctrinas por medio de decretos legislativos y judiciales que los impongan que estará sanada
la herida. George McCready Price, El tiempo del fin, 43.

“La profecía predice la restauración de su poder [el del papado]… Roma tiene su mira puesta en el restablecimiento
de su poder, y tiende a recuperar su supremacía perdida… Está aumentando sigilosamente su poder”. CS, 636, 638.

La “herida” papal será curada sólo cuando Roma haya alcanzado de nuevo la supremacía de la Iglesia en el sentido
de que promueva leyes estatales religiosas que acarreen persecución.

“Aquí la gran crisis se aproxima al mundo. Las Escrituras enseñan que el papado recuperará su perdida supremacía,
y que se volverán a encender los fuegos de la persecución debido a las serviles concesiones del mundo que se llama
protestante”. EW, 7 CB, 986 [GCB, 13-4-1891].

De haber señalado la herida de una de las cabezas de la bestia, se pasa inmediatamente a la curación de su herida…
diciendo: “Y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia”. Ap. 13:3.

“Y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”.
“Y la adoraron todos los moradores de la tierra”. Ap. 13:4, 8.
Este panorama del tiempo del fin es el centro de atención de Apocalipsis 17.

La profecía se cierra con la iglesia libre de todas las persecuciones, y de pie victoriosa con el Cordero sobre el monte
Sión. ¡Gracias sean dadas a Dios por la segura promesa se una victoria final!

“Aquí esta la paciencia y la fe de los santos”. Ap. 13:10.


Juan nos anima a perseverar en el compromiso contraído, a pesar de las presiones contrarias; a esperar el
momento de la liberación; a permanecer leales al Señor bajo cualquier circunstancia.

“Pero aunque debe arrostrar herejías y persecuciones, aunque debe batallar con los infieles y los apóstatas, por la
ayuda de Dios está aplastando la cabeza de Satanás.
El Señor tendrá un pueblo tan leal como el acero y de fe tan firme como el granito. Sus miembros han de
ser testigos en el mundo, instrumentos que han de realizar una obra especial y gloriosa en el día de su preparación”.
1 JT, 590.

EL ANTICRISTO

El Anticristo.

“Los que se confunden en su comprensión de la Palabra, que no logran ver el significado del anticristo, con
seguridad se pondrán del lado del anticristo”. EW, 7 CB, 960, 961 [MS, 10, 1900].

En el gran conflicto entre Cristo y Satanás como anticristo, se mencionan específicamente cuatro grandes y terribles
manifestaciones de la bestia en la historia teológica:

1. Satanás, la bestia por excelencia, usó a la serpiente para engañar a Adán y Eva. De allí que al dragón se lo llame
también serpiente (Ap. 12:3, 9, 14-17).

La historia de Satanás se presenta en las Escrituras como una serie de apostasías, expulsiones y degradaciones, de
terribles consecuencias para el hombre. El dragón satánico es una bestia compuesta de porciones de todas las otras
bestias proféticas (Ap. 12:3).

2. La suma de todas las apostasías humanas ha sido descrita entre otros por Pablo en un cuadro de desoladora
maldad (Ro. 1:18-32; 3:5-20). Al revelar esta apostasía, los profetas señalaron a ciertas naciones como
particularmente enemigas del pueblo de Dios.

3. Babilonia. Era el enemigo por excelencia del pueblo de Dios en el AT, se aplico ese nombre a Roma pagana, el
enemigo peculiar del Hijo de Dios encarnado y de sus seguidores en los tiempos del NT (1 P. 5:13), y Juan en el
Apocalipsis emplea el termino como símbolo del archienemigo de la iglesia en la tierra (Ap. 14:8; 16:19; 17:5; 18:2,
10, 21).

4. Juan emplea en el NT indistintamente las palabras “bestia” y “Babilonia” en forma muy significativa, como
equivalente profético del cuerno pequeño de Daniel 7: el papado.

La Jezabel del período de Tiatira de la historia de la iglesia de Apocalipsis 2:18-29 se convierte, al ampliar la
presentación, en la bestia compuesta de Apocalipsis 13. Esta bestia posee diversas características de las cuatro
bestias, símbolos de imperios, que encontramos en Daniel 7.

Al describir el papado en Ap. 17, el Espíritu presenta una revelación más amplia de la mujer Jezabel de Ap. 2:20, y
nos la presenta como la ramera, una mujer que ha caído completamente en la impureza del adulterio espiritual, al
cual ha arrastrado a todo el mundo (Ap. 17:3-7).

Pero la mujer de Ap. 17, se sienta sobre una bestia (vv. 3, 7). La ramera es la Roma eclesiástica, y bajo su poder se
encuentra la bestia que representa toda la maraña de apostasías del pasado, presente y el futuro.

La palabra griega antijristós ha sido empleada cinco veces por el apóstol Juan en sus dos primeras epístolas. 1 Jn.
2:18, 19, 22; 4:1; 2 Juan 7.

El término “anticristo” no se encuentra en ningún otro pasaje de las Sagradas Escrituras.

La palabra antijristós esta compuesta por el nombre Jristós (Ungido) y el prefijo antí, que sólo puede tener dos
acepciones. Antí puede significar contra; o también en lugar de.

La expresión griega (anti) significa “una persona o cosa que es reemplazada por otra, a cambio de, en lugar de…”.
Arndt y Gingrich, anti, A Greek English Lexicon of the New Testament, 72, 73.
La palabra “anticristo” puede significar uno que se opone a Cristo, o uno que pretende ocupar el lugar de Cristo, o
uno en quien se combinan ambas características.
Uno de los títulos con que se describe al papa es el de Vicario de Cristo. La palabra vicario, procede de la raíz latina
vic, de la cual adaptamos la expresión hispana “vice”, que en ambos idiomas significa lo mismo: “alguien que ocupa
el lugar del otro”.

Es así que vicepresidente, describe a la persona que tiene las prerrogativas presidenciales en ausencia del presidente,
que puede actuar con la autoridad del titular en ausencia del mismo.

En 2 Juan 7 se refiere al anticristo como un engañador, alguien que está representando algo que no es.
Griego Latín Español
Anti Vicarius Vice

Desde esta perspectiva lingüística, podemos afirmar que encontramos ciertas equivalencias entre los siguientes
términos: Anticristo (gr.). Es la persona que ocupa el lugar de Cristo. Vicarius Filii Dei (latín). Es la persona que
ocupa el lugar del Hijo de Dios.

Juan concuerda con una idea presentada por el apóstol Pablo, quien ya había anunciado la llegada del antikéimenos
(adversario) descripto por el profeta Daniel.

“el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Ts. 2:4).

Las palabras de Pablo describen a un poder arrogante que se opone a todo competidor en el terreno de la religión, y
no permite que ningún rival reciba el culto que exige para sí mismo.

Respecto al futuro, Jesús advirtió a sus discípulos: “Mirad que nadie os engañe”, porque “muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos”, haciendo “grandes señales y prodigios” para confirmar sus pretensiones
engañosas, “de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”. Mateo 24:4, 11, 24.

Pablo, declaró que se levantarían “hombres que” hablarían “cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”
(Hechos 20:30). El resultado iba a ser una “apostasía” durante la cual se revelaría ese poder al cual llama “hombre
de pecado” y “misterio de iniquidad” para oponerse a la verdad, exaltarse por encima de Dios y usurpar la autoridad
de Dios sobre la iglesia (2 Ts. 2:3, 4, 7).

“El ‘hombre de pecado’, que también es llamado ‘misterio de iniquidad’, ‘hijo de perdición’ y ‘el inicuo’, representa
al papado, el cual, como está predicho en las profecías, conservaría su supremacía durante 1.260 años”. CS, 405.

Este poder que ya estaba obrando en forma limitada (2 Ts. 2:7) obraría “por obra de Satanás, con gran poder y
señales y prodigios mentirosos” (v. 9). La forma sutil de su crecimiento había de ser tan astutamente disfrazada que
sólo los que creyesen sinceramente la verdad y la amasen, estarían a salvo de sus pretensiones engañosas (vv. 10-
12).

El apóstol Juan escribió que “muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn. 4:1), y un poco después que
“muchos engañadores han salido por el mundo” (2 Jn. 7). Esto, afirmó, es el “espíritu del anticristo, el cual vosotros
habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Jn. 4:3).
Estas predicciones advertían de la presencia de fuerzas siniestras que ya obraban en la iglesia, fuerzas que
presagiaban herejías, cisma y apostasía de proporciones mayores.

Pretendiendo poseer privilegios y autoridad que pertenecen solo a Dios, y sin embargo obrando mediante principios
y métodos opuestos a Dios, este instrumento finalmente engañaría a la mayoría de los cristianos para que aceptasen
su liderazgo, y así se aseguraría el dominio de la iglesia (Hch. 20:29-30; 2 Ts. 2:3-12).

El Apocalipsis de Juan está edificado sobre el fundamento ya establecido en el libro de Daniel. En concreto,
Apocalipsis 13 es la ampliación de Daniel 7.

Hay un solo anticristo en Daniel 7 al 12, 2 Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 13. La profecía indica repetidamente que
el anticristo medieval (el papado) y sus persecuciones serán reavivadas en la última generación en una escala
universal (Dn. 11:40-45; 12:1; Ap. 13:15-17).

Una comparación con las profecías de Daniel acerca del poder blasfemo sucesor de Roma pagana (cf. Dn. 7:8, 19-
26), y con la descripción que hace Juan de la bestia semejante a un leopardo (cf. Ap. 13:1-18), revela muchas
similitudes entre las tres descripciones.
Esto lleva a la conclusión de que Daniel, Pablo y Juan están hablando del mismo poder, a saber: el papado (cf. CS,
53-58, 405).

El poder que aquí se describe puede identificarse en un sentido más amplio con Satanás, quien por muchísimo
tiempo se ha esforzado por ser “semejante al Altísimo” (cf. Is. 14:14).

El “anticristo” original y por antonomasia es Satanás, quien siempre se ha opuesto a Cristo con la ayuda de varios
instrumentos humanos. (Is. 14:12-14; Ez. 28:12-13).

“Satanás está obrando con suma intensidad para presentarse como Dios, y para destruir a todos los que se oponen a
su poder. Y hoy en el mundo se está postrando delante de él. Se recibe su poder como poder de Dios”. 2 JT, 369.

“La resolución del anticristo de llevar a cabo la rebelión empezada por él en el cielo, continuará animando a los
hijos de desobediencia”. 3 JT, 393-394.

“En esta época aparecerá el anticristo como si fuera el Cristo verdadero, y entonces la ley de Dios será
completamente invalidada… Pero el verdadero director de toda esta rebelión es Satanás vestido como un ángel de
luz. Los hombres serán engañados y lo exaltarán en lugar de Dios, y lo deificarán. TM, 651.

“El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros. El anticristo va a efectuar ante nuestra vista obras
maravillosas”. CS, 651.

“El espíritu del anticristo está prevaleciendo en el mundo mucho más ampliamente de lo que ha prevalecido antes”.
EW, 7 CB, 962 [R&H, 8-11-1892].

“El anticristo, lo cual incluye a todos los que los que se ensalzan contra la voluntad de Dios, experimentarán en el
tiempo señalado la ira de Aquel que se dio a sí mismo para que no perecieran sino que tuvieran vida eterna”. EW, 7
CB, 961 [MS, 9, 1900].

“Toda la sociedad está clasificada en dos grandes clases: los obedientes y los desobedientes. ¿En cuál de esas clases
seremos hallados?
Los que guardan los mandamientos de Dios, los que viven no sólo de pan sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios, componen la iglesia del Dios viviente. Los que prefieren seguir el anticristo son súbditos del gran apóstata”.
EW, 7 CB, 961 [MS, 24, 1891].

“[…] todo el cielo está del lado de Cristo y no del anticristo”. EW, 7 CB, 961 [MS, 9, 1900].

“Tened cuidado de que no seáis entrampados. Leed las advertencias que han sido dadas por el Redentor del mundo
a sus discípulos, para que ellos a su vez las impartan al mundo. La Palabra de Dios es una sólida roca, y podemos
afirmar nuestros pies con seguridad sobre ella”. EW, 7 CB, 963 [MS, 27, 1894].

Las bestias de las profecías de Apocalipsis 13 y 17, han sido identificadas con el anticristo, como asimismo el
blasfemo y perseguidor “cuerno pequeño” de Daniel 7. Para los adventistas el anticristo es conocido de manera
amplia y generalmente como el papado, representado por el “cuerno pequeño” de Daniel 7, y la “bestia” de
Apocalipsis 13.

LA MARCA DE LA BESTIA

La Marca de la Bestia.

El libro de Apocalipsis trata el tema de la marca de la bestia con una seriedad impresionante y cuando habla de
aquellos que la reciben usa el lenguaje más fuerte y amenazante que podríamos imaginar (cf. Ap. 14:6-12).

Según la revelación, quienes reciban la marca de la bestia se perderán. Lo terrible es que la mayoría de las personas
la recibirá, a menos que conozca de qué se trata y decida ponerse de parte de Dios, cueste lo que costare.
La humanidad se esta dividiendo rápidamente en dos grupos: Aquellos que seguirán a la bestia o a su imagen y que
recibirán su marca y “los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

Los que reciben la marca son los “habitantes de la tierra” (los que moran en la tierra), son los que siguen a la bestia
anticristo y representan la hostilidad universal de la tierra contra Dios.

“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano
derecha, o en la frente”. Ap. 13:16.

Aspectos contratantes entre:

Sello de Dios Marca de la bestia


a. Simboliza un compromiso religioso: a. Simboliza un compromiso religioso:
Cristo. anticristo.
b. Contiene motivo intrínsicos de b. Contiene motivo intrínsicos de
pertenencia y protección (Ez. 9:4; Ap. pertenencia y protección (Ap. 9:4;
7:2, 3). 13:16, 17).

c. Representa el carácter que c. Representa el carácter que


corresponde con la mente de Cristo. corresponde con la mente del
anticristo.
d. Representan los nombres o la d. Representan los nombres o la
reputación de quienes lo llevan (14:1; reputación de quienes lo llevan (13:17;
22:4). 17:5).
e. El Cordero empela la persuasión. e. La bestia emplea la coerción.

f. Están bajo la protección de Dios. f. Están bajo la protección de Satanás.

g. Es una señal religiosa de lealtad. g. Es una señal religiosa de lealtad.

h. El sello identifica el verdadero culto h. La marca identifica el verdadero


de adoración a Dios: el sábado (Ap. culto de adoración a Satanás (la
14:7). bestia): el domingo.
“El sello de Dios protege de la ira de Dios (Ap. 15:2, 3; 16:2) pero no de la ira de la bestia (13:15, 17). De manera
similar, la marca de la bestia protege de las sanciones económicas (v. 17) y de decreto de muerte (v. 15) de la bestia,
aunque hace a sus poseedores elegibles para recibir la ira de Dios (14:9-11).

La marca de la bestia es la parodia demoníaca del sello de Dios.


Ambas señales se las coloca: “en la frente” (el lugar de asentimiento y convicción mental) o “en la mano” (el lugar
de la conformidad externa).

El “sello” sobre la frente de los fieles es una señal religiosa de lealtad, porque se lo explica como el nombre del
Cordero y el del Padre escritos en sus frentes (Ap. 14:1). Claramente, reflejan el carácter de Dios y de su Hijo (cf.
Jn. 15:10).

La “marca” de la bestia, en cambio, es una señal religiosa que representa la mente y el carácter del anticristo
rebelde. La marca representa “el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Ap. 13:17), lo que simboliza el
carácter jactancioso y el espíritu autonómico del anticristo.

La prueba final de adoración verdadera no es creer porque hay milagros, los que pueden ser engañosos (Ap. 13:14;
19:20; Mt. 24:24), sino creer en la “Palabra de Dios y en el testimonio de Jesús” (Ap. 1:9; 6:9; 12:17; 20:4).

“Juan fue llamado a contemplar a un pueblo distinto de los que adoran a la bestia o a su imagen al guardar el primer
día de la semana. La observancia de este día es la marca de la bestia”. TM, 130.
“La lucha en ese tiempo tendrá como centro la ley de Dios, específicamente el cuarto mandamiento… por lo tanto,
la observancia del domingo constituirá una señal, pero eso será sólo cuando resurja el poder de la bestia y la
observancia del domingo se imponga como una ley civil que debe cumplirse”. 7 CB, 836.

“La marca de la bestia es lo opuesto a esto (al sábado): la observancia del primer día de la semana. Esta marca
distingue a los que reconocen la supremacía de la autoridad papal de aquellos que reconocen la autoridad de Dios”.
3 JT, 232.

“La observancia del domingo todavía no es la marca de la bestia, y no lo será hasta que salga el decreto que obligue
a los hombres a santificar este día de reposo idolátrico. Vendrá el tiempo cuando este día será la prueba, pero aún no
ha venido”. EW, 7 CB, 977 [MS, 118, 1899].

“Ya que el sábado, no el domingo, está especificado en la Biblia, ¿no es curioso que los no católicos que profesa
basar su religión directamente en la Biblia, y no en la Iglesia, observen el domingo en lugar del sábado?

La costumbre de guardar el domingo descansa sobre la autoridad de la iglesia Católica y no sobre un texto
explícito de la Biblia”. John A. O´Brien, The Faith of Millions (La fe de millones); en Huntington, Our Sunday
Visitor, 1974, 400, 401.

“Como signo de la autoridad de la Iglesia Católica, los escritores católicos citan ‘el acto mismo de cambiar el sábado
al domingo, cambio en que los protestantes consienten… porque al guardar estrictamente el domingo ellos
reconocen el poder de la iglesia para ordenar fiestas y para imponerlas so pena de incurrir en pecado’”. CS, 501
(Henry Tuberville, An Abridgment of the Christian Doctrine, 58).

“¿Qué es, pues, el cambio del día de descanso, sino el signo o marca de la autoridad de la iglesia romana, ‘la marca
de la bestia’?” CS, 501.

“Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su
lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma,
‘la marca de la bestia’”. CS, 502, 503 [cf. EW, R&H, 13-7-1897].

“Los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico;
y ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la iglesia católica, que creen honradamente que
el domingo es el día de reposo divinamente instituido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad.

“Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación
del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que
no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios:

“rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma: adorará la bestia y su imagen.
Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su
lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma,
‘la marca de la bestia’.

“Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a
escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la
transgresión recibirán ‘la marca de la bestia’”. CS, 502, 503.

“Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son
dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y
amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos.

“Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios para obedecer una ordenanza humana, recibe la
marca de la bestia; acepta el signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en lugar de obedecer a Dios”.
CS, 662.

SEISCIENTOS SESENTA Y SEIS


666
666.

“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su
número es seiscientos sesenta y seis”. Ap. 13:18.

Numerosos estudiosos de la Biblia han llegado a diversas explicaciones del número 666. Pero, lo importante es que
la Palabra nos ha dado suficiente información para saber cuales son los temas claves y quienes son los actores en los
últimos días.

Debe notarse que la bestia ya ha sido plenamente identificada. El número proporciona una evidencia que confirma
esta identificación.

La marca, el nombre y el número de la bestia están vinculados estrechamente (Ap. 13:17).

El método de la gematría. Le asigna un valor numérico a cada letra en un lenguaje seleccionado, sumando de esa
manera las letras de una palabra.

Una interpretación que se divulgó durante la Reforma, fue que 666 representa o equivale a Vicarivs Filli Dei, que
significa “Vicario Hijo de Dios”, uno de los títulos del papa de Roma.

Uno de los títulos del papa es VICARIVS FILII DEI: vicario del Hijo de Dios. Las letras del título que son
numerales romanos al sumarlos forman “su número” en la siguiente forma.

VICARIVS FILII DEI (valor numérico).

“¿Cuáles son las letras que se supone que están en la corona del papa, y qué significan, si es que tienen
significado?”. Respuesta:

“Las letras grabadas en la mitra del papa son éstas: Vicarivs Filii Dei, que en latín significan Vicario del Hijo de
Dios. Los católicos sostienen que la iglesia, que es una sociedad visible, debe tener una cabeza visible”. Revista
católica, Our Sunday Visitor, 18 abril 1915, 3.

La edición de la misma revista del 15 de noviembre de 1914, admitía que los números latinos sumados daban un
total de 666, pero añadía que muchos otros nombres también dan ese total.

Esta coincidencia de por sí sola no es una prueba concluyente, pero en el contexto de la profecía agrega un detalle
más para la identificación del poder representado por la bestia.

Juan no usa el método de la gematría en el Apocalipsis, sino la interpretación simbólica del número 666, al igual que
144.000 y el 1.600 de Ap. 14.

Así como el 4 representa o simboliza la universalidad o totalidad, el 7 el descanso y la perfección, y el 12 pueblo del
pacto de Dios o la iglesia, así también el 6 pudo haberse percibido como un símbolo para el hombre sin Dios y sin
el descanso que da Dios.

La tradición bíblica asocia el número 6 con los seres humanos, dado que fueron creados el sexto día.
El número 6 simboliza la autosuficiencia y el orgullo de la persona que no necesita a Dios.
La triple repetición del número 6 hace alusión al deseo de la criatura de usurpar el papel de Dios. De hecho, el
número 3 es el número de Dios.

Repetir el número humano tres veces viene a ser lo mismo que promover lo humano al nivel de lo divino, que es tres
veces santo (Is. 6:3; Ap. 4:8).

El número de la bestia delata su carácter y su vocación: 666. Es un “número de hombre”, explica el Apocalipsis
(13:18).

Al llamar 666 a este poder, el Apocalipsis revela la verdadera naturaleza de la bestia del mar.
Detrás de su máscara de religiosidad, asecha la aspiración de poder exclusivamente humano. La iglesia no
tiene ningún interés en Dios. Es todo un juego político.
El número de hombre, el 6, es legítimo sólo cuando lleva al 7, a la gloria y soberanía de Dios.
“Sin embargo, 666 representa la negativa del hombre de proceder hacia el 7, de dar gloria a Dios como
Creador y Redentor.

Representa la fijación del hombre consigo mismo, el hombre buscando la gloria en sí mismo y en sus propios
poderes creadores sin Dios: la práctica de prescindir de Dios.

Demuestra que el hombre impenitente es malo en forma persistente. La bestia de Ap. 13 representa al hombre
ejerciendo su soberanía aparte de Dios, el hombre conformado a la imagen de la bestia más bien que a la imagen de
Dios. El hombre aparte de Dios llega a ser bestial, demoniaco”. Beatrice Neall, The Concept of Character in the
Apocalypse with implications for Character Education [El concepto del carácter en el Apocalipsis con implicaciones
para la edificación del carácter], 154. Citado en Las profecías del fin, de Hans K. LaRondelle, 318.

“Ser identificado con el 6 es experimentar lucha sin el descanso del Cordero. La bestia y su imagen tienen el
número que identifica la lucha incesante modelada por su líder que es Satanás. Así el 6 es el símbolo numérico de la
inquietud del perdido. Sin el Cordero, nunca pueden encontrar descanso”. Roy C. Naden, El Cordero entre las
bestias, 200; citado en Las profecías del fin, de Hans K. LaRondelle, 318.

Desde Constantino y Clodoveo, la iglesia ha codiciado el poder político. Ha vendido su alma por el reconocimiento
mundanal y ahora esta respaldada por la bestia de la tierra.

La profecía cierra con el frío cepo del totalitarismo. El número 666 hace que las últimas palabras de la profecía sean
frías e insensibles; como si la esperanza y el trato humanitario ya no fuesen una opción.

Cuando compartimos con otros el contenido de Apocalipsis 13 deberíamos dar prioridad al evangelio.
Luego en el momento apropiado, los introducimos en las profecías.

No debemos atacar a personas o denominaciones, sino más bien invitar a la iglesia cristiana a que vuelva a la Biblia
como regla de creencias y prácticas. Esto debe hacerse con espíritu de humildad, procurando ganar amigos. El
Espíritu de Cristo debería controlar lo que hacemos.

Citas extras

“Debemos tener cuidado de no herir, lastimar y condenar a los que no tienen la luz que nosotros tenemos. No
debemos perder la línea y lanzar estocadas duras contra los católicos. Entre los católicos hay muchos que son
cristianos muy concienzudos, y que andan en toda la luz que resplandece sobre ellos; y Dios obrara a favor suyo.
Los que han tenido grandes privilegios y oportunidades, pero que dejaron de mejorar sus facultades físicas, mentales
y morales, y vivieron para agradarse a sí mismos, negándose a llevar su responsabilidad, están en mayor peligro y
condenación delante de Dios que los que yerran en puntos de doctrina, y sin embargo, tratan de vivir para hacer bien
a otros. No censuremos a los demás; no los condenemos”. OE, 344.

“Hay cristianos verdaderos en cada iglesia que no conocen el origen del día de reposo dominical, y creen que están
observando el día que Dios santificó y bendijo. Esto se aplica incluso a adoradores dentro de la Iglesia Católica; y
mientras existe esta condición de ignorancia e integridad, Dios acepta su sinceridad; pero cuando la luz cae sobre su
camino, Dios requiere que se pongan en armonía con su ley, y que observen el día de reposo que él estableció”.
EW, Sings of the Times, 19 de noviembre, 1894.

“Al llevar el mensaje, no hagas ataques personales contra otras iglesias, ni siquiera la Iglesia Católica. En las
diferentes denominaciones, los ángeles de Dios ven a muchos que pueden ser alcanzados únicamente con el mayor
tacto. Por lo tanto, seamos cuidadosos con nuestras palabras”. EW, Pacific Unión Recorder, 23 de octubre, 1902.

LA BESTIA DE DOS CUERNOS

La Bestia de dos cuernos.

La nueva revelación sorprendente en el capítulo 13 es la predicción de un tercer agente en la conspiración satánica


contra la Santa Trinidad.
“Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como
dragón”. Ap. 13:11.

Después, a esta bestia terrestre se la denomina solamente “el “falso profeta” (16:13; 19:20; 20:4). Su tarea consiste
en servir a la bestia del mar engañando a los moradores de la tierra con sus señales y milagros (13:14, 15).

Apocalipsis 13 hace sonar la campana de alarma para la iglesia de Cristo. Será engañada cada vez más por una
conspiración genial de una religión cristiana falsificada, respaldada por milagros sobrenaturales.

La esfera de influencia de estos tres poderes mundiales hostiles, abarcan todo el cosmos: el dragón era del cielo, la
primera bestia vino del mar y la segunda de la tierra.

La asociación íntima de lo tres monstruos apocalípticos (cf. 16:13, 14) los une en su castigo divino: el lago de
fuego ardiente (Ap. 19:20; 20:10). Pero dentro de su unión y oposición a la Santa Trinidad, cada socio permanece
distinto de los otros, cada uno desempeñando un papel específico.

El punto crucial de Apocalipsis 13:11-17 es en qué momento se levantará y cómo se relaciona con la primera bestia,
y por qué características puede ser reconocido en el tiempo del fin.

“Cuando la primera bestia fue llevada en cautividad en 1798… los Estados Unidos crecían en prominencia y poder.
La nación se levantó, no en el Viejo Mundo, con sus multitudes, sino en el Nuevo Mundo, con sus relativamente
pocos habitantes”. 7 CB, 834 [cf. CS, 492-494].

La constitución de EE. UU. fue ratificada en 1798, el mismo año en que estalló la Revolución Francesa que a su
tiempo pondría fin al período de 1260 años de poderío papal.

La bestia de la tierra aparecía con “dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”. Ap.
13:11.

El cordero es un símbolo por excelencia de Cristo en el Apocalipsis. La apariencia como cordero de la bestia de la
tierra indica la naturaleza del último fraude en la prueba final de fe.

La bestia de la tierra desea que se la tome como semejante a Cristo, pero sus palabras revelan las mentiras, las
herejías, y los planes asesinos del dragón y de la bestia del mar.

Se la detecta en la forma que esta bestia “habla como dragón” (o serpiente, Ap. 12:9; Gn. 3).
Jesús ha advertido: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces” (Mt. 7:15).

“Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mt. 24:24).
Esta advertencia anticipada de Jesús que presenta Mateo 24, está elaborada en Apocalipsis 13.
La bestia de la tierra realizará “grandes señales” (Ap. 13:13) y se la caracteriza como “el falso profeta”
(16:13; 19:20; 20:10).

Apocalipsis 13 describe una trampa del tiempo del fin con un Cristo falso y con un falso profeta diferente, con el fin
de alcanzar un blanco común: unir a todo el mundo en rebelión contra Dios (cf. Ap. 16:13, 14).

Aparece en el panorama de la historia sólo después que la bestia de la tierra ha dominado por 42 meses y ha recibido
su herida mortal (Ap. 13:2).

Este punto en la historia del falso profeta es de importancia histórica para la iglesia. Su actividad significa el
comienzo del acto final en el drama de los siglos que conduce al último enfrentamiento entre Cristo y el anticristo:
“el Armagedón”.

Su propósito es seducir al mundo e inducir a todas las naciones a adorar al anticristo, “la bestia cuya herida mortal
fue sanada” (Ap. 13:12-14). Para realizar esto el falso profeta “mandará” a los moradores de la tierra “que le hagan
imagen a la bestia que tiene la herida de espada y vivió” (Ap. 13:14).

Lugar. Salió de la tierra, y no del mar como las otras bestias. Como el mar representa a las gentes, la tierra debe
representar un territorio escasamente poblado, como los Estados Unidos en esos primeros años.
2 Cuernos semejantes a un cordero.
Esos 2 cuernos sin coronas, podrían ser las dos características especiales del gobierno de los EE.UU.:

1. Un gobierno sin rey, un gobierno republicano.


2. Separación de la iglesia y el estado.
Esas características aseguran las dos libertades básicas del ser humano: civil y religiosa.

“Se ha demostrado que los Estados Unidos de Norteamérica son el poder representado por la bestia de dos cuernos
semejantes a los de un cordero”. CS, 635.

“Una nación y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata
aquí de los Estados Unidos de Norteamérica”. CS, 493.

Es el sector del protestantismo que, después de recibir la verdad, la rechace, apostatando y uniéndose para requerir
el apoyo del estado.

El cambio de la bestia de 2 cuernos.

1. Hablará como dragón, y el dragón es un poder perseguidor (v. 11).


2. Ejerce todo el poder de la primera bestia (Roma); utiliza sus mismos métodos para imponer por la fuerza
prácticas religiosas (v. 12).

El dragón está enojado con la iglesia y busca su destrucción por medio del poder de los dos cuernos (Ap. 12.17;
13:11-17).

La erosión de las libertades civiles y religiosas, acompañada por cambios repentinos en el medio podrían resultar en
el colapso de las libertades de la minoría a favor de la mayoría.
La implementación de una ley que exigía el arresto y la encarcelación de 70.000 ciudadanos norteamericanos de
origen japonés, solicitada por el presidente de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y aprobada
por el Congreso.

“En las guerras futuras no se le podrá asegurar a ninguna persona que pertenezca a una minoría racial, religiosa,
cultural o política que el prejuicio y la intolerancia de la comunidad no se exprese en un programa de represión
justificada como

‘necesidad militar’, con la resultante pérdida de sus derechos básicos como miembro de una sociedad libre”. Kelly
y Harbison, American Constitution, 861.

La profecía indica que las leyes persecutorias vendrán no por presiones de una necesidad política o militar, sino por
presiones religiosas para traer consigo la destrucción de los fieles seguidores de Dios.

3. Hace que todos adoren a la primera bestia (v. 12).


4. Dice a los moradores de la tierra que deben hacer una imagen de la primera bestia.

“¿Pero qué es la ‘imagen de la bestia’? ¿Y cómo se formará? La imagen es hecha por la bestia de dos cuernos y es
una imagen de la primera bestia. Así que para saber a qué se asemeja la imagen y cómo será formada, debemos
estudiar los rasgos característicos de la misma bestia: el papado.

[…] Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera el
gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines”. CS, 496 (cf.
496-503).

Si la bestia que ascendió del mar es una iglesia que se unió con el estado y persiguió a muchas personas, una imagen
debe ser algo similar -el protestantismo apóstata utilizando el poder civil del estado para imponer la religión por la
fuerza (v. 14).

El papado, en su momento de plenitud, fue una unión de Iglesia y Estado. Aun hoy en su forma reducida, el papa
continua siendo reconocido no sólo como cabeza política de un estado sino también como el dirigente religioso del
catolicismo romano.
El establecimiento de una unión entre el Estado y la Iglesia en los Estados Unidos haría que la comunidad religiosa
de la nación se uniera lo suficiente como para influir a los poderes legislativos de la nación para que promulguen
leyes en beneficio de sus creencias religiosas.

Una unión tal entre la Iglesia y el estado inevitablemente significará persecución para los disidentes, como ocurrió
en Europa en siglos pasados. Otras naciones seguirán su ejemplo.

5. Da vida a la imagen de la primera bestia: el estado apoyará los dictados del cristianismo apóstata (v. 15).
6. Hace que todos reciban la marca de la bestia (v. 16).

7. Crea las condiciones necesarias para que nadie pueda comprar o vender a menos que tenga la marca; deroga las
libertades más elementales; anula algunos derechos individuales (v. 16).
8. Pronuncia un decreto de muerte contra todos los que no adoran a la primera bestia (v. 15).

“Los EE.UU. son un país que ha estado bajo el escudo especial del Omnipotente. Dios ha hecho grandes cosas para
este país, pero transgrediendo su ley, los hombres han hecho una obra originada por el hombre de pecado. Satanás
está llevando a cabo sus designios para implicar a la familia humana en la deslealtad”. EW, 7 CB, 975 [MS, 17,
1906].

“La profecía del capítulo 13 del Apocalipsis declara que el poder representado por la bestia de cuernos semejantes a
los de un cordero haría ‘que la tierra y los que en ella habitan’ adorasen al papado -que esta simbolizado en ese
capítulo por una bestia ‘parecida a un leopardo’.

“La bestia de dos cuernos dirá también ‘a los que habitan sobre la tierra, que hagan una imagen de la bestia’; y
además mandará que ‘todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así
libres como esclavos’, tengan la marca de la bestia (Ap. 13:11-15, VM).

“Se ha demostrado que los Estados Unidos de Norteamérica son el poder representado por la bestia de dos cuernos
semejantes a los de un cordero, y que esta profecía se cumplirá cuando los Estados Unidos hagan obligatoria la
observancia del domingo, que Roma declara ser el signo característico de su supremacía”. CS, 635, 636.

“La imposición de la observancia del domingo por parte de las iglesias protestantes es una imposición de que se
adore al papado, o sea, la bestia…

Pero por el mismo hecho de imponer un deber religioso con ayuda del poder secular, las mismas iglesias le estarían
elevando una imagen a la bestia; de aquí que la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos
equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen”. CS, 502.

“Cuando las iglesias de nuestra tierra [EE.UU.], uniéndose en los puntos de fe que tienen en común, influyan sobre
el estado para reforzar sus decretos y revigorizar sus instituciones, entonces el protestantismo de América habrá
formado una imagen de la jerarquía romana. Entonces, la verdadera iglesia será asaltada por la persecución como lo
fue el antiguo pueblo de Dios”. EW, Spirit of Prophecy, t. 4, 278.

Para ser “vencedores”, los creyentes deben ser testigos fieles y verdaderos, y estar dispuestos a entregar sus vidas
para sostener y preservar “el testimonio de Jesús”, aun ante tribunales del anticristo (cf. Ap. 11:7; 12:11; 20:4).

Mientras que todo el mundo adore a la bestia aparentemente invencible (Ap. 13:4), el Apocalipsis de Juan asegura a
la iglesia: “El Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de reyes; y los que están con él son
llamados y elegidos y fieles” (17:4).

MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES

Mensaje de los Tres ángeles.

Los mensajes de los 3 ángeles de Apocalipsis 14:6-12 colocan los temas del evangelio eterno en el centro de nuestra
atención.

“El capítulo catorce del Apocalipsis es sumamente interesante. Pronto será comprendido en todos sus alcances y los
mensajes dados a Juan el revelador serán repetidos con claridad”. EW, 7 CB, 989 [R&H, 13-10-1904].
El Apocalipsis indica que hay dos poderes en este planeta, cada uno con un plan específico de conquistar a la raza
humana.

PLANES GLOBALES
El Plan de Dios El Plan del Dragón
1. Instrumentos: Tres 1. Instrumentos: Tres
ángeles. Ap. 14:6, 8, 9. espíritus inmundos.
Ap. 16:13.
2. Métodos: Proclamación 2. Métodos: Realización
del evangelio. 14:6. de milagros. 16:14.
Alcanzar a toda nación, Ir a los reyes de la
tribu, lengua y pueblo. 14:6. Tierra. 16:14.

3. Propósito: 3. Propósito:
Desenmascarar los poderes del mal. Engañar al mundo.
Ap. 14:8-10. Ap. 16:14; 13:13.
Reunir al remanente en el monte Reunir a los reyes de la
Sión. Ap. 14:1-3. Tierra en Armagedón.
Ap. 16:14.

4. Resultado final: Victoria. Ap. 14:4. 4. Resultado final: Derrota. Ap.


16:19.

Estos dos planes globales son esencialmente incompatibles, de modo que uno de los dos quedará completamente
excluido.

Principales características.
1. Estos mensajes son el evangelio eterno, saturados de luz, vida y amor. Aún en sus características más estrictas, su
propósito no es condenarnos sino salvarnos. Sin embargo, su rechazo provoca el juicio de Dios.

2. Estos mensajes tienen una aplicación universal, para todo el mundo, sin excluir a ninguna persona ni grupo racial.

3. Son mensajes altamente concentrados y resumen la revelación divina en un mensaje telegráfico celestial.

4. Debemos considerar estos mensajes a la luz de condiciones del mundo al cual se dirigen.

Cristo y los profetas anunciaron la maldad, el error y los conflictos sin precedentes de nuestro tiempo.
No debe sorprendernos que esos mensajes se destaquen nítidamente por su sentido de urgencia y su profundo interés
en el destino de la familia humana.

Los mensajes de los 3 ángeles abarcan todas las fases de la experiencia humana y de la historia. Debemos vivir y
enseñar esta verdad bajo la dirección del Espíritu Santo y de los ángeles del cielo.

Tres clases de personas escuchan los mensajes de los 3 ángeles:


1. Personas sin principios, 2 Ti. 3:1-5.
2. Personas irreligiosas, 2 P. 3:3, 4.
3. Personas fieles, Fil. 2:14-16.

Como adventistas, hemos sido llamados a predicar el mensaje de los 3 ángeles de Ap. 14. A menudo nos referimos a
él como la “verdad presente” (cf. 2 P. 1:12), creyendo que este mensaje es específicamente para nuestro tiempo y no
para alguna otra era.

Los mensajes de los 3 ángeles despiertan el celo misionero en todos los que los reciben y comprenden su valor. Se
consagran a una vida de devoción a Dios y de servicio a la humanidad.

“Debiéramos sentir ahora la responsabilidad de trabajar con intenso fervor en impartir a otros las verdades que Dios
ha dado para este tiempo…
“Es necesario despertar a los hombres para que comprendan la solemnidad del tiempo, la proximidad del día en que
terminará el tiempo de prueba de los hombres. Deben hacerse esfuerzos definidos para presentar a la gente, y en
forma descollante, el mensaje para este tiempo”. Ev, 16.

Los 3 ángeles establecen claramente el amor imparcial aunque personal a “cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo”.
Todo el mundo es su campo misionero.

La manera como vivimos estos mensajes mientras los proclamamos influirá decisivamente en los que lo reciben.
Procuremos vivir genuinamente estos mensajes de modo que presentemos a Jesús en la hermosura de su santidad.

“Vi que una compañía se mantenía de pie bien guardada y firme, negando su apoyo a aquellos que querían trastornar
la fe establecida del cuerpo. Dios miraba con aprobación a esa compañía. Me fueron mostrados tres escalones: los
mensajes del primer ángel, del segundo y del tercero.

Dijo mi ángel acompañante: ‘¡Ay de aquel que mueva un bloque o una clavija de esos mensajes! La verdadera
comprensión de esos mensajes es de importancia vital. El destino de las almas depende de la manera en que son
recibidos’.

Nuevamente se me hizo recorrer esos mensajes, y vi a cuán alto precio había obtenido su experiencia el pueblo de
Dios. La obtuvo por mucho padecimiento y severo conflicto. Dios lo había conducido paso a paso, hasta ponerlo
sobre una plataforma sólida e inconmovible”. PE, 258, 259.

EL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL

El Mensaje del Primer Ángel.

“Juan en el Apocalipsis predice la proclamación del mensaje evangélico precisamente antes de la segunda
venida de Cristo”. LPGM, 208.

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación tribu, lengua y pueblo”. Ap. 14:6.

“En la profecía, esta amonestación referente al juicio, con los mensajes que con ella se relacionan, es seguida por la
segunda venida del Hijo del hombre en las nubes de los cielos. La proclamación del juicio es el anuncio de que la
segunda aparición del Salvador está por acaecer.

Y a esta proclamación se denomina el Evangelio eterno. Así se ve que la predicación de la segunda venida de
Cristo, el anuncio de su cercanía, es una parte esencial del mensaje evangélico”. LPGM, 208.

El mensaje: Lo que se proclama es el “evangelio eterno” (Ap. 14:6). Es eterno porque es inmutable,
permanentemente válido, verdadero para siempre.

El ‘evangelio’ se refiere a la obra salvadora de Cristo y a su encarnación, ministerio, muerte, resurrección y obra
sumo sacerdotal en nuestro favor.

También incluye el juicio final (Ro. 2:16) y el regreso de Cristo (1 Ts. 1:5, 9, 10). Debemos proclamar hoy que la
salvación es sólo por fe en Cristo, una fe que lleva a la obediencia.

“La predicación del Evangelio no ha sido encargada a los ángeles, sino a los hombres. En la dirección de esta obra
se han empleado ángeles santos y ellos tienen a su cargo los grandes movimientos para la salvación de los hombres;
pero la proclamación misma del evangelio es llevada a cabo por los siervos de Cristo en la tierra”. CS, 357.

“El primer ángel simboliza el remanente de Dios que lleva el evangelio eterno a todo el mundo. Este evangelio es el
mismo mensaje de buenas nuevas del infinito amor de Dios que los antiguos profetas y apóstoles proclamaron (He.
4:2).

“El remanente no presenta un evangelio diferente; por el contrario, en vista del juicio, reafirma ese evangelio eterno
según el cual los pecadores pueden ser justificados ‘por fe’ y recibir así la justicia de Cristo”. Creencias de los
Adventistas del Séptimo Día, 187.
Tiempo: “El mismo mensaje revela el tiempo en que este movimiento debe realizarse. Se
dice que forma parte del ‘evangelio eterno’; y que anuncia el principio del juicio.

El mensaje de salvación ha sido predicado en todos los siglos; pero este mensaje es parte del Evangelio que sólo
podía ser proclamado en los últimos días, pues sólo entonces podía ser verdad que la hora de su juicio había
llegado”. CS, 404.

La audiencia: La proclamación es universal, porque el fenómeno del pecado también es universal. El evangelio
pertenece a todas las razas y grupos étnicos, porque todos son pecadores.
“La divina sabiduría tuvo a bien representar el carácter augusto de la obra que el mensaje debía cumplir y el poder y
gloria que debían acompañarlo, por la pureza, la gloria y el poder del mensajero celestial.

Y el vuelo del ángel ‘en medio del cielo’, la ‘gran voz’ con la que se iban a dar amonestación, y su promulgación a
todos ‘los que habitan’ ‘la tierra’ -‘a cada nación, y tribu, y lengua y pueblo’, -evidencian la rapidez y extensión
universal del movimiento”. CS, 404.

“El primer ángel exhorta a los hombres a que teman al Señor y le den honra y a que le adoren como Creador del
cielo y de la tierra. Para poder hacerlo, deben obedecer su ley”. CS, 489.

El llamado: Éste se expresa mediante 3 imperativos: “Temed a Dios… Dadle gloria… y adorad”.

“diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que
hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Ap. 14:7.

“Temed a Dios”.

Temer a Dios como lo indica Apocalipsis 1:7 significa aproximarse al Señor con reverencia y respeto.
“Incluye el pensamiento de absoluta lealtad a Dios, en una sumisión completa a su voluntad”. 7 CB, 841.

2 tipos contrastantes de temor:


1. Temor a la persecución si se acepta seguir el camino de Dios.
2. Temor de Dios, que nos guía a la obediencia de su voluntad.
En la vida de cada persona, un temor eliminará al otro.

El llamado del primer ángel de temer a Dios es un mandato positivo, y a la vez una promesa.
El temor de Dios evita la perdida de espiritualidad. Es también un estímulo para obedecer la voluntad de
Dios.

El temor de Dios nos induce a no confiar en nosotros mismos. Nos protege contra las actitudes de autosuficiencia
que podrían ofender a otros y representar mal a Jesús. Nos da también la fortaleza de carácter para hacer lo recto a
pesar de la oposición, incomprensión o burla.

“Si teme a Dios, no necesita temer nada más. Si lo complace, obtendrá todo lo que su alma anhela”. CDD, 45.

“Dadle gloria”.

Los seguidores de Cristo producen los frutos del Espíritu en su vida y manifiestan así el carácter de Cristo
(Gá. 5:22, 23; Fil. 1:11).

“Dar gloria a Dios es revelar su carácter en el nuestro, y de esta manera hacerlo conocer. Y glorificamos
a Dios en cualquier forma en que hagamos conocer al Padre o al Hijo”. EW, 7 CB, 990 [MS 16, 1890].

Los seguidores de Cristo producen también, en compañerismo con él, el fruto de nuevos conversos para el reino de
los cielos (Jn. 4:35-39; Ro. 1:13; Sal. 126:5, 6).
“Cristo está tratando de reproducirse a sí mismo en el corazón de los hombres; y esto lo hace mediante los que creen
en él. El objeto de la vida cristiana es llevar fruto, la reproducción del carácter de Cristo en el creyente, para que ese
mismo carácter pueda reproducirse en otros”. PVGM, 42.
“La plenitud del carácter cristiano se alcanza cuando el impulso a ayudar y beneficiar a otros brota
constantemente de adentro, cuando la luz del cielo llena el corazón y se revela en el semblante”.
PVGM, 272.

“Adorad”.

La adoración es devoción reverente y lealtad a Dios. Es una experiencia espiritual que involucra una respuesta
íntegra a Dios, la entrega completa de sí mismo a él.

“El deber de adorar a Dios estriba en la circunstancia de que él es el Creador, y que a él es a quien todos los
demás seres deben su existencia” (Is. 40:25, 26; 45:18). CS, 489.

La advertencia final de Dios se centra en la adoración, es decir, la adoración de la bestia versus la adoración del
Creador (Ap. 13:11-15; 14:7).

“Siete veces en los capítulos 13 y 14 se aplica la palabra ‘adoración’ a la trinidad falsa. ‘Adoración al dragón’.
‘Adoraron a la bestia’. ‘Adoraron a la imagen de la bestia’. Sólo una vez, en toda esta sección, hay un llamado a la
adoración del verdadero Dios.

Si lo verdadero versus lo falso es el tema de discusión en el fin, este pasaje (Ap. 14:7) es el texto central de la
sección, tal vez del libro entero.

Cuando el Apocalipsis finalmente invita a la gente a adorar al verdadero Dios lo hace en el contexto del cuarto
mandamiento, el mandamiento del sábado. Por lo tanto, en un sentido especial, el autor del Apocalipsis
comprendió que el sábado era el tema crucial en la crisis final”. Jon Paulin, What the Bible Says About the End-
Time [Lo que dice la Biblia acerca del tiempo del fin], 126.

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo… más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios… Porque en seis
días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por
tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Ex. 20:8-11.

El sábado cuando se lo experimenta como un encuentro personal con Cristo, es el resultado de la adoración y la
santidad verdaderas. Mr. 2:27, 28; He. 4:4-9; Ez. 20:12, 20.

“Todos los que guarden el séptimo día demuestran al hacerlo que son adoradores de Jehová. Así el sábado será la
señal de lealtad del hombre hacia Dios mientras haya en la tierra quien le sirva…” PP, 315.

“En el capítulo 14 del Apocalipsis se exhorta a los hombres a que adoren al Creador, y la profecía expone a la vista
una clase de personas que, como resultado del triple mensaje, guarden los mandamientos de Dios.

Uno de estos mandamientos señala directamente a Dios como Creador… Resulta pues que el mensaje que manda a
los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, los ha de invitar especialmente a observar el cuarto
mandamiento”. CS, 490, 491.

MENSAJE DEL SEGUNDO ÁNGEL

Mensaje del Segundo Ángel.

“El mensaje del primer ángel en el capítulo 14 del Apocalipsis, que anuncia la hora del juicio de Dios y que exhorta
a los hombres a que le teman y adoren, tenía por objeto separar de las influencias corruptoras del mundo al pueblo
que profesaba ser de Dios y

despertarlo para que viera su verdadero estado de mundanalidad y apostasía. Con este mensaje Dios había enviado a
la iglesia un aviso que, de ser aceptado, habría curado los males que la tenían apartada de él”. CS, 429.

El mensaje del segundo ángel es una apelación urgente motivada por el amor de Dios y por el carácter innegociable
de su verdad.
Este mensaje toma la forma de una denuncia e implica retribución porque los falsos sistemas de salvación, en
general, y el cristianismo en particular han rechazado la luz del mensaje del primer ángel.

Los mensajes segundo y tercero (Ap. 14:8-12) son, en esencia, un llamado a la gente a decidir dónde depositará su
lealtad.

“Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las
naciones del vino del furor de su fornicación”. Ap. 14:8.

El origen de Babilonia está asociado con un espíritu de arrogancia humana y rebeldía contra Dios (Ge. 11:1-9). La
Biblia interpreta el nombre de Babilonia como “confusión”, la confusión producida por el mal y el engaño.

Babilonia antigua Babilonia moderna

a. Blasfema. Dn. 3:1-5. a. Blasfema. Ap. 17:3.


b. Perseguidora. 3:20, 21. b. Perseguidora. 17:6.
c. Orgullosa 4:28-31. c. Orgullosa. 17:4; 18:7.
d. Llena de exaltación propia. 4:28-31.d. Llena de exaltación propia. 18:7.

e. Embriaga toda la tierra. Jer. 51:7. e. Las naciones bebieron de


su vino. 18:4.

f. La gente amonestada a huir de ella. f. “Salid de ella, pueblo mío”. Ap.


Jer. 51:6. 18:4.
g. “En un momento cayó Babilonia”. g. “Ha caído Babilonia”.
Jer. 51:8; Dn. 5:30, 31. Ap. 14:8; 18:2.

h. “Aullad sobre ella”. h. “Llorarán y se lamentarán sobre


Jer. 51:8. ella”. Ap. 18:9, 11.

“La palabra ‘Babilonia’ deriva de ‘Babel’ y significa confusión. Se emplea en la Santas Escrituras para designar las
varias formas de religiones falsas y apóstatas.
En el capítulo 17 del Apocalipsis, Babilonia está simbolizada por una mujer, figura que se emplea en la Biblia para
representar una iglesia, siendo una mujer virtuosa símbolo de una iglesia pura, y una mujer vil, de una iglesia
apóstata”. CS, 431.

En el Antiguo Testamento, Babilonia fue el archienemigo de Dios y de su pueblo (Jer. 50:24, 28, 29); en el
Apocalipsis actúa con el mismo papel. Este enemigo está representado por una ciudad con el fin de enfatizar su
poder político, y también como una prostituta (Ap. 17), para enfatizar su poder religioso.

Babilonia también es descrita con el símbolo de una mujer (Ap. 17:1-4). En las Escrituras, una mujer pura es un
símbolo del pueblo de Dios (Ap. 12:1), mientras que una prostituta representa a los que son infieles a Dios (Ex.
34:15; Is. 1:21; Jer. 2:20; Ez. 16:41).

En el Apocalipsis Babilonia “simboliza todas las organizaciones religiosas apóstatas y sus dirigentes, si bien se
refiere especialmente a la gran alianza religiosa apóstata entre la bestia y su imagen que producirá la crisis que se
describe en Apocalipsis 13:15 al 17”. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 189.

Toda iglesia es parte de Babilonia cuando se une con las iglesias para defender doctrinas no bíblicas.

La infidelidad espiritual:
1. Hay un rechazo de la verdad que conduce a la idolatría, así como también a una mezcla de la verdad con el error
(Jer. 2:23-25; Ose. 1-3).

2. Se establecen alianzas políticas entre aquéllos que fueron parte del pueblo de Dios y las naciones de la Tierra
(Eze. 16:26-29).

“Las denominaciones religiosas caídas son Babilonia. Babilonia ha estado promoviendo doctrinas ponzoñosas, el
vino del error.
Este vino de error se compone falsas doctrinas, tales como la inmortalidad natural del alma, el tormento eterno de
los malos, la negación de la preexistencia de Cristo antes de su nacimiento en Belén, y el defender y exaltar el
primer día de la semana por encima del día santo de Dios.

Estos errores y otros similares son presentados al mundo por las diversas iglesias, y así se cumple el pasaje que dice:
‘porque todas las gentes han bebido del vino del furor de su fornicación’.

Un furor es lo que producen falsas doctrinas, y cuando los reyes y presidentes beben de este vino del furor de su
fornicación, resultan movidos por la ira contra aquellos que no estarán de acuerdo con las herejías falsas y satánicas
que exaltan el descanso espurio, e inducen a los hombres a pisotear el monumento conmemorativo de Dios”. TM,
58.

“La fornicación que se menciona [en 14:8] representa la unión ilícita de Babilonia y las naciones -entre la iglesia
apóstata y los poderes civiles. Se supone que la iglesia está casada con su Señor; al buscar en vez de ello el apoyo
del estado, deja a su Esposo y comete fornicación espiritual (cf. Ez. 16:15; Stg. 4:4)”. Creencias de los Adventistas
del Séptimo Día, 189.

“La caída de Babilonia no será completa sino cuando la iglesia se encuentre en este estado, y la unión de la iglesia
con el mundo de haya consumado en toda la cristiandad. El cambio es progresivo, y el cumplimiento perfecto de
Apocalipsis 14:8 está aún reservado para lo por venir”. CS, 440, 441.

En el mensaje del segundo ángel, Dios nos exhorta a evitar los errores del cristianismo apóstata, porque esos errores
no son inocentes ni inocuos, sino destructivos para el alma. Esos errores presentan un falso evangelio y
un falso mesías que nos desvían de la adoración del Dios verdadero.

“Vi que desde que el segundo ángel proclamará la caída de las iglesias, éstas se han estado volviendo cada vez más
corruptas. Tienen el nombre de seguidoras de Cristo; pero es imposible distinguirlas del mundo.

Los ministros sacan sus textos de la Palabra de Dios, pero predican cosas agradables. Contra esto el corazón natural
no tiene objeción. Lo que resulta odioso para el corazón carnal es tan sólo el espíritu y el poder de la verdad, así
como la salvación por Cristo”. PE, 273.

Pero algunos de los que están en Babilonia aman la verdad y responderán a la invitación de Cristo a salir de
Babilonia y unirse a la iglesia remanente que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús (Ap.
18:4; Is. 48:20; Jl. 2:32; Ap. 12:17).

La religión falsa. (cf. CS, 431-440).


En el AT comúnmente se hace referencia a la nación de Babilonia mediante el símbolo de una mujer (cf. Is. 47:1, 7-
9).

2. La mujer descripta en Ap. 17:1-6 es llamada “ramera”. Esto implica que alguna vez fue una mujer pura, que no
había caído. Su nombre actual es “Babilonia la grande” (v. 5).

3. En un tiempo, la mujer de Ap. 12:1 y la de Ap. 17:1 eran una: el pueblo de Dios, la iglesia de Cristo tal como la
describe el libro de hechos y las epístolas del NT.

4. El apóstol Pablo predijo que habría apostasía en la iglesia cristiana a tal punto que ésta llegaría a ser el “hombre
de pecado”, el sistema papal (cf. 2 Ts. 2:3).

5. El cristianismo formó una unión con el paganismo.


“De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana […].

El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus
doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de
Cristo.

Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del ‘hombre de pecado’,
predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios.
Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un monumento de sus esfuerzos para
sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad”. CS, 53, 54.

6. En el AT, el pueblo de Dios, Israel, esta retratado como casado de Dios (Ez. 16:8).
Las relaciones religiosas ilícitas de Israel son descriptas como prostitución, y al pueblo se lo veía como a una ramera
(cf. Ez. 16:15, 26, 28-38). Dios veía a la nación como a una “mujer caída”.

7. En los primeros siglos, la iglesia cristiana se avino con el paganismo por medio de conexiones ilícitas con el
mundo. Ella también sufrió una caída moral. A causa de su infidelidad a Dios, su esposo, se habla de ella como de
una ramera.

8. Esta apostasía cristiana es designada con el término Babilonia por dos razones:
1. Sus creencias son una mezcla de paganismo y cristianismo (17: 4).
Persigue y oprime a otros cristianos (vv. 6, 18).

“Babilonia la grande”, descripta como una mujer montada sobre una bestia, representa a la unión de Iglesia y Estado
(vv. 3-5). El poder representado es el papado (la bestia de Ap. 13:1-10 y el cuerno pequeño de Dn. 7).

“Babilonia la grande” de los últimos días incluye una gran cantidad de religiones falsas que se colocan en contra de
Dios.

MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL

Mensaje del Tercer Ángel.

El mensaje del tercer ángel es parte del Evangelio eterno, no es un nuevo Evangelio.

“Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su
frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira,

y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube
por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie
que reciba la marca de su nombre”. Ap. 14:9-11.

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Ap. 14:12.

“La más terrible amenaza que haya sido jamás dirigida a los mortales se encuentra contenida en el mensaje del
tercer ángel”. CS, 503.

El mensaje de este ángel proclama la total derrota de la bestia y de su imagen. Varias veces se mencionan la bestia,
la imagen y la marca de la bestia, lo que sugiere que la predicación de este mensaje angélico ocurre durante, y aun
después, del sanamiento de la bestia.

“Se me señaló la época en qué terminaría el mensaje del tercer ángel. El poder de Dios había asistido a sus hijos,
quienes después de cumplir su obra estaban preparados para sobrellevar la hora de prueba que les aguardaba.

Habían recibido la lluvia tardía o refrigerio de la presencia del Señor y se había reavivado el viviente testimonio”.
PE, 279.

“Miles de voces predicarán el mensaje del tercer ángel por toda la tierra… Es así como los habitantes de la tierra
tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad”. CS, 679.

“El tercer ángel de Apocalipsis 14 está representado como que vuela velozmente por el medio del cielo clamando:
‘Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús’.

Aquí se muestra la naturaleza de la obra que debe realizar el pueblo de Dios. Tiene un mensaje tan importante que
se lo representa como volando al presentarlo al mundo. Tiene en sus manos el pan de vida para un mundo
hambriento.
El amor de Cristo lo constriñe. Este es el último mensaje. No hay otro mensaje después de éste; no hay más
invitaciones de gracia que dar después que este mensaje haya realizado su obra. ¡Qué responsabilidad!”. 5 T, 206.

El mensaje del tercer ángel amonesta contra tres cosas:


1. La bestia, o sea el papado.
2. La imagen de la bestia, la cual se formará cuando los Estados Unidos dicten y apliquen leyes para la
observancia del domingo.

3. La marca de la bestia, la cual se recibe cuando se observa el domingo como día sagrado porque es impuesto por la
ley del país a pesar de que todos conocen plenamente los requerimientos divinos acerca de su día santo. Por lo
tanto, implica la transgresión deliberada de la observancia del sábado.

“Se me mostró que el tercer ángel, al proclamar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, representa al pueblo que
recibe este mensaje y levanta la voz para amonestar al mundo a fin de que guarde los mandamientos de Dios como
la niña de su ojo y que en respuesta a esta amonestación muchos aceptarán el sábado del Señor”. 1 T, 77.

“El propósito del mensaje del tercer ángel es preparar al pueblo para que permanezca firme en estos días de peligro.
Debe ser proclamado en alta voz y ha de realizar una obra de la cual muy pocos se dan cuenta”. 8 T, 94.

“Ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la iglesia católica, que creen honradamente que
el domingo es el día de reposo divinamente instituido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad.

Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación
del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que
no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios…

Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger
entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la
transgresión recibirán ‘la marca de la bestia’”. CS, 502, 503.

“La observancia del domingo todavía no es la marca de la bestia, y no lo será hasta que salga el decreto que obligue
a los hombres a santificar este día de reposo idolátrico. Vendrá el tiempo cuando este día será la prueba, pero aún no
ha venido”. EW, 7 CB, 988 [MS, 118, 1899].

La esencia del mensaje del tercer ángel es la experiencia de la justificación por la fe. (cf. 1 MS, 436, 437).

La fe de Jesús: Se refiere a las enseñanzas de Jesús, que enfatiza el compromiso con la verdad tal como es en Jesús.
O se refiere a la fe que tienen los creyentes en Jesús, en su dependencia para la justificación.

“Este mensaje había de presentar en forma más prominente al mundo al Salvador levantado, el sacrificio por los
pecados del mundo entero.

Presenta la justificación por la fe en el Garante [Cristo]; invita al pueblo a recibir la justicia de Cristo, que se
manifiesta en la obediencia a todos los mandamientos de Dios. Muchos han perdido de vista a Jesús…

Este es el mensaje que Dios ordenó que fuera dado al mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser
proclamado en alta voz, y acompañado por el derramamiento de su Espíritu en gran medida”. TM, 91, 92.

“Una clase apoyará un evangelio de diseño humano y adorará a la bestia y a su imagen… La cuestión
final involucrará la adoración verdadera y falsa, el evangelio verdadero y el falso.
Cuando esta cuestión sea claramente presentada ante el mundo, los que rechazan el monumento divino de la
creación, el sábado bíblico, eligiendo adorar y honrar el domingo con pleno conocimiento de que no es el día
designado por Dios para adorar, recibirán la ‘marca de la bestia’.

Esta marca es una señal de rebelión; la bestia pretende que su cambio del día de adoración muestra su autoridad aun
por encima de la ley de Dios”. Seventh-day Adventist Believe… A Biblical Exposition of 27 Fundamental Doctrines,
167.

En contraste, la otra clase de personas identificada por el mensaje del tercer ángel es caracterizada como “los que
guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Ap. 14:12).
Por causa de su fe en la justicia de Cristo como su única esperanza de salvación, aman a Dios y, porque lo aman,
guardan sus mandamientos (1 Jn. 5:2, 3).

El mensaje del tercer ángel presenta un agudo contraste entre dos grupos de personas, que no permite una posición
intermedia. Nadie es neutral en este conflicto.

Hay quienes adoran a la bestia y a su imagen, o aquellos que adoran al Creador (Ap. 14:6-12).
El primer grupo afronta la destrucción eterna; el otro, la vida eterna con Cristo.

Y lo que ayuda a distinguir los dos grupos es que uno se describe como los “guardan los mandamientos de Dios”.
Esto significa todos los mandamientos. (Stg. 2:10, 11).

LA DOBLE SIEGA DE LA TIERRA

La doble Siega de la Tierra.

La venida del Mesías es la culminación de la esperanza bíblica, una esperanza que hasta llegó a inspirar el
tradicional saludo de los primeros cristianos: Marana tha, “Ven, oh Señor” (cf. 1 Co. 16:22).

Cristo está en el centro de la profecía de las dos cosechas. Él es el gran Cosechador en la cosecha final de la tierra.

“Mire, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza
una corona de oro, y en la mano una hoz aguda”. Ap. 14:14.

Esta representación simbólica de la venida de Cristo como Rey y Juez de toda la tierra une dos escenas separadas de
juicio en el AT. (cf. Dn. 7:13 y Jl. 3:13).

Con ingenio creador en Apocalipsis 14, Juan estructura el concepto del juicio alrededor de Cristo como Juez de toda
la humanidad, que es una reinterpretación cristocéntrica del juicio que primero fue introducido por Jesús:

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con poder y gran gloria. Y entonces enviará sus
ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo”. Mr.
13:26, 27; cf. Mt. 24:30, 31.

Durante la audiencia en el tribunal delante del sumo sacerdote Caifás, Jesús declaró bajo juramento que él era en
verdad el Mesías y por consiguiente el Juez final:

“Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo”
(Mt. 26:64; cf. Ap. 14:14).

Apocalipsis 14 comenzó con los 144.000 compañeros del Cordero como las “primicias” para Dios (v. 4). El capítulo
concluye con una visión de la cosecha total de la humanidad. El ángel indica que “la mies de la tierra está
madura” (v. 15).

¿Qué fue lo que causó la maduración mundial de manera que toda la tierra está lista para la cosecha? La
proclamación eficaz del triple mensaje, habilitado por el Espíritu Santo que iluminará toda la tierra (18:15).

La visión del juicio de Apocalipsis 14:14-20 sirve como la confirmación dramática de la parábola de la cizaña de
Jesús.

En su parábola de la cizaña (Mt. 13: 36-43), Jesús amplio el campo hasta darle una extensión universal: “El campo
es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró
es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles”. (vv. 38, 39).

Después enfatizó la separación final entre los malvados y los justos con respecto a su destino eterno:
“Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que
hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloró y el crujir de dientes. Entonces los justos
resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mt. 13:41-43).

“Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona
de gloria, una corona dentro de otra corona”. DTG, 689.

“Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e innumerable muchedumbre, le acompañan en el descenso.
El firmamento parece lleno de formas radiantes -‘millones de millones, y millares de millares’.

Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor. ‘Su
gloria cubre los cielos, y la tierra se llena de alabanza. También su resplandor es como el fuego’ (Hab. 3:3, 4, VM).

A medida que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al príncipe de la vida. Ninguna corona de espinas
hiere ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por gloriosa diadema…” CS, 699.

“Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega;
porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”. Ap. 14:15.

En el antiguo Israel había dos cosechas: la de los granos y la de la fruta (uva y aceituna).
Estas dos cosechas se usan para representar a los santos y a los impíos. La cosecha significa el fin del
tiempo de prueba para todos los seres humanos.

La cosecha de cereales simboliza a todos los verdaderos hijos de Dios (tanto muertos como vivos) de todos los
tiempos; las uvas representan a todos los perdidos (tanto muertos como vivos) que alguna vez han vivido en la tierra.

“Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada”. Ap. 14:16.

El primer ángel que sale del templo clama al Hijo del Hombre para que junte su cosecha. “Juntadme mis santos, los
que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Sal. 5:3).
El segundo ángel viene del altar y clama: “Vendimia los racimos de la tierra… y echó las uvas en el gran
lagar de la ira de Dios”. Ap. 14:18, 19.

“Y salió del altar otro ángel, […], y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y
vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras”. Ap. 14:18.

“Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de
Dios”. Ap. 14:19.

Se evidencia una clara distinción en la representación de la cosecha de los justos y la cosecha de los impíos. Jesús
mismo recoge la cosecha de los redimidos (1 Ts. 4:16). Pero un ángel está encargado de recoger la cosecha de los
perdidos (Mt. 7:23).

“Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos
estadios”. Ap. 14:20.
El pisoteo del lagar era un símbolo profético para ilustrar el juicio de condenación de Dios (cf. Is. 63:2-6; Jer. 25:30,
33).

La visión de Apocalipsis 14:14-20 está más ampliada en la visión de la segunda venida de Cristo en Apocalipsis
19:11-21.

Esta visión ampliada muestra como el Mesías real pisará “el lagar del vino del furor y de la ira del Dios
Todopoderoso” (19:15). Esta misión final de juicio que lleva a cabo Cristo se describe simbólicamente por su ropa
“teñida en sangre” (Ap. 19:13; cf. Is. 63:3).

Al comparar las dos visiones de la segunda venida de Cristo en Apocalipsis 14:14-16 y en 19:11-21, nos enseña una
verdad fundamental acerca del juicio: Cristo regresará para cumplir todas las profecías hebreas del juicio final y para
separar a los que son sus hijos de los que han de perecer.

Apocalipsis 14 termina con la declaración que la sangre que sale del lagar “fuera de la ciudad” llega “hasta los
frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”. Ap. 14:20.
Apocalipsis 14 comienza con una cifra (144.000), así también termina con otra cifra (1.600). Ambos pasajes (vv. 1,
20) forman contrapartes simbólicas que describen destinos opuestos para los justos y para los malvados.

El verdadero Israel está con el Cordero sobre el monte de Sión dentro de la ciudad de Dios, y los
perseguidores malvados están reunidos fuera de la ciudad.

Apocalipsis 14:20 señala exhaustivamente al territorio universal del campo de batalla. “Y yacerán los muertos de
Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro” Jer. 25:33.

¿Anhela usted escuchar personalmente las siguientes palabras de Jesús?:


“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt.
25:34).

“Con Pablo podemos decir: ‘He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me
está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a
todos los que aman su venida’. Hay muchos cuyas cabezas encanecidas Dios honra porque han peleado la buena
batalla y guardado la fe”. EW, 7 CB, 982.

LAS 7 PLAGAS DE LA IRA DE DIOS

Las 7 Plagas de la Ira de Dios.

“Y vi… siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas es consumada la ira de
Dios”. Ap. 15:1.

“Siete copas de oro, llenas de la ira de Dios”. Ap. 15:7.

La últimas plagas servirán para una cuádruple función:


1. Denunciar las falsas pretensiones de Babilonia y del Anticristo mediante la demostración fehaciente de que ellos
no representan a Dios (Sal. 9:15-20).

2. Interrumpir el intento de los malvados de destruir a los justos (Ap. 16:4-6).


3. Denunciar el corazón impío y malvado de los que adoran a la bestia (Ap. 16:9-11, 21).
4. Revelar que Dios protege a su pueblo de las plagas (Sal. 27:1-6).

“Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira
de Dios”. Ap. 16:1.

Después que la marca de la bestia y su imagen hayan sido reveladas, la primera plaga cae sobre aquellos que “tenían
la señal de la bestia, y los que adoraban su imagen”. Ap. 16:2.

Cuando las siete últimas plagas sean derramadas, la obra de Cristo como Mediador nuestro habrá cesado, entonces:
“ninguno podía entrar en el templo, hasta que fuesen consumadas las siete plagas de los siete ángeles”. Ap. 15:8.

“Las siete últimas plagas serán derramadas después que Jesús salga del santuario”. PE, 52.

La prueba ha terminado, no hay arrepentimiento. (cf. Ap. 16:9, 11).

“Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados
los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca”. CS, 685, 686.

“Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica. Ya no había mediador entre el
hombre culpable y un Dios ofendido.

Mientras Jesús estuvo interpuesto entre Dios y el pecador, tuvo la gente un freno, pero cuando dejó de estar entre el
hombre y el Padre, desapareció el freno y Satanás tuvo completo dominio sobre los finalmente impenitentes.
Era imposible que fuese derramadas las plagas mientras Jesús oficiase en el Santuario; pero al terminar su obra allí y
cesar su intercesión, nada detiene la ira de Dios que cae furiosamente sobre la desamparada cabeza del culpable
pecador que descuidó la salvación y aborreció las reprensiones”. PE, 280.

“Estas plagas no serán universales, pues de lo contrario los habitantes de la tierra serían enteramente destruidos. Sin
embargo serán los azotes más terribles que hayan sufrido jamás los hombres.

Todos los juicios que cayeron sobre los hombres antes del fin del tiempo de gracia fueron mitigados con
misericordia. La sangre propiciatoria de Cristo impidió que el pecador recibiese el pleno castigo de su culpa; pero
en el juicio final la ira de Dios se derramará sin mezcla de misericordia”. CS, 687.

Duración: Durarán poco tiempo. El Comentario Bíblico Adventista sugiere que “enfatizan lo inesperado y
repentino antes que la duración”.

1ra plaga: Úlcera maligna y pestilente. 16:2.


2da plaga: el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto. 16:3.
3ra plaga: los ríos y las fuentes de las aguas y se convirtieron en sangre. 16:4-7.

4ta plaga: el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. 16:8, 9.
5ta plaga: el trono de la bestia y su reino se cubrió de tinieblas. 16:10, 11.

6ta plaga: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua del río se secó, para que estuviese
preparado el camino a los reyes del oriente”. Ap. 16:12.

“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a
manera de ranas”. Ap. 16:13.

“Pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a
la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Ap. 16:14.

“He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande
desnudo, y vean su vergüenza”. Ap. 16:15.

7ma plaga: “El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salio una gran voz del templo del cielo, del trono,
diciendo: Hecho está”. Ap. 16:17.

“Se nos ha dado un libro para que guíe nuestros pies a través de los peligros de este oscuro mundo hasta el cielo.
Sus páginas nos dicen cómo podemos escapar de la ira de Dios, y también nos hablan de los sufrimientos de Cristo
por nosotros,

y del gran sacrificio que hizo para que pudiésemos ser salvos y disfrutar de la presencia de Dios para siempre… La
Palabra de Dios nos explica cómo podemos llegar a ser cristianos perfectos y escapar a las últimas siete plagas”. 1
JT, 26.

“La ira de Dios no caerá sobre una sola alma que busca refugio en él”. TM, 157.

“En el Salmo 91 hay una descripción sumamente maravillosa de la venida del Señor para poner fin a la impiedad y a
los impíos, y para dar la seguridad de su amor y cuidado protector a los que lo han elegido como su Redentor”. EW,
3 CB, 1168 [MS, 151, 1901].

“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y
castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.

No temerás… pestilencia que ande en oscuridad… caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará…
Ni plaga tocará tu morada.

Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré”.


Sal. 91:1, 2, 5-10, 15.
“En el tiempo cuando caigan los castigos de Dios sin misericordia, oh, ¡Cuánto envidiarán los impíos la condición
de los que habitan “al abrigo del Altísimo”: el pabellón en el cual oculta el Señor a todos los que han amado y han
obedecido a sus mandamientos!
Para los que sufren a consecuencia de sus pecados, ciertamente será envidiable la suerte de los justos en un tiempo
tal. Pero después que termine el tiempo de gracia, la puerta de la misericordia se cerrará para los impíos; no se
ofrecerán más oraciones en su favor.

Pero ese tiempo no ha llegado todavía. Aún ha de oírse la dulce voz de la misericordia. El Señor llama ahora a los
pecadores para que vayan a él”. EW, 3 CB, 1168, 1169 [MS, 151, 1901].

“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien
murió para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él”. 1 Ts. 5:9, 10.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros, pues
mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvados de la ira”. Ro. 5:8, 9.

LA IRA DE DIOS

La Ira de Dios.

El Señor tiene que destruir a los que desprecian su misericordia y se aferran al pecado. ¿Por qué? Porque la justicia
de Dios requiere que el pecado y los pecadores sean erradicados por su propio bien y por el bien del universo.

La justicia de Dios a veces requiere que nos deje experimentar los resultados de nuestras propias decisiones. Pero
Dios nunca deja de amarnos, aun cuando marchemos rumbo a nuestra destrucción.

Dios no cambia de actitud: dejar de amarnos para manifestar su ira, o viceversa. Las advertencias que los pecadores
desagradecidos consideran como amenazas intimidatorias son realmente apelaciones de la misericordia divina que
empujan los límites de su clemencia y su paciente sufrimiento.

El amor de Dios es un amor santo. El amor divino y la justicia divina son dos caras de la misma moneda. Ambos
son atributos del mismo Dios. La justicia requiere un castigo adecuado de la transgresión, y no debe ser invalidada
por la verdad igualmente válida de que el pecado se destruye a sí mismo.

Algunos dicen: “Si Dios es bueno ¿por qué va a castigar y destruir? Si es justo, ¿por qué deja que continúe el
pecado?”

La Biblia aclara ambos puntos: El Señor “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento”. 2 P. 3:9. “Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso y
arrepiéntete”. Ap. 3:19.

Agotados todos los recursos conducentes al arrepentimiento, es un acto de misericordia, y por amor de su justicia,
Dios tendrá que hacer “su extraña obra” (Is. 28:21) destruyendo a quienes escogieron vivir al margen de los
principios que imperarán en el reino eterno.

“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien
murió para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él”. 1 Ts. 5:9, 10.

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros, pues mucho
más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”. Ro. 5:8, 9.

¿Cómo podemos explicar la ira y la destrucción por parte de Dios? Veamos algunos aspectos clave acerca de
nuestro Dios:

a. Dios es amor (1 Jn. 4:8). Dios es justo (cf. Neh. 9:33; Is. 45:21). El gran conflicto comenzó por un ángel que fue
perfecto y que acusó de injusticia a un Dios justo.

b. Dios dio a cada ser humano la oportunidad de ocupar el lugar correcto en la cosecha (cf. Jn 3:16). El no puede
dar vida eterna a los que rechazaron a quien es la Fuente de la vida. El canto de los redimidos es: “Justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos” (Ap. 15:3).
c. Hay ciertos factores que conducen a la destrucción, de la que Dios no es responsable:

* Dios no actuó arbitrariamente para que se perdiera algún individuo. Cada persona, utilizando su libre albedrío,
elige por sí misma si servirá y amará a Dios o si desobedecerá y se perderá eternamente. “Dios no destruye a ningún
hombre. Todo hombre que sea destruido se habrá destruido a sí mismo”. PVGM, 62.

* Dios no es responsable de las consecuencias de un estilo de vida pecaminoso. Cosechamos lo que sembramos
(Ga. 6:7). El pecador acarrea el castigo sobre sí mismo. Sus propias acciones ponen en marcha una serie de
circunstancias que provocan un seguro resultado” 1 MS, 276.

* Dios no es responsable por la destrucción causada por Satanás y por sus seguidores. Cuando las personas se alejan
de Dios, el Señor retira su protección y los individuos quedan a merced del maligno.

d. Luego del fin de tiempo de prueba, la “extraña obra” de Dios (Is. 28:21) involucrará el juicio punitivo de Satanás
y de los impíos. Las 7 postreras plagas son una consecuencia de la acción de Dios, “porque en ellas se consumaba la
ira de Dios” (Ap. 15:1, cf. 16:5-7).

Este es un acto directo de Dios, igual que la destrucción de los impíos que estén vivos en ocasión de la segunda
venida de Cristo, e igual que el castigo final de Satanás y de sus seguidores al fin del milenio. No debiéramos
contemplar la ira divina con el enojo humano. La ira de Dios es una reacción justa y santa ante el
pecado.

“Satanás se precipitó en medio de sus secuaces e intentó incitar a la multitud a la acción. Pero lloverá
sobre ellos fuego de Dios desde el cielo, y consumió conjuntamente al magnate, al noble, al poderoso, al
pobre y al miserable.

Vi que unos quedaban pronto aniquilados mientras que otros sufrían por más tiempo. A cada cual se le castigaba
según las obras que había hecho con su cuerpo. Algunos tardaban muchos días en consumirse, y aunque una parte
de cuerpo estaba ya consumida, el resto conservaba plena sensibilidad para el sufrimiento”. PE, 294.

“Todos son castigados ‘conforme a sus hechos’. Habiendo sido cargados sobre Satanás los pecados de los justos,
tiene éste que sufrir no sólo por su propia rebelión, sino también por todos los pecados que hizo cometer al pueblo
de Dios.

Su castigo debe ser mucho mayor que el de aquellos a quienes engañó. Después de haber perecido todos los que
cayeron por sus seducciones, el diablo tiene que seguir viviendo y sufriendo. En las llamas purificadoras, quedan
por fin destruidos los impíos, raíz y rama, -Satanás la raíz, sus secuaces las ramas”. CS, 731.

“Vi… a los que habían alcanzado la victoria… en pie… y cantan el cántico de Moisés y del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus camino, rey de los
santos.

¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tu eres santo; por lo cual todas las naciones
vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”. Ap. 15:2-4.

“Todo el universo habrá visto la naturaleza y los resultados del pecado. Y su destrucción completa, que en un
principio hubiese atemorizado a los ángeles y deshonrado a Dios, justificará entonces el amor de Dios, y establecerá
su gloria ante un universo de seres que se deleitarán en hacer su voluntad… Nunca más se manifestará el mal”. CS,
558.

3 ESPÍRITUS INMUNDOS

3 Espíritus Inmundos.

“El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó”. Ap. 16:12.

El secamiento del Eufrates demuestra el juicio de Dios sobre Babilonia.


La tradición bíblica asocia el secamiento del Eufrates con la conquista de Babilonia por parte de Ciro en 539
a.C.: “[Yo soy Jehová] que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y
cumplirá todo lo que yo quiero […]”. Is. 44:27, 27 (cf. Jer. 50:38).

“para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente”. Ap. 16:12.

Los “reyes del oriente” pueden señalar a Cristo y los ejércitos celestiales que vienen a luchar contra las naciones
impías para liberar a los hijos de Dios.

Se forman dos campamentos contrarios. Por un lado, los “reyes del oriente” (Ap. 16:12) representan las fuerzas de
Dios que salva, el Dios de Jerusalén.

Por otro lado, “los reyes de la tierra en todo el mundo” (v. 14) representan las fuerzas del mal: Babilonia. Todos los
enemigos de Dios se congregan en este campamento, particularmente los poderes demoníacos simbolizados por las
ranas.

Babilonia representa al archienemigo de Cristo y de su iglesia. En el tiempo del fin, tanto Babilonia como Israel
serán universales; el campo de acción territorial de cada uno será mundial.

El evangelio se predica explícitamente “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Ap. 14:6). Este cuádruple énfasis
acentúa su extensión universal.

El mensaje del segundo ángel, “ha caído, ha caído Babilonia”, se basa en el hecho de que “ha hecho beber a todas
las naciones del vino del furor de su fornicación” (Ap. 14:8). Finalmente, todo el mundo ha llegado a estar bajo su
hechizo.

El ángel de Apocalipsis 17 le aplica al río de Babilonia, el Eufrates, una extensión mundial: “Pueblos,
muchedumbres, naciones y lenguas” (v. 15).

El secamiento del gran río de Babilonia durante la futura sexta plaga (Ap. 16:12), indica un juicio providencial sobre
los enemigos del pueblo de Dios.

Este juicio divino se pone en marcha cuando los gobernantes políticos y las multitudes de todas las naciones se den
cuenta de repente de la condenación de Dios sobre Babilonia y retiren el apoyo que le daban a Babilonia.

“Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y
devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego”. Ap. 17:16.

Esto da como resultado la repentina disolución de Babilonia que en la divina providencia de Dios destruirá a
Babilonia. Apocalipsis 17 nos proporciona una explicación dramática de la sexta y la séptima plaga de Apocalipsis
16.

“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
inmundos a manera de ranas”. Ap. 16:13.

Conocemos sin lugar a duda la identidad de:


a. La bestia, con el papado.
b. El dragón, es el “diablo y Satanás (Ap. 12:9), que trabaja a través de las personas y las organizaciones.

En los días finales el dragón que hace guerra contra el remanente (Ap. 12:17) representa al espiritismo, que puede
llegar a ser el fundamento de la religión popular. El demonismo y el ocultismo invadirán cada aspecto de la vida
humana.

c. El falso profeta, el protestantismo apostata.


De los tres, la bestia de la tierra es la única que recibe un nombre nuevo, cargado de connotación religiosa.
Si bien una vez fue un poder político, esta bestia ahora asume el papel de un profeta falso.

El profeta falso como de la clase que trabaja para instituciones y poderes terrenales (Jer. 5:30, 31; 23:14), que
engaña a la gente y que aparenta ser inspirado por el Espíritu pero que, en realidad, no habla la palabra de Dios (Jer.
5:13; 23:16).
El falso profeta, representa los Estados Unidos en su campaña religiosa para apoyar el poder de babel. Estos
esfuerzos, ya sean políticos, económicos o religiosos, todos conducen a la misma meta: la adoración de la primera
bestia (Ap. 13:12).

Recurre a lo sobrenatural, a los “espíritus de demonios”, que hacen señales milagrosas (Ap. 16:14; cf. 13:14). La
predicción bíblica del Apocalipsis parece cada vez más verosímil.

Ya sea que las ranas representen el poder paranormal o los retóricos trucos políticos, como lo sugiere su origen
(salen de las bocas de las tres bestias), su objetivo todavía es inequívoco: seducir y congregar a “los reyes de la
tierra en todo el mundo” (Ap. 16:14) para luchar en contra del Dios que viene.

“Los papistas [la bestia], protestantes [el falso profeta] y los mundanos [el dragón] aceptarán igualmente la forma de
la piedad sin el poder de ella, y verán en esta unión un gran movimiento para la conversión del mundo, y la
introducción del milenio tan largamente esperado”. CS, 636.

“tres espíritus inmundos a manera de ranas, pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de
la tierra en todo el mundo”. Ap. 16:13, 14.

Tres poderes engañosos se unen entre sí y requieren el concurso de los reyes de la tierra, o sea de lo poderes civiles,
para producir la batalla final contra Dios, su pueblo y su verdad.

“Los espíritus de los demonios, irán en busca de los reyes de la tierra y por todo el mundo, para aprisionar a los
hombres con engaños e inducirlos a que se unan a Satanás en su última lucha contra el gobierno de Dios”. CS, 682.

“Cuando el protestantismo extienda la mano a través del abismo para asir la mano con el espiritismo, cuando, bajo la
influencia de esta triple unión, nuestro país repudie todo principio de su constitución

como gobierno protestante y republicano, y haga provisión para la propagación de las mentiras y seducciones
papales, entonces sabremos que ha llegado el tiempo en que se verá la asombrosa obra de Satanás, y que el fin está
cerca”. 2 JT, 151.

“Merced a dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a
los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma.

Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al
espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma,
pisoteando los derechos de la conciencia”. CS, 645.

“para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama
Armagedón”. Ap. 16:14, 16.

Las fuerzas religiosas apostatas conducirán a todos los poderes de la tierra a unirse en una causa común, ¡haciendo
guerra contra el pueblo de Dios!

Esta será la última guerra mundial, no librada entre la humanidad, sino entre ésta y Dios.
Este último conflicto unirá a la raza humana en una lucha cósmica en contra del santo monte de Dios.

Guerrear contra Dios es guerrear contra el pueblo de Dios. El hecho de que el pueblo de Cristo se encuentre en el
centro de la batalla apocalíptica puede inferirse ya de la advertencia de Cristo:

“He aquí yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que ande desnudo, y vean su
vergüenza”. Ap. 16:15.

Este consejo del Mesías es una verdad presente para la iglesia, y sin embargo tiene una urgencia especial para el
pueblo remanente. Debe caminar en la armadura de su justicia por medio de una fe viva (cf. 3:18).

Se llama al pueblo de Dios del tiempo del fin a que se separe de “Babilonia” y que se una a Cristo, “para que no
seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Ap. 18:4; 14:1.

Las plagas que cayeron sobre Egipto mostró “la diferencia entre los egipcios y los israelitas” (Ex. 11:7; 8:22, 23).
El pueblo de Israel participó de esa distinción colocando sangre del cordero pascual como “una señal” sobre los
dinteles de sus casas:

“Y veré la sangre, y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de
Egipto”. Ex. 12:13.

El Israel de la antigüedad fue protegido por la “señal” de la sangre, así el Israel del tiempo del fin será protegido por
un sello especial del Dios viviente, el que los ángeles de Dios colocarán en la frente de cada uno de los escogidos
(Ap. 7:3; 14:1).

TENDENCIAS RELIGIOSAS

Tendencias religiosas.

“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y
confirmados en la fe, así como habéis sido ensañados, abundando en acción de gracias.

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. Col. 2:6-8.

Estas admoniciones divinas, siempre validas, se aplican especialmente al pueblo de Dios en el presente siglo. En
estos tiempos de confusión religiosa necesitamos estar plenamente unidos a Cristo y tener razones claras y sólidas
para nuestra fe, que estén firmemente sostenidas por el testimonio explícito de la Escritura.

1. Movimientos ecuménicos.
Uno de los fenómenos religiosos particularmente vigorosos en el siglo XX es el movimiento ecuménico, que
propicia la unidad y la cooperación entre los cristianos.

“Muchos consideran la gran diversidad de creencias en las iglesias protestantes como prueba terminante de que
nunca se procurará asegurar una uniformidad forzada. Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias
protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de doctrina.

Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión de asuntos de los cuales no todos están de
acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico”. CS, 497.

En Juan 17:11-21 encontramos que Cristo llamó a la unión, pero una unión basada en la Palabra de Dios y su verdad
(cf. vv. 8, 14 y 17). La Palabra de Dios es la base de la unidad genuina.

El movimiento ecuménico no tiene nada que ver con esto. Basa su unidad en restarle importancia a las diferencias
de interpretación, tratando de establecer una unión sobre las pocas verdades restantes acerca de las cuales hay
acuerdo común.

En el mejor de los casos esta es una unión sobre unas pocas partes de la verdad y no sobre la verdad como un todo.

2. Falsos reavivamientos.
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros
se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”. 2 Co. 11:13-15.

“A menudo, el camino del error parece paralelo al sendero de la verdad. Resulta difícil distinguirlo del camino que
conduce a la santidad y al cielo; pero la mente alumbrada por el Espíritu Santo puede ver que dicho sendero se
aparta del buen camino. Después de cierto tiempo, los dos caminos están muy separados uno del otro”. 3 JT, 268,
269.

El movimiento carismático, denominado a veces neopentecostalismo. Hace mucho


énfasis en la glosolalia, el hablar en lenguas.
Muchos lo consideran como una manifestación genuina del Espíritu Santo.
“El enemigo de las almas desea impedir esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento
[el verdadero derramamiento del Espíritu Santo], tratará de evitarlo introduciendo una falsificación.

Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su
poder seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo religioso.

Multitudes se alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor, cuando en realidad, la obra
provendrá de otro espíritu. Bajo un disfraz religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo
cristiano”. CS, 517.

El movimiento carismático, ha sido llamado “ecumenismo espiritual”, las “señales y prodigios” (Mt. 24:24),
“espíritus de demonios, que hacen señales” (Ap. 16:14), las lenguas y sus emociones y sentimientos constituyen la
autoridad.

El movimiento carismático apela a los sentidos, las emociones y los sentimientos. Sin una firme adhesión a la
verdad objetiva de la Palabra de Dios, los cristianos son vulnerables a esas impresiones y proclives a guiarse por su
propia experiencia.

3. Perversión de la profecía.
“si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está no lo creáis. Porque se levantarán falsos
Cristos y falsos profetas […] si os dijeres: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo
creáis”. Mt. 24:23-26.

El protestantismo liberal ha rechazado la validez de la profecía bíblica. Los protestantes conservadores ha adoptado
en general el sistema profético conocido como futurismo o dispensacionalismo.

+ Separa la 70ava semana de Daniel 9 de su contexto, colocándola al fin de las edades.


+ Las profecías del anticristo son aplicadas a una sola persona.
+ Las profecías acerca de Israel son mal aplicadas, de tal forma que enseñan la restauración del judaísmo.

+ El segundo advenimiento es dividido en dos fases:


Primero: esta el “arrebatamiento secreto” al comienzo de la 70ava semana, ocasión cuando “la
iglesia” es llevada al cielo.

Segundo: Siete años más tarde ocurre una segunda venida abierta, cuando Cristo establecerá su reino personal en la
tierra por un milenio. (cf. Mt. 24:27; Ap. 1:7; 1 Ts. 4:16, 17, Jn 14:1-3).

“El Salvador previno a su pueblo contra este engaño y predijo claramente cómo será su segundo advenimiento…
No se puede remedar semejante aparición. Todos lo conocerán y el mundo entero la presenciará”. CS, 683.

4. Resurgimiento de las religiones no cristianas.


“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
inmundos a manera de ranas”. Ap. 16:13.

El “dragón” en Ap. 12 es Satanás, y luego representa a la Roma pagana que trato de destruir a Cristo, pero en Ap. 16
se entiende que representa a las religiones paganas o no cristianas. Durante siglos Satanás se opuso a Dios
mediante el paganismo: más tarde logró el éxito al aliar el cristianismo con el paganismo.

El resurgimiento de las religiones no cristianas es un fenómeno moderno. Hay un conglomerado de prácticas,


filosofías y creencias basadas en el espiritismo moderno, el humanismo secular y las religiones orientales como el
hinduismo, el budismo y taoísmo.

Hay un renacimiento de prácticas ocultas y espiritistas como la reencarnación, la meditación mística o trascendental,
el panteísmo, la unidad con el universo, la canalización, la numerología, la astrología, la parasicología, la medicina
holística de diversos tipos y los fenómenos psíquicos, etc.

La Nueva Era es un “paraguas” que encierra todo lo que hemos mencionado al momento; además de otras prácticas,
filosofías y creencias modernas.

“A medida que nos acerquemos al fin del tiempo, habrá una demostración cada vez mayor de poder pagano;
deidades paganas manifestarán su notable poder, y se exhibirán a sí mismas ante las ciudades del mundo”. TM, 115.
5. La acción adventista.
“Vi volar en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de
la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Ap. 14:6.

Mientras Satanás realiza el último intento por dominar al mundo a través de distintos medios; nuestra iglesia tiene el
tremendo desafío de proclamar en alta voz las verdades del Evangelio. Nuestra iglesia
debe permanecer de pie junto a la verdad. Debemos permitir que Jesús nos domine y fortalezca a fin de que nuestro
testimonio al mundo sea efectiva.

El movimiento adventista del séptimo día es en sí mismo una notable señal de los tiempos.
Hoy los adventistas proclaman su mensaje en más de 500 idiomas. Por medio de la radio y la televisión el
mensaje está literalmente resonando en el aire.

Tratamos de ensalzar a Cristo y de dirigir la atención de la humanidad hacia él en preparación para su venida.

Dios ha encargado a los adventistas del séptimo día “que proclamen al mundo la mayor suma de verdad que se haya
confiado alguna vez a seres mortales; las advertencias más solemnes y terribles que Dios haya enviado alguna vez a
los hombres”. 3 JT, 140.

EL ESPIRITISMO

El Espiritismo.

Hay una gran controversia entre Cristo y las fuerzas del bien, y Satanás con sus fuerzas del mal. Nosotros no somos
espectadores pasivos, por que somos el motivo de esta guerra.

La mente y la lealtad de cada ser humano sobre la tierra es el objeto de esta contienda. Estamos peleando una
batalla, y esta es una batalla espiritual contra fuerzas sobrenaturales. Ef. 6:10-12. Para que podamos ganar la
victoria, debemos primero identificar al enemigo.

Definición: “La creencia de que los espíritus de los difuntos se comunican con los mortales mediante fenómenos
físicos, como golpes; o en estados mentales anormales, como trances o algo semejante, todo lo cual se manifiesta
comúnmente a través de un médium”.

“La teoría de que los fenómenos relativos a los médiums son producidos por los espíritus de los muertos”.
Diccionario Webster.

“El sermón que Satanás predicó a Eva con referencia a la inmortalidad del alma: ‘No moriréis’, lo han reiterado [los
ministros populares] desde el púlpito, y la gente lo recibe como pura verdad bíblica. Tal es el fundamento del
espiritismo”. 1 JT, 120.

El espiritismo se basa en la creencia de la inmortalidad natural del hombre, y que el espíritu deja el cuerpo carnal en
ocasión de la muerte puede volver a comunicarse con los vivos, y que lo hace, a través del ‘médium’ y del ‘control’
o ‘director’.

¿Qué es la Nueva Era?


El término “Nueva Era” esta equivocado. No hay nada nuevo en el movimiento, dado que se trata del antiguo
espiritismo condenado por Dios (Dt. 18:9-14; Is. 8:19).

Es una adaptación de las filosofías, creencias y prácticas de las religiones paganas y místicas de oriente, el ocultismo
y el secularismo.

Se lo ha llamado “un reavivamiento del antiguo espiritismo”, o sencillamente, “el espiritismo moderno”. CS, 607.

“Es cierto que el espiritismo está mudando actualmente sus formas, y echando un velo sobre algunos de sus rasgos
más repulsivos, reviste un disfraz cristiano... Hasta en su forma actual, lejos de ser más tolerable, el espiritismo es
en realidad más peligroso que anteriormente, debido a la mayor sutileza de su engaño.
Satanás ha estado preparándose desde hace tiempo para su último esfuerzo para engañar al mundo... Poco a poco
Satanás ha preparado el camino para su obra maestra de seducción: el desarrollo del espiritismo”. CS, 614, 618.

La tenebrosa acción de los demonios:


* “No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Ef. 6:12.

* “No deis lugar al diablo”. Ef. 4:27.


* “El diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Ap. 12:12.
* “Escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. 1 Ti. 4:1.

Advertencia de Dios sobre el espiritismo:


* “No os volváis..., no los consultéis”. Lv. 19:31.
* “No prestéis oído..., os profetizan mentira”. Jer. 27:9, 10.
* “Es abominación para con Jehová”. Dt. 18:10-13.

* “Ha de morir”. Lv. 20:27.


* “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”. Gá. 5:20, 21.
* Otros. 2 Co. 11:14,15; Mt. 24:23, 24; Ap. 13:13, 14; 2 Ts. 2:9, 10.

Creencias Básicas:
* No hay muerte (la inmortalidad del alma).
* La humanidad es divina (son semi dioses). Si es divina,
* No hay concepto de pecado, y por lo tanto,
* No hay juicio ni retribución.

Estos cuatro principios están basados en la doctrina de la inmortalidad del alma. Y la mejor manera de lidiar con el
error es presentando la verdad. Ec. 9:5, 6.

“El espiritismo declara que no hay muerte, ni pecado, ni juicio, ni castigo; que los hombres son ‘semidioses no
caídos’; que el deseo es la ley más elevada; que el hombre responde sólo ante sí mismo por sus actos”. PP, 744.

Inicios del Espiritismo Moderno


Elena de White en el Conflicto de los Siglos hace referencia al reavivamiento del “espiritismo moderno” y
lo identifica con el año de 1848 y las hermanas Fox. Esto fue el precursor del movimiento actual de la Nueva Era.

“Los llamamientos misteriosos con que empezó el espiritismo moderno no fueron resultado de la superchería o de
la astucia humana, sino obra directa de ángeles malos, que introdujeron así uno de los engaños más eficaces para la
destrucción de las almas”. CS, 609.

“La doctrina de que el hombre queda consciente en la muerte, y más aún la creencia de que los espíritus de los
muertos vuelven para servir a los vivos, preparó el camino para el espiritismo moderno”. CS, 607.

“Solo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la verdad en sus corazones,
serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo”. CS, 683.

“El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir a estos espíritus con la verdad bíblica de que los muertos nada
saben, y que los que se aparecen son espíritus de demonios... Debemos buscar sabiduría de lo alto para poder
subsistir en este día de errores y engaños”. PE, 87, 88.

“Y cuando os dijeren: Acudid a los espíritus y a los adivinos, que chirrían y mascullan; responded: ¿No debe un
pueblo acudir más bien a su Dios” Is. 8:19, (cf. 1 Juan 4:1).

Nunca antes el ambiente ha estado saturado de contradicción y engaño satánico. Jamás la advertencia de Elías se
torno tan relevante como ahora. “¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebud dios de Ecrón?”. 2
Reyes 1: 6. La respuesta es “si, sí hay”.
“La fe en la Palabra de Dios, estudiada con oración y puesta en practica, será nuestro escudo contra el poder de
Satanás y nos hará vencedores por la sangre de Cristo”. 1 JT, 101.

El ESPIRITISMO Y LAS PROFECÍAS


El Espiritismo y las Profecías.

Jesús amaba a sus hijos, y quería protegerlos de los engaños de Satanás a través de las edades. El sabía de la
confusión espiritual que habría en estos últimos días y de las tinieblas que se extenderían entre los habitantes del
planeta.

Por lo tanto inspiró a sus escritores para que registrarán una cantidad importante de profecías. Lo hizo para que
todo ser humano tenga la posibilidad de desenmascarar las filosofías o las instituciones erróneas.

“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos maestros, y harán grandes señales y prodigios; de tal manera que
engañaran, si fuere posible, aun a los escogidos”. Mt. 24:24.

Nada puede fortalecer nuestra fe o abrir nuestros ojos a la verdad como al cumplimiento de la profecía relativa a los
engaños de estos últimos días.

Aquí debemos aplicar las palabras de Jesús: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de
Dios”. Jn. 7:17. Nadie necesita ser engañado; todo el que tenga el sincero deseo de descubrir la voluntad de Dios
encontrará la verdadera doctrina.

El Espíritu Santo guiará su mente y lo conducirá hasta la verdad. Verá el error desenmascarado. Escuchará con
claridad la voz de Dios llamándolo: “Salid de ella, pueblo mío”. Ap. 18:4.

“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a
manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el
mundo…”. Ap. 16:13, 14.

Los tres espíritus representan tres poderes:


1) la bestia; 2) el dragón: el espiritismo; 3) el falso profeta: el protestantismo apóstata.

El espiritismo (el dragón) en todas sus formas modernas habrá de constituirse en uno de los tres poderes que
formarán la alianza para perseguir y engañar.

Cada uno de los tres espíritus son espíritus de demonios, tanto el que sale de la boca del poder romano como el que
sale de la boca del falso profeta. Esto nos muestra que el espiritismo no será el único de los tres sino el más
importante, el que dominará y producirá la unión.

“Merced a dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a
los hombres en sus redes”. CS, 645.

“La creencia en las manifestaciones espiritistas abre el campo a los espíritus seductores y a las doctrinas de
demonios, y de este modo se dejarán sentir en las iglesias las influencias de los ángeles malos”. CS, 661, 662.

“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios
mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden…”. 2 Ts. 2:8-10.

“Lo que se predice aquí no es simple impostura. Los hombres serán engañados por los milagros que los agentes de
Satanás no sólo pretenderán hacer, sino que de hecho tendrán poder para realizar”. CS, 609, 610.

“Por medio del espiritismo han de cumplirse milagros, los enfermos sanarán, y se realizarán muchos prodigios
innegables”. CS, 645.

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin serpa conforme a sus obras”. 2 Co. 11:14, 15.

“El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo […] Pues
bien, el gran engañador simulará que Cristo habrá venido.
En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador,
parecido a la descripción que del Hijo de Dios le da en el Apocalipsis (1:13-15).

La gloria que lo rodee superará por los aires: ‘¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!’ El pueblo se postrará en
adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus
discípulos cuando estaba en la tierra. […] Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible”. CS, 682.

La defensa contra el engaño:


Tenemos un libro inspirado que es la verdad en sí mismo.
Es también la prueba para otras supuestas verdades.

Para defendernos del error y el engaño debemos asirnos a él como a una roca inmovible en el mar turbulento.
Mientras confiemos en el Señor y permanezcamos en la plataforma de su Palabra, nada podrá movernos de ese firme
cimiento.

“La única seguridad para el pueblo de Dios es que sea completamente experto en el conocimiento de la Biblia, y
conozca las razones de nuestra fe con respecto al sueño de los muertos”. Ev, 439.

“Pero el pueblo de Dios no se extraviará. Las enseñanzas del falso Cristo no están de acuerdo con las Sagradas
Escrituras. Su bendición va dirigida a los que adoran la bestia y su imagen, precisamente aquellos sobre quienes
dice la Biblia que la ira de Dios será derramada sin mezcla…”. CS, 683.

“¿Se sienten los hijos de Dios actualmente bastante firmes en la Palabra divina para no ceder al testimonio de sus
sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a la Biblia y a la Biblia sola?”. CS, 683.

“El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir a estos espíritus con la verdad bíblica de que los muertos nada
saben, y que los que se aparecen son espíritus de demonios... Debemos buscar sabiduría de lo alto para poder
subsistir en este día de errores y engaños”. PE, 87, 88.

“La fe en la Palabra de Dios, estudiada con oración y puesta en practica, será nuestro escudo contra el poder de
Satanás y nos hará vencedores por la sangre de Cristo”. 1 JT, 101.

MILAGROS SEDUCTORES

Milagros seductores.

Parecería que la mente humana estuviera siempre deslumbrada y atraída por cualquier suceso que salga de lo
ordinario. Es asombroso el interés que esta teniendo la gente de todas las clases en lo milagroso y lo sobrenatural.

“Que nadie tenga la idea de que ciertas providencias especiales o manifestaciones milagrosas constituyen una
prueba de la autenticidad de su obra o de las ideas que propone”. 2 MS, 55.

Propósito de los milagros divinos.


El objeto de cada milagro era dar gloria a Dios, abrir las puertas para los corazones quebrantados a fin de permitir
que entrara en ellos la gracia salvadora. (cf. PR, 513; DTG, 334, 335).

¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada
primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que la oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con
señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”. He. 2:3, 4.

“Los milagros de nuestro Señor ilustraban la verdad espiritual. El hombre curado de su parálasis en Capernaúm, fue
primero curado de la parálisis espiritual (Mr. 2:9-11). El ciego del estanque de Siloé gozó de su visión tanto natural
como espiritual (Jn. 9:5-7; 35-38).

El pan provisto para los cinco mil tenía el propósito de dirigir sus mentes al verdadero Pan de vida que descendió
del cielo (Jn. 6:26-35). La resurrección de Lázaro demostró el poder de Cristo de impartir vida a todos los que creen
en él (Jn. 11:23-26; cf. Jn. 5:26-29) y su poder de inspirar nueva vida en los que espiritualmente muertos.
‘Cada milagro era de un carácter destinado a conducir a la gente al árbol de la vida, cuyas hojas son para la sanidad
de las naciones’ DTG, 334”. 5 CB, 199.

Cristo libró a la gente de los resultados del pecado y del dominio de los espíritus malignos, ilustrando su misión de
salvar al hombre total: cuerpo, mente y espíritu.

Los milagros de Cristo ilustran qué clase de dominio produce su gobierno en la vida, a saber, un dominio libertador
y vivificador, totalmente diferente del dominio degradante y destructor del diablo.

Obras maravillosas de Satanás.


En lo pasado Satanás usó los milagros para engañar a la gente, mantenerla bajo su dominio o atraerla a fin
de someterla a este dominio, y también con el propósito de restarle importancia a los milagros genuinos de Dios.

“En el futuro próximo habrá manifestaciones todavía más señaladas de este poder milagroso, pues se dice de él:
‘También hace grandes señales, de tal manera que aún hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres’”. EW, 7 CB, 987 [ST, 26-2-1885].

“El enemigo se está preparando para engañar a todo el mundo mediante su poder obrador de milagros”. 2 MS, 110.
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios,…”. Mt. 24:24.

“Satanás puede, mediante una variedad de engaños, realizar maravillas que pasarán por milagros genuinos”. 2 MS,
60.

“También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres, y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer…”. Ap. 13:13, 14.

“Lo que se predice aquí no es una simple impostura. Los hombres serán engañados por los milagros que los agentes
de Satanás no sólo pretenderán hacer, sino que de hecho tendrán poder para realizar”. CS, 609, 610.

“Pronto ocurrirán escenas maravillosas con las cuales Satanás estará estrechamente relacionado. La Palabra de Dios
declara que Satanás obrará milagros.

Hará enfermar a la gente y después quitará repentinamente de ella su poder satánico. Eso hará que se considere
sanados a los enfermos. Estas obras de curación aparente pondrán a prueba a los adventistas”. 2 MS, 61.

Propósito de los falsos milagros.


Satanás obra mediante los milagros para apartar a la gente de Cristo y establecer su propio dominio.
“Satanás trata constantemente de falsificar la obra de Jesús, para establecer su propio poder y sus
pretensiones.

Induce a los hombres a explicar los milagros de Cristo como si fueran resultado de la habilidad y del poder
humanos. De esa manera destruye en muchas mentes la fe en Cristo como Hijo de Dios, y las lleva a rechazar los
bondadosos ofrecimientos de misericordia hechos mediante el plan de redención”. PP, 269.

“Por medio del espiritismo han de cumplirse milagros, los enfermos sanarán, y se realizarán muchos prodigios
innegables”. CS, 645.

¿Cómo probar los milagros?


“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se
cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo:

Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; No darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal
soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amas a Jehová vuestro Dios con todo
vuestro corazón, y con toda vuestra alma”. Dt. 13:1-3.

Lo que el cristiano debe preguntar no es si realmente ha ocurrido un hecho milagroso. Más bien, debe preguntar si
la enseñanza o creencia sustentada por el obrador de milagros esta en armonía con la Palabra de Dios.

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que
esta en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Mt. 7:21-23.

“La falsificación se asemejará tanto a la realidad, que será imposible distinguirla sin el auxilio de las Santas
Escrituras. Ellas son las que deben atestiguar a favor o en contra de toda declaración, de todo milagro”. CS, 651.

“La luz de la Palabra brilla en medio de las tinieblas morales, y la Biblia nunca será reemplazada por
manifestaciones milagrosas”. 2 MS, 55.

“Si aquellos por medio de quienes se realizan curaciones están dispuestos -en vista de estas manifestaciones- a
excusar su descuido de la ley de Dios, y prosiguen desobedeciendo, aunque tengan poder en todo sentido, tal cosa no
significa que posean el gran poder de Dios. Por el contrario, es el poder obrador de milagros del gran engañador”. 2
MS, 58.

En la última predicación del mensaje final de Dios se obrarán milagros, pero la veracidad del mensaje debe estar
fundada en su concordancia con la Escritura, no en los milagros.

Nuestra preocupación y nuestro mensaje debieran ser: “He aquí el Cordero de Dios”, y no “Miren los milagros que
hacemos” (cf. Jn. 10:41).

“Los incrédulos les exigirán [a los hijos de Dios] que realicen algún milagro, si es que creen que la iglesia está
dotada del poder especial de Dios y si es cierto que son el pueblo escogido de Dios…

Ellos deberán remitir a los incrédulos al testimonio escrito inspirado como evidencia de que son el fiel pueblo de
Dios, los herederos de la salvación”. MM, 15.

“El pueblo de Dios no debe afirmar su seguridad en la realización de milagros, porque Satanás falsificará cualquier
milagro que se realizara. El pueblo de Dios que será probado encontrará su poder en la señal pronunciada en Éxodo
31:12-18”. 2 MS. 63.

La misión de la iglesia es principalmente un mensaje antes que un ministerio milagroso.

El pueblo de Dios no mantendrá su fe anclada en lo milagroso, sino en un “así dice Jehová”, en cuanto al carácter
sagrado de su día de descanso.

La señal de Dios no se halla necesariamente en un milagro, sino precisamente en la genuina observancia del día de
reposo.

“¿Se sienten los hijos de Dios actualmente bastante firmes en la Palabra divina para no ceder al testimonio de sus
sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a la Biblia y a la Biblia sola?”. CS, 683.

LA GLOSOLALIA Y LOS FENÓMENOS CARISMÁTICOS

La Glosolalia y los fenómenos Carismáticos.

Hoy en día la Iglesia Católica junto a casi todos los Protestantes están propiciando el movimiento carismático. Lo
toman como un método providencial y ortodoxo de lograr la unidad de las iglesias, propósito común del Concilio
Vaticano II y del Concilio Mundial de Iglesias.

Satanás ha ideado este tipo nuevo y más exaltado de religión emocional que pretende ser una renovación espiritual,
pero que en último análisis, no es nada menos que “una forma cristianizada de espiritismo”. R. F. Cotrell, R&H, 2-
12-1976.

Nadie puede discutir el hecho de que existe un don auténtico del Espíritu Santo. El deber del cristiano es establecer
la diferencia entre lo verdadero y lo falso. La verdad debe ser la característica de la iglesia. Lo falso debe de
evitarse y condenarse.
Cuando debamos diferenciar entre la verdad y el error no deberemos contentarnos con una mirada superficial.
Deberemos examinar una manifestación o movimiento dado en todos sus aspectos para comprender sus verdaderos
motivos, y sus principios rectores.

El propósito de Satanás con la glosolalia.

Satanás sabe tan bien como nosotros, que “antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra habrá entre
el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los primeros tiempos
apostólicos”. CS, 517.

Pero ha sido siempre el plan estudiado de Satanás impedir esta obra de reavivamiento y reforma, y esto es lo que
quiere realizar mediante un falso reavivamiento y un movimiento espurio.

“El enemigo de las almas desea impedir esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento,
tratará de evitarlo introduciendo una falsa imitación.

Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su
poder seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo religioso. Multitudes se
alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente a su favor, cuando, en realidad, provendrá de otro espíritu.

Bajo un disfraz religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo cristiano. […] Hay una agitación
emotiva, mezcla de lo verdadero con lo falso, muy apropiada para extraviar a uno”. CS, 517.

La Iglesia Adventista y el Espíritu de Profecía condenan y desaprueban la falsedad de la extraña glosolalia mezclada
con movimientos físicos y emocionalismo.

“Hablan [los que practican esta clase de actividades] en una jerigonza incomprensible que llaman la lengua
desconocida, y que lo es no sólo para el hombre, sino para el Señor y todo el cielo.

Estos dones son fabricados por hombres y mujeres ayudados por el gran engañador. El fanatismo, la falsa
agitación, el falso hablar en lenguas y los servicios ruidosos han sido considerados dones que Dios ha colocado en la
iglesia”. 1 JT, 161.
Consideraciones de Pablo con respecto al don de lenguas:
1. Es Dios quien escoge la persona que recibe un don particular. Los dones son distribuidos
individualmente por Dios como él cree mejor (1 Co. 12:11).

2. La diversidad de dones, regulada por el Espíritu Santo, tiene como su blanco principal la salud espiritual, la
armonía cooperativa y la unidad funcional de la iglesia como cuerpo (vv. 1-28).

3. No todos tendrán o pueden tener el don de lenguas (vv. 29, 30).


4. El don de lenguas es el último, el menor, y es un error hacer de él el rasgo principal de la vida espiritual
(vv. 8-10; 29-31).

5. El amor es más importante para Dios que las lenguas o la profecía (1 Co. 13:1-2).
6. El don de profecía es superior al don de lenguas (1 Co. 14:1-5).
7. La señal de la plenitud del Espíritu Santo es un corazón amante que desea testificar por Jesús (Hch. 1:6-
8).

8. Las lenguas no son dadas específicamente para que los creyentes se edifiquen a sí mismos, sino como una señal
para confirmar a los incrédulos de la autenticidad del Evangelio (1 Co. 14:22).

9. Las lenguas son un lenguaje real dado por Dios para quebrantar las barreras de idioma y comunicar el Evangelio
(Hch. 2:4-11).
10. En 1 Corintios 14 Pablo argumenta a favor de discursos inteligentes, no una jerigonza incomprensible
(vv. 7-9).

11. Condiciones para usar este don en la iglesia:


a. Sólo una persona puede hablar a la vez, no varios (1 Co. 14:26-27).
b. No más de dos o tres personas deben hablar en cualquier culto o servicio (vv. 26-27).
c. Debe haber un interprete del idioma extranjero, de manera que toda la congregación reciba el beneficio de lo que
se dice y participen juntos en el culto de adoración (1 Co. 14:28).

12. “Dios no es Dios de confusión, sino de paz… Hágase todo decentemente y con orden”. (1 Co. 14:33, 40).
13. La plenitud del Espíritu Santo se derrama sobre aquellos que obedecen amorosamente la verdad de Dios
(Hch. 5:32; Jn. 14:15, 16).

La moderna glosolalia es una falsificación:


Una falsificación no es siempre fácil de distinguir y nunca se clasifica a sí misma bajo tal nombre.

Muchas iglesias están excitadas con la glosolalia. Debemos precavernos para no ser engañados por una
manifestación externa que bien puede ser obra de Satanás para engañar a algunos cristianos crédulos haciéndolos
pensar que son motivados por el Espíritu Santo cuando en realidad es el mismo Satanás quien los utiliza para
cumplir sus nefastos propósitos.

Debemos aprender la verdad de manera tal que podamos detectar el error inmediatamente.
Este es el desafío que enfrenta hoy todo cristiano.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han
salido por el mundo”. 1 Jn. 4:1.

El consejo de Juan de probar los espíritus si son de Dios, es muy relevante en esta hora de confusión y falsos
profetas. Este pasaje no justifica el pentecostalismo moderno, ni al movimiento carismático, sino que los
desenmascara. Es la condenación más fuerte y más clara de esos movimientos.

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Is. 8:20.

El movimiento carismático hace a un lado la ley de Dios, esta es una clara señal de un origen espurio (cf. Ro. 7:12;
Mt. 5:17-19). Todo movimiento que no este claramente relacionado con la verdad, que no esté totalmente en
armonía con la Biblia, debe ser descartado como una falsedad.

“Por sus frutos los conoceréis”. Mt 7:16, 20. No puede haber ningún otorgamiento de los dones del Espíritu a una
persona sin que primero haya recibido los frutos del Espíritu.

Y después de recibir lo que se pretende ser un don del Espíritu, aquellos frutos deben ser aún más evidentes en la
vida. En el pentecostalismo, no se manifiesta un cambio de vida.

Esta experiencia es perjudicial, porque Cristo es dejado fuera de la vida cristiana. Lo más importante es hablar en
lenguas, se siente superior, no necesita más, así de esta manera sume al individuo en una falsa seguridad.

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia”. 1
Ti. 4:1, 2.

El Espíritu de Dios conduce a la vida, la alegría y la felicidad. Los espíritus coaligados con Satanás llevan a la
frustración, la confusión y la muerte.

“él [Cristo] os bautizará en Espíritu Santo y fuego”. Mt 3:11. Todo cristiano tiene el privilegio de ser bautizado por
el Espíritu Santo.

La obra de Espíritu Santo:


1. El Espíritu Santo convence de pecado (Jn. 16:8).
2. El Espíritu Santo es un poder que siempre está presente en la vida del cristiano (Jn. 14:16).

El Espíritu Santo guía a toda verdad, y en la medida en que el cristiano sigue el camino que se le señala, es
trasformado y produce los frutos del Espíritu.

3. El Espíritu Santo capacita al cristiano para dar un testimonio efectivo (Hch. 1:8). Sus palabras y su vida dan el
mismo mensaje: que Jesús es el Salvador del pecado, la única esperanza de vida eterna.
4. El Espíritu Santo será derramado en los últimos días con una medida especial para que los jóvenes y los ancianos
experimenten el don de profecía, las visiones y los sueños (Hch. 2:17).

Satanás quiere evitar este último magno acontecimiento, y por eso utiliza sus movimientos falsos para tratar de
apartar a los creyentes de la verdad y llevarlos al error. Los cristianos deben evitar ese peligro si quieren estar salvos
en el reino.

EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO

El bautismo del Espíritu Santo.

Hay pocas referencias en las Escrituras que hablan del bautismo del Espíritu Santo, en relación con la vida de una
persona que ha nacido de nuevo. Sin el impulso del Espíritu, nadie puede experimentar el nuevo nacimiento; los
que han vivido esa experiencia han sido bautizados con el Espíritu Santo.

En Hechos 1:5, Jesús prometió a sus seguidores que serían bautizados con el Espíritu Santo; los eventos de
Pentecostés, diez días más tarde, parecen ser el cumplimiento obvio de sus palabras (cf. Hch. 2).

Cualquier persona que se ha entregado con fe y obediencia al Señor Jesucristo ha sido bautizado con el Espíritu
Santo. Un cristiano amante y amable, que se da a sí mismo a favor de otros, es la manifestación más grandiosa de
ese bautismo.

Los adventistas del séptimo día creen, en general, que el bautismo del Espíritu Santo, se refiere a una experiencia
interior de conversión.

Cristiano es por definición una persona que pertenece a Jesucristo. Cristo es el esposo y la iglesia es su esposa. Por
lo tanto la iglesia, y por ende los cristianos que la componen, deben tener a Cristo como centro.

Eso puede ser el resultado únicamente de la morada interior del Espíritu Santo. La misión del Espíritu Santo es
señalar a Jesucristo, y eso permitirá que los cristianos centren su vida alrededor de Cristo, y por ende la experiencia
de la iglesia será cristocentrica.

Pablo exclama: “Porque por [en] un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” 1 Co. 12:13.

Pablo nos esta diciendo, que los creyentes genuinos son bautizados en un Espíritu en el cuerpo de Cristo (v. 13), que
es la iglesia. Todos los creyentes comparten la realidad de ser bautizados por el Espíritu, y esto nos hace parte
integrante del cuerpo de Cristo, que es la iglesia.

El bautismo en el Espíritu, o la conversión, precede idealmente al bautismo de agua. El bautismo en agua es una
demostración externa del cambio que ya ha ocurrido en el corazón.

El verdadero creyente es nacido del Espíritu (Jn. 3:5, 6); el Espíritu es el agente sellador (Ef. 1:13, 14); y el Espíritu
ha sido dado como una garantía y un recordativo de que pertenecemos a Dios (2 Co. 5:5).

La importancia del bautismo del Espíritu Santo


“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”. Ro. 8:9.

Al aceptar personalmente a Jesús como nuestro Salvador, recibimos el Espíritu como seguridad de la salvación
definitiva y completa.

Cada verdadero creyente, desde Pentecostés, ha recibido la garantía del Espíritu, que es la misma experiencia que el
bautismo con el Espíritu.

Requisitos para recibir el bautismo del Espíritu Santo.

1. Nos convence de pecado.


Uno de los actos del Espíritu Santo es guiarnos a la convicción de pecado (Jn. 16:8; cf. Hch. 2:37), y esto puede
suceder sólo cuando nuestros corazones pueden ser “atravesados” por la realidad de cuán pecaminosas han sido
nuestras vidas.

2. Produce arrepentimiento.
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Hch. 2:38.

El arrepentimiento es un cambio de mente y vida, es el reconocimiento de que hemos estado equivocados; que
conduce a la tristeza, pero también a un cambio, un giro hacia la Fuente de vida y de comparación moral.

El arrepentimiento, el verdadero arrepentimiento (2 Co. 7:10), es una sólida evidencia de que una persona ha sido
tocada por el bautismo del Espíritu Santo.

¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento? Ro. 2:4; cf. Jn. 15:26; 16:13, 14.

Sólo por medio del Espíritu Santo (es el representante de Cristo) una persona puede ser guiada a la convicción de
pecado y, por ende, al verdadero arrepentimiento.

Sólo mediante el poder del Espíritu podemos ser motivados a realizar una elección consciente de entregar nuestros
caminos pecaminosos y vivir en sumisión al Señor.

Al revelarnos el amor de Dios, el Espíritu Santo nos conmueve y nos da el único motivo verdadero para desear
servir a Dios: un corazón agradecido que ama a Dios, quien primero nos amó a nosotros (1 Jn. 4:10).

3. Nos lleva a la obediencia.


“Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le
obedecen”. Hch. 5:32; cf. 1 P. 1:2; Ro. 16:26.

La obediencia es un requisito previo para recibir el Espíritu Santo. El Espíritu nos fue dado para incentivar la
convicción; convicción que nos conducirá a la obediencia.

La mayor evidencia de que alguien vive por el Espíritu es una vida de fe y de obediencia a Dios.

Jesús amonesta a sus seguidores a obedecer a Dios, a caminar en sus mandamientos, a amar y a perdonarse unos a
otros, tal como Dios nos ama y nos perdona.

El Espíritu Santo guía a las personas a “toda la verdad” (Jn. 16:13); obviamente, el centro de “toda verdad” es
Cristo, y él crucificado (1 Co. 2:2).

La mayor y mas importante de todas las verdades es que Jesucristo murió por los pecados del mundo; que, en el
Calvario, él pagó la penalidad de todos los pecados humanos y que cualquiera, por fe, puede ser perdonado de sus
pecados y ser perfecto delante de Dios.

“Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerlo, nuestra vida será una vida de continua
obediencia”. DTG, 621.

Manifestación externa.
En Gálatas 5:22, 23, Pablo habla del fruto del Espíritu, y dice que es el amor, manifestado de diversas formas. Estas
gracias del Espíritu (o fruto del Espíritu) son evidencias incontrovertibles del bautismo del Espíritu.

Propósito.
Las Escrituras nos dicen que el bautismo del Espíritu Santo viene siempre para glorificar al Dador, nunca al que lo
recibe.

“Toda obra buena se cumple solamente por el Espíritu Santo, y éste es dado para glorificar, no al que lo recibe, sino
al Dador”. DMJ, 70.

La función del Espíritu es hablar de Jesús y ensalzarlo a él, no al que lo recibe.


Jesús dijo del Espíritu Santo: “El me glorificará”, y no “él os glorificará”.
El fruto del Espíritu, manifestado en parte en una fe que obra por el amor, viene mediante la entronización del
mismo Espíritu Santo como Señor dentro del cristiano.

Este bautismo del Espíritu Santo es lo que hace cristiana a la persona.


Privada del señorío del Espíritu, la persona no es cristiana en absoluto.

“El bautismo del Espíritu Santo, tal como en el día de Pentecostés, conducirá a un reavivamiento de la religión
verdadera y a la realización de muchas obras maravillosas”. 2 MS, 65.

“Necesitamos el bautismo del Espíritu Santo”. Ev, 53.


“Los miembros de iglesia deben ser bautizados con el Espíritu de Dios…” FE, 240.

“Cada obrero debiera solicitar elevar su petición a Dios por el bautismo diario del Espíritu”. HAp, 41; cf. 3 JT, 212.

INMORTALIDAD

Inmortalidad.

La Biblia dice, muy al principio, que Dios creó a los seres humanos “a su propia imagen”. ¡Que
honor y privilegio! Aunque hechos a la imagen de Dios, los seres humanos no son Dios. Hechos a su imagen, sí,
pero eso no es lo mismo que ser Dios.

En Génesis 3:5, la serpiente (Satanás) le dijo a Eva que si comía del árbol sería “como Dios”. Lo que es tan irónico
acerca de esas palabras es que Eva ya era “como Dios”, es decir, hecha a su imagen.

Por cuanto Eva escuchó a la serpiente, la imagen se manchó, y ella llegó a ser menos que como Dios. Sin embargo,
Eva escuchó a Satanás porque, aparentemente, en ella había algo que quería ser “como Dios”.

Cuando los seres humanos procuran ser “como Dios” están reflejando las características de Satanás, cuyo pecado
fue que “aspiro a alcanzar la altura de Dios mismo”. 1 SP, 18.

Aunque la mayor parte de las personas no dicen conscientemente que quieren ser como Dios, cuando buscan seguir
sus propias ideas y sus propios caminos, crear sus propias reglas, desarrollar sus propios conceptos del bien y del
mal, en un sentido están buscando llegar a ser su propio dios.

De todas las mentiras de Satanás, la idea de que los hombres no mueren realmente en ocasión de la muerte se ha
arraigado en casi todas partes, aun entre los cristianos, que deberían conocer mejor el tema, porque la Biblia enseña
que la muerte es un sueño. Job 14:12; Ec. 9:5, 6, 10; Sal. 6:5; 115:17; 146:4.

Hoy, un caudal interminable de libros, películas, casetes y programas de TV, todos, de una manera o de otra, repiten
lo que Satanás le dijo a Eva en el Edén.

“El sermón que Satanás predicó a Eva con referencia a la inmortalidad del alma: ‘No moriréis’, lo han reiterado [los
ministros populares] desde el púlpito, y la gente lo recibe como pura verdad bíblica. Tal es el fundamento del
espiritismo”. 1 JT, 120.

Sobre esta mentira -la inmortalidad natural del alma- edificó Satanás las religiones paganas con sus diversas visiones
acerca de la vida en el más allá.

“Casi todas las formas de la hechicería y brujería antiguas se fundaban en la creencia de que es posible comunicarse
con los muertos… Esta misma creencia en la posibilidad de comunicarse con los muertos era la piedra angular de la
idolatría pagana.

El espiritismo moderno y las formas de brujería antigua y del culto idólatra, por tener todos la comunión con los
muertos como principio vital, se basan en aquella primera mentira”. PP, 739, 740.

Implicaciones de la Inmortalidad del alma.


El concepto de un alma inmortal esta tan difundido que es fácil percibir las implicaciones de
esa creencia.

1. Hay descuido en la doctrina de la resurrección y la segunda venida de Cristo.


“Y así siguieron las cosas hasta resultar en que la gloriosa verdad de la resurrección quedó casi
completamente oscurecida y perdida de vista por el mundo cristiano.

…comentando las palabras de San Pablo en 1 Ts. 4:13 al 18. dice: ‘Para todos los fines prácticos de consuelo, la
doctrina de la inmortalidad bienaventurada de los justos reemplaza para nosotros cualquier doctrina dudosa de la
segunda venida del Señor.

Cuando morimos es cuando el Señor viene a buscarnos. Eso es lo que tenemos que esperar y para lo que debemos
estar precavidos. Los muertos ya han entrado en la gloria. Ellos no esperan el sonido de la trompeta para
comparecer en juicio y entrar en la bienaventuranza’”. CS, 603.

2. Se olvida o se niega el juicio. Hch. 17:31; Jud. 14, 15; Ap. 21:12.
“pero si los muertos están gozando de la bienaventuranza del cielo o están retorciéndose en las llamas del
infierno, ¿Qué necesidad hay de un juicio venidero?...

¿Recibirán acaso los justos después del examen de sus vidas en el juicio esta alabanza: ‘¡Muy bien, siervo bueno y
fiel… entra en el gozo de tu Señor!’ cuando ya habrán estado habitando con él talvez durante siglos? ¿Se sacará a
los malos del lugar de tormento para hacerles oír la siguiente sentencia del Juez de todo la Tierra: ‘¡Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno!’ (Mt. 25:21, 41)?” CS, 604, 605.

3. “Merced a dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a
los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma…

“En la medida en que el espiritismo imita más de cerca al cristianismo nominal de nuestros días, tiene también
mayor poder para engañar y seducir”. CS, 645.

Falsedades interconectadas.
1. La idea del alma inmortal en la vida diaria.
Esta incrustada en las creencias populares acerca de fantasmas, zombis, espíritus guías, conversaciones con
familiares fallecidos y experiencias cercanas a la muerte.

La reencarnación, que sostiene que la vida en un cuerpo se repite vez tras vez pero que la “vida” misma es invisible,
pero real: el “alma”. Conciben el cuerpo sólo como una ilusión, mientras el alma es lo único que tiene vida
inherente en sí. Se presenta al alma como “el verdadero yo interior”, con cualidades y poderes divinos.

2. La Nueva Era.
El núcleo central de muchos conceptos de la Nueva Era es el énfasis en un alma inmortal.
Los conceptos de “los poderes interiores” que necesitan ser liberados,

“la canalización” (espíritus guías que hablan por medio de una persona viviente), ciertas prácticas médicas que
pretenden restablecer el equilibrio de “el ying y el yang” de una persona y enfocar de nuevo las fuerzas magnéticas
del universo, etc.

Inmortalidad (gr. Athanasia, “sin muerte”)


El eterno Dios es inmortal. 1 Tim. 1:17; 6:16. Hay una diferencia marcada entre Dios y los seres humanos.
Dios es infinito, inmortal y eterno, nosotros somos finitos, mortales y transitorios. Sal. 78:39; Job 14:2.
Esperanza para la humanidad.
Jesús es la fuente de la inmortalidad. Ro. 6:23; 1 Co. 15:22. A todos los que crean en Cristo se les anula la
sentencia de muerte, y nos asegura el don de la inmortalidad, en la primera resurrección. Jn. 5:28, 29; 3:16; 11:25.

La Inmortalidad condicional. La Biblia la enseña. Ésta incluye las siguientes verdades:


1. El cuerpo no contiene una entidad que “se separa” o “sale” de él en el momento de su muerte.

2. La inmortalidad, la “incapacidad de morir”, es un don de Dios, quien es el único que es inmortal (1 Ti. 1:17), y la
recibiremos de manera completa en la Segunda Venida (1 Co. 15:51-54).
3. “Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Ec. 12:7; cf. 9:5). El “espíritu”
que retorna a Dios es la conexión con Dios que sostiene la vida que él puso originalmente en los seres humanos.

Inmortalidad condicional.
La creación nos revela que el hombre obtuvo vida de Dios. Gn. 2:7.
La inmortalidad no es un atributo humano sino un don de Dios.

Al hombre (Adán y Eva) se le dio libre albedrío, podían obedecer o desobedecer. La posesión del don de la
inmortalidad era condicional a la obediencia. Gen. 2:17.

La Resurrección.
La resurrección es “la restauración de la vida, después de la muerte, junto con la plenitud de su ser y su
personalidad”. A través de las Escrituras se ha expresado esperanza en una resurrección. Job 14:13-15; Is. 26:19; 1
Co. 15.

La Resurrección de Cristo.
1. Su importancia.
a. “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación”. 1 Co. 15:14.

b. No habría perdón por nuestros pecados. “Si Cristo no resucitó... aún estáis en vuestros pecados”. 1 Co. 15:17.
c. No tendría ningún propósito creer en Jesús. “Si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana”. 1 Co. 15:17.

d. No habría una resurrección general de los muertos. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos,
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos”. 1 Co. 15:12.

e. No habría esperanza más allá de la tumba. “Si Cristo no resucitó... entonces también los que durmieron en Cristo
perecieron”. 1 Co. 15:17, 18.

La Muerte.
Es solamente un estado de inconsciencia temporal mientras la persona espera la resurrección. La Biblia
llama a este estado intermedio un sueño. Job 14:10-12; Sal. 13:3; Mt. 9:24; Hch. 7:60.

Debemos tener presente dos aspectos de la muerte (Jn. 11:25):


1. Los muertos están separados de la vida en cuanto les toca a ellos.
2. No están separados de Cristo en lo que atañe a Jesús.

Comparación entre el sueño y la muerte.


1. Están inconscientes, “nada saben”. Ec. 9:5; Job 14:21.
2. Los pensamientos conscientes cesan, “en ese mismo día perecen sus pensamientos”. Sal. 146:4.

3. Pone fin a las actividades del día, “no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. Ec. 9:10.
4. Nos desliga de los que están despiertos y de sus actividades, “nunca más tendrán parte en todo lo que se
hace debajo del sol”. Ec. 9:6.

5. Deja inactivas las emociones conscientes, “su amor y su odio y su envidia fenecieron ya”. Ec. 9:6.
Los seres humanos no alaban a Dios, “no alabarán los muertos a Jehová”. Sal. 115:17; 6:5.

7. Anticipa un despertar, “vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz...”. Jn. 5:28, 29.

La mayor diferencia: En el sueño hay vida, en tanto que en la muerte no. Todos los que descansan en la tumba,
aunque sea por mucho tiempo, no tienen noción del trascurso del tiempo.

2. Una resurrección corporal.


El Cristo que salió de la tumba era el mismo Jesús que vivió aquí en carne y hueso. Lc. 24:13-27, 39, 43;
Jn. 20:14-18.

“Cristo presenta a sus hijos creyentes la muerte como un sueño. Su vida esta oculta con Cristo en Dios, y hasta que
suene la última trompeta los que mueren dormirán en él”. DTG, 486.

“Para el creyente, Cristo es la resurrección y la vida. En nuestro Salvador, la vida que se había perdido por el
pecado es restaurada; porque él tiene vida en sí mismo para vivificar a quienes él quiera. Está investido con el
derecho de dar la inmortalidad. La vida que él depuso en la humanidad, la vuelve a tomar y la da a la humanidad”.
DTG, 730, 731.

BABILONIA la MADRE de las RAMERAS

Babilonia la Madre de las Rameras.

La sentencia contra la gran ramera, ocurre bajo la séptima plaga. “uno de los siete ángeles que tenían las siete
copas… diciéndome: … te mostraré la sentencia contra la gran ramera…” Ap. 17:1.

El Apocalipsis presenta a dos mujeres rivales, ambas tienen una dimensión cósmica -ocupan un lugar central en el
universo-, y a ambas se las asocia con el desierto (12:4, 13 cf. 17:3) y el dragón (12:4, 13 cf. 17:3, 7).

Contraste

Mujer pura, Ap. 12 Mujer ramera, Ap. 17

1. Esta suspendida en el 1. Esta sentada sobre las


firmamento, rodeada de aguas, rodeada por los reyes
planetas (v. 1). degenerados (vv. 1, 2).

2. El dragón la ataca 2. Es parecida al dragón en su


(vv. 4, 13-17). naturaleza (v. 3), y oprime al
pueblo de Dios (v. 6).

3. Huye al exilio (v. 6). 3. Se reclina como reina (vv.


3, 4).
4. Sufre sola en el desierto 4. Esta preparada para una
(vv. 6, 14). fiesta en la ciudad (v. 4).

5. La alimenta la mano de 5. Esta embriagada con la


Dios (vv. 6, 14). sangre de los santos (v. 6).

6. Es la madre del Mesías y 6. Es la jefa de las prostitutas


del remanente de Israel (vv. (v. 5).
5, 6).
La mujer del capítulo 17 es la antítesis de
la mujer del capítulo 12.

El AT describía a Israel como la esposa de Dios y compara su infidelidad con el adulterio o la prostitución. (Os. 5:3;
Is. 1:21; Ez. 16:15; 23:1-4).
En la línea de la tradición bíblica, la prostituta del Apocalipsis personifica la infidelidad del pueblo de Dios, y en la
perspectiva del NT representa a la iglesia que ha flirteado con los amantes mundanos y ha sucumbido a ellos.

El Apocalipsis identifica a la prostituta con el poder de Babel. Llamada “BABILONIA LA GRANDE” (Ap. 17:5),
encarna la religiosidad y el deseo de Satanás de usurpar el papel de Dios.
El origen de Babilonia está asociado con un espíritu de arrogancia humana y rebeldía contra Dios (Gn. 11:1-9).
También es descrita con el símbolo de una mujer prostituta (Ap. 17:1-4), que representa a los que son infieles a Dios
(cf. Ex. 34:15; Is. 1:21; Jer. 2:20; Ez. 16:41).

“La palabra ‘Babilonia’ deriva de ‘Babel’ y significa confusión. Se emplea en las Santas Escrituras para designar las
varias formas de religiones falsas y apóstatas.

La mujer y la bestia son uno (Ap. 17:17, 18), aunque la misma bestia posteriormente se volverá en contra del
resentimiento enfurecido de ella (17:16). “Babilonia la Grande” esta a punto de desplomarse en las cenizas (18:2).

En el capítulo 17 del Apocalipsis, Babilonia esta simbolizada por una mujer, figura que se emplea en la Biblia para
representar una iglesia, siendo una mujer virtuosa símbolo de una iglesia pura, y una mujer vil, de una iglesia
apóstata”. CS, 431.

“En el capítulo 17 del Apocalipsis se predice la destrucción de todas las iglesias que se corrompen mediante la
devoción idólatra al servicio del papado, las que beben del vino de la ira de su fornicación. (leer, Ap. 17:1-4).

Así se representa al poder papal, que con todo engaño de iniquidad, mediante la atracción exterior y el despliegue
fastuoso, engaña a las naciones; prometiéndoles, como Satanás a nuestros primeros padres, todo el bien a los que
reciban su marca, y todo daño a lo que se oponen a sus falacias.

El poder que tiene la más profunda corrupción interior hará el mayor despliegue y se revestirá con las más
elaboradas señales de poder.

La Biblia dice claramente que esto recubre una maldad corrompida y engañadora. ‘Y en su frente un nombre escrito,
un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE
LA TIERRA’.

¿Qué entidad le entrega su reino a este poder? El protestantismo, un poder que, mientras profesa tener el carácter y
el espíritu de un cordero y estar aliado con el cielo, habla con la voz de un dragón. Esta movido por un poder de
abajo”. EW, 7 CB, 994 (Carta, 232, 1899).

“la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”. Ap. 17:2.

“El gran pecado de que se acusa a Babilonia es que ha hecho que ‘todas las naciones beban del vino de la ira de su
fornicación’. Esta copa embriagadora que ofrece al mundo representa las falsas doctrinas que ha aceptado como
resultado de su unión ilícita con los magnates de la tierra”. CS, 439.

“Babilonia ha estado fomentando doctrinas venenosas, el vino del error. Este vino del error se compone de falsas
doctrinas”. TM, 61.

Las 2 principales falacias de Babilonia son:


1. La doctrina de la inmortalidad del alma, que carece de sustento bíblico (cf. Sal. 146:3, 4; Ec. 9:5, 6; Is.
38: 19, 20; 1 Co. 15:22, 23, 53, 54).

2. La santidad del domingo, en sustitución del verdadero sábado que es señal del poder creador y redentor de Dios
(cf. Ex. 20:8-11; Ez. 20:12).

Infidelidad espiritual.
Cuando hay un rechazo de la verdad que conduce a la idolatría, así como también a una mezcla de la
verdad con el error (Jer. 2:23-25; Os. 1-3).

Cuando se establecen alianzas políticas entre aquellos que fueron parte del pueblo de Dios y las naciones e la
Tierra (Ez. 16:26-29).
“Se dice que Babilonia es ‘madre de las rameras’. Sus hijas deben simbolizar las iglesias que se atienen a sus
doctrinas y tradiciones, y siguen su ejemplo sacrificando la verdad y la aprobación de Dios, para formar alianza
ilícita con el mundo.

El mensaje de Apocalipsis 14, que anuncia la caída de Babilonia, debe aplicarse a comunidades religiosas que en un
tiempo fueron puras y luego se han corrompido”. CS, 433.

La Babilonia del tiempo del fin es una cristiandad apóstata que ha adoptado las formas paganas del culto cristiano,
ha cambiado la ley del Dios del pacto y ha establecido alianzas con los poderes políticos.

Toda esta infidelidad de la iglesia hacia Cristo está condenada a la autodestrucción en Ap. 17:16. Las autoridades
civiles y políticas pondrán en última instancia la vergüenza o culpa de Babilonia y actuarán en consecuencia como
los agentes de la retribución divina (17:16, 17).

Hay dos tipos de caída de Babilonia.


1. Su caída física o destrucción tal como lo hemos señalado en Ap. 18.
2. La caída espiritual de Babilonia, de la verdad al error, proclamada por el segundo ángel de Ap. 14 y
por el ángel de Ap. 18:1-3. La caída de Babilonia es progresiva.

La sexta y séptima plaga llegan como un juicio contra la gran Babilonia. El nombre Armagedón, expresa el destino
que les espera a los idólatras de Babilonia: un día de llanto como ningún otro.

La ira de Dios, que hasta ahora solo había sido anunciada (Ap. 14:8, 10), ahora ha alcanzado su impacto completo:
“[…] la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira” (Ap.
16:19).

Mientras que Babilonia, como una Jerusalén apóstata, es obligada a “beber” del “cáliz” que contiene la santa
venganza de Dios por la sangre de sus siervos (Ap. 19:2), los santos, al contrario, son invitados a la “¡cena de las
bodas del Cordero!” (v. 9).

“La gran ciudad fue dividida en tres partes” (Ap. 16:19).


La alianza entre los tres poderes -el dragón (poderes ocultos), la bestia (cristianismo oficial) y el falso
profeta (Estados Unidos)- ahora se disuelve.

La destrucción de los tres poderes mundiales ocasiona la caída de las naciones (Ap. 16:19).
Esta confusión es la misma señal de la caída de Babilonia.

La voz del cielo destruye las últimas ilusiones de un futuro para Babilonia. Toda la tierra está de luto (Ap. 18:9-20).
Es un día de luto diferente, no tiene consuelo.

Su acto final presenta a un ángel que arroja “una piedra, como una gran piedra de molino” al mar, simbolizando la
caída de la gran ciudad: “[…] Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será
hallada” (Ap. 18:21).

“Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis
parte de sus plagas”. Ap. 18:4.

Babilonia está en todos lados. No es suficiente salir de alguna iglesia en particular para escapar de Babilonia.
Babilonia es una mentalidad. Salir de ella es rechazar todo un modo de pensar al que la iglesia se ha adherido a lo
largo de los siglos.

De modo que salir de Babilonia es experimentar una conversión. Es la única forma de escapar de la masacre del
tiempo del fin, la única forma de sobrevivir y la única forma de recuperar la verdadera identidad.

Salir de Babilonia es un grito de esperanza que resuena en las calles de Babilonia, un llamado para todos y cada uno
de nosotros mientras haya oportunidad.

Algunos de los que están en Babilonia aman la verdad y responderán a la invitación de Cristo a salir de Babilonia y
unirse a la iglesia remanente que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús (Ap. 18:4; Is.
48:20; Jl. 2:32; Ap. 12:17).
“Dios tiene aún un pueblo en Babilonia; y antes de que los juicios del Cielo la visiten, estos fieles deben ser
llamados para que salgan de la ciudad”. CS, 662 (cf. 664, 665).

Hoy sólo el pueblo de Dios que toma las Sagradas Escrituras con toda seriedad y resuelve, por la gracia divina,
obedecer el consejo de Dios, oirá el llamado de Dios: “Salid de ella, pueblo mío”.
LA BESTIA ERA, Y NO ES, Y ESTA PARA SUBIR E IR PARA PERDICIÓN

La Bestia era, y no es, y esta para subir e ir para perdición.

Apocalipsis 17 debe ser considerado como una de las visiones de aliento más importantes para el pueblo de Dios en
el tiempo del fin.

“Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual
tiene las siete cabezas y los diez cuernos”. Ap. 17:7.

El símbolo de una bestia de siete cabezas con diez cuernos se emplea tres veces en Apocalipsis:

1. El dragón rojo con coronas en las cabezas (Ap. 12).


2. La bestia semejante a un leopardo con coronas en los cuernos (Ap. 13).
3. La bestia escarlata sin coronas (Ap. 17).

La bestia escarlata de Apocalipsis 17 reagrupa a los tres poderes -a todos los enemigos de Dios- en una
verdadera coalición.

La bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente.

El ángel interpretador solicita que se ejerza sabiduría especial para entender las siete cabezas de la bestia revivida.

“Esto para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer”.
Ap. 17:9.

Montes: Un símbolo profético común para designar poderes políticos o político-religiosos (Is. 2:2-3; Jer. 17:3;
31:23; 51:24-25; Ez. 17:22-23; etc.)

Puede ser una alusión a la ciudad de Roma con sus siete colinas. En los primeros siglos los cristianos se referían
comúnmente a Roma como a “Babilonia” (cf. 1 P. 5:13; Ap. 14:8).

“Esto para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son […] siete reyes. Ap. 17:9.

Las siete cabezas se describen explícitamente como “reyes” sucesivos o poderes mundiales, de los cuales “cinco han
caído; uno es, y el otro aún no ha venido”. Es claro que la bestia demoníaca ejerce su gobierno opresor por medio
de una cabeza a la vez en el curso de la historia.

“Siete cabezas”
Ap. 12. El dragón: imperio romano.
Ap. 13. La bestia del mar: el papado.
Ap. 17. La bestia escarlata: Satanás.

Las siete cabezas de cada una de las tres bestias de Apocalipsis 12, 13 y 17 expresan la continuidad de la
persecución por parte de estos poderes mundiales malvados.

Todas están relacionadas esencialmente por el mismo espíritu de odio contra Jesucristo y están decididas a proscribir
y ejecutar a los compañeros del Cordero de Dios. Cada “cabeza” de los poderes estatales
gobernantes en la era de la iglesia está motivado por el mismo dragón, o Satanás, (12:9).

El apóstol Juan esta viendo la visión desde la perspectiva del juicio escatológico cuando la bestia ‘no es’.
Presentado por el mismo ángel que trae la plaga, es decir desde el punto de vista del tiempo del fin.

“La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; […] la bestia que era y no es, y
será”. Ap. 17:8.
El dragón hizo guerra contra los santos durante el tiempo de la Roma pagana (12:1-5), la bestia del mar continuó
esta guerra durante la Edad Media (13:1-10), mientras que la bestia escarlata de Apocalipsis 17 describe la amenaza
a los santos vista desde el tiempo de la Revolución Francesa.

En el Apocalipsis puede establecerse un paralelismo o una imitación. Cristo dijo: “Yo soy… el que vivo, y estuve
muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos”. Ap. 1:18.

Cristo dijo a Juan:


1. Yo era (vivió antes del Calvario).
2. Yo no era (su muerte en el Calvario).
3. Yo aún vivo (resurrección y vida posterior a la resurrección).

Parecería que Satanás (el dragón) es descrito como imitando la experiencia de Cristo.
Confirma la ambición de la bestia de reemplazar a Dios.

Satanás “era” (su obra a través de las edades); “no es” (su encarcelamiento durante el milenio);
“todavía no es” (Satanás es liberado al final del milenio); y se perderá (Satanás es arrojado al lago de fuego, Ap.
20:10).

1. Ahora existe, y trabaja en contra de Dios por medio de distintos agentes simbolizados por las siete cabezas.
Desde el punto de vista de su total experiencia, este período podría llamarse el período en el que “era”.

2. En ocasión de la segunda venida de Cristo, será arrojado al abismo por mil años (el milenio, Ap. 20:8). Este
período de inactividad es descrito por la expresión “no es”.

3. Al final del milenio, Satanás será liberado y estará “para subir del abismo” (Ap. 17:8), para “engañar a las
naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Ap. 20:8). En este sentido, Satanás “todavía es”.

4. Cuando Satanás lidera las huestes de los impíos resucitados en contra de la ciudad santa, la nueva Jerusalén, tiene
lugar la fase ejecutiva del juicio final (Ap. 20:11-15).

Como resultado, Satanás, el dragón rojo, va a la perdición. Es destruido en el lago de fuego junto con la bestia
semejante a un leopardo y el falso profeta (Ap. 20:10).

Enfoques adventistas.

“La bestia “no es” “Esta por que


es” subir”
Roma pagana El intervalo entre la persecución pagana y Roma papal
el comienzo de la persecución papal

El período de la El intervalo entre la herida de la séptima Reavivamiento de la bestia


bestia y de sus siete cabeza y el reavivamiento de la bestia con la cuando llega la octava
cabezas octava cabeza cabeza

Satanás a través de El milenio de Apocalipsis 20 Luego del milenio. Breve


las épocas obra de Satanás, y su
destrucción.

La bestia de diez cuernos cubre el período histórico anunciado en la visión de Daniel 7. Es


similar a la cuarta bestia (comparar con sus diez cuernos, Dn. 7:7) y al cuerno pequeño (comparar con su conducta
arrogante y usurpadora, v. 8), sino también posee todas las características de los animales que le preceden: el
leopardo, el oso y el león.
La bestia de diez cuernos de Apocalipsis 13 cubre los cinco períodos predichos por Daniel 7: Babilonia, los Medos
Persas, Grecia, Roma y el cuerno pequeño. Son los cinco reyes mencionados en Apocalipsis 17:10.

Hay un período de ausencia que corresponde a la herida mortal de la bestia (v. 11): el tiempo del sexto rey. Este rey
“existe” a pesar de que parece muerto (Ap. 17:8, 10, 11; cf. 13:3).

Se anuncia que la herida se ha sanado y que la bestia sube del abismo (Ap. 17:8; cf. 11:7). Como el séptimo dura
hasta el fin, el Apocalipsis también lo describe como el octavo rey (Ap. 17:11), porque su reino dura más allá de los
siete reyes.

El octavo (séptimo) rey, que representa a la iglesia en el fin del tiempo, irá a “la perdición” (v. 11). El reino del
octavo (séptimo) rey coincide con el de los diez reyes, los dos períodos de tiempo que están situados en el “aún no”
(v. 12; cf. v. 10).

Ambos períodos se caracterizan por su brevedad: un “breve tiempo” para el octavo (séptimo) rey (v. 10) y “una
hora” para los diez reyes (v. 12). En lenguaje simbólico significa un tiempo muy corto.

“cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”.
Ap. 17:10.

“Cinco de ellos han caído”


Babilonia, Persia, Grecia, Imperio Romano y Roma cristiana (papal).

La sexta cabeza “uno es”.


La sexta cabeza (en el tiempo del fin) ‘es’ la Roma cristiana herida de muerte.

“El otro aún no ha venido, y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”.
“no ha llegado aún”, es decir, la Roma cristiana con su herida curada.
El interés del ángel se centra específicamente en la séptima cabeza. ¡Procede dándole a la bestia resucitada el
número ocho! ¡Es “el octavo” aunque pertenece a las siete cabezas!

La bestia escarlata de Apocalipsis 17 simboliza el mismo poder (la bestia de Ap. 13), pero el profeta la está
contemplando en un momento diferente, después de que se ha recuperado de la “herida mortal”. Cuando reaparece,
no sube del mar, sino del “abismo”. (abismo es el lugar de los muertos, Ro. 10:7.)

“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”. Ap. 17:11.

“Octavo”.
El ángel hace tres declaraciones paralelas concernientes a la bestia revivida: “esta para subir del abismo” (17:8a). “Y
será (que reaparecerá, BJ)” (17:8c). “Es también el octavo” (17:11).

Combinando estas declaraciones, vemos que el que se lo cuente como “octavo” se aplica a la subida de la bestia del
abismo, es decir, a su resurrección.

El contar como “ocho” a la séptima y final cabeza de la bestia indica no solo que es una bestia resucitada, sino
también alerta a la iglesia a las demandas engañosas de un poderoso Mesías falso.

Pero la séptima cabeza permanecerá en el poder sólo por “breve tiempo” (Ap. 17:10). Después, irá repentinamente
“a la perdición” en su lucha contra el Cordero y sus seguidores (vv. 11, 14), lo que ocurrirá por medio del impacto
glorioso del advenimiento de Cristo.

“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta… Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego
que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y
todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. Ap. 19:20, 21.

APOCALIPSIS 17
PASADO PRESENTE FUTURO
CABEZAS
CINCO HAN CAÍDO: EL SEXTO ESTA LA SÉPTIMA AÚN NO HA VENIDO
Babilonia; Medo-Persia; PRESENTE: Durante el
Grecia; Roma pagana; tiempo del fin
ROMA PAPAL

CUERNOS
Coronados: Monarquías Destronados: Las Coronado por una hora: Se unen con la
medievales democracias desde la bestia resucitada.
Revolución Francesa.

BESTIA
FUE: Cuando persiguió. NO ES: No persigue, Y SERÁ: Hará guerra contra el
porque sufre una herida Cordero y sus seguidores (17:12-14).
mortal. CAMBIO REPENTINO:
La bestia y los 10 cuernos destruyen a
la ramera (17:16).

“Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán
autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su
autoridad a la bestia”. Ap. 17:12, 13.

Los diez reyes representan los últimos poderes políticos mundiales. Habiéndolos encontrado ya en Apocalipsis 16
en el contexto del Armagedón (16:12, 16), los encontramos otra vez en el capítulo 18, donde pelean la última batalla
del Armagedón (18:9).

“Habrá un vínculo universal de unión, una gran armonía, una alianza de las fuerzas de Satanás. […] En la lucha que
se librará en los últimos días estarán unidos, en oposición al pueblo de Dios, todos los poderes corruptos que se han
apartado de la lealtad a la ley de Jehová”. EW, 7 CB, 994 (MS 24, 1891).

“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están
con él son llamados y elegidos y fieles”. Ap. 17:14.

El propósito más elevado del Apocalipsis es instar al pueblo de Dios a salir de Babilonia y a seguir a Cristo. Esto
está de manera explícita en Apocalipsis 18.

A los compañeros del Cordero se los describe como “llamados y elegidos y fieles”, que “están con él” (Ap. 17:14).
Que también permanecen leales a Jesús (14:12); y que retienen “el testimonio de Jesús” y de su señorío en la prueba
final de la fe (12:17; 14:12).

“Vencer” significa confesar el señorío de Jesucristo en medio de la persecución; es decir, ser “fiel a mi nombre”
(2:13, BJ). Tanto en Apocalipsis 13:8 como en 17:8 se hace referencia al “libro de la vida” para señalar la seguridad
de la vida eterna para el vencedor.

LA BATALLA DEL ARMAGEDON

La Batalla del Armagedón.

El termino “Armagedón” se utiliza una sola vez en las Escrituras, en Ap. 16:16.
“y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”.

EL PLAN DE DIOS EL PLAN DEL DRAGON


1. Instrumentos: Tres ángeles (Ap. 14:6, 1. Instrumentos: Tres espíritus inmundos
8, 9) (Ap. 16:13)
2. Métodos: Proclamación del evangelio 2. Métodos: Realización de milagros (16:14).
(v. 6) Ir a los reyes de la Tierra (16:14)
Alcanzar a toda nación, tribu, lengua y
pueblo (v. 6).

3. Propósito: Desenmascarar los poderes 3. Propósito: Engañar al mundo (16:14;


del mal (vv. 8-10). Reunir al remanente 13:13).
en el monte Sión (vv. 1-3) Reunir a los reyes de la Tierra en Armagedón
(16:14).

4. Resultado final: Victoria (v. 4). 4. Resultado final: Derrota (16:19).

2 Interpretaciones.
1. El nombre significa Monte Meguido y se identifica con el Monte Carmelo, donde Elías confrontó a los profetas
de Baal y Dios se reveló por medio de fuego.

Armagedón, entonces, describiría la última confrontación entre el dragón y el Señor, y el Señor se revelará otra vez
como el verdadero y único Dios.

2. Se considera como una referencia a Isaías 14:14. Lucifer quería poner su trono en el “monte del testimonio” (“de
la reunión”, BJ) (v. 13) (del hebreo Ar-moeed), donde se encuentra el trono de Dios.

Armagedón, entonces, se referiría al último intento de Satanás para ocupar, de forma permanente, el lugar de Dios
en el mundo.

La preparación para el Armagedón ocurre en la sexta plaga y la batalla misma en la séptima (cf. Ap. 19:11-21).
Sucede luego del fin del tiempo de gracia y es el último gran acontecimiento previo a la venida de Jesús.

1. Es una batalla entre la verdad y el error.


2. Es un conflicto entre Cristo y Satanás.
3. Los ángeles caídos estarán alienados con su caudillo, Satanás.

4. La lucha estará dirigida contra los hijos de Dios y dará lugar a una gran persecución.
5. Los tres poderes apóstatas participarán activamente de ella.
6. Esos tres poderes coaligados bajo las ordenes del príncipe de las tinieblas, atacarán a Dios y a Jesucristo en la
persona de sus hijos fieles. Exigirán a todos que reciban la marca de la bestia (Ap. 13:16) y se servirán de la ayuda
de los reyes (gobiernos) para forzar sus decretos (Ap. 16:14).

7. Las fuerzas del mal serán destruidas en el lago de fuego y los hijos de Dios serán liberados.

El Armagedón es el último acto del drama milenario de la lucha entre el bien y el mal; entre Cristo y Satanás, con
sus ángeles y sus hombres secuaces; entre la verdad y el error.

No corresponde a un determinado lugar geográfico conocido, y puede tomarse más bien como un vocablo simbólico,
usado por las Escrituras, no para referirse a un punto definido del mundo, sino a una batalla de carácter mundial, en
el gran día de Dios.

a. Se trata de una batalla entre el bien y el mal (MLT, 308).


b. La tierra es el campo de batalla (MLT, 308).

c. Se trata de una “lucha desesperada” en la que hombres y ángeles están involucrados. Los partidarios del mal no
se rendirán sin una lucha desesperada (Carta, 1a, 1890).

d. Todo el mundo estará involucrado; de uno o del otro bando. Estarán especialmente los apóstatas y rebeldes
(Carta 109, mayo 7, 1900).
e. La Providencia tiene una parte en el conflicto (Mss, 175, 1879).

f. Acontecerá luego del sellamiento del pueblo de Dios (Carta 79 de 1900).


g. Luego de que los cuatro vientos sean desatados (Carta 79 de 1900).
h. Satanás es quién dirige las fuerzas que van a los reyes de la tierra (Mss, No 1, 1890).

i. Cristo, por otro lado estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla (Carta 109 de 1890).
j. El Armagedón no debe hallar a los fieles dormidos, sino bien despiertos (Carta 109 de 1890).

k. Pronto, muy pronto se peleará la última gran batalla entre el bien y el mal. La tierra será el campo de batalla, el
escenario de la contienda final y de la victoria final. Aquí donde por tanto tiempo Satanás ha conducido a los
hombres en contra de Dios, la rebelión ha de ser suprimida para siempre (R&H, mayo de 1902).

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel
y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

“Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno
conocía sino el mismo.

“Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.

“Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

“De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el
lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el
caballo, y contra su ejército”. Ap. 19:11-16, 19.

“El último gran conflicto entre la verdad y el error no es más que la última batalla de la controversia que viene
desarrollándose desde hace tanto tiempo con respecto a la ley de Dios”. CS, 639.

“Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima plaga. Los poderes del mal no se rendirán en el conflicto sin
luchar. Pero la Providencia tiene una parte que desempeñar en la batalla del Armagedón.

“Cuando la tierra sea iluminada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elementos religiosos, buenos o malos,
despertarán de su sueño, y los ejércitos del Dios viviente irán a la batalla”. EW, 7 CB, 983 [MS, 175, 1899].

“Un conflicto terrible está ante nosotros. Nos acercamos a la batalla del gran día del Dios todopoderoso. Lo que se
ha mantenido bajo el control habrá de ser liberado… La tierra será el campo de batalla -el escenario del encuentro
final y la victoria final.

“Aquí, donde Satanás ha dirigido a los hombres contra Dios por tanto tiempo, la rebelión será suprimida para
siempre”. EW, R&H, 13 de mayo de 1902.

Resultados.
1. Desesperación de los impíos.
2. Un gran terremoto.
3. La cena de aves.

1. Desesperación de los impíos.


“Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de
ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará
en su boca.

“Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de
su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero”. Zac. 14:12, 13.

“Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo, será terrible el despertar para los que lo hayan perdido
todo en la gran lucha de la vida… El resultado es que sus vidas terminan en fracaso; sus placeres se cambian ahora
en amargura y sus tesoros en corrupción. La ganancia de una vida entera les es arrebatada en un momento”. CS,
711, 712.

2. Un gran terremoto.
“Entonces hubo… un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás… Y la gran
ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades cayeron…”. Ap. 16:18-19.

El gran terremoto no sólo es literal, sino también es un cataclismo simbólico que destruye a la Babilonia espiritual.
¿Por qué? Porque esa inmensa estructura de error y engaño estaba compuesta por la unión de tres grandes poderes:
el dragón, la bestia y el falso profeta.

Pero ahora, bajo la séptima plaga, esa alianza profana pierde su cohesión y se rompe, y los tres poderes religiosos
comienzan a luchar los unos contra los otros. (cf. PE, 281, 282 y CS, 713, 714).

3. La Cena de aves.
“Y vi a un ángel… y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y
congregaos a la gran cena de Dios… y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. Ap. 19:17-21.

Un ángel llama a las aves de los cielos para que se congreguen y coman la carne de reyes, capitanes y hombres
poderosos. Juan ve a la bestia y al falso profeta en el lago de fuego. Ve al resto muerto por la espada de
Aquel que cabalga en el caballo blanco.

La victoria de Jesús en la batalla del Armagedón es total, completa y eterna. La liberación de los santos es final.

El resultado final de la batalla del Armagedón será el triunfo definitivo de Cristo y de su iglesia, de Dios y su
verdad.

“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están
con él son llamados, y elegidos y fieles”. Ap. 17:14.

“He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean
su vergüenza”. Ap. 16:15.

La única manera de resistir la hora del juicio de Dios, la batalla del Armagedón, es adquiriendo las vestiduras
celestiales. El tiempo de comprar la túnica blanca para cubrir nuestra desnudez es ahora. Cuando llegue el
Armagedón ya habrá terminado el tiempo de gracia.

“Porque separados de mí nada podéis hacer”. Jn. 15:5.


“A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque estando él a mi diestra, no resbalaré”. Sal. 18:8.

LAS 2 CENAS

Las 2 Cenas.

“[…] oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del
Señor Dios nuestro”. Ap. 19:1.

La palabra “aleluya” se origina en el vocablo hebreo haleluh-Yah, que es una combinación de dos palabras, la
primera significa “alabar”, y la otra es una forma abreviada de Yahvéh.

Los santos están ahora a punto de recibir su recompensa. De manera que alzan sus voces en este poderoso coro de
aleluya.

Los versículos 1-7 constituyen un arreglo coral antifonal compuesto de dos himnos y dos respuestas:

1. En los versículos 1-3 una gran voz del cielo comienza con el tema de la canción, dando honor y justicia a Dios
por haber castigado a Babilonia.
2. En el versículo 4 los “seres vivientes” y los “ancianos” responden afirmativamente.
3. En el versículo 5 una voz proveniente del trono convoca a todos los súbditos leales a lo largo y a lo ancho del
universo a un reconocimiento conjunto de la veracidad del tema antifonal.

4. En el versículo 6 y 7 todo el universo se une para aclamar el derecho de Dios a la soberanía universal. Este canto
de alabanza está en contraste con la endecha de muerte del capítulo 18:10-19.

“Cuando la guerra terrenal haya terminado y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el
cántico de Moisés, siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de la gracia y la
redención […].

La iglesia histórica de la tierra y la iglesia redimida del cielo, tienen su centro en la cruz del calvario. Este es el
tema, éste es el cántico -Cristo el todo y en todo-, en himnos de alabanza que resuenan a través del cielo entonados
por millares y millones de redimidos.

Todos unen sus voces en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un canto nuevo, porque nunca se ha entonado en
el cielo”. TM, 440.

“[…] Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero […]”. Ap. 19:9.

Las “bodas del Cordero”, cuando la novia “se ha preparado”, representan el juicio anterior al advenimiento a favor
de los mártires (Ap. 6:10) y el juicio sobre Babilonia. Esta etapa culminará con la destrucción de Babilonia y la
vindicación de los siervos de Dios (Ap. 19:2).

La Biblia compara al matrimonio con la relación de matrimonio que hay entre Cristo y su pueblo. Apocalipsis 19 se
concentra en el estado de los redimidos y la nueva relación que entablarán con Cristo en la eternidad sin pecado que
está por comenzar.

En el NT se menciona a esta cena de bodas. En la parábola de la fiesta de bodas (Mt. 22:1-14), y en la parábola de
la gran cena (Lc. 14:16-24).

La “esposa” es una figura de la Santa Ciudad, la Nueva Jerusalén, porque es el hogar de los redimidos. La idea de
“ciudad” o de “iglesia”, cobra sentido sólo cuando pensamos en el pueblo que la habita. La esposa del Cordero (Ap.
19:7) es una referencia a los “santos” que reciben las vestiduras de lino fino (19:8).

En las Escrituras el símbolo de novia/esposa describe a la iglesia de Dios. En Apocalipsis 21, la ciudad es
presentada como la novia y el pueblo de Dios como invitado a la fiesta de bodas.

Sin embargo, la gloria de la ciudad es la justicia de los santos, que están representados no sólo como invitados sino
también como la esposa misma del Cordero (Ap. 19:7, 8; cf. Is. 52:1).

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las
acciones justas de los santos”. Ap. 19:7, 8.

“Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios.
Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia, sobre cada alma arrepentida y creyente…

“Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad,
desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este carácter”. PVGM, 253.

“Y vi a un ángel… y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves…: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para
que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes,… y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y
grandes”. Ap. 19:17, 18.

El ángel de Dios “que estaba en pie en el sol” invitando a todas las aves de rapiña “que vuelan en medio del cielo” a
la gran cena de Dios”, sugiere una proclamación universal tan importante como la de los tres ángeles de Apocalipsis
14:6-12.

Esta convocación celestial se dirige a todos los que hicieron caso omiso del ruego anterior de Apocalipsis 14 y que
rechazaron la invitación de Dios para estar en la cena de bodas del Cordero.
Esta es una cena trágica, en la cual las aves de rapiña se reúnen para darse un banquete con la carne de reyes y
capitanes y de todos los que rechazaron las invitaciones a la cena de bodas del Cordero y siguieron en sus caminos
mundanos.

La gran comida de las aves (Ap. 19:17, 18, 21) simboliza la destrucción total de los enemigos del Cielo cuando
Cristo regresa (cf. Sal. 79:2; 1 S. 17:44, 46; Ez. 39:17-20).

El banquete de bodas del Cordero colma a sus invitados de gozo y vida eterna. La cena de aves devora a los
invitados en un ambiente de luto amargo y absoluto. No queda nada, ni siquiera reciben sepultura digna.

La invitación del cielo a las aves de rapiña para asistir a la gran cena de Dios está en contraste deliberado con la
invitación anterior: “¡Bienaventurados los que son llamados a la cena de bodas del Cordero!”. Ap. 19:9.

Las cenas representan destinos opuestos: el gozo más elevado del compañerismo con Cristo en el cielo y la angustia
indecible de la separación total de Dios en la tierra.

Dios proporcionará o vida eterna o muerte eterna. La responsabilidad ineludible del hombre es elegir entre el
Cordero y la bestia, entre Cristo y el anticristo.

“En esta vida, podemos apenas empezar a comprender el tema maravilloso de la redención. Con nuestra
inteligencia limitada podemos considerar con todo fervor la ignominia y la gloria, la vida y la muerte, la justicia y la
misericordia que se tocan en la cruz; pero ni con la mayor tensión de nuestras facultades mentales llegamos a
comprender todo su significado.

La largura y la anchura, la profundidad y altura del amor redentor se comprenden tan sólo confusamente. El plan de
la redención no se entenderá por completo ni siquiera cuando los recatados vean como serán vistos ellos mismos y
conozcan como serán conocidos; pero a través de las edades sin fin, nuevas verdades se desplegarán continuamente
ante la mente admirada y deleitada.

Aunque las aflicciones, las penas y las tentaciones terrenales hayan concluido, y aunque la causa de ellas haya sido
suprimida, el pueblo de Dios tendrá siempre un conocimiento claro e inteligente de lo que costó su salvación”. CS,
709.

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

La Segunda Venida de Cristo.

“La doctrina del segundo advenimiento es verdaderamente la nota tónica de las Sagradas Escrituras”. CS, 344.

Las Escrituras nos advierten que Satanás intentará engañar al pueblo de Dios haciéndose pasar por Cristo. 2 Co.
11:14; 2 Tes. 2:8, 9.

“Satanás ha estado preparándose desde hace tiempo para su último esfuerzo para engañar al mundo”. CS, 618.

“Es el engaño más poderoso y [que] resulta casi irresistible”. CS, 682.

EL CRISTIANISMO
La mayor parte cree en la segunda venida de Cristo.

LOS MUSULMANES
Han llegado a creer que Iman Madhi vendrá nuevamente en estos tiempos.

LOS HINDÚES
Creen que ha llegado la hora para la llegada de la novena reencarnación de Krisna.

LOS BUDISTAS
Esperan la quinta reencarnación de Buda.

EL JUDAÍSMO
Esperan todavía la venida del Mesías.

LOS SEGUIDORES DE LA NUEVA ERA


Anticipan el surgimiento del Señor Maitreya, que es una mezcla de los salvadores de todas las religiones,
con sus esperanzas y aspiraciones.

“No se le permitirá a Satanás contrahacer la manera en que vendrá Jesús”. CS, 683.
“Pero en un punto habrá una diferencia marcada: Satanás desviará a la gente de la ley de Dios”. FE, 471,
472.

“Solo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la verdad en sus corazones,
serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo”. CS, 683.

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo”. Dn. 12: 1.

Satanás ya no tiene restricciones, y por lo tanto tendrá “total control sobre los impenitentes”; como los ángeles de
Dios dejan ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención se
desencadenarán.

Movimiento simultaneo para destruir al pueblo de Dios:

* Se resuelve dar el golpe una noche determinada.

* Multitudes de hombres perversos, profiriendo gritos, estarán a punto lanzarse sobre su presa.

* Son contenidas en el acto. - Densas tinieblas - Un arco iris refleja la gloria de Dios.

Se escucha la voz de Dios: “Enderezaos” y “Consumado es”.

Sucesión de señales y prodigios.

* Los ríos dejan de correr.


* Nubes negras y pesadas se entrechocan.

* Hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios que sacude cielos y tierra.

* Un gran terremoto.

- Los cielos parecen abrirse y cerrarse - Los montes movidos, rocas quebrantadas.

- El mar azotado con furor - Toda la tierra se alborota, se hincha y se raja.

- Desaparecen islas habitadas - Puertos son tragados por las olas.

- Silbido del huracán - Granizo grande hace terrible destrucción.

* Las más soberbias ciudades son arrasadas; palacios caen en ruinas.


* Muros de las cárceles se parten y son liberados los hijos de Dios.

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”. Dn. 12:2.

Resurrección especial de los justos.


* Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel.

Resurrección especial de injustos.


“¡Miren que viene en las nubes! Y todos los veían con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron”. Ap.
1:7.

“Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante verán ustedes al Hijo del hombre sentado a la derecha del
Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo”. Mt. 26:64.
* Herodes. * Los que lo golpearon y escupieron. * Los que lo clavaron.

* Muchos sacerdotes y escribas. * Los que se mofaron de Cristo.

Una estrella arroja rayos por un desgarrón de las nubes.


* Esperanza y júbilo para los fieles que cantan: “Dios es nuestro amparo…”
* Severidad para los transgresores.

Aparece una mano en el cielo que sostiene las tablas de piedra.

* Todos pueden leerlas.


* Horror y desesperación de los que pisotearon sus preceptos.
* Todos reconocen demasiado tarde la santidad del sábado.

Los impíos y apostatas se destruyen unos a otros.

* Están llenos de pesar, pero no de arrepentimiento.


* Ningún lenguaje puede describir su desesperación.

* Se acusan unos a otros.


*Abruman sobre todo a los pastores las más terribles maldiciones.

* Se levantan para aniquilarlos. Las espadas que debían servir para destruir al pueblo de Dios se usan para matar a
los enemigos de los santos. Por todas partes hay luchas y derramamiento de sangre.

* Los ángeles de la muerte de Eze. 9:1-6 hacen su obra.

La voz de Dios proclama el día y la hora de la venida de Cristo.

Aparece una pequeña nube negra: envuelve al Salvador.

* Se va haciendo más luminosa a medida que se acerca a la tierra.

* Es el Príncipe de vida, cuyo rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol a mediodía.

* Cristo desciende envuelto en llamas de fuego.

El cielo se recoge como un libro que se enrolla, la tierra tiembla, y se mueven los montes y las islas.

* Se esconden los capitanes, los fuertes, todo siervo y todo libre… y piden a las rocas que caigan sobre ellos.

* De las bocas de los impíos estalla el grito: “El gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?

Resurrección de los justos.

* En medio de las conmociones que sufre la tierra, Cristo llama a la vida a los justos dormidos: “¡Despertaos!”.

* Toda la tierra repercute bajo las pisadas de una multitud extraordinaria que avanza revestida de gloria inmortal.
Unen sus voces con los santos vivos en prolongada aclamación de victoria.

Los justos vivos son transformados y glorificados.

Ambos grupos son arrebatados a recibir al Señor en el aire.

Los impíos todavía vivos son destruidos por el resplandor de la gloria de Cristo.

Los redimidos ascienden al cielo.

Jesús coloca con su propia diestra la corona de gloria sobre la cabeza de los vencedores.
Jesús abre las puertas de perla de la santa ciudad y entran los redimidos.

Los redimidos entonan un cántico de alabanza y de victoria, cuyo coro, dice: “Al que nos amó, y nos lavó de
nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los
siglos de los siglos”. Ap. 1:5, 6.

Delante el trono, sobre el mar de cristal, están los que salieron victoriosos sobre la bestia, su imagen y su señal. Los
144.000 se hallan allí. ¿Y Nosotros?

Solemne advertencia: “Muchos están viviendo en debilidad espiritual y apostasía. No saben lo que creen…”. Carta
161, Julio 30 1903, Manuscript Release # 1166.

El conocimiento del futuro no debe usarse para satisfacer nuestra curiosidad, sino, para permitirnos tomar hoy las
decisiones correctas.

Dios quiere compartir el futuro contigo y conmigo. Obviamente, desea que estemos preparados para el momento de
su venida al mundo, advertirnos de los peligros y alentarnos en nuestro camino hacia el Reino. ¿Por qué?
Simplemente por que nos ama y quiere que estemos para siempre con Él.

“El mensaje precioso nos ha llegado en estos últimos días. Han resonado advertencias y súplicas. Se ha dado la
invitación: ‘Venid porque todo está preparado’. Mientras todavía se dice hoy, no endurezcáis vuestros corazones…

¿No debiéramos levantarnos, sacudir el peligroso letargo del mundo, que nos está arrullando para dormir en la
cuna de la seguridad carnal?... Jesús, el Salvador compasivo, ha enviado a nuestro mundo la invitación general:
‘¡Venid, porque todo está preparado!’”. EW, R/H, 5 de noviembre de 1895.

El tiempo se está acabando. Y todavía estamos tibios y satisfechos; estamos contentos con sentarnos, relajarnos y
esperar la segunda venida de Cristo. ¿No deberíamos usar mejor cada momento que tenemos? ¿Porque no estamos
entusiasmados, aprovechando el corto tiempo que nos queda?

Apreciados:
“compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades
terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el
bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios.

“El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en
él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en
quién se cifran nuestras esperanzas de vida eterna.

En su presencia las pruebas y sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes ‘no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento’”. PR, 540, 541.

Los cristianos adventistas del séptimo día hemos acariciado por mucho tiempo la bienaventurada esperanza del
glorioso retorno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pero mientras estemos aquí, él tiene una obra para que hagamos.

Jesús volverá, pero tenemos una comisión que cumplir entretanto. Debemos hacer saber a otros acerca de este Señor
y Rey; debemos compartir la esperanza que tenemos en el pronto regreso del Señor

Podemos estar seguros de que Jesús regresará. Debemos decidir ahora si queremos estar listos para encontrarnos
con él en su venida. Porque, estemos listos o no, ¡Jesús vuelve otra vez!

¡Que bendita esperanza es la nuestra! Pronto, nuestro Señor y Salvador Jesucristo regresará como Rey de reyes y
Señor de señores. Él creará un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva, y reinaremos con él para siempre. “Amén; sí, ven,
Señor Jesús”.

“Y a todos los que estaban en el cielo, en la tierra, en el mar y debajo de la tierra, y a todas las cosas que hay en los
cielos, les oí cantar: Al que esta sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por
los siglos de los siglos”. Ap. 5:13.

¿estás preparado?
Fin. [se sugiere poner el “Aleluya de Handel”].

Estudio esta basado mayormente en los libros de Elena de White, El Conflicto de los Siglos, 693-719 y en Primeros
Escritos, 285-291. Según están esquematizados en el libro Preparación para la Crisis Final, de Fernando Chaij.

EL MILENIO

El Milenio.

La historia de este pequeño planeta, la tierra, es la historia de un conflicto entre dos fuerzas opositoras: el reino de la
luz y de la verdad dirigido por el Hijo de Dios y sus ángeles, y el reino de las tinieblas y el error conducido por
Satanás y sus ángeles.

El milenio de Apocalipsis 20 ofrece la última teodicea del Creador. Por medio del don de su Hijo y por el sacrificio
abnegado de Cristo, el amor y la justicia de Dios permanecen para siempre como una unión inexpugnable ante toda
la creación. Todas las acusaciones de Satanás contra el carácter y el gobierno de Dios quedan enterradas para
siempre.

La importancia del milenio.


Amplia nuestra comprensión de la vindicación definitiva del carácter de Dios y del fin del gran conflicto.

2. Nos permite conocer cuál será el galardón de los justos, y qué harán éstos luego de la segunda venida de Jesús.
3. Su correcta comprensión nos protege de los mensajes que no están fundamentados en las Escrituras (Ej. ‘rapto
secreto’, y ‘segunda oportunidad’).

Doctrinas bíblicas afines son:


1. La venida visible y personal de Cristo por segunda vez.
2. La resurrección de los justos al comienzo del milenio y la de los impíos al final del milenio.
3. El estado de los muertos.

4. El juicio final.
5. El origen y el fin del mal; Satanás.
6. La destrucción de los perdidos.
7. La tierra nueva, donde la nueva Jerusalén será el hogar de los redimidos.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día, cree y sostiene que la venida de Cristo ocurrirá antes del milenio. Los
adventistas del séptimo día somos históricamente premilenialistas.

“El gran conflicto siguió su curso durante seis mil años; el Hijo de Dios y sus mensajeros celestiales lucharon contra
el poder del maligno, para iluminar y salvar a los hijos de los hombres.

Ahora todos han tomado su resolución; los impíos se han unido enteramente a Satanás en su guerra contra Dios. Ha
llegado el momento en que Dios ha de vindicar la autoridad de su ley pisoteada. Ahora el conflicto no se desarrolla
tan solo contra Satanás, sino también contra los hombres”. CS, 714.

Diagrama del Milenio bíblico.

Comienzo del Milenio.


a. La segunda venida de Cristo. 1 Ts. 4:16, 17.
b. La resurrección de los justos muertos. 1 Ts. 4:16; Ap. 20:6.

“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que
hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más lo que hicieron la malo, a resurrección de condenación”. Jn.
5:28, 29.
“Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda
muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Ap.
20:5, 6.

c. Los justos vivos transformados y trasladados. 1 Co. 15:52.


d. Los impíos vivos morirán. 2 Ts. 1:7, 8; 2:8; Ap. 6:15, 16.
e. Satanás atado. Ap. 20:2.

“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al
dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años”. Ap. 20:1, 2.

“y lo arrojo al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que
fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. Ap. 20:3.

De los tres enemigos de Dios (Ap. 16:13), el dragón es el único sobreviviente. Los otros dos -la bestia del mar y la
bestia de la tierra (el falso profeta)- han sido destruidos, y con ellos los últimos reyes de la tierra.

“El autor del Apocalipsis predice el destierro de Satanás y el estado caótico y de desolación a que será reducida la
tierra; y declara que este estado de cosas subsistirá por mil años”. CS, 716.

“[Satanás] Limitado a la tierra, no podrá ir a otros mundos para tentar e incomodar a los que nunca han caído. En
este sentido está atado; no queda nadie en quién pueda ejercer su poder. Le es del todo imposible seguir en su obra
de engaño y ruina que por tantos siglos ha sido su único deleite”. CS, 717.

El período de los mil años.


Los justos están ocupados en la tarea del juicio. 1 Co. 6:1-3; Ap. 20:4.

“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que
no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Ap. 20:4.

“Durante los mil años que transcurrirán entre la primera resurrección y la segunda, se verificará el juicio de los
impíos. El apóstol Pablo señala este juicio como un acontecimiento que sigue al segundo advenimiento…

Junto con Cristo [los santos] juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y
fallando cada caso en conformidad con los actos que cometieron por medio de su cuerpo.

Entonces lo que los malos tienen que sufrir es medido según sus obras, y queda anotado frente a sus nombres en el
libro de la muerte”. CS, 718, 719.

“También Satanás y los ángeles malos son juzgados por Cristo y su pueblo. San Pablo dice: ‘¿No sabéis que hemos
de juzgar a los ángeles?” (1 Co. 6:3). Y San Judas declara que ‘a los ángeles que no guardaron su original estado,
sino que dejaron su propia habitación, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas, hasta el juicio del gran
día’ (Jud. 6, VM)”. CS, 719.

b. Los impíos están muertos. 2 Ts. 1:7, 8; 2:8.

c. Satanás está atado por una cadena de circunstancias -no tienta a nadie. + Los justos están con
Cristo. “y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Ap. 20:4.

+ Los impíos están muertos.


“Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”. Ap. 20:5.

“Hasta los malos se encuentran ahora fuera del poder de Satanás; y queda solo con sus perversos ángeles para darse
cuenta de los efectos de la maldición originada por el pecado…

Durante mil años, Satanás andará errante de un lado para otro en la tierra desolada, considerando los resultados de
su rebelión contra la ley de Dios. Todo ese tiempo, padece intensamente”. CS, 718 (cf. HR, 435).

Acontecimientos al fin del milenio.


a. “Mas, los otros muertos” -los impíos- son resucitados.
b. “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”. Ap. 20:5.

“Después, con terrible y pavorosa majestad, Jesús llamó a los impíos muertos, quienes resucitaron con los mismos
cuerpos débiles y enfermizos con que habían bajado al sepulcro. ¡Qué espectáculo! ¡Qué escena!

En la primera resurrección todos surgieron con inmortal fluorescencia; pero en la segunda se ven en todos los
estigmas de la maldición. Juntos resucitan los reyes y magnates de la tierra, los bajos y los ruines, los eruditos y los
ignorantes. Todos contemplan al Hijo del Hombre”. PE, 292 (cf. CS, 720).

b. “Satanás será suelto… y saldrá para engañar”. Ap. 20:7, 8.


“Pero cuando resucitan los impíos y ve las grandes multitudes que tiene al lado suyo, sus esperanzas reviven y
resuelve no rendirse en el gran conflicto…

No obstante, fiel a su antigua astucia, no se da por Satanás. Pretende ser el príncipe que tiene derecho a la posesión
de la tierra y cuya herencia le ha sido arrebatada injustamente. Se presenta ante sus súbditos engañados como
redentor, asegurándoles que su poder los ha sacado de sus tumbas y que está a punto de librarlos de la más cruel
tiranía.

Habiendo desaparecido Cristo, Satanás obra milagros para sostener sus pretensiones. Fortalece a los débiles y a
todos les infunde su propio espíritu y energía. Propone dirigirlos contra el real de los santos y tomar posesión de la
ciudad de Dios”. CS, 721.

c. “La santa ciudad, Jerusalén nueva” (Ap. 21:2) desciende del cielo. Ap. 20:9; 21:2 (cf. Zac. 14:4).

“Cristo baja sobre el Monte de los Olivos, de donde ascendió después de su resurrección, y donde los ángeles
repitieron la promesa de su regreso…

La nueva Jerusalén, descendiendo del cielo en su deslumbrante esplendor, se asienta en el lugar purificado y
preparado para recibirla, y Cristo, su pueblo y los ángeles, entran en la santa ciudad”. CS, 720.
d. Satanás y las naciones circundan la “ciudad amada”. “Y subieron sobre
la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada”. Ap. 20:9.

“Al fin se da la orden de marcha, y las huestes innumerables se ponen en movimiento -un ejército cual no fue jamás
reunido por conquistadores terrenales ni podría ser igualado por las fuerzas combinadas de todas las edades desde
que empezaron las guerras en la tierra.

Satanás, el más poderoso guerrero, marcha al frente, y sus ángeles unen sus fuerzas para esta batalla final… Con
precisión militar las columnas cerradas avanzan sobre la superficie desgarrada y escabrosa de la tierra hacia la
ciudad de Dios.

Por orden de Jesús, se cierran las puertas de la nueva Jerusalén, y los ejércitos de Satanás circundan la ciudad y se
preparan para el asalto”. CS, 722.

e. “Y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró”. Ap. 20:9.

“Jesús, la hueste angélica y los santos cuyas cabezas ceñían las brillantes coronas, subieron a lo alto del muro de la
ciudad. Jesús habló majestuosamente y dijo: ‘Contemplad, pecadores, la recompensa de los justos. Y vosotros, mis
redimidos, mirad la recompensa de los impíos”. PE, 293, 294.

“En presencia de los habitantes de la tierra y del cielo reunidos, se efectúa la coronación final del Hijo de Dios”.
CS, 724.

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Fil. 2:9-11; cf. Ro. 14:11.

“Como fuera de sí, los impíos han contemplado la coronación del Hijo de Dios… Y cayendo prosternados, adoran
al Príncipe de la vida… Y ahora Satanás se inclina y reconoce la justicia de su sentencia”. CS, 726, 727, 728.
La seguridad que se ha dado a todos los cristianos de todas las épocas es que la derrota de Satanás será inevitable.
La cruz aseguró la derrota. Cuando elegimos a Cristo se nos asegura la liberación y la vida eterna (cf. Ap. 12:10;
He. 2:14; Jn. 12:31).

“Dios hace descender fuego del cielo. La tierra esta quebrantada. Salen a relucir las armas escondidas en sus
profundidades. Llamas devoradoras se escapan por todas partes de grietas amenazantes. Hasta las rocas están
ardiendo.

Ha llegado el día que arderá como horno. Los elementos se disuelven con calor abrasador, la tierra también y las
obras que hay en ella están abrasadas. La superficie de la tierra parece una masa fundida -un inmenso lago de
fuego”. CS, 730, 731.

El Juicio final.
Estos últimos versículos presentan los últimos actos de la rebelión y cómo Dios finalmente acabará con el pecado y
los pecadores. El juicio que Juan describe en Apocalipsis 20 ocurre al fin del milenio. Es el juicio ejecutivo.

“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Ap. 20:10.

“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún
lugar se encontró para ellos”. Ap. 20: 11.

“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el
cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus
obras”. Ap. 20:12.

“Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron sus muertos que había en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras”. Ap. 20:13.

“Todos los impíos del mundo están de pie ante el tribunal de Dios, acusados de alta traición contra el gobierno del
cielo. No hay quien sostenga o defienda la causa de ellos; no tienen disculpa; y se pronuncia contra ellos la
sentencia de la muerte eterna”. CS, 726.

“y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue lanzado en el lago de fuego”. Ap. 20:14, 15.

La muerte que ahora destruye a los enemigos de Dios es final. Aparte de esta última muerte, “la muerte segunda”
(v. 14), no hay más muerte.

La última muerte incluye la muerte de la misma muerte, “la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”. (v.
14). “y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. 1 Co. 15:26.

Aquellos que al fin serán destruidos con el fuego de Dios, estarán allí por su propia elección. Antes de ese día final
de juicio y retribución, todos habrán tenido la oportunidad de hacer la elección correcta. Cada día estamos
escogiendo la vida o la muerte por nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Diagrama del Milenio bíblico.

LA NUEVA JERUSALEN

La Nueva Jerusalén.

El apóstol San Pablo, exclamó: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que
Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Co. 2:9; cf. Is. 64:4.

“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y
ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará [o morará] con ellos como su Dios”. Ap. 21:3.
La expresión que dice que Dios “morará” con los “hombres” es profunda, porque recuerda la presencia redentora de
Dios en el antiguo tabernáculo [skené] de Israel: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Ex.
25:8.

El verbo “morar, hacer morada” recuerda Juan 1:14, donde se expresa la encarnación del verbo de Dios en las
palabras: “Habitó [literalmente. ‘acampó’, ‘puso su tabernáculo’] entre nosotros”.

La Nueva Jerusalén será la presencia real de Dios y no simplemente un símbolo de esa presencia.
“Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero”. Ap. 21:22.

El Apocalipsis lo expresa en el lenguaje del pacto: “[…] ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como
su Dios” (Ap. 21:3). “[…] yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Ap. 21:7).

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Ex. 25:8. El descenso de la presencia constante de
Dios sobre la tierra renovada es el propósito del plan de Dios y de sus juicios sobre la humanidad pecadora.

Solo el Creador puede pronunciar palabras que crearán una realidad nueva (cf. Gn. 1). Dijo Cristo en la cruz:
“¡Consumado es!” (Jn. 19:30), y su misión de ofrecer su vida en expiación por la raza humana quedó consumada.

Al fin de las 7 últimas plagas la voz de Dios volverá a decir: “¡Hecho está!” (Ap. 16:17), y entonces se consumará el
juicio de Babilonia. Cuando la Nueva Jerusalén descienda sobre la tierra y Dios more con los redimidos, volverá a
decir: “¡Hecho está!” (Ap. 21:6).

Las palabras de Juan, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existía más” (Ap. 21:1; cf. Is. 66:17, 18). Señalan al nuevo acto creador de Dios que está confirmado por
su declaración “¡He aquí, yo hago nuevas todas las cosas!” (v. 5).

La palabra griega que Juan usa para referirse al cielo y a la tierra y que se traduce como “nuevos” es kainós, que
significa nuevo en calidad, fresco, en contraste con la palabra griega néos, que da la idea de algo nuevo en el tiempo.

Se cumplirá la esperanza de Abraham, “que esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios” (He. 11.10).

Pedro añade la esperanza de una sociedad transformada: “Ateniéndonos a su promesa, aguardamos un cielo nuevo y
una tierra nueva en los que habite la justicia” (2 P. 3:13, NBE).
La Jerusalén celestial es la patria de los cristianos, en la que está Cristo y en la que todos los cristianos tienen su
ciudadanía registrada en el libro de la vida del Cordero (Fil. 3:20; 4:3; cf. He. 12:22, 23; Ap. 21:27).

“En jugará toda lágrima de los ojos de ellos”. Ap. 22:4.


Las heridas del pasado, como la muerte y el dolor, ya no existirán más.

Ante el sufrimiento humano, Dios no emite palabras, no ofrece explicaciones; solo un gesto, Dios la enjuga con su
propia mano. Es la única respuesta posible al problema del sufrimiento.

Dios quita las lágrimas de los redimidos al erradicar las causas de esas lágrimas, es decir, el pecado y la muerte.

“El dolor no puede existir en la atmósfera del cielo… No habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni crespones de
luto. Los habitantes ni dirán: ‘Estoy enfermo’; a los que en ella moren se les habrá perdonado su iniquidad… Una
rica onda de felicidad se extenderá y se hará más profunda a medida que avance la eternidad”. 9 T, 286.

“Pasaron para siempre los días de sufrimiento y llanto. El Rey de gloria ha secado las lágrimas de todos los
semblantes; toda causa de pesar ha sido alejada”. CS, 708.

“Procuramos recordar las pruebas más graves por las que habíamos pasado, pero resultaban tan insignificantes frente
al incomparable y eterno peso de gloria que nos rodeaba, que no pudimos referirlas, y todos exclamamos: ‘¡Aleluya!
Muy poco nos ha costado el cielo’. Pulsamos entonces nuestras áureas arpas cuyos ecos resonaron en las bóvedas
del cielo”. PE, 17.

“Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. Ap. 21:6.
Por la fe en Cristo está a nuestra disposición una nueva comunión con Dios para todos los que la busquen:
“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Jn. 7:37; cf. Sal. 63:1, 3; 42:1, 2.

“El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Ap. 21:7.
El paraíso, como la presencia de Dios, se le ofrece a todos los vencedores por la gracia de Dios. (cf. Ro.
8:17, 32).

“La tierra misma, el campo que Satanás reclama como suyo, ha de quedar no sólo redimida sino exaltada. Nuestro
pequeño mundo, que es bajo la maldición del pecado la única mancha oscura de su gloriosa creación, será honrado
por encima de todos los demás mundos en el universo de Dios”. DTG, 18.

Juan usa un estilo interesante para describir la novedad de la era futura. Define la nueva creación en términos
negativos.

1. No habrá más mar (21:1).


2. No habrá más muerte, lágrimas, llanto, clamor o dolor (v. 4). 3. No habrá más
templo (v. 22). 4. No habrá más necesidad del Sol o
de la luna (21:23; 22:5). 5. No habrá noche, ni las puertas nunca serán cerradas
(21:25; 22:5). 6. No
habrá más pecado (21:27). 7. No habrá más
maldición (22:3).

Este estribillo de cosas que en la última visión de Juan “no serán más”, indica cuánto relaciona sus visiones a las
necesidades presentes de sus miembros.
“A Cristo le pertenece toda la autoridad con respecto a la admisión o exclusión […] de la Nueva Jerusalén”. R. H.
Charles, El Apocalipsis de Juan, t. 1, 86.
Cristo es la fuente de seguridad para los creyentes fieles de que heredarán la ciudad celestial.

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre
de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi
nombre nuevo”. Ap. 3:12.

La entrada en la Nueva Jerusalén se le da sólo a “los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (22:17).

Juan quiere alentar a los creyentes que deben pasar por pruebas a perseverar en la Palabra de Dios y en el testimonio
de Jesús a pesar de la cruel oposición. Insta a cada creyente para que haga su decisión final entre la fidelidad o la
deslealtad a Cristo Jesús.

El propósito principal de Juan es animar a cada cristiano a hacer un compromiso total con Cristo. Juan trata de
lograr este objetivo colocando en contraste al Cordero y la bestia, la esposa y la prostituta, y la Nueva Jerusalén y
Babilonia.

Apocalipsis 21:9 al 22:5 contienen una descripción de la Jerusalén celestial.

La descripción de la ciudad avanza de lo general a lo particular, de la periferia hasta el centro.

1. La ciudad como un todo que brilla como cristal (21:11).


2. Sus puertas y muros de piedras preciosas (vv. 12-20).
3. La plaza principal de oro (vv. 22-27).

4. El centro de la plaza (22:1-5).


5. El río del agua de la vida (vv. 1, 2).
6. El trono de Dios (vv. 3, 4).
7. Al mismo Señor Dios (v. 5).

* La ciudad es brillante y la ilumina la gloria de Dios. Ap. 22:5.


* Los nombres de las doce tribus de Israel se encuentran en las doce puertas del sólido muro.
* Los tres pórticos que se encuentran a cada lado de la ciudad santa contiene los nombres de las tribus (Ap.
21:13).
* Los ángeles del cielo serán los porteros. * Los nombres de las
doce apóstoles en los doce fundamentos representan el hecho de que la iglesia del NT está fundamentada sobre
Cristo y los apóstoles (cf. Ef. 2:20).

* El pueblo de Dios de todas las edades constituirá la población de la tierra nueva.


* Ap. 21:15-17 no dice si los 2.400 kilómetros son la medida de un lado o el perímetro total de la ciudad.
Lo importante es que habrá lugar suficiente para todos.

* La magnificencia de la ciudad esta representada por el oro y las piedras preciosas (Ap. 21:18-21).

El esplendor de la Nueva Jerusalén, con el trono de Dios y el árbol de la vida, transmiten este mensaje: El paraíso
será restaurado con una gloria mayor que la del jardín del Edén porque el Creador establecerá su presencia y su
trono allí para siempre.

El Edén restaurado.
Todo lo que Adán y Eva perdieron cuando pecaron (Gn. 3) será restaurado en la tierra nueva.

* Adán y Eva perdieron el privilegio de mantener una comunión directa con Dios. En la tierra nueva, los salvados
“verán su rostro” (Ap. 22:4).

* Adán y Eva perdieron su pureza, su manto de inocencia. Los redimidos recibirán el manto de la justicia de Cristo,
la vestidura de lino fino (Ap. 19:8).

* Adán y Eva perdieron el hogar edénico, pero los santos de Dios serán colocados en el nuevo Edén.

Adán y Eva ya no podían volver a comer del fruto del árbol de la vida. Pero todos los salvados comerán libremente
del fruto del árbol de la vida (Ap. 22:2).

* Adán y Eva perdieron la felicidad perfecta que disfrutaban como familia, pero en la tierra renovada el Señor
restablecerá los planes originales.

Adán y Eva perdieron su dominio sobre la creación. En la nueva tierra, los leones, los corderos, los leopardos y los
becerros serán mansos y “un niño los pastoreará” (Is. 11:6).

El estrés, el temor, la confusión y la tensión -todo lo que acompañaba al pecado- habrá desaparecido. En su lugar
reinará una paz que sobrepasa todo entendimiento (cf. Fil. 4:7; Is. 26:3, 4).

En Apocalipsis 21:8 (cf. 22:15), Juan menciona 7 clases de personas que serán excluidas de la santa ciudad.
Los “mentirosos” o “todo aquel que ame y practique la mentira” (22:15, BJ), como filosofía de vida, de carácter y de
adoración (cf. 2 Ts. 2:9-12).

Cristo y la Nueva Jerusalén invitan a cada persona que busca a Dios a formar parte del estado eterno donde reinará
la dicha: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente”. Ap. 22:17.

El cielo nos llama al arrepentimiento. La ciudad de Dios está abierta para todos. Cristo murió por todos. El gran
tamaño de la ciudad sugiere que hay lugar de sobra para todo el que responda. Nadie necesita quedarse afuera por
falta de lugar. Jesús nos aseguró que: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Jn. 14:2.

“Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo pasado aquí es el invierno del cristiano. Aquí los
helados vientos de la aflicción soplan sobre nosotros y las olas de la angustia nos asaltan. Pero en el cercano futuro,
cuando Cristo venga, la tristeza y el gemido habrán terminado para siempre.

Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán terminado y no habrá más enfermedad ni muerte.
‘Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron”. EW, 7 CB, 999 (MS, 28, 1886).

Condiciones que prevalecerán en la tierra nueva.

Actividades manuales.
1. “Edificarán casas, y morarán en ellas”. Is. 65:21.
2. “Plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas”. (v. 21).
3. “Y mis escogidos perpetuarán las obras de sus manos”. (v.22).
4. “No trabajaran en vano”. (v. 23).

Actividades intelectuales.
1. “La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia no agotará las energías”. CS, 736.
2. “Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios”. CS, 736.

3. “Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y de la sabiduría de los seres que no cayeron.
Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las
obras de Dios”. CS, 736.

4. “La ciencia de la redención es la ciencia de las ciencias; la ciencia que constituye el estudio de los ángeles y todos
los seres inteligentes de los mundos no caídos; […] la ciencia que será el estudio de los redimidos de Dios durante
los siglos sin fin. Es éste el estudio más elevado que puede emprender el hombre”. Ed, 126.

A los sentimientos.
1. “Y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí”. Is. 66:23.
2. “Estos [los rescatados] cantarán gozosos en la presencia de Jehová”. Is. 24:14.

3. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos”. Mt. 5:6.

La tierra nueva será diferente.


1. “Morará el lobo con el cordero” Is. 11:6.
2. “Y un niño los pastoreará” v.6.
3. “Y el león como el buey comerán paja” v. 7.

4. “Y el niño de teta se entretendrá sobre la cueva del áspid” v. 8.


5. “No edificarán, y otro morará”. Is. 65:22.
6. “Y la muerte no será más”. Ap. 21:4.

De lo que Adán sabía.


1. “Y a la serpiente el polvo será su comida”. Is. 65:25.
2. “Porque les [Dios] había aparejado ciudad”. He. 11:16; Ap. 21:2.
3. “Y el mar ya no es”. Ap. 21:1.

4. “El tabernáculo [trono] de Dios está con los hombres”. Ap. 21:3 (CS, 735).
5. “Y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días”. Is. 30:26.
6. Cristo conserva sus heridas.

“Sólo queda un recuerdo: nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión.

En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra cruel efectuada
por el pecado. […] Y las marcas de su humillación son su mayor honor; a través de las edades eternas, las llagas del
calvario proclamarán su alabanza y declararán su poder”. CS, 732.

UNA VISIÓN DEL CALVARIO

Una visión del Calvario.

Elena de White nos hace notar que:


“La salvación de la raza humana ha sido siempre el objeto de los concilios del cielo… Ha existido desde toda
eternidad… Tan ciertamente como que nunca hubo un tiempo cuando Dios no haya existido, nunca hubo un
momento cuando la mente eterna no se haya deleitado en manifestar su gracia a la humanidad”. EW, The Sings of
the Times, 12-06-1901, 371 (t. 4, 185).

“Tomará toda la eternidad comprender la ciencia de la redención, entender algo de lo que significa que el Hijo del
Dios infinito diera su vida por la vida del mundo”. EW, The Sings of the Times, 16-01-1893, 166 (t. 3, 13).
¡Así el Calvario viene con una eternidad que lo precede y otra que lo sucede!
No nos maravilla que Elena de White describa el plan de salvación como “inconmensurable”
[EW, The Advent Review and Sabath Herald, 13-05-1896, 631 (t.3, 401)], que “excede fuera de todo cálculo la
comprensión de la mente humana” [EW, The Advent Review and Sabath Herald, 22-10-1895, 674 (t. 3, 302)].

que es “demasiado alto para ser plenamente alcanzado por el pensamiento humano” [EW, The Sings
of the Times, 30-12-1889, 786 (t. 2, 345)], y que “aumenta en grandeza cuando lo contemplamos” [EW, The Advent
Review and Sabath Herald, 10-03-1891, 115 (t. 2, 469)].

“Costo un precio infinito librar a los cautivos de Satanás de la cautividad del pecado”. [EW, The
Sings of the Times, 16-04-1894, 372 (t. 3, 109)].
¡El Calvario es un asunto infinito que demanda una eternidad infinita para considerarlo!

“Todo el amor paternal que ha venido de generación mediante los canales humanos, todas las fuentes de ternura que
se han abierto en el alma de los hombres, no son sino pequeños manantiales del océano ilimitado cuando lo
comparamos con el infinito e inextinguible amor de Dios.

La lengua no puede pronunciarlo; la pluma no puede describirlo… La misma eternidad no podrá revelarlo
completamente”. [EW, The Advent Review and Sabath Herald, 22-10-1908, 7 (t. 5, 461)].

Respecto de los ángeles, Elena de White expresa:


“Ellos vieron al Redentor tomar paso a paso el camino descendente de la humillación. Lo contemplaron rechazado,
negado, insultado, maltratado y crucificado, y sin embargo, va más allá de toda inteligencia finita comprender
plenamente el misterio de la redención” [EW, The Review and Herald, 16-03-1886, 162 (t. 2, 28)].

“Los redimidos se asombrarán visitando otros mundos, y mucho de su tiempo será empleado en escudriñar los
misterios de la redención. Y durante toda la eternidad, este tema irá abriendo sus mentes”. [EW, The Advent Review
and Sabath Herald, 16-03-1886, 162 (t. 2, 28)].

Todos los seres humanos deberíamos unirnos en el escudriñamiento de la Palabra de Dios. Porque sólo la revelación
divina nos ofrecerá la evidencia digna de ser creída. Sin ella no podríamos conocer nada acerca del Calvario.

“La ciencia de la salvación no puede ser explicada; pero puede ser conocida por experiencia”. DTG, 458.

Los doce mayores componentes de una visión más amplia del Calvario.

1. Una visión más amplia no se confina a nuestro misericordioso Padre celestial, sino que también considera a Cristo
como el centro de la gran controversia.

Cristo indicó cómo el AT habla de él (Lc. 24:25, 26; Jn. 5:39).


El Apocalipsis es la revelación de Jesucristo (1:1) en el contexto de la gran controversia. En
el Apocalipsis, el Padre sienta al Hijo en el trono (cf. 5:6; 14:1-5, 14-20; 19:11-16).

La guerra en el cielo es entre Miguel (Cristo) y Satanás (12:7-10), y Cristo no recibe el reino el Padre hasta después
de la destrucción de “todos sus enemigos” en el fin (1 Co. 16:22-28).
La Escritura se centra mucho más en Cristo que en el Padre.

2. La visión más amplia involucra a la Trinidad en su plenitud.


La Deidad en pleno, en su total triunidad, sufrió en el Calvario.
“Dios mismo fue crucificado con Cristo, porque Cristo era uno con el Padre”. FV, 52.
De hecho, la Trinidad ha sufrido desde la introducción del pecado. Ed, 263.

3. La visión más amplia involucra la eterna mediación de Cristo, e incluye su ministerio sacerdotal en el Santuario
Celestial.
La visión más amplia del Calvario cree que “la intercesión de Cristo por el hombre en el Santuario Celestial
es tan esencial para el plan de salvación como lo fue su muerte en la cruz”. CS, 543.

4. La visión más amplia incluye la operación de todos los atributos divinos y no sólo del amor.
“Justicia y juicio son el cimiento de su trono”. Sal. 89:14.
“Cuando Adán cayó, los atributos de la santidad, justicia y verdad de Dios no podían ser cambiados”. EW, The
Signs of the Times, 14-05-1902, 306 (t. 4, 238).
Sin embargo para algunos “el amor se extiende como principal atributo de Dios… La justicia de Dios, su
denuncia del pecado, los requerimientos de su santa ley, quedan fuera de la vista”. EW, The Signs of the Times, 14-
05-1902, 306 (t. 4, 238).

5. La visión más amplia debe incluir el ataque de Satanás contra la ley de Dios.

“Satanás declaró que la misericordia destruía la justicia, que la muerte de Cristo abrogaba la ley del Padre. Si esto
hubiese sido posible, Cristo no habría necesitado morir. Pero abrogar la ley sería inmortalizar la transgresión y
colocar al mundo bajo el dominio de Satanás.

Porque la ley era inmutable, porque el hombre podía ser salvo únicamente por la obediencia a sus preceptos, Jesús
fue levantado en la cruz. Sin embargo, Satanás representó como destructor de la ley aquel mismo medio por el cual
Cristo la estableció. Alrededor de esto girará el último conflicto de la gran lucha entre Cristo y Satanás”. DTG, 711.

Cristo “murió para vindicar los derechos de la ley, para dar al mundo y a los ángeles un argumento irrebatible de la
ley de Jehová”. EW, The Sings of the Times, 5-02-1894, 212 (t. 3, 97).
El incluso murió “para proveer una vía mediante la cual el hombre pudiera guardar toda la ley”. EW, The
Sings of the Times, 31-07-1901 (t. 4, 192).

6. La visión más amplia reconoce tanto la seriedad del pecado y la necesidad de salvación del hombre como el
requisito de confiar. El ser humano necesita un Sustituto.

La sustitución es el tema principal que recorre toda la Biblia.


Los seres humanos no necesitan sólo la curación, sino urgentemente a Cristo como su Sustituto (Is. 53:1-
12; Lc. 22:37; Ro. 4:25; 1 Co. 15:1-3; 1 Ti. 2:6; 1 P. 2:24; 3:18; 1 Jn. 4:10).

7. La visión más amplia tiene un horizonte cósmico, y contribuye a entender tanto a los seres no caídos como a los
seres humanos caídos. Por lo tanto, la humanidad, a diferencia de los ángeles, necesita redención.

La humanidad, junto con los seres no caídos, necesita revelación. Para ambas clases, el Calvario es la respuesta de
Dios a los cuestionamientos de su Palabra por parte de Satanás.

8. La visión más amplia del Calvario es más que la revelación de Dios. Es también un desenmascaramiento de
Satanás y una exposición de la humanidad.

Como Dios es santo y fiel a sí mismo, en la cruz hizo algo acerca del pecado y de Satanás (Jn. 12:31; 14:30; 16:11).
La cruz revela la iniquidad de Satanás y del hombre, y que, como pecadores, estos seres creados tomaron la vida de
su Creador en el Calvario.

9. La visión más amplia de la cruz debe incluir todo lo que la Escritura dice acerca de Jesús. Él es más que un
Amigo.

Cristo es más que un Amigo (Jn. 15:15). Es nuestro Dios (Jn. 1:1, 14), nuestro Creador (He. 1:1-3); nuestro Señor
(1 Co. 11:26), nuestro amo o Dueño (Col. 4:1), nuestro Maestro (Jn. 13:13), nuestro Mediador (1 Ti. 2:5), nuestro
Salvador (Ap. 5:9-12), nuestro Sumo Sacerdote (He. 4:14-16), nuestro Abogado (1 Jn. 2:1), nuestro Juez justo (Jn.
5:22) y nuestro Rey soberano (Ap. 19:16).

El Calvario demuestra su amor por nosotros (Jn. 12:32). Revela también que es nuestro Amigo.
Pero, entendiendo propiamente las cosas, el Calvario lo muestra haciendo por nosotros lo que nosotros
jamás podemos hacer por nosotros mismos (Ro. 5:8; Ef. 2:8, 9).

La visión más amplia de la cruz también incluye a Cristo como el “siervo sufriente” (cf. Is. 42 y 53). Nuestra
respuesta corresponde también a “siervos de Cristo” (1 Co. 7:22; cf. Ro 1:1; Ef. 6:6; Lc. 17:10; He. 3:5; Stg. 1:1; 1
P. 2:16; Jud. 1; Ap. 1:1). Son los siervos de Cristo los que estarán listos para su retorno (Mt. 24:45, 46) y recibirán
la alabanza de Cristo: “Bien, buen siervo” (Lc. 19:17).

10. La visión más amplia no es una exposición que demanda prioridad por sobre las instrucciones de la Escritura.
Toda interpretación para revelar la verdad del Calvario tiene la urgente necesidad de estar en armonía con el resto de
la revelación bíblica (por ejemplo: “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”, Is. 53:6, o Cristo nuestro
Sustituto).

Esta revelación del Calvario no debe de estar por encima o en lugar de la revelación en la Escritura. La pretensión
de Satanás en el Edén, de que no moriría a causa de haber comido el fruto prohibido, fue un alegato muy astuto para
desacreditar la Palabra de Dios (Gn. 3:1, 6).

11. La visión más amplia debe incluir todo lo que la Escritura dice acerca de la cruz. Esto incluye
todas las metáforas bíblicas que describen la salvación.

Esto significa que la visión más amplia del Calvario debe incluir todas las declaraciones de las Escrituras acerca de
la cruz, y no sólo una revelación. El uso selectivo y unilateral de la Escritura no es diferente del cuestionamiento de
Satanás de la Palabra de Dios respecto de si la muerte vendría
como consecuencia del pecado (Gn. 3:1-6), porque en ambas instancias la razón de un ser creado es colocada por
encina de un “Así dice el Señor”.
La confianza auténtica en Dios implica una confianza total en las Escrituras. La confianza auténtica en
Dios se demuestra por la confianza en la totalidad de la revelación divina.

12. La visión más amplia incluye tanto la redención como la revelación, y la redención necesariamente tiene
prioridad sobre la revelación por ser su contenido.

En relación con la salvación humana, la visión más amplia del Calvario, tal como se presenta en las Escrituras,
involucra la redención (por ejemplo Mt. 20:28; Ro. 3:24; 5:9) como la revelación (Jn. 12:32; Ro. 2:4).

La redención es el objetivo de la expiación, y la revelación es lo subjetivo de ella. El lado objetivo tiene


necesariamente prioridad sobre el aspecto subjetivo. De otra manera, la revelación quedaría sin un contenido
significativo.

“Sería bueno que cada día dedicáramos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos
tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales.

Y, mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se
reavivará nuestro amor y quedaremos más imbuidos de su Espíritu. Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender
la lección de penitencia y humillación al pie de la cruz”. DTG, 63.

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CRISTOLOGIA

CRISTOLOGÍA

Cristología. Es una revelación de Dios acerca de Jesucristo. Es un conocimiento acerca de Cristo, proveniente de
Dios. Un conocimiento de Cristo y su relación con el hombre.

Este es el tema más precioso e importante de todos los temas de estudio: Jesucristo.
“Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las
que dan testimonio en mi favor!”. Jn. 5:39.

“Cristo crucificado por nuestros pecados, Cristo resucitado de entre los muertos, Cristo ascendido al cielo, es la
ciencia de la salvación que hemos de aprender y enseñar”. 8 T, 287.

“Debéis estudiar la Biblia, porque ella os habla de Jesús. Al leerla, observaréis los encantos incomparables de Jesús.
Quedaréis prendados del Hombre del Calvario, y a cada paso podréis decirle al mundo: ‘Sus caminos son caminos
deleitosos, y todas sus veredas paz’. Habéis de representar a Cristo ante el mundo. Podéis mostrar al mundo que
tenéis una esperanza grande junto con la inmortalidad”. NB, 322.

“Todos los que estudian la vida de Cristo y practican sus enseñanzas, vendrán a ser como Cristo… Mientras andan
en la humilde senda de la obediencia, haciendo la voluntad de Dios, ejercen una influencia que se hace sentir a favor
del adelantamiento de la causa de Dios y la sana pureza de su obra…

El conocimiento de Dios y de Jesucristo, expresado en el carácter, es una exaltación sobre todo lo que se estima en
la tierra o en el cielo. Es la educación más elevada que haya. Es la llave que abre los portales de la ciudad celestial”.
Ev, 233.

“Si pertenecemos a Cristo, nuestros pensamientos más dulces se referirán a él. Nos deleitaremos en hablar de él; y
mientras hablemos unos a otros de su amor, nuestros corazones serán enternecidos por las influencias divinas.
Contemplando la belleza de su carácter, seremos ‘trastornados de gloria en gloria en la misma semejanza’”.
DTG, 63.

Hoy como antaño, nos vemos confrontados ante estas dos preguntas: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
hombre?”. “Y vosotros [tú] ¿quién decís que soy yo? Mt. 16:13, 15.

“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Mt. 16:16. Lo que dice la gente no es verdad; la respuesta que demos,
es un asunto eminentemente personal.

La confesión de Pedro no estuvo basada en su propio razonamiento o especulación; había sido una
revelación de Dios. El único lugar donde podemos encontrar la verdad acerca de Jesús es en la revelación, en la
Sagrada Escritura, en el “así dice Jehová”.

Para conocer a Cristo debemos volvernos a la revelación de Dios. Solo los que aceptan su Palabra revelada y la
operación del Espíritu Santo podrán decir que Cristo es “Señor mío, y Dios mío” (Jn. 20:28), o con Pablo: “Dios
[…] bendito por los siglos” (Ro. 9:5).

Tal confesión es el resultado de no conocer acerca de Cristo, sino conocerlo a él: en persona, con una
aceptación fiel y una obediencia leal.

“¿Qué ve usted cuando mira a Jesús? Muchas personas lo miraron cuando estuvo en la tierra. Algunos sólo vieron a
un aldeano galileo y siguieron su camino. Otros vieron en él a un poderoso profeta, se detuvieron a escucharlo, o
aun a seguirlo. Algunos vieron en él al Mesías prometido de quien escribieron los profetas, y lo adoraron.

“Otros lo vieron como ‘el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo’ (Jn. 1:29), y lo hallaron verdadera-
mente digno de ser amado, el mejor entre diez mil, el brillante tesoro del cielo para los pobres de la tierra.

“Algunas personas ven hoy a Jesús sólo a un hombre perfecto, a un gran maestro, y sólo reciben de él el ejemplo de
su vida perfecta, un ejemplo que no pueden reproducir, por sus propias fuerzas, en sus vidas imperfectas.

“Otros lo contemplan como el Cordero de Dios, el único sacrificio y Salvador designado por Dios, quién ‘murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras’ (1 Co. 15:3); y conociendo su necesidad, van a él para que los limpie.
Por fe ven su sacrificio expiatorio a favor de ellos y pueden decir: ‘Él es nuestro divino Salvador’”. Sermón Pastor
H.M.S. Richards (p), La Voz de la Esperanza.

En este seminario, tu meta sea abrir tu mente y corazón, con el deseo de conocer no solo acerca de Cristo, sino por
sobre todo lograr una experiencia viva en él, que transforme toda tu vida.
2. POSICIONES CRISTOLÓGICAS

Posiciones Cristológicas.

Los escritores del Nuevo Testamento se preocuparon por enfatizar quién era Jesús que por explicar qué era él. Se
aceptaron y se asombraron por la revelación recibida y no se preocuparon por indagar en su misterio.

El Nuevo Testamento afirma como una verdad revelada el hecho de que es Dios y hombre al mismo tiempo, sin
detenerse a dar todos los detalles y a contestar todas las preguntas posibles.

“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas,
sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”. 2 P. 1:16.

La iglesia en su crecimiento traspaso las fronteras del judaísmo y penetró en el mundo gentil. La mentalidad griega
es por naturaleza más analítica, mas dada a la especulación.

Con razón Pablo decía: “los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría”. 1 Co. 1:22. Comenzaron a surgir
preguntas en la iglesia, no solo en cuanto a “quién” era Jesús, sino primordialmente “qué” era.

2 GRANDES CORRIENTES.
1. Enfatizan la dimensión divina de la naturaleza de Cristo, a expensas de su humanidad, dejando un Cristo que a
veces tenía la apariencia de hombre, pero que no era realmente hombre.

2. Las que dan predominio a la naturaleza humana de Jesús ignorando su divinidad, que presentaban un Jesús
únicamente humano, con una relación especial o peculiar con la divinidad.

1. EBIONITAS. Significa “el pobre”. Grupo de cristianos de origen judío, surgen en la segunda mitad del siglo I.
Sostienen que no se unieron las dos naturalezas, Cristo era simplemente un hombre y el Espíritu Santo descansó
sobre él en su plenitud en calidad de potencia.

2. DOCETISTAS. Significa apariencia. Eran cristianos de origen gentil. Se fueron al otro extremo. Creían que la
humanidad de Cristo era sólo aparente y que él era divino.

3. GNOSTICISMO. Pusieron énfasis en la divinidad de Cristo en detrimento de su humanidad. No les gustaba la


doctrina de la encarnación porque significaba que Dios se unió a un cuerpo y esto no puede ser porque la materia es
mala.

4. ARRIANISMO. Arrio, presbítero de Alejandría, en el siglo IV. Negó, la eternidad de Jesús. Era humano pero de
un calibre más elevado que nosotros. No era Dios.

5. APOLINARIANISMO. Apolinario, obispo de Laodicea, en el siglo IV. Sostenía que Cristo fue plenamente
humano, pero, incompleto, pero su alma divina.

6. NESTORIANISMO. Nestorio, fue patriarca de Constantinopla, en el siglo V.


Afirmó que Cristo era dos personas, una divina y una humana, unidas en forma accidental, pero independientes.

7. OTRAS HEREJÍAS. Eutiques, Monoficetismo o Monofiletismo, Schleiermacher, Ritschl, Kaehler, Karl Bart, E.
Brunner, R. Bultman, etc.

“Cuando no surgen nuevas preguntas por efecto de la investigación de la Escritura, cuando no se levanta
ninguna diferencia de opinión que induzca a los hombres a escudriñar la Biblia por su cuenta para asegurarse que
poseen la verdad, habrán muchos como en los tiempos antiguos, que se aferrarán a la tradición y adorarán lo que no
conocen”. 2 JT, 567.

No olvidemos que el propósito central de la Escritura es en realidad presentar a Cristo y la naturaleza de su misión.
Ya que es en Cristo, y sólo en él que “tenemos seguridad”. Ef. 3:12.
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. 2 P.
1:19.

3. LA DIVINIDAD DE CRISTO

La Divinidad de Cristo.

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne…” 1 Ti. 3:16. Nuestra
sabiduría humana, sin ayuda, es inadecuada en la presencia del supremo misterio de los siglos.

Esta es un área donde tenemos que depender de la fe basada en la auto revelación de Dios en su Palabra, y la fe
revelada en su Palabra nos proporciona una comprensión del misterio que es Jesús.

“Uno de los mayores males que acompañan la búsqueda de conocimientos y las investigaciones de la ciencia, es la
disposición a exaltar la razón humana más allá de su verdadero valor y su esfera apropiada. Muchos intentan
juzgar al Creador y sus obras con el escaso conocimiento que tienen de la ciencia.

“Se esfuerzan por determinar la naturaleza, los atributos y prerrogativas de Dios, y se entregan a teorías
especulativas respecto del Infinito. Los que se empeñan en este modo de estudiar pisan terreno prohibido. Su
investigación no les dará resultados provechosos, y si persisten en ella lo harán con peligro de sus almas”. MC, 335.

¿Qué dice la Biblia acerca de la divinidad de Jesús?

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,
conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza
de todo principado y potestad”. Col. 2:8-10.

Evidencias del A. T.
En el bautismo de Jesús, Dios irrumpe reafirmando la naturaleza de Cristo. “Tú eres mi hijo amado; en ti tengo
complacencia”. Lc. 3:22.

a. Este es mi/Tu eres mi hijo. Sal. 2:7.


b. Mi amado, en quien tengo complacencia. Is. 42:1.
c. Mi hijo, mi amado. Gn. 22:2 (cf. Ro. 8:32).

Evidencias del N. T.
Jn. 1:1. “El verbo era Dios”.

2. Jn. 1:18. “A Dios nadie le vio jamás; el único Hijo, que está en el seno del Padre él le ha dado a conocer”.

3. Jn. 20:24-29. “Dios mío y Señor mío”. (Cf. Sal. 35:23).


4. Ro. 9:5. “Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas”.

5. Tit. 2:13. “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador
Jesucristo”.

Evidencias indirectas.
1. Se arrogó a sí mismo la prerrogativa de perdonar pecados (Mr. 2:1-12; Lc. 7:36-50). 2. Afirmó sin
ambigüedad que él era capaz de otorgar vida (Jn. 6:35; 14:6; 11:25).

3. Sostuvo no sólo que era capaz de enseñar la verdad, sino que personificó la verdad en el mismo (Mr. 6:3; Jn.
7:15, 46; Lc. 4:32; Mt. 7:28, 29).
4. Afirmó tener autoridad para juzgar al mundo (Jn. 5:22, 27; 12:47-48; Mt. 10:32-33; 7:23).

Textos del AT que se refieren a Jehová aplicados a Cristo. El nombre que se refiere a Dios es Jehová, Is. 42:8 y Sal.
83:18.
1. Sal. 68:18 – Ef. 4:8-10.
2. Sal. 102:21, 24-27 – He. 1:10-12.
3. Is. 8:13-14 – 1 P. 2:7-8.
4. Is. 40:3 – Mt. 3:3.

Los oficios y funciones del Padre se aplican a Cristo.


1. Cristo Creador. 1 Co. 8:6; Col. 1:16.
2. Cristo sustentador. Col. 1:17.

Asociado al Padre en términos de igualdad.


1. Jn. 14:7-14. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.
2. Mt. 28:19. “Padre, Hijo y del Espíritu Santo”.

Cristo es objeto de adoración.


1. Mt. 14:33. “Le adoraron”.
2. Mt. 15:25. “Ella vino y se postró ante él”.
3. Mt. 28:9. “Ellas le adoraron”.
4. Jn. 8:38. “Le adoró”.
5. Jn. 20:28. (el caso de Tomás).

Afirmó poseer atributos divinos.


1. Concede paz interior (Mt. 11:28-30).
2. Promete enviar a “sus” ángeles (Lc. 12:8-9; 15:10).
3. Afirma que juzgará a “todas las naciones” (Mt. 25:31-46).
4. Se presenta como “Señor del Sábado” (Mr. 2:27-28).

Relación única con el Padre


1. Afirma que existió antes que Abraham (Jn. 8:58).
2. Promete hacer morada con el Padre (Jn. 14:23).
3. Profetiza que será visto “sentado a la diestra del poder de Dios” (Mt. 26:64).

4. Se hace igual a Dios (Jn. 5:2-18).


5. Afirma taxativamente tener poder para resucitar a los muertos (Jn. 5:25-29).
6. Promete vida eterna y resurrección a quienes crean en él (Jn. 6:38-40).

“Cristo era verdaderamente hombre… Sin embargo, era Dios en la carne”. 1 MS, 286.

“El tiene una naturaleza doble, al mismo tiempo humana y divina. Es tanto Dios como hombre”. MS, 76, 1903.
“Lo humano no ocupo el lugar de lo divino, ni lo divino de lo humano”. ST, 10-5-1899.

¿Porque la divinidad de Jesús era absolutamente esencial para que él cumpliera su misión?

Jesús como Dios, es el mismo Jesús que se ofreció a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados. Cuanto más
debería significar para nosotros, sabiendo que era Dios -¡Dios!- el que estaba colgando allí por nuestros pecados.

“El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lc. 19:10.
Él es el Hijo de Dios, coexistente y coigual, enviado para proveer vida eterna a todos los que creen en él.

Sin la divinidad de Cristo, no hay una plena revelación de Dios, no hay salvación y no hay vida eterna.

Una criatura no puede ser el Salvador. Por lo tanto, era necesario que Dios el Hijo viniera a este mundo para ser
nuestro Salvador.

Si Jesús es Dios, como seguidores de Jesús, ¿qué podemos hacer con esta gran verdad?

“La divinidad de Cristo”, dice Elena de White, “es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna”. DTG, 489.

Aceptar a Cristo como Dios es aceptar a los demás como hermanos y hermanas, sin ninguna barrera ni prejuicio.

“Cristo es el Hijo de Dios preexistente y existente por sí mismo… Nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado
en estrecha relación con el Dios eterno… Era igual a Dios, infinito y omnipotente”. Ev, 446.
4. PREEXISTENCIA DE CRISTO

Preexistencia de Cristo.

Con el término preexistencia señalamos que Jesús vivió y existió antes de su encarnación virginal. La visión que la
Biblia nos provee al respecto es que Jesús vivió antes de su encarnación como Dios.

Antiguo Testamento. Is. 9:6


“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”.

Mi. 5:2. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.

“Cristo era Dios esencialmente y en el sentido más elevado. Era con Dios desde toda la eternidad, Dios sobre todo,
bendito para siempre”. 1 MS, 290.

Nuevo Testamento
1. Lc. 19:10. “El hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
2. Jn. 17:5. “Antes que el mundo fuese”.

3. Jn. 8:58. “Antes que Abraham fuese, Yo Soy”.


4. Fil. 2:6, 7. “Siendo en forma de Dios, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo”.

5. Col. 1:16, 17. “Porque en él fueron creadas todas las cosas […] todo fue creado por medio de él y para él. Y él es
antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”.

Sin duda, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (He. 13:8). Por lo tanto, en toda la Biblia esta
explícitamente señalada la preexistencia de Cristo.

Testimonio de Jesús sobre sí mismo.


Cristo se atribuyó una serie de títulos o permitió que se las atribuyesen.
1. Mesías. Se le confiere el oficio y la dignidad de Rey (Lc. 1:32; Dn. 9:25).

Jesús acepta que sus discípulos lo llamen el “Cristo” [Mesías] (Mr. 8:27-30), así esta aceptando que se le atribuyan
todas las profecías mesiánicas que hablan de su calidad divina. La entrada triunfal en Jerusalén (Mt. 21:5; Jn.
12:15), la profecía anuncia al “Rey Mesías” (Zac. 9:9), Jesús acepta la aclamación mesiánica (Mt. 21:1-10, 16; Lc.
19:40).

Cuando es juzgado ante el sanedrín y se le pregunta para que se declare o no el Mesías, Jesús responde: “Yo soy. Y
veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios” (Mr. 14:62) que era otra forma de decir, soy igual a
Dios y estaré sentado a su lado.

2. “Hijo de hombre”. Es un término de majestad o de gloria (Dn. 7:13).


“Igual que el relámpago […] así será la venida del Hijo del Hombre” (Mt. 24:27). Nadie sospechará la venida del
Hijo del Hombre (Mt. 24:37) que vendrá lleno de poder y gloria (Mr. 13:26). Esta a la derecha de Dios (Lc. 22:69)
y envía a los ángeles a reunir a sus escogidos. Mr. 13:27. Además, es el juez (Lc. 21:36).
3. “Hijo de Dios”. Esta expresión no es puesta en labios de Cristo, sin embargo, dejo en claro que era, hijo de Dios,
alguien igual a Dios.
a. La manera en que hablaba de “su” Padre, en una cercanía real y auténtica (Mt. 10:32; 7:21;12:50; Lc. 2:49; 10:22;
22:29; 24:49).

b. La forma en que Jesús se relaciona con el Padre (Mt. 11:25-27).


c. La confesión en Cesárea de Filipo (Mt. 16:13-21).
d. Su declaración acerca del día del juicio (Mr. 13:22; Mt. 24:36).
e. La parábola de los labradores de la viña (Mr. 12:1-12; Mt. 21:33-46; Lc. 20:9-19).

f. Su respuesta a Caifás (Lc. 22:66).


La acusación de Caifás de blasfemia tiene que ver con la comprensión de cómo se ve a sí mismo Jesús, y debía serlo
si se presentaba como Dios. Es lo que queda explícito en la acusación de los judíos (Jn. 10:33; 19:7).

Implicaciones Bíblicas.
En la Biblia se hace referencia constante a la preexistencia y eternidad de Jesús.

1. El “Ángel de Jehová”. No es otro que Jesucristo. Aparece algunas veces como un ángel o como humano, es
percibido como Dios.
Aparece a Agar. Gn. 16:7.
A Abraham. Gn. 18:1; 22:11-12; Jn. 8:58.
A Jacob. Gn. 48:15-16; 31:11-13; 32:24-32.
. A Moisés. Ex. 3:2, 14.
A Josué. Jos. 5:13-14.
A Manoa. Jue. 13:19-22.
Es quien lucha por los suyos y los defiende. 2 R. 19:35; 1 Cr. 21:15-16; Sal. 34:7; Zac. 14:14.

2. Los títulos adjudicados a Jesús señalan su eternidad.


Es “el Alfa y Omega”, “el Cristo”, “Admirable”, “Consejero”, “Dios fuerte”, “Padre eterno”, “Dios”, “Dios con
nosotros”, el “gran Dios y Salvador” y “Dios bendito para siempre”.

Estos títulos identifican a Jesús con la revelación del Antiguo Testamento acerca de Jehová-Dios.
Mt. 1:23 – Is. 7:14.
Mt. 4:7 – Dt. 6:16.
Mr. 5:19 – Sal. 66:16.
Sal. 110:1 – Mt. 22:42-45.

Los nombres que el Nuevo Testamento le da al Hijo de Dios se hallan íntimamente relacionados con los títulos del
Padre y del Espíritu, lo que implica que Cristo esta en plano de igualdad las personas de la trinidad.

Mt. 28:19; Hch. 2:38; 1 Co. 1:3; 2 Co. 13:14; Jn. 14:1; 17:3; Ef. 6:23; Ap. 20:6; 22:3.
De manera directa es llamado Dios. Ro. 9:5; Jn. 1:1; Ti. 2:13; He. 1:8.

3. Tiene los atributos de la Deidad.


* Vida. Jn. 1:4.
* Existencia en sí mismo. Jn. 5:26.
* Inmutabilidad. He. 13:8.
* Verdad. Jn. 14:6.
* Amor. 1 Jn. 3:16.
* Santidad. He. 7:26.
* Eternidad. Col. 1:17; He. 1:11.
* Omnipresencia. 1 Co. 4:5; Col. 2:3.
* Omnipotencia. Mt. 28:18; Ap. 1:8.

4. La preexistencia de Cristo se sobreentiende en el hecho de que Él es adorado como Dios. Jn. 20:28; Hch. 7:59-
60; He. 1:6. Por tanto, si Jesús es Dios, existe desde la eternidad.

Su Importancia.
La razón de la importancia de la preexistencia de Cristo está relacionada con su misión mesiánica y la autoridad que
tiene Dios mismo para obrar en favor del ser humano.

Si se niega la preexistencia de Cristo su autoridad divina queda en entredicho.


¿Cómo podría tener el poder de salvar a la raza humana siendo un ser creado?

“Cristo es el Hijo de Dios preexistente por sí mismo… Al hablar de esta preexistencia, Cristo hace retroceder la
mente hacia las edades sin fin. Nos asegura que nunca hubo un tiempo cuando él no haya estado en estrecha
relación con el Padre eterno”. EW, Sings of the Times, 29 de agosto, 1900.

5. LA ENCARNACIÓN
La Encarnación.

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”. 1 Ti. 3:16.
“Al contemplar la encarnación de Cristo en la humanidad, nos enfrentamos ante un misterio insondable, que la
mente humana no puede comprender”. ST, 30 de julio de 1896.

“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para
siempre”. Dt. 29:29.

“Cuando queremos estudiar un problema profundo, fijemos nuestras mentes en la cosa más maravillosa que
aconteciera alguna vez en la tierra o el cielo -la encarnación del Hijo de Dios”. 7 BC, 904.

El testimonio uniforme de la Escritura es que Jesús era Dios y era hombre; que el Verbo fue hecho carne.

Llamamos encarnación a la idea teológica que sostiene que Dios asume la humanidad.
La idea se encuentra expresada claramente en Juan “y aquel verbo fue hecho carne”. (Jn. 1:14). En síntesis,
“encarnación significa que Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios”.

2 textos claves.
1. “antes que se juntasen [María y José] se halló que [María] había concebido del Espíritu Santo”. Mt. 1:18.

Lucas nos informa que María “estaba encinta […] dio a luz a su primogénito, y lo envolvió en pañales […]” (2:5-7).
El primogénito de María era el unigénito del Padre, el Verbo hecho carne.

La palabra unigénito (monogenés) en el Nuevo Testamento, se encuentra 9 veces, 5 de ellas en referencia a Jesús: Jn.
1:14, 18; 3:16, 18; y 1 Jn. 4:9.

La palabra genes viene de gínomai, que significa único en su clase o genero, que no hay otro como él.
Monogenés significa único en su género -no hay otro como él- un solo ser que siendo Dios se hizo hombre, no hay
otro semejante a él.

Encarnación significa que Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios; por lo tanto, el Hijo de María fue monogenés,
único, sin igual.

“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para
que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. 2 Co. 8:9. ¿En qué consistió ese empobrecimiento? ¿En qué
sentido la encarnación significó que Cristo se hizo pobre para poder enriquecernos a nosotros?

2. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. Fil. 2:5-11.

Pablo escribe que aunque Cristo Jesús era “igual a Dios”, sin embargo “se despojó a sí mismo”. La palabra clave es
ekenosen, viene del verbo kenoo, cuyo significado básico es “vaciar”. En Fil. 2:7 la traducen como “despojo” o
“anonadó”.

¿De qué se despojó, de qué se vació Dios al hacerse hombre? Las palabras “se despojó a sí mismo” o se vació a sí
mismo, deben de comprenderse a la luz de Col. 2:9: “en él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad”.

La frase clave que explica en qué consistió la kenosis, el anonadamiento es, “tomando forma de siervo”. [“se
despojó a sí mismo al tomar la forma de siervo”, v. 7]. El tomar la forma de siervo, el hacerse hombre, constituyó el
despojamiento.
2 palabras claves:
“siendo en forma (morfé) de Dios”. “Forma” se refiere a la condición interna. Como cuando un atleta está
“en forma”; no pensamos en su apariencia exterior necesariamente, sino en su condición interna, su estado. Este es
el sentido de Fil. 2:5.

La misma palabra se encuentra otra vez en el v. 7, donde dice que en la encarnación, Jesús tomó “forma de siervo”.
Otra vez, tanto internamente, en su naturaleza, como en su apariencia externa, era hombre, verdadero hombre.

2. “no estimó el ser igual a Dios…”.


La palabra “igual” viene del griego isa [isos], y significa precisamente eso, igual.
Jesús, quién era igual a Dios por naturaleza, no se aferró a esa prerrogativa de igualdad a Dios, sino que se despojó a
sí mismo.

No vino con la gloria y autoridad de Dios, veló su gloria -su igualdad a Dios- al asumir la forma de siervo. Mientras
que no cesó de ser por naturaleza lo que era el Padre, Jesús vino funcionalmente subordinado al Padre durante el
período de la encarnación.

Al tomar la naturaleza humana Cristo aceptó ciertas limitaciones en el uso de sus atributos divinos. La limitación no
fue el resultado de haber dejado de lado algunos de esos atributos, sino el de haber asumido atributos humanos.

Cristo tenía todos los atributos de Dios pero tomó la naturaleza humana y voluntariamente se limitó a sí mismo.

La verdadera kenosis, el significado del despojamiento de Cristo consistió en la decisión voluntaria de no usarlos
para su propio bien, de depender totalmente del Padre.

Cristo era verdadero Dios y verdadero hombre; pero durante la encarnación vino a vivir básicamente como hombre,
dejó el uso de los atributos divinos en las manos del Padre, y vivió en total dependencia, como nosotros debemos
vivir. Pero nunca dejó de ser Dios.
¿Por qué Dios el Hijo tomó sobre sí la carne humana y la retuvo como un vínculo eterno con la humanidad?

1. Para revelar al Padre.


2. Vino para cumplir el pacto divino (Ro. 15:8-9), un pacto eterno de gracia.
3. Para dar su vida en rescate (Mr. 10:45). Vino, para salvarnos de los efectos del pecado (Mt. 1:21) y que tengamos
vida, y la “Vida” de verdad (Jn. 10:10).

4. Para llegar a ser un Sumo Sacerdote calificado para cumplir su función sacerdotal (He. 2:18-19). El ser humano
no podía ser mediador de sí mismo. El entendernos lo califica.

5. Vino a destruir las obras del diablo (1 Jn. 3:8). La cruz, fue el momento clímax donde Jesús venció sobre la
muerte y sus efectos. Allí fue destruida toda posibilidad para Satanás.

6. Vino a darnos un ejemplo de dependencia y sujeción (1 Jn. 2:6; 1 P. 2:21).


Vino a hacer la voluntad de Dios (He. 10:7).

“El veló su divinidad con la vestidura de la humanidad; pero no se desprendió de su divinidad”. EW, R & H, 15 de
junio de 1905.

6. HUMANIDAD DE CRISTO.

Humanidad de Cristo.

El Nuevo Testamento afirma uniformemente que Jesús era un hombre, y vino a vivir como un hombre entre los
hombres. Los evangelistas presentan a Jesús como era, un hombre real, genuino.

“No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe: Él se manifestó como hombre…” 1 Ti. 3:16, NVI.

“Cuando tratemos este tema, haríamos bien en prestar atención a las palabras pronunciadas por Cristo a Moisés en la
zarza ardiente: ‘Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es’ (Ex. 3:5)”. 1 MS, 286.

a. Jn. 1:14. Hecho carne.


Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…”.
b. Ga. 4:4. Nacido de mujer.
“Pero cuando vino en cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer…”

c. 1 Ti. 3:16. Manifestado en carne.


“Dios fue manifestado en carne”.
d. Jn. 19:5. He aquí el hombre.
“Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!

e. He. 4:15. Tentado en todo.


“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza…”

f. Mt. 26:26, 28. Carne y sangre.


“Tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió… y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Porque esto es mi sangre, del
nuevo pacto, que por muchos es derramada…”

g. Lc. 2:40, 52. Crecía.


“Y el niño crecía y se fortalecía…”
h. He. 5:8. Aprendió la obediencia.
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia”.

i. Mt. 8:24. Sueño.


“se levantó en el mar una tempestad… pero él dormía”.
j. Jn. 4:6. Cansancio.
“Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino se sentó…”

k. Mt. 4:2. Tuvo hambre.


“Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre”.

l. He. 5:7. Amor y compasión.


“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de
la muerte…”
m. Jn. 12:27. Sentimientos.
“Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora?...”

n. Mt. 26:38. Tristeza.


“Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte…”
o. Jn. 19:30. Sufrió y murió.
“…Jesús… dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”.

“Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo”.
1 Jn. 4:3.

En resumen, fue plenamente hombre, sujeto a las condiciones normales de todo ser humano.

“Mientras trabajaba en su niñez y juventud, se desarrollaban su mente y su cuerpo. No empleaba sus facultades
físicas descuidadamente, sino que las ejercitaba de modo que se mantuvieran en salud, a fin de que pudiera efectuar
lo mejor en todo sentido”. CN, 323.

“Cuando Jesús tomo la naturaleza humana y se convirtió en semejanza de hombre, poseía el organismo humano
completo. Sus necesidades eran las necesidades de un hombre. Tenía necesidades corporales que satisfacer,
cansancio físico que aliviar”. 5 CBA, 1104.

“La doctrina de la encarnación de Cristo en carne humana es un misterio, ‘el misterio que había estado oculto desde
los siglos y edades’ (Col. 1:26). Es el grande y profundo misterio de la piedad…

“Cristo no tomo la naturaleza humana en forma aparente. La tomó de verdad. En realidad, poseyó la naturaleza
humana. ‘Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo’ (He. 1:14). Era el
hijo de María, era de la simiente de David de acuerdo con la ascendencia humana”. 1 MS, 289, 290.
“La humanidad del Hijo de Dios es todo para nosotros. Es la cadena áurea que une nuestra alma con Cristo y,
mediante Cristo, con Dios. […] Cristo fue un verdadero hombre. […] Sin embargo, era Dios en la carne”. 1 MS,
286.

7. CRISTO EL SEGUNDO ADÁN

Cristo el segundo Adán.

“A Cristo se lo llama el segundo Adán”. EW, La maravillosa gracia de Dios, 42.


No se refiere al varón llamado “Adán” sino “Adam”, la humanidad (Gn. 5:2).
Es decir, la segunda humanidad. Pablo lo llama: “el segundo hombre” (1 Co. 15:45).

“Adán era un símbolo de Cristo porque ambos eran representantes de toda la familia humana. Adán era el
representante y el autor de la humanidad caída; Cristo el representante y autor de la humanidad restaurada. Por eso
Cristo es llamado “el postrer Adán”. 6 CBA, 528.

“Todo lo que perdió el primer Adán será restaurado por el segundo”. HC, 490.

“[Se] debe ser cuidadoso, extremadamente cuidadoso al tratar acerca de la naturaleza humana de Cristo. No lo
presente delante de la gente como un hombre con propensiones al pecado. El es el segundo Adán”. Carta 8, 1895.

¿Qué tenía de común y de diferente Cristo con el ser humano original? “Adam” vivió dos realidades.
(prelapsaria) antes de la caída en el pecado.
(postlapsaria) posterior al pecado.

Prelapsaria
Antes del pecado tuvo las características de un ser humano perfecto, sin tendencias hacia el mal y con un cuerpo sin
las imperfecciones que tiene la humanidad hoy.

Postlapsaria
Las generaciones después de Adán nacen con la tendencia hacia el mal. Sin el poder y la acción del Espíritu Santo
es imposible resistir esa tendencia (Ro. 7:8; Stg. 1:13-15; Gá. 5:24).

Jesús nació en la condición del ser humano antes de la caída, es decir, sin tendencia hacia el mal.

Cristo “tomó sobre sí la naturaleza humana, y fue tentado en todo sentido como es tentada la naturaleza humana.
Podría haber pecado; podría haber caído, pero en ningún momento hubo en él tendencia alguna al mal”. Carta 8,
1895 (5 CBA, 1102).

Jesús no fue pecador y no tuvo tendencias hacia el pecado.


1. 2 Co. 5:21 ‘por nosotros lo hizo pecado”.
2. 1 Jn. 3:45 “no hay pecado en él”.
3. Jn. 14:30 “él nada tiene en mí”.

4. Jn. 8:46 “¿Quién de vosotros puede acusarme de pecado?”.


5. 1 P. 1:19 Cristo es llamado “como un cordero sin mancha y sin contaminación”.
6. En He. 7:26 Pablo lo llama “santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecados”.

Jesús hereda la naturaleza humana sin pecado y “no debemos tener dudas en cuanto a la perfección impecable de la
naturaleza humana de Cristo”. 1 MS, 256.
Cristo “se encarnó con nuestra naturaleza, pero sin las propensiones de la naturaleza caída”. Endruveit, La
naturaleza humana de Jesús, Revista Adventista (Abril 2005), 14.

Como segundo Adán (Ro. 5:12-19) Cristo asume donde el primer Adán cayó.

“Al tomar sobre sí la naturaleza humana en su condición caída, Cristo no participó en lo más mínimo en su pecado.
Estuvo sometido a las debilidades y flaquezas por las cuales está rodeado el hombre”. ST, 9-6-1898 (5 CBA, 1105).
Cristo tomó nuestra naturaleza “en su condición deteriorada”. 1 MS, 296. Lo que significó cansancio, hambre, sed y
emociones similares a la de la humanidad, pero, no heredó la condición pecaminosa de siglos de tendencia al mal.

“Jesús aceptó la humanidad cuando la especie se hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. Como cualquier
hijo de Adán, aceptó los efectos de la gran ley de la herencia”. DTG, 32. Asumió la humanidad “pero no la
pecaminosidad del hombre”. ST, 29-5-1901 (7 CBA, 924).

Jesús “tomó la naturaleza del hombre en su estado caído, llevando las consecuencias del pecado, no su
pecaminosidad. Era uno con la raza humana, excepto en pecado.

“Jesucristo tomó sobre sí mismo nuestra naturaleza con todas sus debilidades, pero se mantuvo libre de corrupción
hereditaria y de la depravación y la práctica del pecado… Jesús no poseía propensiones ni inclinaciones al mal, ni
siquiera pasiones pecaminosas”. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 59.

La posición oficial de la IASD es que Cristo tuvo “dos naturalezas”, fue plenamente Dios y plenamente humano.
Con respecto a esto último, la posición oficial de la IASD, es prelapsaria.

“Jesús era verdaderamente hombre, pero sin pecado. En él había no sólo ausencia de actos pecaminosos, sino
también carecía de la depravación inherente, o tendencias innatas, hacia el pecado”. Endruveit, La naturaleza
humana de Jesús, Revista Adventista (Abril 2005), 13.

Cristo es Dios, pero se encarnó como plenamente humano, pero en la condición pre-lapsaria, similar a Adán antes
del pecado.

Bibliografía

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Casa Editora Sudamericana, 2003.

Asociación Ministerial. Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo día: Una exposición bíblica de las
doctrinas fundamentales. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1988.

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Dederen, Raúl. Cristología. Lima: Unión Incaica, 1970.

Dupertuis, Atilio Rene. El carpintero Divino: La persona y obra de Cristo. Medellín: Editorial Ser, 1991.

Moreno, Roberto. Cristología en el prologo de Juan. Medellín: Ediciones ICTUS, s/f.

Nichol, Francis, ed. Comentario bíblico adventista. Tomo 5 y 7-A. Buenos Aires: Asociación Casa Editora
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Núñez, Miguel Ángel. Cristología: Descubriendo al Maestro. Lima: Ediciones Fortaleza, 2007.

________. La verdad progresiva: Desarrollo histórico de la teología adventista. Lima: Ediciones Fortaleza, 2007.

Olson, Robert W. La humanidad de Cristo: Selecciones de los escritos de Elena de White. UAP: Entre Ríos,
Argentina, 2001.
IGLESIA Y CRISIS
INTRODUCCIÓN

Introducción.

La Palabra de Dios es diferente. Cada día que pasa, su mensaje aumenta en importancia. A medida que
el mundo se mueve hacia su destino final, se vuelve más urgente la necesidad de leer las Escrituras.

Como no conocemos ni el día ni la hora en que hemos de morir, es muy importante que comprendamos que hay
delante de nosotros y cómo prepararnos mejor para la eternidad.

“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía”. Ap. 1:3.

“Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres que
piensan, de toda clase social, tienen la atención fija en los sucesos que ocurren alrededor de nosotros.

Observan las relaciones tirantes que mantienen las naciones. Observan la tensión que se está apoderando de todo
elemento terrenal, y reconocen que está por ocurrir algo grande y decisivo, que el mundo está al borde de una crisis
estupenda”. Ed, 179.

Las noticias que la prensa nos presenta día tras día nos revelan que el fin está cercano. No solo el mundo habrá de
atravesar por tiempos angustiosos, también la iglesia habrá de experimentar una difícil crisis. Esto tocará de cerca a
cada uno de nosotros.

“Conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos”. Ro. 13:11.

En esta época de crisis el enemigo hará esfuerzos desesperados para cautivar a cada creyente para que se separe de
Cristo. Pero, Dios ha hecho provisión para que cada uno de sus hijos pueda salir victorioso de la crisis.

En momentos de una seria crisis espiritual, al observar la creciente frialdad espiritual en la iglesia, debemos reparar
seriamente en estas palabras providenciales:

“Los predicadores y el pueblo solían considerar misterioso el libro del Apocalipsis y de menor importancia que otras
partes de las Escrituras Sagradas. Pero yo vi que este libro es verdaderamente una revelación dada en beneficio
especial de quienes viviesen en los últimos días, para inducirlos a discernir su verdadera posición y deber”. Ed, 231.

“Cuando como pueblo comprendamos lo que este libro (el Apocalipsis) significa para nosotros, se advertirá un gran
reavivamiento en nuestras filas”. TM, 103.

Al estudiar las muchas señales de zozobra y decadencia, llegamos inevitablemente a la conclusión de que la
humanidad esta al borde de la bancarrota.

Abrumadores problemas parecen cernerse sobre el mundo para aplastar la existencia humana tal como la
conocemos. Pero ésta puede ser la hora más gloriosa de la iglesia.

Perplejos y desesperados, los hombres pueden ahora detenerse para escuchar lo que el pueblo de Dios tiene que
decir. Mediante sus palabras y el ejemplo de su vida, la iglesia puede ensalzar a Jesucristo, la única solución y
esperanza de la humanidad.

“Son muchos hoy en el mundo los que cierran los ojos a las evidencias que Cristo dio para advertir a los hombres de
su advenimiento. Tratan de aquietar toda aprehensión, mientras las señales del fin se cumplen rápidamente, y el
mundo se precipita hacia el tiempo cuando el Hijo del hombre se manifestará en las nubes del cielo”. HAp, 211.
“La fe en la segunda venida de Cristo se está desvaneciendo. ‘Mi Señor se tarda en venir’ no solamente se expresa
en el corazón, sino en palabras y aún más decididamente en obras. El estupor en este tiempo de vigilancia
está anulando los sentidos del pueblo de Dios en cuanto las señales de los tiempos.

La terrible iniquidad que abunda exige la mayor diligencia y un testimonio viviente, para mantener el pecado fuera
de la iglesia. La fe ha estado decreciendo en un grado terrible, y es solamente por el ejercicio como se la puede
acrecentar”. 3 T, 256.

“Es pecaminoso ser indiferente para con las señales que han de preceder a la segunda venida de Cristo. A los
culpables de este descuido, los llama hijos de la noche y de las tinieblas. Anima a los vigilantes y despiertos
con estas palabras:

‘Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos
vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los
demás, sino velemos y seamos sobrios. 1 Ts. 5:4-6’”. HAp, 214.

Cada día más el segundo advenimiento se presenta como el único remedio valedero de los males de la tierra.

Dios no ha dejado a sus hijos en duda acerca del significado de estas décadas difíciles y extrañas en las cuales
vivimos. Las profecías de la Biblia predijeron las condiciones que imperarían en nuestra sociedad mundial
justamente antes del retorno de Cristo.

Los dolores que han sobrevenido a este viejo mundo se describen como las congojas y la angustia del nacimiento,
que a su vez desembocará en la venida del Señor, la cesación del pecado y el establecimiento del eterno reino de
Dios.

Dios ha hecho provisión para que cada uno de sus hijos pueda salir victorioso de la crisis. Tanto en
la Biblia como en los escritos del espíritu de profecía se nos presentan las predicciones inspiradas referentes a la
naturaleza y las alternativas de esta crisis.

“Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda creáis”. Jn. 14:29.
Las profecías deberían ayudarnos a creer, no a dudar; si se las entiende adecuadamente, llegarán a ser
personales para cada uno de nosotros.

Estas profecías aumentarán nuestra confianza en la Palabra de Dios, nos enseñarán más cerca de “la redención que
es en Cristo Jesús” (Ro. 3:24) y nos darán mayor seguridad y mayor esperanza en el futuro por causa de lo que
Cristo ha hecho por nosotros en lo pasado, como lo revelan estas profecías.

Este es el propósito de las profecías: hacernos entender mejor a Jesús -lo que él hizo, lo que hace y lo que hará por
nosotros- por eso llega a ser algo personal.

No temas, Dios controla todo, su plan finalmente triunfará. El plan de Dios prevalecerá; no importa cuán caóticos y
turbulentos, y hasta arbitrarios parezcan ahora los eventos.

El tiempo está acabándose. Prácticamente todo el panorama profético de la Biblia es ya historia. Después de 1844
“el tiempo no sería más” (Ap. 10:6). Ya no existe ningún período profético predicho en la Palabra de Dios.

No hay un tiempo o un período definido que nos separe de la segunda venida de Cristo. Los pocos tramos finales de
algunas cadenas proféticas que todavía esperan su cumplimiento, pueden ocurrir en unas pocas semanas, pues el
escenario esta preparado para tales sucesos.

Lo que realmente nos separa de la venida de nuestro Señor, lo que esta demorando el glorioso acontecimiento, es la
tarea que Dios desea y está anheloso de realizar en su iglesia hoy -en cada uno de nosotros-: nuestra preparación
espiritual para recibirlo.

El conocimiento del futuro de acuerdo con la profecía bíblica y los escritos de Elena de White ayudan al verdadero
cristiano a mantener una actitud positiva, por dos razones:

1. Dios nunca revela las pruebas futuras y las tribulaciones del porvenir sin otorgar la bendita seguridad de su
compañía siempre presente.
2. El estudio de estos sucesos fortalece la fe y la confianza que el hijo de Dios tiene un Padre amante y en un
maravilloso Hermano mayor que recorrió el camino del dolor antes que nosotros y nos ha asegurado. “he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

El tiempo de prueba llegará para todos. Por medio de la criba de la tentación se reconocerá a los verdaderos
cristianos. ¿Se sienten los hijos de Dios actualmente bastante firme en la Palabra divina para no ceder al testimonio
de sus sentidos? ¿Se atendrán ellos en semejante crisis a la Biblia y a la Biblia sola?”. CS, 683.

EL TIEMPO DEL FIN

El tiempo del fin.

“Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de
esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual

anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no
para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas”. 1 P. 1:10-12.

Cuando pensamos en las referencias que la Biblia hace a los “tiempos”, debemos recordar en primer lugar que los
“tiempos” y las “sazones” están en la potestad de Dios (Hch. 1:7) y han sido reveladas a su pueblo mediante las
profetas (Am. 3:7).

Como indica el apóstol Pedro, la profecía bíblica gira principalmente sobre dos importantes acontecimientos del
plan de salvación: la primera venida (los sufrimientos de Cristo) y la segunda venida (las glorias que vendrán tras
ellos).

“La atención de la gente debiera ser dirigida hacia el acontecimiento extraordinario que está tan cercano. Las
señales de los tiempos debieran ser mantenidas frescas delante de sus mentes.

Las visiones proféticas de Daniel y de Juan predicen un tiempo de oscuridad y decadencia morales; pero en el
tiempo del fin, el tiempo en el cual estamos viviendo, la visión hablaría y no mentiría.

Cuando las señales predichas comiencen a cumplirse, vosotros que esperáis y veláis, levantad vuestras cabezas y
regocijaos, porque vuestra redención está cerca”. 5 T, 9, 10.

“Nos hallamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Muchas de las profecías están por cumplirse
en rápida sucesión… Nosotros, con todas nuestras ventajas religiosas, debemos saber hoy mucho más de los que
sabemos”. TM, 113.

La expresión “tiempo del fin” aparece sólo en el libro de Daniel (8:17; 11:35, 40; 12:4, 9).
En cada caso, el contexto indica que se refiere al período final de la historia, anterior a la segunda venida de Cristo.

Nótese que “el tiempo del fin” no es el fin del tiempo. Es más bien, un período o plazo que se extiende desde el fin
de la época de los 1.260 años (1798) hasta el fin del tiempo de gracia para los humanos.

“Dios desea que su pueblo se prepare para la crisis venidera. Esté preparado o no, tendrá que afrontarla, y solamente
aquellos que vivan en conformidad con la norma divina, permanecerán firmes en el tiempo de prueba”. HAp, 344,
345.

EL ZARANDEO

El Zarandeo.

“Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel [la iglesia] sea zarandeada entre todas las naciones, como se
zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra”. Amós 9:9.
“Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no
falte”. Lc. 22:31, 32.

“Todo hijo de Dios en forma individual, y la iglesia entera como conjunto, pasarán por una prueba especial que
sacudirá su fe y a la cual se denomina “zarandeo”.

Esto ha ocurrido en el pasado y ha de repetirse en esta hora del fin de una manera muy específica, el enemigo
sabe que le queda poco tiempo y quiere hacer que apostaten tantos como sea posible.

“Zarandeo” Es un vocablo figurativo que designa una experiencia particular de selección y apostasía en el pueblo
de Dios.

Causas: 1. Descuido e indiferencia religiosa. “Eres tibio”. Ap. 3:16 (cf. PE, 271).

2. Persecución, imposición de la ley dominical.


“Todos los que quieren vivir piamente en Cristo Jesús, padecerán persecución”. 2 Ti. 3:12.

“El potente zarandeo ha comenzado y proseguirá de suerte que aventará a cuantos no estén dispuestos a declararse
por la verdad con valentía y tenacidad no a sacrificarse por Dios y su causa”. PE, 50.

“Pronto los hijos de Dios serán probados por intensas pruebas, y muchos de aquellos que ahora parecen ser sinceros
y fieles resultarán ser vil metal. En vez de ser fortalecidos y confirmados por la oposición, las amenazas y los
ultrajes, se pondrán cobardemente del lado de los opositores”. 2 JT, 31.

3. Rechazo del mensaje de Laodicea.


“Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca”. Ap. 3:16.

“…el significado del zarandeo… lo motivaría el testimonio directo que exige el consejo que el Testigo fiel dio a la
iglesia de Laodicea. […] Algunos no soportarán este testimonio directo, sino que se levantarán contra él, y esto es lo
que causará un zarandeo en el pueblo de Dios”. PE, 270.

4. Conocimiento superficial que hará que muchos sean desviados por falsas doctrinas.

“El Espíritu de Dios ha iluminado toda página de la Sagrada Escritura, pero hay personas sobre las cuales ésta hace
poca impresión, porque es imperfectamente comprendida.

Cuando venga el zarandeo, por la introducción de falsas teorías, estos lectores superficiales, que no están anclados
en ningún lugar, serán como las arenas movedizas”. TM, 109.

El tiempo del Zarandeo: “Vi que estamos ahora en el tiempo del zarandeo”. 1 T, 429.

“Dios está ahora zarandeando a su pueblo, probando sus propósitos y motivos. Muchos serán solamente cual el
tamo -no el trigo; por lo tanto no hay valor en ellos”. 4 T, 51.

“Estamos en el tiempo del zarandeo, en el tiempo en que todo lo que pueda ser sacudido será sacudido. El Señor no
disculpará a los que conocen la verdad y no obedecen a sus órdenes en palabras y acciones”. 2 JT, 547.

Para no caer: “El que piensa estar firme, mire que no caiga”. 1 Co. 10:12. Todos seremos probados, pero ninguno
necesita caer.

La única manera de pasar incólumes por la prueba del zarandeo consiste en:

1. Mantener una constante y profunda comunión con el cielo.


2. Una vida de oración continua.
3. El abandono de ambiciones egoístas.

4. Una actitud de estudio incesante de las Escrituras y del espíritu de profecía.


5. Una entrega completa de la vida a Dios para obedecerle y trabajar por los perdidos.

En tal estado espiritual, nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios o separarnos de la fuente suprema de
nuestra fortaleza, el Señor Jesús.
“¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el
peligro, o la violencia?

“Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel nos amó.

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir,
ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos
ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”. Ro. 8:35-39.

“Satanás obrará milagros para engañar: ensalzará su poder como supremo. Puede parecer que la iglesia está por
caer, pero no cae. Permanece, mientras los pecadores de Sión serán tamizados y arrojados afuera: la paja será
separada del trigo precioso. Está es una prueba terrible, y sin embargo debe ocurrir”.

“Nadie sino aquellos que han estado venciendo por medio de la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio
serán hallados con los que son leales a la verdad, sin mancha ninguna de pecado, sin engaño en su boca. Debemos
ser despojados de nuestra propia justicia y vestidos con la justicia de Cristo”. 2 SM, 380.

LAODICEA 1

Laodicea 1.

“Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el testimonio
directo que exige el consejo que el Testigo fiel dio a la iglesia de Laodicea…”. PE, 270.

“Este testimonio ha de mover a un profundo arrepentimiento. Todos los que lo reciban sinceramente lo obedecerán
y quedarán purificados”. PE, 270.

¿Cuál es el testimonio del Testigo fiel?

“Y escribe el ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación
de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras”. Ap. 3:14, 15.

“El mensaje a la iglesia de Laodicea es una denuncia sorprendente, y se aplica al pueblo de Dios actual”. 3 TS, 143.

El autor del mensaje es nada menos que Cristo, nuestro Salvador, y a la vez nuestro mejor amigo. Es fiel y
verdadero. Nos ama, pero no nos adula, porque quiere nuestra felicidad y nuestra salvación. Nos habla con cariño y
sinceridad. El mensaje es directo, pero lleno de misericordia.

“Yo conozco tus obras”. Ap. 3:15.


Él sabe todo lo relativo a nuestra persona: conoce nuestros sentimientos, intenciones, pensamientos, nuestras
tendencias heredadas y cultivadas.

Nuestra actitud debiera de ser: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón…; ve si hay en mi camino de
perversidad, y guíame en el camino eterno”. Sal. 139:23, 24.

“No eres ni frío ni caliente. Quisiera yo que fueras o frío o caliente. Así que, por lo mismo que eres tibio…”. Ap.
3:15, 16, VM.

Elementos que componen la tibieza.

“El mensaje de Laodicea se aplica a los hijos de Dios que profesan creer en la verdad presente. La mayoría de ellos
son tibios y sólo profesan la verdad… El término ‘tibio’ se aplica a esta clase de personas.

“Profesan amar la verdad, pero son deficientes en la devoción y el fervor cristiano. No se atreven a abandonar del
todo la verdad y corre el riesgo de los incrédulos; pero no están dispuestos a morir al yo y seguir de cerca los
principios de su fe…
“No se empeñan cabal y cordialmente en la obra de Dios, identificándose con sus intereses; sino que se mantienen
apartados y están listos para abandonar su puesto cuando lo exigen sus intereses personales y mundanos. Falta en
su corazón la obra interna de la gracia”. 1 JT, 477, 478.

1. Deficiencia “en la devoción y el fervor cristiano”.


Necesitamos vivir una vida de comunión diaria con Dios: de estudio de su Palabra y de oración.
2. Falta de disposición “a morir al yo y seguir de cerca los principios de su fe”.
Cristo pide la posesión completa de nuestra vida. El yo debe morir a fin de que Cristo gobierne en el trono
del corazón. (cf. Jl. 2:12; Lc. 11:23).

3. “No se empeñan cabal y cordialmente en la obra de Dios, identificándose con sus intereses”.
Muchos no dedican suficiente tiempo o interés, trabajo o medios a fin de terminar la obra de Dios.

4. “Falta en su corazón la obra interna de la gracia [santificación]”.


“El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Fil. 1:6.
Pero necesita nuestro consentimiento, nuestro interés sincero y nuestra cooperación.

“estoy a punto de escupirte de mi boca”. Ap. 3:16, VM.


Jesús se entristece por esta tibieza y mediocridad. Expresa su ferviente deseo de que cambien su condición.
“Quisiera yo que fueras o frío o caliente”.

La severidad de la denuncia divina tiene el propósito de despertarnos a una reforma en la vida, a producir un
cambio que revele la obra profunda y transformadora de la gracia de Cristo.

“Al Señor le agradaría más que las personas tibias que profesa la religión nunca hubieran invocado su nombre. Son
un lastre permanente para los que podrían ser fieles seguidores de Jesús. Son una piedra de tropiezo para los
incrédulos”. 1 T, 188.

Orgullo espiritual. “Por que tu dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no
sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”. Ap. 3:17.

Una persona satisfecha consigo misma no es consciente de su verdadera condición.


Piensa que es rica, cuando en realidad es pobre; piensa que ve, pero es ciega; piensa que esta vestida y
hermosamente adornada y esta desvestida.

“El mensaje a Laodicea se aplica a los adventistas que han tenido gran luz y no han andado en ella. Los que han
hecho gran profesión de fe, pero que no se han mantenido al mismo paso de su Guía, son los que serán vomitados de
su boca, a menos que se arrepientan”. 2 MS, 75.

Esta justicia propia o infatuación es grave porque pone a la persona fuera del alcance del poder redentor de Dios.
El reconocimiento de nuestra condición es requisito indispensable para que el plan restaurador divino pueda
verificarse en nuestro favor.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y el
conmigo”. Ap. 3:20.

Cristo esta frente a la puerta del corazón humano, llamando y esperando para entrar. A pesar de su deseo de entrar,
no lo hará; a menos que nosotros decidamos abrir la puerta e invitarlo a entrar.

Nuestra voluntad, el poder de elección, es lo que finalmente decidirá si Cristo tendrá éxito. Él no nos fuerza. No
nos salva contra nuestro deseo y elección.

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con
mi Padre en su trono”. Ap. 3:21.

La victoria que debe ganar el creyente es la misma que Jesús obtuvo, y debe ser ganada de la misma forma. Cristo
eligió hacer la voluntad de su Padre, con preferencia a la suya propia. Venció mediante el poder de su espíritu. El
creyente que comparta la victoria de Jesús también compartirá su recompensa.

LAODICEA 2
Laodicea 2.

Debemos sentirnos gozosos de que Cristo no sólo se limita a realizar un diagnostico de nuestra condición espiritual.
Sino que ofrece el remedio que si la persona necesitada lo acepta y lo pone en práctica, el efecto curativo es
totalmente seguro.

“Yo te aconsejo que de mi compres”. Ap. 3:18.


Cada uno de nosotros paga un precio a fin de obtener los maravillosos méritos de Cristo y su justicia: por el interés y
el esfuerzo, en decisiones tomadas y sustentadas; mediante una entrega continua.

Remedio:
“Oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas, para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de
tu desnudes; y unge tus ojos con colirio, para que veas”. Ap. 3:18.

La triple condición del laodiceo -pobre, desnudo y ciego- se cura con el triple y maravilloso remedio del cielo: a.
Oro. b. Vestiduras blancas. c. Colirio.

“Oro refinado en fuego”.


“El oro probado en el fuego, que se recomienda aquí, es la fe y el amor. Enriquece el corazón, porque se lo ha
refinado hasta su máxima pureza, y cuanto más se lo prueba, tanto más resplandece”. 1 JT, 479.

El amor es la primera evidencia de la conversión. La única forma de tener amor es apropiarse de su fuente: Cristo.
Cuando Cristo hace su entrada en el corazón y toma posesión de la vida (cf. Ef. 3:17; Ga. 2:29) -el amor llega a ser
la motivación suprema: “El amor de Cristo nos constriñe”. 2 Co. 5:14.

La fe, junto con el amor, establecen entre nosotros y Dios un vínculo tan indestructible que nada ni nadie lo puede
romper, excepto el pecado.

Hace posible para nosotros el perdón de Dios y su poder para vivir la vida victoriosa. Es un principio activo que se
manifiesta en la vida por una entrega voluntaria a Cristo y la obediencia a la voluntad de Dios.

“Vestiduras blancas”.
“La vestidura blanca es la pureza de carácter, la justicia de Cristo impartida al pecador. Es a la verdad una vestidura
de tejido celestial, que puede comprarse únicamente de Cristo, para una vida de obediencia voluntaria”. 1 JT, 479.

La adquisición de esta vestidura blanca que Cristo nos ofrece tiene dos condiciones indispensables:

1. El reconocimiento de la propia pecaminosidad, impotencia e indignidad.


“Arrepiéntete”, dice Cristo. Depón tu orgullo. Abandona tu infatuación espiritual. Quebranta tu corazón delante
del Señor al caer sobre la roca de tu salvación.

2. Apropiarse por la fe de la justicia de Cristo, que él quiere primero imputarnos, y luego impartirnos.
“¿Qué es la justificación por la fe? Es la obra de Dios que abate en el polvo la gloria del hombre, y hace por el
hombre lo que él no tiene la capacidad de hacer por sí mismo”. TM, 464.

a. La justicia de Cristo por la cual somos justificados (MJ, 32):


+ Es la obra de Jesús por nosotros.
+ Es recibir a Jesús por fe (Ef. 2:8, 9; Ro. 3:24; 5:1).
+ Es imputada: acreditada a nuestra cuenta y garantizada en forma gratuita, inmediata y continua.

+ Nos da el derecho al cielo -el único mérito que podemos reclamar. + Involucra
arrepentimiento, confesión y aceptación de Cristo como Salvador.
+ Implica una entrega completa a Dios.

b. La justicia de Cristo por la cual somos santificados (MJ, 32):


+ Es la obra del Espíritu Santo.
+ Es impartida a través de un proceso gradual de crecimiento.
+ Provee nuestra idoneidad o preparación para el cielo.

Nos santifica: nos imparte el carácter de Cristo.


Es también la justicia de Cristo -su carácter- no el nuestro. Todos los méritos pertenecen a él.

Los dos procesos se relacionan íntimamente y son inseparables. No podría existir el uno sin el otro. Lo que muchas
veces olvidamos es que el plan de Dios no es solamente el perdón del pecado, sino también un cambio en la vida, la
victoria y la obediencia a la voluntad de Dios.

Es nuestro privilegio estar constantemente en comunión con Dios por medio de nuestra fe en Jesús, dependiendo de
él cada minuto de nuestra vida, tanto para el perdón como para la victoria.

Su plan para nosotros es de perdón del pecado, victoria sobre el pecado y crecimiento en la gracia. La victoria es
también el carácter de Cristo en nosotros, no el nuestro; sus obras en nuestras vidas, no las nuestras; su justicia, no la
nuestra.

“Colirio”.
“El colirio es aquella sabiduría y gracia que nos habilitan para discernir entre lo malo y lo bueno, y para reconocer el
pecado bajo cualquier disfraz”. 1 JT, 479.

Solo mediante la sabiduría y la gracia concedidas por el Espíritu Santo en el corazón, seremos capacitados para
vernos como Dios nos ve. Solamente por medio del Espíritu Santo veremos claramente nuestros pecados en toda su
pecaminosidad.

Mientras más comprendamos nuestra desesperada necesidad, estaremos en mejores condiciones de ser limpiados y
transformados por el poder de Cristo, mediante su sangre y su Espíritu.

Consejo final:
“Sé, pues celoso, y arrepiéntete”. Ap. 3:19.

“El arrepentimiento comprende tristeza por el pecado y abandono del mismo. No renunciaremos al pecado a menos
que veamos su pecaminosidad; mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en la vida”. CC, 21 (cf.
pp. 22, 29, 30).

Arrepentimiento es la sentida respuesta a la obra del Espíritu Santo en la vida. No es solamente un llamado al
arrepentimiento y ofrecimiento del perdón, sino una invitación a poseer el carácter de Cristo, su justicia, su santidad.

Cada hijo de Adán tiene acceso al completo perdón y a la victoria total, porque puede valerse de la gracia de Cristo,
el único medio por el cual tendrá el privilegio de que el Espíritu Santo obre en su corazón.

Diferir, posponer nuestra respuesta, es siempre peligroso, porque de ese modo nuestros corazones y nuestros oídos
se vuelven insensibles a la dulce influencia del Espíritu que nos suplica.

No hay excusa, entonces, que justifique la falta de acción de nuestra parte; no hay excusa para la tibieza y el
desinterés en nuestro bienestar espiritual; no hay excusa por la carencia de una experiencia real y práctica con Dios
y con Cristo.

TIEMPO DE ANGUSTIA PREVIO

Tiempo de Angustia previo.

Es la época que termina con el fin del tiempo de gracia.


“Entonces habrá… en la tierra angustia de las gentes confundidas a causa del bramido del mar y de la olas;
desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán sobre la tierra”. Lc. 21:25,
26.

“Vi que Dios tenía hijos que no reconocen ni guardan el sábado. No han rechazado la luz referente a él. Y al
empezar el tiempo de angustia, fuimos henchidos del Espíritu Santo, cuando salimos a proclamar más plenamente el
sábado… Vi guerra, hambre, pestilencia y grandísima confusión en la tierra”. PE, 33, 34.
“El comienzo ‘del tiempo de angustia’ mencionado entonces [alude a la cita anterior] no se refiere al tiempo cuando
comenzarán a ser derramadas las plagas, sino a un corto período precisamente antes de que caigan, mientras Cristo
esta en el santuario”. PE, 85.

“En ese tiempo cuando se esté terminando la obra de salvación, vendrá aflicción sobre la tierra, y las naciones se
airarán, aunque serán mantenidas en jaque para que no impidan la realización de la obra del tercer ángel”. PE, 85.

Dios está reteniendo todavía los vientos (Ap. 7:1-4).


Pero ahora se están soltando. Es el tiempo del fin.

Elena de White afirma que:

“La corrupción que va generalizando más y más, debe achacarse en gran parte a la violación del así llamado ‘día del
Señor’ (domingo), y que si se hiciese obligatoria la observancia de ese día, mejoraría en gran manera la moralidad
social”. CS, 644.

Satanás está muy ocupado en ejercer influencia sobre la opinión pública.


“Satanás propone su interpretación sobre los eventos y ellos piensan, como el quiere que lo hagan, que las
calamidades que llenan la tierra son el resultado de la violación del domingo.

Pensando apaciguar la ira de Dios, estos hombres influyentes promulgan leyes imponiendo la observancia del
domingo”. EUD, 132, 133.

“La corrupción política está destruyendo el amor por la justicia y el respeto a la verdad; y hasta en los Estados
Unidos de la libre América, se verá a los representantes del pueblo

y a los legisladores tratar de asegurarse el favor del público doblegándose a las exigencias populares por una ley que
imponga la observancia del domingo”. CS, 650.

“Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el
Estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas,

entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles
contra los disidentes vendrá por sí sola”. CS, 498.

“Cuando… nuestro país repudie todo principio de su constitución como gobierno protestante y republicano, y haga
provisión para la propagación de las mentiras y seducciones papales, entonces sabremos que ha llegado el tiempo en
que se verá la asombrosa obra de Satanás, y que el fin está cerca”. 2 JT, 151.

“La cuestión del sábado será el asunto en el gran conflicto final acerca del cual todo el mundo tomará parte”. 6 T,
352.
“Se definirá el conflicto sobre la cuestión del sábado, y esto conmoverá al mundo”. Ev, 175, 176.

“Los que honran el sábado de la Biblia serán denunciados como enemigos de la ley y del orden, como
quebrantadores de las restricciones morales de la sociedad, y por lo tanto causantes de la anarquía y corrupción que
atraen sobre la tierra los altos juicios de Dios”. CS, 666.

“A causa de nuestra adhesión a la verdad de la Biblia, seremos tratados como traidores”. 6 T, 394.
“Los que han de ser fieles a Dios serán perseguidos, sus motivos condenados, sus mejores esfuerzos
desfigurados y sus nombres denigrados”. HAp, 355.

“Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la cárcel, otros serán
desterrados y otros aún tratados como esclavos. Ante la razón humana todo esto ahora parece imposible; pero a
medida que el Espíritu refrenador de Dios se retire de los

hombres y éstos sean dominados por Satanás, que aborrece los principios divinos, se verán cosas muy extrañas.
Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado del temor y del amor de Dios”. CS, 666.

Enfocar sólo las leyes dominicales sería ver únicamente la obra de Satanás. Pero más importante que eso es notar
que Cristo también esta obrando.
En el preciso momento en cuando Satanás logra hacer promulgar las leyes dominicales, Cristo envía la lluvia tardía,
su presencia poderosa, en medio de su pueblo.

El mundo podrá olvidarse de nosotros; pero Cristo no. “No te desampararé, ni te dejaré” (He. 13:5) es su palabra de
lealtad a quienes permanecen fieles a él.

Los acontecimientos registrados en el libro de Hechos se repetirá alrededor del mundo en el tiempo de angustia
previo. La mayor parte del libro sigue a la experiencia del Pentecostés, así como el tiempo de angustia previo sigue
al Pentecostés venidero.

El tiempo de angustia previo es el intento final de Satanás por conquistar el control del planeta.

En el aposento alto, orando por el Espíritu, los ambiciosos discípulos se convirtieron en humildes seguidores de
Cristo.

“Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para encontrarse con los hombres, y en su trato diario
hablar palabras que pudieran guiar a los pecadores a Cristo. Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de
supremacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano”. HAp, 30.

Esto ocurrirá otra vez:


“Los hijos de Dios se juntarán para presentar al enemigo un frente unido. En vista del peligro común,
cesará la lucha por la supremacía, no habrá disputas acerca de quién será considerado el más grande”. 6 T, 401.

Es tiempo de juntar fuerzas, trabajar unidos y buscar fervientemente la transformación de nuestro corazón y dejarlo
que se suavice por la influencia del Espíritu Santo. Necesitamos la plenitud del Espíritu Santo y estar listos para la
recepción de la lluvia tardía.

En el tiempo del fin, el pueblo de Dios tendrá animo y valor, porque Jesús estará con ellos (Mt. 28:29).
Presentarán a Cristo en relación con el sábado. Invitarán decididamente a seguir a Jesús (Ap. 18:4) como su
Salvador personal y como “el Señor del sábado” (Mr. 2:28).

Durante el mensaje final:


“vendrán siervos de Dios… y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles
de voces predicarán el mensaje por toda la tierra.

Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes… El mensaje no se será
llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios”.
CS, 670.

Nuestra necesidad más grande.


No es lo esencial lo que hemos hecho, sino lo que somos es lo que cuenta.
No es la posición o el conocimiento que tenemos, sino a quien conocemos (Jn. 17:3).

Todos necesitamos orar fervientemente para recibir el Espíritu de Cristo en el poder de la lluvia tardía para que
inunde nuestra vida y estemos libres para ser usados en el tiempo del fin.

“El último mensaje de misericordia, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de
su carácter de amor. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la
gracia de Dios ha hecho por ellos”. PVGM, 342.

Recibimos el don con el Dador. Necesitamos orar por la carga que debemos sentir por los que necesitan oír el
mensaje.

Entonces la compasión por ellos vencerá el temor por los acontecimientos finales. Además, “la lluvia tardía es la
que los revive y fortalece para que puedan pasar por el tiempo de angustia”. EW, 7 CB, 995 [R&H, 27-5-1862].

No temas los acontecimientos finales. Sé lleno de la lluvia tardía. El Espíritu de Dios te dará arrojo más allá de la
imaginación. Arriésgate por Cristo.
Si concentras tu atención en Satanás y su gobierno sobre el planeta con la promulgación de las leyes dominicales,
estás mirando en la dirección equivocada y el resultado será el miedo a lo que sobrevendrá.

Pero si concentras tu vista en el descenso de la lluvia tardía y la liberación en ocasión de la venida de nuestro Señor
Jesucristo, serás rescatado de todos tus temores.

Los que reciben las bendiciones de la lluvia tardía serán aborrecidos casi por todos. Pero estarán del lado de los
victoriosos, y tendrán un anticipo del futuro en el presente mediante la presencia poderosa del Espíritu Santo.

EL SELLAMIENTO

El Sellamiento.

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de
la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”. Ap. 7:1.

Vientos: Jer. 25:31-34; 51:1, 2, 11. Simboliza guerra o lucha y conmoción.

“Juan ve los elementos de la naturaleza -terremotos, tempestades y lucha política- representados como siendo
retenidos por cuatro ángeles. Estos vientos están bajo control hasta que Dios ordena soltarlos. Ahí esta la seguridad
de la iglesia de Dios.

“¡Oh, cuán pocos conocen el tiempo de su visitación! ¡Cuán pocos aun entre los que aseveran creer la verdad
presente, comprenden las señales de los tiempos, o lo que hemos de experimentar antes del fin!

Somos el objeto de la tolerancia de Dios; ¿pero cuánto tiempo continuarán los ángeles de Dios reteniendo los
vientos para que no soplen?”. 3 JT, 59.

“Todo el mundo esta en un estado de conmoción… Pero aunque las naciones están alistando sus fuerzas para la
guerra y el derramamiento de sangre, todavía está en vigor la orden dada a los ángeles de retener los cuatro vientos
hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes”. EW, 7 CB, 968.

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo, y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar”. Ap. 7:2.

“diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los
siervos de nuestro Dios”. Ap. 7:3.

¿Qué es el sello de Dios? Se denomina “sello” a dos cosas:


1. El instrumento que se usa para estampar una marca.
2. La marca propiamente dicha.

El instrumento para sellar es: La ley de Dios, en su sentido amplio. El sábado, en su sentido más específico.

El sábado o 4to mandamiento es el que lleva la inscripción del nombre y el título de la autoridad que representa.

Nombre: Jehová Dios


Título: Creador
Dominio: Cielos y tierra
Ex. 20:8-11.

“El cuarto mandamiento es; entre todos los diez, el único que contiene tanto el nombre como el título del Legislador.
Es el único que establece por autoridad de quién se dio la ley. Así, contiene el sello de Dios, puesto en su ley como
prueba de su autenticidad y de su vigencia”. PP, 315.

2. La marca propiamente dicha.


Es el resultado de aplicar el instrumento sobre un documento. Es un carácter semejante al de Cristo, la
perfección divina reflejada en la vida del hijo de Dios.

El Sellamiento.
Es el “establecimiento” definitivo de un ser humano en la verdad, la fijación permanente de los principios
de la ley en su vida.

“Tan pronto como el pueblo de Dios sea sellado en su frente -no se trata de un sello o marca que se pueda ver, sino
un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados son inconmovibles-
…”. EW, MS, 173 (4 CB, 1183).

“¿Qué es este sello del Dios vivo, que se coloca en la frente de sus hijos? Es una señal que los ángeles pueden leer
pero no los ojos humanos; pues el ángel destructor sigue a este ángel”. EW, Carta 126, 1898 (4 CB, 1183).

“La señal o sello de Dios se revela en la observancia del séptimo día, monumento recordativo de la creación por el
Señor. Ex. 31:12, 13. En este pasaje el sábado se designa claramente como señal entre Dios y su pueblo”. 3 JT,
232.

Tiempo y duración.
“El tiempo del sellamiento es muy corto, y pronto terminará”. PE, 58.
Este proceso comienza para cada cristiano el día de su conversión y finaliza cuando termina para él el
tiempo de gracia, bien sea en ocasión de su muerte o al fin del juicio investigador.

Condiciones.
1. Será puesta sobre los que guardan los mandamientos de Dios, reverencian su ley y rechazan la marca de la bestia
y su imagen (2 JT, 151).
2. Deben de hallarse sin macha delante de Dios (2 JT, 71).

3. Deben reflejar plenamente la imagen de Jesús (PE, 71).


4. Serán sellados aquellos que están ahora afligiendo sus almas, confesando sus pecados y suplicando
fervientemente el perdón por Jesús su Abogado (2 JT, 175).

5. Para recibir el sello del Dios vivo, tendrán que saber lo que es sufrir por amor de Cristo, tendrán que soportar
pruebas duras y amargas, a fin de ser purificados y preparados mediante el sufrimiento (PE, 67).
6. Tienen que vencer al mundo, la carne y el diablo (TM, 452).

Objetivos del sellamiento.


1. Fija en la vida los principios de la ley de Dios.
2. Hace que los sellados sean fieles en la observancia del sábado en medio de la apostasía y la más fiera
persecución.

3. Los prepara para pasar incólumes por el tiempo de angustia -mientras se hallen sin Mediador- manteniéndose a
cubierto del pecado.
4. Los preserva de la destrucción final.

LA LLUVIA TARDÍA

La Lluvia Tardía.

Funciones del Espíritu Santo.


1. Convencer de pecado, de justicia y de juicio, produciendo arrepentimiento en el corazón (Jn. 16:8).
2. Dirigir la mente en el estudio de la palabra de Dios, guiándola a toda verdad (Jn. 14:26; 16:13).

3. Recordar las verdades o los pasajes bíblicos ya estudiados en momentos de necesidad o emergencia (Jn. 14:26;
Mr. 13:11).
Interceder por nosotros ante el padre cuando oramos, interpretando y perfeccionando nuestras súplicas (Ro. 8:26).

5. Darnos el testimonio o la seguridad interna de que somos hijos de Dios (Ro. 8:16).
6. Habilitar a los hijos de Dios a proclamar con éxito y con poder el Evangelio (Hch. 1:8).

Descripción:
“Vosotros también, hijos e Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su
tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”. Jl. 2:23.
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros
como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra”. Ose. 6:3.

“Bajo la figura de la lluvia temprana y tardía… los profetas hebreos predijeron el derramamiento de la gracia
espiritual en una medida extraordinaria sobre la iglesia de Dios.

“Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os a dará lluvia abundante, y hierba verde en
el campo a cada uno”. Zac. 19:1.

“El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y glorioso fueron
los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu ha de morar con la iglesia fiel”. HA, 45.

Promesa:
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”. Lc. 11:13.

“La Lluvia temprana”.


Acostumbraba caer en el otoño en octubre y noviembre, era apropiada para producir la germinación.
Porque caía en el tiempo de la siembra.

Representa el derramamiento del Espíritu Santo en el día del Pentecostés y durante el resto de la era apostólica.

“La Lluvia tardía”


Se producía en la primavera, en marzo y abril, haciendo que el grano madurara y estuviera listo para la
cosecha.

Se refiere a la poderosa manifestación del derramamiento del Espíritu Santo que ha de ocurrir en los últimos días de
la historia de la iglesia que verá la terminación de la obra de Dios en la tierra.

“El Señor emplea estos fenómenos naturales para ilustrar la obra del Espíritu Santo. Así como el rocío y la lluvia
caen al principio para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo para que
lleve a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento espiritual”. TM, 506.

La Lluvia temprana.
La actuación de la lluvia temprana en la conversión de una persona. Este es el ministerio del Espíritu Santo
en la vida de una persona para llevarla al nuevo nacimiento o conversión.

1. El Espíritu Santo trabaja desde que el sembrador, el predicador (Mr. 1:14), lleva la semilla, la palabra de Dios (Lc.
8:11) al corazón humano.

Así el Espíritu Santo humedece la tierra del corazón, preparándola para el arado y la siembra de su Palabra. Ej.
Felipe y el Etiope, Hch. 8:29-31.

2. Es el Espíritu Santo que crea el deseo o interés por conocer a Dios. Fil. 2:13.
El Espíritu Santo prepara así el corazón para poner la semilla de su Palabra y hacerla germinar.

3. El Espíritu Santo hace crecer a esta planta de la fe hasta que nace el primer fruto. Este es el milagro del
nuevo nacimiento. Jn. 3:6, 7.

La Lluvia Temprana.
Es el poder transformador del Espíritu Santo, que conduce al pecador a Cristo y colma diariamente el
corazón del creyente, dándole la victoria sobre el pecado y cubriéndole con la justicia de Cristo.

La Lluvia tardía.
Cómo símbolo de la bendición mayor, el Espíritu Santo actuando en toda su plenitud sobre la iglesia.

1. En la iglesia, como cuerpo representa el proceso de maduración del grano. Mr. 4:28, 29.

“Así la lluvia tardía será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha”. CS, 669.
“La maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia en el alma”. TM, 506.
2. La cosecha Mr. 4:2; o la siega Mt. 13:39-43. Representa la Segunda Venida de Cristo y la recompensa que dará a
sus escogidos (el fruto maduro) Ap. 22:12; Mt. 24:30, 31.

“La lluvia tardía que madura la cosecha representa la gracia espiritual que prepara a la iglesia para la venida del Hijo
del hombre…”. TM, 506.

“Debe haber un desarrollo constante de la virtud cristiana, un progreso permanente en la experiencia cristiana.
Deberíamos procurar esto ardientemente, para que adornemos la doctrina de Cristo, nuestro Salvador”. TM, 506.

La Lluvia Tardía.
Es el poder del espíritu Santo actuando en el creyente y en la iglesia para testificar.
Prepara al fiel remanente de Dios para dar con gran poder el fuerte pregón del mensaje del tercer ángel, para
terminar la obra.

Propósito.
1. Reaviva y fortalece a los hijos de Dios para pasar por el tiempo de angustia (RH, 5-27-1862 [7CB, 984]).
2. Para preparar a los santos (PE, 86)
3. Para dar poder para la predicación del evangelio (CS, 669).

Importancia.
“El descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es el
privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en él. Debemos tenerlo y el cielo está
esperando concederlo”. EW, RH, marzo 19 de 1895, (E, 392).

¿Cómo no recibir la Lluvia Tardía?


1. Esperar simplemente que el Señor derrame la lluvia tardía.
2. No es una espera pasiva.

3. No es un fin en sí misma.
4. Si no esta dedicado a la finalización de la obra de Dios, no poniendo todo lo que tiene sobre el altar.
5. Sino hacemos esfuerzos de nuestra parte.

6. Dejar de recibir la lluvia temprana.


7. Cuando hay disensiones y pecado.

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de
sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. 2 Cr. 7:14.

Condiciones.
1. Conocer la voluntad de Dios, para que podamos entender lo que significa no vivir según la carne, sino según el
Espíritu. Ro. 8:1.

2. Sentir la necesidad del Espíritu y orar por él. Lc. 11:13.


“Mientras oréis, creed, confiad en Dios. Es el tiempo de la lluvia tardía, cuando el Señor dará liberalmente de su
Espíritu”. TM, 521.

“Puesto que éste es el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener más hambre y sed del don del
Espíritu? ¿Por qué no hablamos de él, oramos por él y predicamos respecto a él?”. HA, 41.

3. Experimentar primero la lluvia temprana. 1 Co. 6:19, 20.


Esto implica la confesión completa y el perdón de pecado, la limpieza de toda contaminación, la oración
ferviente y la consagración de sí mismo a Dios.

“Podemos estar seguros de que cuando el Espíritu Santo sea derramado, los que no reciban y aprecien la lluvia
temprana no verán ni entenderán el valor de la lluvia tardía”. TM, 405.

4. Estar dispuesto a ser usado y guiado por el Espíritu. Fil. 2:13.


“No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su
pueblo ‘así el querer como el hacer, por su buena voluntad’ (Fil. 2:13). […] Sólo aquellos que esperan humildemente
en Dios, que velen para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu”. DTG, 626.

5. Eliminar las disensiones y estar unánimes. Hch. 2:1.


“Pongan a un lado los cristianos sus disensiones y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la
bendición, y la recibirán”. DTG, 767.

6. Despojarse del yo. Stg. 5:16.


“El anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo en abundante medida, y nos ordena que limpiemos el camino
por el renunciamiento”. 2 JT, 382.

“No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre sobre su corazón, y
vive una vida enteramente consagrada a Dios”. SC, 315.

“No estamos seguros un solo momento a menos que seamos guiados y controlados por el Espíritu Santo”. OHC,
187.

“No hay en nuestra naturaleza, impulso alguno, ni facultad mental, o tendencia del corazón, que no necesite estar en
todo momento bajo el dominio del Espíritu de Dios”. PP, 446.

“Debemos orar tan fervientemente por el descenso del Espíritu Santo, como los discípulos oraron en el día del
Pentecostés”. 5 T, 158.

Nuestra oración.
“Señor, toma mi corazón; porque yo no puedo dártelo. Es tuyo, mantenlo puro, porque yo no puedo mantenerlo por
ti. Sálvame a pesar de mi yo, mi yo débil y desemejante a Cristo. Modélame, fórmame, elévame a una atmósfera
pura y santa, donde la rica corriente de tu amor pueda fluir por mi alma”. PVGM, 145.

EL FUERTE PREGÓN

El Fuerte Pregón.

Simultáneamente con el reavivamiento y la reforma interna, el sellamiento y el zarandeo, y recibiendo el impulso


poderoso de la lluvia tardía, el pueblo de Dios realizará su obra de evangelización con poder y fervor especiales.

El gran clamor es la última advertencia y la apelación final de Dios a un mundo aferrado al pecado.

Un Mensaje.
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz…”. Ap. 14:6, 7.

“El Señor ejecutará su obra en la tierra, acabándola y acortándola”. Ro. 9:28.


“Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin”. Mt. 24:14.

“Dios se encarga de la obra y nadie puede impedir que ésta alcance el éxito final”. PR, 476.

El ángel juró que “en los días de la voz del séptimo ángel [nuestro tiempo], cuando él comience a tocar la trompeta,
el misterio de Dios [el plan de la salvación] se consumará”. Ap. 10:7.

Cuando Dios promete algo, tiene poder y disposición de cumplir su promesa. La obra es de Dios, no nuestra.
Debemos confiar en la Palabra de Dios, sabiendo que ninguna de sus promesas ha fallado ni fallará.

“El mensaje de los tres ángeles no ha perdido fuerza, porque Juan vio que su poder aumentaría y se fortalecería
hasta que toda la tierra fuera iluminada con su gloria.
“La marcha del pueblo que guarda los mandamientos de Dios es progresiva, siempre hacia delante. El mensaje de
verdad que sostenemos debe ir a todas las naciones, lenguas y pueblos. Pronto se convertirá en el fuerte clamor y la
tierra será iluminada con su gloria”. 5 T, 383.

Para el preciso momento cuando “tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”, la orden de Dios es:
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. Is. 60:1, 2.

Para este tiempo especial, Dios manda a su pueblo que predique un mensaje más claro y directo.

“Acá se muestra la naturaleza de la obra del pueblo de Dios. Los hijos de Dios tienen un mensaje de una
importancia tal que se los describe como volando al presentarlo al mundo. Poseen el pan de vida para un
mundo que perece de hambre. El amor de Cristo los constriñe.

“Este es el último mensaje. No hay más mensajes que han de seguir, no habrá más invitaciones de misericordia que
hayan de ser dadas después que este mensaje haya hecho su obra”. 5 T, 206, 207.

Dios podría dispensar a los seres humanos de proclamar la verdad. Podría usar ángeles, pero ha reservado esta tarea
a los hombres y mujeres salvados por su gracia.

“Tan pronto como viene uno a Cristo, nace en el corazón un vivo deseo de hacer conocer a otros cuán precioso
amigo ha encontrado en Jesús: la verdad salvadora y santificadora no puede permanecer encerrada en el corazón”.
CC, 77, 78.

Condiciones para terminar la Obra.


1. Consagración.
2. Testificación.

1. Consagración o santificación.
“Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros”. Jos. 3:5.
Primero viene la consagración, luego los milagros.

Antes de que podamos terminar la obra en el mundo con el poder de Dios, él tiene que terminarla en nuestros
corazones.

La obra nunca podrá ser hecha con las fuerzas humanas. Supera nuestra capacidad. Debe ser motivo de un milagro
del poder divino, como fruto del derramamiento del Espíritu Santo en abundancia sobre nosotros.

“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Zac. 4:6.

2. Testificación.
“Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura”. Mr. 16:15.
“Id también vosotros a mi viña”. Mt. 20:4.

En su sabiduría, Dios estableció que la actividad misionera es una parte indispensable en la experiencia del cristiano.
Como hijos de Dios en crecimiento, necesitamos no solamente alimentarnos (del estudio de la Palabra) y respirar el
oxigeno espiritual (la oración), sino también el ejercicio (trabajar por Cristo).

“El esfuerzo por hacer bien a otros se tornará en bendiciones para nosotros mismos… El trabajo desinteresado por
otros da al carácter profundidad, firmeza y amabilidad parecidas a las de Cristo; trae paz y felicidad al que lo
realiza…

El único modo de crecer en la gracia es haciendo desinteresadamente la obra que Cristo ha puesto en nuestras
almas”. CC, 78-80.

“La obra de Dios en esta tierra no podrá terminarse antes que los hombres y mujeres abarcados por el total de
miembros de nuestra iglesia se unan a la obra, y aúnen sus esfuerzos con los de los pastores y dirigentes de las
iglesias”. OE, 365.

“Y después de esto vi a otro ángel descender del cielo teniendo gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria”.
Ap. 18:1.
“Entonces el mensaje del tercer ángel se agigantará hasta convertirse en el fuerte pregón, y la tierra entera será
alumbrada por la gloria del Señor”. 6 T, 401.

“En el capítulo 18 de Apocalipsis se exhorta al pueblo de Dios a que salga de Babilonia. Según este
pasaje de la Escritura, muchos del pueblo de Dios deben estar aún en Babilonia.

“¿Y en qué comunidades religiosas se encuentran actualmente la mayoría de los discípulos de Cristo? Sin duda
alguna, en las varias iglesias que profesan la fe protestante”. CS, 433.

“A pesar de las tinieblas espirituales y del alejamiento de Dios que se observan en las iglesias que constituyen
Babilonia, la mayoría de los verdaderos discípulos de Cristo se encuentran aún en el seno de ellas”. CS, 441.

“El fuerte pregón del tercer ángel ya ha comenzado en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona
los pecados. Este es el comienzo de la luz del ángel cuya gloria llenará toda la tierra”. 1 MS, 425.

Resultados.
1. Este mensaje levantará persecución.
“Todos los que quieren vivir piamente en Cristo Jesús, padecerán persecución”. 2 Ti. 3:12.

“Se les amenazará con multas y encarcelamiento a algunos se les ofrecerán puestos de influencia y otras ventajas
para inducirlos a que renuncien a su fe”. CS, 665.
“Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la cárcel, otros
serán desterrados y otros aun tratados como esclavos”. CS, 666.

2. “…hasta entre [los gobernantes]… Dios tiene sus agentes. Y algunos… se convertirán aun a la verdad”. 1 JT,
75.

3. “Una gran proporción de aquellos que pasan por genuinos prestarán oídos a espíritus engañadores y…
traicionarán sagradas verdades. Demostrarán que son nuestros peores perseguidores”. EW, 6 CB, 1065 [R&H, 8-6-
1897].

4. “Hay hombres que recibirán la verdad, y éstos ocuparán los lugares que dejaron vacantes los que se ofendieron y
abandonaron la verdad”. 3 MS, 482.

5. “Los embajadores de Cristo no tienen que preocuparse de las consecuencias. Deben cumplir con su deber y dejar
a Dios los resultados”. CS, 667.

6. “Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y
prodigios seguirán a los creyentes”. CS, 669.

7. “… muchos cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o de
obedecerla. […] los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los tenían sujetos.

“Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad les será más preciosa
que cualquier otra cosa. A pesar de los poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en
las filas del Señor”. CS, 670.

“¿Nos estamos preparando para este gran derramamiento del Espíritu de Dios?”. 5 T, 383.

“La obra avanzara seguramente, con nosotros o sin nosotros. Triunfará victoriosamente, pero la pregunta
es: ¿Triunfaremos nosotros con ella?”. 5 T, 571.

Citas extras.

“Durante el fuerte clamor, ayudada por la intervención providencial de su exaltado Señor, la iglesia difundirá el
conocimiento de la salvación de una forma tan extensa que la luz será transmitida a cada ciudad y a cada pueblo.

“La tierra será inundada con el conocimiento de la salvación. El Espíritu de Dios, en su acción renovadora,
coronará con un éxito tan rotundo la intensa actividad de sus agentes, que el resplandor de la luz de la verdad
presente será visto en todas partes. (EW, R&H, 29-4-1884).
“En todos los campos, cercanos y lejanos, habrá hombres que serán llamados a dejar el arado y los negocios que
ocupan de costumbre el pensamiento, para prepararse junto a hombres de experiencia.

A medida que aprendan a trabajar con éxito, anunciarán la verdad con poder… La obra progresará más y más hasta
que la tierra entera sea amonestada; y entonces vendrá el final”. (3 JT, 332), MSV, 216.

FIN DEL TIEMPO DE GRACIA

Fin del Tiempo de Gracia.

Cuando consideramos los acontecimientos finales sobre el planeta Tierra, debemos centrar nuestra atención en quién
está viniendo, no simplemente en qué esta ocurriendo. Los sucesos finales están centrados en Cristo antes que en la
crisis.

Cuando nos estemos aproximando al fin del tiempo de gracia, nuestra atención diaria debe estar dirigida a Jesús. Él
es la roca que nos sostiene en cada situación de crisis.

“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
Lc. 21:28.

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han
alcanzado los fines de los siglos”. 1 Co. 10:21.

“Podemos tener lo que tuvo Enoc. Podemos tener a Cristo como nuestro constante compañero. […] Y los que sean
trasladados al fin del tiempo, serán los que tengan comunión con Dios en la tierra”. 1 CB, 1101.

El éxodo de los israelitas de Egipto, conducido por Moisés es un símbolo (o tipo) de nuestro éxodo final de este
mundo a la Canaán celestial.

“[Moisés] Miraba a Dios […] Veía a Jesús como su Salvador, y creía que los méritos del Salvador le serían
imputados… Esa es la clase de fe que necesitamos: la fe que soportará la prueba.

“¡Oh, cuantas veces cedemos a la tentación porque no mantenemos nuestros ojos puestos en Jesús!”. 2 JT, 268 (cf.
Sal 16:8; 25:15; Hch. 2:25).

En el NT, los acontecimientos finales de la historia de esta tierra son presentados en tres dimensiones: pasado,
presente y futuro. Los términos día final o días finales o postreros se refieren al pasado, al presente y al futuro.

Cristo inicio la era de los últimos días con su primer advenimiento (He. 1:2; 1 Jn. 2:18). Estos últimos o postreros
días son presentes y están próximos a culminar en el “día postrero” (Jn. 6:39, 40).

El Espíritu Santo fue impartido en el Pentecostés (Hch. 2). Pero las señales en el sol, la luna y las estrellas no
ocurrieron entonces, sino hace dos siglos (Mt. 24:29).

Los acontecimientos del Pentecostés y del fin del tiempo, separados por cerca de dos milenios, son presentados
como pertenecientes a los “postreros días” (Jl. 3:15; Ap. 6:12, 13). Por lo tanto la expresión “los postreros días” es
sinónima de la Era Cristiana o del tiempo del nuevo pacto (Jer. 31:31; He. 8:8; 12:24).

Jesús dijo: “Consumado es”, Jn 19:30. El grito victorioso de Cristo: “Consumado es”, aseguro eternamente la
destrucción final de Satanás. El Calvario significa que Satanás, el pecado y los pecadores están finiquitados.
El tiempo se prolonga lo suficiente como para que el universo expectante pueda comprender los asuntos
involucrados en la gran controversia, y también para que otros en la tierra todavía puedan tener la oportunidad de
acudir a Cristo (2 P. 3:9).

Los acontecimientos en el mundo, especialmente los finales, ya desenmascaran la furia del enemigo derrotado, ¡sabe
que esta perdido! Los estragos del maligno dañan pero no cambian el resultado final.
Cuando vemos los acontecimientos finales, debemos actuar a la luz del acontecimiento final: el Calvario.

Hay un doble movimiento de concentración de fuerzas de alcance mundial en progreso. Satanás esta reuniendo sus
huestes”. HAd, 164. El busca convertirse en el líder del mundo (Ap. 16:12-16).

“Sus agentes continúan pretendiendo curar la enfermedad…”. 2 JT, 52.

“Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de
producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos”. 3 JT, 280.

“En la hora undécima habrá miles que encontrarán y reconocerán la verdad… Estas conversiones a la verdad se
realizarán con una rapidez que sorprenderá a la iglesia, y únicamente el nombre de Dios será glorificado”. 2 MS, 16.

“El fin del tiempo de gracia vendrá repentina e inesperadamente, cuando menos se lo espere; pero podemos hoy
tener un registro limpio en el cielo, y saber que Dios nos acepta”. EUD, 234.

EL TIEMPO DE ANGUSTIA DE JACOB

El Tiempo de Angustia.

La inspiración abre ante nosotros un episodio oscuro en la larga controversia entre el bien y el mal: el tiempo de
angustia. “En aquel tiempo”, es decir en el tiempo del fin de la historia humana, ocurrirán las últimas escenas de
Daniel 11.

Entonces “Miguel, el gran príncipe [Jesucristo; (Jud. 9; 1 Ts. 4:6; Jn. 5:25; Ap. 12:17)] que esta de parte de los hijos
de tu pueblo” deja sus tareas como intercesor a favor de los hijos de Dios. Se levanta para liberar a su pueblo
porque “será tiempo de angustia”.

Aunque ese tiempo de angustia será el más severo que haya ocurrido alguna vez en la historia humana, la promesa
dice: “Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escrito en el libro”.

¿Cuándo comienza y termina?


Aunque no sabemos exactamente cuál ha de ser la duración del tiempo de angustia, inferimos que será corto.

Se extiende entre el momento en que se pronuncia en el cielo el decreto de Ap. 22:11 -es el momento en que se
termina la gracia (la oportunidad de salvarse)- y el día de la segunda venida de Cristo.

El tiempo de angustia, durante el cual no habrá Mediador ni perdón de pecado, y que está ya a punto de empezar,
requiere una seria preparación de la vida y el corazón.

“He aquí yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean
su vergüenza”. Ap. 16:15. Este pasaje se aplica particularmente a la forma sorpresiva en que finalizará el juicio
investigador y concluirá el tiempo de gracia.

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo
de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen escritos en el libro”. Dn. 12:1.

Cuando ese instante llegue, la suerte de cada persona quedará definitivamente fijada, sin posibilidad de cambio
alguno, pues se proclama el siguiente decreto:

“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la
justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”. Ap. 22:11.

Jesús, nuestro Sumo Pontífice que hoy todavía intercede por nosotros en el santuario celestial, finalizará su obra
mediadora y sacerdotal.

“Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojo a la tierra; y hubo truenos, y voces, y
relámpagos, y un terremoto”. Ap. 8:5.
“Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el arca de los Diez Mandamientos, dejo caer el incensario,
y alzando las manos exclamó en alta voz: ‘Consumado es’”. PE, 279.

Dramática experiencia de Jacob.


“Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no
podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

“Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el


varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y el respondió: Jacob.

“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y
has vencido. Entonces Jacob le pregunto, y dijo: declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me
preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí”. Gn. 32:24-29.

1. Angustia física: persecución.


Jacob experimentó angustia por la situación material que lo confrontaba: su hermano venía a su encuentro
con 400 hombres armados, aparentemente con intenciones de venganza.

2. Angustia mental.
Jacob, sintió una intensa angustia mental en su lucha con Dios en oración, porque no estaba seguro de que
sus pecados hubieren sido perdonados.

Tiempo de angustia de Jacob.


“Estas [las plagas] enfurecieron a los malvados contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos
atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra las plagas se detendrían.

“Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento. Este fue el
tiempo de la angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron en angustia de ánimo y fueron librados por la
voz de Dios”. PE, 36, 37.

1. El “tiempo de angustia de Jacob” abarca el período que va desde la promulgación del decreto de muerte hasta la
liberación.

2. El período comienza después de que las plagas comenzaron a caer.

“¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella
será librado”. Jer. 30:7.

“La experiencia de Jacob durante aquella noche de lucha y angustia representa la prueba que habrá que soportar el
pueblo de Dios inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo”. PP, 199.

También los santos sentirán angustia por la persecución material y el decreto de muerte.

“Cuando el decreto promulgado por los diversos príncipes y dignatarios de la cristiandad contra los que observan los
mandamientos, suspenda la protección del gobierno y los abandone a los que tratan de aniquilarlos, el pueblo de
Dios huirá de las ciudades y de los pueblos y se unirá en grupos para vivir en los lugares más desiertos y solitarios.

“Muchos encontrarán refugio en puntos de difícil acceso en las montañas. […] Pero muchos de todas las naciones y
de todas clases… serán sometidos a la más injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarán días penosos,
encadenados, encarcelados, sentenciados a muerte, algunos abandonados para morir de hambre y sed en sombríos
calabozos”. CS, 684.
Los santos pasarán por una experiencia similar de angustia. Pero así como Jacob terminó con la bendición y la paz
de Dios conferidas al patriarca, el Señor colmará a sus hijos de paz, seguridad y esperanza en la noche de su prueba
mayor.

“Aun cuando los hijos de Dios se ven rodeados de enemigos que tratan de destruirlos, la angustia que sufren no
procede del temor de ser perseguidos a causa de la verdad; lo que temen es no haberse arrepentido de cada pecado y
que debido a alguna falta por ellos cometida no puedan ver realizada en ellos la promesa del Salvador…
“Su fe no decae si sus oraciones no reciben inmediata contestación. Aunque sufren la ansiedad, el terror y la
angustia más desesperante, no dejan de orar. Echan mano del poder de Dios como Jacob se aferró al ángel; y de sus
almas exhala el grito: ‘No te soltaré hasta que me hayas bendecido’”. CS, 677.

Propósito.
“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién, podrá estar en pie cuando él se manifieste?
Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores”.

“Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Levi, los afinará como a oro y como a
plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia”. Zac. 3:2, 3.

“Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo
y su oído escucha su súplica. Su aflicción es grande, las llamas del horno parecen estar a punto de consumirlos;
pero el Refinador los sacará como oro purificado por el fuego.

“El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los
días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno de fuego; debe consumirse su mundanalidad, para
que la imagen de Cristo se refleje perfectamente”. CS, 679.

“Muchos pasarán al descanso antes que vengan las terribles pruebas del tiempo de angustia sobre el mundo. Esta es
otra razón por la cual debemos decir al terminar nuestra fervorosa plegaría: ‘Pero no se haga mi voluntad, sino la
tuya’ (Lc. 22:42)”. CH, 375.

LA PERSECUCIÓN

La persecución.

2. Dios tiene un propósito maravilloso al permitirnos atravesar por dificultades. De todos los dones que el Cielo
pueda conceder a los hombres, la comunión con Cristo en sus padecimientos es el mayor cometido y el más alto
honor.

Una vida consagrada irrita a los poderes de las tinieblas y encoleriza a Satanás. Pero por otra parte la persecución ha
sido muchas veces el medio para despertar el interés en la verdad y atraer hacia Dios a las personas sinceras.

“Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”. 2 Ti. 3:12.

No estamos luchando solos. Esta es la razón por la cual Jesús pronuncia una bendición sobre sus hijos perseguidos,
especialmente los que sufren persecución a causa de la justicia.

“Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de
calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo”. Mt. 5:10-12.

Dios ha prometido protección especial a través de toda la tormenta, y si bien antes que finalice el tiempo de gracia
podrá haber mártires, una vez que comience el tiempo de angustia ninguno de los hijos de Dios perderá la vida y
serán milagrosamente guardados y cuidados por el Señor y sus ángeles.

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir
sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra”. Ap. 3:10.

“A vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”. Fil. 1:29.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación (prueba) que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser
tentados (probados) más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación (prueba) la
salida, para que podáis soportar”. 1 Co. 10:13.

“Las pruebas y las persecuciones son herramientas en las manos de Dios para perfeccionar nuestros caracteres y
prepararnos para la eternidad, pero él está a nuestro lado en el momento de la tribulación.

“[Las adversidades] les acontecen porque Dios les conduce [a sus hijos]. Las pruebas y los obstáculos son los
métodos de disciplina que el Señor escoge, y las condiciones que señala para el éxito”. MC, 373.

Sabemos que todas esas dificultades y persecuciones terminarán pronto y se esfumarán de nuestras memorias. El
cielo nos habrá costado muy poco a pesar de las pruebas y los sufrimientos

“Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Ap. 2:10.


El propósito de las pruebas y la persecución.
1. Las pruebas y las asperezas de la vida fortalecen nuestra fe en Dios, puesto que esa fe se acrecienta por medio del
ejercicio.

16. 2. Las pruebas producen un estado mental en el cual estamos más dispuestos a orar.

17. 3. Las pruebas nos obligan a examinar nuestro propio corazón, a ponderar nuestras necesidades espirituales y
nuestros defectos de carácter, y a preguntarle a Dios: ¿Ha sido esta tribulación causada por algún pecado o error por
mí? ¿Qué quiere enseñarme por medio de esta tribulación?

18. 4. Las tribulaciones y las pruebas preparan nuestro carácter para el cielo. “¿Cómo uno puede ser fuerte en el
Señor sin tener pruebas? Para tener fuerza necesitamos ejercicio… es por medio de mucha tribulación como
entramos en el reino de Dios”. 3 T, 67.

a. Las pruebas nos purifican de la mundanalidad y del egoísmo.


“A menudo entramos en el crisol de la prueba con nuestras almas oscurecidas por el egoísmo; pero si somos
pacientes bajo la prueba decisiva, saldremos reflejando el carácter divino”. PVGM, 175.

20. b. Pulen las aristas ásperas de nuestro carácter.


“No necesitáis sorprendernos si mediante el martillo y el formón Dios quita las aristas ásperas y las puntas de
vuestro carácter hasta que estéis preparados para llenar el lugar que él quiere que llenéis. Ningún ser humano puede
realizar esta obra. Únicamente puede ser hecha por Dios. Y estad seguros de que él no dará un solo golpe
innecesario”. 7 T, 264.

21. c. Las pruebas eliminan la confianza propia, y le muestran su incapacidad a quien tiene una alta confianza en si
mismo.
“Cada persona tiene rasgos de carácter todavía no descubiertos que deben ser revelados por medio de las pruebas.
Dios permite que los que tienen excesiva confianza en si mismos sean severamente probados para que entiendan su
incapacidad”. 7 T, 210, 211.

22. d. Las pruebas nos capacitan para recibir del Señor una fuerza renovada y una humildad acrecentada.
“Cuando vienen a nuestra vida pruebas y tribulaciones sabed que son enviadas con el objetivo de que recibáis del
Señor de la gloria una fuerza renovada y una humildad acrecentada, de tal suerte que él pueda bendecirnos con
seguridad y sostenernos”. ML, 185.

23. “Experimentamos gran pérdida por no entender las bendiciones que son nuestras y que recibimos en nuestras
aflicciones. Todos nuestros sufrimientos y dolores, todas nuestras tentaciones y pruebas, todas nuestras tristezas y
angustias, todas nuestras persecuciones y privaciones, en suma todas las cosas, obran conjuntamente para nuestro
bien… Todas las experiencias y circunstancias son los obreros de Dios por medio de los cuales recibimos
beneficios. Miremos la luz que brilla detrás de la nube”. ML, 185.

24. e. Las pruebas y tribulaciones nos purifican y nos preparan para recibir el sello de Dios.
“Vi que los que han aceptado la verdad últimamente tendrán que soportar pruebas duras y amargas, a fin de ser
purificados y preparados mediante el sufrimiento para recibir el sello del Dios vivo…” PE, 67.

25. f. Ellas nos enseñan a ser tolerantes con otros que están pasando pruebas.
“Pero esta experiencia [una gran agitación y una prueba] era precisamente lo que necesitaban para que aprendieran
la tolerancia hacia otros que pasan por una prueba similar”. 2 T, 20.

26. 5. Nos capacitan para entender y consolar a otros que están frente a la tribulación.
“Bendito sea… Dios… el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados
por Dios”. 2 Co. 1:3, 4.

27. Ahora es el tiempo que debemos desarrollar en nuestro carácter los elementos de fuerza, valor, fe en Dios y
absoluta dependencia de él, de manera que estos sucesos no nos tomen desprevenidos.

28. “¿Cuál fue la fortaleza de los que en tiempos pasados padecieron persecución por causa de Cristo? Consistió en
su unión con el Espíritu Santo y con Cristo. El vituperio y la persecución han separado a muchos de sus amigos
terrenales, pero nunca del amor de Cristo. Nunca es tan amada de su Salvador el alma combatida por las tormentas
de la prueba como cuando padece afrenta por la verdad”. HAp, 71.

29. El secreto de la victoria es la fidelidad a Cristo. Nuestra seguridad esta en Cristo.


“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Ap. 12:11.

30. La única fuente de victoria en nuestra vida cristiana, y particularmente en la persecución y en la tribulación, es
la sangre de Cristo, su sacrificio, su justicia, su poder, su presencia interna en nuestro corazón.

31. La sangre del Cordero no solamente es eficaz para el perdón del pecado, sino también para vencer el pecado y
eliminarlo de la vida. Hay poder en la sangre de Jesús. En el nombre de esa sangre derramada por nosotros
podemos reclamar, la promesa de la victoria.

32. El cristiano vence también, “por la palabra del testimonio” de él. Esta es la forma como el mundo debe recibir
el conocimiento salvador del poder de Jesús, las palabras de nuestro testimonio. Cuando demos nuestro testimonio
público, ese testimonio fortalece nuestra fe.

33. El Espíritu Santo usa nuestro testimonio para impresionar a los que lo escuchan. Nadie puede medir la
tremenda influencia o la impresión profunda y permanente de un testimonio tal.

34. Dios nos considera bendecidos, y no hay razón para que tengamos ningún temor o para que experimentemos
ninguna derrota. Por el contrario, “gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”. Mt. 5:12.

35. “Vi […] a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su
nombre, en pie sobre el mar de vidrio con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios y el
cántico del Cordero”. Ap. 15:2, 3.

PREPARACIÓN PARA LA CRISIS FINAL

Preparación para la Crisis Final.

“He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela”. Ap. 16:15.

El fin del juicio investigador y la terminación del tiempo de gracia vendrán más pronto de lo que muchos esperan, e
incontables serán sorprendidos sin preparación.

Para cada ser humano, el fin del tiempo de prueba y de gracia llegan el día de su muerte, y nadie tiene asegurada su
vida ni siquiera por una hora.

“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?” Sal. 24:3.

El conocimiento teórico de los acontecimientos tremendos que caracterizan los últimos días de la historia de nuestro
mundo, no nos beneficiará mucho si no nos conduce a una experiencia de arrepentimiento y de confesión y limpieza
de pecado; a una experiencia de victoria sobre las debilidades y completa entrega a Dios, así como a una consagrada
actividad a favor del mundo que necesita el mensaje.
“Hermanos míos, ¿comprendéis que vuestra propia salvación, como también el destino de otras almas, depende de
los preparativos que hagáis para la prueba que nos espera? ¿tenéis el celo intenso, la piedad y devoción que os
capacitarán para subsistir cuando hayáis de hacer frente a la oposición?

El tiempo que tan pródigamente se desperdicia ahora, debiera dedicarse al encargo que Dios nos ha hecho de
prepararnos para la crisis inminente”. 2 JT, 324.

El plan de Dios es que cada uno de nosotros alcance la victoria en su propia vida, para poder identificarse con el
triunfal pueblo de Dios.

Nuestra única esperanza de obtener una experiencia que nos permita alcanzar el triunfo es Jesús. Es el único secreto
de la victoria. Es el único camino.

Nuestro Dios ha provisto medios para prepararnos y darnos la victoria en Cristo, que nos permitirá encontrarnos con
el Señor en aquel gran día.

1.Un conocimiento experimental


Existen dos maneras de conocer a alguien. Una consiste en leer mucho acerca de él, y por referencias de
otras personas. La otra es tratar directamente con él, y pasar suficiente tiempo hablando con él.

“No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas
alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme”. Jer. 9:23, 24.

Si hay alguna clase de conocimiento que realmente vale la pena, es el conocimiento experimental de Dios. Jn. 17:3.
Esta es la única clase de conocimiento que tiene el poder de convertir nuestra vida, porque nos pone en estrecho
contacto con Cristo y en una relación personal con él.
“Necesitaba ayuda, y la encontré en Jesús. Toda falta fue suplida, el hambre de mi alma quedó satisfecha; la Biblia
es para mí la revelación de Cristo. Creo en Jesús porque él es para mí el Salvador divino. Creo en la Biblia porque
he encontrado que es la voz de Dios que habla a mi alma”. MC, 366.

2. Una relación personal.


Esta relación personal con Dios no tiene sustituto alguno. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Co. 5:17.

El Maestro enseñó a sus discípulos cuán importante era para ellos tener una relación diaria con él. “Permaneced en
mí y yo en vosotros. […] el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada
podéis hacer”. Jn. 15:4, 5.

3. Estudio de la Palabra de Dios.


“Escudriñad las Escrituras”. Jn. 5:39. El estudio diario y la meditación en la palabra de Dios, es de suma
importancia.

“las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Jn. 6:63.
Las palabras de Cristo son espíritu y son vida; y alimentándonos de ellas recibiremos el alimento espiritual
que sólo ellas nos pueden impartir.

“Los que quieran permanecer firmes en estos tiempos de peligro deben comprender por sí mismos el testimonio de
las Escrituras”. CS, 616.

4. Comunión con Dios: Oración.


Hoy en día, ninguno de nosotros, como hijos de Dios, puede permitirse perder el poder de la “oración
eficaz… [que] puede mucho”. Stg. 5:16.

“velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad esta dispuesto, pero la carne es débil”.
Mt. 26:41.

“Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: ‘Tómame ¡oh Señor! como
enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy a tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi obra
hecha en ti’.
Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en
práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada
vez más semejante a la de Cristo”. CC, 70.

5. Testificación. El verdadero cristiano no se caracteriza por lo que profesa ser, sino por
lo que es en verdad.

“Dios espera un servicio personal de cada uno de aquellos a quienes se les ha confiado el conocimiento de la verdad
para este tiempo”. 9 T, 30.

“La obra que la iglesia no ha hecho en tiempo de paz y prosperidad, tendrá que hacerla durante una terrible crisis, en
las circunstancias más desalentadoras y prohibitivas.

Las amonestaciones que la conformidad al mundo ha hecho callar o retener, deberán darse bajo la más fiera
aposición de los enemigos de la fe”. 2 JT, 164.

6. Limpieza de pecado.
Esta es la base de la preparación que necesitamos para la crisis. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”. 1 Jn. 1:9.

Cada día necesitamos la experiencia del arrepentimiento. Mientras más nos acerquemos a Dios y a Cristo, más
veremos nuestros defectos.

Cada día necesitamos reafirmar nuestra fe en Jesús. Esto renovará nuestra confianza en nuestra salvación y nos dará
paz de mente y confianza en el Señor.

7. El papel de la voluntad.
“Someteos, pues, a Dios” Stg. 4:7. La voluntad, en el sentido bíblico, no es el poder de cambiar nuestros
hábitos y nuestra vida, sino el poder de elección (cf. CC, 47).

“Elige la vida” Dt. 30:19.


El único que puede elegir por mí, soy yo mismo. Dios me dio libertad de elección; y, si la utilizo
correctamente, nadie tiene el derecho de privarme de ella.

“niéguese a sí mismo” Mt. 16:24.


Y decida volverse a Jesús. Es la única manera como el ser humano puede lograr la salvación.

8. Victoria sobre las debilidades.


El plan de Dios para nuestra vida es perdón acompañado de crecimiento cristiano y victoria sobre el
pecado.

“ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero”. Ap. 12:12.
“somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Ro. 8:37.

“Nadie diga: No puedo remediar mis defectos de carácter. Si llegáis a esta conclusión, dejaréis ciertamente de
obtener la vida eterna. La imposibilidad reside en vuestra propia voluntad. Si no queréis, no podéis vencer.

La verdadera dificultad proviene de la corrupción de un corazón no santificado y de la falta de voluntad para


someterse al gobierno de Dios”. PVGM, 266.

9. El gobierno de Cristo sobre nuestra vida.


“Con Cristo estoy juntamente crucificado”. El yo ha muerto. El trono de mi corazón tiene un nuevo
dueño. El yo ha sido negado. “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Ga. 2:20.

Es nuestro privilegio renovar cada día nuestra experiencia cristiana. Cada día podemos regocijarnos en renunciar al
yo y entregarnos a Cristo para que él tome la dirección de nuestras vidas.

“Y lo que ahora vivo en la carne [mi vida diaria, práctica, la vida común de todos los días] lo vivo en la fe del Hijo
de Dios”. Ga. 2:20.
Por la fe me apropie de la victoria (1 Jn. 5:4). Ya no me miro a mí mismo, mis debilidades y flaquezas. Miro a
Jesús, y por la fe acepto su carácter, que hoy está en mí, cambiando todo mi comportamiento: mis sentimientos, mis
pensamientos y mis intenciones. Cristo vive su vida en la mía.

Dios nos ayude, como pueblo suyo, a comprender la gravedad del tiempo en que vivimos, a advertir nuestra gran
necesidad espiritual, y a procurar de todo corazón una verdadera experiencia con Dios, que nos habilite a pasar
triunfantes por las últimas horas de zozobra y a encontrar al Señor en paz.

“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel”. Am. 4:12. Señor, estoy listo. ¡Cuánto
antes vengas, será mejor!

BIBLIOGRAFÍA

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SANTUARIO

Santuario y Revelación especial

El Santuario.

“Por eso siempre recordaré estas cosas, aunque vosotros las sabéis, y estáis confirmados en la verdad presente”. 2 P.
1:12.

“...muchos de los que profesan conocer la verdad presente no saben lo que creen”. 2 JT, 312.

“Son muchas las preciosas verdades que contiene la Palabra de Dios, pero es ‘la verdad presente’ lo que el rebaño
necesita. He visto el peligro que existe de que los mensajeros se desvíen de los puntos importantes de la verdad
presente para espaciarse en temas que no tiendan a unir el rebaño ni santificar el alma. En esto Satanás, aprovechará
toda ventaja posible para perjudicar la causa”. PE, 63.

“Pero los temas del santuario, en relación con los 2300 días, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, son
perfectamente adecuados para explicar el movimiento adventista pasado y cuál es nuestra posición actual,
establecer la fe de los que dudan, y dar certidumbre al glorioso futuro”. PE, 63.
Los Adventistas del Séptimo Día comparten muchas verdades bíblicas con los cristianos de otras denominaciones: la
segunda venida de Cristo, la no inmortalidad del alma, la justificación por la fe, y aún el sábado. Pero, Dios nos ha
dejado la articulación y la proclamación de las verdades del santuario y del juicio.

La doctrina del santuario está en el centro mismo del complejo de verdades cristológicas que le dan al remanente
(Ap. 12:17) su singularidad histórica y profética.

El propósito de la doctrina bíblica del santuario es “comprender el significado de las verdades espirituales
involucradas en el gran conflicto y el plan de salvación”. James Zackrison, El santuario y el sacrificio de Cristo
(SDA General Conference, Inter-American Division, 1977), p. 4.

En el santuario vemos la forma maravillosa en que él (Dios) trató el pecado y a los pecadores.

El santuario terrenal servía como una ayuda visual, un recurso didáctico. La Biblia está llena de símbolos. Estos
proveen muchas veces evidencia visible de realidades invisibles. La inspiración nos dice que “Cristo mismo fue el
originador del sistema judío de culto, en el cual se anticipaban las cosas espirituales y celestiales por medio de
símbolos y sombras” EW, ST, 2-1-1893, 7 CBA, 944.

El santuario y sus servicios eran recursos didácticos que ayudaban a las personas a entender mejor a Dios y su amor,
y todavía nosotros podemos sacar provecho de ellos al estudiarlos. “En todas sus partes, era un símbolo de él (de
Cristo)”. DTG, 21.

“El pueblo de Dios debería comprender claramente el asunto del santuario”. CS, 542. “El santuario celestial es
el centro mismo de la obra de Cristo en favor de los hombres”
CS, 543.

“La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial para el plan de salvación como lo
fue su muerte en la cruz”. CS, 543.
“La correcta comprensión del ministerio del santuario celestial es el fundamento de nuestra fe”. Ev, 165-169.

“Le concierne a cada alma que habita sobre la tierra. Abre el entendimiento sobre el plan de redención, llevándonos
a los últimos días y revelando el triunfo del debate entre la justicia y el pecado. Es de extrema importancia
investigar este tema a fondo y ser capaces de dar razón a quien pregunte por esta esperanza”. EW, RH, 9/11/1905.

“Cristo era el fundamento de la dispensación judía. Todo el sistema de los tipos y símbolos era una profecía
resumida del Evangelio, un medio a través del cual se presentaban las promesas de la redención”. HAp, 13.

“Como pueblo, debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos
claramente el tema del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y Juan”. Ev, 166.

“El pueblo de Dios ha de tener sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de
nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde él está intercediendo por su pueblo”. Ev, 166.

“El pueblo de Dios deberá comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador. Todos
necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será
imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempeñar el puesto al que Dios los llama.

Cada cual tiene un alma que salvar o que perder. Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios. Cada
cual deberá encontrarse cara a cara con el gran Juez. ¡Cuán importante es, pues, que cada uno contemple a menudo
de antemano la solemne escena del juicio en sesión, cuándo serán abiertos los libros, cuando con Daniel, cada cual
tendrá que estar en pie al fin de los días!”. CS, 542.

Es esencial que sepamos dónde está Jesús y qué está haciendo en su ministerio en el santuario celestial, para que no
seamos engañados por Satanás. PE, 53-56.

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Mira, hazlos conforme al modelo que te ha sido
mostrado en el monte”. Ex. 25:8, 40.
El Santuario un punto de ataque especial. “En el futuro, toda clase de engaño va a levantarse, y necesitamos tierra
firme para nuestros pies. Necesitamos pilares firmes para el edificio. Ningún alfiler se moverá de lo que el Señor
ha establecido. El enemigo introducirá falsas teorías, tales como la doctrina de que no hay santuario.

Este es uno de los puntos sobre los cuales habrá un apartamiento de la fe. Dónde hallaremos seguridad a no ser que
sea en las verdades que el Señor ha estado dando durante los últimos cincuenta años”. R&H, 25 de mayo de 1905.

“Satanás se está esforzando continuamente para introducir suposiciones raras con relación al santuario, convirtiendo
las maravillosas representaciones de Dios y el ministerio de Cristo a favor de nuestra salvación en algo que satisfaga
a la mente carnal.

“Quita su poder gobernante de los corazones de los creyentes y lo reemplaza con teorías fanáticas inventadas para
hacer nulas las verdades de la propiciación, y destruir nuestra confianza en las doctrinas que hemos tenido por
sagradas desde que se recibió el mensaje del tercer ángel. Así nos robaría de nuestra fe justamente el mensaje que
nos ha hecho un pueblo apartado, y que ha dado carácter y poder a nuestra obra”. Special Testimonies, Serie B, No
7, pág 17, de 1903.

“Sé que la cuestión del santuario, tal cual la hemos sostenido durante tantos años, está basada en justicia y verdad.
El enemigo es quien desvía las mentes. Le agrada cuando los que conocen la verdad se dedican a coleccionar textos
para amontonarlos en derredor de teorías, erróneas, que no tienen fundamento de verdad. Los pasajes de la Escritura
así empelados están mal aplicados; no fueron dados para sostener el error sino para fortalecer la verdad”. OE, 318
(1915).

Santuario: Introducción

“Y harán un santuario para mi, y yo habitare en medio de ellos”. Éx. 25:8.

“Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Mira, hazlos conforme al modelo que te ha sido
mostrado en el monte”. Ex. 25:8, 40.

Dios ordenó construir el santuario del desierto para dar a su pueblo una lección objetiva de las verdades espirituales
y eternas.

Jehová, el Dios de los cielos, quien creó el universo y todo lo que en ellos hay, deseaba mejores cosas para su
pueblo. Las lecciones aprendidas del santuario y sus servicios eran para cambiar el enfoque de sus vidas. Dos
palabras eran claves Limpio y Santo. “Para poder discernir entre lo santo y lo profeso, y entre lo inmundo y lo
limpio”. (Lv. 10:10).

El Yo “habitaré en medio de ellos” de Éxodo 25:8 contiene el vocablo “habitar” (shakan), “morar”, “tabernacular”,
tiene una connotación aún más profunda, ya que nos comunica la idea de que ese “habitar” es el de un vecino,
alguien que quiere estar cerca y gozar de nuestra amistad.

El santuario del desierto fue el recinto sagrado donde Dios moraba en medio de su pueblo, pero obviamente esto es
un símbolo de una verdad superior: antes que en templos materiales hechos por el hombre (Hch. 17:24), Dios quiere
morar en el templo del alma humana (1 Co. 3:16, 17) para llenarla con la gloria del Espíritu Santo, quien es el
representante de Jesucristo, porque es “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria” (Col. 1:27).

“Ningún edificio terrenal podría representar la grandeza y la gloria del templo celestial, la morada del Rey de Reyes
donde ‘millares le sirven y millones de millones’ están delante de Él (Dn 7:10), de aquel templo henchido de la
gloria del trono eterno, donde los serafines, sus guardianes resplandecientes, se cubren el rostro en su adoración.

Sin embargo, las verdades importantes acerca del santuario celestial y de la gran obra que allí se efectúa a favor de
la redención del hombre debían enseñarse mediante el santuario terrenal y sus servicios”. PP, 371.

La Sagrada Escritura desde el principio hasta el fin nos da un mensaje de significación eterna envuelto en el
símbolo, que es asequible a toda mentalidad. Los símbolos de la Escritura señalan a Cristo, que es el corazón y la
periferia de todo mensaje que se nos presenta tanto en el AT como en el NT.

La palabra hebrea shakan (habitar), esta relacionada con otro vocablo hebreo, Shekinah.
Se la usa para expresar la cercanía solemne de la presencia de Dios entre su pueblo.

La idea original expresada en la palabra Shekinah nace del AT, pero se amplifica grandemente en el NT cuando se
nos dice que el “Verbo fue hecho carne” (Jn. 1:14) y “habitó” o tabernáculo entre nosotros.

El santuario fue ordenado por Dios para darnos una revelación objetiva del Señor Jesucristo y de su obra redentora.
Es en verdad la anticipación del evangelio, ya que la persona de Cristo como Dios pleno y hombre pleno esta
delineada simbólicamente en todos sus aspectos en el santuario.

La palabra “santuario”, aparece en la Sagrada Escritura 144 veces, se la usa para expresar la idea de “santo”, “lugar
sagrado”, “morada del santo”, se origina de la palabra hebrea miqdash, que a su vez deriva de la raíz hebrea qadash,
que comunica la idea de “poner aparte” algo, o a alguien, separándolo así para un uso sagrado.

La palabra qódesh (santo), “más que cualquier otra es representativa del misterio y majestad de lo divino”. En la
historia de este mundo ¿cuál fue el primer objeto santificado? ¿Fue acaso, una montaña, un altar, una persona? No,
de ninguna manera.

Se usa esta palabra en relación con la historia de la creación, y se la aplica en relación al tiempo: “Y bendijo Dios al
día séptimo, y lo santificó” (Gn. 2:3).
“La santidad del tiempo vino primero, la santidad del hombre después, y al fin la santidad del espacio. El tiempo
fue santificado por Dios; el espacio, el tabernáculo, por Moisés”. Abraham Joshua Heschel, The Sabbath, 8-10.

El lugar santísimo estaba situado de manera que el arca ocupara exactamente el centro de la mitad occidental del
atrio. El altar del sacrificio estaba exactamente en el centro de la mitad oriental del atrio.

Diagrama del atrio y del tabernáculo, muestra la proporción y la distribución de cada uno de los accesorios del atrio,
del lugar santo y del santísimo.

“Como el ministerio de Cristo iba a consistir en dos grandes divisiones, ocupando cada una un período de tiempo y
teniendo un sitio distinto en el santuario celestial, asimismo el culto simbólico consistía en el servicio diario y el
anual, y a cada uno de ellos se dedicaba una sección del tabernáculo”. PP, 371.

Nombres del Santuario Terrenal


a. “Santuario”. 1 Co. 9:13.
b. “Santuario mundano”. He. 9:1.
c. “Primer tabernáculo”. He. 9:8.
d. “Figura de aquel tiempo presente”. He. 9:9.

e. “Figura de las cosas celestiales”. He. 9:23.


f. “Sombra de los bienes venideros”. He. 10:1.
g. “Santuario hecho de mano”. He. 9:24.
h. “Figura del verdadero”. He. 9:24.

Nombres del Santuario Celestial


a. “Tu morada”. 2 Cr. 6:39.
b. “El templo de su santidad”. Sal. 11:4.
c. “La morada de su asiento”. Sal. 33:14.
d. “Morada de tu santidad”. Is. 63:15.
e. “La morada de su santidad”. Jer. 25:30.

f. “La casa de mi Padre”. Jn. 14:2.


g. “Santuario”. He. 8:2.
h. “Verdadero tabernáculo que el Señor asentó”. He. 8:2.
i. “El templo de Dios”. Ap. 11:18.
“Las Escrituras contestan con claridad a la pregunta: ¿Qué es el santuario?
La palabra ‘santuario’, tal cual la usa la Biblia, se refiere, en primer lugar, al tabernáculo que construyó Moisés,
como figura o imagen de las cosas celestiales; y, en segundo lugar, al ‘verdadero tabernáculo’ en el cielo, hacia el
cual señalaba el santuario terrenal”. CS, 469.

El tabernáculo era el centro en torno del cual acampaban las tribus de Israel. Hay orden y
exactitud.
Croquis del santuario.

a. Moisés, Aarón y los sacerdotes iban primero, por supuesto, con el arca sagrada de Dios.
Los seguían Judá, Isacar y Zabulón, y la bandera de Judá que precedía a este grupo llevaba la efigie de una cabeza
de león que representaba a Jesús “el león de la tribu de Judá” (Ap. 5:5). Algunos han pensado que el Evangelio de
Mateo lo presenta como este león.

b. Detrás de ellos iban los meraritas, un grupo de la tribu de Leví, con las tablas del tabernáculo, seguidos por los
gersonitas, otra parte de la tribu de Leví, con el cortinaje del tabernáculo. Rubén, Simeón y Gad seguían después.
Su bandera llevaba el rostro de un hombre, que representaba a Jesús como “el Hijo del hombre”, presentado así en
el Evangelio de Lucas.

c. Los coatitas, otro grupo de la tribu de Leví, con los muebles del santuario, con excepción del arca, seguían a este
grupo y detrás de ellos iban las tribus de Efraín, Manasés y Benjamín. Su bandera tenía la
cabeza de un buey, representaba a Jesús, el que llevó las cargas de la raza humana, como está presentado en el
Evangelio de Marcos.

d. Y al fin iban las tribus de Dan, Aser y Neftalí. Su bandera tenía la figura de un águila, que representaba a
Jesús como el Ser Omnipresente y Omnisapiente, según está presentado en el Evangelio de Juan.

Muebles del santuario

Muebles del Santuario.

El santuario fue construido en base a un esquema que contempla tres secciones:

En el tabernáculo y sus servicios, los israelitas aprenderían lo mucho que Dios les daría.
Esas lecciones empezarían en el Atrio Exterior.

EL ATRIO. Ex. 40:6, 7.


1. Altar del sacrificio. Éx. 27:1-8.
2. La fuente de bronce. Éx. 30:17-21.

El atrio tenía la cortina o puerta hacia el este. El adorador que llegara a la casa de Dios deba su espalda hacia el sol.
Adorar a las fuerzas de la naturaleza era un acto satánico en contraposición a la adoración de Jehová, el Creador (Ez.
8:15, 16).

En el “tabernáculo del testimonio” había tres “velos”, y en los tres casos el velo puede ser un símbolo de nuestro
Señor, cuya “carne” (He. 10:20) fue “desgarrada” por nosotros y cuya “sangre preciosa” (1 P. 1:19) nos consagró un
camino “nuevo y vivo” para entrar a la presencia de Dios.

Al mirar hacia el velo del atrio el creyente descubre su necesidad de una “justicia mayor” que la que él mismo es
capaz de proporcionar. Se ejercita su fe y traspone el velo aceptando confiadamente el sacrificio de Cristo en su
favor, el creyente queda cubierto con la justicia de Cristo. El pecador puede obtenerla con sólo entrar por la puerta,
y la puerta es Cristo (Jn. 10:9).

En el velo del lugar santo se comunica una segunda verdad, la de la santificación por la fe. Este velo es un símbolo
de Cristo, quien nos da acceso a la presencia del Padre y a la comunión con él.

Dios no solo justifica por la fe al pecador, sino que convierte a ese pecador en un adorador al cual santifica por la fe
en el poder del Espíritu Santo, preparándolo para la tercera y última etapa, la de la glorificación.

El velo interior, el velo del santísimo, el cual con su arca del pacto, ocultaba el lugar santísimo de la mirada furtiva
de los fieles en general, como asimismo de la vista de los sacerdotes que oficiaban en el lugar santo.

Las cuatro columnas de madera de acacia, recubiertas de oro, de las cuales colgaba el velo, se apoyaban en basas de
plata. Tanto la humanidad de Cristo -representada por la madera- como su divinidad -representada por el oro- se
enseñan aquí en forma objetiva (Ex. 26:31-33), mostrándonos que el único camino para llegar a la glorificación es el
Redentor divino-humano, el Señor Jesucristo.

En la hora de su crucifixión, el velo del lugar santísimo se rompió “de arriba abajo” (Mt. 27:50-51), abriéndonos así
un “camino nuevo y vivo” (He. 10:20) para que por medio de él entremos al qódesh qodashim donde Cristo entro
como precursor, para “presentarse ahora por nosotros ante Dios” (9:24).

Cristo es velo, la puerta de entrada a cada una de las etapas del crecimiento cristiano, y cuando finalmente entremos
“velo adentro” y veamos su gloria, se cumplirá esta promesa registrada en las Escrituras: “Al que venciere, le daré
que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap. 3:21).

1. Altar del sacrificio Éx. 27:1-8. Representaba: La cruz del Calvario (PP, 359)

Al atravesar la primera puerta, la del atrio, el mueble con el cual nos enfrentamos es el altar de los holocaustos. Se
lo llama “altar” que significa “lugar de sacrificio” (Ex 28:43; 29:12, 44; 30:20), y también se lo denomina “altar de
los holocaustos”, que comunica la idea de entrega total y sin reservas en “olor suave” a Dios, quien a su vez acepta
la ofrenda de consagración enviando el “fuego divino” para consumirla (Lv. 9:24).

En el altar uno ve la bondad y la severidad de Dios: bondad hacia nosotros los pecadores, y severidad hacia la
victima vicaria que lleva nuestros pecados (Ro. 11:22).

El altar de holocaustos nos enseña que las demandas divinas y los derechos irrenunciables del Creador han de ser
satisfechos antes de que el creyente pueda gozar de la comunión con él.

Su posición como primer mueble del atrio sugiere que no hay acceso a Dios a nos ser por medio de un sacrificio. El
altar anticipa simbólicamente el mensaje evangélico de que Jesús es “el camino, y la verdad, y la vida”, y que
“nadie viene al Padre” sino por él (Jn. 14:6).

En el altar de bronce, en el sufrimiento y muerte del cordero, el pecador discernía el horrible costo del pecado. El
también se veía como un pecador. El altar traía un mensaje de reconciliación entre Dios y el hombre. Aunque el
hombre merece morir por su pecado, Dios mismo paga la pena de su ley quebrantada y deja al pecador vivir. El
entendía la enormidad del precio pagado por su redención.

2. La fuente de bronce. Éx. 30:17-21. Representaba el lavamiento de los pecados y la presencia del inmaculado.
“En la fuente los sacerdotes debían lavarse las manos y los pies cada vez que entraban en el departamento santo, o
cuando se acercaban al altar para ofrecer un holocausto al Señor”. PP, 359.

No tenemos información bíblica en cuanto al tamaño y a la forma del lavacro; se lo construyó usando los espejos de
bronce de “las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo” (Ex. 38:8).

En el altar de los holocaustos la sangre habla de la justicia de Dios, y de la justificación que se le imputa
vicariamente al creyente. En el lavacro del agua se indica el paso siguiente, el de la santificación. Mediante estos
dos símbolos se expresa claramente que Cristo nos es hecho por Dios “justificación, santificación y redención” (1
Co. 1:30).

La confesión se realizaba en el altar de bronce. En la fuente había limpieza. Cuando vemos al Señor Jesús afligirse
por nuestros pecados y le pedimos perdón, El lo hace y también nos limpia. “Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (Jn. 1:9).

El mensaje del Atrio en el santuario es de reconciliación entre el hombre y Dios. Es de justificación y limpieza por
medio de la justicia imputada de Cristo (2 Co. 5:17-21).

El tabernáculo.

1. Cuero de tejones: representaban a Aquel en quien “no hay parecer ni hermosura… sin atractivo para que lo
deseemos” Is. 53:2.
2. Cueros de carneros tenidos en rojo: representaban “la sangre de Jesucristo”, que “nos limpia de todo pecado” 1
Jn. 1:7.

3. Cubierta de pelos de cabra: de inmaculada blancura, representa el alejamiento del pecado, “cuanto está lejos el
oriente del occidente” Sal. 103:12.
4. La hermosa cortina, la cubierta interior, de fino lino torcido cárdeno, púrpura y carmesí, representaba la gloria de
Cristo nuestro Rey. Los ángeles bordados representaban la hueste angélica que rodea el trono de Dios.

Los ángeles bordados en las cortinas de las paredes y el techo del tabernáculo: los ángeles que rodean
el trono de Dios en actitud de obediente servicio y adoración.

“Los ángeles bordados en las cortinas Dn. 7:10; He. 1:14 representaban la hueste de los ángeles asociados con la
obra del santuario celestial, y que son espíritus ministradores del pueblo de Dios en la tierra” PP, 358, 359.

Lugar Santo.

El Lugar Santo Ex. 40:4, 5.


1. La mesa de los panes de la proposición. Éx. 25:23-30.
2. El candelabro. Éx. 25:31-40.
3. El altar del incienso. Éx. 31:1-10.

La santificación es obra de Cristo, es impartida y su proceso es un trabajo de toda la vida. No es algo que el pecador
puede desarrollar por sí mismo. El proceso de santificación es por la fe y es ilustrada en el primer apartamento del
santuario llamado, “El Lugar Santo”.

1. La mesa de los panes de la proposición. Éx. 25:23-30. “… simbolizaba a Cristo, el pan viviente, quien esta
siempre en la presencia de Dios para interceder por nosotros”. PP, 367. Cristo dijo: “Yo soy el pan de vida” Jn.
16:48.

La “mesa de los panes de la proposición” (panes de su presencia), era de madera de acacia recubierta de oro puro.
Esto significaba la doble naturaleza de Cristo. El era Dios y hombre a la misma vez (Fil. 2:8-11; He. 2:9, 14).

Jesús es Dios y hombre. Él es capaz de tomar los cielos con una mano y al hombre caído con la otra mano. Él es el
puente que une a los dos. Su humanidad (madera de acacia) y su divinidad (cubierta de oro) son necesarias para la
salvación del hombre.

En esta mesa se colocaban doce panes en dos pilas, y sobre cada pila se ponía incienso (Lev 24:7). Esto representa
el alimento espiritual que Cristo nos da, el cual se renueva constantemente, así como los panes de la mesa del
santuario se renovaban cada semana.

Una lección mas profunda es que el pueblo de Dios debe alimentarse en Cristo, la Palabra de Dios (Jer. 15:16).
Jesús es el “pan de vida” que descendió del cielo para alimentar a un mundo hambriento de simpatía (Jn. 6:32-35).

Cuando tenemos un estudio profundo de la Palabra de Dios y la hacemos parte de nuestra vida, desarrollamos íntima
comunión con él. Esto es una parte vital del proceso llamado santificación. Es un paso más hacia el trono de Dios.

2. El candelabro Éx. 25:31-40. “Yo soy la luz del mundo” Jn. 8:12. (PP, 359, 360) (HR, 158, 159).

El candelabro era de oro puro (un talento: 34 kilos), no se da las medidas, tenía base y tallo, con siete brazos que
remataban en siete lámparas, que debían permanecer encendidas día y noche (Ex. 25:31-40; 27:20; 37:17-24; Lv.
24:2-3). El candelabro resultó ser el más elaborado y bello de todo el mobiliario.

El candelabro estaba allí esencialmente para alumbrar. La luz se proyectaba en tres direcciones: Alumbraba “delante
del Señor” (Ex. 40:25), y en ese marco era el símbolo de la presencia permanente de Dios en medio de su pueblo
(Ap. 4:5). Debía iluminar de continuo, pues de haberse apagado habría comunicado un mensaje de juicio y muerte
(1 S. 3:3).

Alumbraba hacia “la mesa” (Ex. 26:35), realzando el pan como símbolo del alimento espiritual que Dios da a su
pueblo. El hambre del alma se satisface cuando nos dejamos guiar por la luz del Espíritu Santo. “Nadie puede
llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Co. 12:3).

El candelabro alumbraba también “hacia adelante” (Nm. 8:2; Ex. 25:37). La luz y el testimonio van unidos. La luz
aquí es un símbolo del cual el templo del alma humana queda iluminado para la gloria de Dios.
Nosotros no tenemos luz propia para brillar delante de la tierra. Esta es prestada y reflejada en Jesús (Jn. 1:9, 10).
“Jesús les habló diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de
la vida” (Jn. 8:12).

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre
que está en los cielos” (Mt. 5:16).

El aceite era un tipo del Espíritu Santo que estaba estrechamente involucrado en el plan de salvación (Zac. 4:1-6).

3. El altar del incienso. Éx. 31:1-10. “El incienso que ascendía con las oraciones de los santos representaba los
meritos y la intercesión de Cristo, su perfecta justicia”. PP, 36. “… incienso, que son las oraciones de los santos”.
Ap. 5:8.

A veces llamado “altar de oro” (Ex. 40:5; 39:38), fue colocado en el lugar santo, frente al velo que separaba el lugar
santo del santísimo (40:26). Fue construido con madera de acacia y se lo recubrió totalmente de oro.

El altar de oro de incienso era un constante recordatorio de la dulce intercesión de Cristo a favor de su pueblo. La
fragancia del incienso asciende con las oraciones del pueblo de Dios como símbolo de la justicia de Cristo haciendo
aceptable las oraciones del pueblo de Dios.

Ofrecimiento del Incienso en el Altar de oro. Ex. 30:7,8. La quema del incienso era la tarea más sagrada de todas
las que podía realizar el sacerdote. Coincidía con el momento en que el pueblo elevaba sus plegarias (Sal. 141:2; Ap.
8:4). El ministerio del altar de incienso ilustra cómo son hechas aceptables nuestras oraciones. El agregar incienso
-la justicia y los meritos de Cristo- hace que nuestras oraciones sean aceptables delante de Dios.

“Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde”. (Sal. 141:2).
“Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”. (Ap.
8:4).

“El incienso que ascendía con las oraciones de Israel, representaba los meritos y la intercesión de Cristo, su perfecta
justicia, la cual por medio de la fe es acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer el culto de los seres
humanos aceptable a Dios. Delante del velo del lugar santísimo, había un altar de intercesión perpetua; y delante del
lugar santo, un altar de expiación continua.

Había que acercarse a Dios mediante la sangre y el incienso, pues estas cosas simbolizaban al gran mediador, por
medio de quien los pecadores pueden acercarse a Jehová, y por cuya intervención tan sólo puede otorgarse
misericordia y salvación al alma arrepentida y creyente”. PP, 366.

“En el nombre de Dios nuestras peticiones ascienden al Padre. Cristo es el eslabón conectado en medio de Dios y el
hombre. Ha prometido su intercesión personal. El coloca toda la virtud de su justicia en el lado del suplicante. El
intercede por el hombre y el hombre suplica por la ayuda divina, suplica por si mismo en la presencia de Dios,
utilizando la influencia de Aquel quien dio su vida por la vida del mundo.

Así nosotros reconocemos ate Dios nuestra apreciación de los meritos de Cristo, fragancia es dada a nuestras
oraciones. Así como nos acercamos por medio de la virtud de los meritos del Redentor, Cristo nos coloca a su lado,
rodeándonos con su brazo humano, mientras que con su brazo divino, el toma el trono de lo infinito. El pone sus
méritos, como dulce incienso, en el incensario en nuestras manos, para fortalecer nuestras peticiones. El promete oír
y contestar nuestras súplicas”. EW, 8 T, 178.

El altar de holocaustos y sus sacrificios nos comunican una verdad fundamental: en Cristo hay reconciliación
perpetua, mientras que el altar del incienso, donde se ofrece el perfume santo, enseña que Cristo intercede en forma
perpetua.

Recuerde que “delante del velo del lugar santísimo había un altar de intercesión perpetua [altar del incienso], y
delante del lugar santo, un altar de expiación continua [altar de los holocaustos]”. PP, 365-366.

El altar del incienso representa a Cristo como el medio eficaz a través del cual elevamos a Dios nuestra alabanza.
No hay razón para dudar: la alabanza del creyente y su adoración son, en su sentido más profundo, la ofrenda de
amor que en Cristo se le da a Dios.
La vida de oración de cada creyente es una parte vital del proceso de santificación. Jesús como nuestro Sumo
Sacerdote, continuamente aumenta méritos de su vida a nuestras ascendientes oraciones, haciéndolas efectivas
delante del trono de Dios.

Lugar Santísimo.

El Lugar Santísimo. Ex. 26:33, 34. El arca del pacto. Ex. 25:10-22; 26:33. El propiciatorio. La ley de los
Diez mandamientos.

El propiciatorio: el lugar donde la justicia y la misericordia se unen en el gran plan de salvación, la gloria de su reino
de gracia. La shekinah: la eterna presencia de Dios.

El arca del pacto era el único mueble que había dentro del lugar santísimo.
Construido de madera de acacia y recubierto de oro por dentro y por fuera.

La cubierta o tapa, llamada propiciatorio -“asiento de la misericordia”-, era de oro puro y tenía encima dos
querubines, los cuales formaban con el propiciatorio una sola pieza. El arca fue receptáculo de las tablas de la ley
(Dt. 9:9, 11, 15), las que a su vez eran testigos del pacto que Dios había concertado con su pueblo.

El arca fue el lugar de privilegio donde Dios escogió manifestar su presencia perpetua en medio de su pueblo (Ex.
25:21-22), y en cierto sentido también fue la sede del trono de Dios (1 S. 4:3-7) o su estrado (1 Cr. 28:2).

Tenía que ser un testimonio continuo e invariable de su presencia diaria (Ex. 38) con nosotros. Es que debía ser un
símbolo de que Dios estuvo y está “con nosotros” en Aquel que es Emanuel (Mt. 1:21-23).

El Propiciatorio. Heb. kappóreth; Gr. hilasterión. En el NT Jesús pasa a ocupar el lugar del templo (Jn. 2:19-22) y
del arca porque él en sí es el único lugar en la tierra donde Dios está presente en su plenitud (Col. 2:9), y, así llega a
ser el instrumento de la Omnipotencia para redimir al mundo (2 Co. 5:19).

Jesús, en cuanto que “enviado”, llega a ser por decreto divino (He. 5:7-9) Rey, Profeta y Sacerdote, pero
fundamentalmente él es el único (Jn. 3:16) hilasterión, la única propiciación u ofrenda expiatoria (Ro. 3:25) del
pacto eterno, ya que en Cristo se ha hecho la aspersión única que quita los pecados del mundo (He. 9:12, 22-28).

“Encima del propiciatorio estaba la ‘shekinah’, o manifestación de la divina presencia; y desde en medio de los
querubines Dios daba a conocer su voluntad.

Los mensajes divinos eran comunicados a veces al sumo sacerdote mediante una voz que salía de la nube. Otras
veces caía una luz sobre el ángel de la derecha, para indicar aprobación o aceptación, o una sombra o nube
descansaba sobre el ángel de la izquierda, para revelar desaprobación o rechazo”. PP, 361.

Los ángeles bordados (Dn. 7:10; He. 1:14) en las cortinas de las paredes y el techo del tabernáculo: los ángeles que
rodean el trono de Dios en actitud de obediente servicio y adoración.

“Tanto estos velos como la cubierta interior que formaba el techo, eran de lo más magníficos colores, azul, púrpura y
escarlata, bellamente combinados, y tenían, recamados con hilos de oro y plata, querubines que representaban la
hueste de los ángeles asociados con la obra del santuario celestial, y que son espíritus ministradores del pueblo de
Dios en la tierra”. PP, 358, 359.

“Cada mueble y accesorio del santuario, llenos de significado por la parte que desempeñaban en el servicio del
santuario, representaban algún aspecto de la obra de la redención”. La Vida y los Tiempos del AT, 102.

7 PASOS PARA EL CAMINO DE LA SALVACIÓN.


En la simbología del santuario del desierto la “casa del propiciatorio” o beth hakkappóreth (1 Cr. 28:11) es el paso
culminante y final de una serie de siete pasos en el camino de la salvación:

1. En la puerta del atrio se reconoce la necesidad de salvación. La justicia humana es como “trapo de inmundicia”
(Is. 64:6).
2. En el altar de los holocaustos, el “Cordero de Dios” (Jn. 1:29), Cristo Jesús, es ofrecido en sacrificio cruento e
inmolado por todos nosotros. La justicia de Cristo nos es imputada.
3. En el lavacro hay limpieza y purificación. Se nos imparte la justicia de Cristo en el largo y penoso proceso de la
santificación (He. 12:6-11).
4. En el altar del incienso hay intercesión continua. Jesús vive para interceder por nosotros (He. 7:24-25).
5. En la mesa de los panes hay comunión con Dios y con nuestros hermanos. Cristo es el “pan de la vida” que
nos alimenta (1 Co. 10:16-17).

6. En el candelabro de oro tenemos la unión de la vida y la luz, y el Espíritu Santo testifica a favor de Cristo por
medio de la iglesia (Mt. 5:14-16).

7. En el arca del pacto la justicia y la misericordia se encuentran en Cristo. Si dejamos que su sangre nos limpie y
vivimos en la obediencia, algún día veremos al Señor cara a cara (Ap. 22:3-4).

El Sacerdocio

EL SACERDOCIO.

El oficio sacerdotal anticipa y proclama tres ideas básicas del plan de salvación:
1. La reconciliación, queda explicitada en el sacrificio diario de los animales.
2. La mediación, se implementa en la acción sacerdotal de compadecerse de los ignorantes y extraviados”. (He. 5:1-
20).

El sacerdote anuncia la idea de mediación, porque “es uno que ocupa el lugar de otro y media en su favor”.
3. La santificación, es parte de la función sacerdotal, ya que el objeto mismo de la reconciliación divina es la
santidad divina.

Israel como nación escogida debía ser un “pueblo santo” (Dt. 26:19), y el individuo incorporado a esa comunidad
debía realizar en su vida privada y en sus relaciones el ideal ético-religioso anticipado de la “lámina de oro”: que el
sumo sacerdote llevaba sobre su mitra (Ex. 28:36; Lv. 8:9; Ex. 39:30). La frase acuñada decía: “Santidad a Jehová”.

Las calificaciones morales, espirituales y físicas que debía reunir el sacerdote, la liturgia de ordenación y el atuendo
típico que se exigían de los sacerdotes pero, más particularmente del sumo sacerdote, fueron establecidos por Dios
para proyectar de muchas y variadas maneras el ideal de que sin santidad “nadie verá al Señor” (He. 12:14).

Moisés recibió la orden de hacer “vestiduras sagradas” para Aaron, las cuales serían “para honra y hermosura” (Ex.
28:2). Desde que Adán y Eva usaron “hojas de higuera” para ocultar su desnudez (Gn. 3:7), el ser humano jamás ha
renunciado a la confección de ropa para cubrirse.

La vestimenta de Aarón expresa el valor estético-religioso-funcional del sacerdocio.


Ya que esa ropa era simbólica, tenía que ser perfecta porque “ninguna cosa fuera de la perfección podría representar
debidamente la santidad del culto divino”. EW, Youth Instructor, 7-6-1900.

El sacerdote era en un sentido especial una figura de Cristo, y por lo tanto representaba al pueblo ante Dios y a Dios
ante el pueblo. La ropa que él llevaba en función de su investidura sacerdotal, respondía a un valor estético y
proyectaba un mensaje.

Debido a las condiciones establecidas bajo el nuevo pacto, por el cual los creyentes llegamos a ser “sacerdotes” (1 P.
2:9), la ropa de los “seguidores de Cristo” llega “a ser simbólica”, y “en todos los casos, aun el estilo de la ropa que
llevemos comunicará la verdad del Evangelio”. 6 T, 95-97.

El Efod. Esta prenda exterior llevaba sobre los hombros dos piedras de ónice (Ex. 28:9-12), en las que se grabaron
los nombres de las tribus de Israel según sus edades, seis en cada piedra (28:9-10, 21).

En su confección se utilizó el mismo material empleado para las cortinas: lino torcido, azul, púrpura y escarlata,
entretejido con hilos de oro (28:5-8; 28:28; 39:2-3).

El Racional del juicio o Pectoral. Era la prenda más hermosa y elaborada de todo el vestuario del sacerdote (Ex.
28:15-29; 39:8-21). Colocadas en orden había doce piedras preciosas, y cada una llevaba el nombre de una de las
tribus, atendiendo al orden de marcha.
Esta es una figura que expresa el invariable amor de Cristo por su pueblo: sobre los hombres se lleva la carga, sobre
el corazón se los ama; “así Cristo presentó su sangre al Padre a favor de los hombres y lleva sobre su corazón el
nombre de cada pecador”. CSS, 30.

Urim y Tumim. A los costados del pectoral había dos piedras preciosas grandes, literalmente, “luces” y
“perfecciones”. (Ex. 28:30; Lv. 8:8).

El sumo sacerdote las usaba para consultar la voluntad de Dios en aquellos asuntos de difícil determinación que
comprometían el futuro o el bienestar de la nación (Nm. 27:21; Esd. 2:63).

Mediante ellas se revelaba la voluntad de Dios al sumo sacerdote. Cada vez que la respuesta era negativa “una nube
oscurecía la piedra de la izquierda” (Tumim), y si la respuesta era positiva “un nimbo iluminaba la piedra de la
derecha” (Urim). PP, 364.

En hebreo la palabra Urim comienza con ’alef, que es la primera letra del alfabeto hebreo, mientras que Tumim, con
tau, que es la última. Entre la ’alef y la tau, o si lo preferimos entre el alfa y la omega (Ap. 1:8, 11), está contenido
todo el lenguaje humano, que es el vehículo para comunicar las ideas.

El sumo sacerdote con el Urim y el Tumim en el pectoral se transformó en el vehículo por el cual Dios comunicó sus
mensajes. El pectoral era para la ropa del sumo sacerdote lo que el propiciatorio era para el santuario. En los dos
casos Dios revelaba su gloria y hacía conocer su voluntad.

En Cristo, que es simultáneamente el propiciatorio y el Urim y el Tumin, Dios nos comunica tres ideas básicas:
1. Salvación: Cristo es Emanuel, Dios con nosotros (Mt. 1:23), el “verbo” divino (Jn. 1:1-3) que vino a
habitar entre nosotros (v. 14) y nos reconcilia con Dios.

2. Dirección: Dios en Cristo conduce nuestra vida, guiándonos todo el tiempo de nuestro peregrinaje.
3. Juicio: Hay un “sí” y un “no” que se nos dice en Cristo, pero para el creyente, todas las promesas de
Dios son en él “Sí” y en él “Amén” (2 Co. 1:20).

El manto del efod. Era una ropa que confería una dignidad especial (Ex. 28:31-34; 39:22-23), era de color azul y el
sumo sacerdote la llevaba puesta sobre la túnica blanca de lino torcido y debajo del efod. Era de una sola pieza sin
costura, tejida de arriba abajo.

El ruedo del manto del efod estaba adornado con granadas de color azul, púrpura y carmesí; además tenía
campanillas de oro que sonaban cuando el sumo sacerdote entraba y salía.

La túnica labrada. La “túnica” (Ex. 28: 39; Lv. 8:7) estaba hecha de lino torcido y era la primera prenda que el sumo
sacerdote se ponía.

La “túnica” es la misma palabra usada en Génesis 3:21, donde se lee que Dios hizo al hombre “túnicas de pieles, y
los vistió”. Las túnicas fueron confeccionadas por Dios, no por el hombre. Eran cueros de animales inocentes,
muertos vicariamente en lugar del pecador.
En el original “pieles” esta en singular, para señalar el hecho de que el único “Cordero” que puede cubrirnos con su
perfecta justicia es Cristo (Jn. 1:29), y esa justicia de Cristo que se le imputa al pecador (Ap. 19:8) esta al alcance de
todos nosotros.

El cinturón. (Ex. 28:39; 39:29) o faja tenía los mismos colores y los mismos materiales que se usaron para el velo,
pero el orden seguido era diferente (36:35; 39:29).

El “lino fino”, era símbolo de la justicia de Cristo, ocupaba el primer lugar. Así debiera con el creyente, ya que, a lo
largo de su vida, “será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura” (Is. 11:5). La finalidad del
cinturón era “ceñir para servir”.

En la antesala de la cruz “Jesús… se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó” (Jn.
13:3-4). En la presencia de sus discípulos el Divino Maestro cumplió el ideal mesiánico del “Ebed Yahweh”. El
que esta ceñido debe tener la “lámpara encendida” (Lc. 12:35), y la luz consiste en las buenas obras realizadas por la
gracia de Dios manifestada en nuestras vidas.
La mitra que cubría la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 28:39; 39:28) representa la sumisión que se debe a Dios. La
mitra que cubría la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 28:39; 39:28) representa la sumisión que se debe a Dios.

Los hijos de Aarón se ponían mitras (Ex. 29:9), la diferencia entre la mitra del sumo sacerdote y la de sus hijos era:
La mitra el sumo sacerdote el oro y el azul era exclusivo. La mitra de los demás, no tenía mas adorno que una
especie de pequeña corona formada del mismo lino.

“Todo lo relacionado con la indumentaria y la conducta de los sacerdotes […] Debía inspirar en el pecador el
sentimiento de la santidad de Dios, de lo sagrado de su culto y de la pureza que se exigía a los que se allegaban a su
presencia”. PP, 364.

La ordenación del sacerdote. La liturgia de la consagración de Aaron y sus hijos fue solemnísima y requirió siete
días (Ex. 29; Lev 8).
1. Vocación (Ex. 28:1). La vocación sacerdotal de Aaron tuvo su origen en Dios mismo, porque “nadie toma para sí
esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”. He. 5:4.

2. Objeto de la vocación (Ex. 29:4). La ceremonia de la consagración fue realizada frente a la puerta del santuario,
en la presencia del Señor y en la presencia del pueblo. Aarón debía estar cerca de Dios y cerca del pueblo; él era el
puente que unía a los dos.

3. Lavamiento (Ex. 29:4-6). Esta fue la única ocasión en que Aarón como adulto fue bañado por otra persona. El no
podía lavarse a sí mismo (Tit. 3:5) porque éste era un acto que representaba el lavamiento espiritual que se obra en
el pecador cuando acepta al Señor (Ef. 5:25-26).

4. Revestimiento (Ex. 29:5, 6). Aarón fue despojado de sus antiguas vestiduras, fueron desechadas y nunca más las
volvió a usar. Aarón no se puso las ropas él mismo. Fue Moisés quien lo vistió con esa ropa, que era un símbolo de
la justicia de Cristo (Is. 61:19).

5. Ungimiento (Ex. 29:7; 30:30). El ungimiento con el “óleo santo” era un anticipo del otorgamiento del Espíritu
Santo (Hch. 19:38; Lc. 4:18), con el cual nuestro Señor sería ungido. Sobre los muebles de santuario el aceite fue
asperjado, pero sobre Aarón se lo derramó (Lv. 8:10-12), lo que indica la plenitud del don.

6. Consagración (Lv. 8:18-30; Ex. 29:15-22). Esta ceremonia final estaba llena de colorido y significación, y
acentuaba de manera vívida la dignidad de la función sacerdotal. La liturgia exigía tres cosas:

a. Untar con sangre la oreja, la mano y el pie (Lv. 8:22-23).


b. Agitar la ofrenda de pan y aceite (Lv. 8:24-30).
c. Asperjar sangre y el aceite sobre Aarón y sus hijos (Lv. 8:30). De esta manera el sumo
sacerdote ungido era apartado y hecho partícipe de la esfera divina. Llegaba a ser el “ungido de Jehová”.

Es un alto privilegio y responsabilidad ser un “sacerdote”. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios…”. 1 P. 2:9. (cf. Ap. 1:5, 6).

Dios quiere la dedicación de nuestras vidas a su servicio. “Así que hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional… que
comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Ro. 12:1, 2.

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios… ministro del santuario,
y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”. He. 4:14; 8:1.

El Sumo Sacerdote representaba a Cristo.


“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la
diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el
Señor y no el hombre”. He. 8:1, 2.

“A semejanza de Aarón, que simbolizaba a Cristo, nuestro Salvador lleva los nombres de todos sus hijos sobre su
corazón en el lugar santo”. LPGM, 135.

“Todo lo que llevaba el sacerdote había de ser entero y sin defecto. Estas hermosas vestiduras oficiales
representaban el carácter del gran prototipo, Jesucristo”. DTG, 655.
“Cristo era el fundamento y la vida del templo. Sus servicios eran simbólicos del sacrificio del Hijo de Dios. El
sacerdocio había sido establecido para representar el carácter y la obra mediadora de Cristo”. DTG, 137.

“Cristo es el ministro del verdadero tabernáculo, el sumo sacerdote de todos los que creen en él como en un salvador
personal”. EW, Sings of de Times, 14-2-1900.

Cristo y Melquisedec. Las únicas referencias son Génesis 14:18-20; Salmo 110:4 y Hebreos 5-7. Melquisedec
(Heb., malki tsédeq, mi rey es justo o mi rey es justicia) era rey de Salem (Heb., paz) y sacerdote del Dios alto.

Siendo que Melquisedec es un rey de Salem -más tarde Jerusalén- y sacerdote de Dios, llega a ser un símbolo de
Cristo, en quien se unen ambos oficios (Sal. 110:1-4; He. 6:20-7:21). “Fue Cristo quien habló por medio de
Melquisedec, el sacerdote del Dios altísimo. Melquisedec no era Cristo, sino la voz de Dios en el mundo, el
representante del Padre”. EW, 1 CBA, 1107.

Se describe a Melquisedec como siendo “sin madre” y “sin padre”, “sin genealogía”, no teniendo “principio de días,
ni fin de vida”. Como consecuencia Melquisedec es “hecho semejante al Hijo de Dios”.

La superlativa grandeza del sacerdocio de Cristo se hace evidente aquí


1. Por el significado del nombre de Melquisedec.
2. Por la dignidad de su sacerdocio y de su posición regia.
3. Por su falta de genealogía.
4. Por el hecho único de ser Cristo.

Su singularidad. Los sacrificios del ritual levítico simbolizaban el sacrificio de Cristo.


En los aspectos básicos y esenciales el sacerdocio aarónico y del de Cristo son los mismos.

El hecho de que Cristo se ofreciera “a sí mismo” (He. 9:14) en ofrenda a Dios introduce una verdad adicional, que
Cristo no fue ofrecido por otro, sino que se “ofreció a sí mismo”: es que en Cristo se da la singularidad única de ser
él, a la vez y en el mismo acto, ofrenda y sacerdote. DTG, 16.

Esto actualiza y clarifica la absoluta unicidad cualitativa de su sacrificio (He. 10:12-14), la trascendencia de su
oficio sacerdotal según el orden de Melquisedec (7:16) y la perfección de su carácter.

En Hebreos 4 y 7 se contrasta entre:

SACERDOCIO AARÓNICO SACERDOCIO DE


MELQUISEDEC-CRISTO

Estaba regido por la


genealogía y la sucesión Era vocacional

Su carácter era temporal e Tenía superioridad cualitativa y


inferior su duración eterna

El sacerdocio aarónico o levítico caducó con la muerte de Cristo, cuando “con un ruido desgarrador, el velo interior
del templo fue rasgado de arriba abajo por una mano invisible, que dejo expuesto a la mirada de la multitud un lugar
que fuera una vez llenado por la presencia de Dios”.

Así se daba paso al nuevo sacerdocio, “del orden de Melquisedec”. “desde entonces, el Salvador iba a oficiar como
sacerdote y abogado en el cielo de los cielos”. DTG, 705. (cf. 1 Tim 2:5; He. 7:24-25; 8:1, 2).

Su perpetuidad. Al sacerdocio aarónico se lo describe como “sacerdocio perpetuo” (Ex. 40:15; Jer. 33:18), en
ningún caso se indica que alguno de los sacerdotes individuales sea sacerdote eterno, y en esto radica la “debilidad”
e “ineficacia” (He. 7:18) del sacerdocio aarónico.

Los sacerdotes aarónicos fueron muchos “debido a que por la muerte no podían continuar” (7:23), “mas éste
(Cristo), por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable” (7:24).
El juramento divino. La inauguración del sacerdocio aarónico fue posible gracias a un mandamiento, a un
llamamiento divino (He. 5:4). Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo… para que sean
mis sacerdotes” (Ex. 28:1).

Pero no se hace mención de un juramento divino como ocurre en Salmo 110:4, donde se introduce a un nuevo
sacerdote “según el orden de Melquisedec”.

Este juramento sugiere la dignidad superior del sacerdocio de Melquisedec. “Porque los otros ciertamente sin
juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste (Cristo), con el juramento” (He. 7:21). Siendo que es un sacerdocio
perpetuo e indisoluble, dado con juramento, la intercesión sacerdotal de Cristo en los cielos llega a ser eternamente
suficiente (He. 7:24-25; Hch. 7:56; Lc. 12:8).

Carácter perfecto. El nuevo sacerdocio es mejor que el levítico, porque el nuevo sacerdote es Jesús, quien es “santo,
inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (He. 7:26).

El sumo sacerdote del orden levítico, aunque no estaba libre de pecado ni inmunizado contra la tentación, era
apartado y santificado mediante el elaborado ritual de ordenación y la purificación ceremonial.

Pero nuestro Señor Jesucristo no necesitó de ninguna ceremonia de purificación, ya que la dedicación de su vida al
ministerio sacerdotal se apoyaba en el juramento divino y en la incontestable trayectoria de su vida sin pecado.

Y allí sentado “a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (He. 8:1) Cristo llega a ser “ministro del
santuario” (8:2), a quien podemos allegarnos “con corazón sincero, en plena certidumbre de fe” (10:22), sabiendo
que “puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por
ellos” (7:25).

Cristo Sumo Sacerdote

Nuestro Sumo Sacerdote.

“La obra sacerdotal de Cristo no esta limitada a la ofrenda sacrificatoria que hizo de sí mismo en la cruz”, respalda
la posición de que “Cristo es el verdadero sacerdote que sirve en el santuario verdadero”. (L. Berkhof, Teología
Sistemática, 475).

Lo que se ha dicho hasta aquí constituye el marco de fondo para la magnifica verdad de que ahora Cristo “es el
sumo sacerdote de las cosas buenas que han venido. El santuario donde él sirve de sacerdote es mejor y más
perfecto, y no fue hecho por los hombres, es decir no es de mundo”. (He. 9:11, VP).

“Porque Cristo no entró en aquel santuario hecho por los hombres, que era solamente una figura del verdadero
santuario, sino que entró en el cielo mismo, donde ahora se presenta delante de Dios a favor de nosotros”. (He.
9:24, VP).

Tanto el AT como el NT declaran en forma inequívoca que el santuario terrenal fue una “sombra” o imagen del
modelo original real que está en el cielo (Ex. 25:40; He. 8:5).
“El santuario en el cual oficia Jesús en nuestro favor, es el gran original”. PP, 370.

El propósito de la doctrina bíblica del santuario es “comprender el significado de las verdades espirituales
involucradas en el gran conflicto y el plan de salvación”. (El Santuario y el sacrificio de Cristo, SDAGC, 4).

La Escritura no da información pormenorizada de la estructura material del templo-santuario celestial, ya que sólo
nos introduce en los aspectos salvíficos de su liturgia y sus servicios.

“Las verdades importantes acerca del santuario celestial y de la gran obra que allí se efectúa en favor de la redención
del hombre, debían enseñarse mediante el santuario terrenal y sus servicios”. PP, 371.

Al tratar de captar los aspectos sobresalientes del ministerio de Cristo en el cielo como nuestro sumo sacerdote,
encontramos que así como hay un templo-santuario celestial, el cual tiene básicamente dos partes, el ministerio de
Cristo también debe de contemplar dos fases o funciones.
Y esto armoniza con el conjunto de símbolos del santuario terrenal, en el que los sacerdotes y el sumo sacerdote
cumplían sus tareas en el servicio diario y en servicio anual.

El Servicio Diario.

La correspondencia del ministerio de Cristo en el cielo con los dos aspectos del servicio en el santuario terrenal es
reconocida tanto en las Escrituras como en la tipología del santuario y su interpretación (He. 8 y 9).

El capítulo 9 de Hebreos tiene como tema central el acceso a la presencia de Dios por medio del sacrificio perfecto y
definitivo de Cristo. La mediación de Cristo llega a ser así única e insustituible (1 Ti. 2:5; He. 7:25; Jn. 14:6; Ef.
2:18).

“Como nuestro mediador, Cristo trabaja incesantemente, sea que lo acepten o no, obra incesantemente a favor de
ellos. Les otorga vida y luz, y lucha por medio de su Espíritu para desconectarlos del servicio diabólico”. Review
and Herald, marzo 12, 1901.

La mediación continua (tamid) de Cristo en el santuario celestial, simbolizada por el servicio diario del santuario
terrenal, puede caracterizarse como:
1. Intercesión continua (He. 7:25; 9:24; 1Jn. 2:1).
2. Acceso continuo a Dios (Ef. 2:18; 3:12; He. 4:15-16).

3. Purificación, santificación y justificación continua (He. 9:14; 10:10).


4. Perdón continuo (Hch. 5:31; 1 Jn. 2:1).
5. Dirección continua de su iglesia (Ap. 1).
6. Sostén y protección continuos (Mt. 28:18-20).

San Pablo contrasta la ineficacia de la sangre de los animales en el santuario terrenal, que daba al pecador un acceso
parcial (sólo hasta el atrio) y no podía perfeccionar; y la eficacia de la sangre de Cristo que da un acceso ilimitado,
completo, hasta la presencia misma de Dios en el santuario celestial (He. 9).

“Cristo se entregó a sí mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad, y no descuida a nadie. El no podría ver
a los seres humanos expuestos a la ruina eterna sin derramar su alma hasta la muerte por ellos, y considerará con
amor y compasión a toda alma que comprenda que no puede salvarse a sí misma.

No mirará a ningún suplicante tembloroso sin levantarlo. El que mediante su propia expiación proveyó para el
hombre un caudal infinito de poder moral, no dejará de emplear ese poder en nuestro favor”. PVGM, 142, 143.

La obra continua de Cristo, (servicio diario o tamid) en el santuario celestial, debe entenderse en su doble
dimensión:

a. Como una obra realizada por nosotros, fuera de nosotros y aplicada o atribuida a nosotros (justificación).
b. Como la obra que Cristo realiza en nosotros por medio del Espíritu Santo (santificación).

Los israelitas del viejo pacto recibían perdón continuo (tamid), pero sus pecados contaminaban el santuario por la
transferencia que se hacía de la sangre del sacrificio.

Y “así como en la antigüedad los pecados del pueblo eran puestos por fe sobre la víctima ofrecida, y por la sangre de
ésta se transferían figurativamente al santuario terrenal, así también, en el nuevo pacto, los pecados de los que se
arrepienten son puestos por fe sobre Cristo, y transferidos, de hecho, al santuario celestial”. CS, 474.

El Servicio Anual.

El servicio “anual” (yom hakkipurim), llevado a cabo por el sumo sacerdote en el día de la expiación, es un símbolo
y una anticipación de la segunda fase del ministerio de Cristo en el santuario celestial (He. 9; Lv. 16).

Esta segunda fase del ministerio de Cristo no discontinua la primera, representada a su vez por el servicio diario.
En el servicio figurativo del día de la expiación, el primer sacrificio y el último del ceremonial eran los corderos del
servicio diario (Nm. 29:11).
Al iniciar su obra final de juicio, vindicación y sellamiento, Cristo la realiza simultáneamente con la tarea de
intercesión y mediación. Al iniciar su obra final de juicio, vindicación y sellamiento, Cristo la realiza
simultáneamente con la tarea de intercesión y mediación. (Dn. 8:14; Ap. 7:1-3; 11:18-19; 13:5-6; 14:6-12; 15:5-8).

El apóstol San Pablo declara: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no
se hace remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas
celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos”. He. 9:22, 23.

Si se acepta en todas sus consecuencias esta declaración, entonces el santuario celestial necesariamente tiene que ser
purificado. La purificación se efectúa única y exclusivamente con los méritos de la sangre de Cristo.

El ceremonial del día de la expiación incluía la obra de purificación. Mediante la aspersión de la sangre (Lv. 16:15-
30), el sumo sacerdote “limpiará y… santificará” el santuario de las inmundicias de los hijos de Israel.

El vocablo “limpiará” indica limpieza real y no sólo una declaración de limpieza. En Lv. 16 la palabra expiación
aparece 16 veces, y comprende la idea de limpieza del santuario y del pueblo.

Esta doble limpieza es simultanea, pues mientras Jesús en su función sacerdotal continua la obra de limpiar los
pecados del santuario celestial, aquí “debe llevarse a cabo una obra especial de purificación, la liberación del pecado
del pueblo de Dios en la tierra”. CS, 478.

Esta es una verdad solemne que debería conmovernos profundamente e impulsarnos a darle a Dios la lealtad y el
ministerio que su amor eterno reclama de sus hijos, ya que, “mientras Jesús ministra en el santuario celestial, sigue
siendo por medio de su Espíritu el ministro de la iglesia en la tierra”. DTG, 138.

En el día de la expiación (día de juicio), la persona que se negaba a “afligirse” y no confesaba ni abandonaba el
pecado, se hacía pasible del castigo y era “cortada de su pueblo” (Lv. 23:29).

Ese era en verdad un día solemnísimo en el que se decidía en forma definitiva, para bien o para mal, la pertenencia
de los creyentes al pueblo de Dios o su separación del mismo. La sentencia era irrevocable, y sus consecuencias
eternas.

En las Escrituras tenemos un número considerable de pasajes que encierran la misma idea de juicio divino que tiene
el llamado día de la expiación (Dn. 7:9-10; He. 9:27; Ap. 14:6-12).

El término usado por Pablo en Hebreos 9:23 “purificadas”, es decir limpiar, expresa la idea de limpieza del pecado.
La idea es la misma en Lv. 16:19-20, 30, donde se nos habla de la purificación del santuario en el día de la
expiación.

En la obra del juicio divino se debe señalar la existencia de libros que registran “nuestras vidas exactamente
delineadas como una fotografía sobre la placa del fotógrafo” y “no solamente somos tenidos por responsables por lo
que hemos hecho, sino por lo que dejamos de hacer”. EW, Review and Herald, septiembre 22, 1891.

Textos que hablan de libros en relación con el juicio divino, ejemplos: 1. “Y los libros fueron abiertos” (Dn. 7:9-10).
2. “Todos los que se hallen escritos en el libro” (Dn. 12:1). 3. “Y los libros fueron abiertos” (Ap. 20-12). 4. Otros:
Ex. 32:32-33; Sal. 69:28; 139:16; Jer. 17:1; Mal. 3:16; Ap. 3:5; 13:8; 17:8.

Así como el día de expiación ocurría como culminación solemne del año litúrgico, inmediatamente antes del
regocijo final centrado en la fiesta de las Cabañas, algo semejante ocurre con la “segunda fase” del ministerio
sacerdotal de Cristo, que tiene lugar antes del triunfante gozoso regreso del Señor.

Esta secuencia de los acontecimientos, prefiguraba vigorosamente por las festividades religiosas judaicas, destaca el
hecho significativo de que ahora Cristo está ocupado en su obra final de juicio y sellamiento.

En la sucesión de eventos escatológicos que aparecen en Daniel 7, la escena de juicio es previa al momento cuando
los reinos de este mundo son dados “al pueblo de los santos del Altísimo” (7:27).

Este juicio previo al advenimiento de Cristo debiera concebirse como la primera sesión de las tres que están
relacionadas con el juicio final de Dios, el cual culmina en le tercera sesión, que es la ejecutiva, y que tiene lugar
después del milenio (Ap. 20-22).
La afirmación de que hay un juicio previo al advenimiento de Cristo que funciona como primera sesión, es válida en
dos sentidos:
En lo que concierne al pecador, no cabe duda de que sus pecados le son perdonados (1 Jn. 1:8-9), y él debe
aceptar ese perdón como final y definitivo (Mi. 7:18-19).

2. En lo que concierne a Dios y a la vindicación de su carácter, el registro del pecado queda en el santuario celestial
como prueba irrecusable de la justicia vindicativa y retributiva del Todopoderoso, hasta el día cuando la culpabilidad
del pecado recaiga sobre el que lo originó, el diablo (Ap. 20:9-15).

El registro del pecado en el santuario celestial se hace posible únicamente a partir de la cruz, porque no se puede dar
por establecida la responsabilidad del hombre hasta tanto se haya demostrado que es responsable. Con la cruz, se
hace evidente la responsabilidad del pecador porque se le ofrece la oportunidad de salvarse, y en caso de no
aceptarla, resulta culpable.

El hombre no es responsable de su nacimiento ni de la tendencia al pecado que lo acompaña, pero la cruz de Cristo
acentúa su pecaminosidad si decide permanecer en el pecado.

En el juicio previo al advenimiento de Cristo, se vindica a Dios ante la hueste angélica y ante el universo, al
demostrarse fehacientemente en Cristo que las acusaciones de diabólicas eran perversas, y que la solución única y
absoluta para el problema del mal está en la cruz de Cristo (Ap. 15:3; Ro. 3:4).

No olvidemos que cada persona será sometida a una prueba de lealtad a Dios, y el mundo entero tendrá que
pronunciarse. “Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios y cada uno deberá encontrarse cara a cara
con el gran Juez”. CS, 542.

La extirpación final del pecado tiene una doble proyección:


Su eliminación de la vida del creyente y de la iglesia.
Su eliminación del universo (Ro. 8:18-23; Ap. 21:4-5; Nah. 1:9).
Pronto llegará el momento cuando “el universo habrá visto la naturaleza y los resultados del pecado, y su
destrucción completa, que en un principio hubiera atemorizado a los ángeles y deshonrado a Dios, justificará
entonces el amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se deleitarán en hacer su voluntad”.
CS, 558.

Entonces, los redimidos de todos los tiempos unirán sus voces en gloriosa alabanza para entonar “el cántico de
Moisés siervo de Dios, y del cántico del Cordero” (Ap. 15:3-4).

Las Ofrendas y su significado

Las Ofrendas y su significado.

“Dios les indico expresamente que toda ofrenda presentada para el servicio del santuario debía ser ‘sin defecto’ Ex.
12:5. […] Sólo una ofrenda ‘sin defecto’ podía simbolizar la perfecta pureza de Aquel que había de ofrecerse como
‘cordero sin mancha y sin contaminación’ 1 P. 1:19”. PP, 365.

La primera lección que Dios quería enseñar a Israel por medio de los sacrificios, era que el pecado significa muerte.
Sobre cada ceremonia y cada servicio quedaba estampada la lección: El pecado significa la muerte.

Otra lección era que el perdón del pecado puede obtenerse únicamente por la confesión y el ministerio de la sangre.
Esto servía para grabar profundamente el costo del perdón. El perdón cuesta algo, y el costo es
una vida, la vida misma del Cordero de Dios.

6 Enseñanzas Básicas que se aplican a todos los Sacrificios.


1. Ningún sacrificio era aceptable si antes no era salado con sal (Nm. 18: 19), ya que la sal era un símbolo de la
justicia de Cristo, la que garantizaba la aceptación de la ofrenda.

2. El orden, era la ley que gobernaba en el santuario. El animal debía ser cortado en pedazos y luego reordenado
cuidadosamente sobre el altar, para ser consumido por el fuego (Lv. 1: 7, 8; 1 Co. 14: 33, 40).
3. La limpieza era requerida insistentemente en todo lo que se hacía y de parte de todos (Lv. 1: 9), anticipaba la
purificación total de la fe del creyente.

4. En Dios no hay acepción de personas. Todos son pecadores, todos tienen la posibilidad de pecar. Pero todos
pueden acceder al perdón, esta disponible. Dios espera que no pequemos. 1 Jn. 2: 1, 2.

5. Agua, sangre y fuego daban testimonio de la fe del creyente. El agua purifica el pecado y la inmundicia. La
sangre purifica el pecado. El fuego destruye la contaminación, elimina la escoria del pecado.
6. Los animales debían ser sin mancha. Saludables y sin defecto físico. Símbolo de Cristo. (Is. 53: 11, 12; 1 P. 1:
18,19).

“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” Jn. 1:29. “Fuisteis rescatados […] con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” 1 P. 1:28, 29. “El Cordero que fue
inmolado es digno de tomar el poder…” Ap. 5:12.

Hay una verdad central, sobresaliente al leer e interpretar las Sagradas Escrituras, que se entreteje tanto en los libros
del AT como en los del NT. Esta verdad es la del Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios (Lc. 24:25-
27, 44-45; Gn. 3:15; 22:18; Nm. 21:9; 24:17; Dt. 18:15, 18-19).

De todas las expresiones usadas para referirse anticipadamente a Cristo, la de la “simiente de la mujer” (Gn. 3:15),
cuya sangre sería derramada, pareciera ser la primera y la más repetida.

Inmediatamente después de la entrada del pecado en este planeta, Dios prometió: “Pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, y acto
seguido “hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Gn. 3:15, 21).

El primer cordero, que era símbolo del Cristo venidero, había sido sacrificado y su sangre derramada, y “así como la
transgresión de Adán había traído desgracia y muerte, el sacrificio de Cristo traería vida e inmortalidad”. PP, 52.

Desde entonces, a lo largo de cuatro milenios, “el sacrificio de animales fue ordenado por Dios para que fuese para
el hombre un recuerdo perpetuo, un penitente reconocimiento de su pecado y una confesión de su fe en el Redentor
prometido”. PP, 54.

Por ello los sacrificios ofrecidos en el santuario constituían una revelación maravillosa de la gracia redentora de
Dios. El libro de Hebreos identifica claramente esos sacrificios con dos categorías: el servicio diario (He. 7:27;
10:11), y el servicio anual (9:7; 10:3).

La sangre es el símbolo por excelencia en el plan de salvación. La razón está dada en la carta a los Hebreos: “Sin
derramamiento de sangre no se hace remisión” (9:22), y esto nos confronta con el hecho inevitable: el único medio
de salvación es la sangre de Cristo.

Los israelitas conocieron el dramático significado de la sangre (Ex. 12:13) en ocasión de la muerte de los
primogénitos egipcios. Por la aspersión de la sangre sobre los dinteles y los postes de las puertas alcanzaban
seguridad y protección.

El sacrificio de Cristo es el resultado de la gracia de Dios y no su causa. Es una ofrenda de parte de Dios y no una
ofrenda ofrecida a Dios. La base firme para la expiación está en la gracia de Dios a favor del pecador y no en su ira
ante el pecador.

En la simbología bíblica la sangre relacionada con el altar de holocaustos entraña la idea de expiación (Ro. 5:9-10;
Ap. 12:11), puesto que hemos sido “rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación” (1 P. 1:18-20).

En la Epístola a los Hebreos se señalan dos usos principales de la sangre:


1. Se la “roció” para confirmar el pacto (He. 9:19-20).
2. Fue el medio para la expiación (9:22).

La palabra hebrea usada para expiación (kafar) comunica tres matices de significación muy importantes:
1. Cubrir o tapar, al modo como la gallina cubre sus polluelos cuando anticipa un peligro; o como en el caso de
Noé, embetunando el arca “por dentro y por fuera” (Gn. 6:14).
2. Purgar o limpiar. En Levítico 16:16 se menciona que la sangre es usada para purificar (kafar) el santuario de “las
inmundicias” de los hijos de Dios, simbolizando a Cristo, quien “nos limpia de todo pecado” (1 Jn. 1:7).

3. Aplacar la ira. Por ejemplo, cuando Jacob se enteró de que su hermano Esaú iba a su encuentro con 400 hombres
armados, dijo: “apaciguaré su ira” (Gn. 32:20).

¡Cuán maravilloso es el amor de Dios! Lo es tanto, que permite que “sobre Cristo como sustituto y garante nuestro”
se descargue la justicia de Dios. En la cruz “el sentido del pecado, que atraía la ira del Padre sobre él…, fue lo que
hizo tan amarga la copa que bebía el Hijo de Dios y quebró su corazón”. DTG, 701.
Usos de la sangre. En realidad la sangre representaba la vida del animal muerto (Lv. 17:11), y tenía valor siempre
que el animal hubiera muerto. Así que el pecador es “reconciliado por” la “muerte” de Cristo, y es salvado “por su
vida”, la vida de perfecta obediencia que él vivió antes de morir (Ro. 5:10).

Así que el pecador es “reconciliado por” la “muerte” de Cristo, y es salvado “por su vida”, la vida de perfecta
obediencia que él vivió antes de morir (Ro. 5:10). 1. Asperjada. Por ejemplo, en el día de la
expiación (Lv. 23) el sumo sacerdote, vestido con su ropa blanca, entraba al lugar santísimo y rociaba la sangre de la
expiación “delante” del altar del incienso, y “sobre” él (Lv. 16:15-16, 19).

2. Sobre los cuernos. En ciertos casos la sangre era untada en los cuernos del altar de los holocaustos y del altar del
incienso para indicar el perdón del pecado y el registro de ese perdón (Lv. 4:7, 18, 25, 30, 34).

3. Derramada. La sangre sobrante del animal era derramada alrededor del altar como un indicación concluyente de
que Dios tiene abundante gracia para cubrir a todo pecador (Lv. 4:7, 18, 25, 30, 34).

Al hablar de los holocaustos es interesante notar que dos veces se repite el mandato de que “el fuego encendido
sobre el altar no se apagará”, porque “arderá continuamente en el altar” (Lv. 6:12-13). Esto pareciera referirse en
buena medida al hecho de que de día y de noche, a lo largo de las 24 horas, habría un holocausto consumiéndose
sobre el altar.

El pueblo podía reposar con confianza porque el “suave aroma” del sacrificio testificaba del cuidado protector de
Dios. En la simbología bíblica, el fuego pareciera ser el símbolo que mejor expresa el mensaje de la ira y del juicio
de Dios. En el altar el fuego es un anticipo del juicio contra el pecado, porque “nuestro Dios es fuego consumidor”
(He. 12:29).

La Sangre de Jesús.
Somos redimidos con la sangre preciosa de Cristo (1 P. 1:18, 19).
Obtenemos el perdón de nuestros pecados por su sangre (Col. 1:14).
La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado (1 Jn. 1:7).

Tenemos remisión de pecados por su sangre (He. 9:22).


La sangre hace expiación (Lv. 17:11).
Tenemos acceso a Dios por su sangre (Ef. 2:13).
Somos justificados en su sangre (Ro. 5:9).

Hay santificación en la sangre de Cristo (He. 13:12).


Tenemos paz por medio de la sangre (Col. 1:20).
Somos victoriosos por su sangre (Ap. 12:11).

“Y sin derramamiento de sangre no hay remisión” He. 9:22. “El cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
Jn. 1:29. El valor de nuestra adoración debe determinarse mayormente por nuestra actitud hacia la sangre de Cristo,
ya que sin sangre no hay Evangelio.

Cualquiera que rechace la dádiva del sacrificio de Jesús queda excluido de la posibilidad de alcanzar la salvación,
porque aparte de la sangre de Cristo no hay esperanza.

Por la tragedia del pecado, el hombre perdió el Edén. Sin embargo, por el inmenso amor de Jesús fuimos redimidos
por su gracia, para volver al Paraíso hecho nuevo.

El Ministerio del Santuario: Servicio Diario


Servicio Diario.

El Sacrificio continuo.

“El ministerio del santuario consistía en dos partes: un servicio diario y otro anual.
El servicio diario se efectuaba en el altar del holocausto en el atrio del tabernáculo, y en el lugar santo; mientras que
el servicio anual se realizaba en el lugar santísimo”. PP, 364.

“El servicio del sacerdote durante el año en el primer departamento del santuario ‘adentro del velo’ que formaba la
entrada y separaba el lugar santo del atrio exterior, representa la obra y el servicio a que dio principio Cristo al
ascender al cielo.

“Los dos lugares santos hechos a mano, habían de ser ‘figura del verdadero’, ‘figuras de las cosas celestiales’ (He.
9:24, 25), es decir, una representación, en miniatura, del templo celestial donde Cristo, nuestro gran Sumo
Sacerdote, después de ofrecer su vida como sacrificio, habría de interceder a favor de los pecadores”. PP, 356.

“Como el ministerio de Cristo iba a consistir en dos grandes divisiones, ocupando cada una un período de tiempo y
teniendo un sitio distinto en el santuario celestial, asimismo el culto simbólico consistía en el servicio diario y el
anual, y a cada uno de ellos se dedicaba una sección del tabernáculo”. PP, 371.

El sacrificio continuo.

El Holocausto continuo. Ex. 29:38-42. “… todos los días me deben traer para el holocausto dos corderos de un año,
y sin defecto. Uno de ellos lo ofrecerás en la mañana, y el otro al atardecer”. Nm. 28:3, 4.

Se efectuaba dos veces cada día, por la mañana y por la tarde, y con él se simbolizaba la consagración diaria de la
nación entera a Dios, y su constante dependencia de la sangre expiatoria de Cristo.

Recuerde que “delante del velo del lugar santísimo había un altar de intercesión perpetua [altar del
incienso], y delante del lugar santo, un altar de expiación continua [altar de los holocaustos]”. PP, 365-366.

“En el templo, el sacrificio matutino y el vespertino señalaban diariamente al Cordero de Dios”. DTG, 29, 30.

“El cordero del sacrificio representaba al ‘Cordero de Dios’, en quien reside nuestra única esperanza de salvación
[…]. Debemos creer, no sólo que él murió por el mundo, sino que murió por cada uno individualmente. Debemos
apropiarnos la virtud del sacrificio expiatorio”. PP, 281.

VALORES TIPOLOGICOS ENVUELTOS EN EL HOLOCAUSTO CONTINUO.

1. El holocausto provee una expiación general provisoria para el pecador (Job 1:4-5; Lv. 1:4).
2. Los pecados no confesados también contaminan el santuario (Núm 19:13, 20; Lev 15:31).
3. La sangre del holocausto, derramada alrededor del altar, “registra” el pecado no confesado y provee una
expiación provisoria hasta que el pecador traiga el sacrificio específico para cubrir su caso. La salvación es
ofrecida a todos los hombres, pero sólo llega a ser efectiva cuando el pecador se apropia de ella (1 Ti. 4:10).

La sangre de Cristo derramada al pie del altar “clama por justicia” (He. 12:22-29), pero a la vez ofrece perdón, y por
ello es mejor que la de Abel, la cual pedía sólo justicia (Gn. 4:10).

El sacrificio traído por el individuo registra los pecados confesados por éste, y registra también el perdón concedido.
Ese perdón queda registrado en los cuernos del altar, o en el sacerdote mismo o sobre el velo, y de alguna manera
pasa al santuario. Es el perdón de esos pecados confesados el único perdón que se registra en el santuario.*

En el día de la expiación ésos son los únicos pecados por los cuales se hace expiación (Lv. 16:15-16; 18-20). * La
sangre se llevaba al lugar santo cuando pecaba el sacerdote o la congregación (Lv. 4:5-6, 16-17). Cuando una
persona común del pueblo o un príncipe pecaba, la sangre del sacrificio se colocaba sobre los cuernos del altar de
los holocaustos y la carne era comida por los sacerdotes (Lv. 4:25-34; 6:30; PP, 367, 368).

Sacrificios de Animales a favor de los Individuos


Ofrendas especiales por el pecado:
Por un sacerdote. Lv. 4: 3-12. (becerro)
Por toda la congregación. Lv. 4:13-21. (becerro)
Por un gobernante. Lv. 4: 22-26. (macho cabrío)
Por un individuo del pueblo común. Lv. 4: 27, 28, 32; 5: 7,11 (cabra, cordero, 2 tórtolas o palominos, décima
parte de una efa de flor de harina).
El padre de la familia representaba a su esposa e hijos, los cuales no ofrecían sacrificios.

Servicio diario. “Cuando alguno de ustedes traiga una ofrenda al Señor, deberá presentar un animal de ganado
vacuno u ovino… sin defecto… Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar y
le servirá de propiciación. Después degollará al novillo ante el Señor…”. Lv. 1:2-4.

“Lo que se hacía simbólicamente en el santuario terrenal, se hace en realidad en el santuario celestial”. CS, 473.

“La obra del sacerdote en el servicio diario consistía en presentar ante Dios la sangre del holocausto, como también
el incienso que subía con las oraciones de Israel. Así es como Cristo ofrece su sangre ante el Padre en beneficio de
los pecadores, y así es como presenta ante él, además, junto con el precioso perfume de su propia justicia, las
oraciones de los creyentes arrepentidos. Tal era la obra desempeñada en el primer departamento del santuario en el
cielo”. CS, 473.

“Tal era la obra que se hacía diariamente durante todo el año. Con el traslado de los pecados de Israel al santuario,
los lugares santos quedaban manchados, y se hacía necesaria una obra especial para quitar de allí los pecados”. PP,
367, 368.

Azazel

AZAZEL.

El término “Azazel” (Lv. 16:8, 10), presenta serias dificultades. Sin embargo, hay dos razones, por lo menos, que
nos ayudan a identificarlo como referido a un ser personal, al enemigo de Cristo, a Satanás:

1. La construcción de la frase “por Jehová… por Azazel”, en forma del tradicional paralelismo hebreo, obliga a
pensar que así como Jehová es un ser personal, también lo es su contraparte, Azazel.

2. Algunos expositores y eruditos judíos ven en Azazel a un ser personal. Por consiguiente, Azazel designa un ser
personal, y en este caso sólo puede referirse a Satanás. Se presentan tres posibles interpretaciones:

1. Azazel es el animal mismo.


2. Azazel es el lugar al cual es llevado el macho cabrío
3. Azazel es el nombre que designa al demonio que habita en el desierto. Este último es más
lógico, Azazel no puede ser sino otro nombre para Satanás.

Ceremonia de los dos machos cabríos. El macho cabrío por Azazel esta vivo, y en su presencia el sumo sacerdote
mata el macho cabrío por Jehová.

Tres veces la palabra “vivo” esta relacionada con Azazel (Lv. 16:10, 20-21). En cambio, el macho cabrío “por
Jehová” es muerto y con su sangre se hace expiación por el altar, por el lugar santo y por el lugar santísimo (Lv.
16:9, 15-16, 18, 20).

El macho cabrío por Azazel es llevado al desierto con la carga de los pecados que el sumo sacerdote coloca sobre él,
pecados éstos que ya habían sido confesados, expiados y perdonados por Cristo.

Al depositarlos sobre Azazel, lo que el sumo sacerdote hace en verdad es quitar la mancha, limpiar el santuario, y
así, la suciedad que manchó el santuario es quitada y depositada sobre Satanás, que es el originador de la misma.

Azazel es llevado al “desierto”, un lugar que con referencia a la ruta del éxodo es descrito como “grande y
espantoso” (Dt. 8:15), de donde no vuelve más. Es expulsado de la presencia del pueblo y de la presencia de Dios.
Por lo tanto no puede representar a Cristo, ya que el Redentor “vuelve”, “resucita”.

En tiempos de Cristo la ceremonia de Azazel incluía la participación de los israelitas, quienes insultaban al macho
cabrío diciéndole: “¡Vete, rápido, rápido, vete!”, y por temor a que volviera, una persona encargada lo empujaba al
abismo. Al morir Azazel los pecados depositados sobre él no podían volver.
Diferencias entre los dos machos cabríos.

“Por Jehová” “Por Azazel”


1. Su sangre es 1. Es llevado “vivo”
derramada. al desierto.
2. Sin derramamiento 2. No regresa más y por lo tanto no puede
de sangre no se hace remisión. referirse a Cristo. No es un
símbolo de resurrección.

3. Es una expiación del En Azazel se hace la


pecado en sentido vicario erradicación final del pecado
y de su originador. La
justicia de Dios se descarga sobre él en forma
de juicio ejecutivo.

4. En la expiación Cristo asume el lugar 4. Azazel (Satanás), en quien se origino el


del pecador y llega a ser “pecado” por pecado, debe perecer junto con el pecado. El
imputación (2 Co. 5:21; Lv. 4:3-12; pecado no tiene futuro, esta condenado a
16:15-16). desaparecer. El juicio de Dios recae sobre él y
lo aniquila.

5. Cristo es el redentor único y suficiente. 5. Azazel carga con la responsabilidad de


Entró en el santuario celestial una vez y para haber originado el pecado y de haber hecho
siempre, y obtuvo redención eterna (He. pecar a los justos. Los aspectos legales y
9:12-18). Azazel no es copartícipe de la judiciales recaen sobre él, que es el cerebro
redención. que origino el mal.

Los pecados depositados sobre Azazel son pecados que ya habían sido perdonados y expiados por Cristo.

En el día de expiación lo que se hace es eliminar la mancha (a Dios se lo había “manchado” con falsas acusaciones,
algunas de las cuales habían sido creídas por un número elevado de ángeles), y colocarla sobre el culpable.

La calumnia lanzada contra Dios, al igual que el bumerán, regresa al que la arrojó. La “mancha” no puede quedar
en el santuario, contra Dios, porque ha llegado el tiempo de justificar a Dios y vindicarlo (cf. Dn. 8:14). La
“mancha” no puede quedar más sobre Cristo porque la “segunda vez, sin relación con el pecado” será visto por los
redimidos (He. 9:28).

La justicia divina culpará al único culpable de la rebelión, que es Satanás. Así que “cuando Cristo, al fin de su
ministerio y en virtud de su propia sangre, quite del santuario celestial los pecados de su pueblo, los pondrá sobre
Satanás, el cual en la consumación del juicio debe cargar con la pena final”. CS, 475.

El pecado que esencialmente es rebelión contra Dios, tiene que desaparecer: Primero, de las vidas de los hijos de
Dios; y eso es posible porque Cristo los cargó sobre sí mismo: se hizo garante de su pueblo no sólo en su muerte
sino también en su vida.

En segundo lugar, debe desaparecer la misma presencia del pecado y la incitación a cometerlo, y eso ocurre con el
destierro y aniquilamiento de Satanás al fin de los tiempos (Ap. 20:1-4, 10).

Así como la suerte de cada israelita quedaba solemnemente decidida el día de la expiación, de la misma manera el
destino del creyente quedará sellado para siempre cuando termine el tiempo de gracia, ya que Cristo no intercederá
más en su favor. El carácter de cada persona quedará “fijado” en forma irrevocable; no podrá realizar cambio que
no haya efectuado antes (Ap. 22:11).

Día de la Expiación
DÍA DE LA EXPIACIÓN.

A los primeros diez días del mes de Tishri, se les llamaba “días solemnes”, especialmente al primero y al décimo.
Estos dos últimos son conocidos como la “conmemoración al son de trompetas” y el “día de expiación”, (Lv. 23:23-
32).

A los primeros diez días del mes de Tishri, se les llamaba “días solemnes”, especialmente al primero y al décimo.
Estos dos últimos son conocidos como la “conmemoración al son de trompetas” y el “día de expiación”, (Lv. 23:23-
32).

Estos “días solemnes” reclamaban la abstención de trabajo y ayuno completo. Eran días de penitencia e iban
acompañados de un sentimiento de profunda responsabilidad moral.
Estos días no se relacionan con hechos históricos sino con la intimidad espiritual del individuo.

El año nuevo judío, no es recibido con ruido y algazara; se lo espera con un corazón serio y contrito. En su
proyección simbólica estos días eran eminentemente escatológicos, ya que representaban la gloriosa culminación de
la obra de Cristo a favor del pecador.

El día del “son de trompetas”. A Rosh Hashanah que es el día de año nuevo, se lo denomina “día para sonar el
shofar” (Nm. 29:1; Lv. 23:24). Se lo designaba como “día de memoria” y “día de juicio”. Se lo designaba así, por
su cercanía con el día de expiación.

En el Talmud (que es corpus juris judío), hay una serie de declaraciones referente al día de año nuevo y su relación
con el día de la expiación.
1. El hombre es juzgado en el día de año nuevo mientras que el decreto final se promulga en Yom Kippur.
2. En el día de año nuevo se realiza el juicio de todo ser humano.

3. Se hace sonar la trompeta para anunciar al pueblo que ha comenzado un nuevo año, y para advertirles que cada
uno debe examinar su vida estrictamente y corregirla.

4. Toda persona debe revisar su conducta y arrepentirse de sus pecados antes del día del juicio, y tener clara
conciencia del hecho irrevocable de que la justicia de Dios se aproxima.
5.El juicio queda en suspenso desde Rosh Hashanah hasta Yom Kippur, si el individuo se arrepiente es colocado con
los justos para gozar de una vida feliz; pero si se mantiene indiferente, queda con los impíos.

En la oración que los judíos rezan para la solemnidad de Año Nuevo, se comunica con gran vivacidad la idea de que
Rosh Hashanah es el día en que Dios, sentado en su trono en el cielo, inicia el juicio del mundo.

El día de expiación. Es la solemnidad mayor y más sagrada de todo el ceremonial judaico. En ese día “se hará
expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová”. Lv. 16:30.

En el día de la expiación los que habían confesado sus pecados y se habían mantenido en conexión con el Creador,
recibían el perdón final y la limpieza total. Para los judíos el “día de expiación” era la ocasión cuando el hombre
hacía un arreglo final de sus cuentas con Dios, y tanto el santuario como el pueblo quedaban justificados y
vindicados.

La singularidad del Yom Kippur queda sostenida en los hechos siguientes:


1.Era el único día del calendario litúrgico en que se exigía ayuno total (Lv. 23:32).
2. Era el único día, aparte del sábado semanal, en que se prohibía todo trabajo secular (Lv. 16:29-30; Nm. 29:7).

3. Era el único día en que el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo (qódesh qodashim).
4. Era el único día del año en que se efectuaba la purificación del santuario.
5. Era el único día aparte del sábado semanal (Ex. 31:15; 35:2), que se designaba con la expresión shabbath
shabbathon (Lv. 16:31; 23:32).

Si bien el Yom Kippur era un día de ayuno, confesión y lamento, seguía siendo el día que anticipaba la victoria y el
gozo. La persona no debía comer, pero así y todo debía vestir ropa de fiesta.
Verdades acerca del día de expiación. El sumo sacerdote oficiaba en el elaborado ritual del día de expiación con
ropas especialmente diseñadas para esa ocasión, con lo cual comunicaba la idea de pureza, separación y vindicación
(Lv. 16:4, 17). En el ritual de ese día, el sumo sacerdote dramatizaba cuatro hechos notables:

1. La purificación del santuario. En ese día el santuario (Lv. 16:33) quedaba limpio de pecado; el sumo sacerdote
quitaba el pecado que se había acumulado a lo largo del año (Lv. 16:18-19).

El santuario se contaminaba con el pecado que los israelitas confesaban sobre la cabeza del animal inocente, en el
atrio del santuario. Aunque el individuo quedaba perdonado y limpio, el santuario se contaminaba. La purificación
del santuario era un tema central en el ministerio sacerdotal del día de expiación.

Había dos purificaciones:


Una individual y provisoria que tenía efecto al momento de recibir el creyente el perdón de pecados, y la otra, de un
carácter más abarcante, que ocurría en el día de la expiación cuando el santuario mismo y el pueblo eran purificados.
Ambas eran esenciales (Lv. 16:16-22).

La purificación del santuario terrenal en el día de expiación anticipaba la purificación del celestial al fin de los
tiempos (He. 9:21-23).

2. Una obra de juicio. Respecto a cada creyente se hacía una decisión irrevocable: la de mantenerlo dentro del
pueblo de Dios o separarlo de él.

Si se habían confesado todos los pecados individuales y colectivos no era necesario temer, pues ya se había
concedido el perdón y ahora el sumo sacerdote procedía a quitar el registro de esos pecados y a depositarlos,
simbólicamente sobre su originador.

El instigador que había desatado la reacción en cadena del pecado tiene que cargar con la culpa. “Puesto que
Satanás es el originador del pecado, el instigador directo de todos los pecados que causaron la muerte del Hijo de
Dios, la justicia exige que Satanás sufra el castigo final”. PP, 372.

3. Día de la erradicación del pecado. Aunque imperfectamente, en el día de expiación se enseñaban verdades
esenciales. La obra expiatoria del Señor entraña tantos aspectos, que resulta imposible encontrarle paralelo perfecto
a nivel humano y terreno (He. 10:1-3).

La verdad más destacada que se enseñaba mediante el ritual de este día solemne era la de la extirpación, la
erradicación del pecado. La ceremonia del macho cabrío por Azazel (Lv. 16:8, 10, 26) constituía la culminación del
objetivo central del día de expiación, a saber la erradicación del pecado.

“La obra de Cristo a favor de la redención del hombre y la purificación del pecado del universo, será concluida
quitando el pecado del santuario celestial y depositándolo sobre Satanás, quien sufrirá el castigo final”. PP, 372.

El sellamiento. “En círculos judíos se desarrolló la idea que en el día 1º de Tishri, el sagrado día de Año Nuevo, los
hechos del hombre son juzgados y su destino decidido; y en el 10o de Tishri, el decreto del cielo sellado”. The
Jewish Encyclopedia, 2: 281.
La idea del sellamiento está conectada con el juicio, la purificación del santuario y la erradicación del pecado.

El día de la expiación anticipaba la verdad gloriosa de que el ministerio de Cristo a favor del pecador va más allá de
la cruz del Calvario; nos introduce en el episodio final del drama de los siglos cuando el pecado será erradicado del
universo, Satanás destruido y la suerte de los hijos de Dios sellada para la vida eterna. El juicio divino revelará que,
mediante el Espíritu de Dios, la impronta del carácter de Cristo ha sido colocada sobre las vidas de los creyentes
redimidos.

Ceremonia del Día de la Expiación. Nm. 29:7-11; Lv. 16:3-34.


1. Preparación del pueblo. Dios trataba sólo los pecados de su pueblo. El pueblo examinaba sus corazones,
confesaba sus pecados y se humillaba delante de Dios Lv. 23:29; Nm. 29:7.

Los judíos llamaban al día de la expiación yom haddin o día del juicio. En ese día cada verdadero israelita renovaba
su consagración a Dios y confirmaba su arrepentimiento; en consecuencia, quedaba perdonado y limpiado. En ese
día “se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová”. Lv. 16:30.

2. Purificación del Sumo Sacerdote.


1. El sumo sacerdote se bañaba y vestía con sus ropas santas de lino (Lv. 16:4, 23) se usaban solo y exclusivamente
para el ritual del Día de la Expiación.
2. Debía presentar un becerro como ofrenda de pecado ante el Señor, y “hará reconciliación por sí y por su casa”
(Lv. 16:6) de sus propios recursos. Ponía las manos sobre la cabeza del animal y hacía su confesión.

3. Luego, ponía sus manos en una urna, en la cual había dos suertes, se dirigía a los dos machos cabrios que estaban
en el atrio, una para Jehová y la otra para Azazel.
4. Volvía a su becerro, repetía su confesión, lo mataba y recogía la sangre en un recipiente.

5. Llenaba un incensario lleno con brasas del altar del holocausto, e incienso en sus manos, entraba en el lugar
santísimo (Lv. 16:12, 13) y colocaba el incienso sobre las brasas y el lugar se llenaba de fragancia. Luego se
retiraba al atrio.

Tomaba el recipiente que contenía la sangre, y entraba por segunda vez en el lugar santísimo, delante de la shekinah,
envuelto por la fragancia del incienso. Asperjaba una vez sangre sobre el propiciatorio y siete veces sobre el suelo
donde estaba el incensario (Lv. 16:11-14), luego salía al atrio.

3. Purificación del santuario.


1. En el atrio, el sumo sacerdote mataba el macho cabrio por Jehová, como ofrenda por el pecado de Israel, y
recogía la sangre en un recipiente de oro, no ponía las manos sobre el animal, y sin confesión de pecados sobre él.

2. Entraba en el lugar santísimo por tercera vez, hacía con la sangre del macho cabrío lo que había hecho con la del
becerro (asperjaba una vez sangre sobre el propiciatorio y siete veces sobre el suelo donde estaba el incensario) (Lv.
16:15; PP, 369, 370).

3. En el lugar santo, el sumo sacerdote tomaba la sangre del becerro, y asperjaba una vez arriba y siete veces hacia
abajo delante del velo. Después, hacia lo mismo con la sangre del macho cabrio.
4. Luego se mezclaba la sangre del macho cabrio con la del becerro, y se untaba los cuatro cuernos del altar de oro y
se esparcía la sangre siete veces en el centro del altar del incienso (Lv. 16:18, 19; Ex. 30:10).

5. Volviendo al atrio, el sumo sacerdote hacia expiación por el altar del sacrificio, esparciendo sangre en los cuatro
cuernos y asperjando siete veces sus cuatro costados. Derramaba luego la sangre mezclada en la base del altar.
6. De esa forma acababa de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar (Lv. 16:20, 33).

7. Además, el adorador era declarado limpio y sus nombres retenidos en el libro de los vivos, los demás eran
cortados, y sus nombres borrados (Lv. 16:30; 23:29).
8. Al salir del santuario, el sumo sacerdote llevaba la carga de las culpas de Israel y a la puerta del tabernáculo,
ponía las manos sobre la cabeza del macho cabrio por Azazel, y por su confesión colocaba todos los pecados sobre
él (Lv. 16:20,21). No se derramaba sangre, ni se hacía expiación (He. 9:22).

9. Luego, el macho cabrio por Azazel era conducido por un emisario, a tierra deshabitada, y allí se lo soltaba (Lv.
16:21, 22).
10. Mientras el macho cabrio por Azazel era llevado al desierto, el sumo sacerdote quemaba los cuerpos del becerro
y del macho cabrio por Jehová fuera del campamento y quemaba su grasa sobre el altar (Lv. 16:25, 27).

11. El sumo sacerdote se lavaba entonces y se vestía sus vestimentas esplendidas y sacrificaba los holocaustos de
consagración por sí mismo y por su pueblo. Como también siete corderos como sacrificios de paz del pueblo (Lv.
6:24). Además, en este momento ofrecía el sacrificio vespertino diario. Y si el día de la expiación caía en sábado,
se realizaban los servicios adicionales. En total se sacrificaban 15 animales.

12. El sumo sacerdote se bañaba y se ponía su ropa blanca y entraba por cuarta vez al lugar santísimo, recuperaba el
incensario de oro, la mediación había cesado, arrojaba las brasas del incienso al pie del altar del holocausto donde se
arrojaban las cenizas.
13. El velo salpicado de sangre ante el lugar santísimo era quitado por los sacerdotes, y se ponía uno nuevo, tejido
por las mujeres de Israel (EW, 1 CBA, 1121).

14. El sumo sacerdote se bañaba de nuevo y se ponía otra vez sus ropas esplendidas, para bendecir al pueblo
jubiloso (Nm. 6:23-27; PE, 280).
15. El día de la expiación de Israel terminaba con un banquete para el sumo sacerdote satisfecho y sus jubilosos
amigos.
“El día de la expiación, el sumo sacerdote, llevando una ofrenda por la consagración, entraba en el lugar santísimo
con la sangre, y la rociaba sobre el propiciatorio, encima de las tablas de la ley. En esa forma los requerimientos de
la ley, que exigían la vida del mediador, el sacerdote tomaba los pecados sobre sí mismos, y salía del santuario
llevando sobre si la carga de las culpas de Israel.

“A la puerta del tabernáculo ponía las manos sobre la cabeza del macho cabrío de Azazel, y confesaba ‘sobre él
todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la
cabeza del macho cabrío’. Y cuando el macho cabrío que llevaba estos pecados era conducido al desierto, se
consideraba que con él se alejaban para siempre del pueblo. Tal era el servicio verificado como ‘bosquejo y sombra
de las cosas celestiales’ (He. 8:5)”. PP, 369, 370.

“En el momento en que murió Cristo, había sacerdotes que ministraban en el templo delante del velo que separaba el
lugar santo del lugar santísimo. De pronto, sintieron que la tierra temblaba debajo de ellos, y el velo del templo, una
fuerte y rica cortina que se había renovado anualmente, fue rasgado en dos desde arriba hasta abajo por la misma
mano no humana que escribió las palabras de condenación sobre las paredes del palacio de Belsasar”
(SP, 166, 167) 1 CBA, 1121.

Los que habían confesado sus pecados y se habían mantenido en conexión con el Creador, recibían el perdón final y
la limpieza total. El “día de expiación” era la ocasión cuando el hombre hacía un arreglo final de sus cuentas con
Dios, y tanto el santuario como el pueblo quedaban justificados y vindicados.

Sábado y Sellamiento

Sábado y Sellamiento.

SÁBADO.

La institución divina que mejor y más claramente señala la relación especial que Dios sostiene con el tiempo
histórico, es el día sábado. Hay cuatro razones que hacen de esta afirmación una verdad evidente:

Ningún otro día conmemora mejor la creación de Dios que el sábado (Gn. 2:1-3; Jn. 1:1-3; Ef. 3:9; Ap. 14:7). Es
que este día nos comunica la gran verdad religiosa de que el universo es obra del Altísimo. El sábado como
culminación de la creación, anticipa la paz y la dicha que el creyente disfruta al fin de cada semana.

El sábado es parte del gobierno de Dios (Ex. 20:8-11), e implica que todos los seres humanos son libres e iguales
ante Dios. En consecuencia, las relaciones humanas deben regirse por el respeto que se debe a toda persona por el
hecho de haber sido creada a imagen de Dios.

Es evidente que el sábado fue instituido por Dios con un doble propósito:
1. Para aprender de él y de su Palabra.
2. Para descanso del espíritu y del cuerpo (Ex. 20:8-11).

3. El sábado nos introduce en una dimensión nueva cuando descubrimos que es símbolo del
descanso en Cristo (He. 4:1-9). El “descanso del cristiano” incluye el perdón de sus pecados, su aceptación como
hijo de Dios, la fortaleza para vivir a la altura de las demandas del Evangelio, y la vida eterna. Este descanso está al
alcance de todo aquel que, por la gracia de Dios, ejercite su fe.

El sábado no sólo recuerda y honra a un Creador que trabaja (Gn. 2:1-3), sino también a un Creador que descansa.
El sábado conmemora una obra terminada al principio, la creación, y una obra terminada al final, la obra de Cristo
en la cruz del Calvario, que al pecador que ejercita su fe le da derecho a descansar (Lc. 23:54-56).

De manera que el sábado no es sólo una conmemoración de la obra de Dios en la creación y un reconocimiento de
que él es nuestro Señor; es también y de manera más auténtica, un símbolo del descanso al cual entró Cristo como
conmemoración de su obra terminada, y del reposo espiritual que experimenta el creyente al confiar plenamente en
Jesús como su Salvador personal.
El sábado, cuya refulgencia divina nos viene desde dentro del lugar santísimo, donde se manifiesta la gloriosa
Shekinah, es la fuerza coherente que mantiene unida a la familia de Dios (Gn. 1:27; 2:18; Ex. 31:13-18).

El sábado original, el de la creación, rechaza todo individualismo egoísta y nos adentra en el espíritu de la
confraternidad de los hijos de Dios. Así como lo vemos en su relación con el santuario (Lv. 19:30; 26:2), el sábado
es un día de devoción e instrucción religiosa, y fue concebido para proporcionar gozo y santidad especiales, tanto al
hogar del creyente como a la comunidad.

El sábado de la creación no esta atiborrado de regulaciones farisaicas; por el contrario, se estableció en un tiempo de
libertad cuando el hombre era el dueño de su futuro (sólo se había prohibido el conocimiento de la experiencia del
mal; cf. Gn. 2:17). Así pues, el sábado está en el cruce de dos dimensiones del saber espiritual: la que mira hacia el
pasado y la que penetra el futuro.

El sábado como tiempo histórico conmemora el descanso de Dios en ocasión de la creación, cuando el pecado aún
no había perturbado este mundo (Gn. 2:1-3), y el de Cristo en ocasión de la redención.

Y como tiempo escatológico señala al “Israel de Dios” (Gá. 6:15-16) como nación mesiánica mediante la cual el
Redentor restauraría la heredad sabática que el pecado había pervertido (Is. 58:13-14).

En la santidad del sábado se anticipa positivamente la presencia de Dios en el mundo.


Heschel indica que, “mientras la tradición judía no nos ofrece ninguna definición del concepto de eternidad, nos dice
cómo experimentar el sabor de la eternidad o vida eterna dentro del tiempo”. Abraham Joshua Heschel, The
Sabbath, 74.

Nos recuerda la leyenda según la cual, cuando Dios entregó la Torá dijo: “Si guardáis la Torá y observáis mi
Mitzvot, os daré para toda la eternidad una de las cosas más preciosas que tengo en mi posesión. -¿Y qué es ese
algo precioso que tú nos darás si obedecemos tu Torá? – pregunto Israel.

-El mundo venidero- fue la respuesta. -Muéstranos en este mundo un anticipo del mundo venidero. -El sábado es
una muestra del mundo venidero- contestó Dios. En efecto, la decadencia de la vida espiritual comienza cuando
dejamos de sentir la grandiosidad de lo eterno en el tiempo.

E. G. de White afirma que: “El sábado nunca será abolido, sino que los santos redimidos y la hueste angélica lo
observarán por la eternidad en honor del Creador”. PE, 217.

“Dios descansó en el séptimo día, y lo bendijo y lo santificó, es la primera acción divina que el hombre tuvo el
privilegio de presenciar; y que él mismo pudiera guardar el sábado juntamente con su Creador, sin tener que trabajar,
es la primera palabra que se le habló, la primera obligación que se le impuso”. Karl Barth, Church Dogmatics, III, I,
215.

SELLAMIENTO.

Un aspecto sobresaliente de la obra del sumo sacerdote en el día de expiación era el sellamiento, el cual representaba
la obra del Espíritu Santo de reimprimir la “imagen de Cristo” en el creyente, sellándolo para vida eterna.

Según Pablo, este “sello” con el cual los creyentes son “sellados con el Espíritu Santo” (Ef. 1:13-14), es obra de
Dios, que “nos ha sellado, y nos ha dado las arras [o prenda] del Espíritu en nuestros corazones” (2 Co. 1:22). Ello
significa que el Consolador debe morar permanentemente en nuestras vidas (Jn. 14:16-17, 26) como garantía de
nuestra “redención” en el día final (Ef. 4:30).

Este “sello del Espíritu” es dado por Dios, tanto en justificación como en la santificación, a medida que el creyente
avanza con el Señor para alcanzar la liberación final del pecado. “El fundamento de Dios está firme, teniendo este
sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre del Cristo”. 2
Ti. 2:19.

Al describir los acontecimientos finales o escatológicos relacionados con la vindicación de Dios, el juicio final y la
erradicación del pecado, la Escritura introduce la idea de un “sello” o “sellamiento” (Ap. 7:1-4; 9:4; 14:1; 15:1-8;
22:4) cuyos caracteres singulares se corresponden en forma precisa con los símbolos del día de expiación.

De inmediato surge la pregunta: ¿En que consiste este “sello del Dios vivo” (Ap. 7:2), con el cual el ángel señala a
“los siervos de nuestro Dios” en “sus frentes”?
1. La expresión: el sello del Dios vivo” se refiere indudablemente a una señal, sello o signo seleccionado por Dios
para distinguir y diferenciar a los suyos (Ap. 7:2-3).
2. El nombre de Dios debe estar acuñado en este sello de modo que luego aparezca en la frente del que recibe el
sello (Ap. 14:1).

3. El “sello el Dios vivo”, entonces, sería una señal o signo que se acuña sobre aquellos a quienes Dios quiere que se
los reconozca como de su propiedad, y que sean protegidos y preservados cuando el juicio divino caiga sobre el
planeta (Ap. 9:4).

La Escritura enseña claramente que, además del sellamiento interno del Espíritu, hay una señal o marca exterior por
la cual se reconoce a las personas como formando parte del pueblo del “Dios vivo”. La acción de sellar indica que
los que son sellados pertenecen a Dios, y tienen la protección divina.

El acto de sellar tiene un antecedente en las Escrituras, donde el “varón vestido de lino” (Ez. 9:4) se le ordena poner
“una señal en la frente” del remanente santo que ha quedado en Jerusalén.

Llama la atención que en Ezequiel la palabra hebrea usada para “señal” sea la última letra del alfabeto hebreo, la
tau; que en el hebreo arcaico la tau tenía la forma de la cruz. Esta marca en forma de una cruz, serviría para
protección, liberación y salvación.

“¿En que consiste el sello del Dios viviente que se coloca sobre la frente de su pueblo?”
Es una marca que los ángeles pueden leer, pero no los hombres, porque el ángel de la destrucción debe ver esta
marca de redención.

La mente inteligente ha visto la señal de la cruz del Calvario en los hijos e hijas de Dios adoptados por él. El
pecado de quebrantar la ley de Dios es quitado. Ellos se han vestido con la ropa de boda, y son obedientes y fieles a
todos los mandamientos de Dios”. EW, Carta 126, 1898, en 7 CBA, 980.

El sello que se estampará sobre los fieles siervos de Dios es “la pura marca de la verdad”, la “señal” de su
“aprobación”. 3 T, 267.
Este sello da testimonio de la “semejanza a Cristo en carácter”. EW, RH 21-5-1895, en 7 CBA, 981.
“El sello de Dios, la garantía o señal de su autoridad, se halla en el cuarto mandamiento”. EW, ST, 1-11-1899; cf.
CS, 698.

Debemos destacar que tanto el “sello del Espíritu”, como el “sello del Dios vivo” constituyen dos aspectos de una
misma acción divina. No se deben separar, ya que forman una unidad teológica indisoluble. No se puede sobrevivir
a la “ira de Dios (Ap. 16:1) sin el “sello de Dios”; sólo lo lograrán los que tengan también el sello del Espíritu.

1. En Job 14:17 la prevaricación o iniquidad queda sellada en un “saco” y Dios emblanquece la vida del pecador. El
mal no durara para siempre, ya que la victoria escatológica de Cristo asegura su erradicación final.

2. En Ezequiel 28:12 el sello significa la terminación de una obra maestra de Dios.


Lamentablemente esta obra divina se malogró con la rebelión, y el pecado destrozó casi enteramente la impronta
celestial acuñada en su criatura.

3. En Romanos 4:11 el sello llega a ser la señal de la fe en Dios, porque “Dios es… [el que] justificará por la fe”
(Ro. 3:30) al pecador.
4. En Isaías 8:16 la ley de Dios queda sellada “entre mis discípulos”.

5. En Ezequiel 20:12, 20 y en Éxodo 31:13, 17 el cuarto mandamiento que ordena la santificación del sábado de la
creación llega a ser la señal no sólo de la creación sino también de la redención.

Por el hecho de contener el nombre de Dios y el título de la autoridad soberana que inviste sobre el universo, el
cuarto mandamiento llega a ser en verdad el “sello” de Dios. Es el único de entre los diez mandamientos en que
aparece el vocablo “santificar”, y por tanto nos comunica el mensaje glorioso de que en Cristo se realiza la
santificación del tiempo sabático, lo cual es un anticipo de la vida eterna.

6. En Apocalipsis 14:6-12 el “sello del Dios viviente” se manifiesta como siendo “la gran piedra de toque de la
lealtad; pues es el punto especialmente controvertido”. CS, 663.
La “marca de la bestia”, que es una falsificación del “sello de Dios”, entra en conflicto con Cristo y con su sábado.
Cuando haya proclamado con claridad lo implicado en este conflicto de lealtades y cada uno haya tenido
oportunidad de efectuar su decisión, se “trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le
sirven”.

Las posiciones quedarán definidas con absoluta claridad, pues mientras que algunos, al aceptar el signo de la
sumisión a los poderes del mundo, reciben la “marca de la bestia”, los otros, “por haber escogido la señal de
obediencia a la autoridad divina”, recibirán “el sello de Dios”. CS, 663.

¿Qué es la Purificación del Santuario?

¿Qué es la Purificación del Santuario?

La “hora del juicio” (Ap. 14:7) está íntimamente relacionada con la “purificación del santuario” mencionada en
Daniel 8:14, la cual a su vez equivale a la llamada “segunda fase” del ministerio sacerdotal de Cristo en el cielo, o al
“paso” desde el “lugar santo” del santuario al “lugar santísimo”.

La proclamación de este mensaje ha sido privilegio exclusivo del pueblo “remanente” (Ap. 12:17). Ni la iglesia
apostólica ni la Reforma protestante, proclamaron este mensaje; fue recién a partir del siglo XIX cuando la iglesia
comenzó a predicar en forma vigorosa esta verdad, señalando su relación con el sacerdocio de Cristo en el cielo.

El tema del templo-santuario esta presente y abundantemente documentado en el NT, Hebreos y


Apocalipsis son específicos. Ambos libros dan evidencia de la realidad de un templo-santuario en el cielo, corazón
mismo de la acción salvífica de Dios en favor del hombre:

“El templo de Dios fue abierto en cielo” (Ap. 11:19).


“Blasfemar de su nombre, de su tabernáculo” (13:6).
“Del templo salió otro ángel” (14:15).
“El templo se lleno de humo” (15:8).
“Y salio una gran voz del templo del cielo” (16:17).

A fin de abarcar en sus dimensiones correctas la validez presente de la verdad de la “purificación del santuario”, por
lo menos debemos considerar tres aspectos esenciales de la misma:

1. El templo-santuario en el cielo es el “centro mismo” de la acción divina para solucionar el problema del pecado y
obrar la salvación del pecador (He. 7:22-25).

2. El templo-santuario en el cielo es el objeto preferido de los ataques sincronizados de Satanás para desprestigiar a
Dios y destruir a su pueblo y su ley. (Ap. 13:5-6; Dn. 7:25-26; 8:11-14; 2 Ts. 2:1-7).

3. El mensaje de que “la hora de su juicio ha llegado” (Ap. 14:7), interrelacionado con la profecía: “hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado” (Dn. 8:14),

anuncia la acción divina previa al advenimiento, la cual vindica a Dios mismo, aplica al pecador arrepentido los
beneficios de la expiación hecha en la cruz, y erradica el pecado del universo.

1. La orden de Artajerjes, rey de Persia, para restaurar y reedificar Jerusalén, fue dada en 457 a.C. (Dn. 9:25; Esd.
6:1, 6-12).

2. La reconstrucción y restauración de Jerusalén se termino al fin de los primeros 49 años de la profecía de Daniel
(9:25).
3. Jesús fue ungido del Espíritu Santo en ocasión de su bautismo (Mt. 3:16; Hch. 10:38). De 457 a.C. hasta el
Ungido hubo 483 años.

4. El Mesías Príncipe, a la mitad de la semana, fue crucificado, en el año 31 de nuestra era (Dn. 9:27; Mt. 27:50-51).
5. Desde la muerte de Esteban, el Evangelio fue a los gentiles (Dn. 9:24; Hch 7:54-56; 8:1). De 457 al tiempo de los
gentiles: 490 años.
6. Al fin de los 2.300 años, en 1844, se inicia la purificación del santuario celestial, o sea la hora del juicio (Dn.
8:14; Ap. 14:7).
7. El triple mensaje de Apocalipsis 14:6-12 es proclamado a todo el mundo antes de la segunda venida de Cristo a
esta tierra.

Este período profético, el más largo de la Biblia, había de extenderse según la profecía de Daniel, desde “la salida
de la palabra para restaurar y edificar Jerusalén” hasta la purificación del santuario. La orden de reedificar a
Jerusalén se dio en 457 a.C.

Setenta semanas (490 años) debían cortarse para los judíos, y al fin de este período, en el año 34 de nuestra era, se
principio a predicar el Evangelio a los gentiles. Desde que comenzó el período, en 457 a.C., hasta el Mesías
Príncipe, iba a haber 69 semanas (483 años).

Precisamente en el momento predicho, en la primavera del 27 d.C., Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan el
Bautista y ungido por el Espíritu Santo, e inmediatamente inició su ministerio público.

“A la mitad de la semana” (3 años y medio más tarde) fue crucificado. El período completo de los 2.300 días se
extendía de 457 a.C. hasta 1844 de nuestra era, cuando se inició en el cielo el juicio investigador o segunda fase del
ministerio sacerdotal de Cristo.

El tiempo de la “purificación del santuario” (Dn. 8:14) ha sido calculado con ayuda de la profecía de Daniel 9:24-
27. Recordemos que la purificación del santuario terrenal se repetía anualmente, mientras que la purificación del
celestial se efectúa una sola vez y para siempre (He. 9:22-26; 7:23-25).

En el santuario terrenal el sumo sacerdote pasaba del lugar santo al santísimo, y allí, frente al arca del pacto,
ministraba en la presencia de Dios. En el santuario celestial nuestro Señor Jesucristo, el sumo sacerdote del nuevo
pacto, entra al “lugar santísimo” del templo-santuario del cielo para oficiar en la segunda fase de su ministerio.

En la historia de la redención, la ‘hora del juicio’ o inicio de la purificación del santuario en el ‘lugar santísimo’ es
una ocasión histórica única, irrepetible y de consecuencias eternas.

La vindicación de Dios es la meta última de la redención, y aunque es cierto que en el servicio ritual la culpabilidad
final recaía sobre Satanás, lo que mejor vindica a Dios es la demostración de que su pueblo está limpio por la
‘sangre del Cordero’ (Ap. 7:14).

La Purificación del Santuario de Daniel 8:14 hace referencia a:


1. La purificación del templo-santuario del cielo, ya que esta tarea de “examinar los caracteres y determinar los que
están preparados para el reino de Dios corresponde al juicio investigador, la obra final que se lleva a cabo en el
santuario celestial”.

La obra o ministerio de Cristo como sumo sacerdote en el cielo, donde oficia en la segunda fase de su acción
salvífica, calificada como una “obra de juicio”, la cual es previa a su segundo advenimiento (Dn. 7:13; Mal. 3:1).

A una purificación real y efectiva del pecado, la cual se efectúa tanto en el santuario celestial como en el pueblo de
Dios aquí en la tierra. El pecado es removido, quitado, eliminado del universo, en tanto que historia y en tanto que
existencia (Is. 65:17; Ap. 21:4).

A la vindicación final de la naturaleza de Dios y la justicia de su gobierno. El juicio es imperativo, ya que hay que
vindicar al Creador ante el universo; hay que justificar al hombre; hay que erradicar el pecado; vindicar al pueblo de
Dios y a la ley de Dios, y restaurar nuestro planeta a la armonía universal (Ap. 22:1-5).

La Vindicación del Santuario significa:


1. Que Dios logra demostrar que las maquinaciones diabólicas y las acusaciones contra su ley y su gobierno son
falsas.
2. Que el amor de Dios rige en forma suprema y su gracia es eficaz para salvar al pecador.

3. Que la imagen de Dios es restaurada en sus hijos.


4. Que la verdad redentora de Dios, oscurecida por la apostasía, queda restaurada y el mundo la conoce.
5. Que hay seguridad de perdón y salvación, y que el pecado no se levantará otra vez.
6. Que Dios ha tomado en sus manos el destino y el juicio de su pueblo, y expone a su vez la falsedad del sistema
apóstata.
7. Que Cristo, su ley y su pueblo son vindicados.

Los 2.300 años y el Remanente

Los 2.300 años y el Remanente.

Un tiempo específico. “Hasta 2.300 tardes y mañanas. Luego el santuario será restaurado”. (Dn. 8:12-14).

2.300 años. (Diagrama). El período completo de los 2.300 días se extendía de 457 a.C. hasta 1844.

El período profético de 2.300 días (años) se extiende hasta 1844 d.C. mientras que los oficios religiosos señalados
del santuario terrenal caducaron en la cruz (Dn. 9:27; Mt. 27:50, 52), y el santuario mismo fue destruido en el año
70 d.C., cuando Tito tomó a Jerusalén.

Apocalipsis 14:6, 7 nos revela dos cosas:


a. Que hay una hora en la que comenzaría el juicio en el cielo, con la purificación del santuario celestial en 1844.
b. Y la restauración de la verdad que había sido echada por tierra por el anticristo y que habría en la tierra quienes lo
anunciarían.

“Porque no entró Cristo en el santuario, hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por nosotros ante Dios”. He. 9: 24.

Cerca del año en que comenzaría el juicio investigador muchos estudiosos de la Biblia descubrieron la fecha, pero
debido a las tradiciones teológicas de sus días pensaron que la purificación del santuario era el regreso de Jesús a
esta tierra. Por eso vivieron el chasco de 1844.

En Daniel 12:4 se ordenó cerrar la profecía “hasta el tiempo del fin”. En Apocalipsis aparece el libro abierto en la
mano del ángel. “[…] ángel fuerte… tenía en su mano un librito abierto”. Ap. 10:1, 2.

El apóstol Juan representando a los creyentes se ordena tomar el librito profético y comerlo. En su boca sería “dulce
como la miel, pero le amargará el vientre”. “Y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube
comido, amargo mi vientre”. Ap. 10: 9, 10.

La idea de que Jesús habría de volver en 1844 les fue dulce como miel; la devoraron. Pero el chasco los amargó
intensamente. El chasco no fue por falta de revelación puesto que la Biblia decía que Jesús no es sacerdote del
santuario de la tierra sino del celestial (He. 8:1, 2, 4, 5; 9:23, 24).

El chasco no fue un accidente. Estaba profetizado como parte del plan de Dios para que su pueblo cumpliese un
objetivo específico. Por otro lado, Dios ama tanto a sus hijos, que registró en las profecías del Apocalipsis todo ese
proceso, a fin de que entendiesen lo que ocurrió y así afirmar la fe del remanente fiel.

El remanente que surgiría del chasco de 1844 debía hacer lo siguiente: “Es necesario que profetices otra vez sobre
muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Ap. 10:11.

Dios uso el chasco:


1. Permitió que vivieran el chasco.
2. Fueron expulsados de sus diversas congregaciones y se encontraron en la calle formando tácitamente una nueva,
con un común denominador: investigación sincera, desesperante de la Biblia en busca de luz y respuestas celestiales.
Y la recibieron.

3. Redescubrieron las verdades echadas por tierra.


4. Estuvieron en condiciones de cumplir con el cometido de predicar a todo el mundo. Y lo están haciendo, en
obediencia a la orden expresada en la profecía.
El triple mensaje de Apocalipsis 14:6-12 es proclamado a todo el mundo antes de la segunda venida de Cristo a esta
tierra.

El mensaje del primer ángel le pide a los hombres que sean leales a Dios, el Creador de los cielos y de la tierra, y los
alerta o previene de que la hora del juicio comenzó.

El mensaje del segundo ángel declara que la Babilonia espiritual ha caído.

El mensaje del tercer ángel advierte a los hombres y mujeres que viven en la época de la iglesia remanente, contra el
peligro de recibir la marca de la bestia.

Los adventistas del séptimo día tienen a su favor el hecho de ser el único movimiento religioso surgido en la hora
profética (1844) de acuerdo al molde profético predicho en Apocalipsis 10 y con la restauración de las verdades
bíblicas que habían sido echadas por tierra por el anticristo, anunciando a todo el mundo el mensaje profético de los
3 ángeles de Apocalipsis 14.

Las verdades desarrolladas por la Iglesia Adventista del Séptimo Día fueron establecidas con base en el
discernimiento del Espíritu Santo.

Doctrinas distintivas.
La segunda venida de Cristo, de forma personal, visible y pre-milenialista.
El ministerio sacerdotal de Cristo en dos fases en el santuario celestial, con énfasis en la segunda fase iniciada el 22
de octubre de 1844.

Elena G. de White escribió (45 años más tarde): “El paso del tiempo de 1844 fue un período de grandes
acontecimientos, mostrando ante nuestros asombrados ojos la purificación del santuario que esta en el cielo, y
explicando su relación con el pueblo de Dios aquí en la tierra”. CW, 30.

Ella catalogó este nuevo concepto como uno de los “hitos fundamentales” de nuestro mensaje. “El pueblo de Dios
debería comprender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador… de otro modo le será imposible
ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos”. CS, 542.

Y ya cerca del fin de su vida, reiteró con énfasis: “El santuario es el fundamento de nuestra fe”. Ms 20, 1906.

Cierta mañana de sábado, en la reunión del congreso de la Asociación General que se realizó en Minneapolis en
1888, Elena G. de White dijo: “Cristo está en el santuario celestial. ¿Y que está haciendo allí? Está haciendo
propiciación por nosotros, purificando el santuario de los pecados del pueblo”.
Entonces sacó la siguiente lección: “Debemos entrar con él, por la fe, en el santuario. Necesitamos comenzar la
obra en el santuario de nuestra propia alma. Necesitamos purificarnos a nosotros mismos de toda la
contaminación”.

¿Purificarnos a nosotros mismos?


¿Qué quería decir ella con eso?
¡Eso parece un imposible!

En su sermón se preguntó a sí misma cómo podría hacerse eso y dio inmediatamente la respuesta. “Vengan y
humillen sus corazones por la confesión, y por la fe tómense del brazo de Cristo en el santuario celestial. Crean que
Cristo aceptará las confesiones y levantará sus manos ante el Padre, manos que fueron golpeadas y heridas por
nuestra causa”.

De este modo los adventistas tenemos dos cuadros de Cristo para contemplar: Uno, mostrándolo literalmente en el
cielo, purificando el santuario celestial y ocupado en la obra del juicio investigador; y el otro, mostrándolo a él, a
través de su representante, el Espíritu Santo, llamando a la puerta del santuario del alma, deseando entrar, pero
esperando nuestra decisión de abrirle la puerta y “comprar” su justicia.

Ella urgió a todos a asirse, por le fe, del brazo de Cristo y decirle sinceramente: “Jesús, al mismo tiempo que te
ocupas en limpiar completamente al pueblo y ayudarlo a llegar a ser tan bondadoso, abnegado y atento como eres tú,
acompáñame, por favor, en todos mis caminos y transfórmame, también, en esa clase de persona”.

¿Quién es el que decide quién irá al cielo?


¡La propia persona!
¡Las decisiones de Cristo en el santuario celestial se basan en las decisiones individuales de nuestra propia alma!
Citado en A. V. Olson, Through Crisis to Victory 1888-1901, 267.

BIBLIOGRAFÍA

Belvedere, Daniel. Seminario revelaciones del Apocalipsis. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires,
1987.

Campos, Oscar R. Doctrinas cristianas. Facultad de teología, SALT-ITSAE.

Cerron García, Jorge. El santuario: vislumbre del amor de Dios. Lima, 1990.

Departamento de Educación de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Principios de vida
contenidos en la Palabra de Dios. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires, 1985.

________. ¡En marcha! Avancemos con la iglesia de Dios. Asociación Casa Editora Sudamericana, Buenos Aires,
1990.

Japas, Salim. Cristo en el santuario. Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, 1982.

Jemison, T. H. Creencias Cristianas. Departamento de Educación de la Asociación General, 1968.

Quintana, Carlos Ariel. El santuario al descubierto. Graficas Zeta, Santa Fé de Bogotá, 1992.

Steinweg, Bruno W. El santuario y sus grandes lecciones. Centro de Estudios Superiores, Alajuela, Costa Rica,
1981.

White, Elena G. de. Historia de los patriarcas y profetas. Pacific Press Publishing Association, Mountain View,
California, 1975.

________. El conflicto de los siglos. Pacific Press Publishing Association, Mountain View, California, 1978.
MAYORDOMIA
NUESTRO DIOS DE AMOR

Introducción
Un bien conocido predicador inició su seminario sosteniendo en alto un billete de US$ 20 dólares. En la sala frente
a 200 personas el preguntó: ¿Quién de Uds. desea este billete de $ 20 dólares? Las manos comenzaron a levantarse.
El dijo: "Yo le voy a dar este billete a uno de Uds., pero primero déjenme hacer esto". Entonces procedió a doblar el
billete en muchas partes y volvió a preguntar, "¿Quién desea este billete aún?" Las manos se mantuvieron en alto.
Luego dijo: "Bien, yo le voy a dar este billete a uno de Uds., pero permítanme hacer esto también". Entonces
procedió a partir el billete por la mitad y volvió a preguntar, "¿Están seguros que aún desean este billete?" Las
manos aún se mantenían en alto.
"Bien", dijo él: "¿Y qué pasa si hago esto?" Y el botó el billete al suelo y lo comenzó a pisar con su zapato. Luego
tomo este billete ahora sucio y un tanto molido y volvió a preguntar: "Ahora, ¿alguien lo desea todavía?
Obviamente las manos se sostuvieron en el aire.
"Mis amigos, Uds. han aprendido una lección muy valiosa. No importa lo que yo hice con el billete, Ud. aún lo
desea porque él no pierde o disminuye su valor. Aún valen $ 20 dólares.
"Muchas veces en la vida nosotros somos ‘doblegados’, ‘hechos trizas’, ‘pisoteados’, ‘ensuciados’, ‘tirados al suelo’
por las decisiones que hacemos y las circunstancias que vienen con ellas. Sentimos que ya no valemos nada.
"Pero no importa lo que haya ocurrido o vaya a ocurrir, Ud. nunca pierde su valor ante los ojos de DIOS.
Para ÉL, sucio o limpio, doblegado o firmemente erguido, PARA ÉL, UD. ES VALIOSO.
Desarrollo
I. Por Creación.

“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra”. Gn. 1:1.

“Al Señor tu Dios le pertenecen los cielos y lo más alto de los cielos, la tierra y todo lo hay en ella”. Dt. 10:14.

II. Por Redención.

“Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su
rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin defecto”. 1 P. 1:18-19.

“Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste crucificado, y con tu sangre compraste
para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación”. Ap. 5:9.

III. Por Pertenencia.

“Porque mía es toda bestia del bosque, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre
no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud”. Sal 50:11-12.

“Puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos. Como algunos de sus propios poetas han dicho: De él somos
descendientes”. Hch. 17:28.

IV. Aspecto práctico.

“¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando! Y todavía preguntan: ¿En qué te robamos?”. Mal.
3:8.

Sábado: 1/7 del tiempo. Una prueba de la obediencia a los mandamientos de Dios.
Diezmo: 1/10 de las ganancias. Una prueba de reconocimiento de que Dios es el dueño de todo.
Ofrendas voluntarias. Tiempo, talentos, dinero. Una prueba de amor y fe.

Lo restante que nos fue confiado. Una prueba de la actitud y dirección de nuestra vida.

“En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. 1 Co.
10:31.

I. Por Creación.

El Génesis comienza con una declaración de tiempo: “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra”. Gn. 1:1.

Nuestro Creador es un Dios de orden. Esto lo revela la estructura de la semana de la Creación, tal como se la
bosqueja en el Génesis. Dios planificó cuidadosamente cada detalle de la Creación de nuestro mundo, desde sus
fundamentos hasta su culminación con el día de reposo.

Esto nos indica que Dios, es un Dios amante, que deseó que existiéramos por designio intencional, no por acaso.

Los seis días de la Creación activa se dividen en dos mitades paralelas. Durante los primeros tres días, Dios
estableció el ambiente para lo que crearía más tarde, y durante los segundos tres días él los llena con sus habitantes.

La semana de la creación avanza desde un tiempo de caos a un tiempo santo. Mientras Dios esta creando, él llena
tanto el tiempo como el espacio con su santa presencia. Esto refleja el trabajo amoroso de nuestro amante Dios.
“Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno”. Gn. 1:31.

El hombre y la mujer fueron creados a la imagen de Dios a fin de tener dominio sobre la tierra y todo lo que había
en ella.

Todo lo que Adán y Eva necesitarían para sostener su vida ya estuvo preparado antes de que fueran creados.

“Y Dios creó al ser humano… lo creó a imagen de Dios… y los bendijo… sean fructíferos y multiplíquense; llenen
la tierra y sométanla; dominen… a todo… Yo les doy de la tierra todo…”. Gn. 1:27-30.

Pero, el mayor don dado a Adán por el Creador no fue el dominio del mundo o el bello hogar del Edén; fue el poder
de elección.

El gobierno de Dios está basado sobre el principio del amor, y el único servicio que le es aceptable debe ser
resultado de ese principio. Dios amaba al hombre que había creado. Quería que ese amor fuese retribuido mediante
la elección, no por mero respeto filial.

II. Por Redención.

Sin embargo, el hombre eligió desobedecer a Dios, pecó y acarreó la inevitable pena de muerte sobre toda la raza
humana. Si no fuese por nuestro Amante Dios, el hombre habría pasado al olvido.

“El unigénito Hijo de Dios se ofreció como voluntario para tomar sobre sí el pecado del hombre y para hacer la
expiación de la raza caída”. 1 CB, 1096.

“Cuando miráis la cruz del Calvario, no podéis dudar del amor de Dios o de su deseo de salvar”. AFC, 369.

La muerte de Jesús en la cruz no garantiza salvación o vida eterna para nadie. Apenas asegura el derecho de escoger
la vida eterna, y hacer provisión para dicha elección. Puede rehusar aceptar la expiación de Dios por sus pecados.
Puede sujetar la misericordia de Dios. Pero este sacrificio permite que cada hombre y mujer esté en la misma
posición en que se encontraba Adán el día en que salió de las manos del Creador, con la libertad de elegir. Ninguna
persona podrá decir que Dios es injusto; que tiene que morir por algo que no ha hecho. Si muere eternamente, será
porque así lo quiso.

El plan de la redención fue establecido para permitir al hombre recuperar el dominio que perdió por causa de la
desobediencia.

“Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva… Alégrense más bien, y regocíjense por
siempre… Construirán casa y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto”. Is. 65:17, 18, 21.
III. Aspectos prácticos.

Sin embargo, antes de que los hombres puedan entrar en ese glorioso país, deben ser probados para determinar si se
puede confiar en ellos.

“Nunca debemos olvidar que se nos ha puesto a prueba en este mundo a fin de determinar nuestra aptitud para la
vida futura”. CMC, 24.

Dios no va a arriesgar de nuevo su bella re-creación. Él está haciendo seguro el hecho de que toda persona elegible
para la ciudadanía haya pasado las pruebas requeridas aquí en la tierra.
Jesús se refirió a este período de prueba en la historia del rico cuya alma fue inesperadamente requerida durante la
noche fatídica.

Los que entrasen por los portales celestes habrán sido probados eficientes y fieles gerentes del tiempo, de los
talentos y de los bienes materiales que les fueron confiados.

Adán fue probado en el aspecto de la obediencia, en el reconocimiento de la soberanía de Dios, en el amor y en la fe.
Hoy, los hombres están siendo probados en estos mismos puntos.

Sábado: Una prueba de la obediencia.

Adán: “Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no deberás comer”. Gn. 2:17.
A nosotros: “Acuérdate del sábado para consagrarlo… el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu
Dios”. Ex. 20:8-11.

La prueba, simplemente, es la obediencia a una orden explícita: un reconocimiento de la existencia de la obra


creadora de Dios.

Diezmo: Una prueba de reconocimiento.

“El diezmo de todo… pertenece al Señor, pues le esta consagrado”. Lv. 27:30.

Cuando alguien considera el diezmo como perteneciente a Dios, muestra su reconocimiento de su soberanía. Es un
caso simple de honestidad y reconocimiento.

Ofrendas voluntarias. Una prueba de amor y fe.

La prueba en las ofrendas voluntarias de tiempo, talentos y medios, es el amor.

“Dios nos permite manifestar nuestro aprecio por sus mercedes por medio de esfuerzos abnegados realizados para
compartir las mismas con otras personas. Esta es la única manera posible como podemos manifestar nuestra gratitud
y nuestro amor a Dios, porque él no ha provisto ninguna otra”. CMC, 21.

Es posible dar sin amar, mas es imposible amar sin dar. “Dios amó al mundo de tal manera que dio…”. Jn. 3:16.
Implantado en el corazón de cada individuo está este factor de amor. El amor del hombre para con Dios será
demostrado innegablemente por lo que él ha hecho, no por lo que profesa.

Lo restante. Una prueba de la actitud y dirección.

Una persona puede observar meticulosamente el sábado, el diezmo, pero a pesar de estas virtudes puede fallar si no
considera también la importancia de lo restante.

Todo pertenece a Dios, pero fue confiado al hombre para ser usado prudentemente, él es responsable y deberá rendir
cuentas.
La manera como la persona utiliza lo restante de lo que Dios le confío, determinará su actitud para con Dios y su
obra. Indicará la dirección de la vida. Lo mínimo no esta en los planes de Dios.

Conclusión.

Este es el período de prueba.


Nunca debemos de perder de vista el hecho de que si Jesús no hubiese venido a este mundo para morir en la cruz del
calvario, nunca hubiese existido prueba alguna.

No tendría ninguna importancia lo que el hombre desease hacer, no habría tenido poder de elección en el asunto.

Pero si no fuese por el sacrificio de Cristo, no habría recompensa eterna, mansiones, ni hogares en la Tierra Nueva.

Este es el amor en su forma más pura; amor por un pecador indigno y sin atractivo alguno.

En presencia se semejante sacrificio, las pruebas se presentan como demasiado fáciles.

Pero es así el amor de Dios por el hombre. “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos”. Jn. 14:15.

LA VERDAD Y EL MENSAJE EVANGÉLICO

SOLO ERAN 20 CENTAVOS

Cuando me subí a ese bus, y tome asiento, me di cuenta que el chofer me había dado cambio de más. Eran tan solo
20 centavos. Y pensé: “¡Qué más da! Con seguridad ni siquiera se dará cuenta y además la empresa ya gana
bastante dinero”.

Pero algo me hizo recapacitar y cuando ya iba a bajarme en mi parada, le devolví los 20 centavos con una sonrisa:
“¡Ud. me dio dinero demás!”, le explique.

“Ah”, dijo, “gracias. La verdad es que cuando lo vi, lo reconocí. Sé que Ud. es el nuevo predicador. Yo he estado
pensando en volver a la iglesia, porque estuve muy alejado de ella, y le di este dinero, porque quería saber qué iba a
hacer Ud., gracias”

Mientras regresaba a casa, pensé: “Oh, Señor mío, casi vendo a tu Hijo por 20 centavos”.

Nuestras vidas serán la única Biblia que algunos tendrán la oportunidad de leer algún día. ¿Está Ud. vendiendo a
Jesús por 20 centavos?

I. Por creación.

“En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe
y que recompensa a quienes lo buscan”. He. 11:6.

II. Por redención.

“Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo”. Jn. 6:37.

“En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy
este solemne encargo: Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con
mucha paciencia, sin dejar de enseñar”. 2 Ti. 4:1, 2.

III. Por pertenencia.

“Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para
siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley”. Dt. 29:29.

El Padre.

“Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad”. Jn. 17:17.


b. El Hijo.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida -le contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mí”. Jn. 14:6.

c. El Espíritu Santo.

“Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él
testificará acerca de mí”. Jn. 15:26; cf. 14:26.
IV. Aspectos prácticos: Viviendo la verdad.

“He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo
por la fe en el Hijo de Dios, quién me amó y dio su vida por mí”. Ga. 2:20.

“A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo
en ustedes, la esperanza de gloria”. Col. 1:27.

I. Por Creación.

El hombre fue el acto coronador de la creación. Su cuerpo no tenía la herencia de ninguna enfermedad, y le fue
dado poder de resistencia que soportó seis mil años de un peso cada vez mayor en lo que se refiere a la enfermedad
y el crimen.

Cuando el hombre salió de las manos del Creador, cada órgano y cada facultad se hallaban equitativamente
desarrollados y armoniosamente equilibrados. ¡El era el gobernador de este mundo!

Cada facultad era capaz de desarrollare, y tenía el privilegio de comunicarse cara a cara con su Creador. Dios había
elaborado planes para este hombre, que para El debía ser como un hijo.

“Con el propósito de que, cuanto más viviera, más plenamente revelará esa imagen, más plenamente reflejará la
gloria del Creador” Ed, 13.

II. Por redención.

El hombre fracasó trágicamente en la prueba y trastornó los bellos planes de Dios. Enterrado en el pantano de su
propia sabiduría, se volvió tan ansioso por excluir a Dios de la soberanía del universo, que hizo descender la
humanidad al nivel de sus propias estrechas concepciones. Pretendió degradar y adulterar la dignidad de su origen.

No es de admirar que el apóstol Pablo haya exclamado: “Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con
Dios”. 1 Co. 3:19.

Como en el comienzo el hombre era la figura clave en los planes de Dios para la tierra, así también Dios lo hizo la
figura clave en sus planes para la restauración de la tierra. En el plan de redención él tiene una parte muy
significativa para desempeñar como colaborador de Dios. El es el canal por el cual los recursos del cielo deben fluir
sobre la tierra. El debe combinar sus talentos con el poder divino.

Durante la historia del mundo hubo tiempos en que la iglesia de Dios ha tenido una misión especial. Uno de esos
tiempos fue justamente el que precedió a la primera venida del Mesías; otro es hoy, precisamente antes de su
segundo advenimiento.

El pueblo del tiempo de Malaquías acababa de ser libertado de los setenta años de cautiverio de babilonia; la iglesia
remanente fue liberada de los 1260 años de persecución papal.

La iglesia de aquellos días debía preparar al mundo para la primera venida del Mesías; La iglesia remanente debe
preparar al mundo para su segundo advenimiento.

Les fueron dadas extraordinarias bendiciones espirituales y materiales a fin de habilitarlos a cumplir con éxito su
misión; nadie puede negar que la iglesia remanente fue dotada con más “luz” que cualquier otro pueblo de la
historia. El pueblo remanente admite que “rico soy, y estoy enriquecido”. Ap. 3:17.
Con fatal estrechez de miras se desviaron de su destino divino y se apropiaron egoístamente de las bendiciones que
el cielo les había enviado, dejando el mundo en tinieblas; la iglesia hoy está mostrando el mismo letargo egoísta.

Hoy, como en el tiempo de Malaquías, el Señor está diciendo a su pueblo: “Volveos a mí, y yo me volveré a
vosotros”. Mal. 3:7. El está pidiendo a hombres y mujeres que prosigan con vigor al propósito que les dio a
cumplir en el plan de la redención. Todo el cielo está esperando.
Uno de los más vívidos cuadros que representan la parte del hombre en el gran plan de la redención, se encuentra en
la redención que indica:

“Y si los hombres están dispuestos a convertirse en conductos a través de los cuales las bendiciones del cielo puedan
fluir hacia otros, el Señor mantendrá esos canales provistos”. CMC, 40.

El mundo en su estado pecaminoso, se encuentra en desesperada necesidad de buenas nuevas asegurando que Jesús
murió por salvar a los hombres. Hay millones que carecen de las necesidades de la vida: alimento, vestuario, abrigo.
En los vastos almacenes del cielo hay abundancia de todo lo que el mundo necesita. ¿Cómo se han de transportar
esos ilimitados recursos desde el cielo hacia la tierra?

Dios tiene un plan simple: “Si los hombres se convirtieren en canales” todos los recursos del cielo fluirán a través
de las manos de sus fieles gerentes.

Es fácil de imaginar a un hombre extendiendo su mano hacia Dios. Dios la colma… y entonces su gerente transfiere
esas bendiciones hacia la otra mano, y las distribuye entre su prójimo. Extiende de nuevo la mano hacia Dios y otra
vez El la llena. ¡Esto se repite una y otra vez!

Se convierte en una corriente continua del cielo hacia la tierra, el cielo dando y el hombre distribuyendo. La única
razón por la que la obra de Dios no avanza con rapidez y poder como debiera, es porque los hombres y mujeres
deben tornarse canales, o porque el canal fue obstruido por la corrosión del egoísmo.

“Si los hombres se convirtiesen en canales”. Esta es la parte humana del gran plan.
En todo lo referente a la manutención del hombre puede verse la fórmula divina: el esfuerzo humano combinado con
el poder de Dios. El hombre prepara el terreno y planta la simiente, pero es el poder divino el que hace que esa
simiente despierte a la vida. Sólo Dios puede proveer el sol y la lluvia para su crecimiento.

No obstante, Dios confió al hombre una parte importante. La vida de la simiente yacerá adormecida hasta que el
agente humano la coloque en el suelo. Hay fertilidad en el suelo, pero no será utilizada hasta que el hombre haga su
parte. Así sucede en cada actividad en los asuntos del diario vivir y en las actividades profesionales. El hombre
tiene una parte vital a desempeñar, pero nunca tendrá éxito a menos que exista una unión de lo humano con lo
divino.

Jesús llamó la atención cuando dijo: “…que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e
injustos”. Mt. 5:45.

Este mismo principio puede observarse en el plan de la redención. El agente humano depende del poder divino en la
salvación de la humanidad perdida. El hombre debe sembrar la simiente del evangelio. Dios, mediante su Espíritu,
se convierte en el responsable de la cosecha.

“Cuando nos entregamos completamente a Dios y en nuestra obra seguimos sus instrucciones, él mismo se hace
responsable de su realización”. PVGM, 342.

Notad cuidadosamente el importante papel que el espíritu de Dios cumple en la obra de ganar almas:

“Es el poder del Espíritu Santo lo que concede eficacia a vuestros esfuerzos y a vuestras invitaciones”. Ev, 211.
“Es la obra del Espíritu Santo convencer a las almas de su necesidad de Cristo”. Ev, 209.

“Puede poseerse saber, talento, elocuencia, y todo don natural o adquirido; pero, sin la presencia del Espíritu de
Dios, ningún corazón se conmoverá, ningún pecador será ganado para Cristo”. 3 JT, 212.

“Ningún grado de educación ni ventaja alguna, por grande que sea, puede hacer de uno un conducto de luz sin la
cooperación del espíritu de Dios. La siembra de la semilla del Evangelio no tendrá éxito a menos que esa semilla
sea vivificada por el rocío del cielo”. DTG, 626.
El Espíritu Santo es de importancia vital en la obra de la ganancia de almas, pero Dios también atribuye al hombre
su parte. El pudo haber realizado toda la obra sin el agente humano, mas en su sabiduría, vio que ellos no sería lo
más apropiado para el interés del hombre.

“Dios ha hecho a los hombres mayordomos suyos, socios con él en la gran obra de promover su reino en el mundo;
pero éstos pueden seguir la conducta manifestada por el siervo infiel, y al hacerlo perderán los privilegios más
preciosos que se hayan concedido al hombre. Durante miles de años Dios ha trabajado mediante los instrumentos
humanos, pero sí el quiere puede descartar a los egoístas, a los amadores del dinero y a los codiciosos. El no
depende de nuestros recursos y, por lo tanto, no será restringido por el instrumento humano. El puede llevar a cabo
su propia obra aunque nosotros no desempeñemos parte alguna en ella”. CMC, 209.

III. Por pertenencia.

¿Por qué alista Dios al hombre como su co-participe en la obra de la redención?

A fin de que el hombre pueda disfrutar la compañía de los seres celestiales. Para realizar esto es esencial que su
carácter esté enteramente liberado del egoísmo. Una persona egoísta nunca es feliz en esta tierra, y ciertamente
nunca será feliz en el cielo. La verdadera felicidad se encuentra sólo en el abnegado amor y en la dedicación a Dios.

Se dice que el famoso Dr. Schweitzer, al serle ofrecida una posición una posición de grande honra como jefe de una
de las más importantes instituciones médicas del mundo, respondió que había encontrado un lugar de servicio
auxiliado a los pobres de África: ¡ésa era honra suficiente para él!

El hombre es egoísta por naturaleza, y el desarrollo de un carácter abnegado es una tarea difícil, una tarea que
requiere esfuerzo diligente y continuo. Un carácter abnegado no se puede formar mediante la adquisición o
retención de las bendiciones que Dios otorgó. Sólo por la constante distribución de esas bendiciones puede el
hombre desarrollar este requisito previo para entrar en el cielo y en la Nueva Tierra.

Por eso, Dios hizo al hombre su colaborador en el plan de la salvación para posibilitarle el desarrollo de un carácter
abnegado. Esto no se podría hacer de otra manera.

“Si los hombres se convirtiesen en canales…” Una pregunta crítica: “¿Soy yo un propietario o un gerente?”

La respuesta a esta pregunta es que, o el hombre desempeña su papel en el plan de la redención, o no. Un hombre
que se considera propietario puede dar para muchos proyectos dignos, ayudar a los pobres, y practicar otros actos de
bondad; pero, en cada caso, se considera a sí mismo como un filántropo.
Por otro lado, el hombre que se considera como uno de los gerentes de Dios, ayudará a su prójimo en todas las
formas posibles, pero apenas como agente del Filántropo. Como agente, se convierte en un canal por medio del cual
las bendiciones del cielo pueden continuamente fluir hacia este mundo. Este es su divino papel en el gran plan de la
redención.

EL SANTUARIO DE NUESTRO DIOS

Querido Dios:

Gracias, aunque proteste esta mañana cuando sonó el timbre del despertador. Gracias por tener todavía fuerzas para
levantarme; hay muchos que están postrados en cama sin poder hacerlo.

Gracias porque pude escuchar el timbre; hay muchos que son sordos.

Gracias porque puedo ver, aunque mantuve mis ojos cerrados tanto como pude tratar de no ver la luz de la mañana;
hay muchos que ni pueden ver.

Aunque la primera hora de cada día es agitada, ya sea porque se pierde una pieza de ropa, las tostadas se queman y
la serenidad es corta, gracias por mi familia; hay muchos que viven solitarios.

Aunque mi mesa del desayuno nunca luce como las láminas de las revistas y a veces el menú no es balanceado,
gracias por los alimentos que tenemos; hay muchos que pasan hambre.
Aunque protesto y me levanto de mi suerte algunas veces, y quisiera que mis circunstancias modestas no fueran tan
modestas, gracias, Señor.

Aunque la rutina de mi trabajo me resulta monótona muchas veces, gracias por la oportunidad de trabajar; hay
muchos que no tienen trabajo.

Gracias, Dios mío por el don de la vida. Anónimo.


I. Por Creación.

“Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen
semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá como alimento”. Gn. 1:26-27.

“Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En
medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida…”. Gn. 2:9.

II. Por Redención.

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quién está en ustedes, y al que han recibido de parte
de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a
Dios”. 1 Co. 6:19-20.

“Salgan de en medio de ellos y apártense, no toquen nada impuro, y yo los recibiré. Yo seré un padre para ustedes, y
ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso”. 2 Co. 6:17-18.

III. Por Pertenencia.

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios…”. 1 P. 2:9.

“Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer
el bien”. Tito 2:14.

IV. Aspecto práctico.

“Pero ________ se propuso no contaminarse…”. Dn. 1:8.

“Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. 1 Jn. 3:3.
I. Por Creación.

“El Señor les dijo… a toda la congregación de ___________: Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo”.
Lev. 19:1, 2.

El hombre fue el acto culminante de la creación, salió de la mano de su Creador perfecto y hermoso en su forma.

“Adán era un ser noble dotado de una mente poderosa, de una voluntad en armonía con la voluntad de Dios, y de
afectos que se centraban en el cielo. Su cuerpo no había recibido la herencia de ninguna enfermedad, y su alma
llevaba el sello de la Divinidad”. YI, 5/3/1903.

“Estaba delante de Dios en la fortaleza de la perfecta virilidad. Todos los órganos y facultades de su ser estaban
desarrollados por igual, y equilibrados en forma armoniosa”. Redemption; or the Temptation of Christ, 30.

II. Por Redención.

Dios es nuestro Creador y Redentor y es nuestro deber glorificar a Dios con el cuidado de nuestro cuerpo, la salud.

Aunque el pecado ha debilitado a la familia humana, Dios diseñó un plan de salvación para restaurar la imagen del
Hacedor en los pecadores arrepentidos.

“Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas
espiritualmente”. 3 Jn 2.
El Señor es santo, él dice: “Porque santo soy yo, el Señor, que los santifico a ustedes”. Lev. 21:8.
Como es un Dios infinitamente puro, desea salvar a su pueblo del pecado y separado de todas las consecuencias.
La religión de la Biblia es mucho más que un número de creencias fundamentales acerca de Dios. Involucra
también el estilo de vida del creyente. Es vivir consagrado al Dios que nos redimió y en armonía con los principios
de su Palabra.

“La santidad no es un arrobamiento; es una entrega completa de la voluntad a Dios; es vivir de toda palabra que sale
de la boca de Dios; es hacer la voluntad de nuestro Padre celestial; es confiar en Dios en las pruebas y en la
oscuridad tanto como en la luz; es caminar por fe y no por vista; confiar en Dios sin vacilación y descansar en su
amor”. HAp, 42.

(Santo: puro, inocente, bueno, sagrado, piadoso, separado, diferente. Que tiene buen corazón, perfecto, libre de toda
culpa).

El Dios santo anhela un pueblo santo y feliz. La religión de la Biblia siempre favorece la vida integral, el bienestar
de los seguidores de Dios.

En Lev. 11 encontramos que Dios da claras instrucciones respecto a los animales puros e impuros, los animales que
se podían comer y los que no se podían comer.

El objetivo de esta ley era definir que clase de animales podían servir como alimento al pueblo de Dios.

La razón: “Yo soy el Señor su Dios, así que santifíquense y manténganse santos, porque yo soy santo. No se hagan
impuros… Yo soy el Señor, que los sacó de la tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean, pues, santos, porque yo soy
santo”. Lev. 11:44-45.

Este énfasis resalta la preocupación de la ley por el bienestar físico del pueblo de Dios. En la Biblia, el acto de
comer esta directamente relacionado con la preservación de la salud y de la vida física.
José proporcionó alimento a su padre y a sus hermanos para preservarles la vida. (Gn. 45:4-11).

Daniel y sus compañeros defendieron el tipo de alimento que querían comer, y como consecuencia su salud fue
superior a la de los que se alimentaban de la vianda real. (Dn. 1:8-16).

Dios siempre se ha interesado en lo que come el hombre. Desde el mismo principio dijo a Adán y Eva que debían
comer. La vida física de la humanidad es una gran preocupación para Dios.

Como parte del triple mensaje angélico, la Iglesia Adventista proclama la restauración total de la humanidad a través
de Cristo. Esto incluye también el modo en que cuidamos nuestro cuerpo.

La iglesia recomienda que se debiera evitar cualquier tipo de comida que pudiese afectar negativamente nuestra
salud.

III. Principios prácticos.

Tenemos que presentar el mensaje en forma atractiva, no fanática. Ej. No fumo, no tomo, no como carne de…, la
iglesia me prohíbe. NO. Sino, por que quiero tener salud. Mi cuerpo pertenece a Cristo. Soy templo del Espíritu
Santo.

Dios creó a los hombres y a las mujeres como seres físicos. A Dios no le preocupa solamente nuestro bienestar
espiritual. Dios creo nuestros cuerpos y quiere cuidarnos. Desea usar nuestros cuerpos para su gloria.

Es por esta razón que el Espíritu Santo está dispuesto a transformar nuestros cuerpos físicos. Nuestro ser completo,
en templo suyo. Debemos tratar a nuestro cuerpo, el templo de Dios con gran respeto.

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quién está en ustedes, y al que han recibido de parte
de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a
Dios”. 1 Co. 6:19-20.

“Yo soy el Señor tu Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo yo considero justo, y si cumplen mis leyes y
mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor,
que les devuelve la Salud”. Ex. 15:26.
“¡Dichoso el país cuyo rey es un noble, y cuyos príncipes comen cuando es debido, para reponerse y no
embriagarse!”. Ec. 10:17.

“…domina tu apetito”. Pr. 23:2.

“…se propuso no contaminarse…”. Dn. 1:8.

“En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. 1 Co.
10:31.

Conclusión.

“Por lo tanto, hermanos, teniendo en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración
espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”. Ro. 12:1.

“y serán bendición”. Zac. 8:13.

Sean ustedes santos, diferentes, tengan un estilo de vida diferente del mundo, pues yo el Señor su Dios, los he
comprado por precio, y son el templo donde vive el Espíritu Santo.

COMPARTIENDO CON NUESTRO AMANTE DIOS

Una mañana mucho antes que el carpintero llegara al taller, las herramientas del carpintero decidieron tener una
conferencia para considerar algunos problemas que se estaban presentando en su trabajo.

El primero que ocupó el banquillo de los acusaos fue el hermano Martillo. La junta le informó que tendría que
renunciar porque hacía demasiado ruido en su trabajo.

Pero se defendió. Si tengo que salir del taller del carpintero, también debe irse el hermano Barreno porque es muy
insignificante y causa muy poca impresión.

El pequeño hermano Barreno se puso de pie y dijo: Esta bien, pero también debe irse el hermano Tornillo. A él hay
que darle vuelta tras vuelta y no se llega a ninguna parte.

El hermano Tornillo dijo entonces: Si Uds. Así lo quieren, me iré. Pero el hermano Cepillo también debe irse; su
trabajo es superficial y no hace nada de profundidad.

A esto el hermano Cepillo replicó: Bueno, también tendrá que retirarse la hermana Regla, si yo me retiro. Siempre
está midiendo a los demás como si fuera la única que está en lo correcto.

La hermana Regla se quejo de la hermana Lija y dijo: No me importa que sea más áspera que lo que debe ser, pero
siempre esta tratando de un modo poco amable a la gente.

En medio de la discusión, entro el Carpintero de Nazaret, antes de lo esperado. Había ido a trabajar como todos los
días. Se puso el delantal y se acercó al banco para hacer un púlpito. Usó el tornillo, el barreno, la lija, el serrucho,
el martillo, el cepillo y todas las otras herramientas. Terminadas las labores del día y el púlpito, se levantó el
hermano Serrucho y dijo:
Hermanos, ¡Me he dado cuenta que somos colaboradores de Dios!

¿Habrá entre tus conocidos alguien que no cumple los deberes en la forma que piensas debería hacerse? Sería bueno
pensar dos veces antes de criticar o hallar falta en alguno de los instrumentos que Dios usa para el progreso de su
obra aquí en la tierra. Si un juicio egoísta contra uno de los instrumentos de Dios hace que éste sea removido de su
trabajo. ¿Quién será el culpable de la dilación de la obra de Dios?

“En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios…”. 1 Co. 3:9.

I. Por Creación.
“Tan solo he hallado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al género humano”. Ecl. 7:29.

II. Por Redención.

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Co.
5:17.

III. Por Pertenencia.

“El temor de Jehová es aborrecer el mal;… Conmigo esta el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es
el poder”. Pr. 8:13-14.

IV. Aspecto práctico.

“Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios… El obispo tiene a su cargo la
obra de Dios…”. Tito 1:7.

I. Por Creación.

“Creados para ser la ‘imagen y gloria de Dios’, Adán y Eva había recibido capacidades dignas de su elevado
destino… Todas las facultades de la mente y el alma reflejaban la gloria del Creador. Adán y Eva, dotados de dones
mentales y espirituales superiores, fueron creados… [para] que comprendiese las obligaciones y responsabilidades
morales”. Ed, 20.

II. Por Redención.

Todo aquel que ha aceptado a Cristo como su Salvador personal, que ha nacido de nuevo, que ha llegado a
pertenecer a su pueblo, adquiere grandes privilegios, pero a la vez asume grandes responsabilidades.

Todo creyente es un ministro y a la vez sacerdote. Es el deseo de Dios que cada uno de los miembros de su iglesia,
sin excepción alguna, asuma una función sacerdotal. Por tanto, debemos representar a Dios delante de la gente y
guiar a los incrédulos a reconciliarse con Dios.

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen
las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 P. 2:9.

“Un cristiano no es un santo reservado para la vida futura, sino un pecador redimido para servir en este mundo”. Dr.
J. T. Villers.

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación… y nos dio el ministerio de la reconciliación… Así
que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortará a ustedes por medio nosotros… Nosotros
colaboradores de Dios… Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día…!”. 2 Co. 5:17-6:2.

“… ser cristiano significa ser como Cristo. Jesús es un modelo perfecto y debemos imitar su ejemplo. Un cristiano
constituye la clase más elevada de hombre, un representante de Cristo”. Ev, 465.

“Todo verdadero discípulo nace en el reino de Dios como un misionero”. MC, 70.

“Todo miembro de la iglesia debe empeñarse en alguna manera de servir al Maestro”. OE, 21.

No importa qué actividad realicemos, cada creyente está llamado a ser un ministro, después médico, ingeniero,
taxista, etc.

“Cualquiera sea la vocación de uno en la vida, su primer interés debe ser ganar almas para Cristo”. DTG, 761.

“Él mismo constituyó a…., a fin de capacitar al pueblo de Dios para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo,
todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se
conforme a la plena estatura de Cristo… Más bien el vivir la verdad con amor, creceremos… hasta ser… [como]
Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según
la actividad propia de cada miembro”. Ef. 4:11-16.
“El ejercicio de la fuerza es contrario a los principios del gobierno de Dios; él desea tan sólo el servicio de amor; y
el amor no puede ser exigido, no puede ser obtenido por la fuerza o la voluntad. El amor se despierta únicamente
por el amor. El conocer a Dios es amarlo…”. DTG, 13.

La invitación a amar a Dios es una invitación a conocerlo porque es imposible conocer a Dios y no amarlo.

La manera cómo amamos a Dios impacta la forma como amamos a otros. Y como amamos a nuestro prójimo
impacta nuestra manera de amar a Dios (Mt. 22:37-40).

III. Aspecto práctico.

Cabe la pregunta que hizo Pablo en el momento de su conversión: “¿que quieres que yo haga?”. Hch. 9:6.

La respuesta: “se te dirá lo que tienes que hacer”. Hch. 9: 6.

A cada Hijo de Dios se le comunica lo que debe hacer al convertirse. Se le da una tarea a la que debe entregarse con
todas las fuerzas de su ser.

Tan pronto como se bautizó inició la labor para lo que el Señor lo había llamado. “Y en seguida se dedicó a
predicar… afirmando que Jesús es el Hijo de Dios”. Hch. 9:20.

Es vital para el crecimiento y desarrollo cristiano.

El cristiano que hace obra misionera, que trabaja para Dios es un cristiano ferviente y entusiasta.

Alguien dijo: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.

Dios no busca a las personas porque sean sabias o poderosas. Dios puede usar a cualquiera, porque el poder no está
en el hombre, sino en Dios. Dios ha usado a personas ordinarias para realizar cosas extraordinarias. Él no necesita
de mucho para usarte. Él quiere que estés disponible. Eso es todo.

“¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la
felicidad de tu señor! Mt. 25:23.

EL TESORO DE NUESTRO DIOS

El Diamante

El sabio había llegado a las afueras de la aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto llegó
corriendo hasta él un habitante de la aldea y le dijo: “¡La piedra! ¡La piedra! ¡Dame la piedra preciosa!

“¿Qué piedra?”, preguntó el sabio.

“La otra noche se me apareció en sueños el Señor”, dijo el aldeano, “y me aseguró que sí venía al anochecer a las
afueras de la aldea, encontraría a un sabio que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre”.

El sabio rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra. “Probablemente se refería e ésta” dijo, mientras entregaba la
piedra al aldeano. “La encontré en un sendero del bosque hace unos días. Por supuesto que puedes quedarte con
ella”.

El hombre se quedó mirando la piedra con asombro. “¡Era un diamante! Tal vez el mayor diamante del mundo,
pues era tan grande como la mano de un hombre”.

Tomó el diamante y se marchó. Pasó dando vueltas en la cama, totalmente incapaz de dormir. Al día siguiente, al
amanecer, fue a despertar al Sabio y le dijo: “Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este
diamante”.
I. Por Creación.

“Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén; y allí puso al hombre que había formado”. “Dios el Señor tomó
al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivase y lo cuidara”. Gn. 2:8, 15.

“Ordénales a los israelitas que me traigan una ofrenda. La deben presentar todos los que sientan deseos de
traérmela”. Ex. 25:2.

II. Por Redención.

“Por que el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lc. 19:10.

“Mas bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”. Mt. 6:33.

III. Por pertenencia.

“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que
poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los
pies de los apóstoles”. Hch. 4:32, 37.

IV. Aspecto práctico.

“En cuanto a la ofrenda de los santos… cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según
haya prosperado, guardándolo,… para que lleven vuestro donativo a…”. 1 Co. 16:1-3.

“porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros
sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáramos de vosotros lo material? …¿No sabéis que los
que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también
ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio que vivan del evangelio”. 1 Co. 9:9-14.
I. Por Creación.

“Trae a todo aquel que sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé”. Is.
43:7.

“En el mismo principio de la existencia del hombre se le puso freno al egoísmo,… El árbol del conocimiento, que
estaba… en el centro del huerto, había de probar la obediencia, la fe y el amor de nuestros primeros padres”. PP,
30.

II. Por Redención.

Cuando el hombre fue creado por Dios era perfecto y en su corazón sólo había amor, pero a causa del pecado el
amor fue sustituido por el egoísmo y él quiso ocupar el lugar de Dios, o sea el de propietario. Con tal actitud el
hombre se tornó enemigo de Dios, esclavo de Satanás y así habría permanecido para siempre si Dios no hubiese
providenciado su salvación por la muerte de Cristo.

Cristo nuestro amante Redentor, fue al meollo del asunto, dijo:


“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Mt. 6:21.

“El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad
produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca”. Lc. 6:45.

Tesoro es todo aquello a lo cual se aferra una persona, sin tener en cuenta su valor intrínseco. Los verdaderos
intereses de una persona están donde tiene sus “tesoros”.

Todo lo que el hombre pueda tener en esta vida le ha sido prestado por Dios, sólo aquel “tesoro” que logra depositar
en el cielo puede en verdad llamarse suyo.
El cristiano no se angustia por las necesidades materiales de la vida porque confía en que Dios las conoce y le dará
lo que le haga falta.
“Lo que Jesús dice es lo siguiente: Si entregas tu corazón y todas tus energías para obtener lo que el mundo valora,
lo obtendrás, pero será todo lo que obtendrás. Pero si por el contrario entregamos nuestro corazón y nuestras
energías para ser totalmente fieles a Dios y leales a Cristo, correremos todo tipo de infortunios, seremos
considerados desdichados por el mundo, pero la paga llegará y cuando llegue tendremos gozo eternal”. William
Barclays, Lucas, 78.

La responsabilidad final tanto de lo que una persona es, como de lo que hace, está en la misma persona.

Dios nuestro amante Dios, para probarte y saber lo que hay en tu corazón. Él busca el amor. Y el amor sería
revelado por medio de la obediencia a la voluntad de Dios, expresada en sus mandamientos.

“El Señor tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma. Solamente al
Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él”.
Dt. 13: 3, 4.

Conclusión.

“Nunca debemos olvidar que se nos ha puesto a prueba en este mundo a fin de determinar nuestra aptitud para la
vida futura”. RH, 05/15/1893; CMC, 24.

“Honra al Señor con tus riquezas…”. Pr. 3:9, 10.

Todo lo que crece, cuesta.

Dos hombres se encontraron un día. Uno de ellos estaba tratando de conseguir más fondos para la iglesia, y como
tenía confianza con su amigo, le pidió una ofrenda generosa como hermano en la fe. A esto, el otro replicó que la
iglesia siempre estaba necesitando y pidiendo dinero, y que ya el estaba cansado de tantas contribuciones que se
pedían para esto y lo otro.

Al oír esto, el hombre que andaba colectando fondos le contó esta pequeña historia: “Cuando mi niña era pequeña,
no me costaba mucho. Sus ropitas, su alimento, sus zapatitos, no eran muy caros. A medida que fue creciendo, los
gastos también aumentaron. Y había que reponer más a menudo sus ropas y sus zapatos. Mientras más crecía ella,
mayores eran los gastos”

Al decir esto, los labios del hombre temblaron, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero continuó diciendo: “Ahora
mi niña ya no me cuesta nada, porque se me murió. ¿Y usted cree que estoy contento? ¡De ningún modo! Yo
preferiría que estuviera viva, aunque mis gastos fueran cada vez mayores.

Así es la iglesia: Tiene necesidades, y mientras más crece la iglesia y su trabajo, más crecen sus gastos. Pero, que
preferiría usted: Una iglesia viva o una iglesia muerta.

Lo que no se compra con dinero.

Con dinero se compra placer, pero no se compra el amor.

Con dinero se compra el espectáculo, pero no se compra la alegría.

Con dinero se compra un esclavo, pero no se compra un amigo.

Con dinero se compra una mujer, pero no se compra una esposa.


Con dinero se compra una casa, pero no se compra un hogar.

Con dinero se compra el alimento, pero no se compra el apetito.

Con dinero se compra la diversión, pero no la felicidad.

Con dinero se compra la medicina, pero no se compra la salud.

Con dinero se compra los libros, pero no se compra la inteligencia.

Con dinero se compra la escuela, pero no se compra la educación.

Con dinero se compra un título, pero no la eficiencia.

Con dinero se compra la conciencia, pero no la voluntad.

Con dinero se compra un crucifijo, pero no la fe.

Con dinero se compra una iglesia, pero no se compra la religión.

Con dinero se compra las indulgencias, pero no se compra el perdón.

Con dinero se compra la tierra, pero no se compra el cielo.

LA FAMILIA DE NUESTRO DIOS

El Padre Nuestro

La oración que nos compromete:


No digas Padre nuestro si no te portas cada día como hijo,
si no tratas a los demás como hermano.
No digas que estás en los cielos
si solo piensas en las cosas terrenas.
No digas venga a nosotros tu reino
si no lo procuras y no lo honras.
No digas hágase tu voluntad
si no la aceptas cuando es dolorosa.
No digas el pan nuestro dánoslo hoy
si no te preocupas por la gente con hambre, sin cultura, sin vivienda y sin fe.
No digas perdónanos nuestras deudas
si guardas rencor a tu hermano
si no eres capaz de tolerar sus defectos.
No digas no nos dejes caer en tentación
si tienes intención de seguir pecando.
No digas líbranos del mal
si no tomas partido contra el mal.
No digas amén
si no has tomado en serio el Padre Nuestro.

I. Por Creación.

“Y los bendijo (Dios) con éstas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense…”. Gn. 1:28.

II. Por Redención.


“Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invitación: Si ustedes me consideran creyente en el
Señor, vengan a hospedarse en mi casa…”.

“Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos, le contestaron. Luego les expusieron la palabra de Dios a él
y a todos los demás que estaban en su casa… en seguida fueron bautizados él y toda su familia”. Hch. 16:15, 31-33.

III. Por Pertenencia.

“Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa”. Sal. 127:3.

IV. Aspectos prácticos.

Desarrollo de los niños:

Físico: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un
incrédulo”. 1 Ti. 5:8.

Mental: “No me he apartado de tus mandamientos ni los he olvidado”. Dt. 26:13.

Espiritual: “Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora
te anima a ti… Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste…”. 2 Ti. 1:5-6.
I. Por Creación.
La Biblia afirma claramente que el verdadero concepto de familia proviene del mismo Dios, “Padre, de quien recibe
nombre toda familia en el cielo y en la tierra”. Ef. 3:14,15.
Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como su autor al Creador del
universo.
“Dios el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. Gn. 2:18.
“Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal”. He. 13:4.
Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó
Adán consigo al salir del paraíso.
II. Por Redención.
Nuestro amoroso y amante Dios, en Cristo Jesús también quiere redimir el matrimonio, a los esposos; a los hogares,
padres e hijos.
“Cuando se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición;
salvaguarda la felicidad en esta materia, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física,
intelectual y moral”. PP, 27.
“Una familia bien ordenada y disciplinada influye más a favor del cristianismo que todos los sermones que se
puedan predicar… El vecindario en el cual viven recibe ayuda, porque se enriquece para esta vida y para la
eternidad. Toda familia se dedica a servir al Maestro; y por su ejemplo piadoso otros son inducidos a ser fieles a
Dios al tratar con su grey, su hermosa grey”. HA, 26.
III. Aspectos prácticos.
Esposos.
“… ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que
como mujer es más delicada…”. 1 P. 3:7.
“Esposos amen a sus esposas…”. “…El que ama a su esposa se ama a sí mismo”. Ef. 5:25, 28.
Esposas.
“Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor”. “… las esposas deben someterse a sus esposos en
todo”. Ef. 5:22, 24.
El secreto.
“Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo”. “…como al Señor”. “…así como Cristo amó”. Ef. 5:22, 25.
“En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposa”.
Ef. 5:33.
Hijos.
Respecto de Abraham, Dios pudo decir:
“______ Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del
Señor y pongan en practica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que [le] ha prometido”. Gn. 18:19.
“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas
cuando estés en tu casa y cuando vayas por el comino y cuando te levantes”. Dt. 6:6, 7.
“Mediten bien en todo lo que les he declarado solemnemente en este día, y díganles a sus hijos que obedezcan
fielmente todas las palabras de esta ley. …de ellas depende su vida; por ellas vivirán mucho tiempo en el territorio
que van a poseer al otro lado…”. Dt. 32:46-47.
“Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará”. Pr. 22:6.
Pablo podía decir respecto de Timoteo: “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras”. 2 Ti. 3:15.
Con anterioridad había explicado la forma en que la fe de Timoteo había sido desarrollada por medio del ejemplo y
la influencia de su abuela y de su madre (2 Ti. 1:5).
Conclusión.
Nuestra iglesia tienen la responsabilidad de vigilar las familias de los miembros, y también la de cuidar la vida
familiar de la iglesia.
Recordemos que los niños son nuestra mejor fuente de futuros miembros. Sin nuestras familias la hermandad tendría
un futuro dudoso.

Compartamos, pues, las alegrías y pesares de nuestra vida común, ya que pertenecemos a “…la familia de Dios,
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En el
todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor”. Ef. 2:19-21.

UNA CITA CON NUESTRO DIOS

Es posible que hayas leído este mensaje antes, pero qué bueno es reflexionar con relación al tiempo que tomamos
para relacionarnos con nuestro Señor, y cuánto tiempo dedicamos a nuestros quehaceres.

¿Pero cuánto tiempo queremos que tome Dios en favor de nosotros?

Al levantarte esta mañana, en los afanes te observé esperando que me hablaras aunque fuera unas pocas palabras, ya
sea para preguntar mi opinión acerca de tus planes o agradecer por algo bueno que te haya sucedido ayer. Pero note
que estabas muy ocupado, buscando ropa adecuada para vestirte e ir al trabajo.

Mientras corrías por la casa en tus últimos ajedreces, seguí esperando que te detuvieras para dedicarme unos
instantes, por lo menos para decirme: “¡Hola!”

Cuando noté que estabas demasiado ocupado encendí el cielo, lo llené de colores y con el trino de las aves también
te di vida al espacio con la esperanza de que me vieras y oyeras. Vanos resultaron mis esfuerzos para atraer tu
atención.

Mientras ibas al trabajo te acompañé, y durante el día paciente esperé que me dispensarás tu atención. Reconozco
que tus tareas te estuvieron demasiado ocupado para que me dijeras algo acerca de ti.

De regreso a casa observé el peso de tus preocupaciones con el deseo de ayudarte a llevar la carga. Deseaba
aliviarte para que pudieras pensar en mí, pero una circunstancia te llevó a ofender mi nombre. Mucho deseaba que
me hablaras en el tiempo que restaba.
Después, en casa, encendiste tu TV, al estar atrapado en la pantalla mientras cenabas seguí esperando, y después
nuevamente te olvidaste de hablar conmigo.

Al notar que estabas muy cansado acepté tu silencio, y aunque opaque el resplandor del cielo no te deje a oscuras:
hice brillar la luna y las estrellas; y, a pesar de ser hermosas, no tuviste tiempo de observarlas.

A la hora de dormir ya estabas exhausto, después de expresar un formal “buenas noches” a tu familia, te
desplomaste sobre tu cama durmiéndote enseguida, y aunque no te diste cuenta, con ángeles velamos tu sueño.

Siempre estoy contigo.


Tengo más paciencia de lo que te imaginas. También quisiera enseñarte a ser tolerante con otros. Te amo tanto que
todos los días espero una oración tuya, un ruego, una súplica, un agradecimiento. La naturaleza, los animales, las
aves, los creé para hacer agradable tu vida.

Bueno, como llegó la hora de levantarte otra vez, hoy nuevamente acariciaré la esperanza de que me digas algo.

Que tengas un feliz día. Jesús.

Adaptado, anónimo.

I. Por Creación.

“Acuérdate del sábado para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer”. Ex. 20:8-9.

“Ustedes deberán observar mis sábados. En todas las generaciones venideras, el sábado será una señal entre ustedes
y yo, para que sepan que yo, el Señor, los he consagrado para que me sirvan [os santifico]”. Ex. 31:13.

II. Por Redención.

“Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo”. Ga. 4:4.

“Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues
nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos”. Ro. 13:11.

III. Por Pertenencia.

“Pero hay un Dios en los cielos, que revela los misterios. Ese Dios le ha mostrado a usted lo que tendrá lugar en los
días venideros”. Dn. 2:28.

“Mi vida entera está en tus manos”. Sal. 31:15.

IV. Aspecto práctico.

“Aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos”. Ef. 5:16.

“Algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acompañan.
Tantos años de vida,…” “Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría”. Sal.
90:10, 12.

I. Por Creación.

“Así quedaron terminados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. Al llegar el séptimo día, Dios descansó
porque había terminado la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día
descansó de toda su obra creadora”. Gn. 2:1-3.

“El sábado fue confiado y entregado a Adán, padre y representante de toda la familia humana. Su observancia había
de ser un acto de reconocimiento de parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su
legítimo soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad”. PP, 29.

II. Por Redención.

El sábado es una experiencia espiritual. Es bueno obedecer a Dios en reconocimiento de nuestra obligación; pero es
mejor tener el amor de Dios en nuestro corazón hasta el punto que obedecemos porque realmente deseamos hacerlo.

La verdadera observancia del sábado es una prenda de amor mutuo entre nuestro mejor Amigo y nosotros.

“En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir”. 1
Jn. 5:3.
Toda alma que ama a Jesús debiera amar al sábado y guardarlo, porque es una doble señal de su amor: como
Creador y Redentor. Cuando una persona responde al amor de Cristo obedeciéndole y guardando su sábado, éste
llega a ser un vínculo de amor entre el creyente y su Señor.

El centro de la verdad del sábado es Cristo nuestro Creador y Redentor.

“Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado”. Mt. 12:8.

“Así que el Hijo del hombre es Señor incluso del sábado”. Mr. 2:28.

Toda alma que recibe a Cristo como Señor y Salvador también recibe el séptimo día como día de reposo, como señal
de que él es su Creador y Salvador.

“…deberán observar el sábado. En todas las generaciones… una señal eterna entre ellos y yo”. “…para que
reconozcan que yo soy el Señor su Dios, [que los santifico]”. Ex. 31:16; Ez. 20:20 [12].

III. Aspecto práctico.

“Me agrada Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí”. Sal. 40:8.

“Yo me alegre cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor”. “Anhelo, y ardientemente deseo los atrios del Señor.
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”. “¡Dichosos los que habitan en tu casa! ¡Siempre te alabarán!” “Mejor
es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las
moradas de maldad”. Sal. 122:1; 84:2, 4, 10.

“Si retiras tu pie de pisotear el sábado, de hacer tu voluntad en mi día santo, y si al sábado llamas delicia, santo,
glorioso del Señor, y lo veneras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando palabras vanas,
entonces te deleitarás en el Señor,… La boca del Señor lo ha dicho”. Isa. 58:13, 14.

Uno tiene tiempo para lo que cree que es importante. Nadie puede guardar el sábado de Cristo, si primero no lo
tiene morando en él para dirigir su mente y sus afectos.

Nadie puede verdaderamente guardar el sábado a menos que entre en una relación más íntima con Cristo durante ese
día que en los otros seis.
Hay una diferencia entre un observador nominal del sábado y ser un verdadero guardador del día del Señor. Una
persona no convertida puede deponer su trabajo acostumbrado y asistir regularmente a la iglesia los sábados. Pero
para ser un verdadero observador del sábado uno debe experimentar la santificación progresiva como resultado de la
mirada diaria de Cristo en su interior.

“Todos los que aman a Dios deben hacer lo que puedan para que el sábado sea una delicia, santo y honorable. No
pueden hacer esto buscando sus propios placeres en diversiones pecaminosas y prohibidas. Sin embargo, pueden
hacer mucho para exaltar el sábado en sus familias y hacer de él el día más interesante de la semana”. 1 JT, 278.

Conclusión.

El sábado no es un fin en sí mismo, sino un medio por el cual el hombre puede conocer mejor el carácter y los
propósitos de su Creador.

El sábado es una de las mayores bendiciones que el amante Creador ha dispensado a los hombres.

“No tengan miedo… Dios ha venido a ponerlos a prueba, para que sientan temor de él y no pequen”. Ex. 20:20.

“A los… que se han unido al Señor para servirle, para amar el nombre del Señor, y adorarlo, a todos los que
observan el sábado sin profanarlo y se mantienen firmes en mi pacto, los llevaré a mi monte santo; ¡los llenaré de
alegría en mi casa de oración! Aceptaré los holocaustos y sacrificios que ofrezcan sobre mi altar, porque mi casa
será llamada casa de oración para todos los pueblos”. Is. 56:6-8.

EL PUEBLO DE NUESTRO DIOS


¿No hemos preguntado porqué la lluvia moja tanto?, ¿Porqué es capaz de paralizar el tránsito de una ciudad?, etc.
Las gotas de agua descienden pequeñitas y finitas, pero descienden juntas. Si una gota de agua descendiese sola,
aislada de las otras, no tendría ninguna importancia.
Pero las gotas descienden como tomadas de las manos. Todas a la misma hora, y consiguen formar ríos,
sobrepasando sus límites y riveras, provocando caudales que amenazan aún a las más grandes ciudades.
Diez gotitas no hacen nada, pero billones, trillones de gotitas pueden hacer una tempestad. Descendiendo juntas,
combinadas, compañeras, amigas, llegan a asustar.
Vean entonces como las cosas más pequeñitas pueden transformar el mundo.
Si todos nos hacemos como gotitas de agua. Si viviésemos unidos, combinados todos en un equipo, tal como hacen
las gotitas de agua, cambiaríamos el mundo. Somos pequeños, pero unidos, nos hacemos fuertes.
Solos, nos secamos y no queda ni huella de lo que fuimos, no hacemos nada. Nos hacemos poca cosa. Somos una
gota de agua que no causa ningún efecto.
¿Porqué entonces trabajar solos, aislados? ¿Por qué no imitamos a las gotas de lluvia, que descienden unidas,
transformando la naturaleza y el mundo?
EL PUEBLO DE NUESTRO DIOS

El pueblo de Dios tiene el deber de ser mayordomo de la verdad de Dios.

“¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Mira las tinieblas cubren la
tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillara sobre ti ¡sobre ti se
manifestará su gloria!”. Is. 60:1-2.

La iglesia es el cuerpo de Cristo.

“A fin de que no haya división en el cuerpo, sino que sus miembros se preocupen por igual unos por otros. Si uno
de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con
él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo. En la iglesia Dios ha puesto,
en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros;
después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en
diversas lenguas”. 1 Co. 12:25-28.

I. La Mayordomía colectiva de la Iglesia es:

a. USAR los dones espirituales para edificar la iglesia.

“Así que ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y
por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas. Más bien, al vivir la verdad con amor,
creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se
edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro”. Ef.
4:14-16.

b. DIRIGIR la conducta de los miembros con orden y método.

“¿Qué concluimos hermanos? Que cuando se reúnen, cada uno puede tener un himno, una enseñanza, una
revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación. Todo esto debe hacerse para la edificación de la iglesia.
Porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz. Como es costumbre en las congregaciones de los creyentes.
Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden”. 1 Co. 14: 26, 33, 40.

c. DAR la luz de Dios al mundo en forma metódica:

Como Jesús dio pan y peces.

“Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde. Así que ellos se
acomodaron en grupos…”. Mr. 6:39, 40.

Como Jesús mando a los apóstoles.

“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en
toda Judea y Samaria, ya hasta los confines de la tierra”. Hch. 1:8.
II. El deber del líder es de dirigir a los miembros de la iglesia en esta mayordomía.

“con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que
ofrece el evangelio. Éste es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo
del cielo…”. Col. 1:23.

Como ‘buenos ministros’ y ejemplos de los creyentes.

“Si enseñas estas cosas a los hermanos serás buen servidor de Cristo Jesús, nutrido con las verdades de la fe
y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido. Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes. Más
bien, ejercítate en la piedad, pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que
incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera. Este mensaje es digno de crédito y
merece ser aceptado por todos. En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra
esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen. Encarga y enseña estas
cosas. Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la
manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza”. 1 Ti. 4:6-12.

Los miembros del pueblo de Dios deberían ser “epístolas vivientes” ante el mundo.

“Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos”. 2 Co. 3:2.

Entonces, la iglesia crecería en número y espiritualidad.

Número. “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados -les
contestó Pedro-, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del
pueblo”. Hch. 2:28, 47.

Espiritualidad. “Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu
Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno. Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar.
Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder
seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre
todos ellos”. Hch. 4:31-33.

Conclusión.

Debemos SER “sal de la tierra” y “luz del mundo”. [Mt. 5:13-16].


Debemos DAR al público la verdad de Dios.
“No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a
cuantos le invocan, porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. Ahora bien, ¿cómo invocarán a
aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quién no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les
predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ¡Que hermoso es recibir al mensajero que trae
buenas nuevas! Sin embargo, no todos los… aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a
nuestro mensaje? Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de
Cristo. Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus palabras llegan
hasta los confines del mundo! Ro. 10:12-18.
EN ESTO
CREEMOS
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 1

La Palabra de Dios

1. ¿se revela Dios desde el principio del mundo?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------- Rom. 1:20.

2. ¿Cómo se revela Dios en forma especial?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------ Heb. 1: 1, 2.

3. ¿Cómo fue escrita la Biblia?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------- 2 Ped. 1:20-21.

4. ¿Qué coloca Jesús encima de tradiciones y opiniones humanas?


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mar.
7:7-9.

5. ¿Con cuál expresión Jesús destaca la autoridad de las Escrituras?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mat. 4:
4, 6, 10.
6. ¿Por qué el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios?
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- I Cor. 2:
14.

7. ¿Cómo deben ser probados los dones espirituales?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------- Isa. 8:20.

8. ¿Sobre quién Moisés, uno de los autores de la Biblia, escribió?


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Juan
5: 46.

9. ¿Cuál es el principal propósito de la Biblia?


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-------------- Juan 5:39.

10. ¿Qué otros beneficios podemos obtener de la lectura de la Biblia?


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 2 Tim. 3:
16, 17.

En Esto Creemos – Bosquejo – 1

La Palabra de Dios

Revelación
General
Especial

Punto Focal de las Escrituras

Inspiración
Explicación de Ellen G. White.
Excepción.
Paralelismo.
Autores de las Escrituras.
Inspiración e Iluminación.
Método.
Contenido
Inspiración e Historia
Exactitud de las Escrituras

Autoridad
Reivindicaciones de las Escrituras
Jesús y la Autoridad de las Escrituras
El Espíritu Santo y la Autoridad de las Escrituras
La Biblia y la Ciencia
La Biblia y los Dones del Espíritu
Unidad

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 2

La Trinidad
1. ¿Por medio de qué, Dios puede ser conocido?
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------Sal. 19:1.

2. ¿Cuál es el ingrediente necesario para la aceptación de la existencia de Dios? -


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Heb.
11:6.

3. La Biblia indica que la Divinidad no está compuesta por apenas una persona. - -
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Gén. 1:26;
3:22; 11:7.

4. ¿Cómo expresa la Biblia la armonía entre las personas de la Divinidad?


______________________________________________________________ I Juan 4:8.

5. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas y no tres


dioses._________________________________________________________________ I Tim. 1:17.

6. ¿Cómo se incluye al Espíritu Santo en la obra redentora de Dios?-


_____________________________________________________________________ Isa. 48:16, 17; 42:1.

7. Vea a los miembros de la Trinidad en el bautismo de Cristo.


--______________________________________________________________________Luc. 3: 21, 22.

8. La bendición apostólica incluye tres


personas._______________________________________________________________ 2 Cor. 13: 13.

9. ¿En nombre de quién bautizaba la Iglesia Apostólica?


____________________________________________________________ Mat. 28: 19.

10. ¿Cómo se aproximan a nosotros el Padre y el Hijo en la actualidad?


_____________________________________________________________________Juan 15:26.

En Esto Creemos – Bosquejo – 2

La Deidad

El Conocimiento de Dios
Dios puede ser conocido
Cómo obtener el conocimiento de Dios

Existencia de Dios
Evidencias en la Creación
Evidencias en las Escrituras

El Dios de las Escrituras


Nombres
Actividades
 Atributos Incomunicables
 Atributos Comunicables

Soberanía de Dios
Predestinación y Libertad Humana
Conocimiento Anticipado

La Dinámica de la Deidad
La Unidad de Dios
Pluralidad
Relacionamiento

Las Salvación es el Foco

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 3

Dios el Padre

1. Dios es nuestro Padre porque nos creó.


_______________________________________________________________________Mal. 2: 10.

2. ¿Es posible para el hombre pecador ver a Dios?


-_____________________________________________________________________Éxo. 33: 20.

3. Dios provee medios para la supervivencia de buenos y malos.


_____________________________________________________________________ Mat. 5: 45.

4. ¿Cuál es el propósito de Dios para nuestra vida?


_______________________________________________________________ Isa. 45: 22.

5. ¿Cómo habitó Dios con Su pueblo en el Antiguo Testamento?


____________________________________________________________________Éxo. 25: 8.

6. ¿Cómo ser reveló Dios en el Nuevo Testamento?


__________________________________________________________________Juan 1: 14; 14: 9.

7. ¿Por medio de quién recibimos la adopción del Padre?


______________________________________________________________ Gál. 4: 5, 6.

8. ¿De quién es la iniciativa del arrepentimiento humano?


___________________________________________________________________Rom. 2: 4.

9. Vea cómo Dios es descrito en ocasión del Juicio Investigativo.


___________________________________________________________________Dan. 7: 9, 10.

10. ¿Cuál es el envolvimiento del Padre en relación al regreso del Hijo?


_______________________________________________________________Mat. 16: 27; 26: 64.

En Esto Creemos – Bosquejo – 3

Dios el Padre

En el Antiguo Testamento
Dios Misericordioso
El Dios del Pacto
Dios Redentor
Dios de Refugio
Dios Perdonador
Dios de Bondad
Dios de Fidelidad
Dios de Salvación y Venganza
Dios Paternal

En el Nuevo Testamento
Padre de Toda la Creación
Padre de Todos los Creyentes
Jesús revela al Padre
 Un Dios que da
 Un Dios de amor

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 4

Dios el Hijo
1. ¿Cuál es el plan divino para rescatar a los seres humanos? Juan 3: 16.

2. ¿Cuándo fue elaborado ese plan? I Ped. 1: 19, 20.

3. ¿Cómo se presenta a Jesús al inicio de Su ministerio? Juan 1: 29.

4. ¿Por qué el Hijo recibió el nombre Jesús? Mat. 1: 21.

5. ¿El profeta Isaías llama al Salvador de qué? Isa. 9: 6; 7: 14.

6. ¿Como es vista la muerte de Cristo por los cristianos? Rom. 5: 8.

7. ¿Cuál es la participación del Hijo en la Creación? Juan 1: 2, 3; Col. 1: 16, 17.

8. ¿Qué dice la Biblia sobre la naturaleza divina de Jesús? Juan 10: 30; Heb. 1: 3; Juan 1: 1; Col. 2: 9.

9. ¿Qué dice la Biblia sobre la naturaleza humana de Jesús? Juan 1: 14; Heb. 4:15; I Juan 4:2; Filip. 2:6-8.

10. ¿Qué promesa hace Cristo a los que creen en Él? Juan 11:25, 26; Apoc. 1: 17, 18.

En Esto Creemos – Bosquejo – 4

Dios el Hijo
La Encarnación: Profecías y Cumplimiento
Una Dramatización Profética de la Salvación
Predicciones Acerca de un Salvador
El Tiempo de Su Ministerio y Muerte

Las Dos Naturalezas de Jesucristo


Verdaderamente Dios
 Atributos
 Poderes y Prerrogativas
 Nombres
 Testimonio Personal
 Se lo Adora Como a Dios

Verdaderamente Hombre
 Nacimiento
 Identificado como Hombre
 Características
 La Extensión de Su Identificación con la Naturaleza Humana
Vivió “en semejanza de carne de pecado”
El segundo Adán
Experiencia con las tentaciones
 Impecabilidad

La Unión de las Dos Naturalezas

Oficios
Cristo Profeta
Cristo Sacerdote
 Sacerdocio Terrestre
 Sacerdocio Celestial
Cristo Rey
 El Reino de la Gracia
 El Reino de Gloria

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 5

Dios el Espíritu Santo

1. Los cristianos primitivos vislumbraban al Espíritu como una persona. Hech. 15:28.

2. Cristo habló de Él como una persona distinguida. Juan 16:14.

3. Las Escrituras describen al Espíritu como una persona. 2 Cor. 13:13; Mat. 28:19; Hech. 13:2.

4. El Espíritu Santo es verdaderamente Dios. Hech. 5:3, 4.

5. ¿Cuál es la participación del Espíritu Santo en la Creación? Gén. 1:2.

6. ¿Cuál es la participación del Espíritu Santo en la conversión del pecador? Juan 3:5.

7. ¿Cuál es la participación del Espíritu Santo en la resurrección? Rom. 8:11.

8. ¿De quién da testimonio el Espíritu Santo? Juan 15:26.

9. ¿Qué dones puede conceder al creyente? 2 Cor. 12:7-11.

10. ¿Cuándo recibe el creyente el don del Espíritu? Hech. 19:2; 2:38.

En Esto Creemos – Bosquejo – 5

Dios el Espíritu Santo

¿Quién es?
Verdaderamente Dios

El Espíritu Prometido

Misión del Espíritu Santo


Origen de la Misión
Su Misión en el Mundo
Misión en Favor de los Creyentes
 Los Ayuda
 Revela la Verdad de Cristo
 Nos Trae la Presencia de Cristo
 Guía la Operación de la Iglesia
 Equipa a la Iglesia con Dones Especiales
 Llena el Corazón de los Creyentes

En esto Creemos – Estudios Bíblicos – 6

La Creación

1. ¿Cómo sintetiza la Biblia el origen de nuestro mundo? Gén. 1:1.

2. ¿Cuánto tiempo duró la creación de la vida en la Tierra? Éxo. 20:11.

3. ¿Qué día de la semana es el recordativo de la Creación? Gén. 2:2, 3.

4. ¿Con qué obra Dios coronó la Creación? Gén. 1:27, 31.

5. ¿Cuál debería ser el papel del hombre en el Planeta? Gén. 1:28.

6. ¿Cómo fue el proceso de la Creación? Sal. 33:9.

7. La palabra creadora no dependió de materia preexistente. Heb. 11:3.

8. Todos los miembros de la Divinidad se envolvieron en la Creación. Gén. 1:2, 26; Juan 1:1-3; Efe. 3:9.

9. ¿Quién mantiene el Universo? Col. 1:17; Sal. 147:7-9.

10. ¿Cómo expresa Pablo nuestra dependencia total de Dios? Hech. 17:28.

En Esto Creemos – Bosquejo – 6

La Creación
La Palabra Creadora de Dios
El Relato de la Creación
Los Días de la Creación
¿Qué son los Cielos?

El Dios de la Creación
¿Quién fue el Dios Creador?

El Propósito de la Creación
Para Revelar la Gloria de Dios
Para Poblar el Mundo

El Significado de la Creación
El Antídoto de la Idolatría
El Fundamento de la Verdadera Adoración
El Sábado, Monumento de la Creación
Base de la Verdadera Estimación Propia
Base del Verdadero Compañerismo
Responsabilidad por el Ambiente
Dignidad del Trabajo Manual
Remedio Para el Pesimismo, la Soledad y la Falta de Significado

La Obra Creadora de Dios Continúa


 Cristo y su Palabra Creadora
 La Palabra Creadora en la Actualidad

La Creación y la Salvación
La Obra Creadora de Cristo

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 7

La Naturaleza del Hombre

1. ¿De qué fue formado el hombre? Gén. 2:7.

2. ¿Cómo participó la Divinidad en la creación del hombre? Gén. 1:26-29.

3. ¿De dónde viene la centella de la vida humana? Job 33:4.

4. ¿Comparten todos los seres humanos el mismo origen? Hech. 17:26; Luc. 3:38.

5. ¿Cuál es la relación entre el hombre y los ángeles? Heb. 2: 6, 7.

6. El hombre fue creado para relacionarse con otros. Gén. 2:18.

7. El hombre fue creado para administrar el medio ambiente. Sal. 8:6-8.

8. ¿Cuál es la condición moral del hombre después de la caída? Ecl. 7:20.

9. ¿Qué le acontece al hombre cuando muere? Gén. 3:19.

10. ¿Cuál es la voluntad de Dios para el hombre? Juan 6:40.


En Esto Creemos – Bosquejo – 7

La Naturaleza del Hombre


El Origen del Hombre
Dios Creó al Hombre
Creado del Polvo de la Tierra
La Exaltada Posición del Hombre

La Unidad de la Naturaleza Humana


El Hombre es un Alma Viviente
Una Unidad Indivisible
 Significado Bíblico del Alma
 Significado Bíblico del Espíritu
 Unidad del Cuerpo, Alma y Espíritu
Una Unión Doble
Una Triple Unión
Una Unión Estrecha e Indivisible

El Hombre a Imagen de Dios


Creados a Imagen y Semejanza de Dios
Creados para Establecer Relaciones con sus Semejantes
Creados para Ser Mayordomos del Ambiente
Creados con Inmortalidad condicional

La Caída
 El Autor del Pecado
 El Origen del Pecado en la Raza Humana
 Consecuencias Inmediatas
Definición del Pecado
Pecado y Culpabilidad
El Centro de Control
Pecaminosidad Universal
La Pecaminosidad, ¿es Heredada o Adquirida?
Rayos de Esperanza

El Pacto de la Gracia
Establecido Antes de la Creación
La Renovación del Pacto
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 8

La Gran Controversia

1. ¿Cómo describe la Biblia la gloria y la caída del ángel Lucifer? Eze. 28:14, 15; Isa. 14:12-14.

2. Una tercera parte de los ángeles en el Cielo se unió a él en rebelión. Apoc. 12:4.

3. ¿Qué sucedió entre los ángeles leales y los rebeldes? Apoc. 12:7.

4. ¿En qué se transformó Lucifer y dónde él y sus ángeles fueron lanzados? Apoc. 12:9.

5. ¿Cómo introdujo Satanás el pecado en la Tierra? Gén. 3:1-6, 13.

6. ¿Qué es el pecado y cómo corrompió a la humanidad? I Juan 3:4; Gén. 6:5.

7. ¿Cómo somos vistos en este conflicto entre el bien y el mal? I Cor. 4:9.

8. ¿Por qué Cristo es la única salida para el hombre? Juan 14:6.

9. ¿Cómo debemos prepararnos para combatir el mal? Efe. 6:13-18.

10. ¿Cuál es el papel de los ángeles leales en este conflicto? Heb. 1:14.

En Esto Creemos – Bosquejo – 8

La Gran Controversia
Una Visión Cósmica de la Controversia
Origen
¿Cómo se Vieron Implicados los Seres Humanos?
El Impacto Sobre la Raza Humana

El Tema Central
El Gobierno y la Ley de Dios
Cristo y la Obediencia
Confrontación en el Calvario

Controversia Acerca de la Verdad


El Centro de las Doctrinas Bíblicas

El Significado de la Doctrina
Produce un Estado de Constante Vigilancia
Explica el Misterio del Sufrimiento
Despliegue de la amorosa preocupación actual de Cristo por el mundo
Revela el Significado Cósmico de la Cruz
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 9

Vida, Muerte y Resurrección de Cristo

1. ¿Qué medida tomó Dios para rescatar la humanidad? Juan 3:16.

2. ¿Cómo describió Moisés la gracia y la justicia divinas? Éxo. 34:6, 7.

3. ¿Cómo reacciona Dios ante el pecado? Heb. 12:29; Rom. 6:23.

4. ¿Cuál es el propósito del perdón divino? Isa. 55:7.

5. ¿Qué hace posible la reconciliación de Dios con nosotros? Rom. 5:10, 11; Apoc. 5:9, 10.

6. ¿En qué opera cambios la sangre de Cristo en la vida del creyente? Heb. 9:14; Tito 2:14.

7. ¿Qué relación existe entre la resurrección de Cristo y nuestro futuro? I Cor. 15:14-17.

8. ¿Después de la resurrección, qué posición asumió Cristo en el Cielo? Heb. 8:1, 2.

9. ¿Cómo debe ser nuestra relación con Cristo? Juan 15:1-10.

10. ¿Cuál es nuestro papel en el mundo como cristianos? 2 Cor. 5:20, 21.

En Esto Creemos – Bosquejo – 9

Vida, Muerte y Resurrección de Cristo


La Gracia Salvadora de Dios
La Iniciativa Divina
¿Gracia o Justicia?
¿Perdonar o Castigar?
La Ira de Dios contra el Pecado
La Respuesta Humana

Cristo y el Ministerio de la Reconciliación

El Sacrificio Expiatorio de Cristo


La Muerte de Cristo es Necesaria
¿Qué Logra Realizar el Sacrificio Expiatorio?
Portador Vicario del Pecado
¿Cuál es el Papel de la Sangre?
Cristo el Rescate
¿Qué Logró el Rescate?

Cristo, el Representante de la Humanidad

La Vida y la Salvación de Cristo


¿Qué Puede Hacer por Nosotros la Perfecta Vida de Cristo?
La Inspiración que Provee la Vida de Cristo

La Resurrección y la Salvación de Cristo

Los Resultados del Ministerio Salvífico de Cristo


La Vindicación de la Ley de Dios
Justificación
La Futilidad de la Salvación por Obras
Una Nueva Relación con Dios
Motivación para el Servicio Misionero

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 10

La Experiencia de la Salvación

1. ¿Quién únicamente puede darnos la salvación? Hech. 4:12.

2. ¿Cómo es la dinámica de la salvación? 2 Cor. 3:18; 4:16.

3. ¿Cuál era la oración de David? Sal. 51:1-3, 10.

4. ¿Cuál es la condición para ser perdonado? Prov. 28:13; I Juan 2:1.

5. ¿Quién nos coloca el sentimiento de arrepentimiento? Hech. 5:31; Rom. 2:4.

6. ¿Qué nos habilita a recibir la justificación? 2 Cor. 5:21; Rom. 3:24.

7. ¿Para qué experiencia nos llamó el Señor? I Tes. 4:7.

8. ¿Quién puede únicamente operar en nosotros la santificación? I Tes. 5:23.

9. ¿Cuál es el resultado de una vida santificada? Gál. 5:22-23.

10. La santificación es un proceso de toda la vida. Fil. 3:12-14; I Cor. 15:51-54.

En Esto Creemos – Bosquejo – 10

La Experiencia de la Salvación
En el Pasado
Arrepentimiento
- Motivación
Justificación
- La Experiencia de la Justificación
- Resultados
Santificación
- Adopción en la familia de Dios
- Seguridad de la Salvación
- El Comienzo de una Vida Nueva y Victoriosa
- El don de la vida eterna

En el Presente
El Cambio Interior
- La Participación de Cristo y el Espíritu Santo
- Participamos de la naturaleza divina
. Sólo por medio de Cristo
. Un proceso dinámico
La Perfección de Cristo
- La Perfección Completa en Cristo
- Avancemos hacia la Perfección

En el Futuro
La Glorificación y la Perfección

La Base de Nuestra Aceptación Ante Dios

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 11

Creciendo en Cristo
1. ¿Qué relación tiene la muerte de Cristo con el crecimiento? Col.2:15;

2. ¿Qué significa la muerte al yo? Gál:2.20,21; Col.3:9,10; Mt.16:24

3. ¿Qué relación tiene la gracia con vivir una vida nueva? Ef.2.8,9; 1 Cor.15:10; 2 Cor.6:1

4. ¿Cuál es la primera señal del crecimiento cristiano? Jn.16:7,8;Rom.8:1-16; Gál.5:19-23

5. ¿Es indispensable una vida de amor y unidad? Ef.2.11-16; Jn.13:34; Mt.22:37-40

6. ¿En qué consiste la tercera señal de crecimiento? Mt.4:4; Sal.119:112; 2 Tim.3.16,17.

7. ¿Cuáles son los principios de una vida de oración? Ef.6:18

8. ¿Qué significa la falta de frutos? Sant.2.17; Jn.15:4


9. ¿Es posible la victoria en una vida de guerra espiritual? Ef.6:12-18; 1 Cor.15:57

10. ¿En qué consiste la séptima señal de crecimiento? Heb.10:24,25; Mt.20:25-28; 1 tes.5:23

En Esto Creemos – Bosquejo – 11

Creciendo en Cristo
La Vida Cristiana Comienza con la Muerte
Muerte de Cristo
Muerte al Yo
Vivir una Nueva Vida

Señales del Crecimiento en Cristo


Una vida del Espíritu
Una vida de amor y unidad
Una vida de estudio
Una vida de oración
Una vida que tiene frutos
Una vida de guerra espiritual
Una vida de adoración, testificación y esperanza

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 12

La Iglesia

1. ¿Quién era la roca que nutría a Israel en el desierto? I Cor. 10:4.

2. ¿Sobre qué fundamento fue establecida la Iglesia? Mat. 16:18; I Ped. 2:4; I Cor. 3:11.

3. ¿A quién pertenece la Iglesia? Hech. 20:28; Efe. 2:19-22.

4. ¿Cuál es el propósito de Cristo para la Iglesia? Efe. 5:27.

5. ¿Que compromiso tiene la Iglesia con la verdad? I Tim. 3:15.

6. ¿En qué la Iglesia debe apoyar sus decisiones? Isa. 8:20; Prov. 11:14; I Cor. 14:33, 40.

7. ¿Cómo deben ser abordados los miembros indisciplinados? 2 Tes. 3:15.

8. ¿A qué dificultades estaría sujeta la Iglesia? Apoc. 12:17; Mat. 13:24, 25; I Tim. 4:1.

9. ¿Cómo pastorea el Buen Pastor a Sus ovejas? Apoc. 18:4; Juan 10:16.
10. ¿En qué reemplazó la Iglesia al antiguo Israel? I Ped. 2:5.

En Esto Creemos – Bosquejo – 12

La Iglesia
Significado Bíblico de “Iglesia”

La Naturaleza de la Iglesia
La Raíces de la Iglesia Cristiana
Descripciones Metafóricas de la Iglesia
- Cuerpo
- Templo
- Novia
- “Jerusalén de Arriba”
- Familia
- Columna y Baluarte de la Verdad
- Ejército Militante y Triunfante
La Iglesia Visible e Invisible
- La Iglesia Visible
- La Iglesia Invisible

Organización de la Iglesia
. Requisitos de Feligresía . Igualdad y Servicio
. El Sacerdocio de Todos los Creyentes
Funciones Vitales.
. Adoración y Exhortación. . La Comunión Cristiana
. La Instrucción en las Escrituras . La Administración de las Ordenanzas Divinas
. La Proclamación Mundial del Evangelio

Principios Bíblicos de Gobierno Eclesiástico


- Cristo es la Cabeza de la Iglesia
- Cristo es la Fuente de Toda Autoridad de la Iglesia
- Las Escrituras Poseen la Autoridad de Cristo
- La Autoridad de Cristo y los Cargos de la Iglesia

Los Oficiales de la Iglesia del Nuevo Testamento


- Ancianos
- Diáconos y Diaconisas
La Disciplina de la Iglesia
- Las Ofensas Privadas
- Las Ofensas Públicas
- Individuos que Causan Divisiones
- La Restauración de los Ofensores

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 13


El Remanente y Su Misión

1. Estaba profetizada la apostasía de la Iglesia. 2 Tes. 2:3, 4.

2. ¿Qué llevó a la Iglesia a apartarse de la verdad? Apoc. 2:4; 2 Tes. 2:9-12.

3. ¿Cómo describe la Biblia a los “restantes” (remanente)? Apoc. 12:17; 14:12.

4. ¿Cuál es la misión del remanente? Apoc. 14:6; 10:11; 24:14.

5. Sus acciones deben armonizar con la profesión de fe. I Juan 2:6; Mat. 7:21.

6. Enfatizan la glorificación a Dios en su vida diaria. I Cor. 6:19, 20; 10:31; Juan 15:8.

7. Convocan a todos para la adoración del Creador. Apoc. 14:7; Éxo. 20:11.

8. Perciben la condición religiosa de la Babilonia espiritual. Apoc. 17:5, 6; 14:8; I Ped. 5:13.

9. Acatan el urgente llamado de Dios. Apoc. 18:4, 5.

10. Reciben el sello de Dios. Apoc. 7:2, 3.

En Esto Creemos – Bosquejo – 13

El Remanente y Su Misión
La Gran Apostasía
El Surgimiento del “Hombre de Pecado”
La Iglesia Sufriente

La Reforma
Puntos Doctrinales
La Cabeza de la Iglesia en el Mundo es el Vicario de Cristo
- La Infalibilidad de la Iglesia y su Cabeza
- El Oscurecimiento del Ministerio Mediador de Cristo como Sumo Sacerdote
- La Naturaleza Meritoria de las Buenas Obras
- La Doctrina de las Penitencias e Indulgencias
- La Autoridad Máxima Reside en la Iglesia
El Amanecer de un Nuevo Día

La Reforma se Estanca

El Remanente
Características
- La Fe de Jesús
- Los Mandamientos de Dios
- El Testimonio de Jesús
Surgimiento

La Misión
El Mensaje del Primer Ángel
El Mensaje del Segundo Ángel
El Mensaje del Tercer Ángel

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 14

La Unidad en el Cuerpo de Cristo

1. ¿Cuál es el testimonio más solemne de la Iglesia? Juan 17:21-23.

2. ¿Cómo se procesa la unidad de la Iglesia? I Cor. 12:12-13; Efe. 4:3.

3. ¿Cuáles son los principales componentes de la unidad del Espíritu? Efe. 4:4-6.

4. ¿Por qué la unidad bíblica no requiere uniformidad? I Cor. 12:4-6.

5. ¿Cómo mantener unidad en la diversidad de dones y servicios? I Cor. 1:10; 2 Cor. 13:11; I Cor. 12:6.

6. ¿Qué se espera de cada parte? Efe. 4:16; Gál. 6:2.

7. ¿Quién es el eslabón central en la unidad de la Iglesia? Juan 15:5.

8. ¿Cómo espera Jesús que nos relacionemos? Juan 15:12; Hech. 10:34.

9. ¿Cómo podemos renovar el amor de unos por los otros? I Juan 4:9-11.

10. ¿Por qué la unidad es imprescindible en el cumplimiento de la misión de la Iglesia? Apoc. 14:6.

En Esto Creemos – Bosquejo – 14

La Unidad en el Cuerpo de Cristo


La Unidad de la Biblia y la Iglesia
El Alcance de la Unidad
La Unidad en la Diversidad

¿Cuán Importante es la Unidad de la Iglesia?


La Unidad Hace que los Esfuerzos de la Iglesia sean Efectivos
La Unidad Revela la Realidad del Reino de Dios

El Logro de la Unidad
La Fuente de Unidad
El Espíritu Santo como Unificador
- Foco de Unidad
- El Papel de los Dones Espirituales en el Logro de la Unidad
El Nuevo Mandamiento de Cristo
Pasos Hacia la Unidad
- Unidad en el Hogar
- Procúrese la Unidad
- Trabajemos Unidos Hacia un Blanco Común
- Hay que Desarrollar una Estructura Global
- Evítense Actitudes que Dividen

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 15

El Bautismo

1. ¿Qué ejemplo dejó Jesús para la humanidad? Mat. 3:13-15.

2. ¿Qué dijo Jesús sobre la preparación de los candidatos al bautismo? Mat. 28:19-20.

3. ¿Qué requisito es esencial para el bautismo? Mar. 16:16.

4. ¿Qué instrucción dio Pedro a los interesados en el mensaje de salvación? Hech. 2:38.

5. ¿Qué se necesita para la celebración del bautismo? Juan 3:23; Hech. 8:38, 39.

6. ¿Cuántos bautismos existen? Efe. 4:5.

7. ¿Qué simboliza la inmersión (el bautismo) en las aguas? Rom. 6:3-5; Col. 2:12.

8. ¿Qué llegan a ser las personas después del bautismo? 2 Cor. 5:17.

9. ¿Qué implicaciones trae una nueva vida para el presente y el futuro? Col. 3:1-4.

10. ¿Cuál es la invitación de Dios para ti hoy? Hech. 22:16.

En Esto Creemos – Bosquejo – 15

El Bautismo

¿Cuán Importante es el Bautismo?


El Mandamiento de Jesús
Bautismo y Salvación
El Significado de la Palabra “Bautizar”
El Bautismo en el Nuevo Testamento
El Bautismo en la Historia

El Significado del Bautismo


Símbolo de la Muerte y Resurrección de Cristo
Símbolo de Estar Muerto al Pecado y Vivo para Dios
Símbolo de una Relación Contractual
Símbolo de Consagración al Servicio de Cristo
Símbolo de Entrada a la Iglesia

Requisitos para el Bautismo


Fe
Arrepentimiento
Frutos del Arrepentimiento
Examen de los Candidatos
¿Deberían ser Bautizados los Niños y los Recién Nacidos?

Frutos

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 16

La Cena del Señor

1. ¿Cómo instituyó Jesús la ordenanza del lavamiento de los pies? Juan 13:14, 15, 17.

2. ¿Cómo valorizó Jesús los ingredientes de la última cena? I Cor. 11:24, 25.

3. El lavamiento de los pies recuerda la necesidad de purificación regular. Juan 13:10.

4. El lavamiento de los pies recuerda la actitud de perdón. Mat. 6:14, 15.

5. El lavamiento de los pies recuerda el ejemplo de humildad de Cristo. Juan 13:4, 5.

6. ¿Cuál es el alimento espiritual del cristiano? Juan 6:53, 54.

7. ¿Qué simboliza el pan de la Cena? Juan 6:35; Mat. 26:26.

8. ¿Qué simboliza el jugo de uva? Juan 15:1; Mat. 26:27-29.

9. ¿Qué mensaje proclamamos durante la Cena? I Cor. 11:26.

10. ¿Qué cuidados debemos tener en esas ocasiones? I Cor. 11:27, 28.

En Esto Creemos – Bosquejo – 16

La Cena del Señor


La Ordenanza del Lavamiento de los Pies
Significado
- Un Recuerdo de la Condescendencia de Cristo
- Tipifica una Purificación Mayo
- Comunión en el Perdón
- Comunión con Cristo y con los Creyentes

La Celebración de la Cena del Señor


El Significado de la Cena del Señor
- Conmemoración de la Liberación del Pecado
- La Comunión Colectiva con Cristo
- Anticipación de la Segunda Venida
Requisitos para la Participación

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 17

Dones y Ministerios Espirituales

1. ¿Qué misión dada por Cristo debería sacudir al mundo? Mar. 16:16.

2. ¿Qué capacitaría a los discípulos a cumplir esa misión? Hech. 1:4, 8.

3. ¿Qué sucedió el día en que recibieron el bautismo del Espíritu Santo? Hech. 2:41.

4. ¿Cómo realiza Dios la distribución de los dones espirituales en la Iglesia? I Cor. 12:11; I Cor. 1:7.

5. Los dones pueden desaparecer, el fruto del Espíritu es eterno. I Cor. 13:8; Gál. 5:22, 23.

6. ¿Qué necesita la Iglesia para que los dones no provoquen divisiones? I Cor. 14:1; I Cor. 13:4-7.

7. ¿Cuál es el objetivo de los ministerios espirituales? Efe. 4:11-13.

8. ¿Quién hace que la Iglesia produzca buenas obras? Fil. 2:13.

9. Todos los miembros de la Iglesia son llamados para testimoniar. I Ped. 2:9.

10. Debemos pedir sabiduría a Dios para saber cuál es nuestro ministerio. Sant. 1:5.

En Esto Creemos – Bosquejo – 17


Dones y Ministerios Espirituales
Los Dones del Espíritu Santo

El Propósito de los Dones Espirituales


Armonía en la Iglesia
- El Modelo de Operación
- La Dimensión Indispensable
Viviendo para la Gloria de Dios
El Crecimiento de la Iglesia

Implicaciones de los Dones Espirituales


Un Ministerio Común
El Papel del Clero
Los Dones y Nuestra Misión
Uniformidad, no, sino Unidad en la Diversidad
El Propósito de los Dones: la Testificación
El Fracaso en el Uso de los Dones Espirituales

El Descubrimiento de los Dones Espirituales


La Preparación Espiritual
El Estudio de las Escrituras
Abiertos a la Conducción Providencial
Confirmación Proveniente del Cuerpo

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 18

El Don de Profecía

1. ¿Qué hicieron nuestros pecados? Isa. 59:2.

2. ¿Por medio de quién el Señor comenzó a comunicar Sus mensajes? Amós 3:7.

3. ¿Cómo se procesa la comunicación profética? 2 Ped. 1:21.

4. ¿Cómo fue edificada la Iglesia cristiana? Efe. 2:20, 21.

5. ¿Qué beneficios trae el profeta a la Iglesia? I Cor. 14:4, 3; Hech. 15:32.

6. ¿Qué profetizaba para el tiempo del fin? Joel 2:28-31.

7. ¿Cuáles son las dos características de la iglesia verdadera de los últimos días? Apoc. 12:17; 19:10.

8. Además del don verdadero, ¿qué surgiría antes del regreso de Cristo? Mat. 24:11, 24.

9. ¿Cómo podemos reconocer al profeta verdadero? Isa. 8:20; Mat. 7:16, 18-20; Gál. 5:19-23.
10. Al manifestarse el Espíritu de Profecía, ¿cuál debe ser nuestra actitud? 2 Crón. 20:20.

En Esto Creemos – Bosquejo – 18

El Don de Profecía
El Don Profético en los Tiempos Bíblicos
Las Funciones del Don Profético en el Nuevo Testamento
- Ayudaban a Fundar la Iglesia
- Los Profetas Iniciaron el Esfuerzo Misionero de la Iglesia
- Edificaban la Iglesia
- Unieron a la Iglesia y la Protegieron
- Amonestaban Acerca de Dificultades Futuras

El Don Profético en los Últimos Días


Continuación de los Dones Espirituales
El Don Profético Justo Antes de la Segunda Venida
El Don Profético en la Iglesia Remanente

Los Profetas Posbíblicos y la Biblia


Cómo Probar el Don Profético
- El Mensaje ¿Está de Acuerdo con la Biblia?
- ¿Suceden las Predicciones?
- ¿Se Reconoce la Encarnación de Cristo?
- El Profeta, ¿Lleva “fruto” bueno o malo?

El Espíritu de Profecía en la Iglesia Adventista del Séptimo Día


La Aplicación de las Pruebas Proféticas
- Concuerda con la Biblia
- La Exactitud de las Predicciones
- El Reconocimiento de la Encarnación de Cristo
- La Influencia de su Ministerio
El Espíritu de Profecía y la Biblia
- La Biblia es la Regla Suprema
- Conducen a la Biblia
- Conducen a la Comprensión de la Biblia
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 19

La Ley de Dios

1. ¿En qué refleja la ley del Señor el carácter de Dios? Sal. 19:7, 8; Rom. 7:12; Sal. 119:172.

2. ¿Cuáles son los Diez Mandamientos de la ley del Señor? Éxo. 20:3-17.

3. ¿Cuál es el papel de la ley del Señor? Rom. 3:20; 7:7; I Juan 3:4.

4. ¿Cómo enfatizó Jesús la dimensión espiritual de la ley de Dios? Mat. 5:21, 22, 27, 28; Mar. 7:21-23.

5. ¿Cuáles son los dos grandes principios de los Diez Mandamientos? Luc. 10:27; Deut. 6:4, 5; Lev. 19:18.

6. ¿Qué nos fortalece para obedecer? Hech. 1:8; Sal. 51:10-12; Juan 15:5.

7. ¿Cuáles son las diferencias entre la ley escrita por Dios y la escrita por Moisés? Éxo. 31:18; Deut. 6:4, 5;
Lev. 19:18.

8. Las leyes ceremoniales de Moisés perdieron validez en la cruz. Mat. 27:51; Col. 2:14.

9. La ley escrita por el Señor continúa en vigencia. Rom. 3:31; Mat. 19:17; 5:18; 7:21-23.

10. ¿Qué espera Jesús de Sus seguidores? Juan 14:15; 15:10; I Juan 2:3.

En Esto Creemos – Bosquejo – 19

La Ley de Dios
La Naturaleza de la Ley
Una Ley Moral
Una Ley Espiritual
Una Ley Positiva
Una Ley Sencilla

El Propósito de la Ley
Revela la Voluntad de Dios para la Humanidad
Funciona Como la Norma del Juicio
Señala el Pecado
Provee Verdadera Libertad

La Perpetuidad de la Ley
La Ley Antes del Sinaí
La Ley en el Sinaí
La Ley Antes del Retorno de Cristo
La Ley y el Evangelio
Antes del Sinaí
En el Sinaí
Después de la Cruz
- La Ley Ceremonial
- El Decálogo y la Cruz

La Obediencia a la Ley
Cristo y la Ley
Las Bendiciones de la Obediencia

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 20

El Sábado

1. ¿Qué cosa hace del sábado un día especial? Gén. 2:3; Éxo. 20:8-11.

2. ¿El sábado es un recordativo constante de qué? Éxo. 20:11.

3. ¿Qué día de la semana es el sábado? Éxo. 20:10.

4. El sábado es un descanso semanal para la humanidad. Mar. 2:27, 28; Isa. 56:6; 66:22, 23.

5. Los sábados (o días de fiesta) celebrados una vez al año se cancelaron en la cruz. Col. 2:16, 17.

6. El sábado semanal del Señor constituye la señal de santificación. Eze. 20:20; Éxo. 31:13.

7. ¿Cómo espera Dios que observemos el sábado? Éxo. 20:10; Neh. 13:15-22; Mat. 12:10-12.

8. ¿En qué día se deben terminar los preparativos para el sábado? Mar. 15:42; Éxo. 16:4, 5, 23-28.

9. ¿Cuál era el hábito de Jesús y de los apóstolos los sábados? Luc. 4:16; 23:56; 24:1; Hech. 16:13.

10. ¿Qué bendiciones promete el Señor a quien observa el sábado? Isa. 58:13, 14.

En Esto Creemos – Bosquejo – 19

La Ley de Dios
La Naturaleza de la Ley
Una Ley Moral
Una Ley Espiritual
Una Ley Positiva
Una Ley Sencilla

El Propósito de la Ley
Revela la Voluntad de Dios para la Humanidad
Funciona Como la Norma del Juicio
Señala el Pecado
Provee Verdadera Libertad

La Perpetuidad de la Ley
La Ley Antes del Sinaí
La Ley en el Sinaí
La Ley Antes del Retorno de Cristo

La Ley y el Evangelio
Antes del Sinaí
En el Sinaí
Después de la Cruz
- La Ley Ceremonial
- El Decálogo y la Cruz

La Obediencia a la Ley
Cristo y la Ley
Las Bendiciones de la Obediencia

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 21

La Mayordomía

1. ¿Cuál es el fundamento de la mayordomía cristiana? Sal. 24:1.

2. ¿Quién es el propietario de nuestro cuerpo? I Cor. 6:19, 20.

3. ¿Qué se espera de un mayordomo de Dios? I Cor. 4:2; Col. 3:23, 24.

4. Dios nos capacita para adquirir recursos. Deut. 8:18; Sant. 1:17.

5. ¿Cómo demostró Abrahán su fidelidad? Gén. 14:20.

6. ¿Con qué palabras Jacob decidió ser fiel a Dios? Gén. 28:22.

7. Jesús aprobó la devolución del diezmo y reprobó la hipocresía. Mat. 23:23.

8. ¿Cuál era el destino del diezmo en el antiguo Israel y en la iglesia cristiana? Lev. 27:30, 32; I Cor. 9:11-14.

9. ¿Cómo compartir las dádivas del Cielo y ser feliz? I Tim. 6:18, 19; Luc.12:15.

10. ¿Qué bendiciones son prometidas a los mayordomos fieles en los diezmos? Mal. 3:10-12

En Esto Creemos – Bosquejo – 21


La Mayordomía
¿Qué es la Mayordomía?

Formas de Reconocer que Dios es el Dueño


Mayordomía del Cuerpo
La Mayordomía de las Capacidades
La Mayordomía del Tiempo
La Mayordomía de las Posesiones Materiales
- Los Diezmos
- Ofrendas
- Principio
- Infidelidad
La Mayordomía de Nuestro Planeta

Cristo Como Mayordomo

Las Bendiciones de la Mayordomía


Una Bendición Personal
Una Bendición para Nuestros Semejantes
Una Bendición para la Iglesia

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 22

La Conducta Cristiana

1. ¿Qué espera Dios de nosotros? Rom. 12:1, 2.

2. ¿De qué modo puede un cristiano estar en el mundo y separado de él? Jn. 17:15, 16; I Jn. 2:15-17.

3. ¿Qué efecto tiene sobre nosotros aquello que contemplamos? 2 Cor. 3:18.

4. ¿Qué cosas deben ocupar nuestra mente? Fil. 4:8.

5. ¿Qué principios deben adoptar los cristianos con respecto a la vestimenta? I Tim. 2:9; I Ped. 3:3, 4.

6. La Biblia asocia los atavíos y cosméticos pomposos a la apostasía. Jer. 4:30; 2 Reyes 9:30.
7. La dieta original del hombre era vegetariana. Gén. 1:29; 3:18.

8. La Biblia permite el uso de animales limpios y prohíbe los inmundos. Lev. 11; Deut. 14.

9. ¿Qué debemos hacer para no ser piedra de tropiezo? I Cor. 10:32, 33; Hech. 24:16; I Juan 2:6.

10. ¿Cuál es el propósito de quien está unido a Cristo? I Cor. 10:31.

En Esto Creemos – Bosquejo – 22

La Conducta
La Conducta y la Salvación Cristiana
Templos del Espíritu Santo

La Bendición de Dios Para la Salud Total


Ejercicio
Luz Solar
Agua
Aire Fresco
Vida Temperante
Reposo
Recreación
- Películas, Televisión, Radio y Cintas de Video
- Lecturas y Música
- Actividades Inaceptables
Alimento Nutritivo
Vestimenta Cristiana
- Caracterizado por la Gracia y Belleza Natural

Los Principios de las Normas Cristianas


Viviendo con la Mente y los Sentimientos de Cristo
Vidas Ejemplares
Vidas Dedicadas a la MinistraciónEn Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 23

El Matrimonio y la Familia

1. ¿Por qué hizo Dios una compañera para el hombre? Gén. 2:20, 18.

2. ¿Cómo describe la Escritura al matrimonio? Gén. 2:24; Mat. 19:6.

3. ¿Cómo debe ser la relación conyugal? Efe. 5:21-33.

4. ¿Qué no debe ser ignorado antes de contraer nupcias? Amós 3:3; 2 Cor. 6:14-16.

5. ¿Cuál es el ingrediente de una relación conyugal feliz? I Cor. 13:4-8.


6. ¿Cuál es la única razón legítima para el divorcio? Mat. 5:32.

7. ¿Cómo considera la Biblia a los hijos? Sal. 127:3.

8. ¿Qué cuidado deben tener los padres sobre la formación de los hijos? Prov. 22:6.

9. Dios tiene consideración especial por los ancianos y desprotegidos. Isa. 46:4; Sant. 1:27.

10. ¿Qué papel tendrá la familia antes del regreso de Cristo? Mal. 4:5, 6.

En Esto Creemos – Bosquejo – 23

El Matrimonio y la Familia
Desde el Comienzo
El Varón y la Mujer Hechos a Imagen de Dios
El Matrimonio
- Amor Bíblico
- La Responsabilidad Espiritual Individual

Los Efectos que Tuvo en el Matrimonio la Caída

Desviaciones del Ideal de Dios


La Poligamia
La Fornicación y el Adulterio
Los Pensamientos Impuros
El Incesto
El Divorcio
La Homosexualidad

La Familia
Los Padres
- El Padre
- La Madre
Los Hijos
- Una Prioridad
- El Aprendizaje de la Obediencia
- La Socialización y el Desarrollo del Lenguaje
- La Identidad Sexual
La Familia Ampliada

Promesa de Reforma
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 24

El Ministerio de Cristo
en el Santuario Celestial

1. ¿Quién ministra en el santuario celestial? Heb. 8:1, 2; 10:10-14.

2. ¿Qué contraste hay entre el santuario celestial y el terrestre? Heb. 9:24.

3. ¿Con quién fue identificado Cristo al iniciar Su ministerio? Juan 1:29; Isa. 53:4-7.

4. ¿Cuáles son las tres fases del ministerio de Cristo? I Cor. 15:3; I Tim. 2:5; Apoc. 20:11-15, Mat. 25:31-
46.

5. ¿Qué hizo Cristo en favor del pecador penitente? Heb. 7:25.

6. ¿Cuándo los redimidos por Cristo recibirán el galardón? Heb. 9:28.

7. ¿Qué se profetizó que iba suceder antes del regreso de Cristo? Apoc. 14:7; Dan. 8:14; Heb. 9:22, 23.

8. ¿Cómo describe Daniel el tribunal en el santuario del Cielo? Dan. 7:9, 10.

9. ¿Qué garantía hay para los que están en Cristo? Apoc. 3:5; Mat. 10:32.

10. ¿Cuál debe ser nuestra actitud hoy? Heb. 4:15, 16.

En Esto Creemos – Bosquejo – 24

El Ministerio de Cristo
en el Santuario Celestial

El Santuario del Cielo

El Ministerio del Santuario Celestial


Sacrificio Substitutivo
- El Juicio de Dios sobre el Pecado
- La Muerte de Cristo en Reemplazo Nuestro
- Dios Provee el Sacrificio Expiatorio
El Mediador Sacerdotal
- Mediador y Expiación
- El Ministerio en el Lugar Santo
El Juicio Final
- El Ministerio en el Lugar Santísimo

El Santuario Celestial en la Profecía


Ungimiento
Purificación
La Hora del Juicio

Significado en el Contexto de la Gran Controversia


La Vindicación del Pueblo de Dios
El Juicio y la Salvación
Tiempo de Alistarse

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 25

La Segunda Venida de Cristo

1. ¿Cuál es la última promesa de la Biblia? Apoc. 22:20; Juan 14:3.

2. ¿Cómo será la segunda venida de Cristo? Mat. 25:31-34; Jud. 14, 15.

3. ¿Cuál será la reacción de los impíos? Mat. 24:30; Apoc. 6:15-17.

4. El regreso de Cristo será visible. Apoc. 1:7; Mat. 24:27.

5. Habría señales en la naturaleza antes de la venida de Cristo. Apoc. 6:12-13; Luc. 21:25; Mar. 13:24-26.

6. El evangelio y el juicio serían proclamados antes de la venida de Cristo. Apoc. 14:6, 7; Dan. 12:4; Mat.
24:14.

7. La sociedad sufriría decadencia moral y espiritual. 2 Tim. 3:1-5; Mat. 24:12; 2 Tes. 2:8-10; Mat. 7:22,
23.

8. Habría guerras, epidemias y cosas espantosas. Luc. 21:10, 11.

9. Aún sabiendo que el Día está próximo, no sabemos la fecha. Mat. 24:36.

10. ¿Cómo reaccionará el pueblo de Dios en aquel glorioso Día? Isa. 25:9.

En Esto Creemos – Bosquejo – 25

La Segunda Venida de Cristo


Certeza
El Testimonio de la Escritura
La Garantía que Provee el Primer Advenimiento
El Ministerio Celestial de Cristo

La Manera en que Cristo Volverá


Personal o Literal
Visible
Audible
Glorioso
Súbito e Inesperado
Un Acontecimiento Cataclísmico

El Segundo Advenimiento y la Raza Humana


La Reunión de los Elegidos
La Muerte de los Incrédulos

Las Señales
En el Mundo Natural
- El Testimonio de la Tierra
- El Testimonio del Sol y la Luna
- El Testimonio de las Estrellas
En el Mundo Religioso
- Un Gran Despertar Religioso
- La Predicación del Evangelio
- Decadencia Religiosa
- Resurgimiento del Papado
- Disminución de la Libertad Religiosa
Aumento de la Maldad
- Aumento Mundial del Crimen
- Revolución Sexua
Guerras y Calamidades
- Guerras
- Desastres Naturales
- Hambres

Estemos Listos en Todo Tiempo

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 26

La Muerte y la Resurrección

1. ¿Quién posee únicamente la inmortalidad? I Tim. 6:15, 16.

2. ¿Como describe la Biblia la vida humana? Sant. 4:14; Job 14:1, 2.

3. ¿Cómo la serpiente (Satanás) invirtió la verdad bíblica? Eze. 18:20; Gén. 3:4.

4. ¿Por qué la humanidad quedó sujeta a la muerte? Rom. 5:12.

5. ¿Por medio de quién podemos obtener la vida eterna? Rom. 6:23; 2 Tim. 1:10; I Cor. 15:22.

6. ¿Qué es “alma viviente” y qué sucede en la muerte? Gén. 2:7; Sal. 146:4; Ecl. 9:5, 6.

7. ¿Hay diferencia entre el “espíritu” (aliento de vida) de humanos y animales? Ecl. 3:19-21.

8. ¿ Jesús llamó a la muerte cómo? Juan 11:11-14.

9. ¿Qué nombres da Jesús a la resurrección de los justos y a la de los impíos? Juan 5:28, 29.

10. ¿Cómo acontecerá la “resurrección de la vida”? I Cor. 15:51-54.


En Esto Creemos – Bosquejo – 26

La Muerte y la Resurrección
La Inmortalidad y la Muerte
Inmortalidad
Inmortalidad Condicional
La Muerte: La Paga del Pecado
Esperanza para la Humanidad
La Recepción de la Inmortalidad

La Naturaleza de la Muerte
La Muerte es un Sueño
La Persona Vuelve al Polvo
El Espíritu Vuelve a Dios
El Espiritismo
- Bases
- Advertencia
- Manifestaciones
- El Engaño Fina
La Primera y la Segunda Muerte

La Resurrección
La Resurrección de Cristo
- Una Resurrección Corporal
- Su Impacto
Las Dos Resurrecciones
- De Vida
- De Condenación

En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 27

El Milenio y el Fin del Pecado

1. ¿Qué poderes se unirán en breve, en oposición a Dios? Apoc. 16:13, 14.

2. Cuando Cristo vuelva, la bestia y el falso profeta serán destruidos. ¿Y qué le sucederá al dragón? Apoc.
19:11-21; Apoc. 20:1-3.

3. ¿Dónde serán llevados los justos después de la venida de Cristo? I Tes. 4:16, 17; Juan 14:2, 3.
4. ¿Cuál es la descripción de Jeremías sobre la desolación de la Tierra? Jer. 4:23-25.

5. ¿Qué harán durante el milenio los que tendrán parte en la primera resurrección? Apoc. 20:4, 6; I Cor. 6:2,
3; 2 Ped. 2:4.

6. Después del milenio, desciende del Cielo la ciudad santa. Apoc. 21:2, 3; Zac. 14:9.

7. ¿Cuándo resucitará el resto de los muertos? Apoc. 20:5.

8. ¿Cómo será el desenlace entre el bien y el mal? Apoc. 20:7-9.

9. Entonces, el mal y sus consecuencias serán erradicados para siempre. Mal. 4:1; Apoc. 21:3, 4.

10. Delante de esas revelaciones sobre el futuro, ¿cuál es el consejo de Pedro? 2 Ped. 3:10-12.

En Esto Creemos – Bosquejo – 27

El Milenio y el Fin del Pecado

Sucesos al Comienzo del Milenio


El Segundo Advenimiento
La Primera Resurrección
Los Justos Van al Cielo
Los Enemigos de Cristo son Ejecutados
La Tierra Queda Desolada
Satanás es Atado

Sucesos Durante el Milenio


Cristo en el Cielo con los Redimidos
El Juicio de los Malos
Tiempo de Reflexión para Satanás

Sucesos al Fin del Milenio


Descienden Cristo, los Santos y la Ciudad
La Resurrección de la Condenación
El Ataque a la Ciudad
El Gran Juicio del Trono Blanco
Satanás y los Pecadores Serán Destruidos
- El Destino de los Malos
- Castigo Eterno
- El Principio del Castigo
La Purificación de la Tierra
En Esto Creemos – Estudios Bíblicos – 28

La Tierra Nueva

1. ¿Cuál es la gran esperanza de los hijos de Dios? 2 Ped. 3:13; Mat. 5:5.

2. ¿Cuántos cielos existen? Gén. 1:20; Gén. 1:14-17; 2 Cor. 12:2-4.

3. ¿Cómo describe la Biblia la descenso de la Nueva Jerusalén? Apoc. 21:2.

4. ¿Quién habitará con nosotros en esa magnífica ciudad? Apoc. 22:3, 4.

5. ¿Cómo serán las actividades en la Tierra Nueva? Isa. 65:21.

6. ¿Cómo será el humor de las personas? Sal. 16:11.

7. La Biblia dice que no habrá recuerdos negativos. Isa. 65:17, 16.

8. ¿Quién no habitará en la Tierra Nueva? Apoc. 21:8; 22:15.

9. El futuro que Dios reserva para Sus hijos nos hace optimistas. 2 Cor. 4:16-18.

10. La presencia de Cristo en el corazón trae el gozo anticipado del Cielo. Apoc. 3:20.

En Esto Creemos – Bosquejo – 28

La Tierra Nueva
La Naturaleza de la Tierra Nueva
Una Realidad Tangible
Continuidad y Diferencia

La Nueva Jerusalén
Un Vínculo que Une
La Descripción Física
- Su luz
- Su Construcción

Nuestro Eterno Hogar

La Vida en la Tierra Nueva


Reinaremos com Dios y com Cristo
Actividades Físicas
Vida Social
- Amigos y Familiares
Vida Intelectual en la Tierra Nueva
Oportunidades sin Límites
Actividades Espirituales

No Habrá Más…
Todo el Mal Será Erradicado
No se Recordará el Pasado

El Valor de Creer en una Nueva Creación


Da Incentivo para Soportar
Produce el Gozo y la Seguridad de una Recompensa
Da Fuerza para Resistir la Tentación
Provee una Vislumbre de lo que Será el Cielo
Conduce a una Mayor Efectividad
Revela el Carácter de Dios
Nos Acerca a Dios

Nueva para Siempre

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