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INTRODUCCION
En el presente trabajo abordaremos las diferentes miradas que tuvo la historia del
espectro autista (TEA) o mas conocida como autismo en el paso del tiempo.
Es notable ver como el mismo espectro fue cambiando de concepción a través de
diferentes momentos sociales, históricos, culturales y actualizándose en el transcurso
de los años.
Hablar de autismo hoy no es lo mismo que hablar hace treinta, cincuenta o setenta
años atrás. A medida que se presentan cambios ya sean tecnológicos, científicos e
incluso sociales la mirada hacia ciertas patologías, síndromes y/o trastornos también
se modifican.
En la actualidad y gracias a una ampliación del pensamiento una persona que
presenta TEA es vista no solo como un trastorno si no como una persona, de una
manera mucho más holística.
Sin embargo, algunos años atrás una persona con TEA no tenia las mismas
posibilidades que una persona llamada neurotípica, sin ningún tipo de trastorno y no
eran vistos como una persona “normal.
Sería totalmente equivoco y grave que las maneras de designar cierto trastorno y/o
patología se mantuvieran en el tiempo sin modificación alguna.
En las siguientes paginas se deja ver claramente como el concepto TEA fue
unificando una visión mucho mas evolucionada en su concepto.
Nos pareció un tema sumamente interesante e importante conocer y familiarizarse
con las diferentes visiones de este espectro ya que actualmente se van presentando
mas casos de niños diagnosticados y es nuestro deber no solo como terapistas
ocupacionales si no como ciudadanos favorecer la inclusión a aquellas personas que
padecen no solo este trastorno si no cualquier persona con alguna discapacidad y
hacer que estas formen parte de una comunidad.
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DESARROLLO
La historia de las concepciones que conciernen al autismo han pasado desde hace
un siglo por diferentes periodos que reflejan las realidades sociales, culturales,
históricas y nosográficas de las sociedades que gracias a la investigación científica
han podido unificar de manera lineal los términos para entender al autismo no como
una enfermedad sino como un trastorno neurobiológico del desarrollo que se
manifiesta durante los tres primeros años de vida y se encuentra presente durante
toda la vida. Tiene ciertas características principales como la alteración presentada
en la comunicación, en la interacción con los otros, la s conductas estereotipadas y
repetitivas y los intereses fijos sobre ciertas cosas.
Pero para hablar de aquellas concepciones actuales debemos comenzar por las
bases y el surgimiento del término autismo. El mismo aparece por primera vez en la
monografía dementia praecox older gruppe der Schizophrenien(1911) cuyo autor fue
Eugen Bleuler, un psiquiatra muy reconocido de la época.
En esta monografía, Bleuler utiliza el vocablo autismo para definir uno de los síntomas
patognomónicos de la esquizofrenia. Este consiste en una separación de la realidad
externa, concomitante con una exacerbación patológica de la vida interior.
De este modo, la persona que padece esquizofrenia reacciona de manera muy débil
a los estímulos del entorno, que es percibido con animadversión.
Según el psiquiatra, el objetivo de estas conductas era no perder la concentración en
las fantasías internas y también para frenar el aumento de las emociones que ya de
por sí están muy elevadas como consecuencia de su hipersensibilidad.
Esta ruptura no era absoluta, la conciencia relacionada con la vida cotidiana de los
pacientes podía ser bien conservada y sólo en casos muy absolutos podría
presentarse un aislamiento absoluto.
Para el autor iba más allá de un síntoma autista y, en su misma obra, desarrolló el
concepto de "pensamiento autista" que tiene su origen en la fragmentación
esquizofrénica de la mente. Este tipo de pensamientos están dirigidos por las
necesidades afectivas del sujeto y su contenido simbólico, analógico, fragmentado y
de asociaciones accidentales. De esta manera el psiquiatra postula que la realidad es
sustituida por alucinaciones y el paciente percibe su mundo fantasioso como real y la
realidad como una ilusión.
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Todas estas características atribuyen al término autismo, que deriva del griego
clásico. "Autos", significa uno mismo; "ismos" hace referencia al modo de estar. Se
entiende por autismo el hecho de estar encerrado en uno mismo, aislado socialmente.
Durante los años siguientes aparecieron trabajos de diferentes autores como Lauretta
Bender que en 1942 hizo una aproximación e interpretación el término autismo como
la esquizofrenia que iniciaba de manera precoz en niños o Theodore Heller quien
describió al autismo como un cuadro regresivo de la primera infancia.
Sin embargo, se puede decir que las primeras descripciones consolidadas relevantes
sobre lo que actualmente denominamos como TEA (trastorno del espectro autista)
corresponden a las publicaciones de Leo Kanner y Hans Asperger en la década de
los 40. Se los considero los pioneros del autismo.
No fue el primero que percibió los síntomas pero si fue quien lo diferenció de la
esquizofrenia. La publicación de su libro “trastornos autísticos del contacto afectivo”
en 1943 sembró los fundamentos, pero también fue el responsable de la errada teoría
de “las madres nevera”, en los primeros 20 años del síndrome de 1943 a 1963 se lo
describió como un trastorno emocional producido por la relación afectiva entre el niño
y sus padres decían que los progenitores eran demasiado “fríos” en su relación con
el niño, y que eso era lo que conducía a que la personalidad del menor se transforme
o no se desarrolle normalmente. Kanner fundamentaba su teoría con que los niños
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venían de familias acomodadas, hijos de médicos científicos escritores periodistas y
artistas es decir padres “demasiado ocupados en sus tareas profesionales”. Aunque
la mayor culpa caía sobre la madre durante mucho tiempo prevaleció la creencia que
ellas no sabían crear un vínculo de apego en la primera etapa de la infancia con sus
hijos pero eso nunca pudo demostrarse científicamente.
En 1944 Hans Asperger pediatra investigador Alemán conocido por sus estudios
sobre desórdenes mentales específicamente en niños, trabajando por separado de
Kanner estudio a un grupo de niños que también se asemejaron a los de él, sin
embargo no tenían problemas lingüísticos si no rayo como adulto, también destacó
que muchos eran torpes y diferentes de otros niños en términos de habilidad de motor
fina. Por otro lado, Bruno Bettelhein Psicólogo y Psicoanalista Austriaco estudió en
efecto de tres sesiones de terapia con los niños que él llamó autísticos el fue quien
demandó que el problema en los niños era debido a la frialdad de sus molde-madres
el separó a los niños de sus padres con Kanner trabajaron hacia la fabricación de la
hipótesis que los niños tenían moldes-madres frígidos.
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Durante los años 60 surge el gran cambio de paradigma no solo para el autismo si no
para muchas enfermedades de índole psíquico. Por un lado, ubicamos en el 1961 a
Charles Fester y Miriam K. DeMyer, psicólogo especialista en aprendizaje y psiquiatra
infantil quienes demostraron la utilidad de métodos que operen como modificadores
de conducta para el tratamiento del autismo. La demostración de esta posibilidad hizo
que se crearán programas para desarrollar el lenguaje, eliminar conductas alteradas,
fortalecer la comunicación y promover la autonomía. Este proceso coincidió con la
formulación de modelos explicativos del autismo que se basaban en la hipótesis de
que existe alguna clase de alteración cognitiva (más que afectiva) que explica las
dificultades de relación, lenguaje, comunicación y flexibilidad mental. En estos
modelos intervinieron varias personalidades entre ellas el psicólogo Bernard Rimland,
padre de un niño autista (Que el mismo diagnostico). El Dr. paso cinco años
escribiendo el libro “Autismo infantil: el síndrome y sus implicaciones para una teoría
neural del comportamiento” . El mismo pretendía destruir la teoría predominante de
que las "madres heladeras", causaban autismo en sus hijos; y al mismo tiempo, abogó
por un enfoque fisiológico para comprender y tratar el autismo.
Un año después, en 1965, Rimland fundó la Autism Society of America para brindar
apoyo a las familias de todo el país y promover el uso de técnicas conductuales
basadas en la investigación. Dos años después, creo el Instituto de Investigación del
Autismo (ARI, anteriormente el Instituto de Investigación del Comportamiento Infantil)
para alentar, establecer redes y realizar investigaciones.
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estructura de la personalidad". Este consideró que los niños autistas establecían
relaciones de modo característico con las personas, concluyendo que el yo en el
autismo se halla sofocado y propuso como forma de tratamiento, la creación de un
entorno que tomara en cuenta la singularidad del niño apostando a que éste
adquiriera los rasgos faltantes de su personalidad.
Un año después del libro de Bettelheim es publicado el DSM II en 1968, este tampoco
contemplaba el autismo como un diagnóstico específico, sino como una característica
propia de la esquizofrenia infantil. Se puntualizaba: “La condición puede manifestarse
por conducta autista, atípica y aislamiento”; y se mencionaba, además, la existencia
de un fracaso para desarrollar una identidad independiente de la madre.
La década del 80 fue clave, en la misma podemos observar como las contribuciones
de la psiquiatra Lorna Wing causan estragos y, junto con sus colegas, se rompe el
paradigma que había tomado terreno hace cuarenta años.
Wing estudio los trabajos de Hans Asperger e hizo que estos tomen un valor, tanto
así que popularizo en la comunidad científica el termino síndrome de asperger en uno
de sus trabajos que se titula "El síndrome de asperger: Un recuento clínico" (1981).
Esta reivindicación hace que se plantee la idea de asperger sobre las características
que se asocian al autismo, pero en personas con habilidades lingüísticas. Este trabajo
y análisis abre una importante línea de pensamiento: No solo hay personas con
comportamientos autistas que son no verbales. Entonces, ¿cómo deben ser
entendidos ambos síntomas? ¿es esto una categoría dentro del autismo o debemos
atribuirle esto a otra enfermedad mental?
La Dra. Wing abre una interpretación espectral, ósea, no considerar al autismo como
un estado psicológico cerrado sino un espectro que comprende tres distinciones
características: Lenguaje y comunicación, socialización y patrones de conducta e
intereses restringido.
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Junto con estas investigaciones surge la nueva edición del DSM, publicado en 1980,
el cual cambia el enfoque diagnóstico de los trastornos mentales. Hasta entonces, se
los consideraba estados psicológicos, y a partir de ese momento, se definen como
categorías de enfermedad. Es en esta versión, cuando se incorporó al autismo como
categoría diagnóstica específica, y se introduce el término “autismo infantil”. Para su
diagnóstico, debían estar presentes seis condiciones, ellas eran: inicio antes de los
treinta meses; déficit generalizado de receptividad hacia otras personas; déficit
importante en el desarrollo del lenguaje; si hay lenguaje, con patrones como ecolalia
inmediata o retrasada, lenguaje metafórico e inversión de pronombres; respuestas
extrañas a aspectos del entorno; y ausencia de ideas delirantes o alucinaciones como
en la esquizofrenia. En 1987 hubo una modificación en el termino “autismo infantil” a
“trastorno autista” ya que la sintomatología seguía vigente luego de la infancia y en
los años 2000 con la llegada del DSM IV englobamos al trastorno autista en : trastorno
autista, trastorno de Asperger, trastorno de Rett, trastorno desintegrativo infantil y
trastorno generalizado del desarrollo no especificado. También se incorporó el
término Trastorno Generalizado del Desarrollo como denominación genérica para
englobar los subtipos de autismo.
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de comportamiento, intereses y actividades restringidos y estereotipados. Estos están
nivelados del 1 al 3 (Mayor comunicación verbal e intereses a menor).
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CONCLUSIÓN
La mirada que se tiene en el autismo hoy es una mirada en parte, libre de prejuicios
y acepta la diversidad y las distintas las maneras de desarrollo .Esto algunas décadas
atrás era algo totalmente absurdo e inesperado ,con este trabajo pudimos terminar
comprender la importancia de aceptar integrar las distintas maneras de ser y lo
importante de la investigación científica y medica dentro de estos casos pero sobre
todo la mirada social que se debe tener en cuenta a la hora de hablar del tea y otros
trastornos .
Comprendimos también ,que es equivoco creer que existe una manera unilateral de
desarrollarse y que este último muchas veces se encuentran condicionado por
distintos factores . Creemos que como sociedad debemos aceptar e integrar a todas
las personas sin importar su condición, porque al fin y al cabo son personas y
merecen igual de derechos y posibilidades
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BIBLIOGRAFIA
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Leo Kanner y Ha ns Asperger. Revista de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría, 32(115), 567-587.
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NAHMOD, Maia (2016). Tres modelos de historia crítica sobre autismo. XVII Encuentro
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