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Andres Andrade
Introducción
Las relaciones internacionales se sitúan en un campo interdisciplinar, para Merle (1976) esta
ciencia estudia hechos que competen tanto a la psicología, economía, derecho como a la ciencia
política; la psicología social en este contexto respondería al estudio de los aspectos subjetivos-
simbólicos, donde hay un interés de las identidades nacionales y los procesos cognitivos y
conductuales que nacen a partir de esta, reflejándose en las conductas de política exterior como
lo menciona Ramírez y Torregrosa (Ramirez & Torregrosa, 1999).
En los procesos de globalización, las relaciones internacionales ofrecen enfoques analíticos que
enmascaran el carácter psicológico de fenómenos de la naturaleza político-estructural y
transnacional; desde la mirada de la psicología social, las relaciones internacionales serian un
conjunto entramado de interacciones sociales (estrategias de negociación, cooperación, e
influencia) sobre las cuales es posible intervenir, los procesos psicológicos presentes en estas
interacciones implica las actitudes, percepciones y opiniones en relación con la nación propia y
las demás; para que la intervención se lleve acabo es necesario ubicar correctamente los procesos
psicológicos en el contexto: político, económico y social que comprenden las relaciones
internacionales.
Algunos de los principales representantes de esta corriente del realismo político, a pesar de sus
limitaciones y contradicciones, sigue siendo el paradigma dominante de las relaciones
internacionales, la caída de este paradigma por parte de otros paradigmas resulta complicado
mientras el poder siga siendo considerado el concepto central de la ciencia política (Morgenthau,
1960).
Por lo tanto, las estructuras socioeconómicas, los problemas sociales y políticos derivados del
ámbito de lo internacional exigen nuevas perspectivas analíticas de las relaciones internacionales;
cabe señalar que hay hermetismo analítico de la problemática interracial e intercultural en el plano
psicosociológico.
Desarrollo
El interés sobre las relaciones internacionales se encuentra conectado con reflexiones filosóficas
y psicológicas en torno a la naturaleza humana, ha abierto interrogantes sobre cuestiones como:
las motivaciones psicológicas de la guerra y la paz, remitiéndose a temáticas típicas de la
Psicología Social como el carácter innato o cultural de la agresividad, las dimensiones irracional
y racional de actitudes como el prejuicio, o la naturaleza normal o patológica del autoritarismo.
En la década de los cincuenta, Waltz estableció en su estudio sobre las causas de la guerra una
distinción entre tres niveles de análisis de las relaciones internacionales, junto con el sistema
internacional, el estado, la sociedad y el nivel individual, este último requeriría la intervención de
psicólogos generales y psicólogos sociales (Waltz, 1959).
Luard (1976) se enfoca en las relaciones internacionales desde una perspectiva sociológica la
Psicología Social ocupa un lugar central en la idea de que existe una socialización común y una
experiencia nacional compartida en los miembros de una nación, cuyo resultado es la creación y
el mantenimiento de motivos y actitudes colectivas que mueven tanto a quienes deciden y ejecutan
las relaciones internacionales como a la población en general; además es necesario considerar que
estos comportamientos no obedecen exclusivamente a criterios de interés racionales, como el
prestigio social o la ostentación; en las relaciones políticas, los comportamientos racionales
(racional choise) son con frecuencia superados por las reacciones emotivas bajo la forma de
actitudes (como la xenofobia) o de estereotipos nacionales.
Sin embargo, para Ramírez y Torregrosa (1999) es necesario resaltar que la psicología social ha
abordado, desde sus inicios, cuestiones vinculadas a las relaciones internacionales y que a menudo
lo ha hecho desde una doble dimensión, teórica y aplicada; desde los enfoques realistas e idealistas
de las relaciones internacionales, podemos encontrar orientaciones filosóficas pesimistas y
optimistas sobre la condición humana; perspectivas que desde las relaciones internacionales
estarían centradas en la idea de estabilidad y/o cambio.
Una de las ramas de la Psicología Social: la psicología de los pueblos aparece como la
legitimación del nacionalismo cultural en el plano psicológico, la creencia en la existencia de
características psicológicas distintivas y estables en los miembros de cada nación constituyentes
de una comunidad, mas que una teoría de la psicología, es una corriente ideológica de la que
participan políticos, filósofos, sociólogos, historiadores, lingüistas y entre ellos psicólogos; que
desde las aportaciones de Wundt (1912) la capacidad de penetración de la psicología de los
pueblos es equivalente a la capacidad de penetración del propio nacionalismo y como con el paso
del tiempo sobre los estereotipos nacionales son un producto de la creencia en diferentes
características nacionales estables.
El prejuicio étnico, ha sido un tema de interés para la Psicología Social, las contribuciones de este
área al estudio de las relaciones internacionales están ligadas tanto al desarrollo académico y
teórico de la Psicología Social como al propio desarrollo de las relaciones internacionales como
acontecimiento empírico; para las relaciones internacionales tienen especial interés algunas
investigaciones, surgidas del núcleo de la Escuela de Chicago, sobre preferencias y aversiones
etnonacionales de los norteamericanos realizadas por medio de escalas de distancia social
(Bogardus, 1925) escalas de valores (Thurstone, 1928) u observación participante (LaPiere,
1934).
En las últimas décadas (Ramirez & Torregrosa, 1999) las investigaciones sobre estereotipos y
prejuicio se han internacionalizado, dando lugar a numerosas investigaciones centradas en
ámbitos afectados significativamente por conflictos etnonacionales, particularmente de Asia y
América Latina; al mismo tiempo, han abundado las investigaciones intraestatales en los estados
plurinacionales y multiétnicos occidentales, el progreso de la perspectiva intergrupal frente a la
perspectiva personal e interpersonal dentro de los estudios sobre percepciones, actitudes,
representaciones sociales y estereotipos como procesos que forman parte de las identidades
sociales, y, entre ellas, las nacionales Tajfel (1982) y (1983).
La Psicología Social no puede presentarse, en ningún caso, como una alternativa teórica
a otras teorías.
Las investigaciones psicosociológicas sobre aspectos involucrados en las relaciones
internacionales deberán centrarse directamente en el contacto y la interacción
internacionales y, por tanto, relacionar estrechamente los procesos psicologicos
estudiados con los procesos de política exterior.
Es necesario un replanteamiento constante sobre el papel de las variables psicológicas en
la conducta internacional y sobre su adecuación como unidad de análisis.
Desde una perspectiva cognitiva, Jervis (1976) inserta el estudio de los fenómenos perceptivos en
el campo de las relaciones internacionales considerando que, frente al racionalismo de la
perspectiva realista, existen tantos acontecimientos internacionales como percepciones de ellos,
donde la práctica de las relaciones internacionales no puede entenderse sin abordar las diferencias
y errores de percepción de sus actores, motivados por determinantes nacionalistas.
Conclusiones
La Psicología Social debe formar parte de las relaciones internacionales como área de estudios
interdisciplinar, centrada en los procesos psicológicos como las actitudes y las percepciones que
intervienen en la dinámica de las relaciones internacionales como hecho. Tanto el creciente interés
por lo subjetivo en esta materia como la capacidad de la Psicología Social para satisfacer, teórica
y metodológicamente, esta demanda justifica la incorporación de pleno derecho de la Psicología
a esta área de estudios.
Las aportaciones de la Psicología Social a las relaciones internacionales han sido poco
evidenciadas, escasas y de limitada relevancia. Aunque existe una amplia tradición en Psicología
Social por el estudio de aspectos relacionados con el prejuicio, el etnoceiltrismo y experiencias
aisladas de trabajos sobre patriotismo, identidad nacional, etc. la autosuficiencia de esta disciplina
ha dado como resultado una psicologización de las relaciones internacionales que ha conducido,
entre otras cosas, a la manipulación de sus resultados.
Referencias
Bogardus, E. (1925). Measuring Social Distance. Journal of Applied Psychology, 299-308.
Hovland, C., Lumsdaine, A., & Sheffield, F. (1949). Experiments on Mass Communication.
Princeton: Princeton University Press.
Morgenthau, H. (1960). La lucha por el poder y por la paz. Buenos Aires: Sudamericana.
Ramirez, S., & Torregrosa, J. (1999). Psicologia de las relaciones internacionales. En J. Alvaro
Estramiana, A. Garrido Luque, & J. Torregrosa, Psicologia Social Aplicada. Madrid:
McGraw-Hill Interamericana.
Stouffer, S., Schumann, E., Devinney, L., Star, S., & Williams, R. (1949). Studies In Social
Psychology in Eorld War II: The American Soldier. Adjusment during Army Life.
Princeton: Priceton University Press.
Tajfel, H. (1982). Social Identity and Intergroup Relations. Cambrige: Cambrige University Press.
Tajfel, H. (1983). Psicologia Social y proceso social. En J. Torregrosa, & B. Sarabia, Perspectivas
y contextos de la Psicologia Social (págs. 177-2016). Barcelona: Hispano-Europea.
Waltz, K. (1959). Man, the State an War. Nueva York: Columbia University Press.