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Samuel Berenguer Jareño

Pequeños mitos

¿Te quedas sin aire a la mitad de una frase o sostenido al cantar?

La solución requiere menos fuerza y sacrificio del que imaginas. Muchas


personas o incluso profesores dicen esta clase de cosas a la hora de cantar: “tienes
que apretar el diafragma”, o el estómago, o los músculos abdominales, hay que
‘tomar mucho aire’, llenar por completo los pulmones de aire y ‘prepararse
rígidamente’ porque ‘cantar es un acto de fuerza’.

Entonces, si apretamos los músculos abdominales, estamos


inconscientemente apretando la laringe. Y eso nos lleva a que nuestras cuerdas no
son elásticas a la hora de cantar. Los músculos del abdomen no son el diafragma.

Todo lo anterior nos genera malos hábitos y lo peor, es la causa de una


cadena de problemas que luego no sabemos de dónde vienen.

LA RESPIRACIÓN
La respiración no es un acto consciente, es algo que realizamos de manera
automática. Sin embargo, durante el canto, podemos modificar nuestro patrón
respiratorio. Un adulto respira de 12 a 20 veces de media, dependiendo de su
morfología.

Al cantar, la postura y la respiración son de vital importancia, ambas se


relacionan con la emisión de voz, su calidad, su intensidad… La respiración ocurre
en dos fases:

Inspiración: proceso por el que entra aire del medio al interior de los pulmones,
obteniendo oxígeno.

Espiración: proceso en el que el aire sale de los pulmones, eliminando el dióxido de


carbono.

Cuando exhalemos el aire, comenzamos a soltarlo de forma muy lenta y evitando


sobretodo que el diafragma vuelva a subir violentamente. Siempre dejándolo bajo.
Esto se puede practicar emitiendo un soplido muy lento al principio, incluso
colocando una vela encendida delante, tratando de que el fuego no se apague.
Un músculo de suma importancia en la respiración es el diafragma, que separa la
cavidad torácica y el abdomen. Durante la inspiración el diafragma se contrae, el
tórax se ensancha y los pulmones se dilatan produciéndose una entrada de aire. En
la espiración, el diafragma y los pulmones se relajan, disminuyendo el diámetro
torácico.

TIPOS DE RESPIRACIÓN
Respiración Clavicular o Superior: ¿Cuál mejor para empezar que aquella
que todo alumno trae consigo en su primera clase de canto? La respiración
clavicular se distingue porque, a medida que inspiramos, se produce un movimiento
ascendente de los hombros y la clavícula. En esta respiración, concentramos la
mayor cantidad de aire en la parte alta de los pulmones. Esta es de lejos la peor y
más desaconsejable forma de respirar de todas. Los pulmones tienen forma
triangular: son más anchos por la base que por la parte superior. Por lo que,
mediante esta respiración, estaremos dando prioridad a la zona más estrecha y
desaprovechando la ancha. Además de esto, en muchos casos la respiración
superior nos predispone a la constricción y a crear tensiones indeseadas. Como
podréis imaginar, eso es lo último que necesita un cantante.

Respiración Intercostal: Estaremos realizando este tipo de respiración


cuando, durante la inspiración, nuestras costillas inferiores se desplacen hacia
afuera. Más que ser útil en el canto, lo es a la hora de realizar nuestras actividades
cotidianas, ya que la postura adoptada dificulta la emisión de la voz.

Respiración Abdominal o Inferior: Desde este momento comenzamos a


enumerar los tipos de respiración beneficiosas para el canto y, por qué no decirlo,
para mantener una mejor salud en nuestro día a día. Distinguiremos la respiración
abdominal o inferior gracias a que, cuando esta se realiza, percibimos como
aumenta el tamaño del abdomen a medida que inspiramos. En esta ocasión, ni los
hombros ni la clavícula se ven desplazados y la zona ancha de los pulmones quedará
completamente ocupada por el aire inspirado.

Ejercicios para graduar el aire y practicar la respiración diafragmática

Se recomienda realizar estos ejercicios que nos ayudarán a regular el aire


que inhalamos y exhalamos, al tiempo que aprendemos y afianzamos la respiración
diafragmática para cantar. Recordemos en cada uno de estos ejercicios estar
relajados, de pie, ubicar los hombros levemente hacia atrás, inhalar por la nariz y
exhalar por la boca y situar cada pie justo a la apertura de cada hombro.

Ejercicio 1
Inspiraremos la mayor cantidad de aire posible llevando el oxígeno al
diafragma. Retenemos el aire tres o cuatro segundos y luego lo exhalamos diciendo
“S” notando cómo el estómago se desinfla lentamente. Podemos repetir este
ejercicio tres o cuatro veces.

Ejercicio 2

Imaginaremos que tenemos una cuerda en nuestras manos. El ejercicio


consiste en estirar la cuerda invisible con nuestras manos al tiempo que regulamos
la cantidad de oxígeno en nuestras expiraciones. ¡Comencemos!

Inspiraremos la mayor cantidad de aire posible llevando el oxígeno al


diafragma. Lo retenemos. Luego alejamos rápidamente una de nuestras manos como
si sostuviera una pita o cuerda que vamos a estirar, al tiempo que expiramos a gran
velocidad poca cantidad de aire diciendo “S”. Después de que estiremos
completamente el brazo hacia un lado, lo devolveremos lentamente a su posición
inicial, diciendo la misma “S”, pero esta vez a la velocidad más baja posible.
Podemos realizar el mismo ejercicio jugando con las velocidades y con la cantidad
de aire que exhalamos.

Ejercicio 3

Este ejercicio consiste en regular la cantidad de aire que inhalamos y


exhalamos.

Tomamos aire en cuatro tiempos. Lo retenemos dos tiempos y luego lo


exhalamos en ocho tiempos.

Tomamos aire en seis tiempos. Lo retenemos tres tiempos y luego lo


exhalamos en doce tiempos.

Tomamos aire en ocho tiempos. Lo retenemos tres tiempos y lo exhalamos


en dieciséis tiempos.

Ejercicio 4

Inhalamos la mayor cantidad de aire posible, recordando siempre llevar el


oxígeno hacia el diafragma.

Exhalamos el aire con una “S” entrecortada hasta que se nos acabe el aire.
Repetimos cuatro veces.

Exhalamos el aire que inhalamos contando en voz alta y rápidamente del 1, 2,


3, 4, 5, 6… al número que alcancemos con esta inspiración. La idea es ir aumentando
gradualmente el tiempo de inspiración y exhalarlo hasta llegar al mayor número
posible.

Recuerda mantenerte relajado durante todos los ejercicios, no esforzarte


ni quedarte sin oxígeno en ningún momento.

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