MATERIA: Fundamento y Estrategias para el Desarrollo del Carácter

ALUMNA: Belinda Vasti Maquera Chambi

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EL BUEN CARÁCTER, LA GEMA MÁS PRECIOSA

El buen carácter es como una perla de gran precio, su valor es incalculable y

trascendente en la vida de cada uno de los seres humanos, en especial de los niños y
jóvenes de hoy que serán los líderes y ciudadanos del mañana.

Las perlas son creadas por ostras vivas y se forman como defensa ante un agente
externo irritante, que puede ser un grano de arena o un parásito. La ostra segrega capas
de nácar en torno a este elemento externo, en un intento por protegerse, mientras este
agente permanezca dentro de la ostra, ésta seguirá segregando nácar, dando como
resultado al paso de los años la formación de la perla. De la misma manera, las personas
con el fin de protegernos de la arena de los contravalores, de los parásitos de la
violencia, la indiferencia, la desconsideración, el mal uso del tiempo, la muerte
espiritual, entre otros; formamos un carácter que sea fuerte, sólido, que nos proteja en
medio de toda la corrupción e inmoralidad que actualmente se vive.

Dependiendo de los alimentos consumidos por la ostra, se pueden obtener perlas de

muy distintos colores, tamaños y formas. Asimismo, dependiendo de lo que vemos y
oímos contribuimos a fortalecer o debilitar nuestro carácter, no todos tenemos el mismo
carácter, éste se desarrolla en función a cómo nosotros, cuidamos las avenidas del alma;
es decir, todos nuestros sentidos.

Las perlas son un producto natural mucho menos resistente que cualquier otra piedra
preciosa, por lo que debemos cuidarlas para que mantengan su belleza intacta. De igual
modo, los niños y jóvenes son poco resistentes a los cambios; lo que nos convierte en
docentes – alfareros, por ello debemos permitir que primero Cristo amolde nuestro
propio carácter y sólo así estaremos en condiciones de amoldar el carácter de nuestros
alumnos.

Se debe evitar el contacto de las perlas con algún perfume o producto cosmético en
general y también se debe evitar el contacto con productos químicos. De la misma
manera, si deseamos que nuestros alumnos tengan un carácter noble, elevado y
debidamente cultivado; debemos enseñarles a evitar las drogas, las malas compañías, la
lectura de la subliteratura; haciéndoles reflexionar y ver que todo ello solo redundará de
manera negativa en su vida.

De todas las perlas que se pueden encontrar, no todas tienen el mismo valor; muchas
son desechadas y dejadas de lado, porque no han sido cultivadas; respecto a esta clase
de perlas, los versos de SAG manifiestan lo siguiente:

Perla no cultivada
Perla no cultivada,
muchas veces querida,
pero nunca amada.

Perla no cultivada, labios de rosa y pura mirada.

 Pides amor, mas no protección.

Antes de libertad necesita tu espíritu.

sangre y fuego que corre por tu corazón.
Solo amor pide tu vida, mas no razón.

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Perla no cultivada, hoy serás amada y deseada.

Y tu libertad nunca tocada.
Y al fin serás una perla cultivada.

Las perlas seleccionadas para la elaboración de las joyas, son perlas cultivadas, en las
que el agente externo es introducido deliberadamente, ya que la producción de perlas
naturales es tan escasa que sería imposible abastecer a toda la industria. De igual forma,
los docentes estamos llamados a cultivar el carácter de nuestros alumnos, lo cual
realizaremos a través de la pedagogía del amor, así podremos orientarlos de la manera
más precisa posible, es nuestro deber educar por precepto y ejemplo; así juntos imitar a
Cristo cada día. Tengamos siempre presente que los niños y jóvenes son las joyas más
preciosas de Cristo.

Concluimos esta metáfora del carácter con Mateo 7: 6 que nos dice: “No deis lo santo a
los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se
vuelvan y os despedacen”. Este texto nos permite apreciar el valor y el destino más
adecuado de las perlas. De la misma forma el desarrollo y formación del carácter de
nuestros alumnos, no puede ser tomado a la ligera, es una obra fundamental
especialmente encomendada a padres y maestros, porque el destino final del carácter es
la Patria Celestial.