Está en la página 1de 7

La Bendición de Trabajar en la Obra de Dios

1. 1. La Bendición de Trabajar Para el Señor 2 Timoteo 2:6

2. 2. 2 timoteo 2:6 • El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.

3. 3. • Este versículo siempre lo tomamos de la manera mas obvia: “Para tener derecho a fruto, debes trabajar”;
pero veámoslo de la manera menos obvia: “Tienes derecho a frutos; solo debes trabajar” • La bendición más
elemental de todo trabajo son los frutos (logros, resultados, utilidades). Para eso trabajamos.

4. 4. Los frutos, como resultado del trabajo traen: 1- Contentamiento 2- Satisfacción 3- Animo 4- Mas amor por
lo realizado 5- Prosperidad

5. 5. Resultados con Dios 1- Contentamiento en las cosas de Dios 2- Satisfacción para con Dios 3- Animo para
seguir trabajando en la obra de Dios 4- Mas amor por los resultados que Dios da 5- Prosperidad Espiritual

6. 6. En definitiva: UN MAYOR AMOR POR DIOS, POR SU OBRA, POR LOS RESULTADOS QUE DIOS DA
POR PARTICIPAR JUNTO A ÉL.

7. 7. • Este ejemplo lo tenemos en uno de los discursos más emocionantes del apóstol Pablo. •Hechos 20:17-38

8. 8. • 1- Pablo fue ejemplo de servicio ante los demás (18, 19… “Sirviendo al Señor…”) • 2- Predico el
evangelio a todos (20-21) “testificando a judíos y a gentiles” • 3- Despreció su vida por predicar a los demás
(22- 24) “ni estimo preciosa mi vida” • 4- Renuncio a seguir con los mismos de siempre, por salvar a mas (25)
• 5- Advierte (26-30) • 6- Aconseja (31) • 7- Encomienda (32) • 8- Vivió de su propio esfuerzo, sin abusar de
nadie (33-34) • 9- Como logro tanto: Trabajando (35) • 10- Resultado: Gente que le amaba, gente agradecida
(36-38)

9. 9. Pablo, con trabajo ganó: 1- El respeto 2- La autoridad 3- El amor

10. 10. Las personas que NO TRABAJAN EN LA OBRA, siendo meros espectadores, son las personas: • Que
menos respetan y son menos respetadas • Que no tienen autoridad y desautorizan al resto • Que aman poco,
por ende son menos amadas

11. 11. Juan: 6:27 • Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la
cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
Trabajar para Dios es retribuirle a él todo lo que ha hecho por nosotros, es obedecer la palabra de Dios y hacer
cumplir su voluntad aquí en la tierra. Uno de los mandatos que tenemos como cristianos es predicar el mensaje de
salvación.

Esto se puede apreciar en la palabra: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también
hagáis” (Juan 13.15) De esta manera que cuando Jesucristo vino a este mundo, nos dio el ejemplo de lo que significa
el servicio a la obra de Dios, donde disponemos nuestro corazón para hacer cumplir la voluntad de nuestro Padre.

Trabajar para Dios – Qué significa

Es muy común el oír hablar acerca del trabajo que hacemos en la obra de Dios, el servicio que sus hijos ofrece para
llevar a cabo el propósito del Señor en la tierra.

Al respecto la palabra “siervo” se emplea en la Biblia para hablar de las personas que está al servicio de una persona
muy relevante, a quien se la nombra como “Señor”.

Las personas que aceptan a Cristo Jesús como su único y verdadero salvador y lo recibe en su corazón, comienzan a
experimentar la transformación espiritual porque ahora el Espíritu Santo mora en esa persona. Es decir, deja su vida
pasada y ahora es una nueva criatura en Cristo Jesús.

Desde ese momento, la persona está llamada a trabajar para Dios, a servirle aquí en la tierra para predicar su palabra
a toda criatura: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15)

¿Cómo podemos servir a Dios?

Trabajar para Dios implica cumplir su voluntad pero cuando lo hacemos debemos hacerlo con amor, dando lo mejor
de nosotros al servicio de aquel que dio la vida por nosotros para nuestra salvación.

No se trata de cumplir con una responsabilidad y ya, se trata de establecer una relación estrecha en la cual nuestro
servicio sea dirigido por el Señor, ya que cuando trabajamos para él, debemos hacerlo con dirección.

El servicio a nuestro Dios es para glorificar su nombre y enaltecerlo en todo momento. Y cada ministerio tiene un
propósito importante para que se lleve a cabo la obra del Señor.

La iglesia es el cuerpo de Cristo, el cual tiene muchos miembros y cada uno de éstos son de suma importancia y se
complementan para dar cumplimiento a la voluntad del Padre, tal como se puede apreciar en la palabra:

“Porque el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15 Si el pie dijera: Porque no soy mano, no soy parte del
cuerpo, no por eso deja de ser parte del cuerpo. 16 Y si el oído dijera: Porque no soy ojo, no soy parte del cuerpo, no
por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería
del[d] olfato? Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó. Y si todos
fueran un solo miembro, ¿qué sería del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo. Y el ojo
no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito. Por el contrario, la verdad
es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios” (1 Corintios 12: 14-22)

De esta manera que no se puede subestimar a ningún miembro del cuerpo de Cristo porque todos son importantes,
de hecho el que parece ser el más débil, resulta ser el más necesario. Así que debemos dejar de un lado los nóveles
de superioridad porque solamente somos servidores de Dios, quien se merece toda la Gloria y honra.

7 Razones para servirle al Señor

Trabajar para Dios es estar al servicio de quien nos ha dado todo en la vida, es comprender que con nuestras
acciones le estamos retribuyendo parte de su bondad y misericordia porque ciertamente sin él no seríamos nada.
Servir al Señor es reconocer que mientras cumplimos su voluntad le estamos agradando y aunque no debemos
hacerlo para recibir recompensa, de seguro la obtendremos porque él es fiel y justo con sus hijos, con aquellos que lo
aman y cumplen su perfecta voluntad.

Por esta razón, no se debe tomar a la ligera el trabajar para Dios porque las bendiciones vendrán a nuestra vida de
forma sobrenatural porque él ve nuestro corazón y la disposición que tenemos en servirle con amor y dedicación. Así
que es importante resaltar diferentes razones por las cuales debemos servirle a nuestro Señor, dentro de las cuales
encontramos las siguientes:

1.- Glorificar al Señor

Una de las razones por las cuales debemos servirle a nuestro Padre es el hecho que a través de nuestras acciones lo
estamos glorificando, porque estamos cumpliendo su mandato de hacer crecer el Ministerio en las iglesias

En algunos casos hacemos énfasis en que la salvación no es por obrar. Sin embargo cuando trabajamos para Dios
estamos siendo obedientes.

En este sentido, Dios te ha permitido estar en tu iglesia para que seas edificado, de tal manera que puedas trabajar y
servirle con amor.

Así que si nos permitimos estar solamente ocupando una banca en la iglesia, significa que estamos desaprovechando
la oportunidad que el Señor tiene para nuestra vida.

Por otro lado, servir al Señor debería ser nuestro gozo porque hacerlo demuestra nuestra devoción a él y revela lo
que tenemos en nuestro corazón, porque la fe sin obras es muerta. Y nadie puede agradar a Dios si no tiene fe.

Así que si eres un hijo de Dios debes glorificar a tu padre a través de tu servicio a él y a su obra aquí en la tierra, y
recibirás tu recompensa, tal como lo expresa la palabra: “La recompensa de la humildad y el temor del Señor son la
riqueza, el honor y la vida” (Proverbios 22:4)

Entonces mediante nuestro servicio, estamos glorificando al Señor y nuestra humildad para llevar a cabo la obra de
Dios aquí en la tierra nos dará vida y vida en abundancia, porque la persona que está en Cristo ahora tiene una vida
nueva donde reina el Espíritu Santo.

2.- Dios nos concede los dones espirituales

En las Sagradas Escrituras podemos apreciar diferentes pasajes para comprender los dones espirituales: “De manera
que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la
fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento. Aborreced
lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a
los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12: 6-11)

En este sentido, podemos aprender cómo el Señor en su gracia y de forma sobrenatural se mueve en la vida de sus
hijos. Pero debemos tener una vida ordenada y procurar hacer la voluntad de Dios. Para ello es importante mantener
la comunión con él a través de la lectura de la palabra y la oración.

3.- Sirviendo demostrarás la realidad de tu fe

Uno de los libros de la biblia donde se revela que la fe no es principalmente sobre lo que sabemos, hemos escuchado
o decimos. Porque ciertamente la fe se manifiesta a través de nuestras obras.

En algunos casos, nuestra fe está al mínimo y cuando esto pasó es porque no se ha alimentado de la palabra de Dios
porque la fe entra por el oís y el oír de esta palabra divina: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios” (Romanos 10:17)
La fe que conocemos en la biblia es aquella que nos muestra la vida y obra de grandes personajes de la historia
bíblica donde se puede ver manifiesta la grandeza de nuestro Señor, tal es el caso de Moisés, quien pudo liberar al
pueblo de Egipto con el poder de Dios.

De igual forma encontramos a David que pudo derrotar a Goliat, observamos también a Daniel quien salió victorioso
luego de haber sido arrojado a los leones. Es decir, mediante la lectura de la palabra nuestra fe se incrementa porque
se nos revela el poder de Dios, sus hazañas, prodigios, milagros, liberaciones, entre otros sucesos de gran
importancia.

4.- No hay muchos servidores

Otra de las razones por las cuales debemos estar dispuestos a servir al Señor es porque no hay muchos obreros que
estén dispuestos a cumplir con ese mandato. Así que usted y yo como hijos de Dios tenemos ese llamado de edificar
mediante nuestro servicio a la congregación.

De igual forma, es importante destacar que el propósito principal de nuestro servicio es rescatar las almas perdidas,
ya que Dios no quiere que nadie se pierda:

“El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; pero es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento”  (2 Pedro 3:9)

Por esta razón, debemos enfocarnos en proclamar el mensaje del reino de los cielos, hablar sobre las buenas
nuevas, predicar el evangelio de salvación y también revelar las profecías de la segunda venida de Cristo, ya que es
importante estar preparados para la batalla final, para el arrebatamiento.

De esto trata nuestro servicio a Dios, y por eso debemos hacer uso de nuestros dones espirituales y manifestarlos en
función de la obra y propósito de él para manifestar las maravillas en todas las naciones.

En la actualidad, debemos ser obreros permanentes, porque el enemigo no descansa, no tiene vacaciones ni
pretende tenerlas, ya que él sabe cuál es su destino y antes de que eso pase, él quiere destruir la vida de las
personas para ganar su alma.

Así que como creyentes debemos ser servidores, guerreros, obreros del Señor, usando los medios que en la
actualidad existen tal como las redes sociales, ya que éstas están siendo apoderadas por Satanás para la destrucción
de los jóvenes y adolescentes, quienes son los más vulnerables.

Como hijos de Dios debemos esforzarnos y ser valientes y predicar el evangelio a toda criatura, a todas las naciones
donde escasea la información. Porque la verdad se debe dar a conocer, y esta es nuestra misión en este mundo.

5.- A través del servicio a Dios damos buen testimonio

Cuando Jesucristo escogió a sus apóstoles, lo hizo porque sabía que podían ser “como Él”. Así que el servicio está
más estrechamente asociado con el  principio del ejemplo, del testimonio, por eso Jesús es nuestro mayor ejemplo de
lo que es el servicio, la humildad, la misericordia y el amor.

La interrogante que nos podemos plantear es si ¿estamos dispuestos a dejarnos guiar por Jesús y seguir su ejemplo
de servicio, o si solamente somos cristianos para estar sentados en una iglesia? Debemos reflexionar en torno a
estos cuestionamientos porque es lo que van a definir nuestro ministerio en nuestra congregación.

Por otro lado, nosotros como hijos de Dios debemos procurar ser como Jesús y dar un buen testimonio no solo en la
iglesia, sino en nuestro diario vivir, en nuestro hogar, en el trabajo, en la casa de estudio.

Trabajar para Dios


En cualquier lugar debemos estar al servicio de nuestro Dios porque lo que hagamos en secreto será recompensado
en público, tal como lo señala la palabra:

“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis
recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 6:1)

Así que cuando pongamos en práctica nuestras obras no debemos esperar la aprobación de los demás, sino que
debemos hacerlo para la gloria y honra de nuestro Padre.

6.- Cuando servimos logramos comprender mejor la palabra

La hermenéutica se refiere a la ciencia de la interpretación de la Biblia, y ciertamente es un libro fundamental, y


debemos interpretarla considerando su contexto literal, gramatical e histórico.

Sin embargo, la comprensión de la Biblia encierra el compromiso de obedecerla: “El que quiera hacer la voluntad de
Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.” (Juan 7:17). Cuando se coloca la Palabra
del Señor en práctica en nuestras vidas, Él nos trae sus propósitos y su voluntad.

Al respecto, en las bodas de Caná, los siervos comprendieron que Jesucristo y su camino era el mejor que los demás
asistentes: “Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los
sirvientes que habían sacado el agua” (Juan 2:9). Así que el servicio a Dios acrecienta tu conocimiento de Él.

Para poner en práctica nuestra fe, debemos obrar, servir y dar un buen testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestra
vida y esto se manifiesta a través del fruto del Espíritu Santo: Mansedumbre, paciencia, tolerancia, paciencia,
humildad, entre otros.

Por otro lado, es importante que como hijos de Dios dispuestos a la obra de Cristo, debemos estar armados con la
palabra de Dios, escudriñarla y hacerla parte de nuestro devocional diario para así tener siempre una palabra
consistente en nuestra vida.

7.- El servicio de Dios va a forjar amistades duraderas y valiosas

Uno de los beneficios fundamentales de trabajar para Dios es el cultivo de amistades verdaderas, ya que aquellos a
quienes nos sentimos más íntimos en la vida generalmente son aquellos que comparte el trabajo con nosotros.

Al respecto Adán y Eva dieron inicio a su matrimonio trabajando juntos, por eso él trabajaba en el jardín y ella era
siempre su ayuda idónea. De esta manera que la estrecha relación que tenemos con nuestros compañeros de trabajo
generalmente supera lo que compartimos con nuestra propia familia.

Por esta razón es importante crear lazos de amor con las personas que están al servicio del Señor, y se espera que
esto incluso abarque a tu familia, porque es del agrado de Dios que toda una familia le sirva.

En la biblia podemos encontrar otros ejemplos de compañeros de trabajo en el ministerio que lograron ser de gran
bendición, tales como Pablo y Bernabé, Pablo y Silas, Aquila y Priscila, Pedro y Juan, entre otros.
Colosenses 3:23-24. Todo hazlo como para El

Todo hazlo como para El, y se buen testimonio de su poder y amor.

23 
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

24 
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Lo que hagas, hazlo como para El, y no como para los hombres.

El apóstol Pablo ha sido muy claro en este sentido en esta carta a los Colosenses, donde nos dice, todo lo que
hagas, no dice “algunas cosas” dice “todo”.

Y la palabra todo, incluye aun lo que haces fuera de las cosas que son del Señor, incluye tu trabajo, tu casa, tus
actividades fuera de la iglesia.

Dentro o fuera de la iglesia, haz todo como para El.

A veces pensamos que tenemos que ser excelentes en las cosas de Dios, y nos esforzamos en la iglesia o en
aprender de la palabra y compartir de ella.

Los cristianos somos luz en medio de la oscuridad, y Dios no te ha excluido del mundo, sino que te ha rescatado de
tu vieja manera de vivir, pero vives en un mundo en donde debes relacionarte, trabajar y vivir una vida como cualquier
otra persona.

Pero, si eres un hijo de Dios y has sido redimido por Cristo, con más razón debes destacarte y ser excelente
en todo lo que hagas.

Muchas veces trabajamos en lugares que de pronto no nos simpatizan, o entre personas que no nos agradan
demasiado, y entonces eso ya nos sirve de excusa como para creer que como no son de Dios no importa como
hagamos nuestra parte.

Eso es un error.

Graba en tu mente este versículo y esta dirección que el Espíritu Santo nos da a través de Pablo, y recuerda que tu
excelencia mostrara el testimonio de Cristo en ti.

Si tienes que llegar a una hora, llega puntual, si tienes que hacer un trabajo, da lo mejor de ti.

Se buen testimonio, haciendo como para El, todas las cosas.

Olvida que trabajas para un jefe, hazlo como para el Señor.

No significa que estemos pensando en el que dirán, pero si en que si soy hijo de Dios mi proceder sea el de un buen
hijo.

Soy luz en medio de la oscuridad, y no importa cómo se conduzca el resto, o lo que piensen de mí, importa hacer tan
bien las cosas que cuando nos miren digan “yo quiero lo que este tiene”.

No importa si tu trabajo es ser ama de casa y si crees que nadie notara si te esfuerzas o no, hazlo para Cristo.
Predicamos también con nuestros actos, más que con nuestras palabras, y por lo general, las personas aceptan el
mensaje del evangelio más por ver como conducimos nuestra vida que por lo que podamos decir.

Si estas compartiendo la palabra de Dios en tu trabajo a tus compañeros, pero tu tarea la haces de modo negligente o
sin esfuerzo, eso no hablara bien de ti, y no lograras captar la atención de nadie.

Recuerda que somos testimonios, testigos del Señor, con la tarea de compartir el evangelio hasta lo último de la
tierra, y nuestra vida debe ser un reflejo de su amor y su excelencia.

Conclusión:

Si algo no sabes hacer, pues dilo, se humilde, la humildad también gana corazones.

Y si algo lo haces bien, pues desarróllalo, ponlo en las manos de Dios, sea lo que sea, y brilla.

Se excelente en todo lo que haces, y aunque no sea una tarea relacionada al evangelio, hazlo como para El.

Lo que tu hagas y como lo hagas llamara la atención, y si a tu excelencia le agregas el dominio propio y el amor de
Dios reflejado en tu vida, son ingredientes perfectos para que el poder de Dios respalde todo lo que haces.

También podría gustarte