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Managua, 2010
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CONTENIDO
1. Éticas teleológicas
1.1 Aristóteles
1.2 Epicuro
1.3 Utilitarismo
2. Éticas deontológicas
2.1 Emmanuel Kant
2.2 Hans Jonas
3. Éticas Procedimentales.
3.1 Teoría de la Justicia: John Rawls
3.2 Ética del discurso: Jürgen Habermas.
2. Ética profesional
2.1 Teoría de las profesiones
2.2 Principios y normas de la ética profesional
Guía de actividades
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PRESENTACIÓN
El Proyecto educativo de la UCA nos compromete cada día más con la formación de
profesionales de calidad, comprometidos con la justicia, con profundos principios
éticos y dispuestos a contribuir por una Nicaragua y un mundo mejor, en palabras
del P. Xabier Gorostiaga, exrector de nuestra Universidad, se trata de “ formar un
capital humano ético donde el profesional adopte una nueva visión y nuevos valores,
una nueva opción de servicio alternativo ante un totalitarismo de valores impuesto
por el mercado”.
Ante esta difícil tarea que debemos asumir como comunidad universitaria, el
colectivo de profesores y profesoras de la asignatura de Ética del Departamento de
Ciencias, Sociales, Ética y Ciencias religiosas, coordinados por el Profesor Javier
Menocal, ha asumido el reto de contribuir de manera activa a esta formación y ha
preparado el texto: Conceptos, Paradigmas y aplicaciones de la ética, texto que
evidencia la importancia de contar con materiales educativos , basados en la gran
experiencia acumulada de los y las docentes en la enseñanza-aprendizaje de la
asignatura de ética a las diversas carreras de la Universidad Centroamericana.
Esperamos que este texto aporte a una nueva manera de enseñar la ética, como
parte de repensar ese nuevo humanismo que nos demanda la Realidad. Como todo
material de trabajo este texto es concebido como algo inacabado, en proceso de
construcción y está abierto a sugerencias, aportes de la comunidad universitaria
para su enriquecimiento.
Iris Prado H.
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Decana
Facultad de Humanidades y Comunicación.
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PRÓLOGO
El libro de ética que tienes en tus manos ha sido elaborado para las y los estudiantes
de pre-grado de la Universidad Centroamericana (UCA) que cursan las asignaturas
de Ética y Derechos Humanos, Ética/Moral Social, Ética Ambiental y Ética
Profesional.
Este texto ofrece una visión integral de la ética a través del desarrollo de los
principales temas que fundamentan el comportamiento moral. Este material de apoyo
puede abrir horizontes para solucionar con criterios éticos diversas situaciones que el
profesional en una empresa u organización debe resolver para contribuir a la
construcción de una sociedad pluralista, justa y democrática.
Con el fin de que afiances tus conocimientos, el análisis de los dilemas éticos te
brinda una serie de metodologías que facilitan el planteamiento del problema,
formulación de diversas alternativas y la elección de aquella que pueda ser
fundamentada con criterios éticos.
Para el desarrollo de estos contenidos, al final del libro, se presenta un anexo que
contiene diversas actividades que facilitan el proceso de enseñanza-aprendizaje
tales como: estudios de casos, guías para el análisis de texto, debates de videos y
películas seleccionadas para la mejor comprensión de los dilemas éticos.
Esperamos que este material les sea de provecho para que podamos lograr con éxito
los objetivos de esta asignatura.
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Capítulo Primero
¿Qué es la Ética?
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Mapa Conceptual
determinan
Conciencia Desarrollo moral
Libertad de la persona
Valores
Psicología
Matices
Conceptuales Sociología
Mos-Moris Economía
Moralitas Teología
Semejanzas y
diferencias ÉTICA
Filosofía Religión
moral MORAL
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Selección
Selecciónde
deLecturas
Lecturas
Quedó finalista del premio Planeta por su novela El jardín de las dudas; ha recibido el
Premio Nacional de Ensayo, el Premio Cuco Cerecedo y el Premio Anagrama, entre
otros galardones. Especialmente crítico con el nacionalismo vasco y el terrorismo de
ETA, su postura política ha suscitado numerosas polémicas, al igual que su
Manifiesto por la lengua común y su defensa del laicismo.
Síntesis
Con el título ¿De qué va la Ética?, este autor nos aproxima al concepto de Ética con
un vocabulario amigable y ejemplos de la vida cotidiana. El texto plantea la Ética
como un tipo de conocimiento especial para la persona humana, a diferencia del
conocimiento instintivo de los seres irracionales, pasando por la necesidad de elegir
y tomar decisiones prudentes que nos ayuden a saber vivir y vivir bien.
Texto
Hay ciencias que se estudian por simple interés de saber cosas nuevas; otras, para
aprender una destreza que permita hacer o utilizar algo; la mayoría, para obtener un
puesto de trabajo y ganarse con él la vida. Si no sentimos curiosidad ni necesidad de
realizar tales estudios, podemos prescindir tranquilamente de ellos. Abundan los
conocimientos muy interesantes pero sin los cuales uno se las arregla bastante bien
1
Tomado de: SAVATER, F. (1997). Ética para Amador. Editorial Ariel: México. Librodot.com. Capítulo
1, pp. 1-6.
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para vivir: yo, por ejemplo, lamento no tener ni idea de astrofísica ni de ebanistería,
que a otros les darán tantas satisfacciones, aunque tal ignorancia no me ha impedido
ir tirando hasta la fecha. Y tú, si no me equivoco, conoces las reglas del fútbol pero
estás bastante pez en béisbol. No tiene mayor importancia, disfrutas con los
mundiales, pasas olímpicamente de la liga americana y todos contentos.
Lo que quiero decir es que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad.
Como nadie es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con
humildad lo mucho que ignoramos. Se puede vivir sin saber astrofísica, ni
ebanistería, ni fútbol, incluso sin saber leer ni escribir: se vive peor, si quieres, pero
se vive. Ahora bien, otras cosas hay que saberlas porque en ello, como suele
decirse, nos va la vida. Es preciso estar enterado, por ejemplo, de que saltar desde
el balcón de un sexto piso no es cosa buena para la salud; o de que una dieta de
clavos (¡con perdón de los fakires!) y ácido prúsico no permite llegar a viejo.
Tampoco es aconsejable ignorar que si uno cada vez que se cruza con el vecino le
atiza un mamporro las consecuencias serán antes o después muy desagradables.
Pequeñeces así son importantes. Se puede vivir de muchos modos pero hay modos
que no dejan vivir.
En una palabra, entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible:
el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. No nos convienen ciertos alimentos
ni nos convienen ciertos comportamientos ni ciertas actitudes. Me refiero, claro está,
a que no nos convienen si queremos seguir viviendo. Si lo que uno quiere es
reventar cuanto antes, beber lejía puede ser muy adecuado o también procurar
rodearse del mayor número de enemigos posibles. Pero de momento vamos a
suponer que lo que preferimos es vivir: los respetables gustos del suicida los
dejaremos por ahora de lado. De modo que ciertas cosas nos convienen y a lo que
nos conviene solemos llamarlo “bueno” porque nos sienta bien; otras, en cambio, nos
sientan pero que muy mal y a todo eso lo llamamos “malo”. Saber lo que nos
conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos
intentamos adquirir -todos sin excepción- por la cuenta que nos trae.
Como he señalado antes, hay cosas buenas y malas para la salud: es necesario
saber lo que debemos comer, o que el fuego a veces calienta y otras quema, así
como el agua puede quitar la sed pero también ahogarnos. Sin embargo, a veces las
cosas no son tan sencillas: ciertas drogas, por ejemplo, aumentan nuestro brío o
producen sensaciones agradables, pero su abuso continuado puede ser nocivo. En
unos aspectos son buenas, pero en otras malas: nos convienen y a la vez no nos
convienen. En el terreno de las relaciones humanas, estas ambigüedades se dan con
aún mayor frecuencia. La mentira es algo en general malo, porque destruye la
confianza en la palabra -y todos necesitamos hablar para vivir en sociedad- y
enemista a las personas; pero a veces parece que puede ser útil o beneficioso mentir
para obtener alguna ventajilla. O incluso para hacerle un favor a alguien. Por
ejemplo: ¿es mejor decirle al enfermo de cáncer incurable la verdad sobre su estado
o se le debe engañar para que pase sin angustia sus últimas horas? La mentira no
nos conviene, es mala, pero a veces parece resultar buena. Buscar pleito con los
demás ya hemos dicho que es por lo común inconveniente, pero ¿debemos consentir
que violen delante de nosotros a una chica sin intervenir, por aquello de no meternos
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en líos? Por otra parte, al que siempre dice la verdad -caiga quien caiga- suele
cogerle manía todo el mundo; y quien interviene en plan Indiana Jones para salvar a
la chica agredida -es más probable que se vea con la crisma rota que quien se va
silbando a su casa. Lo malo parece a veces resultar más o menos bueno y lo bueno
tiene en ocasiones apariencias de malo.
Lo de saber vivir no resulta tan fácil porque hay diversos criterios opuestos respecto
a qué debemos hacer. En matemáticas o geografía hay sabios e ignorantes, pero los
sabios están casi siempre de acuerdo en lo fundamental. En lo de vivir, en cambio,
las opiniones distan de ser unánimes. Si uno quiere llevar una vida emocionante,
puede dedicarse a los coches de fórmula uno o al alpinismo; pero si se prefiere una
vida segura y tranquila, será mejor buscar las aventuras en el videoclub de la
esquina. Algunos aseguran que lo más noble es vivir para los demás y otros señalan
que lo más útil es lograr que los demás vivan para uno. Según ciertas opiniones lo
que cuenta es ganar dinero y nada más, mientras que otros arguyen que el dinero sin
salud, tiempo libre, afecto sincero o serenidad de ánimo no vale nada. Médicos
respetables indican que renunciar al tabaco y al alcohol es un medio seguro de
alargar la vida, a lo que responden fumadores y borrachos que con tales privaciones
a ellos desde luego la vida se les haría mucho más larga, etc.
Voy a contarte un caso dramático. Ya conoces a las termitas, esas hormigas blancas
que en África levantan impresionantes hormigueros de varios metros de alto y duros
como la piedra. Dado que el cuerpo de las termitas es blando, por carecer de la
coraza quitinosa que protege a otros insectos, el hormiguero les sirve de caparazón
colectivo contra ciertas hormigas enemigas, mejor armadas que ellas. Pero a veces
uno de esos hormigueros se derrumba, por culpa de una riada o de un elefante (a los
elefantes les gusta rascarse los flancos contra los termiteros, qué le vamos a hacer).
En seguida, las termitas-obrero se ponen a trabajar para reconstruir su dañada
fortaleza, a toda prisa. Y las grandes hormigas enemigas se lanzan al asalto. Las
termitas-soldado salen a defender a su tribu e intentan detener a las enemigas.
Como ni por tamaño ni por armamento pueden competir con ellas, se cuelgan de los
asaltantes intentando frenar todo lo posible su marcha, mientras las feroces
mandíbulas de sus asaltantes las van despedazando. Las obreras trabajan con toda
celeridad y se ocupan de cerrar otra vez el termitero derruido... pero lo cierran
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dejando fuera a las pobres y heroicas termitas-soldado, que sacrifican sus vidas por
la seguridad de las demás. ¿No merecen acaso una medalla, por lo menos? ¿No es
justo decir que son valientes?
Sin embargo, Héctor hubiese podido decir: ¡a la porra con todo! Podría haberse
disfrazado de mujer para escapar por la noche de Troya, o haberse fingido enfermo o
loco para no combatir, o haberse arrodillado ante Aquiles ofreciéndole sus servicios
como guía para invadir Troya por su lado más débil; también podría haberse
dedicado a la bebida o haber inventado una nueva religión que dijese que no hay que
luchar contra los enemigos sino poner la otra mejilla cuando nos abofetean. Me dirás
que todos estos comportamientos hubiesen sido bastante raros, dado quien era
Héctor y la educación que había recibido. Pero tienes que reconocer que no son
hipótesis imposibles, mientras que un castor que fabrique panales o una termita
desertora no son algo raros sino estrictamente imposibles. Con los hombres nunca
puede uno estar seguro del todo, mientras que con los animales o con otros seres
naturales sí. Por mucha programación biológica o cultural que tengamos, los
hombres siempre podremos optar finalmente por algo que no esté en el programa (al
menos, que no esté del todo). Podemos decir «sí» o «no», quiero o no quiero. Por
muy achuchados que nos veamos por las circunstancias, nunca tenemos un solo
camino a seguir sino varios.
Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales
padres y en tal país, padecer un cáncer o ser atropellados por un coche, ser guapos
o feos, que los aqueos se empeñen en conquistar nuestra ciudad, etc.), sino libres
para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser
prudentes o temerarios, vengativos o resignados, vestirnos a la moda o disfrazarnos
de oso de las cavernas, defender Troya o huir, etc.).
Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo
indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo
posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere,
aunque pareciese imposible). Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos,
mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad. Soy libre de querer subir
al monte Everest, pero dado mi lamentable estado físico y mi nula preparación en
alpinismo es prácticamente imposible que consiguiera mi objetivo. En cambio soy
libre de leer o no leer, pero como aprendí a leer de pequeñito la cosa no me resulta
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demasiado difícil si decido hacerlo. Hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso
es ser libre) pero no todo depende de mi voluntad (entonces sería omnipotente),
porque en el mundo hay otras muchas voluntades y otras muchas necesidades que
no controlo a mi gusto. Si no me conozco ni a mí mismo ni al mundo en que vivo, mi
libertad se estrellará una y otra vez contra lo necesario. Pero, cosa importante, no
por ello dejaré de ser libre... aunque me escueza.
En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos
o enfermedades hasta tiranos. Pero también nuestra libertad es una fuerza en el
mundo, nuestra fuerza. Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría
tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma. Te
dirán: “¿Libertad? ¿Pero de qué libertad me hablas? ¿Cómo vamos a ser libres, si
nos comen el coco desde la televisión, si los gobernantes nos engañan y nos
manipulan, si los terroristas nos amenazan, si las drogas nos esclavizan, y si
además me falta dinero para comprarme una moto, que es lo que yo quisiera?”. En
cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando
pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres. En el
fondo piensan: “¡Uf! ¡Menudo peso nos hemos quitado de encima! Como no somos
libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que nos ocurra... “Pero yo estoy
seguro de que nadie -nadie- cree de veras que no es libre, nadie acepta sin más
que funciona como un mecanismo inexorable de relojería o como una termita. Uno
puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es
muy difícil (entrar en una casa en llamas para salvar a un niño, por ejemplo, o
enfrentarse con firmeza a un tirano) y que es mejor decir que no hay libertad para no
reconocer que libremente se prefiere lo más fácil, es decir, esperar a los bomberos o
lamer la bota que le pisa a uno el cuello. Pero dentro de las tripas algo insiste en
decirnos: “Si tú hubieras querido... “
Síntesis
El caso Teresa, aportado por esta excelente escritora, nos relata una situación
humana compleja, con sentimientos y perspectivas contradictorias entre sí. Teresa ha
nacido con Anencefalia, sus padres buscan encontrar un significado a la tragedia y el
hospital está reunido de emergencia para tomar una decisión. Sin embargo, todos
están lejos de un consenso, mientras son conscientes de la publicidad que rodea el
caso y la trascendencia legal y social de la decisión final. No sólo hay que decidir,
sino justificar con argumentos válidos que consideren el dolor de los padres, la vida
de Teresa y de otros bebés, la misión del hospital, los recursos limitados y la ética
médica.
Texto
Un bebé acaba de nacer, pero nadie a su alrededor se comportaba como la gente
suele comportarse en un parto, porque este bebé ha llegado al mundo con un
cerebro deficiente. En términos médicos, este bebé padece de anencefalia; sólo tiene
la parte más primitiva del cerebro, aquella situada encima de la médula espinal y que
controla los latidos cardiacos, la respiración y demás funciones autónomas (más o
menos automáticas) que mantienen con vida a un cuerpo. El bebé, una niña a quien
sus padres han puesto por nombre Teresa, nunca podrá reconocer sus rostros ni a
ninguna otra persona o cosa en el mundo. Nunca podrá pensar ni hablar, ni tener
ningún tipo de interacción con nadie. El personal médico del hospital donde ha
nacido asegura que en unos días, quizá semanas, la niña habrá muerto.
Los deseos de los padres se basan en resultados. Por mucho que ellos lo desearan,
su bebé nunca saldría del hospital con ellos. Nunca tendrá vida en el sentido en que
ellos entienden el término. Todo su interés está ahora en revestir de significado la
fugaz existencia de teresa y su muerte prematura. Si otro niño u otros niños pudieran
vivir después de recibir los órganos de Teresa, los padres de la pequeña se sentirían
consolados. Su dolor se vería mitigado al saber que su hija seguía, en cierto sentido,
viva en otros niños. Para algunos de los receptores, el corazón o el hígado
significarían la diferencia entre la vida y la muerte; para otros, la donación de un
órgano significaría una gran mejora de la calidad de vida.
El resultado que ellos más hubieran deseado –un bebé sano que llevarse a casa y
amarlo- les ha sido negado, pero entre los muchos resultados posibles, los padres
eligen la donación de órganos como la mejor posibilidad para ellos, para los demás
niños y para su hija. No habría, desde su punto de vista, absolutamente nada que
ganar contemplando el deterioro de los órganos de su hija hasta el punto en que, en
el momento inevitable de su muerte, quedaran inservibles.
Una vez que ha escuchado los deseos de los padres, el consejo de ética del hospital
se ha reunido en sesión de emergencia para decidir la cuestión. Si bien todos sus
miembros están comprometidos a hacer lo moralmente correcto, también están
conscientes de las sinceras diferencias de opinión que existen al respecto. Todo el
mundo es solidario con el dolor de los padres, pero también todos están pendientes
de la publicidad que sin duda rodeará al caso y a sus numerosas ramificaciones
legales. Aquello que decidan tendrá implicaciones a largo plazo.
Uno de los miembros del consejo, un médico, comienza recordando a todos los
demás colegas que han hecho el juramento de preservar la vida. Como médicos, no
pueden tomar la vida de un paciente para salvar las vidas de otros, ni aun cuando
exista la certeza de que la vida de Teresa será breve. Mientras el bebé tenga vida,
tiene derecho a su atención y protección, y a ellos no les corresponde en absoluto
jugar a ser Dios y disponer de sus órganos mientras su cuerpo los mantenga con
vida. Su vida y sus órganos, están en sus manos. Cuando la niña muera, sus padres
podrán tomar todas las decisiones que crean oportunas acerca del destino de sus
órganos, pero mientras sea una paciente con vida, deben valerse de todos los
recursos médicos para asegurar que la vida de Teresa se preserve.
Este punto de vista no me parece malo, dice un administrador del hospital. Está bien
y es positivo hablar acerca del cuidado y calidad de vida de Teresa, pero lo
fundamental es que mientras ella utiliza los tan caros recursos de este hospital para
vivir un día o dos más, nosotros gastamos preciados dólares en cuidado de salud
que podrían gastarse en cuidado prenatal para las madres de la comunidad o para
proporcionar vacunas que erradiquen las enfermedades de la infancia. ¿Por qué
utilizar nuestros recursos limitados en un paciente que no vivirá, todos coincidimos
en esto, más allá del día 15 de este mes? Lo que conseguiremos no será ayudar a la
niña, sino obstruir más a nuestro ya sobrecargado cuerpo médico. No existe una
base racional para comprometernos a mantener con vida a este bebé, una vez que
sus padres han tomado la apreciable decisión de donar sus órganos.
Ha sido autor de numerosas publicaciones, libros y escritos con temas éticos; “Una
breve reflexión sobre la ética y la tecnología”; “Aspectos éticos de la investigación en
células madres”; “La tecnología como determinantes de la condición humana”; “¿Qué
son los valores?”; “Educación en valores y tecnología”; “Bioética y pluralismo”, etc.
Síntesis
Así mismo, manejar las diferencias existentes en los términos “Ética” y “Moral”, para
su adecuada aplicación a los diversos enfoques teóricos de la disciplina, y los
distintos casos o dilemas que requieren solución. Para ello, sirve de ayuda el texto
sobre los “Conceptos básicos de Ética”, que presenta de manera muy clara e
inductiva, la explicación de la concepción y definición básica de la Ética y la Moral,
partiendo de sus orígenes, su aplicación en la vida cotidiana, y las diferencias entre
ellas. El conocimiento y comprensión de las nociones conceptuales básicas de Ética
y Moral, sirven de fundamento y punto de partida para la profundización de los
3
Cfr. LEZAMA, J. R. (2007). Fundamentos filosóficos de la Educación en Valores. Publicaciones
UCAB, Caracas, Venezuela, p. 11.
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contenidos subsiguientes y la aplicación posterior de los criterios teóricos –
metodológicos de esta disciplina en el campo profesional de cada área o ciencia.
Texto
Por un lado con el término “éthos” designaban a lo que en castellano nos referimos a
las costumbres o los hábitos automáticos; mientras que con el vocablo “ëthos” se
referían al concepto de "modo de ser", "carácter" o predisposición permanente para
hacer lo bueno.
Cuando los latinos se ven forzados a traducir esa palabra a su lenguaje propio
utilizan el vocablo "moralitas", que a su vez se origina de la raíz "mos", o "mores" que
significaba simultáneamente: costumbres y maneras permanentes de actuar o
comportarse. Al no disponer el latín de dos palabras para referirse a los dos
conceptos que el griego podía diferenciar, muy pronto "moralitas" sustituye a éthos y
ëthos, y por lo tanto, en adelante una palabra sola va a significar tanto el modo de
ser o la predisposición propia de cada uno en lo que tiene que ver con lo bueno,
como las conductas acostumbradas o "de hecho".
Del análisis etimológico podemos ver que la palabra latina "moralitas" incluye no solo
las acciones humanas en "cuanto vividas de hecho" sino también las acciones
humanas en cuanto “elegidas como rectas” de acuerdo con el mundo de valores
permanente del individuo. Hoy en día a las primeras las estudia la sociología, la
etnología, la antropología o la psicología, mientras que las segundas son el objeto
propio de la Ética o Moral en tanto disciplinas filosóficas.
En realidad, este uso confuso de la palabra ética que se hace en el lenguaje vulgar
alude a la doble dimensión de las acciones humanas que tienen que ver con "el bien"
o "lo bueno". Mientras que el saber filosófico se preocupa de justificar racionalmente
criterios de acción que no sean arbitrarios y que sean universalmente válidos
(dimensión objetiva) la ética en cuanto vivida de hecho, muestra cómo los hombres
concretan o no esos criterios en su acción personal (dimensión subjetiva de la ética ).
De ahí que entendamos por “Ética o Filosofía Moral” la disciplina filosófica que
reflexiona de forma sistemática y metódica sobre el sentido, validez y licitud (bondad-
maldad) de los actos humanos individuales y sociales en la historia. Para esto utiliza
la intuición, experiencia humana, depurada por la elaboración racional.
Semejanzas y Diferencias entre Ética y Moral. Los puntos en los que confluyen son
los siguientes:
MORAL ÉTICA
Acervo de costumbres, principios, Constituye también un conjunto de
valores y normas de conducta, valores, costumbres, principios y normas,
adquiridos del medio (hogar, escuela, pero adquiridos, asimilados y practicados
comunidad, trabajo, iglesia, etc.). Su de modo eminentemente racional, es
asimilación y práctica no depende decir consciente. Se trata del ejercicio
solamente de una actitud libre y consciente de la razón para dar
completamente consciente o racional, justificación a nuestro actuar desde el
sino esencialmente de un sentimiento punto de vista del bien y del mal. Tiene
de respeto a la autoridad moral de la un carácter más objetivo, más universal,
que provienen. Tiene un carácter más más de aceptación voluntaria de valores
subjetivo, más particular, de vivencia razonados.
de los valores.
4
Cfr. BILBAO G., FUERTES J., y GUIBERT J. M. (2002). Ingeniería y Ética Profesional. Bilbao,
Universidad de Deusto, pp. 11-14.
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Conociendo a los autores del texto
Javier Fuertes Pérez nace en Asturias, España el 3 de noviembre
de 1963. Realiza los diplomados de filosofía y pedagogía en el
Instituto Superior de Valladolid (1985). Obtiene el bachiller en
Teología en la Facultad de San Esteban de Salamanca (1988), y la
licenciatura en la Universidad de Deusto (1990). Prepara un
doctorado en sociología sobre los problemas de la distribución de
la riqueza en nuestras sociedades contemporáneas. Desde 1995
enseña en la Universidad de Deusto donde actualmente imparte la
asignatura de ética profesional en las facultades de Ingeniería Informática y de
Telecomunicaciones y Turismo así como de ética económica en la Facultad de
Derecho Económico.
Síntesis
La Ética como disciplina emanada de la filosofía, madre de todas las ciencias, sirve
de marco de referencia y orientación sobre los principios de comportamiento que
deben regir el ejercicio profesional de las ciencias. Existen ciencias que estudian los
actos humanos al igual que la Ética, pero con un enfoque distinto, mientras la ética
centra su estudio en los actos humanos como actos de derecho, en los que se puede
explorar la bondad o maldad, licitud o ilicitud de los mismos, en otras disciplinas los
actos humanos son abordados como hechos, en los que se puede estudiar el porqué
de esos actos, su significado para la sociedad, para el individuo en particular, etc.
Texto
23
Ya que se tiene definido lo que es la Ética, ahora hay que aclarar los límites de esta
ciencia y mostrar los terrenos más allá de sus fronteras.
a) Las normas de la Ética son autónomas (cada individuo debe darse sus
normas propias) y las del Derecho son heterónomas (las normas provienen
de una autoridad diferente al individuo).
b) Las normas de la Ética rigen aspectos internos y las del Derecho aspectos
externos.
c) Las normas de la Ética son unilaterales (el cumplir una norma no implica el
surgimiento de un derecho o una obligación por parte de otras personas), y
las del Derecho son bilaterales (una obligación implica un derecho y
viceversa).
d) Las normas de la Ética son incoercibles (aún cuando tienen un carácter
obligatorio, generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de
no cumplirlas) y las del Derecho son coercibles (la autoridad que ha
establecido ciertas normas civiles, tiene la facultad de exigir el
cumplimientos de ellas, y para llevar a cabo dicha tarea, impone vigilancia,
fiscalización, sanciones, etc.).
La Ética como la Economía presenta un modelo ideal que hay que cumplir, como
si fuera un proyecto que seguir –como la ley de la oferta y la demanda- aquí entra
también la Ética ya que en más de una ocasión el modelo económico es el relato
de una serie de abusos, como suele ser en la ley citada anteriormente. Los dos
modelos, el económico y el ético tienen que ir entrelazados para así evitar la
explotación del trabajador, la marginación del asalariado, la usura en los intereses
cobrados a los países del tercermundistas, la colonización del trabajo, la
producción y el gobierno de los países débiles.
Es por esto que la ética y la religión guardan una muy estrecha relación, pero la ética
científica y la filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas
morales que pueden surgir, y de hecho han surgido, a partir de la religión, sea esta
última, una vivencia o una institución.
Diezmar Mieth
Los autores y sus circunstancias de Augusto Hortal Alonso es un libro publicado por
la Universidad Pontificia de Comillas, este libro recoge los conceptos básicos de la
Ética para responder a la pregunta ¿Quién puede actuar moralmente? Hemos
seleccionado el Capitulo IV La conciencia y el Capítulo V La Libertad para el estudio
de estos dos importantes temas de la Ética.
Síntesis
La conciencia parte de la afirmación “sin conciencia no hay vida moral” puesto que
solo somos responsables de lo que hacemos si actuamos en conciencia, es decir, la
medida en que sabemos lo que hacemos, lo que se pretende al hacerlo y sabe si eso
que hace es bueno o malo, lícito o ilícito. Para desarrollar el tema aborda los
diferentes conceptos y tipos de conciencia, las dimensiones y diferentes imágenes de
la conciencia. Para concluir explica porque la conciencia es norma de moralidad
5
HORTAL A. (1994). Los autores y sus circunstancias. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas. pp.
105-109.
26
La libertad es uno de los temas centrales de la Filosofía y de la Historia de la
Filosofía, su importancia radica en la constatación de que la libertad es presupuesto
de la vida moral, puesto que la responsabilidad, el derecho, la vida social no tendrían
el sentido que les damos en nuestra vida diaria sin presuponer la libertad. El texto
esboza las coordenadas en que se inscribe la libertad, para profundizar en la raíz y
sentido de la misma para realización humana
Texto
La vida moral tiene como presupuesto que quien actúa moralmente sabe lo que hace
(hasta cierto punto al menos) lo que pretende al hacerlo y sabe si eso que es bueno
o malo, lícito o ilícito. A todo esto es lo que llamamos actuar en conciencia. La
persona moral para poder se autora de sus actos para que éstos puedan serle
imputados y merezca alabanza o reproche por ellos, tiene que saber lo que hace, sin
conciencia no hay vida moral.
¿Qué es la conciencia?
b. Conciencia Moral
Pero la persona además de conocerse y conocer lo que le rodea, es capaz de valorar
las cosas y valorarse a sí misma sintiéndose responsable de sus actuaciones. Esta
capacidad de valoración según el bien y el al es la conciencia moral. Podemos llamar
conciencia a la propiedad que tenemos las personas para formular juicios sobre la
rectitud de nuestros actos.
Imágenes de la conciencia
Quien quiere actuar moralmente debe atenerse a los criterios que le dicta la
conciencia. ¿Qué tiene la conciencia para que tengamos que hacer caso de sus
dictámenes? Unos ven en la conciencia una voz un eco que hace resonar la voz de
otro dentro de nosotros mismos. Otros como una luz algo que ilumina nuestro camino
para que elijamos, descubre la bondad o maldad de lo que hicimos o vamos a hacer.
27
O como un Juez que condena la maldad de nuestras acciones o aplaude y aprueba
su bondad. Es quien da la sentencia “hiciste bien o mal”. Otros la ven como un
testigo que llevamos dentro el cual testifica que somos nosotros los responsables de
lo que hacemos en cualquier circunstancia. También se le ve como el corazón en el
sentido de que representa lo más importante de nosotros mismos, algo muy interior y
fuente de vida.
Debemos atenernos a nuestros conocimientos objetivos por ser nuestros y por verlos
como acertados en un momento dado. Por ser la forma concreta de respetar nuestra
conciencia radical ese momento.
Decir que la conciencia es norma de moralidad empieza por significar que nadie
ocupa el lugar de otro en las situaciones que vive, en las decisiones que toma y en
las convicciones con que las toma. Cualquier información adicional, cualquier
consideración o argumentación que pueda conducir a un cambio en el último juicio
práctico de la conciencia del que actúa, tiene que ser aducidas y alegadas ante la
conciencia del que actúa tratando de iluminarla. Incluso corregirla, pero nunca de
sustituirla.
A eso se añade que según entendamos la libertad, así entenderemos la vida moral:
de forma más absoluta e interior o de forma más vulnerable, pero a la vez con
posibilidad de incidir en el mundo material y social, de forma más racional o más
arbitraria, etc. Por lo demás la libertad no sólo es presupuesto de la vida moral, sino
también una de las metas de la misma; aspecto este del que de momento no nos
ocupamos directamente.
6
HORTAL A. (1994). Los autores y sus circunstancias. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas, pp.
131-141.
7
Para una visión panorámica véase lo que el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora J. (T. III, 1968-
1979) o la Enciclopedia filosófica italiana (2ª. Ed. 1967, t. III, p. 1536-1560) dicen bajo el concepto de
libertad.
29
condicionamiento exterior que nos fuerza a hacer lo que no queremos hacer,
lo que sólo hacemos porque nos fuerzan y coaccionan, no porque queremos.
Los dos primeros conceptos de libertad son negativos 8 y se llaman también “libertad
de”. El tercero nos presenta la libertad como función de la autorrealización: el hombre
es libre para realizarse como hombre desde su libertad, comprometido con lo más
íntimo y radical de su ser hombre y de su ser libre. Se llama también “libertad para”.
Comentemos un poco cada uno de estos aspectos.
Este concepto de libertad es ante todo social y político. Como hemos señalado, en el
mundo griego y romano, se entendía por libertad la condición del que no era esclavo.
8
BERLIN, I.: “Dos conceptos de libertad”, en: Cuatro ensayos sobre la libertad, Alianza, Madrid 1988.
En las pp. 208ss viene a incluir en la “libertad positiva” tanto la libertad hegeliana como la libertad
kantiana o estoica, más adelante veremos por qué.
30
El esclavo, por pertenecer a otro, tenía que hacer lo que ese otro quería. El hombre
libre, en cambio, se pertenece a sí mismo (es sui iuris) y puede hacer lo que quiera.
Este concepto de libertad desempeña un papel central en la evolución política que va
del absolutismo al estado liberal. La autoridad del monarca absoluto es vista como la
gran amenaza para la libertad de sus súbditos; el Estado de derecho hace de los
súbditos ciudadanos, en ellos radica la legitimidad democrática, y mediante la
constitución y la ley, expresión de la voluntad popular, el Estado pasa a ser el garante
de las libertades de todos los ciudadanos.
Cuando hoy se habla de libertad casi siempre se trata de la libertad social y política,
de la independencia que reclama para sí el individuo libre en sus propias actuaciones
frente a posibles interferencias o coacciones no deseadas de los otros o del Estado.
Apenas se habla hoy de libertad frente a las propias pasiones o impulsos interiores,
salvo para excusar conductas o en contextos terapéuticos. Tampoco se habla mucho
del “para qué” o “hacia dónde” se orienta, puede o debe orientarse, la libertad. La
libertad se entiende ante todo como independencia, despego, desarraigo: ausencia
de vínculos no deseados.
John Stuart Mill consideraba a mediados del siglo pasado en su escrito “On Liberty”
que esta libertad era algo nuevo. La llamada libertad civil y la contraponía al libre
albedrío12.
9
CONSTANT, B.: “De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos” (incluido en: B.
CONSTANT, Del espíritu de conquista, Tecnos, Madrid 1988, pp. 63-93). Entre los antiguos el
individuo, “soberano casi habitualmente en los negocios públicos, era esclavo en todas sus relaciones
privadas” (Ibid., pág. 68).
10
K. MARX, comentaba en “La cuestión judía” que esa libertad individual y su aplicación constituyen el
fundamento de la sociedad burguesa. Sociedad que hace que todo hombre encuentre en los demás,
no la realización, sino, por el contrario, la limitación, de su libertad. MARX K.; RUGE, A.: Anales
franco-alemanes, Ed. Martínez Roca, Barcelona 1973, p. 244.
11
La Declaración de 24/6/1793, en su artículo 6 proclama: “La libertad es el poder que pertenece al
hombre de hacer todo lo que no dañe a los derechos de los demás: tiene como fundamento la
naturaleza; como regla, la justicia; como salvaguardia, la Ley; su límite moral está en esta máxima: no
hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
12
“El objeto de este trabajo es el libre arbitrio, sino la libertad social o civil, es decir, la naturaleza y los
límites del poder que puede legítimamente ejercer la sociedad sobre el individuo: cuestión raramente
planteada y casi nunca discutida en términos generales, pero que influye profundamente sobre las
controversias prácticas del siglo…” J. St. MILL, La libertad, Madrid 1890, p. 1.
31
La libertad interior: el libre albedrío
¿Es libre el que no tiene lo necesario para comer? No parece que sea
completamente ajeno al concepto de libertad, a la mayor o menos amplitud del
espacio de libertad de que disponemos, tener o carecer de los medios de
subsistencia ofrece un punto flaco y vulnerable que le hará someterse a otros para
32
conseguirlos. ¿Es libre el que carece de los medios materiales, las habilidades
psicológicas y las capacidades sociales para hacer aquello que quiere? Parece que
esas circunstancias ponen límites a su libertad, aunque como alega I. Berlin, no
poder saltar dos metros cincuenta centímetros o no poder volar no sea una falta de
libertad, sino una limitación.
La libertad depende, pues, del campo de posibilidades de acción que nos ofrecen las
situaciones, de la facilidad o dificultad que haya para realizar dichas posibilidades, de
la importancia que se atribuya a éstas en relación con el propio plan de vida, con el
propio carácter y las circunstancias que está viviendo, del valor que atribuya a esas
posibilidades el que las tiene ante sí.
Normalmente tendemos a decir que es más libre el seducido que el amenazado, pero
eso sólo es así porque solemos atribuir mayor fuerza a nuestros miedos que a
nuestros deseos. Muchas veces irán mezclados (el palo y la zanahoria), y serán
difíciles de separar y aun de distinguir. En el síndrome de abstinencia del adicto a la
heroína, la sensación negativa desasosegante que causa la carencia de heroína va
unida a la atracción por el alivio y placer experimentado en el pasado y que se piensa
volver a experimentar en el futuro tan pronto como se inyecte la próxima dosis.
Si traemos todo esto a colación, es sobre todo para presentar la seducción, no sólo
la coacción o la amenaza como enemiga, reductora o destructora de la libertad. No
tiene buen cartel el estoicismo en las sociedades de abundancia. Pero además de
consideraciones ecológicas o de justicia, desde la perspectiva de la libertad, un poco
de ataraxia y apatheia estoica y un poco de la moderación epicúrea en el disfrute de
los placeres harían bien a la libertad en nuestra cultura se las seducciones del
marketing.
Para S. Pablo y S. Agustín el que peca, peca libremente porque actúa de una
manera que podría haber evitado; el libre albedrío es ejercido al pecar. Desde la
perspectiva del libre albedrío tan libre es el que peca como el que no peca. El
pecador, al pecar, “libremente” se convierte en esclavo del pecado. Más libre será
entonces el que eligió no pecar; y mucho más el que ni siquiera puede pecar y ser
esclavo del pecado. En este sentido Cristo y el mismo Dios son plenamente libres
precisamente en su incapacidad para hacer el mal.
Desde la perspectiva de la “libertad para”, sin embargo, no es más libre el que nunca
se decide, ni quien decide cada día de nuevo, dejando perpetuamente abiertas todas
sus opciones y posibilidades, sino quien desde la libertad ejercida y realizada, desde
la determinación más íntima de su ser, llega a no poder dejar de querer aquello que y
a aquellos a quienes libremente amó y sigue amando 14.
En el artículo de I. Berlin que ya hemos citado, tras una primera parte en que habla
de la libertad negativa en los términos que hemos recogido anteriormente, polemiza
en la segunda parte con el concepto de libertad positiva, por la posible utilización
ideológica de la libertad positiva para recortar las libertades. Pero el abuso no elimina
el uso. El concepto de libertad positiva o “libertad para” sólo es tan carente de
sentido para quien dogmatiza el concepto de libertad negativa, mide todo con ese
baremo, y no quiere entrar en los temas y perspectivas que han hecho plantear la
“libertad positiva” o “libertad para”.
Noción de Valor
Tipos de Valor
Jerarquía de valores
El valor moral tiene por materia las acciones libres en las que el ser
humano se define a si mismo.
17
Cfr. LEZAMA J. R. (2007). Fundamentos Filosóficos de la Educación en Valores. Publicaciones
UCAB, Caracas, Venezuela. Págs. 13-17.
35
La naturaleza que sustenta el valor moral es la acción humana, es decir,
entra dentro de la estructura dinámica del ser humano, que es la que
define a la persona.
Compromiso Interno
El valor moral hace referencia directa en inmediata a la subjetividad
entendida como intencionalidad, como libertad y compromiso.
Lo especifico del valor moral esta en la intención del sujeto, incluye tanto la
dimensión objetiva como la dimensión subjetiva de la acción moral
Valores Éticos Antropológicos son los rectores del sistema axiológico de toda
la persona:
Estos son: La dignidad humana es el valor fundamental del resto de valores. Son
también valores antropológicos la libertad e igualdad.
Valores éticos sociales son aquellos valores básicos que la persona elige y
comparte con otras personas a fin de lograr la convivencia en pacífica, la vida
democrática. Son valores sociales la justicia, solidaridad, equidad, confianza,
reciprocidad, diálogo, cooperación, colaboración, diálogo, pluralismo.
Las Virtudes
Las virtudes son un conjunto de valores que sirven de guía a la persona en la
toma de decisiones y son su soporte y apoyo a la hora de actuar.
Relativismo moral: esta postura sostiene que la calificación moral de una acción
depende de la cultura o del grupo humano. Así, cada época, raza, pueblo o
civilización tiene su propia escala de valores, llegan a la conclusión de que no hay
valores universalizables, sino que el mundo de las valoraciones es siempre relativo a
tradiciones, culturas.
Como las tradiciones, culturas son diversas y las circunstancias son cambiantes,
ningún conocimiento o principio moral, según esta postura, es objetivo o universal.
Es decir, el relativismo postula que ningún conocimiento o principio moral es
verdadero independientemente de las opiniones de las personas o de sus
circunstancias, ni tampoco, por esa misma razón, es válido para todos en todo
tiempo y lugar. En realidad, el relativismo, en cuanto al conocimiento de la realidad
en general, deviene en agnosticismo (la negación, o la puesta en duda, de la
capacidad del ser humano de conocer la verdad objetiva) y en cuanto al
conocimiento de lo moral, en individualismo o subjetivismo.
Subjetivismo moral: Consiste en creer que las cuestiones relativas a los valores
morales son muy subjetivas, que en el ámbito de los valores cada persona elige una
jerarquía de valores u otra, pero la elige por una especie de fe.
Por eso se produce en el terreno de los valores una especie politeísmo moral que
consiste en que cada uno “adora” a su dios, acepta su jerarquía de valores y es
imposible encontrar un acuerdo argumentado, un acuerdo intersubjetivo.
Ética Cívica los valores que componen ese mínimo común conforman la Ética Cívica
que es la piedra angular para construir las diversas éticas profesionales, como
también la ética de las instituciones y organizaciones.
Por eso la ética cívica es una ética de las personas en cuanto ciudadanas, es decir,
en cuanto miembros de una polis, de una civitas, de un grupo social que no es
exclusivamente religioso, ni exclusivamente familiar, ni tampoco estatal, sino que
engloba las diversas dimensiones de las personas ( religiosas, familiares,
profesionales) las aglutina y creo un lazo entre todos los que profesan distinta fe,
pertenecen a distintas familias y desempeñan distintas profesiones, comparten el
espacio con distintos vecinos, pero no puede pretender en modo alguno absorber
todas esas dimensiones de la vida social. Conviene siempre recordar que la
reducción de las dimensiones sociales, la reducción de la pluralidad, mata la vida.
Las personas cuando nacen no son sujetos morales: llegan a serlo en el transcurso
de su biografía; bajo determinadas condiciones biológicas, psicológicas y
socioculturales favorables. Antes de estar en condiciones de ver lo que hacemos y
de hacer lo que queremos, antes de ser hechos responsables de nuestras acciones y
omisiones, tenemos que haber desarrollado capacidades cognitivas, emocionales y
sociales que nos pongan en condiciones de poder actuar moralmente.
18
Lo que la naturaleza no lo da, Salamanca no lo presta.
38
Este hecho, aun siendo obvio, no ha recibido la atención que merece. Durante
mucho tiempo ha prevalecido una concepción antropológica para que lo esencial es
lo permanente, lo que todas las personas por naturaleza en todos y cada uno de los
momentos de su existencia. En cambio lo que le acontece a cada persona, su
historia, lo que va siendo resultado de su biografía, era considerado “accidental”.
Esta teoría tiene como punto de partida la idea de que la moral se desarrolla en cada
individuo pasando por una serie de etapas. Estas etapas son las mismas para todos
los seres humanos y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán
el paso a etapas posteriores.
En el texto aparece un cuadro que describe cada una de estas etapas, las que
agrupó en tres niveles y seis estadios
Síntesis
El texto plantea de forma breve la teoría de Kohlberg sobre el desarrollo del juicio
moral. Esta teoría explica que las personas no justificamos todas nuestras
decisiones del mismo modo, a lo largo de su vida, ni argumentamos con razones
idénticas: nuestra conciencia moral sigue un proceso de crecimiento o de madurez,
va desarrollando la capacidad de formular juicios sobre lo que debemos hacer o
rechazar.
39
Kohlberg extrajo las definiciones concretas de sus etapas del desarrollo moral de la
investigación que realizó con niños y adolescentes de los suburbios de Chicago, a
quienes presentó diez situaciones posibles en las que se daban problemas de
elección moral entre dos conductas. El análisis del contenido de las respuestas, el
uso de razonamientos y juicios, la referencia o no a principios, etc. -se analizaron
treinta factores diferentes en todos los sujetos- fue la fuente de la definición de las
etapas. Posteriormente, y para demostrar que estas etapas eran universales,
Kohlberg realizó una investigación semejante con niños de una aldea de Taiwan,
traduciendo sus dilemas morales al chino y adaptándolos un poco a la cultura china.
El desarrollo moral comenzaría con la etapa cero, donde se considera bueno todo
aquello que se quiere y que gusta al individuo por el simple hecho de que se quiere y
de que gusta. Una vez superado este nivel anterior a la moral se produciría el
desarrollo según el esquema que presentamos a continuación:
Texto
NIVEL II
COVENCIONAL Alabanza o Necesidad de No hagas Puede Gregarismo
Moral reprobación ser alguien a los ponerse en el
Sociónoma social bueno para sí demás lo lugar de la
mismo y para los que no otra persona.
demás. quieres Consciente de
ESTADIO 3 Creencia en las para ti acuerdos,
10 a 18 años normas para sentimientos y
fomentar expectativas
comportamiento mutuas
estereotipos
2. Bilbao, G., Fuertes, J., Guibert, J. M. (2002). Ingeniería y Ética Profesional. Bilbao,
Universidad de Deusto, pp. 11-14.
6. Morales G., A. (1998). Ética y negocios. Casos para el análisis ético. Publicaciones
ETEA, Algaida. Madrid, pp. 30-32.
Capítulo Segundo
Ética Filosófica
44
Selección
Selecciónde
deLecturas
Lecturas
1. Éticas teleológicas19.
Temas Básicos de la Ética, es un libro del autor Xabier Etxeberia Mauleon, publicado
por la Editorial Desclee de Brouwer, en el año 2002, hemos seleccionado los
capítulos II, III y IV para el estudio de los paradigmas éticos tema central de la
segunda unidad de este curso. Con el estudio de estas propuestas éticas, entraran
en contacto con las teorías de los grandes filósofos y sus principios éticos de
actuación.
Síntesis
Los capítulos seleccionados nos ofrecen, por un lado, temas las propuestas de las
éticas teleológicas, que tienen como punto de partida nuestra condición de seres
inacabados y abiertos que aspiran a realizarse lo más libre y plenamente posible,
desde esta perspectiva se entiende la ética como horizonte de plenitud (felicidad,
virtudes, valores, etc.); por otro lado, las propuestas deontológicas que nos sirven de
guía para una convivencia en justicia que tiene en cuenta la perspectiva social de la
ética como ideal de convivencia (autonomía, deber, justicia, etc.).
Texto
19
Cfr. ETXEBERÍA, X. (2002). Temas básicos de la ética. Desclée de Brouwer, Bilbao. Cap. 2, 3 y 4,
Págs. 31-41.
46
Orientarnos a la plenitud es orientarnos a lo que puede ser considerado nuestro bien
superior. La palabra que más se ha usado para concretar ese bien es la de felicidad.
La vida ética es definida entonces como aspiración a la felicidad.
De todos modos es una pista que debe ser matizada. Porque los medios no son
puros instrumentos, están impregnados de fin y el fin no es algo que se alcanza de
repente tras un camino recorrido, es la plenitud y consumación de lo que se va
realizando en el camino. Y porque lo que directamente nos moviliza son los fines
concretos, los objetivos específicos –no puros medios- en los que creemos vivir la
felicidad. Desde ahí precisamente aparece inevitable asumir grados significativos de
pluralidad de bienes en las éticas que se muestran como aspiración a la felicidad.
Hay además otra cuestión relevante: la felicidad concreta no puede ser buscada al
margen de las circunstancias en las que nos encontramos. Es algo que Aristóteles
reconoce: deseamos la felicidad, viene a decirnos, determinados por nuestra
naturaleza, pero la concretamos a través del recorrido de la deliberación y de la
elección prudencial. Esto es, el camino de la felicidad es un trayecto que diseñan
nuestras elecciones o “deseos deliberados” sopesando adecuadamente las
posibilidades existentes.
Sin entrar aquí a fondo en los debates interpretativos en torno a Aristóteles, sí hay
que resaltar que el Estado, la polis (Aristóteles puede ser considerado como el último
gran pensador de la ciudad griega), es el ámbito decisivo para la realización de la
vida feliz.
Se es feliz y virtuoso desde la referencia a la polis y para la polis, pues el hombre es,
por naturaleza, “animal político”, por lo que quien está fuera del Estado se halla por
debajo por encima de lo humano, es una bestia o un dios. Por eso precisamente
puede decirse que es el ethos de la polis el que marca el espacio de lo que debe
hacerse, las virtudes que deben practicarse. En este sentido el hombre perfecto, y
como tal feliz, es el hombre perfecto para el bien de la polis que, de todos modos, se
realiza desde el logos participativo – por supuesto, sólo si se encuentra entre los
ciudadanos de pleno derecho, si no es mujer, esclavo o extranjero – no desde la
mera sumisión.
1.2 Epicuro
En primer lugar, va a remitir de modo muy explícito la felicidad al placer. Dado, dice
que juzgamos los bienes según la norma del placer o dolor que nos proporcionan, el
placer debe ser considerado como el principio y fin de la vida feliz. Esto es la
evitación del dolor y la obtención del placer deben ser el criterio último de nuestras
elecciones, o lo que es lo mismo, lo que elegimos se justifica por las consecuencias
de placer que trae.
48
Que tengamos inclinación al placer y lo deseemos como bien supremo es tan
evidente como que el fuego quema. ¿Cómo alcanzar el máximo placer? Por un lado,
evitando las grandes fuentes de temor: los dioses, la muerte, y el dolor. Por otro,
teniendo una visión muy clara de lo que constituye la vida placentera.
Epicuro indica, de todos modos, que debe ser una apertura inteligente, que debemos
hacer un adecuado cálculo de la vida placentera en vistas a la plenitud de la misma.
Para ayudarnos a tal cálculo, el autor comienza proponiendo una serie de
distinciones entre placeres. Hay que buscar especialmente aquellos placeres que
estando colmados ya no se pueden aumentar, porque son los que evitan la
permanente insatisfacción propia de deseos que nunca acaban de satisfacerse del
todo: el más relevante es aquí la Ataraxia o ausencia de perturbación espiritual. En
segundo lugar hay que distinguir entre placeres de la carne y placeres de la mente.
Hay que comenzar atendiendo los placeres corporales, pero sólo aquellos que
remiten a necesidades básicas (beber agua cuando se tiene sed) Después hay que
preferir los placeres de la mente, porque son éstos los que comprenden el límite
frente al deseo ilimitado de la carne, y porque son placeres mayores, teniendo
incluso pode sobre los dolores del cuerpo.
Además de esta jerarquización, Epicuro nos propone varios criterios para el cálculo
del placer. El primero de ellos es estar atentos a las consecuencias globales que se
desprenden de la satisfacción de nuestros deseos: cada placer en sí es un bien,
pero, por un lado, hay placeres que traen dolor y, por otro, a veces hay que elegir un
dolor para que traiga consecuencias de mayor placer. El segundo es estar atento al
discernimiento de los límites, a la mesura, a la sophrosyne, a través del control, por
parte de la mente, de los deseos corporales que nunca acaban de satisfacer y que
generan frustración. Para orientarnos en la elección mesurada del placer aparece
una tercera regla del cálculo, a partir de una nueva distinción entre placeres
naturales (necesarios-beber cuando se tiene sed- y no necesarios -comida opulenta-)
y no naturales (no necesarios-fama-): los naturales necesarios requieren ser
49
satisfechos pues si no causan dolor, pero en general son accesibles; el hombre es
infeliz porque se embarca en los otros placeres, difíciles de saciar.
1.3 Utilitarismo
El atractivo del utilitarismo arranca que es una teoría del bien/felicidad, no como bien
en sí que se me impone, sino como bien que sólo es tal cuando lo es para alguien,
cuando alguien así lo ve. Lo que significa: 1) que el bien se remite a la utilidad para
satisfacer los deseos e intereses de las personas; 2) que se condena o aprueba algo
50
sólo en la medida en que se demuestre que empeora o mejora el bienestar de la
gente ; 3) que se aceptan sin discriminación las preferencias de cada uno, todas las
preferencias; 4) se busca maximizar el bienestar de manera imparcial, reclamando
que todos contemos como uno y nadie más que uno, y viéndolo como conquista del
egoísmo inteligente abierto a la benevolencia.
Si, con todo, por un lado estas propuestas parecen ofrecer pistas seguras de
orientación de la conducta, tanto para las decisiones individuales como para las
políticas, por otro lado son fuente de importantes cuestiones, que han dado lugar a
fuertes debates entre los utilitaristas mismos y con sus críticos:1) ¿cómo debe
definirse la utilidad- la felicidad -?;) ¿Por qué debe ser el fin supremo la moralidad?;
3) ¿cómo puede y debe calcularse su maximización? Veamos cómo se ha tratado de
responder a estas tres cuestiones.
El segundo gran problema del utilitarismo, que hereda de Epicuro, es justificar por
qué el placer-bienestar debe ser el fin o bien último. En principio, de la constatación
empírica de que deseamos el placer por nuestra condición natural, se pasa a deducir
que es deseable que hagamos del placer el horizonte de nuestra realización
personal, pero también es razonable que busquemos la felicidad de todos los demás.
A esta argumentación se le acusa de caer en dos falacias: la naturalista, que da el
salto de lo que es –deseo empírico- a lo que debe ser- ideal de vida-; y la de la
composición , que da el salto de lo personal- cada uno busca su felicidad- a lo
colectivo. Aunque los utilitaristas han ideado diversos argumentos para contrarrestar
estas objeciones, debe reconocerse que la conexión entre el utilitarismo como teoría
descriptiva de los comportamientos humanos y el utilitarismo como teoría normativa
es problemática.
2. Éticas Deontológicas.
Supongamos que una médica emplea todo su conocimiento y dedicación para tratar
a un paciente que sufrió una herida grave. Si el paciente fallece, no podremos decir
que los resultados alcanzados hayan sido buenos; pero la médica hizo todo lo
posible para salvarle la vida. Sin embargo, es importante notar que el término
“intención”, en Kant, supone una intención actuante: no se trata de meramente
21
Proyecto de Educación de Adultos (2000). Filosofía. Secretaría de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Subsecretaría de Educación.
53
desear hacer algo, sino de implementar todos los medios que están a nuestro
alcance para ello. Los resultados no son importantes para juzgar el acto moral, pues
haya diferentes factores que no podemos controlar, y de los que, por tanto, no somos
responsables.
En segundo lugar, según Kant, para que la voluntad sea buena, es necesario que la
persona actúe por deber. Kant propone una clasificación de los actos, en relación con
el deber, que exponemos a continuación:
“Para desenvolver el concepto de una voluntad digna de ser estimada por sí misma (…)
vamos a considerar el concepto del deber (…) Prescindo aquí de todas aquellas acciones
conocidas ya como contrarias al deber (…) También dejaré a un lado las acciones que,
siendo realmente conformes al deber, no son de aquellas hacia las cuales el hombre siente
inclinación inmediatamente; pero sin embargo, las lleva a cabo porque otra inclinación le
empuja a ello (…) Mucho más difícil de notar es esa diferencia cuando la acción es conforme
al deber y el sujeto, además, tiene una inclinación inmediata hacia ella. Por ejemplo: es,
desde luego, conforme al deber que el mercader no cobre más caro a un comprador
inexperto; y en los sitios donde hay mucho comercio, el comerciante avisado y prudente no
lo hace, en efecto, sino que mantiene un precio fijo para todos en general, de suerte que un
niño puede comprar en su casa tan bien como otro cualquiera. Así, pues, uno servido
honradamente. Mas esto no es ni mucho menos suficiente para creer que el mercader haya
obrado así por deber, por principios de honradez; su provecho lo exigía; más no es posible
admitir, además, que el comerciante tenga una inclinación inmediata hacia los compradores,
de suerte que por amor a ellos, por decirlo así, no haga diferencias a ninguno en el precio.
Así, pues la acción no ha sucedido ni por deber, ni por inclinación inmediata, sino
simplemente por una intención egoísta. En cambio, conservar cada cual su vida es un deber,
y además todos tenemos una inmediata inclinación a hacerlo así (…) En cambio, cuando las
adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado a un hombre todo el gusto por la vida,
si este infeliz, con ánimo entero y sintiendo más indignación que apocamiento o desaliento, y
aun deseando la muerte, conserva su vida, sin amarla, sólo por deber y no por inclinación o
miedo, entonces su máxima sí tiene un contenido moral.”
En tercer lugar, la voluntad será buena si obedece a la ley moral. Según Kant,
siempre que actuamos nos guiamos por principios, es decir, que actuamos de una
manera relativamente consistente, siguiendo una línea de conducta. Kant llama
máximas a esos principios por los que nos guiamos y considera que son subjetivos,
porque nosotros mismos los proponemos.
Por ejemplo, una persona mentirosa se guiará por una máxima como ésta: “Mentiré
cada vez que me convenga”, aunque no la formule explícitamente. Pero, ¿cómo
hacemos para determinar si nuestras máximas tienen valor moral positivo o
negativo? Tenemos que probar si se las puede universalizar sin contradicciones; es
decir, si lo que quiero para mí, puedo quererlo al mismo tiempo para todos los
demás. En ese caso mi máxima tendría un valor moral positivo y se convertirá en ley.
Sigamos con el ejemplo: ¿debo mentir?, y la máxima subjetiva: “Mentiré sólo si me
conviene”. Una vez formulada la máxima tendría que preguntarme: ¿Qué pasaría si
55
todos lo hicieran? Si todos mintieran nadie creería a los demás y, al perderse la
confianza, la mentira carecería de sentido pues nadie la creería.
Como el ser humano no es puramente racional sino que está compuesto de razón y
sensibilidad, Kant considera necesario que el deber tenga un carácter coercitivo
(obligatorio) y que la ley moral se le presente como una orden, pero una orden sin
condicionamientos. A esto lo llama Kant el imperativo categórico (imperativo, por ser
una orden, y categórico por no subordinarse a ninguna condición o hipótesis). Afirmar
“No se debe mentir”, es diferente de afirmar “Si no quiere perder la confianza de sus
amigos, no les mienta”. El imperativo categórico kantiano tiene dos formulaciones
diferentes:
4. Obra de modo tal que puedas querer sin contradicciones que tu máxima se
convierta en ley universal;
5. Obra de modo tal que consideres a la humanidad (en ti mismo y en los otros)
siempre como un fin y nunca solamente como un medio.
“El imperativo categórico es, pues, único, y es como sigue: obra según una máxima tal que
puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal (…) Vamos ahora a enumerar
algunos deberes (…): Una (…) persona a quien le va bien, ve a otras luchando contra
grandes dificultades. Él podría ayudarles, pero piensa: ¿qué me importa? ¡Qué cada cual
sea lo feliz que el cielo o él mismo quiera hacerle: nada voy a quitarle, ni siquiera le tendré
envidia; no tengo ganas de contribuir a su bienestar o a su ayuda en la necesidad!
Ciertamente, si tal modo de pensar fuese una ley universal de la naturaleza, podría muy bien
subsistir la raza humana (…) Pero aun cuando es posible que aquella máxima se mantenga
como ley natural universal, es, sin embargo, imposible querer que tal principio valga siempre
y en cualquier lugar como ley natural, pues una voluntad que así lo decidiera se contradiría a
sí misma, ya que podrían suceder algunos casos en que necesitase del amor y compasión
ajenos, y entonces, por la misma ley natural oriunda de su propia voluntad, veríase privado
de toda esperanza de la ayuda que desea”.
KANT, M. (1983). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Buenos Aires
Espasa-Calpe/Austral. Edición original de 1785; pp. 72-76 .
56
Por otra parte, según Kant, sólo es libre quien obedece a la ley moral, y su voluntad
es autónoma22 porque no depende de nada externo a ella, sino que descubre la ley
moral en sí mismo, en su propia racionalidad. Y es la ley moral que nos confiere la
mayor dignidad en tanto seres humanos: por eso es más importante actuar por deber
que buscar ser felices (a veces ambas cosas son incompatibles). Kant sostiene al
respecto que si la naturaleza hubiera querido hacernos felices nos habría dotado sólo
de instintos; si tenemos razón es para ser moralmente buenos. La posición de Kant
ha sido muy influyente en el pensamiento ético de la cultura occidental, y todavía hoy
lo es.
La obra de Hans Jonas (1903-1993) es, hoy por hoy, uno de los referentes con
mayor influencia en el ámbito de las éticas aplicadas y su libro El principio de
responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica 23 constituye un
referente inexcusable en el campo de las éticas deontológicas, con repercusión en
bioética, tecnoética y ética ecológica.
Síntesis
La ética de Jonas arranca de un hecho: el hombre es el único ser conocido que tiene
responsabilidad. Sólo los humanos pueden escoger consciente y deliberadamente
22
Autónomo (auto: sí mismo – nomos: ley), que se da su propia ley; se opone a heterónomo (hetero:
diferente – nomos: ley) que recibe su ley de otros.
23
(ed. original, 1973, trad. cast. Ed, Herder, Barcelona, 1975).
57
entre alternativas de acción y esa elección tiene consecuencias. La responsabilidad
emana de la libertad. O, en sus propias palabras: la responsabilidad es la carga de la
libertad. La responsabilidad es un deber, una exigencia moral que recorre todo el
pensamiento occidental, pero que hoy se ha vuelto más acuciante todavía, porque
-en las condiciones de la sociedad tecnológica- ha de estar a la altura del poder que
tiene el hombre.
Texto
En el cap. V de su texto, que lleva por título "viejos y nuevos imperativos", considera
que el imperativo ético contemporáneo debe ser:
Obra de tal manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la
permanencia de una vida humana auténtica sobre la tierra.
El imperativo ético que propone Jonas (para escándalo de ilustrados) arranca del
miedo o, por usar sus palabras, de la "heurística del temor". (Heuristik der Furcht)
-respeto mezclado con miedo- Es el miedo a las consecuencias irreversibles del
progreso (manipulación genética, destrucción del habitat), lo que nos obliga a actuar
imperativamente. El motor que nos impulsa a obrar es la amenaza que pende sobre
la vida futura.
En la civilización actual es mucho más fácil saber qué es el mal que indagar sobre el
bien: Un mal absoluto, como la desaparición de la especie, debe obligarnos
absolutamente. Si nos damos cuenta de los efectos a largo término de nuestros
actos y somos capaces de experimentar el sentimiento de pérdida posible,
necesariamente debemos sentirnos impelidos a obrar. No hay técnica "buena" y
técnica "mala". Como dice en su conferencia "Por qué la técnica moderna es objeto
de la ciencia" (1982): La bendición de la ciencia, puede convertirse en maldición: el
hermano Caín (la bomba) es malo, pero el hermano Abel (el pacífico reactor)
también lo puede ser.
2. Un axioma o imperativo: debemos actuar a partir del deber que es para todos los
humanos la supervivencia a largo plazo de la humanidad.
Pero, y eso es lo más importante, quiere ser una "ética del futuro", lo que no quiere
decir una ética "en" el futuro, concebida para que algún día la lleven a cabo nuestros
descendientes, sino una ética que -desde hoy- se preocupa por el futuro y trata de
protegerlo. Mañana puede ser tarde y los optimistas -o los utópicos- tal vez no se dan
cuenta...
En la obra de Jonas se hallan cuatro elementos muy poco "modernos", pero que
deberían ser pensados con detenimiento:
Da muy poca -o ninguna- importancia a la autonomía moral del individuo, que para él
es un espejismo. El hombre es inseparable del colectivo y su autonomía siempre es
parcial.
Jonas (contra Nietzsche y contra Bloch) nos obliga a pensar los límites (siniestros) de
la voluntad de poder y la ingenuidad de una utopía que tal vez, como el aprendiz de
brujo sepa como comienza el conjuro pero finalmente no sabe culminarlo y nos
conduce, por ello, a la catástrofe. O, por decirlo con Jonas, al "perverso fin".
61
3. ÉTICAS PROCEDIMENTALES
Texto
“Esta condición expresa uno de los juicios ponderados de los que hablábamos
antes: la convicción de que no sería justo que se diera un trato especial a los
portadores de determinadas características naturales o sociales. Imaginemos
que vamos a inventar un nuevo deporte llamado “fútbol” y que los encargados
de redactar las reglas de juego fuesen personas que cedieran a la tentación
de la parcialidad desde el conocimiento de sus propias características y
habilidades, de modo que algunos proponen que si un jugador mide más de
uno noventa, sus goles valdrían dos puntos, y en cambio sólo valdrían un
punto para los que midan menos; hay quien exige que los equipos sólo
pueden estar formados por personas que posean algún título nobiliario; otros
piden que los goles marcados por equipos de gran presupuesto deben valer
tres veces más que los marcados por equipos de economía modesta; otros
podrían pedir que no se permita jugar a personas de cierta raza en los
partidos oficiales; etc., etc. Parece bastante evidente que este cúmulo de
despropósitos ya no resulta aceptable para personas de una época como la
nuestra, puesto que el nivel de conciencia moral alcanzado nos orienta hacia
el rechazo racional de tales existencias como contrarias a nuestro sentido de
imparcialidad”
Rawls considera que, dadas todas estas estipulaciones, las partes contratantes
acordarán la adopción de estos dos principios de justicia:
63
“(a) Toda persona tiene derecho a un esquema plenamente adecuado de
libertades básicas iguales, que sea compatible con un esquema similar de libertades
para todos; y en este esquema las libertades políticas iguales, y sólo ellas, han de
tener garantizado su valor equitativo.
(b) Las desigualdades económicas y sociales han de satisfacer dos
condiciones: primera; deben estar asociadas a cargos y posiciones abiertos a todos
en condiciones de una equitativa igualdad de oportunidades; y segunda, deben
procurar el máximo beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad”.
Political Liberalism, pp. 5-6.
Nacida en la década de 1970, propone esta ética encarnar en la sociedad los valores
de libertad, justicia y solidaridad a través del diálogo, como único procedimiento
capaz de respetar la individualidad de las personas y, a la vez, su innegable
dimensión solidaria, porque en un diálogo hemos de contar con personas, pero
también con la relación que entre ellas existe y que, para ser humana, debe ser justa.
Este diálogo nos permitirá poner en cuestión las normas vigentes en una sociedad y
distinguir cuáles son moralmente válidos, porque creemos que realmente humanizan.
26
CORTINA A. Y MARTÍNEZ E. (2000). Ética. Akal, Madrid. pp. 93-98.
64
partes: una dedicada la Fundamentación (al descubrimiento del principio ético) y otra,
a la aplicación del mismo a la vida cotidiana.
Si Kant intentaba desentrañar los presupuestos que hacen racional la conciencia del
imperativo, la ética discursiva se esfuerza en descubrir los presupuestos que hacen
racional la argumentación, los que hacen de ella una actividad con sentido, y en su
búsqueda llega a conclusiones como las siguientes: cualquiera que pretende
argumentar en serio sobre normas tiene que presuponer:
1) Que todos los seres capaces de comunicarse son interlocutores válidos –es
decir, personas- y que, por tanto, cuando se dialoga sobre normas que les
afectan, sus intereses deben ser tenidos en cuenta y defendidos, a poder ser,
por ellos mismos. Excluir a priori del diálogo a cualquier afectado por la norma,
desvirtúa el presunto diálogo y lo convierte en pantomima. Por eso las
cumbres internacionales o las conversaciones locales, en las que no
participan todos los afectados ni se tienen en cuenta sus intereses, no son
sino pantomimas.
2) Que no cualquier diálogo nos permite descubrir si una norma es correcta, sino
sólo el que se atenga a unas reglas determinadas, que permiten celebrarlo en
condiciones de simetría entre los interlocutores. A este diálogo llamamos
“discurso”.
Las reglas del discurso son fundamentalmente las siguientes:
“Una norma será válida cuando todos los afectados por ella puedan aceptar
libremente las consecuencias y efectos secundarios que se seguirían,
previsiblemente, de su cumplimiento general para la satisfacción de los
intereses de cada uno”.
Por lo tanto, la norma sólo se declarará correcta si todos los afectados por ella están
de acuerdo en darle su consentimiento, porque satisface, no los intereses de un
grupo o de un individuo, sino intereses universalizables. Con lo cual el acuerdo o
consenso al que lleguemos diferirá totalmente de los pactos estratégicos, de las
negociaciones. Porque en una negociación los interlocutores se instrumentalizan
recíprocamente para alcanzar cada uno sus metas individuales, mientras que en un
diálogo se aprecian recíprocamente como interlocutores igualmente facultados, y por
eso la racionalidad de los pactos es racionalidad instrumental, mientras que la
racionalidad presente en los diálogos es comunicativa.
Urge, pues, tomar en serio en las distintas esferas de la vida social la idea de que
todas las personas son interlocutores válidos, que han de ser tenidas en cuenta en
las decisiones que les afectan, de modo que puedan participar en ellas tras un
diálogo celebrado en las condiciones más próximas posible a la simetría, y que serán
decisiones moralmente correctas, no las que se toman por mayoría, sino aquellas en
que todos y cada uno de los afectados están dispuestos a dar su consentimiento,
porque satisfacen intereses universalizables.
Una aplicación semejante da lugar a la llamada “ética aplicada”, que hoy en día
cubre, al menos, los siguientes ámbitos: bioética o ética médica, ética de la empresa,
66
ética económica, ética de la información, genética, ética de la ciencia y la tecnología,
ética ecológica, ética de la política y ética de las profesiones.
Síntesis
Texto
27
GARZA J. (2005). Valores para el Ejercicio Profesional. Mac Graw Hill, México, Págs. 63-66.
67
Este primer modelo intenta integrar los mejores aspectos de los modelos
tradicionales (utilitarismo, idealismo, intuición) y se enfoca en tres conceptos clave:
obligaciones, ideales y efectos.
Proceso
Paso 1. Identificar los aspectos importantes en el caso o situación que se analizará
utilizando como punto de partida los conceptos claves de obligaciones, ideales y
efectos. Preguntarse cuáles son las obligaciones, ideales o efectos involucrados en
este caso. El objetivo de este paso es ampliar el punto de vista de uno mismo.
Paso 2. Decidir en dónde debe ponerse mayor énfasis o enfocar el análisis de los
aspectos generados en el paso 1. ¿Cuál es el aspecto más crítico del caso? ¿Es una
obligación, un ideal o un efecto? (por ejemplo, permanecer en silencio acerca del
diseño defectuoso de un avión con el efecto de que muera gente en un accidente
aéreo versus publicar en la prensa el mal diseño con el efecto de dañar la
credibilidad del constructor de aviones).
Paso 3. Una vez identificado el aspecto más importante donde debe enfocarse la
decisión, aplicar las reglas básicas para las decisiones.
El modelo de Nash
Este modelo fue desarrollado por Laura Nash, quien sugiere 12 preguntas que hay
que hacerse al examinar qué tan ética es una decisión en la vida profesional:
Este modelo propone seis preguntas o pruebas para analizar lo ético de una
decisión:
El modelo de Henderson
Los métodos hacen referencia a las acciones que se han realizado para conseguir
los propósitos deseados. Los métodos tienen que ver con los medios o
procedimientos utilizados. En los dilemas éticos deben distinguirse los medios lícitos
e ilícitos.
Modelo VCR
El modelo VCR (por sus siglas en inglés: Values and Virtues, Consequences,
Responsabilities and rights), consiste en encontrar los:
Conclusión
Cada una de las metodologías aquí revisadas plantea un orden en la revisión de los
dilemas éticos. Ninguno puede considerarse como el mejor modelo. Cada uno de
ellos tiene variantes, semejanzas y algún valor agregado. Cualquiera de las
metodologías es valiosa, dado que ordena nuestro pensamiento y clarifica los
aspectos importantes por considerar al pretender dar respuesta o solución a un
dilema ético.
Las metodologías nunca aseguran que podamos llegar a la mejor solución, pero sí
reducen el riesgo de realizar, sobre una situación compleja, un análisis simplista o
superficial. Además, nos ofrecen la posibilidad de evaluar la información, generar
mejores alternativas de acción y, sobre todo, asumir el compromiso de buscar
siempre en un dilema: tomar la mejor decisión.
70
4) Garza J. (2005). Valores para el ejercicio profesional. Ed. Mc. Graw Hill,
México. pp. 70-85.
Capítulo Tercero
Éticas Aplicadas
72
1. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS EMPRESAS
La inmensa ventaja del gran debate mundial actual para conseguir una Norma de
Responsabilidad Social valedera para cualquier tipo de organizaciones, y que lleva el
nombre poco poético de ISO 26000, es que congrega a ONGs, Empresas,
Sindicatos, Organismos internacionales, Universidades, etc. para establecer un
consenso internacional acerca de lo que es la Responsabilidad Social.
28
Por Milton Friedman The New Cork Times Magazine, 13 de septiembre de 1970. Copyright
1970 de The New York Time Company.
74
competitivos libres de la intervención del Estado contribuyen a que el funcionamiento
de la economía sea más eficiente.
Síntesis
Desde esta perspectiva, quienes dirigen la empresa no pueden hacer uso de los
recursos, propios de la empresa, en actividades ajenas al giro del negocio, pues
erosionan las utilidades de la misma. Más aún, los ejecutivos corporativos de la
empresa son directamente responsables ante sus empleadores y, esta
responsabilidad consiste en manejar el negocio de tal manera que puedan generar
tanto dinero como sea posible, sin salirse del marco jurídico institucional donde
operan. El negocio del negocio es el negocio, será pues la tónica de la postura de
Friedman, que podrás recoger como fruto de esta lectura.
Texto
Supuestamente, los individuos que deben ser responsables son los empresarios, es
decir, los propietarios individuales o los ejecutivos corporativos. La mayor parte del
debate sobre la responsabilidad va dirigido a las corporaciones, de modo que en
adelante dejaré de ocuparme mayormente de los propietarios individuales y hablaré
de los ejecutivos corporativos.
Ni que decir tiene que ello no significa que sea fácil juzgar hasta qué punto el
ejecutivo corporativo está desempeñando bien su cometido. Sin embargo, por lo
menos el criterio voluntario está claramente definido.
¿Qué significa decir que el ejecutivo corporativo tiene una “responsabilidad social” en
su condición de empresario? Si esta afirmación no es pura retórica, entonces ello
debe significar que el ejecutivo corporativo tiene que actuar de algún modo que no
sea en interés de sus empleadores. Por ejemplo, que debe abstenerse de
incrementar el precio del producto con el fin de contribuir al objetivo social de impedir
la inflación, aunque un cremento de precio fuera en beneficio de los mejores
intereses de la corporación. O que debe realizar una serie de gastos para reducir la
polución por encima de la cantidad que constituye los mejores intereses de la
corporación o de lo que exige la ley con el fin de contribuir al objetivo social de
mejorar el medio ambiente. O que, a expensas de los beneficios corporativos, debe
contratar a unos indeseables en paro en vez de a unos trabajadores disponibles más
cualificados para contribuir al objetivo social de reducir la pobreza.
Los grupos de interés o los clientes o los empleados podrían gastarse por separado
su propio dinero en la acción particular si desearan hacerlo. El ejecutivo está
ejerciendo una “responsabilidad social” distinta, en vez de servir como agente de los
grupos de interés o de los clientes o de los empleados, sólo si se gasta el dinero de
manera distinta a como éstos se lo hubieran gastado.
Sin embargo, si el ejecutivo lo hace en realidad está cobrando unos impuestos, por
un lado, y decidiendo cómo se gastará el rendimiento de dichos impuestos, por otro
lado.
Toda la justificación para permitir que el ejecutivo corporativo sea seleccionado por
grupos de interés es que el ejecutivo es un agente que sirve los intereses de su
principal. Esta justificación desaparece cuando el ejecutivo corporativo cobra
impuestos y se gasta el rendimiento de los mismos para fines “sociales”. Se convierte
entonces, en efecto, en un empleado de una empresa privada. Por principio político
es intolerable que tales funcionarios públicos –en la medida en que sus acciones en
nombre de la responsabilidad social sean reales y no sólo pura fachada– deban
seleccionarse tal como se hace actualmente. Si deben ser funcionarios, entonces
deben ser seleccionados mediante un proceso político. Si deben cobrar impuestos y
realizar gastos para favorecer objetivos “sociales”, entonces debe crearse una
maquinaria social para valorar los impuestos y determinar mediante un proceso
político los objetivos que hay que servir.
Y, tanto si lo desea como sino, ¿se le puede consentir que se gaste el dinero de sus
grupos de interés, de sus clientes o de sus empleados? ¿No van a despedirle los
grupos de interés? (Ya sean los actuales o los que ocupen su lugar cuando las
acciones del ejecutivo corporativo en nombre de la responsabilidad social hayan
reducido los beneficios de la corporación y el precio de sus acciones). Sus clientes y
sus empleados pueden abandonarle por otros productos y empleadores menos
escrupulosos en el ejercicio de sus responsabilidades sociales.
Puede que un lector que haya seguido el argumento hasta este punto tenga la
tentación de objetar que está muy bien hablar de que el Gobierno tiene la
responsabilidad de cobrar impuestos y de terminar los gastos para objetivos
“sociales” tales como controlar la polución o formar al indecible que está en paro,
pero que los problemas son demasiado urgentes para esperar al lento desarrollo de
los procesos políticos, que el ejercicio de la responsabilidad social por parte de los
empresarios es una manera más rápida y segura de resolver los acuciantes
problemas actuales.
La situación del propietario individual es algo distinta. Si actúa para reducir los
ingresos de su empresa con el fin de ejercer su “responsabilidad social”, se está
gastando su propio dinero, no el de otro. Si desea gastarse su dinero para tales fines,
está en su derecho, y no alcanzo a ver que pueda hacerse objeción alguna a que lo
haga. En este proceso el propietario individual también puede imponer costes sobre
79
los empleados y los clientes. Sin embargo, dado que es mucho menos probable que
el propietario individual tenga el poder monopolístico de una gran corporación o
sindicato, cualquier efecto colateral en este sentido tenderá a ser menor.
Para ilustrar dicha afirmación, puede muy bien que resulte beneficioso a largo plazo
para una corporación que es un empleador de primer orden en una pequeña
comunidad dedicar recursos a proporcionar comodidades para aquella comunidad o
para mejorar el gobierno de la misma. Ello puede facilitar la atracción de empleados
deseables, puede reducir la factura salarial o reducir las pérdidas causadas por
hurtos y sabotajes o tener otros efectos positivos. O puede ser que, dadas las leyes
sobre la desgravación de las contribuciones benéficas de las empresas, los grupos
de interés puedan contribuir a promover más actos benéficos haciendo que sea la
empresa y no ellos mismos quien haga el regalo, ya que de este modo pueden
contribuir con una cantidad que de lo contrario se habría pagado como impuesto
corporativos.
En cada unos de estos casos, y en otros muy similares, existe una tentación muy
fuerte de racionalizar estas acciones como un ejercicio de “responsabilidad social”.
En el presente clima de opinión, con su aversión generalizada al “capitalismo”, a los
“beneficios”, a la “corporación desalmada” y demás, para una corporación ésta es
una manera de general clientela y renombre comercial como producto de unos
gastos que están completamente justificados en el propio interés de la empresa.
Sería incoherente por mi parte pedir a los ejecutivos corporativos que se abstuvieran
de recurrir a esta pura fachada hipócrita porque perjudica los fundamentos de una
sociedad libre. ¡Ello sería pedirles que ejercieran una “responsabilidad social”! Si
nuestras instituciones, y las actitudes del público, encubren así las acciones que
realizan en su propio interés, yo no puedo llamar a una gran indignación para
denunciarlos. Al mismo tiempo, puedo expresar admiración por aquellos propietarios
individuales de corporaciones cerradas o por los grupos de interés de corporaciones
más abiertas que menos precian dichas tácticas porque se acercan al fraude.
Dicha miopía también queda ejemplificada en los discursos de los empresarios sobre
la responsabilidad social. Puede que ello les reporte prestigio a corto plazo, pero
contribuye a reforzar la ya demasiado extendida visión según la cual la búsqueda de
beneficios es malvada e inmoral y debe ser refrenada y controlada por fuerzas
externas. Una vez adoptada esta visión, las fuerzas externas que refrenan el
mercado no serán las conciencias sociales, por muy desarrolladas que estén, de los
ejecutivos pontificantes; será el puño de acero de los burócratas gubernamentales.
Aquí, como en el caso de los controles sobre precios y los salarios, a mí me parece
que los empresarios hacen gala de un impulso suicida.
Síntesis
Los escándalos corporativos de los últimos años han dejado por el
suelo la imagen de las empresas globales. Es tiempo de balances.
Ian Davis, propone una nueva ética corporativa que concilie las
presiones por rentabilidad con la responsabilidad social.
Texto
En un lado del debate actual se encuentran quienes afirman que (para utilizar la frase
de Milton Friedman) el “negocio del negocio es el negocio”. Esta creencia está
mayormente asentada en las economías anglosajonas. Según esta visión, las
cuestiones sociales son periféricas con respecto a los desafíos del management
corporativo. El único objetivo legítimo de la empresa es crear valor para el accionista.
29
26 de mayo de 2005. De la edición impresa de The Economist.
82
Las grandes empresas deben transformar las cuestiones sociales en estrategia, de
tal manera que ésta refleje la importancia real de su negocio. Deben articular la
contribución social de la empresa y definir su objetivo último con más sutiliza de la
que se desprende de la visión mundial “el negocio del negocio es el negocio” y de
manera menos defensiva que la mayoría de los enfoques actuales en materia de
RSE. Ello puede contribuir a que la relación existente entre las grandes empresas y
la sociedad en este sentido sea percibida como un “contrato social” implícito; lo cual
viene a ser adaptar Rousseau al mundo de la empresa, podríamos decir. Este
contrato comporta obligaciones, oportunidades y ventajas mutuas para ambas
partes.
Sin embargo, para explicar la base de tal enfoque puede resultar útil determinar en
primer lugar las limitaciones de los dos polos ideológicos actuales. Comencemos por
“el negocio del negocio es el negocio”. En este caso se trata de una cuestión
básicamente jurídica. En muchos países, como por ejemplo Alemania, la obligación
legal es en todo caso para los grupos de interés, e incluso en los Estados Unidos la
primacía legal de los accionistas está abierta a una muy amplia interpretación.
El problema con la actitud de “el negocio del negocio” es más bien que puede
impedir a la dirección ver dos importantes realidades. La primera es que las
cuestiones sociales no son tan tangenciales con respecto al negocio del negocio,
sino fundamentales para el mismo. Desde un punto de vista defensivo, las empresas
que ignoran el sentimiento público se convierten en vulnerables a un ataque. Sin
embargo, las presiones sociales también pueden funcionar como indicadores
prematuros de factores centrales para la rentabilidad corporativa, como por ejemplo
la normativa y el marco de la política pública en el que las empresas deben operar, el
deseo por parte de los consumidores de ciertos bienes por encima de otros, y la
motivación (y la predisposición a ser contratado en primer lugar) de los empleados.
Las empresas que tratan las cuestiones sociales como molestas interrupciones o
simplemente como una manera injustificada de atacar al negocio están haciendo la
vista gorda con respecto a las fuerzas venideras que tienen el poder,
fundamentalmente, de alterar su futuro estratégico. Si bien es posible que el efecto
de la presión social sobre dichas fuerzas no sea inmediato, ello no constituye motivo
alguno suficiente para que las empresas demoren el estar preparadas para hacerles
frente. Incluso desde una perspectiva estricta del valor para el accionista, la mayor
parte del valor del mercado de las acciones –generalmente más del 80% en los
mercados públicos de los Estados Unidos y de Europa occidental – depende de las
expectativas de flujo de tesorería de las empresas más allá de los tres años
siguientes.
Existen muchos ejemplos del impacto a largo plazo de las cuestiones sociales sobre
las empresas. Y están creciendo a un ritmo muy rápido. En el sector farmacéutico,
una tormenta de presiones sociales durante la pasada década –que eran
consecuencia de cuestiones como la percepción pública de que se cobraban unos
precios excesivos por los fármacos contra el VIH en los países en vías de desarrollo,
por ejemplo – se está traduciendo actualmente en un endurecimiento generalizado (y
en ocasiones aparentemente indiscriminado) del marco normativo. Mientras tanto, en
83
el sector de la alimentación y la restauración, el debate sobre el prolongado
incremento de la obesidad se está traduciendo actualmente en la exigencia de
nuevos controles sobre la comercialización de los alimentos poco saludables.
En todos estos casos, se han puesto en juego miles de millones de dólares de valor
para el accionista como consecuencia de cuestiones sociales que en última instancia
acaban alimentando motores fundamentales del rendimiento corporativo. En muchos
casos, una perspectiva de “el negocio del negocio es el negocio” ha impedido ver a
las empresas consecuencias (o cambios en su “contrato social” implícito) que a
menudo podrían haberse previsto.
Y tan importante como esto es que dichas consecuencias no sólo han comportado
riesgos para las empresas, sino que también han generado oportunidades de
creación de valor. En el caso del sector farmacéutico, por ejemplo, en el creciente
mercado de los medicamentos genéricos (es decir, no protegidos por una patente);
en el caso de los restaurantes de comida rápida, en el sentido de servir comidas más
saludables; y en el caso de la industria energética, en el sentido de cubrir una
demanda rápidamente creciente (igual que la presión normativa) de combustible más
limpios como el gas natural. Las presiones sociales indican a menudo la existencia
de necesidades sociales o de preferencias de consumo no cubiertas. Las empresas
pueden verse beneficiadas si las perciben y les dan respuesta ante que sus
competidores.
Juicio de valor
El segundo punto que la perspectiva de “el negocio del negocio es el negocio” oculta
para muchas empresas está relacionado con el primero: la necesidad de plantearse
cuestiones relativas a su ética y a su legitimidad. Por motivos de integridad y por su
propio interés progresista, las grandes empresas deben hacer frente a dichas
cuestiones, tanto de palabra como en la práctica.
84
No es ni suficiente ni inteligente afirmar que es cosa de los gobiernos dictar las leyes,
y que las empresas deben simplemente limitarse a operar dentro de dichas normas.
Ni tampoco resulta suficiente, aunque a menudo resulte válido, señalar que muchas
de las críticas que se hacen a las empresas son inmerecidas, o que quienes lanzan
las acusaciones también deberían examinar sus propias prácticas y su propia
responsabilidad social. Independientemente de si las críticas son válidas o no, su
efecto acumulativo puede determinar el contexto estratégico de las empresas. Es
pues imperativo que las empresas intenten liderar estos debates, en vez de
reaccionar a ellos.
¿Es la RSE la respuesta? Ojalá lo fuera. Y no es para criticar las muy loables
iniciativas que en materia de RSE llevan a cabo las empresas individuales, ni para
discutir la evidente necesidad de que las empresas (igual que cualquier otra entidad
social) sean responsables. Es más bien para examinar las amplias prescripciones
que los grupos y activistas implicados en la RSE han fijado para las empresas. Por lo
general, entre las mismas figuran “el diálogo con grupos de interés”, “los informes
sociales y medioambientales” y las políticas corporativas en cuestiones éticas. Este
enfoque es demasiado limitado y demasiado defensivo y está demasiado
desconectado de la estrategia corporativa.
La RSE se limita a una ser una agenda para la acción corporativa, porque no logra
captar la importancia potencial de las cuestiones sociales para la estrategia
corporativa. Hay que reconocer que las empresas que emprenden con as ONG un
“diálogo con los grupos de interés” serán más conscientes de antemano de las
cuestiones potenciales. Sin embargo, recabar de las ONG es sólo una parte de lo
que hay que hacer para comprender el alcance de las presiones sociales que en
última instancia pueden afectar a motores clave de la empresa, tales como la
normativa, las pautas de consumo y demás.
Uno de los siguientes pasos obvios que las empresas deben dar, una vez han
comprendido la posible evolución de estas amplias presiones sociales, es planificar
las opciones a lago plazo y las respuestas a las mismas. Sin embargo, las típicas
iniciativas en materia de RSE—Una nueva política ética por aquí, por ejemplo, o un
brillante informe sobre sostenibilidad por allí– resultan a menudo tangenciales en
este sentido. Es perfectamente posible que una empresa pueda seguir muchas de
las prescripciones de la RSE y que siga sin embargo sufriendo muy de cerca los
cambios sísmicos de su entorno empresarial impulsado socialmente.
Uno de los problemas en este sentido es que muchas empresas han elegido basar
sus funciones de RSE demasiado estrechamente dentro de sus departamentos de
atención al público o corporativos. Si bien es cierto que ejercen un rol táctico
importante, a menudo dichos departamentos están pensados para rebatir las críticas,
y tienden a operar a cierta distancia de los niveles de toma de decisiones dentro de
la empresa.
En las limitaciones tanto de al RSE como del razonamiento “el negocio del negocio
es el negocio” se encuentra el perfil de un nuevo enfoque para la empresa (tan
importante para las empresas chinas, indias o alemanas como para las empresas
norteamericanas y británicas), del cual destacan tres aspectos principales:
El primero es una prescripción muy simple. Las empresas deben introducir procesos
explícitos para asegurarse de que las cuestiones sociales y las fuerzas sociales
emergentes se discuten al más alto nivel como parte de la planificación estratégica
general. Ello significa que los directivos ejecutivos deben educar e implicar a sus
consejos de administración. Y significa, también, que deben desarrollar amplias
métricas o resúmenes que describan de manera útil las cuestiones importantes,
86
esencialmente del mismo modo en que la mayoría de empresas analizan las
tendencias de los clientes en la actualidad.
El riesgo de que los grupos de interés –incluyendo a los gobiernos, los grupos de
consumidores, los abogados y los medios de comunicación– se movilicen alrededor
de cuestiones concretas puede estimularse a grandes rasgos basándose en las
agendas y los intereses conocidos de dichos grupos. Así, por ejemplo, que el debate
sobre la obesidad iba a repercutir a no muy largo plazo sobre las empresas
alimenticias era parcialmente predecible a partir de la creciente inversión de los
gobiernos en problemas de salud relacionados con la obesidad, del inevitable interés
de los medios por dicha cuestión, y del interés de algunos abogados por encontrar
nuevos objetivos corporativos con los que litigar. Sin embargo, cuando el sector se
implicó en la cuestión lo hizo a la defensiva, luchando para ponerse a nivel del
debate público. En el futuro, las empresas deben hacer mucho más para comprender
dichas cuestiones anticiparse a las mismas.
Tanto segundo como el tercer aspecto están relacionados con la idea de que existe
un contrato implícito entre las grandes empresas y la sociedad, o en realidad entre el
conjunto de los sectores económicos y la sociedad, el contrato que constituye el
sujeto del presente artículo. Los detractores han conseguido a menudo dar la imagen
de que dicho contrato es una ganga en un único sentido que beneficia a las
empresas a costa de la sociedad. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja.
Las actividades que las empresas llevan a cabo han comportado claramente
beneficios sociales, y también costes. De modo similar, sin embargo, en un contrato
hay dos partes, y las empresas deben reconocer que a cambio de la capacidad de
funcionar están sujetas a normas y restricciones. En ocasiones el contrato puede ser
objeto de una tensión evidente.
El segundo aspecto requiere que las empresas no sólo comprendan sus “contrato”
individuales, sino también, que los gestiones activamente. Para ello pueden elegir
entre una variedad de tácticas potenciales tales como: proporcionar una información
más transparente; realizar cambios en materia de I+D o reorganizar los activos para
captar la oportunidades esperadas de futuro o para suprimir las responsabilidades
percibidas; introducir cambios en el enfoque normativo; y, a nivel del sector,
desarrollar y desplegar estándares voluntarios de comportamiento.
Un punto importante es que todas las empresas darán respuestas tácticas bastante
distintas dependiendo de las circunstancias, de manera que no siempre resultarán
apropiadas las soluciones estándar o simplemente biensonantes. La transparencia
es un buen ejemplo de ello. Es fácil, pero erróneo, afirmar que nunca puede haber
bastante transparencia. Lo que podría ser bueno para una empresa farmacéutica que
intenta recuperar la confianza de sus clientes podría resultar perjudicial para un
administrador de fondos de protección. Y, naturalmente, un código de conducta
voluntario tendría una lectura muy distinta según se trata de un revendedor o de una
empresa minera de extracción de cobre.
Ello me lleva al tercer aspecto del nuevo enfoque para los líderes empresariales.
Éstos deben conformar los debates sobre las cuestiones sociales de manera mucho
más consciente, lo cual significa que deben establecer estándares de integridad y de
transparencia cada vez más altos dentro de sus propias empresas. Y significa
también que deben implicarse de manera mucho más activa en los debates externos
y en los medios de comunicación sobre las cuestiones sociales que conforman su
contexto empresarial.
Un punto de partida puede ser que los CEO expresen públicamente el objetivo de la
empresa en términos menos áridos que el valor para el accionista. El valor para el
accionista debería seguir viéndose como la medida crítica del éxito empresarial. Sin
embargo, puede resultar más exacto, más motivador –y ciertamente más beneficioso
para el valor para el accionista a largo plazo– describir el objetivo último de la egresa
como la provisión eficiente de bienes y servicios que la sociedad desea.
Cuestiones discutibles
Los líderes empresariales no deberían tener miedo a abogar en mayor grado por el
contrato entre empresa y sociedad. La receptividad pública con respecto al liderazgo
empresarial activo en cuestiones como éstas puede ser mucho mejor de lo que
algunos podrían incitarse a pensar. A pesar de la pobre imagen y de la mala prensa
de las grandes empresas en los últimos tiempos, las encuestas sugieren que la gente
conserva una creencia en la capacidad de las empresas para proporcionar una
contribución positiva a la sociedad.
Hace más de dos siglos, el contrato social de Rousseau contribuyó a sembrar entre
los líderes políticos la idea de que éstos deben servir al bien público, para que su
propia legitimidad no se vea amenazada. Los CEO de las grandes corporaciones
actuales deberían aprovechar la oportunidad para replantear y reforzar sus propio
contratos sociales con el fin de ayudar a garantizar, a largo plazo, los miles de
millones invertidos de sus accionistas.
Síntesis
Texto
Las empresas son organizaciones que tienen una actividad, una meta a desarrollar, y
para llevar a cabo diferentes actuaciones en el día a día. Las empresas van
adquiriendo unos hábitos, un modo de hacer las cosas, partiendo de su libertad para
actuar y para tomar decisiones.
Esta forma de hacer las cosas, este “carácter” de las empresas, es precisamente lo
que intenta orientar la ética empresarial, ayudando a que se vaya configurando una
cultura empresarial que responda a las exigencias de los diferentes grupos de interés
que rodean a la empresa.
Partiendo de este marco de libertad en que actúa la empresa, ésta se ve obligad a
tener en cuenta las consecuencias de sus acciones y decisiones, a asumir su
responsabilidad por todos aquellos actos y decisiones que afectan a sus diferentes
stakeholder.
Parece evidente, por tanto, que el planteamiento ético de la empresa deviene en una
ética de la responsabilidad frente a los grupos de interés o stakeholders (clientes,
empleados, proveedores, propietarios o accionistas y sociedad), ya que la empresa
en su quehacer diario actúa y toma decisiones que afectan a los intereses legítimos
de éstos y, por tanto, éstos han de ser incorporados a la gestión de la empresa y
correspondidos de forma satisfactoria.
Concepto de la Responsabilidad
La empresa es una institución social que, como tal, igual que el resto de instituciones
sociales, necesita estar legitimada socialmente para seguir manteniendo su papel en
la sociedad y, por tanto, para perdurar en el tiempo. Esta legitimidad la alcanza la
91
empresa dando respuesta a lo que la sociedad espera de ella y asumiendo los
valores y pautas de comportamiento que la propia sociedad le marca. De esta forma,
la empresa genera confianza, valor clave para que la empresa sea un proyecto de
largo plazo.
BASES ÉTICAS DE LA
CONFIANZA
EMPRESA SOCIEDAD
BENEFICIOS CLIMA
ECONÓMICOS LABORAL
BENEFICIOS CONFIANZA
SOCIALES: ACEPTACIÓN DE
Empleo PRODUCTOS Y
Formación SERVICIOS
Contribución a la
Calidad de vida
Respeto a las leyes FACILIDADES
CON LA
BENEFICIOS ADMINISTRACION
ECOLÓGICOS BENEFICIOS LOCA,
AUTONÓMICA.
Respeto y mejora del
medio ambiente
Concepto de Stakeholders
31
GONZÁLEZ, E. “La gestión de la responsabilidad basada en el enfoque de los stakeholders, en
Fichar, G.
92
Dimensión descriptiva: en esta fase se trata de hacer una relación de todos
los grupos de intereses relacionados con la empresa (mapa de stakeholders)
y ver las interrelaciones que se producen entre ellos (mapa de coaliciones de
los stakeholders).
SOCIEDAD
DIRECTIVOS
CLIENTES
PROPIETARIOS
PROVEEDORES EMPRESA
ACCIONISTAS
TRABAJADORES
COMPETIDORES
SOCIEDAD
32
GARCÍA MARZÁ, D. (2004). Ética empresarial. Del diálogo a la confianza, Madrid, Trotta, pp. 245-
260.
93
Síntesis
Texto
Esta empresa que tiene en cuenta los intereses de sus diferentes stakeholders habrá
dado ya el primer paso hacia la gestión de la responsabilidad social de la empresa o
responsabilidad social corporativa. Pero, ¿cómo saber qué interese o exigencias de
dichos grupos son legítimos?
De este modo, entiende que la Responsabilidad Social de las Empresas abarca tres
aspectos fundamentales, a saber: responsabilidad económica, responsabilidad social
94
y responsabilidad medioambiental. Atender a estas tres cuestiones es necesario para
hacer de la empresa un proyecto legitimo socialmente y perdurable en el tiempo.
Responsabilidad económica:
Las empresas tienen como una de las acciones más importantes a desarrollar
generar riqueza en el entorno en el que éstas están insertas, (empleo, innovación,
impuestos, etc.)
Esta tarea es fundamental también para el propio desarrollo de la empresa, pero la
riqueza que se genere ha de basarse en valores y prácticas universalizables.
Obtener beneficios y minimizar los costes de cualquier tipo, económico,
medioambientales, sociales, etc., es una tarea fundamental de una empresa
socialmente responsable.
Responsabilidad social:
La empresa, para ser una institución legitima socialmente, ha de dar respuestas a las
demandas que la sociedad le plantea desde los valores y las pautas de
comportamiento que la propia sociedad le indica. De este modo, la empresa
conseguirá estar integrada en el entorno en el está inserta:
La empresa expresa su responsabilidad social también a través del cuidado de su
entorno físico. Esta cuestión se muestra como una necesidad imperiosa para la
propia subsistencia de la empresa, ya que, por un lado, en España una gran parte de
las cuestiones medioambientales se encuentran reguladas y, por otro lado, el respeto
y cuidado del medioambiente es una cuestión clave para llevar a cabo un desarrollo
sostenible.
Las empresas son instituciones que diariamente están tomando decisiones que
afectan a su propio desarrollo: invertir más o no, formar a mis trabajadores o no
formarlos, respetar el medioambiente o no respetarlo, etc. Esto significa que las
empresas son organizaciones y quieres trabajan en ellas no toman decisiones como
sujetos particulares, sino como miembros de la organización, que actúan y deciden
tomando como base la libertad para actuar en un sentido o en otro.
De este modo, igual que las personas somos responsables de las decisiones que
tomamos, siempre y cuando no hayamos sido forzados por algo externo a tomar
dicha decisión, las empresas deben serlo también de las decisiones que ellas
libremente toman, de las consecuencias que éstas tienen en su entorno social o
mediombiental.
Razones de justicia:
Las personas implicadas en las empresas, trabajadores clientes, proveedores,
competidores, propietarios o accionistas y sociedad en general, no pueden ser
instrumentalizadas. Es de justicia, pues, que todos los stakeholders de la empresa
sean tratados de forma digna, ya que de otro modo estaríamos cayendo bajo
mínimos de justicia.
Razones de prudencia:
Es mucho más prudente e inteligente trabajar en una sociedad en la que las
personas suelen cumplir las normas, se respetan unas a otras, funciona la confianza,
etc. Adaptando esto a las empresas, podríamos decir que para éstas es mejor
trabajar en un entorno en el que haya cooperación en un lugar de conflicto, en el que
se respeten las normas básicas del mercado, en lugar de actuar sin tener éstas en
cuenta, etc.
Razones de eficiencia:
También se siguen ventajas económicas, beneficios económicos de asumir la
Responsabilidad Social. La empresa ciudadana, la que vive incorporada a la
sociedad, satisface mejor las expectativas de los afectados, generando capital
96
simpatía y cohesión para la empresa; la empresa es mucho más accesible para las
personas, es más conocida y tiene también una mejor imagen.
Por otro lado, esta empresa está más preparada para anticipar el futuro y esto es
fundamental para una empresa que quiera ser preactiva, sobre todo, en tiempos de
incertidumbre como los actuales. Podríamos decir, pues, que asumir la
responsabilidad social es también un factor de innovación para las empresas.
En definitiva, las empresas necesitan un ambiente social propio para desarrollar su
actividad de modo eficiente. De este modo, la asunción de la responsabilidad social
se muestra como una herramienta de gestión fundamental, ya que la empresa
adquiere legitimidad social, cuestión fundamental para que una empresa perdure en
el futuro.
Misión y Visión
Valores
Una herramienta habitual para mostrar los valores de la empresa son los códigos
éticos. Tomando las palabras del profesor Domingo García Marzá, podemos definir
un código ético como “una declaración de la apuesta ética de la empresa, de su
posición ante los grupos de interés y de las obligaciones y compromisos que piensa
adquirir”.
De forma esquemática, estos son los beneficios, tanto internos como externos, que
obtiene la empresa que elabora su propio código ético.
Beneficios externos:
- anticiparse a situaciones problemáticas antes de que estén reguladas por la
ley.
97
- mejorar la confianza de los inversores
- atraer a personas de alta cualificación
- mejorar la imagen corporativa
- el desarrollo de la ética repercute en el interés de la economía misma.
Presenta una cara más humana del capitalismo y de la organización.
Beneficios internos
Motivar a los empleados: un código ético clarifica las normas de acción y
los valores que sirven de referencia a la hora de tomar decisiones
Presentar sólidas líneas de actuación que orientan en una dirección y
sentido determinado. Son brújulas que pretenden contrarrestar el
subjetivismo y la perspectiva a corto plazo.
Los códigos no limitan sólo las actuaciones de los trabajadores, sino
también ponen cotas al poder del empresario o del directivo
Obtener mayor rentabilidad reduciendo costes funcionales. Coordinar
personas exige la clarificación de unos valores que sirvan de estructura
para la gestión flexible.
En resumen, los códigos éticos clarifican y explicitan los medios y los fines de la
organización ante la comunidad, los trabajadores y ante sí misma. Este efecto de
autocomprensión es un factor decisivo para el desarrollo de una determinada cultura
corporativa y filosofía empresarial.
2. Ética Profesional33
Es innegable que la actividad profesional como tal, sea cual sea ésta, ocupa un lugar
significativo en las sociedades humanas y especialmente en las modernas, pudiendo
llegar a decir que la preeminencia de las clases profesionales –y especialmente las
técnicas-, es una dimensión configuradora de las llamadas sociedades
postindustriales. Comenzaremos este apartado por tanto acercándonos a las
profesiones como hecho relevante en la estructuración y funcionamiento de la vida
social, Recurriremos consecuentemente a los estudios sociológicos sobre esta
cuestión, aunque intentando mantener siempre una perspectiva ética. Partiendo de la
reflexión inaugurada por los maestros de la Sociología, formularemos las
características definitorias de la actividad profesional, para terminar exponiendo
peculiaridades de la profesión de la ingeniería.
33
Galo Bilbao Alberdi, Fuertes Pérez Javier, José M.Guibert Ucín. Universidad de Deusto, Bilbado
2002.
98
Mejor que hacer una definición cerradas del término profesión parece más adecuado,
siguiendo a González Anleo (Fernández y Hortal, 26-39), hacer una descripción de
diversos rasgos o notas que la caracterizan. Así se puede decir que la profesión es:
En primer lugar, habría que hablar de los cambios producidos en un contexto más
amplio que el de las profesiones, el del paradigma laboral en su conjunto, que
necesariamente afecta también al profesional. Se puede decir que en gran medida el
trabajo como fin en sí mismo ha desaparecido, se ha transformado en una realidad
meramente instrumental, en un medio necesario, pero medio en definitiva, para la
consecución de otros fines. Consecuentemente también se puede apreciar una
mutación de la moral del trabajo, que en palabras de Marzal (Fernández y Hortal, 36)
transita desde su consideración “como ethos, como tensión, como deber-ser
normativo, a una moral como mores, como aceptación sumisa de lo que se hace y lo
que se es”.
Todos estos aspectos y otros muchos más que se puedan argüir modifican
notablemente el paradigma tradicional de la profesión, pero no parece que lleven
tanto a la desaparición de las profesiones como a su perpetuación a través de una
permanente adaptación a las nuevas circunstancias sociales.
La ética profesional, en cuanto versión de una moral aplicada requiere de la ética civil
como marco de referencia. Hacerlo así posibilita, por un lado, reconocer y articular
unos mínimos morales comunes y la diversidad de opciones de vida feliz en el
contexto de las sociedades pluralistas actuales, con su correspondiente reflejo en el
ámbito profesional. Por otro, la ética fundamenta la pretensión de la ética profesional
al tiempo que se realiza también efectivamente a través de ella (Lozano, 71-74).
Beneficencia
Autonomía
Justicia
Responsabilidad
Los principios son las señales que nos indican por donde conducirnos en el actuar
concreto, pueden definir como imperativos categóricos formales que expresan como
se defiende el valor supremo. Imperativo, se refiere a un mandato, según Kant es
una ley obligatoria en materia de moral “Obra de tal modo que tu actuar se pueda
convertir en ley universal”. Formales: se refieren a las formas, no se refieren a
situaciones concretas, sino generales de todo tiempo y espacio que luego deben
discernirse en cada caso particular.
Principio de Beneficencia
1. Nivel Básico, debe hacer el bien al menos no causando mal: Se refiere a todo ser
humano y con más razón a un profesional. Cuando alguien recurre aun profesional
tiene el derecho a exigirle que por lo menos no ser perjudicado por su actuar, o la
reputación.
a Si Y esta en situación tal que corre el riesgo de sufrir una importante carencia
o dañe, sino se modifica esa circunstancia.
b Si la acción de X es necesaria para evitar esa carencia o daño.
c Si es probable que la acción que X esta en condiciones de hacer evite esa
carencia o daño.
d Si la acción de X no lo perjudica.
e Si los beneficios de Y superan ampliamente los perjuicios que X pueda sufrir.
Esto le implica analizar no solo la forma, hacer positivamente el bien, sino
analizar costos y beneficios los cuales deben resolverse en cada situación.
Esto último establece el limite entre lo heroico y deber ético. Donde lo heroico nunca
es una obligación pero las diferencias entre una y la otra no son del todo claras,
debemos ser muy críticos respecto a nuestras actitudes para poder en cada caso
discernir los limites y diferencias.
El Paternalismo
Ahora bien ocultar información o tomar una decisión inconsulta contradice los
principios de respeto por la autonomía y libertad. Por otra parte existen
circunstancias en las cuales la decisión del cliente pudo ir contra sí mismo, en el
caso de optar o contar con su propia decisión.
El paternalismo fuerte se refiere a los casos en los cuales el profesional opta con sus
propios criterios de bien si estos no coinciden con los del implicado, o también en los
casos independientemente de la situación siempre se decide por la persona
afectada.
Principio de Autonomía
Según Kant es la capacidad del sujeto de gobernarse por una norma que el mismo
acepta como tal sin coerción externa. Por el hecho de autogobernarse el hombre es
siempre un fin, por otra parte todas las acciones de este debe poderse considerar ley
universal lo que aleja esta posición deontológico de las visiones intimistas. Esta
aptitud esencial del ser humano es la raíz del derecho a se respetado en las
decisiones que una persona toma sobre sí misma sin perjudicar a otros.
En nuestro actuar profesional el respetar las decisiones del otro significa obtener
consentimiento antes de actuar. Autores como Engelhardt, H (The Foundations of
Biothics) considera que la autoridad para las acciones que implican al otro se derivan
del mutuo consentimiento de ambos. Este autor formula la máxima: “no hagan a
otros lo que no se harían a sí mismos, y haz por ellos lo que en ellos te has puesto
de acuerdo en hacer”.
Igual consideración y respeto por todos los seres humanos, esto implica el
imperativo negativo de no discriminar por ningún motivo ni circunstancial y el
imperativo positivo de buscar la igualdad en el acceso de todos los individuos
a la satisfacción de sus necesidades básicas, dichas necesidades están
explicadas en los derechos humanos.
La diferencia son éticamente justificables, si estas son las menores
humanamente posibles y sean para beneficio de los más desfavorecidos.
Los principios éticos no prevalecen unos sobre otros sino que es a través del
equilibrio de los tres que se resuelven los problemas éticos a los cuales debemos
incorporarles las normas éticas y los sujetos deben incorporarlos a su práctica, a su
forma de razonar, de otra manera se transforma en letra muerta.
Principio de Responsabilidad
La responsabilidad Moral se nos presenta como una categoría fundamental de la
ética y particularmente de la ética profesional. De hecho la responsabilidad se nos
presenta como condición de posibilidad de nuestro reconocimiento como sujetos
106
morales. Veámoslo desarrollando sus contenidos alrededor de tres cuestiones
fundamentales.
1. ¿De qué se es responsable?
2. ¿Ante quien se es responsable?
- Ante los otros responder nos remite fundamentalmente a los otros, ante quienes
somos responsables. En la perspectiva de la ética profesional, somos directamente
responsables ante el cliente, el usuario de nuestro servicio profesional, ante quien
debemos cumplir lo acordado previamente, colaborar lealmente en la consecución de
sus objetivos, asesorarle e informarle oportunamente
Para terminar este apartado y a modo de resumen, queremos hacer notar que el
planteamiento de los principios de una ética profesional desarrollado en las páginas
precedentes tiene la virtualidad de recoger en cada una de sus categorías básicas la
perspectiva de las tres instancias básicas que intervienen en la vida profesional. Si
el principio de beneficencia remite expresamente al comportamiento del profesional,
108
el de autonomía recoge la dignidad y derechos del usuario mientras que el de justicia
hace presente el marco social.
Normas
Reglas que deben seguir o las que se deban ajustar las conductas, tareas,
actividades, etc. (Diccionario Real Academia Española). Como se definió al principio
en el modulo de introducción estas establecen las acciones que nos permiten llegar a
los valores éticos. Las normas éticas fundamentales del profesional son la
confidencialidad, veracidad y fidelidad.
Confidencialidad
Modernamente los códigos consideran que esta norma no es absoluta es decir que
se consideran que hay situaciones particulares en las cuales no es obligatorios el
secreto profesional, incluso en muchos casos se fijan explícitamente aquellas
excepciones a la norma. Este tema es de particular interés, para su mejor
comprensión lo detallaremos a continuación.
Dentro de estos dos tipos de excepciones existe una gama de situaciones, donde no
todas son justificables y donde las diferentes corrientes filosóficas dan distintas
109
respuestas. Algunos casos que pueden ilustrar, el conocimiento de un peligro de
vida, tratar de prevenir problemas laborales, justificar una actitud en juicio,
presunción de un fraude.
En cambio desde el punto de vista deontológico si bien se acepta que esta norma
habilita un ámbito de confianza, respeto e intimidad su verdadero valor no surge de
estas consecuencias sino que esta norma se deriva del principio de respeto a la
autonomía que se pacta en el acuerdo implícito al comienzo de la relación.
Veracidad
Son muchos los códigos religiosos que recogen el valor de la verdad, como el octavo
mandamiento del Antiguo Testamento, no mentir se presenta a todas luces como un
acuerdo tácito en toda interrelación entre seres racionales y podemos afirmar que la
veracidad se fundamenta en respeto por la autonomía. Sin embargo en el ejercicio
profesional se presentan una serie de situaciones en las cuales se plantean
disyuntivas y la resolución no parece sencilla.
Consentimiento
Como dijimos más arriba, respetar el principio de autonomía se viabiliza por la norma
de veracidad y se instrumenta por el consentimiento, el consentimiento como
obligación ética que debe ser solicitada a una persona que solicita nuestros servicios
como profesional ha tenido diversas justificaciones.
110
Jurídico es un instrumento de los estados que permite dar protección a los más
débiles y al bien común y exigen mediante leyes la expresa autorización del individuo
(ej. Donación de órganos).
a. Deontológica el consentimiento este legislado o no es condición para el ejercicio
de la autonomía de la persona.
b. Utilitarista el consentimiento es beneficioso para la convivencia social.
Fidelidad
Desde el punto de vista utilitario la ruptura de una promesa sería una catástrofe
social con grandes perjuicios para la mayoría de la sociedad de ahí que es mejor
mantener la norma que no mantenerla.
Códigos
Dentro de las éticas aplicadas, es necesario destacar la existencia de unos
mecanismos de autorregulación de los profesionales, los llamados códigos
deontológicos. Suelen ser textos normativos elaborados y aprobados por los órganos
representativos de la profesión correspondiente (colegio o asociación profesional) en
el que se establecen pautas de comportamiento o conducta en el ejercicio de la
actividad profesional.
La sociedad contemporánea reconoce que todo ser humano, por el hecho de serlo,
tiene derechos frente al Estado, derechos que este, o bien tiene el deber de respetar
y garantizar o bien está llamado a organizar su acción a fin de satisfacer su plena
realización. Estos derechos, atributos de toda persona e inherentes a su dignidad,
que el Estado está en el deber de respetar, garantizar o satisfacer son los que hoy
conocemos como derechos humanos.
En esta noción general, que sirve como primera aproximación al tema, pueden verse
dos notas o extremos, cuyo examen un poco más detenido ayudará a precisar el
concepto. En primer lugar, se trata de derechos inherentes a la persona humana; en
segundo lugar, son derechos que se afirman frente al poder público. Ambas
cuestiones serán examinadas sucesivamente en este capítulo.
A. Bases de la inherencia
El fundamento de este aserto es controversial. Para las escuelas del derecho natural,
los derechos humanos son la consecuencia normal de que el orden jurídico tenga su
arraigo esencial en la naturaleza humana. Las bases de justicia natural que emergen
de dicha naturaleza deben ser expresadas en el derecho positivo, al cual, por lo
mismo, está vedado contradecir los imperativos del derecho natural. Sin embargo, el
iusnaturalismo no tiene la adhesión universal que caracteriza a los derechos
humanos, que otros justifican como el mero resultado de un proceso histórico.
Estas declaraciones, como todos los instrumentos de su género, son actos solemnes
por medio de los cuales quienes los emiten proclaman su apoyo a principios de gran
valor, juzgados como perdurables. Los efectos de las declaraciones en general, y
especialmente su carácter vinculante, no responden a un enunciado único y
dependen, entre otras cosas, de las circunstancias en que la declaración se haya
emitido y del valor que se haya reconocido al instrumento a la hora de invocar los
principios proclamados. Tanto la Declaración Universal como la Americana han
tenido gran autoridad. Sin embargo, aunque hay muy buenos argumentos para
considerar que han ganado fuerza obligatoria a través de su reiterada aplicación, la
verdad es que en su origen carecían de valor vinculante desde el punto de vista
jurídico.
B. Consecuencias de la inherencia
1. El estado de derecho
Esto supone que el ejercicio del poder debe sujetarse a ciertas reglas, las cuales
deben comprender mecanismos para la protección y garantía de los derechos
humanos. Ese conjunto de reglas que definen el ámbito del poder y lo subordinan a
los derechos y atributos inherentes a la dignidad humana es lo que configura el
estado de derecho.
2. Universalidad
Por ser inherentes a la condición humana todas las personas son titulares de los
derechos humanos y no pueden invocarse diferencias de regímenes políticos,
116
sociales o culturales como pretexto para ofenderlos o menoscabarlos. Últimamente
se ha pretendido cuestionar la universalidad de los derechos humanos,
especialmente por ciertos gobiernos fundamentalistas o de partido único,
presentándolos como un mecanismo de penetración política o cultural de los valores
occidentales. Desde luego que siempre es posible manipular políticamente cualquier
concepto, pero lo que nadie puede ocultar es que las luchas contra las tiranías han
sido, son y serán universales.
3. Transnacionalidad
4. Irreversibilidad
5. Progresividad
Segundo: que los derechos enunciados en la constitución no agotan los que deben
considerarse como “inherentes a la persona humana”.
Cuarto: que todo derecho “inherente a la persona humana” podría haber sido
recogido expresamente por el texto constitucional.
Quinto: que una vez establecido que un derecho es “inherente a la persona humana”,
la circunstancia de no figurar expresamente en el texto constitucional no debe
entenderse en menoscabo de la protección que merece.
Hay otro elemento que muestra cómo la protección de los derechos humanos se
plasma en un régimen que es siempre susceptible de ampliación, mas no de
restricción y que también atañe a la integración de la regulación internacional entre sí
y con la nacional. La mayoría de los tratados sobre derechos humanos incluyen una
cláusula según la cual ninguna disposición convencional puede menoscabar la
protección más amplia que puedan brindar otras normas de derecho interno o de
derecho internacional. En esta dirección, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha señalado que, “si a una misma situación son aplicables la Convención
Americana y otro tratado internacional, debe prevalecer la norma más favorable a la
persona humana” (Corte I.D.H., La colegiación obligatoria de periodistas –arts. 13 y
119
29 Convención Americana sobre Derechos Humanos-). Opinión Consultiva OC-5/85
del 13 de noviembre de 1985, Serie A No. 5, §52). Este principio representa lo que se
ha llamado la “cláusula del individuo más favorecido”.
Lo que no es exacto es que diversas formas de violencia política, que pueden tipificar
incluso gravísimos delitos internacionales, sean violaciones de los derechos
humanos. La responsabilidad por la efectiva vigencia de los derechos humanos
120
incumbe exclusivamente al Estado, entre cuyas funciones primordiales está la
prevención y la punición de toda clase de delitos. El Estado no está en condiciones
de igualdad con personas o grupos que se encuentren fuera de la ley, cualquiera sea
su propósito al así obrar. El Estado existe para el bien común y su autoridad debe
ejercerse con apego a la dignidad humana, de conformidad con la ley. Este principio
debe dominar la actividad del poder público dirigida a afirmar el efectivo goce de los
derechos humanos (A) así como el alcance de las limitaciones que ese mismo poder
puede imponer lícitamente al ejercicio de tales derechos (B).
Como antes quedó dicho, los derechos civiles y políticos tienen por objeto la tutela de
la libertad, la seguridad y la integridad física y moral de la persona, así como de su
derecho a participar en la vida pública. Por lo mismo, ellos se oponen a que el
Estado invada o agreda ciertos atributos de la persona, relativos a su integridad,
libertad y seguridad. Su vigencia depende, en buena medida, de la existencia de un
orden jurídico que los reconozca y garantice. En principio, basta constatar un hecho
que los viole y que sea legalmente imputable al Estado para que este pueda ser
considerado responsable de la infracción. Se trata de derechos inmediatamente
exigibles, cuyo respeto representa para el Estado una obligación de resultado,
susceptible de control jurisdiccional.
En su conjunto, tales derechos expresan una dimensión más bien individualista, cuyo
propósito es evitar que el Estado agreda ciertos atributos del ser humano. Se trata,
en esencia, de derechos que se ejercen frente –y aún contra- el Estado y proveen a
su titular de medios para defenderse frente al ejercicio abusivo del poder público. El
Estado, por su parte, está obligado no solo a respetar los derechos civiles y políticos
sino también a garantizarlos.
El respeto a los derechos humanos implica que la actuación de los órganos del
Estado no puede traspasar los límites que le señalan los derechos humanos, como
atributos inherentes a la dignidad de la persona y superiores al poder del Estado.
El respeto a los derechos humanos impone la adecuación del sistema jurídico para
asegurar la efectividad del goce de dichos derechos. El deber de respeto también
comporta que haya de considerarse como ilícita toda acción u omisión de un órgano
o funcionario del Estado que, en ejercicio de los atributos de los que está investido,
lesione indebidamente los derechos humanos. En tales supuestos, es irrelevante que
el órgano o funcionario haya procedido en violación de la ley o fuera del ámbito de su
121
competencia. En efecto, lo decisivo es que actúe aprovechándose de los medios o
poderes de que dispone por su carácter oficial como órgano o funcionario.
La garantía de los derechos humanos es una obligación aún más amplia que la
anterior, pues impone al Estado el deber de asegurar la efectividad de los derechos
humanos con todos los medios a su alcance. Ello comporta, en primer lugar, que
todo ciudadano debe disponer de medios judiciales sencillos y eficaces para la
protección de sus derechos. Por obra del mismo deber, las violaciones a los
derechos en dichas convenciones deben ser reputadas como ilícitas por el derecho
interno. También está a cargo del Estado prevenir razonablemente situaciones
lesivas a los derechos humanos y, en el supuesto de que estas se produzcan, a
procurar, dentro de las circunstancias de cada caso, lo requerido para el
restablecimiento del derecho. La garantía implica, en fin, que existan medios para
asegurar la reparación de los daños causados, así como para investigar seriamente
los hechos cuando ello sea preciso para establecer la verdad, identificar a los
culpables y aplicarles las sanciones pertinentes.
Estos deberes del poder público frente a las personas no aparecen del mismo modo
cuando se trata de los derechos económicos, sociales y culturales y los derechos
colectivos.
Por otra parte, aunque, en general, es cierto que la sola no satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales no es demostrativa, en sí misma, de que
el Estado los ha violado, cabe plantearse si la realidad de ciertas políticas configura
la vulneración de los derechos económicos, sociales y culturales de manera parecida
a los derechos civiles y políticos, es decir, ya no como consecuencia de su no
realización, sino por efecto de la adopción de políticas que están orientadas hacia la
supresión de los mismos. Es un tema abierto a la discusión.
En todos estos casos, claro está, la violación de los derechos humanos ocurrirá en la
medida en que la actuación del poder público desborde los límites que legítimamente
pueden imponerse a los mismos por imperativos del orden público o del bien común.
Las limitaciones a los derechos humanos no pueden afectar el contenido esencial del
derecho tutelado. La misma Corte también ha dicho que nociones como la de “orden
público” y la de “bien común” no pueden invocarse como “medios para suprimir un
derecho garantizado por la Convención” y deben interpretarse con arreglo a las
justas exigencias de una sociedad democrática, teniendo en cuenta “el equilibrio
entre los distintos intereses en juego y la necesidad de preservar el objeto y fin de la
Convención” (Corte I.D.H.: La colegiación obligatoria de periodistas, cit., §67).
b. La forma
124
En un estado de derecho, las limitaciones a los derechos humanos solo pueden
emanar de leyes, se trata de una materia sometida a la llamada reserva legal, de
modo que el poder ejecutivo no está facultado para aplicar más limitaciones que las
que previamente hayan sido recogidas en una ley del poder legislativo.
Sin embargo, evocando quizás los abusos a que ha dado origen en el hemisferio,
afirmó que “la suspensión de garantías no puede desvincularse del ejercicio efectivo
de la democracia representativa a que alude el artículo 3 de la carta de la OEA” y
que ella no “comport(a) la suspensión temporal del estado de derecho (ni) autori(za)
a los gobernantes a apartar su conducta de la legalidad a la que en todo momento
deben ceñirse” (ibid.), pues el efecto de la suspensión se contrae a modificar, pero no
a suprimir “algunos de los límites legales de la actuación del poder público” (ibid.
§24).
II. CONCLUSIÓN
4. Ética y Ecología35.
35
TOMADO DE: http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/usr/ibjoa/et/sing24.html.
126
proyecto, se reducirán las oportunidades estéticas, de ocio e investigación,
disminuirá la belleza de Kakadu, desaparecerán las especies, se reducirá la riqueza
ecológica, se pondrá en peligro este ámbito natural y se ofenderá a los valores
espirituales de los Jawoyn. Actualmente ya se están realizando prospecciones
mineras en la zona de Kakadu y hay presiones para que se permitan otras nuevas.
¿Deberían permitirse nuevas minas? ¿Debería permitirse actividad minera alguna?
¿Con qué exactitud podemos alcanzar la respuesta de estos interrogantes éticos?
Sin duda la evidencia empírica o fáctica desempeña un papel. Por ejemplo los
adversarios de la actividad minera afirman que probablemente contaminará los ríos,
envenenará a animales, pondrá en peligro especies y alterará los ecosistemas. Esta
oposición a la actividad minera se basa en razones empíricas; es decir, razones
sobre lo que de hecho sucede y sucederá. Muchos de los partidarios de semejante
actividad ponen en cuestión estas razones empíricas y aun otros piensan que aun si
fuesen verdaderas estas razones, es mejor proseguir con la actividad minera. Así
pues, el recopilar los hechos no garantiza que se zanje la cuestión. Los argumentos
acerca de estos hechos sólo tienen razón de ser, sólo tienen sentido, frente a cierto
tipo de contexto, y las diferencias de este contexto dan lugar a valoraciones
diferentes de lo que debe hacerse. Este contexto lo constituyen cosas tales como
deseos, preferencias, aspiraciones, metas y principios, incluidos principios morales.
Un ambientalista podría desear conocer si la minería constituye una amenaza para la
naturaleza porque desea que se proteja ésta o, de manera aún más grave, porque
piensa que es moralmente malo ocasionar la muerte de la naturaleza.
Sin embargo, esta decisión se habría alcanzado considerando sólo los intereses de
las personas. Una forma clara de expresarlo consiste en decir que esta ética sólo
considera moralmente relevantes a las personas. Algo es moralmente relevante si es
susceptible de evaluación ética por derecho propio, independientemente de su
utilidad como medio para otros fines. Pensemos en la tortuga nariz de cerdo. De
acuerdo con la ética centrada en las personas que acabamos de describir, no son
moralmente relevantes ni la especie en su conjunto ni sus miembros individuales: lo
único moralmente a considerar es la felicidad e infelicidad de los humanos, lo cual
puede verse o no afectado por lo que suceda a las tortugas.
Si bien una ética centrada en los animales considera igualmente relevantes a todos
los animales, no los clasifica necesariamente por igual. Una forma clara de expresar
esto consiste en decir que algunas éticas centradas en los animales otorgarán una
significación moral diferente a diferentes tipos de animales. Una forma que puede
adoptar esta diferenciación supone la no-consideración arbitraria - y muchos dirían
que injustificada- de los intereses de los animales no humanos simplemente porque
son intereses no humanos. La influencia de esto sobre las valoraciones acerca de las
políticas dependerá del grado de no-consideración. Podría consistir en hacer siempre
valer más los intereses humanos que los intereses no humanos, sea cual sea la
intensidad o fuerza de los intereses y sea cual sea el número de individuos
implicado.
También podría ser de tal modo que permitiese el primado de los intereses no
humanos más fuertes o más numerosos sobre los intereses humanos más débiles o
de menor cuantía. Para evitar la arbitrariedad parece ser necesario un igual trato de
intereses iguales. Esto dejaría espacio para la diferenciación, que aún podría
hacerse sobre la base de intereses que no todos los animales tienen. Por ejemplo,
los humanos tienen la capacidad de desarrollar el conocimiento teórico o la acción
racional autónoma, capacidades que obviamente no tienen los canguros. Estas
capacidades deben avalar determinados intereses que, como carecen de ellos, no
podrían tener los canguros. Semejantes intereses adicionales pueden decantar una
decisión en favor de los humanos y en contra de los canguros.
El orden de los seres vivos incluye más que animales humanos y no humanos;
incluye plantas, algas, organismos unicelulares, quizás virus y, según han sugerido
algunos, ecosistemas e incluso el conjunto de la biosfera (véase Attfild, 1983,
Goodbaster, 1978, y Taylor 1986). La complejidad de una ética centrada en la vida
dependerá de cómo se responde la pregunta “¿qué es vivir?”. Se responda como se
responda esta cuestión dará idea de un sistema autorregulado que persigue, de
forma no necesariamente consciente, determinados fines. Además, este rasgo es el
que normalmente se supone otorga relevancia moral a los seres vivos. Una ética
centrada en la vida considera moralmente relevantes a todos los seres vivos, aunque
no necesariamente con igual significación moral. Así, podría ser mejor salvar a una
tortuga nariz de cerdo que a un arbusto waratah, aun cuando ambos sean
moralmente relevantes. Sin embargo, la primera puede ser moralmente más
relevante por su condición de ser vivo complejo. Aquí la complejidad sirve de
intensificador: de dos seres vivos, será moralmente más significante el más
complejo. Por considerar un caso diferente, podría ser preferible salvar a una planta
que salvar a una tortuga nariz de cerdo, porque sólo aquella planta puede ocupar su
nicho ecológico particular, mientras que la tortuga nariz de cerdo ocupa un nicho que
quizás podrían ocupar tortugas parecidas de diferente especie. Aquí la diferenciación
se basa en una valoración moral de las consecuencias respectivas de la eliminación
de la planta y de la tortuga nariz de cerdo y no de las características internas de
ambos seres vivos.
Una ética centrada en la vida exige que, a la hora de decidir cómo hemos de actuar,
tengamos en cuenta el impacto de nuestras acciones sobre todo ser vivo afectado
por ellas. Por ejemplo, si prosiguen las prospecciones mineras en el Kakadu, ello
supondrá la tala de árboles y la destrucción de otra vegetación; determinará la
muerte de algunos animales y la alteración, si no la destrucción, de los ecosistemas
de los humedales. Estos hechos y otros hablan en contra de la minería y en conjunto
han de sopesarse frente a los resultados favorables que podrían obtenerse si
prosiguen las prospecciones. Como los beneficios sólo incluirían ventajas materiales
para algunas personas, sería difícil realizar la suma valorativa de forma que
aprobase la actividad minera. Esto no quiere decir que nunca sea moralmente
permisible talar árboles, allanar dunas, sacrificar animales, modificar ecosistemas,
etc. Lo permisible depende de cuáles sean los resultados y de las diferencias de
significación moral dentro de la clase de lo moralmente relevante.
En ocasiones una ética centrada en la vida podría adoptar una forma radical: podría
afirmar que no sólo son moralmente relevantes todos los seres vivos sino que
además tienen igual significación moral. (Véase Naess, 1979.) Este igualitarismo
biótico, si fuese justificable, haría realmente difícil defender las intervenciones
humanas morales en el entorno natural. Sólo permitiría juicios cuantitativos; por
ejemplo, que dos seres vivos importan más que uno. La mayoría de las éticas
centradas en la vida propuestas contemplan una significación diferencial en el orden
130
de los seres vivos, aún cuando no se considere siempre más significativos a los
humanos. La conservación de la biosfera y de ecosistemas mayores podría
considerarse más significativa que la conservación de grandes contingentes de
personas.
Las éticas consideradas hasta aquí evalúan las acciones teniendo en cuenta las
consecuencias para los individuos y agregándolas. Lo que distingue a estas éticas es
el tipo de individuos que contemplan; además, las últimas incluyen a todos los
individuos incluidos por las anteriores. Podría decirse que somos inexorablemente
atraídos hacia una ética centrada en la vida; que no existe una forma no arbitraria de
detener el desplazamiento desde la ética de alcance más limitado a la ética de más
amplio alcance. ¿Por qué no dar una vuelta más de tuerca al argumento e incluir
también a los seres no vivos como seres moralmente considerables? No se trata
aquí de atribuir una vida o una perspectiva mental a seres no vivos; eso sería entrar
en una discusión totalmente distinta. Lo que se quiere decir es que los seres no vivos
que, al igual que muchos seres vivos carecen de conciencia e incluso de una
organización biológica rudimentaria, son moralmente relevantes. Podemos llamar a
ésta la “ética del todo”.
6. El holismo ecológico
Como dijimos anteriormente, cualquier ética que nos guíe en nuestro trato del medio
natural es, en el sentido más general, una ética ambiental. El término «ética
ambiental» tiene en ocasiones usos más restringidos. En ocasiones se utiliza para
indicar una ética que considera moralmente relevantes a otros individuos distintos a
las personas, y que proporciona argumentos de peso a las exigencias morales de los
ambientalistas. Una ética centrada en la vida es una ética ambiental en este sentido,
y una ética centrada en los animales lo es con menor claridad. Sin embargo, algunos
reservan el término para una ética específica, el holismo ecológico, presumiblemente
porque piensan que sólo una ética semejante proporciona una protección
131
moralmente satisfactoria del entorno natural (véase Callicott, 1979). El holismo
ecológico considera moralmente relevantes dos tipos de cosas; el conjunto de la
biosfera y los grandes ecosistemas que la componen.
Los animales individuales, incluidos los humanos, así como las plantas, rocas,
moléculas, etc., que componen estos grandes sistemas no son moralmente
relevantes; sólo importan en tanto en cuanto contribuyen al mantenimiento del todo
significativo al que pertenecen. ¿Por qué habríamos de preocuparnos si se causa la
extinción de una especie? Deberíamos preocuparnos no por lo que esto supone para
sus miembros individuales o incluso para la propia especie sino porque la extinción
va en contra de la meta de mantener la biosfera o los ecosistemas. Es una cuestión
debatida la de si el holismo ecológico debe considerarse estructuralmente diferente
de las otras éticas. Estas atendían a individuos, y el «holismo» puede considerarse
caracterizado por un centro de atención diferente. Sin embargo, es posible
considerar a la biosfera y a los ecosistemas como individuos, si bien individuos
extremadamente complejos.
En este caso, el holismo es una concepción según la cual los individuos, los únicos
que para muchos son moralmente relevantes, no lo son. Obsérvese que, aunque los
principios del holismo ecológico difieren de los de otras éticas, esto no supone que
difiera de éstas en cuanto a sus implicaciones programáticas. La ética centrada en la
vida y la ética del todo sancionará con toda probabilidad políticas ambientales
similares en razón de la índole de los mecanismos que mantienen los ecosistemas y
la biosfera. Asimismo, es posible combinar el holismo ecológico con cualquiera de las
restantes éticas descritas. Si, por ejemplo, se combina con la ética centrada en los
animales estaríamos obligados a considerar los intereses de los animales y la meta
del mantenimiento de la biosfera. Cuando éstas entran en conflicto, por ejemplo en
algún extraño caso en el que sólo se puede salvar a animales simplificando un
ecosistema, sería preciso algún tipo de transacción o equilibrio de intereses.
Lo que tiene de determinante una ética centrada en los humanos nos mueve hacia
una ética centrada en los animales, y posiblemente más allá (este argumento lo
desarrolla Lon Gruen en el artículo 30, «Los animales»). La congruencia y el evitar
distinciones morales arbitrarias estimulan el paso de una ética centrada en los
humanos a una ética centrada en los animales. Asimismo, al reflexionar sobre seres
no humanos podemos apreciar nuevas razones en favor de la relevancia moral; por
132
ejemplo, los individuos no humanos pueden tener propiedades estéticas como la
belleza, que podemos considerar les convierte en moralmente relevantes. También
éste es un caso en el que son relevantes moralmente no porque tengan intereses
sino porque poseen una propiedad que les otorga un valor intrínseco.
Las razones aducidas en favor de una ética centrada en los animales, ¿avalan
también una ética centrada en la vida? Si puede decirse que las plantas -y los
ecosistemas o la biosfera- tienen intereses, como el interés por prolongar su
existencia, quizás sea así. A menudo el concepto de interés se explica en términos
de que una cosa tiene un bien por sí misma que puede ser perjudicado o favorecido.
Algunos afirman que las plantas tienen un bien propio; por ejemplo, que el bien de un
árbol se favorece mediante los nutrientes suficientes para que siga floreciendo y se
perjudica cuando se le priva de nutrientes. El bien de una planta se determina por el
tipo de cosa que es, por el tipo de organización biológica que constituye, por lo que
significa que sea un miembro en crecimiento de su especie. Las plantas tienen un
bien en este sentido pero obviamente esto no basta para basar la tesis de que tienen
intereses en un sentido moralmente relevante. Las plantas no tienen un punto de
vista desde el cual experimenten el mundo. Al árbol no le importa que se seque y
muera por falta de agua; le importaría a un canguro. Así como las plantas tienen
metas naturales, no tienen una actitud hacia estas metas y no experimentan el
avance hacia ellas. Pueden decirse cosas similares acerca de la biosfera y de los
ecosistemas. Es esta diferencia la que algunos consideran el tope del
desplazamiento, la que proporciona un corte no arbitrario, desde una ética centrada
en los animales a una ética centrada en la vida.
Sin embargo, incluso si se niega que las plantas tengan intereses, de ello no se sigue
que no sean moralmente relevantes. Recuérdese que se habían sugerido razones,
que no tienen que ver con intereses, en virtud de las cuales los humanos y los no
humanos son moralmente relevantes. Estas razones concernían a la propiedad de
ser un ser complejo y a la propiedad de ser algo bello. Las plantas pueden poseer
estas propiedades, y silos animales son moralmente relevantes en virtud de
poseerlas, también lo son las plantas. La clave para defender así una ética centrada
en la vida está en demostrar que las propiedades a las que se apela son
intrínsecamente valiosas.
Puede decirse algo en favor de una ética centrada en la vida que nos impulse hacia
una ética del todo? La propiedad de constituir un ser vivo complejo no puede
ilustrarse con las piedras, etc., pero una propiedad afín, la de ser un sistema
complejo, puede ilustrarse con colecciones de seres no vivos que muestran ciertas
relaciones entre si. Si es su complejidad organizativa per se lo que hace a algo
moralmente relevante, entonces algunos seres inorgánicos serán moralmente
relevantes; por ejemplo, los cuerpos que forman el sistema solar, las pautas de
desgaste de un acantilado y un copo de nieve. La relevancia de esta idea para el
caso del Kakadu depende, entre otras cosas, de si se considera seres vivos a los
ecosistemas. Si no es así, entonces son seres no vivos que muestran complejidad y
que, a partir de esta idea, son moralmente relevantes.
133
El hecho de que sean moralmente relevantes proporcionaría una razón moral para
oponerse a la actividad minera. O también podríamos juzgar que una razón por la
que consideramos moralmente relevantes a los seres vivos es porque constituyen
una muestra de belleza. En algunos casos esta belleza podría ilustrarse por los
rasgos más generales y externos de una cosa, como en el caso de los tigres, las
ballenas, las orquídeas y las proteas. Además, la belleza podría ilustrarse en el
detalle más especifico del funcionamiento biológico de un ser. Algunos seres
inorgánicos como los cantos rodados, las dunas, las lunas inertes y los icebergs
pueden ser hermosos, con lo que si se utiliza la belleza como base para atribuir la
relevancia moral a los seres vivos, entonces al menos algunos seres no vivos son
moralmente relevantes. La exigencia del rasgo de la belleza como base para la
relevancia moral es discutible; sin embargo, algunos autores la defienden
vigorosamente, por ejemplo Rolston (1988). Quienes se oponen a ella suelen decir
que lo moralmente relevante es la apreciación de la belleza más que la belleza en si.
Así pues, una forma de lograr el paso de una ética a la siguiente es encontrar un
determinante de relevancia moral en esta ética y mostrar que su aplicación rigurosa
nos lleva a una ética del siguiente tipo. Otra forma consiste en mostrar que existen
nuevos rasgos moralmente relevantes que la ética más restrictiva ignora de manera
injustificada. Un rasgo así podría ser la propiedad de ser un objeto natural; es decir,
un objeto que no es el producto de la tecnología y de la cultura humana. Las piedras
son objetos naturales y según esta concepción seria indebido, aunque quizás no
considerando las cosas globalmente, destruirlas. Hay otras propiedades candidatas:
Los ambientalistas protestan por cuanto esto supone una pérdida de valor no
compensada. La empresa minera promete reconstruir la floración con elementos
sintéticos y sustituir los árboles por modelos de plástico. Este trozo de entorno
artificial será indistinguible, excepto por análisis de laboratorio, del originalmente
existente. Será exactamente igual de atractivo, no se dañará a ningún animal a
resultas de ello ni se alterará ningún ecosistema. Ni la ética centrada en los humanos
ni la ética centrada en los animales deja lugar para una crítica ambientalista. La ética
centrada en la vida puede motivar la crítica al denunciar la tala de árboles vivos. Sin
embargo, para algunos esto no parece ser lo único moralmente censurable en la
propuesta de la empresa minera. ¿No es también moralmente sospechosa por
134
sustituir lo natural por lo artificial? Imaginemos un caso parecido en el que se elimine
sólo una floración en roca, desprovista de vida, siendo sustituida luego por roca
sintética. Ni siquiera una ética centrada en la vida permitiría cuestionar la moralidad
de esta acción.
Incluso si aceptamos, por ejemplo, que los ecosistemas del Kakadu son moralmente
relevantes, ¿cómo sopesar esto frente a intereses humanos (o de otro tipo)? Un
primer paso consiste en preguntarnos si hay formas alternativas de satisfacer
intereses humanos.
5. Ética y Comunicación.
Cuando entran en colisión los propios principios y valores y los del medio, la única
salida es la actuación libre en conciencia. En este capítulo veremos un instrumento
para solucionar posibles conflictos: la cláusula de conciencia.
Cuando un periodista revela sus fuentes otorga mayor credibilidad a lo que dice, pero
hay ocasiones en las que éstas deben permanecer en el anonimato, a veces por
razones obvias (por ejemplo, porque de lo contrario la fuente puede sufrir una
denuncia o poner en peligro su seguridad), y a veces por razones no tan obvias.
Pero también hay situaciones en las que la fuente no pueda o n deba permanecer en
el anonimato (por ejemplo, si el interés por el anonimato no es proporcional al interés
informativo). Sin embargo, llegado a un acuerdo, el profesional deberá medir sus
palabras para no ir en contra del compromiso adquirido. En algunos libros d estilo se
proponen fórmulas (por ejemplo, “fuentes policiales” o “fuentes oficiales”) para dar
alguna pista a la vez que se mantiene el anonimato.
Lo específico del secreto profesional en el caso del periodista supone: no revelar las
fuentes de información, no sacar a luz los nombres de las personas que han
facilitado la información de forma confidencial y mantener a buen recaudo todo
aquello que los autores de la información prohíban que sea revelado. (Bláquez 2002,
483)
Veamos cuáles son los límites al secreto profesional (Bláquez, 2002, 484-486:
El Secreto Profesional
Naturaleza - Como derecho: exime de una obligación
- Como deber: obliga a mantener en secreto las fuentes
Justificación - Se ha pactado con la fuente
- Es necesario para obtener información relevante
Objeciones - La acción de los tribunales en la aplicación de la justicia es
superior a cualquier privilegio.
La cláusula de conciencia tiene cierta relación con el secreto profesional, pero difiere
en algo fundamental: mientras que el secreto profesional tiene cierta trascendencia
pública, la cláusula de conciencia apenas tiene repercusión exterior porque es un
derecho que afecta la actividad del informador en la empresa en y para la que trabaja
y cuyo fundamento se encuentra en la libertad ideológica que el informador tiene , al
igual que todo ciudadano, y del que nadie le puede privar (Rodríguez Pardo, 1999,
95)
Para comprender mejor la idea de los derechos de autor sobre las obras creadas hay
que partir de la ideal del profesional de la comunicación como intelectual. Desde la
configuración de la profesión con sus derechos y responsabilidades, ésta ha ido
atravesando diferentes etapas desde el mínimo reconocimiento hasta la más elevada
valoración, sobre todo por parte de la sociedad. El profesional de los medios de
comunicación ha visto desplazada en los últimos tiempos su ligazón a la
intelectualidad, transformada en corporaciones, ya que apenas tienen cabida los
ámbitos autónomos de producción. Este hecho hace que el intelectual de la
comunicación quede prácticamente desprotegido frente a la empresa y busque, en
instrumentos como el derecho que ahora detallamos algún apoyo al que agarrarse.
Los derechos de autor son los que éste tiene sobre su creación. Éste es uno de los
principales focos de conflicto entre periodistas y empresas informativas y entre
anunciantes y empresas publicitarias. Existen tres corrientes jurídicas en relación
con relación a este tema: 1) Aquella que los identifica con un tipo de propiedad; 2)
Aquella que los ve como una manifestación de un derecho de la persona; 3) Aquella
que sostiene una visión conciliadora de las dos anteriores y se centra en la facultad
142
de difundir. Nos centramos en ésta última y presentamos un cuadro resumen de los
elementos constitutivos de los derechos de autor.
SUJETO Quien crea una obra literaria, científica o artística, que puede ser
transferida a otras personas físicas o jurídicas, y que se fija en un
soporte.
OBJETO Las creaciones originales
CONTENIDO Facultades morales:
- De identidad (reconocimiento del autor, utilización de
seudónimo o anonimato)
- Derecho de integridad de la obra
- Derecho de modificación de la obra
- De su difusión
- De no difundirla
- De retirar de la circulación la obra (compatible con el pago de
una indemnización a quien en ese momento ostente los
derechos de explotación)
Facultades de explotación supone:
- reproducción
- distribución
- comunicación pública(ante el público o retransmitida a través
de los medios de comunicación)
- transformación de la obra
La explotación puede ser directa o mediante la cesión (que puede
ser o no en exclusiva)
Facultad de obtención de beneficio económico directa o
indirectamente (medie o no un contrato de cesión)
V. Anexos
En el anexo incluimos tres documentos que sirven para profundizar en el sentido
último de la profesión y las exigencias de un buen ejercicio de la misma.
El periodista debe:
2. EL INFORMADOR RESPONSABLE
146
El informador responsable:
Por eso la primera regla del juego es la imparcialidad, mediante la cual los
periodistas de la BBC se esfuerzan por informar sobre los acontecimientos mundiales
de forma equilibrada y sin sesgos.
147
Precisión
La precisión para reflejar la verdad es uno de los pilares editoriales del BBC. Sin ella
pierden credibilidad los valores como la imparcialidad, la responsabilidad o la
transparencia.
Transparencia
La transparencia en toda actividad periodística de la BBC es uno de los elementos
clave de nuestra política editorial.
En las “reglas del juego”, la transparencia se refiere al tratamiento que se les da a
todos los que contribuyen con nuestros programas o reportajes, incluidos los
menores de edad.
Responsabilidad
Uno de los desafíos que enfrentan los periodistas y productores de la BBC es llevar
a nuestro público global una programación y contenidos decentes, dignos y
relevantes.
Independencia
El público de la BBC debe poder confiar en la independencia e integridad de nuestros
periodistas y su trabajo.
Nuestra audiencia debe tener confianza en que tomamos decisiones informativas por
razones editoriales sólidas y por presiones indebidas políticas, comerciales o de
intereses especiales.
La independencia en las reglas del juego significa que los periodistas de la BBC
deben esforzarse y mantenerse alertas para evitar que su cobertura se vea influida
indebidamente.
6. Ética y Economía.
Texto
Provengo de un pequeño país que desde los años ochenta ha aplicado
ortodoxamente los postulados de una economía de mercado abierto. Los sacrificios
iniciales fueron grandes pero los éxitos fueron también considerables. Alto
crecimiento, baja inflación, finanzas públicas ordenadas, decrecimiento del número
de pobres, en los primeros años aumento del empleo etc. Sin embargo, pasado
quince años aunque nadie quiere perder lo alcanzado, se constata un creciente
descontento y un malestar que abarca no sólo el campo económico.
Existe el sentimiento que pasamos de un período militar, donde las fuerzas armadas
no estuvieron bajo el control político civil, ha algo analógico: un grupo de
economistas que en cierto modo están por encima del sentir y control ciudadano. En
este contexto quisiéramos reanalizar las relaciones entre ética y economía.
El desarrollo de las relaciones entre ética y economía no ha sido lineal ni fácil. Toda
descripción somera de una evolución comporta necesariamente elementos de
simplificación. Señalaré cuatro “deslizamientos” o líneas de progresión.
c) De la justificación al sentido
0 1) Muy frecuentemente se buscó en la ética una justificación o una
aprobación desde el punto de vista de la vida social. Por ejemplo debió
justificarse el lucro o el préstamo a interés. Es famosa la defensa del
relativo “egoísmo” del carnicero y el panadero en un texto frecuentemente
citado de A. Smith.
1
2 2) En un mundo que ha perdido sus metas, se ha visto la necesidad de ir al
fondo de las cosas discutiendo el destino mismo de la economía y su
ubicación en el conjunto. Ella se ha ido abriendo a una interrogación total y
de fondo, sobre todo al situarla en el conjunto del proyecto humano. ¿Para
150
qué? ¿Por qué y cómo? ¿qué consecuencias no sólo económicas sino
para toda la vida social y humana? etc.
3
d) De los valores económicamente relevantes a la responsabilidad social.
11) Tal vez haciéndose eco de las consideraciones de Max Weber en su Ética
Protestante, se ha reflexionado en los “valores que contribuyen al
desarrollo económico”. Se estudió como fomentar el espíritu de trabajo
bien hecho, la honradez, la verdad, la austeridad y espíritu de ahorro, la
capacidad de riesgo porque eso tenía directa incidencia en el desarrollo
económico. Últimamente se ha insistido en la Confianza (Peyrefitte). Ese
es un avance desde el punto de vista ético porque hace comprender el
factor humano de la economía que no es sólo un problema monetario o de
producción.
22) Desde esa consideración centrada en los valores se ha abierto otra
perspectiva para reanalizar la relación entre ética y economía: tomar
conciencia de la responsabilidad en las hondas consecuencias que tienen
las teorías y decisiones económicas en la vida y desarrollo de las personas
y las sociedades. Las decisiones no son neutras como podría pretender
una cierto tipo de ciencia. Cada decisión influye en la vida y en la muerte
de hombres, mujeres y niños; y marcan los movimientos sociales y sus
organizaciones.
No deja de ser significativo el vuelco dado por Yunus, con su banco de los pobres,
que desde Bangladesh rompió todas las certezas de banqueros y teóricos clásicos.
Esto ha significado que los economistas y los empresarios han tomado el relevo de
los políticos en las decisiones más importantes. Ellos deciden las inversiones,
asignan los sacrificios, determinan los ritmos etc. Los políticos, con menos ciencia en
la materia, pierden ante los empresarios y economistas su autoridad.
Surgieron, sin embargo en el siglo XIX, preguntas que cuestionaron a fondo las
certezas culturales de la centralidad del sujeto libre y razonable. Marx nos llenó de
dudas porque nos condicionó fuertemente a los sistemas productivos y a las clases
sociales. La libertad ciertamente era algo a obtener a largo plazo porque estaba
limitada por sus alineaciones.
Por otra parte Freud nos hizo descubrir que nuestra libertad estaba inmersa en un
mundo inconsciente de pulsiones y traumas desconocidos que nos arrebatan la
libertad y la condicionan. Por su parte Darwin nos quitó la pretendida diferencia
esencial del hombre con los otros seres pues nos hizo ser parte de una cadena de
vivientes que pasando de las células primordiales llegó hasta la conciencia. Eso hoy
es considerado más radicalmente, porque se estudia la evolución de la materia y se
nos inserta en un proceso que va de los elementos minerales a la vida y la
conciencia. Para consolarnos se nos dice que somos polvo de estrellas, pero en
definitiva solo polvo. Nietzsche lleva todas esas preguntas al plano moral y viene a
preguntarnos en esas circunstancias sobre las fuentes de la moralidad.
Touraine, nos recuerda que la modernidad nació sobre dos pilares: la razón y la
libertad pero que por la concepción reinante en la ciencia, la razón aplastó la libertad.
El hombre fue sometido a un destino impuesto por las leyes de la naturaleza que se
extendieron a las ciencias sociales y políticas. Se establecieron regímenes que
parecían imponer la fuerza de la razón ordenadora en la sociedad destruyendo al
individuo.
En esa línea se inserta parte de la economía clásica y eso hace crisis. Hay que
repensar el rol de la libertad y el factor humano. Hay que reintroducir la ética para
que las leyes económicas no sean concebidas como algo inexorable sino como una
oportunidad para que el hombre sea sujeto de la historia, libre y responsable de los
demás.
Cada vez más somos concientes que la economía se entiende dentro de una cultura
y que ella influye a su vez en la cultura. El verdadero desarrollo esta ligado a un
desarrollo cultural. Una invasión cultural puede paralogizar y dejar a las víctimas en
estado de anomía, de autismo cultural. Parte de eso les pasó a nuestros grupos
étnicos a la hora de la invasión hispánica. Un cambio de cultura rompió el alma de
muchos pueblos.
Fácilmente quedamos sin sentido y sin esperanza o convertimos en fines los medios
que son sólo medios. Hacer de un medio un fin, es hacerse esclavo. Vivimos una
sociedad rica en medios y falta de fines por los cuales valga la pena vivir y
sacrificarse.
Eso distorsiona la noción de libertad que se convierte en auto afirmación más que en
solidaridad y responsabilidad; convierte la noción de amor en autocomplacencia y
hedonismo etc.
e) Gratuidad
154
No quisiera terminar esta exposición sin referirme a algo que no es fácil ligar con la
economía pero es de lo más esencial para la humanidad. Me refiero a la gratuidad.
Es algo en lo que los pueblos latinoamericanos podemos aportar. Desde nuestra
pobreza, nuestro sentido de acogida, nuestro gusto por la fiesta podemos decir algo
al verdadero desarrollo humano.
El mismo Neruda visitando Machupichu y viendo las maravillas hechas por el ser
humano, contemplando los éxitos de la empresa productiva, le pregunta a las ruinas
Pienso con Amartya Sen que ética y economía se relacionan porque finalmente en
ellas se juega la libertad del ser humano. Y esa libertad humana es rica en
novedades, recursos... en sencillez y gratuidad. En otras palabras no podemos
descuidar de producir en abundancia el pan que compartimos para que en ninguna
mesa de nuestro continente él escasee. Pero debemos saber que ese pan se amasa
no solo con trigo sino con lágrimas, con dignidad, con esperanzas y con libertad. Ahí
se expresa el alma de la parte nuestra de América.
36
Cfr. Marciano Vidal-Pedro Santidrian (1980). Ética Personal. Las actitudes éticas. Tomo I. Ediciones
Paulinas. Madrid, Págs. 153-157.
155
Marciano Vidal García, es un sacerdote redentorista, profesor en la
Universidad Pontificia Comillas (Madrid) y en el Instituto Superior de
Ciencias Morales (Madrid) del que ha sido director varios años.
Actualmente es director del Instituto interfacultativo de la Universidad
Pontificia Comillas. Además de su actividad docente ordinaria,
interviene en Congresos, Semanas y Jornadas. Da cursos
extraordinarios en diferentes países.
Texto
Es importante encontrar criterios de carácter general a los que podamos apelar no
sólo en las situaciones de conflicto, sino que ofrezcan una orientación al proyecto
global de nuestra vida personal y profesional. Los principios pueden parecer casi
evidentes; pero son de extraordinaria importancia por sus consecuencias prácticas y
sus conclusiones.
4. El resultado final es que lo bueno debe ser proporcionado. Es decir, las metas
positivas deben ser mayores que los males acumulados como consecuencia de los
actos.
156
El principio del doble efecto pone de manifiesto que la inmensa mayoría de los actos
conllevan incontables ambigüedades y problemas. Lo anterior implica que entre una
decisión y otra debe elegirse la que más se apegue a la “mejor ética”, o la que
produzca el mayor beneficio, y el menor daño, en caso de que no exista la posibilidad
de no afectar.
Elegir entre hacer o no hacer, o entre tomar un camino u otro ("toda elección implica
una pérdida", sostenía Schoppenhauer) sugiere que la mejor ética es la que más
beneficios produce a todos los implicados.
Considerar el efecto, sea doble o no, de una acción no es otra cosa que volver a la
argumentación teleológica y a su procedimiento valorativo específico, que tiende a
identificar las consecuencias con otros tantos valores o no valores, para considerar
luego moralmente recta aquella acción cuyo efecto positivo se identifica con el valor
más fundamental y más urgente respecto a los valores menos fundamentales y
menos urgentes del otro efecto negativo.
2. El principio de totalidad
Este principio procede de la visión de la relación entre la parte y el todo. Del
significado más completo que posee el todo respecto a la parte y de la preferencia
consiguiente que es preciso otorgarle en el plano de la realidad propia de la persona
humana particular. En otros términos, de la visión de la preferencia que merece el
valor de la totalidad cuando entra en conflicto con el valor de la parte, como, por
ejemplo, cuando se hace necesaria la amputación de un miembro para la
supervivencia del individuo.
3. La excepción
También el recurso al principio de la excepción, ocurre en el momento en que se
toma en consideración la colisión de deberes o el conflicto de valores que viene a
crearse en ciertos casos. Cuando la observancia de la norma deontológica, debido a
ese conflicto de valores, lleva a consecuencias aún más graves que aquéllas a las
que conduce la restricción de su ámbito aplicativo.
Así, por ejemplo; la norma que afirma siempre y en todas partes la ilicitud moral de
matar a otro, prevé también con el uso de este principio su no aplicabilidad a los
casos de legítima defensa, de muerte del tirano o de guerra justa.
Analizar detalladamente si, por qué y hasta qué punto en estos casos para la
tradición moral el principio de la excepción hacía moralmente lícita la muerte del otro,
no lleva a resultados satisfactorios mientras no nos reintroducimos en la perspectiva
peculiar de la argumentación teleológlca, que encuentra la solución de los diversos
casos de conflicto entre los valores:
-en la defensa del valor de la vida propia cuando se es agredido y no existe otra
posibilidad de defensa, justamente porque se trata de dos valores de igual grado que
entran en conflicto y que a causa de la agresión ajena no pueden salvaguardarse
contemporáneamente;
-en tender a la realización del menor número de no valores no morales, que
corresponde al otro principio teleológico del mal menor, cuando se trata de valores o
no valores de igual grado: la vida del tirano es un valor, pero la vida de todos
aquellos que a causa del tirano corren el riesgo de perecer es un valor de igual
grado, que interese a un número mayor de personas y que en cuanto tal merece ser
salvaguardado;
-en la defensa de ciertos valores de fundamental importancia para la vida del
individuo y de la sociedad en que éste vive, como las libertades político-religiosas, de
las que el sujeto moral tiene necesidad para realizar y expresar su propio valor moral:
en este caso la guerra justa era considerada como la correspondencia social de la
legítima defensa.
4. La Epiqueya
158
El término “epiqueya” tiene su origen semántico y conceptual en el ámbito del
mundo griego. Significa “moderación” y se utiliza para indicar la actitud que ha de
mantenerse respecto a la ley positiva. Es sobre todo Aristóteles el que desarrolla una
teoría de la epiqueya, por la que ésta constituye el criterio último de valoración de la
ley positiva, a la luz de las exigencias superiores de la ley natural. La epiqueya es
entonces como una forma de excepción a la ley positiva cuando ésta ley entra en
conflicto con los dictámenes de la ley natural. Se dirige por tanto a la consecución de
una justicia mejor, no siempre expresada correctamente en la letra de la ley.
El Aborto
Definiciones y clasificaciones
Para centrar el problema, es útil precisar algunas definiciones. De acuerdo a su
finalidad y circunstancias, los abortos provocados han sido clasificados en los
siguientes tipos:
Aborto libre. Es el aborto realizado bajo el supuesto derecho que tendría la
mujer para interrumpir su embarazo. Se invocan una serie de motivaciones, las
más frecuentes son las económicas o sociales. Bajo este concepto, algunos
aceptan como suficiente la voluntad de la mujer y bastaría el hecho de ser un
embarazo no deseado.
Aborto eugenésico. Es aquel que pretende la eliminación de un feto cuando se
puede predecir con probabilidad o certeza que nacerá con un defecto o
enfermedad.
Aborto por razones médicas o terapéuticas. Es aquella interrupción voluntaria
de un embarazo antes de la viabilidad fetal por razones de salud materna.
37
Cfr. Marciano Vidal-Pedro Santidrian (1980). Ética Personal. Las actitudes éticas. Tomo I. Ediciones
Paulinas. Madrid, Págs. 153-157.
160
Aborto por motivaciones mixtas. Se refiere a la llamada reducción fetal
selectiva, que pretende eliminar algunos embriones en el caso de embarazos
múltiples, con el fin que otros tengan mejor probabilidad de sobrevivir.
Intento de solución
Los elementos a considerar en el análisis ético son la jerarquía de valores y
principios involucrados, la información clínica éticamente relevante, la decisión de la
madre, adecuadamente informada, y la adecuada ponderación de los elementos
anteriores, junto a circunstancias particulares.
El Suicidio.
Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento central y el motivo del
acto, y no sólo una consecuencia ineludible. Así, los hombres bomba y los mártires
no son considerados suicidas, dado que unos mueren como consecuencia de la
explosión que ellos mismos provocan y los otros se sacrifican en nombre de una
creencia. Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en caso de
emergencia, ni los soldados que luchan en una guerra, y en estos casos, los muertos
no son proscritos por la religión ni por la ley. En el caso de que el suicidio tenga
consecuencias legales, la ley recoge que debe haber prueba de intención de morir,
así como la propia muerte, para que el acto sea considerado un suicidio.
Actualmente, en los albores del nuevo milenio, el suicidio parece arraigarse más en
la humanidad y, aunque se dice que sus principales causas son consecuencia de
problemas sociales y socioeconómicos, no hay una definición exacta que justifique la
acción. Por eso, para la sociedad occidental vuelve actualmente preocupante la
tentativa del suicidio, en tanto que en ella se vislumbra un acto de angustia y de tedio
de la vida en medio de la opulencia del progreso y de la sociedad científica y
tecnológica.
Tipología. Una clasificación posible, de las tantas que se pueden hacer, es la que
divide los suicidios en:
Hay, por tanto, una mayor apertura y se deja atrás la tesis tradicional de que todo
suicidio sea objetivamente inmoral y de que esta posición se imponga como norma
obligatoria e irrenunciable desde la condición cristiana.
Por lo que respecta a la dimensión moral objetiva, el suicidio aparece como una
opción claramente negativa, si lo colocamos dentro de un horizonte de preferencias
humanas y humanizadoras, como la autorrealización, la posibilidad de cambio, de la
creatividad, de la posibilidad de decisiones nuevas y la libertad vivida más
intensamente. Sin embargo, es difícil formular un juicio ético concreto del suicidio en
el plano subjetivo, ya que la responsabilidad subjetiva del suicidio es en la mayoría
de los casos muy limitada, ya que muchas veces la libertad está muy condicionada
por procesos psicológicos de carácter depresivo.
Por tanto, no vale emitir veredictos de culpabilidad sobre cada uno de los seres
humanos, sino conducir a cada uno a la práctica cada día más fácil del bien. La
valoración moral del sujeto no sólo es delicada y difícil, sino que por encima de todo
resulta imposible a nuestra mirada. Solamente una desorbitada presunción puede
hacernos creer que está a la altura de nuestras posibilidades emitir juicios morales
acerca de la persona.
165
Homicidio
Valoración ética. Si la vida es un bien supremo del ser humano, todo acto violento
que la impida es una grave ofensa contra la sociedad y la condición humana. En un
estado social de derecho, es a partir de la existencia de la persona que se da la
democracia, el encuentro, la convivencia y las demás herramientas que permiten al
hombre habitar como ser natural y social, por ello la promoción a defenderla y
protegerla.
Todo ser humano, desde que existe tiene que ser respetado puesto que es un valor
en sí mismo. Nadie tiene derecho de disponer sobre la vida de otro (excluyendo los
casos de accidente involuntario o de legítima defensa). Ningún interés en particular,
político, ideológico o incluso religioso puede justificar el homicidio.
Así mismo no es ético, exponer a alguien sin razón grave a un riesgo mortal, así
como negar la asistencia a una persona en peligro. La aceptación por parte de la
sociedad o gobiernos (del hambre de la población) que provocan muertes sin
esforzarse por remediarlas es una injusticia y una falta grave. Los traficantes cuyas
prácticas usureras y mercantiles provocan el hambre y la muerte de las personas,
cometen indirectamente un homicidio. Este les es imputable.
Drogas38
Concepto.
Son aquellas sustancias cuyo consumo puede producir dependencia, estimulación o
depresión del sistema nervioso central, o que dan como resultado un trastorno en la
función del juicio, la percepción del comportamiento o del ánimo de la persona.
Drogadicción.
38
Se sigue a Marciano Vidal y Pedro Santidrian. Ética Personal. Tomo I. Pág. 219-227.
166
Es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el
sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el
comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas
son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se
consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos,
provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso
llevar a la locura o la muerte.
La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy
fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como
comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde todo
concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no
haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el
centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el
trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.
Causas.
Existen muchas causas y muchos factores. Lo primero que hay que tener en cuenta
es que el fenómeno de la drogadicción no es exclusivo de un grupo o estrato social,
económico o cultural determinado. El consumo de drogas afecta a toda la sociedad
en su conjunto.
Consecuencias.
168
Entre las consecuencias del abuso de drogas podemos señalar:
Las drogas no solamente tienen consecuencias negativas para quienes las usan.
También se ven afectadas las personas que rodean al drogadicto, especialmente las
de su entorno más cercano, como familiares y amigos. No es sólo la vida del
drogadicto la que está en juego.
Valoración ética.
Para clarificar el problema es necesario formular la siguiente pregunta: ¿Es bueno
para un hombre, el padecer voluntariamente la alteración o la pérdida de su
capacidad de percibir, conocer, juzgar y decidir libremente en vista de un placer
específico que se obtiene con la droga o inmediatamente a través de ella? Y también
esta otra: ¿Es moralmente bueno ponerse en ocasión de adquirir una dependencia
tal o una droga que no sólo no se pueda vivir sin ella, sino que de algún modo se viva
para ella?
Las dos preguntas obtienen fácilmente una respuesta negativa. La mayor parte de la
gente se siente inclinada a afirmar: "No es bueno consumir drogas".
Las razones éticas que apoyan tales afirmaciones radican en los contravalores que
se dan en el uso indiscriminado de los tóxicos. Son valores de la persona los que
quedan vulnerados en tal comportamiento.
A todos estos contravalores de carácter personal hay que sumar los contravalores de
tipo social. El que vive en el mundo de las drogas hace descender el nivel ético de la
humanidad y provoca un descenso en el afán de superación del hombre en todos los
sectores de la vida social.
Internet:
1. http://www.bbc.uk/spanish/specials.
171
GUÍA DE ACTIVIDADES
Actividad No. 4
Objetivos: 1. Sintetizar los contenidos de la 1º Unidad aplicando los conceptos
estudiados ética, conciencia, libertad y valores.
2. Analizar desde una perspectiva ética las actuaciones de los 3
personajes principales de la película Dos completos desconocidos.
173
Guía para el análisis y debate de la película
Nombres Rasgos Decisiones Valores y/o Anti- Consecuencias de
de los de su relevantes valores que sus actuaciones
personajes carácter guían
decisiones
Actividad No. 5
Objetivo: Explorar, analizar y aplicar las historias que aparecen en el vídeo al
tema de La Libertad.
Explorando
1. ¿De qué trata el vídeo? ¿Qué escenas te impresionan?
Analizando
2. ¿En qué coordenadas de la libertad ubicas las actuaciones de estos jóvenes?
¿Son libres? Justifica tu respuesta.
3. ¿Qué situaciones, qué comportamientos favorecen o no el fortalecimiento de la
libertad de cada uno de estos jóvenes?
Aplicándolo a la vida
4. ¿Qué mensaje tiene este vídeo para los jóvenes nicaragüenses?
5. ¿Qué le dirías a Enrico si tuvieses la oportunidad de conversar con él acerca
del uso de su libertad? ¿Qué le dirías a René?
Actividad No.6
Guía para el análisis y debate de la película Mentiroso Compulsivo (liar-liar)
Objetivo: Propiciar el análisis y reflexión de la historia presentada en la cinta con los
contenidos del tema desarrollo del sujeto moral.
Reparto: Maura Tierney, Jim Carrety, Justin Cooper.
Duración: 1: 27 minutos.
Explorando la película
Seleccionen las tres escenas que más les llamaron la atención ¿Qué relación le
encuentran con el tema del desarrollo moral del sujeto?
Definición de sujeto moral
Capacidades y condiciones necesarias para poder actuar moralmente.
Fases o etapas del desarrollo del juicio moral según Piaget y Kohlberg.
174
Analizando la película
Analicen especialmente las actuaciones del padre y el niño
El niño: Teniendo en cuenta las investigaciones de Piaget sobre la mentira
en los niños ¿Cuál es la razón fundamental por la que el niño pide el deseo
“de que su padre no mienta por 24 horas?”
El padre: En el juicio moral del padre, ¿Qué fenómenos de desajuste se
observan en las estructuras (conocimiento, valoración, acción) que
permiten el paso de una etapa otra?
Niveles y Estadios Kholberg define los niveles y estadios del desarrollo
moral del sujeto ¿en qué niveles y estadios puedes ubicar algunas de las
actuaciones del padre?
Relaciones interpersonales
Ética profesional
Anoten sus reflexiones acerca de las implicaciones que tienen el nivel de
desarrollo moral sujeto en la dinámica de sus relaciones interpersonales y
en su ética profesional.
Aplicándolo a la vida
Identificas en algún aspecto situaciones semejantes o parecidas que
pueden vivir algunos hijos con sus padres ¿Cuáles son las implicaciones
en la formación moral de los niños?
¿Cuál es el mensaje que les deja esta película?
Actividad No. 7
Objetivo: Analizar y debatir la historia de esta película teniendo en cuenta el tema
de la dignidad humana y libertad.
Explorando la película
- Comenta brevemente de que trata la película.
- Comenta la escena que más te llamó la atención ¿qué te impresionó?
- ¿Qué temas relacionados con la dignidad humana y la libertad como núcleos
de la experiencia ética encuentras en la película?
Analizando el tema
- Qué decisiones éticas o contrarias a la ética toma María. ¿en qué decisiones
es evidente que ella actúa como una persona que defiende su dignidad
humana y libertad? ¿Qué criterios éticos consideras que justifican sus
actuaciones?
- ¿Qué decisiones toma María que lesionan su propia dignidad humana? ¿Son
las presiones familiares, sociales, las circunstancias una justificación para
tomar la decisión de obtener dinero fácil?
175
- ¿Cuál es el mensaje de esta película? ¿Qué le dirías a María antes de su
decisión de transportar la droga?
Aplicándolo a la Vida
- ¿Qué aplicaciones concretas encuentras de esta película a la vida real
cotidiana?
- Identificas en algún aspecto situaciones semejantes o parecidas que pueden
¿vivir algunas jóvenes en Nicaragua?
La historia de Andrés
Dicen que aquellos que nacen en luna llena, cuando en ningún lugar de la tierra sopla el
viento y los lobos no aúllan porque tienen laringitis, reciben el don inapreciable de tener
un hada madrina. Y que ésta le concede un deseo cada diez años.
Al cumplir diecisiete años, Andrés se internó por primera vez en el bosque al encuentro
de su hada madrina. La encontró bromeando con unas flores a las que cambiaba de
color en medio de sus risas y a pesar de sus protestas.
- Hola, Andrés, ¿cuál es tu deseo?
- Quiero ser un hombre.
- Ya lo eres.
- Quiero decir todo un hombre, un auténtico hombre.
- ¿Y eso en qué consiste, Andrés?
- Quiero ser un gran guerrero.
El hada madrina lo convirtió en un gran guerrero. Durante diez años, Andrés derrotó
ejércitos, rindió fortalezas inexpugnables, mató hombres de todos los colores y tamaños
y fue aclamado por miles de soldados como el más hábil y fuerte luchador. Pero cuando
volvió a encontrarse con el hada ésta lo halló triste.
- No estoy seguro de que eso sea ser un hombre, un auténtico hombre, madrina.
- ¿Cuál es entonces tu deseo?
- Quiero tener poder, quiero que todos me obedezcan.
El hada madrina lo convirtió en un hombre muy poderoso, dotándole de riqueza para
comprar y sobornar, de astucia para juntar y dividir y de la indiferencia suficiente para no
sentir escrúpulos. Diez años después acudió cabizbajo a la cita con su hada madrina.
- No estoy seguro de que el poder sea lo que distingue al hombre auténtico.
- ¿Cuál es, entonces, tu deseo?
- Quiero ser un sabio prestigioso.
Lo fue. Nadie gozó de tanto reconocimiento por su ciencia y buen criterio. Las
universidades se disputaban entre sí nombrarlo doctor honoris causa, los científicos le
escuchaban con el silencio más respetuoso y no sólo le pedían consejo los reyes, sino
también los jóvenes amantes, que es mucho más difícil.
Diez años después, el hada madrina lo encontró en el bosque con barba de tres días.
176
- Te has adelantado a la cita.
- Estaba inquieto. No estoy seguro de que ser sabio sea lo que distingue al
verdadero hombre.
- ¿Qué quieres que te conceda?
- Quiero cuidar y proteger a una mujer y a una descendencia numerosa.
- Necesitarás más de diez años. Bueno, veré lo que puedo hacer.
A la mañana siguiente, Andrés se encontró casado con una dulce mujer y reproducido
con asombrosa fidelidad por diez niños de edad escalonada de año en año a partir de los
dos meses. Durante diez años continuó teniendo niños. Y a todos mantenía con su
trabajo y protegía con su fuerza e inteligencia.
1. ¿Qué sentí al leer el cuento titulado “La historia de Andrés”? ¿Qué fue lo que más
me llamó la atención?
177
2. ¿Cuál es el valor o fin supremo o último que orienta la vida de Andrés y cuáles los
medios que considera adecuados para lograrlo?
2. Qué es el bien /la felicidad para Epicuro, cuál es el horizonte moral que
propone Epicuro.
3. Qué es el placer para Epicuro, cómo alcanzar el máximo placer, evitando las
grandes fuentes de temor. Resuman con palabras del grupo las razones que
178
nos ofrece este filósofo para convencernos de que no debemos temer a) a los
dioses b) a la muerte.
5. Epicuro propone un cálculo del placer para evitar el dolor. Elaboren un cuadro
sinóptico, esquema, mapa conceptual que exprese esta propuesta.
- Ideas Previas A la hora de tomar una decisión ¿Qué significaría para ustedes
buscar la felicidad para el mayor número de personas? Anotamos nuestra respuesta
a esta pregunta.
- Investiguen las biografías de John Stuart Mill y Jeremy Benthan, elaboren una
breve reseña de las mismas.
- Ideas Previas: ¿Qué entiendes por buena voluntad? ¿y por buena intención?
¿Qué significa actuar por deber?
- Leemos los datos biográficos que aparecen en el texto.
- Analizar el texto referidos a la Ética del Deber: I. Kant con el objetivo de
preparar nuestra exposición teniendo en cuenta las siguientes cuestiones.
1. ¿Qué es para Kant lo único que puede ser absolutamente bueno? ¿Qué
debe tenerse en cuenta al juzgar los actos morales? ¿qué importancia
tienen los resultados de la acción?
Ejemplo 1. El Bombero.
180
a. Supongamos que un bombero voluntario entre a un edificio en llamas.
Sabe que es peligroso y que puede perder su vida, sin embargo, se propone
salvar las vidas de cinco personas (desconocidas para él) atrapadas en una
habitación del tercer piso, ¿como evaluaría su acción desde el punto de vista
kantiano (moralmente buena, moralmente mala, moralmente neutra? ¿Qué
principio o máxima objetiva justifica esa evaluación? ¿Tiene algo que ver con el
imperativo categórico?
b. Supongamos que las personas atrapadas no son desconocidas, sino
que se trata de la familia del bombero ¿cómo se evaluaría su acción desde el
punto de vista kantiano (moralmente buena, moralmente mal, moralmente neutra)
¿En qué me baso para contestar?
c. Supongamos que el bombero no es un voluntario, sino que recibe un
premio económico por cada persona que logra salvar ¿cómo se evaluaría su
acción desde el punto de vista kantiano? Argumento mi respuesta.
d. Distingo a partir del ejemplo del bombero la intención de un acto
entendida como mero deseo y la intención actuante como la propone Kant.
Ejemplo 2. El bodeguero
(A) Un bodeguero tiene la intención de introducir un producto en el vino
que lo rebaje, pero sin hacerle perder su sabor original, sabiendo que
ese producto puede ser peligroso para la salud (B) Pero decide no
hacerlo porque teme ir preso si algún consumidor se enferma
gravemente.
a. Enuncien la máxima o principio subjetivo que el bodeguero debió
pensar (implícitamente) en el caso (A) tomo como referencia el
ejemplo de la mentira.
b. ¿Qué valor moral tiene esa máxima o principio que el bodeguero
pensó? Justifiquen su respuesta tomando en consideración la
primera formulación del imperativo categórico y refiriéndolo al
ejemplo concreto del bodeguero.
c. Diga en (B) a qué tipo de actos en relación con el deber
corresponde la conducta que finalmente adoptó el bodeguero.
Justifiquen su respuesta.
d. En nuestra vida cotidiana ¿realizamos acciones siguiendo
planteamientos éticos de tipo kantiano? Utilicen un ejemplo
cotidiano para ilustrar la explicación.
9. ¿Qué nos parece aceptable del planteamiento filosófico de Kant? ¿Qué nos
parece menos aceptable?
- Traten de compartir sus Ideas Previas sobre la justicia ¿para ustedes en qué
consiste la justicia?
- Investiguen la biografía de John Rawls, elaboren una breve reseña de la misma.
-Lean detenidamente los textos referidos a la Teoría de la Justicia de Rawls, tengan
también en cuenta los principios éticos de Kant para preparar la exposición.
2. Cuáles son los Bienes primarios que necesitamos, según el autor, para
realizarnos como personas. Cómo deben ser distribuidos por el Estado. Bajo qué
virtudes y criterios innegociables deben legitimarse las instituciones del Estado.
1. Objetivo de un diálogo.
4. Situación ideal del habla en la que debe darse el discurso/diálogo, para que el
acuerdo sea válido. Quiénes son los participantes. Reglas del discurso/
diálogo.
10. ¿Qué les parece lo más aceptable y menos aceptable de esta propuesta
ética?
Luego de vivir un tiempo en la casa de salud, saliendo tres días a la semana a casa
de sus hijos, el padre le plantea a Alfonso que está angustiado y que quiere ir a vivir
con él. La hermana de Alfonso no está de acuerdo y no cree que sea una buena
opción. Alfonso está casado y tiene dos hijos de 6 y 3 años de edad. En la casa hay
un lugar adecuado para que esté su padre, la esposa de Alfonso intuye que no es
conveniente que venga a vivir allí. Pero accede a que su suegro vaya a pasar una
temporada.
Después de dos meses de estadía en una convivencia muy difícil, llega el verano y
Alfonso le plantea a su padre que volverá a la casa de salud, para que su familia
pueda salir de vacaciones.
Al final del mes de licencia, el padre insiste en volver a la casa de Alfonso y la esposa
se niega ya que sostiene que no le hará bien a los niños convivir con el abuelo
porque es egoísta, hace diferencias entre los nietos y manipula a su hijo, debido a su
enfermedad.
2. Análisis del caso ¿Qué debe hacer Alfonso? ¿Por qué? ¿En qué criterios éticos
me baso para justificar mi respuesta?
Para el juguete habían tomado como modelo los helicópteros militares utilizados en
Vietnam y que habían aparecido en las películas de Rambo. Mike Teal explicó que
habían desarrollado el juguete en respuesta a la moda de los juguetes bélicos que
barría el país tras el éxito de las películas de Rambo. Inicialmente, Crako Industries
se había resistido a entrar en los juguetes bélicos, ya que algunos de sus miembros
eran contrarios a la violencia asociada a este tipo de juguetes. Pero, dado que los
segmentos del mercado de juguetes estaban cada vez más dominados por los
juguetes bélicos, ahora la familia pensaba que la entrada en ese mercado era crucial
para su negocio. En consecuencia, aprobaron el desarrollo de una línea de juguetes
bélicos con la esperanza de no entrar demasiado tarde en ese mercado. Ahora Mike
Teal quería que Daner Associates preparase una campaña de publicidad en
televisión para el juguete.
Sin embargo, esto no parecía suponer un verdadero obstáculo para Teal. Aunque las
cadenas nacionales podían rechazar anuncios demasiado violentos para niños, los
canales locales de televisión no eran tan remilgados. Estos últimos solían aceptar
anuncios dirigidos a niños que las grandes cadenas habían rechazado por
demasiado violentos. Los canales locales insertaban los anuncios en su
programación local y por tanto eludían los códigos de publicidad de las tres cadenas
nacionales. Daner Associates simplemente tendría que insertar los anuncios
desarrollados para el helicóptero de Crako a través de canales locales de televisión
en todo el país. Mike teal estaba decidido, si Daner Associates no desarrollaba una
campaña de publicidad agresiva y dura, la compañía de juguetes trasladaría su
cuenta a una agencia que lo hiciese. De mala gana, Tom Daner aceptó desarrollar la
campaña publicitaria. Crako Industries representaba un millón de dólares del total de
ingresos de Daner.
Al igual que Crako Industries, Daner Associates era también una empresa familiar.
Fundada por su padre hacía casi 50 años, la agencia de publicidad que ahora dirigía
Tom Daner había crecido de manera espectacular bajo su liderazgo. En 1975 la
empresa recaudó 3 millones de dólares en bruto; diez años después, tenía unos
ingresos de 25 millones de dólares y ofrecía una línea completa de servicios de
publicidad. La compañía estaba dividida en tres departamentos (creativo, medios y
ejecutivos de cuentas) cada uno de los cuales tenían unos doce empleados. Tom
Daner atribuía gran parte del éxito de la compañía a muchas de las personas que
había contratado recientemente, especialmente un grupo de titulados en MBA que
había desarrollado nuevas estrategias de marketing basadas en investigaciones de
mercado mas completas. Sin embargo, la mayoría de decisiones se tomaban en un
comité ejecutivo formado por cinco personas: Tom Daner, el director contable y los
tres jefes de departamento. Como propietario presidente, las opiniones de Tom
tendían a influir en la mayoría de las decisiones, lo que daba lugar a lo que uno de
los miembros del comité denominaba una dictadura benevolente. Tom era una
persona entusiasta, agradable, inteligente y culta. Antes de terminar los estudios
había pensado convertirse en misionero pero cambió de idea y ahora estaba casado
y era padre de tres hijas. Entre sus héroes personales estaban Thomas Merton,
Albert Schweitzer y Tom Doley.
Cuando Tom Daner presentó el acuerdo con Crako al comité ejecutivo descubrió que
sus miembros no compartían sus recelos. Los demás miembros del comité pensaban
que Daner Associates iba a darle a Crako exactamente el tipo de anuncio que quería
con una gran carga de violencia. Además, los redactores y artistas del departamento
creativo estaban entusiasmados con la posibilidad de dejar volar su imaginación en
el proyecto, muchos de ellos convencidos de que podrían producir fácilmente un
anuncio que acaparase la atención con una sobrecarga violenta en la programación
televisiva. El departamento creativo, de hecho, produjo rápidamente un guión de
video mostrando el helicóptero abalanzándose desde el cielo con sus ametralladoras
disparando sobre un poblado de la selva. Pensaban que este tipo de anuncio era
exactamente lo que les estaba pidiendo el cliente.
186
Pero después de haber visto la copia, Tom Daner se negó a utilizarlo. Insistió en que
debían producir un anuncio que cumpliese las necesidades del cliente, pero que
también siguiese las directivas de las cadenas nacionales. El anuncio no debía
glorificar la violencia y la guerra, sino que de alguna manera debería apoyar los
valores de la familia y la cooperación. Decepcionados y algo frustrados, en el
departamento creativo volvieron al trabajo. Unos días después, presentaron una
segunda propuesta: un anuncio que mostraría al helicóptero de juguete volando en la
sala de estar de una casa donde un niño está jugando, luego la escena cambia para
mostrar al niño sobre una roca que surge del suelo de la sala de estar; el helicóptero
baja en picado y recoge al niño como si lo rescatase de la roca en la que se ha
quedado aislado. Aunque en el departamento creativo estaban ligeramente
satisfechos con su intento, creían que era demasiado soso. Sin embargo a Tom le
gustó y se filmó una versión del anuncio.
Unas semanas más tarde, Tom Daner se reunió con Mike Teal y su equipo y les
presentó el film. La sesión no fue un éxito. Teal rechazó el anuncio. Refiriéndose a
las regulaciones de las cadenas que otros anuncios de juguetes estaban rompiendo
con la misma frecuencia que los motoristas rompían el límite de velocidad de 90 km
por hora, dijo “este anuncio va sólo a 50 Km., por hora, y yo quiero uno que vaya a
120 Km., por hora”. Si la próxima versión no era más dura y agresiva, Crako
Industries se vería obligada a cambiar de agencia.
Decepcionado, Tom Daner volvió al departamento creativo y les dijo que siguieran
adelante y diseñasen el tipo de anuncio que había planteado en un principio “No sé
qué más hacer”. En poco tiempo el departamento creativo le presentó una propuesta
de anuncio en el que había escenas en que el helicóptero bombardeaba un poblado.
Poco después se construyó un pequeño plato que presentaba un poblado de la selva
junto a un puente que cruzaba un río. El anuncio se filmó utilizando el decorado de la
selva como fondo.
Se filmó una nueva versión del anuncio que ahora mostraba al helicóptero volando
sobre el decorado de la selva. Planos rápidos y un fondo musical fuerte daban la
sensación de emoción y peligro. El helicóptero vuela dramáticamente a través de la
selva y sobre el río y el puente para rescatar a un muchacho de un poblado en
llamas. Cuando irrumpen en la escena destellos de luces y disparos fortuitos, el
helicóptero se eleva y huye hacia el cielo. El anuncio definitivo era claramente
emocionante e intenso, y promocionaba el salvamento de una vida en lugar de la
violencia contra la vida.
Sin embargo, cuando se filmó la versión definitiva quedó claro que no superaría la
censura de las cadenas. Las directivas de las cadenas de televisión requerían que
los escenarios de los anuncios para niños representasen cosas al alcance de la
mayoría de niños para no crearles falsas expectativas. Evidentemente, el elaborado
decorado de la jungla (cuya construcción costó 25.000 dólares) no estaba al alcance
de la mayoría de niños y, por tanto, la mayoría de niños no podrían recrear la escena
del anuncio al comprar el juguete. Además, las normas de las cadenas estipulaban
que en los anuncios para niños las escenas debían estar filmadas con iluminación
normal que no crease intensidades indebidas. De nuevo era evidente que el anuncio
del helicóptero, que creaba emoción al utilizar cambios rápidos de luz y de planos, no
obedecía estas normas.
Después de revisar el filme, Tom Daner reflexionó sobre las instrucciones de última
hora que le había dado el director de ventas de Crako, después de haber visto la
primer versión del anuncio el anuncio en televisión debería mostrar cosas estallando
bajo el fuego de las armas del pequeño helicóptero y quizá incluso un poco de
sangre en el fuselaje; el anuncio debía ser violento. Ahora Tom debía tomar una
decisión. ¿Arriesgaba la cuenta mostrando sólo el anuncio con la misión de rescate?
¿O debía dejar que Teal viese también el anuncio que mostraba al helicóptero
disparando al poblado, consciente de que, si la veía, probablemente prefería esta
versión? ¿Y la misión de rescate era verdaderamente tan diferente del anuncio que
mostraba los disparos sobre el poblado? ¿Importaba que el anuncio con la misión de
rescate seguía violando algunas de las normas de las grandes cadenas? ¿Y si sólo
ofrecía a Teal la misión de rescate y este aceptaba el enfoque rescate pero exigía
más violencia, debería claudicar? ¿Debía Tom arriesgarse con el lanzamiento de una
campaña de publicidad que se basaba en este enfoque no probado? ¿Qué ocurriría
si no se vendía el juguete de Crako? ¿Era correcto experimentar con el producto de
un cliente, especialmente un producto que era tan importante para el futuro del
negocio del cliente? Tom no estaba seguro sobre qué debía hacer. Quería mostrar a
Teal sólo el anuncio de la misión de rescate, pero pensó que primero debía
responderse a sí mismo todas estas preguntas.
188
Razones, motivos, qué valoran
Mike Teal
Tom Daner
Diseñador Craso
3 grandes
cadenas TV
Cadenas TV
locales
Resto comité
directivo Daner
Departamento
creativo Daner
La participación del Gobierno del socialista Ricardo Lagos fue determinante para
llegar a una solución que deja más satisfecha a la empresa, que finalizará un
proyecto de 570 millones de dólares, y al Gobierno, que apaga el choque entre los
derechos de los indígenas y las necesidad de abastecimiento eléctrico, que a los
pehuenches.
Según el memorando de entendimiento, que aún debe ser suscrito ante notario, las
cuatro familias que resistieron hasta el final a Endesa -del grupo Endesa España-
recibirán de la empresa el equivalente a 1.2 millones de dólares de compensación y
77 hectáreas de terreno en permuta por las tierras que entregan. La empresa deberá
entregar otros 460,000 dólares para una institución que generará proyectos de
desarrollo para hijos y descendientes de los afectados.
Un ministro mapuche
El coste total del proceso de relocalización de las 98 familias pehuenches que desde
épocas ancestrales vivían en el alto Bionío fue entre 24 y 25 millones de dólares,
incluyendo las tierras de permuta y viviendas para los afectados. El monto estaba
dentro de lo que se podía prever, aunque el conflicto supuso atrasos, afirma el
gerente de Endesa, Héctor López “Con este entendimiento termina el conflicto. Ha
sido una experiencia nueva, en que por primera vez hubo que desplazar a personas
de un área de características indígenas… Todos hemos aprendido”, sostiene.
López desmiente que las últimas familias pehuenches hayan recibido una
compensación mayor y dice esperar que Ralco entre en producción en julio próximo.
Cuando esté en funcionamiento, esta hidroeléctrica tendrá una potencia de 570
megavatios, que representa el 8% del sistema interconectado central del país, donde
habita el 93% de los chilenos.
Roberto, uno de sus amigos, ha invitado a Vanesa a una fiesta el sábado por la
noche en su casa. Van pasando las horas, con música a todo volumen, baile, ratos
de conversación... y copas, muchas copas. Vanesa piensa que tiene "un buen
aguante" y que "sabe ponerse alegre sin perder el control". Sin embargo, la
elegancia y la simpatía del anfitrión hace que no se dé realmente cuenta de lo que,
poco a poco, está bebiendo. Los demás invitados se van yendo, y al final Roberto se
ofrece a llevarla a su casa en coche. Vanesa acepta.
4. ¿Qué piensa Vanesa cuando sabe que está embarazada? ¿Qué crees que
debe hacer Vanesa?
5. ¿Bajo cuál tipo o clasificación de aborto está sugiriendo Roberto? ¿Por qué?
6. En el caso que Vanesa se practicara el aborto, dé una valoración ética.
Argumente su respuesta.
27 de Julio de 1890.
Mi querido Théo:
No hay que juzgar a Dios por este mundo, es un estudio suyo que le salió mal.
En los estudios fracasados, cuando se ama al artista, no se critica mucho y mejor se calla.
No obstante, se tiene el derecho de exigir algo mejor ya que es de esperar que la misma
mano creadora tome su desquite. Entonces, esta vida, criticada por buenas y hasta
excelentes razones, hay que tomarla como lo que es y guardar la esperanza de ver algo
mejor que esto en la otra vida.
Lo mejor es, quizá, ridiculizar nuestras pequeñas miserias y también, un poco, las grandes
de la vida humana. Yo solamente quisiera que se nos pudiera probar algo tranquilizante y
que nos consolara de manera que cesáramos de sentirnos culpables o desgraciados y que
así pudiéramos marchar sin extraviarnos en la soledad o en la nada y sin tener que
calcular, a cada paso, el mal que sin querer podríamos ocasionar a los demás. Yo quisiera
poder llegar a esa seguridad que te vuelve feliz, alegre y vivaz en toda ocasión.
¡Ah!... ¡Si todos los artistas tuvieran con qué vivir, con qué trabajar!... Pero no es así. Mi
único deseo, mi única preocupación en cuestión de dinero o finanzas es suprimir las
deudas. No obstante, querido hermano, mi deuda es tan grande que cuando la haya
pagado, el mal de producir cuadros me habrá robado la vida y me parecerá no haber
vivido. Yo siento hasta el extremo de quedar moralmente aplastado y físicamente
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aniquilado, la necesidad de producir, precisamente porque en resumen no tengo otro
medio de llegar a compensar nuestros gastos y no puedo hacer nada ante el hecho de que
mis cuadros no se vendan. Me apena tanto que la pintura sea como una mala amante, que
gasta siempre y jamás es bastante.
¿Si tomamos el tren para irnos a Tarascón o a Ruan, tomamos la muerte para irnos a una
estrella?
No me parece imposible que el cólera, el mal de piedra, la tisis, el cáncer, sean medios de
locomoción celeste, como los barcos a vapor, los ómnibus y el ferrocarril, lo son
terrestres.
Adiós.
Todo tuyo,