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De La Infancia A La Adolescencia
De La Infancia A La Adolescencia
TRADUCCIÓN
TRADUCCIÓN DE CONFERENCIAS IMPARTIDAS POR MARIA MONTESSORI
LONDRES, 1939
Cada una de estas partes se pone sobre un plano diferente, aunque todas siguen la
misma línea. El conocimiento de estos cuatro planos resulta de extrema importancia.
Del primer plano de desarrollo, que se refiere a niños de hasta siete años, hemos
hablado en el primer libro por lo que ahora nos ocuparemos solamente de los tres
períodos que le siguen: el niño de los siete a los doce años, el adolescente de los doce
a los dieciocho años, y el estudiante universitario.
Hasta estos días, en Francia se han realizado trabajos relacionados únicamente con el
primer plano de desarrollo, mientras que en Holanda e Inglaterra han logrado tener
éxito en diferentes experimentos relacionados con los planos sucesivos.
Espero que este libro pueda servirnos como estímulo para la creación de escuelas
modernas, inspiradas a ese ideal del que nuestros chicos tienen necesidad más que
nunca.
2
I. LOS PLANES SUCESIVOS DE LA EDUCACIÓN
Se puede establecer un paralelo entre la vida de este insecto y la vida del niño. Pero,
precisamente porque la evolución de los caracteres no es tan clara y neta en el niño
como lo es en el insecto, sería más exacto hablar de "renacimiento". De hecho, en
cada etapa tenemos delante de nosotros un niño nuevo, que presenta características
diferentes a las que tenía en la edad precedente.
I. Nuestro primer plan de educación se refiere, por lo tanto, al niño pequeño desde su
nacimiento hasta que cumple siete años más o menos y puesto que muchas
transformaciones tienen lugar en este período tan importante, hemos establecido las
siguientes subdivisiones:
a) para los primeros dos años,
b) de los tres a los cinco años,
c) el sexto y el séptimo año.
II. Para el período de los siete a los doce años (aquel que precede a la adolescencia y
que, a su vez, puede subdividirse) hemos elaborado un plan diferente. Si los cambios
que se producen durante el primer período pueden ser considerados fases normales
de desarrollo, en el período siguiente se verifican verdaderas y propias metamorfosis.
3
III. De los doce a los dieciocho años: se puede decir lo mismo de este período de la
adolescencia.
En cada una de estas fases nos encontramos delante a un ser en evolución, que cada
vez es un individuo diferente.
Aquí nos proponemos analizar estas dos últimas etapas ya que la primera ha sido
tratada en una obra precedente. 1
Sólo mediante un análisis atento se pueden individuar los cambios que se suceden sin
solución de continuidad en el niño mientras crece hasta convertirse en hombre. Son
estos cambios los que tienen una importancia esencial para el método educativo.
Los principios que se aplican últimamente en todo el primer período no son los
mismos que deben seguirse en el segundo. De esta forma entramos en la "parte
práctica de la educación".
Pongamos un ejemplo: cuando el niño comienza a sentir que un diente está flojo... es
signo de que el primer período de su infancia se ha terminado. El suceso se
desenvuelve sin más relevancia en la familia. Cuando el diente se mueve mucho, se
cae; se le da una cierta importancia al hecho, tal vez se conserva el diente y con esta
pequeña ceremonia inicia un nuevo período de vida. Deberá pasar todavía mucho
tiempo antes de que todos los dientes de leche se caigan y crezcan los nuevos. Pero,
si por desgracia, fuera necesario quitar uno de estos nuevos dientes, no se podría sin
el uso de instrumentos especiales pues se trata de un órgano estable y fuerte. Esto no
es más que un ejemplo tomado de las numerosas manifestaciones de esta edad.
Todas estas características -tanto físicas como psíquicas- constituyen los anillos de
esa larga cadena que es el proceso de metamorfosis del niño: se ve más robusto y al
mismo tiempo más delgado, sus cabellos son menos suaves, psicológicamente es
menos dulce, más rebelde.
1
María Montessori, La Búsqueda del Niño, Garzanti. Milán 1ª. Edición, 1950. El Secreto de la Infancia, Garzanti, Milán, 1ª.
Edición, 1950.
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II. METAMORFOSIS
De los siete a los doce años, el chico tiene necesidad de ampliar su campo de acción.
Como hemos visto 2, al niño pequeño le era suficiente su cerrado núcleo familiar en el
que establecía sus primeras relaciones sociales con los demás. En el segundo período
le es necesario un campo más amplio para sus experiencias sociales. Su personalidad
no se puede desarrollar permaneciendo en el ambiente restringido de los primeros
años.
El dinero es el medio del que el hombre se sirve para procurarse objetos, es por esto
que asume un vivo interés. Tenemos que conservarlo como "la llave de oro" que abre
las puertas de la súper-naturaleza.
Se necesita pues que los niños tengan una experiencia personal, adquiriendo ellos
mismos algunos objetos y se den cuenta de lo que pueden adquirir con la unidad
monetaria de su país.
Así que ¿qué cosa se puede adquirir con un peso? Y cuando hayamos adquirido un
peso de papel en la papelería, nuestro peso habrá desaparecido: servirá para adquirir
otros objetos, que valen a su vez un peso. Es siempre el mismo peso que pasa de
mano en mano, procurando cada vez algo de lo que alguien tiene necesidad. ¿Cuánta
mercancía se ha podido adquirir con un peso acuñado hace 50 años? El dinero que
manejamos de esta manera es siempre el resultado del trabajo de los hombres y
siempre debe permanecer únicamente como un medio para adquirir lo necesario.
El niño tiene la necesidad de establecer sus relaciones sociales con una comunidad
más amplia. La escuela como ambiente cerrado, como se concibe hoy en día, no es
suficiente para él. Le faltan los elementos para desarrollar plenamente su
personalidad, se observa en él una cierta regresión, algunas manifestaciones del
carácter que no podemos definir como anomalías pues en realidad se trata de
2
MARIA MONTESSORI, El Secreto de la Infancia, Garzanti.
5
reacciones a un ambiente que le resulta insuficiente. Pero no nos damos cuenta de
estas situaciones y puesto que queda sobre entendido que el niño debe hacer lo que le
ordena el adulto, aunque el ambiente en el que vive no sea apto a sus necesidades,
cuando él manifiesta esos altibajos de carácter decimos que es "malo", y lo castigamos;
pero la mayoría de las veces ignoramos la causa de esta "maldad". En realidad, con su
conducta, el chico nos prueba lo que hemos apenas expuesto. Justamente para poder
salir del ambiente cerrado no va a la escuela con gusto como antes, sino que prefiere ir
a buscar ranas o a jugar por la calle. Estos hechos, que pueden parecer
insignificantes, revelan que el niño tiene necesidad de extender el campo de acción en
el que se ha desenvuelto hasta ahora.
"Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"... Una parte de nuestra vida
pertenece a Dios, el resto al hombre. Dependemos del ambiente del que formamos
parte, de la vida social. Cuando vive en condiciones favorables a su personalidad, el
niño manifiesta una actividad extraordinaria. Su inteligencia nos sorprende, porque
todas sus facultades trabajan juntas, como sucede normalmente en el hombre. No se
trata ya de modificar los métodos educativos: se trata de un problema de vida.
Pensemos en la tela de la araña que ocupa un vasto espacio del mismo animal. Esta
tela representa su campo de acción al capturar a los insectos que quedan atrapados en
ella. Ahora bien, esta tela se construye siguiendo un plan preciso: la araña produce
un hilo que une a dos ramas, dos piedras, dos puntos de apoyo cualquiera. Después
teje los rayos y de acuerdo con lo establecido con el plan de la construcción,
finalmente, teje su tela alrededor del centro, procediendo en círculos a una distancia
calculada siempre exactamente. Si los puntos de apoyo están cercanos, la tela será
pequeña, mientras más se alejen el uno del otro, la tela será más grande; pero en
todos los casos será tejida siguiendo un plan preciso, siempre con la misma exactitud.
Como esta tela, también la psique del niño se construye siguiendo un plan exacto y
esta construcción abstracta le permite percibir lo que pasa en el camino fuera de su
portal inicial.
Dependiendo de la complejidad del mundo cultural en el que vive el niño, su tela será
mas o menos grande y le permitirá llegar a un mayor o menor número de objetivos.
Podemos considerar a la escuela según dos puntos de vista: como un lugar en el que
se imparte la instrucción o como una fase de preparación para la vida. En este último
caso la escuela debe satisfacer todas las necesidades de la vida.
Una educación cuya única meta sea la de corregir al niño o que suprima lo que
constituye su verdadera existencia lo empuja hacia las anomalías de carácter.
Debido a esto, algunas actividades (como la de los "boy scout") que ofrecen al niño la
posibilidad de una vida organizada fuera de la escuela, siempre son muy interesantes
para los niños.
Hasta esta edad el niño se ha preocupado solamente por establecer relaciones entre
los objetos, los ordena y absorbe el mundo exterior mediante sus sentidos.
Al comienzo de los siete años, en cambio, se produce una evolución hacia las esferas
intelectuales y morales.
Se pueden establecer paralelos entre estos dos períodos que, sin embargo, pertenecen
a planos diversos. A los siete años se perfila una primera orientación hacia los
problemas morales, hacia la formulación de los juicios. Una de las características más
singulares que observamos es el interés que nace en el niño sobre ciertos hechos que
antes no advertía. Ahora le preocupa saber qué es justo y qué es incorrecto; se
presenta frente a él el gran problema del Bien y del Mal. Esta preocupación está
dictada por una sensibilidad interior particular: la conciencia y esta sensibilidad es una
característica totalmente natural.
El período comprendido entre los siete y los doce años es un período particularmente
importante para la educación moral... Es necesario que el adulto se dé cuenta de la
evolución que se cumple en el ánimo del chico en este momento y que se dirija a él en
una forma adecuada.
7
Si en el primer período la maestra debía tener una gran delicadeza e intervenir lo
menos posible en la actividad del niño (actividad casi siempre motriz y sensorial),
ahora su delicadeza debe verterse hacia el plano moral, en el que reside el verdadero
problema de esta edad. Pensar que el problema de la moralidad se presente sólo en
edades más avanzadas, significa no darse cuenta de la transformación que se está
dando. Si no le proporcionamos la ayuda necesaria en este período tan delicado,
enseguida el problema moral se presentará de un modo más complejo y la adaptación
a la vida social será mucho más difícil.
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III. CARÁCTER MORAL DEL NIÑO DE LOS SIETE A LOS DOCE AÑOS
Las tres características que hemos apenas analizado -la exigencia del chico de salir del
ambiente cerrado, el pasaje de su espíritu a un plano abstracto y el nacimiento de su
sentido moral- nos sirven como base para la formulación del plan de este segundo
período.
Cuando el niño ha dejado el espacio reservado que constituye el ambiente del primer
período, es necesario proporcionar la cultura que le ayude a ampliar sus experiencias
sociales.
Prolongar estos ejercicios sería inútil pues ahora el niño es independiente y está en
grado de aplicarse él solo en actividades para las que antes necesitaba la ayuda del
adulto puesto que ahora ha logrado alcanzar la coordinación de sus movimientos.
Pero los gestos de cortesía que le hemos enseñado para entrar en contacto con los
demás, deben ser transportados a un plano diferente: debemos hablarle por ejemplo
de la ayuda que se debe dar a los débiles, a los viejos, a los enfermos. No se trata ya
de ejercitarse en el cumplimiento de los movimientos: hemos llegado a la introducción
de las relaciones morales, de aquellas que despiertan a la conciencia. Si, hasta ahora,
era importante no empujar a una persona mientras pasamos cerca, ahora es mucho
más importante no ofender a esta persona.
Los "boy scout" han obtenido un notable suceso precisamente porque reúnen y
organizan a chicos en nombre de los principios morales y les indican lo que sí se debe
hacer y lo que no se debe hacer. Los chicos que se unen a estos grupos,
generalmente, no cometen acciones contrarias a los principios de su asociación. Existe
en esta agrupación un valor humano que es un punto de partida: el nacimiento de la
dignidad.
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Esta actividad de grupo implica, además, ejercicio físico: largas caminatas, de esta
forma los chicos se acostumbran a afrontar una vida más seria y al mismo tiempo más
difícil.
Mientras que el niño pequeño buscaba la dulzura de la vida, el chico siente ahora la
necesidad de enfrentarse con sus primeras dificultades. Pero, para realizar estos
esfuerzos, hace falta tener una meta: en esto consiste la diferencia entre un maestro
de escuela que lleva a los niños de paseo y una organización como los “scout”. El
primero, es cierto, los hace salir del ambiente cerrado de la escuela y les deja caminar
y advertir físicamente el mundo que les rodea. Pero no es suficiente para elevar la
dignidad del chico que permanece en un círculo cerrado. Aunque sean muy frecuentes
estos paseos es posible que no cambien nada, puesto que la adhesión de los pequeños
alumnos es pasiva. Es muy diferente si estos mismos niños salen por su cuenta de la
escuela con un fin determinado y libremente aceptado.
Los “scout” son, por lo tanto, una asociación de jovencitos que han pedido ser
admitidos en esta sociedad que les propone, sobre todo, un fin moral por ejemplo:
defender a los débiles y mantenerse siempre en un cierto nivel moral. Aquí el chico
tiene la posibilidad de aceptar y prometer o rechazar: ningún maestro lo obliga a
entrar en esta sociedad; pero si quiere formar parte de ella debe obedecer por
iniciativa propia los principios. El encontrarse reunidos con otros individuos que han
aceptado libremente los mismos principios, constituye un atractivo esencial. Los
límites no son ya las paredes de una habitación sino solamente los del orden moral.
Los scout tienen reglas de vida más difíciles y más rigurosas de lo que se creía que los
niños de esta edad pudieran soportar. Las largas caminatas, las noches al aire libre, la
responsabilidad de las propias acciones, el fuego, las casas de campaña, etc.,
representan esfuerzos colectivos. El principio moral que se encuentra en la base es lo
que une a los individuos. Se convierte en una exigencia y esto es lo verdaderamente
esencial.
Por lo tanto vemos que en este segundo período existen posibilidades superiores a
aquellas que conocíamos en el niño: ya no son subordinadas a las órdenes de alguien
más, sino que a los imperativos de su propia conciencia.
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IV. LAS NECESIDADES DEL NIÑO DE LOS SIETE A LOS DOCE AÑOS
¿Qué hacer entonces, en práctica, con un niño de siete años? Tengamos presente, ante
todo, el cuadro que hemos trazado y que nos permite comprender a este niño y
ayudarlo con sus deseos (que no ha manifestado pero que hemos adivinado). Esta
comprensión es el punto de partida; debemos simpatizar con este pequeño que ha
cambiado tanto en el aspecto exterior (modo de vestir, de peinarse, etc.) como en la
intimidad de su personalidad. El chico es ahora un individuo fuerte, que entra en un
mundo nuevo: el mundo de lo abstracto. Es un mundo rico en el que comienzan a
interesarle más que los objetos, las acciones realizadas por los hombres. Llega y ¡Oh
novedad!, comienza a juzgar. Mientras hasta ahora había dirigido su interés a las
cosas (el agua de las flores que tenía que cambiar, las pequeñas cosas que cuidaba,
etc.) ahora se preocupa de cómo y por qué. Todo aquello que lo había atraído
sensorialmente en el pasado lo interesa ahora desde un punto de vista diferente:
quiere saber qué hay que hacer, le preocupa el problema de la causa y sus efectos.
Pero este ser que se asoma como renacido en este mundo, resulta un poco incómodo
para el adulto; por eso, sin una nueva dirección pedagógica, puede entrometerse un
sordo conflicto entre el adulto y este nuevo niño. El adulto se cansa y termina por no
responder a las innumerables preguntas que le hace, rogándole que se calle, dándole
respuestas demasiado largas... o demasiado cortas; en resumidas cuentas, se
comporta con él como se comportó con el pequeño cuando comenzaba a caminar y le
suplicaba que se quedara tranquilo y no lo dejaba ser turbulento y hacer lo que
deseaba siguiendo sus instintos. El mismo malentendido se produce en el plano
abstracto. A cada uno de sus nacimientos, el niño debe afrontar una nueva lucha, una
nueva incomprensión lo aflige cada vez que emprende una actividad nueva y sin duda
preciosa. En cambio, el mismo adulto debería ayudarlo creándole el ambiente apto
para su desarrollo. Así como debemos ayudar al niño que da sus primeros pasos,
debemos ayudar al chico que comienza a caminar en el mundo de lo abstracto.
La educación debe ser una guía en este período que es el más crítico tanto en la vida
como en la escuela. Por eso es necesario enseñar a la maestra sus nuevos límites, así
como lo hicimos en lo que concernía al niño pequeño. El niño pequeño debía "contar
las palabras" ahora debe saber con precisión lo que debe hacer, lo que debe decir y
con qué medida debe responder a las preguntas. Debe tener conciencia de que su
deber es decir poco y decir sólo la verdad... pero no toda la verdad: debe decir
solamente aquello que es "necesario y suficiente". Para el niño es indispensable
advertir la seguridad del adulto.
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En todos los períodos de la vida del niño es esencial que disponga de un campo de
actividad propio para poder conservar un equilibrio entre la acción y el pensamiento.
En efecto, es como si su pensamiento tendiera a perderse en la abstracción con
razonamientos sin fin, así como de pequeño se perdía en delirios del mundo
fantástico. Entonces le dábamos objetos determinados en un ambiente predispuesto
en el que adquiría su independencia, gracias a sus esfuerzos personales y este trabajo
le daba dignidad. Su experiencia personal le proporcionaba las respuestas exactas. El
rol de la educadora consiste en interesar profundamente al niño en una actividad
exterior a la que le pueda dedicar todas sus posibilidades. Se trata de ayudarlo a
conquistar su libertad y su independencia interesándolo en una realidad que será
descubierta enseguida por su actividad. La actividad es el medio por el cual el niño
logra liberarse del adulto.
Examinemos pues las principales exigencias del niño de siete años. Algunas cosas han
cambiado en su cuerpo: antes que nada los dientes y el cabello. Enseñémosle la
higiene de dientes y cabello. Después, los pies y las piernas: el chico de siete años
tiene piernas robustas y trata de huir del ambiente cerrado en el que ha vivido hasta
ahora; en lugar de cerrarle la puerta, preparémosle buenos pies. En un tiempo, el ser
humano tenía que caminar largos tramos y la hospitalidad al peregrino consistía antes
que nada en curar sus pies, aún antes de ofrecerle algo para comer.3
Es noble el pie, es noble la caminata y gracias a sus pies el niño, que ya camina, puede
pedirle al mundo externo algunas respuestas a sus preguntas secretas.
Pero, para salir, necesita prepararse: el chico en fuga abre la puerta y se va.
Enseñándole la necesidad de una preparación, lo obligamos a reflexionar. Necesita
3
Génesis 18, 4-5 “Tomen un poco de agua y lávense los pies y reposen bajo el árbol. Buscaré después un poco de pan para
que coman y puedan seguir”. Estimulemos nuestra imaginación entorno a estas bases fundamentales de la historia de la
humanidad. Gabriele D’Annunzio dijo estas palabras simbólicas en La Hija de Jonio, Acto III, escena última : “Yo beso tus
pies que van...” y en el Acto II, escena IV: “...te besaré los pies que conocen los caminos”
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comprender que "salir" es una actividad para la que hay que adquirir conocimientos y
preparar ciertos objetos.
El uso de estos objetos requiere de una serie de ejercicios prácticos. Mientras que
para un niño pequeño el cuidado del vestir era un hecho puramente estético, para el
chico de siete años la ropa adquiere una importancia relacionada con el fin que desea
alcanzar.
Antes que nada, se trata de simplificar la salida. Hay que llevar consigo la menor
cantidad de carga posible, por consiguiente, necesita "escoger". Estas preocupaciones
materiales eliminan la idea de la fuga; pero ya que el instinto que lo empuja a huir
existe, es el mismo instinto el que le hace dirigir su atención a los preparativos
necesarios. Por sucesión lógica viene la respuesta y el razonamiento procede de causa
a efecto.
La maestra debe tener presente que el fin perseguido no es aquel inmediato (el paseo),
sino que su verdadera finalidad es la de lograr que el ser espiritual al que está
educando encuentre su propio camino.
La salida, que no ha sido solamente con un fin práctico, sino que le hace vivir una
experiencia, le llevará a tomar conciencia de la realidad. Está en la maestra hacer que
las enseñanzas morales de la vida emerjan de las experiencias sociales.
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La moral comporta al mismo tiempo un lado práctico, que regula las relaciones
sociales y un lado espiritual que precede al despertar de la conciencia del individuo.
Es difícil que estas relaciones sociales asuman una realidad concreta mientras se
involucre sólo la imaginación. Hay que traducirla en práctica. No bastan los sermones
para despertar la conciencia: es necesario que el chico ejercite una vigilia constante de
sus propias acciones. La educación tiene por lo tanto la posibilidad de resolver el
problema al momento en que se ayuda asimismo a través de las acciones.
Está claro que la caminata no se realiza involucrando únicamente los pies. Hay que
moverse con soltura, ligereza y rapidez para ser capaces de proceder en todos los
elementos. No olvidemos que estos esfuerzos están destinados a tener una
repercusión en el conocimiento del mundo que nos rodea y estos esfuerzos deben
tender hacia este fin perceptible.
Así que si quisiéramos llegar a la cima de una montaña y nuestra sola preocupación
fuera la de poner atentamente un pie delante del otro, el cansancio nos debilitaría
rápidamente y no lograríamos nuestra meta. Pero si camináramos en grupo y
subiéramos gozando del panorama maravilloso que poco a poco fuéramos
descubriendo allá arriba, llegaríamos sin fatiga a la cima y habríamos obtenido
felicidad y salud: habríamos tomado conciencia moral de nuestro esfuerzo.
Es también muy importante para un niño que sale, saber orientarse en el campo,
reconocer la posición del sol, los puntos cardinales, tener una idea de la hora, etc.
Hagámosle observar, por ejemplo, que el musgo en un bosque, cubre solamente el
lado de los árboles que está expuesto hacia el norte. Hagámosle prever el tiempo por
medio de la observación de las nubes y estudiar la dirección del viento. Todas estas
cosas despiertan la atención y constituyen el verdadero conocimiento; cuando los
chicos comienzan a interesarse, hablan del argumento entre ellos y con sus hermanos
más pequeños haciéndolos participar de sus propias experiencias. De esta forma,
cuando los hermanos mayores salen, a su regreso traen al grupo familiar cultura y
civilización, en una palabra: progreso, y alrededor de ellos se crea una atmósfera más
elevada.
Toda esta actividad representa un símbolo de la vida. Y ya que la vida fuera de casa es
diferente a la vida del ambiente cerrado, hace falta también una guía y una meta. En
una palabra: para salir, hay que estar preparados.
Antes, la maestra perfecta era aquella que haciéndose a un lado dejaba trabajar al niño
solo. No sería posible aplicar el mismo procedimiento ahora, ya que el muchacho vive
dos existencias paralelas: su existencia dentro del hogar y su existencia en la
sociedad. Esto es un hecho nuevo. Los “scout” nos ofrecen elementos útiles para este
propósito: cuando van al campo o a los bosques se dedican a realizar ejercicios de
agilidad. También la experiencia práctica es útil en esta edad: así que estos chicos,
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para decidir el destino de su "salida" observan los objetos de quiénes ya han ido
anteriormente por ese camino y les han dejado expresamente, estas señales les sirven
para encontrar el camino. Los grupos que se siguen a cierta distancia aprenden a
reconocer, a partir de la posición de un objeto preestablecido considerado como señal,
la dirección que ellos mismos deben tomar. Se trata de un ejercicio activo que
acostumbra a los muchachos a observar y a buscar... ¡es muy diferente del sistema que
conduce al niño de paseo tomándolo de la mano!
Otra actividad de los “scout” consiste en estudiar las huellas de los animales. Cuando
el niño era más pequeño lo hacían observar los mínimos particulares del ambiente, así
aprendía a moverse con cuidado, a tocar los objetos sin dejarlos caer, sin romperlos,
etc. También ahora es importante para la continuación de su desarrollo que observe
cada cosa en el universo en el que se mueve. La elección de estos ejercicios está en
relación con su edad y debe realizarse basándose en consideraciones de orden físico:
los ejercicios que comportan los movimientos, por ejemplo, son dictados más por la
edad del niño que por el grado de su inteligencia.
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V. PASAJE A LA ABSTRACCIÓN. EL ROL DE LA IMAGINACIÓN. LOS PASEOS AL AIRE
LIBRE: CLAVE DE LA CULTURA.
Cuando nos proponemos preparar a los chicos para "salir" del lugar cerrado en el que
han sido educados hasta los siete años, se presenta en la mente un gran cuadro. Salir
de una habitación, de una clase, para afrontar al mundo externo, que comprende toda
la multiplicidad de las cosas, quiere decir que evidentemente se abrirá una puerta
inmensa a la instrucción. Es un acontecimiento comparable al que ocurre en la historia
de la pedagogía al de abrir el libro de Comenius, "Orbis Sensualium Pictus".
Compuso pues, un libro de figuras que representaban todo aquello que existe en el
mundo: plantas, animales, piedras, razas humanas, cartas geográficas,
acontecimientos históricos, industria, comercio, medicina, higiene, producción de la
primera máquina y el modo en el que funcionaba, etc. Cada idea estaba representada
por una figura y comentada con pocas palabras. Parecía fácil abrazar el todo viendo
las figuras del libro. Fue en realidad un primer ejemplo de aquello que fueron más
tarde las enciclopedias, con la diferencia que las enciclopedias volvían a valerse de la
palabra y así el "Orbis Sensualium Pictus" permaneció más que único en la historia de
la pedagogía.
Sin embargo, siguiendo esta idea se ha comenzado a enseñar por medio de objetos
tangibles. Pero, dado que las ideas se empobrecen al ser divulgadas, la maestra que
exponía las ideas de Comenius -que sabía todo- substituyéndolas con sus palabras,
no dio al alumno mas que sus míseros conocimientos traducidos en imágenes.
Cuando el chico sale, es precisamente el Mundo Real que se ofrece ante sus ojos. En
lugar de fabricar algunos objetos que representen ideas y encerrarlos en un armario,
dejemos salir al chico mostrándole las cosas en su autenticidad.
Cuando se encuentra un río o un lago... ¿es necesario haber visto todos los ríos o los
lagos del mundo para saber qué cosa es? La imaginación puede representarnos al
mundo inmediatamente. Una máquina, un hombre que pesca, un hombre que trabaja,
todos son particulares que forman en conocimiento. Este es un método de cultura
universal. Es evidente que la posesión de las cosas reales y su contacto real llevan
antes que nada a una suma real de la cultura, la inspiración que ésta causa hace más
viva la inteligencia que se ha interesado y que ha querido saber. Entonces, de todas
estas cosas vistas con los propios ojos, surgen intereses intelectuales (el clima, los
vientos, etc.) y las instrucciones se vuelven vivientes. En lugar de ser ilustradas son
vivificadas.
Para concluir, la salida es una llave nueva para hacer posible que la cultura impartida
normalmente en la escuela sea más completa.
Ninguna descripción, ninguna imagen de ningún libro puede sustituir la visión real de
los árboles de un bosque y toda la vida que se desarrolla en su entorno. Los árboles
despiden algo que le habla al espíritu, algo que ningún libro, ningún museo podrá
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mostrar jamás. Viendo un bosque nos damos cuenta que no existen solamente los
árboles sino todo un conjunto de vida: esta tierra, este clima, esta potencia cósmica
son necesarios para el desarrollo armonioso de todos los seres vivientes. Esta miríada
de vida que rodea a los árboles, su majestuosidad y su variedad, son algo que es
necesario ir a descubrir, que nadie puede llevar al interior de la escuela.
Pero presentar la idea del conjunto no es tan fácil como ilustrar los particulares. Así,
no es suficiente que la maestra se limite a amar y comprender al chico; necesita, antes
que nada, amar y comprender el universo. Es necesario, por lo tanto, que ella misma
se prepare y trabaje. En el centro del problema está siempre el chico pero ahora la
maestra responde ese llamado que se encuentra en el mundo abstracto. Cuando el
niño era todavía pequeño, bastaba llamarlo por su nombre para que se volteara; ahora
es necesario llamar a su ánimo y ya no es suficiente hablarle: se necesita interesarlo.
Aquello que debe aprender debe ser interesante, debe fascinarlo, es absolutamente
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necesario ofrecerle cosas grandiosas: para comenzar ¡ofrezcámosle el Mundo!
Dice en el Génesis: "Dios creó el cielo y la tierra". Esto es muy simple pero es
grandioso. Así el alma está siempre despierta. Aún los particulares más pequeños,
cuando son presentados como parte de un todo, se transforman en algo interesante y
el interés aumenta poco a poco de la misma forma en la que va aumentando el
conocimiento. Por otra parte, el conocimiento que ofrecemos ahora la chico no debe
ser sobre el mismo plano, no debe ser puramente sensible: es necesario que él recurra
continuamente a su imaginación. La imaginación es el gran potencial de esta edad y,
desde el momento en que nosotros no podemos ofrecerle el todo, a él le corresponde
imaginarlo. La instrucción de los chicos de los siete a los doce años debe llamar a su
imaginación, de la que, por supuesto, debe desencadenarse la representación de la
realidad. Por lo tanto, es necesario ser rigurosamente exactos: la precisión, como el
número y como todo lo que es matemático, servirá para construir esta representación
de la realidad. Así, pues, ¿qué es lo que impresiona a la imaginación? Antes que nada,
la grandeza y después el misterio. La imaginación es capaz de reconstruir el conjunto
cuando conoce los detalles reales.
La imaginación no le fue dada al hombre por el simple placer de poder soñar cosas
maravillosas; así como las cuatro características comunes de los hombres (el lenguaje,
la religión, el culto a los muertos y el arte) no le fueron dadas para vivir en
contemplación. La imaginación es verdaderamente grande sólo cuando el hombre,
gracias al valor y a la voluntad, la utiliza para crear, de otra forma se dirige a un
espíritu que vaga en el vacío.
El mundo está lleno de obstáculos, pero la vida espiritual le ofrece al hombre la fuerza
para superarlos y cumplir su misión. Así, por ejemplo, el amor a la patria está basado
en la imaginación; ¿no es acaso la imaginación la que nos hace entender qué cosa es
nuestro país, qué cosa son nuestros compatriotas? Nuestra lucha en favor de la
infancia necesita de la imaginación ya que conocemos personalmente a un número
limitado de niños.
Pero esta patria, estos niños, todo aquello que imaginamos existe a propósito y
nosotros sabemos que ahí esta.
Quien no posee este modo de imaginación no es mas que un pobre ser viviente. Pero
el chico que posee demasiada fantasía es un ser agitado y nosotros no sabemos como
calmarlo. No decimos: "Suprimamos esta imaginación de la mente del niño", sino que
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decimos: "La imaginación no es suficiente para su espíritu." Es necesario nutrir
también el otro aspecto de su inteligencia, aquel que lo relaciona con el mundo
externo: su actividad. Así podremos disciplinarlo.
A este propósito haremos un paralelo con los infantes que tocaban los objetos cada
vez con mayor delicadeza. Este ejercicio parecía satisfacer algo muy dentro de ellos.
Pero mientras en ese entonces nos movíamos en el plano del tacto, ahora se trata de
satisfacer el plano de la imaginación. Así, en planos diferentes, se encuentran
fenómenos paralelos. Claro, cuando se suscitaba un interés en el niño pequeño, la
respuesta era infantil. Pero cuando despertamos el interés en la cultura, ésta puede
desarrollarse. Basta un particular, ya sea en el campo de la física o de la química, que
se produce este despertar. Rápidamente surgen una cantidad de ejercicios de
determinación que llevan a una cultura exacta y profunda.
La imaginación es la base misma del espíritu, es la que eleva a cada cosa a un nivel
superior, el plano de la extracción. Pero la imaginación tiene necesidad de un soporte:
tiene que ser construida, organizada. Solamente entonces el hombre puede alcanzar
un nivel elevado, ya que entra en el infinito.
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Aquí se perfila una especie de plan de estudio: dar el Todo, presentando el Particular
como medio. Por ejemplo, cuando consideramos el estudio de los seres vivos, lo
importante es establecer desde el principio la clasificación. En un tiempo se trató de
suprimirla pues se pensaba que era árida y difícil pero en realidad es la que constituye
la clave de estudio del todo. No ayuda solamente a comprender, sino que además
ayuda a recordar. Representa por lo tanto, una base que es necesario establecer desde
el principio.
Hablar de los animales, de los vegetales, de los minerales es una abstracción, pero
nosotros diremos: "El hombre vive sobre estas tierras y el hombre debe conquistar el
mundo...", la inteligencia del hombre debe conquistar el mundo, como la inteligencia
del niño ha conquistado el ambiente que lo circundaba.
Cada cosa está estrechamente ligada con este planeta: cada ciencia no estudia mas
que los particulares de un conocimiento total. Hablar de la vida del hombre sobre la
superficie del Globo Terráqueo, significa estudiar la historia. Cada particular se vuelve
interesante por el hecho de estar estrechamente unido a los otros. Podemos comparar
el conjunto a una tela: cada particular es un bordado y el conjunto forma un trama
maravillosa.
Para que el niño de los siete a los doce años pueda tener una idea de uno de los
Montessori: el negro (agua) lo cambió por el color azul. Además, la Dra. Montessori preparó para la Casa de los Niños otro
globo que mostraba caracteres sensoriales más evidentes: La tierra está representada por una superficie áspera de color nu4
Después de esta conferencia, el material descrito fue modificado por la Dra. el agua por una superficie lisa y azul, de esta
forma, la discriminación visual se conjuga con la táctil. (confrontar con el ejercicio de liso-áspero)
22
conjuntos de la naturaleza, por ejemplo, del planeta sobre el que vivimos, tendremos
que comenzar por proporcionarle los nombres.
Para poder realizar un trabajo útil, tenemos que llegar a darle una idea de todas las
ciencias, no con los particulares y precisiones, sino solamente con la impresión; se
trata de "sembrar la ciencia" en esta edad en la que existe una especie de período
sensible de la imaginación. Una vez que se ha dado la idea del conjunto, entonces hay
que mostrarle cada rama de la ciencia: Mineralogía, Biología, Física, Química, etc.
Como hemos visto, del examen del detalle nace el estudio del conjunto.
23
VI. EL AGUA
Para dar una idea de esta cantidad se puede decir que algunos peces depositan cada
año 70 x 10 ч huevos y se puede agregar que otros animales minúsculos existen en
una cantidad tan enorme que ningún niño podría escribir ese número. Mostramos
estos animales en el microscopio agregando que, a su vez, viven en colonias inmensas,
formando en el mar una mancha tan grande que una nave emplearía seis días para
rodearla. El espíritu ofrecerá a la imaginación una ayuda mucho más valiosa que si se
dijera simplemente "Esta cantidad es muy grande, es enorme".
Hacemos notar que los seres que viven en la Tierra se encuentran solamente sobre la
superficie, mientras que los que hemos apenas mencionado se encuentran a todas las
profundidades del océano. En ciertos puntos el océano es tan profundo que podría
contener la más alta de las montañas. Esto servirá para darle una idea de la relación
que existe entre los seres que viven sobre la Tierra y aquellos que viven en los mares.
Tanto más que, mientras sobre la Tierra se encuentran los desiertos que
frecuentemente están deshabitados por completo, en el agua de los océanos estos
animales se encuentran por todos lados.
24
Subdivisión del Estudio del Agua.
Este fenómeno es una bendición para los seres que viven en el agua ya que si se
solidificara se haría más pesada, los aplastaría a todos, en cambio, representa para
ellos una verdadera protección. Debemos notar que las leyes de la naturaleza no son
absolutas: pasa que el agua, solidificándose, se vuelve más ligera y esto sucede
contrariamente a todas las leyes. Si el agua fuera un animal, se podría decir que se
comporta así por adaptación. Los fenómenos de la Naturaleza son siempre
instructivos si los examinamos sin prejuicios.
25
Afrontemos el estudio del agua en el estado líquido partiendo del problema de los ríos
que transportan al mar sustancias sólidas que flotan en sus aguas. Las aguas de los
ríos contienen grandes cantidades de sales. También la ciencia de las Matemáticas en
este caso ayudará a la imaginación: decir que los ríos transportan una enorme cantidad
de sales está bien. Pero decir que el Mississippi por si solo revierte en el mar 70
millones de kilogramos de materia calcárea al día y que todos los otros ríos realizan la
misma operación en proporción a su tamaño. Entonces surgen las preguntas: ¿Qué
sucede? ¿Desaparece? ¿Es un milagro? No, interviene un fenómeno que permite que la
Tierra continúe subsistiendo. Cuando vemos nuestras embarcaciones navegar en los
océanos nuestro pensamiento vuela a esta agua, en la que se realiza un trabajo
continuo para mantener intacta su composición.5
La gran fusión cósmica del agua es la de disolver la roca: de hecho disuelve masas
inmensas, montañas altas millones de metros que podrían parecer los elementos más
duraderos de la Tierra.
Esta parte del estudio del agua -la más misteriosa, porque es la que el ojo no puede
ver- es precisamente la que produce mayor interés. Explicaremos pues que el agua
disuelve la materia calcárea contenida en la roca: esta singular función dará una idea
de la inmensa cantidad de ésta que existente en la superficie de la tierra.
5
El Principio de la Teoría Cósmica fue inspirado por un libro muy conocido en Italia: “Agua y Aire” del célebre Antonio
Stoppani, paleontólogo, geólogo, sacerdote y escritor, tío de Doña Reñidle Stoppani Montessori, madre de la Dra. Montessori
quien con frecuencia se complacía en recordar su célebre ascendencia materna.
26
suceden al momento. Sin embargo, una serie de experimentos nos permiten
comprobar esta acción que realiza el agua: los pequeños orificios que se observan
sobre la superficie de monumentos antiguos, las grietas de lastras de piedra que
pavimentan los parques... pero bueno, regresaremos a este argumento cuando
estudiemos la acción del agua sobre la tierra.
El agua que es la gran escultora de las rocas y transporta una gran cantidad de
sustancias, entre otras formas, por medio de los ríos. Si queremos darnos una idea de
la extensión de los ríos sobre la Tierra, no hay por qué preocuparse: basta dar una
ojeada al mapamundi y veremos que un sólo río comprende -con sus afluentes- una
vasta parte de la superficie terrestre. Los chicos se impresionan por la inmensidad de
las cuencas fluviales que recogen el agua de todas las partes del mundo y la llevan al
mar con todas las sustancias disueltas. Hay que mostrarles varias representaciones de
estos ríos: por el momento no es necesario nombrar los afluentes, el sólo verlos
estimula la imaginación.
Ahora hagamos observar que todos los grandes ríos de la Tierra vierten sus aguas a un
sólo océano: el Atlántico, ya sea directamente o a través de otros mares (el Océano
Glacial Ártico, el Mar Mediterráneo, etc.) que están siempre en comunicación con el
Atlántico. Si algunos grandes ríos desembocan en algún otro lugar, por ejemplo en el
Pacífico, en sus desembocaduras se forman pequeñas islas que son barreras
destinadas a proteger al Océano Pacífico. Esto significa que se puede considerar al
Atlántico como el inmenso recolector de todas estas sustancias.
El fenómeno más singular es que toda esta materia calcárea desechada en el mar por
millones y millones de años, no ha alterado para nada la composición del agua, de la
que depende la vida de todos los seres que pueblan el mar. El problema cósmico
consiste por lo tanto en eliminar todo este carbonato de calcio, para que el agua
27
permanezca inalterada. Pero ¿cómo hacer para eliminar una sustancia que está ya
disuelta? Imposible poner a hervir el agua del mar. A este punto interviene en la
profundidad del océano otra fuerza activa: Una energía que provee a reordenar toda la
sustancia disuelta. Esta energía es la Vida. Existen por esta razón seres vivientes que
se encargan de fijar este carbonato de calcio.
Existen siempre por un lado una parte de las fuerzas físicas que destruyen y por otro,
fuerzas vitales que reconstruyen. Desde tiempos inmemoriales estos animalillos
desarrollan su función: son aquellos que se revisten de una concha calcárea y
constituyen una verdadera fuerza, que tiene la tarea de apoderarse del carbonato de
calcio excedente y de fijarlo.
Los animales que en este campo tienen la función más importante son los corales. Los
corales tienen la particularidad de estar fijos: siempre absorben carbonato de calcio,
se multiplican y crecen hasta salir a la superficie, donde forman islas, vastas regiones.
Considerando por una parte la existencia de los ríos sobre la Tierra, por otra, esas
formaciones coralinas, se descubre que estos fenómenos tienen una relación entre
ellos: uno representa la fuerza que destruye, el otro la energía que, simultáneamente,
reconstruye.
La cantidad misma de las islas coralinas es un punto interesante que vale la pena
señalar: son enteros continentes que desaparecen, mientras otros se crean. Hoy, estas
islas son muy conocidas y se ve claramente que forman las islas del Pacífico, con una
extensión de tierra comparable con Asia. El hecho singular es que todas estas
construcciones están situadas en el Océano Pacífico y no en el Atlántico, en donde los
ríos depositan la mayor parte del material. Veamos por qué.
Es conocido que los corales, para prosperar, tienen necesidad de aguas tranquilas y
limpias. Ahora, el depósito de los materiales necesarios que vivan se encuentra en el
Atlántico, pero los seres que utilizan este depósito se encuentran alejados a millones
de kilómetros. Se puede establecer un paralelo con aquello que sucede en la industria:
28
la producción se cumple en un determinado lugar y los hombres en los países más
lejanos utilizan con calma esos productos. Es una organización maravillosa, que
comprende por una parte la producción o depósito de materiales en aguas turbias y
tumultuosas y en algún otro lugar se consuma la reconstrucción. ¿Quién pues
transporta esta sustancia lejana hacia los corales que no pueden moverse? Deben
existir los medios de comunicación y de distribución de diferente importancia,
precisamente como para la distribución y el transporte de los productos industriales.
Aquí comenzamos a descubrir la organización viviente, misteriosa en sí, pero simple
de comprender: abordemos la geografía física, la zoología, para explicar la función de
la vida en el universo, la mineralogía y algunos principios de física para describir las
propiedades del agua y, finalmente, nos servimos de algunos elementos de química
para esclarecer como el agua puede destruir las rocas.
Todos estos elementos forman parte de un conjunto, apasionante como una fábula:
nos cuentan la Historia de la Tierra.
A menudo se presenta a los chicos una clasificación de las conchas pero existe tal
variedad y con nombres tan difíciles que no se debe considerar como un estudio
importante como para imponerlo.
Aquello que es necesario presentar inmediatamente a los estudiantes no es la
descripción de todas estas conchas -monovalvas, bivalvas, etc.- sino la noción de la
inmensa variedad de formas que la naturaleza puede asumir. Esto es lo que conmueve
a la imaginación, la habilidad estética de estos animales que no se cubren con una
concha sólo para defenderse sino que además, le dan diversas formas adornándolas
con diseños singulares dependiendo de su especie, así como el ser humano construye
su casa con otros propósitos, no solamente para protegerse de la intemperie.
29
En realidad, la finalidad de estos seres vivientes está muy lejos de ser sólo la que
aparenta ante sus ojos: a primera vista su función pareciera ser la de buscar las
mejores y más felices condiciones de vida. Los corales podrían pasar por seres
inconscientes, gozando de los placeres materiales de la vida en modo parcial e
indiscriminado. Es muy singular observar cómo los corales presumen de vivir bien:
buscando una cierta temperatura, se aseguran un tipo de agua con buena cantidad de
cloro y prosperan en lugares limpios (como lo hacemos nosotros cuando vamos a vivir
al campo), lejos de esas aguas impuras y turbias que son los ríos que bajan de las
montañas. Ni se preocupan por saber que los materiales de los que se sirven
provienen justo de los ríos de los que quieren estar lo más lejos posible, en lugares
espléndidos, sanos y templados: quieren vivir en óptimas condiciones higiénicas.
Pero su trabajo (que es esencial) consiste justo en absorber esa agua; deben
apropiarse del carbonato de calcio y restituir el agua purificada: todos los animales
secretores tienen la misma finalidad. La cantidad de agua que absorben es
considerable: ¡equivale, en proporción, a la que absorbería un hombre que bebiese 30
litros de agua al segundo!
Los corales cumplen un trabajo tan importante que tienen necesidad de ayuda:
existen, pues pequeñas algas que trabajan continuamente para dotarlos de oxígeno.
Estos corales se podrían comparar a señores servidos por sus criados. Tenemos la
impresión de encontrarnos en medio de una fábula fantástica y sin embargo se trata
de la más pura realidad, pero una realidad que debe satisfacer a la imaginación.
Este movimiento del agua, bastante difícil de explicar, depende de un gran número de
factores, muchos de los cuales son factores cósmicos. Pero las corrientes no serían
suficientes para crear el movimiento necesario, para que el carbonato de calcio fluya
hacia los secretores, se debe contar con el movimiento de los seres vivos. Nuestro
interés se vuelca hacia los animales superiores que pueblan las aguas: los peces que
presentan infinidad de variedades, pero un sólo tipo en general que puede definirse
así, “dos grandes masas musculares en movimiento como si fueran una cuchara que
mezcla y remueve sin parar el azúcar en el fondo del océano”.
Podemos pues considerar dos grandes grupos de animales: los animales secretores y
pesado que se quedan en el fondo del agua sin moverse, o casi sin moverse, y los
peces que se mueven continuamente con su esqueleto ligero que basta apenas para
sostener los músculos en movimiento.
30
Esta infinita variedad de peces constituye un grupo con relaciones sociales muy
peculiares. Es así como empezamos a estudiar la vida de los peces en el mar. Es una
vida muy interesante y aún más interesante es este movimiento perpetuo que tiene la
misión cósmica de mezclar el agua. ¡Este trabajo hace verdaderamente placentera la
vida de los peces! Con frecuencia decimos: “es feliz y libre como pez en el agua”.
Nótese que la realización de una gran tarea lleva felicidad a los seres vivientes que la
realizan. Pero apenas expresamos esta idea, su lógica salta a los ojos: para cumplir
una gran tarea hay que trabajar en las mejores condiciones posibles.
¿Cómo pueden existir las corrientes de agua en la misma agua? De hecho el mar está
surcado por innumerables corrientes, tantas que se podría establecer una especie de
anatomía del océano para ilustrar exactamente su itinerario.
El agua del mar tiene sus leyes exactas, eternas: cada corriente corre siempre en la
misma dirección. Y el estudio de las corrientes de la superficie revela la existencia de
las que se encuentran a mayores profundidades. En la base del sistema existen
factores externos (por ejemplo la temperatura, el sol, la atracción solar o lunar): al
interior se encuentra todo el trabajo de los animales, que jalan el agua de arriba hacia
abajo y después la empujan de abajo hacia arriba. Así se puede comparar esta
circulación a la de la sangre en el cuerpo animal: la sangre impura fluye hacia los
pulmones y se purifica. De la misma manera, los animales secretores de los que
hablamos representan los pulmones del océano: se encargan sin descanso de eliminar
del agua el carbono de calcio. Esta función se desarrolla a gran escala como si la
Tierra fuera una persona viva: esta noción (que queda indeterminada en la imaginación
del chico, pero que corresponde a la realidad) hace que cada uno de los particulares
estudiados a continuación lo conduzcan una vez más a la visión del conjunto.
Entonces el conocimiento, aportando sus determinaciones, irradia desde el centro...
como una semilla que se desarrolla poco a poco.
De la observación visiva de estas corrientes se puede concluir que el agua fría es más
densa y tiende a bajar, mientras el agua caliente, más ligera, sube: por otra parte el
agua purificada del sedimento calcáreo es más ligera de la que todavía está saturada y
por eso tiende a volver a subir a la superficie.
La anécdota de la botella que contenía un mensaje lanzada al mar por un náufrago en
el extremo de Cabo de Hornos (al extremo sur de América) y encontrada en Irlanda es
una clara demostración del movimiento de las corrientes.
Claro que sería fascinante poder penetrar en el majestuoso misterio que el agua lleva
consigo. Así nace el deseo de celebrarla con versos. La forma en que se comporta, su
finalidad inteligente, su misión grandiosa nos hacen sentir su maternidad. ¿No es
acaso la madre de todos los seres vivientes, el agente de la Creación? San Francisco de
Asís lo había comprendido bastante bien y en un momento de amor fraternal hacia los
32
elementos, había celebrado "... hermana agua la que nos es muy útil, eres humilde,
eres preciosa, eres casta" Y amada por todos, porque todos los seres vivientes
tenemos sed, tanto los animales como las plantas no podríamos vivir sin ella. ¿Cómo
se podría no tenerle admiración y reconocimiento y unido a todo esto, deseos de
conocerla? El estudio del agua puede pues convertirse en algo apasionante y varios
datos precisos obtenidos de las investigaciones científicas seguramente lo ilustrarán
mejor.
Decimos ahora que este almidón permanece "en suspensión" y he aquí otro concepto
preciso. Finalmente metemos una piedrecilla en el agua: veremos que no se disuelve.
A este punto mostraremos a los niños una botella de agua que contenga bajo presión
una gran cantidad de anhídrido carbónico, o sea una solución presurizada de ácido
carbónico. El agua que penetra en la tierra puede contener una gran cantidad de este
gas, justo porque está bajo presión: esto es lo que sucede cuando el agua excava bajo
tierra las cavernas, la galerías y los pozos. Pero cuando el agua resurge a la superficie
restituye todo el exceso de carbonato de calcio que contenía bajo presión y es así
como se producen sobre la costra terrestre grandes formaciones de minerales.
Tenemos como ejemplo a las rocas volcánicas y a las calizas. Es lo que sucede con la
botella que deja salir el ácido carbónico bajo presión apenas se quita el tapón y la
presión baja.
El agua penetra en la tierra para cargarse de la sustancia rocosa que llevará consigo y
la depositará en la superficie. Aquí esta roca forma originales construcciones como un
genial arquitecto. El agua es pues activa, golosa, capaz de contener una enorme
cantidad de este gas del que esta ávida y que es su colaborador en la importante obra
de devorar rocas. Vemos por qué el agua de lluvia, que contiene más ácido carbónico
del que contenía cuando era vapor en las nubes, deja sus huellas en la piedra.
34
VII. ALGUNAS EXPERIENCIAS DE QUÍMICA
Examinando el mapa de las corrientes marinas nos hemos damos cuenta de que los
cuerpos líquidos tienen pesos diferentes y que los líquidos más ligeros flotan sobre
aquellos más pesados. Ahora estableceremos algunos términos técnicos o científicos
mediante ejercicios, aunque no estén en relación con aquellos que sirven para las
corrientes marinas. Se trata de ejercicios paralelos a los de la vida práctica, gracias a
los cuales el niño aprendió a moverse con movimientos precisos. De la misma manera,
el uso de probetas y embudos constituye un nuevo trabajo manual útil en este estudio.
Algunas manipulaciones son comparadas con las que trabajaba el pequeño en Casa de
los Niños cuando traspasaba líquidos de un vaso a otro. En este ejercicio necesita
tener más cuidado ya que el recipiente es más pequeño.
Tomemos otras dos probetas (b): en una ponemos agua y una pizca de azúcar
cristalizado en otra agua y almidón. El azúcar se disuelve muy lentamente, aunque en
los primeros instantes pareciera que no es soluble en el agua.
a) b)
Pero si calentamos la probeta, el azúcar desaparece inmediatamente. En lugar de una
solución fría tenemos una solución con calor (c)
c)
35
Este pequeño experimento que es de gran interés para los niños requiere de una cierta
atención: de este modo estamos impartiendo a los pequeños alumnos una noción
práctica -que el azúcar cristalizada es soluble en agua caliente, no en agua fría- y al
mismo tiempo educamos su paciencia.
Por lo que asumimos que, una solución puede estar colorada y permanecer
transparente, mientras que el líquido que contiene una sustancia en suspensión se
vuelve opaco. Las dos probetas preparadas lo demuestran claramente.
Tomemos ahora una solución azul de sulfato de cobre y agua y veamos si es posible
liberar al agua de esta sustancia. Para filtrarla comenzaremos por aprender cómo
preparar un filtro en un embudo, cómo amarrar el papel, cómo tomar las medidas para
evitar que el papel sea muy grande para el embudo ya que el filtro debe permanecer
bajo el nivel de éste. Para que nuestro pequeño experimento resulte más evidente,
filtremos primero el agua que contiene el almidón. Veremos que vuelve a estar clara y
habremos demostrado con qué facilidad se puede liberar el agua de una sustancia
contenida en suspensión. Ahora repitamos la operación con la solución de sulfato de
cobre: verificaremos que esta agua, aunque filtrada, permanece colorada. La solución,
pues, constituye un líquido que es una nueva sustancia.
Hemos visto que, un líquido en el que se encontraba una sustancia suspendida puede
volver a ser claro cuando es filtrado, aunque esto no significa que se le haya quitado la
sustancia que estaba suspendida anteriormente. Para hacerlo, hace falta que el líquido
pase por otra operación: hay que llevarlo a ebullición. Si no disponemos del
recipiente necesario para la destilación no podemos obtener nuevamente agua pura:
pero podemos ver qué cosa permanece en la sustancia disuelta cuando el agua se haya
evaporado completamente. Esta operación de llama "calcinación". Pensemos al
carbonato de calcio que permanece en el fondo del mar cuando se evapora el agua.
36
Hacemos notar que para hervir estos líquidos siempre se pone una redecilla entre la
flama y el matraz y debemos estar atentos para no quemarlo cuando el líquido esté
completamente evaporado.
Esta experiencia demuestra que el agua desapareció sin haber podido llevarse nada
consigo: el sulfato de cobre permanece como una sustancia sólida que podemos
recoger y poner nuevamente en el agua obteniendo otra vez una solución azul,
idéntica a la anterior. Así ha sido posible quitar la sustancia que se encontraba antes
en el agua y unirla nuevamente a otra.
He aquí actividades simplísimas pero que precisan de mucho tiempo pues hay que
tener la paciencia de esperar que los líquidos se depositen, se disuelva o evaporen.
Además se necesita mucha calma y mucha atención. El efecto psicológico obtenido
con este tipo de ejercicios en niños de esta edad se podría comparar al juego del
silencio de los más pequeñitos. Los niñitos contienen rigurosamente todos los
movimientos, en este caso los movimientos deben ser pausados y realizados con un
alto grado de concentración.
Podemos explicar a los niños cómo se forman las estalactitas y las estalagmitas: son
todos argumentos que concentran su atención en el agua.
Tomemos una probeta en forma de U y expliquemos que el agua puede salir del
terreno porque tiende a ponerse al mismo nivel de una falda acuífera que se encuentra
bajo tierra. Muchos manantiales se deben a este fenómeno. Así, para utilizar en una
37
colina el agua que se encuentra a la misma altura en otra colina, basta ponerlas en
comunicación: si los antiguos Romanos hubieran conocido este principio, no hubieran
construido los inmensos acueductos que despiertan nuestra admiración: hubiera sido
suficiente establecer una comunicación de un punto a otro. Además, hagámosles
observar que la superficie de los líquidos constituye un plano horizontal. Para
demostrarlo, nos servimos de un tubo a V. En el brazo oblicuo, la superficie del
líquido asume la forma de una elipse, en el otro, teniéndolo vertical, la forma es de un
círculo. Esto prueba que la superficie del líquido siempre permanece en posición
horizontal: basta pues que un líquido esté en reposo absoluto para que se establezca
tal posición. De todas estas demostraciones se derivan principios que nos consentirán
pasar a determinaciones matemáticas cuando se afronte el estudio de los
instrumentos científicos.
Hablemos ahora de la composición química del agua. Es necesario que el niño sepa
algo de esta ciencia que en nuestros días ya ha asumido gran importancia. No
podemos presentarle todavía grandes teorías ni la ciencia exacta de la química, esto
sucederá más tarde. Pero él se encuentra en una edad en la que debe simplemente
recibir la semilla que germinará después: tiene necesidad de una idea, una impresión
que desate su interés. Si este interés surge, será capaz de estudiar y comprender
rápidamente la materia. De otra forma, esta ciencia tan desarrollada con gran
influencia sobre la civilización actual, le parecerá obscura.
Entonces, hay que buscar todo lo que puede ser accesible al espíritu del niño para
lanzar las bases del estudio futuro. Esto significa que antes de presentar la ciencia es
necesario sembrar algunas impresiones. También aquí será oportuno recurrir a la
imaginación para crear estas impresiones y llegar poco a poco a las primeras
conclusiones. Para esto hay que buscar símbolos accesibles al niño, encaminarlo a esa
lógica primitiva que lo haga razonar. No hay nada que pueda hablarle mejor a su
imaginación que la ciencia por el sentido de magia que le es propio: el hecho de que
de un cuerpo asociado a otro cuerpo -como sucede con el agua- se forme un tercero,
por así decirlo, invisible... ¡da verdaderamente una impresión de magia! Es el espíritu
que permanece delante a la creación que surge.
El hidrógeno, un gas ligero, invisible, que trata de huir y el oxígeno, otro gas presente
siempre en el aire que no vemos pero del que tenemos tanta necesidad y del que los
niños han escuchado hablar siempre, lo respiramos... hasta los peces en el agua lo
necesitan. El oxígeno es un gas prodigioso: debido a él se originan las combustiones.
38
El aire está compuesto de oxígeno, presente en cantidad cuatro veces superior al
nitrógeno, otro gas que tiene la tarea de moderar al oxígeno: sin el nitrógeno el
oxígeno lo quemaría todo. Conocemos al nitrógeno pues con frecuencia escuchamos
hablar de sustancias nitrogenadas. Durante la II Guerra Mundial, Alemania usaba el
nitrógeno para fabricar gases explosivos.
Esto nos sugiere una observación muy singular: de los dos gases que componen la
atmósfera uno quema y el otro explota. Pero además, el oxígeno unido al hidrógeno
forma el agua.
39
VIII. EL CARBONO EN LA NATURALEZA
El aire que respiramos está contaminado por anhídrido carbónico que es emitido por
los pulmones. Ahora, este anhídrido carbónico es un veneno para nosotros y para los
animales. ¿Cómo es que no nos hemos asfixiado todos? He aquí otro misterio similar
al del agua. Existe un elemento que ha mantenido al aire puro durante siglos desde
los primero orígenes del mundo.
Propiamente dicho, todas las sustancias que se queman se convierten en carbón: los
árboles, la carne que se olvida en el fuego se convierten en carbón, nosotros mismos
no somos más que carbón combinado con otros elementos. El carbono o carbón es
uno de los elementos más importantes y más difusos en la Tierra.
El niño se ha servido de símbolos. Las letras del alfabeto no son más que símbolos:
son sólo un pequeño número, pero uniéndose forman combinaciones, palabras,
poemas. Las notas musicales son símbolos, representados por puntos y la música nos
hace felices, nos hace cantar, bailar. ¿Por qué pues no podríamos expresar con
símbolos también otro gran fenómeno como es el de la creación?
40
Los cuatro elementos que representamos de esta forma son la llave del universo6:
H2O (agua)
6
Los colores se han dado para poder identificar a cada elemento de alguna manera. (n.d.t.)
41
En cambio el carbono que tiene cuatro brazos, se sirve de dos brazos para aferrar con
cada uno dos oxígenos y se une a ellos para formar el anhídrido carbónico que se
representa así:
El nitrógeno tiene tres brazos y se combina con tres hidrógenos. Forma un compuesto
muy conocido y de gran utilidad: el amoníaco. El amoníaco es la última forma que
asumen las sustancias nitrogenadas del organismo cuando entra en proceso de
descomposición.
NH3 (amoníaco)
42
La atención del niño es atraída del modo en el que se unen estas sustancias. He aquí
la representación o la fórmula de estructura del ácido nítrico. El hidrógeno (en este
caso) tiene cinco brazos; con cuatro de ellos se une a dos oxígenos que tienen, como
hemos visto, dos brazos cada uno. El último brazo del nitrógeno se une a un brazo de
otro oxígeno el que, a su vez, con el brazo que tiene todavía libre, toma a un
hidrógeno.
Para nosotros es muy difícil pasar del amoníaco al ácido nítrico pero en la naturaleza,
el fenómeno se repite continuamente y se provoca por la intervención de unos seres
vivientes llamados microbios que están dotados de un poder que nosotros no
poseemos: Separan los hidrógenos y los sustituyen por oxígenos. Si estos
microorganismos no existieran, la Tierra se llenaría de amoníaco y las plantas ya no
podrían encontrar nutrientes, pues el mundo vegetal se nutre de nitratos derivados del
ácido nítrico. Estos organismos contribuyen a la nutrición de las plantas, gracias a su
obra se producen estas transformaciones químicas.
En el anhídrido carbónico, del que hemos hablado hace poco, la sustancia principal es
el carbono. Cuando hablamos de carbonato de calcio, también se trataba de carbono.
Entonces, ¿también las rocas están compuestas de carbono? Mostremos la fórmula del
carbonato.
43
Esta es la representación del calcio:
Ca
El carbono tiene cuatro brazos, con dos se une a un oxígeno. Con los dos que le
quedan toma un brazo de cada uno de otros dos oxígenos. De esta forma cada uno de
estos últimos tiene un brazo libre con él, los dos oxígenos se unen a los dos brazos de
un átomo de calcio.
CaCO3
44
Como es insoluble, determina la formación de estructuras calcáreas como las
estalactitas y estalagmitas, madréporas y corales, con la consiguiente formación de
arrecifes y atolones.
Es interesante asistir a los procesos que avienen entre todos estos elementos a los que
se pueden considerar como la llave que guía la dinámica interna de la naturaleza. Si
estos conocimientos se ofrecen al niño de esta manera simplificada, surge en él un
deseo apasionado de saber qué cosa sucede: cuando se habrá familiarizado con estas
sustancias será fácil para él representarlas con simples símbolos.
7
Las relaciones químicas que intervienen en el proceso de degradación de las rocas calcáreas son por lo tanto las siguientes:
H20 + CO2 H2CO3 (ácido carbónico)
H2CO3+CaCO3Ca(HCO3)2 (bicarbonato de calcio)
Las reacciones químicas que intervienen en el proceso de formación de estructuras calcáreas son las siguientes:
Ca(HCO3)2 CO2+H2O+CaCO3
El anhídrido carbónico, durante tal proceso, se esparce en el aire. Aunque los procesos de estos dos ciclos (degradación y
formación) no tengan una relación recíproca, las dos reacciones químicas (de descomposición y de composición) que
determinan este incesante y dramático “ciclo de la piedra” pueden ser resumidas en la única reacción reversible aquí indicada:
H2CO3+CaCO3 Ca(HCO3)2
45
IX. ALGUNAS NOCIONES DE QUÍMICA INORGÁNICA
Es necesario comprender bien el punto de vista del que partimos para presentar a los
chicos estos elementos embrionarios de la ciencia: se trata de dar una representación
sensorial e imaginativa, mediante símbolos visuales claros que permitan determinar
los particulares.
Un niño le pregunta al padre por qué las hojas son verdes y el padre, feliz de
aprovechar esta ocasión, se lanza en una documentada explicación de la clorofila, el
aire, la fotosíntesis ¡parece no tener fin! En niño escucha por educación, pero dentro
de él piensa: "¡Qué desgracia haber desencadenado este diluvio!"
Los niños no dejan de hacer preguntas del tema pues lo que los interesa es la
representación simbólica. Lo que les fascina del agua es el hecho que el oxígeno y los
hidrógenos desean permanecer unidos o que se buscan, como empujados por una
misteriosa simpatía. Del mismo modo, el carbono va corriendo a unirse con el oxígeno
para formar el anhídrido carbónico.
El hidrógeno tiene una sola posibilidad de unirse, el oxígeno tiene dos, y así van las
cosas. Por esto, teniendo 1, 2, 3, 4 brazos sienten continuamente la necesidad de
abrazarse a otros cuerpos. Si estos átomos fueran sólidos se unirían entre ellos, para
poder estar siempre satisfechos. Pero en lugar de hablar de sus brazos, ahora
podemos decir que estos cuerpos tienen un valor de 1, 2, 3, 4: lo llamaremos
"valencia" y diremos que el hidrógeno tiene una valencia, el oxígeno dos y así con los
demás.
Hay que tener el valor de usar lo más pronto posible los términos precisos: mientras
más difíciles son, más atractivos son para el niño. Podremos decirle ahora que el
hidrógeno es monovalente, el oxígeno es bivalente, etc. Es más fácil expresarse así
que decir que tienen 1, 2, 3 brazos.
47
La piedra está formada de oxígeno, carbono y calcio y sin embargo, ni el mármol ni el
alabastro son oxígeno, que además es un gas y no son tampoco carbón ni calcio.
Estamos delante a otra materia, una creación nueva: una piedra.
Todo lo creado, agua o piedra - deriva de estos átomos que se buscan, se unen y
juntos proceden a una nueva creación. Estos átomos buscan siempre los mismos
cuerpos, los mismos, no otros. Los límites se fijan por leyes: todas estas
particularidades de la creación constituyen un todo maravilloso que no podemos dejar
de enseñar a los niños.
A esta creación, representada en modo visible con formas y colores, con las letras del
alfabeto o las notas musicales, aportamos la idea de estabilidad. El método
experimental nos permite asistir verdaderamente a la creación de un cuerpo, como
hemos visto con el carbono: es un hecho exquisitamente sensorial, que abre el interés
de un niño. No hace falta por ahora penetrar más a fondo en el estudio de la química
inorgánica, o sea del campo al que pertenecen todos los cuerpos minerales.
48
X. ALGUNAS NOCIONES DE QUÍMICA ORGÁNICA
¿Qué hay de complicado en esta fórmula que representa al ácido acético? 8 Ahora
podemos escribir la del ácido butílico que se diferencia de la precedente sólo porque
hay dos hermanos más de carbono.
8
En lugar de la fórmula C2H402 del ácido acético es preferible usar la escritura racional CH2—COOH porque se puede
poner en evidencia el grupo funcional carboxílico –COOH que caracteriza a los ácidos grasos saturados monobásicos.
49
C
Ahora podemos pasar a la del ácido palmítico, que comporta una larga cadena de
átomos de carbono:
Eso que nosotros queremos ilustrar no es la estructura interna de los átomos sino la
fuerza externa que les tiene unidos en un determinado modo. Ahora eso que los
mantiene unidos no es la afinidad química: es la vida. Esta concentración tal vez
puede ser difícil pero no lo es la fórmula. Las moléculas pueden ser grandísimas,
hasta comprender cada una 300 átomos, o más.
51
Existen también otras fórmulas, un poco más complicadas, en las que los átomos de
carbono no se representan como hermanos que se tienen por mano.
Encontramos siempre al carbono y después a los oxhídricos, pero además, aparece una
novedad: algunos átomos de oxígeno que se infiltran como por ejemplo en la fórmula
del almidón o en la de la glucosa.
(C6H10O5)n (almidón)
52
C6H12O6 (glucosa)
La acción de la que hemos hablado se ejercita sobre todas sus partes. El árbol trae su
nutrimento de la tierra a través de las raíces. 9
9
Aquí describimos el “ciclo del nitrógeno”, particularmente por lo que respecta al proceso de mineralización. Por eso el
nitrógeno, contenido en las sustancias con proteínas vuelve al estado mineral mediante la demolición de éstas. La Dra.
Montessori, en este estudio, no toma en consideración el proceso de fijación electroquímica y fotoquímica del nitrógeno
atmosférico que se convierte en ácido nítrico y por lo tanto en nitrato.
53
La química nos revela que las raíces del árbol absorben sustancias nutritivas, las
principales son el agua y el nitrógeno. Pero para que este nitrógeno pueda servir
como nutriente, se debe presentar en una composición química especial y esto
representa un problema esencial: ¿quién provee este nitrógeno del que las plantas
tienen tanta necesidad y que absorben en continuación?, ¿quién regresa al seno de la
tierra la cantidad necesaria de nitrógeno? Nada se mueve en la naturaleza sin que
nazca este problema. Todos los seres vivientes tienen necesidad de que alguien les
ayude a vivir: se perfila así el problema (que tiene tanta importancia en la educación)
del secreto de la naturaleza.
Las sustancias orgánicas que han dejado de vivir caen sobre el terreno. Ya sin vida, la
fuerza que mantenía unidos a los átomos en la gran molécula se acaba y entonces las
moléculas se deshacen y los átomos se dividen siguiendo su instinto: el carbono se va
con dos oxígenos y así los demás.
Regresamos de las composiciones orgánicas a las inorgánicas. De eso que era un ser
vivo, queda muy poca cosa: un poco de anhídrido carbónico, un poco de amoníaco, un
poco de agua, mientras las sustancias orgánicas desaparecen. Todo este trabajo de
disgregación es obra de seres infinitamente pequeños y se realiza bajo tierra.
54
Un día en Roma fui al cementerio de los pobres durante una exhumación de restos
(operación que se realiza cada diez años para recuperar espacio) y vi que los obreros
escarbaban sin encontrar nada en el terreno, solo unos pocos residuos. Estaban
escarbando en una hermosa tierra negra, limpia, una buena tierra sana, sin olores.
Las plantas absorben con sus raíces las sustancias orgánicas nitrogenadas de esa
tierra. Queda sólo el amoníaco que la planta no puede absorber de esta manera. Es
necesario que los compuestos del nitrógeno y del hidrógeno se transformen en
compuestos de oxígeno. Mientras esto es muy difícil de obtener en nuestros
laboratorios químicos, en la naturaleza los microbios se dedican continuamente a ese
trabajo subterráneo y como resultado de su obra, provienen los nitritos y los nitratos
que las plantas pueden absorber. Sin estos microorganismos el pasaje de la muerte a
la vida no existiría. Cuando todas las sustancias orgánicas desaparecen, quedan el
anhídrido carbónico, el agua y el nitrógeno. El nitrógeno se transforma y entonces las
plantas lo pueden absorber.
En el otro extremo de nuestro árbol se encuentran las hojas verdes.10 La sustancia que
le confiere al follaje este color se llama clorofila y tiene la tarea de absorber el
anhídrido carbónico (dióxido de carbono) del aire -que es el veneno emitido
continuamente por todos los animales y también por la tierra. Lo descompone,
quedándose con el carbono y liberando el oxígeno. El árbol se vuelve un verdadero
depósito de carbono. Esto lo sabemos bien pues utilizamos la madera para
calentarnos y también sabemos que los grandes yacimientos de carbón están
constituidos por árboles fósiles. Es claro pues, que las hojas son necesarias para
absorber el carbono y purificar el aire.
Pero la clorofila sola no podría cumplir esta función, necesita de la colaboración de los
rayos solares. Ni siquiera el árbol puede realizar solo su gran tarea si no es ayudado
por otra fuerza independiente: la energía solar.
De esta manera, el árbol está relacionado por una parte con los microorganismos
invisibles y por otra parte con el sol. Del contacto con los microbios nacen tantas
cosas buenas: las flores, los frutos... ¡cómo es generoso y cuánto trabaja el árbol!
Prepara el carbono, purifica el aire, nos da frutos y nos da flores. Todas las plantas
10
Aquí ilustra la “fotosíntesis” un aspecto del “ciclo del carbono-nitrógeno”. Para tal procedimiento bioquímico, que se
desarrolla en las partes verdes de las plantas, se transforman los compuestos orgánicos del carbono. Es interesante notar la
modernidad de esta contribución de María Montessori: propone una visión unitaria de los ciclos vitales que resultan
correlacionados, poniendo a la ecología en la línea de la “Educación Cósmica”.
55
pueden provocarnos este pensamiento, también las hierbas más modestas que el árbol
cumplen una tarea útil como verdaderos y propios laboratorios industriales pues
preparan una gran cantidad de sustancias nutritivas. Pensemos en la patata, el trigo,
el betabel, en la caña de azúcar...
Las células que constituyen las plantas son espesas, robustas y poco permeables. Dan
la impresión de la fuerza de los vegetales y de la potencia de sus defensas. Así, las
plantas invaden todo el espacio a su alrededor cuando crecen. Las ramificaciones y
sus características peculiares, las raíces fijas a la tierra para mantenerse firmes y
seguras, las hojas para absorber los rayos del sol. La planta es hermosa, limpia con
diversos colores y perfumes. Sus raíces transforman la podredumbre en belleza.
Los animales, en cambio, comienzan su ciclo con células de forma casi siempre
esférica, con una membrana tan fina y ligera que parece estar continuamente en
peligro. Tímidas de aspecto, estas células permanecen en sus límites contrarias a las
de los vegetales, no invaden el espacio que les rodea. Cuando crecen, se repliegan en
si mismas en uno o dos extractos o tal vez más. La complejidad de sus funciones
permanece siempre dentro. Además, los animales no pueden adquirir las sustancias
de las que se nutren si no se mueven para procurárselas.
56
¿Cuál de los dos posee las características de la superioridad?. Los animales
representan el plano superior de la naturaleza, aunque las características que nosotros
consideramos superiores son atributos de las plantas. Los animales aparecen como
seres humildes, sin defensa, siempre en movimiento, abandonados por aquí y por allá.
Sin embargo decimos: “el animal es superior propio por esto”. Se llama "animal"
porque hay en él algo que lo mueve. Siempre en peligro, está obligado a buscar cada
día su propio alimento. Depende completamente del mundo vegetal, tanto para la
alimentación como para la purificación del aire que respira, además de que no tiene la
pureza del vegetal, que está siempre perfectamente limpio. Se podría creer que el
animal tenga que estar siempre en lucha contra el mundo vegetal, sin embargo, son
dos formas de vida necesaria una a la otra y que se ayudan recíprocamente.
57
XI. CONCLUSIÓN
Todo lo que hemos indicado hasta ahora no es más que un ejemplo para la aplicación
del método. Nos proponemos conducir a los niños para afrontar concepciones más
elevadas. Es necesario, sobre todo, comprender bien que nuestro fin es el de seguir
las necesidades del crecimiento y de la vida, en la medida de lo posible.
Hemos dado una breve introducción de algunos ciclos, como por ejemplo el del
carbonato de calcio, pero todo está relacionado y lo que nos interesa es que se puedan
orientar en estas correlaciones. Aportar nociones separadas significa crear confusión:
es necesario poder determinar la relación que existe entre los hechos individuales y
cuando esta relación sea establecida, también la relación entre los particulares
aparecerá claro. El espíritu entonces estará satisfecho y surgirá el deseo de proseguir
en la búsqueda.
Además, determinando con el niño la correlación entre las cosas, obedeciendo a una
tendencia fundamental del espíritu humano, creamos para él una filosofía y ¿por qué el
niño no podría estudiar filosofía?
He aquí pues uno de los principios fundamentales de la educación: enseñar los detalles
significa llevar confusión, establecer las relaciones entre las cosas significa dar
conocimiento.
58
APÉNDICES
Consideraciones generales.
Si una reforma de la escuela secundaria no puede resolver por sí misma todos los
problemas de nuestra época, de cualquier modo constituyen una etapa necesaria y
debe contribuir en el plano práctico a la reconstrucción de la sociedad, aunque sea en
modo incompleto.
59
Si la pubertad desde el punto de vista físico es un período de transformación entre el
estado infantil y el del adulto, desde punto de vista psicológico constituye un período
de transición entre la mentalidad del jovencito que vive en familia y la del hombre que
debe vivir en la sociedad.
El joven ha cumplido desde su nacimiento hasta los 12 años un ciclo completo. De los
siete a los doce años ha podido (gracias a su libertad y a nuestra forma de
comportarnos ante él) alcanzar un grado de cultura que lo anticipa tres años en
comparación con chicos de otras escuelas; nuestra educación le ha ofrecido, además
de cultura, la facultad de facilitar sus relaciones sociales con otros individuos.
Cuando una nueva moral inspire a las generaciones futuras, la base de la fraternidad y
de la paz, será construida con el sentimiento de amor no sólo a la patria sino a la
humanidad entera.
Tenemos que darnos cuenta de que la característica social de nuestra época destinada
a suscitar las repercusiones más fuertes es la inseguridad del porvenir.
El mundo se encuentra por una parte, en estado de disgregación, y por otra parte en
estado de reconstrucción. La alternancia del progreso y de la regresión crea la
inestabilidad. El mundo se puede comparar a un terreno que pasa por la prueba del
arado.
En estas condiciones sociales, debemos tener presente que la única guía segura para la
educación es la personalidad misma de los chicos que debemos educar.
Por lo tanto hay que preparar esa personalidad humana en todas las circunstancias
imprevistas, no sólo basándose en las condiciones que se podrían prever lógicamente
sino que es necesario desarrollarla evitando cualquier especialización rígida para crear
una capacidad de adaptación dúctil y viva. En esta batalla feroz en la que
desgraciadamente se ha convertido la vida social, el hombre necesita además de valor,
un carácter fuerte y un espíritu vivaz. Es necesario que consolide sus principios con
una impostación moral justa y al mismo tiempo que adquiera la capacidad práctica
necesaria para afrontar las dificultades de la vida.
Hombres que tienen brazos pero no tienen cabeza y hombres que tienen cabeza pero
que no tienen brazos están igualmente fuera de cualquier lugar en la comunidad
moderna.
No hace mucho tiempo, se introdujeron en la educación los deportes al aire libre para
ofrecer la posibilidad de ejercicio físico a los chicos que tenían una vida encerrada y
sedentaria; hoy se advierte la necesidad de una mayor dinámica en la educación, del
carácter de una conciencia más clara de la realidad social.
Los jóvenes están obligados a trabajar por "deber", por la "necesidad", no por interés.
No se les propone ningún fin concreto, que les ofrezca una satisfacción inmediata y
renueve el interés por un esfuerzo continuo. Se ven dirigidos por una fuerza exterior e
ilógica y lo mejor de su energía individual se ve desperdiciado. Adolescentes y jóvenes
son tratados hasta su madurez como a los niños de las escuelas primarias. A catorce,
a dieciséis años son aún sujetos a la mezquina amenaza de "la mala calificación" con la
62
que los profesores evalúan su trabajo: es un método análogo a aquel con el que se
pesan los objetos inanimados, con la ayuda mecánica de una báscula. El trabajo viene
"medido" como un material sin vida, y no "juzgado" como producto de la vida. Ni
siquiera de estas calificaciones depende el porvenir del estudiante. En estas
condiciones los estudiantes constituyen un lío opresor, que pesa sobre la juventud
mientras que debería constituir un privilegio: la iniciación a las ciencias, el orgullo de
nuestra civilización. El joven que es el hombre del mañana, es plasmado en un timbre
angosto y artificial. ¡Qué vida miserable les ofrecemos! ¡Qué penitencia sin fin, qué
inútil renuncia a sus más queridas aspiraciones!
Pero se trata de una época aún más crítica desde el punto de vista psicológico. Es la
edad de las dudas y de las excitaciones, de las emociones violentas, del desánimo, en
algunas ocasiones se observa una disminución de las capacidades intelectuales. La
dificultad de concentrarse en el estudio no se debe a la falta de buena voluntad:
constituye una de las características psicológicas de esta época. La potencia de
asimilación y la memoria que alimentaba a los niños un vivo interés por los
particulares y por las cosas materiales, parece que han cambiado de naturaleza.
11
En la época en que la Dra. Montessori dio esta conferencia, seguramente el peligro de las drogas no había hecho su
aparición. Desgraciadamente, en nuestros días diferentes tipos de drogas son un peligro aún mayor que la tuberculosis para los
chicos de esta edad. (n.d.t.)
63
enseña latín, matemáticas, del mismo modo que religión, mientras que la religión no
es una materia como las demás, exige un estudio especial, como ocurriría a un estudio
especial de leyes en la estructura de nuestra sociedad.
Actualmente, se enseñan las cosas esenciales con el mismo programa con el que se
enseñan los hechos secundarios: es hora de que el adolescente se vuelva consciente
de lo que le espera en la vida.
Estamos frente a un hombre social que no existe todavía, pero que ya nació.
Físicamente, todavía está lleno de debilidades y de nuevas necesidades: según los
médicos esta edad presenta una mortalidad que se puede comparar a la del primer año
de vida. Por otra parte es fácil comprender como el rápido crecimiento del cuerpo
puede debilitar al individuo.
64
permanecido en la familia, en la escuela. Nos hemos dado cuenta de que no trabaja
con gusto, que se cansa muy rápido, que se perfilan en él una cantidad de defectos.
Consideraciones generales.
Esta “independencia” tiene un valor más educativo que práctico. Es más útil para el
desarrollo psíquico del adolescente que para su vida material. Aunque un joven
dispone de un gran patrimonio, que parece garantizar la seguridad material más allá
de las vicisitudes de la vida, de la misma forma tendrá gran ventaja de ser guiado hacia
la independencia económica: su personalidad será valorizada por el hecho que, por
una parte, se sentirá capaz de lograr éxito en la vida con sus propios esfuerzos y por
65
mérito propio. Por otra parte, estará en contacto con la realidad suprema de la
existencia.
El trabajo del que hablamos debería constituir, sin ninguna idea de competencia, una
valorización de las cualidades del individuo en una práctica que le permita utilizar sus
dotes de ingenio y de revelarse más allá de la especialización.
Esta conciencia de la educación directa tiene una cierta analogía con un método que se
practica desde 1837 en algunas escuelas modernas de América (escuelas secundarias y
Universidades): el método de auto-ayuda de Mary Lyon . Pero el objetivo de este
método es exclusivamente dar a los estudiantes pobres la posibilidad de pagar los
gastos de sus estudios con su propio trabajo, en lugar de darles becas de estudio que
necesariamente tienen un número limitado. Este sistema está organizado por la
misma escuela y por lo tanto es la escuela la que da el trabajo, remunera y coordina a
los alumnos es decir los “auto-ayuda”. El trabajo se realiza dentro de la escuela (con
los mismos colegas universitarios) o externamente, pero siempre en relación con las
organizaciones escolares. Este uso se ha desarrollado ampliamente en los Estados
Unidos y ha sido un éxito.
La auto-ayuda ha demostrado tener una función moral, ya que deja salir la conciencia
de la inercia en la que se encuentran generalmente los jóvenes que se mantienen
pasivos en sus familias y les enseña prácticamente el valor del tiempo y de sus
capacidades, conduciéndoles a darse cuenta de que son seres capaces de participar en
la vida social. Además está probado que el trabajo material no retarda los estudios,
por el contrario, ayuda a intensificarlos. Los estudiantes que tienen necesidad de
66
trabajar generalmente son los que obtienen mejores logros escolares.
Hoy en día los jóvenes se lanzan a la sociedad sin alguna preparación preliminar. Se
ven obligados a afrontar sus experiencias sin ninguna ayuda y ésta es una pérdida de
energía muy dañina. Si la experiencia se hace con la ayuda de la escuela, los chicos
son guiados por una serie de actividades prácticas, simples y fáciles. Dedicarse a un
trabajo placentero es como un reposo y todo trabajo debe tener una finalidad.
Por otra parte, podemos considerar este proyecto cono una continuación de los
ejercicios de vida práctica que han dado buenos frutos en los niños, partiendo desde
los más pequeños de Casa de los Niños.
En nuestras Casas de los Niños, los pequeños de tres años aprenden a sacudir, a secar,
a ordenar, a poner y servir una mesa, a lavar los platos, etc., al mismo tiempo que
aprenden a bastarse a ellos mismos vistiéndose y desvistiéndose, colgando sus
vestidos en el armario o en un cajón, limpiándose los zapatos, etc. Estos ejercicios
forman parte del método pedagógico y no tienen nada que ver con las condiciones
sociales de los alumnos. Los hijos de familias con una posición social alta que están
acostumbrados a tener servidumbre, realizan los mismos ejercicios de vida práctica
cuando frecuentan nuestra Casa de los Niños. Estos trabajos tienen un fin educativo y
no utilitario. Los niños reaccionan con una verdadera explosión de independencia
hacia cada forma de asistencia inútil que reprime sus actividades y les impide usar sus
propios medios. Son estos niños “independientes” los que aprenden a escribir a los
cuatro años y medio, aprenden espontáneamente a leer y tienen progresos
sorprendentes en Matemáticas.
El precoz desarrollo intelectual de estos niños muestra que el trabajo no los cansa.
Ellos mismos nos han revelado la existencia esencial de su desarrollo diciéndonos:
“¡Ayúdame a hacerlo sólo!”
67
Reformas de acuerdo a las exigencias vitales de los adolescentes.
Esta teoría se basa en una fórmula que ya ha sido experimentada en todo el mundo.
La creación de escuelas secundarias lejos de las grandes ciudades, ya sea en el campo
o en ciudades pequeñas de provincia, se remonta a varios siglos. Estas instituciones
surgieron en Inglaterra y se abren a todas las clases sociales (Eton, Harrow, etc.). Los
mismos principios de encuentran en universidades como Oxford o Cambridge. Estas
escuelas tuvieron tal éxito en Inglaterra y en los Estados Unidos que alrededor de las
universidades, ubicadas originalmente en lugares aislados, se formaron poco a poco
ciudades enteras.
La vida al aire libre con sol y una alimentación rica de vitaminas, cultivada en campos
cercanos, es una ayuda preciosa para el físico del adolescente, mientras que la
tranquilidad de los lugares, el silencio y las maravillas de la naturaleza, satisfacen las
exigencias de su espíritu favoreciéndolo la reflexión y la meditación. Además, en un
colegio es más fácil armonizar el ritmo de la vida cotidiana con las exigencias de los
estudios y del trabajo, mientras que en la atmósfera familiar tiene que conformarse
con las exigencias de la vida de los padres.
Nuestro plan de estudio no es una simple réplica de estas universidades que prosperan
en el campo o en pequeñas ciudades de provincia. Su valor y su significado no están
en el campo, sino en él trabajo que se realiza en el. Es más, está en el “trabajo” en
general, con sentido social inherente a la producción y a la ganancia económica.
Este tipo de trabajo introduce a los jóvenes al seno de la vida social mediante la
experiencia unida al estudio.
La escuela de estos jóvenes, o mejor dicho, su casa en el campo o provincia, les debe
ofrecer la oportunidad de una experiencia social, porque su vida está organizada en
una escala más amplia y con mayores posibilidades de independencia que en la
familia.
Una granja moderna, mientras que exige una serie de trabajos científicos y manuales,
ofrece la posibilidad de producir y de intercambiar productos, entrando así en contacto
con la sociedad por medio de una tienda o un taller.
Este instituto, teniendo que hospedar a muchachos y muchachas, tiene que ser
dirigido por un matrimonio, que además de las funciones materiales, ejercite una
acción moral y protectora hacia los jóvenes. Será una pensión familiar.
69
Participando en la administración del instituto, los jóvenes adquieren experiencia en
todos los campos que una empresa hotelera encierra, desde el estudio de las
soluciones más confortables hasta la organización material y social, la administración
y el control financiero.
Los niños pequeños han demostrado que pueden tener la casa limpia y en orden;
saben servir una mesa y lavar los platos. Por supuesto que para los adolescentes será
más fácil aprender a tener una pensión en orden, sobre todo porque se trata de una
preparación profesional para la que existen escuelas especializadas.
Esta hostería, con sus múltiples actividades, podrá extenderse más allá de
proporcionar servicio a los mismos alumnos. Siempre permaneciendo simple y rústica,
podría ser equipada para albergar por breves períodos a familias de los alumnos que
de este modo podrán darse cuenta de la vida de sus hijos en el colegio y contribuir al
mismo tiempo al equilibrio económico de la institución.
La pensión, concebida en su proyecto moderno, con simplicidad artística, embellecida
con la alegría de los muchachos y libre de construcciones artificiales, debe ofrecer toda
una gama de actividades destinadas a desarrollar el sentido artístico en la habitación.
71
B. PLAN DE ESTUDIOS Y DE TRABAJO
Los estudios no están necesariamente ligados desde el inicio a los programas actuales
de las escuelas secundarias, ni mucho menos deben adoptar los “métodos” vigentes.
Por otra parte, se trata de extender el campo del conocimiento y no de reducirlo.
Nuestra reforma está basada sobre todo en el modo de impartir ese conocimiento y el
“método” de enseñanza.
Nuestro plan de estudios busca sobre todo destacar valores en las condiciones sociales
actuales. Por lo tanto, una educación de este tipo no tiene el derecho a reducir la
instrucción a la simple especialización, necesaria para asegurar un “buen lugar” en el
futuro. Centrarse únicamente en la necesidad de una especialización es erróneo, pues
ésta debe considerarse tan sólo como un “medio práctico” para introducirse en la
sociedad.
Hemos demostrado la validez de estos dos principios en nuestras Casas de los Niños.
Los estudios y el trabajo sin crear fatiga alguna, aumentan en tal modo la voluntad de
los niños que en la tarde, incansables continúan trabajando luego de llegar a la casa.
Cuando comenzamos nuestra primera Casa de los Niños, los pequeños empezaban a
trabajar a las ocho de la mañana y terminaban a las seis de la tarde. Algunos de ellos
se llevaban el material a casa para seguir trabajando con su familia. No ha sido menor
72
el resultado que hemos encontrado en los adolescentes. Sin embargo, para obtener
este resultado es necesario “darle gusto” a la naturaleza, respondiendo a las
necesidades particulares de cada edad. En esta tarea delicada tendremos que dejarnos
guiar por la experiencia.
Cuidados Morales
Por cuidados morales entendemos la relación que se debe establecer entre los
alumnos, los maestros y el ambiente. Es necesario que el maestro tenga el mayor
respeto por la joven personalidad que tendrá por alumno. En el alma del muchacho se
guardan grandes valores. Todas nuestras esperanzas de progreso para el porvenir son
puestas en el espíritu de estos muchachos y de estas jovencitas. Además serán los
jueces del presente.
Es necesario dar bastante autonomía a los jóvenes para que puedan comportarse
siguiendo su iniciativa individual. Hay que proveerles los medios y la libertad
necesarios para que puedan crear. No obstante, a fin de que la acción individual sea
libre y fecunda, debe ser realizada dentro de ciertos límites y sometida a ciertas reglas
que constituyen una orientación necesaria. Estas reglas y estos límites deben ser
observados en todo el instituto. No se debe dar a los adolescentes la impresión de ser
inconscientes e incapaces de disciplinarlos.
73
Estas reglas, análogas al material didáctico destinado a los niños más pequeños, deben
ser “necesarias y suficientes” para mantener el orden y asegurar el progreso. La
organización debe ser concebida de manera que el adolescente no se sienta extranjero
y pueda adaptarse a cualquier ambiente.
El ambiente debe facilitar el “libre albedrío”, pero es necesario evitar que el joven
desperdicie tiempo y energía siguiendo preferencias vagas e inciertas.
Junto con las ocupaciones activas, será oportuno tener presente la necesidad de la
soledad y de calma, que son dos de las necesidades que tiene el adolescente.
74
Ya que estas transformaciones se presentan con intervalos muy seguidos durante casi
dos años, es pertinente vigilar el crecimiento del adolescente, registrando sus medidas
antropométricas y examinando periódicamente su corazón, sus pulmones y sus demás
órganos internos aún cuando goce de perfecta salud.
Es necesario asegurar que la alimentación sea abundante y nutritiva, pero con poca o
ninguna adición de carne durante este período. En el campo donde los vegetales, las
frutas, los huevos y los lácteos conservan todo su valor, los alimentos vegetarianos
crudos y sobre todo las frutas acompañadas de lácteos y huevo deben ser abundantes
en la alimentación diaria. Las legumbres apenas cosechadas y la fruta madurada
completamente en la planta representan un inestimable tesoro, en lugar de vegetales
marchitos y fruta que madura artificialmente con un valor nutritivo insuficiente, como
nos es común encontrar en las ciudades.
Los venenos de uso común como el alcohol y el tabaco deben ser absolutamente
prohibidos en la vida del adolescente. Podemos sustituirlos con dulce, porque el
azúcar es un nutriente de primera necesidad, tomada con moderación como sucede
con el niño en la primera infancia.
Tomar el sol, los baños, la natación, y en general la vida al aire libre deben ser
prácticas cotidianas. Lugares en donde sea más fácil realizar paseos largos, a la orilla
del mar o en los bosques, son mucho más favorables que las montañas donde las
excursiones fatigan el corazón debido a que el tórax de los adolescentes no está
suficientemente desarrollado.
Programas y Métodos
El programa general de los estudios puede dividirse en tras partes. He aquí las
exigencias principales:
La mejor manera para llegar a esta meta son los ejercicios artísticos, dejándolos
elegir libremente tanto para el género del ejercicio como el momento en que lo
practicarán.
75
Algunos muchachos escogen el trabajo individual, otros el trabajo en grupo .
Estos ejercicios se refieren a las artes:
El chico tiene necesidad de ser valorado. Su instinto lo induce a ver todo bello,
lo alienta a admirar todo lo que se presenta ante sus ojos. Debemos favorecer
esta tendencia. Su personalidad debe ser observada y ayudada con la condición
de que la ayuda se limite a lo estrictamente necesario. Si queremos darles a los
alumnos una educación religiosa apta para su edad, esta educación debe
fundamentarse en el contacto. Dios ama a la criatura, la ve continuamente, no la
abandona jamás. Si queremos darle una idea religiosa de la naturaleza,
debemos siempre hablar del individuo, del animal individual. Todo debe ser bien
claro, bien diferenciado y, por así decirlo, revelado y analizado: el joven, el
padre, la madre, las personas, los animales. En este período se trata sobre todo
de facilitarle la construcción de su personalidad. Tratemos de hacer la obra que
le aclare sus ideas, presentando cada cosa y cada idea bajo un aspecto concreto
y haciendo más tangible aún aquello que sea abstracto.
76
La cultura “creadora”, destinada a la construcción de las bases mismas de la
personalidad, se divide en tres ramos:
77
Los profesores de latín tienen la posibilidad de “penetrar” y de incentivar a
los alumnos despertando su interés y haciendo atractivo el idioma al que
se conectan los orígenes de nuestra civilización.
81
Los Métodos
Los mejores métodos son aquellos que suscitan el máximo interés en el alumno: le dan
la posibilidad de trabajar solo, de experimentar y alternar los estudios con
ocupaciones en la vida práctica.
Consideraciones Prácticas.
Prácticas.
Un plan del que hoy en día estamos muy alejados no podrá realizarse más que por
grados. Naturalmente se trata de una escuela abierta a cualquier chico que haya
superado la escuela primaria y no sólo a aquellos que vengan de escuelas
especializadas; una escuela para alumnos normales pero en la que también los chicos
lentos, retrasados o que simplemente sufran de cualquier anormalidad psíquica, como
timidez o bloqueos mentales, se sientan seguros de encontrar una ayuda eficaz, de
obtener una mejoría efectiva.
Un terreno vasto y espacioso, cerca del mar y cercano a una ciudad, constituye la
localidad más favorable para establecer una escuela de este tipo. Los profesores
deben estar dispuestos a vivir en la misma escuela, asumiendo parte del trabajo de
conducción y participando en la vida cotidiana del instituto. Es necesario instaurar una
disciplina severa tanto para el personal docente como para los alumnos para asegurar
orden en la vida interna y unidad a los objetivos: los adolescentes se adaptarán
necesariamente a un ambiente ordenado.
Será oportuno recurrir a la obra de jóvenes maestros –hombres y mujeres- que vengan
de fuera. Naturalmente deberán ser calificados para la enseñanza en las escuelas
secundarias, pero esto no significa que permanezcan libres de enseñar según sus
82
métodos: deberán al contrario, adoptar los métodos del instituto para que su
colaboración sea eficaz. Estos maestros externos deben ser jóvenes, tener espíritu
abierto y estar listos a tomar parte activa en la vida de la escuela, aportando su propia
contribución. Por otra parte, deberán ser el mínimo necesario para impartir
determinados conocimientos en el momento que los métodos del instituto lo
requieran.
Junto con los profesores que imparten las materias escolares comunes, será necesaria
la participación de técnicos, por ejemplo un instructor para la agricultura y la
jardinería, un administrador o contador que enseñe a administrar la tienda y la
pensión, un maestro para los trabajos artísticos. Todos los miembros del personal
deben ser calificados para los trabajos prácticos que deben realizar: cocina, costura,
contabilidad, etc. Será interesante contratar a un trabajador competente que sepa
realizar diferentes trabajos y ayudar en la vida cotidiana.
Como los niños más pequeños en nuestras escuelas han aprendido a doblar sus
vestidos, a coser, a poner en orden sus cosas, los “Jóvenes Campestres” deben
aprender a ajustar los objetos que se descompongan, a reparar un automóvil a cambiar
un vidrio roto, a ajustar una cerradura, etc. Deben ser capaces de trazar un camino, de
realizar la conexión eléctrica para un timbre, de serruchar la leña y realizar pequeños
trabajos.
A este punto, necesitamos preguntarnos cómo se podrán ganar la vida. Esta ganancia
que, naturalmente no puede ser inmediata, será posible sólo a través de la
colaboración de los adultos. Los adultos comenzarán a ganar, dando el ejemplo del
trabajo y harán poco a poco que los jóvenes participen en la organización económica y
material, así como en la ejecución de los trabajos. Por ejemplo: un fábrica moderna ya
organizada o un jardín donde se cultiven flores, puede contratar a los jóvenes. Basta
establecer un contrato previo entre la escuela y las empresas cercanas.
Del mismo modo, la tienda puede ser abierta por una asociación de adultos, por
ejemplo un grupo de familiares de los alumnos. Un adulto podrá hacerse responsable
pero los muchachos, colaborando en turnos aportarán una nota juvenil y de gallardía al
mismo tiempo que desarrollarán las primicias de su trabajo y de su ingenio.
Sería bueno establecer al final de este período una preparación de un mes más o
menos, seguida de una especie de examen, no de las materias de estudio sino de los
problemas de conciencia.
83
En este momento de algún modo se presenta la entrada del joven en la vida y es aquí
que debemos prepararlo a lucha contra las fuerzas del mal a las que se enfrentará.
Deberá vencer las tentaciones. Por esto no podemos dejar que se presente delante del
“príncipe de este mundo” sin una adecuada preparación, un resumen de todo lo que ha
hecho hasta ahora, un examen de conciencia que constituya una especie de diploma
de admisión para entrar en la vida.
84
C. LA FUNCIÓN DE LA UNIVERSIDAD
UNIVERSIDAD
Las escuelas están hechas para jóvenes y para adolescentes. Una sola escuela está
destinada para los adultos: la universidad.
Después de los 18 años la “preparación del organismo” se terminó y las mismas leyes
reconocen la madurez física del individuo, autorizándolo a contraer matrimonio. A los
21 años el ser humano se considera como liberado: mayor de edad.
Esta es la única consideración –de orden puramente físico- que pone a la universidad
en una posición diferente a la de otras escuelas.
En la universidad tenemos personas que viven como niños, aunque son adultos. En
cambio, durante esta fase de la vida deberían tomar conciencia de sus
responsabilidades y de su tarea social que es la de crear una familia. Sin embargo,
demuestran por lo general, una falta de conciencia y tienen una idea falsa de la vida.
No se puede esperar que hombres y mujeres así contribuyan a mejorar la sociedad.
Pero hoy la civilización y la cultura se transmiten por otros medios, por medios cada
vez más extensos y fáciles. La cultura se difunde a través de la estampa y las
comunicaciones rápidas que establecen una especie de nivelación universal.
Los estudiantes que como única meta se proponen obtener un oscuro empleo
personal, no pueden tener más conciencia de esta misión que creaba en un tiempo el
“espíritu universitario”. El sólo deseo de trabajar lo menos posible, de pasar a
cualquier costo los exámenes y de aferrar el diploma que servirá a la carrera de cada
uno, se ha convertido en el motivo esencial, común a todos los estudiantes. Así, al
progreso de la cultura que ha transformado la existencia, corresponde la decadencia
de las instituciones universitarias. Los verdaderos centros de progreso se han
transferido a los laboratorios de investigación científica que son lugares cerrados
ajenos a la cultura común.
La decadencia general de las escuelas que se verifica hoy en día no deriva de una
disminución de la cultura impartida a los estudiantes sino de la falta de
correspondencia entre las organizaciones de estos institutos y las necesidades
actuales. La escuela se ha quedado bajo el nivel alcanzado externamente en la
civilización. Las bases materiales de la civilización han cambiado a tal punto que ya
anuncian el alba de una civilización nueva. En este período crítico de la historia de la
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humanidad, la vida misma del ser humano tiene la necesidad de una nueva adaptación.
Este es el problema esencial de la educación.
Si además la educación mira no sólo a la cultura, sino que también al desarrollo del
hombre, una rigurosa coordinación se vuelve indispensable y esencial en todos los
períodos de la vida.
Durante las experiencias hechas con los chicos de la escuela elemental hemos relevado
que las bases de todas las ciencias se deberían introducir justo entre los seis y los
doce años. Existe de hecho en el desarrollo psíquico un período sensitivo que se
podría llamar “el período sensitivo de la cultura”, durante el cual se organiza el plan
abstracto del espíritu humano. Este es el momento en el que se deben echar las
semillas. Se puede comparar este período del alma humana al campo donde se
siembra el trigo, que esperará la estación nueva para germinar.
Lo mismo pasa con la vida psíquica: a una cierta edad, una actividad interior da origen
a los primeros desarrollos intelectuales, suscitando reacciones de entusiasmo y
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despertando capacidades que sin esta actividad permanecerían adormecidas. Vendrá
la época de la juventud, que desarrollará estos centros de interés. Pero si las semillas
del conocimiento no fueron sembradas en la estación adecuada, no queda más que la
inercia que rechaza cada esfuerzo y cualquier estudio permanece estéril. Se podría
decir que cuando se ha cometido este pecado contra las leyes de la vida, el trabajo se
convierte en una árida fatiga, una especie de condena, no diferente a aquella que la
Biblia describe para Adán. Evidentemente, no es el trabajo en sí, sino el trabajo fuera
de las leyes el que fue condenado por la maldición divina. Así, el estudiante prosigue
sin entusiasmo y sin pasión el curso árido y forzado de los estudios universitarios. Se
necesitaría un estímulo supremo, un rayo de luz para llamar a los corazones
replegados en la inercia y en el error y para reanimar la vida lánguida: no podrá jamás
hacerlo esta escuela árida, que subestima la personalidad del estudiante y continúa a
agravar su inercia.
Hemos podido palparlo directamente: el estudio, aunque sea ampliado, aunque sea
asimilado, no satisface a la personalidad humana. Quedan otras necesidades, que si
no son satisfechas, conducen a conflictos interiores que influyen en el estado mental y
alteran la claridad. La felicidad, el sentimiento del propio valor, la satisfacción de
sentirse apreciados y amados por los demás, de sentirse útiles y capaces de producir,
son factores de inmenso interés para el alma humana.
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La nueva universidad deberá tomar su nueva dignidad de estos factores y no sólo de la
cultura. La consideración moral y filosófica de la vida y del fin de la humanidad era, en
un tiempo, la base misma de la universidad, la cultura era un medio espléndido para
elevar a la humanidad a un nivel superior. Hoy, la moral del hombre no puede ser
desarrollada ni por la filosofía ni por las discusiones de conceptos metafísicos, sino
únicamente por la actividad, por la experiencia, por la acción.
La relación que existe entre la vida y la cultura demuestra claramente como los chicos
están en grado de aprender mucho más de lo que la escuela de hoy pretende enseñar
con sus programas anticuados.
Tengamos presente que durante la infancia se debe despertar el primer interés,
sembrar la semilla de todas las ciencias.
Un muchacho inerte, que no ha trabajado nunca con sus manos y no se ha dado cuenta
de que “vivir” significa vivir socialmente y que para pensar y crear hay que alcanzar
sobre todo la armonía de la propia alma, será un adolescente egoísta, pesimista y
melancólico que buscará en los valores superficiales de la vanidad la compensación de
un paraíso perdido. Una vez convertido en hombre se presentará a las puertas de la
universidad para preguntar ... ¿qué cosa?.. Para pedir una profesión que le permita
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garantizar su vida material en una sociedad que le es ajena e indiferente, para
participar en una civilización que ignora. No se puede comenzar a considerar al
hombre sólo cuando ya se ha convertido en hombre, hay que ocuparse antes. Si
queremos encontrarnos un día de frente a un hombre, debemos buscar antes al niño.
Separar las diferentes fases de la vida es absurdo. El hombre es el resultado del niño y
las causas del bien y del mal que encontramos en los adultos se habrían podido
descubrir fácilmente durante el breve período de su crecimiento.
La distinción que nosotros establecemos entre los intereses del muchacho y los del
adulto, tanto para la educación como para las cuestiones sociales, hacen pensar en la
lucha que enfrentaron en la Edad Media dos países que se decían poseedores de
valiosas reliquias. Uno tenía los tres cráneos de los Reyes Magos niños, el otro los tres
cráneos de los Reyes Magos adultos.
Este criterio fatal, esta especie de barrera psíquica que separa netamente los dos
campos de interés, es la base de graves errores y constituye una seria amenaza para la
humanidad. ¿Por qué jamás, delante a los peligros que amenazan a la salvación de los
pueblos, no se considera la defensa suprema, que consiste en cuidar, corregir y
fortificar a la humanidad con todos los medios posibles, cuando se encuentra en el
período de formación? Hoy en esta civilización prodigiosa, lo que hace falta es la
fuerza espiritual del hombre, la rectitud de conciencia y sobre todo el sentido de la
vida humana que triunfa en el universo.
Lo que importa es “el fin del hombre”. Este fin no puede reducirse a guardar nociones
para el ejercicio de una profesión. Los estudiantes universitarios son adultos que
deberán ejercer una influencia sobre la civilización de su época. Los educadores y por
consiguiente los dirigentes de la humanidad futura, salen de la universidad. De la
universidad salen los hombres que guiarán a las multitudes y serán los defensores de
la civilización. Cuando hayan superado los exámenes, se encontrarán delante a las
puertas del mundo, tendrán la necesidad de una seria preparación moral. Una vez
convertidos en hombres, no permanecerán en la escuela simplemente para saber un
poco más de los demás. Es cierto que la cultura representa sólo una parte, aunque
importante, de su preparación; pero estos hombres serán capaces de encontrar todo
gracias a este medio. El ambiente social se infiltra a través de ella. Es importante,
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pues, intensificarla y hacerla penetrar en la conciencia, es un arma defensiva para la
humanidad y para la civilización.
Como la religión, que está al alcance de todos, asume mayor intensidad en los
misioneros y en los sacerdotes y los hace trabajar por el bien de la humanidad, así la
cultura, que se difunde por todas partes y es asimilada por los pueblos, asume una
mayor profundidad en ciertos individuos, que se convierten en sus apóstoles para
sostener la civilización.
Un hombre que nunca hubiera trabajado, que nunca hubiera tratado de ganarse la
vida, que nunca se hubiera acercado a las diferentes edades y a las diferentes clases
sociales, difícilmente sería digno de acceder a un puesto directivo.
Si el título es sólo un certificado que hace constar la capacidad de aprender, ¿por qué
los estudios universitarios deben durar de cuatro a seis años? Una persona que
estudia en la universidad sabe que deberá estudiar toda la vida o renunciar a todo su
valor. ¿Por qué pues debe ser atormentado esos tres o cuatro años para la adquisición
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de una cultura que nunca tendrá fin? Debe existir otro medio para formar a los
jóvenes y permitirles adecuarse a la civilización y a las exigencias de nuestro tiempo.
La vida del ser humano se podría comparar a las tres etapas de Cristo.
Por último, viene el hombre que se alista para su misión en el mundo. ¿Y qué hace Él
para prepararse? Enfrenta al diablo y lo vence. Es la preparación. El hombre tiene la
fuerza de conocerse y de enfrentar los peligros, las tentaciones del mundo para
empeñarse y para vencer. Según el sentido literal, las tentaciones a vencer son las del
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Evangelio: la tentación de la posesión y la tentación del poder. Existe en el hombre
algo que está más allá de las tentaciones: él puede comprender el único medio para
crear un mundo purificado, potente y rico; saber vencer individualmente las
tentaciones de poseer y de poder.
Este es el camino que nos lleva a Su reino. Pero para encontrarlo mediante la educación, hay que
dirigirse hacia el niño y considerarlo bajo otro aspecto.
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