Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Longino se manifiesta de otra forma. Entiende que hay elementos sublimes y que
la naturaleza humana se ve reflejada en algo superior lo sublima hasta lo que queremos
ascender. Lucha constante según la cual aspiramos a vencer lo mediocre para conseguir
lo sublime, por eso construye obras literarias que permitan reconocerse en lo sublime.
Este reconocimiento en lo sublime para Longino consiste en verse en obras con
capacidad verbal y para conmover. Llega a decir que cuando una obra es muy perfecta
distrae de lo sublime porque para percepción de una obra fija la atención en la forma y
distrae de la emoción elevada con la que la obra debe trasmitirse al lector. Vale más
pequeñas imperfecciones que humanizan a la obra.
- Hay que buscar los afectos primero, palabras que abran. Es decir, que sean
afectivas y acogedoras. En esas palabras vendrá la conmoción y el éxtasis, ese
momento de la obra que se siente la identificación completa, de modo que
serán formas que lleven a un estado espiritual.
- Lo sublime se nutre (como recurso literario) del talento creador, después de la
pasión y el entusiasmo. La destreza, la habilidad en el empleo de las figuras
literarias, hay que saber utilizar bien las metáforas. En la fuente de lo sublime
esta también la nobleza, el no utilizar un lenguaje empobrecedor, escatológico,
al contrario se debe buscar una elevación del lenguaje.
- La idea del organismo. La lengua es un organismo, la buena obra literaria para
Longino será un organismo, es decir, un cuerpo según el cual sus partes se
implican y formal una totalidad. Debe presentar elevación y dignidad (decoro
llamado más tarde).
Distingue tres periodos: uno histórico, que es el del estilo elevado ya que se
entiende en todo, el retórico que es el llano pertenece a los políticos y el conversacional
que es el popular con muchos diálogos.