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I. LA ESPECTROSCOPÍA POR RESONANCIA MAGNÉTICA
La espectrometría de resonancia magnética nuclear (RMN), más comúnmente conocida como
espectrometría RMN, es una técnica que explota las propiedades magnéticas de ciertos núcleos. Las
aplicaciones más importantes para su uso en química orgánica son la espectrometría RMN de
protones y la de carbono-13. En
principio, la RMN es aplicable a
cualquier núcleo que posea espín.
Puede utilizarse, entre otras cosas, para estudiar mezclas de analitos, para comprender efectos
dinámicos como el cambio en la temperatura y los mecanismos de reacción, y es una herramienta de
valor incalculable para la comprensión de la estructura y función de las proteínas y los ácidos
nucleicos.
Este tipo de espectrometría se puede aplicar a una amplia variedad de muestras, tanto en solución
como en estado sólido.
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En el campo magnético terrestre, los mismos núcleos resuenan en frecuencias de audio. Este efecto
se utiliza en los espectrómetros RMN y otros instrumentos. Debido a que estos instrumentos son
fáciles de transportar y baratos, a menudo se utilizan para la enseñanza y el trabajo de campo.
El desplazamiento químico se reporta como una medida relativa de algunas frecuencias de resonancia
de referencia. (Para los núcleos 1 H, 13 C, y 29 Si, se usa como referencia el tetrametilsilano o TMS.)
Esta diferencia entre la frecuencia de la señal y la frecuencia de la referencia se divide por la frecuencia
de la señal de referencia para obtener el desplazamiento químico. Los desplazamientos de frecuencia
son muy pequeños en comparación con la frecuencia RMN fundamental. Un desplazamiento de
frecuencia típico podría ser de 100 Hz, en comparación con una frecuencia RMN fundamental de 100
MHz, por lo que el desplazamiento químico se expresa generalmente en partes por millón (ppm).
Mediante la comprensión de los diferentes entornos químicos, el desplazamiento químico puede ser
utilizado para obtener información estructural sobre la molécula en una muestra.
La conversión de los datos en bruto a esta información se llama asignación del espectro. Por ejemplo,
para el espectro 1H-RMN del etanol (CH3CH2OH), cabría esperar tres señales específicas en tres
desplazamientos químicos específicos: uno para los grupos CH3, uno para el grupo CH2 y otro para
el grupo OH. Un grupo CH3 típico tiene un desplazamiento de alrededor de 1 ppm, un CH2 adjunto
a un OH tiene un desplazamiento de alrededor de 4 ppm y un OH tiene un desplazamiento en torno
a 2-3 ppm, dependiendo del disolvente utilizado.
A causa del movimiento molecular a temperatura ambiente, los tres protones metilo alcanzan un
promedio durante el curso del experimento RMN (que normalmente requiere unos pocos
milisegundos). Estos protones se degeneran y forman un pico al mismo desplazamiento químico.
La forma y el tamaño de los picos son indicadores de la estructura química. En el ejemplo anterior -
el espectro de protones de etanol-, el pico de CH3 sería tres veces más grande que el OH. Del mismo
modo, el pico de CH2 sería el doble en tamaño al pico de OH, pero sólo 2/3 del tamaño del pico de
CH3.
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El software de análisis moderno permite analizar el tamaño de los picos para comprender cómo
muchos protones dan lugar al pico. Esto se conoce como integración, un proceso matemático que
calcula el área bajo un gráfico (lo que, en esencia, es un espectro).
El analista debe integrar el pico y no medir su altura, porque los picos también tienen anchura y, por
ende, su tamaño depende de su área y no de su altura. Sin embargo, cabe mencionar que el número
de protones, o cualquier otro núcleo observado, es sólo proporcional a la intensidad, o integral, de
la señal RMN, en los experimentos RMN unidimensionales más simples.
En experimentos más elaborados, como los que suelen utilizarse para obtener el espectro RMN del
carbono-13, la integral de las señales depende de la tasa de relajación del núcleo, y de sus constantes
de acoplamiento escalar y dipolar. Muy a menudo, estos factores son poco conocidos, por lo que la
integral de la señal RMN es muy difícil de interpretar en los experimentos más complicados.
1.3. Acoplamiento-J
Parte de la información más útil para determinar la estructura en un espectro RMN unidimensional
proviene del acomplamiento-J o acoplamiento escalar (un caso especial de acoplamiento espín-
espín) entre los núcleos activos de RMN. Este acoplamiento surge de la interacción de los diferentes
estados espín a traves de los enlaces químicos de una molécula, y resulta en la división de señales
RMN. Estos patrones de división pueden ser complejos o simples y, del mismo modo, pueden ser
interpretables o engañosos. Este acoplamiento proporciona información detallada sobre la
conectividad de los átomos en una molécula.
Por ejemplo, en el espectro de protones para el etanol que se ha descrito anteriormente, el grupo
CH3 se divide en un triplete con una relación de intensidad de 1:2:1 mediante los dos protones CH2
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vecinos. Del mismo modo, el CH2 se divide en un cuarteto con una relación de intensidad de 1:3:3:1
mediante los tres protones CH3 vecinos. En principio, los dos protones CH2 también se dividen de
nuevo en un doblete para formar un doblete de cuartetos mediante el protón hidroxilo, pero el
intercambio intermolecular del protón hidroxilo acídico a menudo resulta en una pérdida de
información del acoplamiento.
El acoplamiento a cualquier núcleo de espín ½, tal como el fósforo-31 o el flúor-19, funciona de esta
manera (aunque las magnitudes de las constantes de acoplamiento pueden ser muy diferentes). Pero
los patrones de división difieren de los descritos anteriormente para los núcleos con espín superior a
½ debido a que el número cuántico de espín tiene más de dos valores posibles. Por ejemplo, para el
acoplamiento al deuterio (un núcleo de espín 1) divide la señal en un triplete 1:1:1, porque el espín 1
tiene tres estados de espín. Del mismo modo, un núcleo de espín 3/2 divide una señal 1:1:1:1 en un
cuarteto y así sucesivamente.
Si la separación del desplazamiento disminuye (o la fuerza del acoplamiento aumenta), los patrones
de intensidad del multiplete se distorsionan, y luego se vuelven más complejos y difíciles de analizar
(especialmente si más de dos espines están involucrados).
La intensificación de algunos picos en un multiplete se logra a expensas del resto, que a veces casi
desaparece en el ruido de fondo, aunque el área integrada bajo los picos se mantenga constante.
En la mayoría de RMN de alto campo, sin embargo, las distorsiones suelen ser modestas y las
distorsiones características (techo) pueden ayudar a identificar los picos.
Los efectos de segundo orden disminuyen cuando la diferencia de frecuencia entre multipletes
aumenta, por lo que el espectro RMN de alto campo (es decir, de alta frecuencia) muestra menos
distorsión que los espectros de frecuencia menor.
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Los primeros espectros a 60 MHz eran más propensos a la distorsión que los espectros de máquinas
posteriores que operan en frecuencias de 200 MHz o superiores.
Los espines que son químicamente equivalentes pero no son indistinguibles (sobre la base de sus
relaciones de acoplamiento) se denominan espines con inequivalencia magnética. Por ejemplo, los
sitios 4 H del 1,2-diclorobenceno se dividen en dos pares químicamente equivalentes por simetría,
pero un individuo miembro de uno de los pares tiene diferentes acoplamientos a los espines que
componen el otro par.
La inequivalencia magnética puede dar lugar a espectros muy complejos que sólo pueden ser
analizados mediante modelado computacional. Estos efectos son más comunes en los espectros RMN
de sistemas aromáticos y otros no flexibles, mientras que el promedio conformacional de los enlaces
CC en moléculas flexibles tiende a igualar los acoplamientos entre protones en carbonos adyacentes,
reduciendo los problemas con la inequivalencia magnética.
Los espectros bidimensionales RMN proporcionan más información acerca de una molécula que los
espectros RMN unidimensionales, y son especialmente útiles para determinar la estructura de la
molécula, en particular para moléculas que son demasiado complicadas para la RMN unidimensional.
Esta técnica espectroscópica puede utilizarse sólo para estudiar núcleos atómicos con un número
impar de protones o neutrones (o de ambos).
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Esta situación se da en los átomos de 1H, 13C,19F y 31P.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta una aclaración y es que a esta escala atómica no rigen las
leyes de la física clásica sino las de la física cuántica por ende le valor de espín esta cuantiado y
depende de su momento angular (P) y la relación magnetogirica que es característica para cada
núcleo.
Sin embargo, cuando una muestra se coloca en un campo magnético, tal y como se muestra en la
siguiente figura, los núcleos con espín positivo se orientan en la misma dirección del campo, en un
estado de mínima energía denominado estado de espín α, mientras que los núcleos con espín
negativo se orientan en dirección opuesta a la del campo magnético, en un estado de mayor energía
denominado estado de espín β.
La diferencia de energía entre los dos estados de espín α y β, depende de la fuerza del campo
magnético aplicado H0.
Cuanto mayor sea el campo magnético, mayor diferencia energética habrá entre los dos estados de
espín. En la siguiente gráfica se representa el aumento de la diferencia energética entre los estados
de espín con el aumento de la fuerza del campo magnético.
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Cuando una muestra que contiene un compuesto orgánico es irradiada brevemente por un pulso
intenso de radiación, los núcleos en el estado de espín α son promovidos al estado de espín β.
Esta radiación se encuentra en la región de las radiofrecuencias (rf) del espectro electromagnético
por eso se le denomina radiación rf.
Cuando los núcleos vuelven a su estado inicial emiten señales cuya frecuencia depende de la
diferencia de energía (∆ E) entre los estados de espín α y β.
El espectrómetro de RMN detecta estas señales y las registra como una gráfica de frecuencias frente
a intensidad, que es el llamado espectro de RMN.
Los núcleos alineados en la muestra con el imán de campo magnético B poseen una particularidad y
es que estos no quedan totalmente estáticos en una posición y girando sobre su propio vector de
momento magnético, sino que obtienen un tipo de movimiento especial llamado movimiento
procesional, un gráfico que representa este movimiento es el siguiente.
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Donde B es el campo magnético del imán, y v es la frecuencia de precesión.
Esta frecuencia es en lo que se basa la RMN ya que la frecuencia de la onda de rf con la cual se irradia
la muestra debe entrar en resonancia con el movimiento procesional del núcleo para hacerlo subir
de nivel energético. La energía que esto requiere también esta cuantiada y está dada por la fórmula:
Por otro lado, cada protón X está acoplado con el protón A, por tanto la resonancia de cada protón
X se desdoblará en 2 líneas, que serán las mismas para todos los protones X.
La única diferencia entre los sistemas es la intensidad de la señal que es mayor a medida que aumenta
N. Respecto a la señal de A, cuando se analizan los sistemas AX2, AX3,..., AXN tal como se ha realizado
con los niveles del AX se llega a la conclusión que el número de líneas en las que se desdobla la
resonancia de A es N+1 líneas igualmente espaciadas.
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A este resultado se le denomina regla N+1, que se ilustra gráficamente en la Figura 1.18. Cuando se
tienen 0 protones X sólo aparece una señal del protón A.
Así, cuando N=2, la línea central del triplete que aparece es el doble de intensa que las laterales,
pudiéndose calcular las intensidades de las líneas mediante el desarrollo del triángulo de Pascal, como
se ilustra en la Figura 1.19.
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IV. Generación de señales
La señal de RMN que se recibe es una señal muy débil, difícilmente distinguible del propio ruido
térmico que genera la materia de forma natural.
El promediado de señal consiste en repetir varias veces el mismo experimento e ir sumando las
diferentes adquisiciones de la FID.
De esta manera, la potencia de señal se dobla en cada adquisición, mientras que la potencia de ruido,
por su carácter aleatorio, solo se multiplica por raíz de dos.
Para llevar a cabo de forma organizada el promediado que requiere un experimento de RMN se
define la secuencia de pulsos que lo caracteriza.
Una secuencia de pulsos es una representación ordenada en el tiempo de los eventos que tienen
lugar durante un experimento de RMN.
En el experimento más simple, para la observación del “chemical shift” de una molécula sencilla sólo
intervienen tres periodos de tiempo esenciales que se repiten tantas veces como promediados de la
señal se quieran llevar a cabo.
− El tiempo de pulso (TP): es el tiempo durante el cual se radia el pulso de RF, y tiene que ser un
tiempo suficiente para hacer girar el vector de magnetización total 90º.
− El tiempo de adquisición (TA): es un periodo final durante el cual se adquieren los datos del espectro
(FID). Este tiempo viene marcado por la constante de relajación transversal T2.
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Ilustración : Secuencia de tiempos sencilla RMN
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