Está en la página 1de 94

DE LA INFANCIA A LA ADOLESCENCIA

TRADUCCIÓN
TRADUCCIÓN DE CONFERENCIAS IMPARTIDAS POR MARIA MONTESSORI
LONDRES, 1939

REVISIÓN DE LAS NOTAS DE LA TRADUCCIÓN ORIGINAL A CARGO DE CAMILO GRAZZINI.

TITULO EN ITALIANO: DALL´INFANZIA ALL´ADOLESCENZA

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL REALIZADA POR MARIAGUADALUPE LLERANDI.


PREFACIO

El método Montessori se articula en cuatro partes, que corresponden a los cuatro


períodos del desarrollo.

Cada una de estas partes se pone sobre un plano diferente, aunque todas siguen la
misma línea. El conocimiento de estos cuatro planos resulta de extrema importancia.

Del primer plano de desarrollo, que se refiere a niños de hasta siete años, hemos
hablado en el primer libro por lo que ahora nos ocuparemos solamente de los tres
períodos que le siguen: el niño de los siete a los doce años, el adolescente de los doce
a los dieciocho años, y el estudiante universitario.

Hasta estos días, en Francia se han realizado trabajos relacionados únicamente con el
primer plano de desarrollo, mientras que en Holanda e Inglaterra han logrado tener
éxito en diferentes experimentos relacionados con los planos sucesivos.

Espero que este libro pueda servirnos como estímulo para la creación de escuelas
modernas, inspiradas a ese ideal del que nuestros chicos tienen necesidad más que
nunca.

2
I. LOS PLANES SUCESIVOS DE LA EDUCACIÓN

A las diferentes personalidades del niño deben corresponder planes sucesivos de


educación.

Nuestros métodos no están orientados de acuerdos con principios preestablecidos,


sino según los caracteres inherentes a las diferentes edades. Por lo tanto, implican
varios planes.

Se podrían comparar estas diferentes edades a la metamorfosis de los insectos.


Cuando el insecto sale del huevo es muy pequeño y presenta aspecto y colores
definidos. Enseguida, poco a poco, se transforma, aunque permanece el animal del
mismo género que conserva las mismas necesidades y los mismos hábitos, es un
individuo que se desarrolla. Pero, un buen día, se produce un nuevo hecho: el insecto
teje su capullo y se transforma en crisálida. Después, la crisálida, a su vez, sufre una
nueva y lenta evolución. Finalmente, el insecto sale del capullo en forma de mariposa.

Se puede establecer un paralelo entre la vida de este insecto y la vida del niño. Pero,
precisamente porque la evolución de los caracteres no es tan clara y neta en el niño
como lo es en el insecto, sería más exacto hablar de "renacimiento". De hecho, en
cada etapa tenemos delante de nosotros un niño nuevo, que presenta características
diferentes a las que tenía en la edad precedente.

I. Nuestro primer plan de educación se refiere, por lo tanto, al niño pequeño desde su
nacimiento hasta que cumple siete años más o menos y puesto que muchas
transformaciones tienen lugar en este período tan importante, hemos establecido las
siguientes subdivisiones:
a) para los primeros dos años,
b) de los tres a los cinco años,
c) el sexto y el séptimo año.

II. Para el período de los siete a los doce años (aquel que precede a la adolescencia y
que, a su vez, puede subdividirse) hemos elaborado un plan diferente. Si los cambios
que se producen durante el primer período pueden ser considerados fases normales
de desarrollo, en el período siguiente se verifican verdaderas y propias metamorfosis.

3
III. De los doce a los dieciocho años: se puede decir lo mismo de este período de la
adolescencia.

En cada una de estas fases nos encontramos delante a un ser en evolución, que cada
vez es un individuo diferente.

Aquí nos proponemos analizar estas dos últimas etapas ya que la primera ha sido
tratada en una obra precedente. 1

Sólo mediante un análisis atento se pueden individuar los cambios que se suceden sin
solución de continuidad en el niño mientras crece hasta convertirse en hombre. Son
estos cambios los que tienen una importancia esencial para el método educativo.

Los principios que se aplican últimamente en todo el primer período no son los
mismos que deben seguirse en el segundo. De esta forma entramos en la "parte
práctica de la educación".

Pongamos un ejemplo: cuando el niño comienza a sentir que un diente está flojo... es
signo de que el primer período de su infancia se ha terminado. El suceso se
desenvuelve sin más relevancia en la familia. Cuando el diente se mueve mucho, se
cae; se le da una cierta importancia al hecho, tal vez se conserva el diente y con esta
pequeña ceremonia inicia un nuevo período de vida. Deberá pasar todavía mucho
tiempo antes de que todos los dientes de leche se caigan y crezcan los nuevos. Pero,
si por desgracia, fuera necesario quitar uno de estos nuevos dientes, no se podría sin
el uso de instrumentos especiales pues se trata de un órgano estable y fuerte. Esto no
es más que un ejemplo tomado de las numerosas manifestaciones de esta edad.
Todas estas características -tanto físicas como psíquicas- constituyen los anillos de
esa larga cadena que es el proceso de metamorfosis del niño: se ve más robusto y al
mismo tiempo más delgado, sus cabellos son menos suaves, psicológicamente es
menos dulce, más rebelde.

1
María Montessori, La Búsqueda del Niño, Garzanti. Milán 1ª. Edición, 1950. El Secreto de la Infancia, Garzanti, Milán, 1ª.
Edición, 1950.
4
II. METAMORFOSIS

De los siete a los doce años, el chico tiene necesidad de ampliar su campo de acción.
Como hemos visto 2, al niño pequeño le era suficiente su cerrado núcleo familiar en el
que establecía sus primeras relaciones sociales con los demás. En el segundo período
le es necesario un campo más amplio para sus experiencias sociales. Su personalidad
no se puede desarrollar permaneciendo en el ambiente restringido de los primeros
años.

Necesita que, en su contacto con la realidad, se dé cuenta de lo que representa el


dinero. Sin dinero, nos podríamos mover entre cosas maravillosas pero sin poderlas
tocar jamás. Seríamos como un pájaro con el pico roto, que muere de hambre sobre
un montón de grano.

El dinero es el medio del que el hombre se sirve para procurarse objetos, es por esto
que asume un vivo interés. Tenemos que conservarlo como "la llave de oro" que abre
las puertas de la súper-naturaleza.

Se necesita pues que los niños tengan una experiencia personal, adquiriendo ellos
mismos algunos objetos y se den cuenta de lo que pueden adquirir con la unidad
monetaria de su país.

Así que ¿qué cosa se puede adquirir con un peso? Y cuando hayamos adquirido un
peso de papel en la papelería, nuestro peso habrá desaparecido: servirá para adquirir
otros objetos, que valen a su vez un peso. Es siempre el mismo peso que pasa de
mano en mano, procurando cada vez algo de lo que alguien tiene necesidad. ¿Cuánta
mercancía se ha podido adquirir con un peso acuñado hace 50 años? El dinero que
manejamos de esta manera es siempre el resultado del trabajo de los hombres y
siempre debe permanecer únicamente como un medio para adquirir lo necesario.

El niño tiene la necesidad de establecer sus relaciones sociales con una comunidad
más amplia. La escuela como ambiente cerrado, como se concibe hoy en día, no es
suficiente para él. Le faltan los elementos para desarrollar plenamente su
personalidad, se observa en él una cierta regresión, algunas manifestaciones del
carácter que no podemos definir como anomalías pues en realidad se trata de

2
MARIA MONTESSORI, El Secreto de la Infancia, Garzanti.
5
reacciones a un ambiente que le resulta insuficiente. Pero no nos damos cuenta de
estas situaciones y puesto que queda sobre entendido que el niño debe hacer lo que le
ordena el adulto, aunque el ambiente en el que vive no sea apto a sus necesidades,
cuando él manifiesta esos altibajos de carácter decimos que es "malo", y lo castigamos;
pero la mayoría de las veces ignoramos la causa de esta "maldad". En realidad, con su
conducta, el chico nos prueba lo que hemos apenas expuesto. Justamente para poder
salir del ambiente cerrado no va a la escuela con gusto como antes, sino que prefiere ir
a buscar ranas o a jugar por la calle. Estos hechos, que pueden parecer
insignificantes, revelan que el niño tiene necesidad de extender el campo de acción en
el que se ha desenvuelto hasta ahora.

"Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"... Una parte de nuestra vida
pertenece a Dios, el resto al hombre. Dependemos del ambiente del que formamos
parte, de la vida social. Cuando vive en condiciones favorables a su personalidad, el
niño manifiesta una actividad extraordinaria. Su inteligencia nos sorprende, porque
todas sus facultades trabajan juntas, como sucede normalmente en el hombre. No se
trata ya de modificar los métodos educativos: se trata de un problema de vida.

Pensemos en la tela de la araña que ocupa un vasto espacio del mismo animal. Esta
tela representa su campo de acción al capturar a los insectos que quedan atrapados en
ella. Ahora bien, esta tela se construye siguiendo un plan preciso: la araña produce
un hilo que une a dos ramas, dos piedras, dos puntos de apoyo cualquiera. Después
teje los rayos y de acuerdo con lo establecido con el plan de la construcción,
finalmente, teje su tela alrededor del centro, procediendo en círculos a una distancia
calculada siempre exactamente. Si los puntos de apoyo están cercanos, la tela será
pequeña, mientras más se alejen el uno del otro, la tela será más grande; pero en
todos los casos será tejida siguiendo un plan preciso, siempre con la misma exactitud.

Como esta tela, también la psique del niño se construye siguiendo un plan exacto y
esta construcción abstracta le permite percibir lo que pasa en el camino fuera de su
portal inicial.

Dependiendo de la complejidad del mundo cultural en el que vive el niño, su tela será
mas o menos grande y le permitirá llegar a un mayor o menor número de objetivos.

Nosotros debemos respetar esta construcción interior y sus manifestaciones que, a


veces, pueden parecernos inútiles. Esta construcción es necesaria, ya que, gracias a
6
este trabajo, el niño engrandece su campo psíquico y, por consiguiente, su capacidad
receptiva.

Podemos considerar a la escuela según dos puntos de vista: como un lugar en el que
se imparte la instrucción o como una fase de preparación para la vida. En este último
caso la escuela debe satisfacer todas las necesidades de la vida.

Una educación cuya única meta sea la de corregir al niño o que suprima lo que
constituye su verdadera existencia lo empuja hacia las anomalías de carácter.

Debido a esto, algunas actividades (como la de los "boy scout") que ofrecen al niño la
posibilidad de una vida organizada fuera de la escuela, siempre son muy interesantes
para los niños.

El pasaje a la segunda fase de la educación es el cambio del plano sensorial-material,


al plano abstracto. Alrededor de los siete años se deja sentir la necesidad de la
abstracción y de la intelectualización.

Hasta esta edad el niño se ha preocupado solamente por establecer relaciones entre
los objetos, los ordena y absorbe el mundo exterior mediante sus sentidos.

Al comienzo de los siete años, en cambio, se produce una evolución hacia las esferas
intelectuales y morales.

Se pueden establecer paralelos entre estos dos períodos que, sin embargo, pertenecen
a planos diversos. A los siete años se perfila una primera orientación hacia los
problemas morales, hacia la formulación de los juicios. Una de las características más
singulares que observamos es el interés que nace en el niño sobre ciertos hechos que
antes no advertía. Ahora le preocupa saber qué es justo y qué es incorrecto; se
presenta frente a él el gran problema del Bien y del Mal. Esta preocupación está
dictada por una sensibilidad interior particular: la conciencia y esta sensibilidad es una
característica totalmente natural.

El período comprendido entre los siete y los doce años es un período particularmente
importante para la educación moral... Es necesario que el adulto se dé cuenta de la
evolución que se cumple en el ánimo del chico en este momento y que se dirija a él en
una forma adecuada.

7
Si en el primer período la maestra debía tener una gran delicadeza e intervenir lo
menos posible en la actividad del niño (actividad casi siempre motriz y sensorial),
ahora su delicadeza debe verterse hacia el plano moral, en el que reside el verdadero
problema de esta edad. Pensar que el problema de la moralidad se presente sólo en
edades más avanzadas, significa no darse cuenta de la transformación que se está
dando. Si no le proporcionamos la ayuda necesaria en este período tan delicado,
enseguida el problema moral se presentará de un modo más complejo y la adaptación
a la vida social será mucho más difícil.

Es en esta edad es cuando nace en el niño el concepto de justicia,


contemporáneamente a la comprensión de la relación de las propias acciones y las
exigencias de los demás. Este sentimiento, tantas veces ausente en el hombre, existe
en cambio durante el desarrollo del niño y el hecho de sentirse malentendido o
traicionado puede generarle una falsa idea de la justicia.

La justicia que se usa comúnmente, ya sea en la escuela o en la familia, puede ser


definida como "justicia distributiva" o lo que es lo mismo “igualdad para todos” tanto
en la distribución de los castigos como en la de los premios. Tratar en manera
particular a un individuo podría parecer como una injusticia y esto lleva al concepto de
derecho. Se llega así a una afirmación de la individualidad en el sentido del egoísmo y
del aislamiento que, ciertamente, no favorece al desarrollo posterior. En cambio, la
justicia real desgraciadamente no se considera nunca y es la que nace de la educación
interior. El principio de la justicia distributiva y del derecho individual puramente
exterior destruye el sentimiento natural e innato de la verdadera justicia.

8
III. CARÁCTER MORAL DEL NIÑO DE LOS SIETE A LOS DOCE AÑOS

Las tres características que hemos apenas analizado -la exigencia del chico de salir del
ambiente cerrado, el pasaje de su espíritu a un plano abstracto y el nacimiento de su
sentido moral- nos sirven como base para la formulación del plan de este segundo
período.

Cuando el niño ha dejado el espacio reservado que constituye el ambiente del primer
período, es necesario proporcionar la cultura que le ayude a ampliar sus experiencias
sociales.

Precisamos de algunos puntos importantes, notando incidentalmente el paralelismo


que existe entre este período y algunos aspectos del precedente.

En efecto, el primer período comprende algunas actividades que llamamos "ejercicios


de vida práctica" y que constituyen un esfuerzo por ampliar los límites impuestos por
las actividades habituales de la infancia. Estos ejercicios de paciencia, de exactitud y
de repetición tienen una enorme importancia porque ayudan al niño a superar
personalmente esos límites, logrando de esta forma su independencia.

Prolongar estos ejercicios sería inútil pues ahora el niño es independiente y está en
grado de aplicarse él solo en actividades para las que antes necesitaba la ayuda del
adulto puesto que ahora ha logrado alcanzar la coordinación de sus movimientos.
Pero los gestos de cortesía que le hemos enseñado para entrar en contacto con los
demás, deben ser transportados a un plano diferente: debemos hablarle por ejemplo
de la ayuda que se debe dar a los débiles, a los viejos, a los enfermos. No se trata ya
de ejercitarse en el cumplimiento de los movimientos: hemos llegado a la introducción
de las relaciones morales, de aquellas que despiertan a la conciencia. Si, hasta ahora,
era importante no empujar a una persona mientras pasamos cerca, ahora es mucho
más importante no ofender a esta persona.

Los "boy scout" han obtenido un notable suceso precisamente porque reúnen y
organizan a chicos en nombre de los principios morales y les indican lo que sí se debe
hacer y lo que no se debe hacer. Los chicos que se unen a estos grupos,
generalmente, no cometen acciones contrarias a los principios de su asociación. Existe
en esta agrupación un valor humano que es un punto de partida: el nacimiento de la
dignidad.

9
Esta actividad de grupo implica, además, ejercicio físico: largas caminatas, de esta
forma los chicos se acostumbran a afrontar una vida más seria y al mismo tiempo más
difícil.

Mientras que el niño pequeño buscaba la dulzura de la vida, el chico siente ahora la
necesidad de enfrentarse con sus primeras dificultades. Pero, para realizar estos
esfuerzos, hace falta tener una meta: en esto consiste la diferencia entre un maestro
de escuela que lleva a los niños de paseo y una organización como los “scout”. El
primero, es cierto, los hace salir del ambiente cerrado de la escuela y les deja caminar
y advertir físicamente el mundo que les rodea. Pero no es suficiente para elevar la
dignidad del chico que permanece en un círculo cerrado. Aunque sean muy frecuentes
estos paseos es posible que no cambien nada, puesto que la adhesión de los pequeños
alumnos es pasiva. Es muy diferente si estos mismos niños salen por su cuenta de la
escuela con un fin determinado y libremente aceptado.

Los “scout” son, por lo tanto, una asociación de jovencitos que han pedido ser
admitidos en esta sociedad que les propone, sobre todo, un fin moral por ejemplo:
defender a los débiles y mantenerse siempre en un cierto nivel moral. Aquí el chico
tiene la posibilidad de aceptar y prometer o rechazar: ningún maestro lo obliga a
entrar en esta sociedad; pero si quiere formar parte de ella debe obedecer por
iniciativa propia los principios. El encontrarse reunidos con otros individuos que han
aceptado libremente los mismos principios, constituye un atractivo esencial. Los
límites no son ya las paredes de una habitación sino solamente los del orden moral.

Los scout tienen reglas de vida más difíciles y más rigurosas de lo que se creía que los
niños de esta edad pudieran soportar. Las largas caminatas, las noches al aire libre, la
responsabilidad de las propias acciones, el fuego, las casas de campaña, etc.,
representan esfuerzos colectivos. El principio moral que se encuentra en la base es lo
que une a los individuos. Se convierte en una exigencia y esto es lo verdaderamente
esencial.

También aquí vemos un paralelismo con el primer período: antes se pedía el


consentimiento del niño para presentarle un material. Ahora, lo que era sensorial se
ha vuelto abstracto.

Por lo tanto vemos que en este segundo período existen posibilidades superiores a
aquellas que conocíamos en el niño: ya no son subordinadas a las órdenes de alguien
más, sino que a los imperativos de su propia conciencia.
10
IV. LAS NECESIDADES DEL NIÑO DE LOS SIETE A LOS DOCE AÑOS

¿Qué hacer entonces, en práctica, con un niño de siete años? Tengamos presente, ante
todo, el cuadro que hemos trazado y que nos permite comprender a este niño y
ayudarlo con sus deseos (que no ha manifestado pero que hemos adivinado). Esta
comprensión es el punto de partida; debemos simpatizar con este pequeño que ha
cambiado tanto en el aspecto exterior (modo de vestir, de peinarse, etc.) como en la
intimidad de su personalidad. El chico es ahora un individuo fuerte, que entra en un
mundo nuevo: el mundo de lo abstracto. Es un mundo rico en el que comienzan a
interesarle más que los objetos, las acciones realizadas por los hombres. Llega y ¡Oh
novedad!, comienza a juzgar. Mientras hasta ahora había dirigido su interés a las
cosas (el agua de las flores que tenía que cambiar, las pequeñas cosas que cuidaba,
etc.) ahora se preocupa de cómo y por qué. Todo aquello que lo había atraído
sensorialmente en el pasado lo interesa ahora desde un punto de vista diferente:
quiere saber qué hay que hacer, le preocupa el problema de la causa y sus efectos.

Pero este ser que se asoma como renacido en este mundo, resulta un poco incómodo
para el adulto; por eso, sin una nueva dirección pedagógica, puede entrometerse un
sordo conflicto entre el adulto y este nuevo niño. El adulto se cansa y termina por no
responder a las innumerables preguntas que le hace, rogándole que se calle, dándole
respuestas demasiado largas... o demasiado cortas; en resumidas cuentas, se
comporta con él como se comportó con el pequeño cuando comenzaba a caminar y le
suplicaba que se quedara tranquilo y no lo dejaba ser turbulento y hacer lo que
deseaba siguiendo sus instintos. El mismo malentendido se produce en el plano
abstracto. A cada uno de sus nacimientos, el niño debe afrontar una nueva lucha, una
nueva incomprensión lo aflige cada vez que emprende una actividad nueva y sin duda
preciosa. En cambio, el mismo adulto debería ayudarlo creándole el ambiente apto
para su desarrollo. Así como debemos ayudar al niño que da sus primeros pasos,
debemos ayudar al chico que comienza a caminar en el mundo de lo abstracto.

La educación debe ser una guía en este período que es el más crítico tanto en la vida
como en la escuela. Por eso es necesario enseñar a la maestra sus nuevos límites, así
como lo hicimos en lo que concernía al niño pequeño. El niño pequeño debía "contar
las palabras" ahora debe saber con precisión lo que debe hacer, lo que debe decir y
con qué medida debe responder a las preguntas. Debe tener conciencia de que su
deber es decir poco y decir sólo la verdad... pero no toda la verdad: debe decir
solamente aquello que es "necesario y suficiente". Para el niño es indispensable
advertir la seguridad del adulto.
11
En todos los períodos de la vida del niño es esencial que disponga de un campo de
actividad propio para poder conservar un equilibrio entre la acción y el pensamiento.
En efecto, es como si su pensamiento tendiera a perderse en la abstracción con
razonamientos sin fin, así como de pequeño se perdía en delirios del mundo
fantástico. Entonces le dábamos objetos determinados en un ambiente predispuesto
en el que adquiría su independencia, gracias a sus esfuerzos personales y este trabajo
le daba dignidad. Su experiencia personal le proporcionaba las respuestas exactas. El
rol de la educadora consiste en interesar profundamente al niño en una actividad
exterior a la que le pueda dedicar todas sus posibilidades. Se trata de ayudarlo a
conquistar su libertad y su independencia interesándolo en una realidad que será
descubierta enseguida por su actividad. La actividad es el medio por el cual el niño
logra liberarse del adulto.

Examinemos pues las principales exigencias del niño de siete años. Algunas cosas han
cambiado en su cuerpo: antes que nada los dientes y el cabello. Enseñémosle la
higiene de dientes y cabello. Después, los pies y las piernas: el chico de siete años
tiene piernas robustas y trata de huir del ambiente cerrado en el que ha vivido hasta
ahora; en lugar de cerrarle la puerta, preparémosle buenos pies. En un tiempo, el ser
humano tenía que caminar largos tramos y la hospitalidad al peregrino consistía antes
que nada en curar sus pies, aún antes de ofrecerle algo para comer.3

Por lo tanto, si este niño manifiesta el deseo de escapar de casa, llamemos su


atención, con cierta solemnidad, hacia sus pies; aún antes de ponerse en camino,
tomará mayor conciencia de lo que está por hacer. Guiando su atención hacia la parte
de su cuerpo que está por comprometer en esta acción, lo inducimos a pensar que
tiene que cuidar sus pies para caminar, tanto simbólica como prácticamente. Todas
estas actividades deben ser consideradas en un plano más elevado: ahora educaremos
al niño en su plano abstracto.

Es noble el pie, es noble la caminata y gracias a sus pies el niño, que ya camina, puede
pedirle al mundo externo algunas respuestas a sus preguntas secretas.

Pero, para salir, necesita prepararse: el chico en fuga abre la puerta y se va.
Enseñándole la necesidad de una preparación, lo obligamos a reflexionar. Necesita
3
Génesis 18, 4-5 “Tomen un poco de agua y lávense los pies y reposen bajo el árbol. Buscaré después un poco de pan para
que coman y puedan seguir”. Estimulemos nuestra imaginación entorno a estas bases fundamentales de la historia de la
humanidad. Gabriele D’Annunzio dijo estas palabras simbólicas en La Hija de Jonio, Acto III, escena última : “Yo beso tus
pies que van...” y en el Acto II, escena IV: “...te besaré los pies que conocen los caminos”
12
comprender que "salir" es una actividad para la que hay que adquirir conocimientos y
preparar ciertos objetos.

El uso de estos objetos requiere de una serie de ejercicios prácticos. Mientras que
para un niño pequeño el cuidado del vestir era un hecho puramente estético, para el
chico de siete años la ropa adquiere una importancia relacionada con el fin que desea
alcanzar.

Antes que nada, se trata de simplificar la salida. Hay que llevar consigo la menor
cantidad de carga posible, por consiguiente, necesita "escoger". Estas preocupaciones
materiales eliminan la idea de la fuga; pero ya que el instinto que lo empuja a huir
existe, es el mismo instinto el que le hace dirigir su atención a los preparativos
necesarios. Por sucesión lógica viene la respuesta y el razonamiento procede de causa
a efecto.

La maestra debe tener presente que el fin perseguido no es aquel inmediato (el paseo),
sino que su verdadera finalidad es la de lograr que el ser espiritual al que está
educando encuentre su propio camino.

Para comprender la importancia de estos ejercicios que deben permitirle experiencias


sociales, no basta limitarse a considerar la salida del niño como un simple ejercicio: la
maestra está destinada a hacerle vivir sus adquisiciones. Solamente de este modo
tomará conciencia de su realidad y es esto a lo que nosotros llamamos experiencia.

Un niño encerrado en sus límites, aún si son amplios, permanece incapaz de


valorizarse y no podrá adaptarse al mundo externo. Para que progrese rápidamente la
vida práctica y la vida social deben ser íntimamente asimiladas por su cultura. Se
objeta generalmente que el chico tiene ya mucho trabajo como para que actividades
que le ayuden en esta tarea se puedan introducir en el horario ordinario. Esto es un
error: es mucho más cansado usar sólo la mitad de las facultades que la naturaleza
nos ha dado; es como si uno quisiera caminar con un pie, con el pretexto de que usar
los dos pies le causa doble fatiga. La cultura y la y la experiencia por lo tanto deben
adquirirse contemporáneamente.

La salida, que no ha sido solamente con un fin práctico, sino que le hace vivir una
experiencia, le llevará a tomar conciencia de la realidad. Está en la maestra hacer que
las enseñanzas morales de la vida emerjan de las experiencias sociales.

13
La moral comporta al mismo tiempo un lado práctico, que regula las relaciones
sociales y un lado espiritual que precede al despertar de la conciencia del individuo.

Es difícil que estas relaciones sociales asuman una realidad concreta mientras se
involucre sólo la imaginación. Hay que traducirla en práctica. No bastan los sermones
para despertar la conciencia: es necesario que el chico ejercite una vigilia constante de
sus propias acciones. La educación tiene por lo tanto la posibilidad de resolver el
problema al momento en que se ayuda asimismo a través de las acciones.

Está claro que la caminata no se realiza involucrando únicamente los pies. Hay que
moverse con soltura, ligereza y rapidez para ser capaces de proceder en todos los
elementos. No olvidemos que estos esfuerzos están destinados a tener una
repercusión en el conocimiento del mundo que nos rodea y estos esfuerzos deben
tender hacia este fin perceptible.

Así que si quisiéramos llegar a la cima de una montaña y nuestra sola preocupación
fuera la de poner atentamente un pie delante del otro, el cansancio nos debilitaría
rápidamente y no lograríamos nuestra meta. Pero si camináramos en grupo y
subiéramos gozando del panorama maravilloso que poco a poco fuéramos
descubriendo allá arriba, llegaríamos sin fatiga a la cima y habríamos obtenido
felicidad y salud: habríamos tomado conciencia moral de nuestro esfuerzo.

Esta toma de conciencia no constituye una fatiga suplementaria. Denle al niño la


conciencia de su propia dignidad; se sentirá libre y el trabajo no le pesará.

En Holanda, los niños circulan en bicicleta desde la edad de 5 años. También la


natación debería ser enseñada a temprana edad. Cuando se empieza a salir del
ambiente doméstico, hay que pensar a la defensa personal: hay que armarse de nuevos
instrumentos, adquirir nuevas capacidades. Hay que aprender a tener cuidado de los
vestidos propios, a ver si todo está e orden, aprender a pegar los botones, a limpiar las
manchas, etc. Nosotros hemos preparado con este fin el material que comprende
diferentes telas de lana, de seda, de lino, de algodón, etc., las hemos manchado con
sustancias de diferente naturaleza: los chicos se han interesado mucho en este
ejercicio. Los grandes no sólo aprenderán a hacer estas cosas, sino que tendrán claro
el concepto que para salir hay que estar preparados y en orden.

Un individuo acostumbrado a no soportar una mancha en su ropa, la limpia apenas se


ensucia; existe una sensibilidad especial, una sensibilidad activa que se debe
14
desarrollar. Un niño educado de este modo sabe distinguir que posee esta
sensibilidad y esto hace que nazca en él el deseo de corregirse y de un autocontrol
constante. No quiere tener ninguna huella de desorden en él mismo ni dejar ninguna a
su paso.

Otro ejercicio útil es el de preparar una mochila. Para hacerlo correctamente se


necesita, sobre todo, tomar las medidas y operar según el método. Hay que saber
preparar y empacar lo necesario aunque sólo sea para tomar una merienda al aire libre
(platos, vasos, cubiertos, etc.)

Es también muy importante para un niño que sale, saber orientarse en el campo,
reconocer la posición del sol, los puntos cardinales, tener una idea de la hora, etc.
Hagámosle observar, por ejemplo, que el musgo en un bosque, cubre solamente el
lado de los árboles que está expuesto hacia el norte. Hagámosle prever el tiempo por
medio de la observación de las nubes y estudiar la dirección del viento. Todas estas
cosas despiertan la atención y constituyen el verdadero conocimiento; cuando los
chicos comienzan a interesarse, hablan del argumento entre ellos y con sus hermanos
más pequeños haciéndolos participar de sus propias experiencias. De esta forma,
cuando los hermanos mayores salen, a su regreso traen al grupo familiar cultura y
civilización, en una palabra: progreso, y alrededor de ellos se crea una atmósfera más
elevada.

Toda esta actividad representa un símbolo de la vida. Y ya que la vida fuera de casa es
diferente a la vida del ambiente cerrado, hace falta también una guía y una meta. En
una palabra: para salir, hay que estar preparados.

Si el segundo período fuese considerado desde el mismo punto de vista del


precedente, tendríamos que dejar que el niño saliera y fuera donde quisiera pero, por
supuesto, se perdería.

Antes, la maestra perfecta era aquella que haciéndose a un lado dejaba trabajar al niño
solo. No sería posible aplicar el mismo procedimiento ahora, ya que el muchacho vive
dos existencias paralelas: su existencia dentro del hogar y su existencia en la
sociedad. Esto es un hecho nuevo. Los “scout” nos ofrecen elementos útiles para este
propósito: cuando van al campo o a los bosques se dedican a realizar ejercicios de
agilidad. También la experiencia práctica es útil en esta edad: así que estos chicos,
15
para decidir el destino de su "salida" observan los objetos de quiénes ya han ido
anteriormente por ese camino y les han dejado expresamente, estas señales les sirven
para encontrar el camino. Los grupos que se siguen a cierta distancia aprenden a
reconocer, a partir de la posición de un objeto preestablecido considerado como señal,
la dirección que ellos mismos deben tomar. Se trata de un ejercicio activo que
acostumbra a los muchachos a observar y a buscar... ¡es muy diferente del sistema que
conduce al niño de paseo tomándolo de la mano!

Otra actividad de los “scout” consiste en estudiar las huellas de los animales. Cuando
el niño era más pequeño lo hacían observar los mínimos particulares del ambiente, así
aprendía a moverse con cuidado, a tocar los objetos sin dejarlos caer, sin romperlos,
etc. También ahora es importante para la continuación de su desarrollo que observe
cada cosa en el universo en el que se mueve. La elección de estos ejercicios está en
relación con su edad y debe realizarse basándose en consideraciones de orden físico:
los ejercicios que comportan los movimientos, por ejemplo, son dictados más por la
edad del niño que por el grado de su inteligencia.

Un ejemplo: un niño de una escuela holandesa sabía trabajar con el cuadrado de un


binomio que corresponde al conocimiento de jóvenes de edad más avanzada. Pero un
día, él y algunos compañeros de su misma edad le pidieron permiso a su maestra para
ir a recoger cerrillos apagados que se encontraban en el bosque. No se comportó
diferente a los demás; como ellos, se preocupaba solamente de ver quién había
encontrado más sin importarle las explicaciones que la maestra estaba dando en otro
lugar. Esta preocupación era el testimonio de su edad; un niño se interesa todavía en
estas pequeñas cosas, sin embargo, su inteligencia es capaz de hacer algunos rebotes
hacia un orden de ideas más avanzado. Se puede decir que, aunque un chico pueda
evadir el plano intelectual, queda ligado a su edad en el plano práctico.

16
V. PASAJE A LA ABSTRACCIÓN. EL ROL DE LA IMAGINACIÓN. LOS PASEOS AL AIRE
LIBRE: CLAVE DE LA CULTURA.

Cuando nos proponemos preparar a los chicos para "salir" del lugar cerrado en el que
han sido educados hasta los siete años, se presenta en la mente un gran cuadro. Salir
de una habitación, de una clase, para afrontar al mundo externo, que comprende toda
la multiplicidad de las cosas, quiere decir que evidentemente se abrirá una puerta
inmensa a la instrucción. Es un acontecimiento comparable al que ocurre en la historia
de la pedagogía al de abrir el libro de Comenius, "Orbis Sensualium Pictus".

Antes de Comenius, se ofrecía al niño el conocimiento limitado con el medio exclusivo


de la palabra. Comenius imaginó que el - y parece que fue la primera piedra de un
nuevo método educativo- ofrecer el conocimiento de la urbe mediante las imágenes, el
conocimiento debía resultarle muy grande.

Compuso pues, un libro de figuras que representaban todo aquello que existe en el
mundo: plantas, animales, piedras, razas humanas, cartas geográficas,
acontecimientos históricos, industria, comercio, medicina, higiene, producción de la
primera máquina y el modo en el que funcionaba, etc. Cada idea estaba representada
por una figura y comentada con pocas palabras. Parecía fácil abrazar el todo viendo
las figuras del libro. Fue en realidad un primer ejemplo de aquello que fueron más
tarde las enciclopedias, con la diferencia que las enciclopedias volvían a valerse de la
palabra y así el "Orbis Sensualium Pictus" permaneció más que único en la historia de
la pedagogía.

Sin embargo, siguiendo esta idea se ha comenzado a enseñar por medio de objetos
tangibles. Pero, dado que las ideas se empobrecen al ser divulgadas, la maestra que
exponía las ideas de Comenius -que sabía todo- substituyéndolas con sus palabras,
no dio al alumno mas que sus míseros conocimientos traducidos en imágenes.

Enseguida se pensó que la figuración en dos dimensiones era insuficiente para la


comprensión del chico. Se le presentaron entonces aquellos modestos conocimientos
de forma real. Pero, delante a la dificultad de procurarse y de conservar los objetos, se
pensó encerrarlos en un museo. Cada escuela moderna que se respete debe tener su
propio museo. Así, al lado de los chicos encerrados, se tendrán objetos encerrados.
Alrededor del chico que necesita ver las cosas para comprenderlas, reina una
atmósfera pesada y deprimente, debida a la subestima de su inteligencia por parte del
17
adulto. Las capacidades intelectuales del chico permanecen insospechadas. Pero
nosotros, a quienes el chico ha revelado esta enorme potencialidad, esperamos que la
verdadera idea de Comenius sea retomada, ofreciendo a los chicos el conocimiento del
Mundo en su realidad.

Cuando el chico sale, es precisamente el Mundo Real que se ofrece ante sus ojos. En
lugar de fabricar algunos objetos que representen ideas y encerrarlos en un armario,
dejemos salir al chico mostrándole las cosas en su autenticidad.

En su conjunto, el mundo repite siempre -o casi siempre- los mismos elementos. Si


se estudia por ejemplo, la vida de las plantas o de los insectos en la naturaleza, se
tiene más o menos una idea de ellos en el mundo. Nadie conoce TODAS las plantas.
Pero basta observar un pino para poder imaginar cómo viven todos los demás pinos.
Cuando estemos en el grado de comprender las diversas funciones de la vida de los
insectos que vemos en el campo, podemos hacernos una idea de la vida de todos los
demás insectos. Nadie ha visto bajo sus ojos a todos los insectos del universo. El
mundo se adquiere psicológicamente mediante la imaginación y alcanza el
conocimiento total. Estudiar estas cosas es, en un cierto sentido, una meditación
sobre el particular. Profundizando en la personalidad de un individuo, se estudia un
fragmento de la naturaleza.

Cuando se encuentra un río o un lago... ¿es necesario haber visto todos los ríos o los
lagos del mundo para saber qué cosa es? La imaginación puede representarnos al
mundo inmediatamente. Una máquina, un hombre que pesca, un hombre que trabaja,
todos son particulares que forman en conocimiento. Este es un método de cultura
universal. Es evidente que la posesión de las cosas reales y su contacto real llevan
antes que nada a una suma real de la cultura, la inspiración que ésta causa hace más
viva la inteligencia que se ha interesado y que ha querido saber. Entonces, de todas
estas cosas vistas con los propios ojos, surgen intereses intelectuales (el clima, los
vientos, etc.) y las instrucciones se vuelven vivientes. En lugar de ser ilustradas son
vivificadas.

Para concluir, la salida es una llave nueva para hacer posible que la cultura impartida
normalmente en la escuela sea más completa.

Ninguna descripción, ninguna imagen de ningún libro puede sustituir la visión real de
los árboles de un bosque y toda la vida que se desarrolla en su entorno. Los árboles
despiden algo que le habla al espíritu, algo que ningún libro, ningún museo podrá
18
mostrar jamás. Viendo un bosque nos damos cuenta que no existen solamente los
árboles sino todo un conjunto de vida: esta tierra, este clima, esta potencia cósmica
son necesarios para el desarrollo armonioso de todos los seres vivientes. Esta miríada
de vida que rodea a los árboles, su majestuosidad y su variedad, son algo que es
necesario ir a descubrir, que nadie puede llevar al interior de la escuela.

Cuántas veces el ánimo del hombre -especialmente el ánimo del niño- se ve


menguado precisamente porque no se pone en contacto con la naturaleza. Y cuando
se da este contacto se hace sólo con un fin material. ¿Cómo podría un chico describir
la diferencia entre la naturaleza vista de día o de noche, si desde el momento en que
apenas se obscurece, se va a dormir?

He escuchado a un chico de 8 años decir esta frase que me ha impresionado


profundamente: "Daría cualquier cosa por poder ver las estrellas una noche". Había
oído hablar de las estrellas pero no las había visto. Sus padres pensaban que no había
que dejar que el chico se quedara despierto siquiera una noche, por bien de su salud.
Todo este esfuerzo centrado sobre la persona física, ha convertido a todo mundo en
neurótico. De hecho se constata una disminución en la fuerza nerviosa, no obstante el
progreso en la higiene que refuerza a la persona física. Si la tensión en los adultos es
anormal, es porque se han formado una falsa idea de la vida. Y todos estos prejuicios
crean la misma cantidad de obstáculos en la vida intelectual del muchacho. ¿Qué mal
puede haber en dejar que un niño se levante más tarde si, excepcionalmente, se le
permitió ir tarde a la cama para consentirle descubrir las estrellas o los ruidos de la
noche? El espíritu del chico se encuentra, en esta edad, en un plano abstracto; no se
conforma ya con recibir los hechos: busca descubrir las causas. Hay que utilizar este
estado psicológico que le permite considerar las cosas en su conjunto y conducirlo a
reconocer que todo en el universo está relacionado. Así, cuando él investiga las
causas de la inmensa variedad de los efectos, el mundo que tiene enfrente puede
responder a esta exigencia natural.

Pero presentar la idea del conjunto no es tan fácil como ilustrar los particulares. Así,
no es suficiente que la maestra se limite a amar y comprender al chico; necesita, antes
que nada, amar y comprender el universo. Es necesario, por lo tanto, que ella misma
se prepare y trabaje. En el centro del problema está siempre el chico pero ahora la
maestra responde ese llamado que se encuentra en el mundo abstracto. Cuando el
niño era todavía pequeño, bastaba llamarlo por su nombre para que se volteara; ahora
es necesario llamar a su ánimo y ya no es suficiente hablarle: se necesita interesarlo.
Aquello que debe aprender debe ser interesante, debe fascinarlo, es absolutamente
19
necesario ofrecerle cosas grandiosas: para comenzar ¡ofrezcámosle el Mundo!

Dice en el Génesis: "Dios creó el cielo y la tierra". Esto es muy simple pero es
grandioso. Así el alma está siempre despierta. Aún los particulares más pequeños,
cuando son presentados como parte de un todo, se transforman en algo interesante y
el interés aumenta poco a poco de la misma forma en la que va aumentando el
conocimiento. Por otra parte, el conocimiento que ofrecemos ahora la chico no debe
ser sobre el mismo plano, no debe ser puramente sensible: es necesario que él recurra
continuamente a su imaginación. La imaginación es el gran potencial de esta edad y,
desde el momento en que nosotros no podemos ofrecerle el todo, a él le corresponde
imaginarlo. La instrucción de los chicos de los siete a los doce años debe llamar a su
imaginación, de la que, por supuesto, debe desencadenarse la representación de la
realidad. Por lo tanto, es necesario ser rigurosamente exactos: la precisión, como el
número y como todo lo que es matemático, servirá para construir esta representación
de la realidad. Así, pues, ¿qué es lo que impresiona a la imaginación? Antes que nada,
la grandeza y después el misterio. La imaginación es capaz de reconstruir el conjunto
cuando conoce los detalles reales.

La imaginación no le fue dada al hombre por el simple placer de poder soñar cosas
maravillosas; así como las cuatro características comunes de los hombres (el lenguaje,
la religión, el culto a los muertos y el arte) no le fueron dadas para vivir en
contemplación. La imaginación es verdaderamente grande sólo cuando el hombre,
gracias al valor y a la voluntad, la utiliza para crear, de otra forma se dirige a un
espíritu que vaga en el vacío.

El mundo está lleno de obstáculos, pero la vida espiritual le ofrece al hombre la fuerza
para superarlos y cumplir su misión. Así, por ejemplo, el amor a la patria está basado
en la imaginación; ¿no es acaso la imaginación la que nos hace entender qué cosa es
nuestro país, qué cosa son nuestros compatriotas? Nuestra lucha en favor de la
infancia necesita de la imaginación ya que conocemos personalmente a un número
limitado de niños.

Pero esta patria, estos niños, todo aquello que imaginamos existe a propósito y
nosotros sabemos que ahí esta.

Quien no posee este modo de imaginación no es mas que un pobre ser viviente. Pero
el chico que posee demasiada fantasía es un ser agitado y nosotros no sabemos como
calmarlo. No decimos: "Suprimamos esta imaginación de la mente del niño", sino que
20
decimos: "La imaginación no es suficiente para su espíritu." Es necesario nutrir
también el otro aspecto de su inteligencia, aquel que lo relaciona con el mundo
externo: su actividad. Así podremos disciplinarlo.

La imaginación del chico es errante, imprecisa, ilimitada. Pero apenas entra en


contacto con el mundo externo tiene necesidad de exactitud. Esta necesidad es tal,
que el adulto no tendría la capacidad de inculcársela.

Queda claro que ya existe en él un potencial. Cuando se despierta su interés sobre


una base de realidad, nace inmediatamente el deseo de saber más. Es posible
entonces ofrecerle definiciones exactas y los chicos demuestran a su manera este
deseo de determinación. Por ejemplo, hemos tenido en una de nuestras escuelas a un
pequeñín de siete años que había seleccionado el estudio del río Reno. La maestra
había preparado un mapa del río con sus afluentes, pero el niño no se sintió
satisfecho. Quiso conocer la longitud relativa de cada uno de los afluentes -y aquí
está la idea matemática-. Para poder construir mejor su propio mapa, consiguió un
papel milimetrado y de esta forma surgieron en él al mismo tiempo el sentido de las
proporciones y el interés por los estudios. Por voluntad propia, continuó trabajando
en el mismo estudio durante más de dos meses y no se sintió satisfecho hasta que lo
terminó meticulosamente. Su satisfacción nacía del hecho de haber podido
experimentar la idea con los métodos matemáticos.

A este propósito haremos un paralelo con los infantes que tocaban los objetos cada
vez con mayor delicadeza. Este ejercicio parecía satisfacer algo muy dentro de ellos.
Pero mientras en ese entonces nos movíamos en el plano del tacto, ahora se trata de
satisfacer el plano de la imaginación. Así, en planos diferentes, se encuentran
fenómenos paralelos. Claro, cuando se suscitaba un interés en el niño pequeño, la
respuesta era infantil. Pero cuando despertamos el interés en la cultura, ésta puede
desarrollarse. Basta un particular, ya sea en el campo de la física o de la química, que
se produce este despertar. Rápidamente surgen una cantidad de ejercicios de
determinación que llevan a una cultura exacta y profunda.

La imaginación es la base misma del espíritu, es la que eleva a cada cosa a un nivel
superior, el plano de la extracción. Pero la imaginación tiene necesidad de un soporte:
tiene que ser construida, organizada. Solamente entonces el hombre puede alcanzar
un nivel elevado, ya que entra en el infinito.

21
Aquí se perfila una especie de plan de estudio: dar el Todo, presentando el Particular
como medio. Por ejemplo, cuando consideramos el estudio de los seres vivos, lo
importante es establecer desde el principio la clasificación. En un tiempo se trató de
suprimirla pues se pensaba que era árida y difícil pero en realidad es la que constituye
la clave de estudio del todo. No ayuda solamente a comprender, sino que además
ayuda a recordar. Representa por lo tanto, una base que es necesario establecer desde
el principio.

La maestra debe compenetrarse en la grandeza de este todo para poderlo transmitir.


El punto de partida no debe ser sólo la clasificación de algunos detalles, sino la
clasificación del todo que de esta manera viene a proyectarse a los ojos de la mente y
servirá de base para que cada particular encuentre su justo lugar en el espíritu. Por
ejemplo, digamos que el mundo es el globo en cuya superficie vivimos; pero decimos
de manera casi inmediata que este planeta también recibe reflejos del mundo de los
astros. No se puede aislarlo del conjunto, no se puede observar sólo. Considerándolo
de modo abstracto, podemos definirlo como el imperio de los tres reinos: reino
animal, vegetal y mineral. Tomamos un globo diferente al que se utiliza para
geografía: la parte en blanco representa la tierra, y la parte en negro el agua. 4 Esto
no sirve al estudio de la Geografía, sino que está destinado a estimular la imaginación
que trabaja partiendo de este globo.

Hablar de los animales, de los vegetales, de los minerales es una abstracción, pero
nosotros diremos: "El hombre vive sobre estas tierras y el hombre debe conquistar el
mundo...", la inteligencia del hombre debe conquistar el mundo, como la inteligencia
del niño ha conquistado el ambiente que lo circundaba.

Cada cosa está estrechamente ligada con este planeta: cada ciencia no estudia mas
que los particulares de un conocimiento total. Hablar de la vida del hombre sobre la
superficie del Globo Terráqueo, significa estudiar la historia. Cada particular se vuelve
interesante por el hecho de estar estrechamente unido a los otros. Podemos comparar
el conjunto a una tela: cada particular es un bordado y el conjunto forma un trama
maravillosa.

Para que el niño de los siete a los doce años pueda tener una idea de uno de los

Montessori: el negro (agua) lo cambió por el color azul. Además, la Dra. Montessori preparó para la Casa de los Niños otro
globo que mostraba caracteres sensoriales más evidentes: La tierra está representada por una superficie áspera de color nu4
Después de esta conferencia, el material descrito fue modificado por la Dra. el agua por una superficie lisa y azul, de esta
forma, la discriminación visual se conjuga con la táctil. (confrontar con el ejercicio de liso-áspero)
22
conjuntos de la naturaleza, por ejemplo, del planeta sobre el que vivimos, tendremos
que comenzar por proporcionarle los nombres.

Para poder realizar un trabajo útil, tenemos que llegar a darle una idea de todas las
ciencias, no con los particulares y precisiones, sino solamente con la impresión; se
trata de "sembrar la ciencia" en esta edad en la que existe una especie de período
sensible de la imaginación. Una vez que se ha dado la idea del conjunto, entonces hay
que mostrarle cada rama de la ciencia: Mineralogía, Biología, Física, Química, etc.
Como hemos visto, del examen del detalle nace el estudio del conjunto.

Sí, es naturalmente obligatorio comenzar por un particular. Pero como no existe


ninguno que no forme parte del todo, basta con escoger uno cualquiera que
constituirá el anillo de unión con el conjunto.

23
VI. EL AGUA

Para comenzar, hay que escoger un elemento de grandes dimensiones, también en


cantidad, porque si un elemento está representado grandemente, quiere decir que su
función es importante. Por esto, el agua es uno de los elementos más grandiosos de la
Tierra. Decimos antes que nada que muchos animales viven en el agua, sobre todo en
los océanos y que estos animales presentan un particular interés. Desde el momento
en que la imaginación no podría ser suficiente para darnos una idea del número de
estos animales, el sistema decimal, gracias al cual podemos construir números
enormes servirá para este fin y es así que la ciencia de las matemáticas ayuda a la
imaginación.

Para dar una idea de esta cantidad se puede decir que algunos peces depositan cada
año 70 x 10 ч huevos y se puede agregar que otros animales minúsculos existen en
una cantidad tan enorme que ningún niño podría escribir ese número. Mostramos
estos animales en el microscopio agregando que, a su vez, viven en colonias inmensas,
formando en el mar una mancha tan grande que una nave emplearía seis días para
rodearla. El espíritu ofrecerá a la imaginación una ayuda mucho más valiosa que si se
dijera simplemente "Esta cantidad es muy grande, es enorme".

Hacemos notar que los seres que viven en la Tierra se encuentran solamente sobre la
superficie, mientras que los que hemos apenas mencionado se encuentran a todas las
profundidades del océano. En ciertos puntos el océano es tan profundo que podría
contener la más alta de las montañas. Esto servirá para darle una idea de la relación
que existe entre los seres que viven sobre la Tierra y aquellos que viven en los mares.
Tanto más que, mientras sobre la Tierra se encuentran los desiertos que
frecuentemente están deshabitados por completo, en el agua de los océanos estos
animales se encuentran por todos lados.

¿Qué cosa mantiene la higiene en este mundo? Si se examina al agua se encuentra


siempre compuesta del mismo modo; esta composición puede ser determinada
exactamente en forma matemática. Y, ¿desde cuándo el agua se compone de esa
manera?... sin duda, desde siempre y para siempre. ¿Por qué? Pues si cambiara, aún
en lo mas mínimo, todos los seres vivientes que en ella se encuentran morirían. He
aquí, puesto a la luz, el problema vital del agua.

24
Subdivisión del Estudio del Agua.

El agua es un elemento de gran interés: es necesario conocerlo a fondo. Se presenta,


como casi todos los cuerpos, en tres fases: sólido, líquido y gaseoso. Hagamos
hincapié en este hecho: ¿Porqué el agua se nos presenta en sus tres aspectos de
manera más común que cualquier otro elemento? Además, en el estado sólido
pareciera asumir a capricho formas diferentes (nieve, hielo). Podemos provocar el
paso de un estado a otro por medio del calor (enfriándola o calentándola) pero, desde
el momento en que sus transformaciones se producen tan fácilmente, ¿no es lógico
tomarla como sustancia base?. Para esto nos sirve la medida de la temperatura y
decimos: "0° es el punto en que el agua se transforma en hielo y 100° es el punto en el
que se transforma en vapor; el intervalo entre estos dos grados se divide en 100 partes
iguales que son los grados centígrados".

En la vida práctica vemos continuamente cómo se transforma el agua en vapor. Así


transformada es mucho más ligera entre más fría este. Y esto es un punto que tiene en
común con otros elementos. Pero para el agua, esto es solamente a partir de 4 grados
sobre 0: de hecho por debajo de los 4° se hace más ligera. Es una característica propia
del agua y es por esta razón que cuando penetra en el estado líquido al interno de una
roca, enfriándose aumenta de volumen y la rompe, así como rompe tuberías y
calentadores de agua. Estos incidentes se producen constantemente en la naturaleza.
Así el agua prosigue sin detenerse en su obra.

Este fenómeno es una bendición para los seres que viven en el agua ya que si se
solidificara se haría más pesada, los aplastaría a todos, en cambio, representa para
ellos una verdadera protección. Debemos notar que las leyes de la naturaleza no son
absolutas: pasa que el agua, solidificándose, se vuelve más ligera y esto sucede
contrariamente a todas las leyes. Si el agua fuera un animal, se podría decir que se
comporta así por adaptación. Los fenómenos de la Naturaleza son siempre
instructivos si los examinamos sin prejuicios.

Cuando se introducen substancias sólidas en el agua sólo el agua se evapora y se


separa de las sustancias mismas. Así el agua del mar evaporada forma las nubes
sobre la Tierra, después, desciende como lluvia, mientras que los cuerpos sólidos que
en ella se encontraban permanecen en el mar. La nubes tienen mucha actividad: su
magnificencia despierta el interés y el estado particular en el que está que ya no es
líquida, estimula la curiosidad.

25
Afrontemos el estudio del agua en el estado líquido partiendo del problema de los ríos
que transportan al mar sustancias sólidas que flotan en sus aguas. Las aguas de los
ríos contienen grandes cantidades de sales. También la ciencia de las Matemáticas en
este caso ayudará a la imaginación: decir que los ríos transportan una enorme cantidad
de sales está bien. Pero decir que el Mississippi por si solo revierte en el mar 70
millones de kilogramos de materia calcárea al día y que todos los otros ríos realizan la
misma operación en proporción a su tamaño. Entonces surgen las preguntas: ¿Qué
sucede? ¿Desaparece? ¿Es un milagro? No, interviene un fenómeno que permite que la
Tierra continúe subsistiendo. Cuando vemos nuestras embarcaciones navegar en los
océanos nuestro pensamiento vuela a esta agua, en la que se realiza un trabajo
continuo para mantener intacta su composición.5

La idea ha sido lanzada al aire. Todo se une en el universo y cuando se parte de un


detalle siempre se llega por correlación al todo.

Además de todo esto, el agua es un solvente: algunas sustancia se disuelven en el


agua, por ejemplo el azúcar y una vez disueltas desaparecen a la vista.

La gran fusión cósmica del agua es la de disolver la roca: de hecho disuelve masas
inmensas, montañas altas millones de metros que podrían parecer los elementos más
duraderos de la Tierra.

Esta parte del estudio del agua -la más misteriosa, porque es la que el ojo no puede
ver- es precisamente la que produce mayor interés. Explicaremos pues que el agua
disuelve la materia calcárea contenida en la roca: esta singular función dará una idea
de la inmensa cantidad de ésta que existente en la superficie de la tierra.

Para darnos cuenta de la masa de la materia calcárea, podemos pensar en un prisma


con una superficie equivalente a dos veces la superficie de Europa y una altura de
3,000 metros. Proporcionar estos datos precisos ayudan a al imaginación.

Veamos ahora el mecanismo del fenómeno: el agua se apropia de la materia calcárea,


la absorbe y la transporta con ella misma y si nuestros ojos no pueden ver la
realización de este trabajo es porque al agua le toma mucho tiempo cumplir esta gran
obra y nosotros estamos acostumbrados a darnos cuenta sólo de las cosas que

5
El Principio de la Teoría Cósmica fue inspirado por un libro muy conocido en Italia: “Agua y Aire” del célebre Antonio
Stoppani, paleontólogo, geólogo, sacerdote y escritor, tío de Doña Reñidle Stoppani Montessori, madre de la Dra. Montessori
quien con frecuencia se complacía en recordar su célebre ascendencia materna.
26
suceden al momento. Sin embargo, una serie de experimentos nos permiten
comprobar esta acción que realiza el agua: los pequeños orificios que se observan
sobre la superficie de monumentos antiguos, las grietas de lastras de piedra que
pavimentan los parques... pero bueno, regresaremos a este argumento cuando
estudiemos la acción del agua sobre la tierra.

El agua que es la gran escultora de las rocas y transporta una gran cantidad de
sustancias, entre otras formas, por medio de los ríos. Si queremos darnos una idea de
la extensión de los ríos sobre la Tierra, no hay por qué preocuparse: basta dar una
ojeada al mapamundi y veremos que un sólo río comprende -con sus afluentes- una
vasta parte de la superficie terrestre. Los chicos se impresionan por la inmensidad de
las cuencas fluviales que recogen el agua de todas las partes del mundo y la llevan al
mar con todas las sustancias disueltas. Hay que mostrarles varias representaciones de
estos ríos: por el momento no es necesario nombrar los afluentes, el sólo verlos
estimula la imaginación.

Ahora hagamos observar que todos los grandes ríos de la Tierra vierten sus aguas a un
sólo océano: el Atlántico, ya sea directamente o a través de otros mares (el Océano
Glacial Ártico, el Mar Mediterráneo, etc.) que están siempre en comunicación con el
Atlántico. Si algunos grandes ríos desembocan en algún otro lugar, por ejemplo en el
Pacífico, en sus desembocaduras se forman pequeñas islas que son barreras
destinadas a proteger al Océano Pacífico. Esto significa que se puede considerar al
Atlántico como el inmenso recolector de todas estas sustancias.

Hemos hablado ya de la enorme cantidad de sales que por si solo el Mississippi


revierte en el mar. Lo mismo sucede con todos los otros ríos: el agua se transforma
después en vapor, pero abandona las sustancias que ha transportado consigo. Esta
agua destructiva, este obrero tan ligero, tan fresco, realiza tranquilamente su trabajo:
una gran cantidad de sustancias calcáreas se depositan en el fondo del mar y puesto
que hasta ahora el Atlántico no se ha colmado, es evidente que estas sustancias son
distribuidas en todos los otros mares. Este fenómeno de la distribución constituye
otro campo, que podría entrar, al menos en parte, en la geografía física (por ejemplo
las corrientes marinas), de las que tendremos ocasión de hablar más adelante.

El fenómeno más singular es que toda esta materia calcárea desechada en el mar por
millones y millones de años, no ha alterado para nada la composición del agua, de la
que depende la vida de todos los seres que pueblan el mar. El problema cósmico
consiste por lo tanto en eliminar todo este carbonato de calcio, para que el agua
27
permanezca inalterada. Pero ¿cómo hacer para eliminar una sustancia que está ya
disuelta? Imposible poner a hervir el agua del mar. A este punto interviene en la
profundidad del océano otra fuerza activa: Una energía que provee a reordenar toda la
sustancia disuelta. Esta energía es la Vida. Existen por esta razón seres vivientes que
se encargan de fijar este carbonato de calcio.

Existen siempre por un lado una parte de las fuerzas físicas que destruyen y por otro,
fuerzas vitales que reconstruyen. Desde tiempos inmemoriales estos animalillos
desarrollan su función: son aquellos que se revisten de una concha calcárea y
constituyen una verdadera fuerza, que tiene la tarea de apoderarse del carbonato de
calcio excedente y de fijarlo.

El estudio de las conchas y caracoles acuáticos es interesantísimo para los niños.


Existen conchas tan grandes que una sola de sus valvas puede pesar 300 Kg. y hay
también otras minúsculas y microscópicas: los foraminíferos, por ejemplo, de los que
se pueden observar fragmentos en el microscopio, son seres invisibles, unicelulares,
que constituyen una especie de polvo, comparable a la arena del desierto, esta arena,
acumulándose forma depósitos calcáreos.

Los animales que en este campo tienen la función más importante son los corales. Los
corales tienen la particularidad de estar fijos: siempre absorben carbonato de calcio,
se multiplican y crecen hasta salir a la superficie, donde forman islas, vastas regiones.
Considerando por una parte la existencia de los ríos sobre la Tierra, por otra, esas
formaciones coralinas, se descubre que estos fenómenos tienen una relación entre
ellos: uno representa la fuerza que destruye, el otro la energía que, simultáneamente,
reconstruye.

La cantidad misma de las islas coralinas es un punto interesante que vale la pena
señalar: son enteros continentes que desaparecen, mientras otros se crean. Hoy, estas
islas son muy conocidas y se ve claramente que forman las islas del Pacífico, con una
extensión de tierra comparable con Asia. El hecho singular es que todas estas
construcciones están situadas en el Océano Pacífico y no en el Atlántico, en donde los
ríos depositan la mayor parte del material. Veamos por qué.

Es conocido que los corales, para prosperar, tienen necesidad de aguas tranquilas y
limpias. Ahora, el depósito de los materiales necesarios que vivan se encuentra en el
Atlántico, pero los seres que utilizan este depósito se encuentran alejados a millones
de kilómetros. Se puede establecer un paralelo con aquello que sucede en la industria:
28
la producción se cumple en un determinado lugar y los hombres en los países más
lejanos utilizan con calma esos productos. Es una organización maravillosa, que
comprende por una parte la producción o depósito de materiales en aguas turbias y
tumultuosas y en algún otro lugar se consuma la reconstrucción. ¿Quién pues
transporta esta sustancia lejana hacia los corales que no pueden moverse? Deben
existir los medios de comunicación y de distribución de diferente importancia,
precisamente como para la distribución y el transporte de los productos industriales.
Aquí comenzamos a descubrir la organización viviente, misteriosa en sí, pero simple
de comprender: abordemos la geografía física, la zoología, para explicar la función de
la vida en el universo, la mineralogía y algunos principios de física para describir las
propiedades del agua y, finalmente, nos servimos de algunos elementos de química
para esclarecer como el agua puede destruir las rocas.

Todos estos elementos forman parte de un conjunto, apasionante como una fábula:
nos cuentan la Historia de la Tierra.

A menudo se presenta a los chicos una clasificación de las conchas pero existe tal
variedad y con nombres tan difíciles que no se debe considerar como un estudio
importante como para imponerlo.
Aquello que es necesario presentar inmediatamente a los estudiantes no es la
descripción de todas estas conchas -monovalvas, bivalvas, etc.- sino la noción de la
inmensa variedad de formas que la naturaleza puede asumir. Esto es lo que conmueve
a la imaginación, la habilidad estética de estos animales que no se cubren con una
concha sólo para defenderse sino que además, le dan diversas formas adornándolas
con diseños singulares dependiendo de su especie, así como el ser humano construye
su casa con otros propósitos, no solamente para protegerse de la intemperie.

Atraigamos pues la atención del niño a la obra de la vida: esto es lo importante. Si


estos animales fueran dotados de inteligencia y pudieran discernir, sin duda dirían:
"Trabajamos para mantener pura el agua de los océanos y somos incansables, pues si
no elimináramos todo este carbonato de calcio, la vida en el mar no sería posible".
Pero no podrían jamás imaginar de ser los arquitectos de nuevas tierras, de nuevas
cadenas de montañas, de islas lejanas, sobre las cuales nuevas criaturas vendrán a
establecerse.

29
En realidad, la finalidad de estos seres vivientes está muy lejos de ser sólo la que
aparenta ante sus ojos: a primera vista su función pareciera ser la de buscar las
mejores y más felices condiciones de vida. Los corales podrían pasar por seres
inconscientes, gozando de los placeres materiales de la vida en modo parcial e
indiscriminado. Es muy singular observar cómo los corales presumen de vivir bien:
buscando una cierta temperatura, se aseguran un tipo de agua con buena cantidad de
cloro y prosperan en lugares limpios (como lo hacemos nosotros cuando vamos a vivir
al campo), lejos de esas aguas impuras y turbias que son los ríos que bajan de las
montañas. Ni se preocupan por saber que los materiales de los que se sirven
provienen justo de los ríos de los que quieren estar lo más lejos posible, en lugares
espléndidos, sanos y templados: quieren vivir en óptimas condiciones higiénicas.

Pero su trabajo (que es esencial) consiste justo en absorber esa agua; deben
apropiarse del carbonato de calcio y restituir el agua purificada: todos los animales
secretores tienen la misma finalidad. La cantidad de agua que absorben es
considerable: ¡equivale, en proporción, a la que absorbería un hombre que bebiese 30
litros de agua al segundo!

Los corales cumplen un trabajo tan importante que tienen necesidad de ayuda:
existen, pues pequeñas algas que trabajan continuamente para dotarlos de oxígeno.
Estos corales se podrían comparar a señores servidos por sus criados. Tenemos la
impresión de encontrarnos en medio de una fábula fantástica y sin embargo se trata
de la más pura realidad, pero una realidad que debe satisfacer a la imaginación.

Este movimiento del agua, bastante difícil de explicar, depende de un gran número de
factores, muchos de los cuales son factores cósmicos. Pero las corrientes no serían
suficientes para crear el movimiento necesario, para que el carbonato de calcio fluya
hacia los secretores, se debe contar con el movimiento de los seres vivos. Nuestro
interés se vuelca hacia los animales superiores que pueblan las aguas: los peces que
presentan infinidad de variedades, pero un sólo tipo en general que puede definirse
así, “dos grandes masas musculares en movimiento como si fueran una cuchara que
mezcla y remueve sin parar el azúcar en el fondo del océano”.

Podemos pues considerar dos grandes grupos de animales: los animales secretores y
pesado que se quedan en el fondo del agua sin moverse, o casi sin moverse, y los
peces que se mueven continuamente con su esqueleto ligero que basta apenas para
sostener los músculos en movimiento.

30
Esta infinita variedad de peces constituye un grupo con relaciones sociales muy
peculiares. Es así como empezamos a estudiar la vida de los peces en el mar. Es una
vida muy interesante y aún más interesante es este movimiento perpetuo que tiene la
misión cósmica de mezclar el agua. ¡Este trabajo hace verdaderamente placentera la
vida de los peces! Con frecuencia decimos: “es feliz y libre como pez en el agua”.
Nótese que la realización de una gran tarea lleva felicidad a los seres vivientes que la
realizan. Pero apenas expresamos esta idea, su lógica salta a los ojos: para cumplir
una gran tarea hay que trabajar en las mejores condiciones posibles.

Estudiar las diversas corrientes marinas es difícil, pero observar su dirección en un


mapa geográfico es fácil; se puede decir a los niños que existen ríos inmensos, no solo
en tierra sino que también en los mares.

¿Cómo pueden existir las corrientes de agua en la misma agua? De hecho el mar está
surcado por innumerables corrientes, tantas que se podría establecer una especie de
anatomía del océano para ilustrar exactamente su itinerario.

El agua del mar tiene sus leyes exactas, eternas: cada corriente corre siempre en la
misma dirección. Y el estudio de las corrientes de la superficie revela la existencia de
las que se encuentran a mayores profundidades. En la base del sistema existen
factores externos (por ejemplo la temperatura, el sol, la atracción solar o lunar): al
interior se encuentra todo el trabajo de los animales, que jalan el agua de arriba hacia
abajo y después la empujan de abajo hacia arriba. Así se puede comparar esta
circulación a la de la sangre en el cuerpo animal: la sangre impura fluye hacia los
pulmones y se purifica. De la misma manera, los animales secretores de los que
hablamos representan los pulmones del océano: se encargan sin descanso de eliminar
del agua el carbono de calcio. Esta función se desarrolla a gran escala como si la
Tierra fuera una persona viva: esta noción (que queda indeterminada en la imaginación
del chico, pero que corresponde a la realidad) hace que cada uno de los particulares
estudiados a continuación lo conduzcan una vez más a la visión del conjunto.
Entonces el conocimiento, aportando sus determinaciones, irradia desde el centro...
como una semilla que se desarrolla poco a poco.

El estudio de las corrientes superficiales nos conduce a la Geografía. Estas corrientes,


trazadas en el mapa con rojo si son cálidas y en azul si son frías, son evidentes al ojo
del niño. Se puede ayudar a su imaginación diciéndole que cada una de estas
corrientes representa un río enorme, en el que la cantidad de agua transportada
corresponde a mil ríos Mississippi o mil Ríos del Amazonas reunidos. Seguimos la
31
corriente ecuatorial a partir del Golfo de México: cuando se divide, una de sus dos
ramas forma la Corriente del Golfo y la otra regresa sobre sus pasos a cerrar el anillo.
El movimiento de las corrientes se puede comparar con la actividad de la vida práctica:
por ejemplo, cuando se barre una habitación se acumula todo el polvo en un ángulo
antes de recogerlo. Aquí el carbonato de calcio desaparece. Ahora, en el extremo de
este anillo se encuentra efectivamente un inmenso recolector que es el Mar de
Sargassi.

Dada la existencia de un movimiento circular formado por las corrientes,


evidentemente los objetos que vienen a encontrarse sobre la circunferencia (por
ejemplo, pedazos de madera, a veces de grandes dimensiones, hasta árboles enteros)
jalados por la corriente de la fuerza centrífuga, se alejan a lo largo de la tangente,
recorriendo siempre el mismo camino. Esta agua trabajadora transporta siempre los
residuos: por esto, en las regiones de los glaciares, donde no crece ninguna forma de
vida vegetal, se encuentran grandes cantidades de leños que permiten a los habitantes
de esas regiones construir sus casas y calentarse. Para los niños, estas anécdotas son
aún más interesantes que una fábula.

Observemos por un momento el mapa de las corrientes y después dejémoslo durante


un cierto tiempo a la vista de los niños para atraer su atención ya que ellos asimilan el
ambiente por instinto. Cada uno de ellos se dedica al trabajo que he escogido, pero el
mapa está ahí y les interesa. Hagámosles observar el Pacífico en donde el clima es
caliente, todas las corrientes son paralelas, en cambio en otras partes de la Tierra su
curso es irregular.

De la observación visiva de estas corrientes se puede concluir que el agua fría es más
densa y tiende a bajar, mientras el agua caliente, más ligera, sube: por otra parte el
agua purificada del sedimento calcáreo es más ligera de la que todavía está saturada y
por eso tiende a volver a subir a la superficie.
La anécdota de la botella que contenía un mensaje lanzada al mar por un náufrago en
el extremo de Cabo de Hornos (al extremo sur de América) y encontrada en Irlanda es
una clara demostración del movimiento de las corrientes.

Claro que sería fascinante poder penetrar en el majestuoso misterio que el agua lleva
consigo. Así nace el deseo de celebrarla con versos. La forma en que se comporta, su
finalidad inteligente, su misión grandiosa nos hacen sentir su maternidad. ¿No es
acaso la madre de todos los seres vivientes, el agente de la Creación? San Francisco de
Asís lo había comprendido bastante bien y en un momento de amor fraternal hacia los
32
elementos, había celebrado "... hermana agua la que nos es muy útil, eres humilde,
eres preciosa, eres casta" Y amada por todos, porque todos los seres vivientes
tenemos sed, tanto los animales como las plantas no podríamos vivir sin ella. ¿Cómo
se podría no tenerle admiración y reconocimiento y unido a todo esto, deseos de
conocerla? El estudio del agua puede pues convertirse en algo apasionante y varios
datos precisos obtenidos de las investigaciones científicas seguramente lo ilustrarán
mejor.

Observamos ahora al agua desde un punto de vista diferente. Ya le hemos hablado al


niño de su propiedad disolvente y hemos visto que su gran función cósmica consiste
en disolver las rocas. Consideramos pues al agua como un solvente: esto es un
concepto preciso. Examinemos ahora el mecanismo de esta propiedad: este examen
nos lleva directamente a la química.

El agua en su calidad de "solvente" entra en una "solución" y este poder de solución


tiene límites bien precisos que se pueden medir: a este punto interviene una vez más
el factor matemático. Diremos que el agua que permanece en la superficie es
"saturada" y que las sustancias en exceso forman un "depósito". Mezclamos después
el agua con otra sustancia bien conocida: el almidón y mostramos que, aunque en
mínima cantidad, el almidón no es soluble: se mezcla pero no se disuelve.

Decimos ahora que este almidón permanece "en suspensión" y he aquí otro concepto
preciso. Finalmente metemos una piedrecilla en el agua: veremos que no se disuelve.

El agua sigue siendo el solvente por excelencia. Existen, naturalmente, algunas


sustancias que no se pueden disolver, pero, otro hecho singular es que las sustancias
que disuelve se hospedan pasivamente en ella. La roca es la sustancia de la que nunca
se sacia, nunca deja de devorarla. Corre en su búsqueda hasta las profundidades de la
tierra. Y bueno ¿cómo es que la piedrecilla que pusimos en el agua no se disuelve?
¿Qué misterio es éste? He aquí algo diferente para lo que hace falta una explicación
complementaria: no solamente el agua disuelve las sustancias sólidas, sino que
disuelve también algunos gases, en particular el dióxido de carbono o anhídrido
carbónico, el conocido gas que emiten todos los animales de la Tierra y la Tierra
misma. Ahora, el agua para poder realizar su acción sobre la roca, debe contener
disuelto este gas que existe también en el océano.

Ya que el agua no puede arrastrar la enorme roca, primero la transforma, la hace


friable y después se la lleva.
33
Estas transformaciones son diferentes de aquellas que se obtienen mediante una
simple solución, como nos enseña la química, el agua realiza sobre la piedra una
acción tanto física como química.

A este punto mostraremos a los niños una botella de agua que contenga bajo presión
una gran cantidad de anhídrido carbónico, o sea una solución presurizada de ácido
carbónico. El agua que penetra en la tierra puede contener una gran cantidad de este
gas, justo porque está bajo presión: esto es lo que sucede cuando el agua excava bajo
tierra las cavernas, la galerías y los pozos. Pero cuando el agua resurge a la superficie
restituye todo el exceso de carbonato de calcio que contenía bajo presión y es así
como se producen sobre la costra terrestre grandes formaciones de minerales.
Tenemos como ejemplo a las rocas volcánicas y a las calizas. Es lo que sucede con la
botella que deja salir el ácido carbónico bajo presión apenas se quita el tapón y la
presión baja.

El agua penetra en la tierra para cargarse de la sustancia rocosa que llevará consigo y
la depositará en la superficie. Aquí esta roca forma originales construcciones como un
genial arquitecto. El agua es pues activa, golosa, capaz de contener una enorme
cantidad de este gas del que esta ávida y que es su colaborador en la importante obra
de devorar rocas. Vemos por qué el agua de lluvia, que contiene más ácido carbónico
del que contenía cuando era vapor en las nubes, deja sus huellas en la piedra.

34
VII. ALGUNAS EXPERIENCIAS DE QUÍMICA

Examinando el mapa de las corrientes marinas nos hemos damos cuenta de que los
cuerpos líquidos tienen pesos diferentes y que los líquidos más ligeros flotan sobre
aquellos más pesados. Ahora estableceremos algunos términos técnicos o científicos
mediante ejercicios, aunque no estén en relación con aquellos que sirven para las
corrientes marinas. Se trata de ejercicios paralelos a los de la vida práctica, gracias a
los cuales el niño aprendió a moverse con movimientos precisos. De la misma manera,
el uso de probetas y embudos constituye un nuevo trabajo manual útil en este estudio.
Algunas manipulaciones son comparadas con las que trabajaba el pequeño en Casa de
los Niños cuando traspasaba líquidos de un vaso a otro. En este ejercicio necesita
tener más cuidado ya que el recipiente es más pequeño.

Veremos pues en una probeta líquidos de peso diferente: ahora introduciremos un


concepto nuevo "peso específico". La mejor manera de comprender esta palabra es
viendo diferentes líquidos sobreponerse. En el fondo del tubo se queda el mercurio,
arriba ponemos agua, después aceite y por último alcohol etílico. Para reconocerlos
mejor le pondremos tintas de colores diferentes a cada uno de los líquidos (a)

Tomemos otras dos probetas (b): en una ponemos agua y una pizca de azúcar
cristalizado en otra agua y almidón. El azúcar se disuelve muy lentamente, aunque en
los primeros instantes pareciera que no es soluble en el agua.

a) b)
Pero si calentamos la probeta, el azúcar desaparece inmediatamente. En lugar de una
solución fría tenemos una solución con calor (c)

c)
35
Este pequeño experimento que es de gran interés para los niños requiere de una cierta
atención: de este modo estamos impartiendo a los pequeños alumnos una noción
práctica -que el azúcar cristalizada es soluble en agua caliente, no en agua fría- y al
mismo tiempo educamos su paciencia.

Por lo que respecta a nuestro almidón, permanece inalterado, sin disolverse, ni


siquiera si agitamos la probeta, el agua se vuelve turbia, opaca: está "en suspensión".

Por lo que asumimos que, una solución puede estar colorada y permanecer
transparente, mientras que el líquido que contiene una sustancia en suspensión se
vuelve opaco. Las dos probetas preparadas lo demuestran claramente.

Tomemos ahora una solución azul de sulfato de cobre y agua y veamos si es posible
liberar al agua de esta sustancia. Para filtrarla comenzaremos por aprender cómo
preparar un filtro en un embudo, cómo amarrar el papel, cómo tomar las medidas para
evitar que el papel sea muy grande para el embudo ya que el filtro debe permanecer
bajo el nivel de éste. Para que nuestro pequeño experimento resulte más evidente,
filtremos primero el agua que contiene el almidón. Veremos que vuelve a estar clara y
habremos demostrado con qué facilidad se puede liberar el agua de una sustancia
contenida en suspensión. Ahora repitamos la operación con la solución de sulfato de
cobre: verificaremos que esta agua, aunque filtrada, permanece colorada. La solución,
pues, constituye un líquido que es una nueva sustancia.

Hemos visto que, un líquido en el que se encontraba una sustancia suspendida puede
volver a ser claro cuando es filtrado, aunque esto no significa que se le haya quitado la
sustancia que estaba suspendida anteriormente. Para hacerlo, hace falta que el líquido
pase por otra operación: hay que llevarlo a ebullición. Si no disponemos del
recipiente necesario para la destilación no podemos obtener nuevamente agua pura:
pero podemos ver qué cosa permanece en la sustancia disuelta cuando el agua se haya
evaporado completamente. Esta operación de llama "calcinación". Pensemos al
carbonato de calcio que permanece en el fondo del mar cuando se evapora el agua.

Si por el contrario, resta un depósito en la probeta podemos (prácticamente, si no


completamente) liberar el líquido de esta materia mediante la "decantación". Estas
palabras nuevas son términos técnicos precisos que podremos escribir en un
cuadernillo o en fichas separadas dando la explicación exacta de cada uno.

36
Hacemos notar que para hervir estos líquidos siempre se pone una redecilla entre la
flama y el matraz y debemos estar atentos para no quemarlo cuando el líquido esté
completamente evaporado.

Esta experiencia demuestra que el agua desapareció sin haber podido llevarse nada
consigo: el sulfato de cobre permanece como una sustancia sólida que podemos
recoger y poner nuevamente en el agua obteniendo otra vez una solución azul,
idéntica a la anterior. Así ha sido posible quitar la sustancia que se encontraba antes
en el agua y unirla nuevamente a otra.

He aquí actividades simplísimas pero que precisan de mucho tiempo pues hay que
tener la paciencia de esperar que los líquidos se depositen, se disuelva o evaporen.
Además se necesita mucha calma y mucha atención. El efecto psicológico obtenido
con este tipo de ejercicios en niños de esta edad se podría comparar al juego del
silencio de los más pequeñitos. Los niñitos contienen rigurosamente todos los
movimientos, en este caso los movimientos deben ser pausados y realizados con un
alto grado de concentración.

Podemos indicar otro ejercicio que no es complicado en sí ni difícil de entender pero


que exige paciencia y cuidado; sobre todo es imprescindible una mano quieta y firme.
Se trata de llenar de agua una probeta. Cuando la probeta está llena hasta la orilla, si
observamos bien la superficie del agua, vemos que es cóncava porque el agua se
adhiere al vidrio. Esta unión se llama "cohesión". La dificultad está en agregar una
pequeña cantidad de agua en esta probeta que ya está llena al ras. Se verá ahora
como la superficie del agua cambia de cóncava a convexa. Este fenómeno es el
resultado de la fuerza de cohesión del agua: esta es la razón por la cual se forman
gotas cada vez que cae, una forma esférica. La gota es al mismo tiempo cóncava y
convexa.

Podemos explicar a los niños cómo se forman las estalactitas y las estalagmitas: son
todos argumentos que concentran su atención en el agua.

Ahora llevémoslos a descubrir, a través de la experiencia, el principio de los vasos


comunicables.

Tomemos una probeta en forma de U y expliquemos que el agua puede salir del
terreno porque tiende a ponerse al mismo nivel de una falda acuífera que se encuentra
bajo tierra. Muchos manantiales se deben a este fenómeno. Así, para utilizar en una
37
colina el agua que se encuentra a la misma altura en otra colina, basta ponerlas en
comunicación: si los antiguos Romanos hubieran conocido este principio, no hubieran
construido los inmensos acueductos que despiertan nuestra admiración: hubiera sido
suficiente establecer una comunicación de un punto a otro. Además, hagámosles
observar que la superficie de los líquidos constituye un plano horizontal. Para
demostrarlo, nos servimos de un tubo a V. En el brazo oblicuo, la superficie del
líquido asume la forma de una elipse, en el otro, teniéndolo vertical, la forma es de un
círculo. Esto prueba que la superficie del líquido siempre permanece en posición
horizontal: basta pues que un líquido esté en reposo absoluto para que se establezca
tal posición. De todas estas demostraciones se derivan principios que nos consentirán
pasar a determinaciones matemáticas cuando se afronte el estudio de los
instrumentos científicos.

Hablemos ahora de la composición química del agua. Es necesario que el niño sepa
algo de esta ciencia que en nuestros días ya ha asumido gran importancia. No
podemos presentarle todavía grandes teorías ni la ciencia exacta de la química, esto
sucederá más tarde. Pero él se encuentra en una edad en la que debe simplemente
recibir la semilla que germinará después: tiene necesidad de una idea, una impresión
que desate su interés. Si este interés surge, será capaz de estudiar y comprender
rápidamente la materia. De otra forma, esta ciencia tan desarrollada con gran
influencia sobre la civilización actual, le parecerá obscura.

Entonces, hay que buscar todo lo que puede ser accesible al espíritu del niño para
lanzar las bases del estudio futuro. Esto significa que antes de presentar la ciencia es
necesario sembrar algunas impresiones. También aquí será oportuno recurrir a la
imaginación para crear estas impresiones y llegar poco a poco a las primeras
conclusiones. Para esto hay que buscar símbolos accesibles al niño, encaminarlo a esa
lógica primitiva que lo haga razonar. No hay nada que pueda hablarle mejor a su
imaginación que la ciencia por el sentido de magia que le es propio: el hecho de que
de un cuerpo asociado a otro cuerpo -como sucede con el agua- se forme un tercero,
por así decirlo, invisible... ¡da verdaderamente una impresión de magia! Es el espíritu
que permanece delante a la creación que surge.

El hidrógeno, un gas ligero, invisible, que trata de huir y el oxígeno, otro gas presente
siempre en el aire que no vemos pero del que tenemos tanta necesidad y del que los
niños han escuchado hablar siempre, lo respiramos... hasta los peces en el agua lo
necesitan. El oxígeno es un gas prodigioso: debido a él se originan las combustiones.

38
El aire está compuesto de oxígeno, presente en cantidad cuatro veces superior al
nitrógeno, otro gas que tiene la tarea de moderar al oxígeno: sin el nitrógeno el
oxígeno lo quemaría todo. Conocemos al nitrógeno pues con frecuencia escuchamos
hablar de sustancias nitrogenadas. Durante la II Guerra Mundial, Alemania usaba el
nitrógeno para fabricar gases explosivos.

Esto nos sugiere una observación muy singular: de los dos gases que componen la
atmósfera uno quema y el otro explota. Pero además, el oxígeno unido al hidrógeno
forma el agua.

39
VIII. EL CARBONO EN LA NATURALEZA

El aire que respiramos está contaminado por anhídrido carbónico que es emitido por
los pulmones. Ahora, este anhídrido carbónico es un veneno para nosotros y para los
animales. ¿Cómo es que no nos hemos asfixiado todos? He aquí otro misterio similar
al del agua. Existe un elemento que ha mantenido al aire puro durante siglos desde
los primero orígenes del mundo.

Se ha hecho la hipótesis de que al principio existieron únicamente el hidrógeno y el


oxígeno completamente invisibles. Sucedió una explosión y las cataratas del cielo se
abrieron y así fue creada el agua. El agua está formada por dos partes de hidrógeno y
una de oxígeno. Esta sustancia que antes no existía pudo haberse formado en un
instante por una chispa: así es como en el laboratorio se obtiene el agua. Se trata de
un experimento que no se debe presentar a los niños al principio, pero se puede
explicar el fenómeno como si se narrara una fábula explicando como el agua, invisible
pero sensible al tacto, se formó de dos elementos que también lo eran.

Y ya que nos encontramos en el argumento de la creación de un cuerpo, diremos a los


niños que la química es el estudio de los cuerpos nuevos que se van creando. Les
mostraremos como ejemplo un terrón de azúcar en un refractario, le ponemos un
líquido que en apariencia es similar al agua, pero sólo en apariencia, pues es ácido
sulfúrico. Si mezclamos bien las dos sustancias en el agua el azúcar se disolverá. Se
observa que del refractario se eleva una nubecilla de humo y asistimos, como por
encanto, a la formación de un elemento nuevo: el carbono. El azúcar blanco es en
realidad un fragmento de carbono. Se explica así que el carbono, según las formas y
los aspectos asumidos, puede tener cualidades y usos diversos.

Propiamente dicho, todas las sustancias que se queman se convierten en carbón: los
árboles, la carne que se olvida en el fuego se convierten en carbón, nosotros mismos
no somos más que carbón combinado con otros elementos. El carbono o carbón es
uno de los elementos más importantes y más difusos en la Tierra.

El niño se ha servido de símbolos. Las letras del alfabeto no son más que símbolos:
son sólo un pequeño número, pero uniéndose forman combinaciones, palabras,
poemas. Las notas musicales son símbolos, representados por puntos y la música nos
hace felices, nos hace cantar, bailar. ¿Por qué pues no podríamos expresar con
símbolos también otro gran fenómeno como es el de la creación?
40
Los cuatro elementos que representamos de esta forma son la llave del universo6:

Hidrógeno Oxígeno Nitrógeno Carbono


H O N C

Son fáciles de recordar porque tienen respectivamente 1, 2, 3, 4, dientecillos.


Efectivamente nos hacen pensar en llavecillas.

Podremos representarlas bajo la forma de cuerpos provistos de brazos capaces de


aferrarse entre ellos. Son elementos que se abrazan irresistiblemente, por ejemplo, el
hidrógeno abraza al oxígeno y el oxígeno que tiene dos brazos puede aferrarse a dos
hidrógenos. Así se obtiene el agua que se representa de esta forma:

H2O (agua)

6
Los colores se han dado para poder identificar a cada elemento de alguna manera. (n.d.t.)
41
En cambio el carbono que tiene cuatro brazos, se sirve de dos brazos para aferrar con
cada uno dos oxígenos y se une a ellos para formar el anhídrido carbónico que se
representa así:

CO2 (anhídrido carbónico)

Estos dos elementos (o sea el oxígeno y el carbono) tienen una importancia


fundamental: se podría decir que son los dos motores del universo.

El nitrógeno tiene tres brazos y se combina con tres hidrógenos. Forma un compuesto
muy conocido y de gran utilidad: el amoníaco. El amoníaco es la última forma que
asumen las sustancias nitrogenadas del organismo cuando entra en proceso de
descomposición.

NH3 (amoníaco)

42
La atención del niño es atraída del modo en el que se unen estas sustancias. He aquí
la representación o la fórmula de estructura del ácido nítrico. El hidrógeno (en este
caso) tiene cinco brazos; con cuatro de ellos se une a dos oxígenos que tienen, como
hemos visto, dos brazos cada uno. El último brazo del nitrógeno se une a un brazo de
otro oxígeno el que, a su vez, con el brazo que tiene todavía libre, toma a un
hidrógeno.

HNO3 (ácido nítrico)

Para nosotros es muy difícil pasar del amoníaco al ácido nítrico pero en la naturaleza,
el fenómeno se repite continuamente y se provoca por la intervención de unos seres
vivientes llamados microbios que están dotados de un poder que nosotros no
poseemos: Separan los hidrógenos y los sustituyen por oxígenos. Si estos
microorganismos no existieran, la Tierra se llenaría de amoníaco y las plantas ya no
podrían encontrar nutrientes, pues el mundo vegetal se nutre de nitratos derivados del
ácido nítrico. Estos organismos contribuyen a la nutrición de las plantas, gracias a su
obra se producen estas transformaciones químicas.

En el anhídrido carbónico, del que hemos hablado hace poco, la sustancia principal es
el carbono. Cuando hablamos de carbonato de calcio, también se trataba de carbono.
Entonces, ¿también las rocas están compuestas de carbono? Mostremos la fórmula del
carbonato.

43
Esta es la representación del calcio:

Ca

El carbono tiene cuatro brazos, con dos se une a un oxígeno. Con los dos que le
quedan toma un brazo de cada uno de otros dos oxígenos. De esta forma cada uno de
estos últimos tiene un brazo libre con él, los dos oxígenos se unen a los dos brazos de
un átomo de calcio.

CaCO3

Cuando el agua de lluvia cargada de anhídrido carbónico golpea la roca (que es


carbonato de calcio) se transforma en bicarbonato de calcio que es soluble al agua, es
por eso que la piedra se desmorona.

Contemporáneamente, sucede lo contrario, o sea que se crean nuevos continentes. El


bicarbonato de calcio, por eliminación del anhídrido carbónico y del agua (que es como
decir por eliminación del ácido carbónico) se transforma en carbonato de calcio.

H2CO3 (ácido carbónico)

44
Como es insoluble, determina la formación de estructuras calcáreas como las
estalactitas y estalagmitas, madréporas y corales, con la consiguiente formación de
arrecifes y atolones.

Ca(HCO3)2 (bicarbonato de calcio)

Esto es el gran drama de la naturaleza, gracias al cual las montañas se descomponen y


se forman tierras nuevas. Es así como el agua disuelve y crea continuamente.7

Es interesante asistir a los procesos que avienen entre todos estos elementos a los que
se pueden considerar como la llave que guía la dinámica interna de la naturaleza. Si
estos conocimientos se ofrecen al niño de esta manera simplificada, surge en él un
deseo apasionado de saber qué cosa sucede: cuando se habrá familiarizado con estas
sustancias será fácil para él representarlas con simples símbolos.

7
Las relaciones químicas que intervienen en el proceso de degradación de las rocas calcáreas son por lo tanto las siguientes:
H20 + CO2 H2CO3 (ácido carbónico)
H2CO3+CaCO3Ca(HCO3)2 (bicarbonato de calcio)
Las reacciones químicas que intervienen en el proceso de formación de estructuras calcáreas son las siguientes:
Ca(HCO3)2  CO2+H2O+CaCO3
El anhídrido carbónico, durante tal proceso, se esparce en el aire. Aunque los procesos de estos dos ciclos (degradación y
formación) no tengan una relación recíproca, las dos reacciones químicas (de descomposición y de composición) que
determinan este incesante y dramático “ciclo de la piedra” pueden ser resumidas en la única reacción reversible aquí indicada:
H2CO3+CaCO3   Ca(HCO3)2
45
IX. ALGUNAS NOCIONES DE QUÍMICA INORGÁNICA

Es necesario comprender bien el punto de vista del que partimos para presentar a los
chicos estos elementos embrionarios de la ciencia: se trata de dar una representación
sensorial e imaginativa, mediante símbolos visuales claros que permitan determinar
los particulares.

Sustancialmente, nos proponemos que se suscite en los pequeños alumnos el interés y


si no se logra inmediatamente, hay que presentar las cosas en un cierto ambiente -
siempre ateniéndonos al mismo principio- y esperar la reacción. Si vemos que el
entusiasmo no se enciende todavía, no perdamos tiempo: pasemos a otra cosa. Si en
cambio surge el entusiasmo, quiere decir que tenemos frente a nosotros un nuevo
camino que podemos recorrer con el niño. Pero sobre todo, recomendamos que no se
comience muy tarde: la química puede ser presentada ya desde los nueve años y en
algunos casos, su interés podría presentarse unos años antes.

Nosotros los adultos nos preguntamos siempre si el niño sabrá verdaderamente


entender estos problemas que a nosotros nos parecen tan difíciles. ¿Podrá comprender
las moléculas y el átomo? ¿Qué cosa entenderá de estas fórmulas?. Nos parece
imposible que pueda continuar el estudio de la teoría atómica, pero en este momento
no se trata de presentarle una ciencia sino de ofrecerle un punto de partida capaz de
despertar en él un interés que se desarrollará más tarde. Recomendamos sobre todo
no dar demasiadas explicaciones, basta precisar claramente los nombres. He aquí una
anécdota que ilustra nuestro consejo:

Un niño le pregunta al padre por qué las hojas son verdes y el padre, feliz de
aprovechar esta ocasión, se lanza en una documentada explicación de la clorofila, el
aire, la fotosíntesis ¡parece no tener fin! En niño escucha por educación, pero dentro
de él piensa: "¡Qué desgracia haber desencadenado este diluvio!"

Por lo que se refiere al problema de la molécula y el átomo, podemos explicarlo así.


Busquemos la parte más pequeña de alguna cosa: por ejemplo, dividamos una figura
geométrica en tantas figuras cada vez más pequeñas, hasta que no sea posible
continuar. Bien, el átomo es esta parte de una sustancia que no se puede dividir.
Encontremos una analogía: "Para la humanidad el átomo es el hombre: si se corta en
pedazos, ya no es un hombre". Partiendo de este ejemplo podemos decir que el
46
hombre y la mujer son dos átomos de la humanidad: el conjunto de hombre-mujer
constituye una molécula, o sea que una molécula está constituida por dos partes.

Los niños no dejan de hacer preguntas del tema pues lo que los interesa es la
representación simbólica. Lo que les fascina del agua es el hecho que el oxígeno y los
hidrógenos desean permanecer unidos o que se buscan, como empujados por una
misteriosa simpatía. Del mismo modo, el carbono va corriendo a unirse con el oxígeno
para formar el anhídrido carbónico.

El hidrógeno tiene una sola posibilidad de unirse, el oxígeno tiene dos, y así van las
cosas. Por esto, teniendo 1, 2, 3, 4 brazos sienten continuamente la necesidad de
abrazarse a otros cuerpos. Si estos átomos fueran sólidos se unirían entre ellos, para
poder estar siempre satisfechos. Pero en lugar de hablar de sus brazos, ahora
podemos decir que estos cuerpos tienen un valor de 1, 2, 3, 4: lo llamaremos
"valencia" y diremos que el hidrógeno tiene una valencia, el oxígeno dos y así con los
demás.

Hay que tener el valor de usar lo más pronto posible los términos precisos: mientras
más difíciles son, más atractivos son para el niño. Podremos decirle ahora que el
hidrógeno es monovalente, el oxígeno es bivalente, etc. Es más fácil expresarse así
que decir que tienen 1, 2, 3 brazos.

De cualquier forma, estos átomos no se unen sólo en proporción a su valencia: debe


existir también una afinidad que le empuje a buscarse. Se podría decir que existe un
instinto innato que les induce a unirse a un elemento más que a otro: en esta elección
y no en las valencias está encerrado el secreto. Es por eso que no se puede jugar con
estos cuerpos. Pero los símbolos nos muestran claramente cuáles son las sustancias y
cómo se forman. Esto nos conduce a escribir las fórmulas. Cuando todas las valencias
están satisfechas, o sea que están saturadas, la sustancia obtenida es estable.

Si no existe afinidad entre dos cuerpos, no se pueden unir. Así el oxígeno y el


nitrógeno que desde siglos entran en la composición del aire, no se pueden fusionar.
Es como si existiera en los átomos una fuerza interior que les da la posibilidad de
elección. La unión corresponde al poder de las valencias. Se trata de aquello que tiene
características innatas en los átomos mismos. De esta forma, los átomos son
empujados a escoger y formar otra sustancia estable que será un cuerpo nuevo.

47
La piedra está formada de oxígeno, carbono y calcio y sin embargo, ni el mármol ni el
alabastro son oxígeno, que además es un gas y no son tampoco carbón ni calcio.
Estamos delante a otra materia, una creación nueva: una piedra.

Todo lo creado, agua o piedra - deriva de estos átomos que se buscan, se unen y
juntos proceden a una nueva creación. Estos átomos buscan siempre los mismos
cuerpos, los mismos, no otros. Los límites se fijan por leyes: todas estas
particularidades de la creación constituyen un todo maravilloso que no podemos dejar
de enseñar a los niños.

A esta creación, representada en modo visible con formas y colores, con las letras del
alfabeto o las notas musicales, aportamos la idea de estabilidad. El método
experimental nos permite asistir verdaderamente a la creación de un cuerpo, como
hemos visto con el carbono: es un hecho exquisitamente sensorial, que abre el interés
de un niño. No hace falta por ahora penetrar más a fondo en el estudio de la química
inorgánica, o sea del campo al que pertenecen todos los cuerpos minerales.

48
X. ALGUNAS NOCIONES DE QUÍMICA ORGÁNICA

Podemos presentarle al niño algunas nociones de química orgánica: generalmente se


piensa, equivocadamente, que sea más difícil... tanto ¡Qué se le enseña hasta la
universidad! Pero si la presentamos en forma visiva, ¿por qué la primera fórmula de
química orgánica debería ser más difícil que las otras?

C2H4O2 (ácido acético)

¿Qué hay de complicado en esta fórmula que representa al ácido acético? 8 Ahora
podemos escribir la del ácido butílico que se diferencia de la precedente sólo porque
hay dos hermanos más de carbono.

8
En lugar de la fórmula C2H402 del ácido acético es preferible usar la escritura racional CH2—COOH porque se puede
poner en evidencia el grupo funcional carboxílico –COOH que caracteriza a los ácidos grasos saturados monobásicos.
49
C

C4H8O2 (ácido butílico)

Ahora podemos pasar a la del ácido palmítico, que comporta una larga cadena de
átomos de carbono:

C16H32O2 (ácido palmítico)

Al grupo OH se le llama oxhídrico.

Hagámosles observar que el carbono, que entra en la composición de estas materias


orgánicas, constituye su espina dorsal y que lo que vemos fluctuar a su alrededor no
es otro elemento que agua: nada nuevo. Con los mismos elementos -hidrógeno,
oxígeno y carbono- se puede hacer una cantidad de combinaciones diversas.
50
Pensemos en un vestido, bordado con hilos de colores diferentes. La variedad del
bordado y el talento de la costurera dependen no tanto de la valencia -que serían los
puntos bordados- sino de la fantasía, de la potencia o sea de la obra de la vida.

Eso que nosotros queremos ilustrar no es la estructura interna de los átomos sino la
fuerza externa que les tiene unidos en un determinado modo. Ahora eso que los
mantiene unidos no es la afinidad química: es la vida. Esta concentración tal vez
puede ser difícil pero no lo es la fórmula. Las moléculas pueden ser grandísimas,
hasta comprender cada una 300 átomos, o más.

Tengamos presente que la característica que distingue a la química inorgánica es la


estabilidad de los cuerpos que se han formado, como una familia que se conserva a
través de siglos. En cambio la característica esencial de la química orgánica es la
inestabilidad del compuesto, o sea las sustancias formadas de grupos de átomos
unidos por una fuerza externa, de modo que los átomos se intercambian mientras el
tipo del compuesto no varía.

51
Existen también otras fórmulas, un poco más complicadas, en las que los átomos de
carbono no se representan como hermanos que se tienen por mano.

Encontramos siempre al carbono y después a los oxhídricos, pero además, aparece una
novedad: algunos átomos de oxígeno que se infiltran como por ejemplo en la fórmula
del almidón o en la de la glucosa.

(C6H10O5)n (almidón)

52
C6H12O6 (glucosa)

Ahora veremos una figura esquemática que constituye un ejemplo de correlación: es


un árbol, con las raíces, el tronco, las ramas y las hojas.

La acción de la que hemos hablado se ejercita sobre todas sus partes. El árbol trae su
nutrimento de la tierra a través de las raíces. 9

9
Aquí describimos el “ciclo del nitrógeno”, particularmente por lo que respecta al proceso de mineralización. Por eso el
nitrógeno, contenido en las sustancias con proteínas vuelve al estado mineral mediante la demolición de éstas. La Dra.
Montessori, en este estudio, no toma en consideración el proceso de fijación electroquímica y fotoquímica del nitrógeno
atmosférico que se convierte en ácido nítrico y por lo tanto en nitrato.
53
La química nos revela que las raíces del árbol absorben sustancias nutritivas, las
principales son el agua y el nitrógeno. Pero para que este nitrógeno pueda servir
como nutriente, se debe presentar en una composición química especial y esto
representa un problema esencial: ¿quién provee este nitrógeno del que las plantas
tienen tanta necesidad y que absorben en continuación?, ¿quién regresa al seno de la
tierra la cantidad necesaria de nitrógeno? Nada se mueve en la naturaleza sin que
nazca este problema. Todos los seres vivientes tienen necesidad de que alguien les
ayude a vivir: se perfila así el problema (que tiene tanta importancia en la educación)
del secreto de la naturaleza.

Las sustancias orgánicas que han dejado de vivir caen sobre el terreno. Ya sin vida, la
fuerza que mantenía unidos a los átomos en la gran molécula se acaba y entonces las
moléculas se deshacen y los átomos se dividen siguiendo su instinto: el carbono se va
con dos oxígenos y así los demás.
Regresamos de las composiciones orgánicas a las inorgánicas. De eso que era un ser
vivo, queda muy poca cosa: un poco de anhídrido carbónico, un poco de amoníaco, un
poco de agua, mientras las sustancias orgánicas desaparecen. Todo este trabajo de
disgregación es obra de seres infinitamente pequeños y se realiza bajo tierra.
54
Un día en Roma fui al cementerio de los pobres durante una exhumación de restos
(operación que se realiza cada diez años para recuperar espacio) y vi que los obreros
escarbaban sin encontrar nada en el terreno, solo unos pocos residuos. Estaban
escarbando en una hermosa tierra negra, limpia, una buena tierra sana, sin olores.

Las plantas absorben con sus raíces las sustancias orgánicas nitrogenadas de esa
tierra. Queda sólo el amoníaco que la planta no puede absorber de esta manera. Es
necesario que los compuestos del nitrógeno y del hidrógeno se transformen en
compuestos de oxígeno. Mientras esto es muy difícil de obtener en nuestros
laboratorios químicos, en la naturaleza los microbios se dedican continuamente a ese
trabajo subterráneo y como resultado de su obra, provienen los nitritos y los nitratos
que las plantas pueden absorber. Sin estos microorganismos el pasaje de la muerte a
la vida no existiría. Cuando todas las sustancias orgánicas desaparecen, quedan el
anhídrido carbónico, el agua y el nitrógeno. El nitrógeno se transforma y entonces las
plantas lo pueden absorber.

En el otro extremo de nuestro árbol se encuentran las hojas verdes.10 La sustancia que
le confiere al follaje este color se llama clorofila y tiene la tarea de absorber el
anhídrido carbónico (dióxido de carbono) del aire -que es el veneno emitido
continuamente por todos los animales y también por la tierra. Lo descompone,
quedándose con el carbono y liberando el oxígeno. El árbol se vuelve un verdadero
depósito de carbono. Esto lo sabemos bien pues utilizamos la madera para
calentarnos y también sabemos que los grandes yacimientos de carbón están
constituidos por árboles fósiles. Es claro pues, que las hojas son necesarias para
absorber el carbono y purificar el aire.

Pero la clorofila sola no podría cumplir esta función, necesita de la colaboración de los
rayos solares. Ni siquiera el árbol puede realizar solo su gran tarea si no es ayudado
por otra fuerza independiente: la energía solar.

De esta manera, el árbol está relacionado por una parte con los microorganismos
invisibles y por otra parte con el sol. Del contacto con los microbios nacen tantas
cosas buenas: las flores, los frutos... ¡cómo es generoso y cuánto trabaja el árbol!
Prepara el carbono, purifica el aire, nos da frutos y nos da flores. Todas las plantas
10
Aquí ilustra la “fotosíntesis” un aspecto del “ciclo del carbono-nitrógeno”. Para tal procedimiento bioquímico, que se
desarrolla en las partes verdes de las plantas, se transforman los compuestos orgánicos del carbono. Es interesante notar la
modernidad de esta contribución de María Montessori: propone una visión unitaria de los ciclos vitales que resultan
correlacionados, poniendo a la ecología en la línea de la “Educación Cósmica”.
55
pueden provocarnos este pensamiento, también las hierbas más modestas que el árbol
cumplen una tarea útil como verdaderos y propios laboratorios industriales pues
preparan una gran cantidad de sustancias nutritivas. Pensemos en la patata, el trigo,
el betabel, en la caña de azúcar...

Este es el íntimo secreto de la creación.


Nosotros nos damos cuenta de que estas bellas y vigorosas plantas se dedican a su
trabajo, que no es diferente al de los corales que construyen un continente. Son
tantos obreros que se proveen de su alimento y buscan las mejores condiciones de
vida. He aquí el ciclo de la vida, como hemos visto el ciclo de la piedra. Todos los
seres vivientes tienen el fin de contribuir al bienestar de los demás seres vivientes. Es
difícil establecer un paralelo entre los fenómenos de la naturaleza y aquellos de la vida
humana. Y más aún, existe un paralelismo sobre todo por el hecho de que los
hombres, en su complejo, deben tener una gran tarea en la creación en un plano
indudablemente más elevado del que tiene la naturaleza. Cada hombre trabaja para
otros hombres. La industria y el comercio pueden ser considerados actividades
análogas a aquellas que se desarrollan en la naturaleza. ¿No se podría estudiar la
historia de la humanidad desde este nuevo punto de vista?

Si establecemos una unión entre la naturaleza y la súper-naturaleza que el hombre se


ha construido, todo lo que pertenece a la primera, ilustra lo que vendrá en la segunda.
Así podemos observar la diferencia entre la estructura de las células vegetales y
aquella de las células animales.

Las células que constituyen las plantas son espesas, robustas y poco permeables. Dan
la impresión de la fuerza de los vegetales y de la potencia de sus defensas. Así, las
plantas invaden todo el espacio a su alrededor cuando crecen. Las ramificaciones y
sus características peculiares, las raíces fijas a la tierra para mantenerse firmes y
seguras, las hojas para absorber los rayos del sol. La planta es hermosa, limpia con
diversos colores y perfumes. Sus raíces transforman la podredumbre en belleza.

Los animales, en cambio, comienzan su ciclo con células de forma casi siempre
esférica, con una membrana tan fina y ligera que parece estar continuamente en
peligro. Tímidas de aspecto, estas células permanecen en sus límites contrarias a las
de los vegetales, no invaden el espacio que les rodea. Cuando crecen, se repliegan en
si mismas en uno o dos extractos o tal vez más. La complejidad de sus funciones
permanece siempre dentro. Además, los animales no pueden adquirir las sustancias
de las que se nutren si no se mueven para procurárselas.
56
¿Cuál de los dos posee las características de la superioridad?. Los animales
representan el plano superior de la naturaleza, aunque las características que nosotros
consideramos superiores son atributos de las plantas. Los animales aparecen como
seres humildes, sin defensa, siempre en movimiento, abandonados por aquí y por allá.
Sin embargo decimos: “el animal es superior propio por esto”. Se llama "animal"
porque hay en él algo que lo mueve. Siempre en peligro, está obligado a buscar cada
día su propio alimento. Depende completamente del mundo vegetal, tanto para la
alimentación como para la purificación del aire que respira, además de que no tiene la
pureza del vegetal, que está siempre perfectamente limpio. Se podría creer que el
animal tenga que estar siempre en lucha contra el mundo vegetal, sin embargo, son
dos formas de vida necesaria una a la otra y que se ayudan recíprocamente.

En este punto surge el interés por el comportamiento de la humanidad. La naturaleza


nos revela que el ser verdaderamente superior y fuerte es aquel que, a pesar de su
debilidad, siempre puede llevar la ventaja.

57
XI. CONCLUSIÓN

Todo lo que hemos indicado hasta ahora no es más que un ejemplo para la aplicación
del método. Nos proponemos conducir a los niños para afrontar concepciones más
elevadas. Es necesario, sobre todo, comprender bien que nuestro fin es el de seguir
las necesidades del crecimiento y de la vida, en la medida de lo posible.

Hemos dado una breve introducción de algunos ciclos, como por ejemplo el del
carbonato de calcio, pero todo está relacionado y lo que nos interesa es que se puedan
orientar en estas correlaciones. Aportar nociones separadas significa crear confusión:
es necesario poder determinar la relación que existe entre los hechos individuales y
cuando esta relación sea establecida, también la relación entre los particulares
aparecerá claro. El espíritu entonces estará satisfecho y surgirá el deseo de proseguir
en la búsqueda.

Además, determinando con el niño la correlación entre las cosas, obedeciendo a una
tendencia fundamental del espíritu humano, creamos para él una filosofía y ¿por qué el
niño no podría estudiar filosofía?

Ya que el hombre está dotado de un espíritu matemático y filosófico, buscamos dentro


de los límites razonables, voltear el espíritu del niño hacia la matemática y la filosofía.

He aquí pues uno de los principios fundamentales de la educación: enseñar los detalles
significa llevar confusión, establecer las relaciones entre las cosas significa dar
conocimiento.

58
APÉNDICES

A. EL NIÑO FRENTE A LA TIERRA

Consideraciones generales.

La imperiosa necesidad que se siente en nuestros días en la enseñanza secundaria no


pone sólo un problema pedagógico sino que también un problema humano y social
que se pueden sintetizar así: las escuelas como se presentan hoy no son adecuadas ni
a las necesidades del adolescente ni a la época en que vivimos.

La sociedad -en la que las complicaciones y las contradicciones están llegando al


paroxismo- se encuentra a punto de afrontar una crisis que amenaza la paz del mundo
y la civilización misma. Los progresos realizados por la ciencia y sus aplicaciones
prácticas, aún estando en estrecha relación con esta crisis, no son su causa. Esta se
debe sobre todo a la desproporción que existe entre el desarrollo del hombre y el del
mundo externo, del cual no ha sabido seguir el ritmo acelerado.

Mientras que el progreso material, extremadamente rápido, ha transformado la vida


social por completo, las escuelas se encuentran inmovilizadas en un estado que no
responde ni siquiera a las necesidades del pasado por lo que presenta un neto
contraste con el progreso humano.

Si una reforma de la escuela secundaria no puede resolver por sí misma todos los
problemas de nuestra época, de cualquier modo constituyen una etapa necesaria y
debe contribuir en el plano práctico a la reconstrucción de la sociedad, aunque sea en
modo incompleto.

El problema de la educación presenta hoy una importancia de orden general, es


necesario que su solución favorezca y proteja el desarrollo del hombre. Ayudando al
individuo a superarse, la educación ayuda a la sociedad misma a mejorar.

La educación de los adolescentes asume una importancia fundamental porque la


adolescencia es la edad en la que el jovencito se convierte en hombre, o sea, en
miembro de la sociedad.

59
Si la pubertad desde el punto de vista físico es un período de transformación entre el
estado infantil y el del adulto, desde punto de vista psicológico constituye un período
de transición entre la mentalidad del jovencito que vive en familia y la del hombre que
debe vivir en la sociedad.

El joven ha cumplido desde su nacimiento hasta los 12 años un ciclo completo. De los
siete a los doce años ha podido (gracias a su libertad y a nuestra forma de
comportarnos ante él) alcanzar un grado de cultura que lo anticipa tres años en
comparación con chicos de otras escuelas; nuestra educación le ha ofrecido, además
de cultura, la facultad de facilitar sus relaciones sociales con otros individuos.

A esta edad, el chico concluye un período de su vida, y la naturaleza lo muestra


claramente. Es este el momento de dirigir los estudios hacia la humanidad, la vida
humana, en particular a los hombres que han ayudado al progreso de la civilización.
La naturaleza debería constituir el interés preponderante del joven hasta los doce
años; después de esa edad es necesario desarrollar en él el sentimiento de la sociedad
que debe contribuir a llevar más comprensión entre los hombres y por consiguiente
más amor. Con este motivo, cultivamos la admiración y la comprensión por el trabajo
y la vida del hombre. Seguimos insistiendo en actividades manuales (con la tierra, los
gases, etc.) Hacemos que el muchacho participe en la obra social; démosle la ayuda
intelectual, mediante los estudios a comprender el trabajo del hombre en la sociedad
para desarrollar en él la comprensión humana y la solidaridad que tanto nos faltan en
nuestros días.

Cuando una nueva moral inspire a las generaciones futuras, la base de la fraternidad y
de la paz, será construida con el sentimiento de amor no sólo a la patria sino a la
humanidad entera.

Estas dos nuevas necesidades en el adolescente -sentirse protegido durante el


período delicado de transición física y ser puesto en grado de comprender el rol de
hombre que deberá seguir en la sociedad- hacen que surjan dos problemas
igualmente importantes, que tocan a la educación de esta edad.

Tenemos que darnos cuenta de que la característica social de nuestra época destinada
a suscitar las repercusiones más fuertes es la inseguridad del porvenir.

El mundo material en completa evolución, presenta la incertidumbre y los peligros


debidos a un nuevo orden. Hemos perdido la "seguridad" que teníamos en un tiempo.
60
Ya pasaron los días en que la profesión se transmitía tranquilamente de padre a hijo.
La certeza de un buen empleo, que recompensaba a los buenos estudiantes se ha
perdido. La familia no puede garantizarla como en aquellos días. Ni siquiera el Estado
está en condiciones de asegurar un empleo a los ciudadanos destinados a las
profesiones superiores cuando salen de las escuelas especializadas. Por lo tanto es
necesario hacerle frente a las nuevas dificultades de inseguridad que las condiciones
modernas han provocado.

El mundo se encuentra por una parte, en estado de disgregación, y por otra parte en
estado de reconstrucción. La alternancia del progreso y de la regresión crea la
inestabilidad. El mundo se puede comparar a un terreno que pasa por la prueba del
arado.

En estas condiciones sociales, debemos tener presente que la única guía segura para la
educación es la personalidad misma de los chicos que debemos educar.

Por lo tanto hay que preparar esa personalidad humana en todas las circunstancias
imprevistas, no sólo basándose en las condiciones que se podrían prever lógicamente
sino que es necesario desarrollarla evitando cualquier especialización rígida para crear
una capacidad de adaptación dúctil y viva. En esta batalla feroz en la que
desgraciadamente se ha convertido la vida social, el hombre necesita además de valor,
un carácter fuerte y un espíritu vivaz. Es necesario que consolide sus principios con
una impostación moral justa y al mismo tiempo que adquiera la capacidad práctica
necesaria para afrontar las dificultades de la vida.

La capacidad de adaptación es esencial en nuestros días ya que el progreso abre


continuamente nuevas carreras pero también suprime o revoluciona continuamente
algunas actividades tradicionales.

No se trata de excluir de la escuela secundaria la preparación de profesiones


intelectuales ni mucho menos de disminuir la cultura. La educación debe, por el
contrario, ser vasta y completa no solamente para aquellos que se dedican a un trabajo
intelectual, sino para todos los hombres que viven en una época caracterizada por el
progreso de la ciencia y de sus aplicaciones.

Los trabajadores tienen necesidad de ser educados, deben estar en grado de


comprender los problemas complejos de nuestro tiempo, si no, no serán otra cosa que
un ejército de brazos incapaces de reconocer la función de su trabajo en la
61
complejidad de la sociedad. En el estado en el que se encuentran todavía actualmente,
se podría decir que no tienen cabeza, así como los intelectuales permanecerán
enfermos hasta que sus manos permanezcan incapaces. Su espíritu se volverá estéril
si no toman conciencia de la grandeza de la realidad práctica que los rodea.

Hombres que tienen brazos pero no tienen cabeza y hombres que tienen cabeza pero
que no tienen brazos están igualmente fuera de cualquier lugar en la comunidad
moderna.

El problema de la reforma de la escuela secundaria no se podrá resolver ni


suprimiendo la "cultura" ni desatendiendo la necesidad de preparar a la juventud a las
profesiones intelectuales.

Es esencial que esta preparación no adormezca a los hombres en un sentimiento


equívoco de seguridad, y no los haga incapaces de hacerle frente a las dificultades
imprevistas de la realidad, dejándoles en la oscuridad de las condiciones del mundo en
el que están destinados a vivir.

No hace mucho tiempo, se introdujeron en la educación los deportes al aire libre para
ofrecer la posibilidad de ejercicio físico a los chicos que tenían una vida encerrada y
sedentaria; hoy se advierte la necesidad de una mayor dinámica en la educación, del
carácter de una conciencia más clara de la realidad social.

La escuela secundaria, como se encuentra estructurada al día de hoy, no tiene otra


meta que preparar a los alumnos a una carrera, como si las condiciones sociales en las
que vivimos fueran todavía tranquilas y estables. Esta escuela no se preocupa de
cultivar en modo particular la personalidad del joven y no provee ni siquiera los
cuidados físicos necesarios en este período de la adolescencia. Así, no solo no
corresponde a las condiciones sociales de nuestro tiempo, sino que desatiende lo que
debiera ser su principal tarea: proteger y favorecer el entreabrirse de la personalidad
de los adolescentes, ¡la energía humana de la que depende el futuro!

Los jóvenes están obligados a trabajar por "deber", por la "necesidad", no por interés.
No se les propone ningún fin concreto, que les ofrezca una satisfacción inmediata y
renueve el interés por un esfuerzo continuo. Se ven dirigidos por una fuerza exterior e
ilógica y lo mejor de su energía individual se ve desperdiciado. Adolescentes y jóvenes
son tratados hasta su madurez como a los niños de las escuelas primarias. A catorce,
a dieciséis años son aún sujetos a la mezquina amenaza de "la mala calificación" con la
62
que los profesores evalúan su trabajo: es un método análogo a aquel con el que se
pesan los objetos inanimados, con la ayuda mecánica de una báscula. El trabajo viene
"medido" como un material sin vida, y no "juzgado" como producto de la vida. Ni
siquiera de estas calificaciones depende el porvenir del estudiante. En estas
condiciones los estudiantes constituyen un lío opresor, que pesa sobre la juventud
mientras que debería constituir un privilegio: la iniciación a las ciencias, el orgullo de
nuestra civilización. El joven que es el hombre del mañana, es plasmado en un timbre
angosto y artificial. ¡Qué vida miserable les ofrecemos! ¡Qué penitencia sin fin, qué
inútil renuncia a sus más queridas aspiraciones!

La escuela secundaria, en la forma en la que existe actualmente, es, además, un


obstáculo al desarrollo físico de los adolescentes. En realidad el período en el que el
cuerpo alcanza su madurez fisiológica es un período difícil: el organismo se
transforma en un rápido desarrollo y es tan delicado que los médicos lo comparan al
momento del nacimiento y al del rápido crecimiento de los primeros años. Se constata
una predisposición particular a ciertas enfermedades, agrupadas bajo el nombre de
"enfermedades de la adolescencia". La predisposición a la tuberculosis es uno de los
principales peligros a los que está expuesto el joven en este período de transición en
el que se convierte a adulto. 11

Pero se trata de una época aún más crítica desde el punto de vista psicológico. Es la
edad de las dudas y de las excitaciones, de las emociones violentas, del desánimo, en
algunas ocasiones se observa una disminución de las capacidades intelectuales. La
dificultad de concentrarse en el estudio no se debe a la falta de buena voluntad:
constituye una de las características psicológicas de esta época. La potencia de
asimilación y la memoria que alimentaba a los niños un vivo interés por los
particulares y por las cosas materiales, parece que han cambiado de naturaleza.

Examinemos ahora lo que sucede en el adolescente mientras frecuenta la escuela


secundaria. A cada hora cambia de maestro y de materia: cambia sin un espíritu de
continuidad. Pero en una hora no es posible adaptarse a un pensamiento nuevo: y
cuando el alumno ha podido adaptarse, llega otro profesor que le enseñará otra
materia. En esta perpetua agitación espiritual transcurre el período más difícil de la
vida humana. El profesor se limita a impartir nociones, muchas nociones, tratando una
cantidad innumerable de argumentos, pero todos con la misma superficialidad. Se

11
En la época en que la Dra. Montessori dio esta conferencia, seguramente el peligro de las drogas no había hecho su
aparición. Desgraciadamente, en nuestros días diferentes tipos de drogas son un peligro aún mayor que la tuberculosis para los
chicos de esta edad. (n.d.t.)
63
enseña latín, matemáticas, del mismo modo que religión, mientras que la religión no
es una materia como las demás, exige un estudio especial, como ocurriría a un estudio
especial de leyes en la estructura de nuestra sociedad.

Actualmente, se enseñan las cosas esenciales con el mismo programa con el que se
enseñan los hechos secundarios: es hora de que el adolescente se vuelva consciente
de lo que le espera en la vida.

La adolescencia se caracteriza por ser un momento de grandes esperanzas, de


predilección por trabajos creativos, de necesidad de reforzar la fe en sí mismo. El
chico se vuelve de repente hipersensible a los modos bruscos, a las humillaciones que
hasta ahora había soportado con paciente indiferencia. Las reacciones llenas de
rebelión y de amargura que se derivan de estos hechos, muchas veces originan graves
anomalías del carácter mientras, justo durante este "período sensible", se deberían
desarrollar los sentimientos de justicia y de dignidad personal, o sea las características
más notables que deben prepara al hombre para convertirse en un ser social.

La transformación es considerable. Se le ha dado a esta época el nombre de


"renacimiento" y es que verdaderamente se nace por segunda vez. Es el nacimiento a
una nueva vida. El individuo se convierte en un recién nacido social.

Estamos frente a un hombre social que no existe todavía, pero que ya nació.
Físicamente, todavía está lleno de debilidades y de nuevas necesidades: según los
médicos esta edad presenta una mortalidad que se puede comparar a la del primer año
de vida. Por otra parte es fácil comprender como el rápido crecimiento del cuerpo
puede debilitar al individuo.

¿Qué cosa es este desarrollo? Un misterio. Como el recién nacido es espiritualmente


un misterio, así lo es el neonato social. También aquí, como cada vez que nos
encontramos frente a un misterio de la creación, debemos considerar esta creación
como divina: esta creación no se debe a la voluntad del muchacho. Se trata de un
período decisivo, delicado, digno de todo nuestro respeto, que ha sido confiado a
nuestra responsabilidad. Ahora, ¿en qué consiste este período? Lo ignoramos aún:
debemos apresurarnos a comprenderlo. Pero debe ser el muchacho el que nos revele
aquello que le sucede durante este crecimiento que es la creación efectiva, real del
hombre social. Por consiguiente, debemos proveer para ponerlo en las condiciones
que le son necesarias para realizar sus revelaciones. Hasta ahora el joven ha

64
permanecido en la familia, en la escuela. Nos hemos dado cuenta de que no trabaja
con gusto, que se cansa muy rápido, que se perfilan en él una cantidad de defectos.

Ya que estamos ante la presencia de un cambio radical en su persona, debemos darnos


cuenta que es necesario un cambio radical en su educación. Debemos considerar aquí
dos tipos de dificultades.

1. Las dificultades inherentes a la forma actual de la sociedad.


2. Las dificultades debidas a las exigencias vitales del adolescente.

En la vida no debe permanecer una “incógnita” en la que el huérfano se siente perdido,


en la que el emigrante se desespera por encontrar la salvación porque la aplicación de
sus capacidades permanece imposible. El suceso depende de la confianza en si
mismos, en el conocimiento de las propias capacidades y de las múltiples
posibilidades de adaptarse y hacerlas valer.

La conciencia de la propia utilidad, la convicción de que pueda proporcionar ayuda a la


humanidad por varios medios, llenan el corazón de una fe noble y de una dignidad casi
religiosa. Pero el sentimiento de independencia que se deriva debe surgir de la
capacidad de bastarse a sí mismo y no de una vaga libertad debida a la ayuda benévola
y gratuita de los adultos.
Dos tipos de fe pueden elevar al hombre: la fe en Dios y la fe en sí mismo. Son estas
las formas de fe que deben coexistir. La primera que se refiere a la vida interior del
hombre y la segunda que comprende la vida social.

Consideraciones generales.

La reforma esencial consiste, por lo tanto, en poner al adolescente en grado de


adquirir la independencia económica. Se trata de crear una “escuela experimental de
vida”.

Esta “independencia” tiene un valor más educativo que práctico. Es más útil para el
desarrollo psíquico del adolescente que para su vida material. Aunque un joven
dispone de un gran patrimonio, que parece garantizar la seguridad material más allá
de las vicisitudes de la vida, de la misma forma tendrá gran ventaja de ser guiado hacia
la independencia económica: su personalidad será valorizada por el hecho que, por
una parte, se sentirá capaz de lograr éxito en la vida con sus propios esfuerzos y por
65
mérito propio. Por otra parte, estará en contacto con la realidad suprema de la
existencia.

Se trata pues, de poner al adolescente en grado de ganarse el dinero con su trabajo.


Estamos convencidos de que las limosnas dañan la dignidad del pobre y buscamos
ofrecerle la posibilidad de ganar lo que recibe, ¿por qué no aplicar el mismo principio a
las personas que estamos educando?

El trabajo del que hablamos debería constituir, sin ninguna idea de competencia, una
valorización de las cualidades del individuo en una práctica que le permita utilizar sus
dotes de ingenio y de revelarse más allá de la especialización.

Esta concepción implica un principio general: aquello que tiene importancia es el


trabajo mismo, no el tipo de trabajo al que uno se dedica. El trabajo es siempre noble.
La única cosa indigna es vivir sin trabajar por lo que es indispensable entender el valor
del trabajo en todas sus formas, ya sean manuales o intelectuales. La experiencia
práctica hará comprender que los dos aspectos se integran y son igualmente
esenciales en la existencia civil.

Esta conciencia de la educación directa tiene una cierta analogía con un método que se
practica desde 1837 en algunas escuelas modernas de América (escuelas secundarias y
Universidades): el método de auto-ayuda de Mary Lyon . Pero el objetivo de este
método es exclusivamente dar a los estudiantes pobres la posibilidad de pagar los
gastos de sus estudios con su propio trabajo, en lugar de darles becas de estudio que
necesariamente tienen un número limitado. Este sistema está organizado por la
misma escuela y por lo tanto es la escuela la que da el trabajo, remunera y coordina a
los alumnos es decir los “auto-ayuda”. El trabajo se realiza dentro de la escuela (con
los mismos colegas universitarios) o externamente, pero siempre en relación con las
organizaciones escolares. Este uso se ha desarrollado ampliamente en los Estados
Unidos y ha sido un éxito.

La auto-ayuda ha demostrado tener una función moral, ya que deja salir la conciencia
de la inercia en la que se encuentran generalmente los jóvenes que se mantienen
pasivos en sus familias y les enseña prácticamente el valor del tiempo y de sus
capacidades, conduciéndoles a darse cuenta de que son seres capaces de participar en
la vida social. Además está probado que el trabajo material no retarda los estudios,
por el contrario, ayuda a intensificarlos. Los estudiantes que tienen necesidad de
66
trabajar generalmente son los que obtienen mejores logros escolares.

Estos logros apoyan nuestra afirmación de que un trabajo productivo, capaz de


asegurar la independencia económica del adolescente o de darle la primera noción de
esta independencia, puede convertirse en un principio general para su educación
social.

Hoy en día los jóvenes se lanzan a la sociedad sin alguna preparación preliminar. Se
ven obligados a afrontar sus experiencias sin ninguna ayuda y ésta es una pérdida de
energía muy dañina. Si la experiencia se hace con la ayuda de la escuela, los chicos
son guiados por una serie de actividades prácticas, simples y fáciles. Dedicarse a un
trabajo placentero es como un reposo y todo trabajo debe tener una finalidad.

Por otra parte, podemos considerar este proyecto cono una continuación de los
ejercicios de vida práctica que han dado buenos frutos en los niños, partiendo desde
los más pequeños de Casa de los Niños.

En nuestras Casas de los Niños, los pequeños de tres años aprenden a sacudir, a secar,
a ordenar, a poner y servir una mesa, a lavar los platos, etc., al mismo tiempo que
aprenden a bastarse a ellos mismos vistiéndose y desvistiéndose, colgando sus
vestidos en el armario o en un cajón, limpiándose los zapatos, etc. Estos ejercicios
forman parte del método pedagógico y no tienen nada que ver con las condiciones
sociales de los alumnos. Los hijos de familias con una posición social alta que están
acostumbrados a tener servidumbre, realizan los mismos ejercicios de vida práctica
cuando frecuentan nuestra Casa de los Niños. Estos trabajos tienen un fin educativo y
no utilitario. Los niños reaccionan con una verdadera explosión de independencia
hacia cada forma de asistencia inútil que reprime sus actividades y les impide usar sus
propios medios. Son estos niños “independientes” los que aprenden a escribir a los
cuatro años y medio, aprenden espontáneamente a leer y tienen progresos
sorprendentes en Matemáticas.

El precoz desarrollo intelectual de estos niños muestra que el trabajo no los cansa.
Ellos mismos nos han revelado la existencia esencial de su desarrollo diciéndonos:
“¡Ayúdame a hacerlo sólo!”

67
Reformas de acuerdo a las exigencias vitales de los adolescentes.

Durante el difícil período de la adolescencia, se desearía que el joven viviera fuera de


su ambiente habitual, lejos de la familia, en el campo, en un lugar tranquilo en
contacto con la naturaleza. Aquí, la vida al aire libre con una sana alimentación y
cuidados individuales, debería ser la primera condición para la organización de un
centro de estudios y de trabajo.

Esta teoría se basa en una fórmula que ya ha sido experimentada en todo el mundo.
La creación de escuelas secundarias lejos de las grandes ciudades, ya sea en el campo
o en ciudades pequeñas de provincia, se remonta a varios siglos. Estas instituciones
surgieron en Inglaterra y se abren a todas las clases sociales (Eton, Harrow, etc.). Los
mismos principios de encuentran en universidades como Oxford o Cambridge. Estas
escuelas tuvieron tal éxito en Inglaterra y en los Estados Unidos que alrededor de las
universidades, ubicadas originalmente en lugares aislados, se formaron poco a poco
ciudades enteras.

La vida al aire libre con sol y una alimentación rica de vitaminas, cultivada en campos
cercanos, es una ayuda preciosa para el físico del adolescente, mientras que la
tranquilidad de los lugares, el silencio y las maravillas de la naturaleza, satisfacen las
exigencias de su espíritu favoreciéndolo la reflexión y la meditación. Además, en un
colegio es más fácil armonizar el ritmo de la vida cotidiana con las exigencias de los
estudios y del trabajo, mientras que en la atmósfera familiar tiene que conformarse
con las exigencias de la vida de los padres.

Nuestro plan de estudio no es una simple réplica de estas universidades que prosperan
en el campo o en pequeñas ciudades de provincia. Su valor y su significado no están
en el campo, sino en él trabajo que se realiza en el. Es más, está en el “trabajo” en
general, con sentido social inherente a la producción y a la ganancia económica.

La observación de la naturaleza no es solamente un enriquecimiento del espíritu desde


el punto de vista filosófico y científico. También está es la base de una cantidad de
experiencias sociales que alimentan el interés para el estudio de la civilización
humana.

Cuando se habla de “trabajo en el campo” no se piensa en transformar a los


estudiantes en campesinos. El método intenso de la agricultura moderna no se basa
en el trabajo manual del hombre, sino en la obra de su ingenio. Gracias a la ciencia,
68
producto de la civilización, el hombre ha creado en cierto modo una “sobre-
construcción”.

El trabajo en los campos es una introducción a la naturaleza y al mismo tiempo a la


civilización: abre el acceso a una serie ilimitada de estudios científicos e históricos.
Por lo que se refiere a los resultados obtenidos, constituyen una iniciación del
mecanismo social fundamental de la producción y de los intercambios sobre los que se
apoya la base económica de la sociedad.

Este tipo de trabajo introduce a los jóvenes al seno de la vida social mediante la
experiencia unida al estudio.

A esta organización la hemos llamado “Los jóvenes en el campo” o “Jóvenes


campestres”, porque se trata realmente de penetrar en la civilización partiendo desde
sus orígenes, es decir, la transición en la que los pueblos pasaron a la vida sedentaria
fijándose en los campos y abriendo una era de vida pacífica y de progreso civil. Así
lograron diferenciarse de los nómadas que continuaron siendo bárbaros y guerreros.

La escuela de estos jóvenes, o mejor dicho, su casa en el campo o provincia, les debe
ofrecer la oportunidad de una experiencia social, porque su vida está organizada en
una escala más amplia y con mayores posibilidades de independencia que en la
familia.

Es necesario que este tipo de organización sea resultado de diferentes actividades.


La subutilización podría llevarla al fracaso. Es importante abrir la pensión, la tienda, la
granja o el taller que se complementan unos a otros.

Una granja moderna, mientras que exige una serie de trabajos científicos y manuales,
ofrece la posibilidad de producir y de intercambiar productos, entrando así en contacto
con la sociedad por medio de una tienda o un taller.

Al abrir una pensión, la “Pensión de los Jóvenes Campestres”, la escuela adquiere la


posibilidad de introducir a los alumnos en el amplio campo de las actividades que una
iniciativa de este género implica.

Este instituto, teniendo que hospedar a muchachos y muchachas, tiene que ser
dirigido por un matrimonio, que además de las funciones materiales, ejercite una
acción moral y protectora hacia los jóvenes. Será una pensión familiar.
69
Participando en la administración del instituto, los jóvenes adquieren experiencia en
todos los campos que una empresa hotelera encierra, desde el estudio de las
soluciones más confortables hasta la organización material y social, la administración
y el control financiero.

Los niños pequeños han demostrado que pueden tener la casa limpia y en orden;
saben servir una mesa y lavar los platos. Por supuesto que para los adolescentes será
más fácil aprender a tener una pensión en orden, sobre todo porque se trata de una
preparación profesional para la que existen escuelas especializadas.

Esta hostería, con sus múltiples actividades, podrá extenderse más allá de
proporcionar servicio a los mismos alumnos. Siempre permaneciendo simple y rústica,
podría ser equipada para albergar por breves períodos a familias de los alumnos que
de este modo podrán darse cuenta de la vida de sus hijos en el colegio y contribuir al
mismo tiempo al equilibrio económico de la institución.
La pensión, concebida en su proyecto moderno, con simplicidad artística, embellecida
con la alegría de los muchachos y libre de construcciones artificiales, debe ofrecer toda
una gama de actividades destinadas a desarrollar el sentido artístico en la habitación.

Finalmente, otra institución social de gran importancia en el campo suplementario es


la tienda que será una empresa social. Una tienda abierta en la ciudad más próxima
permitirá a los “Jóvenes del Campo” vender los productos de su trabajo en los huertos
y en los jardines, además de vender otros productos que realicen en sus talleres o,
eventualmente, que realicen otras personas. Por ejemplo, podrían comercializarse las
producciones artesanales de las personas de la región.

Este comercio debe presentar ciertas características particulares y conservar la


tradición del pasado en la que el artesano expresaba su talento en cada objeto
trabajado.

Esta tienda puede ser considerada como el renacimiento histórico de la bodega


medieval que era un lugar de reencuentro y un símbolo de sociabilidad. Preservando
su carácter artístico y dedicada a alguna idea religiosa, la bodega servía como
escenario para vender y comprar con honestidad y simplicidad. De hecho, constituía
una especie de institución pública para el pequeño comercio, donde se canjeaban
objetos individuales que estimulaban un intercambio de noticias y de sentimientos. Era
parte de la vida social.
70
La vieja costumbre de mezclar los negocios con la amistad y de establecer contactos
personales es una reminiscencia del pasado y será útil reutilizarla entre los jóvenes,
alegres, entusiastas, ávidos de variedad.

La tienda demanda una ingeniosa iniciativa de comercio y de intercambio. Debe


enseñar el arte de satisfacer las necesidades del público y de intercambiar palabras e
ideas con el hombre de la calle, junto con la exacta y rigurosa contabilidad de los
libros comerciales.

71
B. PLAN DE ESTUDIOS Y DE TRABAJO

No es posible fijar a futuro un programa particular de trabajo y de estudio. Podremos


indicar solamente un proyecto general: el programa deberá concretarse espontánea y
naturalmente, basándose en la experiencia.

Los estudios no están necesariamente ligados desde el inicio a los programas actuales
de las escuelas secundarias, ni mucho menos deben adoptar los “métodos” vigentes.
Por otra parte, se trata de extender el campo del conocimiento y no de reducirlo.
Nuestra reforma está basada sobre todo en el modo de impartir ese conocimiento y el
“método” de enseñanza.

Nuestro plan de estudios busca sobre todo destacar valores en las condiciones sociales
actuales. Por lo tanto, una educación de este tipo no tiene el derecho a reducir la
instrucción a la simple especialización, necesaria para asegurar un “buen lugar” en el
futuro. Centrarse únicamente en la necesidad de una especialización es erróneo, pues
ésta debe considerarse tan sólo como un “medio práctico” para introducirse en la
sociedad.

Antes que nada, enunciamos dos principios esenciales:

1. Para descansar no es necesario tomar vacaciones pues constituyen una pérdida


de tiempo e interrumpen la continuidad de la vida. El reposo se encuentra en el
cambio de ocupación: las vacaciones pueden darse en la variedad de las
ocupaciones, en la diversidad de los intereses.

2. El estudio responde a “una necesidad de la inteligencia”, por lo tanto, se busca


que sea adecuado a la naturaleza psíquica del individuo. No sólo no representa
un “cansancio mental” sino que responderá a esta necesidad regenerando el
espíritu y reforzando su desarrollo.

Hemos demostrado la validez de estos dos principios en nuestras Casas de los Niños.
Los estudios y el trabajo sin crear fatiga alguna, aumentan en tal modo la voluntad de
los niños que en la tarde, incansables continúan trabajando luego de llegar a la casa.

Cuando comenzamos nuestra primera Casa de los Niños, los pequeños empezaban a
trabajar a las ocho de la mañana y terminaban a las seis de la tarde. Algunos de ellos
se llevaban el material a casa para seguir trabajando con su familia. No ha sido menor
72
el resultado que hemos encontrado en los adolescentes. Sin embargo, para obtener
este resultado es necesario “darle gusto” a la naturaleza, respondiendo a las
necesidades particulares de cada edad. En esta tarea delicada tendremos que dejarnos
guiar por la experiencia.

Cuidados Morales

Por cuidados morales entendemos la relación que se debe establecer entre los
alumnos, los maestros y el ambiente. Es necesario que el maestro tenga el mayor
respeto por la joven personalidad que tendrá por alumno. En el alma del muchacho se
guardan grandes valores. Todas nuestras esperanzas de progreso para el porvenir son
puestas en el espíritu de estos muchachos y de estas jovencitas. Además serán los
jueces del presente.

Recordemos que en el secreto del adolescente se esconde la vocación íntima del


hombre.

Si es verdad que en el curso de las generaciones se realiza un progreso social, el


desarrollo de estos jóvenes, cuando sean adultos, será mayor al que tienen sus
maestros en la actualidad.

En cada adolescente se puede encontrar la imagen de Jesús que se siente unido al


Padre Celestial, tanto que se olvida de sus padres terrenales y maravilla a los doctores
ancianos con su sabiduría. No olvidemos que a pesar de esto Jesús “siguió a sus
padres obedientemente y trabajó sumiso preparándose para su misión”.
Este respeto es esencial para los jóvenes. Jamás se debe tratar a los adolescentes
como si fueran niños. Ya han superado esta etapa y es mejor tratarlos como si su
valor fuera superior al que tienen en su estado actual. Así se evita minimizar sus
méritos y no se corre el riesgo de herir su dignidad.

Es necesario dar bastante autonomía a los jóvenes para que puedan comportarse
siguiendo su iniciativa individual. Hay que proveerles los medios y la libertad
necesarios para que puedan crear. No obstante, a fin de que la acción individual sea
libre y fecunda, debe ser realizada dentro de ciertos límites y sometida a ciertas reglas
que constituyen una orientación necesaria. Estas reglas y estos límites deben ser
observados en todo el instituto. No se debe dar a los adolescentes la impresión de ser
inconscientes e incapaces de disciplinarlos.

73
Estas reglas, análogas al material didáctico destinado a los niños más pequeños, deben
ser “necesarias y suficientes” para mantener el orden y asegurar el progreso. La
organización debe ser concebida de manera que el adolescente no se sienta extranjero
y pueda adaptarse a cualquier ambiente.

Esta adaptación se manifiesta entonces con una “colaboración” la cual es fuente de


armonía social y un acelerador del progreso individual.

El ambiente debe facilitar el “libre albedrío”, pero es necesario evitar que el joven
desperdicie tiempo y energía siguiendo preferencias vagas e inciertas.

De la unión de estas disposiciones veremos surgir no sólo la disciplina. Está la


evidencia de que la disciplina es un aspecto de libertad individual, y un factor esencial
para el éxito en la vida.

Es indispensable observar escrupulosamente el orden en el que las diferentes


ocupaciones deben seguirse durante el día y escoger con mucho cuidado el momento
para cada cambio. Hay que aprovechar toda oportunidad que contribuya al progreso
de la organización.

Junto con las ocupaciones activas, será oportuno tener presente la necesidad de la
soledad y de calma, que son dos de las necesidades que tiene el adolescente.

El tratamiento físico demanda una particular atención, dadas las condiciones


fisiológicas de la adolescencia. Se trata de un período de crisis durante el cual todas
las glándulas endocrinas entran en actividad y su influencia hace que el organismo
entero esté en fermentación. El cuerpo crece rápidamente, pero no lo hace a ritmo
uniforme. Esto explica el por qué de ciertos desequilibrios funcionales. En la primera
fase de la adolescencia, las piernas se alargan mucho más rápidamente que el torso y
naturalmente que el tórax. El resultado es una insuficiencia del corazón y de los
pulmones que provocan palpitaciones y una disminución de la resistencia pulmonar.
Tampoco la fuerza muscular crece en proporción a la estatura debido al crecimiento de
las piernas. La adolescencia física puede ser dividida en tres períodos:

1. Desarrollo de las piernas.


2. Desarrollo del torso, sobre todo el tórax.
3. Desarrollo de la fuerza muscular.

74
Ya que estas transformaciones se presentan con intervalos muy seguidos durante casi
dos años, es pertinente vigilar el crecimiento del adolescente, registrando sus medidas
antropométricas y examinando periódicamente su corazón, sus pulmones y sus demás
órganos internos aún cuando goce de perfecta salud.

Es necesario asegurar que la alimentación sea abundante y nutritiva, pero con poca o
ninguna adición de carne durante este período. En el campo donde los vegetales, las
frutas, los huevos y los lácteos conservan todo su valor, los alimentos vegetarianos
crudos y sobre todo las frutas acompañadas de lácteos y huevo deben ser abundantes
en la alimentación diaria. Las legumbres apenas cosechadas y la fruta madurada
completamente en la planta representan un inestimable tesoro, en lugar de vegetales
marchitos y fruta que madura artificialmente con un valor nutritivo insuficiente, como
nos es común encontrar en las ciudades.

Los venenos de uso común como el alcohol y el tabaco deben ser absolutamente
prohibidos en la vida del adolescente. Podemos sustituirlos con dulce, porque el
azúcar es un nutriente de primera necesidad, tomada con moderación como sucede
con el niño en la primera infancia.

Tomar el sol, los baños, la natación, y en general la vida al aire libre deben ser
prácticas cotidianas. Lugares en donde sea más fácil realizar paseos largos, a la orilla
del mar o en los bosques, son mucho más favorables que las montañas donde las
excursiones fatigan el corazón debido a que el tórax de los adolescentes no está
suficientemente desarrollado.

Programas y Métodos

El programa general de los estudios puede dividirse en tras partes. He aquí las
exigencias principales:

1. Darle vía a las posibilidades de expresión personal del adolescente, o sea


facilitar con ejercicios y otros medios externos para el desarrollo de su
personalidad interior.

La mejor manera para llegar a esta meta son los ejercicios artísticos, dejándolos
elegir libremente tanto para el género del ejercicio como el momento en que lo
practicarán.

75
Algunos muchachos escogen el trabajo individual, otros el trabajo en grupo .
Estos ejercicios se refieren a las artes:

a) La música. Ejecuciones de piezas en las que los alumnos aprenderán a


identificar a los compositores y sus épocas, como se hace normalmente
con los estudios literarios, cantos corales, estudio de instrumentos como
solistas y en orquestas.

b) El lenguaje. Dicción, elocución, representaciones dramáticas, declamación


de poesía. Cultivar el arte de hablar con lógica, de exponer las propias
ideas, de razonar y discutir. Lectura en voz alta con la capacidad de
mantener viva la atención del público, conferencias sobre ideas
personales.

c) Los trabajos artísticos. Diseño, modelado de figuras sólidas, de plastilina o


barro con diferentes propósitos: diseños ornamentales, reproducción de la
naturaleza, creaciones de la propia imaginación, etc. Estos trabajos no
deben ser considerados como un estudio artístico, sino que serán
destinados a facilitar la expresión del sentimiento artístico personal en
relación con un trabajo manual y adquirir un cierto conocimiento de las
técnicas modernas.

2. Responder a aquellos que consideramos como elementos creadores del ser


psíquico en el hombre.

El chico tiene necesidad de ser valorado. Su instinto lo induce a ver todo bello,
lo alienta a admirar todo lo que se presenta ante sus ojos. Debemos favorecer
esta tendencia. Su personalidad debe ser observada y ayudada con la condición
de que la ayuda se limite a lo estrictamente necesario. Si queremos darles a los
alumnos una educación religiosa apta para su edad, esta educación debe
fundamentarse en el contacto. Dios ama a la criatura, la ve continuamente, no la
abandona jamás. Si queremos darle una idea religiosa de la naturaleza,
debemos siempre hablar del individuo, del animal individual. Todo debe ser bien
claro, bien diferenciado y, por así decirlo, revelado y analizado: el joven, el
padre, la madre, las personas, los animales. En este período se trata sobre todo
de facilitarle la construcción de su personalidad. Tratemos de hacer la obra que
le aclare sus ideas, presentando cada cosa y cada idea bajo un aspecto concreto
y haciendo más tangible aún aquello que sea abstracto.
76
La cultura “creadora”, destinada a la construcción de las bases mismas de la
personalidad, se divide en tres ramos:

a) La educación moral. constituye la base del equilibrio espiritual sobre el


que se apoya todo lo demás y que puede ser comparado con el equilibrio
físico, sin el cual es imposible tenerse en pie o cumplir con la mayoría de
las actividades motrices.

b) Las Matemáticas. Hoy la inteligencia humana ya no es una inteligencia


natural. Sin una inteligencia matemática, sin la educación y el desarrollo
matemático, no es posible participar en nuestra época ni comprender su
progreso. Un espíritu sin cultura matemática hoy se compararía con un
hombre que ignoraba el alfabeto en tiempos en los que se dominaba la
cultura literaria. En el estado natural, el espíritu humano ya es
matemático: tiende hacia la exactitud, la medida y la confrontación. Es
capaz, dentro de ciertos límites, de comprender muchos de los efectos
con los que la naturaleza afecta a los hombres mientras cuida celosamente
el mundo de las “causas”.

Por lo tanto, dada la importancia vital de las matemáticas, es necesario


que la escuela recurra a un “método especial” para enseñarlas y que dé
los suficientes elementos de manera correcta, clara y comprensible.

c) Los idiomas.- El desarrollo del lenguaje forma parte de la misma


personalidad humana. Las palabras son el medio natural de expresión del
pensamiento y por consiguiente establecen la comprensión entre los
hombres. Si en un tiempo era suficiente conocer únicamente un idioma,
hoy es indispensable enseñar varios. El latín, que tenía una importancia
preponderante cuando la cultura era sobre todo cultura literaria, no es ya
tan esencial en nuestros días. No se debe, de ninguna manera, imponer el
aprendizaje de forma obligatoria porque se trata de un idioma inútil
excepto para algunos estudios clásicos con una finalidad netamente
profesional. De cualquier modo, dada la importancia histórica del latín, se
debe enseñar a todos los que lo deseen por lo que debería existir como
materia electiva.

77
Los profesores de latín tienen la posibilidad de “penetrar” y de incentivar a
los alumnos despertando su interés y haciendo atractivo el idioma al que
se conectan los orígenes de nuestra civilización.

3. Poner al adolescente en relación con la civilización actual, enseñándole una


cultura general y también un medio de experiencia.

a) Estudio de la Tierra y de la naturaleza viviente.- Esto se refiere a la


ecología con documentación acerca de los períodos prehistóricos,
biología, cosmografía, botánica, zoología, fisiología, astronomía y
anatomía comparada.

b) Los estudios inherentes al progreso humano y a la construcción de la


civilización a través de las ciencias físicas y químicas. Estos estudios, aún
siendo en su mayoría teóricos, siempre deben dar lugar a experimentos
prácticos. Así se ofrece a los alumnos la posibilidad de observar y de
experimentar directamente. Gracias a estas bases, podrán asimilar las
materias más difíciles y que no es posible demostrar en la escuela. Las
nociones prácticas ilustran la teoría, la hacen más atractiva e impulsan al
alumno a ir siempre hacia delante.

La escuela deberá poseer un “museo de las máquinas”, fácilmente


manejables que permitan a los chicos desmontarlas, remontarlas y
repararlas. Allí deben estar presentes el plano inclinado, los engranes, el
torno, la rueda y todos los elementos que ayudan a obtener el máximo
rendimiento con el mínimo esfuerzo. Las lentes y los prismas para la
concentración y la desviación de la luz, pueden constituir un “material”
para el estudio de las leyes esenciales de la física, con sus fórmulas y sus
cálculos matemáticos. Lo mismo sucede con la estática. Podemos usar
materiales simples que se encuentran fácilmente, para ilustrar las leyes
que regulan el equilibrio de los edificios y de los puentes.

Los “Jóvenes del Campo” deben estar habituados a servirse de las


máquinas: máquinas de escribir, máquinas textiles para teñir y estampar,
calculadoras, impresoras, cámaras fotográficas y de video, equipos de
audio, microscopios, etc. Debe conocer el alfabeto Morse para saber
utilizar las diferentes máquinas en la vida cotidiana: no sólo la bicicleta
“para ir más rápido”, sino los pequeños utensilios de uso familiar, como el
78
pelador de verduras, el prensa papas, la aspiradora, la lavadora, la
plancha, etc. Las máquinas son un órgano multiforme en la vida del
hombre moderno.

Aquí se impone una reflexión. Con las máquinas, la civilización le ha dado


al hombre un poder enormemente superior al que disponía en sus
orígenes, pero, para que la obra de la civilización se desarrolle, es
necesario que también el hombre se desarrolle. El mal de nuestra época
se debe al desequilibrio que existe en la diferencia del ritmo evolutivo: la
máquina se desarrolla a un ritmo acelerado, en tanto el hombre ha
permanecido relegado. Así, el hombre vive dependiendo de las máquinas
mientras debería dominarlas. El progreso no debe llevar al triunfo del
materialismo; al contrario, debe “elevar” al hombre. Es maravilloso elevar
el propio ideal siempre más alto, hay que enseñar a los adolescentes cuál
es nuestra tarea en la Tierra. Esta potencia que la máquina le ofrece al
hombre debe crearle deberes nuevos, una moral siempre más alta.

El hombre dotado de poderes “sobrenaturales” puede divisar a través de


las lentes, objetos infinitamente pequeños o muy lejanos. Puede hacer
cálculos matemáticos que habrían sido absolutamente inaccesibles y
además inconcebibles para el hombre natural. Hoy puede escuchar voces
que vienen de distancias enormes, puede medir las ondas que hacen
posibles las comunicaciones. Viaja con una rapidez que aumenta cada vez
más, vuela en los cielos y surca la superficie de los mares. La máquina le
confiere un inmenso poder, un poder no menos fantástico del que tienen
los héroes en las fábulas y el progreso del ambiente social que le
corresponde. Pero si la educación no lo ayuda a introducirse en este
mundo, permanecerá “fuera de la sociedad”. El hombre de esta “súper
naturaleza” es el rey de la Tierra, de las cosas visibles e invisibles, penetra
en los secretos de la vida dando origen a una fauna y a una flora que
constituyen esta súper naturaleza, haciendo progresar con la química los
productos naturales de la Tierra, transformando los cuerpos, con el toque
de una varita mágica. Esta es la prueba de la grandeza humana colectiva y
el hombre puede darle a esta obra su contribución. El hombre que
ostenta este poder se vuelve peligroso. En este nuevo mundo debe
imponerse una nueva moral individual y social: una moral que lleve a las
directivas nuevas sobre el bien y el mal, sobre las graves
responsabilidades que los individuos asumen hacia la humanidad entera, a
79
partir del momento en el que el hombre incrementa su poder más allá de
su naturaleza. La máquina no debe hacer otra cosa que sustituir al
esclavo de la nueva civilización.

c) La historia de la humanidad. Debe ser lo más completa posible. Es


necesario presentar un cuadro general en el que será necesario escoger
los períodos particulares para un estudio individual más profundo. Una
biblioteca especializada, provista de atlas geográficos, un museo de
historia con retratos y reproducciones de documentos históricos y
prehistóricos que ofrezca a los alumnos material precioso para sus
investigaciones personales.

El capítulo de la historia más importante para los adolescentes es el que


trata de las exploraciones y de las invenciones. Será bueno ilustrar las
explicaciones con imágenes de la vida social antes y después del
descubrimiento que se está estudiando para que sea posible hacer una
comparación de la vida humana durante los diferentes estados de su
evolución.

Otro aspecto de la historia, que es particularmente apto al período


sucesivo, es aquel que estudia el desarrollo humano en relación con los
factores geográficos, el contacto entre los diversos pueblos, la mezcla, la
asimilación de las diversas razas humanas y de las culturas, las guerras y
la conquista de los imperios; todo acompañado de escenas breves de los
sentimientos, usos y costumbres de las varias épocas, sobre la influencia
de las religiones y del sentimiento de patria y sobre el comportamiento del
hombre.

d) Argumentos especiales. Junto con estas consideraciones de orden general


es interesante profundizar en el estudio de una época, de un suceso o de
la vida de algún personaje que haya suscitado particular interés entre los
alumnos. Este estudio ofrecerá la ocasión de coleccionar, consultar y
confrontar los documentos, artículos y retratos hasta conseguir la
comprensión total del argumento.

Es necesario dar una ojeada a la situación presente en el propio país, a su


constitución, a sus leyes, a sus características particulares y a sus
características morales. Este cuadro deberá ser ilustrado abundantemente
80
por referencias concretas y enriquecido con visitas a lugares que tengan
alguna importancia histórica.

81
Los Métodos

Los mejores métodos son aquellos que suscitan el máximo interés en el alumno: le dan
la posibilidad de trabajar solo, de experimentar y alternar los estudios con
ocupaciones en la vida práctica.

Una pizarra en la que se encuentren escritos claramente y a la vista de todos el grado


de cultura solicitado por las leyes de la enseñanza secundaria, constituye un óptimo
estímulo y proporciona las directivas sin imponer obligaciones. Además, es necesario
dejar a aquellos que quieren trabajar, la posibilidad de alcanzar y de superar el nivel
requerido por las reglamentaciones oficiales.

Ya que esta escuela de “Jóvenes Campestres” se extiende durante todo el período de la


pubertad hasta los 18 años, en los últimos años habrá que ayudar a los alumnos a
prepararse para entrar a la universidad o para superar los exámenes necesarios para
conseguir un diploma.

Consideraciones Prácticas.
Prácticas.

Un plan del que hoy en día estamos muy alejados no podrá realizarse más que por
grados. Naturalmente se trata de una escuela abierta a cualquier chico que haya
superado la escuela primaria y no sólo a aquellos que vengan de escuelas
especializadas; una escuela para alumnos normales pero en la que también los chicos
lentos, retrasados o que simplemente sufran de cualquier anormalidad psíquica, como
timidez o bloqueos mentales, se sientan seguros de encontrar una ayuda eficaz, de
obtener una mejoría efectiva.

Un terreno vasto y espacioso, cerca del mar y cercano a una ciudad, constituye la
localidad más favorable para establecer una escuela de este tipo. Los profesores
deben estar dispuestos a vivir en la misma escuela, asumiendo parte del trabajo de
conducción y participando en la vida cotidiana del instituto. Es necesario instaurar una
disciplina severa tanto para el personal docente como para los alumnos para asegurar
orden en la vida interna y unidad a los objetivos: los adolescentes se adaptarán
necesariamente a un ambiente ordenado.

Será oportuno recurrir a la obra de jóvenes maestros –hombres y mujeres- que vengan
de fuera. Naturalmente deberán ser calificados para la enseñanza en las escuelas
secundarias, pero esto no significa que permanezcan libres de enseñar según sus
82
métodos: deberán al contrario, adoptar los métodos del instituto para que su
colaboración sea eficaz. Estos maestros externos deben ser jóvenes, tener espíritu
abierto y estar listos a tomar parte activa en la vida de la escuela, aportando su propia
contribución. Por otra parte, deberán ser el mínimo necesario para impartir
determinados conocimientos en el momento que los métodos del instituto lo
requieran.

Junto con los profesores que imparten las materias escolares comunes, será necesaria
la participación de técnicos, por ejemplo un instructor para la agricultura y la
jardinería, un administrador o contador que enseñe a administrar la tienda y la
pensión, un maestro para los trabajos artísticos. Todos los miembros del personal
deben ser calificados para los trabajos prácticos que deben realizar: cocina, costura,
contabilidad, etc. Será interesante contratar a un trabajador competente que sepa
realizar diferentes trabajos y ayudar en la vida cotidiana.

Como los niños más pequeños en nuestras escuelas han aprendido a doblar sus
vestidos, a coser, a poner en orden sus cosas, los “Jóvenes Campestres” deben
aprender a ajustar los objetos que se descompongan, a reparar un automóvil a cambiar
un vidrio roto, a ajustar una cerradura, etc. Deben ser capaces de trazar un camino, de
realizar la conexión eléctrica para un timbre, de serruchar la leña y realizar pequeños
trabajos.

A este punto, necesitamos preguntarnos cómo se podrán ganar la vida. Esta ganancia
que, naturalmente no puede ser inmediata, será posible sólo a través de la
colaboración de los adultos. Los adultos comenzarán a ganar, dando el ejemplo del
trabajo y harán poco a poco que los jóvenes participen en la organización económica y
material, así como en la ejecución de los trabajos. Por ejemplo: un fábrica moderna ya
organizada o un jardín donde se cultiven flores, puede contratar a los jóvenes. Basta
establecer un contrato previo entre la escuela y las empresas cercanas.

Del mismo modo, la tienda puede ser abierta por una asociación de adultos, por
ejemplo un grupo de familiares de los alumnos. Un adulto podrá hacerse responsable
pero los muchachos, colaborando en turnos aportarán una nota juvenil y de gallardía al
mismo tiempo que desarrollarán las primicias de su trabajo y de su ingenio.

Sería bueno establecer al final de este período una preparación de un mes más o
menos, seguida de una especie de examen, no de las materias de estudio sino de los
problemas de conciencia.
83
En este momento de algún modo se presenta la entrada del joven en la vida y es aquí
que debemos prepararlo a lucha contra las fuerzas del mal a las que se enfrentará.
Deberá vencer las tentaciones. Por esto no podemos dejar que se presente delante del
“príncipe de este mundo” sin una adecuada preparación, un resumen de todo lo que ha
hecho hasta ahora, un examen de conciencia que constituya una especie de diploma
de admisión para entrar en la vida.

84
C. LA FUNCIÓN DE LA UNIVERSIDAD
UNIVERSIDAD

Las escuelas están hechas para jóvenes y para adolescentes. Una sola escuela está
destinada para los adultos: la universidad.

Después de los 18 años la “preparación del organismo” se terminó y las mismas leyes
reconocen la madurez física del individuo, autorizándolo a contraer matrimonio. A los
21 años el ser humano se considera como liberado: mayor de edad.

Generalmente se entra a la universidad después de los 18 años y en ella se permanece


hasta los 21 o en ocasiones hasta dos o tres años después. La universidad es por lo
tanto una escuela para adultos.

Esta es la única consideración –de orden puramente físico- que pone a la universidad
en una posición diferente a la de otras escuelas.

Su organización no es sustancialmente diferente, la universidad es la prolongación


directa de las otras escuelas. Los estudiantes continúan las lecciones, escuchando a
los profesores, y afrontando exámenes de los que depende el suceso de su carrera. La
única diferencia consiste en el hecho que los estudiantes universitarios no deben
repetir las lecciones y hacer tareas en casas, eso significa que, ya que son personas
habituadas a un trabajo impuesto y continuamente controlado, ahora trabajan menos.
Tienen, de hecho, vacaciones más largas. Pero para todo lo demás dependen de sus
familias como en los estados precedentes. Las familias vigilan, por así decir desde el
punto de vista financiero, el éxito de los estudios valorándolos con base en los
exámenes y a las calificaciones reportadas.

En la universidad tenemos personas que viven como niños, aunque son adultos. En
cambio, durante esta fase de la vida deberían tomar conciencia de sus
responsabilidades y de su tarea social que es la de crear una familia. Sin embargo,
demuestran por lo general, una falta de conciencia y tienen una idea falsa de la vida.
No se puede esperar que hombres y mujeres así contribuyan a mejorar la sociedad.

En la Edad Media, la vida de los estudiantes se caracterizaba por la grandeza y la


dignidad. Existían centros de estudio como la célebre Universidad de Boloña, a la que
acudían jóvenes de todos los países de Europa. Cada uno de estos estudiantes tenía el
sentido de la responsabilidad intelectual hacia su país de origen, que estaba orgulloso
de que algunos de sus ciudadanos asistieran a esa universidad. La Universidad de
85
Boloña exponía orgullosamente en las paredes de su anfiteatro escudos de esmalte y
oro representativos de las ciudades y países de los alumnos. Los estudiantes
participaban en discusiones filosóficas y políticas que los llevaba a tomar conciencia de
su valor y de su responsabilidad moral. La solemnidad de las ceremonias formales y
los mantos de armiño de los profesores eran continuos llamados a la dignidad del
instituto. En las universidades más antiguas no había más exámenes que el de
titulación. Los estudiantes se ocupaban de sus estudios, empujados por una
apasionado interés de la conquista de conocimientos elevados. Su tiempo era contado
y precioso. Las fiestas universitarias, inspiradas en una empresa artística, constituían
verdaderas y propias ocasiones en la vida pública. Las universidades eran “centros de
cultura” que irradiaban la civilización con una finalidad universal y los estudiantes –los
que eran estudiosos- eran los propagadores.

Pero hoy la civilización y la cultura se transmiten por otros medios, por medios cada
vez más extensos y fáciles. La cultura se difunde a través de la estampa y las
comunicaciones rápidas que establecen una especie de nivelación universal.

Además, las universidades se han transformado poco a poco en simples escuelas


profesionales, en las que sólo el grado de cultura es superior a al de las otras escuelas,
pero han perdido el sentido de su dignidad y de su grandeza que era un instrumento
esencial para el progreso de la civilización.

Los estudiantes que como única meta se proponen obtener un oscuro empleo
personal, no pueden tener más conciencia de esta misión que creaba en un tiempo el
“espíritu universitario”. El sólo deseo de trabajar lo menos posible, de pasar a
cualquier costo los exámenes y de aferrar el diploma que servirá a la carrera de cada
uno, se ha convertido en el motivo esencial, común a todos los estudiantes. Así, al
progreso de la cultura que ha transformado la existencia, corresponde la decadencia
de las instituciones universitarias. Los verdaderos centros de progreso se han
transferido a los laboratorios de investigación científica que son lugares cerrados
ajenos a la cultura común.

La decadencia general de las escuelas que se verifica hoy en día no deriva de una
disminución de la cultura impartida a los estudiantes sino de la falta de
correspondencia entre las organizaciones de estos institutos y las necesidades
actuales. La escuela se ha quedado bajo el nivel alcanzado externamente en la
civilización. Las bases materiales de la civilización han cambiado a tal punto que ya
anuncian el alba de una civilización nueva. En este período crítico de la historia de la
86
humanidad, la vida misma del ser humano tiene la necesidad de una nueva adaptación.
Este es el problema esencial de la educación.

La educación no consiste en buscar métodos nuevos en vista de una transmisión árida


de conocimientos. Debe proponerse contribuir en el desarrollo del ser humano. Por
consiguiente, debemos tomar en consideración la vida misma del hombre, la vida en
sus valores. Si la base de la educación se convierte en la “formación del hombre” será
necesario coordinar entre ellos todos los grados de estudio, desde la infancia hasta la
edad adulta, desde el jardín de niños hasta la universidad, porque el hombre, aún
atravesando diferentes fases interdependientes, es uno y único. La fase que precede
prepara la sucesiva, forma las bases, cultiva las energías. La falta de coordinación
entre los grados sucesivos de enseñanza también constituyen un obstáculo en las
escuelas que existen en la actualidad. Las universidades tienen un plan de estudios
propio, pero encuentran a los estudiantes insuficientemente preparados para seguirlo.
Lo mismo sucede en la escuela media con relación a la escuela elemental. Esta falta de
preparación de la personalidad influye de manera negativa sobre todo el desarrollo de
la vida escolar.

Si además la educación mira no sólo a la cultura, sino que también al desarrollo del
hombre, una rigurosa coordinación se vuelve indispensable y esencial en todos los
períodos de la vida.

Durante las experiencias hechas con los chicos de la escuela elemental hemos relevado
que las bases de todas las ciencias se deberían introducir justo entre los seis y los
doce años. Existe de hecho en el desarrollo psíquico un período sensitivo que se
podría llamar “el período sensitivo de la cultura”, durante el cual se organiza el plan
abstracto del espíritu humano. Este es el momento en el que se deben echar las
semillas. Se puede comparar este período del alma humana al campo donde se
siembra el trigo, que esperará la estación nueva para germinar.

La finalidad de la educación es la de estudiar todos los medios posibles para “sembrar


este trigo” a la edad más adecuada. Esta “siembra” no debe interesar sólo a la
educación primaria, sino también a la universitaria, del mismo modo que el cultivo del
lino debe interesar al fabricante de telas. Porque, si falta la materia prima de calidad,
resulta inútil tener buenos instrumentos para trabajarla.

Lo mismo pasa con la vida psíquica: a una cierta edad, una actividad interior da origen
a los primeros desarrollos intelectuales, suscitando reacciones de entusiasmo y
87
despertando capacidades que sin esta actividad permanecerían adormecidas. Vendrá
la época de la juventud, que desarrollará estos centros de interés. Pero si las semillas
del conocimiento no fueron sembradas en la estación adecuada, no queda más que la
inercia que rechaza cada esfuerzo y cualquier estudio permanece estéril. Se podría
decir que cuando se ha cometido este pecado contra las leyes de la vida, el trabajo se
convierte en una árida fatiga, una especie de condena, no diferente a aquella que la
Biblia describe para Adán. Evidentemente, no es el trabajo en sí, sino el trabajo fuera
de las leyes el que fue condenado por la maldición divina. Así, el estudiante prosigue
sin entusiasmo y sin pasión el curso árido y forzado de los estudios universitarios. Se
necesitaría un estímulo supremo, un rayo de luz para llamar a los corazones
replegados en la inercia y en el error y para reanimar la vida lánguida: no podrá jamás
hacerlo esta escuela árida, que subestima la personalidad del estudiante y continúa a
agravar su inercia.

También para la adquisición de la cultura, los diferentes grados de la enseñanza tienen


un interés común, o mejor dicho, las escuelas superiores tienen un interés de control
hacia las escuelas elementales, ya que estas últimas van preparando las energías
humanas.

Los profesores universitarios, tanto de materias literarias como científicas, tendrán


delante de ellos a discípulos ardientes, a críticos inteligentes, a verdaderos
colaboradores, si sus alumnos tuvieron un desarrollo adecuado y normal. De otra
forma, no se encontrarán más que con espíritus indiferentes e inertes que rechazan la
cultura, jóvenes arrogantes que tendrán que frenar como potros rebeldes.

La colaboración es aún más necesaria cuando se trata de la personalidad humana en


su totalidad, porque la vida humana no tiene sed sólo de cultura. La cultura implica un
estado receptivo, mientras que la vida es activa y expansiva y tiende a crear al externo.
Estudiar no es vivir: vivir es precisamente la cosa más necesaria para poder estudiar.

Hemos podido palparlo directamente: el estudio, aunque sea ampliado, aunque sea
asimilado, no satisface a la personalidad humana. Quedan otras necesidades, que si
no son satisfechas, conducen a conflictos interiores que influyen en el estado mental y
alteran la claridad. La felicidad, el sentimiento del propio valor, la satisfacción de
sentirse apreciados y amados por los demás, de sentirse útiles y capaces de producir,
son factores de inmenso interés para el alma humana.

88
La nueva universidad deberá tomar su nueva dignidad de estos factores y no sólo de la
cultura. La consideración moral y filosófica de la vida y del fin de la humanidad era, en
un tiempo, la base misma de la universidad, la cultura era un medio espléndido para
elevar a la humanidad a un nivel superior. Hoy, la moral del hombre no puede ser
desarrollada ni por la filosofía ni por las discusiones de conceptos metafísicos, sino
únicamente por la actividad, por la experiencia, por la acción.

Es interesante notar cuánto le interesan al chico las actividades prácticas en el período


precedente a la adolescencia. El trabajo manual con un fin práctico ayuda a adquirir
una disciplina interior. Cuando la mano se perfecciona en un trabajo escogido
espontáneamente y nace la voluntad de lograr, de saltar un obstáculo, la conciencia se
enriquece de algo muy diferente a una simple cognición: es el sentimiento del valor
propio. Desde la más tierna edad el hombre encuentra su más grande satisfacción al
sentirse independiente. El sentimiento de poder bastarse a sí mismo surge como una
revelación y es sin duda un elemento fundamental de la vida social.

Es evidente que la necesidad de ayudar a los otros o de buscar su colaboración no


puede nacer cuando se depende completamente de ellos y se está convencido de la
propia incapacidad. Al final, el sentimiento del valor individual y la posibilidad de
participar en una organización social, constituyen las fuerzas vivas. Esto no se
adquiere aprendiendo simplemente de memoria las lecciones o resolviendo problemas
que no tienen nada que ver con la vida práctica.

Es necesario que la vida se convierta en el centro de interés y la cultura en un simple


medio. Nada demuestra la necesidad de la cultura más que la constatación de cuánto
sea necesaria para vivir en modo consciente e inteligente. Comprender la ayuda
esencial que esto nos trae, sentir la necesidad para llegar al suceso y por consiguiente,
considerarla como la fuente de la felicidad espiritual, es lo que alienta a estudiar
siempre más.

La relación que existe entre la vida y la cultura demuestra claramente como los chicos
están en grado de aprender mucho más de lo que la escuela de hoy pretende enseñar
con sus programas anticuados.
Tengamos presente que durante la infancia se debe despertar el primer interés,
sembrar la semilla de todas las ciencias.

El hombre crece como un todo: si el desarrollo de una de sus partes esenciales es


defectuosa, se generan complejos que pueden llegar a turbar la mente.
89
El individuo que toma conciencia de los propios valores es propenso a la asociación.
Representa una energía. Hemos visto como la asociación entre chicos se da
espontáneamente, por si sola, para pensar y para comprender. Parece que la
verdadera comprensión va de la mano con la discusión, con la crítica, con el
consentimiento de los demás. Es necesario que el gusto de conocer sea
inmediatamente comunicado a los demás: en esta comunión se desarrolla el
entusiasmo.

Estudiar y pensar inducen a la asociación no menos que la actividad manual. Quien se


dedica a un trabajo muy difícil para sus fuerzas tiene la necesidad de asociarse con
otros individuos. Pero, también para comprender, la ayuda de los demás es necesaria.
La colaboración espontánea es una manifestación verdaderamente reveladora.

La asociación suscita nuevas fuerzas y estimula las energías. La naturaleza humana


tiene necesidad de la vida social, tanto para el pensamiento como para la acción.

Todas estas evidencias nos inducen a reconocer tangiblemente la imposibilidad de


cerrar la educación en los límites de un aula escolar, en la que los jóvenes que
estudian permanezcan inertes, perpetuamente sujetos al despótico querer del profesor
y separado del resto del género humano. Esto vale también para los niños más
pequeños.

La primera reforma de la educación debe consistir en ofrecer a los muchachos un


ambiente vasto, actividades variadas y la posibilidad de trabajar en grupos.

La adolescencia representa un período de germinación para la construcción de la


sociedad. Ahora la sociedad se construye mediante actividades diversas y no
puramente intelectuales pero sobre todo, tiene necesidad de que el individuo,
desarrollando sus experiencias sociales, adquiera el creciente sentimiento de la propia
conciencia.

Un muchacho inerte, que no ha trabajado nunca con sus manos y no se ha dado cuenta
de que “vivir” significa vivir socialmente y que para pensar y crear hay que alcanzar
sobre todo la armonía de la propia alma, será un adolescente egoísta, pesimista y
melancólico que buscará en los valores superficiales de la vanidad la compensación de
un paraíso perdido. Una vez convertido en hombre se presentará a las puertas de la
universidad para preguntar ... ¿qué cosa?.. Para pedir una profesión que le permita
90
garantizar su vida material en una sociedad que le es ajena e indiferente, para
participar en una civilización que ignora. No se puede comenzar a considerar al
hombre sólo cuando ya se ha convertido en hombre, hay que ocuparse antes. Si
queremos encontrarnos un día de frente a un hombre, debemos buscar antes al niño.
Separar las diferentes fases de la vida es absurdo. El hombre es el resultado del niño y
las causas del bien y del mal que encontramos en los adultos se habrían podido
descubrir fácilmente durante el breve período de su crecimiento.

La distinción que nosotros establecemos entre los intereses del muchacho y los del
adulto, tanto para la educación como para las cuestiones sociales, hacen pensar en la
lucha que enfrentaron en la Edad Media dos países que se decían poseedores de
valiosas reliquias. Uno tenía los tres cráneos de los Reyes Magos niños, el otro los tres
cráneos de los Reyes Magos adultos.

Este criterio fatal, esta especie de barrera psíquica que separa netamente los dos
campos de interés, es la base de graves errores y constituye una seria amenaza para la
humanidad. ¿Por qué jamás, delante a los peligros que amenazan a la salvación de los
pueblos, no se considera la defensa suprema, que consiste en cuidar, corregir y
fortificar a la humanidad con todos los medios posibles, cuando se encuentra en el
período de formación? Hoy en esta civilización prodigiosa, lo que hace falta es la
fuerza espiritual del hombre, la rectitud de conciencia y sobre todo el sentido de la
vida humana que triunfa en el universo.

El hombre que llega a la universidad dejó atrás la infancia y la adolescencia, ya es un


hombre hecho y gran parte de su destino social y de su éxito en los estudios dependen
del modo en el que se desarrolló esta formación.

Lo que importa es “el fin del hombre”. Este fin no puede reducirse a guardar nociones
para el ejercicio de una profesión. Los estudiantes universitarios son adultos que
deberán ejercer una influencia sobre la civilización de su época. Los educadores y por
consiguiente los dirigentes de la humanidad futura, salen de la universidad. De la
universidad salen los hombres que guiarán a las multitudes y serán los defensores de
la civilización. Cuando hayan superado los exámenes, se encontrarán delante a las
puertas del mundo, tendrán la necesidad de una seria preparación moral. Una vez
convertidos en hombres, no permanecerán en la escuela simplemente para saber un
poco más de los demás. Es cierto que la cultura representa sólo una parte, aunque
importante, de su preparación; pero estos hombres serán capaces de encontrar todo
gracias a este medio. El ambiente social se infiltra a través de ella. Es importante,
91
pues, intensificarla y hacerla penetrar en la conciencia, es un arma defensiva para la
humanidad y para la civilización.

Como la religión, que está al alcance de todos, asume mayor intensidad en los
misioneros y en los sacerdotes y los hace trabajar por el bien de la humanidad, así la
cultura, que se difunde por todas partes y es asimilada por los pueblos, asume una
mayor profundidad en ciertos individuos, que se convierten en sus apóstoles para
sostener la civilización.

En la universidad la preparación debería ser pues, más extensa y más activa. Si la


educación conducida entre cuatro paredes es inadecuada para los niños, podrá
satisfacer todavía menos a los hombres. Para un adolescente, es necesario sentirse
independiente: el hombre debe haber ya realizado su independencia. Las experiencias
sociales deben tener una continuidad.

Un hombre que nunca hubiera trabajado, que nunca hubiera tratado de ganarse la
vida, que nunca se hubiera acercado a las diferentes edades y a las diferentes clases
sociales, difícilmente sería digno de acceder a un puesto directivo.

Este “valor de la personalidad” debe ser cultivado activamente mediante experiencias


concretas. La conciencia del hombre moderno ciertamente no se formará filosofando
o meditando.

La universidad por su mismo carácter, debe enseñar a estudiar. El título demuestra


simplemente que se ha aprendido a estudiar, que se es capaz de adquirir por si solo la
cultura, que se está bien orientado en el camino de las investigaciones científicas.
Demuestra, por lo tanto, que la instrucción no es la tarea esencial de la universidad. Si
se ha aprendido a estudiar, es evidentemente que se ha hecho para continuar
estudiando. Una persona titulada es una persona que sabe navegar mejor en el
océano de la cultura. Ha recibido una orientación, es un trabajador que tiene una
brújula para comunicarse con los astros que le alumbran el camino.

Este es el verdadero significado de una persona titulada.

Si el título es sólo un certificado que hace constar la capacidad de aprender, ¿por qué
los estudios universitarios deben durar de cuatro a seis años? Una persona que
estudia en la universidad sabe que deberá estudiar toda la vida o renunciar a todo su
valor. ¿Por qué pues debe ser atormentado esos tres o cuatro años para la adquisición
92
de una cultura que nunca tendrá fin? Debe existir otro medio para formar a los
jóvenes y permitirles adecuarse a la civilización y a las exigencias de nuestro tiempo.

Sería de gran ventaja, para un verdadero estudiante, conquistar la independencia


económica durante los estudios universitarios. Muchos jóvenes trabajan ya como
maestros en escuelas privadas, como periodistas, artistas, asistentes, comerciantes,
etc. Muchos ya son empleados en un laboratorio, o en la diplomacia: estos
trabajadores tienen mayor probabilidad de trabajar por amor a los estudios y por el
progreso humano y no por una meta individual e inmediata. Si se emplean por
algunos años más poco importa, porque sus estudios nunca deben tener fin.

Lo mismo se puede decir para aquellos que desean convertirse en profesores


universitarios: estudian, pero no van a la escuela y sin embargo se ganan
modestamente la vida precisamente para poder estudiar y alcanzar un día objetivos
cada vez más altos. Una persona que estudia no debe preocuparse por un examen
como un niño que teme a los gritos de su padre que lo mantiene, no debe estar
forzado a copiar para obtener una buena calificación. Un adulto debe, sobre todo,
saber conquistar la propia independencia y su propio equilibrio moral. Se deberían
ofrecer todas las facilidades posibles para crear alguna forma de trabajo que permita
que los estudiantes se inicien en la independencia económica, de modo que sean
enteramente libres para estudiar y capaces de encontrarse un puesto adapto según su
propio valor.

La vida del ser humano se podría comparar a las tres etapas de Cristo.

Primero el Niño Jesús, milagroso y sublime: es la época de la “sensibilidad creativa”, de


la construcción mental, capaz de una actividad férvida, ardiente, en la que se deben
sembrar todas las semillas de la cultura.

En seguida, la época de la adolescencia: época de revelaciones interiores, de las


sensibilidades sociales. Es la edad en que Jesús adolescente se detuvo a discutir con
los doctores y se olvidó de su familia, ya no habla como un niñito sino como un
brillante maestro y después se dedica a los trabajos manuales y ejerce un oficio.

Por último, viene el hombre que se alista para su misión en el mundo. ¿Y qué hace Él
para prepararse? Enfrenta al diablo y lo vence. Es la preparación. El hombre tiene la
fuerza de conocerse y de enfrentar los peligros, las tentaciones del mundo para
empeñarse y para vencer. Según el sentido literal, las tentaciones a vencer son las del
93
Evangelio: la tentación de la posesión y la tentación del poder. Existe en el hombre
algo que está más allá de las tentaciones: él puede comprender el único medio para
crear un mundo purificado, potente y rico; saber vencer individualmente las
tentaciones de poseer y de poder.

Este es el camino que nos lleva a Su reino. Pero para encontrarlo mediante la educación, hay que
dirigirse hacia el niño y considerarlo bajo otro aspecto.

94

También podría gustarte