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CUANDO LA TORMENTA APARECE

I. POR QUÉ EXPERIMENTAMOS TORMENTAS?

A. Porque a veces confiamos más en el juicio humano, que en el consejo de Dios.


B. Porque a veces ponemos completamente nuestro corazón en nuestras propias cap
acidades, Hch. 27:9-11.
C. Porque Dios quiere llevarnos a nuevos niveles.
Nota: nuevos niveles de fe, o dependencia de él, o reconocimiento de nuestras inca
pacidades por Ej. Los discípulos en la tormenta

II. CUÁNDO PUEDEN APARECER LAS TORMENTAS?


A. Cuando por nuestra experiencia determinamos que es el momento de hacer las
cosas, vrs. 13-14.
Nota: Euroclidón: viento huracanado, . Eran marineros . Conocedores del viento y el ma
r indica aquello que llega inesperadamente y golpea con mucha fuerza tu barco, ta
nto que parece hundirse
B. Cuando entramos en la comodidad nuestra, descuidando el propósito de Dios.
Nota: la persecución que Dios permitió contra la iglesia de Jerusalén
III. CÓMO VENCER LAS TORMENTAS?
A. Manteniendo la fe y la esperanza en Dios, vrs. 15-20.
Nota: hay varias cosas importantes en este pasaje:
1. Perdieron la capacidad de manejar = no hay control humano
2. Con temor reforzaron la nave = miedos
3. Ante la furiosa tempestad empezaron a alijar: esto significa que empezaron
a echar la carga por la borda = pérdidas
4. No hay sol ni estrellas por muchos días = los marineros las usaban para ubic
arse y navegar, pasa el tiempo no se ve respuesta en el cielo y finalmente se pie
rde la esperanza
B. Fortaleciendo la intimidad con Dios, vrs. 21-24
Nota; Pablo pudo darles una palabra de aliento, de ánimo, de seguridad, porque ha
bía estado en la presencia de Dios
C. Dando más valor al nosotros que al yo y ustedes , vrs. 33-36.
Nota: Pablo era el preso, sin embargo su actitud no fue de venganza, estaba inte
resado en el bienestar de los otros, su actitud y buen ánimo provocó en ellos cambio
s positivos Pablo era consciente que todos iban en la misma nave no es quien llegu
e primero, sino que todos debemos llegar vrs. 44b
Conclusión: Dios ha prometido estar con nosotros todos los días seguro algunos días son
más difíciles que otros pero debemos enfrentarlos confiados en Dios, buscando su pr
esencia, conscientes que el Señor tiene poder sobre todas las tormentas adoremos a D
ios Pablo oró por todos los que iban en el barco oremos los unos por los otros
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Cuando el Barco se Dirige a la Tormenta
Predicacion de Julio Ruiz
La historia ha cambiado. Ya Pablo no está al frente de ningún concilio, ni de gobern
antes. Ahora es un prisionero que está en un barco y va rumbo a Roma, la última para
da de su vida terrenal. Hechos 27:20-25
Barco a velas dirigiendose a tormenta en altamar
Saint Martin, un Paraiso en el Caribe
Miami Beach, playas, cruceros y condos de lujo
El Diseño de tu Vida
La Personalidad Creativa

La historia ha cambiado. Ya Pablo no está al frente de ningún concilio, ni de gobern


antes. Ahora es un prisionero que está en un barco y va rumbo a Roma, la última para
da de su vida terrenal

Pero las pruebas no han terminado; en todo caso han cambiado de lugar; ahora sur
gen en el mar. Cuando uno lee este penúltimo capítulo del libro de los Hechos pareci
era estar oliendo el aire salado del mar, escuchando el canto de las aves ribereña
s, así como el sonido del viento y del mar, mientras el barco se desliza suavement
e.
Lo que vamos a estudiar hoy nos recuerda que en la vida hay días hermosos, llenos
de luz y una brisa calmada, pero también hay días llenos de nubarrones, donde una to
rmenta repentina pudiera cambiar la tranquilidad de la vida y luego crear un est
ado de zozobra con el que se roba la paz. Nos recuerda que no hay miel sin abeja
s, ni rosas sin espinas.
¿Cómo reaccionaría usted al saber que el barco en el que navega se le ha notificado qu
e va rumbo a la boca de una tormenta feroz? ¿Cómo reaccionó Pablo? Como siempre lo hiz
o. Las veces que estuvo preso, terminó siendo el carcelero. Cuando estuvo frente a
los reyes como prisionero, terminó siendo el juez.
Ahora véalo en el barco como un prisionero, pero pronto siendo el capitán de la nave
. Así que mientras los presos estaban paralizados de pánico, algunos dispuestos sali
r y huir por la tormenta, él les invita a calmarse, a comer y tener buen ánimo. Pabl
o estaba seguro en el barco, porque sabía que el Señor también se había embarcado con él.
Hay muchas formas de enfrentar las tormentas.
Hoy la tecnología pueden advertirnos, de manera que aun cuando haya muchos daños mat
eriales, no siempre hay tantas pérdidas humanas. Pero hay otras tormentas que no a
visan, y si no estamos preparados cuando vienen, nos pueden afectar enormemente.
Descubramos, pues, cómo navegar en un barco que se dirige hacia la tormenta misma
y cómo salir de ella a salvo.
I. ALGUNAS VECES EL BARCO SE DIRIGE A LA TORMENTA POR CULPA DE NUESTRAS PRO
PIAS DECISIONES
1. El consejo no atendido v. 9-10. La advertencia de Pablo fue muy clara. Como h
ombre y profeta de Dios, algo ya le decía que aquel viaje estaría acompañado de fuerte
s tempestades. Su radal espiritual ya había identificado un eminente peligro en la
distancia.
En la intervención de Pablo percibimos la diferencia entre meterse en una tormenta
por las acciones deliberadas, donde solo actúa la sabiduría humana, que aquellas qu
e nos vienen repentinamente. La confianza en la experiencia humana no siempre fu
nciona para mantener el barco a flote en medio de la tormenta. Puede que usted s
ea un gran conocedor de los mares de la vida , pero debe recordar que Dios es el du
eño de las tempestades.
En este pasaje se puede ver cómo en ocasiones los hombres le dan más crédito a la supu
esta sabiduría del mundo que a los hombres que tienen una relación con Dios v.11.
Así que no resulta extraño que seamos arrastrados hacia el ojo del huracán por la decisi
ones de otros. Hay que oír primero la voz de Dios, para entonces seguir el consejo
de los hombres. ¿A quién oye primero cuando está en una tormenta?
2. Un viento huracanado llamado Euroclidón. v. 14. Si supiéramos a qué nos vamos a enfr
entar al tomar decisiones apresuradas, pensaríamos antes de seguir adelante. La em
barcación de Pablo se enfrentó a un monstro llamado Euroclidón .
La traducción de este nombre sería algo así como este noreste , para explicar que fue un
huracán que atacó por todo los lados. Note lo que pasó. Cuando todos vieron que no podía
n manejar la tormenta se rindieron y se dejaron llevar por ella v. 18-20.
La experiencia ha revelado que una de las cosas más difíciles de hacer cuando usted
está pasando por una tormenta será el poder resistir la tentación de manejar sus torme
ntas en la forma en que usted piensa que será mejor. Los criterios humanos para ma
nejarnos en una crisis no funcionan.
Tome el ejemplo de alguna tormenta financiera. ¿Cuál es el consejo que más escucha par
a resolverla? Algunos manejan una tormenta conyugal por la misma vía que le resolv
ió su padre, con el divorcio. Lo mismo sucede cuando usted pasa por alguna prueba
donde no ve la mano de Dios.
La decisión que más impulsa su condición es alejarse de Dios y la iglesia. No maneja s
u tormenta solo. Recuerde lo que dice Proverbios 3:5, 6. "Fíate de Jehová de todo tu
corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus veredas. " . Las tormentas deben ser manejadas por su Creador.
II. CUANDO EL BARCO ESTÁ EN LA TORMENTA HAY QUE RECORDAR QUE JESÚS ESTÁ A BORDO TA
MBIÉN
1. Al mal tiempo buena cara v. 22. A estas alturas de este viaja, las personas q
ue integran la embarcación están cambiando de opinión acerca de quién está en la dirección d
e la nave. Las palabras del versículo 21 estarían confirmando este liderazgo.
El capitán y el centurión ya se han dado cuenta que en el prisionero Pablo hay algo
distinto. Porque mientras los demás han perdido toda esperanza de vivir, debido a
las condiciones dramáticas que nos muestra el versículo 20, Pablo se presenta en med
io de ellos para levantarles la moral.
Su exhortación tuvo dos propósitos. Lo primero fue recordarles las consecuencias de
las males decisiones, y en segundo lugar, animarles en medio de la feroz torment
a. ¿Puede imaginarse a un hombre decir esto en medio de semejante problema? ¿Habría al
guien que creyera eso v. 22? Hay algunos que piensan que somos unos ingenuos cua
ndo predicamos nuestros mensajes en medio de los tiempos que vivimos. Sin embarg
o, para los que conocemos a Dios y su palabra, las tormentas que nos llegan son
una extraordinaria oportunidad para traer consuelo y esperanza, sobre todo a los
que están llenos de miedo. Porque frente a esos malos tiempos, debemos presentar
una buena cara.
2. El ángel de Dios en el barco v. 23. Lucas nos dice que el total de la tripulación
que navega hacia el ojo del huracán era de 276 personas v. 37. Pero la verdad es qu
e nadie sino solo Pablo sabían del tripulante 277, cuyo nombre era el ángel de Dios . ¿Y
quién era este nuevo integrante? Pues nada menos que el Señor Jesucristo. Pablo les
dice que la noche anterior tuvo una reunión con él y que una vez más le había ratificado
que ninguno de ellos moriría. ¡Qué alivio es este tipo de noticias! Cuando el Señor está
presente en el barco, podrá haber pérdidas materiales, pero jamás habrá pérdidas espiritua
les. La sabiduría humana les había llevado a esta condición.
Pero ahora el ángel de Dios le dice: No temas . Por cierto esta es la palabra más importa
nte que podemos escuchar cuando nos encontramos en alguna tormenta. Alguien ha d
icho que esta palabra aparece 365 veces en la Biblia.
¿No es curioso que estos sean exactamente los días de un año? Y vea que Pablo repite l
a misma confianza en el v. 27. Alguien podía preguntarle a Pablo: ¿Quién pone esa sonri
sa en medio de la tormenta? El mismo que la puso en la cárcel , respondería Pablo. El ánge
de Dios nos hace sonreír en la tormenta.
III. PARA QUE EL BARCO SEA CALMADO EN LA TORMENTA ES NECESARIO SOLTAR LAS ANC
LAS
Nota: Alegóricamente, permítanme hablarles de cuatro anclas que cada seguidor de Jes
ucristo debiera tener en su vida para cuando las tormentas nos ataquen
1. El ancla de la presencia v. 23. La percepción que uno tiene de este pasaje es q
ue hay 275 personas aterrorizadas. El rugir de las olas; el ataque inclemente de
l viento, junto con mucha lluvia; el movimiento del viejo barco, sonándole todo su
caparazón, había hecho que aquello pareciera una escena de terror, donde se oyen gr
itos y se ve una ansiedad continua.
Pero allí está un hombre sereno, con una gran paz en la tormenta. Ese hombre ya había
echado una de sus poderosas anclas en el mar: la de la comunión con su Señor. Por lo
tanto, si la presencia del Señor forma parte inseparable de nuestras vidas, aún un E
uroclidón será una breve brisa.
2. El ancla del buen ánimo v. 25. Una tormenta repentina es la más grande prueba par
a saber cuál es el tamaño de nuestra fe en Dios. Se ha dado cuenta que ni el capitán d
el barco, ni los que dirigían las velas, ni el centurión pudieron animar aquella con
gregación llena de pánico.
Y es que la situación era tan angustiante que tenían catorce días sin comer (v. 33). ¿Y
cómo podían comer en medio de tanta zozobra? Hay pruebas que nos quitan el apetito.
Por otro lado, nadie sabía de los dioses de los que iban en la nave, pero el Dios
de Pablo, quien habla y responde, es aquel en quien se puede confiar. Y es esa c
onfianza en Dios la que trae paz en la tormenta.
3. El ancla de la gratitud v. 35. Una cosa interesante de las tormentas que Dios
permite que sucedan, es asegurarnos que el pan que hay en el barco no perezca.
Si bien es cierto que ya en la nave no quedaba nada que no fuera echado en el ma
r, Dios se aseguró no solo de salvar las vidas, pero también alimentarlas.
Fue así como Pablo, con la autoridad que Dios le había dado, y sin avergonzarse de o
rar en presencia de una congregación de paganos, hizo una oración de gratitud al Pad
re por la comida, y a juzgar por los resultados, fue una tremenda bendición para t
odos v. 38. La gratitud es un ancla que sostiene nuestra débil embarcación. Nada nos
ayudará más a vencer las pruebas que en medio de ellas apartemos tiempo para agrade
cerle a Dios por todo.
4. El ancla del plan de Dios v. 24. Hay algo que queda muy claro en este viaje a
ccidentado. Si bien es cierto que hay un barco que navega hacia la tormenta, por
la mala decisión de los que dirigen, el que tiene el control final de todo es Dio
s. Cuando Pablo estuvo en Jerusalén este mismo ángel de Dios le había dicho también que no
temiera, pues así como había testificado en Jerusalén, era necesario que también lo hic
iera en Roma Entonces, ¿cuál va a ser el resultado de la tormenta? Que el Señor cumplirá
su propósito en mi , como dijo el salmista.
¿Era la voluntad de Dios que el barco saltara después de la advertencia de Pablo? ¡No!
Pero la soberanía de Dios al final tornó todas las cosas para bien. Las decisiones
humanas no cambian los designios divinos. Pablo llegaría finalmente a Roma. Los pl
anes de Dios no los altera nada.

IV. AÚN SI EL BARCO ES GOLPEADO EN LA TORMENTA SUS PIEZAS SERVIRÁN PARA SALVARNO
S
1. No podemos abandonar el barco v. 31. Siempre que nos golpea una tormenta, la
reacción humana es querer huir del momento. El viento huracanado había hecho su trab
ajo en la nave alejandrina v. 6. La desesperación por alcanzar tierra mantenía a toda
la población en vilo. Pero cuando los marineros pretendían abandonar el barco, Pablo
salió al encuentro con estas palabras: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros n
o podéis salvaros .
Pablo como el nuevo capitán del barco ahora ha dado un golpe de autoridad . Él sabe de
la importancia de permanecer juntos en el barco para ser salvos. El asunto es qu
e no podemos abandonar lo que Dios ha comenzado. La tendencia de muchos creyente
s es huir ante el primer problema.
Pero no podemos dejar la cobertura de la iglesia de Dios (simbolizada por el bar
co), para ahogarnos en el mar de problemas que nos rodean. Las tormentas no cesa
rán porque abandonamos el barco. La tormenta continuará hasta que se disminuye su fu
ria, pero Dios nos llevará hasta la orilla de la salvación.
2. parte en tablas, parte en cosas de la nave v. 44. A Lucas no se le escapó ningún det
alle de este naufragio. Ningún tripulante, como lo había dicho Pablo, se perdió. Al fi
nal, y aunque el barco fue golpeado por la tormenta, cualquier parte de su cuerp
o sirvió para la salvación de todos. ¿No es esto maravilloso? Era necesario permanecer
juntos para ser salvos.
Pablo había dado una contundente advertencia (v. 31). Es una advertencia para aque
llos que no quieren estar en la iglesia. Es bien cierto que la iglesia es golpea
da por fuertes vientos, y hasta en ocasiones ha sido partida (divisiones), pero el
llamado es a no abandonarla cuando ha sido atacada por la tormenta.
Dios hizo la provisión de la salvación en la persona de su Hijo Cristo, pero ha deja
do a su iglesia para que todos nos congreguemos, donde encontramos bendición y vida
eterna .
CONCLUSIÓN: Uno de los textos más tristes de la Biblia aparece en esta historia: Y no
apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no
pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos v. 20. ¿Qué hace apreciado herma
no cuando las estrellas se desvanecen de su noche y cuando no aparece el sol de
sus días? ¿Está en alguna oscuridad abrumadora deseando que llegue el día? Si usted creo
la tormenta, y está tratando de escapar en un pequeño bote salvavidas, no siga adel
ante. Y si la tormenta ha sido permitida por Dios, entonces sepa que el ángel de Di
os va con usted en el barco que se dirige a la tormenta .
Usted no está solo si le ha confiado a Dios su vida. Al final de la tormenta no pe
recerá, sino que llegará seguro a la otra orilla de la vida. Esa es la promesa de es
ta historia.
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I. LAS TEMPESTADES DIARIAS (V.23)paz en la tormenta, barco, tormenta, problemas


Lo primero que tenemos que saber es que no importa la que tempestad que se pueda
levantar en nuestras vidas, tenemos que saber que estamos bien acompañados porque
en nuestra barca va Él. Esto aplica para los que tenemos el privilegio de tener a
Cristo con nosotros. Cuando Él está en nuestra vida es porque estamos navegando con
Él.
V. 24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían
la barca . Esto significa que de repente se puede presentar en nuestras vidas pro
blemas en general, en el matrimonio, en el trabajo, en la salud, etc.
Todos estamos expuestos a problemas, es más, Jesús dijo: Estas cosas os he hablado p
ara que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencid
o al mundo. Juan 16:33.
3. Sentimos que nos ahogamos, que no saldremos.
4. El mundo se nos viene encima.
Algunas veces son tan grandes que nos desesperamos. Pero
II. NO LES DEBEMOS TEMER (v. 26)
El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a lo
s vientos y al mar; y se hizo grande bonanza
1 ¿Quién está en tu barca? (tu vida)
2. ¿Qué tan grande es tu tempestad? No importa como sea la tempestad en tu vida, si Él
va en tu barca debes de tener la confianza (fe), pues Jesús está en control de todo
Como ejemplo tenemos los casos de:
a) David y Goliat
b) Moisés ante el Mar Rojo,
c) José en la cárcel, etc.
III. EL AMOR DE DIOS ES MÁS GRANDE QUE LA TEMPESTAD (V. 23)
Cuando Jesús está en tu barca por amor, Él te asegura la victoria
Si Él está contigo ya te salvó
IV. LA CALMA VENDRÁ (V. 26)
Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza .
Clama con fe
La calma llegará y sonreirás. Después de toda tormenta viene la calma, después de toda n
oche viene el amanecer.
V. TE ASOMBRARÁS Y GLORIFICARÁ SU NOMBRE (V. 27)
Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y e
l mar le obedecen?
Te asombrarás de lo sencillo que Dios hace las cosas
Cuando parecía que nada pasaría de repente todo se arregla y viene la calma, es cuan
do tenemos que contarlo, divulgarlo, darle el honor y la gloria a Él. .
Conclusión: No importa la tormenta que estés pasando, si Cristo está en tu barca, jamás
se hundirá, no veas lo grande de la tempestad, sino lo grande que es El que está con
tigo en la barca.
Sermón Kerigmático. José Alberto Vega
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TRES ACCIONES PARA DERROTAR LAS TORMENTAS:


2.1 - Clamar a Jesús
Los discípulos le dijeron en Marcos 4:38: "Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos
?" Y Pedro en Mateo 14:30, dice: "Señor, sálvame". Hay personas que, en tiempos de t
ormenta, no reclaman a la persona adecuada. No van a Jesús, al que nunca deja a na
die sin respuesta. Pero los discípulos si clamaron a Jesús.
2.2 - El permanecer en el lugar
A menos que Jesús Le pide que deje el barco, como le sucedió a Pedro (Mateo 14:29),
la persona nunca debe abandonar el barco, aunque todo parece sumergirse. El crey
ente no puede tener miedo si vas a encontrar agua en la embarcación. Teniendo en c
uenta todo lo que está sucediendo, el mejor lugar para estar todavía dentro de él.
2.3 - Obedecer a Cristo
Los discípulos no salieron a dar un paseo recreativo. En Mateo 14:22, Jesús les orde
nó que subieran a la barca y seguir adelante. En Marcos 4:35, el maestro envía a tra
vés hasta el otro lado. Los discípulos obedecieron el mandato de Cristo. Si el creye
nte obedece a Cristo, ninguna tormenta puede prevenir su trayectoria. Jesús dijo e
n Mateo 7:24 que todo el que oye sus palabras se compara a un hombre prudente, q
ue edificó su casa sobre la roca. Por otro lado, el que no obedece, se construye s
obre la arena.
¿POR QUÉ DIOS PERMITE LA TORMENTA?
El creyente tiene que luchar contra los dolores constantes de este mundo
(Joan 16:33) con al menos dos propósitos:
3.1 - Para conocer los límites humanos
Cuando la persona se encuentra en medio de las bendiciones y victorias, fue asce
ndido en la empresa donde trabaja, corre el riesgo de pensar que ya no necesita
la ayuda de Dios. Por diversas circunstancias de la vida, el hombre piensa que e
s importante. Sin embargo, en el Salmo 40:17, David, un rey rico y poderoso, se
dio cuenta de que no era nada. Dios también creó una espina en la carne del apóstol Pa
blo para que no sevanaglorie (2 Corintios 12:7).
3.2 - Para descubrir quién es Jesús
La tormenta que pasa en la vida del creyente es para conocer mejor quién es Jesús. E
l Señor Jesús es nuestro pozo de alivio en tiempos de luchas (Salmo 46,1). Sólo Él es la
resurrección y la vida (Juan 11:25), es el camino (Juan 14:6), y en ningún otro est
a la salvación (Hechos 4:12),
CONCLUSIÓN
Si sólo el creyente con Cristo, confiando en Él entidad firme, no se verá oprimido por
las tormentas de la vida. Cristo prometió estar con su Iglesia hasta el fin de lo
s tiempos.

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¡PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA!
MATEO 8: 23-27
INTRODUCCIÓN: La palabra PAZ del hebreo Shalom y del griego Eirene significa seguridad
, descanso, reposo, calma, alivio, tranquilidad, salud, vida plena. Partiendo de
esta base hacemos la siguiente pregunta ¿es fácil tener PAZ y mantenerse tranquilo
en medio de las tormentas de la vida? Veámoslo de la siguiente manera.
1. LAS CIRCUNSTANCIAS.
A. JESÚS ESTABA CON SUS DISCÍPULOS EN LA BARCA (Vr. 23)
Navegando lo más probable por el Mar de Tiberias o Mar de Galilea situado en una c
uenca rodeada de montañas, muy expuesto a tormentas repentinas y violentas; ya que
el aire fresco del Mediterráneo baja a través de un estrecho paso entre las montañas
y choca con el aire caliente y húmedo que se encuentra sobre el lago.
B. SE LEVANTÓ EN EL MAR UNA TEMPESTAD (Vr. 24)
Era una tempestad tan grande (tormenta huracanada fuerte y violenta) que las ola
s cubrían la barca: la inundaban y llenaban el bote (vr. 24), acompañada con fuertes
vientos (Marcos 4: 37; Lucas 8: 23b), tanto que la barca se anegaba (Marcos 4:
37): se llenaba de agua (DHH) y ya comenzaba a inundarse (NVI).
Se anegaban y peligraban (Lucas 8: 23): corrían el peligro de hundirse (DHH), amen
azaba con hundirse o hundirlos (la Biblia al día), corrían peligro (BA), gran peligr
o (NVI) o grave peligro (otra traducción). ¿Te imaginas lo que hubiese pasado si la
barca se hunde? ¿Se hundió la barca? ¿Por qué no se hundió la barca? ¿Quién no permitió que l
arca se hundiera? ¡JESÚS EL CAPITAN!
REFLEXIÓN: ¿Cuál es la tormenta que se ha levantado a nuestro alrededor, en la vida, f
amilia, iglesia, ministerio, empleo, negocio, profesión, hogar? ¿Será un problema económ
ico, físico, espiritual, jurídico, psicológico, personal, familiar, circunstancias difíc
iles, adversas, negativas, desfavorables, hipoteca o deuda?
Lo cierto es que mientras Jesús nuestro capitán valla con nosotros en el mismo barco
y este a nuestro lado; LA BARCA NO SE HUNDIRÁ: Cuando pases por las aguas yo estaré
contigo y sí por los ríos no te anegarás: ahogarás (Isaías 43: 2). Así lo experimentó David
lmos 124: 1-5).
También tenemos el ejemplo del apóstol Pablo cuando se levantó la tormenta con un vien
to llamado Euroclidón mientras viajaba para Roma; la nave se hizo pedazos pero nin
guno se hundió: todos se salvaron incluyendo a Pablo (Hechos 27: 1-44; 28: 1). ¡No n
os hundiremos si Dios va con nosotros! Que estamos atribulados en todo, mas no an
gustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; der
ribados, pero no destruidos (2 Corintios 4: 8, 9).
2. LAS ACTITUDES
A. JESÚS ESTABA TRANQUILO DURMIENDO (Vr. 24)
Sobre un cabezal (almohada o cojín que se mantenía por costumbre bajo el asiento del
timonel) en la popa: la parte de atrás del barco (Marcos 4: 38). ¿Quién es capaz de q
uedarse dormido en una situación como esta? ¿Qué aprendemos de esta actitud de Jesús? ¿Cuál
es la enseñanza y verdad espiritual para nosotros hoy de acuerdo al tema? Jesús esta
ba en alivio (aliviado), descanso (descansando), reposo (reposando), calma (calm
ado), seguridad (seguro), tranquilidad (tranquilo), sereno con una dependencia t
otal del Padre; aunque estaban en medio de una fuerte tormenta, corrían peligro, l
a barca se anegaba y podía hundirse en cualquier momento. ¡No abrigaba en ÉL culpa ni
miedo que perturbase Su reposo!
REFLEXIÓN: Usted podrá tener el problema, la enfermedad más grande de este mundo, esta
r en medio de una fuerte tormenta espiritual en el hogar, en el ministerio, en l
a familia, etc., pero sí hay PAZ de Dios en nuestra vida, en nuestro corazón (paz in
terna) estaremos seguros, calmados, aliviados, serenos, reposados y sobre todo t
ranquilos (tranquilidad). Esta es la PAZ interna (interior) que sólo Cristo da y q
ue podemos experimentar en las situaciones extremas.
Así lo experimentó Moisés junto al Mar Rojo (Éxodo 14: 13, 14), Josafat rey de Judá cuand
o estaba a punto de ser atacado y destruido por la gran multitud que venía del otr
o lado del Mar (2 crónicas 20: 15-17), el salmista David cuando estaba abrumado po
r los malos (Salmos 37: 7ª), el apóstol Pedro cuando estaba preso (Hechos 12: 6), al
igual que Pablo cuando se le presentó el viento Euroclidón en su viaje marítimo hacia
Roma (Hechos 17: 22-26), entre otros y como dijo el mismo apóstol Pablo: Procuren
tener tranquilidad (1 Tesalonicenses 4: 1a): vivir tranquilos (DHH), vivir en pa
z (NVI). A pesar de la tormenta que se nos ha levantado a nuestro alrededor ¿estam
os tranquilos? ¿Tenemos paz? Aun cuando dormimos hay que estar tranquilo (Salmos 3
: 5; 4: 8).
B. LOS DISCÍPULOS ESTABAN ATEMORIZADOS (Vr. 25, 26)
Vinieron a Jesús (se acercaron) para despertarlo (vr. 25a) (Marcos 4: 38; Lucas 8:
24) y le expresaron sus inquietudes: sálvanos que perecemos (vr. 25b) (Lucas 8: 2
4b): haz algo que nos estamos hundiendo (la Biblia al día), nos vamos ahogar (NVI)
, Maestro no tienes cuidado de nosotros (Marcos 4: 38b): no te importa que nos e
stemos hundiendo (DHH), que perezcamos (BA), que nos ahoguemos (NVI).
Que rudos y duros fueron con el Señor. ¡No permitamos que la tormenta que se nos ha
levantado a nuestro alrededor nos haga actuar y expresarnos duramente con nuest
ro Dios! Así le sucedió a Moisés (Éxodo 5: 22, 23), Gedeón (Jueces 6: 13), Elías (1 Reyes 19
: 4), Jeremías (Jeremías 20: 7-9,14-18). De lo anterior observamos que los discípulos
no sabían que hacer en el momento al igual que Josafat rey de Judá (2 Crónicas 20: 12)
, que estaban inquietos, intranquilos, desesperados, preocupados, angustiados, a
fligidos, acobardados (vr. 26) (PDT) y sobre todo con Miedo (vr. 26), amedrantad
os (Marcos 4: 40), atemorizados (Lucas 8: 25) y eso que Jesús estaba con ellos en
la misma barca y estaban acostumbrados al Mar ¿Te imaginas sino?
REFLEXIÓN: ¿Cuáles son los temores que tenemos por causa de la tormenta que se ha leva
ntado al alrededor nuestro? ¿Cuál es la tormenta que nos tiene desesperados, intranq
uilos, angustiados, afligidos, inquietos, atemorizados (miedo)? ¿Será el problema ec
onómico (deuda), físico (enfermedad), familiar, jurídico, espiritual, personal, entre
otros? ¿Será la hipoteca de tu casa, carestía, soledad, prejuicios, complejos, alguna
situación difícil, negativa, adversa y desfavorable?
Lo cierto es que Jesucristo nuestro capitán está con nosotros, lo tenemos a nuestro
lado, va en el mismo barco y está al frente del timón (Josué 1: 5; Isaías 43: 2; Mateo 2
8: 20; Hechos 22-26). ¡ALELUYA!
C. LOS DISCÍPULOS HABÍAN PERDIDO LA FE (Vr. 26)
Jesús mismo se dio cuenta de esta situación al preguntarles: ¿Por qué teméis hombre de poc
a fe? ¿Por qué tanto miedo? (Mateo 8: 26) ¿Cómo no tenéis fe? ¿No tienen confianza en mí? (Ma
cos 4: 40) ¿Dónde está vuestra fe? ¿Dónde dejaron la fe? (Lucas 8: 25). Cuando perdemos la
fe o no tenemos fe fácilmente nos desesperamos, preocupamos, intranquilizamos, an
gustiamos, afligimos y nos llenamos de temores (miedo).
Independientemente de la tormenta que se nos haya levantado a nuestro alrededor,
en la vida, familia, en la iglesia, en el hogar, en el matrimonio, en el minist
erio, en el empleo, en el negocio, etc., NO PERDAMOS LA FE.
Al contrario debemos estar seguros, convencidos, confiados, que nuestro capitán (J
esús) se levantará, reprenderá (dar una orden) la tormenta, se hará grande bonanza y ent
onces nos maravillaremos como los discípulos (vr. 26, 27).
Es precisamente la fe la que nos va a mantenernos firmes y tranquilos a pesar de
las tormentas espirituales que se nos presentan y se levantan a nuestro alreded
or (Hechos 27: 1-44 (vr. 22-25).
REFLEXIÓN: ¿Cuál es la tormenta que ha hecho que perdamos la fe, confianza, seguridad?
2. LA INTERVENCIÓN DIVINA
A. LES REPROCHÓ LA INCREDULIDAD O FALTA DE FE (Vr. 26a)
Marcos y Lucas también hablan de esta actitud (Marcos 4: 40; Lucas 8: 25) y más adel
ante Jesús también tuvo que reclamarles y reprocharles este mismo comportamiento (Ma
rcos 16: 14; Juan 20: 27-29).
B. SE LEVANTÓ (Vr. 26b)
Igualmente el evangelista Marcos y Lucas también registraron esta acción de Jesús (Mar
cos 4: 39; Lucas 8: 24). Cuando el Señor nuestro Dios se levanta algo tiene que pa
sar, suceder.
C. REPRENDIÓ A LOS VIENTO Y AL MAR (Vr. 26c)
Con que facilidad y eficacia lo hizo (Marcos 4: 39; Lucas 8: 24). La palabra Rep
render (gr. Epitimáo): reconvenir, prohibir, mandar, sobre todo significa dar una
orden (Marcos 4: 39; Lucas 8: 24).
¿Cuál fue la orden que dio el Maestro a la tormenta? Calla y enmudece (Marcos 4: 39):
silencio y quédate quieto (DHH), cálmate y sosiégate (BA), silencio y cálmate (NVI), cálme
se y quédate quieto (PDT).
D. SE HIZO GRANDE BONNZA (Vr. 26d)
Bonanza (gr. Galéne): volver a la calma (DHH), completamente tranquilo (NVI), qued
ar en gran calma (PDT), volver a la normalidad. Esto es la soberanía de Jesús sobre
la naturaleza y Señor no solo de la iglesia, sino de toda la creación. Las grandes
tormentas de dudas y temores acaban en una calma maravillosa.
E. LOS DISCÍPULOS SE MARAVILLARÓN (Vr. 27)
Maravillaron (gr. Dsaumázo): admirar (DHH), asombrar (NVI), sorprender, extrañar (ot
ra traducción), no lo podían creer (PDT). Esta reacción de los discípulos también lo confi
rma Lucas (8: 25). Ellos ya habían visto como Jesús había sanado a un leproso (Mateo
8: 1-3), al siervo del centurión (Mateo 8: 5-13), la suegra de Pedro (Mateo 8: 14-
17); y ahora por primera vez ellos están viendo un milagro de esta magnitud. ¡Cómo no
maravillarse!
CONCLUSIÓN: en México se realizó un concurso donde todos los participantes, concursant
es debían representar la paz en un cuadro de pintura: el primero pintó un cementerio
con varias cruces con un letrero que decía descansan en paz . El segundo pinto a una
madre dándole pecho a su niño con un nombre que decía infancia en paz . El tercero pintó u
nos árboles verdes, frutales con un título que decía naturaleza en paz .
Por último alguien plasmo en su cuadro un barco inclinado hacia un lado a punto de
hundirse, y unos muñequitos que representaban a las personas corriendo de un lado
para otro, tirándose al mar, gritando, llorando, desesperados, pidiendo auxilio,
etc., y en la parte alta del barco estaba uno de ellos tranquilo, adorando y gl
orificando al Creador y una lápida que decía LA PAZ QUE SÓLO CRISTO DA . ¡Cuando hay PAZ d
e Dios en el corazón estaremos tranquilos alabándolo y exaltándolo con gozo a pesar de
todo! (Salmos 107: 23-32; Juan 14: 27; Efesios 2: 14; Filipenses 4: 7; Colosens
es 3: 15).
Autor: Garys Leandro
Escrito para www.deste

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INTRODUCCIÓN
Marcos 4:35-41. 35 Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos: Crucemos al otro
lado. 36 Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También
lo acompañaban otras barcas.37 Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas az
otaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse.38 Jesús, mientras tanto, esta
ba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron. ¡Mae
stro! gritaron, ¿no te importa que nos ahoguemos? 39 Él se levantó, reprendió al viento
y ordenó al mar: ¡Silencio! ¡Cálmate! El viento se calmó y todo quedó completamente tranquil
o. 40 ¿Por qué tienen tanto miedo? dijo a sus discípulos. ¿Todavía no tienen fe? 41 Ellos
estaban espantados y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que hasta el viento y el ma
r le obedecen?
Pedro era un especialista en la pesca. Familia de pescadores. Seguramente habían h
echo todo lo que sabían para no naufragar pero veían su barco hundirse sin alternati
va. En su desesperación van a ver a Jesús. Jesús
Hoy quiero hablarles a los que están atravesando por tormentas en su vida: financi
era, familiar, personal, laboral, ministerial.
Tres verdades que hoy podemos aprender de este episodio.
1. NO TODAS LAS TEMPESTADES DE LA VIDA VIENEN DE PARTE DEL DIABLO.
a. El diablo estaba al otro lado del río. Allí estaba el endemoniado gadareno.
b. Es común ver hoy a cristianos echándole la culpa al diablo de todo lo que les pas
a.
c. Ej. No quieren hablar con su esposa porque están enojados y es el espíritu de des
unión. No consiguen trabajo, es el espíritu de miseria, pero no dicen que se levanta
n a las 11 de la mañana.
d. Le echamos la culpa de más cosas de las que tiene.
e. Ej. el diablo estaba triste porque los creyentes lo hacen culpable de todo.
f. Esta tempestad no era producto de los pecados de los discípulos sino para manif
estar el poder de Dios. Para demostrar que él siempre interviene en los momentos d
ifíciles de nuestra vida.
2. EL HECHO DE SER CRISTIANO NO TE EXCLUYE DE PASAR POR TORMENTAS.
a. Jesús estaba con ellos. Estaba en su barca.
b. Predicadores exitistas que dicen que el cristiano no puede sufrir.
c. La gran diferencia es que el Hijo de Dios siempre va a vencer. La derrota no
te pertenece. No importa la magnitud de tu tormenta vas a vencer.
3. LAS PROMESAS DE DIOS SIEMPRE SE CUMPLEN.
a. Jesús dijo: Crucemos al otro lado .
b. No iban a perecer en el mar porque Jesús había dicho que pasarían al otro lado.
c. Mi amado. Si Dios te prometió su victoria no vas a ser derrotado.
d. Si te prometió la sanidad, vas a pasar al otro lado aunque estés en medio de torm
entas.
e. Si te prometió que en tu trabajo vas a prosperar, aunque pareciera que estás perd
iendo, y la tormenta es grande, vas a pasar al otro lado.
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Por supuesto, el temor de los discípulos era natural e instintivo; ¿pero dónde estaba
su fe? El Señor puso el dedo en la llaga con su pregunta: "¿Cómo no tenéis fe?". El mayo
r peligro no era el viento o las olas sino la evidente incredulidad de los discípu
los. Y así el Señor indicó algo que ocurre con mucha frecuencia: nuestros mayores prob
lemas están en nosotros, no en nuestro entorno.Por supuesto, el temor de los discípu
los era natural e instintivo; ¿pero dónde estaba su fe? El Señor puso el dedo en la ll
aga con su pregunta: "¿Cómo no tenéis fe?". El mayor peligro no era el viento o las ol
as sino la evidente incredulidad de los discípulos. Y así el Señor indicó algo que ocurr
e con mucha frecuencia: nuestros mayores problemas están en nosotros, no en nuestr
o entorno.
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A Jonás lo echaron al mar; tenés que echar al Jonás que está dentro tuyo. Jonás represent
a nuestras inmadureces que hasta que no las echemos, la tormenta seguirá. Jonás repr
esenta la baja estima, los chusmeríos, la culpabilidad, los miedos, la inseguridad
. Jonás tiene que ser echado de tu vida, porque mientras siga en tu barca, la torm
enta seguirá. Jonás es la rebeldía, la inconstancia. Jonás tiene que ser echado de tu vi
da para que venga la paz.

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