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Brizuela Claudia - Córdoba Florencia – Rivas Ailin 

ISFD N° 9 Centenario, Neuquén 


Violencia social y Violencia Escolar

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ISFD N° 9 Centenario, Neuquén 
L

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a experiencia que relatare se basa en la vida de mi compañero de primaria de tercer grado
Matías, actualmente tiene 23 años, conocido como: Daniel el terrible, el pibe chorro,
drogadicto, pobre pibe, el jorobado, el borrachito de la esquina… cada alias producto de su
“apariencia” y sus acciones, según los vecinos del barrio. (Como plantea Lacan, "Hace una
lectura sobre el estadio del espejo y extrae una enseñanza de la formación del yo y de la
construcción del sujeto". Mariana Karol propone sobre el mecanismo de identificación
primaria, “el estadio del espejo”, donde el yo realiza un trabajo de interpretación de lo
percibido sobre el mundo que lo rodea, que implica el acceso al lenguaje como el medio
privilegiado para opera el pasaje de la significación). Pero detrás de toda esa opacidad
Matías fue y es uno más de los chicos marginados por la escuela e inclusive por la sociedad
(este tipo de marginalidad nos hace referir a una práctica de-subjetivantes que tiende a
romper, desmoronar o desmantelar la subjetividad del sujeto. Tiende hacer excluido de la
sociedad, los dejan, depositan o almacenan en “Galpones” y poco se hace. Es aquí, en esta
situación donde se produce la violencia social. Para romper con esto, la sociedad en su
conjunto, debe hacerse cargo de ofrecer a todos los niños, niñas y adolescentes los mejores
escenarios para su desarrollo).

Matías un niño muy alegre e inteligente con grandes expectativas a futuro quería ser
Bombero (esto da cuenta de una de las cuatro necesidades básicas de los jóvenes: tener
perspectivas a futuro, los ideales que le dan sentido a su vida, gozar de respeto y estigma
social, y la posibilidad de tener un grupo de pertenencia (que lo contenga). Sin el
cumplimiento de estas necesidades se encuentra desorientado de sí mismo, y el sujeto deja
de ser sujeto), en la escuela sus boletines llenos de sobresalientes y de asistencia perfecta,
con tan solo 8 años de edad su vida dio un rumbo inesperado. Todas aquellas expectativas
fueron suprimidas, debido a que en ese año la maestra de Ciencias Sociales a cargo del
tercer grado se tomó una licencia que duro 7 meses, a su regreso con un mes de clase para
terminar el ciclo escolar. La maestra sin preocupación de que sus alumnos aprendieran
ciertos contenidos, tomo una evaluación final (sin recuperatorio), la mayoría de mis
compañeros al igual que yo tuvimos que tomar clase particulares para aprobar dicha
evaluación, pero eso no fue el caso de Matías. Él y otros compañeros se llevaron la materia

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a marzo. A demás de este problema sus padres se estaba separando, su madre se fue de la
casa quedando él y su hermanito al cuidado de su papá.

En el mes de marzo cuando tenía que ir a rendir la materia Matías llego llorando a la
escuela pidiendo por favor si lo dejaban rendir, pero en vez de eso la directora del
establecimiento con la maestra no lo permitieron, porque tenía que estar la autorización del
padre para poder rendir, el cual no se presentó debido a su trabajo, en ese momento yo me
encontraba en la escuela, mi hermano también se había llevado una materia y pudo estar
presente. Mi padre le dijo a la directora si él podía firmar para que Matías pudiera rendir,
pero no lo dejaron. A causa de esto Matías repitió de grado, los demás compañeros e
incluyéndome pasamos de grado. Al comenzar las clases como era de esperarse Matías tuvo
que cursar de nuevo tercer grado, está situación lo transformo totalmente, dentro de su aula
siempre había bullicios a causa de él -mi aula estaba pegada al aula de tercero- se peleaba
con sus compañeros y con la maestra, en la escuela era conocido como Daniel el terrible
(En este sentido, se ve reflejado la violencia escolar, que se produce en los vínculos y desde
los roles que conforman la comunidad educativa. Los protagonistas de las mismas son
diversos y las modalidades como se ejercen también. El fenómeno de la violencia escolar se
trata de un problema y se lo trata de caracterizar, universalizar, complejizar, estrechamente
vinculado a las dimensiones de poder. Se denota en algunos lugares, pero no es un
PROBLEMA propio de un lugar porque tiene que ver con la subjetividad de la época. Es
complejo por que intervienen diversos factores, como los de tipo social, una mirada
hegemónica… Plantearse hacia el otro como alguien que yo tengo que someter o me tiene
que someter. Para romper con esto, las instituciones educativas deben generar un clima
propicio para el aprendizaje, motivarlos, escucharlos, alojarlos y operar como mediadora
sobre todo cuando el contexto es adverso.) Nadie podía entender que es lo que le estaba
pasando, hasta que un día de lluvia, como era de suponerse, tuvimos el recreo a dentro de la
galería –patio interno de la escuela- y nos acercamos a Matías con un grupo de compañeros
para preguntarle porque se portaba tan mal, la respuesta que nos dio nos hizo sentir
culpables porque dijo: ​“-estoy triste, porque me dejaron solo y mi mamá también”. Se
había producido un gran vacío en él, se sentía solo, en ese año Matías abandonó la

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escuela, producto de esas acciones él empezó a trabajar, cuidaba de su hermanito y se
encargaba de la casa (Se nos presenta una anulación al contrato narcisista, porque según
Mariana Karol, siempre cuando entramos en una sociedad renunciamos a que nosotros se
nos plazca, me establezco a leyes, normas que me amparen para convivir en una sociedad,
porque necesitamos del otro, adquiriendo un determinado lugar narcisizado –promesas, por
eso necesitamos un contrato, la sociedad me guarda un lugar que esta narcisizado- . Esto es
importante para el sujeto porque me da una salida exogámica, va a traspasar los límites de
la familia. La escuela como conformadora de subjetividad, debe tener en cuenta esta dos
variables: por una lado producción de legalidades, no la puesta de limites; por otra parte la
capacidad de recuperar las preguntas que inclusive no pueden formular los niños o los
jóvenes mismos, y en principio, antes de responderlas poder transcribirlas y repensarlas.
Creemos, al igual que la autora Bleichmar .S, que esta sería la función central de la escuela:
nosotros mismos vamos armando nuestros propios interrogantes cuando escuchamos a los
chicos y cuando vamos estableciendo con ellos estos interrogantes).

Cuando Matías tenía 13 años empezó a relacionarse con la “mala junta” del barrio –
como diría mi vecina del lado- su adolescencia fue atravesada por las drogas baratas (En
relación con esta problemática, el libro “cuando me muera quiero que me toquen cumbia"
relata: que los chico de la generación que creció sin el particular y cuestionable orden, se
conforman ya no con la reivindicación del propio ser al tomar por asalto el statu prohibido
de las marca famosas si no con un paraíso artificial que da una bolsa de poxirán) y el hurto.
A causa de esas adicciones contrajo una enfermedad en el desarrollo de sus huesos. Hoy en
día me lo cruzo de vez en cuando con su misma a “apariencia” desde que dejo la escuela.
(hay muchas infancias; desde los niños que están sobre cargados de atención a otros
abandonados a su suerte, niños atrapados en el consumo y su receta para ser feliz, hasta
otros que se emplazan en los bordes y apenas sobreviven. Como sujeto que provienen de
muy diversos contexto de desarrollo; con las condiciones señaladas, a menudo se ven
forzado a llevar sobre si las consecuencias de los desacuerdos y he inconciencias de los
adultos. Infancias plurales que desafían a la escuela a menudo hecha para un solo tipo de
niño “al que vale la pena educar”)

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Reflexionar sobre una experiencia de vida, a travesada por la violencia escolar y por la
violencia social, Determina que tenemos que tener en cuenta en un principio, para
plantearnos sobre la ruptura del determinismo, es decir, que el problema de la violencia no
es efectivamente el resultado de una situación de pobreza. Como afirma Silvia Bleichmar
“Hay que terminar con el mito de que la violencia es producto de la pobreza. La violencia
es producto de dos cosas: por un lado el resentimiento de las promesas incumplidas; y por
otro, la falta de perspectiva a futuro. En segundo lugar postular la ruptura del facilismo, el
abandono de la pobreza como única o predominante clave explicativa de los problemas
sociales, implica la ruptura fácil de eso eventos. A partir de esto, nuestra meta como
futuras generaciones como educadoras: sería poder generar espacios/lugares
subjetivan-tés, donde si alguien se equivoca no se acaba el mundo, donde si alguien vino
mal y partió la mesa, habría que hablar con ese niño o niña, no dejarlo pasar. Tratar al
otro como si fuera una persona, y no excluir a los padres, porque ellos también son una
parte muy importante para el desarrollo de los niños”.

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